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I.

LA MORA

1. Definición
a. En sentido etimológico, proviene del griego para significar retardo, en este mismo sentido lo
emplea algunas veces el Legislador; por ejemplo: en el Artículo 970 del Código Civil que dice: “Si
el albacea está en mora de comparecer, puede darse por caducado su nombramiento”.

b. En su acepción jurídica: Significa retardo culposo, tardanza culposa en el cumplimiento de


las obligaciones, porque si hay una simple tardanza derivada de circunstancias extrañas no
imputables, esa tardanza no configura la mora, se requiere siempre con carácter fatal y
necesario, que esa tardanza sea culposa.

2. Clases:
a. La mora del deudor (solvendi).
b. La mora del acreedor (accipiendi).

Mora Solvendi: Es el retardo contrario a derecho, en el cumplimiento de la prestación por parte del
deudor por una causa que le es imputable. Es una de las formas en que se manifiesta la culpa del
deudor, en el incumplimiento de su obligación que lo obliga a indemnizar los daños y perjuicios que tal
tardanza ocasione al acreedor.

Mora Accipiendi: Es el retardo contrario a derecho en la exigencia del cumplimiento de la prestación


por parte del acreedor, por una causa que le es imputable, Esta mora no la contempla nuestro Código
Civil. Se debe diferenciar, el retardo, de la mora, toda mora lleva implícito un retardo, una tardanza en
el cumplimiento de la obligación, pero no todo retardo, constituye mora, pues para que ésta se
constituya debe reunir todas las condiciones exigidas en la Ley.

II. LA MORA INTERPELATORIA

Requisitos.
1. Se requiere una obligación válida: La obligación anulable o nula, o la obligación natural no
dan lugar a la mora del deudor.

2. El cumplimiento de la obligación debe ser posible:


Cuando el cumplimiento es imposible no se puede hablar de tardanza, sino de incumplimiento
absoluto a secas, por ello, el Código Civil, al hablar de la mora, se refiere a las obligaciones que
tienen por contenido una prestación de dar o de hacer; se excluye a las prestaciones de no hacer,
porque en estas no es posible imaginar una tardanza en su cumplimiento, sólo existe a posibilidad
de cumplir, nunca existirá tardanza en su cumplimiento.

3. El crédito debe ser cierto, líquido y exigible:


Cierto: El deudor debe saber la existencia de su obligación, el deudor debe conocer qué debe,
cuánto debe.

Exigible: no será deuda exigible la que esté sujeta a condición o término; sabemos en lo alusivo al
término, que en la mayoría de los casos se pacta en interés del deudor, aunque exista la posibilidad
de que las partes fijen un término en beneficio del acreedor.

Ejemplo:
En el depósito, el término se pacta en beneficio del depositante. En torno a la exigibilidad de la
deuda se puede presentar el caso en el cual el acreedor, sin haber cumplido con su prestación,
trata de poner, en mora al deudor, este incumplimiento del acreedor, permite al deudor que él
oponga la excepción non adimpleti contractus, en relación a un contrato bilateral; en éste caso, la
mora no procede porque la deuda no es exigible: Líquido: es el crédito cuya cuantía está
determinada o puede establecerse en un plazo breve. Es Líquido: el que no ha sido cuantificado en
una cifra; el que no puede estimarse en un término breve, por carecer de los elementos necesarios
para fijar su quantum. En torno a la liquidez de la deuda se pueden presentar las siguientes situa-
ciones:

Io. Si para la liquidación de la deuda es necesaria la intervención del deudor, el acreedor debe
ponerlo en mora, para que rinda cuentas y luego procederá la intimación del pago de la
obligación. Ejemplo: El administrador de negocios.

2o. Si no es necesaria la intervención del deudor, el acreedor fijará en su interpelación una suma
aproximada y manifestará su voluntad de atenerse a la suma exacta que arroje la liquidación
que se haga.

4. El retardo debe ser culposo: Debe obedecer a una causa que sea imputable al deudor, si la
tardanza obedece a una causa que no es imputable al deudor, debe aplicarse la Teoría de los
Riesgos contractuales.

