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@PENSAMIENTO eer ii | ‘Cx @ ACCION SOCIALISTA — INICIAL Pensamiento, Critica y Accién Soclalista Afio 1 Huenow Aires, 1° de Agosto de 1938 Not Fil hombre que en tempos inclertos Hene a ene piritu incierto, multiplica et mal y to agrova cade mds, Perv oquel que muntione una idea firme mente hace im mundo nieve cournn. Definicié Nada ills instil que C. MARX Para la clase trabajadora, la lucha en el dominio de la teoria ha pasado a ocupar él primer plano, En ningtin momento de su penosa historia, esta necesidad se hace tan imperativa como en los tiempos presentes. Nunca ha cobrado mayor interés para esta cla- se la necesidad de condicionar tedricamente su accién libertadora, si no quiere y no Puede quererlo, que su misma accién realizada cotidianamente en el terréno politico y ecenémico, se vuelve finalmente en contra de sus propios intereses de clase. Jamds ha sido tan clara para nosotros, como en esta hora, la sabia advertencia de uno de los mas preclaros realizadores del socialismo, SIN TEORIA REVOLUCIONARIA NO HAY ACCION REVOLUCIONARIA. Fieles a los postulados que informa Ja concepcién materialista de la historia, INI- CIAL los erige en programa y en bandera al par que hace suya la experiencia de casi Unaicenturia de luchas socialistas a contar desde el célebre manifiesto de 1848, cuyas en- Sefianzas, en esta época de reniegos individuales y colectivos, INICIAL ‘eivindica, Prometiendo no apartarse en un dpice de su perspectiva fundamental, alma y nervio de toda accién verdaderamente socialista, pues hoy como ayer LA EMANCIPACION DE LOS TRABAJADORES CONTINUA SIENDO OBRA DE LOS TRABAJADORES MISMOs. t Conscientes de 1a devastacién que en el dominio de la teoria marxista han realizado los revisionistas de todo género, incluida la “escuela” stalinista que la prostituye y la utiliza como arma para sofocar la revolucién mundial, INICIAL contribuira, en la mex dida de las fuerzas y de Ia capacidad cultural de sus animadores, a su divulgacion doc trinaria, a Jos fines de Ia instruccién teérica de Jos actuales o futuros militantes revo- lucionarios. Proyectado nuestro esfuerzo ‘bemos que Ia lentitud de la asi €n ese sentido, no esperamos resultados inmediatos, Sav imilacién nos impondré una tarea penosa, Tampoco igno- ronado y per ‘morales. “La La moral del rrecio por Pe INICIAL, Bolchnevismo - y Stalinismo Sobre la cuestién de las rafces tedricas e histdéricas de la IV. Hpocas reaceionarias como Ia actual, no silo ebilitan y desintegian a la clase obrera ais. Hindola de st. vanguardia, sino que también rebajan el nivel ideoldgico general del movi _J miento, rechazando hacia atras el pensamicnto J politico, hasta etapas ya superadas desde hace mucho tiempo, En estas condiciones la tarea ide Ta vaniguardia consiste, ante todo, en no de jarse sugestionar por el reflujo general © eesario avanzar contra In corriente. Si las de fayorables relaciones de fuerzas no permiten ) conservar las antiguas posiciones politicas, por iciones ide ‘pues la experiencia tan cara del pi ado se ha concentrado en ellas. Ante los ojos Jos mentecatos, tal politica aparece como ctaria”. Hn realidad no hace mas que pre- tun Salto gigantesco hacia adelante im- “por la oleada ascencente de! nuevo histérico. } contra ef Mar: mo y el Comutnismo s derrotas politicas, provocan ine- una revision de valores, la que eva a cabo en dos direcciones. ) por la experiencia de con ufias y dientes la jento révolucionario y cuadros para los Por otra, el pen de los centristas y por las derrotas, LEON. TROTSKY Internacional de sts satélites del Burean de Londres, consti- tuyen ejemplos dt este género, Ni un renglén de anélisis marxista. Ni una tentativa seria para aclirar las causas de las derrotas, Ni una palabra nueva sobre el porvenir. Solamente tlisés, rutina, mentiras y ante todo, preoeupay ciones para salvar sit posicién burocratica, Bas- tan diez Iineas de cualquier Hilferding o de Otto Bauer, para sentir ya el olor de podre- dumbre, De los tedticos’ del “Comintern es mejor no hablar. El eélebre Dimitrov es tan ignorante y trivial como cl mis simple almax cenero. El pensamiento de estas personas es muy perezoso para renegar del marxismo: fo prostituyen, Pero actualmente no son estos se