DE LA NORMALIDAD A LA PATOLOGÍA
Ni todos los antisociales son criminales ni todos los criminales son antisociales. Muchas veces
es complicado recordar en este punto al considerar a la personalidad antisocial, que hay intervalo
de normalidad, que son objeto de admiración y que son potenciados en nuestra sociedad
competitiva. Muchos lectores se sorprenderán al comprobar que algunas de sus mejores
cualidades son una manifestación característica de la personalidad antisocial, aunque de menor
intensidad. Los rasgos adaptativos del estilo más normal son la capacidad de autosuficiencia, la
ambición, la competitividad, así como la consecución constructiva de la individualidad y la
autodeterminación. Los aventureros se describen como individuos intrépidos que viven al límite
desafiando las restricciones y las barreras. LA aventura les proporciona una manera socialmente
aceptada para ser libres.
El antisocial codicioso
Es una variante que se aproxima al patrón prototípico puro. La grandeza y el deseo de dominar
y poseer se aprecian de forma depurada. Sienten que la vida no les ha ofrecido lo que se
merecen, que han sido privados de apoyo emocional y de las recompensas materiales que
merecían, que otros recibieron mucho más. Celosos de aquellos con quienes la vida ha sido
generosa.
Sea mediante engaño o destrucción, su objetivo es compensar la sensación de vacío que
experimentan, que justifican afirmando que ellos solo pueden restaurar el desequilibrio porque
son víctimas.
Ardiendo en cólera y resentimiento, su mayor placer reside en apropiarse de lo que otros poseen.
Muchos se mueven por impulso de venganza.
Con independencia de su éxito, los antisociales codiciosos por lo general se sienten siempre
inseguros de su poder y de sus posesiones, nunca tienen suficiente para resarcirse de las
privaciones que sufrieron. Pueden buscar ostentar.
Algunos son ladrones comunes, otros se convierten en empresarios manipuladores, que explotan
a los demás y los tratan como objetos para satisfacer sus deseos. Aunque no tienen casi en
cuenta las consecuencias de su comportamiento y sienten poca o ninguna culpa por sus actos,
nunca llegan a considerar que poseen lo suficiente, son insaciables, no consiguen tener un
sentimiento profundo de satisfacción y siempre se sienten incompletos a pesar de los éxitos que
hayan podido alcanzar.
No todos los antisociales desean llenar su sentimiento de vacío con posesiones materiales o
poder. La motivación de los antisociales que presentan rasgos de la personalidad narcisista es
defender y potenciar su reputación de fuerza e invulnerabilidad. Las acciones de los antisociales
están diseñadas para asegurarse de que los demás se fijen en ellos y les reconozcan el respeto
que merecen. Como consecuencia, están en guardia permanente ante la posibilidad que los
menosprecien.
El antisocial arriesgado
Combinan rasgos antisociales e histriónicos. Su principal motivación es que los demás los vean
impasibles ante experiencias que para la mayoría son peligrosas. El riesgo es la propia
recompensa. Son buscadores de excitación enamorados ante la oportunidad de comprobar su
valor reclamando atención y asombro del público. De no ser así, se verán atrapados por las
responsabilidades. EL principal factor que los convierte en antisociales es la irresponsabilidad de
sus actos y el desdén por las consecuencias que estos puedan tener en los demás y en ellos
mismos.
El antisocial nómada
El antisocial malevolente
En lugar de emplear amenazas verbales, tratan de asegurar sus límites mediante una crueldad
que se caracteriza por sangre fría y deseo de venganza por el mal trato que ellos consideran que
han recibido por los demás en el pasado. Disfrutan presionando a sus oponentes hasta que estos
se acobardan y abandonan.
ANTECEDENTES HISTORICOS
Otros médicos consideraban que presentaban defectos de carácter por lo que merecían la
condena moral: pese a entender las opciones con las que contaban, estaban dominados por
compulsiones irresistibles.
A fines del siglo xix, la psiquiatría comenzó a apartarse d la clasificación moral para acercarse a
la investigación observacional. EL termino insania moral se sustituye por inferioridad psicopática,
inferioridad en la constitución cerebral. Sus intenciones eran las mismas que Pinel: efectuar
clasificaciones científicas en lugar de morales. Sin embargo, la elección del termino no fue muy
acertado por lo que desaparece.
