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Historia de la lengua española.
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Historia de la lengua española.
Los tribunos no buscaron estilo sobrio y objetivo, sino periodos largos, sonoros y
patéticos abundantes en evocaciones históricas e imágenes deslumbradoras.
En la prosa, nuevas apetencias expresivas pugnaban por romper el caparazón
neoclásico.
La novela histórica, a que tan aficionados fueron los románticos, requería el empleo de
arcaísmos para evocar ambientes del pasado. Esta imitación del español áureo,
acompañaba el uso de voces antiguas o regionales, dio lugar a la tendencia casticista
que produjo palabras jugosas y floridas
Capítulo XIV: El Español moderno
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La penetración de la cultura clásica se extiende durante la época de los reyes católicos. En la corte
regia los palacios de los grandes hombres de letras venidos de Italia. Muy eficaz también es la
acción de los humanistas hispanos; dentro de los que se reconoce a Nebrija. De esta manera se
multiplican las traducciones de libros clásicos y la imprenta comienza a propagarse, hace que la
distribución sea más extensa y fiel.
En la celestina, obra maestra de esta prosa, confluyen, templadas, la tendencia sabia de los
humanistas, y la popular del corbacho. Predomina en ellos la colocación del verbo al final de las
oraciones:“En poder dar a natura que dan tan pretérita hermosura te dotasse, e fazer a mi inmerito
tanta merced que verte alcansse “
Capítulo XIV: El Español moderno
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El idioma continúa despojándose del lastre medieval. Empieza a haber gran variedad de
cambios lingüísticos y fonéticos: desaparece la alternancia gráfica rntr la grafía “d” y “t”
finales, apenas empieza a haber formas con d (antigüedad, voluntad, etc); todavía se
encuentran restos de /f-/, pero es general hay un gran uso de la grafía h En Castilla la
Vieja; hay vacilaciones vocálicas; en lo cultismos hay adaptación de fonética latina a la
pronunciación vulgar: reducción de grupos consonánticos: /-bd-/ da /-d-/: dubda/duda; /m-/
/-mbr-/ < /m'n/: ome/hombre; /dg-/ /-zg-/ < /d'k/: judgar/juzgar.
Capítulo XIV: El Español moderno
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Villena traza en su Arte de trovar el primer esbozo de una fonética y ortografía castellana, con
certeras observaciones. La preocupación por la sinónima por las diferencias de matiz
semántico y por el sentido etimológico, de las palabras manifiestan reiteradamente en la
oracional de Alonso.
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Por último, la exaltación nacional que hacia Nebrija de que “siempre la lengua fue
compañera del imperio”.
Estos pensamientos se convirtieron pronto en realidad: el descubrimiento de
América abrió mundos inmensos para la extensión de la lengua castellana.
Con la ayuda un diccionario latino-castellano y castellano-latino y una ortografía
complementa la obra romance de Nebrija.
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El emperador Carlos V desconocía la lengua española, sin embargo, muy pronto se vio
identificado con el espíritu hispano, sabía francés y lo usaba para hablar con los hombres
e italiano para dirigirse a las damas, pero se sentía halagado si alguien le hablaba
español. Incluso llegó a decirle al Papa que su lengua merecía ser entendida y hablada
por la gente cristiana.
La unificación de la lengua española se consuma en el siglo XVI
Existía la necesidad del conocimiento de la lengua castellana por la razón de que se
hablaba por todo el continente, y esto dejó a la literatura castellana como la única. Se
anteponía el castellano como legua más universal que el portugués.
Capítulo XIV: El Español moderno
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Santa Teresa no escribe con propósito literario, sin embargo, promete que todo será
escrito lo mejor posible. Le importa declarar las cosas del espíritu, utilizando la escritura que
llama “estilo de ermitaños y gente retirada” pues la expresión elevada le parece una tentación
de vanidad. No obstante, este estilo resulta artístico por las imágenes magistrales de
alegorías.
En el caso de San Juan, también tiene el objetivo de transformar la experiencia personal.
Busca la palabra justa, acude al cultismo técnico.
Para ambos se convertía en realidad la opinión de Carlos V.
“El español era la lengua para hablar con Dios.”
Capítulo XIV: El Español moderno
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Fray Luis de León renuncia al principio de la naturalidad. Quiere no sólo claridad, sino
también armonía y dulzura: número o ritmo. Comienza a tratar el español como lengua
clásica. Al principio usaba parejas sinónimas, luego eliminó algunas. Pero opera su arte
sobre palabras comunes, por eso está aún dentro del principio de la naturalidad.
Fray Luis de León propone que hablar en romance no es hablar como el vulgo, que se
debe selecciona lo que se dice que no sólo debe ser solemne lo que se dice sino
agradable y dulce. Es una prosa hondamente poética.
La Contrarreforma no Capítulo
rechazóXIV:
el amor a las
El Español letras y quiso hermanarlo con el
moderno
cristianismo. El arte de la palabra era deseable y servía para contrarrestar la influencia de
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los libros profanos.
