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Retinopatía Diabética
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I N F O R M A C I Ó N
47 Septiembre 2007
I N F O R M A C I Ó N
I N F O R M A C I Ó N
(Parte del capítulo de Retinopatía
Diabética del libro: Vasculopathies of
Retina. Autor: Luis Emilio Abad) I N F O R M A C I Ó N
RETINOPATÍA
DIABÉTICA Y
TÉCNICAS DE
TRATAMIENTO
Dr. Luis Emilio Abad, MBA, Ph.D.
Jefe del Departamento de Retina del CIMO (Centro Internacional de Microcirugía Ocular).
Servicio de Retina y Vítreo CIMO, Sevilla
I. INTRODUCCIÓN
II. PATOGENIA
III. CLASIFICACIÓN DE LA RETINOPATÍA DIABÉTICA
IV. FOTOCOAGULACIÓN CON LÁSER
V. CLASIFICACIÓN INTERNACIONAL DE LA PVR (Retina Society, 1991)
VI. TRATAMIENTO QUIRÚRGICO DE LA RETINOPATÍA DIABÉTICA
(Indicaciones de vitrectomía)
VII. BIBLIOGRAFÍA
I. INTRODUCCIÓN
La Retinopatía Diabética (RD) es la mayor causa de ceguera en el mundo occidental. Los dia-
béticos son propensos a desenvolver lesiones en los pequeños vasos (capilares, arteríolas y princi-
palmente vénulas) de varios órganos, como la retina, los riñones, los músculos y la piel, además
de lesiones ateromatosas en los grandes vasos sanguíneos. El espesamiento de la membrana basal,
la pérdida progresiva de los pericitos y la proliferación de las células endoteliales son alteraciones
características de la microangiopatía diabética de la retina. A pesar de que las alteraciones funcio-
nales de los vasos retinianos puedan aparecer más precozmente, las lesiones morfológicas no suelen
manifestarse antes de los cinco años de padecer la enfermedad, teniendo en cuenta que su inten-
sidad está relacionada con el control de los niveles de glucemia. La Diabetes es una enfermedad
provocada por la falta de insulina, o por factores que inhiben su acción, llevando a aumentar la
concentración de glucosa en sangre (hiperglucemia).
La mayoría de los diabéticos presentan una Diabetes “Primaria”, la cual puede ser de dos tipos:
Causada por lesión de las células beta de las islas de Langerhans pancreáticas. No presenta herencia
directa, mas puede haber individuos con predisposición para heredarla asociada a determinados
tipos de HLA. Estos pacientes manifiestan la retinopatía con más tiempo de enfermedad, por lo
tanto con una evolución más rápida para las formas graves. El edema macular se va tornando más
presente a la medida que la retinopatía evoluciona para su fase proliferativa.
Su etiología es desconocida y en la mayoría de los casos hay un componente genético que tiene
relación con el factor HLA. Se presenta más frecuentemente entre los 50 a 70 años de edad. Por
estudios realizados a nivel mundial, sólo el 50% de los enfermos saben que padecen Diabetes, el
resto son detectados en estudios de rutina.
La aparición de las alteraciones vasculares retinianas es más precoz, por lo tanto de evolución más
insidiosa. La baja visión ocurre por el edema macular que aparece desde el inicio de la retinopatía. La
Retinopatía Diabética (RD) es la causa más frecuente de ceguera legal entre personas de 20 a 65 años
de edad. La incidencia de RD se relaciona más con la duración de la enfermedad que con otro factor.
El 50% de los diabéticos antes de los 30 años de edad presentarán RD pasados los 10 años y el 90%,
pasados los 30 años. En los diabéticos, el riesgo de ceguera es 25 veces mayor que en los no diabéticos.
La Retinopatía Diabética (RD) es una microangiopatía que afecta las arteriolas, precapilares, capi-
lares y vénulas de la retina, teniendo en cuenta que a veces pueden ser afectados también los vasos
de mayor tamaño. Esta enfermedad se caracteriza por presentar oclusión microvascular, hemorra-
gia y alteración de la permeabilidad microvascular, principalmente.
OCLUSIÓN MICROVASCULAR
La consecuencia más importante de la falta de perfusión de los capilares retinianos es la isquemia de la reti-
na, que lleva a la hipoxia. En el comienzo el área de no perfusión es la parte media de la retina periférica.
• SHUNTS ARTERIOVENOSOS
• NEOVASCULARIZACIÓN
• Las células endoteliales. Forman el revestimiento interno de los capilares retinianos. Éstas
presentan uniones estrechas (tight junctions) o zónula occludens que forman la barrera hemato-
retiniana interna, impidiendo el paso de moléculas de mayor tamaño por la pared vascular.
• Los pericitos. Envuelven los capilares por fuera y son responsables de la integridad de la
estructura de la pared vascular. En personas sanas hay un pericito por cada célula endotelial;
al contrario de lo que sucede en la RD, que existe un pericito por cada dos o tres células en-
doteliales, provocando rotura de la barrera hematoretiniana interna, con pérdida de plasma
hacia afuera del vaso. Los pericitos también son los responsables de la deformidad de la pared
vascular (microaneurismas), pudiendo suceder una rotura y trombosis.
4 R E T I N O PAT Í A D I A B É T I C A Y T É C N I C A S D E T R ATA M I E N T O
Estudios sugieren que puede existir asociada una rotura de la barrera hematoretiniana externa del
epitelio pigmentado de la retina. La hiperpermeabilidad vascular puede definirse como hemorra-
gia o edema retiniano (difuso o localizado).
