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UNIVERSIDAD NACIONAL DE PIURA

ESCUELA DE PSICOLOGIA – FACULTAD DE MEDICINA


HUMANA

OCTAVO CICLO – 2017 II

PSICOTERAPIA DE PAREJA Y FAMILIA


“Semana 4”

Ps. Martín Pintado Valdiviezo


Describo los valores familiares como la
responsabilidad hacia los demás, el
aumento de la tolerancia, el
compromiso, el apoyo y la flexibilidad. Y
esencialmente las cosas que yo llamo la
canción silenciosa de la vida, el proceso
continuo de acomodación mutua sin la
cual la vida es imposible.

Salvador Minuchin

Ps. Martín Pintado Valdiviezo


Sullana - Perú
2017
INDICE

LAS RELACIONES INTERPERSONALES COMO UNA NECESIDAD BASICA¡Error! Marcador no definido


Las necesidades afectivas: ............................................................ ¡Error! Marcador no definido.
Necesidad de pertenencia a grupo:.............................................. ¡Error! Marcador no definido.
LOS TIPOS DE RELACIONES INTERPERSONALES: ................ ¡Error! Marcador no definido.
LA MATRIZ DE INDENTIDAD EN NUESTRAS PRIMERAS RELACIONES
INTERDEPENDIENTES..................................................................... ¡Error! Marcador no definido.
LAS TIPOLOGÍAS DE INTERACCIÓN EN LA FAMILIA .............. ¡Error! Marcador no definido.
TEORIA DE LAS INTERACCIONES FAMILIARES ....................... ¡Error! Marcador no definido.
INTERACCIONES CON ENFASIS EN LA COMUNICACIÓN . ¡Error! Marcador no definido.
INTERACCIONES CON ENFASIS EN LOS PROCESOS PSIQUICOS¡Error! Marcador no definido.
INTERACCIONES CON ENFASIS EN LA VINCULACION ...... ¡Error! Marcador no definido.
Aspectos sexuales en adolescentes
La población comprendida entre los 10 y 24 años de edad que viven en países en
desarrollo ocupan un gran número. El periodo de la adolescencia es una época de
rápidos cambios y dificultades concernientes a la evolución del joven como ser
humano en el que éste debe enfrentar su sexualidad aprendiendo cómo adaptarse
a los cambiantes sentimientos sexuales, escogiendo cómo participar en los
diversos tipos de actividad sexual, descubriendo la manera de identificar el amor
y asimilando los conocimientos necesarios para impedir que se produzca un
embarazo no deseado.

En ocasiones, el adolescente es víctima de conflictos, sufrimientos y


desconcierto, pero la adolescencia no es únicamente un periodo de turbulencia y
agitación, sino que a su vez suele ser una fase de goce y felicidad. La naturaleza
paradójica de la adolescencia se patentiza sobre todo en la esfera de la
sexualidad.

Pero los cambios, cuando los comparamos con el desarrollo fisiológico, ocurren
en un periodo de tiempo relativamente breve, y estos son fuentes de situaciones
conflictivas que facilitan la aparición de contradicciones entre los jóvenes y sus
padres, profesores y familiares, o sea, con la comunidad adulta que los rodea.

Esto ocurre sencillamente porque pensamos que son hombres y mujeres para
algunas cosas, y les exigimos determinadas responsabilidades que no les
corresponden, y contrariamente, a veces los consideramos niños cuando les
prohibimos otras o cuando pretendemos que no inicien precozmente las
relaciones coitales, sin antes haber implementado estrategias educativas, para
modificar esta manera de actuar, tan extendida en la actualidad en otras partes del
mundo.

Los prejuicios y tabúes que han acompañado a la sexualidad a lo largo del tiempo
y en las diferentes culturas, así como su carácter íntimo y privado, hacen que
muchos la persigan como algo que no debe ser indagado y que se debe al libre
albedrío.

De todas las pautas del desarrollo del adolescente, las relacionadas con la
identidad sexual son quizás las más dramáticas y misteriosas para ellos que los
llevan a nuevos deseos y sentimientos. La familia y, en especial, los padres
constituyen el principal sistema de apoyo para el adolescente.
Según estudios realizados, 50 % de los adolescentes llevan una vida sexual activa
entre 15 y 19 años de edad, con un incremento anual de 10 % a partir de los 12
años, y aproximadamente 25 % de las muchachas con experiencia sexual quedan
embarazadas, pero 60 % de estas gestaciones ocurren en los primeros seis meses
posteriores al inicio de las relaciones sexuales. Según la Organización Mundial
de la Salud, uno de cada veinte adolescentes en el mundo contrae una infección
de transmisión sexual (ITS), cada año. El recibir educación sexual contribuye a
evitar una ITS, una relación coital sin estar debidamente preparados, un aborto y
sus riesgos, un embarazo no deseado o una conducta de cambio frecuente de
pareja. En gran medida esta información debe provenir de los padres seguida por
la de las instituciones escolares y de salud.

Características psicosexuales de la adolescencia

Adolescencia Es la etapa del ciclo vital de los seres humanos en la que convergen
una compleja integración de procesos psicológicos, biológicos y sociales de las
personas y de las condiciones económicas, históricas y socioculturales en las que
se desenvuelven. Durante este periodo ocurren, como ya habíamos expresado,
cambios profundos y otros cambios más rápidos. Entre los primeros tenemos:
fisiológicos, mentales, afectivos y sociales.
Los segundos están dados por una etapa de transición en la que los cambios
corporales, mentales y sociales suceden con mucha rapidez y exigen continuas
readaptaciones.
Los adolescentes comienzan a sentirse independientes, es una época en la que se
intenta hacer un nuevo proyecto de vida.

Características de la adolescencia temprana

• Ocurre el estirón puberal.


• Hay cambios hormonales.
• Comienza la capacidad reproductiva.
• Existen cambios somáticos y profundos cambios psicológicos.
• En la muchacha, la menarquia y en el muchacho, la eyacularquia o eyaculación
espontánea.
• Puede haber regresión a algunos hábitos de la niñez.
• Hay desajustes entre la madurez biológica y psicosocial.
• Prueban valores de otras personas para buscar los propios.
• Se practica la masturbación y existen fantasías sexuales.
• Hay ambivalencia emocional.
• Hay enamoramientos platónicos.
• Existen formas de egocentrismo.
• Pueden existir algunas conductas homosexuales.
• Aparecen vellos en las axilas y en el pubis.
• La piel se vuelve grasosa y suelen aparecer espinillas, hay aumento de la
transpiración.
• Los pechos comienzan a crecer y las caderas se ensanchan y redondean.
• Cambia la voz y en los muchachos aparecen los gallitos.

Características de la adolescencia tardía

• Mayor autonomía e independencia.


• Cambios emocionales menos cargados.
• Idealismo.
• Establecimiento de normas y valores propios.
• Mejor identidad y comprensión del rol.
• Mayor control de los impulsos sexuales.
• Pensamiento abstracto.
• Menos ambivalencia y egocentrismo.
• Alternativas.

Las alternativas conductuales están en relación con la edad, sexo y la


educación recibida, estas pueden ser:

• Las caricias sexuales.


• La abstinencia.
• La prostitución.
• La masturbación.
• La relación prematrimonial.
• Las conductas homosexuales.
• Una vida heterosexual estable.

En una investigación realizada para optimizar criterios y actitudes hacia la


sexualidad en adolescentes de academias preuniversitarias; casi la totalidad de las
muchachas refirió que nunca se masturbaba, una sola dijo hacerlo a veces; en los
muchachos hay diferencias sobre esta práctica, ya que la mayoría señaló que lo
hacía a veces, una minoría dijo que frecuentemente y sólo uno que no se
masturbaba nunca. Estos datos coinciden con estudios realizados por otros
autores en que la incidencia de la masturbación es mayor en los varones que en
las mujeres. En este aspecto se infiere desconocimiento por parte de las
muchachas de que la masturbación constituye una forma sana de
experimentación sexual ya que mejora la autoconfianza en su desempeño, así
como alivia la tensión sexual.
Con respecto a la frecuencia de las relaciones sexuales, en las muchachas
predominó su realización una vez por semana, siguiéndoles las que no tienen
relaciones, y en los muchachos, la mayoría las tenía diarias, seguido de una vez
por semana. En este grupo de adolescentes hay una mayor frecuencia de las
relaciones sexuales en los muchachos.

