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lA INDEPENDENCIA PERIJANA

COMO REPRESENTACIÓN
Histor· ralía, conmemoración y es ultnra pública
i) 11 1' IN\1111 111 1 o 1 l'\1 u 111 n, 1'1 ,11 1,Nn,
l h11,1d11 l li H.. 1¡.;.1 (1'H. 1 i111,1 11
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ISI\ N: l)JH l)IJ7 2 ~ 1 78 1


ISSN: JO .HUO
lrnprr~o rn Pt·ri'1

Prim<:ra edición: Lima, julio J e 201 6


1000 ejemplares

Hecho el depósito legal


en la Biblioteca Na ional del Pcrü: 20J6-0886 1

Registro del proyecto editorial


en la Bibliorcca Nacional: 3150 113 J60071O

Corrección: Mario clgado


Diagramación: ilvana Lizarbc / Carolina Carrillo
Corrección depruebas finales: Rossanna Alva y María Delgado
Carátula y cierre de edición : Gino Becerra
Apoyo editorial· Yisleny Lópcz
Cuidado de edición: Odín del Pozo
Imagen de carátula: Estatua de la Libertad (Pampa de la Quinua).
Anónimo (circa 1920). Álbum Fray Ángel Pola, OSA.

Prohibida La reproducción total o parcial del texto y de Las caracterlsticas grdficm tk me libro
por cualquier medio sin permiso de los editores.

LoAYZA PÉREZ, ALEx, ed.

La independencia peruana como representación. Historiografía, conmemoración Y escultura


p ública. Lima, IEP, 201 6.
(Estudio sobre el Bicentenario, 4)
o XX;
1. HISTORIA ; 2. INDEPENDENCIA; 3. MEMORIA; 4. SIGL
5. HISTORI OG RAFÍA; G. MONUMENTOS HI TÓRJCOS; 7. PERÚ

__ __:____,;.;,_,._....;.._~----------
W/01 .04.03/B/4 ----
El civismo sobre las armas.
La estatua ecuestre de Simón Bolívar
en Lima, 1825-1859*
D ANIEL VtFIA N L ó PEZ

Había ya ganado José Rufino Echenique las elecciones generales a la presidencia del
Perú en 1851, dando paso, así, con todo el peso de la legalidad constitucional y la
l itimidad política, a que el nuevo ambiente de paz creado a partir de la anterior
a1minisrración de Ramón Castilla (1845-1851) se transformase en un motor de
desarrollo nacional:

Biensabeis, legisladores, la urgente necesidad que de lobras públicas] tienen los pueblos,
porque, desatendidos en esta parte hasta el año de 1845, aún carecen de las comodidades
que la civilizacion ha introducido como indispensables al bien del género humano.1

Críticas, aunque más bien impulsadoras, son estas palabras parte del Mensaje
del presidente Echenique presentado ante el Senado y la Cámara de Diputados en
1853. Las vías de comunicación -como caminos, puentes y vías de ferrocarril-
eran el principal problema para el desarrollo de un Perú industrioso; no obstante,
tras una detenida exposición de los beneficios que traería su construcción Y otras
. ' Echemque
medidas como la mm1grac1on,
. . . d..tJO lo stgmente:
. .

[... ] [p]ara no cansar vuestra atención omito en este lugar una ·mstrucc1"ó n minuciosa
· · d
e
todas las obras emprendidas en el bienio; pero sí os diré que, en la parte monumental, Y
como testimonio · de grautud
. nacional, he mandado eng1r · · en Lima,
· dos columnas para

~
El Presente a ' ¡O · ·¡ 'bl' t l
en lima de nicu deriva directamente de mi tesis de Licenciatura, Escultura civi pu ,co-tSla ª
'Me . 1852 ª 1860 (2014).
tlsa¡e del · ¿· · de
1853~. En EL ~residente de la República en la apertura de las sesiones del Congreso or mano
eruano, 2IVIII/ 1853, p. 249.
290
Danit/Vifi
l QI¡

colocar las estatuas del D escubridor del Nuevo Mundo lCristóbal Colón\ d
t.,dor del Perú lSimón BolívarJ .2 'y el liber.

Dentro del discurso, las estatuas fungieron como un factor de im


. . pacto, cu
fortaleza fue revelada al poder ellas susmu1r a todas las demás obras públicas ya
eran una señal inequívoca de avance. La pregunta, obvia quizás, es la sig . ' Pues
u1ente· ·qu ,
avance se quiso que representasen dichas estatuas, y en particular la Estat ·< e
de Simón Bolívar? Son varios los autores que le han dedicado publicacioneua tcu~Stre
. , , . . s especiali-
zadas al Szmon Bolzvar3 o que lo han mencionado dentro de investigaciones
. ., mayores,4
y cada uno ha logrado aportar con nueva mformac1on de archivo 5 como ta b· ,
, m tenla
han insertado dentro de nuevas interpretaciones sobre la estatuaria decimonóni
estudiá ndola desde sus implicancias urbano-sociales6 hasta lo que se requirió ma:~
rial y culturalmente para su importación,7 pasando por entender al bolivarianismo
como uno de los síntomas por excelencia de la ((estatuomanía» latinoamericana.ª
Dentro del mapamundi del arte público, la obra tiene sus coordenadas tempo-
rales y espaciales bien definidas, y es uno de los más recurrentes ejemplos de la inter-
nacionalización de la estatuaria italiana. Pero, para responder a la pregunta abierta,
el estudio a continuación se concentrará en una carnera aún no explorada con de-
tenimiento, la cual es dar un paso más allá en la descripción iconográfica del Simón
Bolívar, y pasar a relacionarla con lo que se denominará, con la intención de sim-
plificar los niveles de lectura de los estudios iconológicos, como el «mensaje» que se
quiso comunicar desde las intenciones del Estado peruano en torno de la ciudadanía.
No se debe concebir, empero, la aparición en suelo limeño, e\ 9 de diciembre de
1859, de la estatua de Simón Bolívar, como una escultura aislada, pues no solamente
se importaron desde Italia las mencionadas por Echenique, sino también veinte más
colocadas en la Alameda de los Descalzos. Al respecto, mientras estas últimas busca-
ron promover los valores de la laboriosidad, expresados a través de una serie anual de
faenas agrícolas,9 la Estatua conmemorativa de Cristóbal Colón se dedicó a impulsar la

. , . . d I Congreso ordinario de
2. «Mensaje del Presidente de la Republica en la apertura de las sesiones e
1853». En El Peruano, 2/VIB/ 1853, p. 251.
3. Pineda 1973, Castrillón 1991, Leonardini 2011 .
4. Micheli 1992, Gutiérrez Viñuales 2004. cxiscencia
. Le d' . (2011) sobre 1a d1
5. Se debe contar, además, la importante notiaa que ofrece onar 101 I _J de Trujillo e
de una maqueta de bronce firmada por Adamo TadO t·101·• rcsguardada end ª Iscue
maqueta, pero en
O
Banco Central de Reserva del Perú. Rafael Pineda ( 1973) había ya reporta ª
el estudio de Tadolini en Roma.
6. Majluf 1994.
7. Bochicchio 2012.
8. Gutiérrez Viñuales 2004.
9. Yifian 2014.
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. , l·I ¡rn>gn:so d e las c il:nc ias como hermanas civilizado i:¡ ,.. 1o
1 ·.1 rl' lll,1 . . .Jtmón ras. i::,

11
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tll ,q, 11,
en l·;i n1h 10, de fo n alecer la nueva vida civi l rep u 61 icana,
' Ia cual se
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L' J ¡¡'¡I l · . .
,,ruci...¡1,111· v,1.
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. b,t it1CI ,1 1 •
111,~L.1 . ,c,t ~e corn plCJ..1za en t a n to que la estatua se d esenvol 1-6
~::,r.1 pi o f11 · ·1 , . . · v en tres con-
di\'t·rso~. ;iunq 11 c, co rno se expondra, simila res: 1825, 1852- l 8 54 y 1857_
· . l:n
(t'\[ll~ . 1c.:!í · · ·0 1a estatua 6usco' s1m
. .. t,,nen.. :L¡ 1n1c1 . 6o 1izar
· l a paz y el orden ¡ d
. . . . a canza os
1819.. M Jt'JT;lS de 111 dependen c1a (182 5) , pero, al quedar su eJecución inconclusa
rr.tS l.1~ .:-
. ,d..i años mas ,
card e ( 18 52 - 185 4). E1 nuevo ambiente,
. pacífico gracias a 1'
tue reron1" . . . . a
.- c·,a del poder p res1denc1al mediante las elecciones generales de 1851 estu
rrans1eren , , -
,·o. sin embargo, fu ertem ente marcado por el recuerdo de las guerras civiles, lo cual
hizo que el Simón Bolívar m antuviese su significado, pero transformado en una me-
ráfora: mientras en la superficie se conm em o raba el triunfo de la independencia, una
lecrura más atenta revelará que la referencia d e fondo fueron los recientes conflictos
inrernos. Este significado se reprodujo con m ayor énfasis entre 1857- 1859, tras ser
finalmenre instalada la escarna en Lima luego d e dos guerras civiles (1 854- 1855 y
1856-1858). En ese sentido, la independencia, representada a través del Simón Bolí-
var, pasaría a simbo lizar, por analogía, todo tránsito satisfactorio del desorden nacio-
nal hacia una prosperidad ciudadana.
Sobre la estructura de este trabajo, como se pretende estudiar el Simón Bolívar
en relación con las intenciones gubernamentales en distintas épocas, se procurará
que la merodología de exposición sea diacrónica.

fa PROYECTO DE 1825 DE LA ESTATUA ECUESTRE DE SIMÓN BOLÍVAR

' intento por erigir la Estatua ecuestre de Simón Bolívar pertenece a 18 2 5;


El primer
este proyecro, aun h ab1endo . sido planteado dura nte el go b 1erno ' «d 1ctatort
' .al » d el
b ' quedO, fi n al mente inconcluso. E l emplaza miento, segun
firetratado ' 1a ley d el 12 d e
e el mismo en el que se halla hoy día la estatua, errente al eongreso
dee ¡rero de, 1825 ' rue
que ªelRepubl'
p , ica. En este d ecreto, el Con greso Con stituyente consi·d era6 a, pnmer~, ·
d
dades derlu le debía a Simó n Bolívar y su ejército la «cesación de las grafl es cal~-
e a guer 61' 10
· ' de la granrud
~cional ra»; Y, segundo, que, por lo tanto, era «una o 1gac n .
. perperua d d · d inapreciables
b1enes r e ro os los modos posibles la m emona e eSWS
I
' Y a alta co nsi·d erac1on
. , d ebida a sus a utores [ . . . ] ». , 1