fiores los que nos interesan, Veamos los novadores”. El ex-comunista austriaco Willi Schlamm, ha consagrado un opisculo a los procesos de Mose con el expresivo titulo de “Dictadura de ta mentira”, Schlamm es un periodista tar lentoso, cuyo principal esté dirigide hacia los asuntos de actualidad. Hizo una ex- celente critica de las falsificaciones de Mose y puso al desnudo la mecénica psicolégica de las “confesiones voluntarias”. Pero como no se da por satisiecho con esto, quiere crear una nueva teoria del socialismo que asegure el porvenir contra las derrotas y las falsificacion nes. Como Schlamm no es un tedrico y segtin sus declaraciones esta muy poco familiarizado con la historia del desarrollo del socialismo, creyendo hacer un descubrimiento, presenta un socialismo anterior a Marx, que ademas de ser una variedad atrasada del socialismo aleman, es dulzon ¢ insulso, Schlamm renuncia a fa “dialéctica y a la lucha de clases, sin hablar de del proletariado, Para él, la tarea jormacion de la sociedad se reduce le ta_provineial ) a ino que también com no” oon aga de Willi Sehlamim Je salvar i jpor medio de «na incenlacion de Fa moral, Semin la juste ceonchusicg de Te : femm aleanza Tos principios del jalismo ruso, que y2 habia opues- Ya la rada iticha de clases, dos de Ia fe, Ia esperanza ¥ “social representa fen sus premisas tedricas un retorno al socia” ee Marzo. de We la Alemania anterior 2 Sin embargo, seria demasiado injusto de Kerenski, un conocimento mas pro- Ge Ia historia de Tas ideas cle! soctalis: “mo, que de Schlamm. Mucho mas importan- Gs el hecho de que Kerenski, ane ahora Marica con Schlamm, fué, como jefe de Seno, el iniciadar de las persecuciones con” foe olcheviques, tratandolos como agen” “tes del Estado Mayor Aleman, ¢s decir, que Cgrganice fas _misteas falsifieaciones, para te ‘char contra los cuales, Schlamm qoviliza aho" Tra verdades metafisicas sacacas de ‘Jos mi- | | Et mecanisino psicoldgico de la reaccidn inte- Ide Schiamm y de stis semejantes, es guy simple, Durante algin tiempo estas ‘per as fan participado en un movi siento por giie juraba por la Iucha de clases e in | de palabra, In dialéctica materialista. fen Alemania como en Ausiria, este mo @ termind con una catastrofe, Schlamm. @ la siguiente conclusién sumaria ; Ved de conducen fa Icha de clases y la dia- a! ¥ cimo el nimero de descubrimientos limitado por la experiencia histirica... mF Ia riqueza de los conocimientos perso~ nuestro reformador en su busqueda de fe, ha encontrado yerdades anti midas hace tiempo, que opone de ‘no solamente al bolcheviquismo, én_al_marxismo. ; vista, la tae de veacciin : por Schlamm, es) tan d | Marx... a Kerenski) al no vale la pena detenerte en ella. Sin embargo Uetremadamente instructivas Phebe! reins a st cardeter primitivo Fepresenta Hrmomindor comin de todas Tas otras vd aera de reaceiin, y_ ante todo el renuncian for. fy total al bolcheviqutismo. nia “Vuelta al Marvismo’* fl marxismo ha entcontrado st expresi ierlea mas grandiosa en el bolcheviguismy Mia bandera del bolcheviguismo el pre Bai) obttvo st primera victoria y fins, Grimes estado obrero, Ninguna fuera se f Bipas de borrar estos hechos histricos, Pe mi Meomo fa Revolucion de Octubre ha ets Tig al estado actual, es decir al triunfo fnperacia, con sus sistema de opresién, de Bieacion y de expoliacion—a la dictad ja mentira—segin Ta justa presion de Sch. Tumerozos espiritus formalistas y si. +ficiales, se inclinan ante [a sumaria conclir Hon de ave es imposible Inchar contra el sto Finismo, sin renunciar al bolcheviquismo, Co. Sabemos, Schlamm va ain mas lejos: el stalinismo, que es la degeneracidn del bolche- viquismo, €s también un producto det Kiso; en consecuencia, es imposible Iu contra el stalinismo sin apartarse de las bases gel marxismo, Gentes. menos consecuentes, pe ro mas suunerosas dicen por lo contrario hay que volver del bolcheviquismo al mar xismo’”. Pero... 7Por qué camino? 