El hidrógeno
Programa de la asignatura:
Seminario de hidrógeno y
bioenergía
U1 El hidrógeno
Índice
Unidad 1. El hidrógeno
Presentación de la unidad
“¿Qué es lo que van a quemar en lugar de carbón? Agua, respondió Pencroft. El agua,
descompuesta en sus elementos por la electricidad. Sí, amigos míos, creo que algún
día se empleará el agua como combustible, que el hidrógeno y el oxígeno de los que
está formada, usados por separado o de forma conjunta, proporcionarán una fuente
inagotable de luz y calor.
El agua será el carbón del futuro.”
Julio Verne. (1874). La isla misteriosa.
Debido a que el hidrógeno es el más abundante del universo, se utiliza por las estrellas para
producir energía en su conversión a helio (reacción nuclear de fusión). También es muy
abundante en la corteza terrestre, ya que se puede encontrar en todos los hidrocarburos, en los
ácidos, en la materia viva y en muchos minerales. (Guervós, 2003).
Son diversos los métodos de producción del hidrógeno, los cuales van desde el uso de celdas
de hidrógeno en la producción demostrativa de juguetes (carros y robots) e investigación para
aumentar la eficiencia y reducir el costo de producción con pruebas de diferentes materiales en
laboratorios, hasta métodos de producción para el movimiento de vehículos híbridos, transporte
urbano o aéreo, que alcancen velocidades cercanas a las de un vehículo con motor a
combustibles fósiles, al igual que la producción de energía eléctrica a gran escala para la
industria o la comunidad.
Una vez identificados los métodos producción de hidrógeno, es inherente a ello hablar de sus
costos de producción según la tecnología utilizada para la generación de energía, por lo cual se
debe profundizar en la importancia del costo-beneficio para la comunidad.
Propósitos
Competencia específica
Por esta razón es importante adentrarse en el campo de las energías alternativas y una de ellas
es la generada a partir del hidrógeno, el cual es una fuente con un enorme potencial de energía,
que puede ser aprovechado al ser el elemento más abundante en el universo, y en la tierra se
encuentra en gran parte de los compuestos orgánicos y algunos inorgánicos; siendo el agua el
compuesto, formado por hidrógeno, más abundante en mayor cantidad sobre la tierra.
Dentro de las propiedades físicas y químicas, el hidrógeno tiene el átomo más simple por su
número atómico, lo cual facilita el aprovechamiento de su potencial energético, pudiendo
utilizarlo como combustible, generando al alcance de ustedes, lista para utilizarla en su
combustión, la cual genera agua como residuo, evitando, por lo tanto, emitir gases de efecto
invernadero que en la mayoría de las combustiones se genera. Incluso en plena combustión su
llama es invisible.
Su principal ventaja es que su combustión produce sólo agua, lo que significa que no emite
gases de efecto invernadero, como ocurre con los combustibles fósiles e incluso con la
biomasa. Esto le hace particularmente apropiado para sustituir a los derivados del petróleo. La
sustitución de éstos, sin embargo, tiene el grave inconveniente de no ser un combustible
primario. Hay que producirlo con otros.
Pero también, si esta combustión se realiza a gran velocidad se produce una explosión que
según la magnitud puede causar daños a las personas o materiales, por esta razón se debe
tener ambientes de control que para reducir los riesgos existentes en la reacción.
La producción de hidrógeno tiene una amplia gama para producirse, a partir de fuentes
tradicionales de energía como de renovables, cualquiera con la posibilidad de ser llevada a gran
escala, a reserva de los estudios de costos que estos proyectos conlleva. Pero conforme
avanzan las investigaciones de la obtención de hidrógeno basados en energía solar, eólica,
geotérmica, biomasa y biológicas se puede asegurar una producción más limpia, y con ello
reducir los costos.
Fue reconocido en 1776 por Henry Cavendish; más tarde en 1783, Antoine Lavoisier le daría el
nombre por el cual se conoce. El átomo de hidrógeno, símbolo H, consta de un núcleo de
unidad de carga positiva (protón) y un solo electrón, llamando a este isotopo como protio,
siendo el más abundante del elemento natural. Esta composición hace posible que adquiera
número de oxidación ±1, tiene número atómico 1 y peso atómico de 1.00797. Tiene dos
isótopos: deuterio (2H, un neutrón en su núcleo) y tritio (3H, dos neutrones, radiactivo). Éstos
son muy escasos (aproximadamente del orden de 0.01%).
Entre las propiedades químicas del hidrógeno sus átomos reaccionan entre sí y también lo
hacen con otros elementos, a excepción de los gases nobles. Con el grupo VII de los halógenos
reacciona para formar haluros (H+, flúor, F-, cloro, Cl-, bromo, Br-, yodo, I- y ástato, At-); con los
metales para dar hidruros (H- y Metal, M+); con el carbono, C, y los hidrocarburos (cadenas de
Carbonos entre sí) para producir metano (CH4) y compuestos saturados; con el nitrógeno para
formar amoníaco (NH3); y con el oxígeno para producir agua (H2O). La reacción para formar
agua es lenta a temperatura ambiente, pero si la acelera un catalizador como el platino, Pt, o
corriente eléctrica se realiza con violencia explosiva (Guervós S., 2003).
