246
Tratamiento de los trastornos emocionales y de la conducta en pacientes con daño cerebral Capítulo | 15 |
mirtazapina parece ser eficaz en el tratamiento del insom- dad con amantadina— requieren un entorno con amplio
nio, incluso en los casos no asociados a depresión. Los potencial de supervisión.
antidepresivos tricíclicos pueden ser útiles para tratar el
insomnio, aunque deberán utilizarse en dosis más bajas
que las usadas para tratar la depresión. Los ISRS pueden MODIFICACIÓN DE LA CONDUCTA
afectar al ciclo de sueño directamente, suprimiendo el
sueño REM (del inglés rapid eye movement) o aumentando La utilización regular de las técnicas de MC en la reha-
la latencia al REM, o indirectamente a través de la mejoría bilitación del DCA requiere de un equipo entrenado
de la depresión. De entre ellos la paroxetina puede ser el de en su aplicación. Los principios que rigen esta área de
mayor utilidad por su efecto sedante. conocimiento (refuerzo, extinción, consistencia en las
Los antipsicóticos disminuyen la latencia de sueño respuestas, etc.) han de impregnar la cultura terapéutica
e incrementan la cantidad y la continuidad del sueño, del grupo y pasar a formar parte de un saber hacer común
además de atenuar los síntomas que pueden interferir (Quemada, Jiménez y Mimentza, 2007).
en él como la agitación o la psicosis. Sin embargo, los Resulta de vital importancia para el éxito de los progra-
preparados clásicos (p. ej., haloperidol y clorpromacina) mas que las personas involucradas en el mismo, ya sea el
deben ser evitados, pues parecen entorpecer la recupera- personal sanitario o los familiares del paciente, comprendan
ción neuronal. La risperidona en dosis bajas (2 mg) se ha el programa y su papel en la aplicación del mismo (Martin y
mostrado útil en algún ensayo. La olanzapina (5 mg) y la Pear, 1999). Los esfuerzos en explicación y persuasión son
quetiapina (100-200 mg) pueden actuar de forma similar. tan importantes como una descripción rigurosa de las con-
De acuerdo con nuestra experiencia, y teniendo en ductas problema y de la intervención. A nivel grupal, resulta
cuenta los argumentos esgrimidos, la mirtazapina o la muy útil comenzar con algún éxito incontestable que
trazodona son los fármacos de primera elección. refuerce la opinión de eficacia e inmunice contra el efecto
de pérdida de motivación de las dificultades futuras. Por
Agitación, agresividad último, el reconocimiento del trabajo de todos los miem-
y problemas afines bros y la atribución de los éxitos al colectivo serán poste-
riormente claves para el mantenimiento del entusiasmo y la
La base de datos Cochrane incluyó en 2003 una revisión de colaboración (Quemada, Jiménez y Mimentza, 2007).
la evidencia disponible acerca del manejo farmacológico A la hora de diseñar un programa de modificación de
de la agitación y de la agresividad en pacientes con DCA conducta, hay que tener en cuenta que muchas experien-
(Fleminger, Greenwood y Oliver, 2003). Se identificaron cias tienen en sí mismas un valor neutro. Su clasificación
seis estudios aleatorizados y controlados, de los cuales cua- como castigo o refuerzo o como agradables o indeseadas
tro evaluaron la eficacia de fármacos b-bloqueantes (propa- depende de la valoración subjetiva que realice cada sujeto.
nolol y pindolol), uno la de la amantadina y otro la de el
© ELSEVIER. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito.
247
Parte |3| Rehabilitación neuropsicológica en la práctica clínica
c apacidad para procesar información. Estas son muy Técnicas basadas en el refuerzo
claras en la fase de confusión postraumática y tras des-
pertar del coma. La sobreestimulación o unas demandas Extinción
que desborden la capacidad de respuesta del sujeto pue- La base teórica del fenómeno de la extinción es el princi-
den dar lugar a la agitación psicomotriz. Estos episodios pio de que una conducta que deja de ser reforzada tiende
son una de las complicaciones evolutivas de más difícil a su desaparición. Se trata, por tanto, de aplicar de forma
manejo en las salas de los hospitales. rigurosa la privación de refuerzo ante la presencia de una
La reducción del ruido, la dosificación de la estimula- conducta que ha venido siendo reforzada, habitualmente
ción y las visitas muy reguladas pueden servir para miti- de forma no deliberada. Un ejemplo de aplicación consis-
gar este problema. A los familiares se les puede instruir tiría en dejar de prestar atención al paciente cuando este
para que no visiten al paciente en grupo, para que no grita (Labrador, Cruzado y Muñoz, 1995).
