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2012/2013

UNIVERSIDAD
DE HUELVA
HISTORIA MODERNA DE ESPAÑA

2º Cuatrimestre | Griselia C. Vizuete Linares


Bloque Temático 1: El Siglo XVI. Formación y
consolidación del Estado Moderno.
La diversidad de los reinos a comienzos de la Edad Moderna. El conflicto por la sucesión a la corona
castellana. El proceso de unificación promovido por los Reyes Católicos y la reorganización de la
administración real. La hacienda pública. Las bases del ejército. La proyección atlántica de la
monarquía: el descubrimiento del Nuevo Mundo. Los mecanismos de y directrices de la política
exterior.

1. La diversidad de los reinos a comienzos de la Edad Moderna.


La configuración de los diferentes reinos antes del matrimonio (España entorno a
1492). El momento para algunos autores como el inicio de la Edad Moderna. Existen
elementos que se dan antes y después de esta fecha.
Son un conjunto de reinos y territorios con una fisonomía en torno a 1492. Hay que
tener en cuenta que en la formación del Estado español son unos territorios
independientes. En esta distribución territorial se produce un matrimonio entre Isabel y
Fernando que será el germen de la unión. No existe a esa fecha una España sino
reinos como el de Castilla y de Aragón. Existe un concepto de Hispania, aquel territorio
romanizado, llamado por los romanos como Hispania. El concepto de España es un
término que se va creando en el exterior antes que en España.
Será una percepción más desde fuera que dentro. La capital estaba habitualmente
donde estaba la corte que no era fija, y que será fija en 1561 con Felipe II en Madrid.
Estamos ante un conjunto de territorios y la unidad institucional no se ha producido
con los Reyes Católicos, es más, un aragonés no se considera español, ni el
castellano. Los que habitan lo diferentes territorios consideran a los demás
extranjeros.
En primer lugar, hay dos coronas: Aragón y Castilla, aparte del de Portugal. El reino de
Castilla está formado por las Asturias, que es un principado desde el siglo XIV que
ostenta el heredero de la Corona castellana. Territorio con lengua propia (bable) que le
da una cierta diferencia. El reino de Galicia también posee su propia lengua pero
forma la Corona de Castilla. Territorio alejado de la corte al que se enviaban
delegados. Fisonomía y leyes. El reino de León es más antiguo en cuanto a reino que
el reino de Castilla. Dentro de la corona de Castilla hay otros territorios que se fueron
denominando reinos mediante el proceso de repoblación. Desde el norte hacia abajo:
Córdoba, Granda, Sevilla, Jaén, Murcia. El segundo proceso repoblador e Andalucía y
en otros territorios límites de Granada. Territorio repoblado por los cristianos: mediante
el cual el condado de Castilla llega a ser el reino más importante.
Otros territorios que fueron repoblados nada más ser conquistados fue Sevilla. De
todas formas se llevó a cabo una segunda repoblación creando nuevas poblaciones a
las que se les da exenciones fiscales. Territorios no explotados como San Juan del
Puerto o Valverde del camino en el siglo XV y en el siglo XIV, Trigueros.
Castilla es un reino que se va expandiendo mediante la repoblación con la ayuda de
los nobles y los concejos por lo que parte de esos territorios fueron dado a nobles:
señoríos jurisdiccionales. Dentro de Castilla existen unas provincias (actual País
Vasco) al norte: tenían unos fueros y privilegios diferentes a los demás territorios de
Castilla. Esto no significaba que no fuera parte del reino de Castilla. Entre esos
privilegios, aparte de los jurídicos, tenían fiscales diferentes a los de los castellanos,
pues estaban exentos de pagar impuesto. En el “País Vasco”, ni el pueblo llano