En fases iniciales de la enfermedad ya es posible detectar, por estudios con fluorometría vítrea, alte-
raciones en la permeabilidad vascular. La permeabilidad de los vasos sanguíneos está íntimamente
ligada a la dilatación y a la tensión en la pared vascular, y que en la retina de los diabéticos ocurre
especialmente en el lado venoso de la microcirculación, sector que más sufre con el aumento de
la presión en su pared. El ojo posee una presión en los tejidos propios más elevada que los demás
tejidos del cuerpo humano. La presión de la sangre en el espacio de las venas intraoculares es más
o menos semejante a la presión intraocular, haciendo que la presión transmural en esos vasos sea
alrededor de cero. Es probable que por este motivo la pared venular posea apenas una membrana
basal como adventicia, los pericitos como capa media y las células endoteliales. De esta forma el
endotelio vascular absorbe con más intensidad cualquier aumento de presión intravascular; esto es
verdadero en la diabetes en que hay una pérdida de los pericitos.
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retinopatía. Algunos trabajos sugieren que alteraciones dinámicas de la microcirculación en los
diabéticos pudiesen estar relacionadas a variaciones del calibre vascular en consecuencia de fluc-
tuaciones en el O2 de los tejidos.
Entre los mecanismos auto-reguladores locales se encuentra el mecanismo metabólico, que tiene
en la demanda de O2 de los tejidos su principal agente. Cuando el aporte de O2 disminuye, cuan-
do el transporte de O2 está comprometido, o aun cuando la demanda de O2 en los tejidos aumen-
ta, ese mecanismo es accionado, reaccionando sobre los esfínteres de los capilares. De esa forma, la
relación O2 disponible/demanda de O2 en los tejidos puede ser constantemente ajustada, evitando
el sufrimiento celular. Particularmente en tejidos como el retiniano, donde no existe influencia del
SNA, ese mecanismo es de extrema importancia.
Sabemos que la retina es un tejido de alto índice metabólico y que tiene en la glucosa su principal
fuente de energía. Particularmente, los diabéticos poseen un metabolismo basal elevado, principal-
mente en los períodos de hiperglucemia, en los cuales el consumo de O2 puede estar de 25 a 30%.
Como ya dijimos anteriormente, en fases precoces de la enfermedad ya podemos observar una di-
latación de la microcirculación retiniana, probablemente a consecuencia de la necesidad de aporte
de O2 necesario para el metabolismo de los tejidos. Por otro lado, el diabético posee también en los
glóbulos rojos una mayor concentración de la HbA1c que fija más el O2. Además de eso, cuando
hay hiperglucemia, ocurre una elevación de fosfatos en la sangre, lo que provoca una disminución
de la concentración de 2-3 DPC intracelular, con aumento de su precursor glucosa-6- fosfato, que
tiene una afinidad mayor por la Hb, impidiendo que ella fije el O2.
Resumiendo: como efecto final, se espera que en los diabéticos un mayor aporte de sangre com-
pense el aumento de la glucosa en los tejidos y la disminución de la liberación de oxígeno. Es
posible que este flujo sanguíneo aumentado se haga constante a lo largo del tiempo, provocando
alteraciones progresivas en la pared vascular que caracterizan la diversas fases de la Retinopatía
Diabética.
Así, a lo largo del tiempo, vamos a encontrar en la retina de los diabéticos algunos sectores donde
irán a predominar capilares obstruidos, verdaderos “vasos fantasmas”. Estas áreas avasculares se
muestran circundadas por otras de capilares dilatados que tienen como característica principal la
proliferación endotelial. Estudios histopatológicos realizados en la retina de esos pacientes mos-
traron que progresivamente algunos capilares retinianos van perdiendo sus pericitos, después las
6 R E T I N O PAT Í A D I A B É T I C A Y T É C N I C A S D E T R ATA M I E N T O
células endoteliales, pasando a constituirse exclusivamente de membrana basal, mientras que otros
alrededor van a presentarse con microaneurismas compuestos por múltiples células endoteliales
proliferadas.
A medida que las áreas de ausencia de capilares se van ampliando, surgen verdaderos “shunts”
entre arteriolas y vénulas. Esos vasos que siguen un curso característicamente rectilíneo son co-
nocidos como IRMA (intraretinal microvascular abnormalities), capilares dilatados que intentan
reestablecer la perfusión vascular en un área isquémica de mayor tamaño. Otras modificaciones
vasculares en respuesta a la isquemia de mayor superficie serían las alzas venosas y las hemo-
rragias en placa y más extensas, resultantes de un intento de revascularización de una arteriola
obstruida.
En resumen, la obstrucción capilar en la retinopatía diabética (RD) está siempre asociada a una
dilatación de los capilares adyacentes que muestran una proliferación endotelial, mientras que los
capilares obstruidos aparecen como tubos acelulares. Una vez entendidas las fases evolutivas de la
microangiopatía diabética, basta agruparlas de acuerdo a su gravedad para que obtengamos una
clasificación que nos permita programar la forma de tratamiento y definir el pronóstico visual.
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III. CLASIFICACIÓN DE LA RETINOPATÍA DIABÉTICA
NO PROLIFERATIVA
C: Cuadrante. Beading: vaso en salchicha, tortuoso, con estrechamientos periféricos y dilatación central.
