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La Oroya, esperanza infinita.

La Oroya

O

AN
O
PA
Ramon Huapaya


FI
CO
Gerente General de Activos Mineros S.A.C

Empezamos a trabajar hace once años. De forma


silenciosa, pero con mucho compromiso, tomamos la
responsabilidad de remediar los pasivos ambientales
que dejó la antigua actividad minera en la historia del
país. Un trabajo que se centra en mejorar la calidad de
vida de los peruanos que se han visto afectados por
la contaminación. Hasta ahora tenemos identificados
cerca de diez mil pasivos en todo el Perú. Y nuestro
objetivo es ir por todos ellos, apoyar a nuestros com-
patriotas y generar una nueva imagen para la minería,
Población Total:
una actividad que, trabajada responsablemente es muy
beneficiosa para todo el país. 33,000 personas

La Remediación ambiental en el Perú, ha tomado Personas beneficiadas (al final del proyecto):
mayor importancia en los últimos diez años. Es por 30,000 personas
eso que el trabajo que hacemos en “Activos Mineros”
Personas beneficiadas (hasta ahora):
es tan importante. Queremos hacer de La Oroya y de
todas las ciudades afectadas por la antigua minería; 25,500 personas
lugares ambiental y socialmente aceptables. Esa es
nuestra gran misión, darle mayor calidad de vida a los
peruanos y proteger y ayudar a estos pobladores que
se han visto impactados a lo largo del tiempo.

En ese sentido, es necesario el mencionar la inme-


jorable calidad de los trabajos en dirección técnica,
proceso constructivo y materiales empleados; los
cuales garantizan la durabilidad, sustentabilidad y
sostenibilidad ambiental mitigando la contaminación
y asegurando de esta manera una mejor calidad de
vida para los oroyinos.

Tenemos aún un largo camino por recorrer. Conti-


nuaremos trabajando en La Oroya, Cerro de Pasco y
otras zonas impactadas. Es bueno mirar al pasado para
saber las razones de nuestro presente, sin embargo,
nuestro objetivo principal es mirar hacia el futuro, con
esperanza y propuestas, en busca de un Perú más justo
para todos.
Fecha de inicio y cierre:
2010 - 2019

La fundición está localizada en la


provincia de Yauli, departamento
de Junín a 175 km de Lima, en
la zona alto andina sobre el flanco
oriental de los andes occidentales,
en la confluencia de las cuencas de
los ríos Yauli y Mantaro.

Personas que se han empleado en


los proyectos de remediación:
1,500 personas

Area remediada (60% del total): Area total a remediar (2019):


90.26 hectáreas en zona urbana 150 hectáreas en zona urbana
512.68 hectáreas en zona rural 6000 hectáreas en zona rural

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S
on las siete de la mañana en la calle Comandante
Zárate. Un lugar de parada obligatoria para llenar
el estómago en el corazón de La Oroya Antigua,
el primer barrio de esta ciudad, a más de 3750
metros sobre el nivel del mar. Amanecer en cero
grados centígrados solo puede ser combatido con
un buen desayuno caliente. Una fila de carretillas
te atrae con el olor para hacerte olvidar que estás
en una congeladora. Jugos de maca, quinua o manzana; caldos
de cordero y verduras; panes con huevo, palta y hasta cachangas,
unas ricas tortillas de maíz con un toque de anís que se comen en
el Perú desde épocas incaicas. A un lado de los puestos ambu-
lantes, una radio prendida tenía a la clientela en vilo. El locutor
exponía la preocupación de toda la provincia: el Complejo Meta-
lúrgico La Oroya. La principal fuente económica de esta parte de
la Cordillera de los Andes no trabaja regularmente desde el 2009.

El Complejo Metalúrgico La Oroya empezó a trabajar


en 1922 con la empresa norteamericana Cerro de Pasco
Copper Corporation, para luego pasar a manos estatales
con Centromin y, finalmente, en 1997, ser comprada por
Doe Run. En la actualidad, la población está a la espera de
que otra empresa compre el Complejo Metalúrgico y para
que de esta manera, se vuelva a potenciar la reactivación
de la economía.