PERSPECTIVA BIOLOGICA
De todos los trastornos es la que cuenta con una base más amplia y concluyente de pruebas
biológicas que la sostienen. Desde el nacimiento, algunos niños exploran el ambiente de manera
mas asertiva, son mas resistentes al control y no se los puede disuadir de su conducta mediante
el castigo o a través de los intentos de parte de los progenitores.
Factores biológicos pueden dividirse en dos tipos: los que afectan directamente el desarrollo del
organismo y los que suelen acompañar la aparición de un síndrome, pero con una función incierta
en el desarrollo. Los primeros incluyen el temperamento y algunas enfermedades genéticas, los
segundos factores congénitos, constitución física, patrones hormonales, patrones de
neurotransmisión.
Los antisociales y psicópatas parecen tener, de forma innata, un temperamento fuerte, agresivo,
intrépido, impulsivo, y son buscadores de sensaciones. Como es natural, estos rasgos tienden a
facilitar que el individuo adopte una determinada trayectoria en la vida; es decir, los impulsan a
comportamientos delictivos y antisociales alejándolas de los comportamientos altruistas.
Un comentario sobre la socialización a antisociales y psicópatas: Los pares suelen referir que ya
son impulsivos desde chicos, no respetan el castigo. Esperanza en que la paciencia, disciplina
adecuada y modelos de socialización generan sistemas de valores internalizados lo bastante
fuertes como para contener una agresividad de origen biológico o al menos, canalizarla en formas
aceptables.
Cleckley afirmaba que los individuos a los que hoy se llama psicópatas presentaban una afasia
semántica. Es decir, incapacidad innata para entender y expresar el significado de las
experiencias emocionales, incluso aunque se comprensión de lenguaje sea normal. Incapaces
de entender el sufrimiento que genera su comportamiento, no desarrollan una conciencia y por
tanto carecen de empatía o remordimientos. Muchos son perspicaces y calculadores, tratan de
aprender la mecánica emocional de la comunicación interpersonal con lo que consiguen
enmascarar su trastorno. Sin embargo, son incapaces de entender términos como vergüenza o
miedo, por ej. Para los psicópatas, frases como pido disculpas son convenciones sociales sin
sentido, Muchos estudios concuerdan con esta hipótesis.
Otros investigadores han estudiado la actividad cerebral desde un punto de vista mas amplio. En
el caso de los psicópatas, tiene sentido estudiar el lóbulo frontal, debido a que está implicado en
las funciones ejecutivas, como planificar. Los patrones de electroencefalograma en psicópatas
adultos son similares a los niños mas pequeños, lo que sugiere retirado de desarrollo de la
madurez física del cerebro.
Otra línea de investigación tradicional sugiere que los psicópatas tienen problemas de activación
fisiológica. Las reacciones fisiológicas están muy relacionadas con las experiencias de
emociones, sobretodo del miedo. Incapaces de activarse estos individuos parecen no sentir
miedo ante situaciones de amenaza objetiva y no pueden aprender de la experiencia.
Gray sostiene que existen tres sistemas cerebrales que controlan el comportamiento emocional.
Ls diferencias individuales en uno de ellos, inhibición conductual, hace que algunos reaccionen
con intensidad ante experiencias asociadas a acontecimientos aversivos del pasado mientras
que otros reaccionan muy poco.
PERSPECTIVA PSICODINÁMICA
En segundo lugar, las limitaciones a la gratificación inmediata están impuestas por el superyó.
La socialización es un proceso largo y complejo que inicia con las primeras experiencias de
apego y que prosigue hasta las primeras etapas de la vida adulta. Mediante modelos firmes pero
cariñosos, los niños normales aprenden que los otros son seres diferentes, pero igual valiosos.
Superyó madura a medida que se internalizan los valores y las prohibiciones parentales como
conciencia e ideal del yo. La conciencia consiste en restricciones y prohibiciones, lo que uno no
debería hacer. Ideal del yo consiste en los valores que dirigen la propia realización, lo que uno
debe hacer para tener autoestima y cumplir con su potencial idiosincrásico como ser humano. El
proceso a través del cual se forma el superyó se denomina introyección. Dado que el superyó
funciona según el principio moral, romper los códigos morales provoca sentimientos de culpa y,
el hecho de satisfacer el ideal del yo provoca sentimientos de afirmación y respeto hacia uno
mismo.