5. Como condición esencial se requiere en las obligaciones sin plazo la Interpelación, llamada
también Intimación o requerimiento, mediante la cual el acreedor exige al deudor, el
cumplimiento de la obligación, porque puede ser, que el deudor esté en tardanza en el
cumplimiento, sin que haya pasado a ser mora, hace falta la intimación, o acto mediante el cual el
acreedor manifiesta su voluntad al deudor de ser pagado inmediatamente.

III. MEDIOS JUDICIALES Y EXTRAJUDICIALES PARA CONSTITUIR LA INTIMACIÓN

1. Quién puede hacer la intimación


a) El propio acreedor.
b) El mandatario del acreedor con poder suficiente
c) El gestor de negocio cuando se trate de una deuda proveniente de la misma gestión, si ésta ha
sido ratificada por el dueño del negocio gestionado.

2. A quién debe hacerse la intimación


Al propio deudor;
a) Al mandatario del deudor, facultado para pagar la obligación;
b) Al dueño del negocio gestionado, por deudas relativas a la gestión, si éste las ha ratificado.

3. En qué momento o cuándo debe hacerse la intimación


Una vez que sea exigible la obligación, la intimación hecha antes de que la obligación sea exigible, no
tendrá ningún efecto.

4. Formalidades que debe reunir la intimación


Sustanciales.
La manifestación de voluntad del acreedor de ser pagado de inmediato.
1) Debe ser precisa en la cantidad a deuda;
2) En el momento en que la obligación sea exigible; y
3) Por cosas relacionadas con la obligación.

a. Extrínsecas:
1) Es o no procedente la interpelación verbal. La mayoría de los tratadistas exigen
expresamente la interpelación escrita; nuestro Código Civil se pronuncia por la
intimación escrita, por cuanto habla en el Artículo 1269 de un “requerimiento u otro
equivalente” por lo cual es necesario que conste por escrito; no como solemnidad de carácter
instrumental, sino como medio idóneo y seguro.

2) En nuestro derecho, se discute si es necesaria la intimación judicial, o basta una simple carta
para conformarla.
De acuerdo al Artículo 1969 del Código Civil, que trata de la prescripción, se deduce que la
carta no es suficiente para constituir en mora el deudor, que el procedimiento para ello es
judicial y no extrajudicial. Dicho Artículo al hablar de la interrupción de la prescripción,
configura también la intimación cuando se refiere a demanda judicial, decreto, acto de
embargo; o cualquier otro acto que sea suficiente para constituir la mora; y como excepción,
dice que si se trata de prescripción de créditos, para interrumpirla basta el cobro extra
judicial.

3) No todos los casos con los cuales se interrumpe la prescripción, conllevan siempre a la
intimación.

Ejemplo:
El simple registro del libelo de la demanda con el auto de admisión y comparecencia al pie. Si bien
interrumpe la prescripción, no constituye intimación, porque el deudor desconoce la voluntad de
cobro por parte del acreedor.

4) La citación del demandado, que también interrumpe la prescripción sí configura un acto de


intimación. Es decir, que no debe confundirse la interrupción de la prescripción que sólo persigue
el reconocimiento del crédito, con la intimación que supone la voluntad del acreedor de ser pagado
de inmediato. Todos los casos de constitución en mora son casos de interrupción de la prescripción,
pero no todos los casos de interrupción de la prescripción son suficientes para constituir en mora.

5) Un caso en el cual la interpelación debe constar por escrito, sin que revista las
características de solemnidad instrumental, se da en IG prueba de posiciones juradas. Se
pregunta: Diga cómo es cierto que yo le cobré a usted y le exigí que me pagara el crédito
en tal fecha. Si el absol- vente o deudor moroso, contesta afirmativamente, se está
probando la intimación, sin que exista una prueba instrumental, un documento
anterior, existe solamente la confesión o reconocimiento del deudor de haber sido
Intimado, con lo cual no existe duda de que incurrió en mora.