~

. •El
ari
.
2015
del ~ ~greso Consci 825 .· veas
, e Gaceta del Gobierno
, eru 1967 ruyenre del Perú», Gaceta de Gobierno, 17/Il/1 J'd d en Pineda
973· , torno 11 [ , d ·d0 en su rora I a
18 25]: 436. Este decreto aparecio repro uct
.. ·tos. ¡Hinws. el ( \ rngr, so vino e n J e r1.·1:1 r y decretó en su rt{c l
,.\ n ll u,
, ís d , m.11,d.H .1n111.1r u na m edalla y c.·labor.u •ll tca~ u O ltgun
l¡\, q11c ••\l1t 111 • • ' . . r ' -~ conrncrn . .
. .. . . 1 \ ,Ph \ de b C011srtru 1 ó n un m o numcmo con la •st 0 rat11,.,,.
se ..-r,g1l'., ( l 11 · • • · 1
.. atu ce · ,q,
.i1, ·rr.1\1.
• ¡ , .1 ,ut· ¡1 cr¡1ct úc la mem o ria de los heroicos hechos con nu h u tr, del
, e adad 1
l , l., .
, ,, o ªP
, l.l libcrt.td .ti Pcrn)). · a1
P.is.iron los 111 ·ses, y p.,ra el 8 d e diciembr de 1825, a las cinco del
1•
Ul\l Ull,
· Jor 1a co1ocauon
\ c··rc.·nu.rnta 1
'- r
-·' d e 1a primera
· · d ra uc
pte .i
la bas.._.. Para laªese
tard,, "
1
_ k l.l cu.ll 110 ha llegado recuerdo visual algu no -. u Tanto la invitacid,, ofi,· ~ tura
presenciar el suceso, como el discurso d e Hip6lito Unanuc, presidente del~ Pa~a
de Gobierno. y luego la editorial d e la Gaceta del Gobierno de Lima del 1S de di ~5'Jo
bre de 1825, conC1'b'1eron 1a construcc1011

más
.
· ' d e la estatua como una dádiva Para elcicrn.
ro puesto que Simón Bolívar, «h abiendo hecho para la presente jcncracion [ . )futu.
'
allá de lo que podría esperarse de un mortal sobre la tierra, ha prerua....d
. . . r-• o para
las jeneraciones venideras los elementos de una felicidad imperturbable y sólida».'•
~-
Fue un acto que pronto se fue multiplicando artísticamente en distintos sopor-
tes, tal como constó en la Memoria presentada por Hip6lico Unanuc como ministro
de Estado ante el Congreso de 1826:

Fuertes obligaciones tenemos para este gran Capitán que, desde las orillas del Orinoco,
vino a librarnos de la servidumbre y la anarquía. [ .. .]. El pincel, el cincel y d buril son
los nobles instrumentos con que se transmite en el lienzo, el metal y la piedra, la memo-
ria, las imágenes y las glorias de los héroes. Todos eres abrazó el Congreso, ya todos tres
abrazó el Consejo. En las grandes Asambleas del Palacio Republicano preside la imagen
de Bolívar. Sobre el pecho de los ciudadanos de ambos sexos pende su busto. y en la
Plaza de la Constitución se levanta una enorme mole representativa de los Andes que
reciba su estatua ecuestre. 15

Fue significativo el papel d e Hip6lico Unanue tanto como gestor e ideólogo de


la configuración d e la estatua, como promotor del mismo bolivarianismo Yde este
nuevo ambiente d e fervor de libertad y paz. Basta recordar que tras «[f]racasadas ~as
eonrerenc1as
e . d San Marun,
[de Miraflores entre el virrey Pezuela y los personeros e
en septiembre de 1820], uno d e los delegados
nombre de Unanue [en la Gaceta de Lima del 7 de octubre] para atacar a
'] el
del virrey, Dionisio Cap:~: J
de

12. Ibíd., p. 436. del Go·


13
· «Inauguración del monumento Bolívar» Gaceta de Gobierno 15/X1111 825; ~(iel:eO
bierno del Perú 1967, tomo llI [1825): ~ 10.
14
· º
lbíd., p. 2 9 · La cita corresponde a la invitación oficial. ~
1
S. «Memoria del Señor Ministro de Estado en el Departamento de Gobierno Y
al ~ongreso Nacional», 1826; véase Arias-Schreiber 1974, vol. 8: 883-884·
i::-~ par

Ma¡luf 1994: 10.


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1.-, , ,,11. 11 .1 • ·l md,1 de los •1 ap1t.m es>), mie ntra que l. , guerras civ iles
·'"'' ' 1 1 1," 1,.11,' l 111 • ,

11.., 111.1 " · • . k-;cnvoh-ía n 1 .os ene nos y Clle mistad es, ,,y I que empieza
t ' , ,,l.1n1 ,· 111 , l . . 1· . J I IH M ' d 1
,ni ' 1' • · ,11u1H.•~ , •11-' 1 en re ncorc:s tlll lV tuu a es». as a e ante ' cuando fiue
,"ll ' ' 1 1
,,11 ,1 ~ 1:-
J .',·11 1' ':- , , d fi '6 1 d . d .
, ¡ . J Li.·1, 1"¡.1 del Prorector.1 o. s re rt a as guerras e In ependenc1a e n

nitni~c"' ' ' . . ·ne.id., al Co ngreso d 2] d e septiembre d e 1 22, de la siguiente


$11 b'!''i:,·11''' l'íl-'~

nt,Ul r.i:

... ,,uc se mecí.1 debajo de nuestras plantas he m os combatido y d e rramado


. t,n· 1l m n.1 '1
·' . ·. 1 ,•rim.,s" sangre. ¡Qué dolor! ¡No ha sido una fuerza extra ngera quie n las ha
nuc-~ir.1:- .l:- , L • • • •

. r.. r, H.ihrí:1 al momento s ido reduc ida a polvo y ceniza: hemos sido nosotros
h~h\l \ ('Í L •
1
\)

. . . rn 1 lnricn<lo unos co ntra otros.


nusnw~ lt •

Li fa-posición continuó, consecue ntem e nte, con un llamamiento d e confrater-


nidad. Esre deseo correspondió al h echo d e que sabía bien Unanue que la guerra
no se derendría aú n, pero al menos d e su parte podría haber un llamado a que «si
no puede corcarse se haga lo m ás humano que pueda ser».20 Desde la perspectiva
personal de Unanue, quien consid e raba a la independencia como una guerra c ivil,
como .et supremo de los males», es posible comprender el porqué de la necesidad de
encumbrar con distintos y pomposos homenajes a Simón Bolívar, como aquel quien ,
~jo una capitanía fuerte, puso fin definitivo al caos bélico. Tomar al arte como
rteompensa por el heroísmo desinteresado y al servicio de una causa común resultó
una práctica novedosa en suelo peruano. 2 1
Se sabe que, en 1822, se d ebía colocar una columna trajana con la estatua de

---
SanM , l
amn en a misma plazuela del Simón Bolívar, pero dicha columna quedó

16. p3ch
eco Vélez 1955: 656.
17. U
nanue 1820: sp.
18· lbíd,
19. U
nanue 1822: 25.
20. U
nanue 1820·
21. F . sp.
ue una ,
. practica nov d d 'ed d
Jerarquizad e osa en cuan to que <, [ . . . ] al héroe tradicional le l.'Orrcspon e un.t son a
stamental
ap .
ªrt1r de a,la e. d' . Y organizada· en cuerpos sociales. mientras que e1 h eroe' mod erno surge·
asocia. do excl in. iv1dua1·izac,o ., n y 1a construcción d e la ciudadanía. En ese Sl'llll'd o ueJ:t
J . de e car
blo usivamenr . b . .1
, 'entonces eª su p ertenencia d e élite pues al haberse transfenJo la so er.m,a JJ pue-
her • cua1qu· · ' 'd
oe Por su so . d ter ciudad ano virtuoso tiene la posibilidad de ser un héroe reconoca O como
a 1os p . . c,e ad . si h . . 1 d" .
rtnc1pios es que a logrado realizar un acto destacado que lo v1m:u e trel:t.amente
y valores [ · · .] del mundo mode rno»; véase Casalino .2008: .11 .
mconclu_\a.· Ma1luf informó que, en el mísm<J mo, h h<, n:a ír í · í a par;.
~1onumento Nacional , del cual llegó a colocar 1a prirr era p; ::.clr:. t 1 1(; dt ..
\e ., ,
)'
~0 _: Tampoco se concluyó este monumento, pero \C puede deducir 1r a
alcgóriu en él, aunque no bajo qué támín~. Sin embargr,, t o ra, , , • ,, .·
~

/ /

proyectos el haber dejado una constancia \ Íquk"fa pardal de qué q,.: -¡ .. ,,,n ·í!J · .
en su momento, como se puede leer en la de.,críncíón
r-- del disef ,, de CÍ>rr,,1 ,,,, : rt;;¡.