24 marxismo? Antes de que el marxismo “fuese ala bancarrota” en forma de bolcheviquismo ya se habfa hnundido bajo Ta forma de soc ih Yemoeracia, La consigna “volver de nuevo at ‘mo significa day vin salto sobre Ia TL jla I Interna derrotada. Re Jamm, mo mars y la LIL Internacional hacia. Sonal! Pero también ésta fué sumiendo: se trata de volver en definitiva a tas obras completas de Marx 3 Engels. Ps dat este salto heroico no hay hecesidad Kalix del gabinete de trabajo, ni siquiers quitarse [as pantuflas, Pero, 2Cémo pasir golpe de nuestros clisicos (Marx murio © 1883 y Engels en 189s) a kas tareas de Ie 1 va gpoea, dejando de lado ta tucha teor politica de muchas decenas de afios, que comprende también al bolcheviquism® Y a la Revoluctim de Octubre? Ninguno ce | wisn? que se proponen renunciar al bolcheviqu' lucha como tendencia histéricamente en “bancarro” ta", ha indicado nuevos camino Para ellos todo se reduce al simple consejo de estudiar BL, CAPITAL, Contra esto, no tenemos nada que objetar, Pero también los holeheviques han estudiado El, CAPITAL, ¥ no del todo mal. Sin embargo, eso no inr fad la degeneraciin del Estado Soviético y Tx “mise en scéne” de los procesos dle Mosci. 2Qué hacer entonces? {Es verdad por lo tan= fo que el stalinismo representa el producto le~ gitimo del bolcheviquismo, como lo cree toda Ia reaccién, como lo afirma el mismo Stalin, como lo piensan los mencheviques, los anar- quistas y algunos doctrinarios de izquierda. que se consideran marxistas? “Siempre lo ha” Biamos predicho —dicen— habiendo comen- zado con la prohibicién de los distintos par- tides socialistas, con el aplastamiento de los anarquistas, estableciéndose la dictadura de los holcheviques en los soviets, la Revolucion de Octubre no podia dejar de conducir ala dict tadura de la burocracia. El stalinismo a Ia vez es la continuaci’m y la negacién del leninis mo”. GES EL BOLCHEVISMO RESPONSABLE DEL STALINISMO. El error de este razonamiento comienza con la identificaciin tacita, del bolcheviqus- mo, de la Revolucién de Octubre, y de la Union Soviética, El proceso histérico, que consiste cn Ia Iucha de fuerzas hostiles es reemplazado por la eyoluciém abstracta del polcheviquismo. Sin embargo el bolcheviquis imp es solamente una corriente politica, Aun ‘que estrechamente ligado a la clase obrera, no ‘Se identifica con ella, En la U. R, S, S, ade- © mis de la clase obrera existen mis de cien ‘millones de campesinos de diversas nacional ades; una herencia de opresin, de miseria y cia. El estado creado por los bol eja, no solamente el pensamien” id de los boleheviques, sino tam- del_pais, 1a. composicion Ja influencia del pasado smo mundial no menos a. Busta con Hamar este error elemen- verdadero nombre, para que no que- de nada de él Ei} mismo bolehevismo jamais se ha identi- ficado con la Revolucién de Octubre ni con eb tado Soviético que de ella surgié. El bok chevismio se consideraba como uno de tos fact ores histéricos, sn factor "“consciente, fac for muy importante pero no decisive. Nunca. hemos pecado de subjetivismo histories. Veiar mos el factor decisive, —sobre la base dada por las fuerzas productivas—, en la lucha de clases, no solo en escala nacional sino tam- bién internacional, Cuando los bolcheviques hacian concesiones a las tendencias pequenio-burguesas de los canv pesinos; enando establecian reglas estrictas pa~ ra el ingreso al partido; cuando depuraban es- te partido de elementos que le eran extranios; cuando prohibian a los otros partidos; cuant do introducian la N .E. (P.; cuando cedian Jas empresas en forma de concesiones; 0 cuan- do firmaban acuerdos diplomiticos con los go- biernos imperialistas, extraian de este hecho fundamental, conclusiones que, desde el co- mienzo les era tedricamente claro: la con- guista del poder, por muy importante que sea, no convierte al partido cn el duefio todepode roso del proceso historico. Ciertamente, despué: de haberse apoderado, 1 partido tiene la po- precedentes, en el desarrollo de la sociedad, pero en cambio ¢s sometido a una accién mil tiple por parte de todos los otros elementos de esta sociedad, Puede ser arrojado del poder por los golpes directos de las fuerzas hostiles. Con el ritmo mas lento de la evolucién, puede degencrar interiormente, aunque se mantenga en el poder. Bs precisamente esta dialéctica del proceso histérico, lo que no comprenden Tos razonadores sectarios que tratan de encontrar un arguinento, definitive contra el bolchevis io, et Ia putrefaccién de la burocracia stax linista, Fn el fondo esos senoses dicen; “un Partido revolucionario es