pagaba impuesto, por lo que se considera a los vascos como hidalgos. Mientras que
donde la repoblación lo habían hechos títulos nobiliarios, no convenía que hubiesen
hidalgos que no pagasen impuestos. Pero aun así, el “País Vasco” no era
independiente de Castilla.
El caso de Navarra en 1492, es un reino independiente de la Corona de Castilla hasta
1512, que se anexiona a través de una anexión militar. Tenían una dinastía, Foix,
Albret, Eureaux, que eran dinásticos en Navarra y dependientes de Francia. Por lo que
era un reino independiente gobernado por una dinastía con una conexión o relación
con Francia (dependencia como familia del rey de Francia). Por lo que va a tener unas
instituciones diferentes que Castilla respeta. Fernando el Católico es el encargado de
la anexión de Navarra a Castilla. Fernando, se encontraba como regente tras la
muerte de Isabel en 1504, y dirigió la anexión hacia la Corona de Castilla y no a la de
Aragón. (Regente de Castilla y rey de Aragón). Lo hace con el ejército de Castilla.
Las Islas Canarias en 1492 y en los años anteriores ha sido un territorio en disputa
entre la Corona portuguesa y la española: esta se visualiza en este caso canario. En el
año 1479 como resultado de la crisis sucesora de Castilla se firma el tratado de
Alcaçovas-Toledo: donde se reconoce a Isabel la Católica como reina de Castilla por
parte de Portugal. Lo cual fue interesante pues la reconoce frente a Juana la
Beltraneja. En este acuerdo se decide: lo que es al este de las Islas Canarias es para
Portugal, y todo lo que estuviera al oeste era para Castilla. El negocio en principio era
favorable para Portugal pero Isabel se queda con el Reino de Castilla.
A partir de este tratado, se habría para Portugal un camino de expansión hacia las
rutas de las especias a través de África. A Castilla sólo le quedan las Islas Canarias y
el hecho de que apostara por el descubrimiento de América.
El área africano conflictivo, la Corona española pasa a los andaluces de actividades
legales a ilegales, sin el apoyo oficial, pero sí de la Corona. A gente que se dedican al
mar y le quitan su zona de expansión al norte no le queda otra que hacerlo
ilegalmente. Se decía que iban muchos malhechores pero en realidad eran estos
hombres que se veían obligados a trabajar ilegalmente.
En 1492, momento en el que se configura el Estado moderno español, los reinos que
se crean en América pertenecen a la Corona de Castilla pues es la que realiza la
expedición y no dependían del Aragonés. Dirigidos por virreyes que gobiernan
virreinatos: de Nueva España y Perú. Posteriormente en el siglo XVIII se crean nuevos
virreinatos. La unión de Aragón y Castilla a través del casamiento, hace que se tomen
modelos institucionales de Aragón y se lleven a América.
Las Islas Canarias estuvieron ocupadas por los Guanches, a los que había que
combatir y conquistar. Hasta 1492, se conquista la Palma y hay otros que no se
conquistaron hasta 1496. El que Castilla tuviera Canaria facilitó de forma importante
en el descubrimiento de América. Otra cosa fundamental es el proceso de repoblación
que se da en las Canarias por primera vez y que luego se dará en América. La propia
corona propicia la mezcla entre los guanches y los castellanos. Una expansión con
aniquilación de la población. La corona española, propició el mestizaje y la
evangelización. Los canarios fueron un ensayo de la conquista de América: tipo de
conquista y colonización diferente que ensayaron. La importancia de las Islas Canarias
radica en que fue un instrumento para abastecer a las embarcaciones y que gracias a
ellas se ha permitido ensayar el tipo de conquista que se reproduce en América.
Los territorios que conforman la Corona de Aragón son:

