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Artículo

LAVADO PERITONEAL DIAGNÓSTICO


EN TRAUMATISMO ABDOMINAL.

Por: Dr. Hans Gary Jui Baechli ( * )


Dr. Guillermo Echeverría ( ** )

( * ) Médico Residente del Departamento de Cirugía, del Hospital Roosevelt. Guatemala.


( ** ) Asesor médico en la presente investigación, del mismo hospital.

I. RESUMEN

El lavado peritoneal es un método de diagnóstico fácil, rápido, seguro


y sobre todo eficaz para determinar lesiones de vísceras o de órganos
intraabdominales, facilitando así la toma de decisiones para el trata-
miento correcto de pacientes con trauma abdominal.
El propósito del estudio fue evaluar la utilidad del lavado peritoneal
diagnóstico en pacientes con traumatismo abdominal en la emergencia
de cirugía del hospital Roosevelt, de Enero a Diciembre del año 2,004.
Se utilizó un diseño de corte transversal, tomando a pacientes que in-
gresaron con antecedente de trauma abdominal. Los sujetos de estu-
dio fueron los pacientes con abdomen agudo de causa traumática, y a
quienes se les realizó lavado peritoneal.
Se incluyeron todos los pacientes mayores de doce años que ingresa-
ron a la emergencia con historia de trauma, que referían abdomen do-
loroso (abdomen agudo) y a quienes se les realizó lavado peritoneal.
La recopilación de los resultados se obtuvo de la revisión de los libros
de registro de lavados peritoneales, en donde se encuentran 31 pa-
cientes a quienes se les realizó dicho procedimiento, de los cuales 27
fueron positivos (1 falso positivo).
Los datos fueron tabulados en el programa estadístico de EXCEL en
donde se obtiene una sensibilidad del 87 % con una especificidad del
13 %. Se concluye que el lavado peritoneal diagnóstico, es eficaz para
lesiones intraabdominales, ayudando así a la toma de decisiones rápi-
das, disminuyendo la morbi-mortalidad y costo de hospitalización de
los pacientes.
Palabras clave: Lavado Peritoneal Diagnóstico. Trauma abdomi-
nal. Trauma cerrado del abdomen.

II. INTRODUCCIÓN

E
l lavado peritoneal es un procedimiento de diagnóstico útil para pacientes con trauma abdominal,
y su importancia radica para ayudar en la toma de decisiones rápidas, ya que es un método sen-
cillo, eficaz, seguro y de bajo costo, disminuyendo así la morbi-mortalidad de los pacientes y el
costo de hospitalización sin importar el estado de conciencia de los pacientes.

En el presente estudio se revisaron los casos registrados de lavado peritoneal realizados durante un año
(enero – diciembre 2,004) en la emergencia de cirugía de adultos del hospital Roosevelt, con el objetivo de
determinar la utilidad de dicho procedimiento en el traumatismo abdominal. La información recopilada fue
dividida en resultados positivos y negativos y dicha información fue procesada y analizada en el programa es-
tadístico EXCEL obteniendo así el análisis descriptivo.
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Es así como se logró determinar la sensibilidad y especificidad de lavado peritoneal diagnóstico,


concluyendo que es un método muy valioso para detectar lesiones intraabdominales, además se describe la
época en que fue más frecuente realizar lavados peritoneales.

El lavado peritoneal es un método diagnóstico para determinar lesiones de visceras o de órganos in-
traabdominales, es un método rápido, que facilita el diagnóstico y es relativamente seguro, en el cual se ex-
trae líquido de la cavidad peritoneal para realizar examen macroscópico, microscópico y químico del líquido,
para ver presencia de bilis, sangre o líquido fecaloideo (6).

Hoy en día los accidentes de vehículos y la delincuencia, han aumentado en nuestro país, por lo que
es importante contar con un método de diagnóstico que sea fácil y rápido para detectar lesión intraabdominal,
ya que de existir la misma, el paciente debe ser intervenido con una exploración abdominal y así obtener un
mejor pronóstico, por lo que el lavado peritoneal es de suma utilidad en pacientes que se encuentran bajo el
efecto de drogas, alcohol, o que simplemente han sido heridos con arma blanca o arma de fuego, pues en
estos casos el procedimiento se puede realizar independientemente de las condiciones del paciente, como
fallo orgánico, sedación, alteración sensorial y compromiso ventilatorio, sin que esto altere el resultado (9).