malo. cuando no He- va en si misnio garantias contra su degenera- cién”. Enfocado con un criterio semejante, et holchevismo esti evidentemente condenados ne pose ningiin talisman, Pero cse mismo erite: ‘rio es falso, El pensamiento cientifico exige un nalisis concreto; zchmo y por qué el partido: ii Dee ta descompuesio?, hasta abors radio ha hee E Py choreste anilisis fern de los bolchevigues, SE Fest han tenidto necesidad de romper, con el Raimerismo. Por el contrario, ex en el arse fat del bolchevismo donde han encontrado tO Ho 16 vecesario para explicar su destino, La onclusién a la cual tegamos es la sigulent + exidentemente el stalinisino ha “gurgido” del Halchevismo; pero no, surgi’ de una mance sino dialéctica ; no como Si afit macion gino como su negacion termi doriana, Que no es una misma cos I EL PRONOSTICO FUNDAMENTAL DEL BOLCHEVISMO ‘Sin embargo, los bolcheviques no han tent do necesidad de esperar los procesos le Mos- efi, para expl iori néstico que habian hecho los bolchevi solamente en visperas de In Revohuciém de Oc- tabre, sino también un buen ndmero de aiios antes, La agrupacién fundamental de las fuer~ vas, a escala nacional ¢ internacional, abre, por primera vez, para el proletariado de un pais tan idad de Megar ala conauista del poder. Pero ese mismo agru- pamiento de fuerzas permite asegurar de en- femano, que sin la victoria mas 9 menos ré © pide del proteiariado de los pases adelantades el Estado obrero no podré mantencrse ew Kur sia. El régimen soviético abandonacio a sus pro- bias fuerzas, cara o degenerar’. Mas 2xacsa- | Mente: primero degenerara y luego caer’ Fini “damente, He tenido oportunidad de escribir “sobte esto, ms de una vez, desde 1905. En ‘Historia de la Revolucidn Rusa’ (apend ‘iltimo tomo, “Slctalisy oie Mfaycna:teseke de lo que ban di ue ecto los jefes del holchevismo desde Todo se reduce a una sola en, Orsidene el bolchei INICIAT, mera vez. nin’ mejores”, y mas aun, esos “mejores” de onganienctén, sino que ex ol comiehzo de una Mean degenseracitp social del Hatado, Obrero, OT Congreso del partide, ew marzo de road, Lenin hablo deli “apoyo!” ue, extaban Toatigos «ofrecer aM Rusia Soviétien due fe la époen de fa N. Fe. P., algunos potiti- Fant rgueses y en. particular el profesor Hihe. fal Onstrinloy. “Estoy ‘por ¢l sostenimiento tel gobierno sovietico en Rusia —djo— anne que sea in cate, an burgués que ha sosten die intervencidn... por que ha entrado en nino del poder burgués ordinario”. Lenin reafiere la vor cinica del enemigo a tos “dulees Prvailos comunistas””; y ha advertido al partido te ese peligro con esias palabras de rida s0- priedad! “Cosas como las que dice Oustrialoy gon posibles, hay que confesarlo, La historia Sonoee transformaciones de toda indole; apo- sarse ent Kt conviccidn, la devocion y otras € telentes cualidaces morales, es wna cosa nada Seria en politica, Excelentes cualidades morales existen en un niimero infimo de personas, pe andes masas las que deciden los desenlaces bistoricos, masas que tratan con po- ca benevolencia a ese escaso mimero de per sonas, si estas Je son poco gratas”» En una palabra, el partido no es el tmnico factor de fvolucion y, en wna gran escala histiriea, no es un factor decisivo. “Sucede que una nacién conquista a otra — continiia Lenin en el mismo Congreso, el il timo en que participd—, esto es muy simple y comiprensible a cualquiera. ¢Pero, qué suce" de con la civilizacién de esos paises? Esto y no es tan simple. Si la nacién que ha hecho la conquista tiene una civilizacion superior nacién vencida, aquélla le impone su civiliza cién; pero si sucede lo contrario, la naciin vencida le impone la suya a la nacign cond tadora. zNo ha pasado algo semejante « capital de la R. S. F, S. R., y no sucellé que 4.700 comunistas (casi toda una divisi de la mejor entre las mejores) se han visto ‘metidos a una civilizacion extranjera?” fué dicho al comienzo de 1922, y no por Pit La historia no la hacen ale hombres, aunque sean “los mejores ent’ : 8 pueden el ci rar en e} sentido de wna civilizacie? “Yextranjera”, es decir, burguesa. No sol del ci do Soviético puede alejars parti? jalista, sino que también lj dolchevique puede, en condiciones: hi desfavorables, perder su. bolchevisino Es con la clara comprension de