En una investigación realiza a estudiantes del último año de la carrera de


medicina sobre el comportamiento sexual, con edades que fluctúan entre los 19 y
25 años de edad, la mayoría de los jóvenes señaló la necesidad de educación
sexual en la niñez y en la adolescencia; y que esta debía iniciarse entre los 5 y 15
años; en cuanto a la edad de comienzo de las relaciones sexuales, la mayoría (48
% hombres y 58 % mujeres) refirió que debían comenzar entre los 15 y 20 años
de edad, así como sobre las relaciones sexuales prematrimoniales, hubo mayor
tendencia entre las mujeres a censurar la actividad sexual del hombre; pero la
mayoría opinaba que las relaciones sexuales prematrimoniales no son
censurables. Con respecto a la necesidad de la enseñanza a adolescentes del uso
de anticonceptivos, el 98 % de los encuestados de ambos sexos opinaba que la
educación sobre el uso de anticonceptivos era necesaria. En cuanto a las áreas
más erógenas del cuerpo y las jóvenes señalaron que sus zonas más erógenas
eran los genitales y las mamas, y los jóvenes señalaron que el área de mayor
excitación sexual eran sus genitales y el cuello.

Según las investigaciones toda relación tiene una fase de inicio que se da con el
enamoramiento. Producido por la combinación de tres factores: La atracción
física hacia otra persona, esto es, un atractivo físico del percibido, activación
fisiológica del perceptor y las pautas de seducción entre ambos. Se acrecienta con
una atracción personal hacia ella, y se dispara definitivamente cuando existe un
conocimiento o una sospecha fundada de que existe reciprocidad de atracción.

Si existe ese enamoramiento mutuo y un deseo de intimidad, se establece una


relación amorosa, lo primero que acontece es el desarrollo paulatino de una
fuerte intimidad de pareja, en la evolución de este vínculo también va en curso un
proceso de autorrevelaciones que es la confesión de un aspecto importante y
reservado de nuestra intimidad. Otros factores son la complementariedad de
necesidades y la similaridad, además de la similitud de actitudes, intereses, y
opiniones (que producen a atracción en un comienzo), influirá de forma
permanente la similaridad de valores, tanto finales como instrumentales y de
variables de personalidad: autoconcepto, mecanismos de defensa, constructos
personales centrales etc. (Yela)
Durante esta fase de amor romántico-pasional, comienza el desarrollo progresivo
de un cierto compromiso de pareja (decisión de mantener la relación por encima
de los problemas) Dicha fase romántica-pasional llega a su cenit cuando la
intimidad alcanza su máximo nivel al tiempo que conserva en buena medida la
pasión inicial. Ese amor pasional irá tornándose en lo que se denomina “amor
compañero” debido al ineludible proceso Psico-fisiológico: la disminución
progresiva de la pasión (Yela) Al haber analizado los factores que están
involucrados en el concepto de amor e intimidad. Ahora al haber alcanzado esa
etapa puede estabilizarse con una alta intimidad y compromiso o puede comenzar
a deteriorarse. (Yela)

Fuertes, manifiesta que, cuando nos enamoramos sentimos un intenso deseo de


unión con nuestra pareja que se refleja cognitiva, emocional y conductualmente,
y lo explica en tres tipos de elementos que componen el amor pasional:

Componentes cognitivos (fantasías respecto a lo maravillosa que sería la vida con


la persona amada; incertidumbre respecto a la posibilidad de conseguir o no lo
que se desea; preocupación por la persona amada; idealización y sobrevaloración
del otro; deseo de conocer al otro y ser conocido por él; facilidad para imaginar,
fantasear y explicar la conducta de la persona amada de forma favorable, en
términos de reciprocidad; facilidad para olvidar otras preocupaciones y
problemas del pasado); componentes emocionales (deseo de unión completa y
permanente con el objeto amado; atracción hacia el otro, especialmente atracción
sexual; deseo de reciprocidad, de ser correspondido, el enamorado no sólo ama,
sino que también quiere ser amado; activación fisiológica; terror a la ausencia de
esperanza); y componentes conductuales (acciones encaminadas a conocer los
sentimientos del ser amado; estudio detenido de él; ofrecimiento de servicios y
favores al otro; acciones encaminadas a mantener la proximidad con el otro;
alejamiento de todo aquello que no se relaciona con la persona amada).

Por otro lado los investigadores Hatfield y Walster plantearon, para que se dé el
enamoramiento necesita cumplirse tres condiciones:
a) La persona tiene que haber aprendido que el amor es una respuesta apropiada,
lo que significa que en la cultura y en la sociedad en que vive debe aceptarse que
hay un tipo de emoción que se llama amor, que le puede ocurrir a cualquier
persona. b) la segunda condición necesaria para el enamoramiento es que
aparezca una persona que reúna las características adecuadas para ser el objeto de
nuestro amor. Estas características son fruto básicamente de nuestra historia y de
nuestros aprendizajes, estrechamente vinculados, por otra parte, al contexto
social; y c) para que haya enamoramiento ha de haber un estado de excitación
emocional relacionado con la otra persona. Los factores cognitivos influyen en
cómo hombres y mujeres interpretan sus sentimientos, pero para que se den esos
sentimientos, las personas han de experimentar ciertas reacciones nerviosas y
corporales. A estas tres condiciones, algunos autores añadirían una cuarta: la
«necesidad psicológica » de amar, de forma que hay quienes afirman que estados
de ánimo como el miedo o la inseguridad personal facilitan el enamoramiento.

Teorías explicativas del enamoramiento

La idea del «flechazo» sin más es una explicación extremadamente simplista y


por consiguiente totalmente insatisfactoria. Así pues, ¿por qué nos enamoramos?

Se han propuesto diferentes teorías, entre ellas las siguientes:

1) Teoría bifactorial del amor apasionado: Algunos autores acuden a la teoría


del desarrollo de las emociones de Schachter para explicar el amor. Él proponía
que nuestra experiencia de cualquier estado emocional (por ejemplo, el miedo, la
cólera o la alegría) es resultado de dos factores que operan juntos. Primero,
deberá haber alguna excitación fisiológica; y segundo, el estado emocional
preciso estará determinado por la atribución cognoscitiva que hagamos para
explicar y etiquetar esa excitación fisiológica. De hecho, desde el punto de vista
meramente fisiológico, una emoción es bastante similar a otra, de forma que
podemos experimentar la activación como alegría si estamos en una situación
eufórica, como enojo si el ambiente es hostil o como amor apasionado, si la
situación es romántica. Según este enfoque, el amor apasionado sería la
experiencia psicológica de ser activado biológicamente por alguien a quien
encontramos atractivo.
2) Teorías del intercambio: de la teoría de Thibaut y Kelley, se deduce que es
más probable que alguien se enamore cuando su «nivel de comparación» (CL) es
bajo. Por ejemplo, es probable que una adolescente, en plena crisis personal y sin
el apoyo emocional de sus padres, tienda a sentir más fácilmente amor hacia
quien simplemente le ofrezca apoyo emocional o a veces meramente una sonrisa.
O que una persona que acaba de romper una relación, con el consiguiente
descenso de su CL, acabe fijándose en quien antes no se fijaba. Esta teoría
también nos ayuda a entender aquellas relaciones amorosas de hombres entrados
en años, generalmente con dinero y estatus, con jóvenes, a veces adolescentes.

3) Teoría del «locus of control»: Dion y Dion, esta teoría ha sido utilizada para
explicar el amor, subrayándose el hecho de que los individuos controlados
externamente, es decir, aquellos que creen que su conducta viene determinada
por factores externos, ajenos a su propia decisión (destino, azar, etc.) tienden a
enamorarse más que los individuos controlados internamente, es decir, aquellos
que piensan que son ellos mismos quienes deciden su destino y que tienen una
visión del amor menos idealizada.

4) Otras teorías, finalmente, se centran en el propio sujeto que se enamora,


defendiendo, con frecuencia, un enfoque algo negativo y hasta peyorativo del
enamoramiento, relacionándolo a menudo con estados de debilidad, miedo,
depresión, etc. Así, ya hace muchos años, como la de Reik, representando
probablemente un caso extremo, relacionando el enamoramiento con la
depresión. Por un lado estarán las personas que se enamoran cuando se
encuentran en un estado previo de disponibilidad, el amor para ellos refleja un
anhelo, una búsqueda de alguien con quien compartir su vida, de huir de su
radical soledad encontrando seguridad y afecto, sobre todo cuando no se sienten
suficientemente valorados. Por el otro lado se encontrarían hombres y mujeres
para quienes el amor, es un estorbo en su vida profesional, o incluso algo
patológico, como una enfermedad de la que procuran librarse: son esos hombres
y mujeres tan racional- analíticos que raramente se enamoran»

Teoría triangular del amor de Sternberg

Sternberg manifiesta que existen tres componentes básicos los cuales componen
toda relación amorosa: La intimidad, la pasión y el compromiso; y la importancia
de cada componente difiere dependiendo del tipo de relación concreta, del
momento histórico, lugar geográfico e influencias culturales. Igualmente, estos
factores, pueden variar con el tiempo en una misma relación. Tales variables, en
su forma más pura, forman los vértices de un triángulo equilátero. La
combinación de estos componentes básicos del amor da lugar a otras formas
triangulares con características especiales. Haciendo todas las combinaciones
posibles entre los tres componentes, Sternberg habla de diferentes tipos o formas
diferentes de amor, si bien han de considerarse como extremos, ya que
únicamente se valora la presencia o ausencia de cada uno de los componentes.
Hay que señalar que existen otros componentes en las relaciones como la
comunicación, pero esta forma parte de los componentes principales, por lo que
no se analiza de modo autónomo.

