Universidad de la Salle

Doctorado en Educación con especialidad en Mediación Pedagógica

Eco–Campus Universitarios
Hacia la construcción de comunidades sostenibles
(Vivencia sobre la Sede Central de la Universidad Técnica Nacional)

Aprendiente: Emmanuel González Alvarado

Costa Rica, diciembre 2016
Dedicado a la memoria de mi padre Manuel Antonio
González Bonilla, artesano, ebanista, quien fuera el
culpable de enamorarme de las maderas, la biodi-
versidad y de vivir en un sueño eterno; su simplicidad
de la vida en el aprendizaje de lo cotidiano forjó mi
rebeldía insaciable por la ciencia.

A mi madre, Elibe Alvarado López, maestra de for-

mación, intuitiva, inteligente y reflexiva, con quien
todavía disfruto a sus 88 años, diálogos profundos,
sobre la complejidad e incertidumbre de la vida, una
memoria inquebrantable. Me heredó lo mejor de la
existencia: el hábito de la lectura.

A mi esposa, Patricia Campos Solano, y a mis hijos

Josué y Braulio, por lograr creer en mis sueños y por
el apoyo constante en épocas tan críticas en mi sa-
lud, para mi supervivencia.
Figura N°1: Vista aérea del Eco-Campus de la Sede Central, UTN. 2017.
“Valerse de los procesos educa-
tivos para construir la ciudanía
planetaria como nuevo entorno
vital, exige del ciudadano plan-
etario cambios sustantivos en su
vida, tanto en su nivel personal
como en sus relaciones institucio-
nales y organizacionales. Parti-
mos de un hecho real y perento-
rio, la mayoría de la gente vive —o
mejor, dicho sobrevive— atrapada
por condicionamientos sociales,
económicos, políticos y culturales
que le impiden ser y desarrollarse
como seres humanos” (Gutiérrez
y Prado, 2015, p.61).

Figura N°2: Diseño del Plan maestro del Eco-Campus de la Sede Central, UTN. 2013.
¿Qué es la Vida?
Más que el cristal aperiódico de Schorodinger, la
vida se parece quizás a un fractal, un diseño que se
repite a diversas escalas.
Los fractales delicadamente bellos y sorprendentes
por su aparente complejidad, se generan por orde-
nador mediante un programa grafico que itera, o re-
pite, miles de veces una operación matemática sen-
cilla.
Los fractales de la vida son las células, las agrupa-
ciones de células, los organismos pluricelulares, las
comunidades de organismos y los ecosistemas de
comunidades. Repetidos millones de veces a lo lar-
go de miles de millones de años, los procesos de la
vida han conducido a los maravillosos patrones tridi-
mensionales visibles en organismos, colmenas, ciu-
dades y en el conjunto de la vida planetaria.
El cuerpo de la vida es un barniz de materia en cre-
cimiento y mutua interacción que envuelve la tierra.
Con un espesor de veinte kilómetros, su cota supe-
rior en la atmosfera y su cota inferior el lecho rocoso
continental y las profundidades oceánicas. El cuerpo
de la vida es como un tronco de un árbol, donde solo
crecen los tejidos periféricos. A menos que cuente
con la protección de la tecnología, en si misma ex-
tensión de la vida, fuera de ese radio de acción cual-
quier individuo está condenado.
La vida, hasta donde sabemos, está limitada a la
superficie de este tercer planeta solar. Es más, la
materia viva depende totalmente de este sol, una
estrella de tamaño medio en los confines de la vía
láctea. Menos del uno por ciento de la energía solar
que incide sobre la tierra se canaliza a través de los
procesos biológicos. Más lo que la vida hace con ese
uno por ciento es asombroso.
Fabricando genes y vástagos a partir de agua, en-
ergía, solar y aire, formas festivas pero peligrosas se
confunden y divergen, se trasforman y contaminan,
matan y nutren, amenazan y vencen. Mientras tanto,
la biosfera misma, cambiando sutilmente con las en-
tradas y salidas de especies individuales, sigue per-
viviendo como lo ha hecho durante más de tres mil
millones de años. (Dorion y Margulis, 1996, p.14)

Figura N°3: Árbol de higuerón, Cacahuamilpa, México. 2015.

Contenidos
Agradecimientos 1
Introducción 2
Ubicación temática 6
1. RUPTURAS ESPISTEMOLOGICAS, DEL
PARADIGMA MECANICISTA AL ECOLÓGICO. 16
1.1 Preparando el camino. Rupturas
epistemológicas, vivencias de niño. 18
1.2 Convivencia grupal, huellas epistemológicas. 27
1.3 Del mecanicismo a la incertidumbre. 35
1.4 De la incertidumbre, hacia la construcción
de un nuevo paradigma, en relación con la
dimensión ambiental. 39
2. PROBLEMÁTICA, AMBIENTAL GLOBAL. 44
2.1 Introducción a la problemática ambiental global. 50
2.2 Economía y ambiente. 57
2.3 Indicadores de sustentabilidad ambiental. 63
2.4 Cambio climático. 72
3. HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE
COMUNIDADES SOSTENIBLES. 78
3.1 El campus universitario: un ecosistema. 80
3.2 Liderazgo organizacional-ecológico. 82
3.3. Comunidades sostenibles. 84
3.4 Mediación Pedagógica y Comunidades
de aprendientes. 91
4. ECO–CAMPUS, EJEMPLOS DE VIDA. 94
4.1 Eco-Campus. 96
4.2 El Eco–Campus, se convierte en un aula abierta. 108
4.3 Diseños desde la Biomimesis. 115
4.4 Incorporación de la dimensión ambiental
desde CONARE. 124
4.5 Sueños vivenciales y esperanzas. 126

Referencias Bibliográficas 132

Anexos 138
10
Agradecimientos
A mis compañeros de viaje Agustín Rodríguez Car-
bajal, Wendy Obando Leiva y Yalile Chan Jiménez,
en la complejidad y la incertidumbre qué es la vida,
los lenguajeos nos unieron en la química natural de
la existencia, los fractales, nombre que asumimos,
representa sin duda, esa estructura básica, fragmen-
tada o irregular, que se repite a diferentes escalas,
generando un patrón, que emerge en la mirada de
la búsqueda de nuevas preguntas y las reconstruc-
ciones del saber (conocer-ser-hacer-vivir-convi-
vir). Es al final una luz, que como un prisma nos per-
mite entrar al infinito incierto del cosmos.
A mis hermanos Francisco, Ana, Maruja, por leer mis
ensayos y ser agentes motivantes ante mis debili-
dades humanas.
Al Señor Marcelo Prieto Jiménez, rector de la UTN,
quien me motivó para que ingresara al doctorado, y
me ha brindado un apoyo incondicional en mis que-
brantos de salud, a quien admiro y respeto por su
visión educativa y quienes durante ocho años, he-
mos compartido el nacimiento, creación y desarrollo
de la UTN.
A la Universidad de la Salle de Costa Rica, a su Rec-
tor y todo el cuerpo administrativo, a Cruz Prado, a
la memoria del maestro Francisco Gutiérrez, Tonny
Blanco, Alejandro Jaen.
A mis colegas de la UTN, especialmente al primer
consejo de sede: Marvin Torres Hernández, Mar-
vin Segura Trejos , José Marcelo Llobet Fernández,
Fernando Pérez Santana, Marco Araya Vega, Jeyner
Bonilla Gómez, Katalina Perera, Emilce Rivera, Jaime
Méndez Piedra, Eduardo Selva, José Matarrita, Dan-
ny Rojas, Oscar Vega, Carlos Mora, Gladis Corrales,
por compartir este viaje, al infinito cosmos.
1
Introducción
Se parte de la premisa, que la globalización creciente
resulta imparable y en ella el elemento más profundo
y constante que identifica y unifica a todas las univer-
sidades del mundo es que todas ellas son del mundo
y no de tal o cual país, y no de tal o cual nacionalidad.
La misma palabra latina universitas significa integ-
ridad, la integridad de la cultura y el conocimiento;
por lo que podemos decir que la universidad repre-
senta el primer modelo de la globalización cultural.
Humanistas o científicos viejos o jóvenes, que son
todos los miembros de la misma comunidad única.
(Universidad de Granada, 2015 p. 42)
Efectivamente, la universidad debe ser siempre un
lugar de especialización, pero sobre todo el lugar
de la unidad y la alianza de diferentes saberes. Con
estos razonamientos, el compromiso por potenciar
en la ciudadanía el respeto, el custodio a la natu-
raleza, a nuestra casa común, a nuestra madre tier-
ra, ejemplifica una necesidad inevitable, en los al-
bores del siglo XXI, cuando la transformación actual
2
de la biósfera por el ser humano sitúa en riesgo la
supervivencia de la especie; el cambio climático se
convierte en la intimidación, más apremiante para la
sobrevivencia de la vida, en la historia de la humani-
dad, por su origen sínicamente antropocéntrico. Las
universidades, comprometidas con el cuido ético de
la existencia, contribuyen con la creación de pueblos
más sanos y resilientes, promoviendo el desarrollo
sustentable.
El entramado de ideas que se presenta en este tra-
bajo doctoral, ofrece un esbozo para que las univer-
sidades ejemplifiquen:
• La dimensión ambiental, en su accionar cotidi-
ano, en sus procesos educativos, para la imple-
mentación y creación de Eco–Campus, como mod-
elos de vida, organizaciones capaces de interactuar
con el entorno natural, de manera que puedan con-
siderar sus conexiones con los otros sistemas vivos y
contribuir a la continuidad de la diversidad de expre-
siones de existencia en el planeta.
• La construcción de comunidades sostenibles,
la auto organización, las redes, interconexiones, que
se construyen en la dinámica del ecosistema univer-
sitario, emulando la naturaleza, como redes de con-
versaciones, deben ser las rutas para alcanzar, so-
ciedades en armonía con el entorno sustentable.
• La transformación de las acciones, en la ex-
presión cotidiana de la dimensión ambiental, imbui-
da en los procesos educativos, permeada y asumida
como valores es el acto superviviente de apropiación
y enaccion, para cambiar el modo actual de produc-
ción del entorno, incompatible con la vida.
El presente trabajo se ha fundamentado, principal-
mente en los aportes de H. Maturana y F. Varela, F.
Capra, L. Boff. G. Brundtland, E. Morín, F. Gutiérrez,
C. Prado. W. Mcdonough.
Para ello, el contenido se ha estructurado en cuatro
capítulos antecedidos por una ubicación de las prin-
cipales claves temáticas expuestas en cada uno. Di-
chos capítulos son los siguientes:
1. Rupturas epistemológicas del paradigma me-
canicista al ecológico;
2. Problemática Ambiental Global;
3. Hacia la construcción de comunidades
sostenibles;
4. El Eco–Campus, de la Sede Central, Universi-
dad Técnica Nacional: ejemplos de vida.
El último capítulo es la aplicación práctica del mod-
elo, la experiencia obtenida, durante los últimos seis
años, en la implementación del Eco–Campus, de la
Sede Central, de la Universidad Técnica Nacional
(en adelante, UTN). La quinta universidad pública
creada en Costa Rica, mediante la Ley No.8638 pub-
licada en La Gaceta el 4 de junio de 2008, con el fin
de brindar atención a las necesidades de formación
técnica que requiere el país, en todos los niveles de
educación superior.
Un ecosistema en evolución permanente, hacia la
construcción de comunidades sostenibles, la expe-
riencia de vida, de nuevos valores, es un ejemplo a
seguir, en las cinco sedes con que cuenta la UTN,
en diferentes regiones del país, lo que la convierte
en un referente en la creación de redes, interconex-
3
iones en materia de sostenibilidad ambiental. La experiencia de lo vivido y su visión retrospectiva
y prospectiva del tiempo, esa auto organización, ha
El aula abierta es una reflexión desde la mirada pen- sido un proceso dinámico de aprendizaje y el Eco–
sativa, que admite permear hacia la relación Gobier- Campus es un ecosistema de evolución permanente.
no, Sociedad, Empresa, Universidad, Ambiente, que
logra organizaciones capaces de ver e interactuar
más allá de la Tierra y facilitar el proceso de recon-
exión del equilibrio dinámico de los seres humanos
con el cosmos.

La mediación utilizada, aprovechando la propia par-

ticipación del aprendiente, contextualiza la histo-
ria de vida, la sistematización colectiva, el trabajo
en equipo, las interconexiones interdisciplinarias,
transdisciplinaias en el diseño del Eco–Campus, la
estética, el paisaje y la construcción de los edificios,
relatos, textos que se introducen e insertan antes o
después de cada capítulo; fotografías, de la propia
autoría, imágenes, que expresan la realidad, de lo
expuesto, evidenciando la construcción del modelo
planteado que por su valor literario, científico o an-
ecdótico, hacen sincronía con el contenido desarrol-
lado a continuación.

4
 Figura N° 4: “Produce una inmensa tristeza pensar que la Madre Tierra habla, mientras el género humano no escucha”.
Pensamiento del escritor Francés Víctor Hugo. En conmemoración, con el año de la Madre Tierra, por la universidades. UTN. 2015.

5
Ubicación temática
La invención de la máquina de vapor por James Watt,
en el año de 1774, utilizando como materia prima la
extracción y utilización del carbón, origina la produc-
ción de los combustibles fósiles, fruto de los resid-
uos de las grandes extinciones de especies, que por
razones naturales, colapsaron la vida en el planeta
tierra y que subyacen en la corteza terrestre.
Actualmente, el 82% de esa producción, se funda-
menta en estos derivados. Sustento del modelo en-
ergético, de consumo de alta entropía, que continúa
propugnado la economía mundial, soporte del de-
sarrollo tecnológico, científico, económico y social.
Los 7400 millones de seres humanos, que actual-
mente habitan este planeta, como nunca civilización
alguna logró agrupar, comparten un único ecosiste-
ma, en una sola biosfera, y enfrentan cotidiana-
mente, bifurcaciones entre despilfarro y limitación,
pobreza y miseria, alegría y dolor.
6
Los residuos trasladados a la biosfera, producto de
ese patrón, en forma de gases, de efecto invernade-
ro, representados en la molécula de Dióxido de Car-
bono (CO2), prioritariamente, sin ocultar los aportes
del Vapor de Agua, Metano, (CH4), Óxido Nitroso,
(N2O), Ozono (O3), mantienen la vida en el planeta,
cercana a su sexta extinción.
Al generarse esas contradicciones aterradoras como
lo plantea el filósofo Francés Edgar Morín: “La técnica
conoce un primer despegue explosivo en el neolítico
después se desarrolla de forma plural, según las civ-
ilizaciones, para dominar la materia, sojuzgar las en-
ergías, domesticar el mundo vegetal y el mundo ani-
mal, hasta el despegue súbito, inaudito y formidable,
a partir del siglo XVIII, primero en Europa occiden-
tal y después en todo el planeta, de técnicas dom-
inadoras de energía cada vez más potentes (vapor,
petróleo, electricidad, energía nuclear), máquinas
cada vez más automatizadas, y por último una red
nerviosa artificial repartida por el globo. La unión de
la ciencia y la técnica ha dado poder soberano sobre
la materia física, y de pronto dará poder ilimitado so-
bre el patrimonio hereditario de los vivientes. De este
modo, el ser menos probable, más desviante, más
marginal de toda la evolución biológica ha ocupado
el lugar central, ha impuesto su orden al planeta tier-
ra y dispone de un poder adelante a la vez demiúrgi-
co y suicida”. (Morín, 1993, p.46).
La Revolución Industrial desafió la naturaleza, bajo
sistemas de producción masiva, insostenibles en
extracción de materia prima y fundamentada en or-
ganizaciones de naturaleza lineal. Estas formas de
organización de las sociedades humanas inspira-
das por el racionalismo mecánico se caracterizan por
estructuras jerarquizadas que expresan su poder y
autoridad en un orden estable e inflexible, el control
centralizado de las decisiones y los recursos, la di-
visión de las tareas, la competencia y subordinación
de los individuos. La imagen que mejor ilustra este
tipo de organizaciones es la una máquina, formada
por “un conjunto de piezas engarzadas con precisión
–departamentos clasificados con funciones como
producción, marketing, finanzas o personal- y uni-
das por medio de líneas claramente de mando y co-
municación” (Capra, 1997:139).
Con el nacimiento de la Biología Teórica y el Mov-
imiento Sistémico y sus consecuentes desarrollos,
incluyendo la Cibernética y la Teoría de la Infor-
mación y su control, se produce la transición a la So-
ciedad Post-Industrial.
Se observa aquí el paso del alto consumo de energía
capital y trabajo, a la sociedad de alta tecnología en
la cual la información y las innovaciones son fuen-
tes críticas, apareciendo con ellas la necesidad de
nuevos modelos científicos que describan esta nue-
va situación, esto para explicar la realidad sistémi-
ca, no solamente del mundo natural sino también del
social.
Con todo esto, se reúnen a trabajar colectivamente
muy diversos campos de la ciencia agrupados como
“Ciencias de la Complejidad”, en virtud de lo cual,
se asiste al acontecimiento que da lugar a la Cuarta
Revolución Científica o Nuevo Paradigma Omnicom-
prensivo denominado de la Auto organización. Lo ex-
puesto sobre el movimiento y pensamiento sistémico,
comenzó con una respuesta a las dificultades dentro
de la tradición intelectual de la ciencia. Hoy, percibir
7
e interiorizar la idea de representación del Universo
y sus infinitos componentes, como “mapa sistémico
integrado”, es un hecho totalizador. De modo que la
actividad humana como intencionalidad, constituye
uno de los componentes subsistemicos demostra-
dos como propósitos o dinámica de intencionalidad,
conforme al Principio de Incertidumbre e Indetermi-
nación, dadas las múltiples opciones que todo siste-
ma tiene para decidir.
respuestas y deja abiertas otras tantas preguntas
acerca de cómo las universidades, deben convertirse
en modelos que inspiren en los futuros profesio-
nales, la sociedad civil, empresarios, colectividad,
esa conciencia planetaria de unidad e integralidad
en la tierra como un único ecosistema, promovien-
do una cultura de valores que pueda comprender y
cambiar el modo actual de producción del entorno
discordante con la vida.

La proposición fundamental del movimiento sistémi- Para ello, el trabajo propone un entramado discur-
co es que es útil tomar y ver al mundo como un número sivo compuesto por cuatro capítulos, mencionados
en permanente crecimiento de “conjuntos” (en sen- anteriormente. Los principales contenidos tratados
tido matemático) o subsistemas interconectados, en cada una de estas secciones son los siguientes:
solapados o superpuestos, con división del trabajo,
hasta llegar a constituir un sistema o supe sistema
en constante realimentación. En ellos, la actividad
humana es siempre sistémica en el mundo real de la
resolución de problemas.

Dentro de este amplio marco de intenciones, el tra-

bajo “Eco–Campus, hacia la construcción de comu-
nidades sostenibles“, la vivencia de la Sede Central
de la Universidad Técnica Nacional, explora algunas

8
Capítulo 1. Rupturas epistemológicas, del
paradigma mecanicista al ecológico.
Este capítulo expone una ruptura del modelo teórico
tradicional lineal, con que la ciencia ha influenciado
los procesos políticos, económicos, ambientales y
educativos; con esa mirada, nos enfrentaron desde
nuestros hogares, la escuela, el colegio, la universi-
dad a la vida, a la cotidianidad, a lo fraccionado la
unidad dentro de la diversidad, que en forma de re-
des y interconexiones, significa compartir, en un solo
ecosistema, una sola biosfera, nuestra casa común,
el planeta Tierra.
La cognición ecológica, de todos los saberes, nave-
ga en un océano permanente de incertidumbre, des-
de la complejidad ineludible de la misma vida es el
desafío ontológico del homo sapiens. Desde esa mi-
rada, la ruta de estudio de esta chifladura, la con-
strucción de Eco–campus, Universitarios, hacia
la construcción de comunidades sostenibles, que
propicien ambientes saludables, en el buen vivir, es
un reflejo por el respeto a la vida misma.
Sin embargo, antes de hacerlo, se detiene en la rec-
reación de las circunstancias en que pensadores
universales como Assmann, Morin, Moraes, Na-
jmanovich, Sir Isaac Newton, Einstein, Heisenberg,
Lederman, Stephen Hawking, Boff, Capra, Thom-
as Kuhn., James Lovelok, Lynn Margulis, Richard N.
Adams, Antonia Nemetb, Gro Harlem Brundtland,
Francisco Gutiérrez, Cruz Prado, Humberto Matur-
ana, Francisco Varela y W. Mcdonough, desarrol-
laron los fundamentos científicos para la ruptura de
dicho modelo. Luego el itinerario del texto lleva a la
exposición de la manera más sencilla posible de los
elementos teóricos de la propuesta de los autores.
La Ruptura Epistemológica, del paradigma meca-
nicista al ecológico, es el fundamento para el de-
sarrollo de comunidades sostenibles, cimiento que
deben propiciar las universidades como entes que
ejemplifiquen su accionar en su propia convivencia,
para la transformación de valores en la formación de
profesionales que incorporen en su vida profesion-
al y en el buen vivir de la expresión cotidiana. Para
lograr ese proceso de transición, esa ruptura para-
digmática, es importante considerar algunas ideas
9
clave para la comprensión de los significados del
modelo, de acuerdo con los siguientes principios:
a) La compresión del concepto de dominación de la
tierra de Descartes, Bacón, b) la teoría de las leyes
del movimiento de Newton, c) la evolución de la te-
oría de la relatividad de Einstein, d) la incertidumbre
de Heisemberg, e) La hipótesis de Gaia, f) La con-
strucción de comunidades sostenibles, de F.Capra,
L. Boff, la teoría de San Tiago, Maturama, Varela.
10
Capítulo 2. Problemática ambiental global.
El capítulo 2, hace una descripción de los problemas
ambientales, que enfrenta la humanidad, en rel-
ación con el deterioro en el patrimonio natural y en
la calidad de vida de los ecosistemas, que afronta el
planeta Tierra, ante la imposibilidad de contar con
recursos infinitos y un consumo de parte del homo
sapiens despiadado. Así como el compromiso que
deben asumir las universidades, desde los postula-
dos planteados por la UNESCO y CONARE, expresa-
do en acciones orientadas al desarrollo sostenible.
Con base en ello, se propone las siguientes ideas
clave:
La relación economía, ambiente, sociedad, con-
sumo, y ética desde sus orígenes, ha propiciado la
imagen de una tierra para ser dominada, saqueada,
violada, desde los economistas acumuladores de
metales, los fisiócratas, hasta la consolidación de
una economía de mercado, sustentada en los prin-
cipios, considerados por el economista Adán Smith
y su obra. “Sobre las causas y origen de la riqueza
de las naciones”, publicada en 1776. Base susten- país verde y de liderar proyectos globales como el
tadora del enfoque de la negociación vía mercado cambio climático, aprobado en diciembre del 2015,
para la resolución de los problemas ambientales. en la cumbre de Francia.
Esa asimetría entre economía, ecología, política.
calidad de vida y consumo, entre los 7400 millones Esa demencia antropocéntrica es precisamente el
de seres humanos que habitamos este planeta, nos cambio climático, que se convierte en criterio de
está conduciendo hacia la sexta extinción. Esa rel- la Organización Mundial de la Salud, en la mayor
ación entre una economía lineal, en contraposición amenaza que tendrá que enfrentar la humanidad en
a una econonomia ecológica, cíclica, de baja entro- el siglo XXI, producto de la acumulación de gases
pía y valor ecológico, en antagonismo con el valor de de efecto invernadero proveniente de actividades
uso hacia sociedades con una entropía sin límites, generadoras de moléculas de Dióxido de Carbono;
son valores que desde las universidades, han de ser de ahí que las universidades deben estar compro-
contrarrestados. metidas con la formación de una nueva conciencia
planetaria, el desarrollo de Eco–Campus y Comuni-
El impacto, la huella, el daño que la humanidad ha dades sostenibles, como un ejemplo a seguir.
ejercido sobre nuestra casa común, sobrepasa la
capacidad de carga de los ecosistemas para poder
mantener esos niveles de consumo. Así las cosas,
necesitaríamos tres planetas, para que las comuni-
dades humanas, puedan continuar con esos nive-
les de gasto; en el caso de nuestro país, la huella
ecológica, hídrica y de carbono, están por encima de
los niveles aceptados, convirtiéndonos en una so-
ciedad de alta entropía, pese a nuestro discurso de

