El Fordismo
A diferencia del Taylorismo, en que se nos ofrece un modelo de visión teórica, con una intención de
interpretar el ámbito de la organización según esquemas sacados de la ciencia moderna (en concreto, de la
Física clásica), el Fordismo nos ofrece un modelo de observación-práctica, orientado esencialmente a la
acción. Por tanto, en él debemos ver algo más que la realización paradigmática del modelo de la "economía
de escala" o una subordinación de la racionalidad técnico-organizativa a los imperativos de la acción
económico-empresarial. El fordismo constituye un primer triunfo de la "praxis" sobre la abstracción teórica de
las teorías económicas. No en el platónico cielo de las ideas económicas, sino en su impacto material y social,
el fordismo supuso una plena refutación a todo el paradigma teórico del equilibrio al no contentarse con la
conquista de cuotas de un mercado existente, sino al crear ese mismo mercado, el del consumo de bienes en
masa. Desbrozó así el terreno en que luego otros, como Sloan en la GM, descubrirían prácticamente que una
configuración organizacional no sólo produce efectos sobre su entorno, sino que ella misma se configura, en
complejo acoplamiento con ese entorno, adaptándose internamente a las exigencias y condicionamientos
externos.
La industria del automóvil y la aportación de Henry Ford a las nuevas formas de organización industrial
Se considera 1896 como el año de nacimiento de la industria automovilística americana. En Springfield,
Massachusetts, J.F. Duryea fabricó 13 vehículos idénticos en el mismo taller. En 1899 se introduce la
transmisión directa, en 1901 se embute el chasis, en 1904 el freno de disco, luego se mejoran motores,
cambios de marchas, radiador en celdilla de abeja etc. En 1909, 69 fabricantes suministraban los primeros
automóviles en los Estados Unidos. Pero las nuevas máquinas eran cada vez más complejas y para su
fabricación no bastaba ya el taller de manufactura casi artesanal. Este fue el nicho de mercado que supo
ocupar Ford.
Henry Ford (1863-1947), es una figura, en la práctica más que en la teoría, que marca un hito en el desarrollo
de la organización de la producción. El "Fordismo" realiza no sólo el principio de división del trabajo según
especialización total, tal como lo había formulado anteriormente Babbage, y lo había perfeccionado el
taylorismo, sino va más allá e inicia lo que se ha llamado, con cierta exageración, la "segunda revolución
industrial". La primera, con la aplicación del vapor, el manejo de la máquina etc.
Comienza ya en el XVIII. La tercera parece haber comenzado con el dominio del hombre sobre el recurso de
la información como medio para reducir y manejar complejidad.
Ford elaboró un procedimiento de management de la fabricación, centrado en la producción en cadena y gran
serie, que le permitió hacer popular el auto (el famoso modelo T). Lo propio de su sistema frente al taylorista
se debe, entre otros factores al mismo tipo de enfoque de problemas: Taylor era un teórico del despiece del
trabajo manual en una fase de todavía sólo incipiente mecanización de la fabricación. Ford, en cambio, es el
práctico de la producción mecanizada en masa. En 1899, todos los fabricantes americanos habían producido
2.500 coches. En 1920, gracias a la innovación de Ford se llega cerca de dos millones. Curiosamente, no
existió contacto alguno entre ambos. Ford no cita jamás a Taylor, y tampoco Taylor parece haberse enterado
de la innovación que supuso la fabricación en serie. De todas formas Ford aplicó consecuentemente el
principio taylorista de la división del trabajo, aunque modificándolo para orientarlo al objetivo de la conquista
del mercado con bienes de producción en masa.
Henry Ford
Industrial estadounidense conocido por sus innovadores métodos en la industria de los vehículos a motor.
Ford nació en una granja cerca de Dearborn, Michigan, el 30 de julio de 1863, y asistió a escuelas públicas. A
los 16 años se convirtió en aprendiz de mecánico en Detroit. De 1888 a 1899 fue mecánico, y después jefe de
mecánicos de la Edison Illuminating Company. En 1893, tras experimentar un tiempo en sus ratos libres, logró
construir su primer coche, y en 1903 creó la Ford Motor Company.
En las primeras décadas del siglo, Henry Ford presentaba su proyecto del modelo T, un auto accesible, que
lograría que la empresa pagara altos salarios e impulsara a la naciente clase media norteamericana.
Ford, de raíces agrarias, pensaba que los obreros que hacían los autos debían tener la posibilidad de
comprarse uno para ellos. Fue así que en 1908, cuando salió al mercado el primer modelo T negro, se lo
aclamó como "el auto de todos los hombres de América". Sin embargo, se oponía violentamente a las
organizaciones laborales, de las que decía: "son la peor cosa que ha paralizado al mundo".
Henry Ford instituyó la producción industrial masiva, pero lo que realmente le importaba era el consumo
masivo. Inventó el sistema de franquicia de ventas y auto servicios.
Se lo conocía como "el hombre del camino". Para 1912, tenía 7.000 vendedores a lo largo de todo el país, y
trabajó asegurándose de que la infraestructura
Teoría Administrativa de Taylor
La teoría de la administración científica surgió, en parte, por la necesidad de elevar la productividad. A
principios del siglo XIX, en Estados Unidos en especial, había poca oferta de mano de obra. La única manera
de aumentar la productividad era elevando la eficiencia de los trabajadores. Así fue como Frederick W. Taylor,
Henry L. Gantt y Frank y Lillian Gilbreth inventaron los principios que en conjunto forman la teoría de la
administración científica.
A principio de del siglo XX, Frederick W. Taylor propone la sustitución del empirismo y la improvisación, y
propone un enfoque científico que asegurara mayor productividad del operario en la fábrica. Para esto,
propuso seleccionar y entrenar adecuadamente a los operarios, ubicándolos según sus cualidades físicas, en
aquellas actividades en las que aseguraran mejores resultados; a través del estudio de tiempos y movimientos
en el trabajo, estableció estándares de producción que debían ser alcanzados por los operarios. Modificó los
sistemas de remuneración para que los salarios se otorgaran según el rendimiento individual. Sostenía que a
mayor productividad, o mayor cantidad de unidades producidas por un trabajador se generarían ganancias
para la empresa, lo que lleva al trabajador a obtener mayores beneficios económicos. Es decir, habría
beneficios para ambas partes.
Fundamentó su filosofía en cuatro principios básicos:
Taylor pensaba que tanto obreros como patrones tenían el mismo interés en elevar la productividad.
Fundamentó su sistema de producción en estudios de tiempo en la línea de producción.
Estableció el sistema de tasas diferenciales.