Los pacientes a quienes se delimita la utilización del lavado peritoneal diagnóstico son aquellos con
abdomen dudoso (en los que el resto de parámetros diagnósticos son negativos), pacientes inconscientes por
trauma, con sección medular a un nivel que causa abolición de la sensibilidad de abdomen, o en el caso de
pacientes politraumatizados que van a ser llevados a una cirugía diferente a la abdominal y que se desea
descartar patología abdominal (3). En el presente estudio se incluyeron todos aquellos pacientes que ingre-
saron a la emergencia de cirugía del Hospital Roosevelt, con las características ya mencionadas, durante
Enero a Diciembre del año 2004. A través del lavado peritoneal es posible obtener un diagnóstico con mucha
mayor rapidez que con un examen de gabinete (tomografía, ultrasonido) (9, 17).

En el Departamento de cirugía dicha técnica es de suma importancia pues conlleva a la detección


temprana de patología visceral intraabdominal que requiere intervención quirúrgica disminuyendo la mortali-
dad, morbilidad y costo de hospitalización haciendo así posible poder brindar mejor servicio a los pacientes.
Es por ello importante determinar la efectividad, la sensibilidad y la especificidad del lavado peritoneal en pa-
cientes con trauma abdominal.

III. MARCO TEÓRICO


Hace más de 80 años que el peritoneo es utilizado cómo arsenal en la terapéutica médica (5). Desde
1965, cuando Root introdujo el diagnóstico por lavado peritoneal, este procedimiento ha sido ampliamente
aceptado para la evaluación del paciente con trauma abdominal. Y en 1967 Veith describió su utilidad en la
enfermedad abdominal aguda no traumática (14). Desde su introducción por Root y asociados, el lavado pe-
ritoneal diagnóstico (LPD) ha probado ser de gran eficacia y enorme valor práctico en el manejo del paciente
con trauma mayor, en virtud de su alta sensibilidad y mínima tasa de resultados falsos. La sensibilidad para
sangrado intraperitoneal es del orden de 98% (2, 10).

El peritoneo tiene características muy importantes. Es una membrana serosa con área de superficie
muy extensa que equivale a la superficie corporal, con gran capacidad de intercambio de líquidos; por lo
tanto su lesión equivaldría a una quemadura del 100 %. La cantidad de líquido en la cavidad peritoneal es
muy pequeña, pero pueden llegar a acumularse grandes volúmenes, comenzando por los fondos de saco.
Hay zonas de drenaje de liquido peritoneal ubicada en la parte posterior de la cavidad, el movimiento de este
líquido es de abajo hacia arriba, siendo incorporada al torrente linfático, por lo tanto el bloqueo de los conduc-
tos linfáticos llevará a la acumulación de liquido en la cavidad peritoneal (6, 9, 23).

Una magnitud de los diferentes daños a las estructuras de cráneo, tórax y abdomen siempre consti-
tuirán un desafío propedéutico (16).

El lavado peritoneal consiste en la introducción a la cavidad peritoneal de una solución de lactato de


Ringer y su recuperación posterior con fines diagnósticos (11, 15). Es un método sencillo, seguro, libre de
complicaciones y de bajo costo, que puede ser practicado de inmediato y que no requiere la movilización del
paciente a otra unidad, como ocurre con la tomografía axial computarizada.
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Debe ser considerado como un método coadyuvante y, por ningún motivo, como excluyente o sustitutivo de
otros. Ciertamente es el mejor en aquellas instituciones que no posean facilidades para TAC y otras tecnolo-
gías diagnósticas; y en las que las poseen, sigue siendo uno de importancia primaria que ahorra costos y
hace expedita la toma de decisiones (2, 10).