La intimidad se refiere al sentimiento de cercanía, unión y afecto hacia el otro,


sin que exista pasión ni compromiso a largo plazo. Se relaciona con los
sentimientos que en una relación promueven la proximidad, la vinculación y la
conexión. Podemos hablar de intimidad cuando existe deseo de promover el
bienestar de la persona amada, un sentimiento de felicidad junto a la misma,
respeto, capacidad de contar con la pareja en momentos de necesidad,
entendimiento mutuo, entrega de uno mismo, entrega y recepción de apoyo
emocional, comunicación íntima, valoración de la persona amada, desarrollo de
sentimientos de seguridad emocional… El germen de la intimidad está en la
autoexposición mutua de los miembros de la pareja, en salir de nosotros mismos
y mostrarnos tal como somos en un proceso de confianza y aceptación mutuas.
Es en este proceso cuando hay que trabajar con cuidado para fomentar el
desarrollo de una personalidad autónoma e independiente, logrando un equilibrio
entre intimidad y autonomía.

La pasión está referida a las ganas intensas de unión con la pareja y en menor
parte a la sexualidad, aunque no siempre tiene que ser necesariamente carnal.
Coincide con el denominado “amor a primera vista” y consiste en un estado de
deseo intenso de unión con el otro producido por una excitación mental y física.
La relación amorosa se crea a partir de este “enamoramiento” combinado con la
intimidad sexual, y diferenciándose de otras formas de amor en las que el afecto,
el cariño y el compromiso pueden estar presentes (amor paternal o filiar, amistad.
La pasión se caracteriza por ser la expresión de deseos y necesidades: tales como
la necesidad de afiliación, autoestima, entrega, sumisión y satisfacción sexual
(por educación hay mujeres que han identificado el amor con la subyugación).
Una diferencia esencial respecto a la intimidad o el compromiso, es que el factor
pasión se incrementa cuando unas veces se tiene éxito pero otras se falla. Aunque
a veces es mejor desear que lograr, el fracaso constante produce frustración y
puede dar lugar a una pérdida completa de la pasión.

El compromiso/decisión. No se puede olvidar uno el papel que en el amor juegan


la decisión y las expectativas de mantener la relación y permanecer juntos. En
este sentido la lealtad, fidelidad, responsabilidad… funcionan, por norma
general, como buenos barómetros de la marcha de una relación amorosa. El
compromiso está formado por dos aspectos en relación a una variable temporal.
A corto plazo significa la decisión que uno toma de amar al otro y a largo plazo,
el compromiso para mantener ese amor, de hacer planes de futuro y trabajar para
que esos planes se realicen. Puede no darse más que al principio y pasada la
pasión inicial desvanecerse con ella, o por el contrario aumentar con la intimidad.
Es el componente estabilizador de las relaciones cuando se dan los inevitables
altibajos, y se relaciona con un objetivo implícito o explicito que marca el fin del
compromiso. Es decir, cada miembro de la pareja puede tener distinto conceptos
del fin de este contrato (desamor, distancia espacial, fin de la vida…) y la
percepción de que el compromiso con una persona no implica el compromiso con
el tipo de relación. Sternberg señala también que cada uno de los tres
componentes básicos del amor tiene una evolución temporal diferente. La
intimidad se desarrolla gradualmente conforme avanza la relación y puede
continuar siempre creciendo, aunque este crecimiento es más rápido en las
primeras etapas. La pasión por su parte es muy intensa al principio y crece de
forma vertiginosa, pero suele decrecer conforme la relación avanza,
estabilizándose en niveles moderados. El compromiso, por último, también crece
despacio al principio, más lento incluso que la intimidad, y se estabiliza cuando
las recompensas y costes de la relación aparecen con nitidez. Hay que tener en
cuenta que en la mayor parte de las relaciones amorosas, ninguno de los
componentes se desarrolla aisladamente de los otros dos aunque haya una cierta
especificidad para cada uno de ellos.
En una investigación de 114 parejas, con una edad media de 29 años; y un
tiempo medio de duración en la relación de 7 años, se obtuvieron los siguientes
resultados: la tendencia de ambos sexos de en atribuirse mayores niveles de
intimidad, los hombres se consideran más apasionados, sin embargo, las mujeres
no comparten esa percepción. En general ambos sexos desean más intimidad,
compromiso y pasión; sin embargo, las mujeres no desean más compromiso. Los
varones plantean que en una relación similar los niveles deben ser similares en
ambos; sin embargo, las mujeres opinan que sus parejas deben sentirse más
comprometidos y apasionados que ellas. Con el tiempo los niveles de intimidad y
pasión se modifican; sin embargo el compromiso se mantiene constante. Existe
diferencia entre lo que siente y se percibe del otro sobre todo en la dimensión de
la intimidad.
Tipos de amor
De la combinación de estos tres componentes, surgen diferentes tipos o formas
de amar, dependiendo de qué factores tengan más peso:

• Cariño o afecto: resulta cuando se experimenta solo o mayoritariamente el


componente de intimidad, y caracterizaría por ejemplo, una relación de verdadera
amistad.
• Encaprichamiento o Flechazo: Ocurre cuando hay Pasión, pero esta no se ve
sustentada por la intimidad o el compromiso. Sería lo que llamamos “Amor a
primera vista”.
• Amor vacío: Existe la decisión y el compromiso de amar al otro, pero sin la
experiencia de la intimidad ni de la pasión. Puede ocurrir en los últimos estadios
de una relación duradera o en relaciones de conveniencia.
• Amor romántico o enamoramiento: Se da cuando predominan en la relación la
intimidad y la pasión, pero no el compromiso. Es decir, los amantes se atraen
tanto física como emocionalmente, pero este sentimiento de unión y
compenetración no va acompañado de compromiso. Es el que podríamos
ejemplificar como “Amor de verano”.
• Amor fatuo: En este caso la pasión cristaliza enseguida en un compromiso, sin
dar tiempo para que la intimidad surja; por lo que es un compromiso poco
profundo, ya que no está presente la influencia estabilizante y profundizadora de
la intimidad. Sería el tipo de amor que fundamenta las “bodas relámpago”.
• Amor compañero o “companionate love” se refiere, para el autor; a la situación
en la que los componentes de intimidad y compromiso aparecen unidos, pero sin
el componente de la pasión. Es el amor típico de algunas relaciones de larga
duración, en las que la atracción física y otros elementos pasionales han
desaparecido pero hay un gran cariño y compromiso con el otro. Suele suceder
con las personas con las que se comparte la vida, aunque no existe deseo sexual
ni físico. Se encuentra en la familia y en los amigos profundos que pasan mucho
tiempo, juntos en una relación sin deseo sexual. Al manifestarse en relaciones de
larga duración y debido al compromiso que se alcanza dentro de estas, pasamos a
un nivel más fuerte que el mero cariño, que podemos denominar compromiso de
cariño.
• Amor consumado o amor perfecto o amor completo: Por último, existiría el tipo
de amor que combina los tres componentes, o amor perfecto. Es la forma
completa del amor. Representa la relación ideal hacia la que todos quieren ir pero
que aparentemente pocos alcanzan, y que según Sternberg es difícil de alcanzar y
aún más de mantener. Enfatiza la importancia de traducir los componentes del
amor en acciones. “Sin expresión —advierte—, hasta el amor más grande puede
morir”. El amor consumado puede no ser permanente. Por ejemplo, si la pasión
se pierde con el tiempo, puede convertirse en un amor compañero.
• Falta de amor: Hay relaciones de pareja en las que no existe pasión ni
intimidad ni compromiso. No es una forma de amor, puesto que no existe amor
en ninguna de sus manifestaciones. Pero la relación existe mantenida por otras
variables ajenas.

