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Capítulo XIV: El Español moderno

Lapesa, Rafael.
1981
Historia de la lengua española.

Al terminar la Guerra de Sucesión, España se encontraba exhausta y


deprimida. Tras la serie de adversidades que habían jalonado los reinados de
Felipe IV y Carlos II, quedaba sacrificada en la paz de Utrecht. En este periodo
se imponía una tarea de reconstrucción vivificadora.
El siglo XVIII marca un quiebre de la tradición hispánica y un auge de la
influencia extranjera.
Al impulso creador de nuestra literatura clásica sucede un periodo de
extrema postración. Capítulo XIV: El Español moderno
Es intensa la labor de erudición y crítica, hay saludable renovación de ideas
Lapesa, Rafael.
y se intenta aminorar
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el retraso científico y técnico producido en España por su
Historia de la lengua española.
aislamiento intelectual con Europa.
En este periodo áureo, la fijación del idioma había progresado mucho, pero los
preceptos gramaticales habían tenido poca influencia reguladora. Desde el
siglo XVIII la elección es menos libre; se siente el peso de la literatura anterior.
La actitud razonadora de los hombres cultos reclama la eliminación de casos
dosos ; gravita la idea de corrección gramatical en la estética, y se acelera el
proceso de estabilización emprendido por la lengua literaria desde Alfonso el
Sabio; Pero novedades y vulgarismos tropiezan desde el siflo XVIIII.
Símbolo de esta posturaCapítulo
es la fundación de la
XIV: El Español Real Academia Española
moderno
(1713) y la protección oficial de la que fue objeto.
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La academia publicó entre (1726 y 1939) el Diccionario de Autoridades,


llamado así porque cada acepción va respaldada con citas de pasajes que la
utilizan buenos escritores; dio también lugar a la Orthographía (1741) y la
gramática (1771); editó el quijote con la impresión de Ibarra (1780).
Capítulo XIV: El Español moderno

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En el siglo XVIII la preocupación por el idioma también se debió a los gustos


barrocos envilecidos de la extrema decadencia. Había abuso de metáforas e
ingeniosidades que llegaban al grado de chabacanería, esto se muestra en:
Sol refulgente, Marte Invencible, Mercurio veloz, San pablo apóstol rtc. El estilo
de correspondía a la grotesca hinchazón de los títulos.

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La preocupación por la regularidad idiomática permitió resolver en el siglo XVIII


dos de los problemas en que más habían durado inseguridades. Quedaba por
decidir si los grupos de consonantes que presentaban las palabras cultas
habían de pronunciarse con fidelidad a su articulación latina, o si, por el
contrario, se admitía definitivamente su simplificación. Se realizaron varios
cambios, entre las que están:
La conservación de algunas palabras latinas como concepto, efecto, digno,
solemne, etc. Capítulo XIV: El Español moderno
También se hallan algunas excepciones como luto, respeto, afición, etc.
Lapesa, Rafael.
1981El cabio del sistema gráfico que había venido empleándose desde Alfonso
Historia de la lengua española.
X. Los cambios fueron principalmente en (b y v, c y z, -ss- y –s-, x y g, j):
La conservación de algunas palabras latinas como concepto, efecto, digno,
solemne, etc.
También se hallan algunas excepciones como luto, respeto, afición, etc.
El cabio del sistema gráfico que había venido empleándose desde Alfonso
X. Los cambios fueron principalmente en (b y v, c y z, -ss- y –s-, x y g, j):
Se restauró la escritura de la h latina (honor, hombre, húmedo).
Capítulo XIV: El Español moderno
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La poética de Luzán 1737 prepara el camino a la tendencia neoclásica, según la cual la


literatura había de atenerse a una rígida imitación de los modelos griego-latinos, y debía
guardar los preceptos de Aristóteles y Horacio, así como lo hicieron los autores franceses.
Condenaban la bizarría de nuestra literatura anterior; pero como el movimiento estaba
cohibido, tuvo que apoyarse en los escritores del siglo XVI. La ruptura con los
procedimientos estilísticos del siglo anterior no fue tan completa como harían creer las
críticas contra el gongorismo.
Los neoclásicos no buscaban la expresión llana, sino solemne; sentían repugnancia a la
Capítulo XIV: El Español moderno
introducción o mantenimiento de latinismos. Sin embargo, la poesía neoclásica admitió en
calidad
Lapesa, de licencias
Rafael. poéticas algunos arcaísmos.
1981
Historia de la lengua española.

Los neoclásicos no buscaban la expresión llana, sino solemne; sentían repugnancia a la


introducción o mantenimiento de latinismos. Sin embargo, la poesía neoclásica admitió en calidad
de licencias poéticas algunos arcaísmos.
La transformación de la prosa fue escasa en su desarrollo sobre la novela y la historia, la prosa
se limitó casi exclusivamente a obras didácticas que exigían un estilo severo y preciso. La prosa
del siglo XVIII sacrificó la pompa a la claridad, pues no posee grandes cualidades estéticas,
adquirió una sencillez de tono moderno que constituye su mayor atractivo.
Había una admiración por la prosa francesa,
Capítulo lo quemoderno
XIV: El Español explica la indulgencia a los galicismos,
además se consideraba que su idioma no era totalmente puro.
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El cultivo de las ciencias que ya entonces se llamaban positivas introdujo:


mechánica, hidrostática, barómetro, movimiento, etc. El intelectual
modernizante recibe el nombre de filósofo.
El quiebre de creencias no implica una relajación ética. Se crean conceptos
como filántropo, filantropía con sus respectivos contrarios.
Hay un sentimiento nacional que da lugar a conceptos como patriota,
patriótico y patriotismo, nación y nacional.
La economía se eleva a disciplina científica.
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La visión optimista se ver perturbada por dos rebeldías: la de la efectividad y la político


social. En el último tercio del siglo, las personas se entregan al desbordamiento emotivo
y gozan con efusión las lágrimas, sean estas de alegría, ternura, compasión o dolor.
Empieza a haber una atracción por lo medieval, así se anuncia el próximo
romanticismo.
Se habla sin ambages de los derechos del hombre y del convenio o pacto social,
reforma o reformar, regenerar y regeneración.