El lavado peritoneal es la prueba más popular para la evaluación del trauma abdominal y se considera
que tiene igual utilidad en la enfermedad abdominal aguda no traumática, por lo que se recomienda la realiza-
ción del mismo, ante cualquier duda (26), y considerando que se puede realizar independientemente de las
condiciones del paciente, como por ejemplo; falla orgánica, sedación, alteración sensorial y compromiso venti-
latorio, sin que esto altere el resultado. Es un procedimiento relativamente seguro, en el cual se extrae líqui-
do de la cavidad peritoneal realizándose examen macroscópico, microscópico y químico del líquido, para ver
presencia de bilis, sangre o líquido fecaloideo. A veces las acumulaciones de líquido pueden ser segmenta-
rias (22, 23).

A . INDICACIONES:

En la actualidad el lavado peritoneal ha desplazado a todas las demás técnicas en el estudio del
hemoperitoneo (19). Es un procedimiento seguro y se utiliza principalmente en pacientes politraumatizados.
Está indicado en pacientes con abdomen dudoso, en quienes el resultado de punciones y del resto de los pa-
rámetros diagnósticos es negativo, en pacientes inconscientes por trauma, en pacientes con sección medular
a un nivel que causa abolición de la sensibilidad del abdomen y, finalmente, en pacientes politraumatizados
que van a ser llevados a una cirugía diferente de la abdominal y en quienes se quiere descartar patología ab-
dominal. El lavado peritoneal prolongado, aunado a un tratamiento conservador intenso, se justifica como tra-
tamiento inicial en la pancreatitis grave, ya que evita o disminuye las complicaciones sistémicas, respiratorias,
cardiovasculares, insuficiencia renal e impide la sepsis pancreática tardía, causa principal de la morbimortali-
dad de esta entidad (11, 15, 20).

Hay centros donde se emplea rutinariamente como procedimiento primario en pacientes con el sen-
sorio alterado por trauma craneoencefálico, por intoxicación alcohólica, por abuso de drogas y en heridas to-
racoabdominales. Su utilidad en el trauma cerrado del abdomen está claramente definida; en casos de heri-
das penetrantes abdominales y toracoabdominales es menos clara, especialmente en estas últimas. (18). El
lavado peritoneal se considera un método más efectivo que las punciones abdominales para diagnosticar
sangrado intra-abdominal, aunque la indicación del lavado en el diagnóstico del abdomen agudo de tipo mé-
dico no es clara en la actualidad (11, 15, 18).

a) Indicaciones para el lavado peritoneal:

1) Politraumatismo con hipotensión persistente no explicada por hemorragia externa, intratoráxica o


esquelética.
2) Politraumatismo con lesión craneoencefálica y alteraciones de conciencia.
3) Traumatismo abdominal no penetrante con signos de lesión grave al nivel de la pared abdominal.
4) Estado comatoso, de embriaguez o bajo acción de drogas de efecto neurológico, y con huellas de trau-
matismo múltiple.
5) Politraumatismo con lesión de medula espinal y alteraciones de la sensibilidad, secundarias al traumatis-
mo.
6) Lesión grave de la región inferior del tórax.
7) Heridas penetrantes de un hemitórax, por debajo del quinto espacio intercostal, con sospecha de lesión
diafragmática o visceral.
8) Politraumatismo con lesiones graves de los tejidos blandos en dos extremidades, o una superior y una
inferior (2, 10).
9) Con fines terapéuticos, como es el recalentamiento de enfermos que sufren de hipotermia (19).
10) Daños múltiples ortopédicos, fracturas torácicas o lumbares, pélvicas, paraplejía o cuadriplejía secunda-
ria al daño, aire libre peritoneal en radiografías (13).

El lavado peritoneal se utiliza primordialmente en pacientes con trauma abdominal cerrado, pero también
puede tener indicación, en el manejo de ciertas heridas cortopunzantes en pacientes asintomáticos o con
muy leve sintomatología. En general tales heridas son exploradas bajo anestesia local, y muchos pacientes
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son dados de alta sin haber sido sometidos a lavado peritoneal ni a laparotomía. Por supuesto, en tal
circunstancia la interpretación del recuento de glóbulos rojos es motivo de debate (2, 10). Puede ser un
buen método de tratamiento en la pancreatitis aguda severa (12), y es fundamental en el tratamiento de la
peritonitis (23).

La evaluación del trauma abdominal contuso o penetrante es un reto clínico, el examen físico puede
ser confuso y algunas lesiones pueden pasar inadvertidas si el paciente se encuentra con un estado mental
alterado por drogas, alcohol y/o trauma craneal. El monitoreo de los signos vitales no es un patrón confiable
para descartar una lesión abdominal (14).