(1)
Una vez con los elementos separados, se recuerda que los gases son diatómicos (moléculas de
2 átomos del mismo elemento, en este caso H2 y O2), se pueden pasar por una pila de
combustible donde el hidrógeno se reduce en la superficie del ánodo en iones H+
(2)
Fluyendo hacia el cátodo a través del electrolito, mientras los electrones se transportan a un
circuito externo (carga), como se muestra en el diagrama de la reacción que se lleva a cabo en
la pila de combustible de la Figura 1.1.
(3)
Como parte de la reacción anódica se producen electrones, dando lugar a la reacción catódica.
Figura 1.1. Diagrama de la reacción llevada a cabo en la pila de combustible. Fuente: basada en Linares
H. & Moratilla S, (2007).
Su poder calorífico es de 142,000 kJ/kg en comparación con 55,000 kJ/kg del gas natural o con
47,000 kJ/kg del petróleo. Esto es contrario a la baja densidad que presenta en forma de gas,
0.0838 kg/m³, y de líquido, 71 kg/m³, y esto conlleva a las dificultades de almacenamiento para
sus aplicaciones al transporte, ya que se requiere aplicar mucha presión para mantenerlo como
líquido. En la Tabla 1.1 se presentan los poderes caloríficos de varios combustibles (Gutiérrez,
2005).
Tabla 1.1. Poderes caloríficos de diversos combustibles. Fuente: basado en Ovidio Pérez Ruiz Alfredo
Villegas Sáez Instituto Superior Pedagógico Carlos Manuel de Céspedes, Cuba.
Figura 1.2. Poderes caloríficos de diversos combustibles. Fuente: basado en Ovidio Pérez Ruiz Alfredo
Villegas Sáez Instituto Superior Pedagógico Carlos Manuel de Céspedes, Cuba.
Un ejemplo de los usos del hidrógeno es la diferencia que existe entre las pilas convencionales
y el creciente desarrollo de los últimos años sobre la producción de pilas de combustible, que
utilizan el hidrógeno para generar electricidad y únicamente producen como subproducto agua.
El interés de las industrias aeroespacial y automovilista por el hidrógeno se debe a la llamada
pila de combustible, donde el hidrógeno se puede quemar con el oxígeno, para transformar la
energía de la combustión en electricidad.
Una tecnología impulsada, fundamentalmente por las multinacionales automovilísticas, como
también para nuevas generaciones de centrales de producción de electricidad y calor, están
destinando cifras multimillonarias a la investigación y desarrollo de las pilas de combustible. La
Figura 1.3 presenta un automóvil híbrido, que combina las pilas de combustible (hidrógeno) y la
gasolina.
Figura 1.3. Automóvil híbrido en México, combinando pilas de combustible (Hidrógeno) y gasolina.
(Honda Civic Hybrid, 2011).
Figura 1.4. Aplicaciones actuales del hidrógeno producido. Fuente: The Essential Chemical Industry
(2013).
Biomasa
Calor Fotoelectrolisis
Fermentación
Energía mecánica
Conversión química
Electricidad
Hidrógeno CO2
Figura 1.5. Métodos para obtención de Hidrógeno. Fuente basada en Linares H. & Moratilla S, (2007).
Entre las opciones renovables de tipo centralizado y con capacidad para grandes producciones
de hidrógeno, la energía solar de alta temperatura, por concentración solar, ocupa un lugar
destacado, aunque el desarrollo tecnológico se prevé a largo plazo.
La biomasa (energía proveniente de plantas y organismos vivos) se sitúa con buenas
perspectivas, ya que los costos son menores que la solar y con un horizonte de aplicación
inmediato; aunque la producción de hidrógeno por este medio entra en competencia con la
producción de biocombustibles, más sencilla y de mayor facilidad de penetración en el
mercado, la cual analizará con más detalle en la unidad 3 de esta asignatura.
Dado que las expectativas de reserva de carbón son de 200 años, este procedimiento presenta
un elevado potencial, pues el recurso está muy extendido por todo el planeta y los costos son
razonables en sistemas centralizados. Por otra parte, si este proceso entra a la Gasificación
Integrada a un Ciclo Combinado (GICC, el cual se explica más adelante) presenta una gran
flexibilidad, pues la misma planta puede producir hidrógeno y electricidad intensificando más un
producto u otro según la demanda.
En la Figura 1.6 se presentan las fuentes energéticas de las que se obtiene el hidrógeno
actualmente, produciéndose casi la mitad a partir del gas natural. En concreto, el 96% del
hidrógeno requiere como energía primaria combustibles fósiles, y el 95% de la producción es
para consumo propio de las industrias que lo demandan.
