Pier Paolo
Pasolini,
una fuerza
del pasado
I. La gestión cultural de Pasolini Presidente del Círculo de Bellas Artes
de Madrid en 2005
Qué duda cabe de que la sospecha de una «bowlderi-
zación» domesticadora ronda tras cualquier interven- El éxito es la otra cara de la persecución.
ción sobre la obra de Pasolini, desde la más académi- Pier Paolo Pasolini
ca a la más política. Se trata de un signo inequívoco de
la vitalidad de un autor ferozmente libre que se resiste Barcelona, mayo de 2013. Varias personas es-
con uñas y dientes a su momificación en la sección de peran a la entrada del Centro de Cultura Con-
iconoclastas de las catacumbas de la cultura oficial. Por temporánea (cccb) para visitar una exposi-
eso se hace imprescindible reconocer honradamente ción sobre un escritor y cineasta italiano. Una
estas dificultades sin arredrarse ante el reto de una re- vez dentro se atraviesa un corredor oscuro, es-
cuperación que resulta cada vez más necesaria. trecho, que pretende sugerir un túnel, después
Juan Miguel Hernández León del cual se abre un espacio donde se acumulan
132 Enero | 2014 | posmodernidad: de la crítica a la impostura
Pier Paolo Pasolini nació en la ciudad italiana La amistad es una bella cosa. En la noche de la que te
de Bolonia en 1922, hijo de Carlo Alberto Pa- hablé, cenamos en Parderno, y luego en la oscuridad
solini, un militar excombatiente en la i Gue- sin luna subimos hacia Pieve del Pino. Vimos una can-
rra Mundial, y de Susana Colussi, maestra de tidad inmensa de luciérnagas que formaban un bos-
escuela. Tanto su padre como su madre pro- quecito de fuego dentro de los bosquecitos de rama-
cedían de la región de Friule, en el extremo jes, y las envidiábamos porque se amaban, porque se
noreste de Italia, de linajes hasta cierto pun- buscaban con amorosos vuelos y luces, mientras noso-
to acomodados aunque venidos a menos, de tros éramos áridos y hombres todos en artificial vaga-
modo que el ambiente en que se crió fue en lo bundeo. Entonces pensé en lo bella que es la amistad, y
esencial el de una familia pequeñoburguesa. las comitivas de jóvenes veinteañeros que ríen con sus
Desde muy temprana edad mostró una fuer- masculinas voces inocentes, y no les importa el mundo
te predilección por su madre y cierto rechazo alrededor de ellos, continuando con sus vidas, llenan-
a su padre, manifestando un sólido fervor re- do las noches con sus gritos [...] nunca su ardor juvenil
ligioso traducido inicialmente por una postu- se muestra tan claro e impactante como cuando parece
ra de devota sumisión pero que más tarde, ad- que vuelven a ser niños inocentes, porque en sus cuer-
mitiría, se trocó en un deseo de imitar a Jesús: pos está siempre presente su total y alegre juventud1.
«me veía a mí mismo colgado en la cruz, clava-
do». Los diferentes emplazamientos militares Como ya puede entreverse, Pasolini y sus ami-
a los que iba siendo transferido su padre mo- gos se veían así mismos como Narcisos total-
tivaban continuos cambios de residencia que mente ajenos al mundo exterior, por una parte
suscitaban en el pequeño Pier Paolo trastor- aquejados de un profundo existencialismo li-
nos y dificultades para la adaptación, «pero terario, pero poseedores a su vez de un ardien-
por naturaleza yo era inadaptable: y adaptar- te vitalismo juvenil. En este punto cabe pre-
me me costaba siempre un enorme esfuer- guntarse si no sería esta una actitud comparti-
zo, por más que me gustara, que desespera- da en aquella época por gran parte de los jóve-
damente me gustara». Desde los cuatro o cin- nes italianos que manifestaban agudas inquie-
co años mostraba gran destreza con el dibujo, tudes literarias. Esta hipótesis que me atrevo
y con sólo siete años comenzó a escribir poe- a aventurar me viene sugerida por la extraor-
sía, presentando durante su adolescencia una dinaria coincidencia que he encontrado en los
creciente pasión por la literatura: entre los escritos del novelista y cineasta napolitano
quince y los diecisiete años lee con devoción Raffaele La Capria, nacido a la sazón el mismo
a Tolstoj, Shakespeare, Dostoevskij, o a poetas año que Pasolini, 1922, y que aún vive. En sus
románticos como Coleridge y Novalis, y en el Frammenti per una biografia letteraria ('Frag-
último año de instituto un profesor le descu- mentos para una biografía literaria') La Ca-
bre a Rimbaud, produciéndole una «fulgura- pria crea un alter ego llamado Cándido, quien
ción» ante la puerta que le había sido abierta: junto con sus amigos se sumerge en la lectu-
la de la poesía moderna extranjera pero tam- ra de novelas y libros de poesía, en especial la
bién italiana, como la de Ungaretti o Monta- del periodo de entreguerras, los «felices años
le. Su pasión literaria se vió acrecentada por veinte» del arte por el arte y la poesía pura:
Cul de Sac | número 3/4 135
Cándido creía que todo el mundo contenía el alien- tuosa y centelleante belleza, y me dijera: «nunca más 2. En el vientre de la ballena es
el nombre de un artículo escrito
to siguiendo estos match de la inteligencia, la mirada me verás como me ves ahora». Todo esto yo lo adver- por George Orwell en 1940 en
que describía la asombrosa
atenta al golpe y a la respuesta, como el espectador de tía como advierten los animales los fenómenos natura- transformación que había sufrido la
literatura inglesa en el curso de dos
una partida de tenis. No sospechaba, y ni siquiera los les, un terremoto, el temporal que se avecina, la erup- décadas. Mientras que en los años
interesados lo sospechaban, que la partida hacía tiem- ción de un volcán [...] Más tarde sin embargo, después treinta el criterio para evaluar la
calidad de una obra literaria se medía
po que se había terminado, que los refinamientos, las de haber leído el hermoso ensayo de Orwell titulado según su fidelidad al credo marxista,
y además «se consideraba excéntrico
inquietudes, los defectos y también no pocas de las vir- En el vientre de la ballena, no he podido evitar darle un en los círculos literarios no ser más
o menos "izquierdista" [...] [y] había
tudes de estos jugadores de entre deux guerres ya no valor simbólico a aquel verano del '42, al bombardeo comenzado a tomar forma la idea
importaban, porque en ese momento se estaban dis- [de Nápoles] visto desde lejos por unos muchachos, y [...] de que un escritor tenía que ser
activamente de izquierdas o de lo
putando otras partidas, y el tiempo de las definiciones, a aquel paréntesis marino. Y así el mar de aquel vera- contrario sería un mal escritor»... sólo
diez años antes, en el decenio de 1920,
de las frases exactas, de las certezas intelectuales, etc., no se convirtió en mi «vientre de la ballena» [...] Quien Orwell explica que la intelectualidad
británica había vivido como Jonás
se encontraba ya en su ocaso. [Cándido] en cambio, en se sumergía en él era consciente de la desmedida catás- refugiada en el vientre de la ballena, al
años tan calamitosos, preso de la melancolía de los re- trofe que nos amenazaba, pero también estaba conven- resguardo de las tormentas políticas
y los vaivenes ideológicos del mundo
siduos crepusculares de adolescencias mal vividas, cido de que, mientras nadaba, «la cosa no tenía impor- exterior, «con posibilidades de
mantener una actitud de completa
para darse un poco de ánimo y ver el mundo bajo una tancia», y que lo mejor era abandonarse pasivamente indiferencia, pase lo que pase», de
modo que para esa generación la
luz menos desolada, prefería refugiarse en los sueños y al curso de los acontecimientos, visto que no se podía literatura no era sino una simple
la vaguedad de una infancia imaginaria. hacer nada para contrarrestarlos o controlarlos. Vi- «manipulación de palabras. Juzgar
un libro por su temática era un
vir y punto, permaneciendo lo más humano posible, pecado imperdonable, e incluso
ser consciente de su temática
Por otra parte, de la misma forma que Pasolini no era una empresa menor... Pausi-lypón, una pausa al era considerado de mal gusto [...]
