Las asociaciones solidaristas son una figura legal que aparece en CR hace varios
años, específicamente tuvo como antecedentes las reformas sociales de 1940-
1943.
Su fundador fue el abogado y economista costarricense Alberto Marten Chavarría,
pertenece a la familia de sociedades de capital solidario al igual que las
cooperativas, las mutuales, las cajas de ahorro, entre otras, que tratan de
democratizar el capital.
Esto debido a que la ley de referencia crea el fondo de capitalización laboral que
forma parte del auxilio de cesantía, recordemos que antes de la ley el porcentaje
de auxilio de cesantía era del 8.33%, al crearse el fondo pasa a 5.33%, por lo que
muchos patronos aportan este restante como aporte patronal a las asociaciones
solidaristas correspondiente con lo que le patrono prácticamente adelanta el
auxilio de cesantía.
El aporte quincenal de la empresa o patrono, que será de un 5.33% del total del
salario consignados en las planillas de la CCSS, que lo entregará en custodia y
administración a la Asociación solidarista como reserva para el pago de las
prestaciones.
La asociación mantendrá una reserva del 25% de los aportes patronales para
cubrir los pagos por concepto de cesantía y un 25 % de los aportes de los obreros
para cubrir la devolución de cesantía de los asociados.
Las reservas serán invertidas en fondos de inversión a corto plazo el cual será
establecido de acuerdo con las políticas vigentes para ello.
Los excedentes habidos en el ejercicio fiscal pertenecen a los asociados y el
monto que corresponda a cada uno estará de acuerdo con el aporte patronal y con
su propio ahorro.
Se debe crear una reserva de liquidez del 15% exigida por la SUGEF para
entidades de intermediación financiera, en este caso por prestar dineros entre los
asociados, esta reserva se crea a partir de todos los ingresos de la entidad, los
cuales la SUGEF determina mediante un informe mensual de depósito, no
obstante, existe una discusión sobre cuales son los ingresos reales de una
asociación ya que los aportes patronales se consideran fondos en custodia,
aunque puedan utilizarse para invertir y generar rendimientos, de tal forma que
para efectos didácticos, se han considerado solo los aportes obreros para crear la
reserva.
Se debe llevar un registro o cuenta individual por asociado.