Omega: complejo vascular subretiniano (no es considerado un neovaso).
PROLIFERATIVA
DE ALTO RIESGO
Es importante resaltar que la clasificación anterior es utilizada tanto para la Diabetes tipo I como para
la tipo II, pudiendo acompañarse o no de maculopatía diabética. Las alteraciones maculares pueden
ser difusas o localizadas y su descripción debe asociarse a la clasificación anteriormente citada. En
aquellos pacientes con maculopatía difusa grave, debemos siempre sospechar de una disfunción se-
vera de otros órganos como consecuencia de la diabetes, principalmente de los riñones y el corazón.
8 R E T I N O PAT Í A D I A B É T I C A Y T É C N I C A S D E T R ATA M I E N T O
Figura 1. Retinopatía Diabética no Proliferativa. Figura 2. Retinopatía Diabética Proliferativa.
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Figura 5. Exudados duros tipo “En placa”.
10 R E T I N O PAT Í A D I A B É T I C A Y T É C N I C A S D E T R ATA M I E N T O
Figura 8. Grave neovascularización del disco
óptico.
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Edema macular cistoide por ruptura
de la barrera hematoretiniana
interna con el patrón angiográfico
característico en “pétalos de flor”.
12 R E T I N O PAT Í A D I A B É T I C A Y T É C N I C A S D E T R ATA M I E N T O
IV. FOTOCOAGULACIÓN CON LÁSER
Una vez interpretadas las alteraciones angiográficas de ambos ojos, como paso siguiente haremos
nuestra programación de tratamiento. La fotocoagulación con láser es el único método efectivo de
tratamiento de las formas quirúrgicas de la Retinopatía Diabética.
Cuando utilizamos el láser de argón verde vamos a esperar una absorción del color verde por el
pigmento, la transformación de la luz en calor y la formación de la quemadura. Para este fin, uti-
lizaremos especialmente la melanina contenida en las células epiteliales, ya que la hemoglobina,
el pigmento rojo, sólo será utilizado en el caso específico del cierre de algunos microaneurismas.
Por lo tanto, queda claro que la acción de la fotocoagulación con láser sobre los vasos de la retina
es indirecta.
Pensando en la teoría de la pérdida del mecanismo autoregulador de los vasos retinianos como
principal evento en la patogénesis de la RD, utilizamos la fotocoagulación con la finalidad de
disminuir el consumo de oxígeno por parte de la retina, por lo tanto destruyendo capas de alto
índice metabólico como son los fotorreceptores. Con esto también desviamos la vascularización
de la coroides hacia las capas retinianas más internas. Para que esto ocurra, nos parece claro que no
podamos destruir la coriocapilar. Por otro lado, sabemos que el epitelio pigmentado de la retina
(EPR) es responsable por el trofismo de los capilares de la coroides, o sea, donde no hay epitelio
no hay coriocapilar; por lo tanto no puede ser nuestro intento realizar quemaduras tan intensas
que destruyan la coroides, ya que por un lado estaremos beneficiando la retina y por otro no. Para
conseguir este objetivo es también necesario destruir áreas mayores de la retina, ya que precisamos
disminuir efectivamente el consumo de O2.
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LÁSER NO INDICADO
Los pacientes que presentan RD no proliferativa sin edema macular con hemorragias en llama,
puntiformes y microaneurismas (antiguamente denominada retinopatía de fondo) no precisan de
tratamiento con láser. En esta etapa es muy importante que los pacientes sepan la importancia
de un óptimo control glucémico, tratamiento de la hiperglucemia y de la hipertensión arterial.
Debemos examinar estos pacientes con la pupila bien dilatada anualmente.
Para los pacientes con edema macular que no es clínicamente significativo; es decir, engrosamiento
de la retina con exudados duros que no amenacen el centro de la mácula, es necesario el segui-
miento por lo menos de 4 a 6 meses, para seguir la evolución del edema y estar dispuesto a tratar
con láser cuando esté indicado.
LÁSER INDICADO
El EMCS incluye engrosamiento de la retina dentro de las 500 micras del centro de la mácula y/o
exudados duros dentro de las 500 micras del centro de la mácula. Clínicamente encontramos en-
grosamiento de la retina, que aparece más transparente de lo normal y frecuentemente es quístico.
El mejor método para diagnosticar el edema macular es la combinación del examen estereoscópico
con lámpara de hendidura y fotografía estereoscópica a colores del fondo de ojo del área macular.
Un examen del fondo del ojo con oftalmoscopio binocular indirecto o con una lente de 78D o
90D y con la lámpara de hendidura puede no tener la suficiente magnificación o estereopsis para
determinar si hay edema discreto o no. El tratamiento precoz está indicado en ojos con edema que
incluye el centro macular y con exudados duros que amenazan el centro de la mácula.
14 R E T I N O PAT Í A D I A B É T I C A Y T É C N I C A S D E T R ATA M I E N T O
candidatos para el láser. Este grupo presenta grandes hemorragias, manchas algodonosas y múlti-
ples hemorragias intraretinianas con neovascularización “en otro sitio” (NVE). Muchos de estos
pacientes muestran tufos neovasculares, hemorragias puntiformes, estrechamiento venoso y anor-
malidades microvasculares intraretinianas (AMIR).