combinen la televisión o la radio con la tertulia entre Una vez que se comienza a aplicar el programa de
varias personas, y para que la interacción con el paciente extinción, suele haber un período transitorio en el que
se realice de forma pausada. En las ocasiones en que la aumenta la conducta indeseable para luego terminar
fatiga esté presente habrá que alternar fases de estimu- desapareciendo. Por este motivo, no es una técnica apli-
lación con descansos (Quemada, Jiménez y Mimentza, cable en el caso de conductas que supongan una amenaza
2007). para la integridad física del paciente o para quienes le
rodean. Además, hay que tener en cuenta que resulta más
Reducción del desconcierto y aumento difícil extinguir una conducta que ha recibido refuerzo de
de la capacidad de predicción manera intermitente que aquella que ha recibido refuerzo
continuo (Murphy y Oliver, 1987). A continuación se
En fases posteriores a la confusión postraumática, pueden expone el resumen de un caso clínico que ilustra la utili-
persistir los problemas de memoria, atención, planifica- dad del fenómeno de extinción: mujer de 51 años con un
ción y monitorización en la ejecución. A pesar de que TCE muy grave (Glasgow Coma Scale [GCS] inicial de 3 y
estos hechos son muy conocidos, pocas veces se tienen en 6 semanas de coma). Presentaba un deterioro cognitivo
cuenta a la hora de definir las pautas de interacción con el grave asociado a dificultades en la comunicación. Durante
paciente o a la hora de graduar la dificultad de las metas. la rehabilitación física, especialmente en los períodos que
De igual manera, es importante recordar que los entornos pasaba en el bipedestador, exhibía un cortejo de conduc-
han de responder prioritariamente a las necesidades de tas disruptivas, tales como lloros, quejas desproporciona-
los pacientes. das y gritos. Se aplicó un programa de extinción, consistente
Es aconsejable facilitar explicaciones cortas que en la privación de refuerzo de las conductas previamente
anuncien la realización de las actividades (p. ej., auto- señaladas. Durante los primeros días de implementación
cuidado, levantarlo de la cama, exploraciones médicas), de la técnica se observó un aumento de las quejas, pero al
disminuyendo así los estímulos sorpresa (Feeney y cabo de 3 semanas se constató una marcada reducción de
Ylvisaker, 1995; Murphy y Oliver, 1987). Asimismo, es todas las conductas disruptivas.
conveniente planificar las actividades con antelación,
dar instrucciones sencillas e incrementar gradualmente
su dificultad para procurar un alto porcentaje de éxitos
Refuerzo diferencial
en su realización. El denominador común de las técnicas de refuerzo dife-
Antes de describir otras técnicas de modificación de rencial es que tienen como objetivo la eliminación o
conducta, merece la pena resumir lo expuesto hasta este reducción de una conducta diana.
momento. Durante las primeras fases del proceso rehabi- Las técnicas de refuerzo diferencial se basan en el
litador, la intervención se centrará principalmente en el concepto de inhibición recíproca. Wolpe importó este con
control ambiental (reducción de la estimulación, modifi- cepto de la neurofisiología (Sherrington) y lo aplicó a la
caciones en el entorno que favorezcan la familiaridad del psicología clínica; afirmó que si una respuesta incompa-
mismo, como pueden ser las fotografías, objetos persona- tible con el miedo o la ansiedad pudiese aplicarse a un
les, etc.), en la estructuración de rutinas y en los ajustes estímulo que normalmente los produce, este dejaría de
farmacológicos. La confrontación y la implementación de provocar la reacción de miedo. Wolpe utilizó respuestas
límites en pacientes que presenten síndrome confusional de relajación, sexuales y asertivas para inhibir recíproca-
postraumático puede desencadenar un aumento de las mente las respuestas de miedo o de ansiedad (Martin y
alteraciones conductuales, por lo que en la medida de Pear, 1999).
