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semblanza

CHARLES DARWIN
Un revolucionario conservador

José Manuel Sánchez Ron

S
e celebra este año el gundo hijo varón del respeta- la historia natural, en vagar Afortunadamente, no cum-
doscientos aniversario do (y rico) médico Robert por los alrededores de Edim- plió tal propósito.
del nacimiento de Waring Darwin (1766-1848) burgo. Aprendió bastante del Y a todo esto hay que aña-
Charles Darwin (1809-1882) y Susannath (1765-1817), médico y zoólogo Robert dir la experiencia que obtenía
y el ciento cincuenta de la hija mayor de Josiah Grant (1793-1874), que era durante sus vacaciones, en las
publicación de su obra mag- Wedgwood, el fundador de seguidor del pensamiento que vagaba constantemente
na, El origen de las especies la célebre dinastía de ceramis­ evolucionista de Lamarck, y por el campo, aunque cazan-
(1859). Disponemos, por tas. Fue, por consiguiente, un también un admirador de la do, no emprendiendo estu-
consiguiente, de una buena hombre de medios, una cir- Zoonomia de Erasmus dios zoológicos, botánicos o
excusa para recordar la vida y cunstancia que le permitió Darwin. Supervisado por él, geológicos.
la obra de aquel inglés, aun- realizar lo obra que llevó a Charles realizó su primer des- Una vez que quedó claro
que no debería ser necesario cabo (nunca necesitó ganarse cubrimiento científico, rela- que no deseaba continuar
recurrir a semejante procedi- la vida con un trabajo “for- cionado con los huevos de con los estudios de medicina,
miento, porque la obra de mal”). Su abuelo paterno, flustra, una especie de pólipo su padre le propuso, para evi-
Darwin constituye uno de los Erasmus Darwin (1731- gelatinoso que se encontraba tar que se “convirtiera en un
grandes monumentos del 1802), también había sido en el Firth of Forth. Presentó señorito ocioso”2, que se hi-
pensamiento humano, un un próspero médico, además sus resultados el 27 de marzo ciera clérigo rural, una idea
monumento que conmovió, de poeta, filósofo y botánico; de 1826 en la Plinian Society, que no le desagradó. Para
como pocas aportaciones a la de hecho, gracias a un libro una pequeña asociación de prepararse, se matriculó en la
ciencia lograron antes o des- que escribió, Zoonomia; or estudiantes que se reunían en Universidad de Cambridge,
pués que él, la visión que po- the Laws of Organic Life un sótano de la universidad y donde no fue un estudiante
seemos del lugar que ocupa- (1794-1796), es recordado que había sido fundada en sobresaliente: le gustaba más
mos los humanos en el mun- como uno de los precurso­res 1823 (tuvo una corta vida: se divertirse con los amigos y
do y nuestra relación con de la teoría evolucionista. extinguió en 1848). continuar con sus actividades
otras manifestaciones de la En 1825, y tras haber pa- Durante su segundo año campestres. Pero de nuevo
vida. Además, su biografía es sado por la Shrewsbur y en Edimburgo también asistió encontró quienes le ayudaron
fascinante, mezclándose en School, el joven Charles se a las clases de geología y zoolo- a profundizar en sus intereses
ella las aventuras y hallazgos matriculó en la Universidad gía que daba Robert Jameson (una de sus grandes habilida-
iniciales de un largo viaje alre- de Edimburgo, uno de los (1774-1854); “pero eran in- des, a lo largo de toda su
dedor del mundo –los años centros universitarios más creíblemente aburridas”, escri- vida, fue encontrar ayuda en
del joven Charles poderoso e distinguidos de Gran Bretaña. bió en su autobiografía, y el otros). Los principales fueron
intrépido–, con décadas de La idea era que estudiase Me- “único efecto que me causaron John Henslow (1796-1861),
madurez, acompañadas de dicina, la misma materia que fue la determinación de no catedrático de Mineralogía y
una enfermedad tan misterio- ya estaba cursando su herma- leer en toda mi vida un libro de Botánica, y Adam
sa como extenuante; décadas no Erasmus (1804-1881), de geología ni estudiar de nin- Sedgwick (1785-1873), cate-
de continuas investigaciones con quien estuvo muy unido guna manera aquella ciencia”1. drático de Geología.
en muy diversos dominios de toda su vida. Pero la crudeza
la historia natural, y de una de la práctica médica –en El acontecimiento más
acomodada vida familiar. aquellos tiempos anteriores a 1 Utilizo la edición publicada por importante de su vida:
Laetoli en 2009, en la que, utilizando
las técnicas de asepsia y anes- el viaje en el Beagle
la edidión de Nora Barlow (nieta de
Orígenes familiares tesia– no estaba hecha para la Darwin), publicada en 1958, se restitu- Es curiosa la vida. Sabemos
y estudios sensibilidad de Charles, quien yen las omisiones que Francis Darwin, muy bien que una circuns-
Charles Robert Darwin nació pasó una buena parte del hijo de Charles y encargado de la edi-
ción, efectuó en la primera edición:
en Shrewsbury (Inglaterra) el poco tiempo (dos años) que Charles Darwin, Autobiografía (Laetoli,
12 de febrero de 1809, el se- estuvo allí más interesado en Pamplona 2009), pág. 49. 2 Ibídem, pág. 53.

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tancia inesperada puede cam- la costa del sur de Tierra del Fuego,
biar la biografía futura de y después para visitar muchas de las
una persona, aunque natural- islas del Mar del Sur y regresar por el
Archipiélago Indio: el barco está
mente existen sobrados ejem- equipado expresamente para fines
plos de personas que vislum- científicos, que se combinarán con
bran con claridad desde muy los cartográficos; proporcionará, por
temprano lo que desean ha- consiguiente, una rara oportunidad
cer el resto de su vida, persi- para un naturalista y sería una gran
desgracia que tal oportunidad se
guiendo con determinación
perdiera.
su proyecto vital. Se me ha ofrecido que reco-
¿Habría sido la vida de miende una persona adecuada para
Charles Darwin la misma, ir como naturalista en esta expedi-
o, mejor, habría realizado ción; será tratada con toda conside-
ración; el Capitán es un hombre jo-
las aportaciones a la ciencia
ven de maneras muy agradables (es
que llevó a cabo si no se sobrino del Duque de Grafton), de
hubiese producido una cir- gran celo en su profesión y del que
cunstancia inesperada, la Charles Darwin se habla muy bien; si Leonard Jen-
oferta, en 1831, de embar- era muy superior al de las destrezas cia de las relaciones a las que yns pudiese ir, cuántos tesoros po-
y habilidades deportivas”3. dría traer con él de regreso, ya que el
carse en un barco de la ma- pudo acceder gracias a for-
barco se pondría a su disposición,
rina británica de nombre Tenemos, asimismo, que mar parte del elitista y redu- siempre que sus investigaciones lo
Beagle que iba a realizar un los especimenes que recogió cido grupo social de los estu- hiciesen necesario o deseable; en au-
largo periplo? Es más que durante el viaje (1.529 espe- diantes de la Universidad de sencia de un naturalista tan forma-
dudoso. En primer lugar, cies en frascos de alcohol y Cambridge. El 6 o 13 de do, ¿existe alguna persona que usted
porque debido a lo que vio 3.907 ejemplares disecados) agosto (no está claro cuál de pueda recomendar con fuerza?; debe
ser una persona que diese crédito a
durante aquellos años, se y que envió a Inglaterra antes las dos fechas) de 1831, su recomendación.
convenció de que las espe- de regresar, le dieron a cono- George Peacock (1791- Piense en esta cuestión: sería una
cies se modifican. En se- cer entre los naturalistas de 1858), entonces tutor de grave pérdida para la causa de la
gundo lugar, porque enton- su país, facilitándole de esta matemáticas en el Trinity ciencia natural si esta magnífica
ces adquirió unas costum- forma su entrada en la élite College de Cambridge y fe- oportunidad se perdiese”.
bres, unos hábitos de análi- de esa comunidad científica. llow de la Royal Society des-
sis y argumentación, que No debemos olvidar, por úl- de 1818, escribía la siguiente Vemos aquí que la oferta
harían de él el científico timo, que el libro que poste- carta a Henslow, como vi- estaba pensada en principio
que fue a partir de enton- riormente publicó (en 1839) mos uno de los miembros de para el naturalista y clérigo
ces. No es sorprendente con el diario de su viaje le la universidad con los que George Leonard Jenyns
que, de nuevo en su auto- dio también notoriedad so- Darwin se relacionó4: (1800-1893), un amigo de
biografía, escribiese: cial. El viaje en el Beagle fue, Darwin en Cambridge, pero
por consiguiente, una cir- “Mi querido Henslow, este declinó la oferta, una
“El viaje del Beagle ha sido,
cunstancia decisiva en su El capitán Fitz Roy va a partir circunstancia que dio pie a
con mucho, el acontecimiento más para efectuar un reconocimiento de que el 24 de agosto Henslow
importante de mi vida y determi- vida. ¿Cómo se produjo?
nó toda mi carrera... Volviendo la En realidad, el que escribiera a Darwin, su joven
vista atrás puedo percibir ahora Darwin dispusiese de aquella 4 Esta carta se reproduce en The
amigo y discípulo informal,
cómo mi amor por la ciencia se oportunidad fue consecuen- Correspondence of Charles Darwin, vol. informándole que era
impuso gradualmente a cualquier 1 (“1821-1836”), Frederick Burkhardt
otro gusto... Descubrí, aunque de y Sydney Smith, eds. (Cambridge Uni- “probable que se le hiciese una
manera inconsciente e irreflexiva, versity Press, Cambridge 1985), págs. oferta para un viaje a Tierra del Fue-
que el placer de observar y razonar 3 Ibídem, págs. 69-71. 127-128. go, regresando por las Indias Orien-

