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Enrique Pichón-Rivière – Esquema del Cono invertido

ESQUEMA DEL CONO INVERTIDO

El esquema del cono invertido desarrollado por Pichón Rivière, es en realidad el esquema
de toda tarea. Todo lo que sucede en un grupo y su manera de manejarse puede ser
representado por este esquema, constituyendo una escala de evaluación para interpretar
los fenómenos grupales.

El esquema del cono invertido representa la dinámica entre lo explícito y lo implícito: lo


explícito ocupa la base del cono ya que siendo lo observable, obviamente, es lo que
ocupa más superficie visible, mientras que lo implícito lo ubica en el vértice. El cono está
invertido porque representa gráficamente que lo implícito está "por debajo" de lo explícito.
Por dentro del cono circula la espiral dialéctica, que representa al proceso grupal y que,
partiendo de los universales ubicados en el vértice va ampliándose en cada vuelta
abarcando distintos niveles de la dinámica. Posteriormente Pichón agrega el esquema de
los vectores, que constituyen una escala básica de evaluación de los procesos de
interacción grupal.

AFILIACION o identificación con los procesos grupales, pero en los que el sujeto guarda
una determinada distancia, sin incluirse totalmente en el grupo. Este primer momento de
afiliación, propio de la historia de todo grupo, se convierte más tarde en pertenencia. Por
ejemplo, en el fútbol afiliados son los hinchas, pero no juegan. Es decir, aquí se estudia el
grado de identificación de los miembros del grupo, entre sí y con la tarea. La afiliación es
un primer grado (más superficial) de identificación. El afiliado "no pone el cuerpo", guarda
una cierta distancia.

PERTENENCIA implica una mayor integración al grupo, lo que permite elaborar a los
miembros del grupo una estrategia, una táctica, una técnica y una logística. La
pertenencia es lo que hace posible la planificación. La pertenencia es un segundo grado
(más profundo), que implica acortar las distancias. Así nos encontramos con miembros del
grupo que son pertenecientes, es decir, se sienten formando parte del grupo, se sienten
parte de un "nosotros". En cambio, otros miembros no son pertenecientes sino afiliados,
se sienten más en relación "yo - ellos". A veces están y a veces no, nunca se sabe si se
puede contar con ellos. No han pasado de la afiliación a la pertenencia, del yo al nosotros.
La pertenencia consiste en el sentimiento de pertenecer a un grupo determinado, donde
se ve como una afiliación más intensa, hay una identificación con los procesos grupales y
en lo referente a su tarea, su trabajo se realiza con una intensidad mayor, determinada
por ese sentimiento; hay un clima de seguridad que favorece la tarea. En la afiliación -
pertenencia se juega el conflicto necesidad - satisfacción, como determinante de la
pertenencia al grupo. En la tarea del grupo es importante determinar quiénes son afiliados
y quiénes tienen pertenencia. De todos modos, sabemos que existe una correlación
permanente y directa entre afiliados y pertenecientes, para conformar el conjunto que
tiene que llevar la tarea adelante.

COOPERACION es la capacidad de ayudarse entre sí y consiste en la contribución, aún


silenciosa, a la tarea grupal. Se establece sobre la base de roles diferenciados, siempre
que sean complementarios y no suplementarios, ya que éstos últimos llevan a la rivalidad
y de la forma que se asumen esos roles. Es a través de la cooperación como se hace
manifiesto el carácter interdisciplinario del grupo y el inter-juego de la verticalidad y
horizontalidad. Se mide por el grado de eficacia real con que cada uno de los miembros
del grupo participa para contribuir al logro o fracaso de la tarea. La eficacia real se detecta
en la realidad que emerge en las conductas y no la que se declara intencionalmente. Es a
través de la tarea que se comprueba quién coopera y quién obstaculiza. Como dice el
dicho popular: "en la cancha se ven los pingos".

PERTINENCIA se trata de un elemento poco utilizado en la evaluación de cualquier tarea.


Ser pertinente en una tarea determinada es sentirse y ubicarse direccionalmente en la
misma. Hay un criterio de utilidad, de centralidad sobre el trabajo a realizar
colectivamente; la mayor pertenencia y cooperación tienen valor si hay pertinencia.
Consiste en el centrarse del grupo en la tarea prescrita, y en el esclarecimiento de la
misma. La calidad de esta pertinencia se evalúa de acuerdo con el monto de la pre-tarea,
la creatividad y la productividad del grupo y sus aperturas hacia un proyecto. Es decir, la
pertinencia es la capacidad de centrarse en la tarea, que en el aquí y ahora es romper
estereotipos, redistribuir las ansiedades, vencer las resistencias al cambio, elaborar los
duelos, redistribuir los roles, etc. y que en la vida cotidiana puede ser resolver aspectos
referidos al trabajo, la economía, la salud, las relaciones familiares, etc. Es lo que permite
mantener en su eje el sentido verdadero del proceso corrector: que lo que aparentemente
es una reunión social donde "se van por las ramas", en un momento dado puedan "volver
al tronco" y centrarse en la tarea.
Ahora vamos a ver una serie de vectores que, sumados, son índices operativos para
cualquier tipo de trabajo. Sobre estos vectores se van a analizar algunos aspectos de las
dificultades que tienen a pertenecer, a cooperar y a tener una pertinencia adecuada. En el
otro lado del esquema del cono tenemos la comunicación, el aprendizaje y la telé.