En una relación interpersonal pueden darse diversos triángulos que compartan los
mismos vértices de intimidad, pasión y compromiso. Estos triángulos, siguiendo
con la metáfora geométrica, pueden variar en el área del triángulo, lo que nos
indicaría la cantidad de amor vivenciada por el sujeto.
Un factor importante a la hora de valorar la satisfacción que proporciona la
experiencia amorosa es el papel de las percepciones. La percepción de los
sentimientos del otro está igual de asociada a la satisfacción como los
sentimientos propios; Sternberg señala la importancia de las percepciones,
indicando que un análisis correcto de las relaciones amorosas trae
necesariamente la valoración de las percepciones de ambos miembros de sus
propios sentimientos. Por desgracia en la vida real comprobamos cómo muchas
veces la probabilidad de hacer percepciones erróneas es muy alta y que los
errores perceptivos del tamaño y forma de los triángulos afectan negativamente a
la satisfacción con la que se vive la relación amorosa. El fenómeno de la
idealización del otro es un hecho común dentro de las relaciones de pareja y
aunque podría pensarse que solo se limita a las fases iniciales de la pareja
(cuando aún no ha dado tiempo a desarrollar el componente de intimidad), esta
situación puede cronificarse y crear por tanto un problema importante a medida
en que la relación avanza y afecta a la vivencia positiva de la misma.
Teoría narrativa del amor de Sternberg

Sternberg, en un intento de describir las diferentes situaciones que pueden darse


en una relación, calificó cada una con sus características distintivas y siendo
muchas de ellas incompatibles entre sí. Estas historias son ideas preconcebidas y
en gran medida inconscientes, que se utilizan como guía a la hora de elegir.
Normalmente vienen dadas por nuestras experiencias e influencias culturales, sin
olvidar los procesos de aprendizaje por observación basados en modelos
transmitidos por la historia, la literatura o el cine, muchas veces decisivos.
Sólo tomando conciencia de la clase de historia sobre el amor que tenemos,
podemos ganar la libertad para crear relaciones más satisfactorias y duraderas.
Mientras nos mantengamos ajenos a la función de nuestras historias de juego, es
probable que repitamos los mismos errores una y otra vez. Es importante señalar
que la mayoría de las historias de amor que trabaja Sternberg en su teoría, no son
ni buenas ni malas, solo “diferentes” unas de otras y muestran rasgos
característicos de funcionamiento; aun así, es verdad que por normal general
unas son más funcionales que otras. Cada persona debe descubrir cuál es la que
mejor se ajusta a su situación y características personales, ya que lo que convierte
a una historia en exitosa son las personas que la viven, sus circunstancias y como
se desenvuelvan.

1. Historias asimétricas

La asimetría o conducta complementaria de los roles constituye la base de la


relación.

Profesor-Estudiante: Estas relaciones se basan en que uno de los miembros


disfruta enseñando y el otro disfruta aprendiendo. En este tipo de relaciones,
normalmente uno de los individuos es mayor que el otro, en cuento a edad se
refiere, o más maduro profesionalmente hablando. Los papeles de profesor y
estudiante son complementarios y pueden abarcar una o todas las áreas de una
relación. Si los miembros de la pareja comparten los papeles de profesor y
estudiante, pueden aprender mucho uno del otro e incluso mantener un equilibrio
de poder en su relación. Pero si uno es siempre el profesor y el otro el estudiante,
es probable que exista un desequilibrio de poder en la relación, a favor del
profesor que tiende a crear tensiones e insatisfacciones.

Sacrificio: En esta historia un individuo se sacrifica de forma repetida y


consistente; o se ve a sí mismo abnegándose por el otro de un modo realmente
crítico. La historia de sacrificio puede servir como hilo conductor de las
relaciones de pareja cuando ambos socios están contentos en el papel que están
jugando, sobre todo cuando ambos renuncian a favor del otro y posteriormente se
ven recompensados. Pero es probable que esta base de sacrificio cause fricción
cuando los socios se sienten obligados a ello. Las relaciones de todo tipo son más
felices cuando tienden a la equidad y este tipo de relación no es una excepción.
El mayor riesgo en una historia de sacrificio, es que uno de los miembros sienta
que en la balanza de la relación el dar y tomar está desnivelado, o cuando existe
la percepción en la pareja de que uno de los integrantes ejerce siempre el rol de
dador y el otro de receptor. Esta dinámica es una de las grandes inspiraciones
para la literatura y el cine, y prueba de ellos es que encontramos numerosos
ejemplos de la misma como podrían ser: “Crepúsculo”, Drácula y sus novias
(ellas renuncian a su humanidad para estar con él)

Gobierno: El poder es la temática fundamental, aunque en esta relación se puede


ejercer el poder por tres vías: de un modo autocrático, democrático o anárquico.
En el estilo autocrático uno de los individuos asume todo el poder, toma las
decisiones y elige cuándo, cómo, dónde y quién tiene que llevarlas a cabo. En el
estilo de relación de gobierno democrático o igualitario, el poder se reparte de
forma más o menos equitativa entre la pareja, en el estado democrático de pareja,
las decisiones las pueden tomar cualquiera de los miembros de la pareja; la base
de las mismas es la distribución igualitaria del poder, lo que no significa que
todas y cada una de las decisiones las deban tomar ambos miembros en común.
El tercer tipo de relaciones de gobierno, son las anárquicas, aquí el control del
poder es desorganizado y destructivo, la ausencia de reglas en la pareja termina
por desmoronar la relación. En ella, nadie se hace con el mando para solucionar
problemas o tomar decisiones; cada uno de los integrantes de la pareja espera que
el otro asuma las responsabilidades. Este tipo de relaciones suelen ser
desorganizadas y por tanto desembocan en un modo de vida caótico.

Policíaca: Los roles que aquí se reparten son claros: uno es el policía, otro el
sospechoso. El pensamiento predominante es el de todo-nada. El miembro que
desempeña el papel de policía mantiene a su pareja bajo vigilancia para
asegurarse de que se comporta correctamente. Las historias policiacas no tienen
un pronóstico muy favorable, a pesar de que este tipo de dinámica puede ofrecer
a algunas personas la sensación de ser estar bajo protección, las personas que son
muy inseguras disfrutan de la atención que reciben como “sospechosos”, y que
no pueden recibir de cualquier otra forma; sin embargo, pueden terminar
pagando un alto precio. A medida que la trama se complica, el que actúa como
sospechoso comienza a perder la libertad, la dignidad y hasta el auto-respeto.
Con el tiempo, incluso el bienestar físico y mental de la persona podría verse
amenazado. Mientras, el policía va escapando cada vez con más frecuencia de la
realidad pudiendo llegar a perder la noción de la misma. Lo que empieza como
una simple rutina y una inofensiva historia policíaca puede degenerar con el
tiempo y convertirse en una fantasía paranoica que dañe a los dos protagonistas
de la historia.

Pornográfica: Es una historia basada en la degradación, cuando uno de los socios


busca relacionarse con la otra persona exclusivamente en términos sexuales. Uno
hace de objeto, el otro de sujeto. Un rasgo curioso de estas historias es que sus
papeles son muy ambiguos, existe una dualidad en los roles desempeñados:
cuando una persona degrada la otra también se degrada a sí misma y el humillado
también está pervirtiendo al ofensor. El miembro de la pareja que representa el
rol de objeto sexual puede prestarse a entrar en este juego debido a una falta total
de autoestima, a desear la atención recibida por el agresor confundiendo la
intimidad sexual y la cercanía sentimental…Las características negativas de esta
dinámica son muy claras: En primer lugar la necesidad de alcanzar la emoción a
través de la degradación propia y de los demás. La necesidad de rebajar y ser
rebajado mantiene una espiral viciosa y negativa que dificulta por un lado la
adopción de un rol distinto, y por otro busca una vía de escape que permita
comenzar una historia más saludable. Por último, esta dinámica puede llegar a
ser tanto física como psicológicamente peligrosa. Esta historia se puede ver
fuertemente asociada a las historias de terror, ya que el componente de
cosificación de la persona está en ambas presente. Y nos muestra su modo de
pensar en frases como la siguiente:

— “La primera ley que me indica la naturaleza es deleitarme a costa de quien


sea.”
— “La crueldad lejos de ser un vicio es el primer sentimiento que imprime en
nosotros la naturaleza.”
— “Nada más simple que amar el envilecimiento y encontrar goces en el
desprecio”.

De terror: En la historia de terror la base es la degradación de cualquier ámbito


de la vida en el que se pueda ver afectada una relación, lo que determinará la
proporción de terror infundido. Los dos papeles desempeñados son el de víctima,
permanentemente aterrorizada, y torturador, personaje que busca constantemente
cómo regocijarse a costa del sufrimiento de la víctima, desean hacer más
interesante su vida y son enormemente egoístas, les gusta el sexo duro y
cualquier clase de desenfreno que su imaginación alcance. Las historias de terror
son las más disfuncionales. A pesar de que esta historia puede hacer que las
relaciones se vuelvan interesantes o emocionantes, la mayoría de las veces las
formas de terror necesarias para mantener la emoción tienden a escapar del
control y a poner a sus participantes, o incluso a los que les rodean, en situación
de riesgo psicológico y físico. Existe la posibilidad de que un proceso
degenerativo de cualquier tipo de relación, policíaca, pornográfica, autocrática,
acabe convirtiéndose en historias de terror; los miembros de la pareja descubren
que cada vez son más diferentes y, como suele ocurrir a menudo, uno de ellos
quizá se niegue a aceptar el deseo del otro de acabar con la relación y en este
caso, el individuo introduce una historia de terror.
Creo que es importante conocer bien cómo funciona esta dinámica para entender
uno de los problemas fundamentales de nuestra sociedad como es la violencia de
género.