11
Capítulo 3. Hacia la construcción de comuni-
dades sostenibles.
La crisis que afronta la humanidad, en este perio-
do histórico, sustentada en un fraccionamiento de
la ciencia, de la técnica, para poder salvaguardar la
vida en nuestra casa común, nos orienta hacia una
catástrofe sin precedentes, desde la extinción de los
dinosaurios hace 60 millones de años, si se continúa
con los patrones de consumo actuales, motivados
por una economía salvaje y perversa.
Se hace necesario que las universidades particip-
en en la creación de un nuevo paradigma, porque el
actual se ha agotado; esto significa nuevos valores
para la organización y la gestión de las relaciones
sociales, económicas, políticas y ambientales, en la
actual sociedad de la información y el conocimiento.
Con el anterior planteamiento de fondo, el capítulo
3 se concentra en la formulación de una propuesta
teórica y práctica para la explicación y configuración
de las comunidades sostenibles.
12
Si se parte de que el Eco–Campus universitario es
un ecosistema, con balances continuos de masa y
energía, en un sistema de auto organización per-
manente, el desarrollo de indicadores cuantitativos,
con que se motiva las acciones de calidad mediante
programas de certificaciones ambientales, no son
suficientes para trascender en la consolidación de
nuevos valores que repercutan en el currículo; desde
esa mirada, la dimensión ambiental en todo el pro-
ceso productivo es clave para transformar los indi-
cadores cuantitativos en valores para la acción. La
alfabetización ecológica, es decir, el desaprender de
los conceptos tradicionales, que enajenaron nuestro
accionar con el planeta como un órgano fragmen-
tado, incomprensible, inanimado e ilimitado, para
aprender de la naturaleza, forma parte de esa nueva
dimensión ambiental.
Para ello, utiliza como fundamento científico la teoría
de autopoiésis, el modelo básico de la organización
de los sistemas vivos y las ideas de H. Maturana so-
bre las redes de conversaciones como núcleos fun-
dacionales de las sociedades humanas.
Para este efecto, la propuesta descansa en una ar-
quitectura conceptual constituida por los siguientes
principios, centrales, en lo que los científicos Fritjof
Capra y Leonardo Boff, denominan Eco –Alfabet-
ización: i) Interdependencia; ii) Flujo cíclico de re-
cursos; iii) cooperación; iv) asociación. Además de
los criterios definidos por la Teoría de Santiago, au-
topoiesis y los criterios de los científicos, en relación
con la biomimesis, hacia la construcción de Comu-
nidades Sostenibles
Capítulo 4. Eco–Campus, ejemplos de vida.
El capítulo 4 sostiene que el debate especializado
sobre la construcción de Eco–Campus, es un tema
novedoso, para las universidades, que considera
elementos, cognoscitivos desde la ecología, apli-
cando criterios inter y transdisciplinarios, para la
incorporación de la dimensión ambiental en el currí-
culo, así como el proceso educativo, como un todo,
partiendo de la unidad dentro de la diversidad, hacia
la construcción de comunidades sostenibles, como
una respuesta integradora al desafío ambiental que
enfrenta la humanidad, y al efecto irreversible del
cambio climático, sobre los ecosistemas del planeta.
El considerar el campus universitario como un eco-
sistema, entre balances permanentes de masa y
energía, manifiesta cierta coincidencia con los fun-
damentos científicos de la teoría de Santiago, auto-
poiesis, para lo cual se fundamenta en los siguientes
criterios:
I. Los criterios de Eco- Alfabetización, hacia la
13
construcción de comunidades sostenibles, (Apren-
diendo de la naturaleza).
II. Los principios de ingeniería en la aplicación de
criterios desde la biomimesis. (Imitando la vida)
III. La incorporación de la dimensión ambiental en
todo el proceso educativo.(De acciones a valores)
La construcción del Eco–Campus universitario, ha-
cia la construcción de comunidades sostenibles de
la Sede Central de la, Universidad Técnica Nacional,
no es un modelo teórico; por el contrario, es un or-
ganismo vivo, cuya cimentación inició desde el año
2011, para lo cual ha seguido los criterios organizati-
vos desde la formulación de una política universitar-
ia de compromiso y aceptación por las autoridades
jerárquicas correspondientes (Consejo Universi-
tario, Rectoría), el diseño de un plan maestro, vi-
sualizado desde la dimensión ambiental, así como
la acreditación por las entidades gubernamentales
responsables de auditar estos sistemas; en el pro-
grama bandera azul ecológica cinco estrellas, para
centros educativos y tres estrellas para el programa
de cambio climático.
14
La construcción de los edificios, considera los ra-
zonamientos ingenieriles desde los principios uti-
lizados desde la biomimesis, estos criterios tipo,
LEED (Leadership in Energy & Environmental De-
sign) que se fundamenta en la incorporación de ra-
zonamientos de eficiencia energética, para lo cual
hace uso de energías alternativas en los procesos de
diseño, eficiencia en el consumo de agua, selección
de materiales y sostenibilidad y la aplicación de ra-
zones tipo LEAN (Lean Manufacturing) que se basa
en la modulación, flexibilidad, reducción de costos,
cero desperdicio, productividad, calidad y mejora
continua.
Este ecosistema, realmente se convierte en un ejem-
plo que ha logrado permear la política universitaria,
para trasladarse a todos las Sedes de la UTN, como
una red, de interconexiones, en una sola sinergia,
partiendo de la premisa en una comunidad en donde
todos somos aprendientes, y convirtiendo el Eco-
Campus, en una aula abierta a flujos permanentes
de energía en la cognición ecológica de los todos los
saberes y, por tanto, partiendo de la premisa de ed-
ucar para la vida y generar esa conciencia colectiva,
en la relación universidad, empresa. Sociedad. Así,
se pueden transformar las acciones eco-cognosciti-
vas, en valores para la cotidianidad, partiendo de los
principios utilizados por la comisión de ambiente de
CONARE.

Figura N°5: La auto organización, para el desarrollo de redes del conocimiento,

es la base para el avance de comunidades sostenibles,
en una Universidad que se considera como premisa de partida en su modelo educativo:
Ser una comunidad de aprendientes.

15
1. RUPTURAS ESPISTEMOLOGICAS, DEL PARADIGMA MECANICISTA AL ECOLÓGICO.

16
El progreso de la ciencia es el descu-
brimiento a cada paso de un nuevo or-
den que dé unidad a lo que desde hacía
mucho parecía disímil.
Así lo hizo Faraday cuando cerró el vín-
culo que unió la electricidad y el mag-
netismo. Y lo que hizo Clerk Maxwell
cuando unió aquella y a este con la luz.
La ciencia no es otra cosa que la empre-
sa de descubrir la unidad en la variedad
desaforada de la naturaleza o, más ex-
actamente, en la variedad de nuestra
experiencia. (Dick, T. y L. Lederman,
1993, p. 541)
- Jacob Bronowski

Einstein unió el tiempo al espacio, la

masa y la energía y el camino de la luz
cuando pasó junto al sol con el vue-
lo de una bala; y dedicó sus años fina-
les a intentar que a estas similitudes se
añadiesen otra, que instaurara un orden
único e imaginativo entre las ecuaciones
de Clerk Maxwell y su propia geometría
de la gravitación.

Cuando Coleridge intentaba definir

la belleza, volvía siempre a un pens-
Figura N° 6: Árbol de Culebro, Jardín Botánico Iriria, Rio
amiento profundo; la belleza, decía, es Cuarto de Grecia. 2017.

la unidad de la variedad.

17
1.1 Preparando el camino. Rupturas episte-
mológicas, vivencias de niño.

La historia de la humanidad, la ciencia y la tecnología,

siempre me inquietaron desde niño, los tabúes y es-
tereotipos, con los cuales nos crearon nuestros pa-
dres y que se robustecían en las escuelas, colegios
y en las propias universidades, revoleteaban en mis
oídos y una dosis de incredibilidad e irreverencia,
permeaba en mi mente, persistentemente a cada
paso de la historia que se construía en nuestro in-
consciente colectivo.

La motora fina no era mi mejor aliado y en el taller

de ebanistería, que brindaba el sustento económico
a la familia, la producción de pupitres fabricados ar-
tesanalmente, construidos de la madera extraída de
los árboles de Cristóbal, (Platymiscium parviflorum),
cedro, (Cedrela odorata), surá (Terminalia oblonga),
impregnaban las habitaciones que se mezclaban con
un olor a orines y a humedad. Figura N°7: Primera Comunión, Iglesia la catedral, Alajuela. 1968.

En una sola pared, se dividían las áreas de trabajo

18
con nuestra vivienda; por los ventanales, el polvo
circundante en forma de haces de luz, se infiltraba,
reconstruyendo en él la historia de la biodiversidad
de nuestros bosques pujantes en la décadas de los
años sesenta.
Las horas transcurrían y mientras lijaba las piezas
de madera, que formarían los pupitres, para luego
charolarlas, debía agitar el garrafón que contenía
una mezcla de alcohol etílico, gomalaca finamente
dividida, para luego proceder a barnizar.
En esos largos periodos, mi mente trataba de de-
scifrar como en la historia bíblica que remachaba
la maestra de religión asociada con la tentación de
comer la manzana, de Adán y Eva, se transformaba
en el pecado mortal de los humanos para no lograr
el ascenso virginal al reino de los cielos.
¿Por qué tenía que confesar mis pecados? Ir-
restrictamente en Semana Santa, si realmente lo
único que hacía era calmar mis feromonas, dis-
frutando de placeres lúdicos infinitamente mara-
villosos. Pero lo que más me angustiaba era cómo
poder comprender que nuestra madre Gaia, para
lo Griegos, Pachamama, para los Incas y Iriria para
los Bribris, se había creado en siete días.
Estos desasosiegos me condujeron a explorar la
clasificación de los minerales y las rocas que con-
stituyen la corteza terrestre, a visitar tajos, ríos,
volcanes, vagones de ferrocarriles y, sin duda, a
merodear la bodega, que en el solar mantenía mi
abuelo materno Hipólito Alvarado Guzmán, en con-
cepción de Río Grande de Atenas, quien fue minero
en la Minas del Aguacate en los años 40 del siglo
XX; en ella conservaba una cantidad significativa
de materia que en conglomerados brillantes como
la pirita u oro de los tontos, hacían resplandecer
mis ojos, como si fueran prismas que recorrían la
historia del universo.
Sin duda, a partir de este análisis de los elementos
químicos, pretendía comprender el origen del pla-
neta, fundamentado en las reacciones ocurridas en
el interior de estas.
Por estas razones, cuando de regreso a mi casa, en
19
la monotonía del recorrido en el tren, entre la estación
de Río Grande de Atenas y Ciruelas, por la ventana
de madera del vagón, no dejaba de mirar, aquel-
los potreros repletos de piedras, que simulaban en
mi mente, miles de años atrás lagunas volcánicas y
rocas fosilizadas, que ordenaban mis sueños, y en
estos aparecían los dinosaurios, que antecedieron
hace 65 millones de años, a los mamíferos y a la apa-
rición de los primeros primates.
En fin, terminé armando cajitas en cartulina blanca,
divididas en secciones de 16 compartimientos, y en
cada una de ellas, un algodón servía de base para la
colocación de las rocas y minerales clasificadas de
acuerdo con su nombre, en las librerías de Alajue-
la; se vendían colocadas en sus vitrinas, seduciendo
casualmente el origen del cosmos.
Hasta ese momento de mi vida, no era consciente sin
querer, que había desafiado el paradigma mecani-
cista, que reconoce la teoría, según la cual el univer-
so era verdaderamente un enorme sistema mecánico
que funcionaba conforme a las leyes de movimiento
newtonianas y la lógica de Newton era la teoría fun-
20
damental de los fenómenos naturales.
En este sentido, mi experiencia de vida y la moti-
vación del Doctorado lo recapitula Assmann, cuando
plantea que aprender es una propiedad emergente
de la auto organización de la vida y esboza que el
conocimiento surge como una propiedad auto-or-
ganizativa del sistema nervioso acoplado a su medio
ambiente, presentando así su visión epistemológica
del aprendizaje. (Assmann, 2002; Lazlo, 2004).
Esta visión retrospectiva de la vida, refuerza a aquel-
los saberes que no son validados académicamente,
que están excluidos del mundo universitario o de la
escuela. Promueve, por tanto, la ecología de los sa-
beres y relegando el rol burocrático que ha caracter-
izado la gestión académica.
Desde el modelo educativo de la Universidad Técni-
ca Nacional, el humanismo científico se concibe
como la visión mundial de entendimiento, capaz de
integrar científicamente las leyes naturales y el con-
ocimiento creciente del mundo que nos circunda
(Wilson, 2006).
Figura N°8: Estación del Ferrocarril al pacífico, Rio Grande de Atenas.

21
Figura N°9: Primer Grado, Escuela Ascensión Esquivel Ibarra, Alajuela. 1968.

22
La UTN se apropia del paradigma humanista-Científ-
ico, primeramente para conciliar su naturaleza y la
relevancia que se atribuye en todas sus dimensiones,
así como para alcanzar una formación auténtica-
mente humanista, desde la configuración de los pro-
cesos y prácticas educativas, de planes de estudio,
de las acciones académicas y de la formación pro-
fesional, se sugiere un replanteamiento de la ciencia
que englobe en sí misma aspectos sociales, cultura-
les y humanos. (Perera y otros, 2014, p.9).
Desde esas miradas la construcción de Eco –Cam-
pus, que propicien el desarrollo de comunidades
sostenibles, se convierten en ese nicho ecológico
generador de un entorno que integre, el currículum
universitario en una acción armónica, para ser con-
secuentes con la premisa de partida, en una comuni-
dad en donde todos somos aprendientes.
Así las cosas, en el diseño y ordenamiento del Cam-
pus, la gestión y minimización de recursos, el trans-
porte sostenible, la gestión y ahorro del agua, la cal-
idad del aire, la eficiencia energética, los criterios
ambientales de compras y contratos, la gestión de
áreas verdes, el desarrollo de indicadores ambien-
tales, el control y riqueza ambiental, y el desarrollo,
la Educación y sensibilización ambiental forman par-
te de un sistema que debe integrar la unidad dentro
de la diversidad, para lo cual se ha de incorporar la
dimensión ambiental en el quehacer universitar-
io para la construcción y apropiación de una cultu-
ra ambiental en todos los procesos educativos, que
promueva e integre nuevos valores. Una vez con-
struidos, nos apropiamos y los integramos a nuestra
vida cotidiana.
En conclusión, la herramienta que puede generar
esta metanoia en las mentes humanas es el proceso
educativo, mediante la interpretación y la recreación
de signos, al servicio de la humanidad para lograr ser
individuos con una visión planetaria integral, inclu-
siva, solidaria, fraternal y que sea el amor el punto
de fusión de los sentimientos que en forma de redes
auto organizativas, se convierta en el enlace que une
al sistema de interconexiones que nos integra en la
biosfera como un único ecosistema.
El Eco–Campus, por consiguiente, es un aula abi-
23
erta que conduce al cambio, el silencio que consti-
tuye los signos comunicativos que se expresan en la
acción de la cotidianidad, intercambiando esa en-
ergía en forma de simbiosis en el nicho ecológico,
en un ambiente de interaprendizaje entre emisores
y receptores, hacia la construcción de comunidades
sostenibles. Este es un proceso que reconoce va-
lores y aclara conceptos, con el fin de fomentar las
destrezas y actitudes necesarias para comprender y
apreciar las interrelaciones entre el ser humano, su
cultura y su medio biofísico; entraña la práctica en
la toma de decisiones y en la propia elaboración de
un código de comportamiento con respecto de las
situaciones relacionadas con la calidad del entorno
inmediato del ciudadano (UNESCO-UICN, 1970 cit-
ado por Curiel, 1997:6)

24
Figura N°10: Jardines, inspiración de vida, Sede Central, UTN. 2015.

25
Figura N°11: El Bosque Sa-Ka- Mina, es un reflejo del compromiso en materia de sostenibilidad ambiental,
un aula abierta a la expresión sensorial, de la autopoiesis de la vida, Sede Central, UTN. 2016.

26
1.2 Convivencia grupal, huellas episte-
mológicas.

Desde mi convivencia grupal doctoral, delibera-

mos en nuestro grupo denominado Fractales, que la
epistemología no se explica, se aplica… es la guía
intencionada (no necesariamente estructurada)
que dirige los procesos de encuentro, reencuentro y
desencuentro en una investigación rizomática (pal-
abra que nos hace sentir-nos parte y ser, que inició
en un momento de nuestra experiencia de vida del
Doctorado y que en el reír, lenguajear, sentir, estar
y existir, en el soñar y disoñar, en el jugar y el no ju-
gar, desde nosotras y nosotros mismos, hemos in-
tentado construir),que pretende asumir la comple-
jidad como propia: un abordaje de acercamiento a
las realidades, las experiencias y las vivencias del
individuo-especie-sociedad.

Una epistemología de la complejidad propondría

un abordaje que tiene como misión integrar diver- Figura N°12: Rizoma, grupo Fractales, 2015.

sos elementos de pensamiento que posibiliten la

generación de formas alternativas de conocimien-
27
to, de renovados nichos de aprendizaje, de nuevas
ecologías cognitivas para la masificación y profun-
dización de los saberes que podemos encontrar dis-
persos en diferentes formas de expresión social.
El sujeto cognoscente, que en sí mismo es complejo,
se encuentra inmerso dentro de un sistema eco-an-
tropo-socio-cultural-cósmico-histórico, y tiene que
adaptarse a su medio ambiente del cual obtiene ma-
teria, energía, información y organización; por ello,
se considera como un ser auto-eco-organizador,
realidad que permite desprender la idea comple-
ja central: “toda autonomía se construye en y por
la dependencia ecológica” (Morin, 1994, citado por
Juárez y Combini, 2012).
Por otra parte, la complejidad del pensamiento, así
como la reconstrucción de las realidades por el suje-
to cognoscente, lleva a la consideración de la trans-
disciplinariedad como “camino” y epistemología de
la investigación y del conocimiento, ayudándonos a
penetrar en el conocimiento de la vida y la existen-
cia, que incluyen el ser-sentir-pensar; el desarrollo
humano, la educación y las disciplinas en las que se
28
ha compartamentalizado el conocimiento científico.
De esta manera, el acercamiento que como sujetos
hagamos a las realidades a observar-sentir-pen-
sar-vivir dará cuenta de principios fundamentales
para la de-re-co-construcción del conocimiento:
principios de recursividad organizacional (refundi-
ción), dialógico (unidualidad dialéctica), holo-
gramático (no sólo las partes están en el todo, sino
el todo está en las partes) y de organización sistémi-
ca (relación íntima del todo con las partes y estas con
el todo).
Estos cuatro principios romperían con la episte-
mología clásica de la adecuación objetiva entre
el observador y el o lo observado y plantearían la
cuestión de una mutua implicación e inseparabili-
dad, distinguiendo una unidad dialógica, es decir, de
implicaciones mutuas: “el hombre es espíritu y cere-
bro dentro de una unidualidad compleja”.
La complejidad entonces nos orienta en la búsque-
da del conocimiento e intuimos que la incertidumbre
será la ruta que mayormente navegaremos: “Hemos
 creído que el conocimiento tenía un punto de parti-
da y un término; hoy pienso que el conocimiento es
una aventura en espiral que tiene un punto de partida
histórico, pero no tiene término, que debe sin cesar
realizar círculos concéntricos; es decir, que el des-
cubrimiento de un principio simple no es el término;
reenvía de nuevo al principio simple que ha esclare-
cido en parte” (Morin, 2004, p.1).

Esta epistemología se transforma así, más que en

una forma de conocer, en una manera de sentir. Es
una experiencia amplia en todo sentido, es un sentir
que se inicia en la percepción de lo externo, desde
afuera hacia adentro, pero que al mismo tiempo es
el sentir de los sentimientos; en este caso, de aden-
tro hacia afuera, y que también incluye las interac-
ciones entre ambos tipos de sentires, sin discriminar
ni preferir alguno.