!izarse el Simón Bolívar; ~te dí~ño se correspondía con hu. fuenr t'\.lr,,pe.:

Sobre un ~mento circular ~ú colocado un 1.Óc.ak, de piedra q•Jt f1y.r .. r ,, . .,


masas de 10\ An~. vienen de sm altura\ en delicados hilc,r., <> harn•il.:J.\ w.t~, ~ .' r;,r
,J

que por cuatro se rec.ojen <.-n un elegante rcc.cpticulo parad u~ pú~ iu, · .i¡:,r «. ,
la\ instalaciono de la fuente que ahí \C: ubkaba\, ~pub de haber bú~. ·: :\ Pf'
don~ vtjcul~. Dese.ansa '°bre d zóc.alo el pe<btal que, dt,mínandt, 1,-,., td f'Ó( der..,
h~ca d~brírse a gran dutancia, la ~tatua c:cuotrc del U8E.KTAIJCJ~ ptt\c., , t:1
bajos rclíev~ y lámina\ de bronce w baulb.\ y~ háoa que a,nd tjtr,,n a~ 'lCU,na.
'(

Así BOLfVAR será el primer objeto que, entrando a ota ~ítal. "'1udc d v~ ,
tiendo ecsítarse en su pccl,o w emociono sublímo qllf difunde la pr~..._ ~
dd salvador de 1~ puehlo,.2-4

Los objetivos excedían de pronto la ~imple gratitud nacional; \a hí ' agri-


cola exacerbaba al Sím6n Bolívar como un dador de bienestar y ríquaa.\, y lo colo-
caba incluso en el mismo plano que un objeto bendito. Aunqut en un pado menor.
este nuevo culto ya estaba contenido en d decreto citado. en dondt: ~ puede ín&rir
que la imagen de Simón Bolívar fue concebida como la que debió 'ICf d primer an-
tecedente de una línea ejemplar de patriotismo. cuya recompensa 'ICfÍa la rememo-
ración honorífica; por ello. el Congreso decretó, en su arcirulo oaavo. qut "ª todos :r
los individuos que han servido en la campaña del Perú {...l, sel~ dccbra b. alwbd
de peruanos de nacimiento [ .. .)11; y luego, en &u artículo noveno, qut d U\:,erudioí
quedaba «autorizado para instruir y señalar cualquiera otra d3st de premios honorí-
ficos o pecuniarios para mejor compensativo de los scrviciM ya prestados YestÍJDWO
de los que pueda necesitar la Nacíón,,.2~ •
21
La nacionalidad y la ciudadanía, entonces, estuvieron íntimamente Upbs_,
heroísmo que, en este ca5o, era de carácter militar. Las prcmiacíone\ p<>dían ~
extenderse fuera de la personalidad de Bolívar, pero era a él a quien \t procuran1

22. Véase Momcverde 2015: 42,.52.


23. Majluf 1994: 35. Véase umbíén Momcvcrdc 2015: 24-31. dd
24. .-Inauguración del monumento Bolívar.., Gama dt Gob,mw l5/Xllll825· vé»C ~
Gobierno del l?erú 1967, tomo III ll82S\: 20'.>.
25. ~1:.-I Congreso Con.stítuyentt del Perú", Gaceta dt Gobimw, 17/11/1825; YÓlt~dd
del Perú 1967, tomo 11 11825): 436.
, , nurslrt' rle Simón 1Jo/f11r1r en Um11, 1825- 1859 2V5
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..· tdor e insp irad o r d e la lín ea conmem orativa, ligad a selectamente


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· . ' que d eJa
. en su rota J·d
1 a d eI decreto es
,n~. 1
·rific;1u:t Jl,1
viJ,1 ~.iL , ~ ·se como un red e ntor d e los males pasados, y su escultura, por
,l 1' 1 , Lkbt,I Vt:1.
,e Koli\':tr , . indudable actitud d e propaganda política. Sin e mbargo, codo el
q1 cndr1,1 i111 Li • , • • • • .
lo r;1nro, r . , corno si S1mon Bolivar, en su salida de Lima h acia Colo mbia en
. , rrunco,
5t 26
royecto . , , hubiera llevado las iniciativas para erigir la estatua. Quedó sí una
P . 111n1en se .
¡826, r,t _·, ·tis frutos que conm emorar; sm embargo, para que ello sucediere,
d ,,nua y s
in dePen ..
, , un Estado por esta b·J·
1 izar.
, n,as :iun,
quedo,

estión (1 852-1 854)


La nueva g

Conciudadanos:
Orden, libertad práctica, reformas en Ja administración, y mejoras materiales, son los
b'eros que me afanaré por asegurar, a tratar d e promover sin traspasar los límites d e
~a ~ucoridad que en mí depositáis. La desconfianza, que siento, justa sin duda, e n Ja
suficiencia de mis propias fuerzas, m e aconseja solicitar Ja cooperación de los hombres
laboriosos y de capacidad para el m ejor cumplimiento d e mis arduos deberes; y me p o ne
en la necesidad también de apelar a vuestra unión para que codos contribuyáis a los
adelantamientos de la patria com ún. Bajo un gobierno como el nuestro, la suerte de la
nación no puede depender exclusivamente de un ho mbre: depende de los esfuerzos de
codos los ciudadanos; directa o indirectamente, bien o mal, codos con curren a formarla.
Trabajemos unidos para q ue el Perú alcance en nuestros días ese grado d e bienesta r a que
nuestro patriotismo puede racionalmente aspirar. 27

La cita corresponde al mensaje que José Rufino Echenique envió a la nación


con motivo de haber asumido la Presidencia de la República el 20 de abril de 1851.
Lo común de su retórica, sin embargo, no debe tomarse a la ligera en un contexto
que acababa de experimentar su primera elección general a cabalidad, 28 frente a coda
u h'1st0
_na ria de turbulentas guerras civiles; se trataba de un contexto donde la moral
ciudadana fi ·a1
ue espec1 mente concebida como un bien valioso para el desarrollo. Por
otro 1ado la ec , d l ,
as . , ' onom1a e guano estaba por fortalecerse y, por primera vez, el pais
urn10 el deber d
tiva e pagar sus deudas internas con miras a que promovieran produc-
rnente los u 1'b . . .
y corn . q e an siendo honrados un «nuevo impulso de vida a la mdustna
erc1o» 29 L Est
· ª atua ecuestre de Simón Bolívar reapareció dentro de este nuevo
;----
. Iras la salida de Sim , ,
Arona en C _ 00 Bolivar, Unanue, ya anciano y cansado, se retiró a su hacienda San Juan de
27
. ~1:1 p . anece .
28 residen te de la Re , .
_ loa}7.a 200Sb. publica a la Nación». En El Peruano, 20/JV/ l 851 , sp.
29
•Mensaje d
1853,, el Presidente d 1 , . , · · d
J... En EL P.
• e a Republ1ca en la apertura de las ses10nes del Congreso ordmano e
v'-<!Se Q . eruano 2/V]
lUroz 19
87 _ ' Ill 1853, p. 253. Sobre la corrupción que se generó en torno de la deuda
296 /J11,,,,, ~,l.11 1111
1

ímpern no solamente como un «testimonio de gratitud nncional»,·11' sino tainl 'é


como la expresión simbólica del nuevo papel que d bía cumplir la ciudadanía. li n
Pasando rápidamente al estudio de la estatua, ha sido importante c¡ue d
. . . e t()da!
las obras encargadas a ltalia e instaladas en Luna entre 1852 y 1860, sea cll ¡
. . a a q11c
mejor documentada se encuentre, seguramente deb1_do a 1~ importancia histórica de
la figura de Simón Bolívar. Como ya se desarrolló, la 111tenc16n inicial surgió en
1825
P ero quedó finalmente este como un proyecto trunco que no fue retomad . '
o sino
hasta que el 12 de ocrnbre de 18 52. Aprovechando la administración del presidente
Echenique el viaje de Bartolomé H errera a Roma para establecer un Concordato con
la Santa Sede, se le encargó al sacerdote, por intermedio del ministro de Gobierno
Relaciones Exteriores, José Manuel Tirado, la gestión de la estatua, mientras que e~
Londres se solicitaba una verja para la plaza donde se ubicaría la obra. 31
Las instrucciones originales disponían que la estatua se hiciese en Milán (pero
esta ubicación luego cambió por Roma); para ello, se le envió a Bartolomé Herrera
una estampa que ahora está perdida. Más adelante, el pedido se hizo más explícito:
«Advierto a US. que la estatua está descubierta o sin sombrero, para consultar la
conveniencia artística debe ponérsele el sombrero en la mano derecha en actitud de
saludar»;32 este es un importante detalle sobre el que se volverá más adelante. En el
pedestal de la estatua, dos relieves debían mostrarse: a la derecha el de la Batalla de
Ayacucho, que «fue de las tres armas»; 33 y a la izquierda el de Junín. Luego, en una
nueva comunicación del 27 de octubre de 1852 (recibida el 17 de diciembre),34 se da
cuenta, según se había avisado en la citada carta anterior, del envío de los retratos de
frente y de perfil de Simón Bolívar, que también están actualmente perdidos.
Según anota Rafael Pineda, en Roma se convocó a un certamen al que:

[ ... ] concurrieron 64 candidatos, de los cuales fueron elegidos tres: [Adamo] Tadolini,
[Filippo) Gnaccarini y [Rinaldo) Rinaldi, con la obligación de bocetear un modelo de
dos palmos de altura, uno para el conjunto ecuestre y otro para el pedestal.3~

El ganador fue Tadolini; y, en segundo puesto, quedó Gnaccanni, q b


· · uien fue
' n su o ra
luego elegido para la elaboración del pedestal, aunque Mateo Paz SoIdan, e

. . , . reso ordinario de
3o. «MensaJe del Presidente de la Republica en la apertura de las sesiones del Cong
1853». En EL Peruano, 2/VIU/1853 p 251 he:!
' . . Barrcncc
31. Citado por Barrenechea y Raygada 1947: 76-77. Todos los documentos citados par el Cua-
·ficados colllO
Y Raygada, Y que él publicó en calidad de inéditos, se encuentran ahora e1asi
cierno Copiador 34 del Archivo Central del Ministerio de Relaciones Exteriores.
32. Citado por Barrenechea y Raygada 1947: 76.
33. Ibíd.
34. Véase Barrenechea y Raygada 1947: 72.
35. Pineda 1973: 129-130.
•• ; ,. / . I ("!> f.:/"U.I t'\'IIC"'rn' "~ s,,,"í,, H i, r f/1 I i,,¡. • ,s_, 18 1) ,.,.
¡..
,,.; . dl'I f>r•rií. preds.1 que fue en n.-.1l id.td 1111 t.tl ( ;,i1 11 p 1 1,1111111 d , l.,
( ,l. ,.,
~

·' ·l .l)l.,rt' l t c u.ti t_; nac .,rini co lo ·é su-. rdkvt '"


rl'(un1J "' lk t.1 ).1~c: :- • . . . ..
~crll.:cur.1 uc.'J.tJl) d.tr.1.s l.1s r:1zones p r l.t. q ul' d~ m .tn t· r-., 111111cdi.tt.l ~t· :-ol l it < < 1
~ l) h.1n q ¡O 01 ~ Herrera .1 Lin1.1 en 1 c;j, lo que d ejó it1( ondu s 1.. Mi s 11c..i i<,ii ·~·
) Je H.lrro l. • • • • • • c-, • ., .
rrgft'5l poder manrt'ner un nexo o n. rn nte o n R m, . ~ · ·m t·n ,,omhr.1r
1b lf~ll. f'·1 r.i • 1 d D 'I ·
,in en ·to
.
· · [)001cn1L · ·oni co m o on u e n carga o. e e . o n f , ha O d . l.' ll•·... r t, ¡ .
.i CJfll' _-L·ó un.i dec,tll.tda L"arra sobre el desarrollo de co d as las csr.ttu,ts soli.c ii,id., , y
, .¡ reULJI , - d , b .
le ., · ,obre 1.1 de imón Bo 11•,1r e 1a que e ta a as, po r ser 0 11 ·luid.1. En J)l)COS
en la que· , los preparativos para vacia r el ye o y enviarla, !vh'mi ·h p. 1, su fundi-
dí se han,tn
as ue mientras ranro estaría a la exposició n públi :i . Rclaró rnmbién q m'
ción, pcr IO q ·
.. d la baralla d e Ayacucho ya e rab a l1sro, pero que. pa ra el rdi v "' r ~f; ré n tc
d rehe, e e
de Junín, se esraba a la espera d e los retratos d e L1 M a r, N ecoch ·. y o rros
a la barali a
r
no mencionados.
Ante esros ,·ie ncos favorables exp resad o en la carra de Roma, e n d o nde
Domeniconi refirió que incluso el m i m o Papa pensaba ir a ver la obra, acont ·ció
en el Perú, sin embargo, la g u erra civil e ntre Ech enique y C astilla d e 1854- 1855. La
guerra civil la ganó Castilla y los trámites, e n consecuencia, fueron detenidos.