San Jerónimo de la Oroya es la capital de la provincia de Yau-


li. Aquí está el Complejo Metalúrgico La Oroya. En lo que en el
siglo pasado fueron campos de pastoreo o de cultivos de papa,
se levantaron construcciones y una chimenea que impulsaron
una ciudad alrededor. Familias de Tarma, Pasco, Huancayo,
Huancavelica, Lima, y hasta de Puno y Arequipa, decidieron
instalarse y aguantar las bajas temperaturas con tal de trabajar.
En sus mejores momentos, la población superó los 100 mil ha-
bitantes en toda la provincia. “Lo que está sucediendo en los
últimos años es preocupante. Calculamos que, debido a la para-
lización de los trabajos, se han ido más de 20 mil personas. Hay
casas y colegios abandonados. Desde que el complejo dejó de
trabajar, nos hemos quedado sin ingresos”, cuenta el alcalde de
la provincia de Yauli, Carlos Arredondo, que además comenta riesgo de contaminación de las áreas expuestas, especialmente
la difícil situación que están viviendo. “De tener un ingreso por en los suelos. Inclusive, nos marcaron los lugares prioritarios
impuestos y canon de más de 60 millones de soles anuales, aho- para actuar, tanto en la zona urbana como en la zona rural. En la
ra a las justas tenemos un millón de soles de presupuesto. Nos zona urbana, básicamente con la cobertura a través de pavimen-
sentimos con las manos atadas”, resaltó Arredondo que, a pesar tación y áreas verdes para aislar a la población de la polución.
de los problemas, ha encontrado un aliado especial para trabajar Y en la zona rural, con la forestación de los suelos con plantas
y empezar a remediar toda la contaminación en los alrededores nativas”, cuenta Ronald Medina, ingeniero a cargo de la oficina
de la fundición: Activos Mineros S.A.C. de AMSAC en La Oroya, que además, se ha convertido en el
principal aliado de un municipio que se quedó sin presupuesto
Desde que se iniciaron los trabajos en la fundición en 1922, para realizar obras.
no existían reglas claras con respecto a los impactos de la ope-
ración del Complejo Metalúrgico. “Han sido muchas toneladas
diarias que salieron por la chimenea. Estos no se acumularon
en el espacio, sino que, debido a la inmersión térmica, la polu- La Oroya es cortada por una de las vías más importantes
ción y sus residuos terminaron sobre los suelos y casas de La del país: la carretera central, que también es el eje de
Oroya”, dice el ingeniero Ramón Huapaya, Gerente General de esta ciudad y el punto de convergencia por donde pasa
Activos Mineros SAC (AMSAC), con muchos años de expe- casi toda la despensa del Perú. Desde aquí se puede ir en
riencia trabajando en esta parte del país. Es así que, en 2009, la tres direcciones: Lima y la costa; Huancayo, Huancavelica,
consultora GWI elaboró un estudio de remediación a pedido de Ayacucho y Cusco; y también a Tarma, Pasco y Pucallpa.
AMSAC. “Este estudio se hizo con la finalidad de determinar el

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En 2007, AMSAC inició la ejecución del proyecto Remediación
de las Áreas Afectadas por las Emisiones de Gases y Material
Particulado del Complejo Metalúrgico de La Oroya. Y contrató
a Ground Water International (GWI), hoy Montgomery Watson
Harza, con el objetivo de realizar el estudio para determinar
los niveles de contaminación en los suelos, además de señalar
los lugares prioritarios a remediar. En este estudio también
participaron las consultoras Intrinsik Environmental Sciences,
Knight Piesold Consulting, Hatfield Consulting y Transmin
Metallurgical Consultants. Los trabajos empezaron en el 2010,
un año después de que el complejo dejara de funcionar.