En caso de una peritonitis difusa que luego de limpiarla se sospecha que siga contaminada por la
salida de un exudado fluido, el tratamiento es el lavado peritoneal con buen tratamiento del foco, cierre del
abdomen, e iniciar también un tratamiento antibiótico (23).

El trauma abdominal es el mayor componente de daño traumático y puede ser mortal. Puede ocurrir
por caídas, accidente automovilístico o por golpes severos al abdomen (10).

b) Contraindicaciones:

No se debe hacer en presencia de vejiga llena, de útero grávido, en pacientes que no colaboran o en
pacientes distendidos por obstrucción intestinal o íleo adinámico. Debe evitarse la vecindad de cicatrices qui-
rúrgicas donde se adhieren asas (11, 15).

b.1) Las contraindicaciones absolutas son:

a) Indicación evidente de laparotomía inmediata (2, 10).


b) Historia de múltiples operaciones abdominales previas (5).

b.2) Son contraindicaciones relativas:

a) Obesidad extrema.
b) Embarazo.
c) Cirrosis avanzada
d) Coagulopatía preexistente (2, 10).
e) Cirugías abdominales previas (5).

Cualquier líquido que se obtenga del lavado debe ser enviado para estudio citoquímico. Es positivo
cuando hay más de 10 ml de sangre, bilis, contenido intestinal y orina; glóbulos rojos en número mayor de
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100,000 por mm , o glóbulos blancos en número mayor de 500 por mm (5).
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c) Ventajas del lavado peritoneal:

1. Simplicidad en su ejecución. Puede ser practicado por personal júnior y en la misma camilla del paciente.
2. Permite la toma precoz de decisiones en cuanto a practicar laparotomía.
3. Certeza y precisión diagnósticas.
4. Mínima morbilidad.
5. Bajo costo (2, 10).
6. Es una prueba rápida altamente confiable, que permite determinar la presencia de líquido purulento, san
gre, bilis y amilasa en cavidad abdominal, con un bajo rango de error de interpretación (14).

d) Desventajas del lavado peritoneal.

1) Baja especificidad, aunque muy alta sensibilidad ("supersensiblidad" que puede llevar a algunas laparo-
tomías innecesarias). La sensibilidad para sangrado intraperitoneal es del orden de > 98 %)
2) Falla en cuanto a detectar lesiones retroperitoneales y del diafragma (2, 10).
3) Es una técnica invasiva (14).

B .Técnica:

Hay dos métodos para la realización del lavado peritoneal diagnóstico (LPD): abierto y percutáneo,
siendo este último el más recomendable, ya que se requiere menor tiempo para su realización, es mejor tole-
rado por el paciente y sólo se requiere de un cirujano para realizar el procedimiento (14).

Igual que la paracentesis, el lavado peritoneal debe hacerse después de tomar las radiografías perti-
nentes para evitar confusiones diagnósticas. El paciente debe evacuar la vejiga antes del procedimiento. El
equipo de lavado peritoneal consta de una jeringa de 10 ml para anestesia, agujas hipodérmicas números 18 y
22, campo perforado, mango de bisturí Nº 3, hoja de bisturí Nº 11, dos pinzas hemostáticas de Nelly, un par
de separadores de Farabeauf, una tijera de disección, un porta-agujas, un trócar Nº 14 F, y una sonda de Ne-
laton Nº 10 F.

El sitio de preferencia para la punción es en la línea media, a 2 ó 3 cm, por debajo del ombligo. Si el
paciente tiene cicatrices quirúrgicas en la línea media, debe evitarse este acceso, haciendo la incisión a 3 cm
por encima del ombligo o sobre el borde lateral del Recto Abdominal, a la altura del ombligo.