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Los tribunos no buscaron estilo sobrio y objetivo, sino periodos largos, sonoros y
patéticos abundantes en evocaciones históricas e imágenes deslumbradoras.
En la prosa, nuevas apetencias expresivas pugnaban por romper el caparazón
neoclásico.
La novela histórica, a que tan aficionados fueron los románticos, requería el empleo de
arcaísmos para evocar ambientes del pasado. Esta imitación del español áureo,
acompañaba el uso de voces antiguas o regionales, dio lugar a la tendencia casticista
que produjo palabras jugosas y floridas
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El latinismo alcanza más intensidad al vocabulario, a favor de las nuevas


formas italianas, introducen enorme cantidad de palabras cultas. Santillana en
una estrofa introduce: exhortar, disolver, geno, subsidio, colegir, describir,
conservar, estilo. Estas palabras también se agregaron al habla llana. Y a la
vez muchos neologismos no lograron sedimentarse, como ultriz”vengadora”
Sciente”sabio” fruir, punir”castigar”.
No todos los neologismos son latinos. La vida señorial se nutría de
costumbres francesas, a la que responde la introducción de galicismos como
dama, paje, galán, corcel. Otros menos frecuentes son resguardar, mirar,
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La penetración de la cultura clásica se extiende durante la época de los reyes católicos. En la corte
regia los palacios de los grandes hombres de letras venidos de Italia. Muy eficaz también es la
acción de los humanistas hispanos; dentro de los que se reconoce a Nebrija. De esta manera se
multiplican las traducciones de libros clásicos y la imprenta comienza a propagarse, hace que la
distribución sea más extensa y fiel.
En la celestina, obra maestra de esta prosa, confluyen, templadas, la tendencia sabia de los
humanistas, y la popular del corbacho. Predomina en ellos la colocación del verbo al final de las
oraciones:“En poder dar a natura que dan tan pretérita hermosura te dotasse, e fazer a mi inmerito
tanta merced que verte alcansse “
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El idioma continúa despojándose del lastre medieval. Empieza a haber gran variedad de
cambios lingüísticos y fonéticos: desaparece la alternancia gráfica rntr la grafía “d” y “t”
finales, apenas empieza a haber formas con d (antigüedad, voluntad, etc); todavía se
encuentran restos de /f-/, pero es general hay un gran uso de la grafía h En Castilla la
Vieja; hay vacilaciones vocálicas; en lo cultismos hay adaptación de fonética latina a la
pronunciación vulgar: reducción de grupos consonánticos: /-bd-/ da /-d-/: dubda/duda; /m-/
/-mbr-/ < /m'n/: ome/hombre; /dg-/ /-zg-/ < /d'k/: judgar/juzgar.
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Villena traza en su Arte de trovar el primer esbozo de una fonética y ortografía castellana, con
certeras observaciones. La preocupación por la sinónima por las diferencias de matiz
semántico y por el sentido etimológico, de las palabras manifiestan reiteradamente en la
oracional de Alonso.

En cuanto a Nebrija y sus propósitos, expuestos en el memorable prólogo a dirigido a la reina,


fue el primero en fijar las normas para dar consistencia al idioma. Con un afán de perpetuidad,
netamente renacentista. En segundo lugar, el saber gramatical de la lengua vulgar facilitaría el
aprendizaje del latín.
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Por último, la exaltación nacional que hacia Nebrija de que “siempre la lengua fue
compañera del imperio”.
Estos pensamientos se convirtieron pronto en realidad: el descubrimiento de
América abrió mundos inmensos para la extensión de la lengua castellana.
Con la ayuda un diccionario latino-castellano y castellano-latino y una ortografía
complementa la obra romance de Nebrija.

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Durante la Edad media, España se encargaba de la civilización occidental, liberándola de


los musulmanes, sin embargo, se encontraba fraccionada en estados; fueron los reinos
de Cataluña y Aragón quienes intervinieron en esa unificación y se elevó como potencia
por los Reyes Católicos. Posteriormente con el reinado de Carlos V.
El imperio defiende el catolicismo frente a los turcos, tiene grandes avances en la milicia,
actúa sobre las costumbres, el honor, en la Literatura y el lenguaje.
Los españoles encarnan el arquetipo social del Renacimiento.
Las obras literarias invadías con gran éxito el continente europe y fueron traducidas y
representadas. La lengua española tenía
Capítulo XIV:elElfin de unificar
Español modernoa los reinos espiritualmente,
era de gran gentileza saber español.
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El emperador Carlos V desconocía la lengua española, sin embargo, muy pronto se vio
identificado con el espíritu hispano, sabía francés y lo usaba para hablar con los hombres
e italiano para dirigirse a las damas, pero se sentía halagado si alguien le hablaba
español. Incluso llegó a decirle al Papa que su lengua merecía ser entendida y hablada
por la gente cristiana.
La unificación de la lengua española se consuma en el siglo XVI
Existía la necesidad del conocimiento de la lengua castellana por la razón de que se
hablaba por todo el continente, y esto dejó a la literatura castellana como la única. Se
anteponía el castellano como legua más universal que el portugués.
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Con la creación de los Estados Modernos surge una conciencia lingüística


que se cuestiona el origen de las nuevas lenguas, que se explicaba como una
corrupción del latín. Sumado a esto, la exaltación de la Naturaleza humanista,
produjo un desdén por las lenguas vulgares.
En respuesta de esto, Cristóbal Villalón dice que no debía tomarse a mal la
lengua que Dios les había otorgado que se debía exaltar y pulir elegancia la
lengua española.
“Harto enemigo es de sí quien Capítulo
estima más
XIV: EllaEspañol
lenguamoderno
de otro que la suya
propia”.
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El lenguaje Poético de Garcilaso fue modelo a seguir en la literatura española:


imágenes, epítetos, esquemas distributivos de la materia poética del verso, prevalecen en
los escritores posteriores.
Hubo influencia italiana en la poesía retomada por Boscán y Garcilaso, que imponían
en endecasílabo por encima del octosílabo español.
La regla general del lenguaje es la expresión llana, depurada, con términos
cortesanos.
La riqueza de estilo de estos escritores
Capítulono sólo
XIV: se encontraba
El Español moderno en la selección de términos
que daba belleza literaria, si no en la profundidad de las sentencias.
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Santa Teresa no escribe con propósito literario, sin embargo, promete que todo será
escrito lo mejor posible. Le importa declarar las cosas del espíritu, utilizando la escritura que
llama “estilo de ermitaños y gente retirada” pues la expresión elevada le parece una tentación
de vanidad. No obstante, este estilo resulta artístico por las imágenes magistrales de
alegorías.
En el caso de San Juan, también tiene el objetivo de transformar la experiencia personal.
Busca la palabra justa, acude al cultismo técnico.
Para ambos se convertía en realidad la opinión de Carlos V.
“El español era la lengua para hablar con Dios.”
Capítulo XIV: El Español moderno

