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LA HISTORIA DE ROMA

0. El origen.
1. La Monarquía.
2. La República.
3. El Imperio.

0. EL ORIGEN.
MITO Y REALIDAD.
La literatura latina, entendida como las obras escritas, nace en el siglo III a.C. Antes del
nacimiento del género historiográfico había inscripciones sobre diferentes aspectos:
económicos, festivos, religiosos, etc., que escribían para conservar nombres de políticos,
fechas importantes, etc. Lógicamente ellos no tenían los medios que hoy se tiene para
estudiar su pasado, así que, antes de esas fechas, la su pasado, transmitido oralmente de
generación en generación, está muchas veces más cerca del mito que de la realidad. Es
aquí donde encaja la historia de RÓMULO Y REMO.
PRIMEROS POBLADORES DE ITALIA.
La realidad es que Roma, la ciudad que se convertirá en la capital de un Imperio que
dominará el mundo conocido durante una época, nace de forma muy diferente. Veamos,
para empezar, qué pueblos habitaban la península itálica:
 Los ligures, pueblo del que poco sabemos y que retrocede ante el avance de otros
pueblos:
 los llamados itálicos, pueblo indoeuropeo que comprende muchas ramas: umbros,
oscos, samnitas, sabinos, ecuos, volscos y latinos.
 Otro pueblo, no indoeuropeo, es el etrusco. Procedentes de Asia Menor, llega a
Italia en el primer milenio a.C. Por primera vez implantan en Italia una
civilización urbana, con una cultura avanzada, cuyo máximo esplendor se produce
en el VI a.C.
 Griegos. A partir del VIII a.C. los griegos fundan colonias en diferentes puntos
del Mediterráneo (llegan incluso a España, donde fundan, entre otras, Emporion,
la actual Ampurias). Llevan consigo la civilización que florecía en Grecia. Se
instalan en el sur de Italia y en Sicilia, la llamada Magna Grecia.
LOS LATINOS.
Como dijimos, es una de las ramas de los itálicos. Su nombre proviene de la región en la
que se establecen: el Latium (LOCALIZAR EN EL MAPA). En los alrededores se habían
establecido diferentes pueblos, por lo que, para defenderse ante los enemigos comunes,
realizan una unión entre las diferentes familias. De esta forma se irá creando un
sentimiento de unidad. El pater familias era el encargado de entablar conversación con
los otros jefes (los descendientes de estas primeras familias serán los “patricios”, nombre
emparentado con la raíz de pater).
Los latinos, ante el acoso de los etruscos que vivían al otro lado del Tíber, se asientan en
los montes próximos, lugar con una ubicación privilegiada para la defensa y para el
abastecimiento de agua. Los latinos y los sabinos se unen a finales del VIII a.C. para
defenderse del avance de los etruscos. Para organizarse se nombra un jefe, rex, y un
consejo de 100 a 300 ancianos, el senado. Esta unión de latinos y sabinos se plasma en el
mito del RAPTO DE LAS SABINAS.

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Por lo tanto, Roma no se funda en un día, sino que es la unión paulatina de un grupo de
familias de pastores latinos, y después sabinos, ante el peligro que suponen el avance de
otros pueblos. Terminan estableciéndose en un lugar idóneo, unas colinas en las riberas
del Tíber, y allí fundan una pequeña ciudad que acabará convirtiéndose en la capital de
un gigantesco imperio.