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CHAR LES DARWIN

tales... He manifestado que le consi- a Francis Beaufort, hidrógra- aquel mismo año apareció en la zona, un guía y cinco
dero a usted la persona mejor cuali- fo del Almirantazgo, notifi- publicada en solitario (tam- gauchos. La región estaba en
ficada que conozco que es posible cándole su deseo de aceptar bién en la editorial de Henry una situación difícil, debido a
que emprenda tal empresa; he dicho
esto no bajo la suposición de que
el puesto si le fuese ofrecido, Colburn). Es interesante se- ataques de tribus indias, por
usted sea un naturalista formado, lo que, obviando más deta- ñalar que, para disgusto de lo que el gobierno de Buenos
sino como sobradamente cualificado lles, finalmente sucedió. Darwin, éste no fue consulta- Aires había enviado a un ejér-
para recolectar, observar y advertir Y así, y tras algunos retra- do al tomar esta decisión, re- cito a las órdenes del general
cualquier cosa digna de ser conside- sos debidos al mal tiempo, el sultado de un acuerdo entre Rosas con el propósito de ex-
rada en Historia Natural. Peacock
tiene el nombramiento a su disposi-
Beagle zarpó de Plymouth, el editor Colburn y FitzRoy. terminarlas. En El Colorado,
ción y si no puede encontrar a al- con Darwin a bordo, el 27 de Sería en 1845 cuando Darwin se encontró con el
guien que ocupe el puesto, la opor- diciembre de 1831, iniciando Darwin tomó control sobre ejército de Rosas, quien ma-
tunidad probablemente se perderá. una travesía que le llevó a las su libro, al aparecer una nue- nifestó el deseo de conocerlo.
Según entiendo yo, el capitán F. islas de Cabo Verde, Río de va edición con John Murray, Tras pasar dos días en el cam-
[FitzRoy] quiere un hombre que sea
Janeiro, Montevideo, Bahía con el título de Journal of Re- pamento del general, reanudó
más un compañero que un mero re-
colector y no aceptará a nadie por Blanca, Buenos Aires, Santa searches into the Natural His- su viaje a Bahía Blanca, a la
muy buen naturalista que sea, sino Fe, la Patagonia y la Tierra tory and Geology of the Coun- que llegó dos días después,
se le recomienda también como un del Fuego, el estrecho de Ma- tries Visited by H.M.S. Beagle encontrándose en el camino
gentleman. Sobre cuestiones como gallanes, Valparaíso, Perú, el Round the World. Corrected “chozas redondas como los
salario, etc., no sé nada. El viaje du-
archipié­lago de las Galápa- with Additions. En 1899 apa- hornos, cubiertas de pieles”,
rará 2 años y si lleva con usted sufi-
cientes libros podrá hacer cualquier gos, Tahití y Nueva Zelanda, reció en Madrid (La España de los indios y “el comienzo
cosa que se proponga... Resumien- Australia, el cabo de Buena Moderna) una traducción al del gran depósito calcáreo-ar-
do, supongo que nunca hubo una Esperanza, las islas de Ascen- castellano, con el título de cilloso que forma la dilatada
oportunidad mejor para un hombre sión, Canarias y Azores, antes Viaje de un naturalista alrede- extensión de las Pampas, y
de celo y espíritu”5. de regresar a Inglaterra el 2 dor del mundo, la primera de cubre las rocas graníticas de la
de octubre de 1836. Fue el muchas que seguirían en el Banda Oriental”8.
Dos días después de la an- viaje de su vida, y uno de los futuro7. El Beagle intentaba anclar
terior carta, Peacock se dirigía grandes viajes de la historia Leyendo este libro, que en un puerto situado a 25
a Darwin reafirmándole la de la ciencia. dio a Darwin un gran reco- millas de Bahía Blanca, y
oferta, explicándole la magní- Entrar en lo que vio y nocimiento entre el público Darwin se dirigió allí con un
fica opinión que tenía del ca- aprendió Darwin durante general, se comprueba que guía que le contó que “dos
pitán FitzRoy y aclarándole aquellos años, sería una tarea las experiencias que vivió du- meses antes se había visto en
que “el Almirantazgo no está imposible en unas pocas pá- rante aquellos cinco años no grandísimo riesgo de perder
dispuesto a darle un salario, ginas. Disponemos, afortu- sólo fueron las propias de un la vida” al ser, él y dos com-
aunque le proporcionará un nadamente, del libro (al que naturalista y geólogo, sino pañeros suyos, “acometidos
nombramiento oficial [a la ya aludí) en el que narró sus también las de un intrépido por una partida de indios,
postre esto no fue así] y aloja- experiencias, publicado ini- aventurero. Me detendré, que, emprendiendo su perse-
miento”. “Sin embargo”, cialmente en mayo de 1839 como ejemplo, en los cinco cución, alcanzaron y dieron
añadía, “si necesitase un sala- como el tercer volumen de la meses de 1833 que viajó por muerte a sus dos amigos”
rio, estoy inclinado a pensar obra dirigida por el capitán una extensa y peligrosa zona (págs. 88-89). El Beagle llegó
que le sería concedido”. FitzRoy, Narrative of the Sur- de Sudamérica. el 24 de agosto, y una sema-
La oferta entusiasmó a veying Voyages of His Majesty’s En agosto, cuando el Bea- na después zarpó para el río
Charles, que, por supuesto, Ships Adventure and Beagle, gle arribó a la desembocadura de la Plata. De nuevo, Char-
no necesitaba un salario. Lo between the Years 1826 and del Río Negro, Darwin deci- les prefirió viajar por tierra
que sí necesitaba era el per- 1836 (Henry Colburn, Lon- dió continuar por tierra hasta hasta Buenos Aires; pero an-
miso –y el dinero, claro– pa- dres) 6 . La narración que Bahía Blanca y volver a re- tes, cerca de Bahía Blanca,
terno, y éste le fue negado en compuso Darwin resultó tan unirse allí con el barco. La encontró una colección ex-
una primera instancia, aun- atractiva que en agosto de primera etapa, hasta el río traordinaria de fósiles de res-
que enseguida la intervención Colorado (a 130 kilómetros tos de animales terrestres se-
de su tío Josiah Wedgwood, de distancia, en lo que era pultados: de los gigantescos
cuya opinión respetaba el 6 El primer volumen estaba firma-
casi un desierto), la recorrió Megatherium, Megalonyx y
doctor Darwin, resolvió el do por el capitán Philip Parker King junto a un británico que vivía
(1793-1856), el segundo y el cuarto
problema. El 1 de septiem- (un apéndice al tomo segundo) por
bre, el joven Darwin escribía FitzRoy. El Adventure que se menciona 8 Charles Darwin, Diario del viaje
en el título era un navío con el que el 7 Yo utilizaré la última edición que de un naturalista alrededor del mundo,
Beagle había navegado entre 1826 y conozco, que lleva el título de Diario op. cit., págs. 87-88. Las referencias
1830, recorriendo las costas de Suda- del viaje de un naturalista alrededor del entre paréntesis a páginas en las citas
5 Ibídem, págs. 128-129. mérica. que siguen corresponden a esta edición.
mundo (Espasa, Madrid 2008).