En la personalidad antisocial, el yo se desarrolla, no así el superyó. Toda la personalidad sigue
dominada por el ello infantil y su principio de placer. Dado que sus funciones intelectuales y
prueba de realidad están intactas, parecen “personas con locura moral”. Dado que el ello esta
centrado en sus propias necesidades inmediatas, los antisociales violan impulsiva y
egocéntricamente las normas convencionales de la vida social. Ello está dominado por el sexo y
la agresividad, lo mismo ocurre con el comportamiento de estas personas. Debido a la
satisfacción inmediata que impone el ello, se centran a corto plazo, sin poder prever las
consecuencias de sus actos. Además, como el ello esta apartado del mundo externo, son
egocéntricos e incapaces de apreciar la realidad de los demás.
Dado que el ello solo conoce sus propios impulsos, solo saben de la persecución egoísta de su
propia satisfacción y actúan sin reflexionar, sin remordimientos, sin tener en cuenta a los otros.
Falta de conciencia, dado que faltan los controles inhibidores que suele proporcionar el superyó.
No tienen voz interna que modere sus actos. Al no tener conciencia, los demás se convierten en
mera materia prima a partir de la cual pueden obtener gratificación. (ej. Antisocial condenado por
violación decía “ella tenía bonita cola por lo que me serví mi ración”) Es posible que la
consecuencia social y legal de las violaciones de los derechos humanos nunca entre en la
conciencia.
Sin bien parece que todos los antisociales y psicópatas tienen conciencia deficitaria, existen
diferencias individuales en cuanto al desarrollo del principio de realidad diferencias que afectan
el modo de manifestación.
Presentan escasos mecanismos de defensa. Debido a que su personalidad funciona a partir del
principio de realidad, tienen poco que defenderse. La mayoría de las personas experimenta
ansiedad frente a los demás, tememos decepcionar a alguien, estas son muestras de
introyecciones parentales. La ansiedad requiere capacidad para la empatía, para adoptar la
perspectiva de los demás. Muchos antisociales son impermeables a la vergüenza o al
desconcierto, afectos que presuponen la existencia de una capacidad de entender como pueden
considerar los demás algún aspecto poco atractivo de uno mismo en comparación con el ideal
del yo.
Cuanto experimentan ansiedad se asocia al miedo a ser atrapados y castigados, ansiedad real
del yo, y no ansiedad moral del superyó. Cuando se les hace responsables de sus actos, suenen
minimizar importantes violaciones de las normas sociales (fue una diferencia de opiniones por
ej).
Interpretan que detrás de los motivos de los demás se esconde malevolencia, por lo tanto, se
defienden contratacando. La necesidad de reparación justifica los actos que realiza el antisocial,
que acaba considerándose a sí mismo como víctima.
PERSPECTIVA INTERPERSONAL
Esta personalidad representa hostilidad interpersonal casi en estado puro. Son personas que
discuten con facilidad, ignoran sentimientos de los demás, se resisten a cooperar, generan
peleas.
¿Cómo se desarrolla la personalidad antisocial desde esta perspectiva? Los niños expuestos a
negligencia, indiferencia, hostilidad, abuso físico tienen muchas probabilidades de aprender que
el mundo es un lugar frío e inclemente. No tienen modelos normales de ternura y afecto
empáticos. Desarrollan resentimientos prolongados y no desean reflexionar sobre las
consecuencias de sus actos. Sin los controles parentales adecuados, los antisociales futuros
nunca aprenderán a controlar la agresividad de una manera adecuada.
Muchas veces se pide a los psicólogos que evalúen peligrosidad. Es difícil determinar
que personas pueden volverse violentas, aunque la lista para psicopatía revisada de
Hare suele resultar de utilidad. La psicopatía consiste en dos dimensiones subyacentes.
La primera refleja los aspectos interpersonales y emocionales del trastorno e incluye
rasgos como la insensibilidad, egoísmo, uso explotador de los demás, falta de
remordimientos. La segunda, se acerca más a la definición de antisocial del DSM, que
hace referencia a un estilo de vida socialmente desviado. Los delincuentes violentos
suelen obtener las puntuaciones mas elevadas en este cuestionario. Otros autores
asocian con disfunción del mecanismo de inhibición de la violencia. Esta supuesta
incapacidad tiene implicaciones en el área de la violencia doméstica.
