UNIVERSIDAD
DE HUELVA
HISTORIA MODERNA DE ESPAÑA
- Principado de Cataluña
- Reino de Valencia
- Reino de Mallorca
- Aragón
Para que se produzca el matrimonio entre Isabel y Fernando, previamente Isabel tenía
que ser reina de Castilla. Y no era fácil porque se produce una crisis sucesoria. El rey
Enrique IV, estaba casado con Juan de Portugal y tuvieron a Juana la Beltraneja, que
recibe este apodo porque corrían rumores de que el rey era impotente y ella era hija
de Beltrán de la Cueva. Se producen tres problemas para que se constituya el Estado
Moderno en España:
- Problema dinástico: no está claro a quién le pertenece la corona. Según el rey
es Juana la Beltraneja. Los nobles se hicieron partidarios de Alfonso y cuando
este muere, de Isabel. Con el acuerdo de los toros de Guisando, Enrique IV
acepta que Isabel fuera reina a cambio de que se case con el candidato que
Enrique quisiera. Pero Isabel no tenía ninguna intención de que nadie la
dirigiese y no cumple el acuerdo. A partir de ahí, la nobleza ve más fácil
manejar a Juana. Se da un conflicto bélica entre los que piensan que Isabel es
la sucesora y los que piensan que no.
- Los nobles quieren controlar el poder de la monarquía intentando conservar
sus privilegios. Hubo un apoyo de la burguesía a Isabel la Católica. Los nobles
llevaron a cabo un tejemaneje para controlar la voluntad del rey. Forcejeo entre
la corona que quiere la unión y la nobleza que quiere la división territorial y
ejercer en esta su poder.
- Diplomático o de relaciones internaciones. El matrimonio era una cuestión
política de estado e importa para las relaciones internacionales. Había varios
candidatos:
-Alfonso V de Portugal. Que tiene un imperio y es rey
-Francia. Casar a un hermano del rey de Francia con Isabel.
-Fernando el Católico. La posibilidad menos poderosa.
Se negocia con Aragón y se queda al margen Francia. Si dejaba al margen a
Alonso V no existiría una unión.
Isabel, opta por Fernando, porque no hubiese tenido la libertad de movimiento con el
candidato portugués o con el francés, pues Aragón era un reino más pequeño. El peso
en la decisión era principalmente político. Una vez que decide casarse con el heredero
aragonés, se da un conflicto que se hace internacional porque el rey de Portugal y el
de Francia, entran a apoyar a Juana. Con el Tratado de Alcaçovas-Toledo, se acaban
los problemas dinásticos porque Isabel queda como reina, y el diplomático porque el
rey de Portugal reconoce a Isabel como la reina. Así que, como Castilla estaba
interesada en el reconocimiento de Isabel, se queda con Canarias y lo desconocido.
El problema político, sin embargo, no termina de resolverse, pues los nobles siempre
van a intentar conservar sus poderes y privilegios.
No todos eran iguales ante la ley, me refiero a los diferentes territorios que forman la
corona. No sólo por cuestiones territoriales sino también de status (ser noble o no).
Tampoco era lo mismo ser clérigo o militar que no serlo, pues existían instituciones
judiciales aparte para juzgarlos (un tribunal específico de la iglesia). Según los
privilegios te juzga una jurisdicción u otra. Por lo que los que formaban parte del
territorio de la corona, no eran todos de la misma forma juzgados. Tribunales:
- Eclesiásticos
- Militares
- Inquisición
- Nobiliarios
- Territoriales
- Mesta
En casa sitio, la ley era diferente pues dependía de los privilegios que habían ido
adquiriendo a lo largo del tiempo. ¿Cómo se organiza territorialmente el Estado
moderno? Va a aparecer diferentes jurisdicciones en los diversos territorios. En estos
territorios, está por un lado los territorios de señoríos y los de realengo (dependen del
monarca) (estando dentro del territorio del rey, tiene jurisdicción señorial). Por otra
parte, los concejos de realengo son los que suelen administrar la justicia por
delegación de la corona. Los concejos podían ser de dos tipos:
- Abiertos: en los que participaba todo el pueblo.
- Cerrados: los cabildos municipales que han degenerado al de nuestros días-
un grupo que representa y decide las decisiones. Un grupo elitista.
La justicia señorial se impartía en los territorios de jurisdicción señorial. La justicia
organizada en torno a los reinos y a las coronas. Los territorios forales, tenían unos
fueros, unas leyes diferentes al resto. Que tuvieran sus propios privilegios, no significa
que fueran independientes históricamente, sino que formaban parte de la corona de
Castilla. Esto no quiere decir que no haya fueros en los territorios no forales, sino que
eran aislados y no un todo. Cada rey tenía que organizar y mantener la organización
de la justicia en cada territorio.
Perviven los privilegios territoriales que cada territorio tenia de forma independiente. El
poder supremo para la creación de una justicia que fortalezca el estado moderno lo
tiene el rey. Como el rey no puede llevar todos los asuntos se organiza a través del
Consejo Real que actuaba como última instancia, como “tribunal supremo” que
actuaba por delegación del rey. El rey es autoritario en la Edad Moderna. En los
señoríos, el señor tenia la jurisdicción para impartir justicia a través de sus delegados
que eran los alcaldes (tenían poderes ejecutivos y de administrar justicia en primera
instancia). El corregidor, era el delegado del señor superior en el municipio y si todavía
no se solucionaba el problema, se acudía al señor.