Cualquiera con 500 libras seguras al
sentía vivir felizmente ajeno a los hechos del dolor, una tregua a la angustia, un paréntesis azul en el año se volvía un dandy y comenzaba
mundo en la maravillosa primavera de 1941, gris de aquellos años de guerra: nunca la etimología ha a cultivar el tedio vital». Cf. Escritos
(1940-1948). Literatura y política,
La Capria experimentó una sensación análo- correspondido mejor al lugar y al momento3. Barcelona, Octaedro, 2001, pp. 27-64.
ga durante el verano de 1942, «el verano más 3. False partenze, Milano, Mondadori,
2011, pp. 15-17. La Capria se refiere
extraordinario de mi vida»; muchos años más A diferencia de La Capria, durante la prima- a la etimología de origen griego del
tarde comprendió haber vivido ese verano, a vera más feliz de su vida Pasolini no compren- nombre de la playa, Posillipo, que
procede del verbo παύω, 'cesar' (de
su manera, «en el vientre de la ballena2». Lo día aún cómo estaba a punto de precipitársele donde proceden las voces castellana e
italiana pausa) y del adjetivo λυπρός,
explica el escritor italiano en un texto titula- encima el curso del mundo, cómo debería to- 'triste, doloroso'.
do Posillipo '42: mar partido y deshacerse del Narciso existen-
cialista. Y aunque todavía no podía atisbar esa
Antes de responder a la llamada a las armas que pen- elección, sí era consciente en cambio de la lu-
día sobre mi cabeza, antes de ser arrojado como una cha que portaba en su interior; así se deduce
bomba en el crisol de la guerra universal, mi sereno de la carta que dirige a un amigo en 1940, don-
«ojo del huracán», vivido hasta derretirse, fue el mar de dice querer «asesinar a un adolescente hi-
de Posillipo. Permanecí suspendido en su burbuja azul, persensitivo y enfermo que intenta envene-
como cuando uno sueña que vuela, durante todo el ve- nar mi vida de hombre; y ya está casi moribun-
rano de 1942, el verano más extraordinario de mi vida, do. Pero sería cruel con él, pues en el fondo
el más intenso, aquel que dejó en mí una huella indele- lo amo, ya que ha sido mi vida hasta el día de
ble en mi memoria y en mi imaginación. Fue extraor- hoy». No obstante, antes de adoptar una pos-
dinario porque, dadas las circunstancias, yo sentía que tura política crítica con el fascismo le sobre-
aquel verano era el último verano feliz, y fue extraor- vino un «antifascismo literario». A mediados
dinario el hecho de que yo lo viviese sabiéndolo, mien- de 1942 fue nombrado redactor de la revista Il
tras que los veranos precedentes los había vivido en Setaccio de la gil (Juventud Italiana del Litto-
una distracción debida a demasiada juventud o a de- rio), sección juvenil del Partido Nacional Fas-
masiada inconsciencia. Ahora en cambio los ojos los cista. Durante los seis números que se edita-
tenía bien abiertos a la guerra, sabía que pronto sería rían de la misma, Pasolini realizó un examen
llamado a filas y que me vería envuelto en el desastre, y de conciencia cultural que le llevó a reconocer
sabía que después nada sería como antes. Y aun así yo la naturaleza reaccionaria y provincial del fas-
nadaba tranquilo en el silencioso regazo de la paz sub- cismo, que contemplaba con desdén y hostili-
marina que la casualidad me había concedido provisio- dad la literatura moderna que él y sus amigos
nalmente. Me parecía que la Naturaleza, en el verano tanto amaban. Así lo admitía Pasolini en la im-
de aquel año, hubiera alcanzado el culmen de su majes- portante entrevista concedida a Jean Duflot
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concluyó hasta 1871): sería con la estabilidad mejanza de lo que sí ocurriera con el euskera 6. O al menos eso me aseguró un
profesor de Lingüística de una
de la república postfascista italiana, pero so- y el catalán durante la dictadura franquista, universidad de Roma unos años atrás.
Hoy los dialectos han desaparecido,
bre todo gracias a la masiva difusión de la tele- sino que cabría hablar de un desprecio hacia habiendo dejado apenas un rastro
en el italiano estándar a través de
visión en todos los hogares italianos6, como el ellos. Debe tenerse en cuenta que, a diferencia matices como la entonación, el léxico,
toscano fue imponiéndose poco a poco en to- de lo que sucedía con estas dos lenguas ibéri- o ciertos giros expresivos.
das las regiones del país. Hecha entonces esta cas, el uso o defensa de los dialectos italianos 7. El artículo puede encontrarse
íntegro en el siguiente enlace:
aclaración, paso al artículo de El País que fir- jamás estuvo ligada, al menos hasta donde yo http://blogs.cccb.org/veus/
exposicions/pasolini-el-catala-i-
ma Emma Miguel y del que recojo los dos pá- sé, a proyectos nacionalistas y/o de indepen- barcelona/?lang=es.
rrafos iniciales, donde se obstinan en apeloto- dencia política, como parece sugerir Emma 8. El sueño del centauro, op. cit., pp.
narse los múltiples tiros que la articulista no Miguel. Más: dice que Pasolini reivindicó su 18-19.
acierta a ubicar ni en el blanco del papel. Pero uso, sobre todo el escrito, «que era inexisten-
he aquí el fragmento: te». Sí y no. El friulano hablado en Udine po-
seía una fuerte tradición literaria (y, por ende,
Pier Paolo Pasolini fue un gran defensor de las len- escrita) desde hacía siglos, mientras que el de
guas minoritarias. Su madre era de Casarsa della De- Casarsa sí constituía, según creía Pasolini, una
lizia, al nordeste de Italia, donde se habla el friulano, lengua ágrafa. Y la defensa que ejerciera nues-
una lengua románica propia del norte de Italia que fue tro escritor del friulano casarsese —induda-
muy castigada durante el régimen fascista de Benito blemente por cuestiones personales, ¿cómo si
Mussolini. Pasolini reivindicó siempre su uso, espe- no?— no se derivaba de «una actitud política
cialmente el escrito, que era inexistente. Lo hacía por en contra del régimen» que le habría converti-
cuestiones personales y como una actitud política en do en un independentista avant la lettre, sino
contra del régimen. que dicha defensa se gestó en verdad desde
En 1942, en pleno régimen fascista, Pasolini publicó una posición cultural profundamente elitis-
Poesie a Casarsa, una recopilación de poemas escri- ta. Lo que más sedujo a Pasolini es que al tra-
tos íntegramente en friulano y que supusieron un au- tarse de una lengua de campesinos, exclusiva-
téntico escándalo. Tres años después fundaba la Acca- mente oral, cuando él transcribía la palabra
demiuta di Lenga Furlana, con revista propia. Aquella friulana «rosada» ('rocío', en italiano rugiada)
publicación reivindicaba las lenguas románicas mino- constituía la primera vez que era fijada gráfi-
ritarias y la necesidad de independencia política que camente. Por tanto lo que más le golpeará en
había en algunos territorios para que sobrevivieran. una primera fase fue uno de los grandes mitos
Una de las lenguas y culturas que más interesó a Paso- de la poesía simbolista, a saber: la búsqueda de
lini fue la catalana que, como el friulano, estaba perse- una lengua pura, virgen e inmaculada de toda
guida políticamente, pero que, aún así, sobrevivía gra- elaboración literaria. Así lo explicaba el autor
cias a su tradición literaria. Consideraba que tenía que más de veinte años después en la entrevista El
ser un ejemplo a seguir por el friulano7. sueño del centauro:
Solamente el primer aserto —amén de la lo- Todos los poetas herméticos vivían de la idea de que
calidad oriunda de la madre y su ubicación el lenguaje de [la] poesía era un lenguaje absoluto [...]
geográfica— corresponde totalmente a la ver- Con mucha ingenuidad, yo tomé la posición de ser in-
dad. A partir de ahí todo va de mal en peor. En comprensible y elegí a ese efecto el dialecto friulano.
primer lugar, la autora habla de «el friulano» Para mí era el colmo del hermetismo, de la oscuridad,
como una única entidad lingüística, cuando del rechazo de la comunicación [...] Al principio, mi vi-
dicho dialecto estaba a su vez compuesto por sión era demasiado estética...8
otros, de forma que además del friulano usado
en la ciudad de Udine, existía el friulano ha- Cuando en 1943 se refugia en Casarsa, Paso-
blado en Casarsa: éste, y no otro, sería el que lini encuentra allí un grupo de jóvenes inte-
en realidad descubriría y emplearía Pasolini resados como él en la poesía y en el uso del
en su poesía. En segundo lugar, yo no me atre- friulano casarsese, y fundarán una asociación
vería a hablar de persecución política del friu- para promover su uso literario. En uno de los
lano —o de otros dialectos italianos— o de que primeros apuntes teóricos afirman que para
fuera «muy castigada» por el fascismo, a se- ellos «escribir en friulano es un afortunado
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acusándolo de formar parte de una «corrupta después sería declarado inocente). No obstan- 10. Su biógrafo Nico Naldini ha puesto
de relieve cómo Pasolini, interrogado
cultura burguesa»10. Pese a que más tarde se- te, el libro se convierte en un éxito de ventas en 1969 sobre su relación con el pci,
escurre el bulto al no hacer referencia
ría absuelto de ambos cargos, Pasolini se sien- y recibe varios premios. Pasolini se ha abierto a su expulsión del mismo, arrojando la
siguiente explicación: «he frecuentado
te acorralado, asfixiado, incapaz de proseguir un lugar en el mundo literario romano y tra- el Partido Comunista más o menos
con su vida pública tanto literaria como políti- ba amistad con escritores e intelectuales de la un año, en los años 47-48... Y luego
he hecho como un cierto número
ca. Tres meses después de la denuncia emigra talla de Sandro Penna, Carlo Emilio Gadda, o de camaradas: no renové el carné
después de su expiración». Cf. El
junto con su madre a Roma. el matrimonio de Alberto Moravia y Elsa Mo- sueño del centauro, op. cit., p. 23.