El catéter puede ser introducido puncionando la pared abdominal simplemente, lo que se conoce como
método cerrado (o percutáneo) o abriendo la pared por planos incluyendo peritoneo, lo que se conoce como
método abierto. Se prefiere la técnica abierta porque se acompaña de escasas complicaciones y produce
menos resultados falsos positivos.
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A veces es difícil determinar si un daño intraabdominal ha ocurrido en una victima traumatizada.
En muchos casos, la decisión de hacer una laparotomía es dudosa. Un procedimiento para determinar si
una victima tiene trauma abdominal es el lavado peritoneal diagnóstico, el cual ayuda a determinar si existe
daño intraabdominal y si la cirugía es requerida. Usando anestesia local el cirujano hace una pequeña inci-
sión justo abajo del ombligo (10).

a) Técnica abierta:

El lavado peritoneal diagnóstico se realiza cuando hay sospecha de sangrado intraabdominal secun-
dario a un trauma. El procedimiento se realiza cuando los métodos diagnósticos alternativos como la Tomo-
grafía o ultrasonido no están disponibles o cuando la condición del paciente no permite realizarlos (11). La
técnica para realizar un lavado peritoneal es la abierta, por ser de mayor segu-
ridad, pero la punción percutánea por el método de Seldinger, es una alterna-
tiva.

1) Se introduce sonda vesical y se conecta drenaje.


2) Se introduce sonda nasogástrica y se aspira el estómago.
3) Se prepara la pared anterior del abdomen, ampliamente, como para una
laparotomía, y se colocan campos estériles.
4) Asepsia con alcohol yodado o yodopovidona.
5) En un punto situado en la línea media, 2 a 3 cm por debajo del ombligo ( o
paramediano a 1 cm lateral del ombligo), se infiltra anestesia local. Se
prefiere Lidocaína al 1 % con epinefrina.
6) Se incide la piel por una distancia de 2 a 3 cm. En pacientes obesos pue-
den ser 6 cm.
7) Mediante separadores adecuados y haciendo meticulosa hemostasia (para evitar resultados falsos positi-
vos por contaminación de la cavidad peritoneal con sangre de la pared), se avanza a tejido subcutáneo y
se separan los haces musculares.
8) Se toma la fascia con “clamps”; se incide la fascia y se atraviesa, con gran cuidado, la grasa preperito-
neal para exponer el peritoneo, el cual es tomado con pinzas y se procede a incidirlo.
9) Se introduce suavemente un catéter de diálisis peritoneal, una sonda de Nelaton número 10 F ó un caté-
ter subclavio con perforaciones múltiples, al interior de la cavidad peritoneal tratando de llevarlo hacia la
pelvis, en la dirección del fondo de saco de Douglas. Si no se dispone de este tipo de catéter, se puede
emplear el tubo de un equipo de venoclisis desprovisto de empates distales, al cual se le hacen unos
quince orificios que abarque cada uno, como máximo, un cuarto de la luz del tubo.
10) Se conecta a una jeringa y se aspira. si se tiene sangre, bilis, líquido intestinal, orina o materia fecal, el
procedimiento es considerado Positivo y se procede a la realización de la laparotomía. Si la aspiración
es negativa, se continúa con los pasos siguientes.
11) Se coloca una sutura en jareta para asegurar que no haya escape de líquido alrededor del catéter, y se
instilan 10 - 20 ml / Kg, de Lactato de Ringer o de solución salina, tibias, hasta un total de 1 litro, en un
lapso de 10 - 15 minutos.
12) Una vez que el líquido se encuentre en el abdomen, se balancea al paciente (o a la camilla) para lograr su
distribución en toda la cavidad peritoneal y su mezcla con la sangre que allí pueda encontrarse.
13) Luego de 5 a 10 minutos, se procede a drenar el líquido a un recipiente colocado en el piso (a no menos
de 1 metro por debajo del abdomen del paciente). El drenaje es por sifonaje y gravedad, por lo cual el re-
cipiente debe tener escape de aire (no puede ser un sistema cerrado). Si es posible, se cambia la posi-
ción del paciente y se comprime suavemente el abdomen con la mano. Si el líquido no retorna, debe con-
siderarse la posibilidad de ruptura del diafragma.
14) Se examina el líquido, tomando por lo menos cuatro muestras: una para recuento de eritrocitos y leucoci-
tos, una para amilasa, una para bilis y una para coloración con Gram.
15) Se sutura la fascia con material sintético absorbible, se cierra la piel y se coloca una venda (25).
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Un catéter es introducido a través de la incisión hacia el abdomen, y se introduce solución salina y


luego se mueve al paciente, si se presenta sangre después de remover al paciente hay una alta probabilidad
que exista un daño intraabdominal serio (10, 11, 14).