La corona va a hacer que los súbditos tengan el derecho de apelar cualquier sentencia
de las instituciones territoriales a la justicia real. Podían pedir que la administración de
justicia real interviniera en las sentencias. (Las leyes generales también se cumplían
en los señoríos, aunque estos de por sí tenían sus propias leyes u ordenanzas
otorgadas por el señor). Siempre en un tribunal de la corona tiene un rango superior
en una ley real. La justicia señorial depende de la justicia real.
Existía aparte del Consejo Real, una Cámara de Castilla ligada a este que proponía
los cargos. Un órgano que ayuda al funcionamiento de la administración de la justicia.
La Sala de Alcaldes de Casa y Corte es para los delitos relacionados con la corte. La
instancia inferior a la consejo son las Audiencias (Corona de Aragón) y Chancillerías
(en la Corona de Castilla).
Chancillerías:
- Granada
- Valladolid. La primera que se crea en tiempos de los Reyes Católicos.
Es otro pilar fundamental del nuevo orden que querían instaurar los Reyes Católicos.
Disponer de una Hacienda saneada proporcionaba una gran independencia a la
Corona, ya que no tendría que recurrir al apoyo de la Nobleza u otros poderes fácticos,
y le permitiría llevar a cabo una política propia.
1. La cuestión étnica.
Se plantea el problema étnico y como los Reyes intentan configurar un estado
moderno en torno a una unidad religiosa, está será empezada a construir en torno al
cristianismo. Hay dos comunidades religiosas-étnicas minoritarias pero con presencia.
La comunidad judía de la Baja Edad Media, es de las más nutridas del occidente
medieval. En el siglo XIII, había en torno a unos dos cientos mil judíos (estamos en un
momento preestadísticos). Esta comunidad está compuesta por dos grupos sociales
principales:
Se va a dar una animadversión hacia la comunidad judía por parte de los habitantes
de los diferentes reinos y se debió principalmente a:
Son comunidades étnicas religiosas que desarrollan una serie de actividades que
genera animadversiones. Pero en el siglo XV, la población judía se vuelve a recuperar
con cifras similares a las del siglo XIII (1492: dos cientos mil judíos). En el caso de
Castilla había ciento cincuenta mil y en Aragón, unos cincuenta mil. Progresivamente,
en los casos de Aragón, Valencia, Cataluña y Mallorca, las aljamas irán perdiendo
importancia pues hay muchos judíos que se van convirtiendo al cristianismo. La
aljama, es el órgano que da cohesión a la comunidad judía dentro de la corona,
gestiona la vida interior de esta comunidad e imparten derechos privados a sus
miembros. También actuaban como entidades de crédito para la activación de la
economía judía. El otro elemento de unión y cohesión era la familia que posibilitaba su
forma de vida y fe.
- El pago de unos impuestos que no pagaban ninguna otra persona por ejercer
una religión.
- No podían tener criados cristianos. Pues había que dejar claro que el cristiano
que tuviese dinero era superior al judío.
- Los judíos no podían comprar bienes de carácter rústico (tierras) por un valor
superior a los treinta mil maravedíes.
- Convertirse al cristianismo
Esto lleva a los reyes Católicos a expulsar a todos los judíos que no se convirtieran en
1483. Fueron expulsados de Andalucía y en el 1486 en Teruel. En 1492, se produce la
expulsión final de los judíos de Castilla y de Aragón. ¿Por qué los expulsa? Si en
principio la corona no tenia rasgos antisemitas, es más se servían de ellos. La corona
necesita recursos económicos, deprenderse de los ingresos de la comunidad judía no
es un buen mecanismo financiero. El motivo era logar ante todo una unidad religiosa
del estado. Pues los demás elementos serán contraproducentes para la corona.
La corona expulsa a los que podrían haber sabido gestionar bien lo que luego sería el
imperio español. Por lo que a la hora de administrarlo se tiro de ayuda extranjera. Ante
la expulsión, algunos se convertirán y otros (mayoritariamente) preferían irse y
continuar con su fe. Nos vamos a encontrar con judíos que tienen bienes y no les
dejan llevarlos por lo que acuden al fraude, dando lugar a una descapitalización. Los
que huyeron fueron los que más sufrieron pues en algunos territorios no fueron bien
acogidos. Hubo otros judíos que se instalaron en Portugal, Flandes, Inglaterra, Italia,
Turquía… Con la expulsión se pierde casi la mitad de la población judía quedando
unos cien mil convertidos. A los que volvieron se les devolvió sus bienes.
Todo este progreso de los judeo-conversos va ser visto con recelo por los Cristianos
Viejos, que los van a ver siempre como unos advenedizos indeseables. Debido a ello
propagaron numerosas acusaciones de falsas conversiones antes de la expulsión.
Carlos supo plantear el conflicto como una lucha entre emperador y vasallos rebeldes,
y no entre católicos y protestantes, la gran victoria de Mülhberg dio a Carlos V mayor
poder en Alemania, en parte por oportunidad política, y en parte por su sincero
irenismo se limito a imponer una solución religiosa mixta y provisional, el Interim de
Augsburgo que no fue bien recibido por el Papa ni por los protestantes.
Aunque el clero por principio estaba inmune de impuestos, el monarca había obtenido
determinados conceptos impositivos pagados por eclesiásticos, o pagados por laicos y
destinados en principio a eclesiástico. Estas cantidades siempre se consideraron
concesiones voluntarias que necesitaban la aprobación periódica del Papa. En 1567
se le cedió la gracia del excusado, que era también una participación de los diezmos.