1. LA ROMA MONÁRQUICA (753-509 a.C.)


Se elige como hemos dicho a un rex, y se inicia la historia de Roma, que al estudiarla
dividimos en tres fases llamadas según el sistema político de cada una: Monarquía,
República e Imperio.
Los antiguos acordaron una fecha como origen de la historia de Roma: 753 a.C. (ya
veremos que ellos, lógicamente, no fechaban así los años).
No tenemos que olvidar lo que dijimos antes sobre esta época prehistórica, y es que la
realidad y la ficción se mezclan. Hubo siete reyes, ¿es un número real o simbólico? El
primero fue Rómulo y el último Tarquinio el Soberbio.
En esta época se ensanchan las fronteras de la ciudad, se realizan importantes obras de
infraestructura como la Cloaca Máxima, se fija un calendario, y se instaura una nueva
constitución que sentó las bases de la grandeza del pueblo romano.
A Servio Tulio se le atribuye la primera constitución política de Roma. La distribución
social cambia radicalmente. Dividió la población en cuatro sectores territoriales; organizó
el ejército en centurias y formalizó un censo de la población basado en sus bienes y su
patrimonio, que distinguía hasta cinco clases o estratos sociales. Y hay un cambio con
consecuencias muy importantes: los plebeyos se vieron obligados a la milicia (participar
en la guerra) y al tributo (pagar impuestos), y comienzan entonces a exigir participar en
la dirección del Estado, al menos con su voto. Así se constituyeron las asambleas
populares.
Esa exigencia de participación, unida al mal hacer de Tarquinio, rey al que acabarían
apodando el Soberbio, hace que el pueblo tome conciencia de la posibilidad de cambio y
consigan terminar con un régimen político. Todo se precipitó además a consecuencia del
secuestro y violación de Lucrecia por parte de uno de los hijos de Tarquinio. Es quizás
una visión simbólica de este acontecimiento (“VIOLACIÓN DE LUCRECIA”).
Se inicia así otro sistema político.

2. LA ROMA REPUBLICANA (509-27 a.C.)


Frente al sistema monárquico, en el que la política recae en manos de uno solo, se pasa
ahora a un sistema en el que todos los asuntos son públicos, es decir, todos deciden lo que
tiene que ver con su ciudad: la res publica.
Roma se organiza como Estado, creando una estructura social, política y administrativa
bien definida. Poco a poco el sistema se va perfeccionando, organizándose así el cursus
honorum, la carrera política. Serán elegidos dos cónsules que desempeñarán, durante un
tiempo determinado, el poder. El Senado será también un órgano fundamental,
completado con las Comitia o Asambleas populares. De ahí que las siglas SPQR (Senatus
Populusque Romanus) sean el emblema de esta época.