Sus primeros meses en la capital italiana rante. En 1957 publica su poemario Las ceni- 11. El lector que se sorprenda
transcurren entre muchas dificultades y es- zas de Gramsci, cuya edición se agota en sólo por una condena semejante
quedaría estupefacto de conocer en
trecheces. Su madre se ve obligada a trabajar quince días, y en 1959 su segunda novela Una profundidad las alcantarillas en las
que se desenvolvió durante décadas
de cuidadora ante la dificultad de Pasolini por vida violenta, que obtiene a su vez mucho éxi- la práctica totalidad de la crítica
literaria marxista. Un buen ejemplo
encontrar trabajo. Avergonzado por su condi- to y es premiada en un certamen literario, he- lo proporciona Orwell en su texto
ción —«me debato en una vida miserable, en cho que provoca la protesta de los partidos de- antes citado En el vientre de la ballena,
donde se recogen las siguientes
una cadena de vergüenza»— durante un tiem- mocristianos y fascistas. A estas alturas Pa- palabras del escritor sir Edward
Upward: «La crítica literaria de fines
po se abstiene de contactar con personajes del solini ha adquirido una definitiva notoriedad marxistas debe proclamar que ningún
libro escrito en el día de hoy puede ser
mundillo literario local que había conocido en pública en todo el país fruto del éxito de sus li- bueno, a no ser que haya sido escrito
años precedentes, y ocupa su tiempo en va- bros, pero en especial por las polémicas que desde un punto de vista marxista, o
casi marxista».
gabundear por las barriadas populares donde estos han generado, por sus ideas comunistas
habita el lumpenproletariado romano: el en- y por su homosexualidad. Todo ello conver-
cuentro con esos barrios de chabolas rodea- ge hacia la creación de un personaje, lo que le
dos de fango que huelen «a jazmín y a sopa hu- desagrada profundamente:
milde» marcará un punto de inflexión funda-
mental en su vida, sus ideas, y su obra. Aun- No quiero ser un personaje literario. No quiero ser re-
que ahondaré en ello con más detenimiento ducido a un objeto de pura actualidad, de superficia-
en el siguiente punto del artículo, puede de- lidad periodística [...] Se llevan a un primer plano de
cirse ya que en esos arrabales Pasolini descu- mi obra sólo los aspectos secundarios como el lengua-
brirá la existencia de un universo urbano aje- je, o la crueldad que existe en mi verdad. Un modo ele-
no a los valores burgueses, capitalistas, y ca- gante para no detenerse en cambio en la cuestión so-
tólicos, un mundo dominado por la sensuali- cial, que es para mí, en mi intención de artista, la más
dad y por la alegría de vivir donde se habla un importante.
dialecto lleno de picaresca y vitalidad, la jer-
ga de la «malavida» que Pasolini se empeña- La década de los '60 estará marcada por la in-
rá en transcribir, lápiz en mano, cada vez que cursión de Pasolini como director en el mun-
visite esos barrios. Su labor literaria siente do del cine, hecho que catapultará su fama
bien pronto las repercusiones de este encuen- por todo el globo. Películas como Accattone o
tro, que decide volcar en su obra: «no ha ha- Mamma Roma originan simultáneamente éxi-
bido ninguna elección por mi parte, sino una to, premios internacionales, acoso de los po-
especie de coacción del destino: y puesto que líticos y la prensa católica y fascista, incom-
cada uno da testimonio de aquello que cono- prensión de gran parte de la intelectualidad
ce, yo no podía sino dar testimonio de las "ba- comunista, y multitud de denuncias y proce-
rriadas" romanas». En 1955 publica su prime- sos judiciales: el 1 de marzo de 1963 se estrena
ra novela, Ragazzi di vita —Los chicos del arro- La Ricotta (una de las cuatro piezas breves que
yo—, que relata la vida del subproletariado ro- conforman un film colectivo en que también
mano trasladando su jerga y dialecto a los diá- participan Rossellini y Godard), y ese mismo
logos en toda su crudeza, lo que provoca una día la cinta es secuestrada bajo la acusación
ola de protestas: la prensa católica y fascista se de «ofensa a la religión del Estado», por lo que
le echa encima, los críticos comunistas le re- sería condenado a cuatro meses de cárcel. Se
prochan no haber dotado a sus personajes de siente cada vez más acorralado: «Mi vida pri-
una «perspectiva socialista11», y un juzgado de vada es atormentada [...] por la oficialidad,
Milán admite a trámite una denuncia por el que, literalmente, no quiere admitir mi exis-
carácter «pornográfico» de la novela (un año tencia. Y me destina a un estado —que amena-
140 Enero | 2014 | posmodernidad: de la crítica a la impostura
¡yo simpatizaba con los policías! [...] Los jóvenes que entran en el mundo neo-capitalis- 12. Resulta llamativo que estos
argumentos aparezcan tal cual en la
Porque los policías son los hijos de los pobres ta sin hacer probablemente ningún cálculo renuncian popular película italiana La mejor
juventud, trasunto de la historia
que vienen de la periferia, campesina o urbana brutalmente a los valores que tenían curso en el siste- italiana contemporánea a través de
la vida de una familia romana, en
[...] ma paleo-capitalista, o capitalista tradicional. En apa- especial de sus dos hermanos varones,
Mientras que, ¿quiénes son los estudiantes? riencia, pues, luchan contra ese neo-capitalismo, pero Matteo y Nicola. El día después de
una manifestación en la que Nicola
Son los hijos de papá animados por un santo vandalis- en realidad obedecen a pesar suyo a sus sacrílegas exi- participa como manifestante y Matteo
como policía, éste discute con Giulia
mo, gencias [...] Hoy la historia se orienta hacia un objetivo —novia de Nicola y que a la postre
militará en las Brigadas Rojas—
son los ricos que, si bien teniendo razón, único: la industrialización total del planeta [...] la hu- defendiendo a un compañero suyo
han apaleado a los pobres. [...] manidad a vista de pájaro tiende uniformemente a esa policía que, tras recibir una paliza de
los manifestantes, queda paralítico.
He pasado la vida odiando a los viejos burgueses mo- industrialización total, hacia la creación del reino de la Giulia lo justifica diciendo que él
debería haberse posicionado «con los
ralistas, tecnología sobre la tierra. pobres», a lo que Matteo responde
precisamente argumentando que
y ahora, debo odiar precozmente también a sus hijos... -¿Es precisamente esa uniformidad, ese itinerario pro- era su amigo el que procedía de una
La burguesía formó en la barricada contra sigo misma, gramado, lo que rechaza la juventud rebelde? familia muy pobre. Añádase que el
título de la película es el mismo que
los «hijos de papá» se rebelan contra los «papás»12. -Verbalmente. De palabra, sí, la juventud rechaza en uno de los más famosos poemarios
de Pasolini, La meglio gioventù,
efecto esa estandarización del hombre. Pero, en sus- publicado en 1954.
Después de la parte en verso Pasolini aña- tancia, [...] utilizan contra el neo-capitalismo unas ar- 13. El mito de la máquina, vol. ii:
día una «Apología» donde explicaba que el mas que llevan en realidad su marca de fábrica y que El pentágono del poder, Pepitas de
Calabaza ed., pp. 732-733. Traducción
poema no debía intepretarse de forma lite- sólo consiguen reforzar su propia hegemonía. Creen de Javier Rodríguez Hidalgo. Para
ahondar en esta línea consúltese
ral, sino como un ejercicio de ironía y provo- romper el círculo y no hacen más que reforzarlo. el ensayo de Thomas Frank La
conquista de lo cool. El negocio de
cación, en definitiva como una captatio ma- la cultura y la contracultura y el
levolentiae. Él se posicionaba, decía, contra Pasolini no fue el único en percatarse del ca- nacimiento del consumismo moderno,
cuya tesis central es profundamente
la institución de la policía, si bien trataba de rácter ambivalente de las revueltas de los '60 provocadora: la empresa y la
publicidad no se habrían apropiado
construir un puente de empatía hacia «los de jóvenes y estudiantes. En su obra de 1970 de la contracultura, sino que, al
contrario, la habrían creado.
