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MANTENIMIENTO ¿INVERSIÓN? ¿CREADOR DE VALOR?

¿GENERADOR DE UTILIDADES?
Luis Felipe Sexto | 29 enero 2018 |

Es un hecho que mantenimiento colabora en el valor atribuido a un activo y en la


realización del valor generado desde un activo o sistema productivo (por ser un proceso
soporte del mismo). Es también un hecho que la empresa no existe para que hagamos
mantenimiento (excepto aquellas que su core business es suministrar servicios de
mantenimiento a otras empresas).

Existen tendencias que, si por un lado, son bien intencionadas y pretenden hacer ver la
importancia de realizar más actividades y dedicar recursos al mantenimiento
(incrementar costos de mantenimiento), por otro lado no aclaran el sentido metafórico
e ilustrativo de lo que se quiere trasmitir. Así tenemos estás extendidas afirmaciones que
es necesario aclarar:

1. “Mantenimiento es una inversión y no un costo”.


2. “Mantenimiento crea valor”.
3. “Mantenimiento es generador de utilidades”.

Analicemos cada una de estas afirmaciones.

1. “MANTENIMIENTO ES UNA INVERSIÓN Y NO UN COSTO”.

Ante todo es necesario delimitar los conceptos de “inversión” y “costo”.

La inversión se refiere al empleo de un capital con el objetivo de incrementarlo. No se


invierte en mantenimiento por el hecho de disponer y aprobar un presupuesto de
mantenimiento (Budget) anual. Ya que el Budget de mantenimiento es el resultado de
la previsión de costos en que se debe incurrir generados por las actividades de
mantenimiento necesarias para garantizar el cumplimiento de parámetros de
disponibilidad, seguridad, funcionalidad, confiabilidad y otros, dentro de un sistema
productivo.

Se invierte en el sistema productivo cuando se esperan incrementos de capital


futuros,derivados de tal inversión, con la producción de ciertos bienes y
servicios. Hablamos de inversión cuando dedicamos dinero con una expectativa futura de
incrementar el capital dedicado.

Por su parte, el costo es el valor monetario de los consumos de factores que supone el
ejercicio de una actividad económica destinada a la producción de bienes materiales y/o
servicios. Desde el punto de vista normativo, la norma europea EN 1325-1─Value Analysis
and Functional Analysis. Vocabulary─ define costo como: “los gastos efectuados, o
imputables a un producto determinado” (the expenditure incurred, or attributable to, a
given product).
De hecho, la mano de obra, las materias primas, la energía que se utiliza, las comisiones
de ventas, el alquiler de un espacio, la actividad de mantenimiento necesaria para
garantizar la funcionalidad de los activos del proceso productivo y otros, clasifican
como costos. Se puede entrar en las particularidades de las diferentes clasificaciones de
costos, pero alejaría del objetivo del artículo.

El mantenimiento es un “costo” asociado a un proceso productivo. El “costo directo” de


mantenimiento está vinculado al costo de la mano de obra, los repuestos, materiales,
herramientas e instrumentos y costo de terceros relacionados con actividades de
mantenimiento. De consecuencia, no es posible confundirlo con una “inversión en
mantenimiento”.

En el estándar europeo EN 15341, que se ocupa de los Indicadores Claves de Desempeño


(KPI) para mantenimiento se define que: “El término ‘costo’ incluye todos los gastos
relacionados con los recursos utilizados para lograr los resultados”.

The term “cost” includes all the expenditures related to the resources used to achieve the
results. – EN 15341.

Entre las componentes del “costo de producción” se encuentra el “costo directo” de las
actividades de mantenimiento. Por ello, muchos directivos piensan que eliminando las
actividades preventivas de mantenimiento, tienen más probabilidad de bajar el costo de
producción. Esto, en general, los lleva a decidir por un modelo de actuación contra avería
donde el tipo de mantenimiento que se ejercita es correctivo inmediato (ver artículo Tipos
de Mantenimiento) . Este hecho les conduce, frecuentemente, al efecto de incremento
del costo de producción que se pretende disminuir. La misma lógica se aplica cuando se
deciden los despidos masivos buscando reducir o eliminar el costo de la mano de obra.