- Principado de Cataluña
- Reino de Valencia
- Reino de Mallorca
- Aragón

Este conjunto de grupos territoriales era una confederación de reinos. El conde de


Barcelona pasa a ser el rey de los territorios del reino de Aragón, y Fernando el
Católico será Conde de Barcelona y rey de Aragón. Son cuatro reinos los cuales
tienen diferentes instituciones y tiene virreinatos pues tienen un solo rey para el reino y
virreyes que hacen la función del rey cuando este no está.
Aragón va a ser un condado que se transforma en el siglo XI en reino. El principado de
Cataluña cuyo origen en la marca hispánica, motiva a que las normas de
funcionamiento sociales sean diferentes a la de los demás territorios, pues el
feudalismo fue más patente en el principado de Cataluña que en el resto de la
Península Ibérica. Las diferencias que existían entre un territorio y otro lo demuestra la
lengua que eran distintas.
El reino de Valencia se construye como consecuencia de dos causas principales. La
primera de la reconquista y la otra como consecuencia de la repoblación por catalanes
y aragoneses que es un proceso que se da en la Baja Edad Media. Por otro lado, el
reino de Mallorca estaba ocupado por los musulmanes con un período de
independencia en el siglo XIII, que luego fue asumido por los catalanes.

2. El conflicto por la sucesión a la corona castellana

Para que se produzca el matrimonio entre Isabel y Fernando, previamente Isabel tenía
que ser reina de Castilla. Y no era fácil porque se produce una crisis sucesoria. El rey
Enrique IV, estaba casado con Juan de Portugal y tuvieron a Juana la Beltraneja, que
recibe este apodo porque corrían rumores de que el rey era impotente y ella era hija
de Beltrán de la Cueva. Se producen tres problemas para que se constituya el Estado
Moderno en España:
- Problema dinástico: no está claro a quién le pertenece la corona. Según el rey
es Juana la Beltraneja. Los nobles se hicieron partidarios de Alfonso y cuando
este muere, de Isabel. Con el acuerdo de los toros de Guisando, Enrique IV
acepta que Isabel fuera reina a cambio de que se case con el candidato que
Enrique quisiera. Pero Isabel no tenía ninguna intención de que nadie la
dirigiese y no cumple el acuerdo. A partir de ahí, la nobleza ve más fácil
manejar a Juana. Se da un conflicto bélica entre los que piensan que Isabel es
la sucesora y los que piensan que no.
- Los nobles quieren controlar el poder de la monarquía intentando conservar
sus privilegios. Hubo un apoyo de la burguesía a Isabel la Católica. Los nobles
llevaron a cabo un tejemaneje para controlar la voluntad del rey. Forcejeo entre
la corona que quiere la unión y la nobleza que quiere la división territorial y
ejercer en esta su poder.
- Diplomático o de relaciones internaciones. El matrimonio era una cuestión
política de estado e importa para las relaciones internacionales. Había varios
candidatos:
-Alfonso V de Portugal. Que tiene un imperio y es rey
-Francia. Casar a un hermano del rey de Francia con Isabel.
-Fernando el Católico. La posibilidad menos poderosa.
Se negocia con Aragón y se queda al margen Francia. Si dejaba al margen a
Alonso V no existiría una unión.
Isabel, opta por Fernando, porque no hubiese tenido la libertad de movimiento con el
candidato portugués o con el francés, pues Aragón era un reino más pequeño. El peso
en la decisión era principalmente político. Una vez que decide casarse con el heredero
aragonés, se da un conflicto que se hace internacional porque el rey de Portugal y el
de Francia, entran a apoyar a Juana. Con el Tratado de Alcaçovas-Toledo, se acaban
los problemas dinásticos porque Isabel queda como reina, y el diplomático porque el
rey de Portugal reconoce a Isabel como la reina. Así que, como Castilla estaba
interesada en el reconocimiento de Isabel, se queda con Canarias y lo desconocido.
El problema político, sin embargo, no termina de resolverse, pues los nobles siempre
van a intentar conservar sus poderes y privilegios.