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José Manuel Sánchez Ron

Scelidotherium, así como del en una balandra que iba a se leído con interés, si no con ponsable de la introducción y
Mylodon darwinii (como ve- Buenos Aires. Llegó a la des- avidez, por los compatriotas desarrollo del denominado
mos, nombrado después en embocadura del Paraná el día de Darwin, que fuese tradu- “principio del uniformis­mo”
honor suyo) y del Toxodon, 20, desembarcando en Las cido a numerosos idiomas y (o actualismo), que mantiene
“tal vez”, señalaba, “uno de Conchas, encontrándose que que haya continuado siendo que las rocas y las formacio-
los más extraños animales había estallado una revolu- reeditado hasta hoy? Es evi- nes geológicas terres­tres son
que hayan sido descubiertos” ción violenta y que no podía dente, asimismo, que sus vi- resultado de procesos ordina-
(pág. 94). El hallazgo le ani- ni regresar al navío ni ir por vencias en aquellos años rios que ocurren paulatina­
maba a reflexionar en las si- tierra a Buenos Aires. Final- constituyeron la mejor escue- mente, día a día, sumando a
guientes páginas sobre diver- mente, y tras mencionar las la que puede sonar un natu- la postre largos períodos de
sas cuestiones geológicas y “obsequiosas atenciones” que ralista; de hecho, justo al fi- tiempo. En 1830 publicó el
biogeográficas que posterior- había recibido del general nal del libro, Darwin mani- primer tomo de Principles of
mente constituirían piezas Ju a n M a n u e l d e R o s a s festaba: Geology (el tercero, y último,
del gran rompecabezas evolu- (1793-1877) en El Colorado, apareció en 1833). Darwin lo
tivo que construyó. En los pudo entrar en la ciudad “En conclusión, a mi juicio, estudió “atenta­m ente”. El
600 kilómetros que le separa- nada tan provechoso para un joven primer lugar que examinó,
(Rosas, por cierto, terminó
naturalista como el viajar por países
ban de Buenos Aires (partió llegando al poder, que ocupó remotos... La excitación causada por
Santiago, en las islas de Cabo
hacia allí el 8 de septiembre, entre 1835 y 1852: “Después la novedad de los objetos y la proba- Verde, le “mostró con clari-
acompañado por un gaucho de dejar Sudamérica”, escri- ble esperanza del éxito le impelen a dad la maravillosa superiori-
que contrató) se encontró bía –pág. 149– Darwin, “he- redoblar sus esfuerzos. Además, al dad del tratamiento de la
con pequeñas guarniciones mos sabido que Rosas ha sido paso que pierde pronto su interés la geología por parte de Lyell en
multiplicidad de hechos aislados, el
en las que los soldados “no elegido con poderes y por un hábito de comparar conduce a la
comparación con cualquier
tenían qué comer sino lo que tiempo enteramente opuestos generalización” (pág. 495). otro autor cuyas obras llevaba
pudieran cazar” (pág. 121). a los principios constitucio- conmigo o había leído ante-
El 20 de septiembre, después nales de la república”). riormente”9. Antes, en una
de haberse empapado de la Se vio obligado a detenerse “Yo, un geólogo” carta que dirigió el 29 de
fauna, vegetación, geografía y quince días en Buenos Aires, En las líneas precedentes he agosto de 1844 al geólogo
costumbres de aquella región tras los cuales embarcó en un mencionado en varias ocasio- amateur (y suegro de Lyell)
pampeña, llegó a Buenos Ai- paquebote que iba a Monte- nes que Darwin realizó obser- Leonard Hor­ner (1785-1864)
res, una ciudad “grande, y a video, donde debía encon- vaciones y análisis geológicos. había manifestado que
mi juicio una de las de traza- trarse con el Beagle. Al llegar Es importante que nos deten-
do más regular que hay en el supo que el barco no zarparía gamos al menos un instante “siempre tengo la sensación de
mundo”, anotaba en su dia- en la relación de Darwin con que mis libros salen a medias del ce-
en algún tiempo, así que, in-
rebro de Lyell y que nunca lo reco-
rio (pág. 129). El 27 salía ha- cansable, el 14 de noviembre la geología; y ello no solo por- nozco suficientemente, ni sé cómo
cia Santa Fe, en las riberas del partió en un nuevo viaje, en- que esta disciplina es esencial puedo, sin decirlo en tantas pala-
Paraná, a unos 480 kilóme- caminándose hacia Colonia para cualquier estudio del pa- bras, pues siempre he creído que el
tros de Buenos Aires. Llegó el del Sacramento, en la ribera sado de la Tierra y de los ani- gran mérito de The Principles [of
2 de octubre, pasando por norte del Plata, frente a Bue- males y plantas que la pobla- Geology] era que alteraba el tono
completo del propio pensamiento y,
“casas que habían sido sa- nos Aires. Tuvo que cruzar ron (los fósiles, recordemos, por consiguiente, que cuando se
queadas y permanecían de- ríos (algunos desbordados, se datan en base a los datos veía una cosa nunca vista por Lyell,
siertas desde entonces”, en- como el Rosario), se encontró que ofrecen los sedimentos en uno lo seguía viendo parcialmente a
contrándose con un “espectá- con bueyes “de una raza cu- que se encuentran), sino tam- través de sus ojos”10.
culo que mis guías contem- riosísima, llamada ñata o nia- bién porque puede propor-
plaron con gran satisfacción: ta”, conoció a un norteameri- cionar un excelente entrena- La influencia y atracción
el esqueleto de un indio con cano que explotaba un horno miento en la lógica del razo- que el texto de Lyell ejerció
la piel desecada y pendiendo de cal, intentó dar con un ja- namiento científico en la his- sobre Darwin fue tal que du-
de los huesos, suspendido de guar, analizó la geología de la toria natural. rante algún tiempo Darwin
la rama de un árbol” (pág. zona y el 28 llegó a Montevi- Pues bien, muy poco an- se consideró más un geólogo
135). Cruzó el Paraná, dete- deo. El 6 de diciembre el Bea- tes de que el Beagle zarpase, que un naturalista. Así, en
niéndose cinco días en Santa gle zarpaba con él rumbo a Henslow hizo otro favor a una nota incluida en sus cua-
Fe Bajada, dedicándose “a Puerto Deseado, en la costa Darwin: le recomendó que se dernos de notas (Notebooks)
examinar la geología del país de la Patagonia. llevará el primer volumen de
de los alrededores, que era A la vista de lo que he na- Principles of Geology del esco-
9 Darwin, Autobiografía, op. cit.,
verdaderamente interesante” rrado, ¿sorprenderá que el cés Charles Lyell (1797-
págs. 69-70.
(pág. 137). El 12 de octubre, Diario del viaje de un natura- 1875), que acababa de apare- 10 The Correspondence of Charles

no sintiéndose bien, embarcó lista alrededor del mundo fue- cer. Lyell fue el principal res- Darwin, vol. 1, op. cit., pág. 109.

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se lee11: “Yo, un geólogo, tengo miento sobre el que el coral es- Evolucionista por la forma y el tamaño del cuerpo
una pobremente definida no- taba originalmente unido, se ha Está claro, por consiguiente, y por las escamas. Si comparo las is-
las partiendo de los pocos ejempla-
ción de la tierra cubierta de hundido; y que durante este que Darwin aprendió mu-
res de animales que poseo en mi co-
océano, de los animales anti- movimiento descendente, los cho en sus años de viaje en el lección y de las aves que las pueblan,
guos, de las lentas fuerzas que arrecifes han crecido hacia arri- Beagle. ¿Pero se convenció y viendo las pequeñas diferencias en
rompen la superficie, etc...”12 ba”14. entonces de que las especies cuanto a estructura y el lugar que
Recordemos, además, que su El registro fósil fue, no obs- evolucionan? La respuesta es ocupan en la naturaleza, no puedo
primera contribución des- tante, uno de los grandes pro- que empezó a pensar en se- sino sospechar que nos encontra-
mos sólo ante variedades... De exis-
pués de regresar de su viaje blemas con que se encontró mejante dirección; más que tir el más mínimo fundamento que
fue un artículo sobre la eleva- más tarde a la hora de defen- convencerse completamente, explique estos comentarios sobre la
ción de los fondos marinos der su teoría de la evolución, su conversión en un evolu- zoología de los archipiélagos, habrá
relacionada con el origen de ya que si las especies habían cionista constituyó un pro- que estudiarlo, pues podría dar por
los Andes, un trabajo que le ido transmutándose lenta- ceso gradual, en el que fue tierra con la noción de la estabilidad
de las especies”.
dio reputación como un geó- mente, deberían encontrarse analizando de manera crítica
logo de mérito13. fósiles que mostrasen esas observaciones muy diversas.
Ya de vuelta en Inglaterra, transiciones graduales. En este Un conjunto de esas ob- Sus impresiones se vieron
a principios de 1838, la Geo- sentido, en el capítulo 6 de El servaciones procedieron del reforzadas, ya instalado de
logical Society, impresionada origen de las especies, dedicado archipiélago de las Galápa- nuevo en Inglaterra, gracias a
por sus hallazgos geológicos, a “Dificultades de la teoría”, gos, al que el Beagle llegó a John Gould (1804-1881),
le persuadió para que acepta- escribía: “como según esta teo- mediados de septiembre de un taxónomo de la Zoologi-
se ser su Secretario. Y pronto ría, tienen que haber existido 1835. Algún tiempo después cal Society18. En marzo de
(1842) publicó The Structure innumerables formas de tran- de abandonar el archipiéla- 1837, mientras estudiaba las
and Distribution of Coral sición, ¿por qué no las encon- go, probablemente en el ve- aves recogidas por Darwin en
Reefs, en donde presentó su tramos enterradas en número rano de 1836, cuando el las Galápagos, Gould identi-
teoría sobre la formación de sin fin en la corteza terrestre?”, barco se dirigía hacia Ingla- ficó varias especies de pinzo-
los arrecifes de coral. añadiendo inmediatamente terra, Darwin compuso un nes, cuyos picos se habían
“El objeto de este volumen”, que discutiría tal cuestión en cuaderno titulado “Notas adaptado para comer insec-
escribió en la “Introducción” otro capítulo (el 9) y que “aquí ornitológicas” (publicado tos, cactus o semillas. Pensó
de este libro, “es describir, se- diré sólo que creo que la res- por su nieta Nora Barlow en entonces que estas variedades
gún mi propia observación y puesta estriba principalmente 1963) que muestra que ya de pinzones probablemente
los estudios de otras personas, en que los registros son in- había comenzado a pensar vivían cada una en islas dife-
las principales clases de arrecifes comparablemente menos per- en la evolución de las espe- rentes, pero no podía asegu-
de coral, sobre todo las que se fectos de lo que generalmente cies antes de regresar a su rarlo porque Darwin no las
encuentran en el océano abier- se supone. La corteza terrestre patria16. Entre lo que Char- había etiquetado indicando
to, y explicar el origen de esas es un inmenso museo; pero las les anotó allí se encuentran el lugar del que las recogió.
peculiares formas... Debido a colecciones naturales han sido los siguientes pasajes17: Las indicaciones de Gould
las limitadas profundidades a hechas de un modo imperfec- dieron pie a que Darwin se
las que pueden vivir los pólipos to y sólo a largos intervalos”15. “Estos pájaros son afines a la preguntase si las semejanzas
tenca chilena [en realidad no eran
que construyen los arrecifes, Conocida su teoría tras la tencas sino sinsontes]... He recogido
entre los pinzones de islas di-
junto con otras circunstancias, publicación de El origen de las especimenes de cuatro de las islas ferentes no serían restos de
estamos obligados a concluir, especies, la cuestión de la au- principales... En cada isla se encuen- un antepasado común. Fruto
como se verá, que en los atolo- sencia de fósiles de formas in- tra solo un tipo y las costumbres son de todo esto es que entre
nes y los arrecifes barrera, el ci- termedias constituiría una de indistinguibles. Cuando yo recolec- abril de 1837 y septiembre
taba ejemplares, los españoles sabían
las principales municiones de de qué isla provenía cada tortuga
de 1838 llenó varios cuader-
11 Citado en Randal Keynes, sus enemigos. nos de notas con observa­
Annie’s Box. Charles Darwin, His ciones e ideas sobre un am-
Daughter and Human Evolution. 16 Nora Barlow, “Darwin’s or-

(Fourth Estate, Londres 2001), pág. 14 Cito de la traducción que exis- nithologial notes”, Bulletin of the
32. La referencia original es P. Barret, te al castellano: Charles Darwin, La British Museum (Natural History).
P. Gautrey, S. Herbert, D. Kohn y Historical Series, vol. 2, n.° 7 (1963). 18 John Gould fue el responsable
estructura y distribución de los arre-
S. Smith, eds., Charles Darwin’s cifes de coral (Consejo Superior de Barlow sostenía que el cuaderno fue de la parte III (Birds) de The Zoology
Notebooks 1836-1844 (Nueva York Investigaciones Científicas, Madrid escrito en septiembre u octubre de of the Voyage of the Beagle, under the
1987). 2006), págs. 41-44. 1835; en cualquier caso, data de Command of Captain Robert FitzRoy,
12 Las cursivas son mías. 15 Utilizó la última edición que antes de que Darwin regresase a In- R.N., during the Years 1832 to 1836,
13 Charles Darwin, “Geological glaterra. que apareció, editado por Darwin, en
ha llegado a mis manos de la clásica
notes made during a survey of the 17 Citado en Niles Eldredge, El 5 partes y 3 volúmenes entre 1840 y
traducción al español (debida a An-
east and west coasts of South Ameri- tonio de Zulueta) de El origen de las descubrimiento del árbol de la vida octubre de 1843. Birds se publicó en
ca”, Proceedings of the Geological Socie- especies (sexta edición): Alianza Edito- (Katz, Buenos Aires 2009; primera 1841, con notas del propio Darwin
ty of London 2, 210-212 (1835). rial, Madrid 2009; cita en pág. 202. edición en inglés de 2005), pág. 79. y un apéndice de T. C. Eyton.