Los fieles pagaban, desde los Reyes Católicos, el impuesto de la cruzada, que se
cobraba también en Sicilia, Cerdeña y América. Los titulares de prebendas
eclesiásticas debían contribuir al subsidio de galeras, destinado a mantener una
escuadra en el Mediterráneo contra los musulmanes. Muchas tierras de jurisdicción
eclesiástica fueron vencidas por la Corona, lo que se ha ido calificando por analogía
como “desamortizaciones”, y más correctamente como “desmembraciones”.
7. La Monarquía y la Inquisición.
No solo hubo Inquisición en España, también otros países tuvieron su propia
Inquisición, al igual que los protestantes calvinistas tenían sus instrumentos de
represión en la Religión.
La Inquisición española o Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición fue una
institución fundada en 1478 por los Reyes Católicos para mantener la ortodoxia
católica en sus reinos (Papa Sixto IV). Será abolida en 1834, tras la muerte de
Fernando VII. Aunque en la Corona de Castilla comienza en 1478, en la Corona de
Aragón ya funcionaba en 1238.
La nobleza lo ve como un riesgo para la estabilidad del estamento, por lo que una
parte se retira y es lo que va a hacer que fracase. Las fuerzas del rey junto a la
nobleza gana un 23 de abril una batalla en el 1521. A este triunfo se llega previo pacto
con la nobleza la que le ofrece:
Esto motiva que los cabecillas sean sentenciados a muerte, Juan Bravo en Segovia y
Pedro Maldonado en Salamanca. Las consecuencias:
- Se controla los gobiernos municipales con enviados del rey. Control férreo
sobre las élites locales. Los capitulares van a estar bajo las órdenes de los
corregidores.
Así el rey se ve con la suficiente fuerza para que sólo se reúnan quince veces de
forma o motivo obligatorio durante su reinado. El movimiento comunero es una
respuesta a una política extranjerizante de un nuevo gobernante que se plasma en las
cortes y en el pueblo.
Para organizar bien una institución, hay que saber la historia de una institución, por lo
que Felipe II estudia y se dedica a la historia. Conocía la historia de cada una de las
instituciones de su país. Tenía un gran conocimiento de la ciencia y la cultura, además
constituyó una de las bibliotecas más importantes en El Escorial.
¿Cómo era su personalidad? Era fría, calculadora (para las materias de gobierno). Su
relación familiar, sin embargo, era afectuosa. Su personalidad estuvo influida por una
fe católica y ocupó una parte de su actividad de gobierno: tomaba expreso interés en
que funcionara bien. Esto motiva que sea rey que se deje aconsejar por sus
confesores y hombres relacionados al estamento eclesiástico. Además, leía libros de
temática religiosa y tenía contacto con religiosos, como Santa Teresa de Jesús. Su
personalidad y afecto por la Villa de Madrid, hace que se le nombre capital del reino en
el 1561. Fruto de su personalidad hace que construya el Monasterio de El Escorial
para retirarse a una vida tranquila y de trabajo.
Esta religiosidad, le hizo creer que él podía ejercer el poder político por voluntad
divina, por lo que pensaba que sólo le podía rendir cuentas a dios y a veces ni tenía en
cuenta la opinión de otros. Su poder está por encima de dios y de los hombres. Este
tema se ve reflejado en la anexión de Portugal, él era el adecuado dijesen lo que
dijesen los estamentos. (A pesar de esa religiosidad es lógico que pensara que estaba
por encima pues sabía cómo funcionaban las instituciones).
Era una persona que tenía cierto interés en que todo lo que se llevara a efecto en la
administración quedará por escrito para acudir a ella y en ocasiones poder contrastar.
Este afán es lo que motiva que se diera un gran impulso a los fondos del Archivo
General de Simancas. Todo esto formaba parte de su personalidad.
- Concejo de Italia: se crea en 1555 porque antes los asuntos los manejaba el
concejo de Aragón, esto se hizo así con Carlos V, pero Felipe II hace que
tengan un gobierno paralelo. Va a poner a castellanos ocupando los puestos
principales que se encargaban de los asuntos de Nápoles, Sicilia y Milán. Seis
concejeros, tres italianos y tres castellanos más un presidente.
Con Carlos I, los concejos tenían una mayor o cierta autonomía que con Felipe II.
Revocó las decisiones a veces tomadas por ellos por lo que no podían hacer su
política sino la de Felipe II. Controlaba los cargos y funcionarios que se elegían con el
fin de controlar su fidelidad. Se va a incrementar el fenómeno de la burocratización, es
decir, mayor número de funcionariado. Había funcionarios que eran reclutados según
su captación y otros que disponían de una baja preparación. Una de las medidas era
la venta de cargos públicos para combatir la hacienda pública. Por lo que a veces se
creaban cargos (patrimoniales) sólo para venderlos. Los burgueses eran los mejores
preparados pues la nobleza ocupará puestos en la administración funcionando como
virreyes pero no para la administración. Él trata de que en los territorios de su imperio
estén personas con una dignidad que se le pareciera a la de él. Quien lo ocupaba
representaba al propio rey.