El láser puede estar indicado en la retinopatía diabética proliferativa severa avanzada, si el cirujano
visualiza el fondo de ojo. Puede ser imposible realizar la fotocoagulación con láser en pacientes
con hemorragia vítrea o pre-retiniana grave. La retinopatía diabética proliferativa avanzada activa
puede persistir a pesar de la panfotocoagulación extensa. Algunos de estos casos pueden requerir
de una vitrectomía.
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SCATTER “FILL IN” - INDICACIONES:
• Neovascularización que no disminuyó después 2-4 semanas
• Cualquier indicación que no mejoró en 2-4 semanas
• Tratamiento previo escaso
• Progresión de la retinopatía
PROGRESIÓN DE LA RETINOPATÍA
• Neovascularización activa
• Hemorragia vítrea reciente
• Nueva rubeosis
• Nueva hemorragia pre-retiniana
16 R E T I N O PAT Í A D I A B É T I C A Y T É C N I C A S D E T R ATA M I E N T O
LÁSER FOCAL INDIRECTO
• Láser enfocado en el EPR abajo del microaneurisma
• Moderado blanqueamiento del EPR
• Coagulación indirecta
• Liberación de factores inhibidores
LÁSER REJILLA
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LÁSER REJILLA EN HERRADURA
MÁCULA + SCATTER
TEMPORAL
18 R E T I N O PAT Í A D I A B É T I C A Y T É C N I C A S D E T R ATA M I E N T O
SCATTER INFERIOR
SCATTER NASAL
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SCATTER SUPERIOR
Consejos:
• Neovasos
a) No tratar directamente
b) Tratar área vecina
Evitar:
• Vasos mayores
• Áreas de hemorragias pre-retinianas
• Áreas de neovasos elevados
• Tratar directamente proliferación fibrovascular
RECOMENDACIONES POST-LÁSER
• Analgésico sistémico
• Evitar levantar peso
• Dormir con la cabecera elevada (hemorragia vítrea)
• Retornar en caso de presentar dolor (efusión uveal por cierre del ángulo)
• Esteroide tópico y cicloplégico
20 R E T I N O PAT Í A D I A B É T I C A Y T É C N I C A S D E T R ATA M I E N T O
MILD SCATTER
• Disparos: 1000
• Spot: 400-500 um
• Duración: 0,2 s
• Potencia: blanqueamiento moderado
FULL SCATTER
• Disparos: 2000
• Spot: 400-500 um
• Duración: 0,2 s
• Potencia: blanqueamiento moderado
EXTENSIVE SCATTER
• Disparos: 3000
• Spot: 400-500 um
• Duración: 0,2 s
• Potencia: blanqueamiento moderado
INDICACIONES DE PANFOTOCOAGULACIÓN
• Neovasos de disco 1/4 a 1/3 de AD asociado o no a hemorragia pre-retiniana o vítrea
• Hemorragia vítrea o pre-retiniana con neovasos de disco de cualquier tamaño
• Hemorragia vítrea o pre-retiniana asociada a neovaso de retina mayor que 1/2 AD
• Neovascularización del ángulo con o sin retinopatía diabética proliferativa
• Neovascularización del iris + neovascularización retiniana con o sin hemorragia pre-retiniana
INDICACIONES POSIBLES
• Neovaso de disco menor que 1/4 AD
• Neovaso de retina 1/2 AD sin hemorragia pre-retiniana o vítrea
• Neovaso de retina menor que 1/2 AD con hemorragia pre-retiniana o vítrea
• Retinopatía diabética no proliferativa muy avanzada
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CARACTERÍSTICAS PARA INDICAR UNA PANFOTOCOAGULACIÓN MÁS EXTENSA
• Neovaso de disco o de retina extenso
• Alteraciones background prominentes (beading, AMIR, hemorragias)
• Diabetes tipo I
• Rápida progresión en el otro ojo
• Hemorragia vítrea
• Tracción vitreoretiniana
• Neovascularización del segmento anterior
SITUACIONES ESPECIALES:
Neovasos persistentes
• “Enhanced” con fluoresceína intravenosa
• Blanquear el EPR abajo del neovaso
• Usar blanqueamiento como reflexión
• Examinar luego de 1 hora
• Repercusión positiva > láser complementario
22 R E T I N O PAT Í A D I A B É T I C A Y T É C N I C A S D E T R ATA M I E N T O
SITUACIONES ESPECIALES
Neovaso + tejido fibroso
• Evitar láser en el tejido fibroso
• Baja energía
• Evitar crio
• Fibrosis próximo a la mácula > considerar vitrectomía
Avulsión vascular
• Post-DVP
• Sangrado activo
• Bloquear zona distal, produce espasmo y disminuye el sangrado
• Bloquear la base del vaso
Embarazo
• Progresión rápida
• Evaluar primer trimestre
• Retinopatía presente > control mensual
• Segundo trimestre > rápida oclusión capilar
• Realizar Full Scatter
• Considerar interrupción
Una paciente embarazada con retinopatía diabética no proliferativa avanzada tiene grandes posibi-
lidades de llegar a la ceguera al final del embarazo. En el primer trimestre de embarazo la paciente
debe ser consciente de la gravedad del problema y considerar el aborto, ya que la ceguera puede
ser eminente. Una paciente con retinopatía diabética moderada debe tener mucho cuidado de
quedarse embarazada, por presentar un alto porcentaje de ceguera.