Creemos que estas palabras representan de forma

próxima la complejidad: la complejidad de nuestra
o cualquiera de las realidades posibles. Ese sentir
Figura N°13: Rizoma, grupo fractales, 2015.
desde la percepción de todo aquello que nos rodea,
que interacciona, que intenciona y que ocurre, y que

29
a través de las sensaciones permea nuestros sen-
timientos. Es una estética que alimenta nuestras vi-
das, que nos libera.
La estética da forma al contenido, como el conteni-
do va formando una estética, es una cristalización
de nuestros pensares, haceres y sentires cotidianos.
Este encuentro con lo estético nos convoca a ser
conscientes, a comprender nuestros modos de pen-
sar y la forma de concebir el conocimiento, afectan-
do recursivamente nuestra concepción del saber
ser-conocer- hacer-vivir-convivir.
Esta apreciación nos encamina a dejar de escindirnos
como sujetos de nuestro entorno, a dejar de vernos
sumergidos en realidades que se han querido bau-
tizar con verdades absolutas, linealidades monodi-
mensionales, representaciones dicotómicas y metá-
foras deterministas, reduccionistas del conocimiento
a un conocimiento objetivo.
Así, podríamos pensar que hay muchas estéticas y,
dada nuestra historia, nuestra aprensión del lengua-
je y la construcción de realidades, estaremos habit-
30
uados a separar lo interno de lo externo, a creer que
la verdad es sinónimo de la objetividad, a pensar que
somos únicamente observadores, que el cambio en
la unidad no altera la totalidad. Ahora bien, “elegir
una estética no es un acto menor. Una preferencia
exclusivamente ornamental, implica definir el terri-
torio de existencia posible. Ni más ni menos” (Na-
jmanovich, s.f., p. 5).
Y este territorio tenemos que vivirlo desde una ética
convencida y encarnada de manera tal que dé forma
al contenido y que este también vaya enmarañando
y vislumbrando nuevas estéticas: vivenciales, com-
partidas, multidimensionales, emergidas, morfo-
genéticas, dinámicas, ligadas, enmarañadas, cre-
ativas, solidarias, amorosas, placenteras, de redes,
evolutivas, soñadoras, liberadoras, de rupturas.
Desde esa mirada las Universidades, deben romp-
er su accionar, en la gestión académica tradicional,
lineal, que generación tras generación hemos here-
dado, a lo largo de casi mil años, no se ha produci-
do un cambio importante en la manera en la que el
conocimiento se transmite. Los estudiantes todavía
siguen yendo a los hemiciclos a escuchar a sus pro-
fesores, indica la Señora Louise O. Fresco, Presi-
dente de Wageningem University & Research Cen-
tre. (Universidad de granada, 2015 p. 107)

Se requiere de un nuevo modo de pensar y de produ-

cir conocimiento que integre, respete y sostenga to-
dos los saberes que contribuyen al desarrollo de los
individuos, no solo como personas sino como seres
que forman parte y que están inseparablemente vin-
culados a un territorio común y que viajan en la mis-
ma nave planetaria. En otras palabras, significa que
la educación, que desde mi punto de vista, es algo
mucho más complejo y profundo que la formación,
necesariamente tiene que ser ecológica y transdis-
ciplinar. (Moraes, 2010)

Es importante considerar la ruptura del concepto ha-

bitual del Aula, del profesor tradicional, en una rel-
ación de poder unidireccional, que limita la posib-
ilidad de generar una sinergia de cooperación, de
análisis colectivo, participativo, inclusivo, sin poder
Figura N°14: Estudiantes de la generación 2014, Doctorado Universidad la Salle,
visualizar y experimentar el contexto real, no desde desarrollando, estrategias de mediación pedagógica, grupo fractales, Barva. 2015.

la visión del profesor, sino que interviene la partici-

31
pación del aprendiente, validando su propia realidad.

Abrir los sentidos, interpretar y contextualizar cómo

vivir en la cotidianidad que es la vida misma, requi-
ere de provocar un salto que permita cambios, en
nuestro accionar en la institucionalidad de las entes
que gobiernan nuestros destinos y que la linealidad
de sus políticas fragmentadas y corruptas, cambien
para que propicien una metamorfosis en los sistemas
económicos, sociales, culturales, políticos, ecológi-
cos; y es precisamente con la educación donde ese
proceso dinámico, reflexivo, cambiante, de la trans-
formación del ser humano, debe lograr ese salto, en
la denominada sociedad de la información, susten-
tada en la economía del conocimiento, para que los
seres humanos actúen a favor del ambiente para la
transformación de la sociedad y validen el desarrollo
inteligente de sus comunidades.

Por estas razones, esas alteraciones deben influir a

cada uno de los actos de nuestras vidas y permear
una sinergia, partiendo de nuestra familia, como
Figura N°15: Estudiantes de la carrera de Ing. Salud Ocupacional y ambiente, UTN.
núcleo fundamental, continuando con nuestras rel- Estrategias de mediación pedagógica, Curso de Evaluación de Impacto Ambiental. Jardín
botánico Iriria, Rio Cuarto de Grecia. 2015.
aciones con nuestros vecinos, en la comunidad que

32
compartimos nuestro nicho ecológico y, sin duda,
repercutiendo en el accionar de nuestro trabajo di-
ario. Recordemos que somos ciudadanos planetari-
os, que compartimos una sola biosfera, en una casa
común, que es nuestro planeta Tierra en una comu-
nión infinita con el cosmos.
La consolidación del Eco- Campus pretende con-
vertirse en nichos ecológicos, que generen esas co-
munidades sostenibles. En fin, los saberes desde
la cotidianidad, como el gran ecosistema que es la
biosfera que nos permite aprender, desaprender y
volver a aprender.
Se parte de varios conceptos del doctorado, que son
fundamentales para comprender, el salto hacia una
educación, sin ataduras, libre, creativa de auto or-
ganización, de participación grupal, interconectadas
en redes, interdisciplinaria y transdisciplinar y que
propicie una armonía entre una comunidad en el cual
todos somos aprendientes, por ejemplo el concepto
de ecología cognitiva; ha de propiciar un clima para
vivencias del estar aprendiendo.
En este conjunto de actividades, se incorpora tam-
bién lo que se conoce como cognición ecológica,
que nos permite entender el equilibrio dinámico de
la naturaleza, comprender su sistematicidad abierta,
las interrelaciones que se dan para que exista precis-
amente este equilibrio dinámico, que da, mantiene y
es la vida en un ecosistema global: GAIA.
Quisiera incorporar, una frase de Edgar Morin, que
planteó en la ceremonia de apertura, en el Congre-
so Internacional realizado en la ciudad de México,
denominado Todos los saberes, actividad que formó
parte de la pasantía que es requisito de graduación
del doctorado, mediante una grabación realizada el
domingo 5 de junio a las 8:11 a.m. 2016, Paris Fran-
cia y que fue reproducida documentalmente, y co-
municada vía internet, por su persona en virtud de
que por problemas de salud físicamente no pudo
acompañarnos.
“La misión que ustedes conocen muy bien y me
parece cada vez más vital en nuestros tiempos ag-
itados y de confusión intelectual, de pensamiento
unilateral, de conocimiento fragmentado, la misión
33
 fundamental es luchar contra esa fragmentación,
que es la que permiten los métodos del pensamiento
y del conocimiento complejo de elaborar una misión
que pueda reconocer todos los rasgos el máximo de
rasgos que se puedan conocer, de reunir el cono-
cimiento complejo de los problemas de nuestro ti-
empo problemas de cada persona de la vida privada,
problemas de la vida de un ciudadano, problemas de
nuestro planeta de nuestra humanidad”.

Figura N°16: Afiche, Congreso Internacional Académico. Homenaje a Edgar Morín. Distrito
Federal, México. 2016.

34
1.3 Del mecanicismo a la incertidumbre.
Esa noche era tan oscura, que el jinete dependía de
los haces de luz que desde el espacio infinito se fil-
traban por la bruma que cubría, como en forma de
manto, el bosque tropical muy húmedo. Las gotas
del rocío, representando un prisma, permitían que
las longitudes de onda, fueran capturadas discrim-
inadamente, por el ojo del animal.
Así, ambos se enrumbaban, con paso firme y certe-
ro hacia la casa del viejo, construida en madera, en
dos niveles inserta al final del paradero y en donde
el silencio se confundía con el sonido del arroyo
que servía como línea divisora de su colindancia. De
pronto como un relámpago, una yegua en celo, salta
sobre el garacho, quien respondió con energía y el
hombre abrumado por el cortejo, por el aire salto a
tierra firme.
Agobiado por la incertidumbre de la existencia y mi-
nado por la caída, en un instante, logro ponerse de
pie y a lo lejos entrelazado por las ramas de los ár-
boles, observó en la habitación, la sombra de la luz y
pensó el abuelo aún tiene encendida la candela.
La fantasía, simulando una línea visual permitía, se-
guirse con seguridad como si fuese un camino, es así
como ese fantasma, diría Sir Isaac Newton, pese a la
obscuridad, fue captado y procesado por el ojo hu-
mano.
Al final, por las hendijas de las tablas, esgrimiendo
como una guía los fotones que en forma de partícula
y onda se deslumbran, armonizando la estructura de
la morada, el fantasma, fundamentado en el princip-
io de la dualidad, según la ecuación de Broglie, ha
garantizado, el reencuentro familiar, entre el viejo
Antonio y su hijo. Son esos haces de luz, expandidos
en un universo, vivo, consciente, vacio y en constan-
te vibración y expansión, la clave y comprensión del
cosmos. Esa materia, contiene los mismos elementos
que las plantas, estrellas, galaxias y la propia vida.
Desde Tales de Mileto, (600 a.C), Empédocles de
Agrigento (460 a.C), Demócrito de Abderal (430
a.C), Newton (1687), Boscovich (1760), Dalton
35
(1808), Faraday (1820), Mendeleev (1870), Ruther-
ford (1911), Einstein (1955), Bohr (1962).
La materia, el átomo como elemento invisible e indi-
visible, se convierte en el corpúsculo elemental de la
discordia, entre la ciencia y la tecnología, así como
entre el misticismo, el esoterismo y el oscurantismo;
en síntesis, los grandes desafíos humanos, que aún
pese al descubrimiento de la partícula divina, y reci-
entemente el bosón de Higgs, demuestran esos re-
tos infinitos, antagónicos, cínicos y contradictorios,
por los cuales la humanidad ha forjado su ruta.
Ese camino entre la física clásica y la mecánica cuán-
tica, que permite la comprensión de los fenómenos
que solo pueden entenderse viendo el mundo sub-
atómico, no como un conjunto de piezas, sino como
una red de relaciones, lo que Niels Bohr plantea en
su teoría quanta. “Nada en particular puede decirse
que existe en un lugar fijo porque todo se halla sum-
ergido en un mar de posibilidades”. (Zohar, 1996, p.
22).
Debe ampliarse a la otra gran teoría de la física del
36
siglo XX, la relatividad einsteniana, la cual encontró
paradojas en el mundo macroscópico, la materia no
es más que una forma de energía comprimida, y que
el tiempo y el espacio son mutuamente interdepen-
dientes, en su famosa ecuación matemática, la en-
ergía es igual a la masa por la velocidad al cuadrado.
(E: MV2)
Entre el paradigma tradicional de Newton, que
planteaba el modelo mecánico y la ruptura hacia el
principio de la incertidumbre de Heisenberg, se de-
muestra como la teoría cuántica había revelado la
interdependencia del mundo físico, y la relatividad
desveló su dinamismo.
Como lo exterioriza la frase del literato, D. H. Law-
rence (1885-1930), quien se interesó mucho en los
efectos deshumanizadores de la sociedad moder-
na.“Me gusta la teoría de la relatividad y la cuánti-
ca porque no la entiendo, porque hacen que tenga la
sensación de que el espacio vaga como un cisne que
no puede estar quieto, que no quiere quedarse quie-
to ni que lo midan; porque me da la sensación de que
el átomo es una cosa impulsiva, que cambia siempre
 de idea.” (Lederman y Teresi, 1993, p. 10)

Esa ardua comprensión de una teoría, que pese a

su rigurosidad científica, ha contribuido a evolucio-
nar la forma de vivir de la humanidad, ha sido sujeta
de hipótesis diversas, que por el contrario pareciera
confunden las sapiencias modernas y a cada inter-
pretación un universo infinito se aproxima menos a
la verdad. Como lo esboza Stephen Hawking, físico
teórico, cosmólogo y divulgador científico británi-
co. “El universo es lo que es, porque fue lo que fue.”
(Lederman y Teresi, 1993, p.565).

Esta reflexión nos sitúa a cuestionarnos posterior al

descubrimiento del Bosón de Higgs, de igual forma
conocida como la Partícula de Dios. ¿Qué continua?
¿Es que acaso la humanidad se transformó mental y
espiritualmente para ser más solidarios, inclusivos,
y comprender que existe un único planeta, que es
nuestra casa común?

Si el deseo insistente del Homo Sapiems, mediante la

Figura N°17: Principia, es una obra publicada por Isaac Newton el 5 de julio de 1687.
evolución de la ciencia, es descubrir nuestro origen,
pareciera como lo explica, Leonardo Boff, en su libro

37
la Opción Tierra (2008), “ésta necesitó diez millones
de años para rehacerse en su incontable biodiver-
sidad. Pero como (Gaia), refiriéndose a la Tierra, es
un súper organismo vivo mostró una gran resiliencia,
es decir una gran capacidad de soportar impactos
y convertir las catástrofes en oportunidades, para
hacer surgir nuevas formas de vida y nuevos reajust-
es en los ecosistemas.
Fue a partir de este desastre cuando surgió la posib-
ilidad que sobrevivieran los mamíferos y en conse-
cuencia apareciera la especie humana. Más tarde
como Homo sapiens, evidenciará, junto a una in-
creíble creatividad, una tan desmedida capacidad
destructiva que podría equiparársele a un meteoro
rasante”. (Boff, 2008, p. 23)
speto, la inclusión y el amor; por ende, una pasión
desmedida por salvaguardar la continuación del ho-
gar que es el planeta Tierra, su naturaleza y la inter-
relación con el cosmos.
Este postulado en los inicios del siglo XXI, continúa
de manera racional influenciando las diversas for-
mas de pensar e incide en el inconsciente colectivo
de la humanidad, para que se asuman posiciones
que logren visualizar planteamientos integrales y
sistémicos para la solución de la crisis ambiental,
social, política, económica, educativa y de valores
que atraviesa el planeta Tierra; por el contrario, se
agudizan las propuestas que fragmentan esta visión.

Esta premisa de partida obliga a reflexionar sobre la

actitud que deben asumir los seres humanos, rela-
cionada con la necesidad de modificar sus conduc-
tas de vida y participar juntos en la edificación de
un nuevo paradigma, que permita la generación de
acontecimientos, que favorezcan una cultura de va-
lores asociados a la solidaridad, la tolerancia, el re-

38
1.4 De la incertidumbre, hacia la construcción de los ecosistemas, y que se cobra diariamente esta
de un nuevo paradigma, en relación con la factura.

dimensión ambiental.
Por consiguiente, la primera interpelación es dar re-
spuesta a cómo los seres humanos, en la compleji-
dad de culturas y naciones, que caracterizan el glo-
Los magnos avances de la física moderna y de la bi-
bo terráqueo, comprenden el concepto asociado al
ología, proyectan la complejidad, la incertidumbre, el
nuevo paradigma, en relación con la dimensión am-
caos, como elementos clave para abordar el laberin-
biental.
to de los fenómenos que caracterizan el accionar de
la vida, en la madre GAIA. “Pachamama”.
Esta consideración epistemológica, se aborda me-
diante el pensamiento del Filósofo y científico es-
Estos son esenciales de comprender para consid-
tadounidense Thomas Kuhn, el cual la define como
erar al Planeta, como un sistema único, entrelaza-
una constelación de logros, conceptos valores y
do y dinámico que, junto con la materia viviente, la
técnicas, compartidas por una comunidad científi-
atmósfera, los océanos, forman ese procedimiento
ca y usados por esta para definir problemas y solu-
complejo, integrado que tiene todas las formas típi-
ciones legítimas.
cas de auto organización; por ende, generan socie-
dades con una compleja red de relaciones, que han
Los distintos paradigmas según Kuhn, se suceden
sido impactadas de forma indiscriminada.
tras rupturas discontinuas y revolucionarias llama-
das cambios de paradigma; si se amplía este con-
Esto ha ocasionado una huella irreversible que se tra-
cepto al de paradigma social, el mismo autor lo con-
duce en una deuda que se ha construido generación
sidera como una constelación de conceptos, valores
tras generación al sacudir a la naturaleza sin límites
percepciones prácticas compartidas por una comu-
a nivel del aire, del agua, del suelo, de los océanos y
39

Figura N°18: El maestro Leonardo Boff, el rector Marcelo Prieto,
auditorio de la Sede Central, UTN. 2014.
40
nidad, que conforma una particular visión de la real-
idad que, a su vez, es la base del modo en que dicha
comunidad se organiza. (Capra, l998).
Conforme al planteamiento anterior, esto explica la
confusión reinante entre lo que corresponde al anti-
guo paradigma en relación con lo nuevo, lo innova-
dor, lo que forja la diferencia, al proponer o construir
sociedades sostenibles, amigables, inclusivas, tol-
erantes, holísticas, sistémicas, caórdicas, integra-
das en complejas redes de autorganización.
Esto es esencial de percibir en virtud de que por la
naturaleza del conocimiento científico tal y como
queda descrito por Kuhn, se hace comprensible el
hecho de que en determinados momentos históricos
coexistan dos o más paradigmas.
Durante el presente siglo, el cambio desde el para-
digma mecanicista al ecológico se ha producido en
distintas formas, a distintas velocidades, en los di-
versos campos científicos. No es un cambio uniforme.
Engloba revoluciones científicas, contragolpes y
movimientos pendulares. (Capra, 1996)
En esta indagación de ideas, se debe puntualizar que
las evidencias sobre el impacto en las poblaciones
humanas y, por ende, sobre el planeta, indican que
la ruptura hacia una transición de una economía soli-
daria, más justa y equitativa debiera ser el primer reto
a vencer; otro es el concepto de postura antropocén-
trica, en relación con la manipulación indiscriminada
de la Naturaleza, que la despoja de esa organicidad y
la ve como un conjunto de elementos, algunos vivos
y otros no, que podían ser manipulados y manejados.
Esta premisa de partida del ser humano, como dueño
y señor del universo, nace de la idea que la Naturale-
za ofrecía todos los recursos necesarios, y que este
debía controlarla y manipularla; esa es una visión
que se inicia en el Renacimiento con las ideas sobre
el conocimiento de F. Bacon, R. Descartes y sus se-
guidores.
Esta posición evidencia su mayor expresión en la
dominación desde el siglo XVIII de la denominada
Economía de Mercado, que considera sus principios
en la oferta y la demanda, la cual lo suscribe en el
mal llamado progreso y crecimiento.
Este “movimiento económico progresivo” es una for-
ma de “crecimiento perpetuo” y es mediado por el
dominio “ilimitado del hombre sobre la naturaleza”.
Esto implica, según el documento final de la Confer-
encia realizada en el año 2012 en Brasil, denominada
Río + 20, la generación de algunas críticas entre los
pensadores más influyentes en el ámbito mundial,
como lo es el ecuménico brasileño Leonardo Boff,
quien considera, por la no asistencia de los líderes
mundiales más destacados como Obama, Camer-
on o Merkel, a esa cumbre, que “están más preocu-
pados por salvar los bancos y las finanzas que por
cuidar la madre Tierra” y su cortedad de miras no les
permite tomar conciencia de la dimensión de la crisis
global en que se encuentra el mundo actual.
A partir de la premisa de que las sociedades actuales
plantean un sistema abierto de auto organización,
en el cual estas se reproducen a sí mismas, según lo
plantea Richard N. Adams, en su libro El Octavo día,
la segunda ley de la termodinámica, la entropía se
basa en la red de los sistemas evolutivos, articulando
los elementos de su análisis de la sociedad en clave
energética para traducirlos en modelos de investi-
41
gación de campo.
Este balance de masa y energía que caracteriza los
sistemas de producción modernos, en consumos de
alta o baja entropía, son los detonantes que esas or-
ganizaciones en diferentes niveles de integración,
iniciando desde la unidad doméstica, pasando por
el grupo local, la provincia, el estado, la nación y,
por último, la comunidad global, se integran en dif-
erentes jerarquías que se estructuran coaxialmente,
en grupos de complejidades étnicas, sociales, cul-
turales; esto genera una competencia natural para su
sobrevivencia, que conduce a que el ciclo se repro-
duzca de nuevo, al crearse nuevas sociedades que
se auto organizan y se reproducen a sí mismas, me-
diante distintas formas de organización social, que a
su vez reproducen formas independientes de pens-
amiento.
Estas formas de conocimiento deben emular, culti-
var una nueva actitud en las personas y en los gru-
pos, una nueva forma de acercarse a la naturaleza,
no expoliadora, no manipuladora y además explicar
públicamente los rasgos de esta actitud. Los con-
42
sumidores no son soberanos, pero tampoco están
determinados. Gozan de autonomía condicionada
y, precisamente por eso, les cabe asumir junto a sus
iguales la responsabilidad de qué se consume, para
qué y quién consume.
Por lo anterior, es esencial el desarrollo de una ética
responsable, que exalte los valores del medio ambi-
ente y los deberes hacia él, centrada no en el antro-
pocentrismo, sino en la naturaleza y, por ende, en el
ser humano inserto como uno más, con una interde-
pendencia entre todos los seres y lugares del plane-
ta.
Por estas razones, el rol de los empresarios, gober-
nantes, sociedad civil y, especialmente, las universi-
dades, es fundamental en la creación de estrategias
que permitan definir un nuevo concepto de organi-
zación, despojarse de lo antiguo, una mente abierta,
dispuesta al cambio. Se han de desarrollar modelos
de investigación, que utilicen métodos de producción
y materias primas, en concordancia con la utilización
de tecnologías limpias, renovables, que favorezcan
la sostenibilidad del planeta y que utilicen, como
forma de partida, los principios de organización de
las comunidades ecológicas (Ecosistemas).

Con esto se crean “Comunidades Sostenibles”, que

parten de la premisa de lograr satisfacer las necesi-
dades y aspiraciones del presente, sin comprometer
las necesidades de las generaciones futuras. Este
concepto promovido por la Organización de las Na-
ciones Unidas, (1987) se fundamenta en el informe
Gro Harlem Brundtland, (ex Primera Ministra Norue-
ga) y cuyo propósito era el de analizar las políticas
de desarrollo económico global, para desarrollar
políticas en materia de desarrollo sostenible.

Como lo expresa la profesora Antonia

Nemetb-Baumgartner, en su obra Macrometanoia.
“Si continuamos persistiendo en pensar y actuar con
la vieja mentalidad, si continuamos creyendo que
un gene tiene un solo rasgo, que una nación tiene
una sola identidad soberana, y que el planeta es el
contenedor de todo el sistema vivo, continuaremos
los genes, las naciones y la biosfera hasta llegar
Figura N°19: Anfibios, biodiversidad, los más vulnerables al cambio climático.
con nuestro empecinado ingenio a provocar su ex- Jardín Botánico Iriria, Rio Cuarto de Grecia. 2014.

tinción”. (Nemetb, 1994, p. 135)

43
2. PROBLEMÁTICA, AMBIENTAL GLOBAL.

44
 Figura N°20: “La tierra no pertenece al hombre; el hombre pertenece a la tierra. Esto lo sabemos, todo va enlazado, como la sangre que une a una familia.
Todo va enlazado. Todo lo que le ocurra a la tierra, les ocurrirá a los hijos de la tierra. El hombre no tejió la trama de la vida; él es sólo un hilo. Lo que hace con la trama se lo hace a sí mismo.”
Noah Seattle 1854, Indígena Piel Roja Norteamericano.