PERSPECTIVA COGNITIVA
Difieren en capacidad intelectual. Muchos tienen capacidad de lucidez y lógica, sin embargo, su
fracaso para planificar el futuro, para prever las consecuencias de sus actos, suele revelar un
punto de mira mucho mas estrecho que el que cabria esperar si se tiene en cuenta únicamente
capacidad intelectual. Para ellos, correcto e incorrecto son abstracciones irrelevantes.
Sin embargo, en los antisociales, estos niveles de objetivos de orden superior y las limitaciones
éticas, lo que en perspectiva psicodinámica seria yo ideal y conciencia, solo se desarrollan de
forma vaga, o no se desarrollan. Dependen de la internalización de modelos parentales. Así,
cualquier actuación que parezca satisfactoria puede realizarse, siempre que lo permitan las leyes
de la física. El curso del pensamiento esta compuesto por una serie discontinua de fijaciones y
frustraciones que tiene por único horizonte las consideraciones del presente. De ahí su falta de
introspección, escaso control conductual, acciones indulgentes.
O bien son deficientes para la creación de modelos mentales que relacionen los actos con las
consecuencias, o bien dichos modelos son muy vulnerables a la influencia de las recompensas
y gratificaciones inmediatas. Son incapaces de alejarse de sus propios deseos egocéntricos
suficiente como para procesar sus posibles consecuencias. No pueden ser personas
consideradas, son incapaces de acumular conocimientos, lo que implicaría tener la capacidad
de obtener provecho de su experiencia. En lugar de esto, están a merced del momento.
Otros dos rasgos de los antisociales (intolerancia al tedio y necesidad de excitación) pueden
entenderse desde este esquema conceptual. Para las personas normales gran parte de su vida
consiste en actividades que les sirve a objetivos de orden superior pero los antisociales conocen
solo circunstancias y deseo inmediatos, cuando el momento esta vacío la vida esta vacía. Para
los antisociales, el tedio hace referencia a aquellos periodos de tiempo en los que no existe
estimulación a corto plazo (por esto el consumo de sustancias es tan atractivo para ellos) No
debe sorprender entonces que muchos consideren que la mejor manera de salir del aburrimiento
sea que ellos mismos fomenten algo emocionante. Los actos insensibles y predatorios, violación
de normas sociales, engaños, son diversiones que les ayudan a generar excitación.
Cualquier individuo que este orientado hacia si mismo esta expuesto a chocar con las normas
sociales. En el intervalo de la patología, el interés esclarecedor por uno mismo acaba derivado
hacia un interés total hacia uno mismo, y cuando esto ocurre y se manifiesta de una forma
criminal, pueden dominar o bien las características narcisistas o las antisociales. Algunos
individuos serán más narcisistas que antisociales y algunos más antisociales que narcisistas.
Por otra parte, la distinción entre psicopática y sociopatía, entre causas constitucionales internas
frente a causas socializadoras externas, no tiene porque ser mutuamente excluyente. El modelo
evolutivo sostiene que la personalidad es un patrón de variables en la matriz entera de la
persona. En algunos individuos antisociales dominaran los determinantes biológicos (por ej
capacidad deficitaria para procesar significado de experiencias emocionales puede llevar a una
psicopatía, aunque el individuo provenga de un buen hogar) Sin embargo, en muchos
antisociales, ambiente y biología interactúan en forma inextricable.
En resumen, desde esta perspectiva, están orientados de forma activa hacia la satisfacción de
sus propias necesidades mediante la manipulación del ambiente. Su comportamiento está
dirigido por su desconfianza básica hacia los demás y, a menudo, acaba violentando incluso las
normas básicas de la vida social.
Diferencias con otras personalidades afines
Una parte importante de la formación clínica consiste en entender los diversos roles que puede
desempeñar un mismo rasgo o rasgos similares en las diferentes personalidades. Cuando dos
o mas personalidades tienen varios rasgos en común, la clave esta en entender la función que
tiene cada rasgo en el contexto de la personalidad global. Dos personalidades diferentes
pueden tener los mismos rasgos por diferentes razones, al igual que dos individuos se pueden
comportan de la misma manera con diferentes objetivos en mente.
Las personalidades antisociales y paranoides ambas son hipersensibles interpretando
comentarios inocentes como ofensas encubiertas. Ambas se encolerizan con facilidad y tienen
problemas con normas sociales de comportamiento. Ambos encuentran motivos malévolos en
las acciones de los demás para justificar su agresividad. Mientras que a los antisociales
muestran actitud indiferente ante la posibilidad de ser detenidos/castigados, los paranoides son
suspicaces e hipervigilantes, presentan grandes problemas para relajarse. Esta tensión es
poco frecuente en los antisociales. El deseo que tiene el paranoide de develar impulsos ocultos
supone un paso intermedio entre impulso y acción, del que carecen los antisociales. Mientras el
paranoide actúa de forma reflexiva a partir de sus suposiciones acerca del mundo, el antisocial
es irracional.
