CARGAS Y CALCULO.
Publicado porJAVIER LUQUE
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Etiquetascapa freatica, cimentacion, cohesion, drenaje, ehe 2008, muro, tension admisible, terreno
Muros de contención
Cuando nos encontramos ante la necesidad de realizar una obra, ya sea estructural o de
instalaciones de forma tal que la cota de trabajo quede bajo la del terreno circundante
necesitamos, según la tipología de terreno que encontremos, que las tierras sean
contenidas para que no se precipiten cayendo sobre lo ejecutado. Esto lo conseguimos
con los muros de contención y, ahora, voy a mostrarte los principales tipos, condiciones
de carga, cuantía de las tensiones y comprobaciones a realizar.
La solución más económica suele ser el muro de hormigón que podríamos diferenciar
en función de la forma de su sección recta en:
1.- Muro en L sin talón, que resulta imprescindible si atacamos frentes medianeros
donde la propiedad colinda con otro propietario cuyo terreno no podemos invadir
La forma en que trabajan estos muros los engloba en los denominados muros de
ménsula por ser esta suerte de empotramiento en la base con carga distribuida sobre su
altura la forma en que mejor se puede identificar su comportamiento estructural. Es
solución no suele emplearse en alturas que excedan la decena de metros por requerir de
medidas especiales que suelen resultar más costosas en preparación de suelos,
materiales empleados y ejecución.
Para familiarizarnos con las partes del muro ilustraré cada una con una sección recta de
un muro ménsula tipo.
Muros de contención: partes
Debido al empuje de las tierras, el trasdós del muro experimenta una serie de
deformaciones y provoca una serie de reacciones del terreno de cimentación que se
agudizan en la puntera y se hacen mínimas en el talón. Debido a esto, la puntera se
deforma. Al mismo tiempo el rozamiento entre estructura y terreno y la reacción en
puntera de la reacción del terreno colabora para impedir que el muro sufra
desplazamiento horizontal.
Las tierras que se acopian sobre el talón presentan un mayor peso que la sumatoria de
reacciones del terreno sobre él.
Entre los posibles fallos que puede presentar un muro de contención encontramos:
4.-) El fallo geotécnico del terreno bajo el muro puede provocar un deslizamiento
profundo
5.-) Cuando se supera el estado límite último de trabajo propios del hormigón armado
en cualquier zona del muro se producirá la rotura del mismo, correspondiente este caso
a un fallo estructural inhabilitante para la función pretendida.
6.-) Las condiciones de servicio o las circunstancias constructivas que obliguen a
mantener unas distancias, longitudes, arqueos, etc. pueden verse alteradas por
deformaciones excesivas o diferenciales que contravengan las condiciones de
funcionamiento.
La correcta caracterización del terreno es un factor clave para el diseño del muro. Así, la
situación a la que se encuentra el nivel freático, el peso específico de las tierras, el
ángulo de rozamiento interno, el porcentaje de huecos, la tensión máxima admisible
o el coeficiente de rozamiento al deslizamiento son factores que deben ser tenidos en
cuenta aunque, la cohesión y el ángulo de rozamiento entre relleno y muro suelen
considerarse nulos.
En los casos en que la capa freática queda dentro de la altura del muro la presión
hidrostática aumenta el valor de los empujes.
Veamos cómo cambian las acciones a evaluar según sea un relleno seco o sumergido en
todo o en parte.
Donde es la presión activa en T/m2 por metro lineal de muro a una profundidad
“x” y es la presión pasiva en idénticas condiciones a partir de un material de
relleno de peso específico T/m3 que tiene un ángulo de rozamiento interno .
La distribución unitaria de presiones vemos que sigue una ley triangular donde su
empuje se puede suponer concentrado en un punto ubicado a la tercera parte de la altura
desde la base, resultando:
Donde es el ángulo de inclinación del terreno al encuentro con la cabeza del muro.
Para comprobar la tensión sobre el terreno que ejerce la cimentación se procede a
trabajar con valores característicos suponiendo distribuciones lineales sobre la zapata lo
que obliga a que el diagrama de tensiones sea trapecial o triangular según el punto de
aplicación de la fuerza resultante permanezca dentro del tercio central o fuera
respectivamente.
A partir de este punto habrá que definir el valor de la cuantía mecánica de las armaduras
conforme al artículo 42.3. de la EHE 2008 estableciendo un recubrimiento no inferior a
3 cm, diseñar juntas de hormigonado en la base del muro donde encuentra a la zapata
(donde el cortante es máximo) dejando las longitudes de solape por aplicación del
artículo 66.6 de la EHE 2008 (aunque lo normal es empalmar a la vez el 100% de la
armadura) y juntas verticales de dilatación cada 25 ó 50 metros (o cada vez que la
geometría varíe bruscamente en altura, profundidad de la cimentación o dirección
recta). Los quiebros bruscos provocan unas concentraciones de tensión (axiles y
flectores horizontales) que deben limitarse con estas juntas.