Catarata
• Usar longitud de onda larga
• Realizar láser antes de la cirugía
• Realizar la cirugía solamente después de la estabilización
• Si el láser es inevitable, realizarlo a lo largo de la cirugía
• Facoemulsificación con LIO de 6,5 mm
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RETINOPATÍA DIABÉTICA NO PROLIFERATIVA MUY AVANZADA
Conteniendo 2 ítems
Regla 4-2-1
• Hemorragias en los 4 cuadrantes
• “Beading” en 2 cuadrantes
• AMIR en 1 cuadrante
SITUACIONES ESPECIALES
Hemorragia pre-macular
• Abertura con YAG o láser verde con alta potencia
• Dos aberturas (llamada en suspiro)
Aberturas Suspiro: Hacer dos agujeritos con el láser de argón con un spot de 50 um y potencia hasta agujerear.
Rubeosis
• Completar Panfotocoagulación
• Considerar crio
• Ciclofotocoagulación (G-probe)
INDICACIONES DE VITRECTOMÍA
• Hemorragia vítrea 2-3 meses
• DR traccional
• Retinopatía progresiva post-láser
• Edema macular con tracción vítrea
• DR combinado
• Hemorragia pre-macular que no se resolvió con láser
24 R E T I N O PAT Í A D I A B É T I C A Y T É C N I C A S D E T R ATA M I E N T O
V. CLASIFICACIÓN INTERNACIONAL DE LA PVR (Retina Society, 1991)
GRADO A
Representa el reconocimiento inicial de la manifestación de la proliferación intraocular. Es fre-
cuentemente observada en pacientes con los llamados desprendimientos de retina no complica-
dos. Es caracterizada por la presencia de acumulo de pigmentos en el vítreo y en la superficie, par-
ticularmente de la retina anterior. Los pacientes también presentan un “haze” vítreo con movilidad
disminuida.
GRADO B
Este tipo de PVR es definido por la presencia de arrugamiento de la superficie retiniana interna
y roturas retinianas con márgenes irregulares. La retina aparece con una leve rigidez y los vasos
retinianos se presentan tortuosos, debido a la presencia de membranas epiretinianas que no son
todavía maduras o graves y no pueden ser observadas por la oftalmoscopía binocular indirecta o
biomicroscopía del fondo del ojo. En este estadio también podemos observar la disminución en
la movilidad vítrea.
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GRADO C
Es la forma más grave de la PVR, la cual es definida por pliegues retinianos rígidos. El grado C es
subdividido en forma anterior y posterior y tiene como marca anatómica la margen posterior de
la base del vítreo. La extensión de la proliferación es expresada en números de horas de la retina
envuelta en el proceso, de 1 a 12 horas. Frecuentemente, las proliferaciones no son continuas.
GRADO C TIPO 1
Contracción focal posterior, representada por “star folds” aislados o múltiples. Ocurre sólo poste-
riormente a la margen posterior de la base del vítreo.
GRADO C TIPO 2
Contracción posterior difusa. Resulta de la confluencia de múltiples epicentros de contracción y es
marcado por pliegues o arrugas retinianas irregulares. Esta forma también ocurre posteriormente
a la margen posterior de la base del vítreo.
26 R E T I N O PAT Í A D I A B É T I C A Y T É C N I C A S D E T R ATA M I E N T O
GRADO C TIPO 3
Contracción subretiniana o retroretiniana. Puede aparecer como una arruga anular de la retina en
el área próxima al nervio óptico o como una faja linear que puede ser simple o ramificada. Estas
alteraciones pueden ser encontradas posteriormente o anteriormente.
GRADO C TIPO 4
Contracción circunferencial a lo largo de la margen posterior del vítreo con desprendimiento de
retina. La retina periférica está estirada con pliegues o arrugas retinianas radiales, que pueden ser
observadas extendiéndose posteriormente a la margen posterior de la base del vítreo.
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GRADO C TIPO 5
Desprendimiento anterior de la base del vítreo. La margen posterior de la base del vítreo es tirada
anteriormente por el tejido proliferativo y se prende a la pars plicata del cuerpo ciliar, superficie
posterior del iris o margen pupilar. Esto crea una arruga circunferencial en la retina. Los procesos
ciliares pueden estar estirados y cubiertos de membranas. La hipotonía ocular puede ocurrir en
este estadio como consecuencia al comprometimiento de los procesos ciliares por las membranas.
• 1: Tipo 1 = Focal
• 2: Tipo 2 = Difuso
• 3: Tipo 3 = Subretiniana
• 4: Tipo 4 = Circunferencial
• 5: Tipo 5 = Desprendimiento anterior
de la base vítrea
28 R E T I N O PAT Í A D I A B É T I C A Y T É C N I C A S D E T R ATA M I E N T O
VI. TRATAMIENTO QUIRÚRGICO DE LA RETINOPATÍA DIABÉTICA
(Indicaciones de vitrectomía)
• Hemorragia vítrea.
• Proliferación fibrovascular activa o D.R. traccional.
• Tracción combinada y D.R. traccional regmatogénico.
• Proliferación fibrovascular (a pesar de que haya panfotocoagulación) sin hemovítreo
y buena agudeza visual.
• Edema macular diabético, con tracción de la hialoides posterior.
• Fibrosis pre-macular (tracción de la mácula por proliferación fibrosa de la hialoides
posterior).
• Hemorragia pre-macular densa, si hay proliferación fibrovascular activa.
• Proliferación fibrovascular anterior de la hialoides.
• Neovascularización del iris y ángulo con opacificación de los medios.