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Roma emprende su política de expansión. Después de derrotar a volscos, sabinos y
etruscos a lo largo del V a.C., Roma venció a los samnitas (342-290 a.C.) y a los griegos
de la Magna Grecia y del Epiro (282-272 a.C.), comandados por su rey, Pirro. En 272
a.C. Roma era prácticamente dueña de Italia. Hay que subrayar que el contacto con los
griegos abrirá el camino del florecimiento cultural de Roma, ya que acabarán dominando
políticamente a un pueblo que había alcanzado un nivel de perfección muy alto en todos
los campos de las artes y del saber.
Pero este panorama se vio amenazado por la presencia de los cartagineses. Se inicia
entonces una larga guerra contra esa gran potencia marítima: las tres Guerras Púnicas
(264-146 a.C.). Se desarrollaron en lugares diferentes; la segunda en Hispania (218 a.C.),
con dos de los personajes más importantes, que personifican la revalidad Roma-Cartago:
Escipión y Aníbal. Comienza así la presencia romana en la península, que ya
estudiaremos con más profundidad. Las Guerras Púnicas continuaron hasta la destrucción
total de Cartago en el 146 a.C.
En un siglo y medio los romanos habían conquistado casi todo el Mediterráneo: el Mare
Nostrum.
La expansión externa de Roma estuvo acompañada de una situación interna muy
inestable, marcada por las luchas sociales. El siglo I a.C. se conoce como el SIGLO DE
LAS REVOLUCIONES. El equilibrio social que un tiempo se hubiera conseguido se ha
roto ahora con las guerras de expansión y de conquista.
Los hermanos Graco realizan una serie de reformas que tranquilizan un poco la situación,
con una reforma agraria que mejora algo la situación de los campesinos.
Los odios entre partidos marcaron también esta época, odios que llevarían a una serie de
guerras civiles. Mario y Sila, rivales políticos, representaban uno a las fuerzas populistas
y otro a la aristocracia (optimates). Con la llegada de Mario al consulado, se realizó una
reforma profunda en el ejército (102 a.C.) que tuvo graves consecuencias para la
supervivencia de la República. Fueron admitidos los ciudadanos pobres (proletarii), los
libertos, e incluso después los esclavos. Los soldados comenzaron a luchar por dinero y
a sustituir la fidelidad a la República por la lealtad al general, con lo que los generales
adquirieron mucho poder ya que disponían de recursos humanos para imponer su
voluntad. Se posibilitaron así los golpes de Estado y las guerras civiles. Sila se enfrentó
con Mario en una primera guerra civil en el 88 a.C. Sila vence y se autoproclama
dictator. El Senado le obligó a abdicar en el 79 a.C.
La anarquía se apoderó de Roma y se precisó una solución de emergencia. Se acordó crear
un sistema de carácter momentáneo en el que el poder se dividiría entre tres hombres: es
el PRIMER TRIUNVIRATO (60 a.C.). Los ricos apoyaron a Craso, el poder senatorial
a Pompeyo y los populares a Julio César.
Muerto Craso en lucha contra los partos en Oriente (53 a.C.), la situación se vuelve
completamente inestable. César vuelve de sus campañas en la Galia a Italia, y, sin el
permiso del Senado, a sabiendas de que su decisión haría que estallara otra guerra civil,
decide atravesar el río Rubicón y pasar a Italia. Es el momento de la famosa frase ALEA
IACTA EST Estalla la guerra, la segunda guerra civil. Vence César, que acabó
convirtiéndose en dueño de Roma. El Senado, temiendo que sus reformas populares
fueran demasiado lejos y que tanta acumulación de poder pudiera desembocar en una
restauración de la Monarquía, decidió asesinarlo. En los idus de marzo del 44 a.C. un
grupo de senadores asesina a César a la llegada al Senado. Algún historiador recogió en
sus obras la frase que pronunció al morir: TU QUOQUE FILI MI?

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SEGUNDO TRIUNVIRATO (43 a.C.). Tras el asesinato de César tomó el poder su
sucesor natural Octavio Augusto, que se asoció con Marco Antonio y Lépido. Este último
desaparece y estalla otra guerra. Octavio, apoyado por el senado, venció a Marco Antonio
en el 31 a.C. Octavio regresa triunfador a Roma y será investido por el Senado con los
títulos de Augustus y Princeps.
Ese siglo tan convulso, junto al siglo I d.C. que veremos a continuación, constituyen la
Edad de Oro de la literatura latina. La prosa llegó a su máxima perfección con autores
como el propio Julio César, el también historiador Salustio, y el cónsul, orador y filósofo
Cicerón. Otros poetas como Catulo han revolucionado el mundo de la poesía.
La República había muerto y comenzaba una nueva era.