56 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 191■


José Manuel Sánchez Ron

plio rango de temas. Se trata fin han surgido destellos de luz, y traban Aristóteles, Geoffroy las observaciones que realizó
de los conocidos como Cua- estoy casi convencido (totalmente Saint-Hilaire, su abuelo Eras- durante el viaje en el Beagle,
derno Rojo, el primero, al en contra de la opinión con la que mus Darwin, Robert Grant, ni lo que luego aprendió so-
empecé) de que las especies no son
que siguen los Cuadernos A, (es como confesar un crimen) in-
su antiguo mentor en Edim- bre los cambios producidos
dedicado exclusivamente a la mutables. El Cielo me libre del dis- burgo, y, sobre todo, La- por la selección artificial de
geología, B, que se limita a parate de Lamarck de ‘una tendencia marck, que siempre estuvo animales domésticos. Encon-
cuestiones evolutivas, al igual al progreso’, ‘adaptacio­nes debidas a presente en sus escritos 21: tró la clave en las ideas del
que los C, D y E (además es- la paulatina inclinación de los “Lamarck fue el primero cu- economista Thomas Robert
anima­les’, etc..., pero las conclusio-
tán los Cuadernos M y N, nes a las que he llegado no son muy
yas conclusiones sobre este Malthus (1766-1834), tal y
una serie independiente de la diferentes de las suyas, aunque sí lo asunto despertaron mucho la como éste las había expuesto
anterior, iniciada al mismo son por completo los instrumentos atención”. en un ensayo de 1826: An
tiempo que el Cuaderno D, del cambio. Creo que he descubier- Un lugar en el que este Essay on the Principle of Popu-
que contienen reflexiones to (¡esto es presunción!) la simple naturalista francés defendió lation [Un ensayo sobre el
forma por medio de la cual las espe-
más “metafísicas”). En uno que las especies cambian es en principio de población].
cies devienen exquisitamente adap-
de estos cuadernos de notas, tadas a varios fines”. un libro publicado el mismo Recurriendo de nuevo a
en la página 36 del Cuaderno año en que nació Darwin su autobiografía, encontra-
B, que comenzó a escribir en (cumple, por tanto, también mos los siguientes pasajes23:
junio o julio de 1837, apare- “Es como confesar un cri- su segundo centenario en
ce un esquema que rara vez men”, decía. 2009): Philosop­hie zoologique. “En octubre de 1838, es decir,
15 meses después de haber iniciado
deja de ser reproducido en las La referencia a Jean Bap- Allí, sostenía que las variacio- mi indagación sistemáti­ca, leí por
obras dedicadas a Darwin: tiste Pierre Antoine de Mo- nes se producen en el indivi- casualidad el libro de Malthus Sobre
unas líneas semejando un ár- net, caballero de Lamarck duo por causas debidas a las la población, y, como, debido a mi
bol con ramas de las que (1744-1829), es apropiada circunstancias en que vive, y larga y continua observación de los
brotan otras ramas; el árbol para señalar algo que debería luego se transmiten a su pro- hábitos de los animales y las plantas,
me hallaba bien preparado para
de la evolución o de la vida. ser bien sabido: que hubo genie. Entre los ejemplos que darme cuenta de la lucha universal
Tenemos, por consiguien- otros que creyeron en la va- empleaba uno es particular- por la existencia, me llamó la aten-
te, que aunque fuese en parte riación de las especies antes mente conocido, el de las jira- ción enseguida que, en esas circuns-
tras regresar a Inglaterra, el que Darwin; de hecho, él fas: “se sabe que este animal”, tancias, las variaciones favorables
hecho es que lo que vio en las mismo reconoció este hecho escribía en la Filosofía zoológi- tenderían a preser varse, y las
desfavora­bles a ser destruidas. El re-
Galápagos fue muy impor- en El origen de las especies. En ca, “el más alto de los mamí-
sultado de ello sería la formación de
tante para Darwin. Es famosa efecto, en la primera edición feros, vive en el interior de nuevas especies”.
la carta que envió el 11 de oficial (esto es, con permiso África, donde la región árida
enero de 1844 al especialista de Darwin) publicada en y sin praderas le obliga a ra- Con la base teórica que le
en taxonomía y geografía de América incorporó una “No- monear los árboles. De este proporcionó Malthus,
plantas y un amigo fiel de ticia histórica del desarrollo hábito, sostenido después de Darwin continuó tomando
Darwin durante casi cuarenta de las ideas acerca del origen mucho tiempo, en todos los notas y explorando nuevas
años, Joseph Dalton Hooker de las especies antes de la pu- individuos de su raza, resultó avenidas de pensamien­to. En
(1817-1911), director de los blicación la primera edición que sus patas delanteras se el verano de 1842 pensaba
Jardines Botánicos de Kew de la obra”20. Allí, y buscan- han vuelto más largas que las que sus investigacio­nes ha-
entre 1865 y 1885. En ella, do sobre todo evitar polémi- de atrás, y que su cuello se ha bían llegado a un punto que
escribió19: cas, mencionó a un buen nú- alargado de tal manera, que el estaba preparado para escribir
mero de los que consideraba animal, sin alzarse sobre las un esbozo de su teoría basada
“Me impresionó tanto la distri- precursores del evolucionis- patas traseras, levanta su cabe- en un principio al que deno-
bución de los organismos de las Ga- mo, entre los que se encon- za y alcanza con ella a seis minó “selección natural”.
lápagos... y... el carácter de los ma-
míferos fósiles de América..., que
metros de altura”22. Por entonces ya era un
decidí reunir a ciegas toda suerte de Darwin no aceptó tal me- hombre casado: contrajo ma-
20 La edición estuvo disponible
hechos que pudieran tener que ver canismo, pero ¿cuál sostuvo trimonio el 29 de enero de
en julio de 1860. Sobre las circuns-
de alguna forma con lo que son las
tancias de esta edición (y el con-
él?; porque necesitaba algo, 1839 con una de sus primas
especies. He leído montones de li- una teoría que diese sentido a carnales, Emma Wedgwood
tenido de la nueva introducción),
bros de agricultura y horticul­tura, y
no he parado de recoger datos. Por
véase The Correspondence of Charles la evolución; no bastaba con (1808-1896). Inicialmente
Darwin, vol. 8 (“1860”), Frederick
Burkhardt, Duncan M. Porter, Janet
vivieron en Londres, pero en
Browne y Marsha Richmond, eds. 1842 adquirieron una pro-
19 The Correspondence of Charles (Cambridge University Press, Cam- 21 Darwin, El origen de las espe-

Darwin, vol. 3 (“1844-1846”), Fre- bridge 1993), págs. 571-576. En cies, op. cit., pág. 46.
derick Burkhardt y Sydney Smith, Inglaterra, la “Noticia histórica” se 22 Lamarck, Filosofía zoológica (Edi-
añadió a la tercera edición, publicada 23 Darwin, Autobiografía, op. cit.,
eds. (Cambridge University Press, torial Alta Fulla, Barcelona 1986),
Cambridge 1987), pág. 2. en 1861. págs. 187-188. pág. 104.