MODELANDO CI UDADANOS: LA CONCEPCIÓN DE LA ESTATUA (1852-1854)

Apesar de la descripción citad a arriba del diseño de 1825, no se sabe cómo d ebió
ser la conformación física final d el proyecto, m ás allá de ser una estatua ecuestre;
en un momento, el mismo Hipó lico U n anue también se mostró insatisfecho con
~ propuestas q ue recibía fre nte a las estatuas que él había observado en Europa; 8
s10
embargo, para 18 52, la imagen de cómo se debió mostrar e1 Simón Bolívar fue
exprbesa: «[a]dvierro a U S. [Barcolomé Herrera] que la estatua está descubierta o sin
som rero
la ' para consultar la conveniencia artística debe ponérsele el sombrero en
par:~do derecha en acritud de saludar», se ñaló el ministro Tirado.·39 A pesar de los
c1 os noc .
:-----::_s entre los proyectos de 1825 y 1859, recuérdese que en el primer
36. p s
~ oldán 1862: 297.
Citado
por Barre h
llnanue se refiri , nec ea Y R.aygada 194 7: 79.
O
!e la sigu¡ente sobre el proyecto, en una cana dd 26 de septiembre de 1825 enviad.a a Simón Bolívar,
Plai.a de la l rndanera: «¡Qué sé yo sí podré hacer erigt'r d monumento ordenado por el Congreso en
enco, no-ar el din ependeneta! · ,M ___.J
is ideas en esca parce son muy grandes y me petsu.KJO que sera m.is e
' ' fá iJ

~n I nero que se · · d ñ n
ofu os fllodclos necesita p ara ejecutarlo, que no es poco, que los aruscas que esempe e
las ~n desernpe - que me he propuesto. Con rodo, me han traído un escultor Y un fundidor que me
lt lllás
, . Cé·1ebres nar en bronce la escarua ecuestre de \ ~ E. Yo he visco en Europa en este genero ' una de
Pótr0 lJ ' veremos 51· ha 1· · De
0 . Oanue s· cen algo q ue se le pa.rezca,,.· véase «f.pisrol:uio sobre asum~ po mcos.
'-lt.d0 , Bo ,
a irn00 . ,l'IV\ i:::n 1
Por Bar · ÜVa.r. 3 12,., 26/IX/ 1825, en Arias-Schrciber 1974, vol. 7: ovv-uv ·
renech
ea Y Raygada 1947: n.
298

c:tso era el viajero quien saludaba impresionado a la estatua y h


. d 'd 1 ' ay que notar
un recurso prosopopéy1co para ar v1 a a a estatua; pero, en 1852 I d . que fue
. . • a escr,p -6
a la inversa. Es necesario, por ello, concentrarse en este pedido e I' . ci ll fue
. xp ICHO
Tirado, en su Memoria presentada al Congreso en 1853 d ·
, e maneras' .
Echenique en su Mensaje, dio un énfasis especial en la diferencia . trru 1ar a
que existió
periodo pletórico de guerras civiles de la década de 1840 y el periodo emrcel
inaugurando a partir de las elecciones de 1851: que se estaba

Si se examina el aspecto de nuestra población se verá[ ... ], que exceptuando I


can necesarios para el cumplimiento de nuestros deberes religiosos; poco se h:s~ernpl~,
· d ustn'al y c1v1
o bras desn·nad as a los usos d e la v1'd a m · ·¡, y que aun esto fue d .echo ~J
en
. . . ercrior~o 0
destruido en la guerra de la mdependenc1a, y en las conmociones civiles,40

Las consecuencias de las guerras de independencia y el peligro constante de las


«conmociones civiles» seguían siendo los principales motivos concraproducemes al
orden institucional, legítimo y legal. De pronto, alrededor de veinte años después,
el pensamiento de Unanue sobre la guerra se escuchó bajo las palabras de Tuado.
Por ello, anee esca situación de temor constante, el acto del Simón Bolívar de saludar
no resulca ser casual: en el imaginario común, Bolívar fue aquel que puso fin a las
batallas de la independencia (con los triunfos de Junín y Ayacucho), y todo su si-
guiente periodo de gobierno entre 1824-1828 fue convenientemente olvidado en el
planteamiento de la estatua para que pudiera simbolizar únicamente el tránsito del
caos hacia el orden. Así, el Simón Bolívar ganaba un carácter de exhortador positivo.
En otras palabras, si bien la base del cambio fue militar (y no hay que olvidar
que el presidente de 1851 era un general), la finalidad fue la paz civil: el acto de que
Bolívar saludase a la población implica una aceptación de la misma, la cual ya ~o
estaba siendo llamada a servir con las armas para cumplir caprichos caudiUiScas, ni ª
defender la paz nacional con ellas, pues esta ya había sido alcanzada. La nueva arma
era la ética cívica.
·'n con
El mejor ejemplo para demostrar este significado sería una comparac; V re
el Simón Bolívar hecho por Pietro Tenerani e inaugurado en Bogotá en 184 · ;ra
.e
su urnrorme de cap1tan
. , general y esta, cu b.1erto con una eoga romana, , . Suapos
batalla
parada, es de reposo, por lo que no hay violencia ni referencia explicitan la otra
alguna; y sm · embargo, mientras
· resguarda Ia consmuc10n
· · ' en una mano, e asados
. ~ al de hechos p
sosnene su arma, ciertamente también en reposo como una sen . 1110 un
. d
(Ias barali as), pero la presencia misma de la espada desenvaina a O l
edcocodala
anuncia
guardián arenco del nuevo orden. En cambio, el Simón Bolívar de Lima e e

f.Jltf¡oreS
40 • «Memona . que presenta a las Cámaras de 1853, el Ministro de Gob'terno y Rtladc,nes
(Conclusión)». En El Peruano, 20/VIIII 1853, p. 278.
1 /f ,,, . , ,
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,/-•) 1,1 •• IIJI¡
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t '.

L.\ GFSl'IÚN RETOMADA Y SU EMPLAZAMIENTO (1857-1859)

_h
Como ~e .1,·i ·ro. d
proyecto q ued ó en suspenso hasta que nuevamente fue rcroma-
_.i·
do mn.i1,ince el dccrero del 30 de . m. arzo
, d e 1857,
. tal . lee en El Comercio del
. como se
9Je d.tClc'íl1
. bre de 1859, en su ed1c1on •especial d edicada a la inauguración d e la esra-
rua. e s...1b.,", por esta fuente, que el prime r acto para volver a poner en movimiento
· ' n t·ue lae contrata celebrada con la Fundición Real de Ferdinand von Müller
la gesno
42
en~\1únich. «quien se comprom etió a entregar la estatua en el puerro de Amsterdam
por la dicha suma de 11 800 pesos». 43
A parcir de ahí, las gestiones se aceleraron, tanto así que al año siguiente, en la
F.sradísricageneral de Lima de Manuel Atanasio Fuentes se señalaba que:

Las plazas que siguen en magnitud a la principal, so n de la Indep e nde n c ia (Inquisi-


ción) y la de Sanra Ana; en ambas se proyectó hacer parques cer[ca]dos d e h e rmosas
verjas de fierro que se hicieron venir d e Europa y que existen en el día en e l p a tio d e
Palacio y en el Callao; para el efecto se c onstruyó la obra de cal y canco que d e bía
recibir las verjas y que ha sid o d estruida en la Plaza d e la Independencia. En el cenero
st
de e a, de figura bastante irreg ular, se ha levanta do un soberbio pedestal de mármol
que debe recibir la estatua ecuestre del héroe d e la Améri ca del Sur, General Simón
Bolívar [. .. ] .44

------
41. F
ue iusro con el
todos ,
.
caso del Simón Bolívar que Majluf ( 1994: 11) delimitó dos periodos que afectaron
polfric~ arr'.cul~: el de 1825 y el de la décad a d e 1850. El Simón Bolivar del primero era •<de orden
ernbargo
y sirnbolico» 1d 1 1( ' bl º '
Y e e segundo «entró a calar en un nuevo discurso: e ornato pu tco 1'· in