policías constreñidos por la pobreza a ser El pentágono del poder, el historiador esta-
siervos», esfuerzo que los estudiantes se abs- dounidense Lewis Mumford escribía que
tenían de realizar. Les reprochaba asimismo
su pretensión de hacer tabula rasa con cual- A pesar de la justificada insatisfacción de las jóvenes
quier elemento del pasado, ya fuera artísti- generaciones respecto al modo de vida que les ofrece la
co, cultural, o cualquier cosa relacionada con hinchada prosperidad de la sociedad megatécnica, su
el mundo campesino, sumándose al proyec- propia forma de rebelarse suele demostrar que el sis-
to capitalista de industrialización total del tema de poder aún ejerce influencia sobre ellos: ya que
planeta. Pese a la dureza de sus ataques y a la también confunden indolencia con ocio, e irresponsa-
no menos virulenta respuesta que recibiera bilidad con liberación. El sedicente festival de Woods-
a raíz de ellos, la relación que Pasolini man- tock no fue la manifestación espontánea de una juven-
tuvo con «los jóvenes» osciló hasta su muer- tud exultante, sino una empresa estrictamente lucra-
te en un constante amor-odio: mientras que tiva, calculada hábilmente para explotar sus revueltas,
a comienzos de 1971 colaboraba con el grupo sus adulaciones y sus ilusiones [...] Con sus moviliza-
de extrema izquierda «Lotta continua» en la ciones masivas de coches privados y autobuses, su con-
realización del documental 12 dicembre sobre gestión del tráfico rodado y su contaminación del me-
el atentado de Milán un año antes y ofrecía su dio ambiente a gran escala, el festival de Woodstock re-
nombre como director responsable de su pe- flejó e incluso magnificó de manera burda los peores
riódico, en enero de 1973 inicia su colabora- rasgos del sistema que muchos jóvenes rebeldes pre-
ción en el periódico Corriere della sera con el tenden rechazar, cuando no destruir [...] Nuestra cul-
artículo «Contra las melenas» en que denun- tura actual, uniformadora, superregimentada y des-
cia esa estética «alternativa» como un pro- personalizada, no tiene nada que temer de este tipo de
ducto de una subcultura de protesta de ma- reacciones, igual de regimentadas, despersonalizadas y
sas: «la subcultura en el poder ha absorbido sometidas a un control externo.13
la subcultura de la oposición y se la ha apro-
piado [...] la ha convertido pacientemente en El conflicto que martiriza a Pasolini en su re-
una moda». En la entrevista El sueño del cen- lación con los jóvenes no le lleva a odiarles, ni
tauro lo explicaba así: a condenarles, sino a un «cese de amor», preci-
142 Enero | 2014 | posmodernidad: de la crítica a la impostura
a una minoría (el gueto mental). Debe renegar entera- tículo «La novela de las matanzas», que em- 15. Ídem.
mente de sí [...] Pero tan pronto como dice una palabra pezaba diciendo «Yo lo sé». Afirmaba conocer
sobre su propia experiencia de «diferente», o simple- «los nombres» de los que están detrás del te-
mente se atreve a pronunciar palabras «teñidas» del rrorismo de estado, de las conspiraciones con
sentimiento de su experiencia de «diferente», se des- la cia y el ejército, de los que han empleado a
encadena el linchamiento, como en las épocas clerical- la mafia y a la extrema derecha en los atenta-
fascistas más tenebrosas15. dos. «Lo sé. Pero no tengo pruebas. Ni siquiera
tengo indicios»:
En las últimas semanas de su vida la «incomo-
didad» que producen sus intervenciones al- Lo sé porque soy un intelectual, un escritor, que inten-
canza cotas extraordinarias. A sus propuestas ta seguir todo lo que está pasando, conocer todo lo que
para eliminar la escuela y la televisión se su- se escribe al respecto, imaginar todo lo que no se sabe o
maba su intención —artículo del 28 de agos- se calla; que ata cabos a veces lejanos, que junta las pie-
to de 1975 «Habría que procesar a los jerarcas zas desordenadas y fragmentarias de un cuadro políti-
democristianos»— de llevar ante los tribuna- co coherente, que restablece la lógica donde aparente-
les a los políticos de la Democracia Cristiana mente reinan la arbitrariedad, la locura y el misterio.
que han gobernado Italia en los últimos trein-
ta años. Pasolini enumera los cargos: Decía estar convencido de que había otros pe-
riodistas e intelectuales que también lo sa-
Deshonestidad; desprecio por los ciudadanos; defrau- bían, pero que correspondía a los políticos co-
dación de fondos públicos; cohecho con las gentes del munistas, único posible contrapoder a la de-
petróleo, con los industriales, con los banqueros; con- mocracia cristiana, denunciar los hechos y
nivencia con la mafia; alta traición en favor de una po- dar a conocer los nombres. El sábado 1 de no-
tencia extranjera; colaboración con la cia; uso ilegal de viembre, entre las cuatro y las seis de la tarde,
entes como el sid [los servicios secretos italianos]; res- concede una entrevista a Furio Colombo, con
ponsabilidad por los atentados de Milán, Brescia y Bo- el que ya se había encontrado con ese fin en
lonia (al menos por su culpable incapacidad para cas- ocasiones anteriores. Hablan de sus propues-
tigar a los ejectuores); destrucción paisajística y ur- tas radicales sobre la escuela y la televisión, su
banística de Italia; responsabilidad por la degrada- deseo de ver juzgada a la jerarquía política, y
ción antropológica de los italianos [...]; responsabili- pide a su entrevistador que mire en derredor
dad por la espantosa situación, como suele decirse, de y sea consciente de la «tragedia»: los italianos
las escuelas, de los hospitales, y de toda obra pública; son como extrañas locomotoras que chocan
responsabilidad por el abandono «salvaje» del campo; inexplicablemente unas con otras, y hablan-
responsabilidad por la explosión «salvaje» de la cultu- do sobre la complaciencia que siente la men-
ra de masas y de los mass-media [...] te italiana al achacar todo a un complot, libe-
rándola de enfrentarse a la verdad, dice: «qué
Como se ve, frente a acusaciones ligadas al de- bien si mientras nosotros estamos aquí char-
sarrollo del proceso modernizador, el intelec- lando alguno en el sótano está haciendo pla-
tual italiano acusa a los políticos conservado- nes para deshacerse de nosotros», para más
res de terrorismo de estado, corrupción, mal- adelante concluir:
versación... Pasolini decía que al hallarse solo,
en una «soledad real», no tenía «nada que per- Todos saben que mis experiencias las pago personal-
der (y por eso puedo decirlo todo), pero tam- mente [...] Quizás soy yo quien se equivoca. Pero sigo
poco tengo nada que ganar (y por eso puedo diciendo que estamos todos en peligro.
decirlo todo con mayor razón)». Por aquel en-
tonces estaba trabajando en una faraónica no- Al finalizar la entrevista, Pasolini pide al pe-
vela-ensayo que titularía Petróleo donde re- riodista revisar en su casa el material, «hay
lataba la corrupción existente en torno a las puntos que me parecen demasiado absolu-
dos mayores empresas petrolíferas italianas tos», y le dice que titule la entrevista con la
y su connivencia con las clases dirigentes. Ya frase que ha pronunciado antes: Estamos to-
un año antes de su muerte había escrito el ar- dos en peligro. Unas horas más tarde, el cuer-
144 Enero | 2014 | posmodernidad: de la crítica a la impostura
sin saber que estaba a punto de «morder el ratos y de baja calidad; transformación en los 16. George Orwell, Subir a por aire,
Barcelona, Destino, 2006, pp. 34-35.
mundo moderno»: medios de transporte (extensión del vehículo
17. Carlo Emilio Gadda, Quartieri
privado y construcción de carreteras); desa- suburbani, 1955. Esta cita está tomada
del magnífico artículo de Alfonso
La salchicha tenía una funda de plástico, naturalmen- rrollo de los medios de comunicación de ma- Berardinelli Le angosce dello sviluppo.
te [...] y entonces de repente, pop, la cosa se abrió en sas; escolarización total y obligatoria. Estos Scrittori italiani e modernizzazione
[La angustia del desarrollo. Escritores
mi boca como una pera podrida. Una especie de sabor cambios comenzaron a gestarse a comienzos italianos y la modernización], del
que me he servido para contrastar al
tenue pero horrible se extendió por mi lengua. Por un de los años cincuenta, y ya entonces algunos Pasolini crítico de la modernización
con otros escritores e intelectuales
momento no pude creerlo. Moví la lengua otra vez para intelectuales italianos reaccionaron con desa- coetáneos a él.
averiguar qué era. ¡Era pescado! ¡Una salchicha, una grado ante la religión del crecimiento:
cosa que se decía salchicha de Frankfurt, llena de pes-
cado! [...] Recordé algo que había leído en el periódi- La ciudad se dilata: la ciudad se extiende. Los urbanis-
co acerca de esas fábricas alemanas de productos ali- tas y los sociólogos, los administradores de la ciudad,
menticios donde todo lo hacen a partir de otras cosas. los constructores, los compiladores de estadísticas, los
Ersatz, lo llaman. Recordaba haber leído que ellos ha- técnicos del agua potable, del gas, de la luz, del teléfo-
cían embutidos de pescado, y el pescado, indudable- no, hablan del desarrollo de la ciudad, componen grá-
mente, de otra cosa. Tuve la sensación de haber mordi- ficos ascendentes, contemplan el crecimiento de ayer
do el mundo moderno y haber descubierto de qué esta- para afrontar el crecimiento de mañana: escriben cre-
ba hecho realmente. Así van las cosas hoy en día. Todo cimiento, desarrollo [...] Detrás de las estadísticas y
es brillante y aerodinámico y todo está hecho de otra de los diputados, incluso también de los electores, los
cosa. Celuloide, goma, acero cromado por todas par- constructores hablan y viven por y para el crecimien-
tes, arcos voltaicos brillantes toda la noche, techos de to y el desarrollo17.