Por otra parte, su conexión con la Princesa de Éboli, Ana de Mendoza de la Cerda
miembro de la familia de los Mendoza, que a la muerte de su marido perdió posiciones
en la Corte, condujo a una gran amistad que ha dado lugar a numerosas historias en
torno a un posible romance entre ellos. Sin embargo, lo que parece probado es el
común interés político y económico. Para Pérez, la Princesa podía ponerlo en contacto
con personas de gran capacidad económica. Para ella, Antonio Pérez entregaba
Secretos de Estado, los cuales vendía siempre al mejor postor y se repartían los
beneficios. Este tráfico de secretos parece ser un factor determinante que propicio la
Rebelión de los Países Bajos. También fue usada esa información para gestionar el
enlace de su hijo con la candidata a la Corona de Portugal, Doña Teresa de Braganza,
contraviniendo así los planes sucesorios de Felipe II.
Esto va a ser visto como una injerencia del monarca en la política aragonesa. Por lo
que, condenado al ostracismo más humillante y tras ser incendiada su casa, Almenara
regresara a Madrid, informando al rey de la situación. Pese a las ideas legalistas del
monarca, no podía permitirse esta situación que parecía iba camino de generar una
crisis. Por ello, en 1590 volverá a enviar a Almenara como virrey a Aragón, pero esta
vez con mayores emolumentos y poderes.
Además, esto va a coincidir con la fuga de Antonio Pérez, quien ayudado por unos
amigos aragoneses había conseguido huir a Zaragoza, donde como conocedor del
derecho y fueros aragoneses, solicitara el amparo de la Justicia de Aragón. Ello
significaba que el perseguido por la Corona quedaba fuera de la jurisdicción de la
misma y bajo protección del Tribunal de Justicia Aragonés. Ante la pasividad y
parcialidad de los tribunales aragoneses, Felipe II va a recurrir entonces al único
tribunal que tenía jurisdicción en todos los territorios: La Inquisición, acusándolo de
herejía. A raíz de ello se producirá en mayo de 1591 una sublevación durante la vista
del proceso inquisitorial en la que una multitud dará muerte al Marques de Almenara y
liberara a Antonio Pérez para trasladarlo de nuevo a la cárcel del Justicia.
9. La anexión de Portugal.
Felipe II pasara a ser también rey de Portugal, pero manteniendo sus instituciones, sus
fueros, sus leyes, etc. Esta anexión está condicionada por una coyuntura de cierto
saneamiento de la Hacienda Real como consecuencia de nuevas remesas de plata
procedentes de Perú que incrementa su producción gracias a la amalgama de
mercurio que hace que la llegada de plata sea mayor y que se pase por una época de
menos déficit económico. Esto hace que se pase de una política menos belicista a una
en la que se aprecia mayor interés expansionista.
Así se producen intentos de recuperación de la parte norte de los Países Bajos,
también se produce el ataque a Inglaterra con la “armada invencible”, creada por
Felipe II, tras la creación de esta ya no es necesario alquilar embarcaciones. Esta
armada fracaso por la estrategia, esto motivo que España no pudiera controlar el
comercio naval.
Este ataque naval a Inglaterra se produjo en el año 1588. También tuvo lugar la
intervención de Felipe II en guerras en Francia y la anexión de Portugal a la Corona
española, lo que demuestra lo dicho antes sobre la renovación de la política belicista y
expansionista.
Evidentemente aporta un Nuevo Imperio que también incorpora amplias posesiones en
América, África y Asia. Además se ofrecía a España la posibilidad de controlar todo lo
que era el litoral atlántico; por otra parte, se integra una nueva flota naval.
También es verdad que Portugal se ve en un momento de declive económico porque
se había producido una bancarrota y el comercio portugués en Asia no disponía de
suficiente moneda para llevar a cabo las transacciones. Portugal no era un país rico en
minas de plata para poder tener esas monedas necesarias para el comercio asiático.
Por tanto, los comerciantes creían que la anexión de Portugal a la Corona española
les iba a proporcionar los metales preciosos que requerían para las transacciones
comerciales con Asia (esto no se producirá y esto contribuyó a que creciera el deseo
de independencia de Portugal).
A este declive económico se suma también una cierta crisis política como
consecuencia de la expedición del rey Sebastián, sobrino de Felipe II, en África.
Sebastián tenía un espíritu de cruzada, y se dejo llevar por la ilusión de llevar a cabo
una guerra en África contra los moros. Allí se produce la Batalla de Alcazarquivir,
donde muere Sebastián sin descendencia dejando a Portugal sin heredero y con cierto
desprestigio político.
Esta situación de crisis económica y política favorecía a los intereses dinásticos de
Felipe II de acceder al trono de Portugal. A Sebastián le seguía en linea dinástica un
tío-abuelo que era cardenal, Enrique. Pero Enrique era anciano y tenía una
enfermedad, sufría de epilepsia. Por tanto, el gobierno de Enrique fue de transición
hasta que muriera y algún candidato al trono se hiciera con él.
Tras la muerte de Enrique, se produce una campana propagandística por parte de
Felipe II para conseguir el trono de Portugal. A Enrique querían casarle y que tuviera
descendencia, pidiendo permiso al Papa, ya que era cardenal. En la campana
propagandística (en la que Arias Montano participo teológicamente) Felipe II influyo al
Papa para que no diera permiso y así tener opciones para obtener el trono.
A la muerte de Enrique I había tres candidatos al trono de Portugal:
- Felipe II de España. Hijo de la Emperatriz Isabel, hija mayor del rey Manuel I y
abuela materna de Sebastián.
- Don Antonio, Prior de Crato, hijo ilegitimo del rey Manuel I de Portugal.