lo posible y siempre que se encuentre preservada la inte- De esta manera, se entiende que cuando queremos
gridad tanto del paciente como de las personas que lo hacer desaparecer una conducta disruptiva a través de un
rodean se recomienda manejar la situación tranquilizán- programa de refuerzo diferencial, nos interesa establecer
dolo, distrayéndolo y situándolo en un espacio de baja un control inhibitorio sobre la emisión de dicha con-
estimulación. ducta (Alderman y Knight, 1997). Las técnicas de refuerzo
248
Tratamiento de los trastornos emocionales y de la conducta en pacientes con daño cerebral Capítulo | 15 |
diferencial se han empleado con éxito en pacientes con RDI. En este programa se introdujo como conducta
daño cerebral (Alderman, 1996; Hegel y Ferguson, 2000) incompatible «morder con suavidad una pajita de plás-
para abordar problemas como la ausencia de coopera- tico» cada vez que sintiera la tensión que antecedía a estas
ción, los gritos, los insultos, la desinhibición sexual o la conductas.
agresividad.
Existen tres tipos fundamentales de refuerzo diferencial, Refuerzo diferencial de otro comportamiento
que vamos a explicar a continuación. Con el refuerzo diferencial de otro comportamiento
(RDO) se refuerza cualquier otra conducta que se emita
Refuerzo diferencial de tasas bajas a excepción de la conducta inadecuada que se trata de eli-
Se refuerza una disminución de la frecuencia de aparición minar. El refuerzo se otorga cuando se cumple el período
de una conducta no deseada. Sólo es aplicable para con- de tiempo predeterminado sin emisión de la conducta
ductas de aparición muy frecuente y que no responden a problema. Los intervalos de tiempo necesarios para obte-
estrategias de extinción. ner refuerzo se van aumentando gradualmente. El RDO
Esta técnica está especialmente indicada cuando la con- se aplica fundamentalmente cuando resulta complicado
ducta disruptiva se presenta con tanta frecuencia que el identificar una conducta incompatible con la inadecuada.
primer objetivo es disminuir su tasa de aparición. Con poste- Se ha utilizado en pacientes con agresividad que estaba
rioridad, se puede intentar alcanzar objetivos más ambiciosos siendo reforzada por atención social (Alderman y Knight,
mediante la aplicación de programas de refuerzo diferencial 1997). Asimismo, se han obtenido buenos resultados en
de otras conductas (Dietz, 1977) o de conductas incompati- hombres con DCA que presentaban conductas sexuales
bles (Catherine, Rutterford, Shortland y Alderman, 2001). inadecuadas hacia el personal sanitario (Hegel y Fergu-
Para poder aplicar esta técnica se deben identificar son, 2000). El caso clínico 1 presentado es un caso prototí-
reforzadores efectivos para el sujeto, realizar una evalua- pico de utilización de esta técnica.
ción de la tasa de conducta en un intervalo de tiempo y
acordar con el paciente un objetivo consistente en una
reducción de la frecuencia. Se ha utilizado con éxito en
Técnicas basadas en el castigo
problemas de incontinencia urinaria, ansiedad en la Indicación o señalamiento verbal
ingesta, verbalizaciones inadecuadas y agresividad en per-
sonas con problemas de aprendizaje. La modalidad de castigo más habitual es el señalamiento
De esta manera, se consiguió reducir un patrón de con- verbal o la expresión inequívoca de desaprobación. La
ductas agresivas de 10 años de evolución en un paciente utilización de este tipo de interacción social como castigo
con TCE. En primer lugar, se puso en marcha un pro- requiere de su sistematización y generalización a todos
grama de refuerzo diferencial de tasas bajas en combi- los miembros del equipo para que ante una conducta
indeseada se produzca una respuesta desaprobatoria
© ELSEVIER. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito.
249
Parte |3| Rehabilitación neuropsicológica en la práctica clínica
responden riendo, la aplicación del «tiempo fuera» con- tación del carné de conducir por puntos sigue los princi-
sistiría en llevar al sujeto a una situación de baja o nula pios del coste de respuesta.
estimulación en la que permanezca solo durante ese Esta técnica ha mostrado su eficacia en pacientes con
intervalo de tiempo. Esta respuesta le privará del reforza- DCA, especialmente en aquellos que presentan un sín-
miento que supone la atención prestada por el grupo. drome disejecutivo (LaVigna y Donnellan, 1986), así
Esta técnica ha sido utilizada en adultos con retraso como déficits atencionales y dificultades en la interpreta-
mental y en pacientes con DCA, incluidos aquellos que ción de la retroalimentación (feedback). Alderman y Ward
sufren un síndrome disejecutivo (LaVigna y Donnellan, describieron un caso clínico de una mujer que sufrió una
1986; Uomoto y Brockway, 1992). encefalitis herpética y que presentaba un discurso reite-
Alderman (LaVigna y Donnellan, 1986) advierte de rativo; respondió satisfactoriamente a un programa de
dos posibles limitaciones de esta técnica. Por un lado, coste de respuesta con economía de fichas (Alderman y
se trata de un procedimiento intrusivo, en el sentido de Ward, 1991).
