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UNIVERSIDAD DE LA TERCERA EDAD

UTE

Licenciatura en Derecho

Tema:

Reporte de lectura

Asignatura:

Derecho Procesal Penal II.

Participantes:

Elide Almonte Uceta…………. St 2013-1087

Facilitador:

M.A.

Febrero del 2018

Santiago de los Caballeros, Rep. Dom.


PROCEDIMIENTO POR CONTRAVENCIONES

Art. 354. Requerimiento.

El juzgamiento de las contravenciones se inicia con la presentación de la acusación


de la víctima o del ministerio público o la solicitud del funcionario a quien la ley le atribuye
la facultad para comprobarlas y perseguirlas. La acusación o requerimiento de
enjuiciamiento debe contener:

1. la identificación del imputado y su domicilio;

2. la descripción sucinta del hecho atribuido, consignando el tiempo, lugar de


comisión u omisión;

3. la cita de las normas legales infringidas;

4. la indicación de los elementos de prueba, acompañando los documentos y los


objetos entregados o secuestrados; y;

5. la identificación y firma del solicitante.

Basta como requerimiento un formulario en el que se consignen los datos antes


mencionados. La acusación de la víctima puede presentarse oralmente y sin indicar las
normas legales infringidas, las cuales son precisadas por el juez al inicio del juicio.

Art. 355. Citación a juicio.

Sin perjuicio de que las partes puedan comparecer voluntariamente, la víctima, el


ministerio público o el funcionario competente deben citar al imputado con indicación del
juez o tribunal, la fecha y la hora de la comparecencia.

Art. 356. Juicio.

Recibida la acusación o requerimiento, el juez, si no ha intervenido una citación


previa, convoca a las partes a juicio inmediatamente y siempre dentro de los tres días
siguientes. El imputado, al inicio del juicio, manifiesta si admite su culpabilidad. De lo
contrario se continúa con la audiencia, en cuyo caso el imputado puede ofrecer prueba o
solicitar las diligencias que considere pertinentes para su defensa.

El juicio se realiza en una sola audiencia, aplicando las reglas del procedimiento
común, adaptadas a la brevedad y sencillez. La conciliación procede en todo momento.

La sentencia se hace constar en el acta de la audiencia.


Art. 357. Defensa.

El imputado puede designar un defensor, pero no son aplicables en esta materia las
normas sobre la defensa pública.

Art. 358. Medidas de coerción.

No se aplican medidas de coerción, salvo el arresto, el cual no puede exceder en


ningún caso las doce horas.

PROCEDIMEINTO PARA INFRACCIONDES DE ACCION PRIVADA

Art. 359. Acusación.


En las infracciones de acción penal privada, la víctima presenta su acusación, por sí o
por apoderado especial, conforme lo previsto en este código.

Art. 360. Auxilio judicial previo.


Cuando la víctima no ha podido identificar o individualizar al imputado, o determinar
su domicilio, o cuando para describir de modo claro, preciso y circunstanciado el hecho
punible se hace necesario realizar diligencias que la víctima no puede agotar por sí misma,
requiere en la acusación el auxilio judicial, con indicación de las medidas que estime
pertinentes.

El juez ordena a la autoridad competente que preste el auxilio, si corresponde. Luego,


la víctima completa su acusación dentro de los cinco días de obtenida la información
faltante.

Art. 361. Conciliación.


Admitida la acusación, el juez convoca a una audiencia de conciliación dentro de los
diez días.

La víctima y el imputado pueden acordar la designación de un amigable componedor o


mediador para que dirija la audiencia.

Si no se alcanza la conciliación, el juez convoca a juicio conforme las reglas del


procedimiento común, sin perjuicio de que las partes puedan conciliar en cualquier
momento previo a que se dicte la sentencia.

Art. 362. Abandono de acusación.


Además de los casos previstos en este código, se considera abandonada la acusación y
extinguida la acción penal cuando:
1. La víctima o su mandatario no comparece a la audiencia de conciliación, sin causa
justificada;
2. Cuando fallecida o incapacitada la víctima, el procedimiento no es proseguido por
sus continuadores jurídicos o representantes legales, dentro de los treinta días subsiguientes
a la muerte o incapacidad.