P
se:
Podía no s~ueda clara la lógica d e exd usió n : en tanto obra artística, ¿por qué el primer caso no
royecro con iderado
. e0 mo «ornato publico»?;
, . , o podia
o: ·com , lo «po J'meo · bóJ·tco,, d e 1pnmer
· y s1m ·
dis ser ªJeno · 1 d < ' bl '
,,, _ E lllinuía ¡O «pol1tico
1
, ª ª ecoración
· b , . urbana?; y <·h asta qué punto el discurso del 1<ornaro pu tco»
n el Arch· Y stm O 1tco» del segundo caso?
Pie ivo General d 1 . d F
tro
corn0 I Sanri Para la col e a.,Nación (AGN) O .L. 403-376, J
· unro con la concratac1ón
, De rancesco . .
i3. e encar d O ocac,on de todas las esculturas importadas, se señala ademas a omemcom
~- ga de llevar ª ca b o 1a contrata ya celebrada para 1a ,un c. dº 'ó
te--~n
ah Gut"ierrez
' v· - 1ct n.
2
~- ¡: orro ll"loner _inuales 004: 57 8 , la contrara con la fundición alemana significó un «imponan-
Uen ar,o... Tamb. , .
tes lasa. 6 _ ten cnado en Leonardini 2011 : 17.
. )8-659_
• i(>(}
Dan;,¡ V.,t:
''"'"
Fin.d rnentr, bajo la di r e ión d e M ari:tno Felipe Paz Soldán la .
, estatua fu .
~m.1d.1 el 9 de d iciemb re de l 859, 4 ~ fecha del aniversario de la batalla de A e 1nau.
en l.1 rnmt't n m c 11tt: llam:H.b Plazuela d e la I ndependcncia. Cuan<lo Y~cucho,
. .. , . se revisan 1
tufl)S de L1 q)o<:.1 d d S1111ó11 Bolrvar, se pued en notar las veqas y el enlosado d ª~
(.fon n.sion ·s qur de ·ora el pe rímetro (véase la imagen 1) , como un lujoso ma; corcas
hu.sc1h:1 rt-.1lzar y di rigir b atenció n hacia la obra que rodea. 46 co <¡uc
Por lo Fmmro, la ubicació n mism a d e la estatua llamaba a la imp . ,
. ., . ~ res1on. Ha
qut' pcm.1r en que la compos1c1o n del damero limeno permite que uno ueda y
.. . . . . .d P ver
roda 1•1 recri ru d de Ios ¡,rones sm 1nterrupc1ones, pero 1mp1 e asimismo la visibilidad
de ·u.1lquicr objeto colocado en el centro de una plaza abierta en la regularidad d
1
.1jedre1.1do u rba no.47 La remodelación de la Alameda de los Descalzos y la ubi' cac1on
. ,e
de l.1 esrarua a C,istóbal Colón en la Alameda de Acho quebraron teatralmente escaló-
gic,1 urbana, pues ambas obras podían ser vistas según uno iba caminando hacia ellas.
La esrarua de Simón Bolívar, en cambio, no gozó de esta simetría axial, por lo
que al ingresar a la plazuela desde alguna de las estrechas calles, sin un punto fijo de
atención en la lejanía, la presencia no anunciada de la estatua debió ser visualmente
imponente mientras que el resto seguía siendo casi tan colonial como cuatro décadas
atrás (véase la imagen 2). Era una impresión que disminuiría con el tiempo, pero eso
no cambiaba que la estatua, encerrada entre viejas casonas, quedase como un repenti-
no brote de modernidad. Físicamente la obra cargaba con un importante significado,
pero ahí no se cerraba su función.
El mismo día d e la inauguración, se pronunciaron grandilocuentes discursos
que complementaban todo el relato histórico sobre Simón Bolívar que la estatua
no contemplaba; hasta se escenificó una pieza alegórica en el Teatro de Lima. En el
título de la obra se nombró a la plazuela como «de la Inquisición», 48 como también

. . Guía histórico-
45. La cifra final de los costos, 22.25 1 pesos, la detalla Manuel Atanas10 Fuentes en su ul d del
O
f.Úscriptiva, administrativa, j udicial y de domicilio, de Lima de 1860. El «[c]0st0 cale da 'ón
con ucc1
modelo hasra su llegada al Callao» fue el siguiente: 17.204 pesos; «[s]u desem barqueieYdel pedescal
hasta el muelle» costó 649 pesos 4 reales; la «[c]onducción desde el Callao hasta el P al . dusive
situado en la Plaza de la Independencia», 458 pesos; la «[c]olocación sobre d ped~t dinplaza~,
· maderas, etc.», 1.447 pesos; y la colocación «del pedestaJ , veíJa,
an darrnos, · rerraplen e
2.493 pesos. Véase Fuentes 1860: 148.
46. Véase Gombrich 201O: 284. raruas
. 1
47. En esce contexto urbano, cuán significativa resulta la sustentación de a prese ocia de las es d
185 I ouniscro e
por parce del ministro Tirado en la «Memoria que presenta a las Cámaras de \~ 853, P· z7B:
11
Gobierno Y Relaciones Exteriores (Conclusión)», publicada en El Peruano, 2 1~
conrnbuyen
º al recuerd0
«Se ha norado en Lima la falta de ciertos monumentos que en otras partes d escras Plaza.S
de hom bres memorables; y que la unifo rmidad de nuestras calles Y Ia desnu dez e nu
¡ genio e
d las
. .
nunca son mrerrurnp1das por esas obras del arce, que expresan e uen lb gusroye
naciones».
48. Loa 1859.
(\.,_~m-tb3,,,ó,,&l1ttrnrlima. 1815- 1859 ni
.... . l.:
,
t, r., /14 •1

hicnrc:.-s . hor.t bien, au nque fuer po ible que debido a uJ


.\c.u1.t::- il'
1 ,,,1::- :-
,.·n•' ,e ) ,c:.-
[ ll t1HHlll'I l .
comprendie. e al imón Bolír'ltr cgún una con ronta-
"' • 1,..rt· ; n J ~ll . ·cic- 1, Je l.i lgle i.1 • • u u o paralelo e ind i rinto on d de «la
i,.'"11 ' 1 t., t,JJ.t::- ~, r.t.. , . ..., 1 iJ· · d be · ' ali ' e
'l,r, J ' · · .
1 s::;9. sugiere que e an 1 1s e tr m.1.S a; y, en e1ecto, en
,11 • . " .n1 n t. n ' ~

.-·1h-·'~ ·th 1.l • al
~ ,e c:.-ncuentra · re pecto.
1
}1'1'-t ¡,n1.t n.h .1 .
iJ _pn1.t n, · _., d ..-.lso Je Bernardo l\fon ceagudo, quien , en el decrece del 6 de
l 1~ont•' '-· , n,,>n có expre an1ence en contra de la Inquisición para mandar
., .... .... ,q ~lí~ll '-
~- , J 1:-- - · · . _·w 1 Jedi ada a an Martín , y cambiarle el nombre a la plazuela
' · un.t ::-r.i •
, ,,,mrrutr ~ . ·cu ·ió n ~ La plazuela se remodeló aJ retirarse de ahí la fuente y el
~ d I l l 11 ::- (1 l.
l) .
lf d < ~ • ~
r J penl 1.1 ._::- · • se erigió y el no mbre no caló en el uso popuJar, a pesar de
·r uu:i no
n1--.>f\..l l'· ..· !menee en algunas ocasion es. Tampoco es posible encon trar la m.is-
-.e U~l' l1h'- 1.l -.. . , ,
_u<- .·1011 p.ira la estatua de Szmon Bolzvar de 1825. El contexto de lucha
\l ~ 01 enrJl. , . . . .
n. lil1·li._';,} en 1._, -.:!,,
__ cunera el reg1m en colonial marcaba la diferencia .
~ -\hí rJdica !J importancia de artalizar las intenciones originales por las que se
~ la obrJ. y es que. aunque el Simón Bolívar manifestaba un mensaje que podía
haberse apüyado en su emplazamiento, por estar ahí el Congreso, la intenció n gu-
bemamenral crascendió su coyuntura:49 la reforma del espacio público limeño en la
dix:ada de 1850, por medio d e la erección de estatuas, se dio tanto en la reforma física
.:orno en el apuntalamiento simbólico de la ciudadanía republicana. Se debe pasar a
leer el conjunto escultórico.

Los RELIEVF.S DE GNACCARINI: ¿DÓNDE QUEDA LA GLORIA?

Poca es la atención que se le h a dado a los dos relieves del pedestal del Simón Bolívar.
C.Omo se mencionó, el autor fue Filippo Gnaccarini (Roma, 1804-Roma, 1875),50
un escultor formado dentro del neoclasicismo arcaizante de Bertel Thorvaldsen, y
;º desempeño en sus relieves históricos resultó de dudoso esmero. Al ser relegado,
as quedar en segundo 1 . e nfrenead o
aelabo ugar, a una tarea para 1a cual no comp1no,
. . , se vio
rar dos com ..
la rep pos1C1ones complejas en cuartto a la numerosidad de personajes:
resenración d l b
blernática for . e as acallas de Junín y de Ayacucho. No se abordará acá la pro-
1.
ra propia mal1sra
.. , de las compos1c1ones,
· · que al parecer en firento' a G naccanrn
· · con
,51 trad1c1on l . . .
resaltar e asicista con la que se identificaba; sin embargo, es necesario
distinguibleque,d l
del e, 1 d
umu O e personajes esculpidos, ninguno de ellos pue a ser
d
e otro salvo por detalles como el vello facial.

~ ~V·fi
lacua1 t an201 4y2015
So. 1
. fue resig ·fi ' donde se observa el caso de la Estatua conmemorativa a Cristóbal Colón,
'-OS da 6
de'- t0s biográfi ni cada en e
uacro tras1ac1ones
. urbanas entre 1860 y 190 .
i¡¡ ene· 1 cos de G
ic ºPed¡ ·. _1 •
. rfi ,,J-l · l 1.· ,
naccanni y Tadolini son tomados del Dizíonario biogra ,·oucE.•1 1 ,am, ª
a lld.J1a.na .
vircual WWW.treccani.ir.
302