Para este objetivo se tienen que retomar algunos conceptos que se vieron en química. Para
comenzar hay que ver el tema de energía libre; el cambio de energía libre de Gibbs, ΔG, es una
medida de la espontaneidad de un proceso que se lleva a cabo a temperatura y presión
constantes. Puesto que la fuerza electromotriz (fem), E, de una reacción redox indica si la
reacción es espontánea; la fem, en Volts (V) y el cambio de energía libre se relacionan de la
siguiente manera:
(4)
donde 𝑛 es un número positivo sin unidades, que representa el número de electrones que se
transfieren en la reacción. F es la constante de Faraday, así llamada en honor de Michael
Faraday. La constante de Faraday es la cantidad de carga eléctrica de 1 mol de electrones. (1 F
= 96,500 C/mol = 96,500 J/V-mol).
Las unidades de la ΔG son J/mol; en este caso “por mol” significa “por mol de la reacción. Tanto
𝑛 como F son números positivos. Por tanto, un valor positivo de E en la ecuación (4) da un valor
negativo de ΔG. Recuerda: un valor positivo de E y un valor negativo de ΔG indican que la
reacción es espontánea.
El producto 𝑛 ∗ 𝐹 es la carga eléctrica total suministrada al sistema por la fuente externa de
electricidad. El trabajo eléctrico se expresa en unidades de energía de Watt por tiempo. El watt
(W) es una unidad de potencia eléctrica (es decir, de rapidez de gasto de energía). 1 W = 1 J/s,
entonces, un Watt-segundo es un joule. La unidad que utilizan las compañías proveedoras de
electricidad es el kilowatt-hora (kWh), que es igual a 3.6x106 J. (1kWh = (1000W) (1h)
(3600s/1h) ((1J/s)/1 W) = 3.6x106 J).
Con base en estas consideraciones se puede calcular el trabajo máximo que se puede obtener
de las celdas voltaicas y el trabajo mínimo necesario para lograr que se lleven a cabo las
reacciones de electrólisis deseadas.
En términos estrictos, la principal ventaja de las celdas de combustible, es que su combustión
produce sólo agua, lo que significa que no emite gases de efecto invernadero, como ocurre con
los combustibles fósiles e incluso con la biomasa. Esto le hace particularmente apropiado para
sustituir a los derivados del petróleo. La sustitución de éstos, sin embargo, tiene el grave
inconveniente de no ser un combustible primario. Hay que producirlo con otros (Gutiérrez Jodra,
2005).
Las celdas de combustible, no son baterías, porque no son sistemas autosuficientes. El sistema
de celda de combustible más promisorio se basa en la reacción de H2 (g) con O2 (g) para formar
H2O (l) como único producto. Las celdas de combustible generan electricidad con una eficiencia
dos veces mayor que la del mejor motor de combustión interna. En condiciones básicas las
reacciones de electrodo de la celda de combustible de hidrógeno son:
(5)
Al analizar la ec. (4), se obtiene que la energía libre de Gibbs es cero (ΔG = 0) cuando la fuerza
electromotriz es cero (E=0). Hay que recordar que un sistema está en equilibrio cuando ΔG = 0.
Entonces, cuando E = 0, la reacción de la celda ha alcanzado el equilibrio y no se lleva a cabo
una reacción neta en la celda voltaica.
La reacción de disociación del agua se expresa de la siguiente manera:
(6)
en donde los productos de la disociación son los protones H+ y los iones hidroxilo OH-.
Se puede estimar el potencial teórico necesario para que se lleve a cabo la electrolisis que es
1.23 voltios. A este potencial se deben agregar las diferencias de potencial, I, corriente en
Amperes; que resultan de las resistencias óhmicas, ΣR, sumatoria de resistencias en ohm, del
electrolito y de los electrodos, y se expresa de la siguiente manera:
(7)
Normalmente se asocia un número elevado de celdas en serie, lo que da lugar a una estructura
que se suele denominar de filtro prensa por su semejanza con ese tipo de separador de sólidos
y líquidos como se muestra en las Figuras 1.7, 1.8 y 1.9.
Tabla 1.2. Producción de Hidrógeno por electrólisis por diferentes fabricantes, electrolito: KOH 25–35%.
(Gutiérrez J., L. (2005).
1. Procesos de reformado
Los procesos de reformado son muy usados hoy en día para la obtención de hidrógeno. Desde
el punto de vista termodinámico se pueden clasificar en endotérmicos y exotérmicos. Los
endotérmicos requieren de calor por una fuente externa, como lo es el reformado por vapor de
agua; los exotérmicos liberan calor durante la reacción, esto es en el caso de la oxidación
parcial. El reformado autotérmico es una combinación de los dos procesos, realizando primero
la oxidación parcial para obtener calor y posteriormente utilizar este calor para realizar el
reformado con vapor de agua, obteniendo así un balance neto de calor.