vidrio sobre nuestras cabezas, radios tocando todas la
misma música, cemento cubriendo la tierra. Las tortu- La vieja Italia «pobre, agrícola, provincial»
gas de la falsa sopa de tortuga pacen bajo árboles fru- que comenzaba a desaparecer, y que vio nacer
tales neutros. Y cuando se quiere ir a lo positivo, cla- y crecer a Pasolini, impregnó su espíritu y for-
var los dientes en algo sólido, una salchicha por ejem- jó su carácter hasta tal punto que nunca sería
plo, se encuentra uno con esto. Pescado podrido en una capaz de desligarse sentimentalmente de ella.
funda de plástico, una bomba de porquería estallando Comunista desde finales de los años cuarenta,
en la boca16. su marxismo fue no obstante hasta su muerte
un marxismo «herético», apegado a dos seg-
En Italia el desarrollo del capitalismo fue ne- mentos de población tradicionalmente des-
tamente distinto. Hasta mediados de los años preciados e ignorados por los ideólogos y diri-
cincuenta el país era un «islote de atraso» que gentes comunistas: el campesinado y el lum-
giraba en torno a la agricultura, con un desa- penproletariado. Su toma de conciencia polí-
rrollo industrial que se circunscribía a algu- tica nació fruto de las luchas de los campesi-
nas áreas del norte, y que al sur de Roma con- nos del Friule que, como recuerda en la entre-
tinuaba sumido en gran medida en una eco- vista con Duflot, «sostenían un duro combate
nomía preindustrial. La Gran Transforma- contra los grandes terratenientes de la región.
ción daría paso en muy pocos años a un espec- Fue allí que tuve una primera experiencia de
tacular crecimiento y desarrollo que vino en la lucha de clases [...] La idea de comunismo,
llamarse boom o «milagro» económico y que pues, apareció naturalmente asociada, fundi-
tomó los rasgos característicos de los proce- da a la de las luchas campesinas, a las realida-
sos modernizadores: masiva emigración ru- des de la tierra». Los primeros años de su vida,
ral hacia las ciudades y crecimiento desafora- transcurridos en una región preindustrial
do de las mismas; transformación de una eco- como el Friule de los años veinte y treinta, son
nomía primaria, agrícola y ganadera, a otra in- absolutamente campesinos, experiencia que
dustrial y de servicios; mecanización e indus- dejaría en él la poderosa traza de una «terrible
trialización de la agricultura y, consecuente- nostalgia por la tierra cultivada». No obstan-
mente, destrucción del campesinado pre y pa- te, su traslado a Roma en 1950 no significó la
leoindustrial; globalización de la economía; ruptura con el mundo rural, al estar los arra-
producción en masa de bienes de consumo ba- bales romanos poblados por un subproleta-
146 Enero | 2014 | posmodernidad: de la crítica a la impostura
riado de origen campesino, de forma que «sin nía en cuenta en sus análisis los rasgos que es-
dejar de habitar en Roma, puedo decir que he taba adoptando el sistema que decía comba-
vivido fuera de la ciudad». Pasolini explica tir: «la oposición marxista debe luchar ahora
cómo con el paso de los años fue transforman- contra una forma nueva de capitalismo, un ca-
do esa inlinación en una ideología, al «viajar pitalismo [...] más duro: por tanto las normas
frecuentemente y a amar los países del Ter- y las instituciones que presiden su lucha, de-
cer Mundo, con un amor de campesino irre- berán también requerir alguna innovación
ductible [...] India [...] Marruecos, Siria, Tur- [...] el neocapitalismo está absorbiendo a los
quía...». Cuando se instala en Roma comien- estratos de proletarios acomodados y recon-
za a recorrer desde muy pronto las barriadas quistando estratos de la burguesía progresis-
de las afueras —Primavalle, Quarticciolo, Ti- ta». La nueva burguesía ya no es como la vieja,
burtino, Pietralata—, habitadas por una masa reaccionaria y católica, sino que se ha «ame-
de desheredados provenientes del centro his- ricanizado», es protestante en el sentido we-
tórico, de donde habían sido desalojados en beriano del término, es decir, comprometida
los años '30 por las autoridades fascistas con con «la eficiencia de su trabajo y de su produc-
el fin de levantar una ciudad imperial, y a los ción». Además, el desarrollo de este neocapi-
que se habían ido uniendo tras la guerra inmi- talismo está acentuando en su primera fase la
grantes del sur del país. Pasolini comprende fractura italiana Norte-Sur, dado que el «mi-
que esa Roma proletaria y subproletaria es «la lagro económico» sólo tiene lugar en sus ini-
ciudad menos católica del mundo», dado que cios en las áreas industrializadas septentrio-
el alma que la atraviesa posee una moral que nales. En el artículo de octubre de 1959, La
no es cristiana sino estoico-epicúrea, «basada culpa no es de los «teddy boys», Pasolini criti-
en una relación leal con el prójimo» y que «es ca duramente los argumentos esgrimidos por
tolerante, pero no con la tolerancia del poder, la mayoría de los científicos sociales asisten-
sino con la tolerancia singular del individuo». tes a un congreso sobre los jóvenes descarria-
Era un subproletariado orgulloso de su condi- dos de las ciudades modernas: violentos, sá-
ción, que extraía de sí mismo su cultura vital y dicos, vándalos, amorales, crueles. Niega que
los valores que regían sus días, ajeno por com- la «neurosis juvenil» caiga del cielo como te-
pleto a la burguesía y a las religiones del desa- jas sobre la cabeza de los malaventurados, del
rrollo y del bienestar, y que poseía además una mismo modo que se nace negro o judío. Paso-
lengua propia plena de vitalidad y sensuali- lini entiende bien que las causas son de origen
dad, un dialecto romano —la jerga de la «mala- social y ambiental, y considera necesario rea-
vida»— que Pasolini plasmó en sus primeras lizar una primera distinción: en el norte hay
novelas y películas. Ya no concebía el dialec- teddy boys, en el sur no. El modelo proviene
to como una veta pura desde donde extraer el de capitales como Londres o Nueva York, por-
lenguaje de la poesía, sino como «la aproxima- que «el teddy boy es el producto de la sociedad
ción más carnal a los hombres de la tierra», un neocapitalista insensibilizada moralmente»,
acercamiento concreto y material a la vida de y es el norte de Italia —en especial Milán—,
los campesinos y del lumpenproletariado. Sin en tanto que neocapitalista, donde se dan fe-
embargo la Modernización pronto se abalan- nómenos propios de ésta, como el vandalis-
zaría contra esos arrabales enfangados y lle- mo salvaje y gratuito de los teddy boys, mien-
nos de vida, amenazando con liquidar su au- tras que en el sur el tipo de delincuencia juve-
tonomía y peculiaridad así como la de todas nil existente está ligada a la miseria y al ham-
las regiones olvidadas hasta entonces por la bre, es decir, los jóvenes no cometen delitos
industria y el consumo, y Pasolini se perca- por placer, sino justificados por la necesidad
tó muy pronto del peligro. En una entrevis- económica, constituyendo por tanto una for-
ta de finales de 1958, preguntado por el nue- ma inconsciente de protesta social propia del
vo fenómeno de la televisión, Pasolini inserta- subproletariado. Subraya además otra distin-
ba el mismo «en el fenómeno general del neo- ción fundamental entre el norte y el sur italia-
capitalismo», y unos meses más tarde alerta- nos, esta vez en lo tocante a los dialectos: «en
ba del riesgo que corría el marxismo si no te- el sur no existe la lengua italiana como koinè,
Cul de Sac | número 3/4 147
consumará... Y el mundo será exactamente tal y como el hombre no sólo participa de la producción
hoy la Televisión —esa degeneración de los sentidos en masa, sino que al mismo tiempo es conver-
humanos— nos lo describe, con una estupenda y atroz tido en un producto de masas, ahogando su
inspiración profética. personalidad e individualidad. Pero además
advierte sobre una de las mayores falacias es-
En una entrevista de septiembre de 1964 pu- grimidas en este tipo de controversias: la su-
blicada bajo el título «La necesidad de comba- puesta neutralidad de la técnica, que en el de-
tir la deshumanización operada por el neoca- bate en torno a la televisión plantea la discu-
pitalismo», Pasolini empieza a concebir como sión en virtud de los usos, beneficiosos o per-
remota la posibilidad de defenderse del peli- versos, que se puedan hacer de la misma. An-
gro que entraña el proceso modernizador, y ders sostiene por el contrario que no sólo nos
admite que su mayor preocupación es que no influye y nos conforma el contenido de los
alcanza a vislumbrar cómo y cuándo ese neo- medios, «sino los medios mismos, los aparatos
capitalismo mostrará una grieta a través de mismos, que no son sólo objetos de un uso po-
la cual pueda desenvolverse una acción revo- sible, sino que determinan su utilización a tra-
lucionaria, y aduce una razón muy sutil para vés de su estructura y función fijas, y, con ello,
esta dificultad: explica que la tragedia tal vez también el estilo de nuestro quehacer y nues-
resida en no haberse dado cuenta a tiempo tra vida: en pocas palabras, a nosotros».