2. Historias objeto
En este tipo de historias tanto la persona o la relación son valoradas por su
función como objetos y no por sí mismas. Parece ser que las personas o
relaciones no son tan importantes como ciertas funciones que desarrollan.

2.1. Persona como objeto

Ciencia ficción: En estas historias los dos roles principales son el


“extraterrestre”, y el “humano”. Las personas que viven esta dinámica se juntan
con personas que son sumamente extrañas o complicadas, o se consideran a sí
mismas muy raras y diferentes de los demás y desean estar con alguien que
valore sus extremas rarezas. El riesgo reside en que la historia se vuelva aburrida.
Los sujetos acaban sintiendo la comunicación como imposible: el “humano”
piensa que el “extraterrestre” no se esfuerza por hacerse entender, que nada de lo
que hace tiene sentido y que no vale la pena entenderla. El “extraterrestre” por su
parte se siente alienado por la sociedad y una pareja que no le comprenden. Así
pues, vemos que el potencial de frustración de ambos es elevado.

Colección: En este modelo de historia se considera a la pareja como parte de una


colección. Los personajes presentes en esta historia son el coleccionista y el
coleccionable u objeto de colección, pero también se puede dar el caso de que los
dos miembros de la pareja sean principalmente coleccionistas y ambos
desempeñen los dos roles de forma simultánea, a menudo sin darse cuenta. Esta
dinámica es la más relacionada con la poligamia y la infidelidad ya que los
coleccionistas tienden a establecer varias relaciones paralelas que suelen diferir
una de otras. Mientras que una persona satisface la necesidad de intimidad, otra
la necesidad de pasión y así sucesivamente. Las parejas son vistas con cierta
indiferencia, siendo probable que el sujeto que realiza el rol de coleccionable no
tenga conciencia de la existencia de los demás elementos de la colección. Los
coleccionistas suelen reaccionar negativamente ante una relación formal, por lo
que es posible que conciban estrategias que les permitan continuar disfrutando de
su rol, como la infidelidad o el flirteo. Otra posibilidad es que el coleccionista
puede entrar en una relación monógama en serie, donde cada relación sucesiva
responde a la necesidad que la última relación no dejo cubierta. En las primeras
etapas de la vida amorosa de las personas, este estilo de dinámica personal puede
funcionar como servidor de experiencias, para aumentar el conocimiento de lo
que queremos para una futura pareja estable.

Arte: En ella la pareja es valorada únicamente por su apariencia física, dejando de


lado el resto de características y valores de la persona. Por lo general, uno de los
socios es el admirador y el otro el admirado. Son las relaciones en las que uno se
enamora platónicamente debido a una fuerte atracción física que les impulsa a
entablar una relación principalmente mediante el factor pasional sin profundizar
en su personalidad, insuficiente para desarrollar una historia plena, o llevar a un
desgaste de los sentimientos cuando los parámetros de belleza bajan.

2.2. Relación como objeto


En estas historias de la relación como objeto, la relación es un medio para
alcanzar un fin que tiene poco o nada que ver con la misma.

Casa y hogar: En esta historia, el hogar es el centro de atención físico y


emocional de la pareja; por lo que hay que procurar que las condiciones del
mismo sean óptimas. Normalmente, estos individuos están muy orgullosos de su
casa y la consideran el centro de sus vidas; se usa el hogar como centro de
canalización de las atenciones y afectos que, de algún modo, se desplazan de la
relación a la casa. Los miembros de la pareja se muestran incapaces de centrar su
atención en la relación que mantienen y la centran en su hogar, por lo que este,
que comienza siendo un símbolo de la relación, pasa ser lo más importante
anteponiéndose a la misma. Encontramos que muchas parejas jóvenes viven esta
historia en el momento que comienzan a establecer un hogar para la nueva
familia que están formando.
Recuperación: Aquí se toma la relación como medio para recuperarse de un
trauma pasado. Un sujeto ayuda al otro a recuperarse de un problema, o bien se
usa la relación como vía de curación personal. En esta historia, tanto la persona
que intenta recuperarse, como el salvador, se basan en la ayuda para establecer su
relación. La relación se afianza a medida que deja el pasado tras de sí pero, al
mismo tiempo, ese pasado es de vital importancia para la misma. Resulta algo
irónico, pero tras la recuperación, la relación muchas veces pierde su principal
razón de ser y como consecuencia carece de la motivación suficiente que la lleve
a seguir adelante. La pareja puede ayudar en la recuperación, pero la decisión de
mejora y el esfuerzo para el restablecimiento sólo lo puede llevar a cabo la
persona que necesita superar su pasado.

Religiosa: Existen dos tipos de historias religiosas: en las primeras el amor


realiza la misma función que la religión, y en las otras la religión es parte integral
del amor; es decir, se usa para lograr un sentimiento de proximidad con Dios,
donde podemos entender el amor como un conjunto de sentimientos y
actividades dictadas por la religión. En cualquiera de los casos, la religión es
parte fundamental de la relación, encontrando como común denominador una
cesión de voluntad a un poder superior. En el primer caso, el amor constituye la
salvación, esta se busca a través de la relación con el otro; la percepción es que
sin la relación la persona se encuentra totalmente perdida, sin rumbo,
desesperada… con una falta total de referentes que den un sentido de
trascendentalidad a su vida. Pese a su similitud, en el segundo tipo de historia
solo la religión puede darnos la salvación, pero el amor de otra persona nos
puede ayudar a enriquecer nuestras vidas y a cumplir con nuestras
responsabilidades hacia Dios.

Juego: En este modelo de dinámica se usa la relación para sentirse ganador. Se


percibe el amor como un deporte en el que los socios pueden ser jugadores, o uno
puede verse arrastrado al juego del otro. El juego puede tener diferentes formas e
intensidades: ser diversiones sin importancia y de carácter alegre, o serios y
elaborados juegos en los que el límite entre la realidad y la fantasía no está
definido. Los juegos pueden estar dirigidos internamente (cuando los miembros
de la pareja se ven a sí mismos como jugadores y ambos son conscientes de que
están jugando); o ser juegos dirigidos externamente (en los que también se
pueden ver implicadas terceras personas); en algunas circunstancias son comunes
los triángulos amorosos. A veces, las parejas inventan falsos jugadores que
pueden competir por el afecto de uno o ambos miembros con el fin de estimular
el interés o los celos de su pareja. La principal ventaja que presentan estas
relaciones es que gozan de cierta excitación, cambian rápidamente y en ocasiones
resultan divertidas. Un juego comienza como algo inofensivo generalmente
tolerado por ambos miembros, por el hecho de que supone una forma amena de
vivir la relación, sin embargo, se puede convertir en algo peligroso en el
desarrollo de la relación, por ejemplo si uno de los miembros se deja llevar por la
competitividad, o si se obsesiona anteponiendo el juego a la propia relación, por
lo que intimidad se puede ver seriamente afectada.

3. Historias de coordinación
Los miembros trabajan para crear, hacer o mantener algo, el amor es el fruto en
común de un trabajo a medias.

Viajera: El amor se vive como un viaje, la pareja trabaja unida para elegir y
llegar a un destino común. Se entiende la relación como cambio, maduración y
descubrimiento constante. El amor es un viaje. Los dos compañeros viajan juntos
o viven la relación procurando compartir un trayecto común del viaje personal de
cada uno. Las relaciones de viaje tienden a ser dinámicas y se centran en el
futuro o al menos no viven el presente con agobio, sino que se vivencian como
un paso más en la historia personal de cada sujeto. El mayor riesgo es que con el
tiempo uno o ambos miembros deseen cambiar el destino o la ruta.

Coser y tejer: La clave de la historia de coser y tejer reside en la idea de que el


amor es algo que construye la pareja. Cada pareja crea su propia relación
conjuntamente de un modo distinto, buscando crear algo fuera de lo
convencional. La historia de coser y tejer es una de las más creativas, o por lo
menos cuenta con las características para serlo. Las parejas que viven la historia
de coser y tejer se sienten alejadas de lo convencional, independientemente de
que se encuentren cerca o lejos de los convencionalismos. Si su comportamiento
es convencional es porque ellos así lo han decidido y no porque lo hayan
adoptado sin reflexionar sobre ello.