(8)
El proceso consta de tres fases, éstos se desarrollan en equipos diferentes, como se muestra
en la Figura 1.10. L, que posee una entalpía de reacción estándar de +206.14 kJ/mol, es decir,
es endotérmica; se produce a altas temperaturas alrededor de 900ºC en tubos, por los que fluye
el metano y el vapor de agua a través de lechos del catalizador de níquel, Ni. Los tubos están
dentro de un horno cuya temperatura es de 960ºC, aproximadamente, ésta se mantiene
mediante quemadores.
Figura 1.10. Proceso de reformado con vapor de agua; fase 1, en el Reformador; fase2, en CO-shift y
fase 3, Unidad PSA (pressure swing adsorption). (Linares H. & Moratilla S, 2007).
(9)
en esta reacción se tiene es por esto, que parte del gas natural se utiliza en los quemadores
para mantener la temperatura de operación del reformador. La energía de esta fase se
aprovecha para precalentar el gas natural a su entrada al reformador.
El gas producido (dióxido de carbono, CO2 e hidrógeno, H2) pasa por un condensador, en
donde se le retira el vapor de agua y finalmente llega a la tercera fase del proceso, la de
depuración. El gas que llega a esta fase es un gas rico en H2 con CO2, restos de agua, CO y
CH4. La corriente gaseosa se depura en un sistema separador de membranas o un sistema de
adsorción por variación de presión (su nombre en inglés “Pressure Swing Adsorption”, PSA) de
donde se obtiene hidrógeno con una pureza de 99.999%. Los gases adsorbidos constituyen el
llamado “gas de cola”, y como son combustibles, se recirculan hacia los quemadores del
reformador.
Aunque es menos usual, también es posible aplicar el reformado con vapor de agua a alcoholes
y a gasolinas. La utilización de alcoholes de cadena corta, como el metanol, resulta menos
endotérmica (requiere menos calor) que la del gas natural y se lleva a cabo a temperaturas más
bajas (200 a 300ºC), alcanzando conversiones cercanas al 99%. Basado en este hecho, hace
viable pensar en producir hidrógeno por este tipo de reformado, para aplicarlo en transporte a
partir de metanol. Sin embargo, hay un fuerte desarrollo de pilas de combustible de metanol
directo, sin necesidad del reformado, por lo que se pierde el interés de esta aplicación.
– Oxidación parcial
La oxidación parcial (en inglés “Partial OXidation”, POX), consiste en una reacción de oxidación
incompleta de un hidrocarburo, por ejemplo gas natural, donde sólo se oxida el carbono hasta
obtener CO, dejando libre el hidrógeno, de acuerdo a la siguiente reacción
(10)
La entalpía estándar de reacción es de -36 kJ/mol, reacción exotérmica, pudiendo prescindir de
quemadores externos para mantener la reacción. La reacción se lleva a cabo con oxígeno, O2,
o con aire en presencia de catalizadores. La alta concentración de monóxido de carbono, CO,
en el gas obtenido puede generar deposición de residuos de carbón, sobre todo si la reacción
ocurre a presión elevada, lo que es deseable para lograr reformadores más pequeños. Estos
residuos de carbón depositados sobre los catalizadores inhibe la continuación del proceso.
El CO formado se puede continuar oxidándo para formar CO2, o bien, desplazándolo hasta el
final con agua, para obtener más hidrógeno y nuevamente CO2.
En este proceso y que se lleve a cabo con relativa facilidad, abre una posibilidad como medio
para producir hidrógeno en aplicaciones de transporte, al poder utilizar la experiencia de
vehículos alimentados con gas natural. En este caso no sería factible la captura de CO2.
Además que la eficiencia del proceso es de 70%, aproximadamente en grandes producciones
industriales.
– Reformado autotérmico
El reformado autotérmico (en inglés “Auto-Thermal Reforming”, ATR) este método combina el
SMR y el POX, anteriormente vistos, en el que el calor liberado en la reacción de oxidación se
aprovecha para elevar la temperatura necesaria para el proceso de reformado de metano por
vapor de agua, dando lugar a un equilibrio de energía total. Este proceso se aplica
industrialmente en grandes unidades centralizadas. El CO producido es desplazado con agua
para producir más hidrógeno y CO2. La eficiencia del proceso es similar a la del método de
oxidación parcial.
2. Pirólisis
3. Gasificación
Muy parecido a la pirólisis es el proceso de gasificación, la diferencia consiste en una
combustión con deficiencia de oxígeno, mientras que la pirólisis es completamente ausente de
oxígeno, en este proceso se obtiene CO, CO2, H2 y CH4, en proporciones diversas según la
composición de la materia prima y las condiciones del proceso. El oxígeno se limita entre un 10
y un 50% del requerido estequiométricamente y las temperaturas pueden oscilar entre 700 y
1,500ºC. La gasificación se puede aplicar a la biomasa y al carbón. La reacción se lleva a cabo
con oxígeno y vapor de agua, del cual se obtiene un gas de síntesis (H2 y CO) que se puede
emplear, también para obtener combustibles líquidos como metanol y gasolina.