del riesgo, y de por tanto no haber reacciona- Uno de los escritores que vivió la moder-
do cuando aún era posible impedir que el an- nización italiana con mayor desazón fue Lu-
tiguo capitalismo culminara indemne su pro- ciano Bianciardi (1922-1971), quien descri-
pia transformación en el denominado neoca- bió la transición desde la modesta vida en el
pitalismo, siendo hoy éste casi invulnerable. campo a la acelerada y enriquecida vida de la
Para Pasolini uno de sus instrumentos capita- urbe moderna en dos novelas: La vida agria,
les de dominación es, como ya se ha esbozado, de 1962 —su único libro traducido al castella-
la televisión; y dada la persistencia con que la no y que recientemente ha conocido una nue-
crítica a la misma aparece en la obra del escri- va edición— y La integración, escrita dos años
tor italiano, y debido a la radicalidad con que antes. En esta última, entre numerosas des-
la ejerció, merece la pena detenerse un poco cripciones de la inhumanidad que se respira
en este aspecto. en las calles y las oficinas, Bianciardi muestra
Pasolini fue uno de los intelectuales que un cuadro desolador de los efectos del cine, la
más temprano percibió la nocividad que en- televisión o la publicidad:
trañaba la televisión, si bien no fue el prime-
ro. Muy pronto, integrantes de la Escuela de A las diez todas las puertas estaban cerradas, las calles
Fráncfort como Theodor Adorno, en el marco desiertas, las ventanas oscuras, circulaban solamente
de su crítica a la sociedad y la cultura de masas, los coches a gran velocidad, en todos los bares estaba la
la consideraron denigrante, aunque quizá fue- televisión encendida, y la gente estaba mirándola en si-
ra Günther Anders —en el capítulo «El mun- lencio, en las sillas dispuestas en filas cerradas, como si
do como fantasma y matriz» perteneciente a fuese un pequeño cine [...] Cuando terminaba la trans-
su libro de 1956 La obsolescencia del hombre— misión más importante, el dueño apagaba el aparato,
quien con más ahínco y saña cargara contra la gente se levantaba como un resorte, y los camareros
ese medio. Anders apunta al nacimiento de comenzaban a amontonar las sillas y a fregar el suelo.
un nuevo tipo de consumidor a raíz del adve- De modo que había que marcharse y fuera encontra-
nimiento de la televisión: el eremita-masa, es ban la calle vacía, entre hileras de casas oscuras y ce-
decir, un individuo que consume los produc- rradas, con los coches todavía en medio.
tos de la industria de masas desde la reclusión Algunas veces íbamos al cine [...] Dentro la gente esta-
en su casa, en familia o incluso a solas, y decla- ba quieta y silenciosa contemplando la publicidad de
ra obsoleta la manipulación masiva al estilo de los detergentes y los frigoríficos. Miradlos a la cara: es-
Hitler, puesto que ahora el condicionamiento tirados, con los ojos de la fiebre, ajenos a todo excep-
alcanza todos los hogares y actúa además bajo to al dinero que necesitan cada día, y que únicamente
la máscara de una presunta diversión, u ocio: alcanza para mantenerse en pie, para trabajar, seguir
Cul de Sac | número 3/4 149
trotando, y conseguir más dinero. Un círculo vicioso. personas sensatas e inteligentes semejan to-
Y la tragedia reside precisamente en el hecho de que dos bufones, resumiendo sus argumentos, ha-
de esto ellos no se dan cuenta, que se consideran pri- ciéndolos pasar por idiotas, y exprimiendo sus
vilegiados [...] Estas son las clases medias italianas, hu- ideas ahora convertidas en meros telegramas
milladas por el jefe, y todos ellos dispuestos a mover- presentados de forma edulcorada e higiénica:
se en la dirección que más le conviene al patrón. Tam-
poco sus necesidades son verdaderas: es la publicidad Todo viene presentado como dentro de un envoltorio
quien se las fabrica, día tras día. Tú querrás el frigorífi- protector, con la distancia y el tono didáctico con que
co, dice la publicidad, tú el coche nuevo, tú incluso una se discute de algo ya sucedido, hace poco quizá, pero
cara nueva. Y ellos quieren lo que impone el patrón, y sucedido, que el ojo del sabio contempla en su tranqui-
creen que esta es la vida moderna, la felicidad. Curran, lizadora objetividad.
corren como alucinados desde la mañana hasta la no-
che, para comprar aquello que creen desear. En reali- El mundo mostrado por la televisión es un
dad aquello que al patrón le gusta que se desee. mundo aparentemente feliz, donde «todo va
bien», proyectando un modelo de vida tran-
Después de la entrevista de 1958 a la que me quila y correcta propio de la burguesía, y ex-
he referido más arriba, encontramos una pe- cluyendo a los telespectadores de la pesada ta-
queña alusión en un cuestionario de la revis- rea de pensar por sí mismos. La función terri-
ta Leer de octubre de 1960 que le es enviado a blemente homologadora de la televisión le lle-
Pasolini y cuyo tema no es otro que la relación vará al final de su vida a proponer, como ense-
entre el libro y la televisión. Y ante la pregun- guida explicaré, una solución urgente y radi-
ta «¿Cree que la televisión puede contribuir a cal. La década de los sesenta transcurre para
una mayor difusión del libro?» el escritor ita- Pasolini en un desasosiego y pesimismo pro-
liano contesta que «La televisión es un instru- gresivamente mayores. Viaja sin descanso al
mento de gobierno de la burguesía italiana. Tercer Mundo —África, Oriente Medio, In-
En cuanto tal, no podrá contribuir jamás ver- dia...— con el fin de refugiarse de la civiliza-
daderamente a la difusión del libro». No obs- ción moderna en lejanos oasis preindustria-
tante, es en un artículo escrito en 1966, cuyo les. Ni siquiera sobrevive en su país el único
título dejaba poco margen a la duda, «Con- espacio que Pasolini aún sentía ajeno a las ga-
tra la televisión», donde Pasolini ataca este rras del neocapitalismo: la cultura. La moder-
medio sin piedad. Una de las noches del mes nización afecta también al rol ocupado aho-
que el escritor pasa guardando cama con mo- ra por el escritor e intelectual en la nueva so-
tivo de una úlcera y que le lleva a permane- ciedad de masas y su cultura, por extensión,
cer muchas horas frente a la pantalla, con- de masas, a la que Pasolini se opone sin am-
templa una tertulia sobre la «libertad del es- bages. En junio de 1968 protagoniza un nue-
critor» en que participan varios amigos suyos, vo escándalo —antecedente de la famosa Ab-
y Pasolini extrae distintas y dolorosas conclu- juración de la trilogía de la vida de la que ha-
siones. En primer lugar, sitúa la televisión un blaré luego— al decidir retirarse, en medio de
escalón por encima de la Inquisición debido la segunda votación, del prestigioso premio li-
al ejercicio de autocensura al que se ven com- terario Strega, que «está completa e irrepara-
pelidos sus colegas, no por miedo a ser envia- blemente en las manos del arbitrio neocapita-
dos a Siberia, sino por el «ostracismo de la te- lista». Pasolini, oponiendo los intereses cultu-
levisión, o sea, una disminución de prestigio y rales a los intereses industriales, decide com-
popularidad [...] callan porque la televisión es pletar el único gesto que es capaz de ejecutar
potente. Es potente como para representar ya con eficacia: la protesta «contra la ingerencia
en Italia (un país de analfabetos, y por tanto del mundo industrial en un campo que yo con-
un país donde no se leen ni libros ni periódi- sidero todavía, arcaicamente, no industrial
cos) la opinión pública». Pero además Pasolini [...] Repito: no quiero convertirme en cómpli-
comprende, en la línea apuntada por Anders, ce de alguna forma de este estado de cosas [...]
que es la televisión la que determina en sí mis- El Premio Strega como campo de operaciones
ma la forma del mensaje, hasta el punto de que del más brutal consumismo». Días más tarde
150 Enero | 2014 | posmodernidad: de la crítica a la impostura
cional, de tradicionalista [...] Puede que la elección ver- no artesanal preindustrial ha sido destruido 19. En una entrevista de 1989, a la
edad de 87 años, Günther Anders
dadera se sitúe a nivel de la sensibilidad, quizás sería y por tanto también su visión del mundo [...] adoptaba una postura análoga como
ejercicio de autodefensa ante el riesgo
preciso que confesara que en cierta manera no alcan- Pero para mí ese era el mundo en que he na- de destrucción que entrañaba la
civilización industrial: «Yo diría que
zo a soportar la realidad verdadera. Sencillamente, soy cido y crecido, y lo amo. No se pueden amar soy un "conservador ontológico", pues
alérgico a la civilización tecnológica, a nuestro mundo abstracciones». Corre el año 1972 y Pasoli- lo que importa hoy en día es, ante
todo, conservar el mundo, no importa
demasiado racional. ¿Y qué me queda, sino la posibili- ni comienza a entender que el mundo que cómo sea este mundo; y sólo después
veremos si lo podemos mejorar [...]
dad de expresar el reflejo del pasado? ama ya no existe. En el artículo «La Napole- Hoy en día no basta con cambiar el
mundo; lo que importa ante todo
nidad», de un año antes, hablaba de los napo- es conservarlo. Luego lo queremos
En un famoso poema fechado el 10 de junio de litanos como una raza a punto de desapare- cambiar, y mucho, incluso de manera
revolucionaria. Pero primero hemos
1962, Pasolini escribía: cer, como una tribu que al igual que los tua- de ser conservadores, en un sentido
auténtico, en un sentido que no
reg, los beja o los gitanos, rechazaban el nue- admitiría ninguno de los hombres que
se llaman a sí mismos conservadores».