- Dña. Catalina de Avis, Duquesa de Braganza, nieta de Manuel I.
En cuanto al pueblo portugués, estaba dividido entre los candidatos. Entre los
partidarios de Felipe II se encontraba la nobleza, porque Felipe II realizo promesas y
utilizo a Cristovao de Maoura, quien se entrevisto con la nobleza portuguesa para que
apoyasen a Felipe II; los comerciantes, por razones obvias, necesitaban plata para
salir del declive económico del comercio de las especies; y por último, los jesuitas,
porque ejercían influencia moral de cierta proporción entre los portugueses y por la
relación de los jesuitas con el reino español (su fundador era español). En contra se
encontraba el bajo clero y la masa popular, esta ultima en parte influenciada por el
bajo clero.
El cardenal Enrique dejo un Consejo de Regencia que tenia la función de gobernar el
país mientras que no se nombrara un sucesor. 2 o 3 miembros de este Consejo,
mediante negociaciones, fueron a favor de Felipe II y propiciaron que la linea
defensiva del ejército portugués no se defendiera cuando las tropas de Felipe II
llegaron a Portugal.
Los ejércitos españoles se fueron preparando para la invasión, los caballeros
aglutinaron activos. Se nombra al Duque de Alba para que se hiciera cargo, por eso
en 1580 el duque de Alba cruza la frontera a la altura de Badajoz y como la defensa
del reino portugués estaba desactivada llega pronto a Lisboa. La fuerza naval se
concentra en la desembocadura del Tajo para evitar ataques marítimos preparados
por la armada portuguesa o por otra potencia que quisiera ayudar a los portugueses,
esta fuerza naval estaba capitaneada por el marqués de Santa Cruz.
Los opositores de Felipe II tuvieron que marchar al norte de Portugal e incluso el Prior
de Crato tuvo que exiliarse en el extranjero. La ocupación de Portugal fue rápida, se
tardo unos 4 o 5 meses, transcurrido ese tiempo, Portugal pasó a ser un reino
perteneciente a la Corona española, algunos territorios fueron conquistados
pacíficamente mientras que otros tuvieron que ser tomador mediante las armas.
Se realiza respetando las leyes e instituciones portuguesas, no se eliminan, funciona
como un reino de la Corona española pero conservando sus instituciones. Esto se
lleva a efecto en las Cortes de Thomar del año 1581.
Por un lado, Felipe II va a tener la facultad de nombrar al virrey de Portugal, pero este
tiene que ser portugués o miembro de la Corona portuguesa; los cargos públicos (a
todos los niveles) portugueses serian para súbditos portugueses; además, se respeta
que Portugal tenga un ejército propio independiente del español. A parte de estas
cuestiones, también se autoriza que tengan su propio Consejo, el Consejo de Portugal.
El comercio seria controlado por mercaderes portuguesas.
Evidentemente, este acuerdo fue bien acogido en Portugal. Y por tanto, también en las
colonias portuguesas. Cuestión diferente es lo que ocurrió en las Islas Azores, donde
hubo gran oposición pues eran partidarios del Prior de Crato, quien se hizo fuerte
gracias al apoyo de la armada francesa. Pero tras varios enfrentamientos, las tropas
españolas obligaron a la flota francesa a retirarse y las Islas Azores pasaron a estar
bajo el control de Felipe II. Esta anexión tuvo como consecuencia que Felipe II fijara la
residencia de la Corona en Portugal para ser más aceptado y para consolidar el
proceso de anexión. Sin embargo, Felipe II se vio obligado a regresar a Madrid debido
a problemas internos con el primer ministro, por lo tanto, no continuo la idea de fijar la
residencia en Portugal.
Probablemente los súbditos portugueses se hubieran sentido súbditos de la Corona
española y es posible que hubiera continuando hasta nuestros días como parte de la
Corona española. Por otra parte, el fijar la capital en Lisboa hubiera facilitado la
gobernabilidad de las colonias ultramarinas porque Lisboa es un puerto, y habría
facilitado el control del comercio y de la información, además de que las decisiones
tomadas por el rey en cuestiones exteriores habrían llegado más rápidamente a su
destino. Así que políticamente no fue la mejor decisión fijar la capital en Madrid, fue
positivo fijar una capital, pero viendo la envergadura y las posesiones del Imperio
hubiera sido más acertado establecer la capital en un puerto (Lisboa).
“La revolución de los precios” es un fenómeno que se produce en el siglo XVI y donde
se da en mayor medida en España. Aunque no significa que sea el único lugar
afectado aunque si en menor medida, pues en España había más metales subiendo
los precios. Antes de esto que es consecuencia de la abundante llegada de metal a
España, el oro va a ser proporcionado por Sudán, gracias al comercio mediterráneo.
A fines del siglo XV, se reduce esta llegada y con una reducción del comercio. Esta
escasez de oro será sustituida por plata alemana. A partir de 1530, vuelve a ver
escasez de plata alemana que es sustituida por plata americana. En principio la
cantidad de oro de América era mínima con respecto a la plata. Lo primero que va a
llegar es el oro fruto de la recopilación y no de la explotación de las minas que
pertenecen a la segunda fase de llegada. La plata empieza a llegar a España en
proporciones importantes a partir de 1530 a 1550. Después de 1550 a 1580 en la que
se importan grandes cantidades y una tercera fase a la que se llega a la cota máxima
de fines del XVI a las primeras del XVII.