Nº191 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



57
CHAR LES DARWIN

piedad –una casa (Down dolores de estómago, vómitos utilizando las palabras de Ja- éstos pareciesen. Deseaba es-
House), en una finca de unas y mareos, siendo incapaz con net Browne, “no sólo vivió su tar seguro, y así se convirtió
seis hectáreas– en el pequeño frecuencia de continuar tra- propia vida, vivió también en en un infatigable, casi obseso,
pueblo de Downe, en Kent, a bajando. Como remedios, si- las vidas de otros... Solo en su buscador de hechos, de deta-
25 kilómetros de Londres. Se guió tratamientos hidropáti- escritorio, capitán de su bar- lles que completasen el gran
mudaron a ella a mediados cos en algunos centros, que co, anclado con seguridad en rompecabezas que quería
de septiembre. Ya tenían en- consistían en duchas de agua su casa de campo en el límite componer: nada más y nada
tonces dos hijos (un niño, fría, envolverse en sábanas de una minúscula villa en menos que la historia natural
William Erasmus, y una húmedas, friegas, enemas e Kent, fue al tiempo gerente, de la Tierra. En este punto
niña, Anne Elizabeth, An- irrigaciones. Nunca ha existi- director ejecutivo, agente y reside precisamente su singu-
nie). En Down House trans- do consenso acerca de la cau- estratega de una empresa de laridad: como hemos visto,
curriría, esencialmente, el sa de sus enfermedades. Al- ámbito mundial”26. algunos antes que él pensaron
resto de vida, como un buen gunos piensan que su origen Continuando con sus tra- en la existencia de procesos
y acomodado victoriano. Allí debió ser psicosomático, de- bajos, tenemos que en 1844 evolutivos, pero disponían de
tuvieron ocho hijos más, de bido a las fuertes tensiones corrigió y amplió el esbozo pocas evidencias y de meca-
los que dos murieron pronto. emocionales que le producía de 1842, hasta las 230 pági- nismos muy cuestionables (si
Otro, su hija más querida, su trabajo, cargado de impli- nas (52.000 palabras). Se lo es que poseían alguno),
Annie, murió el 23 de abril caciones de índole religiosa. mostró sólo a Hooker, pero mientras que Darwin dispo-
de 1851, partiendo el cora- Otros asocian su mal a la en- era muy consciente de su im- nía de una idea plausible (la
zón de su padre, quien una fermedad de Chagas, pensan- portancia y dio instrucciones de Malthus) y de una enorme
semana después, el día 30, do que las fiebres que padeció a su esposa para que se encar- cantidad de datos que la sus-
escribió una larga nota en la durante uno de sus viajes por gase de publicarlo si moría tentaba. En este sentido, du-
que la recordaba. Terminaba Argentina y después en los antes de escribir la gran obra rante las décadas de 1840 y
ésta 24: “Hemos perdido la Andes se debieron a la pica- que planeaba (dejó 400 libras 1850 llevó a cabo estudios y
alegría de la casa y el consue- dura de la vinchuca o chin- al efecto)27. Ahora bien, aun- experimentos de todo tipo:
lo de nuestra ancianidad; che besucona, portadora del que el ensayo de 1844 con- sobre, por ejemplo, hibrida-
debe haber sabido cuánto la parásito protozoario Tripano- tiene muchas coincidencias ción, paleontología, anato-
queríamos. Pero lo que no soma cruzi, que causa el mal con El origen de las especies, mía comparada, embriología,
pudo saber es cuán profun- de Chagas. todavía pasarían quince años variación y cría de palomas y
damente, cuán tiernamente A pesar de la incapacidad hasta que éste fuese publica- otros animales domésticos,
todavía queremos y siempre que le acosó, su vida –más do. Por qué? modos de transporte natural
querremos su querida alegre bien, su reclusión, ya que ter- que pudiesen explicar la dis-
cara. Bendiciéndola”. A la minó viajando muy poco– en El largo camino hacia tribución geográfica de los
postre aquel inmenso dolor Down fue un prodigio de la- El origen de las especies organis­mos después del ori-
contribuyó a la continua pér- boriosidad. Cierto es que La razón por la que pasaron gen evolutivo de cada forma
dida de fe que desde hacía toda la familia le ayudaba, así tantos años hasta la escritura en una sola región; un pro-
años estaba experimentando. como la servidumbre. Ade- y publicación de El Origen de blema que a su vez le condu-
Como decía antes, la casa más, se benefició de la corres- las especies es que el exigente jo a diseñar experimentos del
de Down sería su hogar el pondencia como pocos cien- espíritu de Darwin no se tipo de cuánto tiempo po-
resto de la vida de Darwin. tíficos han hecho a lo largo conformaba con algunos in- drían flotar las semillas en
Allí, el antiguo joven aventu- de la historia. Escribió o reci- dicios, por muy claros que agua salada y después germi-
rero que no dudaba en viajar bió unas 14.000 cartas que se nar, si las semillas y los hue-
durante meses por las Pam- conservan en bibliotecas de vos pequeños podrían ser
pas argentinas, llenas de peli- todo el mundo, y debió de cartas al año; 25.000 repartidores, transportados en el barro in-
con un servicio de 11 repartos al día,
gros, o aventurarse en las islas haber otras tantas que se han recorrían 240.000 kilómetros para
crustado en las patas de los
en donde recalaba el Beagle, perdido25. En este sentido, distribuirlas, llevando en sus sacas un pájaros, o qué semillas po-
se convirtió en un hombre peso cercano a las 4.300 toneladas. drían atravesar el sistema di-
26 Janet Browne, Charles Darwin.
enfermo, castigado constan- 25 Estas cartas están siendo pu- El poder del lugar (Publicacions de
gestivo de un ave y sobrevivir.
temente por palpitaciones, blicadas en el magno proyecto The la Universitat de València, Valencia Su correspondencia da fe de
Correspondence of Charles Darwin, 2009; edición original en inglés de lo intenso y diverso de sus
del que hasta la fecha han apareci- 2002), págs. 20, 25.
24 Este recordatorio se reprodu- 27 Ambos, el esbozo de 1842 y intereses y pesquisas. “Si resi-
do 16 volúmenes (el último en dos
ce en The Correspondence of Charles tomos), cubriendo hasta 1868. Es el ensayo de 1844, se reproducen de en los distritos donde se
Darwin, vol. 5 (“1851-1855”), Fre- conveniente señalar que su activi- en castellano en Charles Darwin y cultiva el gusano de seda”, es-
derick Burkhardt y Sydney Smith, dad epistolar se vio facilitada por la Alfred Russel Wallace, La teoría de cribía el 11-12 de julio de
eds. (Cambridge University Press, eficacia del sistema postal inglés: a la evolución de las especies, edición de
Cambridge 1989) y en Keynes, mediados del siglo xix, en Inglate- Fernando Pardos (Crítica, Barcelona 1845 a Hooker (quien con el
Annie’s Box, op. cit., págs. 195-198. rra se despachaban 600 millones de 2006), págs. 159-364. norteamericano y profesor de

58 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 191



José Manuel Sánchez Ron

Harvard, Asa Gray [1810- flotando durante un mes o (seguramente en varios volú- Lyell y con Hooker. De he-
1888] le ayudó mucho en te- dos en mi sótano. Estoy reali- menes) que planeaba sobre la cho, Lyell ya le había urgido
mas de botánica), “cualquier zando experimentos sobre el evolución de las especies, si antes a que diese a conocer
información relativa a si va- transporte de todos los seres no hubiera sido por un perso- públicamente su teoría,
rían en algo las polillas, las orgánicos que puedo; y los la- naje inesperado: Alfred Russel requerimiento al que Darwin
orugas o los capullos, si los gartos se encuentran en todas Wallace (1823-1913), que contestaba el 3 de mayo de
habitantes ponen especial las islas y, por consiguiente, llegó a, básicamente, las mis- 185633:
cuidado en seleccionar bue- tengo muchas ganas de ver si mas conclusiones que él.
nos indivi­duos para criar, si sus huevos soportarán el agua Ya en 1855, Wallace, un “Con respecto a su sugerencia de
hay alguna creencia tradicio- de mar”. naturalista británico que tenía un esbozo de mi punto de vista, no
sé qué pensar, pero reflexionaré sobre
nal sobre el origen de cual- Entre 1846 y 1854, y pen- que ganarse la vida vendiendo ello; sin embargo, va en contra de
quier cría, es decir, si en dife- sando en que si quería hablar especimenes que recogía en mis prejuicios. Realizar un boceto
rentes distritos se encuen­tran sobre las especies debía saber largos viajes (primero por adecuado sería absolutamen­te impo-
diferentes formas de cría de la cómo describir, nombrar y Sudamérica, luego en el archi- sible, dada la gran colección de he-
misma especie. O cualquier clasificar al menos alguna piélago malayo) publicó su chos que exige cada proposición. Si
hiciera algo, sólo podría referirse al
información de este tipo. Esto (esto es, mostrar también sus primer artículo teórico, “So- principal agente del cambio, la selec-
sería incalculablemente valio- credenciales en este dominio), bre la ley que ha regulado la ción, y quizá señalar unos pocos ras-
so para mí”28. Y a William decidió concentrase en el es- introducción de nuevas espe­ gos directivos que sancionan dicho
Darwin Fox(1805-1880), tudio de una especie concreta: cies”, en el que argumentaba punto de vista, y unas pocas de las
primo segundo suyo, el 17 de los cirrípedos, pequeños crus- que una especie nueva siem- principales dificultades. Pero no sé
qué pensar: antes bien, odio la idea
mayo de 185529: “Odiarás la táceos entre los que se en- pre empieza a existir en un
de escribir por conseguir la priori-
simple visión de mi letra; pero cuentran los percebes. El 24 área ya ocupada por especies dad; sin embargo, por supuesto, me
después de esta vez te prome- de octubre de 1852, tras más emparenta­das, una idea con irritaría que alguien publicara mis
to que no te pediré nada más, de un lustro con ellos, escribía claras implicaciones evolucio- doctrinas antes que yo”.
al menos durante mucho a su primo Fox30: “Estoy tra- nistas, aunque no ofrecía nin-
tiempo. Dado que vives en bajando en el segundo volu- guna explicación de cómo se Pero en 1858, ante la si-
un suelo arenoso, ¿tenéis ahí men de los cirrípedos, criatu- forman las nuevas especies31. tuación que se había creado,
lagartos completamente co- ras de las que estoy increíble- Darwin leyó este artículo, Lyell y Hooker arregla­r on
munes? Si los tenéis, ¿crees mente cansado: los odio pero no parece que pensase todo para que el artículo de
que sería demasiado ridículo como ningún hombre los ha que Wallace tuviera algo que Wallace se publicará en el Jo-
ofrecer una recompensa por odiado jamás, ni marinero al ofrecer sobre el problema de urnal of the Proceedings of the
huevos de lagarto a los niños barco más lento”. Al final un mecanismo evolutivo. Sin Linnean Society, junto con
de tu escuela?... Si te llevaran produjo cuatro volúmenes embargo, en febrero de 1858, otro preparado rápidamente
por equivoca­ción huevos de sobre estos pequeños crustá- mientras soportaba un ataque por Darwin y un extracto de
serpiente estaría muy bien, ceos: A Monograph of the Sub- de fiebre en la isla de Gilolo, la ya citada carta (nota 28)
porque también los necesito: Class Cirripeada (vol. 1: The Wallace llegó (también inspi- que envió a Asa Gray el 5 de
y no tenemos ni lagartos ni Lepadidae; or Pendunculated r á n d o s e e n Ma l t h u s ) a septiembre de 1857. Firmado
serpientes por aquí”. Y a con- Cirripides [1851]; vol. 2: Sessi- esencial­mente la misma idea por ambos (en orden alfabéti-
tinuación explicaba a su ami- le Cirripedes [1854]), A Mo- de la selección natural que co) y bajo el título conjunto
go el porqué de tales peticio- nograph of the Fossil Lepadidae comúnmente se adjudica en de “De la tendencia de las es-
nes: “Mi objetivo es ver si esos or Pedunculated Cirripedes of exclusiva a Darwin. Y desde pecies a formar variedades, y
huevos flotarán en el agua de Great Britain (1851) y A Mo- otra isla, Ternate, envió a éste de la perpetuación de las va-
mar, y si se mantendrán vivos nograph of the Fossil Balanidea el manuscrito que preparó riedades y especies por me-
and Verrucidae (1854). En to- (“Sobre la tendencia de las dios naturales de selección”),
tal 1.216 páginas. varieda­des a alejarse indefini­ el comunicado fue leído ante
28 Esta carta está, por supues- damente del tipo origi­nal”)32. la Sociedad Linneana el 1 de
to, publicada en su versión origi- La crisis: Alfred Wallace Cuando éste lo recibió, julio de 185834. Precediendo
nal en The Correspondence of Char- Posiblemente habría conti- consultó inmedia­tamente con
les Darwin, pero también en una
sele-cción publicada en castellano: nuado trabajando así, con
Frederick Burkhardt, ed., Cartas de puntillosa meticulosidad, 33 Burkhardt, ed., Cartas de
31 Alfred R. Wallace, “On the
Darwin (1825-1859) (Cambridge para finalmente –¿quién sabe Charles Darwin (1825-1859), op.
University Press, Madrid 1999), law which has regulated the intro- cit., pág. 177.
pág. 115. Asa Gray fue otro, junto cuándo?– escribir el gran libro duction of new species”, Annals and 34 Charles Darwin y Alfred R.