El relieve de la Batalla de }unín (véase la imagen 3) 51 se detiene


en un n,
to muy preciso: el 6 de agosto de \ 824, el ejército realista, comandad ornen-
. . , o por José d
Camerac, intentaba huir por la pampa de Junm, cuando, en horas de la tard e
una elevación, Bolívar logró avistarlos y enviar 900 jinetes de su caballe í e, ~esde
. 1 . f: , . r a para In ter-
cep rarlo s, con el fin de d ar1e tiempo a a tn anten a, a ctnco kilómetros d d· .
e •stanc1a
de poder llegar al cam po de batalla. Canterac, en respuesta, ordenó as . f: ,'
u in antena
continuar en la retirada y contrarrestar el ataque con las unidades de su cabal! ,
(<Húsares de Fernando VII», <(Dragones del Perú» y «Dragones de la Unio' M~tta
n». 1en-
tras tanto, Bolívar descendía por un camino estrecho entre un cerro y un
Pantano
para poder desplegarse en la pampa. Inútil es buscar indicios de las unidades
, Yape-
nas es posible saber que Bolívar es aquel quien se alza sobre su caballo encabritado
en el centro de la composició n. Menos esclarecedor incluso es el relieve de la Batalla
de Ayacucho (véase la imagen 4); en este caso, no se puede saber qué momento del
evento uno está observando. Lo más que se atendió fue la presencia, intrincada real-
mente, d e las «tres armas» (infantería, caballería y artillería) , solicitada por Tirado.
Lo q ue se aprecia, además, son poses tipificad as: el encabritarse de los caballos
es casi igual para todos, unos con mayor elevación que otros; un caso similar sucede
con la inclinación de los personajes hacia delante cuando montan a caballo o cum-
plen una acción diversa; además, el recurso de alinear en diagonal los numerosos
perfiles de la caballería y d e la infantería cae casi en el estereotipo; y cuando hay una
lucha cuerpo a cuerpo, esta se infiere solamente por la yuxtaposición antes que por
la interacción entre los contendientes. A estos aspectos, se suma el error de que, en
la Batalla de j unín, todos en el ejército separatista como en el realista, sin contar el
bicornio de Bolívar, portan el mismo casco de visera larga y penacho, característico
de los dragones d e caballería según el modelo francés; este tipo de casco fue adoptado
recién a fines del siglo XIX en el Perú con la escolta presidencial (<Mariscal Nieto».
Todo esto fue contrad ictorio con la intención primera del gobierno peruano ~or
hacer visible las personalidades heroicas que participaron en las batallas, como bien
d ñalabaque
se p ued e leer en la carta de C amilo D o meniconi a H errera, en don e se se
52
se esperaba el arribo d e los retratos d e La M ar y N ecochea, entre otros. . bre
. d E hen1que so
En este caso, el control que buscaba ejercer el gobierno e c .. , de
. d . , par om1s100
los pormenores iconográficos no se d esenvolvió a cabal1da qutza , . Con
d .dia arusuca,
los deberes gubernamentales ante la gu erra civil, o cal vez por esi d ralles en
, .d d e . b
mas segun a , rueron ambas razones. Sm em argo , m arge al n de estos
l ese puede
· or de que
los que adentrarse dem and aría un d esarrollo argumentanvo may

' la c:2'
ue cerceno . da
dálico en 1967' q · iealit,3
51. C omo anota Pineda ( 1973: 13 1), este relieve sufrió un acto van I ,escauradO"
beza y espada de la figura del Bolívar. Estos daños fueron subsanados con al:ra,o
ina)'O'·
po r Bruno Campaiola. Sin embargo, ambos relieves dan cuenca de un m
52. Véase Barrenechea y R.aygada 1947: 79.
/.i , ,1, 1111, 1 c.-i,r,trt· dr Simó" Holit•,,rm li111,1, / 82 5- JR'SY .J0.1
/.1, .,,· •,'¡/.\,
, ,,, I,n '
., . rl''m .
fi• 1

Sl' n.1s .1 a Li lectura de las escenas es ulpidas, un a a uscnch po-


. Cll,\lh1l ) · t •
is¡i(1nt'f
·\1.,I, ¡· ~ ·l·i(rn \ 1 mensa¡e:
le . e n n111guno
. de los dos re 1ieves que retrata n
ll
n,
.
ir1.,l 1·¡ l I rl l d · 'bl hall al
<
Jeros,1 · . .· de b indepe n enc1a, es pos1 e ar señ alguna d e triun fo.
Í • . \ ' llflH 1.l ~
\J· ~r.1nt t~ _ , •·. fue adrede, pues d ifícilmente G naccarini hubiese po d id o rcp re-
- 1 lll\tl1Ll,l
Est· • · • ro exacto relatado en el relieve d e la Batalla De Junln sin in fo r-
.¡ n1oinc:n . .
S(nr,ir t: .• J .
1
Evidentemente, la vtctona en ambas batallas es tácita, pero la
, , :n ttoflZ,lll, ·
n,acio~ · _elocuente y obliga a p ensar en la estatua d e bronce que se yergue sob re el
1
au.,en°· es , como u n personaJe · al que se le cele b rato da su h istoria, sino selectiva-
~-,-lesral no ) a
P"" el vencedor de dos b atallas específicas, ya que es su figura mism a la que,
mente corno . . . .
. en un d iálogo d irecto con los relieves, logra sigmficar y complementar lo
~ ingresar
53
e observa en ellos.
que nO S

EL SIMÓN BOLÍVAR DE TADOLINI: DEJANDO A LOS ROMANOS EN ROMA

Para resolver el problema abierto arriba, es preciso describir la estatua para delimitar
el carácter con el que se presentó al público. El autor, Adamo Tadolini (Boloña,
1788-Roma, 1768), estudió primero en la Academia de Bologna de manera sobre-
saliente, hasta que ganó una beca en 1813 para acceder a la Academia de San Lucas
bajo la tutela de Antonio C anova. Pronto se convirtió en uno de los discípulos favo-
ritos del maestro, al punto que, en palabras de Rafael Pineda:

La identidad de Tadolini co n C anova, según críticos como Pietro Scarpellini, se tradujo


en _un «proceso de despersonalización» para el «alumno predilecto». De codo lo cual,
opinan Ojetti-Dami , solo quedó «la fría gramática neoclásica».54

ESca situación inicial en su formación fue invirtiéndose en las siguientes décadas


tras su ac .
ra. El ~rcam~ento al purismo italiano encabezado por Pietro Tenerani en escultu-
cenr purismo italian O fue un movimiento
· · d e caracter
' · · · ·
«pnmmvista» que b usco' , tras
rar su atenc· , . .
retorn al ion ya no en la Grecia y Roma antiguas sino en el Renacimiento,
ar nacu 1·
Al . ra ismo que el neoclacisimo había relegado. 55
t inscribirse T d 0 1· . .
tentó ª 1111 en el concurso abierto por el gobierno peruano, se en-
' Por ello al b , E
' pro lema de cómo representar iconográficamente al heroe. n
;----_
. tn est
llian¡ e Punto, la Ieee b· ' d Ra d w·
s; segú ura ien puede apoyarse en el concepto de «hegemo nta» e ymo n ¡-
enrie d n este auto r I h , di · , l ·- decir que
n e a la h'
1st0
. ' ª egem o nia se co nstruye a partir de una «tra c1o n se ecuva», es
d Pasªdo co fi _na ' o ªl uso que se da de ella como «una versión inrenc1·o n al mente seIec c·va
un 1 de
S4, 1\.
entro d n gurativo
el proce
· '
Y un p resente preconfigurado, que resulta en tonces po e rosa m
d · e nte apeo
l'lned
55. V,· a 1973:
so de defi · ·, · . · , w ·11·
nicto n e 1de nnficació n c ultural y soc ial»; ve-ase 1 iams
2000·· 137 ·
122
easet-.-1· •
icheli 1992
304

J782, en San Perersburgo, se inauguró la Estatua ecuestre de Pedro el Grande


cultor francés Étienne-Maurice Falconet, quien también debió cavilar al del es-
respecto d
cómo representarlo heroicamente, ya que en el caso de dicha estatua: e

[... ] el concepto que combinaba lo ideal, lo heroico y lo natural al m· .


1smo ttem
al que aspiraba Falconct, se expresa en el hecho de que modelase al zar d d po,
, d, h I fi .
guramente sabia que nunca po na acer a gura de bronce desnuda p
csnu o.. Se-
. . . ' , ero evitó la
vestimenta romana convencional y el traJe espec1ficamente ruso. El zar llev
. a una ropa
atemporal, que le eleva al plano ideal, y por ende, consigue el mismo resultado ue
la desnudez. 56 q

De esa manera, la tipología del traje romano era ya una convención que había
caído en lo común, y el esfuerzo por alejarse de ella, por parte de Falconet, quizá no
caló justamente por su equivalencia con la convención del desnudo, pues pronto el
maestro de Tadolini, Antonio Canova, en su estatua ecuestre de Carlos Ill, trajearíaa
un español de romano; y Antonio Cali, discípulo de Thorvaldsen, concluiría su Fer-
nando I de Borbón también como un romano. 57 El ejemplo de Falconet, sin embar-
go, da constancia de que ya, desde el siglo XVIII, se buscaban soluciones alternativas,
o suplamativas en el mejor de los casos.
Al ser aquel el contexto, la estatua de Tadolini logró sepultar por completo
dicha tradición. Como se señaló, uno de los motivos del cambio fue la introducción
de las concepciones del purismo italiano, pero el otro motivo, que se correspondió
con el primero, fue el pedido por parte del gobierno peruano porque se cuidase «la
semejanza que es indispensable», en palabras del ministro Tirado.58 Es remoto pensar
que en el Perú se conociera algo del movimiento purista italiano; por lo canto, se
debe observar lo sucedido como una confluencia de intenciones con raíces di5dntas,
pero coincidememente con resultados similares. n
d l s· , B l' ares el correspo -
•C
Pasando a la lectura de la estatua, el unuorme e zmon rn ° alo-
diente al del capitán general. Calza botas granaderas con espuelas Yviste con pan:¡vos
nes largos. Ceñida a la cintura con un fajín, exhibe la muy conocida casacachco~eteras
Porta ar
de laureles en la pechera, en las solapas del cuello y en las mangas, a En el
la ·mene ·
y, en el cuello, se aprecia el típico focale para evitar los roces con vestt le hicie·
1825
pecho, ostenta una medalla con la efigie de Washington, regalo que en 0 derecha
ra el general Lafayette. Por último, en actitud de estar saludando, su manpuesto, sú
sostiene el bicornio con penacho de plumas, al tiempo que, en el plano : 0 nfirtllª la
espada cuelga de su cintura. Este último es un importante detalle, pues

56. Levey 1994: 182.


57 Véase Pineda 1973.
58. Citado por Barrenechca y Raygada 1947: 76.
¡_,, r,t,lflltl t'Olf'Jtrr dt' Simón /Jol ft"'r rn l.imt1, JH1'5- IH'5'J
() ,,,hrt
-l:• ,1n11.t•. .J05
¡-. '¡/ , ,,,,

_.. ,(ihrc lo 111ilir.tr y, d e m:rn cra cvidcncc, J c-rivó dircc..ra,,, ·nr<· dr 1


j . 11 l L I \ 11 • ' • • ,j
....11 ,r.1 1L . ·rrH> de b .:hc.:1114uc: la tr:1d1c1 ó n J e escu lruras ecuestres se remo,it ,
1,· .
1 k 1~l) 11 t
1 , a ,,
>1>lil11111 ( \11rdin (:siµ lu 11 d. C.), d cual con una mano ~osric ne las ricndru, y con la
IJJ'° \!.ir<~) ·F~i.i di~pi>~ición J e las manos fue repetida durante siglos y también por
11,r,1 t·1 ,irbc:. . 111 .1J enea bnr.tr · · su ca ba 11o, d e b'1en d o d CJar
· por obligaci6n
· · la clipada
. 11' \ fll,l-" .ll • ' . '
l.aJo l11 , · i. Sintt)ll }3 o 11var. .
IJ <intllr.1 "- t - • . d 1 .e
rn . . rtCión hded1gna e un110rme es resalcable por el con traste que se
L.t rt·¡not n . . . , , .
t' d despersonalizado S1mon Boltvar del relieve de Gnaccarinni. Este con-
""ºer.i ,Hll . ºd d d T d J· . h . Jas ex1genc1as
. .
~- . Jebió a la reccpnv1 a e 1a o rn1 ac1a peruanas; es decir, se
rr.i5re. ~e · · ' ºd l ' . b ' d
. , d ·u predispos1c1on 1 eo og1ca so re como se e 1a e resolver Jo heroico. b' d
u1no e s
~ulrado es un Simón Bolívar como un héroe ejemplar saludando al pueblo, como
, rico soldado latinoamericano, triunfador sereno y con cuyo modelo uno
un roman
¡,odia iden rificarse.