este peli gro, que macid In oposietdy de izquierda, def nitivamente formada en 1923. Registrando dia riamente los sintomas de degeneracion, se es forx6 por oponer al termidor amenazante la vor Tuntad consciente de la vanguardia proletar ‘Sin embargo, ese factor subjetivo result ine suuficente, Las “masas gigantescas” que, segtin Lenin, deciden los desenlaces de ta lucha, esta~ an cansadas por las privaciones propias det pais y por una espera demasiado prolongada de Ta revelucién nmndial, Las masas_perdie- ron la energia. La burocracia adqnirié ventay jas. Doniind a la vanguardia proletaria, piso~ fed el marxismo, prostituyé al partido bolche- yique. El stalinismo resulté victorioso. Bajo Ta forma de oposicién de izquierda, el bolche yismo rompid con la burocracia soviética y con su Comintern. Tal es la verdadera marcha de Ja evolucién. Ciertamente, en un sentido formal, el stali- mismo surgié del bolchevismo. Aun hoy, la bur rocracia de Mosca continita lamandose parti- do bolchevique. Si utiliza la antigua etiqueta Gel bolchevismo lo hace simplemente para en- gaftar mejor a las masas, Tanto mias lastimo 's05 son los tedricos que toman la cascara por el carozo, la apariencia por Ia realidad, Iden tificando cl stalinismo con el bolchevismo pres- tan el mejor favor a los termidorianos y, por Jo mismo, representan un papel manifiestamen te reaccionario. Con la climinacién de todos tos otros parti dos de la arena politica, los intereses y las ten- dencias contradictorias de las diversas capas de Ja poblacion deben, en mayor o menor grado, encontrar su expresién dentro del partido di- rigente. A medida que el centro de gravedad ‘politico, se desplazaba de la vanguardia prole- facia la burocracia, el partido se modi Li tanto en sti composicién social como en [st ideologia. Gracias a Ia marcha impetuosa ‘evolucién en el curso de los ultimos quin= Tha stifrido una degeneracion mas ra~ Ja socialdemocracia durante medio ycin actual traza entre el st y el bolcheyismo no una simple raya todo un rio de sangre, cién de toda la vieja genera ne, de una gran parte de la ge INICLAL, neraciin intermedia que habia particfpade en Ja guerra civil, y también de una parte de la juventud que habia tomado mas en serio las tray dliciones bolcheviques, demuestra la incompae tibilidad no solamente politica sino también die rectamente fisica, entre el bolchevismo y eb stalinisimo, ¢COmo es posible que no se! vea ésto STALINISMO ¥ ‘SOCIALISMO DE “ADO” Jos anarquistas, por su parte, tratan de ver en el stalinismo, ademas del producto orginico del bolchevismo y del marxismo, el del "sociar lismo de estado” en general. Ellos consienten en reemplazar la patriarcal “federacin de com munas libres” de Bakunin, por una federacin mis moderna de soviets libres. Pero, ante todo, se oponen al estado centralizado, En efecto, una rama del marxismo “de estado”, la social-de- mocracia, una vez Megada al poder se ha con” vertido en una agencia declarada del capital. Ctra, ha engendrado una nueva casta de pri vilegiados. Y claro, el origen del mal esta en el Estado. Considerando esto con amplio eri- tcrig histérico, se puede encontrar wna pizea de verdad en este razonamiento. EI Estado, en tanto que aparato de opresién, es incontesta- Dlemente, una fuente de infec i m_ politica y moral, Como la experiencia lo denmestra, es to es aplicable también al Estado Obrero. En consecuencia, se puede decir que el stalinismo es el producto de una etapa histdrica, en que la sociedad no ha podido arrancarse ain el chaleco de fuerza del estado, Pero esta situar cién no aes di ningan elemento que permita upreciar el bolchevismo o el marxismo, sino que sélo caracteriza et nivel general de la ci Vilizacion humana y, ate todo, la relacion de fuerzas entre el proletariado y la burguesia. Después de ponernes de acuerdo con los anar~ quistas de que cl Estado, aun el Estado Obree ro, est engendrado por la lucha de clases y de gue Ia verdadera historia de la humanidad cor menzara con Ia abolicién del estado; queda planteado ante nosotros ¢! siguiente problemas 5 sont las caminos y los métodos eapaces de conducirnos “al fin de los fines” a Ta abo~ lickin del Estado? La experiencia reciente tes- timonia «le que en todo caso no son los snétodas 'P. espaitola, la