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Fray Luis de León renuncia al principio de la naturalidad. Quiere no sólo claridad, sino
también armonía y dulzura: número o ritmo. Comienza a tratar el español como lengua
clásica. Al principio usaba parejas sinónimas, luego eliminó algunas. Pero opera su arte
sobre palabras comunes, por eso está aún dentro del principio de la naturalidad.
Fray Luis de León propone que hablar en romance no es hablar como el vulgo, que se
debe selecciona lo que se dice que no sólo debe ser solemne lo que se dice sino
agradable y dulce. Es una prosa hondamente poética.
La Contrarreforma no Capítulo
rechazóXIV:
el amor a las
El Español letras y quiso hermanarlo con el
moderno
cristianismo. El arte de la palabra era deseable y servía para contrarrestar la influencia de
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los libros profanos.
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Francisco de Medina y Fernando Herrera sobreponen el artificio de las palabras a


la espontaneidad, Pretenden ennoblecer el lenguaje. Crearon belleza con las palabras de
uso común. Herrera se esforzaba por dar a la poesía una lengua autónoma, diferente del
habla general.
La erudición será importante para la creación de estos autores, proponen que la obra
poética no será para todos, sino para los escogidos.
La poesía de Herrera es sonora, demasiado estudiada y artificiosa, implica la ruptura
del equilibrio clásico en beneficio
Capítulo de
XIV:laElforma.
Español moderno

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Cervantes se interesaba en cuestiones del lenguaje aborda repetidamente los


problemas que preocupaban a los espíritus cultos de entonces (ilustración del romance,
discreción como norma del buen hablar, valor de los refranes); percibe y recrea con
aguda intuición la variedad lingüística correspondiente a la diversidad de esferas sociales
o a las distintas actitudes frente a la vida; y posee un finísimo sentido de la palabra en sí,
a causa del cual se complace en juegos que operan unas veces con el concepto, otras
con el cuerpo fónico de los vocablos.
Él siendo heredero de la ideología renacentista y de la fe en la naturaleza,
propugnaba como técnica estilística la misa de Valdés: habla llana regida por un juicio
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La generación siguiente, la de Lope y Góngora, conoció la sacudida innovadora. El ambiente


favorecía el juego del ingenio y exigía la búsqueda de la novedad. Era necesario halagar el
oído con la expresión brillante, demostrar erudición y sorprender con agudezas. Así se
desarrollan ciertos rasgos de estilo que acusan vivacidad mental, rápida asociación de
ideas, y que requieren también despierta comprensión en el lector u oyente.
Literatura y arte influían sobre la vida.
La pérdida de la serenidad clásica se manifiesta en actitudes extremosas; preferencia
por lo extraordinario y lo inaudito; claro
Capítulo XIV: oscuro moderno
El Español de ilusión y burla; apetencias vitales y
ascetismo.
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Al apuntarlas tendencias barrocas, el teatro nacional recibió su pauta definitiva


con la producción de Lope de Vega. Éste cumplió a la perfección las
apetencias de su público. Consagró y consolidó los ideales hispánicos: en sus
comedias lo sobrenatural se hizo tan sensible como lo terreno; desfilaron la
historia y la epopeya patrias con sus héroes; el amor, unas veces violento,
otras veces quintaesenciado con toda la gama de teorías platónicas y
petrarquistas; el honor, origen de patéticos conflictos; todo un mundo
apasionante, hiperbólico e idealizado.

Capítulo XIV: El Español moderno

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Junto a la metáfora, emplea Góngora la perífrasis, que sustituye a la mención directa de las
ideas para facilitar el establecimiento de relaciones con otras y procurar el goce de la busca difícil
y el hallazgo: en vez de “las perlas del mar”, “las blancas hijas de sus conchas bellas”.
A esta poesía exquisita, corresponde cumplida libertad en el latinismo, tanto de sintaxis como
de vocabulario. Góngora emplea mucho el acusativo de relación o parte a la manera griega:
“desnuda el brazo, el pecho descubierta, lasciva el movimiento, mas los ojos honesta”. Omite con
gran frecuencia el artículo, sobre todo el indefinido, dando al sustantivo español la plurivalente
indeterminación que tenía latino.
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Si la estilización embellecedora era la meta de la poesía elevada, la literatura


burlesca se complacía en la deformación de la realidad hasta presentarla sólo
en su aspecto ridículo, deleznable, grosero, o trataba grotescamente mitos e
historias ennoblecidos por la tradición literaria. La orientación es opuesta a la
de la poesía idealizadora de signo positivo, pero los procedimientos de
lenguaje y estilo seguidos en una y otra guardan entre sí fundamental
semejanza.

Capítulo XIV: El Español moderno

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Otro aspecto de conceptismo quevedesco es el estilo concentrado y


nervioso de sus obras graves. Esta sobriedad da relieve a la profundidad del
pensamiento sentencioso y agudo: “Es, pues, la vida un dolor en que se
empieza el de la muerte, que dura mientras dura ella. […] A la par empiezas a
nacer y a morir, y no es en tu mano detener las horas; y si furas cuerdo, no lo
avías de desear; y si fueras bueno, no lo avías de temer”. Parece como si cada
pausa fuera un margen concedido a la meditación.
El estilo de Quevedo se enlista en lo siguiente.
-Juego con diferentes significados de las palabras: doble sentido.
-Atrevimientos sintácticos: aposición de sustantivos.
-Libertades en vocabulario:
-atribución de significados caprichosos a las palabras.
-innumerables neologismos.
-léxico del hampa.
-Estilo de las obras graves:
-frase cortada.
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En Gracián el barroquismo está en estrecha dependencia respecto a sus doctrinas morales.