45
Laudato si’, mi’ Signore Alabado seas, mi
Señor »
Cantaba san Francisco de Asís. En ese hermoso cán-
tico, nos recordaba que nuestra casa común es tam-
bién como una hermana, con la cual compartimos la
existencia, y como una madre bella que nos acoge
entre sus brazos: « Alabado seas, mi Señor, por la
hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta,
y gobierna y produce diversos frutos con coloridas
flores y hierba ».
está nuestra oprimida y devastada tierra, que « gime
y sufre dolores de parto » (Rm 8,22). Olvidamos que
nosotros mismos somos tierra (cf. Gn 2,7). Nuestro
propio cuerpo está constituido por los elementos del
planeta, su aire es el que nos da el aliento y su agua
nos vivifica y restaura.
1 Cántico de las criaturas: Fonti Francescane (FF)
263

Esta hermana clama por el daño que le provocamos a

causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes
que Dios ha puesto en ella. Hemos crecido pensando
que éramos sus propietarios y dominadores, autor-
izados a expoliarla.

La violencia que hay en el corazón humano, herido

por el pecado, también se manifiesta en los sínto-
mas de enfermedad que advertimos en el suelo, en
el agua, en el aire y en los seres vivientes. Por eso,
entre los pobres más abandonados y maltratados,
46
 Nocturno sin
patria

Yo no quiero un cuchillo en manos de la patria.

Ni un cuchillo ni un rifle para nadie: la tierra es

para todos, como el aire

Me gustaría tener manos enormes, violentas

y salvajes, para arrancar fronteras una a una y

dejar de frontera sólo el aire.

Que nadie tenga tierra como tiene traje: que

todos tengan tierra como tienen el aire.

Cogería las guerras de la punta y no dejaría una

en el paisaje y abriría la tierra para todos como

si fuera el aire...

Que el aire no es de nadie, nadie, nadie, y todos

tienen su parcela de aire.

Figura N°21-22: Tala indiscriminada de árboles, zona de Sarapiquí siembra de piña y deforestación para siembra de café,
Jorge Debravo
cerros de Escazú, Palmichal de Acosta. (2008-2016)

47
Figura N°23: Humedal, Jardín Botánico Iriria, Rio Cuarto de Grecia. 2017.

48
 Mis resonancias, El carril, que orientaba el pasaje de tier- tras siembro los árboles que consolidan

con Sa-Ka-mina, Gaia, ra, era tan angosto, que solo permitía la mi arboreto, comprendo como el silen-

Pachamama, Iriria. marcha de un caminante, entre la espe- cio del tiempo en la materia y el espacio,
sa vegetación. me unen en una asociación infinita que
trasciende el entendimiento humano.

El bosque tropical muy húmedo, real- De pronto en el imaginario retrospecti-

mente se encontraba virginal, la mano vo, la cuesta, el rancho de los Morera, Y los bejucos, el cuyeo y el humedal,

del depredador con rostro de humani- el suampo, el humedal, los bejucos que pese a la bestia, aún me acompañan.

dad, no emergía aún. En el rancho, colgaban de los árboles centenarios, se

afianzados en el piso, cubierto con ho- visualizó a lo lejos en mis sentidos abi- Emmanuel González Alvarado

jas de palma, dormíamos escuchando ertos a la prospección de la vida.

la historia del oso caballo y a la luz de

la luna, impregnaban los haces de luz, Y así en una millonésima de segundo

que dibujaban la noche recóndita de la mi existencia, logró descifrar, esa fuer-

montaña. za de la simbiosis de la energía, que

en forma de redes, interconectada en

Los sonidos del pájaro nocturno el mi ADN, sensibilizaba mis conexiones

cuyeo, nos confundían en la razón del neuronales, acertando la autopoiesis

tiempo y el espacio y así entre el silen- de la vida.

cio natural del entorno circundante, nos

llegó la madrugada y al fin, el día espe- Apenas contaba con ocho años,

rado, para iniciar el camino hacia el rio cuarenta y cinco años atrás, mi vida se

grande, había llegado. había escrito, entre la complejidad de la

biodiversidad y el monocultivo, mien-

49
2.1 Introducción a la problemática ambiental
global.

En el siglo XXI, la humanidad o el conjunto de po-

blación que habita en el planeta Tierra enfrenta
grandes desafíos relacionados con el ambiente, en-
tre otros: el cambio climático, el calentamiento glob-
al, la pérdida de la biodiversidad, la extinción de es-
pecies, los problemas de la destrucción de la capa de
ozono, la acumulación de residuos sólidos y líquidos
en ríos, océanos, ciudades, el manejo irresponsable
de sustancias peligrosas, el impacto en la utilización
irracional de la energía sustentada en los combusti-
bles fósiles, los efectos en las poblaciones humanas
en la contaminación del aire, del agua, del suelo; la
seguridad alimentaria, las explotaciones pesquer-
as y, por ende, la violencia y la falta de salvaguardia
ciudadana, forman parte de ese eslabón integral de
la “sociedad del conocimiento”, que deben enfrentar
los seres humanos día tras día.
Figura N°24: Destrucción de humedales, para la siembra de piña,
Rio Cuarto de Grecia. 2014.
En el año 2009, la Organización de las Naciones Uni-
das declara el 22 de abril como día Internacional de
50
la Madre Tierra reconociendo la interdependencia
entre los seres humanos, otras especies y el pla-
neta mismo. Las Universidades estatales adscritas
al Consejo Superior Universitario Centroamericano
(CSUCA) y el Consejo Nacional de Rectores de Cos-
ta Rica (CONARE) han declarado el 2016 como el
año de las Universidades públicas por la Madre Tier-
ra. Las Universidades públicas desde su ser y que-
hacer, están llamadas a crear una transformación de
la sociedad para generar un ambiente sano y así pro-
mover mayor bienestar social.
Como reflexiona el papa Francisco en su encíclica,
Laudato si: “La conciencia de la gravedad de la cri-
sis cultural y ecológica necesita traducirse en nuevos
hábitos. Muchos saben que el progreso actual y la
mera sumatoria de objetos o placeres no bastan para
darle sentido y gozo al corazón humano, pero no se
sienten capaces de renunciar a lo que el mercado les
ofrece.
En los países que deberían producir los mayores
cambios de hábitos de consumo, los jóvenes tienen
una nueva sensibilidad ecológica y un espíritu gen-
eroso, y algunos de ellos luchan admirablemente
por la defensa del ambiente, pero han crecido en un
contexto de altísimo consumo y bienestar que vuelve
difícil el desarrollo de otros hábitos. Por eso estamos
ante un desafío educativo.” (Vaticano, 2015, p. 159)
Desde esta mirada, las universidades deben reflex-
ionar, sin cuestionamiento alguno y servir de ejemplo,
en la promoción y creación de Eco-Campus y comu-
nidades sostenibles, esa aula abierta ha de propi-
ciar en su currículo, esa criticidad, para comprender,
cómo el paradigma económico prioritariamente, al
que le rendimos pleitesía resulta injusto para la vida:
para los seres humanos, la expoliación que hacemos
de la naturaleza como lo plantea (Hathaway y Boff,
2009, p 32), concentra la riqueza en unos pocos, en
tal extremo, que “el 20% más rico de la población
mundial “gana” en la actualidad aproximadamente
doscientas veces más que el 30% más pobre”. De-
struir entonces no ha significado una búsqueda de
equidad. Para la naturaleza misma, esta expoliación
tampoco tiene sentido, porque nos hemos atrevido a
decidir cuáles especies tienen el derecho a convivir
con nosotros y cuáles no.
51
 Este modelo que rige la economía actual y en donde
estamos inmersos la mayoría de la población huma-
na, nos está llevando a una desaparición de lo que
percibimos hoy en día como la vida en el planeta. La
Vida y la Tierra, como un ente, Gaia, en su auto or-
ganización ha sido capaz de soportar crisis similares
como la caída de grandes meteoros, los ciclos de Mi-
lankovitch, la dinámica geológica con grandes emi-
siones de gases y ceniza a la atmósfera entre otros;
cataclismos que causan cambios en la temperatura
promedio de la superficie de la Tierra acabando con
la mayor parte de las especies vivientes que existen
al momento de ocurrencia de la catástrofe.

Para Gaia como unidad de vida, los seres humanos

violamos sus principios eco-sistémicos que permit-
en el equilibrio dinámico, que al fin y al cabo también
es nuestro; por lo tanto, lo hacemos con nosotros
mismos. Que la vida quiera desaparecer a la misma
vida, es nuevo en la historia de Gaia y la economía
está jugando un papel muy importante en este pro-
ceso. Se nos ha olvidado que el ser humano puede
Figura N°25: Caricatura, dicotomías entre abundancia y precariedad.
si quiere ejercer su libertad de manera positiva y ar-
moniosa dentro de la comunidad de vida, como un

52
Figura N°26-27: Antes y después de la explosión nuclear en Hiroshima, resiliencia. Museo conmemorativo de la Paz, Hiroshima, Japón. 2012.

53
Figura N°28: Madre tierra.

54
miembro más de la misma, y no como aquel que tiene
poder y dominio sobre la Naturaleza; actitud sober-
bia en contra de la vida, que se refleja en las condi-
ciones a que nos ha llevado una economía basada
en la extracción, en la creación de riqueza de forma
irresponsable, en la disparidad, en la calidad de vida
de los seres humanos.
Este antropocentrismo, que ha caracterizado el ac-
cionar de los seres humanos, es contrario al principio
de organismo viviente, que es nuestra casa común.
Al contar con un patrimonio natural limitado, con re-
cursos finitos y no todos renovables, y si le adicio-
namos una Población que supera actualmente los
7.400 millones de Homo Sapiens, nuestros accionar,
debe considerar que las formas en que se utilizan y
distribuyen los mismos, no han de seguir patrones de
consumo sin límites, sin que exista un compromiso
para que las futuras generaciones puedan disfrutar,
en paridad de condiciones, nuestro hogar al igual
que la descendencia que nos antecedió.
Desde la antigüedad, la imagen de la tierra como un
organismo vivo, femenino, madre nutriente, sirvió
como un freno cultural que restringió las acciones de
los seres humanos. Uno no está dispuesto a matar a
la madre, ni a cavar en sus entrañas en busca de oro,
o mutilar su cuerpo. Mientras la tierra se considerara
viva y sensible se consideraría una falla del compor-
tamiento ético humano realizar actos destructivos
contra ella.
Estos frenos culturales desaparecieron con la me-
canización de la ciencia. La visión cartesiana del uni-
verso como sistema mecánico proveyó un permiso
“científico” para la manipulación y explotación de la
naturaleza, de lo femenino, que se ha hecho típica de
la cultura occidental.
De hecho, el mismo Descartes compartió la visión de
Bacón de que el propósito de la ciencia era el domin-
io y control de la naturaleza, afirmando que el cono-
cimiento científico podría usarse para “convertirnos
en dueños y poseedores de la naturaleza”
Existe evidencia empírica fundamentada que nos
dice que los problemas relacionados a la contami-
nación del planeta tierra y su impacto forjado por una
55
colectividad que utiliza los recursos del patrimonio
natural sin límites, son producto de una economía
salvaje y un consumo excesivo de parte del Homo
Sapiens, llevado a los límites en el cual no hay equi-
librio entre necesidades y deseos y recursos.

Las Universidades públicas, conscientes de esta re-

alidad, desde el Plan Nacional de Educación Superior
Universitario Estatal emitido por el Consejo Nacional
de Rectores CONARE, se establecen el objetivo de
vincular y gestionar el quehacer universitario con ac-
ciones orientadas al desarrollo sostenible. (Consejo
Nacional de Rectores, 2011).

Siendo consecuentes con la Conferencia Mundial

sobre Educación Superior realizada en el año 2009,
en Paris Francia, por la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UN-
ESCO), se hace un llamamiento sobre la responsab-
ilidad social de la Educación Superior y a ejercer un
liderazgo en materia de creación de conocimiento
para abordar retos mundiales asociados al desarrol-
Figura N°29: Comisión de educación ambiental, de las Universidades públicas de Costa Rica.
lo sostenible. CONARE, acompañados por funcionarios de la Carta de la Tierra, Universidad de la Paz.
2016.

56
2.2 Economía y ambiente.
La economía como sustento de los sistemas de pro-
ducción y distribución, es sin duda la clave que nos
permite contar como punto de partida, para valorar
la situación actual y su impacto en las comunidades
humanas y los ecosistemas. Denomínese Economía
Neoclásica, Ambiental, de los Recursos Naturales, lo
cierto es que las condiciones impuestas por el mer-
cado en las políticas financieras globales, así como
las externalidades argumentadas en la definición de
indicadores que tratan de justificar la compensación
del daño ambiental, reflejan que realmente no existe
una voluntad planetaria para lograr una calidad de
vida justa e inclusiva.
Es importante reflexionar sobre la relación existente
entre el sistema económico que proporciona los
bienes materiales y servicios necesarios para nues-
tro moderno nivel de vida, sustentado para su so-
brevivencia en el soporte de los sistemas ecológicos
(biosfera). Cabe mencionar que se entiende por un
sistema económico de acuerdo con G. Tyler Miller, Jr.
en su obra Ciencia ambiental, Desarrollo sostenible,
un enfoque integral:
“Es una institución social a través de la cual se pro-
ducen, distribuyen y consumen bienes y servicios
para satisfacer los deseos ilimitados de las personas
de la manera más eficiente posible.” (Miller, 2007, p.
300)
Esta definición sin duda alguna, afirma el plant-
eamiento de los primeros economistas, profun-
damente imbuidos en estas concepciones, que
promovían tanto el progreso material como la apro-
piación de la Naturaleza para hacerlo posible.
Debido a que la economía es un sistema abierto, los
tres procesos básicos (extracción, procesamien-
to/fabricación, consumo) conllevan generación de
residuos que regresan al medio ambiente (aire, agua,
tierra).
Una cantidad excesiva de residuos, considerada
tanto en el espacio como en el tiempo, puede causar
cambios en el medio receptor y cambiar las carac-
57
 terísticas que lo definen (contaminación).

Si esta contaminación perjudica el bienestar huma-

no a través de la salud, la pérdida de servicios rec-
reativos o por cualquier otra vía similar, existe con-
taminación desde el punto de vista económico. Esta
visión antropocéntrica no es sorprendente, porque la
economía es, por definición, una ciencia social y por
ello analiza el comportamiento de variables que in-
fluyen en el bienestar (utilidad) de los individuos que
conforman las sociedades.

El otro concepto asociado a la economía es el de

eficiencia económica; debe considerarse que los
recursos ambientales muestran dos característi-
cas que justifican la necesidad de aplicar el análisis
económico: son escasos y multifuncionales, partien-
do de las externalidades ambientales, en virtud de
que gran parte de los recursos naturales se caracter-
izan por su carácter público, y no son considerados
por las condiciones del mercado.
Figura N°30 y 31: Contaminación por Aguas residuales y residuos sólidos.
Becker y Ostrom (1995) sostienen que un recurso
común se caracteriza por la dificultad de excluir a los

58
beneficiarios y por la rivalidad de su uso (si lo con-
sumo o uso yo, no lo puede hacer otro usuario).
La tragedia de los comunes ha sido usada para rep-
resentar una amplia gama de problemas sociales y
económicos, y entre ellos está presente la gestión de
los recursos naturales ejemplificada en casos como
el pastoreo, la lluvia ácida o la gestión de las pes-
querías (Ostrom, 1990).
Así las cosas, se interpretaría que el valor de cam-
bio como reflejo de las preferencias y los costes de
producción, se igualaría a los conceptos de valor y
precio.
Esto contrasta con el valor ecológico, el cual más
bien puede estar en función del no uso de la mate-
ria, es decir, de su preservación; como ocurre con
los servicios de soporte de la vida que suministra la
biosfera. Si el consumo es la “destrucción del pro-
ducto”, esto sugiere la posibilidad de distinguir entre
el “valor de uso” y el “valor ecológico”.... es una de-
terminación que se corresponde a la cosa como tal,
por ser real, natural, momento del cosmos... fruto de
la naturaleza” (Dussel, 1993: 56,57).
En relación con el valor de uso, uno de los principales
problemas de la utilización de la energía a nivel glob-
al, en el caso de los Estados Unidos, está asociada a
las pérdidas, que se estiman en el orden del 84%, de
las cuales el 41% se pierde por la degradación de la
calidad energética, impuesta por la segunda ley de la
termodinámica (Siempre que la energía se transfor-
ma de una forma a otra, acabaremos con una energía
menos útil que con la que empezamos) y el restante
43% de manera innecesaria.
De ahí que el crecimiento económico y la conservación
ambiental, plantean contradicciones: primer lugar, el
aumento en la renta per cápita tiene lugar a partir
de un mayor consumo de materias primas y energía,
y por tanto se genera más residuos y los problemas
ambientales se agudizan, no obstante, se esperaría
que las mejoras tecnológicas y cambios en las pref-
erencias que acompañan el crecimiento económico
puedan dar lugar que los impactos relativos al cre-
cimiento sean cada vez menores. Dictamina que la
transformación de la energía es única e irreversible,
59
pasando de “energía disponible o aprovechable” a
“energía no disponible” hasta desaparecer (de “baja
entropía” a “alta entropía”).
Si bien la energía no se pierde, fatalmente se trans-
forma en calor disipado que no puede ser utilizado
para transformarse en trabajo mecánico. El concepto
de la entropía es claramente cualitativo y evolucion-
ista.
En otras palabras, la entropía indica la degradación
de la energía, o bien, su paso de energía útil a no
útil. Por tanto, esta ley termodinámica indica que el
aprovechamiento de las cualidades de los recursos
naturales, tiene límites.
En términos económicos convienen niveles bajos de
entropía, ya que los materiales pueden ser transfor-
mados en cosas útiles, con menos inversión de en-
ergía. La baja entropía se asocia a una alta calidad de
los recursos, y la alta entropía a lo contrario, de ac-
uerdo con Tania Hernández Cervantes en su “Breve
exposición de las contribuciones de Georgescu Roe-
gen a la economía ecológica y un comentario crítico”
60
(México ene./abr. 2008).
Así pues y desde el punto de vista de la termod-
inámica, lo que confiere valor económico a la materia
y energía, es su disponibilidad para ser utilizada, por
contraste con la energía y materia no disponible o ya
utilizada, a la que debemos considerar como residuo
en un sentido termodinámico” (Aguilera y Alcántara,
1994: 28, subrayado nuestro, libro Economía para la
vida).
Este orientación de los sistemas de producción, in-
tegrado al desarrollo de la tecnología, se suma a
estos elementos, como bien lo apunta el filósofo
y periodista, austriaco, André Gorz, (Teórico de la
ecología política y el alter mundialismo).
“Como ciencia, la ecología estudia la civilización en
su interacción con el ecosistema terrestre, es decir,
con aquello que constituye la base natural, el con-
texto no (re)producible de la actividad humana.
A diferencia de los sistemas industriales, el eco-
sistema natural posee una capacidad auto genera-
dora y auto organizadora que, debido a su extrema
diversidad y complejidad, le permite autor regularse
y evolucionar hacia una creciente complejidad y di-
versidad.

Esta capacidad de auto regeneración y auto reorga-

nización se ve perjudicada por las técnicas que tien-
den a racionalizar y dominar la naturaleza, a hacerla
previsible y calculable.” (En: «Nuestra nueva socie-
dad, nro.134 noviembre-diciembre 1994, pp. 32-
41).

Nuestros avances tecnológicos, escribe Edgar Morín,

perturban no solamente los ciclos biológicos sino
también los vínculos químicos primarios.

En respuesta, se desarrollan tecnologías de control

que tratan los efectos de estos males mientras se in-
crementan las causas. A partir de aquí, dos aprox-
imaciones son posibles. La primera, basada en el
estudio científico del ecosistema, busca determi-
nar científicamente las técnicas y los umbrales de
Figura N°32: Monocultivos, biodiversidad y esperanza de la humanidad, Sarapiquí. 2010.
polución ecológicamente soportables, es decir, las
condiciones y límites dentro de los cuales el desar-

61
rollo de la tecnosfera industrial puede incrementarse reguladores que definan una planificación rural y
sin comprometer las capacidades autor regenerado- urbana, que responda a las necesidades de las co-
ra de la ecosfera. munidades y del desarrollo del homo sapiens, y de
la biodiversidad de las especies, para consolidar el
Nos parece que este planteamiento es clave para futuro de las próximas generaciones.
comprender que los parámetros que en teoría se
definieron para desarrollar medidas de mitigación
y compensación, se suscriben en límites, que no
pueden ser sobrepasados, no obstante la realidad
del daño ambiental, sin duda ha excedido la capaci-
dad de la tierra para recuperarse a corto plazo.

Este concepto de determinación científica de las

técnicas y los umbrales de polución ecológicamente
soportables, definen límites, dentro de los cuales se
parte que los seres humanos podrían exponerse sin
tener impacto alguna en su salud o en la calidad de
vida de los ecosistemas, sin considerar las condi-
ciones de susceptibilidad individual, o de vulnerabi-
lidad ambiental.

Este tipo de estandarización es un reflejo del cinis-

mo humano para validar la impotencia de desarrollar
indicadores individuales y de forjar mapeos o planes

62
2.3 Indicadores de sustentabilidad ambien-
tal.
El desarrollo de indicadores de sustentabilidad seña-
la límites umbrales a partir de los cuales los servi-
cios ecológicos de los sistemas naturales comienzan
a verse amenazados; por lo anterior, es importante
conocer el concepto de capacidad de carga, que de-
fine el nivel máximo de individuos de una determi-
nada especie que puede sobrevivir con los recursos
disponibles en una determinada área. Este princip-
io debe considerar en las poblaciones humanas, los
niveles de población y de actividad económica, y la
composición de la producción, pues la tecnología
puede aumentar la capacidad de carga de un deter-
minado sistema.
Esta situación es evidente en la consolidación de
monocultivos en los sistemas de producción agroin-
dustriales; nuestro país en virtud de su tamaño terri-
torial, (51.100 Km2) no podría competir por volumen
producido, fundamentalmente en la comercialización
de productos como el café, la piña, el melón o el cul-
tivo de flores, en comparación con otras naciones.
No obstante, se ha especializado en calidad de los
productos y en promover con tecnología de altísi-
mo nivel cultivos intensivos, esto significa que en el
caso de la piña se siembren hasta 60 mil plantas por
hectárea; sin embargo, se requiere de cantidades im-
portantes de fertilizantes y plaguicidas, convirtién-
dolo en un país con el mayor consumo per-cápita a
nivel global. Esto significa un alto precio ambiental,
por cuanto genera un posible deterioro irreversible
del suelo; la tala ilegal de bosque para ampliar las
plantaciones y la proliferación de la mosca stomoxys
calcitrans, perjudican para el ganado. Precisamente,
este es uno de los impactos más graves del cultivo,
ya que la mosca crece en el rastrojo de piña y se con-
vierte en una verdadera plaga.
Esta situación nos ubica en una situación de desven-
taja en relación con los impactos ambientales y en la
calidad de vida de las poblaciones humanas; casos
como la contaminación de mantos acuíferos produc-
to de la acumulación del plaguicida bromasil, en la
comunidad del Cairo de Siquires, y actualmente en el
63
 acueducto de la comunidad de Veracruz de Pital, San
Carlos, son ejemplos de cómo la capacidad de car-
ga, sobrepaso los límites, son esas las denominadas
externalidades del sistema económico tradicional
que impactan a las sociedades de manera despiada-
da, injusta y trasladando todo el peso a la sociedad
civil, que a cambio de mantener empleada a una co-
munidad, debe comprometer su calidad de vida y el
futuro de la nuevas generaciones.