que limita la autonomía del paciente y que puede resul- Alderman y Burgess aplicaron también un programa
tarle hostil. Por otro, se le está aportando al paciente una de coste de respuesta a un hombre de 40 años afectado
muestra de atención social suplementaria, pudiendo con- de una encefalitis herpética y una amnesia global. En este
vertirse la técnica en un refuerzo social de tipo positivo. paciente tanto la economía de fichas como el «tiempo
Algunos autores preconizan el uso de esta técnica en com- fuera» y el RDI habían resultado ineficaces. Con un pro-
binación con otras de refuerzo de conductas adaptativas grama de coste de respuesta, en el que el paciente tenía
alternativas (Wood, 1987). que dar una moneda cada vez que cantaba, gritaba o
insultaba, se consiguió un considerable control de su
conducta verbal inapropiada (Alderman y Burgess, 2001).
Técnicas aversivas También el programa de coste de respuesta ha mostrado
Las técnicas aversivas se basan en asociar un comporta- su eficacia para reducir conductas como las amenazas
miento desadaptado a la presencia de un estímulo que verbales, la agresividad física, las conductas de búsqueda
al paciente le resulta desagradable (Labrador, Cruzado y de atención social y la incontinencia urinaria (Alderman
Muñoz, 1995). Algunos ejemplos de estímulos aversivos y Burgess, 1990).
utilizados son rociar la mano con agua fría, o la exposi-
ción forzada a un olor repugnante o a un sonido molesto
Sobrecorrección
(Feeney y Ylvisaker, 1995). Están publicados casos en los
que el uso de la exposición breve al olor del amoníaco Consiste en restituir o compensar por los daños o per-
resultó exitoso para la reducción de la frecuencia de con- juicios causados. En pacientes con DCA, generalmente
ductas como escupir o hurgarse la nariz en un adulto con se aplica en situaciones en las que la conducta disruptiva
daño cerebral (Alderman y Ward, 1991). implica a otras personas u objetos. En estas situaciones
Generalmente se reserva esta técnica como último se utiliza la denominada «sobrecorrección restitutiva»,
recurso para tratar conductas de agresividad física que en la cual el sujeto debe restaurar el daño que haya pro-
suponen un riesgo tanto para la integridad del paciente ducido o bien mejorar el estado original. Por ejemplo, si
como para las personas que le rodean. un sujeto posee el hábito de quitar parte de la comida a
otro paciente, tendrá que devolverle la comida adquirida
y darle una parte extra de la suya; si un sujeto ensucia y
Castigo negativo o coste de respuesta desordena una habitación, inmediatamente después
Procedimiento que se basa en la privación de experiencias deberá ordenar y limpiar el espacio.
gratas habituales. La supresión de la posibilidad de fumar
un cigarrillo, de ver una película o de recibir visitas puede
ser asociada a la presentación de la conducta diana. Por Economía de fichas
ello, previamente al diseño y a la implementación de un Las fichas adquieren para el paciente un valor simbólico y
programa con coste de respuesta, es necesario identificar pueden ser utilizadas en programas de refuerzo positivo o
estas vivencias agradables y esperadas. También es posible si han sido previamente concedidas pueden ser moneda
dar al paciente, con antelación a la aplicación del pro- de cambio en programas de coste de respuesta (Martin y
grama, reforzadores que posteriormente serán utilizados Pear, 1999; Labrador, Cruzado y Muñoz, 1995).