a Hooker y Lyell, a quien Darwin Magazine of Natural History, 16, Wallace, “On the tendency of spe-
informó de sus ideas. Lo hizo en una 184-196 (1855). cies to form varieties; and on the
32 Tanto el manuscrito de Wallace
carta que firmó el 5 de septiembre perpetuation of varieties and species
de 1857. 30 The Correspondence of Charles como la carta que lo acompañaba se by natural means of selection”, Jour-
29 Ibídem, pág. 165. Darwin, vol. 5, op. cit., pág. 100. han perdido. nal of the Proceedings of the Linnean

Nº191 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



59
CHAR LES DARWIN

a los escritos de los dos años después ó sobre la evolu- junto con algunas notas mías en la que se eliminó el adver-
natura­l istas (el de Darwin ción: Darwinism: An Exposi- escritas hace muchos años; bio On del título38. Tampoco
costaba de un breve extracto tion of the Theory of Natural ambos me han urgido a que hablaba de “transmutacio-
de uno de sus manuscritos y Selection with some of its Appli- publique un resumen más nes”, como había hecho con
de un resumen de la carta cations [Darwinismo: una ex- completo, algo que he re- frecuencia antes; en su lugar
que había escrito a Asa Gray) posición de la teoría de la selec- suelto hacer, y no haré nada utilizaba “modificación y co-
se incluía la siguiente nota de ción natural con algunas de sus más hasta completarlo: se adaptación”, “descendencia
Lyell y Hooker, fechada el 30 aplicaciones; 1889]. Y Darwin publicará probablemente en con modificación” o “teoría
de junio35: reconoció estos hechos, como el Journal de la Sociedad de la descendencia”. Está cla-
prueba la carta que dirigió a Linneana y en cuanto tenga ro que deseaba evitar en lo
“Estimado señor, Wallace el 6 de abril de 1859, copias te enviaré una”37. posible el problema de herir
Los artículos adjuntos, que tene- cuando estaba a punto de pu- Finalmente, no fue en el la sensibilidad (y las ideas reli-
mos el honor de comunicar a la So-
ciedad Linneana, y que se refieren
blicar El origen de las espe- Journal de la Linnean Society giosas) de sus lectores.
todos al mismo asunto, a saber, las cies36: donde se publicó su “resu- Precisamente por esa pru-
leyes que afectan a la producción de men”, sino en la editorial de dencia, la de un revoluciona-
variedades, razas y especies, contie- “No puedo decirle cuánto ad­ John Murray. El libro (de 513 rio que sin embargo era al
nen los resultados de las investigacio- miro su espíritu, el modo en que ha páginas, incluyendo índices), mismo tiempo un buen vic-
nes de dos infatigables naturalistas, tomado todo lo que se ha hecho rela-
Mr. Charles Darwin y Mr. Alfred
On the Origin of Species by toriano, un miembro de la
tivo a la publicación de nuestros artí-
Wallace. culos. De hecho, le había escrito una Means of Natural Selection, or élite cultural y social británica
Estos caballeros, habiendo am- carta, di­ciendo que yo no debería the Preserva­tion of Favoured y, en este sentido, no muy le-
bos concebido de manera indepen- publicar nada antes de que lo hubie- Races in the Struggle for Life jos de ser un conservador, en
diente y sin conocimiento mutuo la se pu­blicado Vd. No había puesto [Sobre el origen de las especies El origen de las especies evitó
misma muy ingeniosa teoría para ex- esa carta en el correo cuando recibí por medio de selección natural, aplicar su teoría a los huma-
plicar la aparición y perpetuación de una de Lyell y Hooker, urgiéndome a
variedades y formas específicas en enviarles algún manuscrito, y a que
o la preservación de especies fa- nos. Sólo encontramos una
nuestro planeta, pueden reclamar les permitiese actuar como conside- vorecidas en la lucha por la breve alusión al respecto casi
con justicia el mérito de ser los pen- rasen correcto y honorable para no- vida], se puso a la venta el 24 al final del libro, en el último
sadores origi­na­les de esta importante sotros dos. E hice eso”. de noviembre de 1859; 1.250 capítulo, en donde Darwin
línea de investigación; pero no ha-
ejemplares que se agotaron el escribió39:
biendo ninguno de ellos publicado
sus opiniones, aunque nosotros mis- El origen de las especies mismo día debido a las peti-
mos, durante los últimos años, he- Como apunté antes, un efecto ciones de los libreros. “En el futuro distante veo amplios
campos para investigaciones mucho
mos instado repetidamente a Mr. positivo del artículo de Walla- Evidentemente, analizar el
Darwin a que así lo hiciese, y habien- más importantes. La psicología se basa-
ce fue que Darwin decidió –o contenido de esta obra, uno rá sobre nuevos cimientos, el de la ne-
do ambos autores puesto ahora sus mejor, “se vio obligado”– a es- de los grandes libros de la
artículos incondicionalmente en cesaria adquisición gradual de cada una
nuestras manos, consideramos que
cribir rápidamente un libro cultura universal, me llevaría de las facultades y aptitudes mentales.
sería del mayor interés para las cien- sobre la teoría en la que lleva- demasiado lejos. Únicamente, Se proyectará luz sobre el origen del
cias que se presentasen unos extrac- ba trabajando tanto tiempo, y a modo de ejemplo, efec- hombre y sobre su historia”.
tos ante la Sociedad Linneana”. aunque fuese un “resumen” de tuaré un par de comentarios.
la obra que pensaba escribir. El primero, que el término Otra manifestación de su
A pesar de que no habría Se puso a la tarea a mediados “evolución”, en la actualidad prudencia se refleja en los pá-
sido difícil que surgiesen rece- de julio de 1858: “Después de asociado a la teoría de rrafos finales del libro, en los
los, especialmente por parte todo”, escribía el 21 de julio a Darwin, no aparecía en la que hablaba del “Creador”,
de Wallace, el carácter de éste Fox, “estoy empezando ahora primera edición de El origen esforzándose en conciliarlo
no provocó semejante resulta- a preparar un resumen de mi de las especies. Darwin lo em- con sus ideas evolucionistas40:
do. De hecho, Wallace llevó Teoría de las Especies. Por una pleó por primera vez en su li-
su modestia hasta el extremo extraña coincidencia, Mr. bro The Descent of Man, and
de titular el libro que publicó Wallace me envió desde el Ar- Selection in Relation to Sex (El 38 Con respecto al uso del térmi-

chipiélago Malayo un ensayo origen del hombre, y la selección no “evolución”, véase la página 512
de la ya citada traducción al caste-
que contenía exactamente mi en relación con el sexo; 1871) y llano de la sexta edición: Darwin, El
Society of London (Zoology) 3, 53-62 teoría, y me pedía que se lo en la sexta –y última– edición origen de las especies, op. cit.
(1858). Existe traducción a castella- mostrase a Lyell. Éste y Ho- de El origen (1872), la misma 39 Charles Darwin, On the Ori-

no: Darwin y Wallace La teoría de gin of Species (John Murray, Londres


oker se han encargado de pu-
la evolución de las especies, op. cit., 1859), pág. 488. He utilizado una
págs. 371-391. Durante los dos o blicarlo en la revista Linneana, reproducción facsímil de esta primera
tres meses siguientes, los artículos se 37 The Correspondence of Charles edición, publicada por Harvard Uni-
reimprimieron, ya fuera en parte o Darwin, vol. 7 (“1858-1859”), Fre- versity Press (reimpresión de 1998).
completos, en varias revistas popula- 36 Burkhardt, ed., Cartas de 40 Ibídem, pág. 488. En la sexta
derick Burkhardt y Sydney Smith,
res de historia natural. Darwin (1825-1859), op. cit., pág. eds. (Cambridge University Press, edición sustituyó “silúrico” que apare-
35 Ibídem, pág. 367. ce al final de la cita por “cámbrico”.
226. Cambridge 1991), pág. 138.