Jardín: En esta dinámica prima el énfasis en cuidar la relación. Las relaciones


deben ser constantemente alimentadas y normalmente las personas que tienen
esta relación se ven a sí mismas como dos jardineros que cuidan un jardín. No se
dan las cosas por sentadas y en consecuencia es el modelo de historia que mejor
se suele adaptar a las nuevas circunstancias que van surgiendo con el tiempo. No
hay otra historia que implique tal cantidad de cuidado y atención. Por otro lado,
el mayor riesgo potencial es la falta de espontaneidad o el aburrimiento que se
puede desarrollar. Otra desventaja es la asfixia inconsciente que un miembro
puede infligir al otro.

Negocios: En este tipo de historia se vivencia la relación como una propuesta de


negocios, haciendo énfasis en la economía, y la división de funciones. Los
miembros de la pareja se ven por lo general como socios en el negocio conjunto
que es la relación, pero también es posible que una parte pretenda “venderse” a sí
misma a la otra, o que los roles se distribuyan como “empresario” y “empleado”.
Una historia de negocios tiene varias ventajas, la más importante sería que tiende
a ser la más equitativa entre el resto de historias, ya que siempre se analiza la
cuenta de dar y recibir de la relación amorosa.

Adicción: El rasgo principal de la historia de adicción es la fuerte dependencia


que se desarrolla hacia la pareja, la demostración por el “adicto” de un
comportamiento irracional al aferrarse y a sentir una gran ansiedad ante la idea
real o imaginaria de perder al compañero. Esta historia se puede presentar con
más facilidad al principio de las relaciones cuando el componente de la pasión
(que es el que regula el deseo de unión con el otro) está en su máximo, pero esta
tendencia tiende a disminuir con el tiempo y solo presenta problemas cuando se
cronifica. Son relaciones que se caracterizan por pasar mucho tiempo, juntos, en
las cuales los miembros se sienten halagados pese al permanente agobio que en
ocasiones produce la excesiva dependencia, y sufren cuando no son objeto de
esas atenciones, considerándose menospreciados.

4. Historias narrativas

En este tipo de historias se cree que hay una norma indicativa externa a la
relación que indica el camino a seguir para que las cosas funcionen bien entre
ambos miembros de la pareja.

Fantástica: Es la historia de amor clásica, la pareja ideal de cuento en la que se


encuentra un príncipe o princesa y concluye con un “felices para siempre”. La
historia de fantasía puede ser muy poderosa, el individuo puede sentirse
arrastrado por la emoción de búsqueda de la pareja perfecta o el desarrollo de la
relación perfecta con la pareja actual. Para mantener el sentimiento de felicidad
de la fantasía, uno tiene que pasar por alto, en cierta medida, los aspectos
mundanos de la vida. Un riesgo posible es que se deja al destino o a la magia, el
encontrarse con esa persona perfecta con la que todo funcionará bien, relegando
al soñador a la única tarea de estar atento al momento en que se presente en su
vida esa persona.

Histórica: Destaca un fuerte componente histórico donde el presente se define


por el pasado y la relación se basa en recuerdos más que en la vivencia de
momentos presentes. Se da mucha relevancia a la conservación de objetos
significativos, fotos, aniversarios… se toman los eventos de la relación de forma
que queden como un registro imborrable de la historia personal. Se concede una
gran importancia a las genealogías, los árboles de la familia, álbumes de fotos,
diarios, y todo aquello que ponga la relación en un contexto histórico. El gran
problema de las relaciones basadas en dinámicas históricas es que los sujetos que
viven este tipo de historia se quedan anclados en el pasado, rememorando con
felicidad los momentos buenos de la relación y a la vez teniendo muy presente
las viejas rencillas y desplantes vividos. El individuo que padece esta dificultad
es incapaz de disfrutar el día a día, así como tampoco es apto para solventar
problemas cotidianos.

Científica: Los individuos que se ven envueltos en una historia científica creen
que se puede realizar un análisis lógico y racional de la relación, regida por
principios y formulas. El amor debe ser entendido, analizado y diseccionado,
igual que cualquier otro fenómeno natural. Uno de los riesgos presentes en este
tipo de relaciones es que junto el análisis de la relación se desarrolla una
capacidad de predicción que muchas veces es fallida y conduce a la frustración
del científico.

Libro de cocina: Las personas que se relacionan siguiendo el modelo de historia


de libro de cocina están convencidas de que hay una receta para tener una
relación exitosa que si se sigue correctamente llevara a la relación a tener éxito.
Las funciones suelen estar bien repartidas puesto que uno de ellos inventa la
receta mientras que el otro la pone en práctica; aunque existe el riesgo de que el
chef se aburra de tener que ser él quien siempre plantee las ideas, o el cocinero de
obedecer. Por último, la última relación es la de chef-chef, en la que la pareja se
reparte por igual la responsabilidad de crear y poner en marcha las pautas para el
buen funcionamiento de la pareja. Esto es así porque en la cultura popular existe
la creencia de que hay un modo correcto de llevar las relaciones. La clave está en
que cada pareja encuentre su propia receta y sepan modificarla de acuerdo a las
circunstancias.
5. Historias de género

Lo que importa en esta dinámica amorosa es la forma de ser en la relación, no


tanto el contenido de la misma.

Bélica: Lo importante es “estar en guerra”, discutir sin importar la causa, pelear


es visto como un aliciente en la relación. El amor es entendido como una serie
interminable de batallas, en las que tan importantes son las peleas como las
posteriores reconciliaciones. Los socios pueden por tanto mostrarse como
combatientes dispuestos, o verse arrastrados por las ganas de discutir de su
pareja. Las personas inmersas en estas historias siempre están dispuestas a
discutir por aquello en lo que creen, dejándose llevar y buscando tener la última
palabra. Los sujetos se pueden encontrar en un conflicto cuando ninguno de ellos
tiene la guerra como modelo de historia principal, pero ambos se ven arrastrados
por ella. En tales casos, la lucha constante puede hacer que ambas partes se
sientan miserables.

Humor: Lo importante para esta historia es lograr una relación alegre,


desenfadada donde se vivencia el amor como algo divertido y extraño. Las
historias de humor permiten que las relaciones sean creativas y dinámicas. La
historia de humor tiene una enorme ventaja: la mayoría de las situaciones tienen
algún componente cómico, y las personas con esta historia es probable que lo
vean, relativizando los problemas. Cuando las cosas en una relación se tensan, a
veces nada funciona mejor que un poco de humor, sobre todo si viene de dentro
de la relación.

Misteriosa: La constante ocultación por parte de uno de los miembros de parte de


su vida privada es la característica principal de la dinámica basada en el misterio.
Al principio, el misterio y el descubrir poco a poco los secretos del compañero
son uno de los puntos fuertes que posibilitan la atracción y el desarrollo de la
intimidad, pero con el paso del tiempo el aspecto misterioso de la pareja pasa a
un segundo plano. En otros casos, a medida que la relación se asienta y uno
descubre la faceta más cotidiana de su pareja, el malestar puede aparecer al
comprobar que la pareja elegida no cumple con las fantasías que se había creado
cuando existía el misterio.
Teoría del amor según Erich Fromm

Ese deseo de fusión interpersonal es el impulso más poderoso que existe en el


hombre. Constituye su pasión más fundamental, la fuerza que sostiene a la raza
humana, al clan, a la familia y a la sociedad. La incapacidad para alcanzarlo
significa insania o destrucción -de sí mismo o de los demás-. Sin amor, la
humanidad no podría existir un día más. Sin embargo, si llamamos «amor» al
logro de la unión interpersonal, nos vemos frente a una seria dificultad. La fusión
puede lograrse en distintas formas -y las diferencias no son menos significativas
que lo que tienen de común las diversas formas del amor-. ¿Deberíamos llamar
amor a todas ellas? ¿O tendríamos que reservar la palabra amor únicamente para
una forma específica de unión, una forma que ha sido la virtud ideal de todas las
grandes religiones y sistemas filosóficos humanísticos en los cuatro mil años de
historia occidental y oriental?