Yo soy una fuerza del Pasado. vo poder, la historia, la modernización: «los Cf. «Si estoy desesperado, ¿a mí qué
Sólo en la tradición está mi amor. napolitanos han decidido extinguirse, per- me importa?», en Llámese cobardía
a esa esperanza. Entrevistas y
Vengo de las ruinas, de las iglesias, maneciendo hasta el final napolitanos, es de- declaraciones, Besatari, Bilbao, 1995,
pp. 84-85.
de los altares, de las aldeas cir, irrepetibles, irreductibles, e incorrup-
abandonadas sobre los Apeninos o los Prealpes, tibles». Ni siquiera su venerada ciudad de
donde vivieron los hermanos. Roma se salva de la extinción. En una hermo-
Doy vueltas por la Tuscolana como un loco, sa pero triste entrevista de junio de 1973 titu-
por la Appia como un perro sin dueño. lada «Roma, ¡qué hermosa fuiste un día!» ex-
O contemplo los crepúsculos, las mañanas plica que hasta hacía cinco o seis años había
sobre Roma, sobre la Ciociaria, sobre el mundo, sentido un verdadero y auténtico amor por
como los primeros actos de la Posthistoria, ella, pero ahora había cambiado «extremada-
a la que asisto, por privilegio del registro, mente para peor», transformándose en una
desde el borde extremo de una edad de las tantas ciudades italianas pequeñobur-
enterrada. Monstruoso es quien ha nacido guesas, mezquinas, católicas, presas de false-
de las entrañas de una mujer muerta. dad y neurosis. Pasolini enmarca esta trans-
Y yo, feto adulto, vago formación en un «fenómeno degenerativo
más moderno que cualquier moderno que atañe a toda la sociedad italiana»: la acul-
buscando hermanos que ya no existen. turación. Sobre todo a través de los medios
de comunicación de masas las distintas cul-
A esa temprana e ineludible constatación de turas particulares y marginales convergen en
que la fuerza de su crítica reside en su amor una «forma de cultura que homologa todo», y
por el pasado se añade su constatación de a su vez gracias a la motorización desapare-
que lo único que puede impugnar globalmen- cen las distancias y las periferias son absorbi-
te la realidad actual, el mundo moderno de das por el centro y por el modelo de vida con-
la industrialización que detesta, es el pasa- sumista y materialista que éste impone:
do: «para hacer vacilar el presente basta con-
frontarlo con el pasado». Y es que, aunque Antes los hombres y las mujeres de los arrabales no
admita que se trata de un sentimiento con- sentían ningún complejo de inferioridad por el hecho
servador, en su poema «Una desesperada vi- de no pertenecer a la clase denominada privilegiada.
talidad» escribía que él era comunista, preci- Sentían la injusticia de la pobreza, pero no tenían en-
samente, en tanto que conservador19. En una vidia del rico, del acomodado. Lo consideraban, de he-
ocasión uno de sus entrevistadores le dice cho, casi un ser inferior, incapaz de compartir su filo-
que no se puede volver atrás, y que por tan- sofía. Hoy en cambio sienten este complejo de infe-
to qué podía hacer un joven nacido hoy que rioridad.
no conocía ese pasado, a lo que Pasolini con-
testa irritado: «Sé que es absurdo volverse al Cuando llegó a Roma en 1950 se había encon-
pasado. No soy reaccionario. Pero desgracia- trado de frente a una cultura inconfundible y
damente también sé que no se puede propo- particular de sus barriadas, con sus leyes y sus
ner nada para modificar este mundo. El ca- normas emanadas quizá de una filosofía de
pital hace lo que quiere. El mundo campesi- vida pre-católica. Pero como explica en un co-
152 Enero | 2014 | posmodernidad: de la crítica a la impostura
Hemos llegado así al Pasolini combativo y pe- El fascismo, quiero repetirlo, no ha estado sustancial-
simista de los dos últimos años de su vida: el mente ni siquiera en condiciones de hacer ningún ras-
Pasolini corsario y luterano. Pese a sentirse guño al alma del pueblo italiano: el nuevo fascismo, a
cada vez más acorralado, desesperado, e in- través de los nuevos medios de comunicación y de in-
comprendido, su fama como cineasta y perso- formación (especialmente y sobre todo de la televi-
naje público es inmensa, y en enero de 1973 es sión), no sólo la ha arañado, sino que la ha lacerado,
contratado como articulista en el Corriere de- violado, mancillado para siempre20.
lla sera, el periódico de derechas más impor-
tante del país: desde esa tribuna, así como la de El 10 de junio de 1974 en su artículo «Estu-
otros periódicos o semanarios, Pasolini lanza dio sobre la revolución antropológica en Ita-
sus famosas polémicas sobre los estudiantes, lia» constata la desaparición de la Italia ru-
los extremistas de las «melenas», o el aborto. ral y paleoindustrial como consecuencia de la
Sin embargo, ahora me detendré únicamente homologación generada a través del desarro-
en el corazón de su crítica al proceso moderni- llo, el consumo, la moda, la información, la te-
zador, una crítica que culmina y aúna sus con- levisión, el coche o la vespa. En el debate an-
sideraciones de las dos décadas anteriores y tes citado que mantuvo con los comunistas de
alcanza su mayor grado de madurez en torno «Roma Joven» en noviembre de 1974, acuña-
al concepto de «revolución o mutación antro- ba esta homologación con más contundencia:
pológica». En el artículo «Aculturación y acul- «el genocidio es la aculturación del poder con-
turación» de diciembre de 1973 afirma que sumista italiano [...] Este poder arranca con
«ningún centralismo fascista ha conseguido lo violencia los antiguos modelos de vida, los an-
que el centralismo de la civilización de consu- tiguos valores de las culturas que realmente
mo». El fascismo clásico no pudo pervertir las constituyen la totalidad de la cultura italiana e
diversas culturas campesinas, lumpenproleta- impone sus propios modelos y sus propios va-
rias u obreras, ya que se limitaba a obtener su lores, y con ello destruye un tipo de ser huma-
adhesión de palabra y la represión no alcanza- no». El 24 de junio en «El verdadero fascismo
Cul de Sac | número 3/4 153
y por tanto el verdadero antifascismo» ahon- creado por el neocapitalismo, pero no con re-
da en la tesis apuntada catorce días antes, a sa- signación sino, lo que le parece más grave a
ber: el fascismo «clásico» que aún pretenden Pasolini, con un optimismo que les conduce a
encarnar los reductos de la extrema derecha querer «anexionarse el nuevo mundo creado
o los jóvenes que perpetran atentados es pu- por la civilización tecnológica» al que le atri-
ramente nominal, dado que ningún fascista buyen «una potencialidad milagrosa de resca-
aceptaría volver a la «Italia incómoda y rural... te y de regeneración». Los comunistas acep-
la Italia sin televisión y sin bienestar... la Italia tan el desarrollismo burgués y se limitan a tra-
sin motos y sin cazadoras de cuero... La Italia tar de dotarlo de un rostro más amable y hu-
con las mujeres en casa y tapadas con velos». mano, tal y como hacen en las capitales de
La obra homologadora de la revolución neo- provincia que gobiernan, como la ciudad na-
capitalista unifica las clases sociales a través tal de Pasolini: Bolonia, ciudad que a la que él
del «nuevo fascismo de consumo», cuyo «fin mismo se refiere como ciudad comunista —de
es la reorganización y la homologación brutal- iure— y consumista —de facto—.