PROCEDIMIENTO PENAL ABREVIADO.

El procedimiento penal abreviado está contemplado en los artículos 363 y 368 del Código
Procesal Penal.

Se trata de una de las novedades de la nueva normativa procesal pues el mismo no estaba
organizado en el derogado Código de Procedimiento Criminal.

El Procedimiento Penal Abreviado, es una de los procedimientos especiales y alternativo al


procedimiento ordinario, recurriéndose a él en circunstancias excepcionales que especifica
el CPP.

Con este procedimiento se busca contribuir a una más eficiente administración de la justicia
penal, al simplificar el procedimiento penal, a propósito de infracciones en las cuales las
partes pueden alcanzar acuerdos importantes sobre los hechos y circunstancias de su
comisión, con lo cual se hace más expedito el trámite procesal.

En el procedimiento abreviado se unifica la audiencia ordinaria y el juicio, y el desarrollo


de éste último se simplifica.

Realmente, lo que se busca con este procedimiento es agilizar el procedimiento penal en


aquellos casos en que las partes, y especialmente el acusado, no tienen interés en discutir
los hechos y el tipo de sanción aplicable. El Código lo que ha hecho es abrir esa ventana a
sabiendas de que solo en un caso muy limitado y específico se utilizará. Lo importante es
que esta posibilidad exista aún para ese limitado número de casos. No se pierde nada con
ello, todo lo contrario.

Los supuestos en que se puede conocer una infracción conforme el procedimiento penal
abreviado son muy precisos: si, tratándose de uno de los casos en que el CPP lo permite,
adicionalmente, libre y voluntariamente, las partes admiten su aplicación.

En el CPP se distingue: a) el juicio abreviado en base a un acuerdo pleno, esto es que las
partes alcanzaron un acuerdo sobre el hecho punible y sobre la pena aplicable; y b) el juicio
abreviado en base a un acuerdo parcial, en que las partes alcanzan un acuerdo sobre el
hecho punible pero no sobre la pena aplicable.

Para el acuerdo pleno, tiene que tratarse de un hecho punible sancionable con una pena no
privativa de libertad, y en todo caso, que la pena sea igual o menor de 5 años; el imputado
libremente debe admitir la comisión del hecho punible y la aplicación de este
procedimiento; las partes levantar un acuerdo escrito en que se especifique el monto, el tipo
de pena aplicable y sobre los intereses civiles. Para mayor garantía de la preservación de los
derechos del imputado, el defensor debe acreditar con su firma, que ha consentido de forma
inteligente y voluntaria sobre todos los punto de acuerdo.

El desenvolvimiento del procedimiento es el siguiente: El MP, antes de la apertura a juicio,


solicita al juez la aplicación del juicio penal abreviado, que de admitirlo convoca a las
partes a una audiencia, en la que éstas deben fundamentar sus pretensiones, y luego dictara
su decisión. Si el juez no admite conocer el caso por el procedimiento abreviado, el
requerimiento del MP sobre la pena y la aceptación de los hechos por el imputado, no
vincula a este último en el juicio.

En el juicio abreviado, en base a un acuerdo parcial sobre los hechos, las partes solicitan al
juez o tribunal un juicio sobre la pena aplicable. Este juicio se lleva a efecto conforme las
reglas de la división del juicio establecidas en los artículos 367 y siguientes.

PROCEDIEMIENTO PARA ASUNTOS COMPLEJOS

Art. 369. Procedencia.


Cuando la tramitación sea compleja a causa de la pluralidad de hechos, del elevado
número de imputados o víctimas o por tratarse de casos de delincuencia organizada, a
solicitud del ministerio público titular, antes de la presentación de cualquier requerimiento
conclusivo, el juez puede autorizar, por resolución motivada, la aplicación de las normas
especiales previstas en este título. La decisión rendida es apelable.

Art. 370. Plazos.