60 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 191 ■


José Manuel Sánchez Ron

“Autores eminentísimos pare- surgían para evitar, o suavizar, esta ascendencia del lado de inducidas en especies anima-
cen estar completamente satisfe- controversias su abuelo o del de su abuela?”. les domesticadas, en la lucha
chos de la hipótesis de que cada
A lo cual, Huxley, el gran de- por la existencia, en las leyes
especie ha sido creada indepen-
dientemente. A mi juicio, se avie- Recepción fensor de Darwin, respondió: de la variación, en las dificul-
nen mejor con lo que conocemos La publicación de El origen de “No sentiría ninguna ver- tades que encontraba la teoría
de las leyes fijadas por el Creador a las especies suscitó inmediata- güenza de haber surgido de (como la imperfección del re-
la materia el que la producción y mente grandes pasiones, en semejante origen; pero sí que gistro fósil), en las distribucio-
extinción de los habitantes pasados las que los argumentos cientí- me avergonzaría proceder de nes geográficas de especies y
y presentes de la Tierra hayan sido
debidas a causas secundarias, como
ficos se mezclaban con consi- alguien que prostituye los do- en la embriología. Había algo
las que determinan el nacimiento deraciones de índole política nes de cultura y elocuencia al de plantas, pero no demasia-
y muerte del individuo. Cuando y religiosa. Abundan los servicio de los prejuicios y la do. En los años siguientes re-
considero todos los seres no como ejemplos y los protagonistas false­dad”42. medió algunas de estas caren-
creaciones especiales, sino como de tales discusiones tempra- cias. En 1862 aparecía el pri-
los descendientes directos de un
corto número de seres que vivieron
nas. Entre los principales Completando mero de los libros que dedicó
mucho antes de que se depositase opositores recordaré a Ri- la historia evolutiva a estas cuestiones: On the Va-
la primera capa del sistema silúri- chard Owen (1804-1892), Darwin no asistió a la reunión rious Contrivances by which
co, me parece que se ennoblecen”. especialista en anatomía com- de Oxford; aparte de sentirse British and Foreign Orchids
parada (había ayudado a enfermo (probablemente por are Fertilised by Insects, and on
Y una líneas más abajo, Darwin en la clasificación de la tensión que le producía la the Good Effects of Intercrossing
concluía su alegato, y su li- los fósiles que trajo del Bea- idea de asistir a semejante en- [Los diversos procedimientos
bro, diciendo41: gle); el zoólogo y geólogo sui- cuentro, en el que su libro e mediante los cuales las orquí-
zo afincado en Estados Uni- ideas iban a ser discutidas), él deas británicas y foráneas son
“Así, la cosa más elevada que dos, Louis Agassiz (1807- prefería intentar manejar los fecundadas por los insectos],
somos capaces de concebir, o sea la 1873); y dos viejos conocidos hilos a distancia, ayudándose The Variation of Animals and
producción de los animales supe-
riores, resulta directamente de la
de Darwin, Adam Sedgwick de sus amigos (sobre todo, de Plants under Domestication
guerra de la naturaleza, del hambre y Robert FitzRoy. Aunque se Lyell, Hooker y Huxley, ade- [La variación de los animales y
y de la muerte. Hay grandeza en esgrimían razones científicas, más de Gray en Norteaméri- las plantas bajo domesticación]
esta concepción de que la vida, probablemente se insistía más ca), una actividad que no se le llegó en 1868, y ya más tarde,
con sus diferentes fuerzas, que ha (o subyacía con mayor fuerza) daba nada mal. Eso, y conti- Insectivorous Plants [Plantas
sido insuflada en un corto número
de formas o en una sola, y que,
en los argumentos teológico- nuar con su trabajo. De he- insectívoras; 1875], The Effects
mientras este planeta ha ido giran- religiosos. cho, a partir de la publicación of Cross and Self Fertilisation
do según la constante ley de la De las discusiones públi- de El origen de las especies in the Vegetable Kingdom [Los
gravitación, se han desarrollado y cas, mencionaré el célebre, Darwin intensificó la produc- efectos de la fertilización cruza-
se están desarrollando, a partir de casi mítico, debate que tuvo ción de libros, publicando da y de la autofertilización en
un principio tan sencillo, infinidad
lugar en Oxford el 30 de ju- una serie de ellos que en cier- el reino vegetal; 1876], The
de formas más bellas y portento-
sas”. nio de 1860 durante una de to sentido se pueden conside- Different Forms of Flowers on
las sesiones de la multitudina- rar en su mayoría como nue- Plants of the Same Species [Las
ria reunión anual de la British vos capítulos de su texto de diferentes formas de flores en las
Esto en la primera edi- Association for the Advance- 1859; como suplementos en plantas de la misma especie;
ción, en la sexta, de nuevo ment of Science. En aquella los que se esforzaba por aña- 1877] y The Power of Move-
conciliador, después de “in- ocasión se enfrentaron el dir pruebas a su teoría de la ment in Plants [El poder del
suflada” añadió, “por el Crea- obispo de Oxford, Samuel selección de las especies. movimiento en las plantas;
dor”. Vemos que Darwin fue Wilberforce (1805-1873), y En El origen se había con- 1880].
introduciendo cambios en las T h o m a s He n r y Hu x l e y centrado en las variaciones Hay que tener en cuenta
sucesivas ediciones de El ori- (1825-1895), especialista en que el estudio de las plantas
gen, algo que debe tenerse anatomía comparada y pa- se ajustaba bastante bien a las
muy en cuenta a la hora de leontología, que ha pasado a 42 Existen varias narraciones
posibilidades de Darwin en
sobre esta confrontación, de la que
extraer consecuencias de su la historia de la ciencia, junto su propiedad de Downe. En
no hay rastro en las actas publicadas
lectura.. Y es que tales cam- a sus distinguidas contribu­ de la reunión (una carta que Huxley ella podía, en efecto, realizar
bios no siempre se justifica- cio­nes a las ciencias naturales, envió a Darwin con su versión no se él mismo experimentos. El
ban por eliminar errores, por como el campeón en la defen- ha, desgraciadamente, conservado). primero de los libros que aca-
Entre todas las versiones existentes,
explicar mejor algún punto o sa de la teoría de la evolución. he elegido la del reverendo W. H. bo de citar, dedicado a la fe-
dar más detalles: también El obispo preguntó a Huxley Freemantle, que asistió a aquella se- cundación de las orquídeas,
acerca de la creencia de que el sión. Citado en Leonard Huxley, Life se enmarca en ese contexto,
and Letters of Thomas Henry Huxley,
hombre desciende de los mo- vol. 1 (Macmillan, Londres 1900), aunque inicialmente no se
41 Ibídem, pág. 490. nos, manifestando “¿Procede págs. 186-187. dedicase a estudiarlas con “fi-