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Junto a la metáfora, emplea Góngora la perífrasis, que sustituye a la mención directa de las
ideas para facilitar el establecimiento de relaciones con otras y procurar el goce de la busca difícil
y el hallazgo: en vez de “las perlas del mar”, “las blancas hijas de sus conchas bellas”.
A esta poesía exquisita, corresponde cumplida libertad en el latinismo, tanto de sintaxis como
de vocabulario. Góngora emplea mucho el acusativo de relación o parte a la manera griega:
“desnuda el brazo, el pecho descubierta, lasciva el movimiento, mas los ojos honesta”. Omite con
gran frecuencia el artículo, sobre todo el indefinido, dando al sustantivo español la plurivalente
indeterminación que tenía latino.
Capítulo XIV: El Español moderno
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Durante la primera mitad del siglo XVI se permitió aún la tolerancia en fonemas
arcaizantes como la F de fijo, fincar y fecho. A este uso se le debe la
conservación de fallar como término jurídico, al lado del corriente hallar;
quedaron huellas de secular vacilación como las duplicidades falda- halda;
también perdura la conservación de algunos grupos consonánticos que en el
habla llana se habían simplificado o transformado: Valdés aún usaba
cobdiciar, cobdo,dubda en lugar de codiciar, codo, dudar; se vacilaba entre
cien y cient, y san y sant.
Mientras los fonemas los fonemas /z*/ (transcrito como g y j) y /s*/
(representado con x)
Capítulo XIV: El Español moderno
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Durante un tiempo prevaleció la distinción entre los fonemas /b/ oclusivo (escrito b)
y /v/ fricativo (con la grafía u o b), al menos en algunas regiones; pero en lugares
como Aragón, Castilla la vieja, y otras regiones norteñas, hasta Cataluña de un lado y
Galicia y Norte de Portugal no distinguían la diferencia entre ambos fonemas.
Desde Aragón y Castilla la vieja se extendió el ensordecimiento de los fonemas /z/
(grafía z), /z/ (-s-) y /z/ (g, j, que se confundieron con los sordos correspondientes /s/
(escrito c o ç), /s/ (-ss- entre vocales y /s/ (x).
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Así los esdrújulos amavádes y sentiades estaban en lucha con sus reducciones
amavaìs y sentías, atestiguadas desde el siglo XVI, que al final triunfaron. La larga
resistencia /d/ en estas desinencias átonas, mientras que las tónicas amádes, tenédes,
caídos en los siglos XIV y XV, tiene su explicación en la necesidad de distinguir las
formas correspondientes a la persona vos de las correspondientes a la persona “tú”. En
las tónicas, las alternancias amís/ amás, tenés/ teneís podían darse sin que amás, tenés
se confundieran con amas, tienes; pero en las átonas la sincopa de la /d/ hubiera
acarreado duplicidades amavís/ amavas, setiaìs/ sentías, cuyo segundo término eran
idénticos de la persona “tú”.
El verbo aver conservaba la duplicidad de formas hemor y avemos, heis y aveis, y el
subjuntivo del verbo ir podía ser vayamos, vayaís, o vamos, vais. Se empleaban
indistintamente traxo y truxo, conozgo y conozco. Y El lenguaje literario admitía sin reparo
formas como haiga, huiga, tenidas más tarde como vulgarismo inculto.
Capítulo XIV: El Español moderno
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Bécquer sintió como los románticos tenían sed de lo infinito, la batara entre
el corazón y la cabeza; pero descubrió el secreto de la lírica íntima innovadora.
poemas breves sin aparato, sin lastre.
Capítulo XIV: El Español moderno
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Pero también hubo quienes tuvieron mayor raigambre nacional como los
versos de Unamuno , duros a veces, palpitan de vida y de inquitud religiosa;
Machado sueña sus dolores con lirismo despojado y hondo, en cuadrado en
los caserones de las viejas ciudades y los austeros campos en Castilla;
Enrique Mesa remoza la tradición medieval de inspiración pastoril y serrana.
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La lengua inglesa había permanecido ignorada en el continente durante los siglos XVI
y XVII, empezó después a ejercer influencia, primero con su literatura y pensadores,
más tarde por prestigio social. Directamente o a través del francés han llegado:
tranvía, tunel, revolver, confort, turista, reportero, etc; en el vestido, suéter, overlo; en
el transporte, claxon, stop; en la aviación, jet; al cine; filme, etc
Capítulo XIV: El Español moderno
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Las vicisitudes históricas de nuestro siglo XIX hallaron eco en otros países. La
guerra de independencia dio lugar a las "guerrillas y guerrilleros"
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Historia de la lengua española. S116
Aparte de las modalidades más llanas del lenguaje, existen casos suyo radio de acción está hoy
limitado a gentes más populares de las ciudades. Muchos de estos vulgarismos se extienden a
casi todas las regiones de lengua española.