La gasificación a partir de carbón merece una exposición algo más detallada, pues puede ser
un proceso viable a gran escala para la producción de hidrógeno, y que la captura de CO2
resulte rentable si se realiza en instalaciones centralizadas. En concreto, la gasificación de
carbón se puede llevar a cabo en la llamada Gasificación Integrada en un Ciclo Combinado
(GICC), que se puede complementar con captura de CO2. Así se puede hablar de una nueva
forma de cogeneración: la producción simultánea de electricidad e hidrógeno, mostrado en la
Figura 1.11.
Figura 1.11. Esquema de gasificación integrado a un ciclo combinado (GICC). (Linares H. & Moratilla S,
2007).
En la Figura 1.11 se recoge el esquema básico del proceso de gasificación. Una vez que se ha
obtenido el gas, eliminando los compuestos de azufre y cenizas, enseguida se pasa a la
separación de la mezcla de H2 y CO2. Desplazando estos gases para finalmente purificar el H2 y
dejarlo con una pureza del 99.99%.
La integración consta de tres niveles:
● El aire para obtener oxígeno en la gasificación, viene presurizado del compresor del
proceso de gas del ciclo combinado.
● El nitrógeno obtenido a partir de la separación del oxígeno del aire, se emplea para el
transporte neumático y el acondicionamiento del carbón, y para controlar la temperatura
de la cámara de combustión del proceso de gas del ciclo combinado, reduciendo con
esto la formación de NOx.
● En el enfriamiento del gas producido se obtiene vapor, que sirve también de
alimentación al proceso de vapor del ciclo combinado, complementando la caldera de
recuperación.
La Figura 1.12 presenta la integración de los sistemas anteriormente descritos para producir de
forma simultánea electricidad e hidrógeno. El gas obtenido a partir de la separación de CO2,
tiene una concentración de hidrógeno entre el 70 y el 80%, suficiente para usarlo en la
combustión en el ciclo combinado, sólo o junto con los gases residuales. Este hidrógeno
también podría ser empleado para las pilas de combustible de alta temperatura, las cuales no
exigen demasiada pureza de hidrógeno, como las pilas de combustible de baja temperatura. De
cualquier manera, con un proceso de purificación del hidrógeno, como el que se realiza en el
reformado por vapor de agua, se puede producir hidrógeno de gran nivel de pureza, apto
también para las pilas de combustible de baja temperatura.
Figura 1.12. Integración de la producción de hidrógeno con captura de CO 2 en ciclo combinado con
gasificación de carbón. (Linares H. & Moratilla S, 2007).
En los procesos de conversión química anteriores, también se produce CO2 en mayor o menor
medida, siendo posible atraparlo. Esto es para aprovechar los Mecanismos de Desarrollo
Limpios (MDL) que promueve la Organización de las Naciones Unidas (ONU), mediante los
bonos de carbono y su compra-venta en los países inscritos al protocolo de Kioto, pudiendo ser
mayores los beneficios al estar promoviendo acciones para la mitigación del calentamiento
global, CO2, aunque quizás el costo económico no se vea justificado.
Como ya se ha comentado, el hidrógeno tiene el contenido más alto de energía por unidad de
masa de los combustibles conocidos (142 MJ/kg) y es el único combustible común que no está
enlazado químicamente al carbono. Además, la quema de hidrógeno no contribuye
directamente al efecto de gases invernadero, de la disminución de la capa de ozono y lluvias
ácidas. Cuando el hidrógeno se quema en presencia de aire, se genera nada más vapor de
agua y energía calorífica. Sin embargo, y como ya se ha visto, el 95% del hidrógeno comercial
se produce de materias primas que contenien carbono, principalmente proveniente de fuentes
fósiles y en procesos de alto consumo de energía y no siempre benignos con el ambiente. Bajo
estas circunstancias, la producción de hidrógeno biológico (biohidrógeno) resulta de gran
importancia como una fuente de energía alterna.
Los procesos para la producción biológica de hidrógeno, las reacciones que se llevan a cabo y
los microorganismos utilizados se presentan en la Tabla 1.3. Una gran ventaja de estos
procesos biológicos es que se llevan a cabo a temperatura y a presión ambiente, por lo que
requieren menos energía que en los procesos de conversión química o de electrolisis, además
de que un gran número de especies microbianas producen hidrógeno.
Tabla 1.3. Procesos Biológicos para la obtención de Hidrógeno. (Canché E, G., Alzate G, L., Ordoñez, L.,
& Smit, M., 2008).
c.
Reacción total
b.
Fermentaciones obscuras Bacteria fermentativa
Los microorganismos producen hidrógeno a partir de compuestos orgánicos, ya sea que estén
utilizando únicamente la energía química de estos sustratos que es la fermentación
heterotrófica, dicho de otra manera, a partir del sustrato utilizan su energía para producir
hidrógeno. También existen los microorganismos que mediante la utilización adicional de
energía luminosa producen hidrógeno, esto se llama fermentación foto heterotrófica, ésta utiliza
la energía a partir de una fuente lumínica para producir hidrógeno.