HEMORRAGIA VÍTREA
En la actualidad, representa un 10% de las indicaciones de vitrectomía en diabéticos. Tradicional-
mente los especialistas esperaban 6 meses para que la hemorragia vítrea se aclarara, para indicar la
vitrectomía. Actualmente, tenemos nuevas recomendaciones basadas en resultados del Estudio de
la Retinopatía Diabética-Vitrectomía. El estudio demostró que en diabéticos Tipo I deben some-
terse a vitrectomía de forma temprana y no tardía.
Diabetes Tipo I
• Paciente fotocoagulado, esperar 3 meses para realizar vitrectomía.
• Paciente no fotocoagulado, esperar 1 mes.
Diabetes Tipo II
• Esperar de 3 a 6 meses, siendo más fácil realizar la vitrectomía, ya que la sangre está coagulada
y presenta desprendimiento de vítreo posterior.
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En general, la posibilidades de lograr una agudeza visual de 20/40 o mejor fueron significativa-
mente mayores y las probabilidades de quedar con una visión deficiente fueron menores. A pesar
de que esto no sea válido para la Diabetes tipo II.
¿Cuándo operar?
Operar un paciente con hemorragia vítrea depende de muchos factores:
Pérdida visual
La severidad de la hemorragia y el grado de pérdida visual continúan siendo la indicación más
importante en la cirugía. La mayoría de las hemorragias que no incapacitan al paciente no son
indicaciones para realizar la cirugía.
Frecuencia de hemorragia
Las hemorragias leves a moderadas a menudo pueden ser incapacitantes para el paciente, como
resultado de la cronicidad del problema. Normalmente, realizamos la cirugía en pacientes que pre-
sentan una hemorragia vítrea severa. Sin embargo, la hemorragia leve recurrente también podría
ser una indicación quirúrgica.
Factores sistémicos
La severidad de la enfermedad sistémica, la expectativa de vida del paciente y el riesgo anestésico
juegan un papel importante en la decisión de la intervención quirúrgica.
30 R E T I N O PAT Í A D I A B É T I C A Y T É C N I C A S D E T R ATA M I E N T O
Neovascularización del iris
La neovascularización progresiva del iris debe ser considerada como una indicación relativa para la
cirugía, si se piensa que una fotocoagulación más extensa va a tener pocas probabilidades de con-
trolar el proceso neovascular del iris. La neovascularización del iris indica un pronóstico pobre.
31
inicial descrita cuando el Dr. Machemer realizó la primera vitrectomía en un paciente diabético.
La importancia de la cirugía, independientemente de las técnicas usadas, es la remoción de todas
las opacidades de los medios y la liberación de las tracciones anteroposterior y tangencial.
Segmentación
La segmentación del tejido fibrovascular es realizada a través de una vitrectomía posterior por pars
plana con tres entradas para remover las opacidades del gel vítreo y para liberar la tracción ante-
roposterior. Las tijeras son utilizadas para segmentar el tejido fibrovascular posterior. La segmen-
tación es dirigida de anterior a posterior, incluyendo alrededor de la cabeza del nervio óptico y las
islas o epicentro del tejido fibrovascular. Con esto la tracción tangencial es también liberada.
El cirujano finaliza realizando la endofotocoagulación, y si se presentan roturas iatrogénicas o
preexistentes deberá realizar intercambio fluido-gas.
Disección en bloque
La disección en bloque del tejido fibrovascular y hialoides posterior tiene como finalidad remover el
vítreo y las membranas vitreoretinianas asociadas, las cuales son removidas como una única unidad.
En la disección en bloque, después de la vitrectomía central para limpiar opacidades, se realiza una
abertura en la hialoides posterior con un vitrector, extendiéndose en un área aproximada de 90º.
Si el vítreo posterior está ampliamente separado de la retina, esto se logra mucho más fácilmente.
En ojos con una mínima separación del vítreo debemos realizar una abertura con un microbisturí
vitreoretinal y un gancho de membrana para separar el área de la hialoides posterior. Se realiza una
abertura amplia con un instrumento de vitrectomía. La abertura se extiende hasta un punto que
quede cerca de las fibrosis fibroretinianas posteriores. El vítreo anterior de esas fibrosis vitreoreti-
nianas se deja intacto, a pesar de que tenga separación periférica del vítreo y la retina. Sirve para
fijar las membranas fibrovasculares posteriores, facilitando de ese modo el proceso de disección.
En realidad, esta técnica utiliza el vítreo como un tercer instrumento para elevar las membranas
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fibrovasculares. Al dejar la hialoides intacta, facilita levantar en forma atraumática el borde de la
membrana para identificar el epicentro vascular antes de cortar y sapararlo de la retina. La disec-
ción generalmente es iniciada posteriormente y se extiende anteriormente. Si la hialoides puede
ser separada del área macular hasta el disco óptico, la disección generalmente es iniciada cerca del
disco óptico. Esas adherencias pueden ser separadas con frecuencia en forma atraumática, usando
la punta cerrada de las tijeras o un gancho de membranas. El cirujano puede generalmente locali-
zar un plano entre la retina y la hialoides alrededor del disco óptico. Mientras la retina es vigilada,
la hialoides es disecada y el tejido separado del disco óptico.