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A través de la forestación con especies
nativas, se viene estabilizando los suelos
en la zona rural de La Oroya. La Oroya antigua, con sus pequeñas y desordenadas
calles, fue el primer asentamiento humano que se
formó con los trabajadores de la fundición.
Renovado parque de juegos de la zona de Buenos Aires. Lo
que antes era un lugar donde se reunían personas de mal
vivir ahora los niños lo disfrutan jugando todo el tiempo.
El Complejo Metalúrgico La Oroya inició sus
actividades en 1922.
“Hace 45 años me
mudé aquí. Y desde ese
entonces, estábamos
cobertura con esperando que hagan
concreto o piedra estas obras. Con la
emboquillada
(pistas y veredas) remediación el barrio se
0.10 - 0.20 m va a sentir feliz”

Elías Chuco.
Fiscal Barrio Miraflores
Base Granular
0.15 - 0.40 m

Suelo

Relleno Sanitario
Material de reemplazo Residuos Mineros

cobertura
con concreto
Remoción y Excavación de
suelos Entre 0.30 - 0.40 m

CUBRIENDO LA CIUDAD

En el estudio realizado por GWI se determinó que se Este trabajo consiste en sacarle la primera capa, que va
tenía que remediar un total de 150 hectáreas en la zona entre los 10 y 20 centímetros, para luego aislar el suelo
urbana. Y en los análisis tomados, se vio que la mayor y cubrirlo con concreto. La tierra extraída es llevada a un
concentración de partículas se encontraba en los primeros depósito especial de suelos afectados donde se sellan e
10 centímetros del suelo. “Esta remediación consiste en impermeabilizan. “Estamos reduciendo los riesgos. En
retirar la capa comprometida y colocar pavimento de la zona urbana estamos trabajando arduamente, no solo
concreto sobre el suelo expuesto. En La Oroya hay muchos remediando mediante la pavimentación, sino también con
asentamientos humanos que no tienen pistas ni veredas, la creación de áreas verdes que complementen los trabajos”,
que son pura tierra. Pasan los vehículos, se levanta el polvo. cuenta Pérez. Hasta agosto de 2017, se ha avanzado
Los niños juegan, cogen el polvo, lo tocan con las manos. el 60% de esta remediación la cual está proyectada a
Por eso vimos conveniente aislar ese suelo. Colocarle una culminar en 2019. Finalmente, estas obras pasarán a
cobertura aislante y así reducir los riesgos de la población. manos de los municipios, que serán los responsables de
Y qué mejor con infraestructura de calidad, como pistas, darle mantenimiento y sostenibilidad en el tiempo. Cabe
escaleras y veredas, que sirva a la gente”, dice Américo señalar que estos trabajos van de la mano con talleres de
Pérez, Gerente de Operaciones de AMSAC. sensibilización y hábitos de higiene con las poblaciones.

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“Sembrar árboles es sembrar aire,
agua, oxígeno. Nosotros queremos un
lugar limpio, en el que podamos tener
nuestros cultivos y ganados sanos, sin
contaminación. Estoy seguro que todos
estos trabajos nos ayudarán a lograrlo”.

Xenobio Rodríguez. Poblador de la Comunidad


Campesina de Huari

El compromiso MÁS VERDE ES MÁS FUERTE

de AMSAC es, Para remediar los suelos afectados en la zona rural,


están abocando todos los esfuerzos en forestación

remediar suelos y en terrazas de formación lenta. Sin una cobertura


vegetal adecuada, el viento y el agua trasladarán el
polvo, afectando otras zonas. “Estamos generando
impactados en La una cobertura vegetal en las partes altas e
intermedias, forestando con especies nativas como

Oroya hasta el 2019 el colle, quinuales y ceticios. Estas especies vegetales


van a cubrir el área, van a facilitar el crecimiento de
otras especies y los suelos se van a estabilizar”, cuenta
Fredy Quintana, ingeniero forestal y ambiental,
encargado de vigilar los proyectos de remediación
de suelos en la zona rural de La Oroya. ¿Y qué son las
terrazas de formación lenta? “Éstas van a estabilizar
los suelos que están en pendiente. Es como armar
un andén. El muro sirve de contención y en la misma
pendiente se va acumulando la tierra de forma
La Municipalidad horizontal. Eso hará también que se mejore la calidad
del suelo, apoyados en las plantaciones de quinuales

de Yauli, Senati y ceticios, para enriquecer la tierra”, cuenta Raúl


Huamanchaqui, especialista de proyectos de AMSAC.