6) En la eventualidad de que el deudor niegue la existencia de la intimación, ante el silencio de la


Ley, es necesario conseguir un medio idóneo y seguro, lo aconsejable es realizarla por intermedio
de los órganos jurisdiccionales, por vía de la jurisdicción voluntaria o no contenciosa, o por vía de
la jurisdicción contenciosa. Veamos las dos formas:

a) Voluntaria o no Contenciosa: Hay un deudor moroso, a quien se quiere intimar, se hace la


solicitud ante el Juzgado de Municipio para que el Juez acuerde el traslado del Tribunal y su
constitución en la residencia o lugar en donde se encuentra el deudor, y lo ponga en cuenta o le
haga saber de que es voluntad del acreedor que debe pagar en forma inmediata tal obligación,
haciendo descripción de los detalles pertinentes del crédito. Trasladado el Tribunal al lugar donde
se encuentra el deudor se levanta el acta respectiva, firma el Juez, el secretario, (si no firma el
intimado no importa). Al acreedor solicitante le entregan el acta como prueba de su intimación,
mediante la fe pública que da el funcionario judicial para esos fines.

b) Contenciosa. El procedimiento, se hace mediante una demanda al deudor para que pague, en la
cual se solicita medida de embargo preventivo, o sea, el que se realiza para garantizar las resultas
del juicio. En el caso de intentar la demanda, para que exista intimación, debe practicarse la
citación del deudor demandado por el alguacil, quien debe efectuarla durante horas procesales
(desde que amanece hasta que se pone el sol), a menos que se habilite el Tribunal de Urgencia. La
citación producida por efecto de demanda, es la más idónea y perfecta manera de realizar la
intimación. La medida de embargo preventivo, consiste en una verdadera intimación de pago
inmediato de la deuda cuando el deudor está ausente o haya sido notificado de ella.

En conclusión, la intimación debe realizarse por intermedio de un funcionario que de fe pública, sea
por vía de la jurisdicción voluntaria, o de la jurisdicción contenciosa.

IV. CASOS EN LOS CUALES SE REQUIERE O NO INTERPELACIÓN EN EL CÓDIGO CIVIL


VENEZOLANO

En el Código Civil Venezolano existen diferentes maneras para constituir la interpelación, según se
trate de Obligaciones sin Plazo o término y las Obligaciones con Plazo o con Término.

1. Las obligaciones sin plazo

El deudor queda constituido en mora, cuando el acreedor ha realizado la intimación o requerimiento,


para lo cual debe manifestar su voluntad de que quiere que el deudor cumpla con su obligación de
pago; cumpliendo los requisitos formales y sustanciales ya descritos en la intimación.

Ejemplo:
Alguien me debe la cantidad de 20.000,00 bolívares, obligación que consta en un documento así; Debo y
pagaré al Dr. Alberto Miliani Balza la cantidad de Bs. 20.000. La pregunta es: ¿Cuándo el deudor debe
pagarme?, porque el no tiene plazo para pagar. La respuesta es: Cuando yo le cobre dicha cantidad;
mientras no se le intime el pago, el deudor no estará en mora en esa obligación sin plazo. La intimación
es fundamental en las obligaciones sin plazo, para que el deudor pueda caer en mora.
Hay obligaciones en las que a pesar de no tener plazo, el deudor no incurre en mora, por el
simple requerimiento o intimación del acreedor, son aquellas obligaciones que por su naturaleza
exigen por necesidad que al deudor se le conceda un plazo para cumplir.

Ejemplo:
Un constructor, se obliga con uno de ustedes a construir una quinta mediante contrato, el cual contiene
todas las especificaciones, plano, costo metro cuadrado de la construcción, pisos, techos, etc., pero no se
le señala al constructor un plazo para finalizar la obra. Aquí en este caso el deudor de esa obligación, el
constructor no cae en mora desde el mismo momento en el cual el comitente exige la obra, hay que
darle al constructor el tiempo suficiente para que pueda cumplir. En síntesis, en ese tipo de
obligaciones, en las cuales la naturaleza de las prestaciones así lo exige, el deudor puede solicitar al
órgano jurisdiccional correspondiente, se le conceda a un plazo prudencial para poder cumplir, tal y
como en los casos señalados en el Artículo 1.212 del Código Civil.

2. Obligaciones con plazo o término

El Artículo 1269 del Código Civil expresa: Si la obligación es de dar o hacer, el deudor se constituye en
mora, por el solo vencimiento del plazo en la convención.