en un programa de coste de respuesta. Esta situación es la En el caso de un programa de economía de fichas con
que se da cuando utilizamos un programa de economía refuerzo condicionado positivo, cada vez que el sujeto
de fichas o cuando concedemos una cierta cantidad de presenta una conducta deseada, se le recompensa con una
dinero para luego aplicar la técnica de coste de repuesta. ficha. Cuando el sujeto consiga un determinado número
Es una situación similar a la concesión de una asignación de fichas previamente acordado, podrá canjearlas por un
económica diaria o semanal que puede verse mermada reforzador tangible. Una vez que la conducta deseada esté
ante la presencia de determinadas conductas. La implan- consolidada, se procede a una retirada progresiva de las
250
Tratamiento de los trastornos emocionales y de la conducta en pacientes con daño cerebral Capítulo | 15 |
fichas, mediante el aumento de los intervalos de tiempo tener un efecto definitivo sobre vínculos afectivos cimen-
o el incremento del número de conductas exigidas para la tados a lo largo de muchos años. Por otro lado, conviene
obtención de la correspondiente ficha. recordar que el tacto social es el resultado de un largo
En un programa de economía de fichas de tipo coste de aprendizaje y maduración neuronal en el que la capaci-
respuesta, se le asignan al paciente un número de fichas, dad de inhibición se utiliza selectivamente para moldear
que posteriormente va a poder canjear por un reforzador una conducta que nos permite funcionar en sociedad de
tangible. Siempre que el paciente presente la conducta forma exitosa. Esta información está grabada en nuestras
disruptiva, tendrá que entregar inmediatamente una ficha redes neuronales y su perturbación altera la capacidad de
al terapeuta, por lo que posteriormente tendrá dificulta- uso de códigos sociales complejos.
des o no podrá conseguir el refuerzo tangible estipulado Es previsible que el aporte de esta información ayude a
(Tirapu, Casi y Ugarteburu, 1997). Esta técnica ha mos- descargar de emociones negativas las interacciones con la
trado su utilidad en pacientes con síndrome disejecutivo persona que tiene un trastorno de conducta. Ello facilita-
(Uomoto y Brockway, 1992). ría trabajar sobre estas conductas bajo el mismo prisma
Entre las ventajas de este programa destaca la posi- con el que se trabaja sobre la destreza manual o las difi-
bilidad de reforzar o castigar inmediatamente después cultades para nombrar objetos.
de haber emitido una conducta. Además, esta técnica Cuando hablamos de entrenar al familiar en el manejo
involucra activamente al paciente y refuerza el sentido de de un trastorno conductual, estamos haciendo referen-
responsabilidad sobre su propio comportamiento. Tam- cia a la adquisición de la capacidad de aplicar algunos
bién ofrece la posibilidad de que el paciente verbalice el principios de la modificación de conducta: abstenerse
motivo por el que ha ganado o perdido fichas. de reforzar conductas inadecuadas, reforzar aquellas que
El caso clínico 2 constituye un ejemplo de los dos tipos son adaptativas, renunciar a la sobreprotección, recuperar
de aplicación de la economía de fichas, tanto en pro- unos niveles de exigencia razonables o estructurar estra-
gramas de refuerzo, como en programas de coste de res- tegias que incorporan el coste de respuesta. En algunos
puesta. casos la indicación es tan sencilla como ignorar un tipo
específico de demandas o modificar las exigencias para
que se ajusten a la capacidad real de la persona.
La adaptación psicológica es un proceso personal que
INTERVENCIÓN CON FAMILIAS pasa por la aceptación de algunos cambios irreversi-
bles y por la adopción de una nueva postura de cara al
Todas las enfermedades graves, de efectos duraderos y futuro. En algunos casos implica un cambio de los roles
que afectan a aspectos sustanciales de la persona tienen previos, casi siempre en el sentido de aumentar la carga
un impacto notable en el medio familiar. Si, además, los que soporta el familiar. La vivencia de estas circunstancias
síntomas afectan a la interacción social, los interlocutores varía en función del tipo de parentesco: padres, herma-
© ELSEVIER. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito.
cercanos van a afrontar con perplejidad conductas que no nos, hijos o cónyuges. El proceso es más demandante
entienden y que les resultan hirientes o bochornosas. Es sobre los cónyuges, ya que en esos casos la expectativa
por ello que, ante una persona que presenta alteraciones previa incluía apoyo mutuo, afecto recíproco y, en defi-
conductuales persistentes secundarias a una lesión cere- nitiva, una horizontalidad de la relación. La alteración
bral, la intervención con el medio familiar resulta impres- de la conducta y el cambio de la personalidad plantean
cindible. con frecuencia a la pareja que la definición de la intimi-
Las palabras que nos pueden ayudar a articular la dad entre ambos ha quedado radicalmente modificada.
intervención son informar, entrenar y favorecer la adapta- El equipo terapéutico ha de estar preparado para saber
ción psicológica. Es importante transmitir a las familias escuchar estos problemas, para facilitar su verbalización
que la conducta social tiene elementos de control tan y para trabajar psicológicamente con ellos hasta llegar a
neurológico como la visión o la capacidad para caminar. un nuevo equilibrio psíquico que permita vivir la nueva
La iniciativa para actuar, la capacidad para sentir y hasta situación sin angustia.
las ocurrencias tienen una base neurofisiológica que ha
podido verse alterada como consecuencia de la lesión
cerebral. Se trata de situar estos síntomas en el mismo
REHABILITACIÓN
marco que la hemiplejía, la afasia o la ceguera cortical.