La unión simbiótica tiene su patrón biológico en la relación entre la madre


embarazada y el feto. Son dos y, sin embargo, uno solo. Viven «juntos» (sym-
biosis), se necesitan mutuamente. El feto es parte de la madre y recibe de ella
cuanto necesita; la madre es su mundo, por así decirlo; lo alimenta, lo protege,
pero también su propia vida se ve realzada por él. En la unión simbiótica
psíquica, los dos cuerpos son independientes, pero psicológicamente existe el
mismo tipo de relación.
La forma pasiva de la unión simbiótica es la sumisión, o, para usar un término
clínico, el masoquismo. La persona masoquista exagera el poder de aquel al que
uno se somete, se trate de una persona o de un dios; él es todo, yo soy nada, salvo
en la medida en que formo parte de él. La forma activa de la fusión
simbiótica es la dominación, o, para utilizar el término correspondiente a
masoquismo, el sadismo. La persona sádica quiere escapar de su soledad y de
su sensación de estar aprisionada haciendo de otro individuo una parte de
sí misma. Se siente acrecentada y realzada incorporando a otra persona, que la
adora.
La persona sádica es tan dependiente de la sumisa como esta de aquella;
ninguna de las dos puede vivir sin la otra. La diferencia solo radica en que
la persona sádica domina, explota, lastima y humilla, y la masoquista es
dominada, explotada, lastimada y humillada. En contraste con la unión
simbiótica, el amor maduro significa unión a condición de preservar la propia
integridad, la propia individualidad. El amor es un poder activo en el hombre; un
poder que atraviesa las barreras que separan al hombre de sus semejantes y lo
une a los demás; el amor lo capacita para superar su sentimiento de aislamiento,
y no obstante le permite ser él mismo, mantener su integridad. En el amor se da
la paradoja de dos seres que se convierten en uno y, no obstante, siguen siendo
dos. El amor es la preocupación activa por la vida y el crecimiento de lo que
amamos. Cuando falta tal preocupación activa, no hay amor.

EL AMOR ENTRE PADRES E HIJOS

Todas nuestras experiencias se cristalizan o integran en una sola fórmula general:


me aman por lo que soy, o quizá, me aman porque soy. Tal experiencia de ser
amado por la madre es pasiva. No tengo que hacer nada para que me quieran, el
amor de la madre es incondicional. Todo lo que necesito es ser -ser su hijo-. El
amor de la madre significa dicha, paz, no hace falta conseguirlo, ni merecerlo.
Pero la cualidad incondicional del amor materno tiene también un aspecto
negativo. No sólo es necesario merecerlo, mas también es imposible conseguirlo,
producirlo, controlarlo. Si existe, es como una bendición; si no existe, es como si
toda la belleza hubiera desaparecido de la vida -y nada puedo hacer para crearla.
El amor paterno es condicional. Su principio es “te amo porque llenas mis
aspiraciones, porque cumples con tu deber, porque eres como yo”. De acuerdo a
E. Fromm, la función de la madre es darle seguridad en la vida; la del padre,
enseñarle, guiarlo en la solución de los problemas que le plantea la sociedad
particular en la que ha nacido.

LOS OBJETOS AMOROSOS

Amor fraternal
La clase más fundamental de amor, básica en todos los tipos de amor, es el amor
fraternal. Por él se entiende el sentido de responsabilidad, cuidado, respeto y
conocimiento con respecto a cualquier otro ser humano, el deseo de promover su
vida. A esta clase de amor se refiere la Biblia cuando dice: ama a tu prójimo
como a ti mismo. El amor fraternal es el amor a todos los seres humanos; se
caracteriza por su falta de exclusividad. Si he desarrollado la capacidad de amar,
no puedo dejar de amar a mis hermanos. En el amor fraternal se realiza la
experiencia de unión con todos los hombres, de solidaridad humana, de
reparación humana. El amor fraternal se basa en la experiencia de que todos
somos uno. Las diferencias en talento, inteligencia, conocimiento, son
despreciables en comparación con la identidad de la esencia humana común a
todos los hombres.
Amor materno
El amor materno, es una afirmación incondicional de la vida del niño y sus
necesidades. La afirmación de la vida del niño presenta dos aspectos: uno es el
cuidado y la responsabilidad absolutamente necesarios para la conservación de la
vida del niño y su crecimiento. El otro aspecto va más allá de la mera
conservación. Es la actitud que inculca en el niño el amor a la vida, que crea en él
el sentimiento: ¡es bueno estar vivo, es bueno ser una criatura, es bueno estar
sobre esta tierra!. La relación entre madre e hijo es, por su misma naturaleza, de
desigualdad, en la que uno necesita toda la ayuda y la otra la proporciona. Y es
precisamente por su carácter altruista y generoso que el amor materno ha sido
considerado la forma más elevada de amor, y el más sagrado de todos los
vínculos emocionales.

Amor erótico
El anhelo de fusión completa, de unión con una única otra persona. Por su propia
naturaleza, es exclusivo y no universal; es también, quizá, la forma de amor más
engañosa que existe. El amor puede inspirar el deseo de la unión sexual; en
tal caso, la relación física hallase libre de avidez, del deseo de conquistar
o ser conquistado, pero este. Fundido con la ternura. Si el deseo de unión
física no este. Estimulado por el amor, si el amor erótico no es a la vez fraterno,
jamás conduce a la unión salvo en un sentido orgiástico y transitorio. La
atracción sexual crea, por un momento, la ilusión de la unión, pero, sin
amor, tal unión deja a los desconocidos tan separados como antes, a veces los
hace avergonzarse el uno del otro, o aun odiarse recíprocamente, porque,
cuando la ilusión se desvanece, sienten su separación más agudamente que
antes.

Amor a sí mismo
Se expresa el hecho de que el amor es una actitud que es la misma hacia todos los
objetos, incluyéndome a mí mismo. Se supone que en la medida en que me amo a
mí mismo, no amo a los demás, que amor a sí mismo es lo mismo que egoísmo.
De ello se deduce que mi propia persona debe ser un objeto de mi amor al igual
que lo es otra persona. La afirmación de la vida, felicidad, crecimiento y libertad
propios, está arraigada en la propia capacidad de amar, esto es, en el cuidado, el
respeto, la responsabilidad y el conocimiento. Si un individuo es capaz de amar
productivamente, también se ama a sí mismo; si sólo ama a los demás, no puede
amar en absoluto.
Amor a Dios
La forma religiosa del amor, lo que se denomina amor a Dios, es, desde el punto
de vista psicológico, de índole similar. Surge de la necesidad de superar la
separatidad y lograr la unión. En realidad, el amor a Dios tiene tantos aspectos y
cualidades distintas como el amor al hombre. En todas las religiones teístas, sean
politeístas o monoteístas, Dios representa el valor supremo, el bien más deseable.
Por lo tanto, el significado específico de Dios depende de cuál sea el bien más
deseable para una determinada persona. La comprensión del concepto de Dios
debe comenzar, en consecuencia, con un análisis de la estructura caracterológica
de la persona que adora a Dios.

Amor
El amor es un fenómeno tan complejo que ha dado lugar a muchas definiciones
amplias y vagas que se pueden aplicar a otros hechos emocionales intensos como
son los duelos o las violaciones. Además, el amor es un proceso dinámico que
está en continuo cambio en el transcurso de la relación, por lo que su definición
variará en función del estado de la relación.

Lee, distinguió tres estilos amorosos básicos:


El Eros, Ludus y Storge. La combinación, en diferentes grados, de estos estilos
primarios nos daría otros tres estilos secundarios independientes de los primeros:
Manía, Pragma y Ágape.

- Eros o el amor pasional se caracteriza por una pasión irresistible, con


sentimientos intensos, fuerte atracción física y actividad sexual. El amante Eros
valora mucho el amor pero no está obsesionado por él ni presiona a su pareja a la
intensidad sino que más bien permite que las cosas se desarrollen mutuamente.
La característica de este tipo es la auto-confianza y la alta autoestima.
- Ludus o el amor lúdico, con poca implicación emocional y sin expectativas
futuras. Este estilo de amar no tiene un estilo físico preferido sino que más bien
le gusta todo tipo de compañero. Aun cuando mucha gente ve este amor como
moralmente negativo, Ludus no intenta herir a otras personas, generalmente pone
muy claras las reglas del juego antes de comenzar la relación.

- Storge o amor amistoso, se caracteriza por un compromiso durable que se


desarrolla lenta y prudentemente, y que se basa en la intimidad, la amistad y el
cariño. La similitud en términos de valores y actitudes es mucho más importante
para Storge que la apariencia física o la satisfacción sexual porque la orientación
de este amor es más la de buscar un compromiso a largo plazo que un
apasionamiento a corto plazo.

- Manía es el amor obsesivo, con una fuerte dependencia de la pareja, celos


intensos, posesividad, desconfianza y ambivalencia. Este amante trata de forzar a
la pareja al compromiso sin poder esperar que éste evolucione naturalmente.

- Pragma se refiere al amor pragmático, amor basado en la búsqueda racional de


la pareja ideal. El amante pragmático toma en consideración la edad, el grado de
instrucción, el status social, la religión o la facultad de ser un buen padre o una
buena madre. A diferencia de Storge, en el que puede crecer un amor sin
preocuparse particularmente por las proyecciones a futuro de la pareja o por el
bagaje familiar de aquella, el amante pragmático probablemente establecerá
condiciones antes de desarrollar una relación.

- Ágape o el amor altruista, de renuncia absoluta y entrega totalmente


desinteresada. Es un amor más bien idealista en el que la sexualidad y la
sensualidad no son relevantes.