Si el plazo vence después de la muerte del deudor, el heredero no quedará constituido en mora, sino por
un requerimiento u otro acto equivalente; y, únicamente, ocho días después del requerimiento.
Sí no se establece ningún plazo en la convención, el deudor no quedará constituido en mora, sino por
un requerimiento u otro acto equivalente.
En las obligaciones sin plazo, es necesario realizar la intimación de pago al deudor, y, según esta
norma la obligación a término, no exige la interpelación, tan pronto se vence éste, automáticamente
quedará el deudor constituido en mora.

Ejemplo:
Se ha entregado una cantidad de dinero en calidad de préstamo, pagadera en un plazo de seis meses;
tan pronto vence el término o plazo concedido, automáticamente el deudor queda constituido en mora,
sin necesidad de la interpelación por parte del acreedor; es lo que se ha llamado “Dies Interpellât pro
Homine”, el día, la fecha, interpela por el hombre, es decir, el vencimiento del término se entiende
como una actitud de cobro del acreedor al deudor. Ejemplo: Deudor que se obliga a pagar el 5 de
Marzo, llegado el día 5 de marzo y no paga, ya el deudor está en tardanza culposa en el cumplimiento
de la obligación, sin necesidad de que el acreedor le cobre.

Para que pueda aplicarse el aforismo “el día interpela por el hombre” se requiere que se haya elegido
como lugar de pago el domicilio del acreedor, con esta elección el acreedor no tiene que hacer nada,
solamente esperar que el deudor venga a pagarle, Si no se le estipuló nada, con respecto al lugar de
pago, aún cuando existe un término, al vencerse el lapso, el acreedor tiene que trasladarse al domicilio
del deudora cobrar, en consecuencia, cuando el lugar de pago es el domicilio del deudor y este domicilio
no coincide con el de el acreedor, no opera el aforismo “el día interpela por el hombre”, pero, si el lugar
de pago es el domicilio del acreedor, opera el aforismo o regla de que “el día interpela por el hombre”.
Esta peculiaridad obedece a que una de las circunstancias extrañas no imputables al deudor que lo
exoneran del cumplimiento de su obligación, es la culpa del acreedor, en este caso: Si yo no he
cumplido, no es porque no quería cumplir, sino porque mi acreedor no ha venido a cobrarme en mi
domicilio, yo tenía el derecho a que el se trasladara a mi domicilio, yo estoy en tardanza, pero no en
tardanza culposa. De acuerdo a la regla supletoria del Código que dice “el lugar de pago es el domicilio
del deudor, cuando no ha elegido el domicilio del acreedor, o cuando el domicilio del acreedor y el
domicilio del deudor están ubicados en sitios diferentes”.

Crítica:
La Doctrina Francesa critica la regla “el día interpela por el hombre”, aduciendo que no hay
necesidad de diferenciar la obligación con plazo de la obligación sin plazo en el sentido de
que en la obligación sin plazo, se le exige al acreedor que intime al deudor para que caiga en mora, y en
la obligación con plazo se le obvia al acreedor de cumplir con este requisito. Dice la Doctrina Francesa
que: cuando se vence una obligación con término, ya esa obligación no tiene plazo: en
consecuencia, debe pasar a la misma categoría de las obligaciones sin plazo, con lo cual debería
exigírsele al acreedor que intimara, que hiciera la interpelación. El argumento es simple y lógico
pero a pesar de ello, el Código Civil Venezolano exime al acreedor de la obligación de intimar en las
obligaciones con término o a plazo, o sea, que opera la regla “el día interpela por el hombre”.

Esta regla de “el día interpela por el hombre”, no es aplicable en la situación sucesoral siguiente: Una
persona ha contraído una obligación a término, pendiente el término, o antes de que se venza el
término, el deudor muere, los causahabientes universales del deudor, reciben la herencia, tanto en el
aspecto activo como en el pasivo; o sea, los créditos u obligaciones, vale decir, que los deudores de
aquella obligación, son los herederos por efecto de la transmisión “Mortis Causa” que hubo. Estos
herederos deudores, no quedarán constituidos en mora, por el simple vencimiento del término, es
necesario que el acreedor, en principio del causante y que ahora lo es de los .herederos, los intime, y
sólo después de ocho días de plazo a partir de esa intimación, es cuando se les puede considerar en
mora. Si el deudor muere, vencida la obligación, ya el causante estaba en mora y los herederos también
heredan la mora. Esto en referencia a las obligaciones contractuales, o sea, las que nacen de
un contrato, porque en las obligaciones legales, la situación es diferente.
DEBEN RECALCARSE LOS ASPECTOS SIGUIENTES