diniea del anarquismo. Tos jeies de la C. N. siracktit Noarquista importante en el MUM We, Ht 14 horn critica ge han transformado: en puinistros de la burgueesin, Eillos explican st ablerts Graickitr a fa teoria del anarqutsme, por Jy preston le Ins edncunatanclas exeepeiona’ APero no es éate of mhinnner argwumennto que ha str tiempo los jefer de Ia social Memocracia alemana? Por cierto que la guert Hefei) ho es ung eitcunstancia pacifica y ordiy maria, sino mas bien un “eireunstancla excep” Sy eional”, Pero, es. precisamente patra esas ¢ “Caunstaneias excepcionales” que se prepara toda ia, La expetien- fprganizacion revolucionaria seri Ga espaitola ha clemostrado, wna vez mas, aie B ge puede “negar” cl estado en los folletos eclt- tados en “circunstancias normales” y com per piso del estado burgués; pero también ha Sniostrado, que las condiciones de la revolue foedejan ningdn lugar para In negacién del I fale y que ademis exigen st cong tenemos ly intenciin de acusar a los anarquis- tas espaiioles de no haber ligquidado cl Estado ©) de tin plumazo, Un partido revoluicionario adn hhabiéndose apoderado del poder (lo que los jefes anarquistas no han sabido hacer a pe: el heroismio de los obreros anarquistas), 0 es todavia cl duciio todopoderoso de la soc dad. Si acusamos tan asperamente a In teoria 4narquista, lo hacemos porque habiéndose con- siderado conveniente para tin periodo pacifico, se ha tenido que renunciar a ella apresuradamen- te, deste que aparecieron las “eircunstancias excepcionales”... de Ja revolucién, Antigua- mente se encontraban generales —y se encuer tran sin duda todavia— que pensaban que lo que tas echaba a perder amt ejército era.ta giietra. Los revolncionarios que se famen- tan de que Ta revolucién*da al traste con su doctrina no valen mucho mis que aquéllos, Los " marxistas y los anarquistas estén plenamente 7 de actiertio, en cuanto al objetivo final, es de- | ir, con fa liquidacidh de estado, El marxismo ft “estadual” tinicamente en la medi- “da en que Ia liquidacién del estado no puede ise por el simple hecho de contentarse INICIAL ‘ tet entenderty bien=, Ma gavantla mutonidition de ty Victoria, Foro, por et contrario, In vietorin ny Tr poalbte sino geaclas enk doetrinn, Ade adi ex impoaitle repfesentarne esta victoria oy Pn de us acto. tineo, Ka neeesario conside Mee al asunta teniendiy en perspective ung ey Tensa época. Hl primer estado obrero dese, iodo. sobre oa base econdmiea poco desarro, Hada rodeado de un anitlo imperialists fa transformada en gendarweria. del statinjy ino, Pero el verdadero bolehevismo ha deetayy flo una guerra sin tregita a esa gendarmerig Para mantenerse, ef stalinismo ghora ahiertamente una “guerra civil contra el bolchevisme calificado de “trotskyy solamente en ‘la U. RS. §., sino én en Hspaiia, Fl viejo partido bolcheyj. est muerto, pero el bolchevismo por today nta a cabe 4 obliga llevar "10 tamb que partes Te Buscar el origen del stalinismo en el bolehe vismo en cl marxismo, ¢s exactamente ty misma cosa, en un sentido mas general, que querer buscar el origen de la contrarrevoly cidn en la revolucién. Sobre este esquema ge ha modelado siempre el pensamiento de tos fi heral'conservadores y tyas ellos el de tos re. formistas, A catisa de la estructura de ta socie dad basada en clases, las revolttciones siempre haw engendrado las contra-reyoluciones, ; Esto no nos demuestra —pregunta el razonador que el método revoluctonario encierra algin vi ci interno? Sin embargo, hasta ahora, ni los reformistas ni los liberales, han inventado mé todos “mas econéniicos”. Pero, si no es facil interpretar todo un proceso histérico vivient ng es por el contrario, nada. dificil interpre- tar de una manera racionalista, [a sticesit sus etapas, haciendo proceder ldgieamente stalinismo del “socialismo de estado”; el fas cismo del marxismo; la reaccion de la revolt cidn, En wna palabra; la antitesis de Ja tési n este dominio como en tantos otros, el pe samiento anarquista queda prisonero lel rac nalisro liberal, EI verdadero pensamiento yolucionario, ¢s imposible sin la dialéctica Los argumentos de los racionalistas toms veces, por lo menos exteriormente, un eitict mas conereto, Para ellos el stalinisno 0 cede del bolchevismo en si, sino de sus j« politicos, Los