b) Técnica cerrada:

La técnica, descrita por Lazarus y Nelson en 1979, es la preferida en varios centros. La secuencia es la
siguiente:

1) Se introducen sondas vesical y nasogástrica


2) Se prepara la piel del abdomen
3) Se colocan campos estériles y se infiltra la piel con lidocaína al 1% con epinefrina
4) Se hace una pequeña incisión en la piel, apenas lo suficiente para dar paso a la aguja y luego al catéter
de lavado
5) Se introduce una aguja calibre 18 hasta la cavidad peritoneal y se pasa una guía flexible a través de la
aguja
6) Se retira la aguja y se pasa el catéter de lavado, con un movimiento como "atornillando", y se retira la
guía
7) Se aspira la cavidad peritoneal instilando 10 - 20 ml de solución salina o de lactato de Ringer. Si se ob-
tiene sangre libre (> 5 ml) el lavado es considerado positivo y se da por terminado el procedimiento. Si
se obtienen < 5 ml, se procede con el lavado con 1 litro de lactato de Ringer en el adulto y 15 ml / kg en
niños.

El LPD se caracteriza por un alto índice de certeza: > 98 %, con muy bajas tasas de resultados falsos
negativos.

b.1) Complicaciones muy poco frecuentes, incluyen:

a) Sangrado en la incisión o punción, lo cual puede ocasionar un resultado falso positivo.


b) Perforación intestinal por el catéter y peritonitis secundaria.
c) Laceración de la vejiga (cuando no ha sido debidamente evacuada).
d) Lesión de vasos mayores o de otros órganos abdominales.
e) Infección de la herida (1, 2, 25, 26).
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(2)

(2)

C. Tomografía computada (TC) vrs. lavado peritoneal diagnóstico (LPD):

La tomografía computarizada requiere del transporte del paciente y tiempo suficiente para realizar el
estudio. Se realiza únicamente en pacientes estables. Tiene mayor especificidad que el lavado peritoneal
diagnóstico (5). El advenimiento de las modernas técnicas de imagenología diagnóstica, como la TAC, la ul-
trasonografía, la arteriografía o la resonancia magnética, no ha desplazado ni reemplazado al LPD, el cual se
mantiene como un procedimiento primario en la evaluación del paciente con trauma abdominal (11, 15).

La TAC, es un método de mucha importancia en la evaluación del trauma abdominal, es de compleja


ejecución, por cuanto requiere tiempo, tanto para la administración del medio de contraste como para la reali-
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zación del estudio. Además, es necesario transportar al paciente (lo cual puede ser difícil con personas
en estado crítico), es operador - dependiente en cuanto a la interpretación de las imágenes y es de
elevado costo (2, 10). Se ha tratado de desplazar al LPD, por el uso de estudios no invasivos como la tomo-
grafía axial computada (TAC), y el ultrasonido (USG); sin embargo, éstos no han alcanzado el grado de sen-
sibilidad del LPD, que llega al 95.9 % en comparación con la TAC y el USG (útil para determinar presencia de
colecciones líquidas), para los cuales se informan en 74.3 % y 83 % respectivamente. El LPD ha demostrado
ser el más sencillo, rápido, fácil y confiable de realizar, en comparación con el USG y la TAC (14, 17, 18).

La tomografía también es usada para detectar daño intraabdominal len pacientes traumatizados, y su
combinación con el lavado peritoneal diagnóstico sugiere al cirujano minimizar la incidencia innecesaria de
laparotomía en pacientes politraumatizados (10, 16, 23).