El otro componente es la Resiliencia, la capacidad de

Figura N°33: El uso indiscriminado de plaguicidas, es letal para la vida de los ecosistemas, y
de la biodiversidad, Sarapiquí. 2013.
resistencia o recuperación de un determinado eco-
sistema; este nos informa de hasta qué punto la pro-
ductividad lógica del mismo permanece inalterada,
o disminuye de forma temporal o permanente como
resultado de presiones o perturbaciones. La capaci-
dad de recuperación está en función de la diversidad
biológica del sistema (Common y Perrings, 1992), es
decir, la presencia de una elevada variedad de es-
pecies, interactuando entre sí y proporcionando una
reserva del material genético, que constituye el po-
tencial necesario para adaptarse a las condiciones
cambiantes del entorno.

64
Esta capacidad de aguante, ha sobrepasado los
límites y en el caso concreto de la producción de piña
en Costa Rica, es un ejemplo objetivo de cómo estas
perturbaciones han impactado de manera irracio-
nal los ecosistemas, fundamentalmente, las áreas
cultivadas en aquellas zonas con una biodiversidad
exorbitante nos referimos a las zonas de San Car-
los, Sarapiquí, los Chiles, Upala, Guápiles, Río Frio,
Limón.
Estas se caracterizan porque la riqueza de sus sue-
los no está en ellos mismos, sino en los componen-
tes que origina la biodiversidad que ofrece el eco-
sistema; en otras palabras, la biomasa generada por
la flora, la fauna, al perderse los bosques, la erosión
y la sedimentación, tienen como resultado final los
desiertos sembrados de piña.
De tal manera que la capacidad de salvación por la
naturaleza misma es imposible, porque se han im-
pactado los ecosistemas, al arrasar con todo ese
componente genético o de memoria que le permita
recuperarse.
El último componente es la huella ecológica, se con-
sidera una extensión reciente de la filosofía de la ca-
pacidad de carga; es una medida de la carga impues-
ta por una determinada población sobre los recursos
naturales y el medio ambiente. Representa el área
biológicamente productiva, de tierra o mar necesar-
ia para sustentar los actuales niveles de consumo de
recursos y generación de residuos de esa población
(Wackernagel y Rees, 1996).
Este indicador se expresa en hectáreas globales, las
cuales son “una unidad común que abarca la pro-
ductividad media de toda la tierra biológicamente
productiva y el área de mar en el mundo en un año
determinado. Las áreas biológicamente productivas
incluyen tierras de cultivo, bosques y zonas de pes-
ca, y no incluyen desiertos, glaciares y el océano ab-
ierto” (Global Footprint Network, 2010).
Esto permite contar un indicador estándar para com-
parar oferta y demanda de recursos, y así conclu-
ir si los estamos utilizando sosteniblemente o si los
estamos degradando; este concepto nos evidencia
una vez más que la economía neoclásica utiliza sus
65
principios históricos clásicos para justificar su poder
desbastador fundamentado en el antropocentrismo,
sujetando a los ecosistemas a las leyes salvajes de
la oferta y la demanda.
Un estadounidense medio necesita aproximada-
mente 12.22 hectáreas, para mantener su consumo,
es decir, más de cinco veces el área disponible por
persona en el mundo. La huella ecológica de un eu-
ropeo es aproximadamente la mitad que la de un ci-
udadano de los EEUU y oscila entre 7.5 hectáreas,
para Suecia y 5.50 para España. Por el contrario, el
impacto de un mexicano o un brasileño está en el
orden de los 2.6 hectáreas, mientras un ciudada-
no chino o indio solo requiere 1.84 y 1.06 hectáreas,
productivas respectivamente (Labandeira, León,
Vasquez, 2007, p. 43)
En el caso de nuestro país, no es la excepción y de
acuerdo con información suministrada por el pro-
grama Estado de la Nación en Desarrollo Sostenible,
en su vigésimo primer informe (2014, p. 52) en estos
últimos años la problemática se agudiza. Sostiene
que el gobierno costarricense se ha vuelto parte del
66
problema, al abandonar la prioridad política nece-
saria para abordar los principales desafíos ambien-
tales, y ser el mayor generador de conflictos, por su
acción u omisión en esta materia.
La huella ecológica, supera en un 8%, nuestra ca-
pacidad de renovación con niveles de consumo en
crecimiento. Los costarricenses necesitamos cer-
ca de 1,8 hectáreas globales para mantener nues-
tro nivel de consumo, pero el país solo nos puede
ofrecer cerca de 1,6 hectáreas globales. Esto quiere
decir que el tico promedio tiene un estilo de vida in-
sostenible pues consume y contamina un 12% más
de lo que el país le permite.
La Huella de carbono dentro del contexto de huella
ecológica se refiere a la tierra productiva necesaria
para secuestrar el carbono (aparte del que secuestra
el océano). La huella de carbono representa casi la
mitad del total de la huella ecológica de los países.
En el caso de Costa Rica, las emisiones de carbono
son la principal causa de esa brecha, pues represen-
tan un 27% de la huella ecológica total. Se estima que
Figura N°34: Línea divisora entre la biodiversidad y los monocultivos, una catástrofe nacional al no crear estrategias de mitigación, Río Cuarto de Grecia, 2016.

67
una reducción de 27% en las emisiones permitiría al-
canzar el balance en este índice.

Como parte de esta fragmentación planetaria del

conocimiento desde el paradigma más tradicional,
para medir cuánto daño le ocasionamos a los eco-
sistemas, se ha considerado estimar la huella hídri-
ca, es un concepto introducido en 2002 por Arjen
Hoekstra y P. Hung, como un indicador que pudiera
mapear el impacto del consumo humano de agua
dulce. Puede referirse a un producto, a un consum-
idor, a una empresa, a una región o a una nación. La
huella hídrica total, se compone de la huella hídrica
verde, azul y gris.

A nivel de países, el promedio mundial de la huella

hídrica es de 1.243.000 litros anuales per capita. El
país con mayor huella hídrica es Estados Unidos, con
2.483.000 litros anuales per cápita, de los cuales
el 19% corresponde a su huella hídrica externa (es
decir, cuyos impactos negativos son provocados
en otros países). Costa Rica, por su parte, presenta
Figura N°35: La capacidad de renovación de los ecosistemas es superada por los niveles de
una Huella de 1.150.000 litros anuales per cápita, en consumo, a nivel nacional y global. Estado de la Nación 2015.

donde un 21% de esta es externa.

68
Continuando con el negocio del cálculo de las huel-
las, también se puede estimar la Huella ecológica
para negocios, La huella ecológica para una activ-
idad, como por ejemplo la producción de un bien
o servicio, se calcula mediante la suma de la huel-
la ecológica de todos los materiales utilizados y los
desechos producidos durante la actividad. Actual-
mente, las organizaciones optan por desarrollar este
indicador por beneficios como la mejora de imagen
corporativa y un desarrollo de estrategia de gestión
de los recursos más eficaces.

La huella ecológica lo que pone de manifiesto, es

que existe una asimetría enorme entre los diferentes
grupos humanos que conviven en el planeta, en vir-
tud de que los países que habitan el norte, incluyen-
do EEUU, consumen más de lo que necesitan y el sur
necesita más de lo que consume. La presunta liber-
tad queda aquí para una ínfima minoría.

Como lo plantea la Dra. Adela Cortina, en su libro por

una Ética del consumo, si el mundo en su conjunto
consumiera como lo hace el 20% por ciento de la po-
blación más favorecida, necesitaríamos tres plane-
Figura N°36: Costa Rica, pese a su política de promoción de país verde a nivel global,
su capacidad de renovación de los ecosistemas, es superada por los niveles de consumo.
Estado de la Nación 2015.

69
 tas para dar abasto.

Las consecuencias de la actividad económica en la

aldea global, afectan sin duda a todos los habitantes
de la tierra sin excepción. Todos los seres humanos
y también los seres naturales se ven afectados por la
actividad económica y, en concreto, por las formas
de consumo.

El libre funcionamiento del mercado no es suficiente

para garantizar que la economía asigne eficiente-
mente, esto es, generando el máximo beneficio so-
cial, los bienes ambientales.

Las externalidades y los bienes públicos ambientales

constituyen ejemplos en los que el mercado es inca-
paz de proveer la cantidad que la sociedad desearía
como óptima, de acuerdo con los costos y preferen-
cias sociales.

En relación con lo anterior, hemos analizado los in-

dicadores definidos como alternativas para medir
Figura N°37: La cantidad de autos ha colapsado nuestro sistema vial, ocasionando prob-
lemas sanitarios y afectando el ambiente y la producción nacional. el daño ambiental, es decir, la huella que histórica-
mente ha construido la humanidad a lo largo de su

70
permanencia en este ecosistema único denominado
GAIA, caracterizado por una fragmentación clásica
del viejo paradigma propuesto por Descartes y New-
ton, entre otros.

71
2.4 Cambio climático.
Día tras día nos preguntamos qué sucedió con el cli-
ma, inmediatamente mi cerebro me traslada hasta mi
época de la niñez, en el caso de los nacidos en la ci-
udad de los mangos, Alajuela, segunda provincia de
Costa Rica, lugar del nacimiento del héroe Juan San-
tamaría, quien junto a miles de compatriotas lograr-
on expulsar al esclavista William Walker, en el año
de 1856, en el poblado de Rivas, Nicaragua.
Cada 11 de abril, cientos de estudiantes de todo el
país, participan de la festividad de los desfiles, en
honor a nuestro héroe, en conmemoración a la gesta
heroica de la batalla de Rivas.
Lo particular de esa fecha, y el recuerdo inmemorial,
es que siempre nos recibía con un aguacero desco-
munal, que indicaba que el ciclo de las lluvias inicia-
ba. Era tiempo de armarse de una capa y un paraguas.
Y así, continuaban nuestras épocas de escolaridad,
ansiosos de que las vacaciones de quince días nos
72
abrazaran, en el mes de julio, la naturaleza nos re-
cibía con el famoso veranillo de San Juan, espe-
cial para realizar las mejengas que tanto placer nos
daban.
Seguían los carnavales en el mes de octubre y la zona
del Caribe de nuestro país, organizaba sus populares
fiestas, para aprovechar el sol que caracterizaba esa
época.
Los vientos alisios de diciembre, nos recordaba
que el verano llegaría, terminaban las lecciones y
a disfrutar de tres meses de vacaciones, incluidas
las cogidas del grano de oro, (café) sustento de la
economía nacional.
Las denominadas pintas, el mes de enero, predecían
el futuro climático de los próximos meses y el ciclo
continuaba año tras año.
Hoy en el mundo de la sociedad de la información y
del conocimiento, validando el principio de incerti-
dumbre de Heisenberg, la tecno ciencia pese a sus
avances se encuentra en una encrucijada permanen-
te y pareciera que el clima no se queda atrás, sol-
amente que la presencia antropocéntrica del hom-
bre, en relación con nuestra madre tierra nos cobra
la factura diariamente. Estas condiciones son del
aprovechamiento insostenible de los combustibles
fósiles, la deforestación, la pérdida de biodiversi-
dad, el cambio en el uso del suelo, el aumento de la
población, aunado al consumo despiadado y a una
economía de escala, de libre mercado, nos ha con-
ducido a un punto sin retorno, necesitamos nuevos
valores, para que las futuras generaciones, puedan
compartir esta nuestra casa común.
Y el clima diríamos en Alajuela, esta camote (ex-
presión popular de esta región), para comprender
que los seres humanos lo volvimos loco. Nos hemos
imbuido en una nueva era de la vida de la historia de
nuestro planeta, era en la cual una sola especie los
seres humanos, pueden tener la capacidad de alterar
el clima de la tierra.
Esta demencia se convierte en la crisis mundial, más
significativa que atraviesa actualmente la humani-
dad; el cambio climático, para la Organización Mun-
dial de la Salud, es la mayor amenaza que tendrá que
enfrentar la humanidad en el siglo XXI, producto de
la acumulación de gases de efecto invernadero pro-
veniente de actividades generadoras de moléculas
de dióxido de carbono, las concentraciones en la at-
mósfera han rebasado el hito simbólico de las 400
partes por millón (ppm). Los niveles de CO2 varían en
función de la estación, pero la tendencia subyacente
es al alza. En el primer semestre de 2016, experimen-
taron un incremento sorprendente, alcanzando en el
mes de junio casi 407 ppm, lo que supone 4 ppm más
que en junio de 2015.
La industria del transporte terrestre, marítimo, aéreo,
vehicular, significan el causante del 70 % de estas
emisiones a nivel global, la generación de energía
mediante la utilización de combustibles fósiles, las
actividades asociadas a la agricultura generadora
de gas metano, y nitratos, la utilización de agentes
refrigerantes para el control térmico, aunado a las
grandes tasas de deforestación que ha sido sujeta la
superficie terrestre.
Sin embargo, existen dos criterios a nivel mundial.
73
 Podríamos plantear que en la primera escuela de
pensamiento, que estaría asociado a razonamientos
científicos, en el año 2005, las academias nacionales
de ciencias de Estados Unidos, Gran Bretaña, Ale-
mania, Italia, Rusia, Japón, Canadá, Brasil, Japón,
Brasil, China e Italia emitieron una declaración con-
junta sin precedentes que afirma que la evidencia
científica sobre el cambio climático Global, es lo
bastante clara para que los líderes de los Gobiernos
se comprometan a iniciar acciones ahora.

No obstante, el criterio de los gobernantes de

Figura N°38: La temperatura promedio en el año 2016, ha superado los niveles en los últimos
años nivel global.
esos mismos países, liderado por los Estados Uni-
dos, plantea que se requieren más investigaciones
para esperar y ver, con lo cual otros economistas y
científicos, consideran que requieren más investiga-
ciones y un a mejor compresión, del sistema climáti-
co del planeta, antes de tomar decisiones políticas
y económicas de largo alcance, como descartar en
forma gradual los combustible fósiles. (G.Tyler Mill-
er, Jr 2010)
Es importante considerar que actualmente, alrede-
dor del 82% de la energía comercial consumida en

74
el mundo proviene de recursos energéticos no ren-
ovables, combustibles fósiles de los cuales, el 33%
corresponde al petróleo, 22% al carbón, 21% al gas
natural, y el 6% a energía nuclear, el 18% restan-
te procede de energías renovables, de las cuales el
11% corresponde a biomasa, 4.5 hidroeléctrica y el
restante 2.5 %, una combinación de energía eólica,
geotérmica y solar .(G.Tyler Miller, Jr 2010)

En el caso del país más consumidor del mundo los

Estados Unidos de América, el 93% de la energía
utilizada proviene de combustibles fósiles y energía
nuclear y únicamente el 7 % renovable. Esta situación
revierte una particularidad especial, en relación con
el nombramiento del recién electo presidente de los
Estados Unidos de América, Donald Trump, repre-
sente del partido Republicano y quien abiertamente
ha planteado que el cambio climático es un mito.

El caso de Costa Rica, los derivados de petróleo im-

portado representan el 66% del consumo de energía,
mientras que la electricidad con fuentes renovables
representa el 21%, de lo cual la generación con las
fuerzas de agua constituye el 76%; o sea, la energía
Figura N°39: La negación del cambio climático por los líderes, que representan el partido
Republicano, no es algo nuevo, históricamente se oponen a desarrollar estrategias de inves-
tigación que favorezcan, alternativas al uso de la energía proveniente de los combustibles
fósiles. Sin duda protegen los intereses de los petroleros y las grandes corporaciones.

75
hidroeléctrica significa un 16% del total de la energía
consumida.
Estas dos fuentes de energía primaria (petróleo im-
portado y fuerzas del agua), que representan el 82%
del abastecimiento nacional, enfrentan crecientes
vulnerabilidades y aumento en costos en el futuro.
El cambio climático ya está afectando la generación
hidroeléctrica y la va a afectar aún más por su efec-
to progresivo de creación de estaciones más secas y
más prolongadas (como las que ya estamos viendo).
Esto obliga al Instituto Costarricense de Electrici-
dad (ICE) a utilizar importantes cantidades de die-
sel y de búnker importados para enfrentar este cre-
ciente faltante en las precipitaciones. Los expertos
en el mundo ya lo han señalado: “Se espera que el
cambio climático traiga menos precipitaciones y más
sequías extremas a determinadas partes del mundo,
causando escasez de electricidad en los países que
dependen altamente de la hidroelectricidad”. Cos-
ta Rica se encuentra en una de las zonas del mun-
do más vulnerables al cambio climático. (R. Dobles,
76
periódico la Republica, p, 12 julio 2012)
Pese a que existen normas a nivel global que promue-
ven el pago de impuestos por los daños ambientales,
en general estos impuestos gravan entre otros las
emisiones de óxidos de azufre y nitrógeno (también
CO2 en algunas regiones).
Utilizan un tipo impositivo variable según el nivel de
emisión (progresivo), pero uniforme territorialmente
y calculan la base imponible a través de sistemas de
control directo o de estimación indirecta, con es-
casos costes de administración.
Un problema que presentan estos impuestos es que
gravan a pocas industrias. En cualquier caso son
criticables desde el punto de vista de la asignación
jurisdiccional debido que el alcance de los daños
que se quieren evitar trasciende a los territorios en
los que se aplican.
Estas contradicciones de la tecnocracia, hacia la
construcción de comunidades sostenibles, son vi-
tales, en tiempos que la incertidumbre de la ciencia,
nos orienta a caminos impredecibles y respuestas en
algunas ocasiones no certeras.

Así las cosas, sin duda la humanidad se encuentra

ante una encrucijada, ante su eventual extinción y
se requiere esencialmente un giro educativo y tras-
formador, y el primer paso desde una mirada de la
bioética es superar la indiferencia.

La apatía es una realidad viral, que se ha globalizado

como estilo de vida. No interesarse por la protección
de la naturaleza es síntoma de posible desinterés,
por la propia vida, por el otro y por el hábitat, asimis-
mo, retomar la misericordia podría mover la acción
hacia el auto cuidado esencial, la solidaridad con
el otro y el cuidado del contexto vital” (J. Matarrita,
2016, p. 72).

Figura N°40: “En la construcción de nuestras vidas no podemos seguir excluyendo,

como hasta ahora, toda retroalimentación al sentir, a la emoción y a la intuición como funda-
mento de la relación entre seres humanos y la naturaleza”
(Gutiérrez y Prado, 2015, p. 37)

77
3. HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE COMUNIDADES SOSTENIBLES.

78
De acuerdo al pensamiento del señor Leonardo Boff:

Una sociedad sólo puede ser considerada sostenible sí.

Gracias a su trabajo y su producción, se hace cada vez más
autónoma; si ha superado niveles agudos de pobreza o está
en condiciones de reducirla, si sus ciudadanos pueden traba-
jar decentemente; si la seguridad social está garantizada para
los jubilados; así como para los que son demasiado jóvenes o
demasiado mayores para tener acceso al mercado de trabajo,
si se busca constantemente la igualdad social y política y la
igualdad de género; sí se reduce la desigualdad económica a
unos niveles aceptables.

Lo cual no significa que no pueda usar recursos no renov-

ables; pero al hacerlo debe mostrar una enorme racionalidad,
especialmente por amor a la tierra que tenemos y por solidar-
idad con la generaciones futuras.

Finalmente, una sociedad es sostenible si sus ciudadanos son

socialmente participativos y, de ese modo, pueden construir
una democracia socio-ambiental, abierta a continuas mejo-
ras. (Boff, 2008, p. 116)
Figura N°41: “Muchas cosas tienen que reorientar su rumbo, pero ante todo la humanidad
necesita cambiar. Hace falta la conciencia de un origen común, de una pertenencia mutua y
de un futuro compartido por todos. Esta conciencia básica permitiría el desarrollo de nuevas
convicciones, actitudes y formas de vida. Se destaca así un gran desafío cultural, espiritual y
educativo que su-pondrá largos procesos de regeneración.” (Vaticano, 2015, p. 155)

79
3.1 El campus universitario: un ecosistema.
El Eco Campus Universitario, es la confirmación de
un ecosistema, ese es el principio hacia la dinámi-
ca de desarrollar comunidades sostenibles; es el
nicho ecológico, el entorno, que caracteriza las rel-
aciones de encuentro entre los seres humanos que
comparten una identidad común mancomunada a
todos los saberes que interaccionan mediante flujos
de masa y energía, en la transformación permanente
del conocimiento.
Un ecosistema es una unidad biológica o sistema
natural formado por un conjunto de organismos vivos
(biocenosis) y el medio físico donde se relacionan
(biotopo). Lo constituyen un conjunto de organismos
interdependientes que comparten el mismo hábitat.
Varios ecosistemas forman a su vez una serie de ca-
denas interdependientes con los organismos dentro
del sistema. (Aguayo, Peralta, Lama, Soltero, 2011,
p. 30)
Estos se suelen considerar naturales, como las mon-
80
tañas, bosques, y artificiales, como el de una sala
cerrada, el área metropolitana, un centro educati-
vo, lo común es que en ambos coexisten flujos de
energía e información. Tiene que ver con ciclos de
la materia y los flujos de energía, formando circu-
itos cerrados en los ecosistemas y la energía fluye a
través de ellos.
La única entrada de energía es el sol, que mueve los
ecosistemas y, por consiguiente, la energía residual,
siendo el agua, los minerales y los propios organis-
mos, los recursos necesarios para la supervivencia
Los residuos generados en los ecosistemas son
siempre aprovechados como alimentos, formando
cadenas tróficas, creando interacciones entre los in-
dividuos de un mismo ecosistema.
El ecosistema universitario al igual que uno industri-
al, conforma una red de organizaciones, empresas
y sociedades en las que se comparten materias pri-
mas, productos residuos, energía y agua.
Se parte de un reciclaje natural como analogía, im-
plica que los residuos o salidas de materia en unas
actividades sean las entradas para otros (residuo =
alimento); con respecto al sol, debe ser la fuente en-
ergética como única entrada. Por eso, la dinámica de
Eco Campus requiere ese balance entre masa y en-
ergía, en un proceso permanente de autopoiesis.