Las fermentaciones heterotróficas para la producción de hidrógeno se pueden realizar con una
amplia variedad de microorganismos que pueden ser anaerobias (que trabajan en ausencia de
aire como las clostidria, ruminocci and archea), anaerobias facultativas (que en presencia de
oxígeno respiran y en ausencia producen hidrógeno como las Escherichai coli y Enterobacter
aerogenes) y aerobias (que requieren aire para trabajar, por ejemplo las Alcaligenes eutrophus
y Bacillus licheniformis) cuando se mantienen bajo condiciones anóxicas (falta casi total del
oxígeno).
La fermentación es un método de bajo rendimiento en la producción de biohidrógeno, pero con
un futuro promisorio debido a su mayor velocidad de producción de H2, trabaja en ausencia de
una fuente de luz, también es versatil en los procesos usados. Otra ventaja, es que los
organismos fermentativos tienen altas velocidades de crecimiento y no sufren de efectos
inhibitorios por la presencia de oxígeno en el sistema.
La producción fotobiológica de hidrógeno se puede llevar a cabo por microorganismos
fotoautotróficos, en presencia de luz para obtener su energía, y heterotróficos, que requieren
alimentarse de sustancias orgánicas. En la producción de fotoautotrófica de hidrógeno, la
energía solar capturada es utilizada para producir hidrógeno y oxígeno del agua (biofotólisis de
agua). La desventaja en este proceso es que el oxígeno y el hidrógeno se producen al mismo
tiempo, lo que provoca la inhibición de las enzimas productoras de hidrógeno, por la presencia
de oxígeno. En la producción heterotrófica de hidrógeno, se utiliza la energía solar y
compuestos orgánicos como sustratos.
En la Figura 1.13 se presenta el esquema de producción de Hidrógeno por medios biológicos;
en donde se muestran los medios fotobiológicos y fermentativos para la producción de
hidrógeno.
Figura 1.13. Esquema de producción de Hidrógeno por medios biológicos. Canché E, G., Alzate G, L.,
Ordoñez, L., & Smit, M., 2008).
La biomasa está distribuida en forma más homogénea sobre la superficie de la tierra que los
recursos energéticos no renovables y se puede explotar utilizando tecnologías económicas.
Además, no tiene el mismo impacto ambiental comparado con las fuentes energéticas no
renovables.
México es un país rico en biomasa vegetal, que consiste principalmente de recursos forestales,
teniendo una mayor concentración en la región Sur-Sureste del país. También se genera
biomasa vegetal a partir de productos de los cultivos agrícolas (maíz, frijol, sorgo, etc.) o ya sea
perennes (caña de azúcar, plátano, café, cocoteros, etc.). Además, como residuos de las
actividades agroindustriales en el aprovechamiento de los cultivos, se genera una gran cantidad
de residuos vegetales (bagazo de caña, pseudotallos y pinzonte del plátano, fibras de coco,
etc.), que son por lo general una fuente de contaminación, por su volumen y poco
aprovechamiento; por lo que se buscan alternativas de uso de estos materiales, que permitan al
mismo tiempo, una reducción en su volumen y darle una aplicación práctica a estos residuos.
Las plantas contienen principalmente tres polímeros dentro de sus paredes celulares: celulosa
(un homopolisacárido lineal, compuesto por un solo tipo de monosacárido, consistente de
unidades de glucosa unida con enlaces β-1,4-O-glicosídicos), hemicelulosa (polisacáridos,
compuesto por más de un tipo diferente de monosacárido, no celulósicos principalmente
xilanos, mananos y glucanos) y lignina (una estructura polifenólica entrecruzada, compuesto por
más de un grupo diferente de fenoles). Cada parte se puede muestra en la Figura 1.14.
La pared celular está constituida por fibras de celulosa parcialmente arregladas en estructuras
semicristalinas, integradas con la celulosa y rodeadas de lignina, esta estructura se conoce
como lignocelulosa, y también se puede utilizar como materia prima para la producción de
bioetanol. Los contenidos de celulosa, hemicelulosa y lignina en residuos agrícolas comunes se
presentan en la Tabla 1.4.
Tabla 1.4 Composición química de algunas fuentes de biomasa. (Canché E, G., Alzate G, L., Ordoñez, L.,
& Smit, M., 2008).
Los productos de la hidrólisis son por lo general azúcares reductores incluyendo glucosa. Los
costos de la hidrólisis enzimáticas son bajos en comparación con las hidrólisis alcalina o ácidas,
ya que la hidrólisis enzimática se lleva a cabo en condiciones suaves (pH 4.8 y temperaturas de
45 a 50 °C) y no se tiene problemas de corrosión. Las bacterias y hongos pueden producir
celulasas para la hidrólisis de materiales lignocelulósicos. Estos microorganismos pueden ser
aeróbicos o anaeróbicos, mesofílicos (a temperaturas cercanas al ambiente<45°C) o
termofílicos (soportan temperaturas extremas >45°C).