3. EL IMPERIO (27 a.C.- 476 d.C.)

- El principado de Augusto.
Podemos dividir el Imperio en dos épocas, una de esplendor y otra en la que Roma entra
en declive y descomposición.
Augusto instaura, después del caos del periodo anterior, un periodo de paz, reconstrucción
y embellecimiento de la ciudad. Es la llamada PAX AUGUSTA, momento fundamental
para las letras de Roma en el que se escriben algunas de las obras más importantes: la
obra épica de Virgilio la Eneida o la lírica de Horacio… La frase de Augusto
MARMOREAM RELINQUO QUAM LATERICAM ACCEPI ilustra este intento
consciente de Augusto para embellecer y dar grandeza a Roma
A pesar de la aversión de los romanos por los regímenes unipersoales, la gente estaba
deseosa de acabar con la inestabilidad y las guerras, por lo que apoyó el cambio del
sistema político. Para atenuar las connotaciones que el término imperio tenían, al
comienzo llamó a su mandato Principado.
El Imperio amplía sus fronteras, el latín se extiende y comienza en Roma un proceso de
aculturación y asimilación en todo el territorio como consecuencia de la convivencia de
elementos sociales, culturales y religiosos muy diversos.
En la época de Augusto se produce también un acontecimiento que cambiará el mundo:
el nacimiento de Jesús.
Varias dinastías se suceden tras Augusto.
- La dinastía Julio-Claudia (27-68 d.C.):
Augusto adoptó a su hijastro Tiberio para que fuera su sucesor. Con él se inauguró una
dinastía caracterizada por la extravagancia, el personalismo y la crueldad:
TIBERIO: conquistó Germania.
CALÍGULA: lindaba con la locura. Es también emblemática la frase ODERINT DUM
METUANT. Fue asesinado.
CLAUDIO: tipo extraño. Anexionó Britania y Tracia. Su mujer, Agripina, lo envenenó
para que subiera al trono su hijo Nerón. Es famosa la frase de Agripina OCCIDAT DUM
IMPERET.
NERÓN: comenzó gobernando con acierto, para lo que se rodeó de buenos consejeros
como el filósofo hispano Séneca, procedente de Corduba, autor fundamental en las letras

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latinas. Pero se convirtió en un cruel déspota. Mandó asesinar a su madre y a su esposa
Octavia. Durante su reinado, Roma sufrió un incendio del que fueron acusadas las
comunidades cristianas. Algunos pensaron que había sido él. Después del incendio,
empieza a planearse un complot para acabar con el despotismo del emperador y Nerón
decide eliminar a toda persona sospechosa de estar envuelta en la conjura. Obliga a darse
muerte a numerosos intelectuales, entre los que están Séneca y su joven familiar Lucano,
también hispano, joven poeta autor de una obra épica muy importante.
- La dinastía Flavia (69-98 d.C.):
El caos se fue extendiendo por el Imperio, y la figura del emperador se fue
desprestigiando. En un año (69 d.C.) se sucedieron tres emperadores: Galba, Otón y
Vitelio. Tras este paréntesis se instauró la dinastía Flavia, con estos emperadores:
VESPASIANO: 69-79. Consiguió conectar con sus súbditos y con el Senado.
TITO: 79-81. Figura que quedó mitificada por su persecución a los judíos y por sus éxitos
en Palestina y por la destrucción de Jerusalén.
DOMICIANO: 81-96. Hermano de Tito, rompió las buenas relaciones con el Senado y
fue asesinado.
- Los Antoninos (98-192 d.C.):
El Senado tomó las riendas y decidió nombrar emperador a uno de sus miembros:
NERVA: 96-98. Devolvió al Senado su importancia y dio un gran empuje a las libertades
públicas. Preparar su sucesión, y buscó a un candidato de Hispania: Trajano.
TRAJANO: conquistó las regiones aledañas al Rin y al Danubio, así como la Dacia.
Llegó hasta Armenia, Mesopotamia y Siria en una expansión sin precedentes. MAPA.
ADRIANO: renunció a mayores expansiones y concentró sus esfuerzos en dotar a todo
el Imperio de una organización administrativa eficaz. Intelectual y con preocupaciones
sociales, mejoró las condiciones de los esclavos, codificó la legislación…
ANTONIO PÍO: sensación de paz y bienestar generalizada.
MARCO AURELIO: 161-180. Los germanos comenzaron a dar muestras de que no
aceptaban la sumisión a Roma; las fronteras del Imperio comienzan a resquebrajarse. Aun
así, fue un buen gobernante y también filósofo (película Gladiator).
CÓMODO: 180-192. Lleva al Imperio a una situación complicada. Desentendido de los
asuntos públicos, no se sabe si en su sano juicio, fue asesinado en el 192.