3. El proceso de unificación promovido por los Reyes Católicos y la


reorganización de la administración real.
¿En que se basa la formación del Estado Moderno?
a) Unidad en torno al rey como poder absoluto. Los reyes crean un poder
autoritario.
b) Unidad religiosa entorno al cristianismo. La religión va a ser un elemento clave
en la formación del estado.
c) Respecto al orden social preexistente. Se eliminan aquellas parcelas de poder
de la nobleza que limitan al poder político. La Corona acepta los instrumentos y
las bases establecidas.
d) Utilización de instituciones existentes con anterioridad y otras que existen son
modificadas para que el monarca las utilice a su servicio.
¿Quién tiene más protagonismo? La Corona de Castilla sustenta la política española
financiando la mayor parte de la actividad política. Instituciones sobre las que se
constituye el Estado Moderno:
A) CONSEJO REAL: No nace en la Edad Moderna. Van a tomar unas
atribuciones en materia de gobierno en mayor medida. Los reyes le van a dar
un carácter más letrado y profesional, profesionalizando a través de las cortes.
La corona por sí sola no puede ejercer el poder sin unas cortes. Está formado
por un presidente que la mayoría de las veces era obispo o arzobispo, prelado.
También había tres nobles- caballeros y ocho o nueve letrados (formados en
derecho). Se produce un triunfo de la nobleza jurídica sobre la normal. Este
consejo se va a constituir en la columna vertebral de la administración del reino
porque asume muchos poderes:
- Gobernativas: por delegación del rey. Ejecutivo. Concesiones administrativas.
- Legislativo: emite normativas en nombre del rey.
- Es tribunal supremo de justicia.
- Un cuerpo consultivo que elabora dictámenes, es decir, conserva sus
facultades o funciones de asesoramiento.
Acumulación de poderes y la no división de estos. Dentro del consejo existían
diferentes secciones:
- Asuntos internacionales
- Sección temas de justicia
- Hacienda pública
- Corona de Aragón
- Órdenes militares
Junto a este consejo que se subdivide en funciones, pues la maquinaria
gubernamental se hace más compleja. Posteriormente hablemos de un régimen
polisinodial. Este consejo real, se hace más complejo al paso del tiempo.
En el reino de Galicia, va a existir un consejo especial por ser un territorio apartado,
formado por: gobernador, tres oidores (jueces civiles) y dos escribanos. Que va a tener
funciones fundamentalmente judiciales. Este consejo especial, en 1505 se va a
transformar en la Audiencia de Galicia. Todavía el concepto de Audiencia es utilizado
en la Administración española actual, perviviendo hasta nuestros días. La función de
asesoramiento es conservada a través del consejo de Estado.
Dentro de esta administración, existen otros cargos que colaboran para ayudar:
- Secretarios reales: son los que despachan directamente con el rey: hacen de
vinculo entre los consejos y el rey. Dispone del sello real. Entre los más
destacados están Fernán Álvarez de Toledo, Alonso de Ávila, López Conchillo.
Es una figura fundamental que lleva las consultas que se proponen al rey y
comunica las decisiones del rey: el intermediario. Una persona formada
burocráticamente para llevar las labores del gobierno, entre ellos, obispos.
- Otras figuras como los virreyes: desde tiempo atrás funcionaban en Aragón y
Castilla la toma para el territorio americano y para otros. Actúan como
delegados territoriales de la corona en ese lugar. Son los visorey: virrey.
- Capitanes generales o gobernadores: nombrados por el gobierno en los
nuevos territorios conquistados que luego estaban en territorios conflictivos.
Estas figuras son trasladadas al mundo americano, por lo que existen territorios
llamados capitanías, allí donde el proceso no fue pacífico.
- Corregidores. Son los enviados del rey a los municipios más importantes de la
corona. Es una figura muy importante. En determinados lugares se les domina
alcaldes mayores con las mismas funciones. El corregidor está en la cabeza de
la comarca que hace llegar las órdenes y mantener al corriente a los monarcas
de lo que ocurre. Presiden los cabildos municipales que es donde se decide la
vida municipal. Como hemos dicho, los cabildos municipales estaban
presididos por los corregidores en función de delegación. Los cabildos
municipales estaban formados por alcaldes mayores, regidores y escribanos
que daban fe y no podían decidir nada sin que el regidor o el alcalde mayor lo
permitiese. El corregidor tiene atribuciones judiciales y tiene la capacidad de
hacer autos de buen gobierno: hacer una normativa específica para regular los
comportamientos de la vida cotidiana.
- Las hermandades: encargados del orden público y de perseguir a los
delincuentes, sobre todo en el ámbito rural, pues en el de la ciudad están los
corregidores.
B) Por otro lado era necesario tener un cuerpo de seguridad. Es más fue un
instrumento básico en la formación del Estado Moderno: la formación de un
EJÉRCITO. No es una cuestión que se resuelva de la noche a la mañana, sino
