El esquema del cono invertido desarrollado por Pichón Rivière, es en realidad el esquema
de toda tarea. Todo lo que sucede en un grupo y su manera de manejarse puede ser
representado por este esquema, constituyendo una escala de evaluación para interpretar
los fenómenos grupales.
AFILIACION o identificación con los procesos grupales, pero en los que el sujeto guarda
una determinada distancia, sin incluirse totalmente en el grupo. Este primer momento de
afiliación, propio de la historia de todo grupo, se convierte más tarde en pertenencia. Por
ejemplo, en el fútbol afiliados son los hinchas, pero no juegan. Es decir, aquí se estudia el
grado de identificación de los miembros del grupo, entre sí y con la tarea. La afiliación es
un primer grado (más superficial) de identificación. El afiliado "no pone el cuerpo", guarda
una cierta distancia.
PERTENENCIA implica una mayor integración al grupo, lo que permite elaborar a los
miembros del grupo una estrategia, una táctica, una técnica y una logística. La
pertenencia es lo que hace posible la planificación. La pertenencia es un segundo grado
(más profundo), que implica acortar las distancias. Así nos encontramos con miembros del
grupo que son pertenecientes, es decir, se sienten formando parte del grupo, se sienten
parte de un "nosotros". En cambio, otros miembros no son pertenecientes sino afiliados,
se sienten más en relación "yo - ellos". A veces están y a veces no, nunca se sabe si se
puede contar con ellos. No han pasado de la afiliación a la pertenencia, del yo al nosotros.
La pertenencia consiste en el sentimiento de pertenecer a un grupo determinado, donde
se ve como una afiliación más intensa, hay una identificación con los procesos grupales y
en lo referente a su tarea, su trabajo se realiza con una intensidad mayor, determinada
por ese sentimiento; hay un clima de seguridad que favorece la tarea. En la afiliación -
pertenencia se juega el conflicto necesidad - satisfacción, como determinante de la
pertenencia al grupo. En la tarea del grupo es importante determinar quiénes son afiliados
y quiénes tienen pertenencia. De todos modos, sabemos que existe una correlación
permanente y directa entre afiliados y pertenecientes, para conformar el conjunto que
tiene que llevar la tarea adelante.
TELE es una categoría universal de la situación de grupo definida por J.L. Moreno (psico-
sociólogo norteamericano-rumano creador del psicodrama) que consiste en la capacidad
o disposición que cada uno de nosotros tiene para trabajar con otros. La telé puede ser
positiva o negativa y va a determinar los factores afectivos y el clima afectivo de las
relaciones interpersonal y del grupo. Es poder elegir con quien prefiero trabajar, poder
decir "yo quiero trabajar con fulano y no puedo trabajar con mengano". Es un proceso de
reconocimiento, de reencuentro con personas que son representantes inconscientes. Es
un factor que puede favorecer la tarea o por el contrario obstaculizarla. Por supuesto que
a mayor telé positiva el proceso de aprendizaje y el clima grupal, adquiere una estructura
especial y mayor disposición a la tarea. El campo de trabajo en esa dirección es tanto
más favorable cuanto más se manifieste la telé positiva. A la inversa, la telé negativa es la
dificultad que uno tiene de trabajar con otro. Este gradiente de aceptación - rechazo se
puede detectar a través de tests sociométricos también creados por Moreno y que dan la
medida de lo que llamamos telé y que constituye un signo de trabajo.
Los vectores del cono no son compartimientos estancos, sino que se interrelacionan
dinámicamente y no están ubicados así por casualidad, sino que tienen un sentido y una
direccionalidad (hay un movimiento dialéctico). Siguen un orden de arriba hacia debajo de
izquierda a derecha para aplicarlos a la dinámica grupal. Marcos Berstein desarrolló una
técnica que denominó "el juego del ascensor" y que consiste en seguir el camino inverso
en cada uno de los lados del cono, de abajo hacia arriba. Si detectamos una falta de
pertinencia o una pertinencia negativa (es un grupo que no se puede centrar en la tarea),
significa que algo anda mal en el vector inmediato superior, en la cooperación; es decir,
predominan las fuerzas del retroceso. Y si hay una perturbación en la cooperación, esto
nos remite a que algo está fallando más arriba en el vector pertenencia; es decir, que no
han podido hacer el pasaje de la afiliación a la pertenencia, del yo al nosotros. Muchas
veces nos encontramos con situaciones de impostura, en donde los integrantes del grupo
hacen "como sí" hubieran pasado de la afiliación a la pertenencia, pero en realidad es una
pseudopertenencia.
En la otra vertiente del cono, cuando nos encontramos con una telé negativa que perturba
la marcha del grupo, en la medida que paraliza o inhibe la relación entre los integrantes, y
que aparece como irreductible, como difícil de modificar, esto significa que algo está
fallando en el nivel superior, en el vector aprendizaje. Ahí tenemos que preguntarnos cuál
es la naturaleza del obstáculo que impide recuperar otras formas de relación afectiva
distintas de las que se están repitiendo estereotipadamente. Es decir, no pueden aprender
conductas alternativas, no pueden relacionarse con los otros de una manera diferente. Y
esto nos remite al vector superior porque algo anda mal a nivel de la comunicación y hay
que detectar dónde están los cortocircuitos y los malentendidos que obturan el circuito
comunicacional, fijando la comunicación en niveles regresivos. Porque, como dice Pichón,
comunicación y aprendizaje van juntos, corren paralelos como los rieles del ferrocarril y
toda perturbación en la comunicación lleva indefectiblemente a una alteración en el
proceso de aprendizaje de la realidad, punto de partida de la enfermedad mental.