Las medidas con efectos a corto plazo orientadas a disminuir el costo de producción a
través de la reducción o corte del costo de mantenimiento preventivo necesario,
conducen inevitablemente, en el mediano y largo plazo, al efecto indeseado
de incremento del costo de producción.

Si se incrementa el “costo de mantenimiento en actividades preventivas” (lo que incluye


al mantenimiento cíclico o predeterminado y al mantenimiento basado en condición),
entonces será posible disminuir las pérdidas por resultado de las consecuencias de los
fallos. Lo cual mejora la eficiencia y la eficacia de la producción. Y desde el punto de vista
del costo de producción, este se mejora, al limitarse el costo por fallos imprevistos que
exigen acciones de correctivas inmediatas. Esto es así, porque se parte del hecho que
los costos inducidos (generalmente no contabilizados), por la ausencia o inadecuado
mantenimiento o por errores, son mucho mayores que el costo directo de mantenimiento
preventivo.

Si en cambio, el “costo directo de mantenimiento” se incrementa por tratarse de un


incremento de actividad correctiva imprevista, ello implica un alza del costo de
producción porque se incurre en la suma del “costo de mantenimiento por correctivo
imprevisto” más “el costo de la consecuencia del fallo” (“costos inducidos”). El proceso
productivo tiende, de consecuencia, a ser ineficiente e ineficaz. Y desde el punto de vista
de costo de producción, se eleva al potenciarse el costo por actividad correctiva
imprevista y los correspondientes “costos inducidos” por esta. Esto incluiría las pérdidas
de producción y la posible caída de ventas o las pérdidas derivadas por el incumplimiento
de compromisos (multas, penalizaciones, cobertura de daños, pérdida de contratos..).

2. “MANTENIMIENTO CREA VALOR”.

Los estándares que se ocupan del valor y de la gestión del valor (Value y Value
Management) están vigentes como normas europeas con décadas de desarrollo. Según
la norma europea EN 1325-1: 1996, la última revisión es del 2014, el valor, dentro de una
lógica de Value Management, queda definido como la satisfacción de necesidades y los
recursos utilizados para lograr dicha satisfacción. Por su parte, la norma EN 12973: 2000
aborda en pleno el tema de Value Management.

En este punto hay que significar que el concepto de valor tiene varias interpretaciones.
En particular, el valor está asociado a lo que se puede lograr con el activo en términos de
satisfacción de necesidades. En ISO 55000 se especifica que el valor real o potencial
asociado a un activo “puede ser tangible o intangible, financiero o extra financiero
incluyendo la consideración de riesgos y obligaciones. Puede ser positivo o negativo en
las diferentes etapas de vida del activo.” Sin embargo, la norma ISO 55000 se aproxima
al valor describiendo algunas de sus características generales, sin hacer referencia a su
definición precisa ni referencia a los estándares que se ocupan del tema
explícitamente (leer también el artículo Familia ISO 55000. Gestión de Activos, un análisis
crítico).

En una dimensión empresarial, el valor teórico de cualquier empresa depende de los flujos
de caja futuros que se estime generará, es decir, de sus expectativas. Consecuentemente,
la creación de valor depende de dichas expectativas. También, subjetivamente, se
cuenta con el valor que el cliente atribuye a determinados productos que puede ser
diferente a lo que se considera valor para la empresa que produce.

Desde hace varias décadas el criterio del valor se emplea para la evaluación de
inversiones. Así tenemos el Valor Actual Neto (VAN o VPN), como criterio financiero de
evaluación. En particular, desde este punto de vista, el valor de un activo productivo no
está dado por su costo ni por sus resultados históricos o presentes, sino por el
rendimiento que es capaz de generar en el futuro. El VPN (o VAN) permite cuantificar
dicho valor.