EL INICIO DE LA DECADENCIA. Se inició a partir de ese momento un declive


imparable. Hubo altibajos, pero a partir del s. III Roma se las vio y se las deseó para
mantener unido aquel Imperio que se extendía desde Egipto hasta Britania, y desde el
Caspio hasta Hispania.
A pesar de que se concedió la ciudadanía a todos los ciudadanos libres del Imperio, los
pueblos bajo el dominio romano comenzaron a sublevarse.
En Roma las luchas por el poder desestabilizaron el Estado. El Imperio acabó
descentralizándose primero y desmembrándose después.
- Los Severos.
SEPTIMIO SEVERO. La situación mejoró algo.

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CARACALLA. Embelleció la ciudad y extendió, en el 212, el derecho de ciudadanía a
todos los habitantes libres del Imperio. Fue asesinado en el 217.
HELIOGÁBALO. Emperador hasta el 222.
ALEJANDRO SEVERO. También asesinado.
La situación era caótica y lo siguió siendo durante los siguientes cincuenta años (235-
284). Casi veinte emperadores se sucedieron en este periodo.
- EL DOMINADO.
Los pueblos aledaños al Imperio intentaron aprovechar esta situación caótica para
rebelarse y recobrar su independencia. El final del Imperio pudo haberse producido
entonces de no ser por la intervención de DIOCLECIANO. Creó el dominatus, un
despotismo monárquico de tipo militar encarnado en su persona. Se llamó a su mismo
dominus, dueño y señor de los destinos de Roma.
- La tetrarquía.
Diocleciano, consciente de las enormes dimensiones del Imperio, propuso compartir con
Maximiano las responsabilidades y creó la tetrarquía, un gobierno de cuatro en el que dos
augusti y dos caesares se repartían el poder. Maximiano se encargó de Occidente y
Diocleciano de Oriente. Se nombró a dos caesares, a dos generales: Constancio Cloro y
Galerio.
Veinte años después de haber accedido al poder, de acuerdo con sus propias
prescripciones, Diocleciano y Maximiano lo abandonaron.
- La segunda tetrarquía.
Los dos caesares pasaron a ser augusti. El problema fue ocupar los otros dos puestos.
Comenzó la lucha abierta por el poder total, de la que resultaron vencedores
CONSTANTINO y LICINIO. Lucha por el poder total, victoria de Constantino.
El Edicto de Milán (313) dictaminó la libertad religiosa de los cristianos.
Nueva capital del Imperio: Bizancio, sobre la que fundó Constantinopla. La muerte de
Constantino marcó el principio del fin. Sus hijos se enzarzaron en unas guerras civiles
que se prolongarían durante casi sesenta años.
TEODOSIO rigió el Imperio desde 388 a 395. Reforzó las fronteras. El cristianismo
siguió avanzando y todas las formas de paganismo fueron abolidas (película Ágora).
Consciente de que un solo hombre no podía abarcar el gobierno de un imperio tan vasto
y debilitado, decidió dividirlo entre sus dos hijos: Arcadio recibió el Imperio de Oriente
y Honorio el de Occidente. En teoría seguía siendo una unidad, pero en la práctica se
había formalizado la ruptura.
Los pueblos bárbaros invaden Europa. Germanos y hunos acabarán destruyendo la unidad
imperial. Rómulo Augusto fue el último emperador romano de Occidente, en el año 476.
El imperio de Occidente pasó a manos de los pueblos germánicos.
La caída del Imperio occidental favoreció el aislamiento y la independencia de la zona de
Oriente. El último emperador de Constantinopla que usó el latín como lengua oficial fue
Justiniano. Un griego evolucionado ocupó su lugar. Esta parte de la historia del Imperio
de Oriente se conoce como Época Bizantina. También tuvo un final violento: en 1453 los
turcos otomanos tomaron Constantinopla. Fue el final de una cultura y el comienzo de
una nueva época.

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