Una vez autorizado este procedimiento, produce los siguientes efectos:
1. El plazo máximo de duración del proceso es de cuatro años;
2. El plazo ordinario de la prisión preventiva se extiende hasta un máximo de
dieciocho meses y, en caso de haber recaido sentencia condenatoria, hasta seis meses más;
3. El plazo acordado para concluir el procedimiento preparatorio es de ocho meses,
si se ha dictado la prisión preventiva o el arresto domiciliario, y de doce meses si se ha
dictado cualquier otra de las medidas de coerción previstas en el artículo 226. La prórroga
puede ser de cuatro meses más;
4. Cuando la duración del debate sea menor de treinta días, el plazo máximo de la
deliberación se extiende a cinco días y el de la redacción de la motivación de la sentencia a
diez. Cuando la duración del debate sea mayor, esos plazos son de diez y veinte días
respectivamente;
5. Los plazos para la presentación de los recursos se duplican;
6. Permite al ministerio público solicitar la aplicación de un criterio de oportunidad
si el imputado colabora eficazmente con la investigación, brinda información esencial para
evitar la actividad criminal o que se perpetren otras
infracciones, ayude a esclarecer el hecho investigado u otros conexos o proporcione
información útil para probar la participación de otros imputados, siempre que la acción
penal de la cual se prescinde resulte considerablemente más leve que los hechos punibles
cuya persecución facilita o cuya continuación evita. En este caso, la aplicación del criterio
de oportunidad debe ser autorizada por sentencia del juez o tribunal competente.

En todos los casos rigen las normas de retardo de justicia.

Art. 371. Producción de prueba masiva.


Cuando se trate de un caso con pluralidad de víctimas o sea indispensable el
interrogatorio de numerosos testigos, el ministerio público puede solicitar al juez que le
autorice a realizar los interrogatorios.

El ministerio público registra por cualquier medio los interrogatorios y presenta un


informe que sintetiza objetivamente las declaraciones. Este informe puede ser introducido
al debate por su lectura. Sin perjuicio de lo anterior el imputado puede requerir la
presentación de cualquiera de los entrevistados.

Cuando el juez o tribunal advierte que un gran número de querellantes concurren


por separado en idénticos intereses, puede ordenar la unificación de la querella. Unificada
la querella, interviene un representante común de todos los querellantes.

Art. 372. Investigadores bajo reserva.


El ministerio público puede solicitar al juez que se autorice la reserva de identidad
de uno o varios de sus investigadores cuando ello sea manifiestamente útil para el
desarrollo de la investigación.

El juez fija el plazo de la reserva de identidad. Este plazo sólo puede prorrogarse si
se renuevan los fundamentos de la solicitud.

En ningún caso el plazo de reserva de identidad puede superar los seis meses.
Concluido el plazo, el ministerio público presenta al juez un informe del resultado
de estas investigaciones, revelando la identidad de los investigadores, quienes pueden ser
citados como testigos al juicio.

El ministerio público solicitante es responsable directo de la actuación de tales


investigadores.

Art. 373. Acusador adjunto.


En los casos complejos, el Procurador General de la República puede contratar los servicios
de uno o dos abogados particulares que cumplan con las condiciones de ley para ejercer las
funciones de ministerio público, para que actúen como acusadores adjuntos con iguales
facultades y obligaciones del funcionario al cual acompañan.
El procedimiento penal y la figura del imputado

En el procedimiento penal, estas garantías se plasman en una amalgama de derechos que


garantizan a los acusados cuestiones tan básicas como conocer el delito que se les imputa o
garantizar que, en caso de condena, ésta no será sobre hechos distintos a los que
constituyen el objeto del juicio oral.

Todas éstas garantías se reflejan perfectamente en la propia constitución de una manera


clara y sencilla, encontrándonos expresamente para el ejercicio de la defensa el derecho
a no declarar contra sí mismo, a no confesarse culpable y a la presunción de inocencia, lo
que, en la práctica, da derecho a mentir, no dejando pasar nunca que la presunción de
inocencia implica que, en caso de que estemos imputados por un delito, no somos nosotros
los que debemos probar nuestra inocencia; al contrario, es el acusador quien tiene que
demostrar el hecho y la participación del acusado.

El imputado es el sujeto pasivo del proceso penal y el titular indiscutible del derecho más
esencial que ha de hacerse valer en una sociedad democrática: la libertad. Por tanto, la
simple imputación no es más que la sospecha de la participación de una persona, en
concreto, en un determinado hecho punible, sin entrar en consideraciones acerca de la
culpabilidad o no del sujeto, que deberá determinarse en sede judicial.