Bajo estas consideraciones, se evidencia que las actividades de mantenimiento no son las
que generan el valor que puede asociarse a un activo (real o potencial) o una empresa
(basado en las expectativas de los cash Flow futuros). En última instancia, las actividades
de mantenimiento colaboran en el mantenimiento del valor atribuible a un activo, pero el
valor del activo no viene generado por dichas actividades de mantenimiento. Estas últimas
buscan solo garantizar las funciones previstas del activo, a costos que no son comparables
con el valor atribuido al activo. Recordemos, que el valor, desde la perspectiva monetaria,
se determina por lo que el activo podrá dar en el futuro y no por lo que hizo en pasado o
hace en el presente.
El criterio mixto de atribución del valor de un activo se basa en la hipótesis que el valor
atribuible a un activo depende del costo de sustitución del activo, combinado con
la capacidad del activo de producir beneficios económicos futuros.

3. “MANTENIMIENTO ES GENERADOR DE UTILIDADES”.

Las utilidades se crean luego de deducir gastos e impuestos. Está claro que disminuyendo
el costo de mantenimiento (porque lo hacemos más eficiente y eficaz y no porque lo
eliminamos como actividad programada necesaria), tenemos una contribución a poder
generar más bienes o servicios por parte de producción, y obtener así mayores utilidades
como empresa.

Es fundamental, nuevamente distinguir que aumentar beneficios o utilidades no significa


necesariamente crear valor. Se aprecia claramente que una empresa que incrementa sus
costos en la mejora de procesos, en la mejora de la confiabilidad humana, en
modernización, en la mejora de sus relaciones con la comunidad, que invierte en
innovación, tecnología… incurre en más costos y reduce su utilidad a corto plazo, pero
incrementa su valor (en óptica de lo que puede generar en el futuro) como resultado del
mejor posicionamiento competitivo.

Pero la generación de utilidades, indirectamente, gracias a la aplicación de la correcta


estrategia de mantenimiento y su ejecución, no es una ecuación lineal porque depende
de otras variables de mercado y de la propia estrategia de empresa. Por ejemplo,
depende del crecimiento, la diversificación, la modernización, la mejora de la eficiencia
productiva, la adquisición de otras empresas, del comportamiento del mercado…

Mantenimiento puede colaborar a obtener mayores utilidades en la medida que viene


ejecutado según las exigencias del contexto operacional:

 Menos costo de mantenimiento predeterminado (preventivo + Basado en


Condición) que conlleve un incremento del costo de la actividad correctiva, ¡No!
 Más costo de mantenimiento predeterminado, que implique menos
disponibilidad productiva por actividad programada excesiva e innecesaria, ¡No!
 Mantenimiento en su justa medida, es el único modo de erogar el costo justo y
obtener las menores pérdidas de producción por fallas o sobremantenimiento.

CONCLUSIONES

1. El costo de mantenimiento, no es una inversión en sí mismo, sino que es un


componente implícito del costo de la inversión en activos físicos.
2. En un sistema productivo, las actividades de mantenimiento representan una
componente del costo de producción. No puede ser considerada una inversión la
actividad de mantenimiento porque no se esperan incrementos de capital haciendo
mantenimiento, sino que su objetivo es garantizar la funcionalidad según el uso
previsto de los activos que producen.
3. Las actividades de mantenimiento pueden colaborar en disminuir o mantener el
valor que se atribuye a un activo, pero no crean más valor para el activo.
4. De consecuencia, mantenimiento no puede ser un generador de utilidades. Lo
máximo que se puede lograr es garantizar la utilidad prevista del sistema
productivo, esperada de los efectos de la aplicación del budget de mantenimiento
necesario para garantizar dicha utilidad esperada del sistema productivo.
5. La contribución del mantenimiento al valor de un activo (e indirectamente a las
utilidades), consiste en disminuir y/o eliminar las pérdidas por degradación, fallas
y anomalías diversas asociadas a los activos objeto de mantenimiento del
sistema productivo.
6. Para lograr el anterior objetivo se debe concebir y respetar el Budget necesario
de mantenimiento (costos necesarios). De este modo el valor atribuible en un
cierto momento se puede mantener o evitar que disminuya y las utilidades
esperadas se lograrían, si el sistema productivo no sufriera pérdidas por fallos y
actividades de mantenimiento no programadas.

Por Luis Felipe Sexto – @lsexto

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