El mundo es un continuo engaño; la naturaleza, cautelosa, lleva al hombre al despeñadero
de la vida, donde sólo la razón puede redimirle de la perversidad. El lenguaje deberá, por
tanto, atraer con su novedad e ingenio, esconderse en la oscuridad y ceñirse a la más
extrema concisión.
Gracián, llevado por la idea de que “no hay belleza sin ayuda, ni perfección que no de en
bárbara sin el realce del artificio”, marca los límites extremos del amaneramiento en el
lenguaje literario. En sus obras se deja sentir el influjo de la lectura y conversación en
ambientes cultos o “discretos”, donde eran más gustados los efectismos de la invención.
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Mucho influyó la imprenta, capaz de reproducir un texto en miles de


ejemplares, dejando de lado así las variaciones dialectales de diferentes
copistas; esta además imponía reglas gráficas, corrigiendo el individualismo de
originales.
Desde el siglo XVI disminuye la vacilación de timbre en las vocales no
acentuadas: Valdés prefiere las formas modernas de vanidad, aliviar, abundar,
etc a las vulgarevanedad, aleviar, abondar, etc; lo mismo ocurre en el Lazarillo.
El cierre de la vocal i, u no sólo
Capítulo dura
XIV: todo elmoderno
El Español siglo XVI (quiriendo, sujuzgar)
sino que también penetra parte del siglo XVII.
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Durante la primera mitad del siglo XVI se permitió aún la tolerancia en fonemas
arcaizantes como la F de fijo, fincar y fecho. A este uso se le debe la
conservación de fallar como término jurídico, al lado del corriente hallar;
quedaron huellas de secular vacilación como las duplicidades falda- halda;
también perdura la conservación de algunos grupos consonánticos que en el
habla llana se habían simplificado o transformado: Valdés aún usaba
cobdiciar, cobdo,dubda en lugar de codiciar, codo, dudar; se vacilaba entre
cien y cient, y san y sant.
Mientras los fonemas los fonemas /z*/ (transcrito como g y j) y /s*/
(representado con x)
Capítulo XIV: El Español moderno

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Durante un tiempo prevaleció la distinción entre los fonemas /b/ oclusivo (escrito b)
y /v/ fricativo (con la grafía u o b), al menos en algunas regiones; pero en lugares
como Aragón, Castilla la vieja, y otras regiones norteñas, hasta Cataluña de un lado y
Galicia y Norte de Portugal no distinguían la diferencia entre ambos fonemas.
Desde Aragón y Castilla la vieja se extendió el ensordecimiento de los fonemas /z/
(grafía z), /z/ (-s-) y /z/ (g, j, que se confundieron con los sordos correspondientes /s/
(escrito c o ç), /s/ (-ss- entre vocales y /s/ (x).

Capítulo XIV: El Español moderno

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Madrid fue un enclave de la pronunciación norteña, asociada a la nueva


cortesanía , y su ejemplaridad innovadora sobre produjo a la tradicional de
Toledo; en Madrid se generalizó la [h] aspirada y de ahí se expandió a Castilla
la nueva; la confusión entre /b/ /v/ comenzó a extenderse por el norte; en 1560
se extendió el castellano en cualquier región de España y a toda región de
América española.
En las sibilantes dentales hubo además cambio en la forma y punto de
articulación, hubo aflojamiento de XIV:
Capítulo las El
africadas /s/ y /z/ en fricativas,
Español moderno
atestiguado en Andalucía. Las fricativas resultantes al ensordecerse la sonora,
Lapesa, Rafael.
se
1981igualaron allí en un solo símbolo de fonema interdental (fonema de la grafía
Historia de la lengua española.
actual de c y z).
En las sibilantes dentales hubo además cambio en la forma y punto de
articulación, hubo aflojamiento de las africadas /s/ y /z/ en fricativas,
atestiguado en Andalucía. Las fricativas resultantes al ensordecerse la sonora,
se igualaron allí en un solo símbolo de fonema interdental (fonema de la grafía
actual de c y z).
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Las sonoras prepalatales, la sonora escrita (g, j) se articulaban como fricativa


rehilante /Z/ , aunque sobre todo en posición inicial o posconsonántica.
Otros cambios que se dieron durante este siglo fueron: la completa velarización
de g y j que dio como resultado el fonema /x/ fricativa sorda; en regiones donde se
conservó la [h] aspirada, procedente de la /f-/ latina y de aspiradas árabes, lsd fricativa
velar /x/ resultante de /z/ y /s/s se hizo también aspirada confundiéndose con aquella;
desde Andalucía este cambio pasó pronto de Canaría a América

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La /-s/ final se sílaba o de palabra, nunca muy tesa, en la pronunciación normal


española, se aflojó en el Medidía hasta convertirse en una aspiración [h]. La [h] resultante
nunca se escribía como tal, sin duda porque era la conciencia lingüística de los hablantes
que sentían como simple variedad articulatoria de la /-s/ final.
La relajación de /-d-/ intervolcálica, minifiesta desde finales del siglo XVI en las
desinecias verbales -ades>-dis,as, -edes>-es, -ies, -ides >is; también propagándose a a
casos descuidados o formas muy vulgares. (matao, desterrao, calsaos)
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Los vocablos tradicionales de habían deshecho, al pasar del latín al español,


de los grupos consonantes /ct/ , /gn/ /ks, /mn/ /pt/, y otros análogos. El
problema fue la pronunciación de esos grupos latinos importados. Todo el
período áureo es época de lucha entre el respeto de la forma latina de los
cultismo y la propensión a adaptarlos a los hábitos de la pronunciación
romance: Valdés decía “ quando escrivo para castellanos y entre castellanos
siempre quito la g y digo sinificar, y no significar …”
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Se hace una separación de palabras fundidas en conglomerados: Juan


Valdés refiriéndose a los imperativos poneldo, embialdo, dice: “ no sé qué sea
la causa porque lo mezclan desta manera…; tengo por mejor que el verbo vaya
por sí y el pronombre por sí”; sin embargo, hubo una vcilación entre dalde y
dadle, teneldo y tenedlo, se prolongo hasta la época de calderón. También
hubo asimilación como Tomallo, hacello, sufrillo, etc.
En el futuro y condicional, como se advería que su primer elemento era el
infinitivo, se restableció ésteXIV:
Capítulo íntegro debería,
El Español en vez del medieval debría. Y
moderno
otros semejantes.
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Así los esdrújulos amavádes y sentiades estaban en lucha con sus reducciones
amavaìs y sentías, atestiguadas desde el siglo XVI, que al final triunfaron. La larga
resistencia /d/ en estas desinencias átonas, mientras que las tónicas amádes, tenédes,
caídos en los siglos XIV y XV, tiene su explicación en la necesidad de distinguir las
formas correspondientes a la persona vos de las correspondientes a la persona “tú”. En
las tónicas, las alternancias amís/ amás, tenés/ teneís podían darse sin que amás, tenés
se confundieran con amas, tienes; pero en las átonas la sincopa de la /d/ hubiera
acarreado duplicidades amavís/ amavas, setiaìs/ sentías, cuyo segundo término eran
idénticos de la persona “tú”.
El verbo aver conservaba la duplicidad de formas hemor y avemos, heis y aveis, y el
subjuntivo del verbo ir podía ser vayamos, vayaís, o vamos, vais. Se empleaban
indistintamente traxo y truxo, conozgo y conozco. Y El lenguaje literario admitía sin reparo
formas como haiga, huiga, tenidas más tarde como vulgarismo inculto.
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La contienda entre nos, vos y nosotros, vosotros en la referencia a varios