Cualquier adherencia fuerte debe ser cortada de la misma forma que las otras adherencias vitreo-
retinianas. El tejido fibrovascular y la hialoides posterior son levantados, usando un gancho curvo
iluminador, mientras las tijeras horizontales de Sutherland son utilizadas para cortar las membra-
nas fibrovasculares en sus epicentros, donde ellas emergen de la retina. Una vez que el epicentro
es seccionado, se identifica otro epicentro y se realiza otra maniobra semejante, hasta que todos
los epicentros hayan sido seccionados y todo el tejido fibrovascular y la hialoides completamente
removidos de la retina.
Una ventaja de usar la técnica en bloque es que presenta menos sangrado durante la cirugía. Cuan-
do los vasos sanguíneos emergen de la retina, mantienen su capa muscularis a su alrededor. Por
lo tanto, al seccionar estos vasos se contraen y el sangrado se detiene espontáneamente. Cuando
un vaso deja la retina ya no está cubierto por la capa muscular. Por lo tanto en este momento al
seccionar un vaso el sangrado es abundante. “Esta es otra desventaja de la segmentación”. Una vez
que el tejido fibrovascular y la hialoides posterior fueron seccionados de la retina, el vitreotomo es
utilizado para seccionar y remover todo ese tejido.
Delaminación Bimanual
La delaminación bimanual del tejido fibrovascular y hialoideo posterior alcanza los mismos pro-
pósitos de la separación en bloque:
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En esta técnica, en lugar de usar el vítreo como tercer instrumento el cirujano utiliza otro instrumen-
to llamado manipulador. Con esta técnica quirúrgica el cirujano comienza por una vitrectomía por
pars plana de tres entradas, realizando una vitrectomía completa de la corteza posterior de modo que
toda la tracción anteroposterior sea liberada. Usamos, pues, una combinación de tijeras vitreoretinia-
nas y/o manipulador con propósito de remover el tejido fibrovascular y la hialoides posterior. Con
el manipulador, el cirujano puede sostener el tejido fibrovascular y levantarlo, identificando así los
epicentros, los cuales son seccionados con tijeras horizontales o tijeras MPC.
Si ocurre sangrado, el manipulador también puede lavar la sangre. La diatermia es aplicada en el vaso
que está sangrando. Esta técnica se asocia con un mayor riesgo de roturas retinianas iatrogénicas, las
cuales ocurren en un 30% de los pacientes. Si existe una rotura retiniana, sea preexistente o iatrogéni-
ca, se realiza el intercambio fluido-aire y aplicamos endofotocoagulación antes de acabar la cirugía.
Viscodisección
Otra técnica quirúrgica que podemos utilizar, sea con la disección en bloque del tejido fibrovas-
cular o con la disección bimanual, es la viscodisección; la utilizamos cuando existen adhesiones
amplias entre la hialoides posterior y el tejido fibrovascular con la retina. Usando una cánula
pequeña, el cirujano puede inyectar viscoelástico entre la hialoides posterior, el tejido fibrovas-
cular y la retina, para diferenciar un mejor plano donde los epicentros pueden encontrarse y ser
seccionados. Esta técnica debe ser usada con mucho cuidado, ya que en el caso de las adherencias
amplias se utilizan cantidades importantes de viscoelástico, pudiendo ocurrir un desgarro en la
retina durante la cirugía.
Indentación Escleral
No realizar durante la vitrectomía diabética, si no existe una diálisis retiniana. En los desprendi-
mientos de retina por tracción en los diabéticos o los desprendimientos regmatogénicos combi-
nados por tracción existen roturas retinianas posteriormente, y por eso no requiere soporte a la
base vítrea, más aún colocar un cerclaje escleral en ojos diabéticos con grandes áreas de isquemia,
porque aumentaremos la isquemia en el segmento anterior.
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PROLIFERACIÓN FIBROVASCULAR AVANZADA, SEVERA, PROGRESIVA
La proliferación fibrovascular avanzada, severa, progresiva, a pesar de que realicemos panfotocoa-
gulación en la retina, es otra indicación para la cirugía. Sabemos que algunos ojos con prolifera-
ción fibrovascular activa y buena agudeza visual podrían tener importantes mejorías con la cirugía.
El objetivo es controlar el proceso proliferativo, mejorando así la visión a largo plazo.
Hemorragia
La hemorragia debe evitarse siempre que sea posible. Si observamos hemorragia debemos tomar
las medidas para detenerla inmediatamente. El corte a través de las membranas fibrovasculares
produce una hemorragia, que es con frecuencia muy difícil de detener. Una ventaja de la técnica
en bloque o delaminación bimanual es que los epicentros vasculares son cortados en su origen,
por lo tanto hay un vaso solo que sangra en lugar de muchos vasos pequeños de la membrana
fibrovascular. Cuando cortamos el vaso del epicentro vascular, con frecuencia deja de sangrar
espontáneamente o por elevación de la presión intraocular durante un período corto de tiempo.
La diatermia se aplica solamente si los tejidos sangran nuevamente cuando la presión intraocular
es normalizada. La sangre en la superficie retiniana debe ser removida lo más rápido posible, pre-
ferentemente antes de coagular. Si coagula deberemos removerla con mucho cuidado de la retina
vigilando no hacer mucha tracción. En raras ocasiones es necesario cortar el coágulo con tijeras
fuera de las áreas donde se encuentra adherido. La hemorragia intensa y continua puede detenerse
con infusión de trombina aunque pocas veces ha sido necesario.