El imputado se encuentra en situación de igualdad respecto de las partes acusadoras y, por


lo tanto, en idénticas posibilidades de intervenir en la fase de instrucción (investigación
judicial del hecho).

El derecho a la defensa sirve para hacer efectiva la inocencia, siendo un derecho que
habilita al imputado para el ejercicio de las facultades reconocidas por las leyes sustantivas
y procesales, y que le permiten oponerse a la pretensión penal instada contra él.
El derecho de defensa es un derecho genérico que engloba el derecho a ser informado de la
acusación, el derecho al principio de contradicción, al acceso penal, a la asistencia letrada, a
la práctica de cuantas pruebas fueren necesarias, a no declarar contra sí mismo, derecho a
los recursos, a la última palabra, etcétera.

Algunos de estos derechos, como se ha referido anteriormente, están consagrados


expresamente en la constitución, existiendo además otros como los previstos en los
artículos 17 (libertad) y 18 (inviolabilidad del domicilio y secreto de las comunicaciones).
Todos ellos forman un catálogo de garantías constitucionales que se amplían expresamente
en el artículo 520.2 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.

Este último artículo se refiere a los derechos de toda persona detenida o presa, y establece
el derecho a designar abogado y a solicitar su presencia para que asista a las diligencias
policiales y judiciales e intervenga en todo reconocimiento de identidad de que sea objeto.
Si el detenido o preso no designara abogado, se procederá a la designación de uno de oficio.

La asistencia de letrado es obligatoria desde la detención o desde la imputación de un


delito. En otro orden, nos encontramos también con el derecho a la información del
acusado, quien debe conocer perfectamente los hechos que se le imputan, siendo ello
fundamental para la defensa, y debiendo ser informado también de todos sus derechos,
tanto en la sede policial como en sus declaraciones judiciales, del material probatorio en
que se sustenta la acusación formulada o la calificación jurídica de los hechos imputados.

En suma, un conjunto de derechos necesarios e imprescindibles en un estado de derecho;


facultades y prerrogativas que hacen posible que se dicten sentencias sólo respecto de
hechos probados, con igualdad de condiciones en el procedimiento penal para todas las
partes.
El Habeas Corpus

l hábeas corpus es una institución jurídica que persigue “evitar los arrestos y detenciones
arbitrarias” asegurando los derechos básicos de la víctima, algunos de ellos tan elementales
como son estar vivo y consciente, ser escuchado por la justicia y poder saber de qué se le
acusa. Para ello existe la obligación de presentar a todo detenido en un plazo preventivo
determinado ante el juez de instrucción, quien podría ordenar la libertad inmediata del
detenido si no encontrara motivo suficiente de arresto.

Toda persona privada o cohibida en su libertad sin las debidas formalidades de ley o que se
viere inminentemente amenazada de serlo, tiene derecho, a petición suya o de cualquier
persona en su nombre, a un mandamiento de habeas corpus con el fin de que el juez o
tribunal decida, sin demora, sobre la legalidad de la medida de privación de libertad o de tal
amenaza. No procede el habeas corpus cuando existan recursos ordinarios o pueda
solicitarse la revisión de las medidas de coerción.

