Mientras que cada diputado y senador a las cámaras, es elegido con su respectivo suplente por
medio de fórmulas pares que son claramente conocidas por los electores, el Presidente de la
República, en el caso de México, cuya elección individual es solitaria, sin vicepresidente y sin
sustitución ipso jure por otro funcionario determinado, carece de suplente para el caso de su falta
absoluta o faltas temporales, debiendo el Congreso, en cada oportunidad, constituirse en Colegio
Electoral para designar al Presidente interino, sustituto o provisional - según el momento y
condiciones en que ocurra la falta- que deba convocar a nuevas elecciones o concluir el periodo
constitucional del cargo.
Ante la ausencia del presidente de la República la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, en sus artículos 84 y 85, contempla diversos escenarios para determinar quién asume
el Poder Ejecutivo federal, los cuales detallamos a continuación.
FALTA ABSOLUTA
Si se da el caso de una falta absoluta (muerte o renuncia) del presidente de la República, el artículo
84 constitucional establece que el Congreso de la Unión debe nombrar a un presidente interino o
sustituto en un plazo no mayor a 60 días; también señala que, en lo que el Legislativo toma esta
decisión, el secretario de Gobernación asumirá provisionalmente la titularidad del Poder Ejecutivo
federal.
Si la falta absoluta del mandatario se da durante los dos primeros años del sexenio, el artículo 84
de la Carta Magna marca la siguiente ruta a seguir: el Congreso se constituirá inmediatamente en
Colegio Electoral y realizará una votación secreta, en la que definirá por mayoría absoluta a un
presidente interino.
Antes de que se cumplan 10 días de la elección del presidente interino, el Congreso expedirá la
convocatoria para una elección extraordinaria del presidente que deberá concluir el sexenio; esta
elección del presidente sustituto debe realizarse entre siete y nueve meses después del
nombramiento del presidente interino.
Si la falta absoluta del presidente ocurriese en los últimos cuatro años del sexenio, el Congreso
definirá (con el mismo procedimiento que en el caso del presidente interino) a un presidente
sustituto que culmine el periodo presidencial respectivo.
PRESIDENTE ELECTO QUE NO ASUME
Si el presidente electo no asume la titularidad del Ejecutivo por una ausencia absoluta, ésta será
asumida por el presidente del Senado de la República, en tanto el Congreso designa al presidente
interino bajo las mismas condiciones previamente señaladas.
AUSENCIA TEMPORAL
El artículo 85 constitucional contempla que el presidente de la República puede pedir licencia para
separarse del cargo hasta por 60 días naturales, siempre y cuando el Congreso así lo autorice; en
este caso, el secretario de Gobernación asumirá provisionalmente la titularidad del Poder
Ejecutivo federal.
Cabe mencionar que el texto constitucional no señala el procedimiento a seguir en caso de una
ausencia temporal imprevista del presidente y para la cual no se haya solicitado una licencia
temporal al Congreso.
RENUNCIA
En caso de aceptar la renuncia, el Congreso debe designar a un presidente interino o sustituto bajo
las mismas condiciones y procedimientos ya mencionados.
En México, el régimen de gobierno es presidencialista. Esto quiere decir que el Poder Ejecutivo
tiene preponderancia sobre los otros poderes, por la suma de facultades que le otorga la
Constitución y las leyes ordinarias; además, se reúnen las potestades de jefe de Estado y jefe de
gobierno en una misma persona. Los Secretarios de Estado son funcionarios subordinados
jerárquicamente al Presidente de la República y responden personalmente ante él, quien
selecciona libremente a sus colaboradores sin injerencia de otro poder, así como para removerlos.
El Poder Ejecutivo se sustenta en la Administración Pública Federal y ésta se divide en centralizada
y paraestatal; la administración centralizada, según el artículo 1 de la Ley Orgánica de la
Administración Pública Federal (LOAPF), señala que estará integrada por la Presidencia de la
República, las Secretarías de Estado, los Departamentos Administrativos y la Consejería Jurídica
del Ejecutivo Federal.
La Administración Pública centralizada se conforma por la Presidencia de la República, las Secretarías de Estado, la Consejería Jurídica
del Ejecutivo y la Procuraduría General de la República.
La Administración Pública federal se encuentra dividida por actividades, por lo que se agrupan diversas dependencias y entidades por
ramas de la actividad pública, atendiendo a las características de sus funciones y atribuciones.
Secretarias de Estado.
Son unidades administrativas de alta jerarquía en comparación con otras instituciones, sus actividades son
diversas, sus titulares nombrados y removidos por el Presidente de la República y su actividad va hacia la
perspectiva del desarrollo nacional.
Son dependencias que a iniciativa del gobernador son creados por Ordenanza o autorizados por ésta, encargados de cumplir
funciones y prestar servicios departamentales y/o nacionales conforme a la Ley, las Ordenanzas y los decretos o Reglamentos o
Convenios del Gobierno Nacional o Departamental de ejercer la tutela gubernamental sobre las entidades descentralizadas que
les estén adscritas o vinculadas.