A esta mayor producción argentífera se aplica un sistema con el mercurio para que se
produzca mayor producción (amalgama: 1000 x 100).
Se produce una masiva de metales preciosos. Los propios contemporáneos se dieron
cuenta de que la subida de los precios estaba generada por esa llegada. Martín de
Azpilcueta es un teórico que ya expone su teoría de cómo incide la llegada de metal
precioso a los precios. Posteriormente, en el siglo XX (1929), la estudiará Hamilton
que investigará la llegada de metal precioso en Sevilla a través de la Casa de la
Contratación y va a relacionar los precios y los salarios con la llegada de los metales.
Realizando el estudio a través de los hospitales.
Va a poner número a esta teoría cuantitativa que ya había sido anunciada. Él decía
que los salarios subían en igual medida que los precios. Por lo que argumentaba que
por eso el capitalismo no se dio en España. Dice que el alza de precios se dio más
intensamente en Andalucía que en otros lugares. El incremento de los precios
dependía del aumento de las importaciones. El impacto es mayor en los sitios donde
llegan los metales. Esta situación hace que en 1600 los precios se hubiesen
multiplicado cuatro veces que en 1501 en España haciendo su economía poco
competitiva. Jordi Nadal va a concretar la cifra diciendo que el alza de precio en la
primera mitad fue más alto que en la segunda mitad.
Se le crítica que sólo utiliza precios urbanos y utiliza los salarios fijados de los
hospitales que no estaban sujeto al impacto de la subida de precios. Hamilton (crítica):
además el estudio excluye a determinadas regiones españolas como Cataluña o el
País Vasco. La cifra del volumen de metal precioso no es exacta, pues no contempla
el tráfico ilegal. Tampoco diferencia lo que llega a la Casa de la Contratación de lo que
son recursos: para la Corona y para los particulares. En la demanda también influye el
aumento demográfico.
Ese metal precioso, ¿a qué se dedica? Perjudicó a los españoles pues era utilizado
por la monarquía en sus intereses políticos en Europa y los que se beneficiaron del
tráfico comercial fueron los comerciantes extranjeros. Se dedicó en España a pagar la
deuda a los bancos y potenciar la política imperialista. Teníamos capital y recursos
humanos, materias primas en abundancia y capital humano formado. Pero no creo
industria hipotecando su futuro. Ha sido una economía sujeta a la agricultura que era
dependiente de la meteorología. El metal precioso se dedicó a comerciar la balanza
deficitaria española: ¿cómo se paga? A cuenta de ese metal precioso que sirve para
financiar, pero la industria de otros países no en el de España. España estaba
haciendo de “Indias” de los demás países europeos.
¿Qué influencia crea la Revolución en los estratos sociales? Va a beneficiar a los
terratenientes y va a perjudicar a los asalariados. Se benefician porque hay un
incremento del valor de la tierra por la subida de los precios. Además, produce un
aumento desmedido de los productos de primera necesidad. Se producía un
incremento del arrendamiento de la tierra. ¿A quién perjudica? A los que tienen
salarios fijos o rentas muy pequeñas. Pequeños propietarios que no les compensa con
esa subida de precios. Más aún los funcionarios o asalariados de la administración
pública.
Hay que distinguir a los autores de proyecto descabellados, o quienes buscaban sólo
una recompensa inmediata, de los autores que formularon propuestas coherentes y
llevaron a cabo un análisis riguroso de la realidad o de parte de ella. Pero incluso
estos autores han sido criticados por los primeros historiadores de la economía en el
siglo XIX, quienes escribían desde una óptica liberal, considerada como la única
perspectiva económica y científica posible. En nuestros días se asiste a un movimiento
de revalorización de los principales arbitristas y se reeditan sus obras con pertinentes
estudios introductorios. Sin embargo, incluso los mejores autores se hallaban insertos
en una cultura barroca, lo que llevaba a un cierto predominio de la presentación
estilística sobre el contenido y dificultaba la compresión.
Su argumentación se basaba esencialmente en la identificación de una única causa de
la decadencia española, a la cual pretendían se aplicase un unico remedio, con
voluntarios olvido o marginación de otros factores. No es fácil presentar un cuadro bien
ordenado de las diversas tendencias que podemos encontrar en el pensamiento
económico del siglo XVII. Debemos prestar atención a dos criterios principales: la
cronología y la orientación predominante en el autor.
También podemos referirnos a los autores que denunciaron la influencia monetaria del
vellón y propusieron su reducción o consumo, o quienes proyectaban reformas del
sistema financiero y fiscal, en relación con el movimiento reformador de los años
veinte, o con las ulteriores necesidades de la hacienda, a la búsqueda del arbitrio
general o el impuesto unico que permitiera desempeñar las finanzas reales.
Este sistema origina que se produzcan fracciones entre los que estaban a favor
porque reciben compensación y los que no y por lo tanto no estaban de acuerdo y se
dedicaran a descubrir los casos de corrupción. Es evidente que una de las razones es
que los Austrias Menores se desentienden de las tareas de gobierno, tanto Felipe III
como Felipe IV, y también lo haría Carlos II. Otra de las razones es que había es que
los territorios que controlaba la Corona habían crecido y esto generaba una mayor
necesidad de burocracia administrativa que se había convertido más compleja, por lo
que todos los asuntos no podía gestionarlo sólo el rey. Es por lo que se impone así la
confianza política en detrimento de la competencia o profesionalidad, aunque esto no
quiere decir que estos validos no fueran competentes, pero más bien los validos
servían a sus propios intereses particulares.