individuos se resuelve a favor de las formas compuesta, que no eran
equívocas, pues nunca designaban individuo singular, mientras que nos y vos
lo hacían es usos reverenciales o corteses.
Los demostrativos seguían contando con las formas dúplices “aqueste/este
aquesse/ ese” aparte de estotro, esstro, que conservaban pleno vigor. El
relativo “quien”, etimológicamente invariable por proceder del singular “quem,
empezó a tomar de forma indistintiva para el plural quiene, lo que lo hacía
parecer más elegante.
La lengua clásica conocía adverbios y preposiciones que después han
caído en deshuso o han cambiado de significación. “cabe y so” se usaban
corrientemente en el siglo XVI y hoy sólo quedan como resabio de eruditos;
estonces y ansí fueron absorbidos por sus concurrentes entonces, assí.
La forma habitual de la conjunción copulativa descendiente de “et” es y.
Durante la época de Carlos V hubo escritores que siguieron empleando la
forma antigua “e” sola o en alternancia con “i”

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También hubo desarrollo en la pasiva “se”: Sigue ofreciéndose en su


construcción primigenia, manteniéndose la concordancia entre el verbo y el
que sería sujeto paciente: “los vinos que en esta ciudad se venden”. Se
extiende cuando el sujeto es un infinitivo, una oración o conjunto equivalente:
“permítese avisarlos; no se le puede decir que ama”. La construcción se
impersonaliza progresivamente; se propaga a verbos intransitivos: “con libertad
se ha de andar en este camino”; se rompe a veces la concordancia entre el
verbo y el que sería sujeto paciente: “se ha comenzado a traer materiales”;
sentido “el se” como índice de impersonalidad y el sujeto paciente como objeto
directo, toma éste, cuando es de persona, la a propia del acusativo de persona:
se robaba a amigos como a enemigos
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Lapesa, Rafael.
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Historia de la lengua española.

Son de interés los intentos de algunos autores que pretenden alcanzar,


mediante la observación libre de prejuicios gramaticales latinos, las verdaderas
leyes que regían el funcionamiento del idioma. Juan de Valdés, impulsado por
el afán de reglamentar usos, formula muchas normas arbitrarias; pero la
mayoría de las que da son exactas, y tiene un sentido muy certero de los usos
preferibles en los casos de duda.
Entre los diccionarios, el más notable es el Tesoro de la lengua castellana o
española de Sebastián de Covarrubias.

Capítulo XIV: El Español moderno

Lapesa, Rafael.
1981
Historia de la lengua española.

En el romancticismo hay alardes de crudeza realista, desenfreno imaginativo


y sentimental, cambios bruscos de la altisonancia a la vulgaridad, libertades
expresivas inusitadas. Sin embargo, mantuvieron, por lo general el empaque
solemne, y usaron elegacias tan manidas como el hipérbaton o la reiteración
de copulaciones "y gloria y paz y amor y venturanza".

Los románticos no desdeñan las licencias poéticas, que les sirven de


comodín para salvar dificultades de metro orima; así Espronceda acude a los
arcaísmos "rompido, desparecer y alredor".

Capítulo XIV: El Español moderno

Lapesa, Rafael.
1981
Historia de la lengua española.

La novedad es que las voces más prestigiosas no lo son por su carácter


latino antiguo, sino por el valor emocional.

Se lleva acabo el empleo de jergas regionales.

Bécquer sintió como los románticos tenían sed de lo infinito, la batara entre
el corazón y la cabeza; pero descubrió el secreto de la lírica íntima innovadora.
poemas breves sin aparato, sin lastre.
Capítulo XIV: El Español moderno

Lapesa, Rafael.
1981
Historia de la lengua española.

Pasada la moda de la novela histórica, débil transplante del romanticismo


extranjero, la novela realista encontró en España afortunados cultivadores. La
tarea no fue sencilla debido a la ruptura que hubo en el siglo XVIII. Se creo una
litaratura como si no tuviera precedentes, era necesario aguzar las posibiliddes
descriptivas de la lengua
El gusto por el color local, tan característico de la novela realista , dio entra
en la literatura a muchas voces y giros regionales,

Capítulo XIV: El Español moderno

Lapesa, Rafael.
1981
Historia de la lengua española.

La novela realista adquiere gran desarrollo en el discurso llamado vivencial


o indirecto libre. Porceso estilístico que vivifica al discurso indirecto introducido
en él, sin verbo declarativo ni conjunción subordinante, la fluida expresión de
un personaje con las exclamaciones, con las preguntas o frases inacabadas
propias del discurso directo, pero en tercera persona y con las consiguientes
formas de pronombres, adverbios y formas verbales.

Capítulo XIV: El Español moderno

Lapesa, Rafael.
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Historia de la lengua española.

Las tendencias literarias que aparecen en los albores de nuestro siglo


coinciden en afán renovador y preocupación por la forma. El modernismo
engalana la poesía hispánica con ritmos y estrofas nuevas u olvidadas, e
introduce en ella motivos poéticos y procedimientos estilísticos nacidos poco
antes en otras literaturas, sobre todo en la francesa.
Capítulo XIV: El Español moderno

Lapesa, Rafael.
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Historia de la lengua española.

Pero también hubo quienes tuvieron mayor raigambre nacional como los
versos de Unamuno , duros a veces, palpitan de vida y de inquitud religiosa;
Machado sueña sus dolores con lirismo despojado y hondo, en cuadrado en
los caserones de las viejas ciudades y los austeros campos en Castilla;
Enrique Mesa remoza la tradición medieval de inspiración pastoril y serrana.

Capítulo XIV: El Español moderno

Lapesa, Rafael.
1981
Historia de la lengua española.

Cada escritor pone en su lenguaje, huellas inconfundibles personales, mucho


más señalada en escritores del realismo.
Baroja, el menos cuidadoso, imprime nervio y rapidez a su desaliño ; Maeztu,
rigor y densidad; Unamuno, concentra su pensamiento atormentado y
contradictorio en el retorcimiento conceptuoso de la frase.
Al buscar las esencias hispánicas en el alma del pueblo, el uso de palabras
tradicionales se convierte en necesidad ideológica y estilística.

Capítulo XIV: El Español moderno

Lapesa, Rafael.
1981
Historia de la lengua española.