A. CONDICIONES EXIGIDAS POR LA REGLA “EL DÍA


INTERPELA POR EL HOMBRE”
1. El término debe ser convencional, es decir, acordado por las partes en el contrato.
2. Debe haberse convenido en el contrato, que el pago debe hacerse en el domicilio del acreedor,
o sea, pues según las reglas del derecho común, el pago debe realizarse en el domicilio del
deudor.
3. Artículo 1213 del Código Civil: “El término debe ser cierto en fecha y acontecimientos”
(fecha calendario).

B. LA INTIMACIÓN DEL PAGO AL DEUDOR.


1. Artículo 1295: El pago debe hacerse en el lugar fijado por el contrato. Si no se ha fijado el
lugar, y se trata de cosas ciertas y determinadas, el pago debe hacerse en el lugar donde se
encontraba la cosa que forma su objeto, en la época del contrato.
Fuera de estos dos casos, el pago debe hacerse en el domicilio del deudor, salvo lo que se
establece en el Artículo 1528:
a) El pago debe hacerse en el lugar fijado por el contrato.
b) Si no se ha fijado lugar y se trata de cosa cierta y determinada, el pago debe hacerse en el
lugar donde se encontraba la cosa que forma su objeto, en la época del contrato.
c) Fuera de estos casos, el pago debe hacerse en el domicilio del deudor.

Si de la obligación contraída, se desprende que el pago debe hacerse en el domicilio del deudor, que es
distinto al del acreedor aquél, no estará obligado a trasladarse al domicilio de este para hacer el pago,
ya que tiene derecho a esperar que se le cobre en su propio domicilio. Si el acreedor, al vencimiento del
término no se traslada al domicilio del deudor a hacer efectiva su acreencia, producirá la llamada mora
accipiendi; es decir, habrá mora de su parte; y no se pueden arrojar sobre el deudor los riesgos de
la cosa.

Si el pago debe hacerse en el domicilio del acreedor, el deudor al vencimiento del término no tiene que
esperar que le vayan a cobrar, sino que debe, de acuerdo a lo convenido en el contrato, trasladarse al
domicilio del acreedor para hacer el pago. Si no lo hace en la fecha acordada y no paga, sufrirá los
efectos de la mora. Si debe hacerse el pago en un sitio diferente al del domicilio del acreedor o deudor;
el acreedor deberá trasladarse al lugar del pago, para que el deudor incurra en mora. Es conveniente
aconsejar al cliente (deudor) que en el caso de que el acreedor no se traslade al sitio, haga la oferta real
y el depósito a la brevedad posible: No habrá mora si el acreedor no comparece al lugar de pago,
cuando éste debe hacerse en un lugar distinto a su domicilio.

C. OBLIGACIONES QUE POR SU ÍNDOLE HACEN INNE CESARIO PONER EN MORA AL


DEUDOR O REALIZAR S U INTERPELA CIÓN.

1. Las obligaciones sujetas a plazo o término.


Salvo la mora de los herederos, que constituya una excepción al principio de que “el día
interpela por el hombre”.
2. Obligaciones sobre sumas de dinero. A falta de convenio entre partes contratantes, los
daños y perjuicios resultantes del retardo en el cumplimiento, consistirán en el pago del
interés legal, salvo disposiciones especiales Art. 1277.
3. Cuando el propio deudor reconoce que estaba en mora, por cuanto las formalidades de
la intimación no son “ad substantia”, luego el reconocimiento del deudor que está en mora,
suple la intimación.
4. En las obligaciones provenientes del hecho ilícito: En las obligaciones convencionales la
Ley presume cierta tolerancia del acreedor, que éste debe destruir requiriendo al pago,
mientras no se requiera habrá tardanza, pero no habrá mora. Esta tolerancia no cabe en las
obligaciones provenientes del hecho ilícito
En los casos de un deudor doloso:
a) En el pago de lo indebido: El accipiens de mala fe, cuando la cosa perece aún por caso fortuito, está
obligado a restituir al solvens el precio de la cosa para la fecha de la demanda, la Ley lo considera
en mora desde el día en que recibe el pago, y el solvens requiere la restitución inmediata de lo
pagado.
b) El gestor de negocios, que retenga dolosamente los objetos de la gestión, a partir de esa retención
dolosa, incurre en mora, sin que se requiera la interpelación por parte del dueño del negocio
gestionado.
c) La sustracción indebida de una cosa: el que haya sustraído indebidamente una cosa, corre con la
carga de los riesgos.