y AMSAC se han
La idea que tienen en AMSAC es que los pobladores
rurales puedan tener campos de cultivos útiles para
la agricultura. Es por ello que constantemente están
aliado para capacitar realizando estudios de suelo para ver cómo va
desarrollándose la forestación. Una vez finalizadas las

a jóvenes oroyinos en obras, AMSAC tendrá unos años más para realizar el
mantenimiento adecuado de las plantaciones y muros,
para posteriormente entregarles la administración a
maquinaria pesada las comunidades locales.

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Mejorando
la vida

E
n Alto Marcavalle, perteneciente al distrito de Santa mover con mayor facilidad. Nos hemos olvidado de las caídas
Rosa de Sacco y a 10 minutos en auto de La Oroya y el polvo”, dijo Grijalba en la puerta de su casa.
antigua, maquinaria pesada remueve los suelos. De-
cenas de personas con trajes naranjas le van dando A otros quince minutos de Marcavalle alto está el barrio de
forma a unas calles que dejará de ser de tierra para Miraflores. Un antiguo terral, ahora es una zanja en donde po-
convertirse en pistas y veredas. Cuando se empeza- drían andar un par de autos y que terminaría siendo una pista
ron estos trabajos en casi toda la ciudad, los vecinos pensaban de concreto. Y sobre éste, unos veinte trabajadores vestidos de
que solo se trataba de una obra del municipio. En la actuali- naranja movían palos y piedras. A dos metros, con uniforme
dad, tienen claro lo que es: remediación de suelos. azul y sombrero, miraba atento Jhonny Orosco, guardia mu-
nicipal y también vicepresidente de la directiva del barrio de
“Con mi familia llegamos en 1985. Vinimos a trabajar al Miraflores. Observa hacia arriba y sonríe mientras ve cómo la
complejo y nos instalamos acá mismo. No había más lugar y fachada de su casa está cambiando de rostro. “No puedes creer
todo era tierra. En época de lluvias no se podía transitar. Te lo horrible que era esta zona. Recuerdo que mi madre se rom-
caías, la gente llegaba a sus casas llenos de barro. No daba pió la pierna y estuvo mal por más de dos años. Ella vivía en
ganas de salir. Y en época seca, todo esto era una polvadera la parte alta y teníamos que bajarla cargando entre varios, ya
que no te dejaba respirar. Ahora todo ha cambiado. Mira cómo que no podían subir ni motos ni autos. Tenía que pedir ayuda
las motos y los autos suben con facilidad. Y lo mejor de todo a los vecinos y cuando no había nadie, yo tenía que hacer-
es que están cuidándonos de toda la contaminación que estaba lo solo. A veces terminábamos en el suelo, embarrados, con
en estos suelos”, cuenta Herminio Grijalba, que vino desde mucha cólera y pena. Ahora, con estas obras, todo va a cam-
Jauja para instalarse en Marcavalle con toda su familia y en la biar para nosotros”, cuenta Orosco, que sigue resaltando la
actualidad se dedica a realizar instalaciones eléctricas en casas importancia de la remediación. “Antes de que llegara Activos
y negocios. Desde su ventana se puede ver la ciudad desde Mineros a trabajar aquí, no éramos conscientes de que estos
arriba y nos señala las pistas, veredas, áreas verdes y escaleras residuos estaban en el suelo. Ahora nos sentimos más seguros,
que ha construido AMSAC en los últimos años para cubrir el porque inclusive los niños pueden jugar más tranquilos en las
polvo, mejorar la vida de la gente y llenarlas de esperanza. pistas y parques. Lo que nos gusta acá es que también vie-
“La gente está volviendo a ocupar Marcavalle alto, las propie- nen acompañados con talleres de educación ambiental, como
dades se están revalorizando y, lo mejor de todo, nos podemos la importancia del lavado de las manos”, cuenta el directivo,

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que resalta también el sentir de todos los oroyinos: “queremos
trabajo y que se reabra el complejo, pero con responsabilidad,
protegiendo la salud de las personas”.

