0 penilaian0% menganggap dokumen ini bermanfaat (0 suara)
54 tayangan7 halaman
Este documento resume tres videos del director Simon Rattle sobre el ritmo, el color y tres viajes a través de paisajes oscuros en la música del siglo XX. Explora cómo compositores como Stravinsky, Edgar Varese, Mahler, Nancarrow, Debussy y Schoenberg revolucionaron el uso del ritmo y el color. También describe los viajes de compositores como Bartók, Shostakovich y Lutoslawski que tuvieron que enfrentar la censura y el exilio político en sus carreras.
Este documento resume tres videos del director Simon Rattle sobre el ritmo, el color y tres viajes a través de paisajes oscuros en la música del siglo XX. Explora cómo compositores como Stravinsky, Edgar Varese, Mahler, Nancarrow, Debussy y Schoenberg revolucionaron el uso del ritmo y el color. También describe los viajes de compositores como Bartók, Shostakovich y Lutoslawski que tuvieron que enfrentar la censura y el exilio político en sus carreras.
Este documento resume tres videos del director Simon Rattle sobre el ritmo, el color y tres viajes a través de paisajes oscuros en la música del siglo XX. Explora cómo compositores como Stravinsky, Edgar Varese, Mahler, Nancarrow, Debussy y Schoenberg revolucionaron el uso del ritmo y el color. También describe los viajes de compositores como Bartók, Shostakovich y Lutoslawski que tuvieron que enfrentar la censura y el exilio político en sus carreras.
Landscapes La música del siglo xx es un reflejo de su época. Este fue un siglo de migración masiva, exilio y tristeza. El efecto de ello repercutió profundamente en la música. La certeza de la forma, el ritmo, la armonía, jerarquías tonales, etc. Todo se desdibujo en un siglo donde la incertidumbre política, social, económica agobiaban los corazones occidentales. De igual manera, el desarrollo de los medios de transporte permitió que muchos compositores tuvieran experiencias culturales de otras culturas diferentes a la propia.
RITMO
Siempre, se concibió el ritmo como algo natural, regular y
biológico, consecuente con los latidos del corazón y el pulso. Nuestros oídos se acostumbraron a escuchar estructuras y pautas rítmicas, que a su vez consolidaban las armonías y melodías de la música que conocemos bien. La consagración de la primavera compuesta por Stravinsky fue una de las obras revolucionarias del siglo xx. Escrita previa a una de las grandes de calamidades bélicas del mundo. En ella la estructura rítmica son indescifrables, asimétricas y turbias.
Edgar Varese demostró que los instrumentos de percusión
pueden constituir la sustancia de la música, al igual que lo podía hacer cualquier otro instrumento. Con su obra ionización, revolucionó la música clásica sin hacer uso de algún sonido definido y con la presencia de una abrumadora sirena en los primeros movimientos de la obra que parecería siniestra.
La desintegración de las jerarquías sociales pareció liberar
el ritmo. Mahler fue una figura importante de transición entre los siglos XIX y XX. Gran parte de la música que hoy conocemos sería impensable sin él. El ritmo comenzó a tornarse infinitamente más flexible y se acerca a un estado de levitación.
Colon Nancarrow por sus actividades en la guerra civil
española fue condenado al exilio, pasó muchos años de la posguerra en México trabajando con la pianola. Esta música de máquinas permito al compositor imitar una destreza dactilar ilimitada con unas combinaciones rítmicas que solo podían ser asimiladas y tocadas por dos seres humanos a la vez.
A finales del siglo XIX, una orquesta gamelán estuvo en las
exposiciones universales de parís, lo que marco trascendentalmente la música de aquellos compositores y artistas que tuvieron la oportunidad de escucharla. Esta música constaba de una flexibilidad y complejidad rítmica que se escapaba de las mentes occidentales. Debussy, fue el primero que exploró este nuevo recurso. Mas tarde, otros compositores como Messiaen, Boulez y Britten se vieron influenciados por este tipo de sonoridad.
Pierre Boulez, en su pieza “Rituel in memoriam Madema”,
demuestra que los ritmos pueden chocar los unos con los otro, pero al mismo tiempo permanecer audibles y conmovedores.
¿Puede acaso ser el ritmo, en el siglo XX ser emocional?
¿Tiene aún esa fuerza visceral que hacía saltar y bailar a la gente? – La respuesta es un rotundo sí.
COLOR
Debussy nos transporta a un mundo donde la luz y la
flexibilidad lo son todo. Los impresionistas franceses dotaron al mundo de una nueva imagen de color, forma y textura. Fue un movimiento que estuvo marcado significativamente por los pintores franceses de la época, que captaban la luz y la difuminaban sin ningún tipo de línea en un lienzo.