D. Criterios diagnósticos del lavado peritoneal:

El lavado peritoneal diagnóstico tiene 98 % de sensibilidad para sangrado peritoneal (5) y en la enfer-
medad abdominal aguda no traumática tiene, en ocasiones gran utilidad (26). Aunque algunas series so-
brevalúan la sensibilidad del LPD, se informan falsos negativos en 1.4 % y falsos positivos en 1.3 %, es
decir alrededor del 1% para ambos casos.
Se considera positivo el lavado cuando está presente por lo menos uno de los siguientes "criterios es-
tándar":
a. El recuento es de > 100.000 hematíes / ml.
b. El recuento es de > 500 glóbulos blancos / ml.
c. La amilasa es > 100 U / ml.
d. Hay bilis, bacterias o partículas de alimentos.
e. El líquido del lavado regresa por el catéter vesical o por un tubo de tórax
A través del tiempo se han cuestionado los "criterios estándar" para designar positivo un lavado perito-
neal, especialmente los 100.000 hematíes / ml, y varios autores han recomendado disminuir el estándar a
50.000 / ml. Por el contrario, otros han señalado que se puede caer en laparotomías innecesarias cuando el
recuento de glóbulos rojos es bajo o limítrofe. En algunos de estos casos estaría indicada la laparoscopia
para identificar la lesión y tomar alguna decisión en cuanto a la necesidad de someter el paciente a laparo-
tomía. Hallazgos negativos no excluyen una lesión abdominal severa, especialmente del páncreas y/o el
duodeno, que son órganos retroperitoneales, o del diafragma. En estos casos se debe proceder, si la situa-
ción clínica lo amerita, con TAC y otros métodos diagnósticos (21).
Peris J, Planas M: Lavado peritoneal y diagnóstico. En: Montejo JC, García de Lorenzo A, Ortiz Leyba C, Planas
M: Manual de Medicina Intensiva. Mosby. 1.996;70-71.

1. Positivo (trauma abdominal cerrado):


1.1. Aspiración de > 10 ml de sangre
3
1.2. Hematíes > 100.000 / mm .
3
1.3. Leucocitos > 500 / mm .
1.4. Amilasa > 175 U I / L.
1.5. Presencia de bilis, bacterias o restos de alimentos.
2. Positivo (trauma abdominal penetrante):
3
2.1. Hematíes > 10.000 / mm .
3. Negativo (trauma abdominal cerrado):
3
3.1. Hematíes < 50.000 / mm .
3
3.2. Leucocitos 100 / mm .
3.3. Amilasa < 75 U I / L.
4. Indeterminado (trauma abdominal cerrado):
3.
4.1. Hematíes > 50.000 y < 100.000 / mm
3
4.2. Leucocitos > 100 y < 500 / mm .
4.3. Amilasa > 75 y < 175 U I / L. (14, 15, 20, 22, 24).

E. Interpretación de resultados:

La efectividad del procedimiento ha sido demostrada desde que se comenzó a emplear para el diag-
nóstico de trauma abdominal en 1965. Se ha visto que el 80% de los pacientes con punciones negativas y
lavado peritoneal positivo, tienen lesiones viscerales significativas.
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3
El lavado se considera positivo cuando se encuentran más de 50.000 eritrocitos por mm , o cuando
se encuentran bacterias, bilis, amilasas o materia fecal en la muestra del líquido de retorno. El criterio más
empleado es el del recuento de eritrocitos. Cuando el método se describió inicialmente, se consideraba que
3
el lavado era positivo si se encontraban más de 100.000 eritrocitos por mm . Actualmente, esta cifra se ha
reducido a 50.000. Hay autores que incluso lo consideran positivo cuando hay más de 20.000 eritrocitos por
3
mm . Sin embargo, parece que este último criterio aumenta en forma importante la incidencia de la laparo-
tomías en blanco. El recuento de leucocitos puede ser muy útil en lesiones intestinales donde la presencia
de eritrocitos puede ser negativa (6).

La precisión diagnóstica del método va del 90 al 95 %. Los falsos negativos van del 1.6 al 5 % y se
ven principalmente en heridas penetrantes, en heridas retroperitoneales y en heridas aisladas de intestino.
Los falsos positivos son del orden del 2.4 % y se ven primordialmente en heridas penetrantes, en fracturas de
pelvis o en grandes hematomas retroperitoneales (11, 15). Los parámetros para considerar el LPD como po-
sitivo están bien establecidos y lo único que varia es la técnica de realización, sin que ésta influya en el resul-
tado, lo que sí puede ocurrir con relación a la habilidad y/o preferencia del cirujano (14).

F. Complicaciones:

• Punción de órganos.
• Punción de vasos.
• Infección peritoneal.
• Dehiscencia de suturas.
• Evisceraciones (19).