Pero realmente el valido surge por la propia necesidad del rey y no por la necesidad
en otros terrenos ya que se podría haber hecho de otra manera, como por ejemplo con
los secretarios de los consejos dándoles más competencias políticas. Los secretarios
de los Consejos estaban cualificados para llevar a cabo toda esta burocracia y realizar
diferentes funciones ya que desde muy jóvenes habían estado asimilando lo que era la
administración, pero los secretarios fueron apartados al igual que otros funcionarios de
la administración.
Declive de los secretarios de los Consejos: por tanto, la figura del valido significará
el declive para los secretarios de los Consejos, a pesar de que formaban parte de una
estructura más profesional. Un ejemplo de esta profesionalidad, aunque también fue
un corrupto, fue Antonio Pérez que demostró su capacidad para llevar a cabo tareas
de gobierno (este caso vemos como se une la profesionalidad o capacidad con la
confianza política).De esta manera los secretarios de los Consejos perdieron buena
parte de su capacidad de decisión política y quedaron como simples funcionarios. Las
decisiones que antes tomaban los secretarios por delegación del rey serán ahora
tomadas por los validos que tendrán autoridad para decidir por sí mismos sin consultar
al rey. El rey, por su parte, se desentenderá de los asuntos de gobierno dejando así el
camino libre a los validos.
Una de las características es que estos validos no llegaban al gobierno por sus
capacidades, aunque algunos si tuvieron capacidad para desempeñar las tareas de
gobierno, pero este cargo lo conseguían por la confianza política del rey. Otra de las
características es que estos validos pertenecerán a la alta nobleza y no como sucedía
antes que procedían de las clases medias o de la nobleza inferior como ocurrió en el
reinado de Carlos I y de su hijo Felipe II que lo que pretendían era mermar el poder de
la nobleza y por eso eligen para la administración y como secretarios personal de
estas clases medias y baja nobleza. Sin embargo los validos pertenecían a la alta
nobleza, poniendo así en manos de esta nobleza el gobierno de la Corona, salvo
algunas excepciones, la mayoría pertenecerán a la alta nobleza. Pero esto es lógico si
se piensa que en la Corte serán estos altos nobles los que tendrán contacto con el rey.
Otra característica es que el valido no era un cargo institucionalizado, es decir, no era
una institución regulada con una normativa, con unas funciones o competencias
invariables, sino que será un cargo donde el rey es el decide las atribuciones o
competencias en cada momento del valido. Por tanto, el valido era una figura oficial
pero no institucional, porque va variando en función de la voluntad del rey.
Felipe II antes de morir se dio cuenta de que su hijo no gustaba mucho de encargarse
de los asuntos de gobierno y pensó que su hijo le dará el puesto de valido al Duque de
Lerma, hombre de confianza y amistad que tenía el príncipe Felipe, por eso su padre
pensando que se dejaría llevar por las ideas del Duque lo apartará de la Corte y le da
el puesto de virrey de Valencia con la intención de alejarlo de su hijo. Aunque esto no
tendrá mucho éxito ya que cuando muere Felipe II y se proclama como rey Felipe III, el
Duque es llamado por el nuevo soberano para que se encargue de las tareas de
gobierno.
Por lo que vamos a hablar ahora en particular de la figura del Duque de Lerma. De
esta manera el Duque de Lerma llega al poder y decide que lo mejor para monopolizar
ese poder es apartar a los antiguos colaboradores de Felipe II, colaboradores que
tenían un gran prestigio pero que podrían limitarle en sus decisiones y hacerle sombra.
Destituirá al arzobispo Loaysa y a Cristóbal Moura (que ayudó en la anexión de
Portugal a la Corona española) que será mandado a Portugal como virrey. Otros viejos
colaboradores serán desplazados a otros territorios periféricos como Italia, Flandes,
incluso a América. Esta sería el caso del Conde de Osuna, el Conde de Fuerte, el
Duque de Feria (diplomático muy conocido) etc. Por tanto, con Felipe III nos
encontramos los territorios periféricos mejor gobernados que lo que son los territorios
hispánicos que estaban totalmente gobernados y bajo el poder del Duque de Lerma.
Vemos como hay un cambio de régimen sin recurrir a la violencia.
La figura del Duque de Lerma: el Duque de Lerma fue quien inauguró el régimen del
valimiento y puso las bases para la continuidad de este sistema. En la práctica
contaba con todas las funciones que puede tener un primer ministro, aunque no es
una figura institucionalizada, pero sí era un nombramiento oficial, incluso en la
documentación se conoce como un primer ministro y se observa que actuaba como tal
en que estos validos del rey podían firmar en nombre del rey y además los Consejos le
debían de proporcionar toda la información que el valido requiriese, además sus
órdenes tenían igual valor que las que firmaba el rey. Incluso en 1612 Felipe III firmará
un decreto para legitimar determinadas funciones del valido, de esta forma se
autorizaba y oficializaban esas funciones que ya venía desempeñando el Duque de
Lerma. Desde 1598 venía funcionando la figura del valido y es en 1612 cuando esta
figura se oficializa.
Olivares tiene entre los historiadores mejor opinión que Lerma. Se considera que no
fue un depredador sistemático de la hacienda estatal. En cambio, domino férreamente
el sistema político, con una cierta dosis de violencia. Supo contar con un equipo de
intelectuales entre ellos Francisco de Quevedo. Como otros validos no tuvo un
nombramiento concreto como primer ministro. Oficialmente era sólo un consejero de
Estado, como muchos otros.