EL SIMóN BOLÍVAR EN LIMA: UNA NUEVA ETAPA (1857-1859)

u anterior lectura se enriquece cuando se atiende al hecho de que la escultura fue


concebida y solicitada por el gobierno de Echenique, pero importada y colocada en
Llma por el gobierno de Castilla, casi como un acto de detentación.
Al pasar la esculrura a la gestión de Castilla, se demuestra también un uso al
smicio de la imagen política del Estado, puesto que, para su inauguración en 1859,
se había ya restaurado el orden tras la guerra civil de 1856-1858 entre Castilla y
Manuel Ignacio de Vivanco. De ese modo, el planteamiento de 1852 en cuanto a la
formación
. ci'udadana no ceJo,
. , smo
. que mas, bº1en se rerorzo;
e , y este rerorzarmento
e · es
aplicable a rodas 1as demas ' estatuas que 11 egaron Junto
· al Stmon
· ' BoL'ivar.
._En eSce punto, es necesario d etenerse en los procesos de gestión para la colo-
cac1on de tod I .
os os proyectos escu1tóricos. La fecha en que se comienzan a retomar,
tras ser dec .d
ese] eni os por la guerra civ il d e 1854-1855 , hasta donde es posible seguirlos,
1
rern0 / d~ enero de 1856, según el d ecreto en el que se encarga a Felipe Barreda la
1
la Pal 111e ación de lª AJ ameda d e los Descalws, o sea un ano ,, despues ' de 1a bata11ª de
biern 0 ª· Esca gu erra civil
· . se sustentó como una lucha contra Ja corrupcaon • ' de I go-
'- ' con raíz en Ios bonos d e Consolidación. En este senndo,
ia fuerte ·
· se debe de en fa ttzar
·
1
·
civiles: , de renovación d e la que siempre se han nutrido estas con nen
d rnagen · das
v-180 . espues d ¡· . · b' -
r10se esa Ir victorioso Castilla y al instalarse en Palacio, su go acrno pro
aurodeno . ,
De ah'1 1 mano como el «gobierno de la moralidad».
Cesos de la ' as. noticias so b re las estatuas contmuan,
. , pero esta vez dencro de lo su-
que nUeva . , · I · ·'
se 0 btien guerra civil contra Vivanco. AJ dar un repaso rapido, ª impresion
e es la d · · ro a Lima en
e una preocupación por mantener en movimaen
Dnn/el V',ji,,11
.í06

pICl10 . ro • ~·i y •,1unq tie 11 0 con una visrosa Ruidez, sí en momenros aprovech-..,.
COíl AIC
bles: el 31 de ocrnbrc de 1856, se da e/ levanramienro de Arequipa, y el 22 de no-
viembre de l 856 se contrn ró al ja rdinero para la Alameda de los Descalzos/'º cuando
los contlicros esraban confi nados aún en el su r, lejos de Lima. Sin embargo, el 30 de
marzo de l 85 7, en medio de uno de los momenros más punzanres de la guerra, y 3
menos de un mes de iniciado el a raque de Vi va neo al Callao, hay que recordar que se
reanudó el conrraro para la fu ndició n del Simón Bolívar. Casi por regla, los conRiccos
bélicos no son posirivos para el desarrollo del arre; por ello, resu/ra significarivo, en
el caso particular de la g uerra civil conrra Vivanco, la insistencia g ubernamenral por
resolver los pendientes. El 11 de agosro de 1~57, c uando la revolución quedó confi-
nada en Arequipa (desde junio), se mandó cancelar en Roma rodas las esraruas y se
empezó a buscar la conrrara de un ensamblador para su colocación.61
No se puede pasar por alro rampoco el hecho de que en octubre de 1858, Cas-
rilla fue elegido presiden re constitucional por el Congreso, 62 pues, aunque no se sabe
la fecha precisa de la ina uguración de la Alameda de los Descalzos, lo más probable
es q ue se diera op orrunamenre en los primeros meses de 1859, o fines de 1858; 63 de
esta manera, la inaug uración del Simón Bolívar, celebrando los 35 años de la baralla
de Ayacucho, se enmarcó así en un nuevo conrexro de orden constitucional.

59. Es elocuenre de ello /a edición de El Peruano del 5 de enero de 1857, página 7, en el segundo
aniversario de /a baralla de La Palma. La edirorial, después de los discursos de CasriUa, y de los
decreros emiridos que hicieron crecer el número del ejército y dar indicaciones para salvaguardar
/a insrirucionalidad duranre /a rebelión vivanquista, presentó un resumen de los hechos reniendo
los rérminos de orden y moral como arm as recurrenres. Respecto de la siruación en Lima Y d Ca-
llao se dijo lo siguienre: «D esde los sucesos del l O del actual, en que el Gobierno cumpliendo sus
primeras obligaciones defendió con /as armas las propiedades de los ciudadanos que comenzaronª
usurpar los facciosos, solo hay q ue notar la fidelidad con que la capiral de /a República y el Callao,
a ejemplo de los demás pneblos [sic.] del territorio, p ermanecen unidos al Liberrador que con
mayor celo y actividad satisface la esp eranza común de los parrioras, fijada en la conservación de
las insrituciones y en el afianciam iento de las leyes».
60. AGN 0 .L. 403- 103.
61. Ibíd., 403-256.
62· Para Castilla fue imporranre su desempeño polfrico y administrativo, no solamenre el milirar, du;
r 1 . ·1 . b e nuevamenr
anre ª guerra c1v1 con Vivanco, pues pudo aprovechar la siruación para encum rars 6 E}
185
como el prorecror de la m oralidad y aún m ás ahora de la nueva constitucionalidad de ·)
eSrablecimiento de esta postura fue ra,n necesaria que 'una vez finalizada /a guerra en 1858 (~3:'~ro'
I I . , ·.1. • grado m1n1s
Y tras as e ecc,ones generales con Castilla com o ganador (octubre), su recicn ,n re 50
en
de GO bierno,
· Cu Iro y O bras Públicas, Manuel M o rales, en su Memoria presenra dª al Congre rar sio
1858, Y publicada en El Peruano el 24 de noviem bre del mismo afio (p. l 24), p udo i:se"\poli·
Pro blemas /O siguienre
· · fi
respecto de /as obras públicas: «En medio de los uerres sa
cudimu~nro
bido eo
ri d ·d
cosque esgrac1a am ente han conturbado la tranquilidad de los pueblos, Y q ue
han absor
d fas obnl5
su mayor parre las rencas fiscales, el Gobierno no ha d esatendido el imporranre ramo \,; ~nd0
pu'bl'leas, haciendo
· llevar adelante las que estaban iniciadas, promov,en °
· d orras. más d Yª
Prmcip · almente 1as que por su naturaleza eran urgen res, y de indíspensa ble neces1da "·
63. Vifian 20 l 4: 82-87.
. ,,, .
1 1 i.: . f ,; e•t.1m,1 f-.·u~rrr de Simon Bn/11 \,r . ¡
,.,,brt' i.l). •. m ,,,,,,. 18.: IH~•>
f/ 111 ~;inO · 1(1

c. ron los disc ursos pronun iados ante b b .


Tres ll1e , • r,1 inaur;ur.1d,l. El , 1111 . .
es tcnientt.' de Rolivar. el egund del gci , ¡ 1.:: .. • 1 1 ft1, d(·\
ral F\or . . ._ ll:r,t i.:.sp111ar vi . . 11
~e o.:ied~,d d e Fundad o res de la tndependen -. ' L:cpr é1! 1.. rnt r
1 l\ustre " Cl,l ex ecret 1ri 0 \ \
de '1 . 1
en conectar la. inaugur.1.ció n d e la escultur,t l· •. l c 3olív,tr.
(()Ord1naro1 . d , on ,ls ,tnngua!; pránka~
ativas de G recia. emparentan o así al Peru co n el d l . . '
con1ne1nor, . . mo e o d , c1v1\i1..uci6n
in embargo . pronto sus mtenc1one se bifurca.ron· Fl . • l .
europea· \' · . · orcsseced, 6 arcbt:n
• 5 militares de Bo 1var, mientras que Espinar reAexio , b I . .."
las hazana . . no s re . s1gn1h 'Hlo
. d pendencia. Espinar. tras alabar la erección de la obra d \ 6 \ . . '
de la 1n e , ar o s1gu1·ntc:

Esto equivale. en mi concepto, a la inauguración de una nueva' polít'tea que. dce 1arando
ce rradas \as puertas del templo de Ja.no, no dice, que de hoy m-'s ,1, la• paz ser,. .in destru -
n
'ble entre nosotros.
.
Porque, a la verdad,
,
eñor, <·no serfa una• a,
•1
t'ilog·ia lsic.· l vcrgo1nosa
Ya
bsurda. que mbutando el Peru y u Estados aledaños un , • s .,...
11 ,1. 1, ,0 et1lto a su ·¡I ustrc
fundador, no arreglasen sus mutuas difere ncia por medio de árb itros O por otras vías
que \a diplomacia sujiera?M