Ante una desinhibición de la conducta o una apa- NEUROPSICOLÓGICA
tía que no responden al señalamiento corrector de un
familiar, es fácil llegar a convicciones plagadas de juicios Las causas que dan lugar a alteraciones de conducta en
morales y descalificaciones. «Ya no le importa nada», «Se personas con daño cerebral son múltiples, algunas pro-
ha vuelto un desagradecido», «No pone de su parte», «No bablemente desconocidas todavía. Los déficits cogniti-
me hace ningún caso», etc. son reproches comunes que se vos son una de ellas y, afortunadamente, contamos con
van hinchando de irritación y desesperanza y que pueden herramientas de evaluación sofisticadas. Las personas que
251
Parte |3| Rehabilitación neuropsicológica en la práctica clínica
son desbordadas por la complejidad de la tarea o por las 1985) durante los años setenta. Posteriormente, autores
exigencias de que sea terminada en un tiempo limitado, o como George Prigatano (1986) han desarrollado dicho
que no son capaces de ignorar distractores van a desarro- enfoque (Prigatano, 2001).
llar con frecuencia conductas llenas de frustración, irrita- En la mayoría de las ocasiones la psicoterapia se ha
ción y hasta agresividad. Es por ello que el conocimiento aplicado conjuntamente con la intervención conductual y
que podemos obtener de la evaluación neuropsicológica con la rehabilitación neuropsicológica, complementando
puede permitir predecir las situaciones en que las per- dichos enfoques.
sonas van a fracasar. Se puede hacer, por tanto, un plan- Generalmente las intervenciones específicas se corres-
teamiento preventivo y puede educarse al paciente y a la ponden con la psicoeducación, con la terapia cognitivo-
familia para no exponerse a situaciones de riesgo. conductual y con el entrenamiento en técnicas de manejo
La fatigabilidad, los problemas de filtro atencional, de ansiedad, resolución de problemas y habilidades
las limitaciones para atender a más de un foco, los pro- sociales, prácticas todas ellas que en numerosas ocasiones
blemas de memoria inmediata, la pérdida de la capaci- requieren de adaptaciones tales como un mayor número
dad para planificar una tarea compleja son sólo algunos de repeticiones y una mayor simplificación de las instruc-
de los ejemplos de déficits cognitivos que pueden dar ciones.
lugar a problemas de conducta. Consejos sencillos como
planificar períodos de descanso regulares, reducir estí-
mulos distractores, simplificar instrucciones, introducir
ayudas verbales y escritas en los cambios de tarea, conce- CONCLUSIONES
der tiempo extra, contar con ayudas externas en forma de
listas de tareas o instrucciones en lugares visibles, o gra- Las alteraciones conductuales y emocionales son comu-
duar el nivel de dificultad de las tareas pueden ser inter- nes en pacientes con DCA. Inciden de forma negativa en
venciones tan valiosas como una pauta farmacológica o el proceso rehabilitador y en ocasiones lo impiden. Su
un programa de modificación de conducta. persistencia en el tiempo será determinante en la reinser-
Los capítulos dedicados a la rehabilitación de la aten- ción sociofamiliar y laboral. Su comprensión es compleja,
ción, las funciones ejecutivas o la memoria a buen seguro ya que probablemente interaccionan déficits cognitivos,
detallarán estas estrategias. aprendizajes disfuncionales, alteraciones en los procesos
de cognición social y variables que todavía no están total-
mente esbozadas.
PSICOTERAPIA Algunas de las estrategias de intervención son los trata-
mientos farmacológicos, las técnicas de modificación de
COGNITIVO-CONDUCTUAL conducta, la rehabilitación neuropsicológica, la terapia
cognitivo-conductual y la intervención en el medio fami-
La psicoterapia en pacientes con DCA ha sido una de liar. Su abordaje requiere de un profesional (o equipo de
las técnicas más utilizadas en la intervención de las alte- profesionales) que maneje todas estas habilidades y que,
raciones psicosociales. Uno de los pioneros en aplicarla además, sea capaz de liderar la coordinación del equipo
a pacientes con DCA fue Ben-Yishay (Ben-Yishay et al., terapéutico y de la familia.