Bacterias pertenecientes a Clostridium, Cellumonas, Themonospora, Runinicoccus,
Bacteriodos, entre otras producen celulasa. Las bacterias cellulomonas fimi y Thermonosfora
han sido extensamente estudiadas para la producción de celulasas. En los hongos también se
ha realizado mucha investigación para la producción comercial de celulasas. Entre los hongos
que se han reportado como productores de celulasa incluyen a Sclerotium rolfsii, P.
chrysosporium y especies de Thricoderma, Aspergillus, Schizophylum and Penicilium. Los
factores que afectan la hidrólisis enzimática son el tipo de sustrato, la actividad de la celulasa y
las condiciones de reacción (temperatura, pH, y otros parámetros).
Como se presenta en la T4, las hemicelulosas presentes en los residuos lignocelulósicos, que
también pueden ser una fuente de azucares fermentables, además que éstos se encuentran
presentes en contenidos del 20 al 50% en peso de estos residuos. Por esta característica, la
utilización de los azúcares hemicelulosicos es esencial para una eficiente conversión de
materiales lignocelulósicos para la producción de biocombustibles y otros productos de valor
agregado.
Las hemicelulosas son polímeros heterogéneos de pentosas (xilosa, arabinosa), hexosas
(manosa, glucosa, galactosa) y azúcares ácidos, siendo los xilanos, las hemicelulosas más
abundantes. Muchos microorganismo tales como Penicilium capsulate y Talaromices emersonii,
poseen sistemas enzimáticos que degradan completamente a los xilanos. Aunque la estructura
del xilano es más compleja que la misma celulosa y requiere diferentes enzimas para una
completa hidrólisis, los polisacáridos no forman estructuras cristalinas altamente empacadas
como la celulosa, por lo que se tienen menos problemas de accesibilidad.
De esta manera, se vislumbra un amplio campo de investigación de producción de hidrógeno
por medio de biomasa, para lo cual las características de las plantas y los tratamiento de sus
residuos son esenciales para poder producir a gran escala hidrógeno, donde los
microorganismos son parte importante de una exitosa fuente de energía limpia.
A partir de la fuente de calor empleada se pueden considerar estos procesos, ya sea como
métodos químicos o termolíticos. Así pues, se habla de procesos químicos, en el sentido dado
en el tema 1.2.2, cuando el calor para el proceso se extrae de la propia materia prima a través
de una combustión; por el contrario, se diferenciará de la termólisis cuando el calor procede de
una fuente externa, como la energía solar concentrada o la energía nuclear de alta temperatura.
Tabla 1.5 Procesos termoquímicos divididos en clases según la temperatura de operación. (Linares H. &
Moratilla S, 2007).
Clase I
Proceso Reacción endotérmica T (K)
Ciclos Ciclos de la Descomposición del ácido sulfúrico
termoquímicos familia del
de temperaturas azufre
“moderadas” Ciclos del Hidrólisis del bromuro de calcio y del bromuro de
tipo UT-3 hierro
Clase II
Proceso Reacción endotérmica T (K)
Ciclos Reducción Disociación del óxido metálico
termoquímicos óxidos
de temperaturas metálicos
“elevadas”
Descarbonización Pirólisis Descomposición térmica de hidrocarburos
de combustibles (cracking)
fósiles
Reformado Descarbonización de hidrocarburos ligeros
Clase III
Proceso Reacción endotérmica T (K)
Termólisis directa del agua Disociación del agua
Las reacciones de reducción de óxidos metálicos, pertenecen también a la Clase II, que se
sitúan en un nivel superior de temperaturas, sobre los 2,500 K, siendo poco rentable. Por
último, a “baja temperatura” (entre 900 y 1,000 K) se verifican ciertos ciclos termoquímicos,
Clase I, y que el de yodo-azufre es el más prometedor.
Procesos de Clase I
Basado en ciclos termoquímicos de temperatura moderada, siendo principalmente, los basados
en la familia del azufre y los de tipo UT-3.
Familia del azufre
Se trata de un ciclo termoquímico desarrollado por General Atomics en los años 70 y que
requiere básicamente dos niveles térmicos, uno a 850ºC para la descomposición del ácido
sulfúrico, H2SO4 y otro a 360ºC para la descomposición del ácido yodhídrico, HI, tal como se
muestra en la Figura 1.15.