Ciencias, filosofía, progresos técnicos, cuestiones políticas y sociales exigen constante


ampliación de nomenclatura: del dominio filosófico pasaron al lenguaje culto abstractos y
derivados como espontaneidad, multiplicidad, receptividad, etc. no resgistrados
antriormente en diccionarios; también otros como causalidad , que la Academia
consideraba anticuada en 1817, revivieron después las locuciones "en sí y en absoluto";
del lenguaje científico entraron perpendicular, sustituyendo, cantidades iguales, etc. de
medicina, biología, mineralogía y demás ciencias de la naturaleza entran fisiología, virus,
inmunizar, higiene, amorgo; en los procesos de la técnica están estereotipia, litografía,
fotografía, locomotora, etc. en referencia a lo intelectual, se fundan los liceos y ateneos,
museos, etc.; en la política, progresista, centralizar, demagogia, etc.
Capítulo XIV: El Español moderno

Lapesa, Rafael.
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Historia de la lengua española.

El número de neologismos tomados de otras lenguas romances es mucho más


limitado. En relación con el siglo de oro, deace la importación del italiano, reducida
casi a términos de arte y música como "terracota, esfumarm lontananza, dilettante"
etc.; del portugués proceden "cachimba, testafero, casino, fiasco" etc.

La lengua inglesa había permanecido ignorada en el continente durante los siglos XVI
y XVII, empezó después a ejercer influencia, primero con su literatura y pensadores,
más tarde por prestigio social. Directamente o a través del francés han llegado:
tranvía, tunel, revolver, confort, turista, reportero, etc; en el vestido, suéter, overlo; en
el transporte, claxon, stop; en la aviación, jet; al cine; filme, etc
Capítulo XIV: El Español moderno

Lapesa, Rafael.
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Historia de la lengua española.

Durante el Siglo de Oro, los extranjerismo adoptados habían tenido por


contrapartida la abundante exportación de voces españolas, representativas de
nuestra profunda influencia en la vida espiritual y material de Europa. No
sucede lo mismo en los siglos XVIII y XIX, cuando la cultura hispánica recibe
más que da; aunque escacean los prestamos a otras lenguas.

Las vicisitudes históricas de nuestro siglo XIX hallaron eco en otros países. La
guerra de independencia dio lugar a las "guerrillas y guerrilleros"

Capítulo XIV: El Español moderno

Lapesa, Rafael.
1981
Historia de la lengua española.

La España pintoresca ha sido tema de gran atractivo para escritores


extranjeros. Ya Beaumarchais emplea voces características como "séguédille y
maja", y Bourgoing, "picador". También los escritores se ayudan para encontrar
el color local: (toreador, banderille, gitane, patio, boléro, cachuca, etc.)
Capítulo XV – Extensión y variedades del español actual

Lapesa, Rafael.
1981
Historia de la lengua española.

A partir del siglo XVIII no ha restado vitalidad a nuestro idioma, se ha


multiplicado en su número de hablantes en los últimos ciento cincuenta años.
Hoy es lengua oficial y de cultura en más de 250 millones de personas. Esta
cifra lo sitúa a la cabeza de la familia románica, seguida del portugués, el
francés y el italiano. El español por tanto es el instrumento más expresivo para
la comunidad que abraza a dos mundos y en la que entran hombres de varias
razas. Y esto se logró gracias al florecimiento de la literatura clásica y de Felipe
V, que lo hizo obligatorio en la enseñanza pública y en la jurídica administrativa

Capítulo XV – Extensión y variedades del español actual

Lapesa, Rafael.
1981
Historia de la lengua española.

La vitalidad de la lengua española se revela no sólo en su creciente difusión,


sino también en lo fundamental unidad que ofrece, a pesar de los usos
diversos. Esta cohesión se debe a la robustez de la tradición literaria,
manteniendo vivo el sentido de la expresión correcta.
Las diferencias aumentan conforme es más bajo el nivel cultural, entonces se
asoma el vulgarismo y las notas regionales. Es hondamente significativo que
los rasgos vulgares sean análogos en todos los países.

Capítulo XV – Extensión y variedades del español actual

Lapesa, Rafael.
1981
Historia de la lengua española. S116

Aparte de las modalidades más llanas del lenguaje, existen casos suyo radio de acción está hoy
limitado a gentes más populares de las ciudades. Muchos de estos vulgarismos se extienden a
casi todas las regiones de lengua española.

En la forma vulgar perviven las antiguas indecisiones respecto al timbre de las vocales
inacentuadas. ( singún, tiniente, sepoltura)
Asimilación y disimilación actúan con plena libertad. El matiz abierto de de la [e] en el
diptongo de la /ei/ se exagera diferenciando en /ai/ (sais, paine, veriás) o por el contrario se
acercando se acercan al diptongo /ai/ /(beile, eire, aire) Las vocales en hiato pasan a ser
diptongo cambios como: acrdeón>acordión. Real>rial.
Capítulo XV – Extensión y variedades del español actual

Lapesa, Rafael.
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Historia de la lengua española.

Los grupos consonánticos prosiguen simplificándose en los latinismos (leción,


istancia, asficia, dotor); se vocaliza la primera consonante (seición, concueto)
La relajación de las consonantes /b/ /r/ /g/ afecta al lenguaje corriente, muy
incrementada en el vulgar. La perdida de la /d/ intervocálica ya registrada en
los soglos XVI y XVII. Ocurre en la terminación –ado.
La dicción vulgar suprime hoy la /d/ con desaparición de las completa que da
fusión a vocales iguales( colorada>colorá, nada>ná. Puede>pué. Y la
formación de diptongos (pedazo>peazo> piazo)

Capítulo XV – Extensión y variedades del español actual

Lapesa, Rafael.
1981
Historia de la lengua española.

Es importante la transformación de las palatales /z/ y /s/ en nuestra /x/


moderna.
Ya en hacía tiempo que el [w] de huevo y hueso se reforzaba con una /g/ como
por ejemplo aguela en vez de abuela (guevo, gueso) Vulgarismos ( Gueno,
guey) EL refuerzo del carácter labial del [w] mediante adición de /b/ (bueso,
buevo) y que paso a /g/ y /b/ (abuja)

Capítulo XV – Extensión y variedades del español actual

Lapesa, Rafael.
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Historia de la lengua española.

Entre vocales desaparece la /d/ de la preposición de o se suprime la preposición entera. Se


agrupan preposiciones y articulo (pal corral) y ante vocal se apocopa la /e/ me, te, se, le.
Arcaísmos como los pretéritos truje, vide y el presente semos. El habla normal, como los
subjuntivos haiga, vaiga. Como la /.s/ es la desinencia característica de la persona tú. La
terminación –ha del imperfecto amaba, estaba, iba, se propaga a verbos –er, ir. Un rasgo
dialectal que acaso abedezca a la conservación de la /b/ latina – ebam, -i (e)bam.