COMUNICACIÓN puede ser verbal o pre-verbal, a través de gestos o actitudes


posturales. Creo que la representación de la trama comunicacional construida en la
reunión pasada con el ovillo es un buen analizador. Dentro de este vector tomamos en
cuenta no sólo el contenido del mensaje sino también el cómo y el quién de ese mensaje
(meta-comunicación). Cuando ambos elementos están en contradicción se configura un
malentendido dentro del grupo. En el vector de la comunicación consideramos lo que es el
proceso de comunicación, es decir, la emisión de una serie de señales, de un intercambio
entre un emisor y un receptor, con un proceso de codificación y de decodificación. En este
proceso consideramos la influencia del factor ruido o el "tercero" que interrumpe la
comunicación. Tomemos el ejemplo más común del teléfono: dos personas hablan -hay
un emisor, un receptor, un canal- se oye un ruido cualquiera que puede dar la idea de que
alguien está escuchando, inmediatamente se intensifica la codificación, se habla un
lenguaje secreto por temor a la presencia de un tercero. En ese momento nos
encontramos con ese factor perturbador de la comunicación y que puede operar en
cualquier sistema. La comunicación se puede ver perturbada en cualquiera de los
vectores haciendo del proceso de comunicación un proceso complejo y muchas veces
difícil de manjar. La comunicación es una de las vertientes más demostrativas para
detectar y visualizar perturbaciones en los vínculos entre las personas. Aquí vemos las
distintas formas en que se relacionan entre sí los miembros del grupo: uno hacia a todos -
lider; todos hacia uno - chivo emisario; dos o más entre sí excluyendo a los demás -
subgrupo; todos con todos al mismo tiempo y sin escucharse mutuamente - caos; todos
con todos respetando y escuchando la intervención del otro respetando los tiempos -
buena comunicación.

APRENDIZAJE se logra por adición de información de los integrantes del grupo,


cumpliéndose en un momento dado la ley de la dialéctica de transformación de cantidad
en calidad. Se produce un cambio cualitativo en el grupo que se traduce en términos de
resolución de ansiedades, adaptación activa a la realidad, creatividad, proyectos, etc. En
el aprendizaje sucede lo mismo que en la comunicación, hay ruidos que son obstáculos,
interfieren el proceso y éste se estanca por intromisión de aspectos colaterales.
Entendemos por aprendizaje la posibilidad de abordar un objeto, apoderarse
instrumentalmente de un conocimiento para poder operar en él, lograr una incorporación.
También es aprendizaje la capacidad del grupo y de cada uno de sus integrantes para
desarrollar conductas alternativas frente a los obstáculos, es decir, la capacidad para
resolver los problemas creativamente y no repetir siempre las mismas conductas.

TELE es una categoría universal de la situación de grupo definida por J.L. Moreno (psico-
sociólogo norteamericano-rumano creador del psicodrama) que consiste en la capacidad
o disposición que cada uno de nosotros tiene para trabajar con otros. La telé puede ser
positiva o negativa y va a determinar los factores afectivos y el clima afectivo de las
relaciones interpersonal y del grupo. Es poder elegir con quien prefiero trabajar, poder
decir "yo quiero trabajar con fulano y no puedo trabajar con mengano". Es un proceso de
reconocimiento, de reencuentro con personas que son representantes inconscientes. Es
un factor que puede favorecer la tarea o por el contrario obstaculizarla. Por supuesto que
a mayor telé positiva el proceso de aprendizaje y el clima grupal, adquiere una estructura
especial y mayor disposición a la tarea. El campo de trabajo en esa dirección es tanto
más favorable cuanto más se manifieste la telé positiva. A la inversa, la telé negativa es la
dificultad que uno tiene de trabajar con otro. Este gradiente de aceptación - rechazo se
puede detectar a través de tests sociométricos también creados por Moreno y que dan la
medida de lo que llamamos telé y que constituye un signo de trabajo.

Los vectores del cono no son compartimientos estancos, sino que se interrelacionan
dinámicamente y no están ubicados así por casualidad, sino que tienen un sentido y una
direccionalidad (hay un movimiento dialéctico). Siguen un orden de arriba hacia debajo de
izquierda a derecha para aplicarlos a la dinámica grupal. Marcos Berstein desarrolló una
técnica que denominó "el juego del ascensor" y que consiste en seguir el camino inverso
en cada uno de los lados del cono, de abajo hacia arriba. Si detectamos una falta de
pertinencia o una pertinencia negativa (es un grupo que no se puede centrar en la tarea),
significa que algo anda mal en el vector inmediato superior, en la cooperación; es decir,
predominan las fuerzas del retroceso. Y si hay una perturbación en la cooperación, esto
nos remite a que algo está fallando más arriba en el vector pertenencia; es decir, que no
han podido hacer el pasaje de la afiliación a la pertenencia, del yo al nosotros. Muchas
veces nos encontramos con situaciones de impostura, en donde los integrantes del grupo
hacen "como sí" hubieran pasado de la afiliación a la pertenencia, pero en realidad es una
pseudopertenencia.

En la otra vertiente del cono, cuando nos encontramos con una telé negativa que perturba
la marcha del grupo, en la medida que paraliza o inhibe la relación entre los integrantes, y
que aparece como irreductible, como difícil de modificar, esto significa que algo está
fallando en el nivel superior, en el vector aprendizaje. Ahí tenemos que preguntarnos cuál
es la naturaleza del obstáculo que impide recuperar otras formas de relación afectiva
distintas de las que se están repitiendo estereotipadamente. Es decir, no pueden aprender
conductas alternativas, no pueden relacionarse con los otros de una manera diferente. Y
esto nos remite al vector superior porque algo anda mal a nivel de la comunicación y hay
que detectar dónde están los cortocircuitos y los malentendidos que obturan el circuito
comunicacional, fijando la comunicación en niveles regresivos. Porque, como dice Pichón,
comunicación y aprendizaje van juntos, corren paralelos como los rieles del ferrocarril y
toda perturbación en la comunicación lleva indefectiblemente a una alteración en el
proceso de aprendizaje de la realidad, punto de partida de la enfermedad mental.

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