Esa es la imagen del existencialista, del filósofo, del poeta ebrio en las cafeterías.
Es decir, nada distinto del friki. Nada distinto, como consecuencia, de su causa
fundamental: la expansión de la ideología liberal a nivel global, que implica que
el conocimiento real se repliegue sobre sí mismo para recluirse en la soledad de
los grupos aislados, de los sujetos solitarios, de aquellos que sólo pueden ser
comprendidos por sí mismos. ¿No es esta descripción la que define esos
excéntricos actuales que llamamos frikis?