En la edad Media y durante el Siglo de Oro suele aparecer le para el dativo prural.
Capítulo XV – Extensión y variedades del español actual

Lapesa, Rafael.
1981
Historia de la lengua española.

Las partículas se quedan con su formas y empleos arcaicos: dempués, dende,


enantes, manque (< más que, usado como, aunque) cuantimás. Como en latín
tienden a acumularse las preposiciones.
El vocabulario campesino es particularmente rico en términos referentes a la
naturaleza, labranza, ganadería, pero también abundan menos concretas que
han sido olvidadas por el habla ciudadana: galán, hermoso, remormar.
El léxico vulgar de las ciudades es de inferior alcurnia: los grandes núcleos de
población son centros de recreación pasajera.

Capítulo XV – Extensión y variedades del español actual

Lapesa, Rafael.
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Historia de la lengua española.

Propia del habla popular es la coloración humorística de palabras mediante


sufijos. Por abundantes eufemismos alusiones a circunstancias del momento y
otras manifestaciones del momento y otras manifestaciones que van
acompañadas casi siempre por la actitud del hablante respecto a su propia
expresión rebuscada. El castellano de la zonas bilingües revela la persistencia
de habitos regionales. Tienden a cerras o abrir con exceso las vocales /e/, /o/
[pwede] [Poko] Se pronuncuas sonoras la /s/ final de palabra ante vocal ([loz
otros] y articulan la /d/ final con tensión y ensordecimiento que aproxima a /t/
(verdat, paret)

Capítulo XV – Extensión y variedades del español actual

Lapesa, Rafael.
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Historia de la lengua española.

La normalización de la lengua escrita no desterró del habla campesina peculiaridades


comerciales que había en el castellano, ni eliminó rasgos dialectales.
Se conservaron arcaísmos desaparecidos y desarrollados innovaciones propias, ya limitadasa
una región.

Rasgos generales del castellano septentrional, asibilación de la /d/ implosiva en [0]; La


pronunciación semiculta [0] en vez de /k/ en el grupo /kt/ (aspecto, carácter) y la menos
extendida [x] por /g/ en el grupo /gn/ (dijno, majno)
Capítulo XV – Extensión y variedades del español actual

Lapesa, Rafael.
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Historia de la lengua española.

La aspirada [h-] o fricativa [x-] como resultadi de /f/ latina ([hilar] o [xilar]< filare)
La sustitución de la /x/ por [h] ocurre en la montaña ([déha], [nabaha])
Distinguen habitualmente /t/ y /y/. El cierre de las vocales finales /e/ /o/ en [i] [u]
(hielu, untu)
La apocope de /e/ (tien, bien, haz); junto con la conservación de la /l/ implosiva
en salce, calce, Falces.
La /r/ se pronuncia fricativa, asilabada y menos sonora [r] [karo]; la /r/ de los
grupos /pr/, /tr/, /kr/ se asibila también, se debilita y ensordece.

Capítulo XV – Extensión y variedades del español actual

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Historia de la lengua española.

Se llega a fundir con la /t/ preceptor en un sonido africadocasi palatal, cercano


a /c/ Con valor [t] alveolar y [r] intermedia entre [r] y [s] con un grupo/ndr/ la /d/
puede desparecer [ponre] [tenra]

Capítulo XV – Extensión y variedades del español actual

Lapesa, Rafael.
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Historia de la lengua española.

Castellanizada la literatura desde fin de la Edad Media el empuje de la lengua estrechado cada
vez más el área de los viejos dialectos.
LA zona dialectal, son los siguientes: vocales finales/i/ /u/ o bien [e] [o], muy cerradas(mediu,
otrus, esti, montis);
conservación de /mb/ (palombu, lamber o llamber);
Paso a /l/ de /b/ y /d/ (mayordadgo>mayoralgu, recabdar>recaldar);
Perdida de la /r/ (metalú, metáte);
el uso de artículo con posesivo tónico
Capítulo XV – Extensión y variedades del español actual

Lapesa, Rafael.
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Historia de la lengua española.

Se castellaniza la literatura a finales de la Edad Media y las ciudades son el principal


centro de difusión de la lengua. Esto influye a la extinción del león y el aragonés.
Mientras tanto el gallego logra introducirse en Asturias, León y Zamora y se mezclan en
las fronteras caracteres de ambos y la línea divisora es muy borrosa. Dentro de algunas
comarcas Portugal se habla el leonés mientras que el portugués se encuentra en pueblos
de Zamora.
Los leonesismos más generales de menor y mayor intensidad por la zona dialectal son: /-
i/, /-u/, / ę/ /o/ muy cerradas (mediu, otrus, esti, montis).

Capítulo XV – Extensión y variedades del español actual

Lapesa, Rafael.
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Historia de la lengua española.

El dominio leones mantiene la palatalización de la /l-/ medial. Por el Norte en Zamora y


León, se encuentra la /n-/. Usando nos, vos en lugar de nosotros, vosotros. Al Nordeste
son menos dialectales y tenemos la /f-/ y la /h/ siendo aspirada. Mientras que en el centro
existe una extensión mayor de la /f-/. Asturias central y occidental utiliza la /-m-/ y la
vocal tónica se cierra en /-u/ final absoluta también la inflexión se produce en /-i/ y así
continua la inflexión del centro de Asturias hasta Cabezón de la Sal y el valle de Pas el
neutro de materia.

Capítulo XV – Extensión y variedades del español actual

Lapesa, Rafael.
1981
Historia de la lengua española.

Como en el catalán, se conservan en alto aragonés los grupos iniciales: clamá, plan. Y caen
frecuentemente /e/ y /o/ finales. Se pierde la /r/. En los Pirineos el aragonés se sonoriza: /p/, /t/,
/k/ tras /m/, /n/, /r/ y /l/. En Gascón y la Sierra de Guara la /-ll-/ latina, /t/ y /tś/ se abren paso. Se
extiende la frontera lingüística del aragonés con el catalán al este del Cinca. Tomando como
carácter decisivo la diptongación: /ê/ y /ô/. En Catellón hay
dos entrantes de habla aragonesa, uno en Olocau y otro que se extiende cerca de la costa
mediterránea.
Capítulo XV – Extensión y variedades del español actual

Lapesa, Rafael.
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Historia de la lengua española.