Figura 1.15. Diagrama de bloques del ciclo del SI. (Linares H. & Moratilla S, 2007)
La parte importante del proceso se lleva a cabo en la reacción de Bunsen, en la cual el yodo
diatómico, I2, reacciona con el dióxido de azufre, SO2, y agua a una temperatura de 120°C;
produciendo ácido yodhídrico, agua, yodo diatómico sin reaccionar y ácido sulfúrico como se
muestra en la siguiente reacción
(11)
Tras esta reacción se realizan dos procesos de destilación, uno sobre los productos D1 y otro
sobre los D2. La destilación sobre D1 produce HI y se verifica a 230ºC; con el HI separado se
procede a su descomposición para la obtención de hidrógeno y yodo, según la reacción
La destilación sobre los productos D2, a 360ºC, produce H2SO4, que finalmente se descompone
a 870°C
(13)
Esta reacción es la que fija la demanda de calor de alta temperatura del proceso 4. El proceso
descrito supone un ciclo del SO2 y el H2O, de la última reacción y el I2, producto de la reacción
donde se obtuvo H2, estos productos se dirigen hacia la reacción Bunsen, que sólo consume del
exterior H2O. Como productos del ciclo se produce H2 y O2. Observando las entradas y salidas
de sustancias de este proceso se puede constatar que la reacción global propia del proceso de
termólisis es
(14)
Ciclo UT-3
Es un ciclo desarrollado por la Universidad de Tokio y requiere de diversos niveles térmicos, de
hasta 750ºC. El proceso sufre una reducción de eficiencia, debido al mal acoplamiento de las
fuentes de calor disponibles, las utilizadas en este país son las de reactores nucleares de alta
temperatura, aunado al riesgo que este proceso por sí mismo representa. En la separación del
hidrógeno, se utilizan membranas que trabajan a una presión menor que la atmosférica, por lo
que es preciso comprimir el H2 y el O2, con el consecuente consumo energético. La Figura 1.16
muestra un diagrama de bloques del del ciclo UT3.
Figura 1.16. Esquema del ciclo UT-3. (Linares H. & Moratilla S, 2007).
Estos procesos quedan limitados a la aplicación solamente en los países de donde provienen,
debido a sus condiciones geográficas que los limitan a aprovechar al máximo todos los
sistemas de generación de energía, siendo incosteables para lugares donde hay gran cantidad
de formas de producir hidrógeno.
(15)
y
donde, MxOy representa un óxido metálico, que es descompuesto en sus elementos Metal, M y
Oxígeno, O2. El Metal reacciona con agua y se produce un óxido metálico, MxOy que libera
Hidrógeno, H2.
Aunque se pueden emplear varios óxidos metálicos, el más promisorio es el óxido de Zinc, ZnO,
denominándose al ciclo Zinc/Óxido de Zinc, Zn/ZnO. El inconveniente de este ciclo es la
reacción que se lleva a cabo a 2,300 K. Para alcanzar estas temperaturas se están proyectando
sistemas de concentración solar, que serán comentados más adelante. El esquema de este
procedimiento se muestra en la Figura 1.17.
Figura 1.17. Diagrama de bloques del ciclo Zn/ZnO. (Linares H. & Moratilla S, 2007)
Algunas variantes que se utilizan en este ciclo es la descomposición del ZnO con la ayuda de
carbono, C, (disociación carbotérmica) procedente de biomasa, coque, etc.; Zn y el monóxido
de carbono, CO, es la siguiente
(16)
La ventaja de este procedimiento es que se reduce la temperatura de la reacción a 1,300 K, es
decir, unos 1,000 K por debajo de la reacción propuesta del ciclo, aprovechando también la
biomasa.
Como ya se ha mencionado, los procesos de reformado por vapor (SMR), pirólisis y
gasificación, se incluyen en los medios termolíticos en la medida, que el calor que consumen se
suministre mediante fuentes externas adecuadas y no mediante la combustión del propio
recurso. Como se aprecia, los métodos termoquímicos ocurren al igual que los procesos por
combustibles fósiles, pero se abre un gran abanico de posibilidades para proveer de calor por
medio de energías renovables, evitando la emisión de gases de efecto invernadero.
Autorreflexiones
Para finalizar con el estudio de la unidad debes entregar el ejercicio de Autorreflexión, a partir
de las preguntas que te realizará tu docente en línea en la sección Planeación del docente en
línea.
Recordar que se debe realizar un documento por unidad y al entregar los 3 archivos que
corresponden a cada unidad para obtener el 10% de tu calificación final.
Cierre de la unidad
Cómo pudiste percibir en esta unidad, las propiedades del hidrógeno le dan una gran ventaja
sobre otros combustibles, además de que hay una gran variedad de métodos de producción
desde pequeñas cantidades en un laboratorio, hasta de gran escala para utilizarlo en la
generación de energía eléctrica en pilas de combustible.
Como puedes darte cuenta, no existe un método que sea la fórmula perfecta para la producción
de hidrógeno, todos presentan sus ventajas y desventajas, pero sobretodo, es necesario que
cada comunidad aproveche los recursos que su entorno le ofrece para producir hidrógeno al
menor costo y con el menor impacto a la sociedad y el medio ambiente.
Las celdas de combustible es un tema muy amplio que puede llevar hasta una asignatura
aparte de la cual mucha es investigación para el uso de materiales menos costosos, puedes
infórmate más de este tema en la sección para saber más…
Fuentes de consulta
● Canché Escamilla, G., Alzate Gaviria, L., Ordoñez, L. C., & Smit, M. (2008). Curso de
biohidrógeno y celdas de combustible. Mérida, Yucatán: ANES.