En el comodato:
El comodatario responde por la pérdida de la cosa, por la simple tardanza de la devolución, sin que se
requiera interpelación.
Cuando las partes así lo hayan expresado en el contrato: Por ser materia que puede ser regulada
por voluntad de las partes.

D. CASOS EN LOS CUALES NO HACE FALTA LA MORA.


1. Cuando se trata de obligaciones de no hacer: en ellas no cabe, si no un incumplimiento puro y
simple.
2. Cuando se haya vencido el término civil, para cumplir las obligaciones a términos, si el
acreedor no tiene interés en el cumplimiento de la prestación, en ellas el simple vencimiento
del término, constituye un incumplimiento y no una tardanza en el cumplimiento.
3. Cuando el deudor manifiesta claramente su voluntad de no cumplir, en cuyo caso se está en
presencia de un incumplimiento total.

V. EFECTOS DE LA MORA

1. En la Doctrina

La Doctrina, señala que la mora produce como efecto general la perpetuatio obligationi, de la cual se
deducen las siguientes conclusiones:

Io. El acreedor podrá exigir siempre el cumplimiento.


2o. El deudor corre con la carga de los riesgos y está obligado a indemnizar los daños y perjuicios que
su tardanza ocasione al acreedor, lo que se denomina intereses moratorios.

2. En el ordenamiento jurídico venezolano

En nuestro derecho no existen obligaciones perpetuas, las obligaciones nacen para extinguirse, si no
a consecuencia del pago, o del cumplimiento al menos a consecuencia de la prescripción. Si bien es
cierto que la intimación interrumpe la prescripción extintiva, esto debe entenderse como es en el
sentido de borrar todo el tiempo transcurrido hasta ese momento, o sea, impide que la prescripción
se consume, pero nuevamente comienza a correr el tiempo, para lograr otras veces la prescripción
tendría que estarse intimando continuamente para borrar los nuevos lapsos transcurridos que cuentan
para la prescripción extintiva; pero no es que la obligación se hace perpetua por efecto de la intimación.

Estos efectos son:


Io. Materializa la acción de cumplimiento por parte del acreedor.
2o. Produce la indemnización de daños y perjuicios, que la tardanza ocasiona al acreedor.
3o. Invierte la carga de los riesgos y el contrato unilateral; el deudor corre con la cargas de
los riesgos, cuando se encuentra en mora, porque si la cosa perece, o se deteriora en sus manos,
por culpa o tardanza culposa en hacer la entrega, perece o se deteriora para él, no se aplica la regla
“Res perit domino”, si la cosa perece por caso fortuito o de fuerza mayor, perece para el deudor, a
menos que demuestre que la cosa de todas maneras hubiera perecido en manos del acreedor en
caso de que la hubiera pagado en tiempo oportuno, para lo cual tendría que probar, no solamente
que si la cosa hubiera estado en manos del acreedor habría perecido, sino además, que el acreedor
no la habría llevado a otro sitio; o enajenado, lo cual constituye una prueba muy difícil.

En los contratos unilaterales: el riesgo lo sufre el acreedor, salvo aquellos que trasmiten a
propiedad como el mutuo, “Res perit creditori”.

En los contratos bilaterales traslativos de propiedad la cosa perece para el adquiriente.


Cuando el deudor incurre en mora, automáticamente se traslada hacia él la carga de los riesgos “Res
perit domino”.