En 1.6 % de los casos se presentan: infección de la herida, perforación de vejiga, laceración de vasos
ilíacos, perforación de una víscera, desgarro del mesenterio o epiplones, hematoma de pared o hernia en el
sitio del procedimiento (lo cual ocurre cuando se ha practicado una incisión muy amplia que no se cerró) (11,
14, 15).

Siempre hemos de tener en cuenta que, ante la duda de una posible patología que requiera cirugía de urgencia y
que de ella dependa la supervivencia del sujeto, hay que "abrir el abdomen" (12).

IV. PRESENTACIÓN DE RESULTADOS

Cuadro No 1: Lavados peritoneales positivos y negativos

Lavados peritoneales Casos %


Positivos 27 87.10
Negativos 4 12.90
Total 31 100.00

Cuadro No 2: Relaciòn de lavados peritoneales positivos y falsos positivos

Lavados peritoneales Casos %


Positivos 26 96.30
Falsos Positivos 1 3.70
Total 27 100.00

Cuadro No 3: Lavados peritoneales realizados según sexo de pacientes

Lavados peritoneales Casos %


Masculinos 22 70.97
Femeninos 9 29.03
Total 31 100.00
Lavado peritoneal en trauma abdominal. 101
Cuadro No 4: Realización de lavados peritoneales según trimestres

Lavados peritoneales Casos %


Primer Trimestre 0 0.00
Segundo Trimestre 4 12.90
Tercer Trimestre 8 25.81
Cuarto Trimestre 19 61.29
Total 31 100.00

´V. ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS

Luego de haber obtenido los resultados, en el Hospital Roosevelt de la ciudad de Guatemala se


acepta que el lavado peritoneal es un método rápido, fácil y seguro para diagnosticar lesiones intraabdomina-
les, sin importar si el paciente se encuentra en estado etílico, bajo efectos de drogas ilícitas, inconscientes o
con lesión medular debido a algún traumatismo.

La tabulación de los datos obtenidos nos indican que del 100 % de los lavados peritoneales realiza-
dos en el año 2,004, el 87 % fueron positivos, y de éstos, solamente el 4 % fueron falsos positivos (1 caso de
31). El 13 % restante de los lavados peritoneales fueron negativos. También es importante mencionar que el
70 % de los lavados fueron realizados en el sexo masculino y que existe un aumento en la realización de di-
chos procedimientos en el último trimestre.

Por lo anterior se deduce que el lavado peritoneal, tiene una sensibilidad de más del 87 % y una es-
pecificidad del 13 %. Se deduce que el lavado peritoneal disminuye la morbi-mortalidad de los pacientes y el
costo de hospitalización.

VI. CONCLUSIONES

1.- El lavado peritoneal es eficaz para diagnosticar lesiones intraabdominales post-traumáticas, permitiendo
que disminuya la mortalidad de los pacientes.

2.- El lavado peritoneal tiene una sensibilidad mayor del 87 % y baja especificidad (13 %) en pacientes con
trauma abdominal, ya que detecta líquido purulento, sangre, bilis, orina y heces con mínima tasa de resul-
tados falsos.

3.- Es un método de diagnóstico rápido, fácil, seguro, de bajo costo, libre de complicaciones y que tiene co-
mo ventaja que se práctica al lado de la cama del paciente, disminuyendo así el costo de la hospitaliza-
ción.

4.- El lavado peritoneal es útil en pacientes inconscientes, alcohólicos, drogadictos ó con lesión medular por
trauma permitiendo una toma de decisión rápida.

VII. RECOMENDACIONES

1.- Realizar lavados peritoneales diagnósticos en donde exista la posibilidad de lesión in traabdomnal (abdo-
men dudoso)
2.- Fomentar la realización de lavados peritoneales diagnósticos en pacientes inconscientes, alcohólicos, dro
gadictos o con abolición de la sensibilidad abdominal con antecedente de trauma abdominal, para to-
mar decisiones rápidas.
3.- Se recomienda la realización de lavados peritoneales en heridas corto-punzantes en pacientes asintomáti-
cos o con poca sintomatología.
102 Lavado peritoneal en trauma abdominal.

VIII. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA

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