holeheviques, dicen los si" quistas alemanes, Gorter, Panneekoek, ¢\° h veemplazado Ia dictadura del partido por '* hn INICIAL Ja burocracia. Los bolcheviques han aniquila- do todos los partidos salvo el suyo; Stalin ha éstrangulado al partido bolcheviqne en interés de Ia cauarilla bonapartista. Los bolcheviques Megaron a un acuerdo con la burguesia; Statin Se convirti6 en stt aliado y sostén. Los botche- viques han reconocido la necesidad de partici- par en los viejos sindicatos y en el parlamento burgués: Stalin ha hecho amistad con la buro- Gracia Sindical y con Ia democracia burguesa. De esta manera se puede seguir razonando to do el tiempo que se quiera. A pesar del efecto que estos razonamientos puedan producir ex" teriormente, son absolutamente vacios. El proletariado sélo puede llegar al poder por intermedio de su vanguardia. La misma necesidad de un poder estadual deriva del in- Suficiente nivel cultural de las masas y de stt hhetereogencidad, La tendencia de las masas ha- ia st liberacién cristaliza en la vanguardia revolucionaria organizada en partido, Sin In confianza de la clase en su vanguardia, y sin ‘el apoyo de ésta por aquella, ni siquiera puede plantearse la conguista del poder. Es en este sentido que la revolucién proletaria y la dicta dura constituyen el objetivo de toda la clase, pero solamente bajo la direccidn de su vanguar dia. Los Soviets son la forma organizada de fa alianza de la vanguardia con la clase. El con- fenido revolucionario de esta alianza no puede fstar dado mas aue por el partido. Esto esti “Aemestrado por fa exveriencia positiva de la Revolucion de Octubre y por la experiencia Regativa de otros pafses (Alemania, Austria y Espafia). die ha demostrado practicamente, ni si- jiera ha tratado de explicar en forma precisa re el papel, de coro el proletariado puede del poder sin ta direccidn politica rtido dirigente, encerraba um grave peligro. mn embargo, la fuente del peligro. no estaba la doctrina o en la tactica, sino en la debie lidad material de la dictadura, en las dificulta- des de la situacién interior y exterior, Si Ja reyolucidm hubiera triunfado también en Ale mania habria desaparecido la necesidad de prom hibir a los otros partidos soviéticos. Es abso lutarrente indiscutible, que la dominacién de un solo partido sirvié juridicamente de punto de partida del régimen totalitario stalinista, Pe- ro la causa de tal evolucién no esté en el bok chevismo, ni tampoco en la interdiccién de fos otros partides, como medida militar temporar ria, sino en la serie de derrotas que sufi proletariado de Europa y Asia. Sucedi6 lo mismo en Ia Incha contra el anar- mo. En.la época herdica de la revoluciéi, bolcheviques marcharon juntos con les anarquistas verdaderamente _revolucionarios, Muchos de ellos fueron absorbidos por el par= tido. Mas de una yez el autor de estas: lineas examind con Lenin ia posibilidad de dejar a los anarquistas, algum aplicaran, con el consentimiento de la poblr cién, sus experiencias de supresion inmediata del Estado. Pero las condiciones de la guerra civil, del bloqueo y del hambre, no permitieron ‘a aplicaciém de semejantes planes. 2 la ins n de Kronstadt? Hay que comprender Obierno revolucionario no podia “re- galarles” a los marinos revolucionarios, una fortaleza que dominaba a capital, por el solo hecho de que a la rebelidn reaccionaria de los soldados campesines se les unieran algunos du= dosos anarquista 4 ereto de los acontecimientos, no deja ningin hi gar para las leyendas que Ia ignorancia y el sentimentalismo crearon alrededor de Krons- tatd, Majno y otros episodios de la revolucién, Es indudable tambien que Ia burocracia sur- gida de la revolucién ha monopolizado en sus manos el sistema de coercién, Cada etapa de fa evolucion, aun cuando ellas sean tan catasy tréficas, como la revolucién y la contrarevo~ lucién, se origina en la etapa ‘precedente, tiene en clla sus raices y conserva algunos de sus rasgos, Los liberales, incluso la pareja Webb, siempre afirmaron que la dictadura tokio ‘representa solamente una ‘nueva ediciGn del g Por eso cierran los ojos ante detalles: -abolicién de Ja monarquia y Jw tierra a loa campe Ta entrega de ‘ . : ital, Ja introdur Ya expropiacién del capi cidn de la Aconorts planificada, le