Se trata de un discurso dirigido a las nuevas generaciones presentes y al estad


de orden; y en él, debidarnente se periodifican los distintos deberes ciudadanos: las
armas ames; el entendimiento pacífico ahora. Grandes similitudes unen este discurso
con los pronunciados por Echenique y por su mini rro Tirado. La diferencia reside
en que el sentido de unidad h a crecido a un nivel continental, aunque nada del pa-
namericanismo bolivariano quede, pero sí mucho del deseo d e hermandad latinoa-
mericana. Incluso el tercer discurso del secretario de la Legación Granadina, Arcenio
Escobar, también se configuró bajo el mismo objetivo, e introdujo además la imagen
de Cristóbal Colón junto a la de Simón Bolívar como un binomio civiliz.atorio: aquel
fue el padre de América; este, su Libertador. 65
Fueron, sin embargo, discursos elaborados previamente a la inauguración Y•
con toda seguridad, sin conocimiento de la estatua; y aún as{, dejaron conSrancia
de córno se comprendió la herencia independentista, expresada por medio de la fi-
gura de Simón Bolívar, de manera acorde con el desarrollo del análisis iconográfico
expuesto a l0 l fi l gobierno pensaba en
k . argo del presente trabajo. Para con rmar que e ..
llltsrn.a d' ., . 1p, d l 14 de d1c1em-
b d treccion, en la editorial del periódico oficial E iruano e
re e 1859 c·1n d ' d , . ., lee lo siguiente:
' co 1as espues de la maugu.rac1on, se
La estatua · l el 9 de di-
Co . ·
i6n de esta capua
ciernb , que se ha levantado en la Plaz.a de la n rnuc \ \'be d(,r Simón Bolívar.
re últi rno, d 1a
con ,,..1- ' en que se realizó el gran pensamien
· to de I na . e:~ un monu-
tv,.i.a la p0 d·n
1 0 que reprcscnti, n0 J
ll\ent rnpa y magnificencia del gran cau b lkcc:r una parte e:
~ al Perú, ni una obra dedicada exdu ivament< a em e

fJ Ph-o..
G· ·· '""no 141
). lb¡d_ ' Xllll859, p. l 57.
· Pp. lS7-lS8.
308

. d ad : e.1h a b\ ,\ n"'UY
CSl3 CI U "
alto ·\' wdas \as naciones en que está dividida
, . .
h América 'ant•·...s
_ \ \ .. . d ,,.,
espano a, 1qa:. e u1 .., " . '
t""'isma idea .'
h ermanas en e\ sufnm1ento
.
e inseparables
. .
conip"n· ..
" ....
rJs en todJs \as fatigas de esa tan santa como h er01ca lucha que ongm6 la dominaci6 n
que pesab a sOb r.,-- ellas , por derech o de conquista: .él es una . constante
. reprensión p..,r
.. a
\a Repúblicas que no procu ran hoy, p~r los rncd10s p~s1b\es, unir tod~s sus fuerzas, a
fin de conseguir su particular afian2.am1ento y su comun grande2a, as1 como anttll las
unieron para combatir a favor de su libertad.

Treinta y cuatro años pasaron (1825-1859) y el discurso se mantuvo estable en


cuanto a \as rai.ones por las que se conmemoró a Simón Bolívar: orden, pa2 y pros-
peridad. Lo que cambió fue el horizonte, en tanto que si el proyecto de 1825 debió
servir para la ciudadanía de las siguientes generaciones, ahora, el de 1857-1859,
como herencia directa de 18 52-18 54, debió servir para la reforma de\ presente.
Ciertamente, en \os discursos nada se mencionó de \as guerras civiles, como
para no apañar \a solemnidad de\ suceso; en cambio, en \a pieza teatral presentada
e\ día de \a inauguración, cuyos personajes fueron América y e\ Genio de la guerra,
fueron ellas el argumento sobre el que se construyó el diálogo. Basta con dos estrofas
demostrativas. E\ Genio de la guerra \e dijo a América:

Inútil es que tu lucha provocara


Contra \a fuerza de la gran Europa
Porque guerra sangrienta te prepara
En tu suelo feraz. tu misma tropa.

Siendo el Genio el causante de \as guerras intestinas y guerras entre países her-
manos, América respondió:

Mi pasado es la gloria; si ora lucho


En fatigoso y sanguinario afán,
Los héroes de Junín y de Ayacucho
Para darte un mentís despertarán. 66

5e retira·
La obra finalizó con una «mutación)): América y el Genio dt la guerra mi-
ron, Y la estatua de Simón Bolívar ingresó triunfante seguida de una pomposa co
tiva internacional y alegórica.67 • das que se
Como reflexión fina\, se puede afirmar que todas las obras mencio~a \os duda·
importaron de Italia exigían traducir sus mensajes en acción Por parte _e\\ durante
. 'n casu a,
danos, y existe la probabilidad de que, al no haberse visto Ramo

66. Loa 1859: 9-10.


67 . lbíd., p. 16.
,,,, ,,, 5'}
,I ,, /.,, ,,, ,,,,,, / ,, rot,1111,1 r, 11r11rr tlr \1111nn Hoil1111r rn / fmrt, / l(l", ¡H
j(J'j

, ,,11·, 1 1 1. ¡·1 r , iirrr,1 t ivil , rn l:t 11ctc,idad de enarbolar lo~



valore, repuhl'Kanm, las
1 1
11
í, ii hinrn 10< ado ., uclo peruano. l'artilularmcnte .,,br ¡ d
pt''·'' ,.,111, 11
\
, ' ' e a e1itatua e
(\, · 11)// ¡,,., ,r, rn lm ¡Hoycum de la, dccada, de 1820 a 1850 , •se ha ,,,..,,
'-Y
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• 1 lnli< ,ido .1 exalrar y promover un nuevo comportamiento · d da
• , q¡· l t> 1111111 Cl U a -
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• . 11111 ¡" por el 1ri1111fo indepcndcnti~ta, desde las ideas de Hipólito Unanue
"º l tl 11 ' l ~ . 1• • • • .,
¡-, 111 '"' y l.1 ohr,1 ( e teatro en torno a la rnaugurac,on de 1859
hJ\l,I 11)\ 1 1 l ' •
rmli,1rµo, .ti ,cr l,i, coyunturas polmcas las que cambiaron, se demuestra la
\111

. 1de rrul111cxwalización que poseyó la estatua, desde querer fungir como


c.ipau<1,11 • . • • , ,
~,1J 1 ¡101111c:1 del rn rsrno Srmon Bol,var ( 1825), hasta ser convenido este en la
propag,, · . .
•111 ic.i<'111 de 1111 ideal de paz y orden nac10nales ( 1852-1860)· la omisión inren-
rcprcsc · . ·
.
c1ona1 Jd triunfo en i.L'i escenas bélicas de los relieves hizo explícita la comunicación

cscabkcid.1 c.011 la c.:.,tarua para que esta lo significara. Pero no solamente hubo una
rcconicxrualizac.ió11 entre 1825 y la década de 1850, sino también entre los gobier-
no\ cnfrcntadm Jr Echcnique y Castilla, a los cuales se sumó la posterior actuación
de Vivanco. La c~tatua significó siempre renovación y estabilidad políticas.
La Estatua ecuestre de Simón Bolívar, colocada en Lima en 1859, sería la que
simbólicamente pondría punto final a una etapa hostil, corno también se buscó que
sucediese en 1825 y en 1852. Luego, la inauguración del 3 de agosto de 1860 de la
&tatua mnmcmorativa a Cristóbal CoMn sería el coronamiento de esta nueva etapa.
En otm palabra~, la disposición por parte de todas las estatuas de la década de 1850
por simbolizar la renovación poiítica, acarreada en su origen por la independencia, es
capi1al para la comprensión de su supervivencia a través de dos guerras civiles, pero
el panicular aporte de la estatua de Simón Bolívar fue el estar dedicada a expresar tal
mensaje.
Por último, indagando en esta complementariedad entre el Simón Bolívar y el
Criuóbal Col6n, introducida por el ministro granadino, se evidenció la mayor magni-
tud del programa conmemorativo. Invariablemente, a través de todo el siglo XIX, el
Dh_e~cubrimienro de América y la independencia latinoamericana fueron los dos hitos
istóricos , . . . ., ., .
. mas instrumental1zados hacia la concrec1on de una nac1on cnolla que es-
. , a la par de 1os pa1,ses europeos que serv1an
tuviese , de mo deIo de c1.v1·1·1zac10n;
. , su con-
crec1on
p como c5ratuas en la década de 1850 actualizaba este optimismo nacionalista.
Desearª coocluir, ambas estatuas significaron - junto también a la Alameda de los
apei,o zos~ el desarrollo producido por la laboriosidad, la nueva ética ciudadana, el
o crec1ente h . 1 .. 1·
~ón verdad acia e progreso de las ciencias y la fe en el catolicismo como re 1-
sufrirn¡ era, todo siendo consecuencia del estado de paz logrado tras los terribles
11 entos de la . d'
os. Lo s guerras Internas, fueren estas independentistas o entre cau 1-
9ue esra ·
constatar en . pare¡a escultórica significó fue además duradero, como se puede
Pietro della y,1adinaugu racion
. , de un busto de mármol de Cristo, bal Co I'on hech o por
e ova, en el día de la batalla de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1876,
.i /() Danit/ V!fi¡,,,

11
. H1o
. ul,,c c 11 e,1 \l·,1
, ·u.:io de b Exposición de Lima.c' El ministro italiano encargad0
.,t11 mú lo 1-iµuientc..':

Col<rn y Ay:il.'.ucho signinquen siempre concordia, afecto, emulación de laboriosi-


l~\ll'

dad (ivil (fuclltl' inagotahk de bien pa~a todos) entre los de~cendientes del descubridor
dl' Amérka y \os hijos de aquellos valientes, que, por medio de la independencia, lla-
rn.ltHlob ,1 1111 cva vida, b hicieron capaz de representar en el mundo de las naciones d
impnrt:,nrc papd a que Dios la destinó.

A lo que el alcalde de Lima, Manuel Candamo lriarte, continuó, como un ceo


de lo anterior, refiriendo que Cristóbal Colón y Simón Bolívar significaban:«(...]
d in~reso [del Perú¡ al seno de la civilización cristiana, y su aparición en el mundo
como nación independiente y soberana». 69

68 · El busto ya :iparecía mencionado en el concurso de esculturas como se lee en


que la ceremonia se debió referir a la oficializaci6n de que el busto quedase en el
tablemente, el busto se ha perdido por los estragos de la Guerra del Pacífico. plll>
versión anterior que realizó Pietro della Vedova para el Palau.o Reale de Turin,
Yque data de 1866, se puede apreciar que es en extremo similar al busco del a,rili6
Santiago de C hile, siendo seguramente, por ello, el mismo busto de Colón que
de Lima como bodn de guerra, según Orellana (2011: 208) documentó para
Véase Vifian 20 14: 240-242.
69. E/Comercio, l l /XJI/ 1876, p. l.

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