Hay dos puntos importantes en las leyes aragonesas, que revelan problemas de
envergadura:
Los principales opositores y enemigos de don Juan fueron cesados en sus puestos y
en muchos casos desterrados, como les ocurrió, entre otros, al almirante de Castilla, al
presidente del consejo de Flandes o al Conde de Aguilar. La llegada del hijo de Felipe
IV al poder suscitó una ola inmensa de entusiasmo, no solo en España sino también
en otros territorios de la monarquía. Para muchos, don Juan era el esperado salvador,
un mito político que, como tal, estaba destinado al fracaso.
Por mucho que pudiera hacer jamás satisfaría las expectativas creadas. Para su
desgracia además, y a pesar de su intensa dedicación al trabajo, sus años de gobierno
coincidieron con un periodo de crisis y dificultades y se vieron truncados por su
temprana muerte, en septiembre de 1679. El número de enemigos se incrementó a lo
largo de su mandato. También el de los desencantados y descontentos. Las sátiras y
panfletos, que tan hábilmente había sabido utilizar contra los validos de la reina, se
cebaron ampliamente ahora en su persona, recordando una y otra vez su filiación
ilegitima.
Don Juan procuró educar a su hermanastro en las tareas reales, algo de lo que
apenas se habían ocupado anteriormente. Una de sus iniciativas fue la celebración de
Cortes en el reino de Aragón en 1677-1678, que le sirvieron no sólo para premiar a su
clientela aragonesa, sino también para que el rey jurara los fueros y efectuara su viaje
más largo fuera de Madrid y los sitios reales. Al parecer, don Juan proyectaba reunir
Cortes en otros territorios de la Corona de Aragón, pero diversas causas, y entre ellas
su muerte, impidieron tales convocatorias. El proceso de maduración y aprendizaje de
Carlos II requería también su matrimonio, que permitiera asegurar cuanto antes la
sucesión al trono. Y a ellos se dedicó don Juan durante los últimos meses de su vida,
aunque no llegó a verlo culminado.
13.Los gobiernos del duque de Medinaceli y del duque de Oropesa.
Meses después de la muerte de don Juan, en febrero de 1680, Carlos II nombró
primer ministro al VIII duque de Medinaceli, don Juan Francisco de la Cerda, quien
además de ser el cabeza de una de las casas más poderosas y ricas de España era
sumiller de corps desde tiempos de Valenzuela, consejero de Estado y presidente del
Consejo de Indias. Pese a su alto cargo palatino y a la cercanía que este le permitía
con el rey, ni en su caso ni en el de conde de Oropesa se trataba ya propiamente de
un valido, pues su acceso al poder no era fruto de la confianza y amistad con el rey,
sino de las intrigas cortesanas y la pugna de las facciones aristocráticas. Su política
continuó el reformismo de su predecesor.
Su gestión del poder le fue creando enemigos entre la aristocracia, pero la principal
oposición a su política fue la de la propia reina María Luisa de Orleans. Varios
franceses a su servicio fueron expulsados de la Corte por diversos incidentes, lo que
irritó a la reina, lo mismo que el cese del embajador marqués de Villars a finales de
1681, como consecuencia de las gestiones del duque ante Luis XIV, o las sanciones y
la posterior destitución de su caballerizo mayor, duque de Osuna.
Luego de un ataque de hemiplejia en 1684, y de las derrotas sufridas por las tropas
hispanas en la tercera de las guerras que la enfrentaron a Francia durante aquel
reinado, que supusieron la perdida de Luxemburgo, el duque descargó parte de sus
competencias en uno de los personajes más poderosos de la corte, el conde de
Oropesa. En abril del año siguiente, Medinaceli presento su dimisión y a mediados de
julio fue desterrado a Cogolludo.
De la gestión del conde de Oropesa destacan sus intentos por mejorar la situación
económica castellana a través del saneamiento de las finanzas, la reforma monetaria
de 1686, la reforma presupuestaria de 1688 y los proyectos de reducción de la
burocracia de 1687 y 1691. En los asuntos financieros contó con la ayuda eficaz del
marqués de los Vélez, gobernador del consejo de Indias y desde 1687 presidente del
mismo y superintendente de Hacienda.
El rey aun joven y sano en los primeros momentos del reinado, restaura también una
vida cortesana muy alicaída en los últimos años de Felipe V, mas adelante le
aquejaran los mismos males que a su padre. A su madrastra, Isabel de Farnesio la
trató con discreto desprecio pero manteniéndola con firmeza fuera de la corte y de la
política, era una respuesta a la actitud crítica de Isabel y su entorno hacia los nuevos
monarcas.
Mas novedad reviste en este reinado la política de comunicaciones, por lo que se trató
de mejorar los transportes entre Madrid y la periferia, especialmente con la costa
norte.
La lucha entre estado e iglesia tenía un punto importante en los bienes eclesiásticos.
En 1761 se produjo un choque entre el monarca y el Inquisidor general, el cual fue
desterrado de la corte, hasta que aceptó su plena supeditación al poder civil. Como
consecuencia el monarca reafirmó su derecho a autorizar la difusión de los
documentos papales, sometiéndolos al previo permiso o pase regio. En resumen, el
gobierno de Carlos III amenazaba algunos de los privilegios de la Iglesia o de
colectivos concretos como los jesuitas.