Desde el punto de vista de las diferencias de género, Hendrick y Hendrick (1986)


encontraron que los hombres, comparados con las mujeres, conceden más
importancia al amor pasional (eros) y al lúdico o de entretenimiento (ludus). Las
mujeres, comparadas con los hombres, se inclinan más por el amor amistoso
(storge), el lógico (pragma) y el posesivo (manía). Estos resultados se han
interpretado desde el punto de vista de las funciones que estas formas de amor
han tenido para cada sexo en la evolución de la especie.

Escala de actitudes sobre el amor (Hendrick y Hendrick)

Se presentan abajo varias frases que reflejan diferentes actitudes en relación con
el amor. Para cada frase, señale hasta qué punto está de acuerdo o en desacuerdo
con ella. No hay respuestas buenas ni malas, lo que nos interesa es su opinión.
Algunos ítems se refieren a una relación amorosa específica, otros se refieren a
actitudes y creencias generales en el amor. Siempre que sea posible responda a
estas preguntas teniendo en mente a su pareja; si no está enamorado actualmente,
responda a las preguntas teniendo en consideración a su pareja más reciente. Si
nunca ha tenido pareja, responda pensando cuáles serían sus respuestas en el caso
de que la tuviera. Responda teniendo en cuenta que: 5 = Totalmente en
desacuerdo; 4 = Más bien en desacuerdo; 3 = Ni de acuerdo ni en desacuerdo; 2
= Más bien de acuerdo; 1 = Totalmente de acuerdo.

1. Con mi pareja, nos sentimos atraídos físicamente desde la


1 2 3 4 5
primera vez que nos vimos.
2. Mi pareja y yo tenemos buen contacto físico. 1 2 3 4 5
3. Las relaciones físicas con mi pareja son muy intensas y
1 2 3 4 5
satisfactorias.
4. Siento que mi pareja y yo estamos hechos el uno para el otro. 1 2 3 4 5
5. Mi pareja y yo nos hemos implicado emocionalmente muy
1 2 3 4 5
rápido.
6. Mi pareja y yo nos entendemos realmente bien. 1 2 3 4 5
7. Mi pareja responde a mi ideal de belleza física. 1 2 3 4 5
8. Trato que mi pareja esté algo insegura con relación a mi
1 2 3 4 5
compromiso con ella.
9. Lo que mi pareja desconoce de mí, no debería llamarle la
1 2 3 4 5
atención particularmente.
10. A veces evito que mis parejas sepan la existencia el uno del
1 2 3 4 5
otro.
11. Me recupero de las decepciones amorosas rápido y
1 2 3 4 5
fácilmente.
12. Pienso que mi pareja se enojaría si supiera cosas que he
1 2 3 4 5
hecho con otras personas.
13. Al percibir que mi pareja depende de mí, prefiero poner
1 2 3 4 5
distancia entre ambos.
14. Me gusta jugar al juego del amor con diferentes parejas. 1 2 3 4 5
15. Es difícil decir exactamente dónde termina la amistad y
1 2 3 4 5
empieza el amor.
16. No puedo amar a alguien sin primero haber sentido durante
1 2 3 4 5
cierto tiempo afecto por esta persona.
17. Espero permanecer para siempre junto a mi pareja. 1 2 3 4 5
18. El amor más profundo nace de una larga amistad. 1 2 3 4 5
19. Entre mi pareja y yo, nuestra amistad inicial se transformó
1 2 3 4 5
gradualmente en amor.
20. El amor es realmente una amistad profunda y no algo 1 2 3 4 5
misterioso y místico.
21. Mis relaciones amorosas más satisfactorias se han realizado
1 2 3 4 5
a partir de relaciones de amistad.
22. Antes de comprometerse con una persona hay que considerar
1 2 3 4 5
lo que él/ella va a llegar a ser en la vida.
23. Hay que planificar cuidadosamente la vida antes de elegir
1 2 3 4 5
pareja.
24. Es preferible amar a alguien que proviene del mismo medio 1 2 3 4 5
25. Una de las cosas esenciales a la hora de elegir pareja es la
1 2 3 4 5
aceptación de nuestra familia hacia él / ella.
26. Un criterio importante en la elección de pareja es saber si él /
1 2 3 4 5
ella podrá ser un buen/a padre / madre.
27. Un criterio importante a la hora de elegir pareja es saber si él
1 2 3 4 5
/ ella podrá o no ayudarnos en nuestra carrera profesional.
28. Antes de comprometerme con alguien trato de ver en qué
medida sus genes son compatibles con los míos, en caso de 1 2 3 4 5
decidir tener hijos.
29. Cuando algo no va bien con mi pareja, se me hace un nudo
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en el estómago.
30. Tras una ruptura, me deprimo tanto que puedo llegar a
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pensar incluso en el suicidio.
31. A veces estoy tan excitado/a de estar enamorado/a que no
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logro dormir.
32. Cuando mi pareja no me hace caso, me enfermo. 1 2 3 4 5
33. Cuando estoy enamorado/a me cuesta concentrarme sobre
1 2 3 4 5
cualquier tema que no sea mi pareja.
34. Si sospecho que mi pareja está con otro/a, no consigo estar
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realmente relajado/a o tranquilo/a.
35. Si mi pareja me ignora durante cierto tiempo, hago cosas
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estúpidas para tratar de atraer de nuevo su atención.
36. Trato siempre de ayudar a mi pareja a sobrellevar los
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momentos difíciles.
37. Prefiero sufrir yo antes de que sufra mi pareja. 1 2 3 4 5
38. No puedo ser feliz sin poner la felicidad de mi pareja por
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encima de la mía.
39. Estoy generalmente dispuesto a sacrificar mis propios deseos 1 2 3 4 5
para que mi pareja pueda realizar los suyos.
40. Mi pareja puede disponer de todo lo que yo poseo. 1 2 3 4 5
41. Cuando mi pareja se enfada conmigo, sigo amándole
1 2 3 4 5
completa e incondicionalmente.

Claves de Corrección

Esta escala de Hendrick y Hendrick (1986) permite clasificar las 42


actitudes sobre el amor en los seis estilos de amor descritos (Eros, Ludus, Storge,
Pragma, Manía y Ágape). Siga el siguiente procedimiento para obtener su
puntuación en cada tipo de amor:
1. Debe invertir el valor de la respuesta dada a la pregunta n° 9, es decir, el valor
5 se convertirá en el valor 1, el valor 4 en 2, el valor 2 en 4 y el valor 1 en 5.
2. Debe realizar el sumatorio de los siguientes ítems: Los 7 primeros para la
descripción de Eros, del 8 al 14 para el tipo de amor Ludus, del 15 al 21 para
Storge, la visión Pragmática se operacionaliza con los ítems que van del 22 al
28, Manía vendría dada por las actitudes que van de la 29 a la 35 y,
finalmente, Ágape estaría definido por los ítems que van del 36 al 42.

EROS: Si has obtenido una puntuación mayor que 17 valoras menos que la
media de la muestra de estudiantes españoles el estilo de amor erótico. Por el
contrario, si has obtenido una puntuación menor que 15 valoras más que la media
de la muestra de estudiantes españoles el estilo de amor erótico.
LUDUS: Si eres hombre y has obtenido una puntuación mayor que 24 (en
mujeres mayores que 26) valoras menos que la media de la muestra de
estudiantes españoles el estilo de amor lúdico. Si eres hombre y has obtenido una
puntuación menor que 22 (en mujeres menores que 24) valoras más que la media
de la muestra de estudiantes españoles el estilo de amor lúdico.
STORGE: Si has obtenido una puntuación mayor que 19 valoras menos que la
media de la muestra de estudiantes españoles el estilo de amor amistoso. Si has
obtenido una puntuación menor que 17 valoras más que la media de la muestra
de estudiantes españoles el estilo de amor amistoso.
PRAGMA: Si has obtenido una puntuación mayor que 27 valoras menos que la
media de la muestra de estudiantes españoles el estilo de amor pragmático. Si has
obtenido una puntuación menor que 25 valoras más que la media de la muestra
de estudiantes españoles el estilo de amor pragmático.
MANIA: Si eres hombre y has obtenido una puntuación mayor que 21 (en
mujeres mayores que 23) valoras menos que la media de la muestra de
estudiantes españoles el estilo de amor obsesivo. Si eres hombre y has obtenido
una puntuación menor que 19 (en mujeres menores que 21) valoras más que la
media de la muestra de estudiantes españoles el estilo de amor obsesivo.
ÁGAPE: Si eres hombre y has obtenido una puntuación mayor que 16 (en
mujeres mayores que 20) valoras menos que la media de la muestra de
estudiantes españoles el estilo de amor altruista. Si eres hombre y has obtenido
una puntuación menor que 14 (en mujeres menores que 18) valoras más que la
media de la muestra de estudiantes españoles el estilo de amor altruista.

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