La jerarquía instrumental pierde rigor, los vientos de
madera pueden hacer algo diferente y tienden a crear formas que ya no son meros adornos. Las cuerdas se transforman en una especie de fondo acuoso, semejante a una acuarela, muy detallado, pero no muy claro para la vista o el oído. Diaguilex fue un gran empresario y visionario que promovía conciertos y manejaba el ballet ruso. Logro que coreógrafos, actores, músicos y compositores trabajaran juntos.
No hay persona que personifique mejor el sonido del siglo
XX que Stravinsky, con su obra rapaz y peligrosa el pájaro de fuego. Una antigua fabula rusa que relata el típico enfrentamiento entre el bien y el mal. Años después, Stravinsky se encuentra con Maurice Ravel. A este último, le interesaban aquellas culturas que tuvieron el poder para influir en Francia, y pensaba que la mera realidad no tenía la fuerza de la imaginación. Dos años después de compuesto el pájaro de fuego, Ravel le da vida a Dafne y Cloé. El más sensual de los ballets compuestos.
La idea de Debussy de crear música de orquesta que no
tocara el suelo abre nuevos mundos. No se trataba de crear una música sin forma, sino una forma que ningún compositor hubiera definido como tal. Dónde, al oyente, se le da algo nuevo de probar todo el tiempo; pequeños valses, pequeñas marchas, etc. La música generalmente iba a un lugar sin llegar jamás.
Schoenberg fue un aclamado compositor que a su vez era
pintor. En sus pinturas, reflejaba la manera en que “pintaba” y mezclaba colores en el medio musical. Demostró que es posible reflejar la técnica de la pintura en la música. Por otro lado, Boulez no componía solamente para una gran orquesta, sino para una gran orquesta con más de 100 solistas, que para el conformaban el todo de su obra musical. Lo justificó afirmando:
Cuando ves un árbol no puedes ver cada una de las hojas,
pero si las hojas faltan, lo notas.
TRES VIAJES A TRAVÉS DE PAISAJES OSCUROS
Los compositores del siglo XX perdieron su inocencia como
consecuencia de las diversas manifestaciones bélicas, que sin duda alguna sirvieron como precedentes para que estos artistas se emanciparan de cualquier tipo forma o sistema anterior. La música podía decir verdades que, expresadas en palabras podían costarle la vida al autor.
Béla Bartók nació en 1881 en Hungría. Un país censurado por
el dominio Austriaco. Fue uno de los primeros que se enfrentó al problema de la notación de la música popular. Además, de ser uno de los pocos que podía aceptarla como era, con todas sus imperfecciones e irregularidades. Muy temprano con su música le dio vida a la obra “El castillo de barbazul”. Bartók hace algo milagroso cuando le encargan componer para un gran mecenas suizo; al emplear dos oquestas enfrentadas como un espejo y divididas por la mitad, fusiona cientos de años de tradición musical occidental con música popular. Cuando los fascistas tomaron el poder de Hungría y su apertura política se amplío. No le quedó más remedio que exiliarse a EEUU. Experimento una especie de choque cultural cuando desembarco allá, estaba desorientado no conocía a nadie, nadie lo conocía a él y se encontraba enfermo mortalmente de leucemia.
Dmitri Shostakovich nació en Rusia, en el tiempo en que las
revoluciones y el nuevo orden parecían haber destruido las barreras e inhibiciones de los artistas. Sin embargo, al llegar a su madurez, todo esto cambia y estos mismos que se hacían llamar libres, eran nuevamente censurados. Su cuarta sinfonía es un reflejo de ese peligroso y terrible paisaje que se estaba viviendo. Tuvo que posponer el estreno de esta misma porque podría ser suicida ante aquel ambiente de presión. En 1969, ya enfermo y prematuramente envejecido da testimonio del terror de aquellos años, por parte de carniceros y tiranos. Al final de su libro “testimonio” escribe una frase que no solo servirían de inspiración para las futuras generaciones, sino para la composición de la su sinfonía #14. Dice: “Tuve que escribir esto para salvar a toda una generación de la amargura que me ensombreció mi vida entera”. Si la música sirviera sólo para levantar el ánimo, entonces el tema de la muerte sería el mayor de los tabúes.
Es increíble como la música popular que tanto libero la mente
de Bartók acabara sofocando la creatividad de los compositores de la generación de Lutoslavski. El proletariado tenía como único interés dominar las mentes de las masas para que no existiera postura o pregunta diferente a la impuesta. A mediados de los años 50, las artes respiran nuevamente. Lutoslavski escuchó música de Jhon Cage en el festival de otoño en Varsovia. La idea que no todo debía organizarse rígidamente igual, sin duda alguna fascino a Lutoslavski. En juegos venecianos, Lutoslavski emplea esta técnica para crear una nueva clase de magia que parece estar rodeada del sonido de una lluvia de Guijarros. Lutoslavski, que alguna vez afirmo, que quería despertar un nuevo renacimiento y comprobar así que, toda la música que se toca es contemporánea.