que se va produciendo una reforma importante, pero el ejército que se tiene, en
el perviven rasgos medievales. Integrado por huestes municipales: tropas
reclutadas por los municipios y que dependían de ellos. También formaban
parte de estas huestes los títulos nobiliarios que acudían con sus propias
tropas o por otro lado tropas militares. Otorgaron servicios a la corona a través
de la defensa, por lo que reciben prerrogativas.
Las reformas se llevan a efecto tras la guerra de Granada, imponiéndose el servicio
obligatorio así en el 1496. Se crea una fuerza permanente que debería estar formada
por hombres de veinte a cuarenta y cinco años. Se trata de conseguir recursos
humanos al menor coste posible. Se van destinar, por otro lado, más impuestos de la
corona al ejército: del 15% se pasa al 50% del presupuesto general. También se
desarrolla un sector ejército que es la artillería que permite destruir los castillos que es
el poder de los nobles. Se creó una tropa fija de infantería que estaría en la línea de
ese servicio obligatorio. No se acaba con la caballería pero existe un cuerpo
compuesto por tres mil jinetes.
En cuanto al tema naval, los reyes Católicos, no dispusieron de una armada propia
para los conflictos bélicos, sino que prefirieron alquilar barcos y tripulaciones para
combatir a los enemigos.
C) HACIENDA PÚBLICA: No cabe duda de que el fortalecimiento de la monarquía
y la existencia de esta con los Reyes Católicos, debería de tener una economía
saneada y una fiscalidad eficaz para tener una buena hacienda pública. Los
que pagaban impuestos era los derechos porque pagaban sus pechos, es
decir, existían muchas personas que no pagaban impuestos.
Existía una hacienda que obtenía dos tipos de ingresos:
- Ingresos ordinarios. Fueron fundamentalmente para hacer una política
independiente a la nobleza. La alcabala, impuesto que grababa el comercio
interior entre unos lugares y otros del reino castellano. El almojarifato, grababa
el comercio exterior con cualquier reino extranjero. El montazgo, que se
pagaba por el traslado del ganado trashumante. El impuesto de la sal, utilizado
para la salazón del pescado o del jamón: producto primordial para la
conservación. Los impuestos ordinarios se pagaban siempre. El impuesto de
las tercias reales, dos novenas partes del diezmo eclesiástico que se le daba al
rey. El impuesto de moneda forera, se les cobrar a los vecinos cada siete años.
- Ingresos extraordinarios. La mayoría de estos fueron desarrollados en la
época de los Reyes Católicos.
 Servicios que las cortes otorgaban al rey. Cada vez que el monarca
necesitaba recursos extras, este recurría a nuevos impuestos, pero tenían
que ser aprobados por las cortes (tenían que dar el visto bueno). Para una
guerra se pedían servicios extraordinarios.
 Los préstamos solicitados a entidades bancarias, a banqueros, que a veces
eran de carácter voluntario, aunque podían ser forzosos.
 Aportaciones que daban las comunidades religiosas. Como la corona está
haciendo una unidad religiosa cristiana, tiene que pagar por profesar (judíos
y musulmanes) otra religión diferente.
Gracias a estas dos vías, la hacienda de los Reyes Católicos se incrementó y pudieron
desarrollar una política más independiente de la nobleza. Cuando el poder no tiene
que dar cuenta de sus gastos puede hacer una política autónoma, independiente y
autoritaria. Posibilitó, la formación de un estado moderno donde los reyes no estaban
limitados ni por la nobleza ni otro poder territorial.
D) LAS CORTES: Institución de origen medieval, pero debido al afán de
concentrar el poder por parte de los reyes Católicos, se van a reducir sus
reuniones, que fueron sólo diez durante su reinado. Cuando se reunían tenían
la capacidad de pedir cuentas al monarca, se podían expresar los agravios que
hubiesen sufrido. Es un mecanismo mediante el cual se ejerce un control a los
monarcas, pues los órganos representativos tienen la capacidad de controlar.
De las diez ocasiones, sólo en algunas ocasiones fueron cortes en las que se
llevaron a efectos cuestiones referentes a cambios de leyes para la jura del rey:
cuestiones para las que preceptivamente era necesario convocarlas.
La necesidad de pedir recursos económicos hacia obligar a la corona a convocarlas,
pero como aumentaron los impuestos ordinarios, esto hizo que fuese menos necesario
convocarlas. Se produce una tendencia a favor de la monarquía en detrimento de las
cortes. En estas, no estaban representados todos los territorios. Además como las
cortes fueron perdiendo poder, los nobles empezaron a dejar de ir a las cortes. Las
ciudades que estaban representadas son las siguientes: Granada, Burgos, Toledo,
Valladolid, Ávila, Segovia, Soria, León, Salamanca, Zamora, Madrid, Guadalajara,
Cuenca, Jaén, Córdoba, Sevilla, Murcia y Toro.
Estas ciudades enviaban a sus representantes procuradores en cortes, son dos
representantes correspondientes a cada lugar nombrados por el propio monarca, esto
hacia que se limitara los poderes.