A 30 minutos de la ciudad de La Oroya, en dirección a


Huancayo, está la comunidad campesina de Huari. Cerros ver-
des protegen este rincón de Junín en el que la gente vive de la
ganadería y la agricultura. Y desde la llegada de Activos Mi-
neros, empezaron la remediación de sus suelos con pequeñas
iniciativas, como la forestación de tres hectáreas con especies
nativas y pinos. “Si trazamos una línea recta, estamos a dos ki-
lómetros de la fundición y todo lo que botaba la chimenea, se
venía para acá, ya que estamos en dirección del viento. Cuan-
do era pequeño recuerdo que se veía un suelo verdoso, no de-
colorado como está ahora”, cuenta Javier Rojas, presidente de
la comunidad campesina de Huari, que no está en contra del
complejo, pero que se trabaje “cuidando los límites de la con-
taminación, ya que a nosotros nos han perjudicado mucho”.

En la zona urbana, se decidió construir pistas y veredas,


parques y áreas verdes, para cubrir las zonas impactadas y
aislarlas principalmente de la población. En la zona rural se
procedió a forestar las áreas identificadas. “Vimos que la op-
ción era mejorar el suelo naturalmente. Decidimos forestar
con especies nativas y hacer que la naturaleza también haga
su parte, limpiando y estabilizando los suelos, dotándola
de materia orgánica y evitando que el material particulado
se siga esparciendo con el viento. Es un trabajo lento, pero
estamos seguros de que dará muy buenos resultados”, dijo
Fredy Quintana, ingeniero forestal y ambiental, encargado
de vigilar los proyectos de remediación de suelos en la zona
rural de La Oroya.

De vuelta a la ciudad, hicimos una parada en La Oroya anti-


gua. Los puestos que se ubican en las mañanas ya no estaban,
ni tampoco la radio que todos escuchaban. En los alrededores
se seguía sintiendo el clamor popular: quieren que vuelva a
funcionar el complejo. “La salud no debería ser opuesta a la
minería. Lamentablemente aquí se ha trabajado mal por mu-
chos años pero estamos a tiempo de remediarlo. El terreno
está dañado pero utilizando nuevas tecnologías se puede tra-
bajar sin contaminar. Los trabajos de AMSAC son un ejemplo
de ello”, dice Luis Paita Barreto, presidente de la Comunidad
Campesina La Oroya antigua, que además cuenta que sus pa-
dres y abuelos le relataban cómo era este lugar hace más de
un siglo: “era como Tarma. La gente tenía sus chacritas y
ganados. Ahora ya no crece nada por acá. Es por ello que
la visión, a la par de promover el desarrollo del complejo,
debería ser crear puestos de trabajo, incentivar la agricultura
y la ganadería. Algún día la minería se va a acabar y se van
a ir, pero sin agricultura ni ganadería, no comemos. Tenemos
que trabajar juntos para que La Oroya no se detenga. Nece-
sitamos que la esperanza no desaparezca”. ◆
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De familia de Heladeros. Los Rojas apenas llegaron aquí se instalaron en la Oroya antigua.
Han pasado más de 3 décadas y siguen llevando helados hechos en casa a todo aquel que
quiera combatir el frío con más frío. Esta es la tercera generación que vive de este postre.

Emel Salazar y parte de su familia frente a su casa en el barrio de la Oroya Antigua. Ella
es trabajadora de las obras que viene haciendo AMSAC. “Claro que ha cambiado la vida.
Ahora podemos caminar sin resbalar y nuestros hijos se sienten más seguros”, nos cuenta
Emel antes de salir corriendo hacia las obras.

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