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Lóbulo occipital: anatomía, características y funciones

La corteza cerebral, que es la parte del cerebro más icónica y conocida por sus pliegues y su
forma de laberinto, no es un órgano encargado de realizar una función específica. Lo que
ocurre, más bien, es que diferentes partes de la corteza cerebral se encargan de participar en
diferentes procesos mentales, aunque todas ellas trabajan coordinándose entre sí.

Por ejemplo, el lóbulo occipital, ubicado en la parte del cerebro más cercana a la nuca, es muy
diferentes al lóbulo frontal (situado en la parte del encéfalo más cercana a la frente) no solo por
su forma y ubicación y forma, sino especialmente por las funciones de las que se encargan estos
dos lóbulos del cerebro.

Si el frontal tiene un papel muy importante en las funciones ejecutivas y la iniciación de


acciones deliberadas, el lóbulo occipital tiene un rol muy concreto que tiene que ver con la
percepción y, concretamente, con el reconocimiento y análisis de todo lo que vemos. A
continuación veremos las principales características de esta última parte del cerebro.

¿Qué es el lóbulo occipital?


El lóbulo occipital es uno de los lóbulos cerebrales más pequeños, y ocupa una pequeña
porción de la parte trasera del encéfalo, entre el cerebelo, el lóbulo temporal y el lóbulo
parietal.

Además, tal y como ocurre con el resto de lóbulos, existe tanto en el hemisferio
cerebral izquierdo como en el derecho, lo cual significa que cada persona tiene dos lóbulos
occipitales casi simétricos que están separados por una estrecha cisura.

A diferencia de lo que ocurre con el lóbulo frontal, se cree que a lo largo de la evolución de los
ancestros de nuestra especie el lóbulo occipital no ha crecido en proporción al resto de partes
del cerebro. Es decir, que mientras el resto de zonas de la corteza cerebral se iban desarrollando
y organizando de un modo más complejo, el lóbulo occipital ha permanecido casi igual a lo
largo de cientos de miles de años; aunque, curiosamente, se cree que en los neandertales, que
fueron una rama evolutiva paralela a la del Homo sapiens, esta zona tenía mayor tamaño
(relativo y absoluto) que el de nuestra especie.
Funciones de esta región cerebral
Ahora bien... ¿de qué se encarga el lóbulo occipital y por qué no ha ido creciendo a lo largo de
nuestra historia evolutiva? Si bien no hay ninguna zona del cerebro que tenga solamente una
función, ya que todas ellas funcionan juntas y de manera coordinada, el proceso que define
mejor la utilidad del lóbulo occipital es el procesamiento de la información visual.

El lóbulo occipital comprende la corteza visual, que es la zona de la corteza cerebral a la que
llega primero la información proveniente de las retinas. A su vez, la corteza visual está dividida
en varias regiones clasificadas según el nivel de procesamiento del que se encargan.

Así, la corteza visual primaria (v1) es la parte del lóbulo occipital que procesa los datos
visuales más "crudos" y es la encargada de detectar los patrones generales que pueden ser
hallados en la información recogida por los ojos. Estos datos generales y poco detallados acerca
de lo que se ve son mandados a otras partes del lóbulo occipital encargados de realizar un
procesamiento más refinado de la visión y estos, a su vez, mandan la información analizada a
otras áreas del encéfalo.

La vía dorsal y la vía lateral


Una vez que la información ha pasado por la corteza visual primaria en el lóbulo occipital, el
torrente de datos que emite esta zona se bifurca siguiendo dos rutas diferentes: la vía ventral y
la vía dorsal. Estas van extendiéndose en paralelo mientras se comunican con partes del cerebro
a las que la otra vía no accede directamente, tal y como veremos.

Vía ventral

La vía ventral parte de la corteza visual primaria en el lóbulo occipital y va hacia la zona frontal
del cerebro a través de la parte baja de este, que incluye las cortezas visuales V2 y V4 que, tal y
como indica su número, se encargan de procesar la información ya trabajada por parte de la v1.

Se considera que las neuronas que participan en esta "cadena de montaje" de la información
visual se encargan de procesar las características de los elementos aislados que se están viendo
en cada momento, es decir, acerca del contenido de la visión. Por eso, esta ruta también es
llamada la vía del "qué".

Vía dorsal

Esta ruta va del lóbulo occipital a la zona frontal de la corteza cerebral a través de redes de
neuronas cercanos a la parte alta del cráneo. En ella, la información procesada por la corteza
visual primaria llega al lóbulo parietal a través de las cortezas visuales v3 y v5. Se cree que esta
zona de procesamiento visual se encarga de establecer las características de la localización y el
movimiento de lo que se ve; es por eso que la vía dorsal también es llamada la vía del "dónde y
el "cómo".
Junto a la vía ventral, esta ruta del procesamiento visual relacionada con el lóbulo occipital nos
habla sobre cómo funciona el cerebro: en ocasiones, procesos mentales que parecen formar una
unidad y que llegan a nuestra consciencia como una experiencia completa, en realidad son el
producto de varias rutas cerebrales que trabajan en paralelo, cada una centrada en un aspecto
distinto.

El lóbulo occipital y la epilepsia


Se cree que el lóbulo occipital tiene un papel destacado en la aparición de crisis epilépticas, o al
menos en parte de ellas. Se trata de los casos en los que la exposición a “flashes” frecuentes de
luz intensa ocasiona la aparición de un patrón de emisión de señales eléctricas por parte de
neuronas del lóbulo occipital que se extiende por todo el cerebro causando el ataque.

Por la complejidad del funcionamiento del encéfalo y la rapidez con la que trabajan las
neuronas no se sabe demasiado acerca de los mecanismos por los que aparecen este tipo de
ataques epilépticos, aunque a partir de estos casos se asume que algunos estímulos externos
pueden hacer que aparezca un foco de epilepsia en alguna parte de los lóbulos temporales, que
pasa a afectar a otras partes del cerebro del mismo modo en el que la corteza visual manda
información a otras regiones en condiciones normales. Sin embargo, para que se den estos
casos se cree que debe existir una propensión biológica o genética.

A modo de conclusión
Aunque probablemente el procesamiento de los datos recogidos por las retinas no sea la única
función del lóbulo occipital, está prácticamente ocupado por la corteza visual, y por eso se cree
que su principal función tiene que ver con la interacción de la información que llega desde
los nervios ópticos.

Puede parecer extraño que un único sentido reclame para sí un lóbulo entero de cada hemisferio
cerebral, pero no lo es tanto si tenemos en cuenta que el lóbulo temporal es el más pequeño en
los seres humanos y que en lo mamíferos el procesamiento de la información recogida por los
ojos suele ocupar áreas muy grandes del cerebro. A fin de cuentas, como descendientes de una
línea evolutiva arborícola y diurna, la visión ha tenido mucha importancia tanto a la hora de
movernos por espacios tridimensionales llenos de peligros y de obstáculos como a la hora de
detectar depredadores y alimentos.

Por otro lado, otro de los aspectos más importantes del lóbulo occipital es que es el inicio de las
dos vías paralelas de procesamiento de la información. Esto hace que conozcamos mejor cómo
es el fenómeno perceptivo de la visión, que se presenta mediante al menos dos cadenas
separadas de procesamiento de la información: por un lado la vía dorsal, encargada de que
podamos conocer bien el movimiento, posición y localización de lo que vemos, y por el otro la
vía ventral , relacionada con el reconocimiento de lo que estamos viendo (es decir, la
integración de pequeños fragmentos de imagen en grandes unidades que podemos identificar)

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