Trastornos de ansiedad
Abuso de sustancias
Algunos presentan una larga historia de depresión. Los sentimientos vagos de indefensión e
inutilidad hacen que estos individuos sean incluso menos capaces de reflejar las
consecuencias de sus actos. El curso correcto de acción es irrelevante porque la vida no se
puede cambiar, ya se ha desperdiciado o las barreras son demasiado grandes para poder
superar con los pocos recursos que disponen. El rechazo por parte de las personas más
próximas o remordimientos residuales por acciones del pasado pueden alimentar un estado de
animo ya por si irritable y exacerbar los conflictos de relación. El efecto resultante es la
vinculación entre los sentimientos depresivos y un incremento de los comportamientos
impulsivos que caracterizan al patrón antisocial
TERAPIA
Suelen verse obligados a solicitar tratamiento como consecuencia de un ultimátum (perder
trabajo, expulsión de escuela, posible sentencia de prisión). La mayoría son refractarios al
cambio, aunque afirmen, una y otra vez haber aprendido la lección. Debido a que no tienen
conciencia o es defectuosa, los limites deben provenir del exterior. Las consecuencias de sus
actos sobre los demás no son de su incumbencia. Carecen de empatía e introspección. Lo mas
probable es que las formas habituales de terapia, sobre todo individual, sean ineficaces. La
mayoría de las intervenciones están dirigidas de forma implícita a contenerlos y se plantean
objetivos modestos de cambio. Esto tiene sentido práctico. Dado que los antisociales carecen
de cc, la sociedad solo puede hacer dos cosas: actuar como si fuera su conciencia o sufrir las
consecuencias de su comportamiento.
Trampas terapéuticas
Para ellos la terapia es otro juego, otro tropiezo molesto con las fuerzas limitadoras de la
sociedad. Desde su punto de vista, el objetivo es simplemente convertirlos en una persona
diferente. Dado que su principal preocupación es saltarse las limitaciones externas, en terapia
tendrá que simular que desarrolla un sentido de conciencia. Saben además que el cambio debe
ser moderado porque si no levantar sospechas. Por lo tanto, parecerá que el antisocial ha
vuelto al rebaño y el terapeuta será el pastor orgulloso.
Beck sugiere que las siguientes características del terapeuta son las mas adecuadas para
trabajar con un individuo antisocial: seguridad en si mismo, objetividad fiable pero no infalible,
un estilo interpersonal relajado, pero no defensivo, un sentido claro de límites personales, un
gran sentido del humor.
Estrategias y técnicas
Desde el punto de vista interpersonal, benjamín sugiere que los antisociales no han tenido
experiencias de socialización en las que hayan estado presente figuras constructivas que
aportaran dominio o calor y cuidados. Estos individuos aprenden en seguida que es mejor
adelantarse y reaccionar frente a un entorno indiferente y poco fiable con una autoestima
defensiva, cuando no con suspicacia y hostilidad. El tratamiento desde una posición de poder
benévolo, supuesto básico de la educación efectiva, probablemente implica un ambiente muy
estructurado en él, cual se conocen de antemano recompensas y castigos. Ante las
transgresiones es necesario aplicar un castigo, con reticencia, pero de manera coherente. La
reticencia modela la atención continuada y los cuidados por el bienestar del sujeto y la
coherencia demuestra que el sistema no puede explotarse a servicio de los objetivos
vergonzosos de este tipo de sujetos ni tampoco toleran su impulsividad.
Sugiere además algunos métodos que ayudan a los antisociales a internalizar valores. Un
método específicamente eficaz en niño y adolescentes es usa figuras del deporte a fin de
modelar actitudes cordiales; otro es utilizar al individuo antisocial como educador al tener que
hacerse cargo por ej de una mascota.
Los antisociales piensan que el mero hecho de desear alguna cosa justifica su comportamiento
anterior. El objetivo de a terapia es que el paciente reconozca las repercusiones que su
comportamiento tiene en los demás y que estas repercusiones también tienen consecuencias
para ellos mismos.