CASOS CLÍNICOS
CASO 1 transmitían una total falta de autocontrol. Se presentaban
Mujer de 23 años de edad, estudiante, que sufrió con una frecuencia de al menos tres episodios al día. Su
un traumatismo craneoencefálico muy grave que dio presencia obligaba a suspender la sesión de tratamiento,
lugar a un cuadro secuelar mixto con déficit cognitivo lo que a su vez suponía un refuerzo de la propia conducta
y reducción total de la expresión oral. Su patrón disruptiva.
conductual se caracterizaba por episodios de agitación Se implantó un programa de refuerzo diferencial de
con agresividad física ante la instigación verbal para otro comportamiento en el que se reforzaba cualquier
realizar las actividades rehabilitadoras. La agresividad comportamiento a excepción de los episodios de agitación,
tomaba la forma de arañazos, tirones de pelo e intentos primero mediante refuerzo verbal (halago y expresiones de
de morder al personal que le demandaba que actuara. afecto) y, después, mediante refuerzo negativo (se finaliza
Estos episodios duraban 2-4 min. Ocasionalmente exhibía la sesión prematuramente, lo que agrada al paciente).
conductas autoagresivas (p. ej., se golpeaba el pecho con Posteriormente, se dio continuidad a la intervención
sus puños). Los episodios no resultaban amenazantes mediante un programa de economía de fichas sobre la
para el personal, eran muy angustiosos de observar y base de la técnica del coste de respuesta.
252
Tratamiento de los trastornos emocionales y de la conducta en pacientes con daño cerebral Capítulo | 15 |
Durante la semana de registro de la línea base (5 días como de «oposicionismo». Además de los episodios de
hábiles) presentó más de 17 episodios de agitación con agresividad y del oposicionismo, la paciente presentaba
agresividad física. El programa se aplicó durante 1 mes. abundantes demandas repetitivas y estereotipadas que
En la semana 4 de aplicación del programa y en las se centraban, sobre todo, en solicitud de alimentos. Estas
2 semanas de seguimiento posteriores a la finalización del peticiones resultaban muy irritantes para el personal y muy
programa la paciente no presentó ningún episodio de disruptivas en la vida cotidiana de la unidad en la que se
© ELSEVIER. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito.
(Continúa)
253
Parte |3| Rehabilitación neuropsicológica en la práctica clínica
254
Tratamiento de los trastornos emocionales y de la conducta en pacientes con daño cerebral Capítulo | 15 |
BIBLIOGRAFÍA
Alderman, N. (1996). Central of repetitive speech using response aggression in patients with acquired
Executive Deficit and Response to cost and cognitive overlearning. brain injury (Cochrane Review). En:
© ELSEVIER. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Operant Conditioning Methods. Neuropsychological Rehabilitation, 1, The Cochrane Library, n.° 3. Oxford:
Neuropsychological Rehabilitation, 6(3), 65–80. Update Software.
161–186. Ben-Yishay, Y., Rattock, J., Lakin, P., Feeney, T. J., y Ylvisaker, M. (1995).
Alderman, N., y Burgess, P. (1990). Piasetsky, E. B., Ross, B., Silber, S., Choice and routine: antecedent
Integrating cognition and behavior: Zide, E., y Ezrachi, O. (1985). behavioural interventions for
a pragmatic approach to brain injury Neuropsychologic rehabilitation: adolescents with severe traumatic
rehabilitation. En R. L. Wood, y quest for a holistic approach. brain injury. Journal of Head Trauma
I. Fussey (Eds.), Cognitive rehabilitation Seminars in Neurology, 5, 252-258. Rehabilitation, 10, 67–86.
in perspective (pp. 204–208). Londres: En R. L. Wood y T. M. McMillan. Gill, D., y Hatcher, S. (2003).
Taylor and Francis. (2001). Neurobehavioral disability and Antidepressants for depression in
Alderman, N., y Burgess, P. (2001). social handicap following traumatic medical illness (Cochrane Review). En:
A comparison of treatment methods brain injury. Hove, Reino Unido: The Cochrane Library, n.° 3. Oxford:
for behaviour disorders following Phychology Press. Update Software.
herpes simplex encephalitis. Catherine, W. N., Rutterford, D., Hanlon, R., Clontz, B., y Thomas, M.