Roturas retinianas
Las roturas retinianas pueden ocurrir posteriormente o en la periferia. La diálisis retiniana puede
aparecer si colocamos instrumentos a través de las esclerotomías. La eliminación de vítreo fuera
de la esclerotomía puede desencadenar una rotura en herradura en el borde posterior de la base
vítrea en el lugar de la esclerotomía, ése es un factor importante de rotura. La eliminación del ví-
treo puede ser reducida, deteniendo la infusión de líquido dentro del ojo cuando los instrumentos
fueron retirados. Siempre al finalizar la vitrectomía debemos examinar la periferia retiniana con la
oftalmoscopía binocular indirecta y con depresión escleral para detectar roturas en la retina. Las
roturas pequeñas sin tracción, en los 200 grados superiores de la retina, pueden ser tratados con
crioterapia o laserterapia y tamponamiento.
Si encontramos una rotura inferior, o si hay tracción persistente en la rotura, será necesario colocar
un cerclaje escleral. Las roturas retinianas posteriores pueden ocurrir durante la disección de las
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membranas, generalmente sucede cerca de las áreas de adhesión vitreoretiniana o en los epicentros
de las proliferaciones fibrovasculares. Son causadas por la tracción sobre la retina durante la sepa-
ración de la hialoides alrededor de los epicentros vasculares o cuando se separa el epicentro.
Las roturas retinianas ocurren con mayor frecuencia por desprendimientos por tracción, en ojos
con retina isquémica, desprendimientos crónicos con membranas fibrosas, en donde la retina está
atrófica con amplias adherencias vitreoretinianas. En caso de detectar una rotura retiniana, es muy
importante liberar toda la tracción para evitar el desprendimiento de retina postquirúrgico. Si la
tracción es adecuadamente liberada de una rotura de retina posterior, generalmente no precisamos
de una identación radial para dar soporte a esa rotura. Los desprendimientos de retina no ocurren
si las roturas no están asociadas con tracción y si están rodeadas de fotocoagulación.
La patogénesis del edema macular diabético es multifactorial; el vítreo tiene un papel importante
tanto en la formación o agravamiento del edema macular diabético. En este caso indicamos vitrec-
tomía cortical con tres entradas. La hialiodes posterior es fijada con bisturí de miringotomía curvo
(como la hialiodes posterior está engrosada, es fácil fijarla y levantarla de la retina sensorial).
Usando pinzas intraoculares, separamos la hialiodes posterior, si es posible, del borde posterior
de la base del vítreo. La mayoría de estos pacientes tienen una recuperación completa del edema
macular con mejora en la agudeza visual. A veces podemos determinar con la Tomografía de Co-
herencia Óptica que estos pacientes presentan un desprendimiento poco profundo, lo cual explica
las imágenes características de las angiografías y la mejora en la agudeza visual.
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FIBROSIS PREMACULAR
Esta alteración es muy semejante a los pliegues maculares de los paciente diabéticos. Es la proli-
feración fibrosa de la hialoides posterior que está provocando la tracción de la mácula con poste-
rior desprendimiento de la misma o ectopía foveal. En estos casos existe muy poca proliferación
vascular. Si esta proliferación fibrosa es opaca e interfiere en la agudeza visual o si causa tracción
macular con ectopía foveal, podemos recomendar la vitrectomía con la separación de la hialoides
posterior y remoción de la proliferación fibrosa, mejorando de esta forma el pronóstico visual de
estos pacientes.
Si se decide optar por la cirugía, la técnica quirúrgica es la vitrectomía por pars plana con tres
entradas, realizando una apertura en la hialoides posterior y en la región macular. Usamos una
cánula de extrusión para absorber la sangre premacular y podemos tratar de remover todo el vítreo
cortical y la hialiodes posterior, ya que éstos son la base de la proliferación fibrovascular.
Sabemos que la proliferación hialoidea anterior es la complicación postquirúrgica severa más fre-
cuente en la vitrectomía por retinopatía diabética, por ende es la causa más común de fracaso visual
después de la vitrectomía diabética. Debemos vigilar muy de cerca para poder realizar un diagnóstico
rápido y correcto de la proliferación hialoidea fibrovascular anterior. La primera manifestación es
la hemorragia dentro de la cavidad vítrea, en la hialoides anterior o en el espacio entre la hialoides
anterior y la cápsula anterior del cristalino, de 3 a 8 semanas después. Podemos observar también
una línea fina de tejidos en la cápsula anterior del cristalino o alrededor de la retina hasta la cápsula
posterior del cristalino. Normalmente no es posible observar por mucho tiempo los vasos de la hia-
loides anterior o los vasos extraretinianos, porque estos ojos desarrollan una hemorragia severa que
opacifica los vasos. En algunos pacientes sin vitrectomía podemos observar alteraciones semejantes,
lo grave de esto es que a veces no tienen perfusión capilar retiniana, por lo que debemos realizar el
diagnóstico de forma rápida para evitar que esta situación acabe con ptisis bulbi.
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Por las estadísticas y trabajos desarrollados a lo largo de estos últimos años, podemos decir que los
pacientes diabéticos que desenvuelven con más posibilidad la proliferación fibrovascular hialoidea
son hombres jóvenes con una diabetes tipo I de larga duración, con isquemia retiniana y neovas-
cularización florida a pesar de que hayan sido tratados con panfotocoagulación retiniana. Estos
pacientes desarrollan desprendimiento de retina traccional con indicación para la vitrectomía.
Tenemos que tener en cuenta también que la colocación del cerclaje escleral circunferencial es un
factor para desenvolver la proliferación hialoidea fibrovascular anterior.
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