En los bilaterales no traslativos de propiedad los riesgos compensan Intereses moratorios:


Son la indemnización debida al acreedor por la tardanza en el cumplimiento, esta tardanza ha podido
causar daños al acreedor, que deben serle indemnizados, sin embargo, puede darse el caso de que la
tardanza no haya causado daños, lo cual origina que la obligación de reparación no exista.

3. Cesación de los efectos de la mora

a. Cuando el deudor cumple con su obligación.


b. Cuando el acreedor renuncia al beneficio de la mora, otorga nuevo plazo al deudor que estaba en
mora.
c. Si la mora ha provenido de una demanda judicial y el acreedor pierde el juicio intentado.

4. Casos en los cuales el deudor moroso no responde por la pérdida fortuita de la cosa

Cuando demuestra que a pesar de que el pago se hubiera hecho oportunamente, habría igualmente
perecido la cosa.

a. Si la misma hubiera estado en manos del acreedor


b. Que el acreedor no la habría llevado a otro sitio.
c. Que el acreedor no la habría enajenado.

VI. MORA DEL ACREEDOR: MORA ACCIPIENDI

No está contemplada en nuestro Código Civil, sin embargo, podemos citar como ejemplo el Artículo
1634 del Código Civil referente al contrato de obras: Si quien contrató la obra se obligó a poner el
material, debe sufrir la pérdida en el caso de destruirse la obra antes de ser entregada, salvo si
hubiere habido mora en recibirla.

1. Concepto
El acreedor tiene derecho de poner en mora al deudor, pero también está obligado a conducirse como
un buen padre de familia en el cobro de su acreencia. Si el acreedor está en mora de recibir la cosa
debida, y la cosa perece, la carga de los riesgos la tiene el acreedor: Si la cosa perece el acreedor será
quien sufra la pérdida.

2. Efectos
El acreedor queda obligado a indemnizar al deudor de los gastos que haya hecho en razón de su mora.
Por ejemplo, si el deudor ha tenido que alquilar un local determinado para guardar el objeto debido, el
acreedor deberá indemnizar los gastos ocasionados por su mora, luego, los efectos son:
a. La carga de los riesgos es para el acreedor.
b. Si la cosa perece, la pérdida es para el acreedor.
c. Está obligado a indemnizar los daños y perjuicios ocasionados por su mora al deudor.
3. Requisitos

Para que exista la mora del acreedor deben cumplirse las condiciones siguientes:
a. El ofrecimiento real y subsiguiente depósito realizado por el deudor por ante un Tribunal, en el
lugar y tiempo oportuno, librando notificación al acreedor en su domicilio.
b. Que el acreedor rehúse sin justa causa, a aceptar el cumplimiento de la prestación por parte del
deudor.
Mora del deudor Artículo 1.269. — Si la obligación es de dar o de hacer, el deudor se constituye en mora por el solo vencimiento
del plazo establecido en la convención.
Plazo
Si el plazo vence después de la muerte del deudor, el heredero no quedará constituido en mora, sino por un requerimiento u otro
acto equivalente; y, únicamente ocho días después de! requerimiento.
Si no se establece ningún plazo en la convención, el deudor no quedará constituido en mora sino por un requerimiento u otro acto
equivalente.

COMENTARIO Artículo 1269: La mora es automática. Trátese de la obligación de entregar una cosa o de una deuda
de dinero, el caso es que si hay un plazo establecido, hay que cumplir dentro de él y sin necesidad de recordárselo al
deudor. Quiere esto decir que el deudor incurre en mora por el simple vencimiento del plazo o término sin
necesidad de requerimiento o notificación del acreedor.
El hecho de que el deudor incurra en mora tiene varias consecuencias jurídicas importantes. Una de ellas, es que
puede ser embargado sin previo aviso ni citación judicial (si se le diera aviso se frustraría el embargo), otra, que los
intereses moratorios empiezan a devengarse. Solamente si no se estableció plazo alguno deberá el acreedor
practicar la notificación o simplemente decirle (mejor por escrito): "Sírvase usted pagarme, etc".
Una excepción a esta regla general la establece el mismo art 1269 cuando señala que si el deudor murió antes de
vencerse la obligación, la mora no es automática si se cumple el plazo y los herederos no pagan. El acreedor deberá
requerir el pago a los herederos y éstos estarán en mora ocho días después del requerimiento, no antes.

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