ecienel Pitan, ete... También ef pensamiento, thera’: © Goarquista, cierra los ojos ante el lieela de ar fa revoluciin bolchevigne, con todas las. ne as de represién, significaba In subversion 1% fas velaciones sociales en interés cle Ins Mmasns, icntras que el-golpe de estado termidorian’ de Stalin, Teva en si el reagrupamiento cle fo ‘sociedad soviéticn en beneficio de sina minors privilegiada. Esta claro que en la identittt Hon del stalinismo con el bolchevismo no hay fai rastros de criterio. socialista. PROBLEMAS TEORICOS [Uno de los principales rasgos del bolchevis mo es su posicién inflexible y aun puntillosa, frente a 10s problemas doctrinarios. Ios 27 to” mos de Lenin permanecern siempre como ejemplo de una actittid escrupulosisima hacia fa teorfa. FI bolchevismo jamas habria cumpli- do su misidn histérica si careciese dle esta, cua” fidad fundamental, Ei] stalinismo grosero, igno- rante y absolutamente empirico, presenta bajo este mismo aspecto el reverso del bolchevismo. Hace mas de 10 afios que la oposiciin Io de: claraba en su plataforma: “Después de la muerte de Lenin, se cred toda uma serie de nue vas “teorias” con el solo objeto de justificar “tedricamente“ Ia desviacién del grupo staliv nista del canino de la revolucion proletaria in- ternacional”, El socialista americano Liston Oak, que ha participado de cerca en la revolt tin espaiola, ha escrito éltimamente: “De hecho los revisionistas mas extremos de Marx y de Lenin, son ahora los stalinistas. 1 mismo Bernstein no os6 hacer ni la mitad del cami- no que hizo Stalin en la revisién de Marx”. Es absolutamente cierto, Fs necesario agregar solamente que en Bernstein habia realwente ne “cesidades tedricas: trataba concienzudamente de establecer una armonia entre la practica re- formista de la sociatdemocracia y su progra- La burocracia stalinista ademas de no te: er ae de comin con ¢l marxismo, es tam- et es programa o sis- Pe eee een ee un Ceasitia ae al su pricti pe ee one violencia, tila ki os INICIAL, ————— si misma ot a Hindie de st papel yo (alin revisa « Marx y a Lenin, no oy ‘de Los tedricos, sino con TAS botay qe cial, fi plan tet hs Ue PROBLEM? MORALES Los fanfarrones insignificantes, a quienes 4 holehevismo Tes Ita arrancado sus caretas, 4. he la costimbre de lamentarse de la “amor. tad del bolchevismo”. En el ambiente peque Orburgués de intelectuales, demderatas, "sy, ’ Gialistas”, literatos, parlamentarios y ”otrq, gentes dela misma laya, existen valores coy, Beueionales o uh Lenguaje convencional parq cubrir la ausencia de verdaderos valores, Hiya aunplia y abigarrada sociedad donde reina tina complicidad reciproca —“ivive y deja vivj fos demas!”— no soporta en st piel sensible el contacto de Ia lanzeta marxista. Los teéricos que oscilan entre 10s dos campos, los escritores y los moralistas, pensaban y piensan que fos potcheviques exageran con mala intencién Ios desacuerdos, son incapaces de tma colaboracién feal”” y que por sus intrigas rompieron la uni dad del movimiento obrero, El centrista sen- ple y susceptible eree, ante todo, que los bok cheviues “ealtimnian”, porque éstos levan su pensamiento basta las tltimas consecuenci Jo que ellos son incapaces de hacer. Sin em- pargo, solo con esa preciosa cualidad de ser intolerante para todo lo que es hibrido y eve sivo, se puede educar a un partido revo nario para que las “ cexcepeions les” no Ip sorprendan de improviso. a moral de todo partido deriva en el fondog de los intereses hhistéricos que represenia. La moral del bolchevismo, que contiene la devo- cin, el desinterés, el valor, el desprecio por todo Io falso y vano —jlas mejores cualidadesy de la naturaleza humana!— deriva de su iv iransigencia reyolucionaria puesta al servicio de los oprimidos, En este sentido, también lt burocracia stalinista imita las palabras y's gestos del bolchevismo. Mas, cuando ls * trangigeneia’” y la “inflexibilidad” se cum por intermedio de wn aparato policial que ¢ al servicio de una minorfa privilegiada, ¢S cualidades se transforman en una fuente &% desmoralizacion y de gansterisino. Tnspiran so lamente desprecio, los que indentifican roismo tevolucionario de los botchevigues el cinismo. burocratico de los termidorian® ente de

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