Esta sinergia de la naturaleza, la dinámica de apren-

dizaje mismo de sus interrelaciones, lo considera
el científico austriaco Fritjof Capra (l998), como un
proceso de Eco Alfabetización, su interrelación con
nuestra madre naturaleza, cuando escribe: “Necesi-
tamos revitalizar nuestras comunidades, incluyen-
do las educativas, las de negocios y las políticas, de
modo que los principios de ecología se manifiesten
en ellas como principios de educación, empresa y
política“. (Capra, 1998, p. 307)

Figura N°42: El científico Fritjof Capra y Miriam Vitela de la Universidad de la Paz,

en jardín botánico Iriria, compartiendo un agua de pipa, Rio Cuarto de Grecia.2015.

81
3.2 Liderazgo organizacional-ecológico.
Estos procesos de trasformación, los centros uni-
versitarios deben propiciar un liderazgo innovador a
lo interno de esas organizaciones y del ser humano,
incluyendo las formaciones comunales, industria-
les, civiles y como muy bien lo respalda, Dee Hock
(2001), fundador de la compañía Visa internacional:
“Sino desarrollamos nuevos y mejores conceptos de
organización y liderazgo. En los que la creencia prev-
alezca sobre el poder, la razón sobre la emoción, la
confianza sobre la coacción y la libertad sobre la ti-
ranía, nunca utilizaremos la ciencia y la tecnología
en servicio de la humanidad, por no mencionar de
las criaturas y la tierra viva de la que dependemos”.
(Hock, 2001, p. 327)
Desde esta mirada, de propiciar liderazgos integra-
dores, es importante conocer el concepto de Apren-
diente, definido por Assman (2003), quien plantea
un agente cognitivo (individuo, grupo, organización,
institución, sistema), que se halla en proceso de es-
82
tar aprendiendo, que lleva a cabo experiencias de
aprendizaje. Estar vivo es sinónimo de estar interac-
tuando, como aprendiente, con la ecología donde se
está inmerso.
Es de vital significancia comprender el término
Ecología, acuñado por el zoólogo, Alemán Ernst
Haeckel (1866), discípulo de Charles Robert Darwin
(1809-1882), primer científico que alienta a analizar
seriamente la intersección, entre los seres vivos y su
entorno, logrando separar la pared conceptual entre
el observacionismo de Aristóteles y la Oscuridad del
fijismo religioso, retoma una importancia crucial y es
precisamente a partir de los años 60, cuando surge
la conciencia de la crisis ecológica, partiendo de la
premisa que la Tierra está enferma.
En el vídeo la Ecología Ambiental, del ilustre ecuméni-
co Leonardo Boff, se esboza que la Ecología según
Haeckel, son las relaciones de todos los seres vivos
(bióticos) y no vivos (abióticos), entre si y todos jun-
tos con el entorno, porque vivimos en una misma casa
común, nos entreayudamos para sobrevivir, para al-
imentarnos, para la reproducción. Así las cosas, el
termino Ecología se deriva del vocablo griego oikos
que significa “casa”, “hogar”, lugar donde se vive.
Según el razonamiento de Boff, la Ecología se trans-
formó en una disertación Política, tal vez hoy el dis-
curso que más moviliza la opinión pública mundi-
al, porque tiene que ver con la supervivencia de la
humanidad, la salvaguardia del futuro de la tierra,
porque si no la protegemos, base de todo, los demás
proyectos no tienen sustento; por eso, la ecología
trata de cosas fundamentales incluso de la vida o de
la muerte de la especie humana.
Es evidente la particular responsabilidad que tiene
la sociedad humana y el liderazgo que deben asum-
ir las universidades en la evolución, el equilibrio y
la conservación de los ambientes, como lo plant-
ea (Brailovsky y Foguelman, 1991, p 38 1991), un
concepto dinámico de ambiente supone un siste-
ma complejo “resultante de las interacciones entre
sistemas ecológicos y socioeconómicos, suscepti-
bles de provocar efectos sobre los seres vivientes y
las actividades humanas”.
Este es el fundamento para comprender la cognición
ecológica, y la acción cognitiva humana progresiva,
trascendental y cada vez más evolucionada del en-
tender humano sobre la dinámica viva de la naturale-
za y su espacio sistémico abierto, en su red sistémica
de relaciones de convivencia, vivencia y evolución.
Morin y Lévy, consideran que la Ecología Cognitiva
implica formas de conocer y ambientación o climas
propicios para vivencias del estar aprendiendo.
El organismo vivo y su medio ambiente forman una
unidad indivisible, porque así como no hay vida sin
nicho vital, tampoco hay conocimiento sin ecología
cognitiva. En todo ser vivo, se da la unidad entre pro-
cesos vitales y los procesos de aprendizaje. Procesos
de vida y procesos de aprendizaje son en el fondo la
misma cosa. La vida es, esencialmente, aprender.
83
3.3. Comunidades sostenibles.
El tiempo no perdona la deuda que hemos construido
generación tras generación al impactar a la naturale-
za sin límites tanto en el aire, el agua, el suelo, como
en los océanos y, por ende, en los ecosistemas, que
nos cobran la factura diariamente.
No obstante, la esperanza es hoy y está en nosotros
mismos iniciar una nueva vida, un nuevo paradigma
que nos permita amarnos y respetar la naturaleza,
con un sistema de valores que se infiltre en nuestra
vida cotidiana.
De tal manera que la indagación final sería sin duda la
promoción de Comunidades Sostenibles, partiendo
de la premisa de lograr satisfacer nuestras necesi-
dades y aspiraciones sin mermar las oportunidades
de las generaciones futuras.
Esto se alcanzaría mediante la aplicación de metod-
ologías de sensibilización educativas, a través de lo
que el físico Austriaco, Frijof Capra denomina Eco–
84
Alfabetización, aprendiendo de la naturaleza, es de-
cir, comprendiendo los principios de organización
de las comunidades ecológicas (Ecosistemas), para
crear Comunidades Sostenibles.
Para lograr lo anterior, se acude a la sabiduría de la
naturaleza, influenciando, revitalizando las comuni-
dades y que sus acciones repercutan en los diversos
sectores de la Sociedad Civil, empresas, comuni-
dades, y en la definición de acciones políticas. Esto
por cuanto existen vínculos comunes entre las comu-
nidades ecológicas y las humanas al hacer ostensi-
ble los principios de organización como seres vivos,
al desarrollar sus actividades, en redes cerradas ab-
iertas a flujos de energía y recursos constantes.
Principalmente, se da mediante la comprensión de
los ecosistemas, al funcionar como redes autos or-
ganizativas, que aplican los principios de estructur-
as disipativas, definidas por el científico químico Ilya
Prigogini, y en las relaciones de autopoiesis plantea-
das por el Biólogo chileno Humberto Maturana, como
principios comunes para identificar comunidades
sostenibles. Apunta Maturana: «Lo que nosotros
señalamos es que en el vivir humano lo biológico y lo
cultural no son separables.» (Agenda. Viva. Prima-
vera 2011, entrevista, Dionisio Romero).
La característica peculiar de los sistemas vivos es
que se producen continuamente a sí mismos. Lo
propio de la organización autopoiética es que sus
componentes están dinámicamente relacionados
en una continua red de interacciones (metabolismo
celular) de manera tal que esta red de interacciones
dinámicas: a) produce sus propios componentes; b)
establece y produce el límite o borde dentro el cual
se dan esas interacciones, c) en un mismo y unitario
proceso –simultáneo a a) y a b)- se distingue como
diferente de su medio constituyéndose como una
unidad autónoma que especifica un dominio de ex-
istencia (Maturana y Varela, 1984,p.24-28)
Por consiguiente, la aplicación de los principios de
la ecología, como variables comunes para identificar
comunidades sostenibles, parte de que los miem-
bros de una comunidad ecológica están interconect-
ados en redes y relaciones.
El éxito de toda la comunidad depende de sus indi-
viduos y el éxito de estos depende de la comunidad
como un todo, comunidades humanas sostenibles,
conscientes de relaciones entre sus miembros; nutrir
esas relaciones es nutrir la comunidad.
Si se parte de que patrón básico de la vida es la red,
esto significa que las relaciones entre los miembros
de una comunidad ecológica son no lineales, incluye
bucles de retroalimentación en constante expansión,
que forma parte de la naturaleza cíclica de los pro-
cesos ecológicos circuitos de retroalimentación. Son
caminos de nutrientes constantemente reciclados y
como sistemas abiertos, todos producen desechos,
se convierten en alimentos para otros, reciclan las
mismas moléculas de minerales, agua y aire.
Lamentablemente, los procesos industriales son
lineales y, por consiguiente, los residuos produc-
to de la transformación de la materia prima para la
producción de bienes y servicios; esos millones de
toneladas a nivel global son trasladados sin ninguna
forma de reutilización a las comunidades humanas,
contaminando el aire, los suelos, los mares y ríos, la
85
Figura N°43-44: Bromelias, ecosistemas autopoiéticos, generando redes y relaciones como un único ecosistema,
Jardín Botánico Iriria , Rio Cuarto de Grecia.

86
flora, la fauna, el paisaje y, por ende, la Madre Tierra,
extinguiendo especies y modificando la biodiversi-
dad.
Por estas razones, los vínculos de las comunidades
sostenibles deben seguir los principios de asociación
y cooperación de tal manera que vivan unos dentro
de otros y cooperen, con el fin de realizar intercam-
bios cíclicos de recursos y energía.
De acuerdo con el pensamiento del señor Leonar-
do Boff, una sociedad sólo puede ser considerada
sostenible si gracias a su trabajo y su producción, se
hace cada vez más autónoma; si ha superado niveles
agudos de pobreza o está en condiciones de redu-
cirla, si sus ciudadanos pueden trabajar decente-
mente; si la seguridad social está garantizada para
los jubilados; así como para los que son demasiado
jóvenes o demasiado mayores para tener acceso al
mercado de trabajo; si se busca constantemente la
igualdad social y política y la igualdad de género; sí
se reduce la desigualdad económica a unos niveles
aceptables. Esto no significa que no pueda usar re-
cursos no renovables; pero al hacerlo debe mostrar
una enorme racionalidad, especialmente por amor a
la tierra que tenemos y por solidaridad con la gener-
aciones futuras.
Una sociedad es sostenible si sus ciudadanos son
socialmente participativos y, de ese modo, pueden
construir una democracia socio-ambiental, abierta a
continuas mejoras. (Boff, 2008, p116)
Además de los aportes definidos por Fritjof Capra
y Leonardo Boff, en relación con la construcción de
Comunidades sostenibles, es fundamental conocer
el criterio desde la visión ingenieril, aplicado al Eco-
Diseño, una visión desde una economía empresari-
al, que se opone al sistema tradicional de utilización
de recursos limitados o finitos para desarrollar me-
canismos de funcionamiento natural.
El concepto de Biomimesis (Benyus, 2002), es la
rama de la ciencia que estudia los sistemas natu-
rales para conocer su estructura y funciones con el
propósito de encontrar la inspiración para nuevas
tecnologías innovadoras, (Ausubel y Harpignies,
2004), que resuelven problemas y satisfagan las
87
necesidades humanas. Imita las formas que la natu-
raleza en sus soluciones efectivas, en los campos de
la medicina, mecánica, química, física, diseño, etc. El
concepto proviene de la palabra bio (Vida) y mimesis
(imitar). Los principios que rigen esta rama de estu-
dio se sientan en la innovación y la eco inteligencia
natural ligados a la idea de que la naturaleza ha en-
contrado después de miles de millones de años de
experiencia, los diseños más eficientes, funciona-
les, adecuados, y duraderos (Aguayo, Peralta, Lama,
Soltero, 2011, p, 114)
Si se parte de esta premisa, y como reflexiona As-
samm, los procesos de la vida y los procesos de
aprendizaje son en realidad los mismos, aprender
es una propiedad emergente de la auto organización
de la vida- del sistema nervioso acoplado a su me-
dio ambiente (Assmann, 2002; Lazlo, 2004).
En este sentido, Lazlo (2004) parte de una hipóte-
sis que va más allá: la teoría integral del todo. Este
científico, experto en la teoría de sistemas, presenta
una visión de universo enlazado del cual somos par-
te integral. Al referir sus pensamientos sobre el uni-
88
verso, la física, la biología, los fenómenos transper-
sonales, la cultura, nos dice que todos ellos tienen
un común denominador: el campo de información
(llamado campo akásico, en honor al Akasha de la
filosofía hindú), que todo lo enlaza, lo une, una
memoria cósmica atemporal, multidimensional, que
permite el crecimiento del (los) universo(s) infor-
mado(s), hacia un perfeccionamiento cósmico. Por
ejemplo, en el campo biológico, señala que:
“El organismo vivo no es sólo una máquina bioquími-
ca. Como ha señalado el biofísico experimental Mae-
Wan Ho, es dinámica y fluida y sus miríadas de
actividades son auto motivadas, auto organizadas y
espontáneas. La libertad local y la cohesión global
están maximizadas, las partes y el todo están mu-
tuamente implicados y mutuamente enmarañados
(…) la coherencia del organismo es intrínsecamente
plural y diversa a todos los niveles (…) no hay partes
controladoras ni controladas ni niveles. Todos los
componentes están en comunicación instantánea y
continua (…) Pero hay pruebas de que el organismo
entero está interconectado eficazmente y que
hay correlaciones cuasi-instantáneas, no lineales,
Figura N°45: Los murciélagos juegan un papel crucial en la naturaleza mediante el proceso de polinización de las flores y la distribución de semillas de frutas. Creando redes, e intercon-
exiones, logrando generar un ecosistema que se auto organice y auto regule. La autopoiesis de la vida, imitar la vida (biomimesis), principios para construir Eco–Campus, comunidades
sostenibles, Rio Cuarto de Grecia, Jardín Botánico Iriria, 2017.

89
heterogéneas y multidimensionales entre todas sus
partes. No importa lo diferentes que sean las célu-
las, los órganos y los sistemas de órganos del or-
ganismo, en los aspectos esenciales actúan como
una unidad; indica que en un organismo, todo está en
comunicación permanente, e instantánea a la vez”.
(pp. 100-101)

Este concepto de sistema complejo es interesante,

porque al igual que otros científicos como Matura-
na, Varela, Assmann, y Capra, entre otros, plantea
la vida como un sistema dinámico auto organizado
y que continuamente está en comunicación hacia lo
interno y lo externo, reconfigurándose en forma per-
manente.

90
3.4 Mediación Pedagógica y Comunidades
de aprendientes.
De esta forma, aprender nos lleva a transformar, a
reconfigurar; esa transformación entonces nos lleva
a nuevos estadios de conciencia, a una nueva con-
figuración. La mediación pedagógica tendrá senti-
do, si logra transformación, para lo que buscamos:
favorecer el convivir armonioso.
Para poder lograr armonizar estos modelos ligados
a la construcción de comunidades sostenibles en
los sectores empresariales es fundamental desar-
rollar métodos de mediación pedagógica, referida
esta como la forma en que el profesor o maestro,
desarrolla su práctica docente, poniendo énfasis en
su metodología de aprendizaje. Jesús Martín Barbe-
ro, Francisco Gutiérrez Pérez y Daniel Prieto Castillo,
coinciden en destacar la importancia de lo comuni-
cacional en lo pedagógico, si todo lo que el hombre
hace está mediado; si no hay ser humano posible sin
mediaciones; reconozcamos entonces como un es-
pacio amplio de reflexión y de trabajo la mediación
educativa.
La mediación es un procedimiento de resolución
de conflictos en el que las partes, ayudadas por un
tercero neutral mediador que no decide; por ellas
buscan llegar a un acuerdo, también decimos que es
una negociación ayudada por un tercero.
Forma parte de un grupo más amplio de herramien-
tas para enfrentar los conflictos (los procedimientos
de Resolución Alternativa de Disputas o R.A.D.), jun-
to con la negociación, la conciliación y el arbitraje,
entre otros. Daniel Prieto Castillo propone recuperar
para la práctica educativa al interlocutor, a los seres
que participan en ella, lo pedagógico en la educación
nace en el sentido de la preocupación por el otro,
proponen el concepto de mediación pedagógica:
“Llamamos Pedagógica a toda mediación capaz de
promover y acompañar el aprendizaje de nuestros
interlocutores, es decir, de promover en los educan-
dos la tarea de construirse y de apropiarse del mun-
do y de sí mismos”.
91
En la encíclica “Laudato si’, mi’ Signore Alabado seas,
mi Señor », planeada por el Papa Francisco, resalta
la necesidad del cambio de paradigma cuando nos
indica. “Muchas cosas tienen que reorientar su rum-
bo, pero ante todo la humanidad necesita cambiar.
Hace falta la conciencia de un origen común, de una
pertenencia mutua y de un futuro compartido por to-
dos. Esta conciencia básica permitiría el desarrollo
de nuevas convicciones, actitudes y formas de vida.
Se destaca así un gran desafío cultural, espiritual y
educativo que supondrá largos procesos de regen-
eración.”(Vaticano, 2015, p.155)
Para lograr lo anterior, desde la visión de la tecnoc-
racia, la mediación que por sí misma genera la inge-
niería sostenible, el Eco-diseño, el ciclo de vida del
producto el desarrollo de la química verde, la ecología
industrial, energía renovable, nanotecnología verde,
para construir comunidades sostenibles no son sufi-
ciente.
Lo cierto es que pese a esos adelantos tecnológicos,
desde el modelo educativo de la Universidad Técni-
ca Nacional, se interpreta la mediación pedagógica,
92
entendiéndose, como la acción planificada y media-
da por la persona docente en su calidad de facilita-
dor de la construcción de aprendizajes. Esta acción
es elaborada desde las siguientes proposiciones:
Todos los agentes involucrados en los procesos de
aprendizaje son aprendientes.
La construcción del aprendizaje requiere la inte-
gración del contexto, sensibilidades e historia de
cada participante, el interaprendizaje, la interacción
entre pares, el diálogo y la multidireccionalidad.
En el marco de lo anterior, la Universidad Técnica
Nacional incorpora actividades de mediación dirigi-
das al conocimiento de principios y teóricos (saber
conocer) como análisis de contenido, textos para-
lelos, núcleos generadores, relatos de experiencia,
informes de lectura, plenarias de análisis y otras que
permiten la construcción de conocimiento (saber
conocer) y procesos meta cognitivos (saber apren-
der) propios del quehacer universitario. Para una
implementación práctica (saber hacer), es decir, el
espacio para la construcción y demostración de hab-
ilidades y destrezas en el área, se promueven activi-
dades como análisis de casos, simulaciones, diseño
y construcción de artefactos, diseño de escenari-
os, informes de prácticas, prácticas de laboratorio,
prácticas profesionales, aprendizaje en servicio,
resolución de problemas, entre otros.

Por último, la implementación de actividades didác-

ticas para procesos meta cognitivos permiten a los
aprendientes reconstruir sus aprendizajes, generar
teoría o intervenir desde una acción producto de la
investigación, sistematización y planificación; para
ello, la UTN promueve la conformación de comuni-
dades aprendientes así como la realización de activ-
idades como proyectos de investigación, propuestas
de intervención, trabajos comunales, elaboración de
informes y artículos científicos, entre otros. En línea
con lo expuesto por Badilla en el Modelo Educativo
Universidad Técnica Nacional (2009,21).

Figura N°46: Las comunidades de aprendientes, se fortalecen e integran en el Eco–Campus,

como un ecosistema abierto a la mediación que integra, los saberes,
hacia la construcción de comunidades sostenibles.

93
4. ECO–CAMPUS, EJEMPLOS DE VIDA.

94
Como lo plantea el Señor, Mijail Gorbachov (2007),
Presidente de la Cruz Verde Internacional. Necesi-
tamos un nuevo paradigma de civilización, porque
el actual ha llegado a su término y ha agotado sus
posibilidades, Tenemos que llegar a un consenso
sobre nuevos valores. En treinta o cuarenta años,
pueda que la Tierra exista sin nosotros.

Figura N°47: Homenaje a la Biosfera, Montreal, Canadá. 2015.

95
4.1 Eco-Campus.
Ante los desafíos ambientales, las Universidades
Estatales deben asumir un rol fundamental, desde
la gestión académica, la extensión social, la ciencia,
la técnica, el arte y la cultura, que explore y genere
esa conciencia reflexiva, accediendo a lo interno, en
el desarrollo de estrategias, que reconozcan la con-
strucción de comunidades sostenibles.
El desarrollo de Eco Campus se convierte en un ref-
erente para propiciar una cultura, con nuevos va-
lores, que permita forjar un cambio radical en la for-
mación de profesionales, que impacte el colectivo
para lograr que las futuras generaciones, puedan
sobrevivir a esta catástrofe humana.
Esto debe ser un modelo para que nuestro país,
propicie una política consecuente con su discurso
de país verde y que la participación de los logros, in-
ternacionales en esta materia, como la recién con-
cluida cumbre de cambio climático (Paris, Francia),
sean congruentes y no figurar en contradicciones, y
96
no hacer una verdad de lo que dice el refrán popular:
Candil en la calle, oscuridad en la casa.
Si se parte de que los miembros de una comuni-
dad ecológica están interconectados en redes y
relaciones, el éxito de toda la comunidad depende
de sus individuos y el éxito de estos depende de la
comunidad como un todo, comunidades humanas
sostenibles, conscientes de relaciones entre sus
miembros; nutrir esas relaciones es nutrir la comu-
nidad.
Por estas razones, desde el estatuto orgánico, la di-
mensión ambiental ha sido considerada una priori-
dad esencial dentro del modelo educativo, para lo
cual se definió la Política Ambiental de la Universi-
dad Técnica Nacional.
La Universidad Técnica Nacional, basada en el prin-
cipio orientador de la conservación y mejoramien-
to del medio ambiente, el fomento del desarrollo
sostenible y la innovación como elemento funda-
mental para el desarrollo humano, se compromete a:
1-Establecer la dimensión ambiental como eje trans-
versal en todos los programas académicos de do-
cencia, extensión e investigación.

2-Establecer un proceso de mejora continúa en el

tema de la gestión ambiental para que todas sus
sedes y centros se conviertan en campus sostenibles.

3-Respetar la legislación nacional e internacional

relacionada con el ambiente y la sostenibilidad.

Esta política fue aprobada el 12 de junio del 2013

según acuerdo N° 106 de la sesión N° 47-2013 del
Consejo Universitario de la Universidad Técnica Na-
cional.

Esto nos exige a reflexionar sobre el concepto de

Eco–Campus, dentro del desarrollo de comunidades
sostenibles, considerado como la “Gestión bio-am-
biental en los campos universitarios y el papel so-
cial que tienen las universidades de ejemplificar su
quehacer diario en materia de manejo de desechos y
Figura N°48: El Eco Campus, un ecosistema generando redes e interconexiones entre sus
otras actividades que conduzcan a ofrecer a las gen- formas de vida sinérgicas.

eraciones futuras un ambiente digno.” (Rodríguez,

97
Figura N°49: El Eco Campus, un ecosistema, el aula invertida, una comunidad de aprendientes en el nicho de las ecologías cognitivas. Bosque Sa-Ka-Mina, Sede Central, UTN. 2016.