mente totalitaria del mundo». Esta nueva ci- El texto sin duda más famoso y citado de
vilización constituye para Pasolini el más re- esos meses es el que Pasolini rebautizara para
presivo totalitarismo que se hubiera visto has- la compilación de Escritos corsarios como «El
ta entonces, y niega oponer a éste una supues- artículo de las luciérnagas», con fecha de 1 de
ta Edad de Oro a la que pretendería regre- febrero de 1975. Explica que unos diez años
sar, sino que añora el universo campesino de atrás sucedió «algo» que él señala como el
la «Edad del Pan», esto es, un mundo poblado símbolo de la ruptura y la separación de dos
por «consumidores de bienes estrictamente mundos: la desaparición de las luciérnagas.
necesarios». Añade además que esta añoran-
za no le impide entender que el mundo cam- A inicios de los años sesenta, por la polución del aire y
pesino poseía sus valores positivos y también sobre todo en el campo por la contaminación del agua
negativos, y esta plena conciencia le permite (los azules ríos y las balsas transparentes) empezaron
ejercer su crítica del mundo moderno tal cual a desaparecer las luciérnagas. El fenómeno fue fulmi-
es, de hecho lo hace «más lúcidamente al sen- nante y fulgurante. Al cabo de unos pocos años ya no
tirme desvinculado y al aceptar sólo estoica- había luciérnagas. Ahora son un recuerdo, bastante
mente vivir en él». Aunque pareciera que Pa- desgarrador, del pasado.
solini se limitara en sus últimos años a denun-
ciar el desastre en una mera actitud contem- Pasolini traza una línea divisoria en torno a
plativa, lo cierto es que perseguía que el co- esa desaparición. Antes de ella, Italia vivía su-
munismo italiano realizara un punto de in- mida en un régimen democristiano aparente-
flexión y adoptara un programa político que mente democrático, dirigido por el Vaticano y
Pasolini esboza en distintos artículos y colo- los valores que éste encarnaba, patria, familia,
quios. Se debería: obediencia, disciplina, orden, molaridad, aho-
rro. Era una Italia agrícola y paleoindustrial
Regresar a la agricultura, renunciar a la locura de la de- donde, según pasaban los años, el pci atraía
nominada industria terciaria, dar preminencia absolu- hacia sí a obreros, campesinos e intelectua-
ta a los bienes necesarios, que el pci deje de creer en les hasta convertirse en una de las dos fuerzas
este desarrollo [...] Es necesario polemizar contra este hegemónicas del país. Después de la desapari-
tipo de desarrollo y no sólo de palabra sino buscar vio- ción de las luciérnagas todos esos valores han
lentamente un modo distinto de desarrollo, que coin- sido sustituidos por los valores que porta con-
cida con ese progreso que siempre fue el ideal del pci. sigo la industralización y el consumo, que ha
vuelto al pueblo italiano «degenerado, ridícu-
Él sabe no obstante que discursos como el lo, monstruoso, criminal».
suyo jamás podrán penetrar en la agenda ofi- La imagen de la desaparición de las luciér-
cial de un Partido Comunista Italiano que, nagas adquirió pronto una fuerza simbólica
pese a ser el más poderoso e influyente de Oc- extraordinaria, pero hubo de pagar también el
cidente, ha aceptado el nuevo estado de cosas precio de la trivialización toda vez que se posó
154 Enero | 2014 | posmodernidad: de la crítica a la impostura
nales de 2006 se publicó en Francia El man- minio burgués y de la revolución burguesa— 22. Quizá Didi-Huberman, como
francés, tenga algo que decir
to de Medea: consideraciones sobre la extin- han padecido este genocidio, o sea esta asi- respecto a la extinción de las abejas.
Probablemente se niegue a firmar
ción de las abejas, que describía la progresi- milación a la forma y a la calidad de vida de la semejante acta de defunción, en
cuyo caso exhortaríamos al escritor
va desaparición de las colonias de abejas des- burguesía»: francés a que localice colmenas y
de 1994 debido al uso masivo de un insectici- las agite un poco en aras de realizar
una comprobación empírica de su
da empleado en el tratamiento de semillas de Millones y millones de campesinos y también de obre- existencia.
girasol y maíz, extendido más tarde a las se- ros —en el Sur y en el Norte—, que en verdad desde una 23. «En busca de una perspectiva
sobre el orden tecnológico», en
millas de trigo y soja, amén de la responsabi- época mucho más larga que los dos mil años de cato- Tecnología y cultura: una antología,
lidad en la extinción de otros agentes nocivos licismo se conservaban iguales a sí mismos, han sido Ed. Gustavo Gili, Barcelona, 1978,
p. 106.
como los organismos genéticamente manipu- destruidos. Su «calidad de vida» ha cambiado radical-
lados22. Muchos años atrás, antes incluso de mente. Por una parte han emigrado en masa a países
que Pasolini se percatara de la desaparición de burgueses; por otra, han sido alcanzados por la civiliza-
las luciérnagas, una de las pocas mentes inso- ción burguesa. Su naturaleza ha quedado abrogada por
bornables por las sirenas de la ciencia y el pro- la voluntad de los productores de mercancías.
greso realizaba un análisis muy parecido al del
escritor italiano. En una conferencia de 1962 En el texto que abriría su libro póstumo Car-
el autor de la distopía Un mundo feliz, Aldous tas luteranas asumía su cuota de responsabi-
Huxley, decía así: lidad en este genocidio al hablar de «la culpa
de los padres»: Pasolini entiende que los anti-
El verano pasado, en Inglaterra, me entristecieron los fascistas y los comunistas no sólo no han plan-
cambios que eran efectos colaterales e imprevistos del tado oposición a la homologación perpetrada
progreso tecnológico. Al pasear por la campiña, lo pri- por el consumo y el desarrollo, sino que han
mero que me chocó fue el hecho extraordinario de que aceptado «la violencia degradante y [...] los
no hubiese, virtualmente, mariposas ni cuclillos. Oí auténticos e inmensos genocidios del nuevo
un ruiseñor, pero prácticamente no había pinzones. fascismo». Aunque no puede decirse precisa-
Los tan ingleses cercados de arbustos han sido rocia- mente que Pasolini participara de dicha cul-
dos con herbicidas. Las malas hierbas han desapareci- pa, en su espíritu habita el desgarro de no ha-
do, y con ellas las orugas. Cuclillos, ruiseñores y pinzo- ber sido capaz de ofrecer a «los jóvenes infeli-
nes viven a base de orugas, y las orugas se convierten ces» una Historia que no fuera la historia bur-
en mariposas. Tal vez esto no sea desastroso desde el guesa. No obstante, y a pesar de lo que afirme
punto de vista económico, mas para mí es muy triste. cualquier escritorzuelo chutado de jerigonza
Estas critaturas han desempeñado un papel muy im- posmoderna, Pasolini nos dice que «la trans-
portante en la literatura inglesa. Pertenecen a la cam- formación no debe ser aceptada», dado que el
piña inglesa. ¿Es que ya no vamos a ver nunca más a las realismo pragmático que esconde dicha acep-
mariposas, ni oír a los ruiseñores? Incluso en Suiza, en tación sólo sirve como excusa para soslayar
los altos prados alpinos donde antes había las maripo- el sentimiento de culpa y tranquilizar la con-
sas más espléndidas, hay ahora muy pocas... y también ciencia. Al contrario, es necesario «tener la
a causa de los herbicidas23. fuerza de la crítica total, del rechazo, de la de-
nuncia desesperada e inútil».
Pasolini volvió a esgrimir en repetidas oca- Durante las últimas semanas de su vida lle-
siones la tesis de que la mutación antropoló- va a término, de hecho, sus últimas acciones
gica padecida por los italianos había adquiri- de protesta desesperada e inútil. El 15 de junio
do los rasgos de un genocidio: «considero que de 1975 realiza su «Abjuración de la Trilogía
la destrucción y la sustitución de valores en la de la vida», compuesta por las películas El De-
sociedad italiana de hoy comporta, incluso sin camerón, Los cuentos de Canterbury y Las mil
carnicerías ni fusilamientos en masa, la su- y una noches. A pesar de que considera que el
presión de amplias zonas de la sociedad mis- hombre de cultura jamás debe actuar constre-
ma [...] Hoy Italia está viviendo en forma dra- ñido por el miedo a ser instrumentalizado, de-
mática por vez primera este fenómeno: am- biendo limitarse a ser sincero consigo mismo,
plias capas que como diríamos se habían que- considera igualmente urgente saber si, a conti-
dado fuera de la historia —la historia del do- nuación, se ha sido instrumentalizado por «el
156 Enero | 2014 | posmodernidad: de la crítica a la impostura
a estar siempre en la oposición. Entendía muy 25. «Are you too deeply occupied
to say if my Verse is alive?». Cf.
bien que el linchamiento al que era sometido Dickinson, E., The Letters. Ed. T. H.
Johnson y T. Ward. Massachusetts y
no nacía de su homosexualidad —«¿Por qué Londres, Harvard University Press,
1958. Agradezco al profesor de la
tendría que poseer el privilegio de la persecu- Universidad Complutense Francisco
ción en un país donde todos saben que no soy Javier Ávila la referencia exacta.