ORGANIGRAMA TERRITORIAL DE LA JUSTICIA EN ESPAÑA:

No todos eran iguales ante la ley, me refiero a los diferentes territorios que forman la
corona. No sólo por cuestiones territoriales sino también de status (ser noble o no).
Tampoco era lo mismo ser clérigo o militar que no serlo, pues existían instituciones
judiciales aparte para juzgarlos (un tribunal específico de la iglesia). Según los
privilegios te juzga una jurisdicción u otra. Por lo que los que formaban parte del
territorio de la corona, no eran todos de la misma forma juzgados. Tribunales:
- Eclesiásticos
- Militares
- Inquisición
- Nobiliarios
- Territoriales
- Mesta

En casa sitio, la ley era diferente pues dependía de los privilegios que habían ido
adquiriendo a lo largo del tiempo. ¿Cómo se organiza territorialmente el Estado
moderno? Va a aparecer diferentes jurisdicciones en los diversos territorios. En estos
territorios, está por un lado los territorios de señoríos y los de realengo (dependen del
monarca) (estando dentro del territorio del rey, tiene jurisdicción señorial). Por otra
parte, los concejos de realengo son los que suelen administrar la justicia por
delegación de la corona. Los concejos podían ser de dos tipos:
- Abiertos: en los que participaba todo el pueblo.
- Cerrados: los cabildos municipales que han degenerado al de nuestros días-
un grupo que representa y decide las decisiones. Un grupo elitista.
La justicia señorial se impartía en los territorios de jurisdicción señorial. La justicia
organizada en torno a los reinos y a las coronas. Los territorios forales, tenían unos
fueros, unas leyes diferentes al resto. Que tuvieran sus propios privilegios, no significa
que fueran independientes históricamente, sino que formaban parte de la corona de
Castilla. Esto no quiere decir que no haya fueros en los territorios no forales, sino que
eran aislados y no un todo. Cada rey tenía que organizar y mantener la organización
de la justicia en cada territorio.

LA JUSTICIA REAL DE CASTILLA:

Perviven los privilegios territoriales que cada territorio tenia de forma independiente. El
poder supremo para la creación de una justicia que fortalezca el estado moderno lo
tiene el rey. Como el rey no puede llevar todos los asuntos se organiza a través del
Consejo Real que actuaba como última instancia, como “tribunal supremo” que
actuaba por delegación del rey. El rey es autoritario en la Edad Moderna. En los
señoríos, el señor tenia la jurisdicción para impartir justicia a través de sus delegados
que eran los alcaldes (tenían poderes ejecutivos y de administrar justicia en primera
instancia). El corregidor, era el delegado del señor superior en el municipio y si todavía
no se solucionaba el problema, se acudía al señor.

La corona va a hacer que los súbditos tengan el derecho de apelar cualquier sentencia
de las instituciones territoriales a la justicia real. Podían pedir que la administración de
justicia real interviniera en las sentencias. (Las leyes generales también se cumplían
en los señoríos, aunque estos de por sí tenían sus propias leyes u ordenanzas
otorgadas por el señor). Siempre en un tribunal de la corona tiene un rango superior
en una ley real. La justicia señorial depende de la justicia real.
Existía aparte del Consejo Real, una Cámara de Castilla ligada a este que proponía
los cargos. Un órgano que ayuda al funcionamiento de la administración de la justicia.
La Sala de Alcaldes de Casa y Corte es para los delitos relacionados con la corte. La
instancia inferior a la consejo son las Audiencias (Corona de Aragón) y Chancillerías
(en la Corona de Castilla).
Chancillerías:
- Granada
- Valladolid. La primera que se crea en tiempos de los Reyes Católicos.