En la forma vulgar perviven las antiguas indecisiones respecto al timbre de las vocales
inacentuadas. ( singún, tiniente, sepoltura)
Asimilación y disimilación actúan con plena libertad. El matiz abierto de de la [e] en el
diptongo de la /ei/ se exagera diferenciando en /ai/ (sais, paine, veriás) o por el contrario se
acercando se acercan al diptongo /ai/ /(beile, eire, aire) Las vocales en hiato pasan a ser
diptongo cambios como: acrdeón>acordión. Real>rial.
Capítulo XV – Extensión y variedades del español actual
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En la edad Media y durante el Siglo de Oro suele aparecer le para el dativo prural.
Capítulo XV – Extensión y variedades del español actual
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La aspirada [h-] o fricativa [x-] como resultadi de /f/ latina ([hilar] o [xilar]< filare)
La sustitución de la /x/ por [h] ocurre en la montaña ([déha], [nabaha])
Distinguen habitualmente /t/ y /y/. El cierre de las vocales finales /e/ /o/ en [i] [u]
(hielu, untu)
La apocope de /e/ (tien, bien, haz); junto con la conservación de la /l/ implosiva
en salce, calce, Falces.
La /r/ se pronuncia fricativa, asilabada y menos sonora [r] [karo]; la /r/ de los
grupos /pr/, /tr/, /kr/ se asibila también, se debilita y ensordece.
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Castellanizada la literatura desde fin de la Edad Media el empuje de la lengua estrechado cada
vez más el área de los viejos dialectos.
LA zona dialectal, son los siguientes: vocales finales/i/ /u/ o bien [e] [o], muy cerradas(mediu,
otrus, esti, montis);
conservación de /mb/ (palombu, lamber o llamber);
Paso a /l/ de /b/ y /d/ (mayordadgo>mayoralgu, recabdar>recaldar);
Perdida de la /r/ (metalú, metáte);
el uso de artículo con posesivo tónico
Capítulo XV – Extensión y variedades del español actual
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Como en el catalán, se conservan en alto aragonés los grupos iniciales: clamá, plan. Y caen
frecuentemente /e/ y /o/ finales. Se pierde la /r/. En los Pirineos el aragonés se sonoriza: /p/, /t/,
/k/ tras /m/, /n/, /r/ y /l/. En Gascón y la Sierra de Guara la /-ll-/ latina, /t/ y /tś/ se abren paso. Se
extiende la frontera lingüística del aragonés con el catalán al este del Cinca. Tomando como
carácter decisivo la diptongación: /ê/ y /ô/. En Catellón hay
dos entrantes de habla aragonesa, uno en Olocau y otro que se extiende cerca de la costa
mediterránea.
Capítulo XV – Extensión y variedades del español actual
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En el Este y el Sur del antiguo reino de León la legua castellana ha barrido los fenómenos
más típicos del dialecto: ha desaparecido la /f-/ inicial, igual que la /h/ aspirada.
El aragonés ha sido reducido aún más que el leonés, en zonas como Zaragoza no es más
que una variedad del castellano rustico con la persistencia de algunas oclusiones sordas
intervocálicas. Surge el castellano-aragonés con la confusión de los distintos temas
verbales; la acentuación grave en los imperfectos y condicionales, las partículas y las
metátesis. Surge la tendencia aragonés de convertir en graves palabras esdrújulas. Más
al Sur
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En España meridional durante el siglo XVI se produjo el desarrollo de los principales rasgos
fonológicos que caracterizan el día de hoy su habla. Los rasgos meridionales se caracterizan con
leonesismos y arcaísmos. El yeísmo del siglo XVIII considerado como un rasgo característico
andaluz es atestiguado por Toledo, Andalucía y América y se propaga en las nuevas generaciones.
En tanto sólo dos provincias conservan la distinción entre la /l/ y /y/. La pronunciación espontánea
invade con fuerza los rincones meridionales donde se había conservado /-s/ actualmente
aspirándola o asimilándola y la vocal que precede a la aspiración suele pronunciarse
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El arcaísmo de las formas gramaticales, Persisten so, estó, vó, dó. Y las
terminaciones topás, querés, ama, amad.
Se desconoce vuestra, merced, usted.
Subsisten muchas palabras lento, amatar, apagar.
Se han generalizado rasgos de dialectos españoles como el grupo /mb/
(palombica) o las voces finales /i, u/ /arbolis, piliscus) Todos estos incorporados
al habla común.
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En judeo-español también hay innovaciones, hemos visto su especial seseo. Debió ocurrió con
el yeísmo: la /l/ ha pasado a /y/ (ella y yevar)
En principio de la palabra, la /s/ genera una /f/ o /h/ aspirada ante el diptongo ué: suegra,
zueco, sueño.
Las velares labiales originan la inserción de una [w] laguar, guato, puadre a lado de las formas
lagar, gato y padre.
Abundan la metátesis acordrarsi, bedri, guadrar.
Capítulo XVI - El judeo-español
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Capítulo XVI El español de américa
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Capítulo XVI - El jadeo-español
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Capítulo XVI - El jadeo-español
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