98
2012).
Ese compromiso manifiesto “Implica la interiorización
de una conducta ecológica de respeto apropiada en
los profesionales que se forman en sus aulas y que
son los llamados a extender esa conducta al lider-
ar en el ejercicio de sus funciones procesos funda-
mentales para el desarrollo armonioso de nuestros
países.” (Jankilevich, 2009)
El aula tradicional debe desprenderse de los con-
ceptos que enajenan la educación, como un mero
acto de transmisión de contenidos para propiciar un
clima, que favorezca vivencias del estar aprendien-
do; es evolucionar hacia una aula abierta, en un eco-
sistema que sirva como una red de flujos abiertos a
la creatividad; la libertad que el convivir en la cotidi-
anidad y las relaciones afectivas, genere esa pasión
por aprender y compartir mediante el lenguaje. Esas
nuevas estrategias forman parte del vivir, para ap-
ropiar una visión integradora de la mediación ped-
agógica.
Por estas razones, la definición de comunidades
sostenibles se armoniza con el diseño de planes
maestros, que consolidan la creación de Eco –Cam-
pus. Este nuevo sistema de auto organización, esta
metamorfosis, deberá estar presente en todo lo que
hacemos, no volvemos a pasar nunca por el mismo
punto ni los fenómenos se repiten de la misma mane-
ra (Prigogine 1997); debe permear así, la transfor-
mación de nuevos valores en las generaciones ac-
tuales y sobre todo en las futuras y como lo expresa
un proverbio latino “Non schola sed vita discimus”
(Aprendemos no para la escuela sino para la vida).
Si el aprender se sustenta en el hacer, en el convivir,
en el amor, en el afecto, pese a nuestras condiciones
antagónicas en la dualidad humana, en la cual so-
mos capaces de pensar, construir, consumir, destru-
ir, asesinar y amar, lo cierto es que las emociones
que gobierna nuestro ser, siguen moviendo, nuestra
capacidad de reflexionar y responder a decisiones
positivas, que nos conduzcan a construir puentes,
redes, interconexiones, bucles de energía que unan,
la inclusión, la solidaridad, la tolerancia, en la con-
vivencia y el respeto por todos los seres vivos que
compartimos nuestra casa común, en la autopoiesis
99
cotidiana que significa la vida.
Por estas razones, el lenguaje es mucho más impor-
tante para la convivencia de lo que habíamos creído
hasta ahora, es mucho más que un sistema de sím-
bolos para comunicarnos, pues tiene que ver con las
emociones y que estas son decisivas para la convi-
vencia humana.
Ser humano es existir en el lenguaje. Mediante el
lenguaje, coordinamos nuestro comportamiento y
juntos mediante el lenguaje damos luz a nuestro
mundo. “El mundo que todos vemos, no es el mundo
sino un mundo, alumbrado por todos nosotros. Este
mundo humano incluye en su centro nuestro mundo
interior de pensamiento abstracto, conceptos, sím-
bolos, representaciones mentales, la autoconcien-
cia, y las restantes cualidades de la conciencia. Ser
humano es estar dotado de conciencia reflexiva. Al
saber que sabemos, nos damos a luz a nosotros mis-
mos” (Capra, 2009, p 299)
Para validar estos postulados es fundamental,
platearnos las siguientes preguntas, que desde la
100
mirada del grupo fractales, fueron consideradas en
el lenguajeo, cotidiano de nuestra travesía por el
doctorado y se consideran, esenciales en la con-
strucción de Eco – Campus, hacia el desarrollo de
comunidades sostenibles.
¿Qué papel juega la comunicación en todo este
proceso? ¿Qué tiene que ver la comunicación en la
construcción de las relaciones y el establecimien-
to de redes? La interrelación entre las personas, la
creación de espacios comunes de aprendizaje, la
creación de actos colectivos recurrentes y sinérgi-
cos, comprendidos como procesos de comunicación
creativos y creadores, posibilitan procesos reales de
aprendizaje y no simple transferencia de contenidos,
sino más bien interrelación de comportamientos: hay
comunicación cada vez que hay coordinación con-
ductual en un dominio de acoplamiento estructural.
Si bien la comunicación no se agota con la aparición
de las conductas lingüísticas, es evidente que el len-
guaje es un fenómeno inédito, por el significado in-
mensamente abarcador para el ser humano; aunque
existan, en otros niveles del orden del mundo animal,
equivalentes de comportamientos lingüísticos.
El lenguaje introduce una doble dimensión en la his-
toria evolutiva del ser humano: primero, por el len-
guaje emerge la experiencia de lo mental y la con-
ciencia humana como expresión del centro más íntimo
del hombre; segundo - y en esto quizás consista lo
más sorprendente -, es que al situar al individuo en
el plano de la coordinación de las interacciones re-
currentes junto a otros, lo despoja al mismo tiempo
de toda certidumbre absoluta de lo personal y lo in-
vita a situarse en una perspectiva más amplia: la de
la creación de un mundo junto con otros. La pregunta
horadante es entonces ¿cómo se configura el cono-
cimiento? Toda la teoría del conocimiento depende
de la respuesta que se dé a este planteamiento. Mat-
urana para este problema difícil propone un concep-
to, igualmente, difícil: acoplamiento estructural.
Esta noción presupone que todo conocimiento (que
es una operación emergente autopoiética) opera
como un sistema determinado sólo desde el interior
mediante sus propias estructuras. Se excluye, en-
tonces, el que datos existentes en el entorno puedan
especificar, conforme a las estructuras internas, lo
que sucede en el sistema.
Maturana diría que el acoplamiento estructural se
encuentra de modo ortogonal con respecto a la au-
todeterminación del sistema. Esto quiere decir que
una certeza inmediata de la realidad, aunque no de-
termina lo que sucede en el conocimiento, debe es-
tar presupuesta, ya que de otra manera la autopoie-
sis cesaría.
En este sentido, todo conocimiento está previa-
mente acoplado de manera flexible al entorno (o no
existiría), pero hacia el interior del radio de acción
que se le confiere, el conocimiento tiende a dar re-
spuestas acopladas en modo rígido. La realidad, por
consiguiente, sirve sólo de medio flexible y abierto,
para que el conocimiento aporte, desde sí mismo,
acoplamientos rígidos y configurados según su pro-
pia idea de orden.
Niklas Luhmann, sociólogo de origen alemán, uno de
lo más originales y controvertidos de las últimas dé-
cadas del siglo XX, considera que la comunicación
101
cumple con estos requisitos:
a) La comunicación es social, dado que necesita de
al menos dos personas para producirse.
b)La comunicación es pasajera, apenas comienza,
también empieza a desvanecerse.
c)La comunicación va dejando puentes, va tendien-
do conexiones con otras comunicaciones que per-
miten continuar la autopoiesis del sistema social.
La teoría general de los sistemas autopoiéticos exige,
que se indique con precisión la operación que realiza
la autopoiesis del sistema y que de ese modo delimi-
ta al sistema con respecto a su entorno. En el caso de
los sistemas sociales, esto sucede mediante la co-
municación. La comunicación tiene todas las propie-
dades necesarias para la autopoiesis del sistema: es
una operación genuinamente social: ¿Como tal? Es
una operación social, porque presupone el concurso
de un gran número de sistemas de consciencia, por
eso, como unidad, no puede ser imputada a ningu-
na conciencia sola. Es social porque de ningún modo
102
puede ser producida una conciencia común colec-
tiva, es decir, no se puede llegar al consenso en el
sentido de un acuerdo completo; y sin embargo, la
comunicación funciona. ¿Es autopoiética y es otra
versión del mismo argumento? En la medida en que
puede ser producida sólo en un contexto recursivo
con otras comunicaciones y, por tanto, sólo en una
trama a cuya reproducción concurre cada una de las
comunicaciones (Luhmann, 1993, p. 45).
El común denominador se sustentaba en que el con-
ocimiento surge mediante el aprendizaje y este me-
diante la enseñanza y del estudio disciplinado y así
respondimos a las diversas teorías del desarrollo de
la personalidad y su implicación en la construcción
de los modelos pedagógicos.
¿CÓMO DESCIFRAR LA DINÁMICA DEL APREN-
DIZAJE, EN LA COMPLEJIDAD DE LA VIDA?
Si a diferencia de las concepciones disociadas mod-
ernas, aceptamos que el conocimiento nace, se de-
sarrolla y se transforma a través de los encuentros
del ser humano con el mundo, tendremos que admitir
 Figura N°50-51: Niños de la Escuela de Tuetal, interactúan en el abonado del bosque Sa-Ka-Mina-.
El Eco–Campus actuando como un ecosistema, procesos de autopoiesis, y acoplamiento estructural, el aula abierta,
el abono utilizado, se obtiene de un proceso de compost de residuos orgánicos provenientes de la soda, Sede Central, UTN. 2016.

103
que existirán tantas imágenes del universo como
modos de interacción puedan existir.
La “complejidad” de la experiencia humana se nos
presentará entonces con infinitos rostros siempre
cambiantes. Los seres humanos no constituimos una
excepción a la naturaleza, somos parte inextricable
de ella. Nuestro saber no surge del aislamiento sino
de la exploración: aprehendemos el mundo interac-
tuando con él como organismos vivos, somos afect-
ados por el entorno y participamos en su permanente
transformación. Nuestra experiencia no es individu-
al ni pasiva sino culturalmente moldeada, corporal-
mente encarnada y colectivamente construida.
Con esa lógica de pensamiento, iniciemos por com-
prender a los neurocientificos chilenos: Humberto
Maturana y Francisco Varela, de acuerdo con la te-
oría de Santiago, que la cognición es el proceso mis-
mo de la vida y que precisamente, como cita Fran-
cisco Varela: “El cerebro es… un sistema altamente
cooperativo: las densas interacciones entre sus
componentes comportan que eventualmente todo lo
que sucede sea una función de lo que todos los com-
104
ponentes están haciendo…. Como resultado de ello,
el sistema entero alcanza una coherencia interna en
intrincados patrones, aunque no podamos explicar
como ocurre exactamente” (Capra, 2009, p 276)
La identificación de la cognición con todo el proce-
so de la vida, incluyendo percepciones, emociones
y comportamiento y su comprensión como un pro-
ceso que no comporta trasferencia de información
ni representaciones mentales de un mundo externo
requieren una radical ampliación de nuestros marcos
conceptuales, científicos y tecnológicos. (Capra,
2009, p 295)
Las interacciones del sistema vivo con su entorno son
interacciones cognitivas y el proceso de vida mismo
es un proceso de cognición. En palabras de Matura-
na y Varela: Vivir es conocer.
Si la vida es esencialmente, aprender, significa que
estar vivo, es sinónimo de estar interactuando, como
aprendiente, con la ecología cognitiva donde se está
inmerso, desde el plano biofísico hasta el más ab-
stracto plano mental. Además de esa visión, lo men-
tal nunca se separa de la ecología cognitiva que hace
viable el organismo.
Si los que nos hace humano es el modo de vida y si
existimos en el lenguaje, mediante este sistema de
comunicación, conformado por redes y esta nos
permiten reflexionar, para poder tomar decisiones
que nos invitan a cambiar de dirección, sobre la re-
cursión de los haceres y la convivencia generacional.
En mi experiencia de vida, como educador, en el nivel
universitario, y en las organizaciones laborales, du-
rante estos 34 años, el objetivo común ha consistido,
en desarrollar conceptos que puedan transformar el
conocimiento para proponer nuevas experiencias,
que alcancen una nueva visión y toma de conciencia.
En el primer caso, para la formación de profesionales
y en el segundo, para generar una cultura preventiva
esencialmente de acuerdo a mis especialidades en
prevención de riesgos del trabajo y sostenibilidad
ambiental.
Los grupos en los que logre mejores resultados, el
común denominador adquiría como punto de partida,
una sinergia química de motivaciones compartidas,
diríamos de ondas energéticas que generaban una
simbiosis profesor-alumno, en el primer caso enam-
orando al aprendiente brindándole la confianza y el
respeto de que juntos, porque trabajando en equipo
las metas de aprendizaje se logran más fácilmente.
En el año 2003, me correspondió impartir un curso
en materia de prevención de riesgos ocupacionales,
a estudiantes de último año de la escuela de Inge-
niería Química de la Universidad de Costa Rica, y en
el mismo periodo de tiempo asesoraba a una organi-
zación trasnacional en el área agroindustrial, en Pital
de San Carlos.
La metodología utilizada para el diagnóstico en ma-
teria de Riesgos del trabajo, consistía en desarrol-
lar un mapa de riesgos, en el caso de los estudiantes
universitarios el proyecto final del curso era presen-
tar el mapeo en una organización que definieran pre-
viamente.
En el caso de la agroindustria, se aplicaba el mis-
mo método, lo distinto era que los trabajadores que
105
participarían contaban algunos con la primaria, y
otros no sabían leer ni escribir. La diferencia no era
la escolaridad, lo significativo es que sus actividades
ocupacionales era su forma de vida y por consigui-
ente con una experiencia laboral vivencial.
Al final, los resultados fueron evidentes: el mapeo de
riesgos construido por los trabajadores de acuerdo
con su experiencia de vida, resultó una herramienta
para la toma de decisiones valiosa, en virtud de que
como dice el dicho popular, “Solo al que le estorba el
zapato, sabe dónde le chima”.
contribuye a la red de interconexiones humanas, y
que nos junta en las ganas de vivir en contraposición
con el destino final que es la muerte.
Estas no se sustentan si no existe un cambio radi-
cal en nuestro patrón de vida y en nuestro accionar,
como muy bien lo plantea Albín Toffler, “Los anal-
fabetas del siglo XXI no serán los que no puedan leer
y escribir, sino quienes no puedan aprender, desap-
render y volver a aprender”.

Este ejemplo nos demuestra de acuerdo con la teoría

de San Tiago, que el nicho ecológico, en donde se
gesta el conocimiento es la vida misma, la experien-
cia de los cotidiano, nadie quita lo vivido y lo bailado,
la autopoiesis, la morfogénesis, las redes, las inter-
conexiones, la sinergia, las formas de organización,
las estructuras disipativas, las miles conexiones
neuronales sin duda se acoplan estructuralmente en
el amor, el afecto, la pasión, que los seres humanos
logremos de la forma más diáfana compartir con
nuestro entorno inmediato que es la biosfera, que

106
Figura N°52: En la celebración del día del agua. Conversatorio con estudiantes de la escuela de Tuetal, Cede Central, UTN. 2016.

107
4.2 El Eco–Campus, se convierte en un aula
abierta.

En relación con estos fundamentos, el primer Conse-

jo de la Sede Central, constituido en la primera elec-
ción democrática que se instituyó en la Universidad
Técnica Nacional, por un periodo de un año, (2011)
en su sesión número 9-2011, emite el siguiente Ac-
uerdo N°1:

“Encomendar al señor decano para que en la próxima

sesión presente un informe con un cronograma de
avance de los proyectos prioritarios aprobados por
este Consejo de sede. Que incluya, una pro-
puesta para la consolidación de un Campus univer-
sitario de naturaleza ecológica” Eco–Campus.

Este primer acuerdo significa, cumplir con un man-

dato definido en el Estatuto Orgánico, y fortalecer el
compromiso de liderazgo ineludible de la Universi-
dad Técnica Nacional, con el Ambiente, como uno Figura N°53: La identidad es fundamental el lema de la Sede Central, se construyó, con la
participación del colectivo, para lo cual se definió mediante un concurso, 2014.
de los ejes, que junto al emprendedurismo, la inno-
vación y la calidad, se convierten en los cimientos,
108
que sustentan la acción universitaria.

El deber asumido nos indujo a diseñar un Plan Mae-

stro, que razonaba que los 92 mil metros cuadrados
de terrenos en que se ubica la Sede Central, fueran
considerados, como un todo, partiendo del princip-
io la unidad, dentro de la diversidad y certificara el
concepto de Eco-Campus, para lo cual se interpreta
la visión de una aula abierta, que interactúa junto con
la gestión académica, los indicadores cuantitativos,
para la mitigación de impactos según los programas
de acreditación y en el diseño y la construcción de
la infraestructura, que considera criterios que imi-
tan la vida en lo que la ingeniería moderna denomi-
na la biomimesis; el científico, Fritjof Capra, le diría
eco-alfabetización.

Esto significa la definición de pasillos democráticos,

que promueven la relación armoniosa de los apren-
dientes en una simbiosis con el paisaje, que la for-
esta aproxima a descifrar un entorno de armonía con
nuestra casa común y la motivación para que los fu-
Imagen: N°54: Diseño del Plan maestro del Eco-Campus de la Sede Central, UTN. 2013.
turos profesionales, incorporen esos valores en la
cotidianidad de sus vidas y disciplinas.

109
Imagen: N°55-56: Pasillos democráticos, las interconexiones son vitales, para la recreación y el flujo peatonal,
redes que se articulan en una comunidad de aprendientes.

110
Como muy bien lo indican los autores del libro Eco
pedagogía y ciudadanía planetaria, Francisco Guti-
érrez Pérez y Cruz Prado Rojas: “Una sociedad plan-
etaria que se caracterice por la apertura, dinamici-
dad, interactividad, y complejidad requiere procesos
pedagógicos igualmente abiertos dinámicos y cre-
ativos donde los protagonistas –como sujetos del
proceso- estén en actitud de aprendizaje permanen-
te y, por tanto, participen se expresen y se relacionen
tal como se concibe en la mediación pedagógica.”
(Gutiérrez y Prado 2015, p.52).

Estas imágenes del Eco Campus de la Sede Central,

del Plan Maestro, evidencia que la prioridad, en el
uso, aprovechamiento, de las instalaciones, se les
brinda a los estudiantes, profesores, personal ad-
ministrativo, visitantes, comunidad civil, para lo cual
se dejan 15 metros cuadrados libres, que permitan el
tránsito libre por los pasillos democráticos, espacios
de soporte, áreas verdes, circuitos recreativos.

Afirmando y brindando continuidad a los esfuerzos

Imagen: N°57: Sistemas de acreditación, bandera azul y cambio climático,
que se realizan, en la implementación de los de- actividades para reforzar la identidad del Eco-Campus,
galardones obtenidos por la Cede Central, UTN. 2017.
nominados Planes de Gestión Ambiental (PGAI), se

111
Imagen: N°58-59: Actividades de siembra de árboles, inauguración del bosque Sa- Ka-mina,
en coordinación con la rectoría, el gobierno local, escuelas y la sociedad civil, Sede Central, UTN. 2014.

112
tiene como consecuencia la obtención de la certifi-
cación de la Bandera Azul Ecológica: este mérito se
consolida cada año, cuando en un acto solemne, en
conmemoración del día mundial del ambiente, con
la participación del Señor Rector, entre otras activ-
idades, se iza la bandera, como reconocimiento al
esfuerzo de continuar conservando los estándares
ambientales que permiten contar con cinco estrellas;
esto es un premio al trabajo realizado, fundamen-
talmente en ahorro energético, del agua, manejo de
residuos, planes de emergencia y tres estrellas en el
programa de cambio climático. (Véase el anexo 1)
Esta disposición, se armoniza en el diseño de jar-
dines y en la consolidación del bosque Sa-ka Mina,
(Nuestra Madre Tierra, en el lenguaje Kabecar), ubi-
cado en el sector sur detrás de la nave y la torre de
laboratorios.
En este futuro arboreto, con un área de 10,000 metros
cuadrados, se sembraron 350 árboles de especies
nativas y en proceso de extinción, con la ayuda de
la Comunidad Universitaria, estudiantes de escuelas
vecinas, la Municipalidad de Alajuela y empresarios.
Se ha convertido en el referente del vertedero del
dióxido de carbono, como consecuencia de las ac-
tividades que se realizan en el ecosistema, en los
balances de masa y energía para el funcionamiento
normal.
Este icono es un ejemplo de la prioridad del Eco–
Campus, y contradice los postulados de la economía
de mercado, si se desarrollara en función del valor
del costo por metro que tiene esa área para fines
comerciales.
La primacía no está en la construcción desmedida
de edificios y áreas asignadas a parqueos y saturar
el paisaje universitario, con asfalto, hormigón arma-
do, se busca el efecto sensorial del paisaje y de es-
pacios libres para el esparcimiento, la recreación el
deporte, la cultura el arte, la integración del todo en
la diversidad.
El Eco-Campus ha conceptualizado el diseño de si-
tio del nuevo ingreso a la UTN, que se construirá en el
año 2018, para lograr un acceso más ágil; se ubicado
por el sector este, que colinda con el City Mall inter-
113
nacional e incluye una ciclo vía y pasillos democráti-
cos, con siembras de árboles, para continuar con la
lógica de estética y el paisaje, que caracteriza nues-
tro nicho ecológico.

Imagen: N°60: Diseño de sitio del nuevo ingreso, sector este, Sede Central, UTN. 2015.

114
4.3 Diseños desde la Biomimesis.

El otro criterio fundamental en el diseño de la Sede

Ecológica, se asocia a la construcción de los edifi-
cios, para lo cual se utilizan los criterios LEED (Lead-
ership in Energy & Environmental Design) que se
fundamenta en la incorporación de razonamientos
de eficiencia energética, para lo cual hace uso de
energías alternativas en los procesos de diseño, efi-
ciencia en el consumo de agua, selección de materi-
ales y sostenibilidad, y la aplicación de razones tipo
LEAN (Lean Manufacturing) que se basa en la mod-
ulación, flexibilidad, reducción de costos, cero des-
perdicio, productividad, calidad y mejora continua.

Este nuevo inmueble, con un costo de tres millones

de dólares, con capacidad para 24 aulas, alberga
a 824 estudiantes distribuidos en dos niveles, para
una área de 2060m², distribuida en sitios académi-
cos y 1340m² en espacios urbanos.
Figura N°61: Vista del diseño del Módulo seis, Eco-Campus,
Su ubicación geográfica responde a una estrategia Sede Central, UTN. 2013.

de emplazamiento e integración del inmueble con su

115
 entorno, permitiendo del desarrollo de técnicas pa-
sivas de control climático, tales como: reducción del
soleamiento, ventilación cruzada, control de tem-
peratura por medio de la selección de materiales y la
altura entre piso y cielo.

El diseño de espacio urbano consiste en una área

abierta con mobiliario multifuncional y rematado con
un anfiteatro que propone a sus usuarios un entor-
no cómodo que propicia dinámicas de encuentro y
esparcimiento que van desde conversación casual
hasta la organización de un concierto.

En el centro de este patio, se ubicó una rampa de

Imagen: N°62: Módulo seis, espacios para la integración, anfiteatro. Eco-Campus, Sede
Central, UTN. 2013.
acceso en forma de U que bordea una fuente; esta
rampa conecta al edificio actual con la construcción
a futuro a través de un puente de uso peatonal en el
segundo nivel. Tal solución arquitectónica evita la
utilización de elevadores para cada edificación y con
esto el aumento en los costos energéticos y de man-
tenimiento.
La edificación está diseñada de tal manera que todos
los sistemas eléctricos y luminarias son certificados

116
 de bajo consumo energético, la instalación y/o siste-
mas mecánicos son de bajo consumo de agua, parte
del diseño fundamental es el tema de reutilización de
la misma.