En el Este y el Sur del antiguo reino de León la legua castellana ha barrido los fenómenos
más típicos del dialecto: ha desaparecido la /f-/ inicial, igual que la /h/ aspirada.
El aragonés ha sido reducido aún más que el leonés, en zonas como Zaragoza no es más
que una variedad del castellano rustico con la persistencia de algunas oclusiones sordas
intervocálicas. Surge el castellano-aragonés con la confusión de los distintos temas
verbales; la acentuación grave en los imperfectos y condicionales, las partículas y las
metátesis. Surge la tendencia aragonés de convertir en graves palabras esdrújulas. Más
al Sur

Capítulo XV – Extensión y variedades del español actual

Lapesa, Rafael.
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Historia de la lengua española.

En España meridional durante el siglo XVI se produjo el desarrollo de los principales rasgos
fonológicos que caracterizan el día de hoy su habla. Los rasgos meridionales se caracterizan con
leonesismos y arcaísmos. El yeísmo del siglo XVIII considerado como un rasgo característico
andaluz es atestiguado por Toledo, Andalucía y América y se propaga en las nuevas generaciones.
En tanto sólo dos provincias conservan la distinción entre la /l/ y /y/. La pronunciación espontánea
invade con fuerza los rincones meridionales donde se había conservado /-s/ actualmente
aspirándola o asimilándola y la vocal que precede a la aspiración suele pronunciarse

Capítulo XV – Extensión y variedades del español actual

Lapesa, Rafael.
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Historia de la lengua española.

La capacidad revolucionaria de la aspiración de la /-s/ supera cualquier otro fenómeno fonético


en la diacronía de nuestra lengua desde sus orígenes. Afectan radicalmente al sistema fonológico
y morfológico, que de tener cinco vocales pasa a ocho o diez en el andaluz oriental con nuevas
oposiciones de timbre y duración. La neutralización de /-r/ y /-l/ implosivas hoy tiene gran
extensión. La relajación de las sonoras es más radical que en el Norte y Centro de España
suprimiendo la /r/ con mayor frecuencia. La
relajación articulatoria origina frecuente sonorización de consonantes sordas no sólo fricativas sino
oclusivas y hasta se omiten en ocasiones. La oclusiva más afectada es la /k/ y la /h/ procedente de
la /f-/ latina dejo de subsistir
Capítulo XVI - El judeo-español

Lapesa, Rafael.
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Historia de la lengua española.

Historia, caracteres y estado actual.


La mayoría de los expulsados de España por los reyes católicos se
establecieron en distintos puntos del imperio turco. En boca suya se
encuentran romances y dichos antiguos. El español se sigue empleando hasta
en el nuevo mundo y se extiende a judíos. Logrando una variedad de
pronunciación y vocabularios, creando una mezcla lingüística, de esta manera
las diferencias son mayores en el habla.

Capítulo XVI - El judeo-español

Lapesa, Rafael.
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Historia de la lengua española.

En la E. M. el lenguaje de los judíos españoles tenía peculiaridades atribuidas


al carácter de la comunidad, motivos religiosos y tradición.
Se encuentran formulas en escritura de cristianos.
Prominco o lonninco < propinquus o longinquus.
Mesclan en castellano las voces hebreas quinam compromiso < bajo juramento
Amuchiguar< multiplicar abviguar> vivificar
Los judíos españoles decían Dio en lugar de Dios

Capítulo XVI - El judeo-español

Lapesa, Rafael.
1981
Historia de la lengua española.

El judeo-español de las versiones bíblicas no corresponde al usado en el habla: es un lenguaje


hibrido, en donde palabras españolas se ajustan al texto. No se trata de traducciones torpes
sino de intencionalmente fieles a la lengua sagrada. Pero este tipo de lenguaje artificial quiere
reservar la designación de ladino llamado judesmo.
Capítulo XVI - El judeo-español

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Historia de la lengua española.

Característico del judeo-español es su extraordinario arcaísmo. Se conserva la


oposición entre una sorda y sonora /s/ y /s/ pasan a /s/ predorso dental sorda. (sinko/
/masebu/.
Los préstamos del castellano moderno tiene /x/ velar o /h/ aspirada en vez de
fonemas palatales. La distinción entre /b/ oclusiva y /V/ fricativa. La /f/ inicial vacaila
entre el mantenimiento /fazer/, la separación / hermozu/, y la perdida /ermozu/

Capítulo XVI - El judeo-español

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Historia de la lengua española.

El arcaísmo de las formas gramaticales, Persisten so, estó, vó, dó. Y las
terminaciones topás, querés, ama, amad.
Se desconoce vuestra, merced, usted.
Subsisten muchas palabras lento, amatar, apagar.
Se han generalizado rasgos de dialectos españoles como el grupo /mb/
(palombica) o las voces finales /i, u/ /arbolis, piliscus) Todos estos incorporados
al habla común.

Capítulo XVI - El judeo-español

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Historia de la lengua española.

En judeo-español también hay innovaciones, hemos visto su especial seseo. Debió ocurrió con
el yeísmo: la /l/ ha pasado a /y/ (ella y yevar)
En principio de la palabra, la /s/ genera una /f/ o /h/ aspirada ante el diptongo ué: suegra,
zueco, sueño.
Las velares labiales originan la inserción de una [w] laguar, guato, puadre a lado de las formas
lagar, gato y padre.
Abundan la metátesis acordrarsi, bedri, guadrar.
Capítulo XVI - El judeo-español

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Historia de la lengua española.

La /n/ se descompone en /ni/ (aniu<año, niudu<nido, ñudo<nudo)


Aunque la /n/ se conserva en general (caña, carcañal)
Los sefardíes guardan su herencia tradicional española: romances y canciones
medievales, mientras se adaptan a infinidad de palabras y locuciones turcas,
griegasm, rumanas.
Capítulo XVII - El español de américa

Lapesa, Rafael.
1981
Historia de la lengua española.

Capítulo XVI - El español de américa

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Historia de la lengua española.

Capítulo XVI - El español de américa

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Historia de la lengua española.
Capítulo XVI El español de américa

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Historia de la lengua española.

Capítulo XVI El español de américa

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Historia de la lengua española.

Capítulo XVI - El jadeo-español

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Historia de la lengua española.
Capítulo XVI - El jadeo-español

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Historia de la lengua española.

Capítulo XVI - El jadeo-español

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Historia de la lengua española.

Capítulo XVI - El jadeo-español

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Historia de la lengua española.
Capítulo XVI - El jadeo-español

Lapesa, Rafael.
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Historia de la lengua española.

Capítulo XVI - El jadeo-español

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Historia de la lengua española.

Capítulo XVI - El jadeo-español

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Historia de la lengua española.

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