Nº191 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



61
CHAR LES DARWIN

nes evolucionistas”: comenzó cipales estímulos para ello Notemos en estas líneas convicciones, para sufri-
a estudiarlas en el verano de había sido el atraer insectos que su argumentación tam- miento de su esposa, de
1860, cuando se llevó a con el fin de que éstos las bién tenía implicaciones fuertes creencias religiosas.
toda su familia a casa de las ayudasen en la reproduc- para lo que ahora se deno- Pero volvamos a su cien-
hermanas de Emma, en ción sexual. Citaré en este mina “Diseño inteligente”, cia, ahora a La variación de
Hartfield (Sussex), con el sentido el pasaje con el que la idea de que alguien –un los animales y las plantas bajo
propósito sobre todo de in- concluía el penúltimo capí- Dios– debió diseñar las di- domesticación, un libro no
tentar que mejorase la salud tulo del primero de sus li- ferentes formas en que se sólo importante por los aná-
de su hija Henrietta, que no bros “botánicos”, el de 1862 manifiesta la vida. Y por su- lisis de muy diversas especies
se había recuperado de algo (aunque la cita procede de puesto esto incide en una que Darwin efectuó allí,
parecido a una fiebre tifoi- la segunda edición, revisada, cuestión que se ha tratado sino también porque en él se
dea. De hecho, las orquí- de 1877)45. hasta la saciedad: la de cuá- enfrentó con uno de sus
deas le sirvieron como vál- les fueron las creencias reli- grandes problemas: el de
vula de escape de sus pre- “¿Podemos sentirnos satisfe- giosas de Darwin. Expresa- que aunque descubrió el he-
ocupaciones familiares y de chos al decir que cada orquídea fue do muy brevemente, diré cho de la existencia de la se-
creada, exactamente tal como la
las constantes preocupacio- vemos ahora, a partir de cierto
que el joven que se prepara- lección natural y contribuyó
nes que le originaba El ori- ‘tipo ideal’; que el Creador omni- ba para ser párroco fue cam- notable­mente a dilucidar la
gen de las especies. Pero aun- potente, habiendo establecido un biando paulatinamente. En historia de la evolución ani-
que fuese otra la motiva- plan para todo el orden, no se salió su autobiografía escribió46: mal y vegetal, tenía ante sí el
ción, en esta al igual que en de este plan; que Él, por tanto, problema de explicar por
hizo que el mismo órgano llevara a “Mientras me hallaba en el
otras investigaciones, como cabo diversas funciones –a menu-
q u é s u r g e n va r i a c i o n e s
ha señalado Janet Browne, Beagle fui completamente orto- heredita­r ias entre organis­
do de trivial importancia en com- doxo... Pero, por aquel entonces,
“cada experim e n t o q u e paración con su función real–, fui dándome cuenta poco a poco
mos y cómo se transmiten
idearía en los años futuros convirtió otros órganos en meros de que el Antiguo Testamento, de- éstas de generación en
lo llevaría a cabo teniendo rudimentos inoperantes y los orga- bido a su versión manifiestamente genera­c ión. En el capítulo
nizó a todos como si tuvieran que
en mente su relevancia últi- falsa de la historia del mundo, con 27 (el penúltimo) de La va-
estar separados y después hizo que su Torre de Babel, el arco iris como
ma respecto a la evolución se fusionaran? ¿No es una idea más riación de los animales y las
signo, etc., etc., y al hecho de atri-
por medio de la selección sencilla y comprensible que todas buir a Dios los sentimientos de un
plantas bajo domesticación,
natural”43. las Orchideae deben lo que tienen tirano vengativo, no era más de presentó la teoría que pro-
El estudio de las orquí- en común al hecho de descender fiar que los libros sagrados de los puso, la de la pangénesis.
de una planta monocotiledónea,
deas se adaptaba particular- hindúes o las creencias de cual- “Uno desearía explicar-
que, como muchas otras de la mis- quier bárbaro... la incredulidad se
mente bien no sólo a la si- ma clase, poseía 15 órganos orde- se”, leemos allí, “aunque
fue introduciendo subrepticiamen-
tuación de Darwin, sino nados alternadamente tres dentro fuera de manera imperfecta,
te en mí a un ritmo muy lento,
también a sus gustos. “Las de tres en cinco verticilos, y que la pero, al final, acabó siendo total. cómo es posible que un ca-
orquídeas me han interesa- actual estructura maravillosamente El ritmo era tan lento que no sentí rácter que poseyó algún re-
do más que casi cualquier modificada de la flor se debe a una ninguna angustia, y desde enton- moto antecesor reaparezca
larga trayectoria de paulatina mo- ces no dudé nunca ni un solo se-
otra cosa en mi vida”, escri- dificación, en la que se ha preser-
de repente en la descenden-
gundo de que mi conclusión era
bía el 18 de octubre de vado cada modificación que resul- cia; cómo los efectos del uso
correcta. De hecho, me resulta di-
1861 a John Lindley (1799- tó útil para la planta, durante los fícil comprender que alguien deba que aumenta o reduce un
1865), botánico y editor del incesantes cambios a los que que- desear que el cristianismo sea ver- miembro pueden ser trans-
Gardeners’ Chronicle44. Re- dó expuesto el mundo orgánico e dadero, pues, de ser así, el lenguaje mitidos al niño; cómo el
inorgánico?”. liso y llano de la Biblia parece
cluido en su finca, las estu- elemento sexual masculino
dió e investigó con detalle mostrar que las personas que no puede actuar no sólo en el
creen –y entre ellas se incluiría a
en el campo y en sus inver- mi padre, mi hermano y casi todos
óvulo, sino ocasionalmente
45 Citado parcialmente por
naderos. Así, concluyó que mis mejores amigos– recibirían un en la forma materna; cómo
Martí Domínguez en “Introducción”
las flores, las orquídeas en a Charles Darwin, La fecundación castigo eterno. Y ésa es una doctri- se puede producir un híbri-
particular, habían evolucio- de las orquídeas (Laetoli, Pamplona na detestable”. do por la unión de tejido
nado, y que uno de los prin- 2007), págs. 7-25; pág. 17 (la cita celular de dos plantas inde-
completa aparece en las pp. 233-234
de La fecundación de las orquídeas).
Sus investigaciones cien- pendientemente de los ór-
Existen traducciones al castellano de tíficas contribuyeron a estas ganos de gemación; cómo
43Browne, Charles Darwin. El otros de los libros sobre temas botá- un miembro puede repro-
poder del lugar, op. cit., pág. 221. nicos de Darwin: Charles Darwin,
44 The Correspondence of Charles
La variación de los animales y plantas ducirse en la línea exacta de
Darwin, vol. 9 (“1861”), Frederick bajo domesticación (Los Libros de 46 Darwin, Autobiografía, op. cit., la amputación sin añadir
Burkhardt, Duncan M. Porter, Joy La Catarata, Madrid 2008), Plantas págs. 77-78. La mayor parte de esta poco o mucho; cómo el
Harvey y Marsha Richmond, eds. insectívoras (Los Libros de La Catara- cita no aparecía en la primera edi-
(Cambridge University Press, Cam- ta, Madrid 2008), Plantas carnívoras ción de la autobiografía, censurada mismo organismo puede ser
bridge 1994), pág. 309. (Laetoli, Pamplona 2008). por su familia. producido por procesos tan

62 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 191■


José Manuel Sánchez Ron

diferentes como la gema- [“Experi­mentos sobre la hi- De El origen del hombre se- cho toneladas de tierra fina-
ción y generación seminal; bridación de plantas”]– del leccionaré unos párrafos que mente molida al año por
y, por último, cómo en dos monje agustino Gregor Men- aparecen casi al final. Son los acre de superficie, aireando
formas allegadas, una atra- del (1822-1884), en el que siguientes, y hablan por sí y mejorando así la calidad
viesa durante su desarrollo formuló los principios básicos solos tanto de lo que pensa- del suelo. El libro tuvo un
una metamorfosis muy de la teoría de la herencia, a la ba Darwin como del tipo de gran éxito, pero lo que yo
compleja, y otra no lo hace que llegó a través de experi- hombre, compasivo, que quiero señalar aquí, para
así, aunque al llegar a la ma- mentos que realizó con gui- fue50: concluir, es que de alguna
durez ambas son similares santes en el jardín de su mo- manera, metafóricamente,
en cada detalle de estructu- nasterio, en lo que es hoy en “La principal conclusión a la el que estudiase con tanta
ra. Sé que mi opinión es Brno (República Checa), fue que se llega en este trabajo, a saber, atención y cuidado a las
sólo una hipótesis provisio- que el hombre desciende de algunas
publicado en 1866 (aunque formas poco organizadas, será, la-
lombrices de tierra constitu-
nal o especulación, pero apareció en el tomo de Ver- mento pensar, altamente desagra­ ye una muestra de respeto a
hasta que se desarrolle otra handlungen des naturforschen- dable para muchas personas. Pero un ser con el que también,
mejor puede servir para den Vereines de Brno corres- difícilmente puede dudarse de que aunque sea de forma muy
unir una multitud de he- pondiente a 1865). Pero las descendemos de bárbaros... Aquel lejana, estamos emparenta-
chos que hasta el presente que haya visto un salvaje en su tie-
investi­gaciones de Mendel rra nativa, no sentirá mucha ver-
dos. Al fin y al cabo, fue
permanecen desvinculados apenas fueron conocidas, Darwin quien nos enseñó
güenza si se ve forzado a reconocer
por alguna causa eficaz”47. desde luego no por Darwin; que la sangre de alguna humilde que es así.
Básicamente, su teoría y cuando fueron redescu­ criatura corre por sus venas. Por mi Falleció en Down House
(bastante oscura) era que el biertos, simultáneamente, en parte, no tendría inconveniente en el 19 de abril de 1882. Su
descender de ese heroico monito,
“desarrollo de cada ser, in- 1900, por el holandés Hugo esposa quería que fuese en-
que desafía a su temido enemigo
cluyendo todas las formas de de Vries (1848-1935), el ale- para salvar la vida de su guardián; o terrado en el camposanto de
metamorfosis y metagénesis mán Carl Correns (1864- de ese viejo mandril, que, descen- la iglesia de Downe (segura-
depende de la presencia de 1935) y, en menor grado, el diendo de las montañas, saca triun- mente él habría querido lo
gémulas expelidas en cada austriaco Erik von Tschermak falmente a su joven camarada de mismo), pero veinte miem-
una multitud de sorprendidos pe-
periodo de la vida, y en su (1871-1962), el autor de El bros del Parlamento pidie-
rros, en vez de descender de un sal-
desarrollo, en un periodo origen de las especies ya había vaje que disfruta torturando a sus ron que fuese llevado a la
correspondiente, en unión muerto. enemigos, ofrece sangrientos sacri- abadía de Westminster. Fi-
con células precedentes... La Después de La variación ficios, practica el infanticidio sin nalmente, fue enterrado allí
herencia puede ser vista de los animales y las plantas remordimiento, trata a sus mujeres el día 26, bajo una humilde
como una forma simple de como esclavas, desconoce la decen-
bajo domesticación, y antes losa, justo al lado del mag-
cia y es juguete de las más groseras
crecimiento, como la autodi- que Plantas insectívoras, supersticiones”. nífico monumento funera-
visión de una planta unice- Darwin publicó otros dos li- rio que acoge los restos de
lular de inferior organiza- bros: el ya citado El origen Y ya sólo me resta recor- Isaac Newton. Los dos cien-
ción... Cada animal y planta del hombre (1871), otra de dar el último libro que pu- tíficos británicos más im-
puede compararse a un lecho sus obras capitales, y The blicó. Apareció en 1881, un portantes de la historia her-
de mantillo lleno de semillas, Expresión of Emotions in año antes de su muerte, y manados para siempre. n
algunas de las cuales germi- Man and Animals (1872), está dedicado a un tema
nan pronto, algunas se man- que en realidad deberían ha- aparentemente humilde,
tienen por un periodo, mien- ber sido uno solo (no lo fue- The Formation of Vegetable
tras otras perecen”48. ron por su extensión). De la Mould through the Action of
Hoy sabemos que sus última, diré que en ella Worms with Observations on
ideas no eran correctas. La Darwin ofrecía una explica- their Habits [La formación
p i e z a d e l a q u e c a re c í a ción natural para las emocio- del sustrato vegetal por la ac-
Darwin era, por supuesto, la nes de los humanos y otros ción de las lombrices con ob-
genética. De hecho, pudo animales, refutando la idea servaciones sobre sus costum-
haber dispuesto de la esencia de que los músculos faciales bres]. En este libro, hoy un
de ella, ya que el artículo expresivos fuesen un atribu- clásico de la ecología cuan-
fundacional –“Versuche to único de los humanos49. titativa, el anciano natura-
über Pflanzen-Hybriden” lista demostró que las lom-
brices dan origen a diecio-
49 Existe traducción al castellano
47 de este libro: Charles Darwin, La ex-
José Manuel Sánchez Ron es
Darwin, La variación de los
animales y plantas bajo domesticación, presión de las emociones en los anima- 50 Charles Darwin, El origen del miembro de la Real Academia Es-
op. cit., vol. 2, págs. 809-810. les y en el hombre (Alianza Editorial, hombre (EDAF, Madrid 1977), pág. pañola y catedrático de Historia de
48 Ibídem, págs. 856-857. Madrid 1998). 516. la Ciencia.

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