El Habeas Corpus tiene en nuestro país rango constitucional. Esto significa que esta
institución procesal, su estatuto, está por encima de la ley adjetiva al encontrarse
expresamente consagrada en nuestra carta magna. El Habeas Corpus tuvo su origen en
Inglaterra y en la República Dominicana fue adoptado en el 1914. Con el Habeas Corpus se
busca proteger a las personas de una prisión arbitraria. La expresión significa literalmente
“presentar el cuerpo”. Estos términos provienen de la orden que daba el Juez al carcelero
para que llevara a su presencia la persona detenida, pudiendo el juez rápidamente examinar
las razones de la prisión y ordenar su libertad. Es el Código Procesal Penal el que lo
reglamenta como uno de los procedimientos especiales, es decir, distinto al procedimiento
ordinario por el que se conocen las violaciones a la ley. El Código Procesal Penal dispone
que se puede ejercer una acción de Habeas Corpus en las siguientes hipótesis: 1) que la
persona esté ilegalmente privada de su libertad. La clave a determinar es cuándo una
persona está ilegalmente privada de su libertad. Digamos que en sentido general esto se
produce cuando la persona es detenida por una autoridad que no tiene competencia para
ello, cuando una persona es detenida sin la orden de un juez o cuando la persona es
detenida fuera de los casos de crímenes flagrantes, o cuando transcurren mas de 48 horas de
la detención sin que la persona sea presentada ante el juez. En todos estos casos, la persona
esta siendo víctima de una prisión ilegal y por tanto puede apoderar al juez del Habeas
Corpus para procurar su inmediata puesta en libertad. . 2) El Código Procesal
Penal contempla una segunda y tercera hipótesis: que la persona se viere inminentemente
amenazada de ser privada ilegalmente de su libertad o 3) que existan motivos suficientes
para suponer que la persona puede ser trasladada ilegalmente fuera de la República. En
estos dos casos se trata de una acción preventiva de habeas corpus, mediante la cual la
persona se adelanta y se pone en manos de un juez para que este examine dichas amenazas
y evite se materialice la detención o la deportación. En la acción de Habeas Corpus hay que
distinguir varios momentos: 1) La solicitud. Se trata del apoderamiento del juez para que
decida sobre la legalidad o no de la privación de la libertad, o de las otras situaciones
referidas. La solicitud no esta sujeta a formalidad alguna. Se puede hacer por escrito
firmado o por declaración en secretaría. Esta exenta del pago de todo impuesto, tasa,
valores o tributos. La solicitud puede presentarse cualquier día. 2) El Mandamiento. El juez
evalúa si la solicitud procede, y en caso positivo emite un mandamiento de habeas corpus,
es decir, una orden para que le presenten al impetrante ante él o el tribunal. Este
mandamiento debe ser cumplido y ejecutado, sin que pueda ser desconocido por defectos
formales. El funcionario que se resista a presentar a la persona, sin alegar causa de fuerza
mayor, comete desacato y puede ser conducido en virtud de una orden general de captura
emitida por el juez o tribunal. 3) La audiencia. El juez o tribunal, puede decidir el habeas
corpus luego de oír al impetrante, el día de su presentación. O puede fijar una audiencia sin
demora innecesaria y siempre dentro de las 48 horas siguientes, pudiendo disponer que el
funcionario que tiene bajo su control al impetrante, se presente y exponga sus
motivaciones. La audiencia no puede suspenderse por ningún motivo y el juez o tribunal
ordena la libertad o rechaza la solicitud. 4) La ejecución. La negativa, el retardo, o
ejecución negligente de la libertad dispuesta por el juez, por parte del funcionario
responsable, lo hace reo de encierro ilegal, procede su destitución y la acción civil por
daños y perjuicios causados.
Requisitos para la solicitud del Habeas Corpus

La solicitud de mandamiento de habeas corpus no está sujeta a formalidad alguna y puede


ser presentada por escrito firmado o por declaración en secretaría, por la persona de cuya
libertad se trate o por su representante, en lo posible con indicación de:

1) El nombre de la persona en cuyo favor se solicita;


2) El lugar en donde se encuentre;
3) El nombre o designación del funcionario o la persona que haya adoptado la medida de
privar, cohibir o amenazar en su libertad física a otra o el encargado del recinto en el cual
se encuentre;
4) Una breve exposición de las razones por las que se invoca que la medida que le priva,
cohíbe o amenaza en su libertad es ilegal;
5) La mención de que no existen recursos ordinarios ni es posible la revisión de la medida
conforme a las reglas de este código.

Esta solicitud puede ser presentada cualquier día.

Presentada la solicitud de habeas corpus, si procede, el juez o tribunal ordena la


presentación inmediata del impetrante. Una vez oído el impetrante, resuelve
inmediatamente sobre la acción o fija una audiencia sin demora innecesaria, siempre dentro
de las cuarentiocho horas siguientes, para lo cual dispondrá que el funcionario demandado
comparezca a los fines de que exponga los motivos legales que justifiquen su actuación.

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