Para esto, se diseñó un tanque o reservorio, el cual

es llenado con agua de lluvia y sirve para el abasto
de la edificación en los inodoros, fuente y riego.

La estructura primaria de las edificaciones se basa

en una solución de marcos de concreto y paredes en
mampostería utilizando la modulación de los blo-
ques de concreto y ladrillo.

La estructura de techo en forma curva con cerchas

tubulares y clavadores en perfiles Z, trabajan como
un diafragma de forma integral con el resto de la
estructura, la cubierta de techo es de tipo metálica
esmaltada, incorporando aislantes térmicos.

Los acabados se conceptualizaron de tal forma que

el material refleje el método constructivo, las pare-
Imagen: N°63: Módulo seis, rampa y paneles solares.
Eco-Campus, Sede Central, UTN. 2013. des en block sisado, tanto en bloques de concreto
como de ladrillo, las columnas y vigas en concreto

117
expuesto, la estructura secundaria en tubo estruc-
tural y bajantes en hierro negro.

Los pisos en porcelanato gris para darle continuidad

y armonía con los materiales predominantes.

En los recorridos y pasillos, se utiliza una loseta es-

pecialmente diseñada para personas no videntes,
de forma tal que por medio de las texturas de piso la
persona identifique en cuándo hay una intersección
o cruce.

Los cielos en primer nivel son suspendidos en fibra

mineral, que ayudan con la acústica, igualmente las
particiones móviles están pensadas para cumplir con
la flexibilidad de los espacios y lo especificado de
forma acústica y segura.

Además, el edificio cuenta con alarmas y previstas,

alumbrado externo con lámparas solares, zonas
verdes, salidas y escaleras de emergencias, se in-
cluye sistema contra incendio, cableado estructura-
Imagen: N°64: Tanques para la recolección de agua de lluvia.
do, planta de emergencia y equipo especial. Eco-Campus, Sede Central, UTN. 2013.

118
Con el objetivo de ser consecuentes con la visión
de Eco–Campus, se cuenta con una planta de trat-
amiento de aguas residuales, que utiliza como prin-
cipio un biorreactor de alta eficiencia y una laguna
de desfogue, para aguas pluviales.

La inauguración del Centro de Acceso a las Tec-

nologías y la actual construcción de la torre de lab-
oratorios, para la formación de ingenieros, se diseña
para el desarrollo de modelos de investigación en
energías solares, y forman parte de los compromisos
en materia ambiental.

Este nuevo centro de desarrollo de ingenierías, con

un costo que supera los tres millones de dólares,
para un área constructiva total de 1728m, se conci-
bió como una obra de infraestructura que diera base
a la experimentación y la enseñanza técnica a través
del uso de técnicas constructivas, que respaldan
ambientes de mediación pedagógica inclusivos, en
la expresión de la acción formativa, expresada en la
cotidianidad del currículo universitario.
Imagen: N°65: En general, toda la edificación está diseñada para cumplir con lo estipulado
en las especificaciones y normativa de seguridad humana sin dejar de lado la ley 7600
que es una premisa importante del diseño. Sede Central, UTN.
El espacio está constituido por dos tipologías: uso

119
 académico y uso administrativo, teniendo siempre
la posibilidad de usar de forma alternativa cada uno
de los espacios para la investigación y atención a es-
tudiantes.

Los espacios fueron diseñados tomando en consid-

eración toda la normativa nacional y, por supues-
to, los mayores aprovechamientos académicos, de
tal manera que todas las instalaciones eléctricas,
mecánicas e hidráulicas están expuestos, para que
de esta forma los estudiantes puedan comprender la
complejidad constructiva, la aplicación práctica de
los sistemas y la forma adecuada de identificación y
reparación.

Adicionalmente, el inmueble cuenta con capacidad

suficiente para soportar en el 100% de su cubierta
paneles fotovoltaicos, ya que la orientación, inclin-
ación, y capacidad soportante fue diseñada para
este tipo de uso.

En complemento, los sistemas electromecánicos

Imagen: N°66-67: Planta de tratamiento de aguas residuales, utiliza un reactor biológico y
laguna desfogue, Sede Central, UTN. fueron seleccionados con gran detalle para contar
con tecnología de avanzada y de bajo consumo en-

120
Imagen: N°68: Crecimiento de los árboles, dos años después de ser sembrandos,un verdadero arboretum, nuestro referente de vertedero de CO2.
El aula abierta a bucles permanentes de energía, en sus ciclos naturales, de la teoría de San Tiago,
a la autopoiesis vivencial, a la eco –alfabetización , hacia la formación de acciones en valores. Sede Central, UTN.

121
 ergético.

Como parte del concepto de democratización de

los espacios, y la aplicación del plan maestro del
Eco-Campus, el inmueble representa un ejercicio
de diseño participativo, por cuanto su definición fue
producto de un equipo interdisciplinario de alto nivel
conformado por empresas consultoras y equipo pro-
fesional de la institución, que buscó el mejor aprove-
chamiento de los recursos desde la perspectivas fi-
nancieras, técnicas y académicas.

Imagen: N°69: Centro de desarrollo Tecnológico, para la investigación de energía solar,

Sede Central, UTN. 2017.

122
 Imagen: N°70: Equipo interdisciplinario, definiendo las estrategias de diseño, desde la visión ingenieril de la biomimesis.
Con la presencia del señor rector, Marcel Prieto. Como lo apunta el educador venezolano, Simón Rodríguez.
Si queremos dar sentido a lo que hacemos, ante todo debemos sentirlo porque lo que no se siente no interesa. (F. Gutiérrez, C. Prado. p.51)

123
4.4 Incorporación de la dimensión ambiental
desde CONARE.
Los esfuerzos realizados en materia ambiental, des-
de la UTN, adquieren esa sinergia, con la incorpo-
ración en el año 2015, en las comisiones definidas
por la Comisión Nacional de Rectores y específi-
camente, en la Comisión Interuniversitaria de Edu-
cación Ambiental (CIEA), instancia que reúne al per-
sonal académico de las cinco universidades públicas
costarricenses, para promover la incorporación de la
Educación Ambiental (EA) como dimensión ambien-
tal en su quehacer.
Se podría decir que las universidades son las encar-
gadas de brindar las oportunidades para la construc-
ción de conocimientos y el aprendizaje de valores
necesarios para para enfrentar la situación ambien-
tal actual y futura, de estas instituciones depende en
gran medida, la transformación de la cultura ambien-
tal; se entiende como cultura el reconocimiento del
paso de los seres humanos por la vida. Este modo de
vida está en constante cambio, por lo cual las metas
124
o aspiraciones que se buscan alcanzar se logran tan-
to individual como socialmente. (Fallas, 2012, p. 38)
Al considerar la Educación Ambiental como una di-
mensión, es posible permear todo el currículo con
un enfoque de transversalidad, con el propósito de
propiciar valores y conductas, que permitan abordar
positivamente la relación con el ambiente.
González-Gaudiano (1998) considera que la Ed-
ucación Ambiental se articula según ejes concep-
tuales, metodológicos y de significación dentro del
currículo de la educación. La integración de la Edu-
cación Ambiental en el currículo requiere una inno-
vación en varios aspectos (Novo, 1991; Novo 1993):
Conceptual, interdisciplinariedad, transdisciplinar-
iedad, proyectos integrales, Unidades integradoras
de enseñanza aprendizaje, Restructuración del cur-
rículo.
Desde estas miradas, en coordinación con la Sub-
comisión Universitaria de Educación Ambiental, se
planificó una serie de cursos, con el fin de introducir
la dimensión ambiental en el quehacer de las univer-
sidades estatales, en este caso particular con la UTN:

El primer modulo se le denomina. “Acercamiento a

la integración curricular y universitaria a la dimen-
sión ambiental” mediante el cual se logran plasmar
las experiencias en esta materia desarrolladas en la
universidad, así como generar estrategias para la
ambientalización curricular universitaria.

El segundo modulo se desarrolla bajo la modalidad

virtual y se le denomina: Introducción de la sensibili-
zación a la acción ambiental, para lo cual los grupos
de trabajo, desarrollan proyectos desde el desarrol-
lo de Eco –Campus, experiencias educativas y tra-
bajos comunales, utilizando las experiencias desar-
rolladas en las ASADAS. Los facilitadores revisan los
borradores de los proyectos y proceden a su devo-
lución.

El tercer módulo es presencial y se le denomi-

na “Trascendiendo de la sensibilización a la acción
ambiental”. Se procede con la propuesta oral de la
Imagen: N°71: Dra. Jaqueline Fallas de la UCR,
incorporación de la Dimensión ambiental, de cada dirigiendo el taller en el edificio Luis Alberto Monje.
Sede Central, UTN. 2016.
grupo de trabajo y entrega del documento final.

125
4.5 Sueños vivenciales y esperanzas.
Los cimientos para sustentar el Desarrollo Sostenible,
comienzan por la educación, como muy bien lo ex-
presa el ex-secretario general de las Naciones Uni-
das, Ban Ki-moon.
La educación es un derecho fundamental y la base
de cualquier país. Los padres necesitan tener cono-
cimiento sobre salud y nutrición, para poder brindar a
sus hijos la infancia que merecen. Para ser prósperos
los países necesitan trabajadores cualificados y ed-
ucados. Los desafíos de la erradicación de la pobre-
za, la lucha contra el cambio climático, y el logro de
un desarrollo verdadero sostenible en los próximos
decenios nos conminan a actuar juntos. Con colab-
oración, liderazgo y unas inversiones acertadas en
educación podemos transformar la vida de las per-
sonas, las economías de los países y nuestro mundo
en general. (Belaúnde, M. Lescano, J. Reyes, C. Val-
dez, 2015, p. 436)
Esta transformación de valores en acciones en la es-
126
encia misma del Eco Campus, hacia la construcción
de Comunidades Sostenibles. Un valor es una pref-
erencia fuerte y duradera que un individuo o grupo
tiene hacia un objeto una conducta o un modo de
vida. (Rokeach citado por Caduto, 1985). Las creen-
cias y las actitudes que se posean van a influir en los
valores que tienen las personas y estos afectan la
forma de vida de los seres humanos el entorno o el
ambiente en general.
Estudios realizados en 47 países que participaron
en la Encuesta Mundial, sobre valores 2005-2008,
cuanto más alto es el nivel de educación, mayores
son las probabilidades de que las personas expresen
preocupación por el medio ambiente. Es importante
considerar que en la encuesta mundial sobre valores
2010-2012, cuando se les obliga a escoger entre
proteger al medio ambiente o impulsar la economía,
los encuestado con estudios secundarios dan mayor
prioridad al medio ambiente que los de niveles edu-
cativos inferiores.(Belaúnde, M. Lescano, J. Reyes,
C. Valdez, 2015, p. 446)
Como lo describe el científico Basarab Nicolescu,
“La universidad es el lugar privilegiado para adaptar
la formación a las exigencias de nuestro tiempo; y el
eje que garantice la educación tanto para los niños y
adolescentes como para los adultos” (B. Nicolescu,
1996, p.98).
Esta propuesta vivencial representa el modelo que
desde la dimensión teórica, encontramos en los pro-
tocolos que estandarizan la gestión de la calidad,
para vivirlo en su propia puesta en escena una sim-
biosis que nos une a forjar procesos de cambio, a in-
dagar sobre la incorporación de nichos de cognición
ecológica, que nos permite entender el equilibrio
dinámico de la naturaleza, comprender su sistemat-
icidad abierta, las interrelaciones que se dan para
que exista precisamente este equilibrio dinámico,
que da, mantiene y es la vida en un ecosistema glob-
al; esa es la mediación, diáfana, sensorial, abierta,
dinámica, creativa, innovadora, el aula abierta, que
sola se ejemplifica, en el vivir y convivir.
Y es así, como en una búsqueda, sin tregua, forja-
mos nuestros sueños, nuestras ilusiones y el tiempo,
esa utopía inmortal, nos alcanza, nos abraza y en un
sentir y abrir de ojos estos, se convierten en una re-
alidad.
Miles de jóvenes en este país, en las diferentes Sedes
que conforman la UTN, son prueba fehaciente de esa
afanosa pasión que nos une por compartir nuestras
ilusiones, que como bien lo escribió el filósofo chi-
no Confucio aproximadamente hace cerca de dos mil
quinientos años:
“Sí haces planes para un año, siembra arroz. Sí haces
planes para una década, planta árboles, pero sí hac-
es planes para toda la vida, educa a un pueblo”
Y aún, esa maravillosa y exclusiva acción humana
continúa siendo un reto, una aspiración y el motivo
central de que este esfuerzo colectivo que con tanto
orgullo, disciplina, pasión y amor, expongo en este
trabajo doctoral.
Se convierte, en esa muestra ineludible de la impron-
ta capital que como especie hemos venido fraguan-
do a través de la educación.
127
Imagen: N°72: Esperanzas compartidas, niños y naturaleza. Siembra de un árbol de Roble Coral, Jardín Botánico Iriria, Rio Cuarto de Grecia. 2016.

128
Solo en esta sede, 5564 estudiantes forjan su futuro
en programas académicos ligados a diferentes áreas
del conocimiento, específicamente en las inge-
nierías, la tecnología, las ciencias administrativas,
el arte y las humanidades, así como en programas
técnicos, cursos libres, acción social, con la partici-
pación ciudadana de más de dos mil alumnos bimen-
sualmente, logrando una conexión con el colectivo.
Este salto cuantitativo ha significado, como universi-
dad técnica, proponer una ruptura del sistema tradi-
cional de aprendizaje, caracterizado por una relación
de poder tradicional del docente de forma unidirec-
cional, para lograr una metamorfosis que facilite es-
pacios que propicien la generación de comunidades
de aprendientes.
Desde la confirmación de la política, asumiendo un
compromiso al más alto nivel, diseñando un plan
maestro que defina los criterios de sostenibilidad
ambiental en la ubicación de espacios, el diseño y
construcción de los edificios, laboratorios, áreas de
esparcimiento, articulando procesos, procedimien-
tos, desarrollando estrategias de integración con
proveedores y contratistas en materia de gestión
ambiental y sin duda todos comprometidos en una
sola sinergia por lograr una avenencia entre el cur-
rículo, la gestión académica, la calidad, la inclusión,
como elementos que integra nuestra razón de ser y
en armonía con el ambiente, en un proceso perma-
nente de eco-alfabetización.
Se busca fomentar una conducta ambientalmente
responsable, la cual promueva en las personas el
desarrollo de una actitud favorable hacia la acción
ambiental. Según la teoría expuesta por Emmons
(1997), el comportamiento humano es producto de
la integración del conocimiento ambiental, valores
ambientales, sensibilidad y actitudes positivas hacia
el entorno que se concreta en habilidades y proced-
imientos personales, que reflejan el convencimiento
de la pertenencia del ser humano al ambiente. Una
acción ambiental positiva es una conducta producto
del empoderamiento y del sentimiento de pertenen-
cia al ambiente. (J, García 2010, P.38)
Es preciso concentrarse en fomentar el desarrollo de
valores ambientales en busca de la transformación
129
de la cultura ambiental.
Creemos que una buena manera de iniciar el cambio
es empezar por las actividades cotidianas de nuestro
quehacer personal y profesional (marco de referen-
cia), pues allí es donde se cristaliza la formación so-
cial y germina la posibilidad de reconstrucción real,
trascendiendo al discurso. Así, lo fundamental para
cambiar es tomar nosotros mismos la decisión de dar
el salto.
la cual es mucho más que el simple pensamiento o la
acumulación de conocimientos y experiencias. Esta
comprensión se consigue no con “la concentración”
que fuerza la mente restringiéndola, sino con “la
atención”, proceso exento de temor y que da paso a
una consciencia ilimitada (Krishnamurti, 2002).

Desde esta postura, no habría que esperar a que

aparezca algo extraordinario para motivar los cam-
bios, sino que estos inician desde la cotidianidad del
día a día, es como un hábito que cuesta al principio,
pero al ser propositivos, transformadores, creativos,
estamos motivando al cambio.

La única revolución que puede realizar el cambio re-

querido es la que puede generar la educación en la
totalidad de la mente. Esto implicaría tener una mente
despierta, no una mente acumulativa-repetitiva. Por
ello, el fin de la educación se centrará en “la trans-
formación radical de la mente para la comprensión”,

130
Imagen: N°73: “En esta Universidad todos somos aprendientes”.
Administración Universitaria, UTN. 2017.

131
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137
 ANEXO 1
Líneas de acción Eco Campus de acuerdo con los
criterios para el Campus Universitario
Transporte sostenible
• Fomentar la reducción en el uso de vehículos
particulares.
• Fomentar el uso de transporte público.
• Fomentar la caminata y el viaje en bicicleta
como principios de transporte.
• Planificar el acceso, transporte y seguridad vial
en el campus.
• Planificar y ordenar las áreas de estaciona-
miento.
Diseño y Ordenamiento del Campus
• Introducir criterios ambientales en el diseño de
los edificios.
• Proponer técnicas para mejoras ambiental-
138
mente los edificios existentes.
• Planificar la correcta ocupación de los espa-
cios y de áreas de crecimiento.
• Planificar y diseñar los espacios exteriores de
los edificios.
• Eliminar barreras arquitectónicas.
• Señalizar.
• Potenciar el correcto funcionamiento de todo
tipo de instalaciones.
• Mantener periódicamente las instalaciones.
• Promover la implantación de energías alterna-
tivas (solar, eólica, etc.)
• Proteger y conservar las áreas naturales.
• Implementación de sendero aeróbico.
Gestión y minimización de recursos
• Controlar y gestionar residuos peligrosos
derivados de las actividades de la universidad.
• Reducir la generación de residuos.
• Gestionar la recolección selectiva de papel,
cartón, vidrio, pilas, plástico, tonners, cartuchos de
impresoras, residuos de aparatos eléctricos o elec-
trónicos.
• Reciclar y/ o reutilizar papel, cartón, restos
vegetales de podas, de actividades de jardinería y
aceite de cocina utilizado en comedor universitario y
bares concesionados.
• Controlar la cantidad y tipo de residuos gener-
ados.
Gestión y ahorro del agua
Calidad del aire
• Exigir el cumplimiento de la Resolución que
prohíbe fumar en espacios cerrados.
• Fomentar la reducción de la circulación vehic-
ular para evitar la contaminación atmosférica.
• Verificar actividades dentro del Campus que
manipulen material en suspensión.
Eficiencia Energética
• Racionalizar el uso de la iluminación artificial.
• Sustituir lámparas comunes por lámparas de
bajo consumo.
• Instalar temporizadores.
• Incorporar el uso de energías alternativas.
• Introducir criterios ambientales en el diseño
de edificios.
• Control del consumo de energía.
Criterios ambientales de compras y contratos
• Introducir criterios ambientales en la compra y
contratación de servicios.
• Seleccionar y adquirir los productos que en su
proceso de producción realicen el menor impacto al
medio ambiente.
Indicadores ambientales
• Completar datos necesarios existentes y de-
terminar los faltantes
• Centralizar la información.
• Realizar estadísticas con los datos de los indi-
cadores obtenidos.
139
 Control y confort ambiental
• Monitorear y evaluar los indicadores ambien-
tales
Gestión de áreas verdes
• Potenciar la biodiversidad en el campus y fa-
vorecer la utilización de especies autóctonas.
• Relevar y monitorear el estado de la vegetación
del campus.
• Diseñar nuevas áreas y seleccionar de las es-
pecies vegetales más adecuadas a las característi-
cas de la región y el entorno del campus.
• Creación de espacios recreativos naturales.
• Aprovechar las aguas pluviales para riego de
espacios verdes.
• Incorporar sistemas de riego automatizado
para evitar derroches de agua.
• Capacitar al personal destinado al manten-
imiento de espacios verdes.
140
Educación y sensibilización ambiental
• Organizar el Voluntariado Ambiental.
• Realizar campañas de sensibilización, for-
mación y participación.
• Elaborar y difundir manual de buenas prácticas
del Campus que consideren las líneas de acción pro-
puestas.
• Realizar cursos, seminarios, talleres, folletos,
etc. sobre temas específicos para informar y sensi-
bilizar a la comunidad universitaria
• Fomentar la participación de los alumnos y
personal de la universidad en temas ambientales.
• Difundir eventos, cursos, seminarios, etc. rela-
cionados al medio ambiente.
• Uso del campus como laboratorio de prácticas.
• Realizar actividades recreativas, deportivas y
formativas en espacios verdes del Campus.
ANEXO II
De acuerdo con criterios generales de planteamien-
to de Eco-Campus y espacios para la enseñanza, se
describen los siguientes puntos que serán utilizados
como criterios de evaluación para diversos espacios
del Campus de la Universidad de Costa Rica y de-
terminar así su idoneidad o la necesidad de plantear
mejoras en sus condiciones actuales.
Relación con el borde
• Relación de permeabilidad del borde conexo.
• Cercanía de servicios complementarios.
• Vinculación con la comunidad
Condiciones espaciales y de interconexión interna
• Planificar y diseñar los espacios exteriores de
los edificios.
• Planificar la correcta ocupación de los espa-
cios y de áreas de crecimiento.
• Eliminar barreras arquitectónicas.
• Señalización.
• Proteger y conservar las áreas naturales.
• Implementación de sendero aeróbico.
• Potenciar la biodiversidad en el campus y fa-
vorecer la utilización de especies autóctonas.
• Relevar y monitorear el estado de la vegetación
del campus.
• Creación de espacios recreativos naturales.
Gestión de recursos
• Introducir criterios ambientales en el diseño de
los edificios.
• Mantener periódicamente las instalaciones.
• Promover la implantación de energías alterna-
tivas (solar, eólica, etc.)
• Controlar y gestionar residuos peligrosos
derivados de las actividades de la universidad.
• Reducir la generación de residuos
• Gestionar la recolección selectiva de papel,
cartón, vidrio, pilas, plástico, tonners, cartuchos de
impresoras, residuos de aparatos eléctricos o elec-
trónicos.
• Reciclar y/ o reutilizar papel, cartón, restos
vegetales de podas, de actividades de jardinería y
aceite de cocina utilizado en comedor universitario y
bares concesionados.
141
• Controlar la cantidad y tipo de residuos gener-
ados.
• Aprovechar las aguas pluviales para riego de
espacios verdes

Conexión entre espacios

• Fomentar la reducción en el uso de vehículos
particulares.
• Fomentar el uso de transporte público.
• Fomentar la caminata y el viaje en bicicleta
como principios de transporte.
• Planificar el acceso, transporte y seguridad vial
en el campus.
• Planificar y ordenar las áreas de estaciona-
miento.

142
143