Neuropsychological Rehabilitation, 4, Shortland, N. W., y Alderman, N. (1993). Management of severe
31–38. (2001). Reduction of chronic aggressive behavioral dyscontrol following
Alderman, N., y Knight, C. (1997). The behaviour 10 years after brain injury. subarrachnoid hemorrhage.
effectiveness of DRL (differential Brain Injury, 15(11), 1003–1015. Neuropsychological Rehabilitation, 3,
reinforcement in the management Deitz, S. M. (1977). An analysis 63–76.
and treatment of severe behaviour of programming schedules in Hegel, M. T., y Fergurson, R. J. (2000).
disorders following brain injury. educational settings. Behavior Research Differential reinforcement of Other
Brain Injury, 11(2), 79–101. and Therapy, 1, 103–111. Behavior (DRO) to reduce aggressive
Alderman, N., y Ward, A. (1991). Fleminger, S., Greenwood, R. J., y Oliver, D. L. behaviour following traumatic brain
Behavioral treatment of the (2003). Pharmacological injury. Behaviour Modification, 24(1),
dysexecutive syndrome: reduction management for agitation and 94–101.
255
Parte |3| Rehabilitación neuropsicológica en la práctica clínica
Labrador, F. J., Cruzado, J. A., y Muñoz, M. Prigatano, G. P. (2001). Psychotherapy de las técnicas de modificación de
(1995). Manual de técnicas de after brain injury. En G. P. Prigatano, conducta al daño cerebral adquirido.
modificación y terapia de conducta. D. J. Fordyce, H. K. Zeiner, J. R. Roeche, En C. Pelegrín, J. M. Muñoz-Céspedes,
Madrid: Ediciones Pirámide. M. Pepping, y B. C. Wood y J. I. Quemada (Eds.), Neuropsiquiatría
Martin, G., y Pear, J. (1999). En (Eds.), Neuropsychological rehabilitation del daño cerebral traumático. Barcelona:
Modificación de conducta. Qué es y after brain injury. Baltimore: John Prous Science.
cómo aplicarla (5.ª ed.). Madrid: Hopkins. Turner-Strokes, L., Disler, P. B.,
Prentice hall. Quemada, J. I., Jiménez, A., y Mimentza, N. Nair, A., y Wade, D. T. (2005).
McMillan, T. M., Papadopoulas, H., (2007). Abordaje conductual Multi-disciplinary rehabilitation for
Cornwall, C., y Greenwood, R. W. de alteraciones comportamentales en el acquired brain injury in adults of
(1990). Modification of severe daño cerebral adquirido. Informaciones working age. The Cochrane Database of
behaviour problems following Psiquiátricas, 187(1), 5–18. Systematic Reviews, n.°3.
Herpes simplex encephalitis. Brain Quemada, J. I., Sagasta, A., y Marín, J. Uomoto, J. M., y Brockway, J. A. (1992).
Injury, 4, 399–406. (2005). El paciente con daño Anger management training for brain
Murphy, G., y Oliver, C. (1987). cerebral adquirido. En M. Salazar, injured and their family members.
Decreasing undesirable behaviors. C. Peralta, y J. Pastor (Eds.), Archives of Physical Medicine and
En W. Yule, y J. Carr (Eds.), Behavior Tratado de psicofarmacología Rehabilitation, 73, 674–679.
modification for people with mental pp. (147–153). Madrid: Editorial Wood, R. L. (1987). Brain injury
handicaps (pp. 102–142). Londres: Médica Panamericana. rehabilitation: a neurobehavioral
Croom Help. Sohlberg, M., y Mateer, C. (2001). approach. Rockville, MD: Aspen.
LaVigna, G. W., y Donnellan, A. M. Cognitive rehabilitation: an integrative Wood, R. L., y McMillan, T. M. (2001).
(1986). Alternatives to Punishment: neuropsychological approach. Nueva Neurobehavioral disability and
solving behavior problems with York: Guildford Press. social handicap following traumatic
non-aversive strategies. Nueva York: Tirapu-Ustarroz, J., Casi Arbonies, A., brain injury. Hove, Reino Unido:
Irvington Publishers. y Ugarteburu, I. (1997). Aplicación Phychology Press.
256
Parte |3| Rehabilitación neuropsicológica en la práctica clínica
Tabla e15-1 Fármacos, dosis e indicaciones más frecuentes en daño cerebral adquirido
e48