La segunda es Ciudad Real, pero con la conquista de Granada se traspasa a


Granada. Había audiencias que dependían de la chancillería, como era tan complejo,
la audiencia de las Islas de Canarias no tenía por qué tener las mismas competencias
que la de Sevilla. La jurisdicción de la chancillería es todo al norte y al sur del río Tajo,
es jurisdicción de la chancillería de Granada. La audiencia de las Islas Canarias
dependía de la chancillería de Granada. Dentro de la chancillería de Valladolid,
estaban diversas audiencias como la de Galicia. Había delitos que dependiendo de los
privilegios y del territorio se administraba en un lugar o en otro (una chancillería/
audiencia u otra).
Existían conflictos de competencia a menudo en el Antiguo Régimen. Había delitos
que según la cuantía o el tipo, la audiencia no tenía jurisdicción sino la chancillería.
Todos los españoles eran diferentes ante la ley, teniendo en cuento los diferentes
matices sociales, a qué grupo social se pertenece, que religión se profesa.
(El estado moderno será un proceso que se dará a lo largo de la Edad Moderna).
En 1475, fue la primera chancillería de Valladolid, y en 1494, la segunda chancillería
en Ciudad Real, que posteriormente será trasladada a una sede permanente en
Granada en 1505. Dentro de las chancillerías se constituyen diferentes salas que la
organizan. Existían por lo tanto, un presidente de la chancillería y diversas salas:
- Salas de lo civil: eran cuatro en cada una de las chancillerías y resolvían
cuestiones estrictamente civiles. Los jueces competentes reciben la
denominación de oidores.
- Salas de “carácter penal”- salas de lo criminal: cuyo juez se denominaba
alcalde del crimen.
- Sala de fijosdalgo: una sala que se dedica a juzgar a aquellas personas que
pertenecen al estamento nobiliario.
Junto a los jueces que integraban cada una de las salas nos vamos a encontrar unos
“funcionarios”:
- Procuradores
- Fiscales
- Escribanos que dan fe.
4. La hacienda pública.

Es otro pilar fundamental del nuevo orden que querían instaurar los Reyes Católicos.
Disponer de una Hacienda saneada proporcionaba una gran independencia a la
Corona, ya que no tendría que recurrir al apoyo de la Nobleza u otros poderes fácticos,
y le permitiría llevar a cabo una política propia.

INGRESOS.- Disponía de dos tipos de ingresos:


- Ingresos Ordinarios:
o La Alcabala, que gravaba el comercio y supone entre un 70 y un 80%
del total de los ingresos ordinarios.
o El Almojarifazgo, que gravaba el comercio exterior y solía pagarse en
los puertos.
o El Montazgo, que gravaba a los ganados trashumantes en sus
desplazamientos.
o Las Tercias Reales, que eran los 2/9 del diezmo que va a parar a la
Corona.
o El Impuesto de la Sal, que gravaba este producto, imprescindible para
la conservación de alimentos, sobre todo el pescado.
- Ingresos Extraordinarios:
o Casi todos eran de nuevo cuño y solían gravar los servicios que debían
ser aprobados en Cortes a petición de la Corona.
o Otra forma era la del préstamo voluntario o forzoso, que realizaban
particulares y banqueros (nacionales y extranjeros).
o Las Contribuciones que pagaban las minorías religiosas (judíos y
mudéjares).
Todos estos ingresos permitieron a los Reyes Católicos llevar a cabo una política
exterior independiente, ya que no debían dar cuenta a nadie de los gastos y
movimientos de tropas. Su recaudación era independiente en Castilla y en Aragón,
pese a que los gastos en política exterior eran soportados por ambas coronas.

5. Las bases del ejército.


El Ejército Moderno se va ir construyendo a partir de los Reyes Católicos. Será
necesario un modelo de ejército que garantice la hegemonía de la Corona por encima
de la Nobleza. Sin embargo, este ejército hubo de fundarse en las estructuras de
carácter medieval que hasta entonces imperaban. Así, el ejército de la Conquista de
Granada estaba compuesto por Huestes Municipales, por la Baja Nobleza y por las
Órdenes Militares.
Pero los RR.CC. van a ir cambiando todo esto, de manera que garanticen la
independencia de las Villas, nobles y órdenes. Entre otras cosas, dispusieron que
todos los súbditos del reino debieran servir obligatoriamente en el Ejército Real (salvo
la Nobleza, para quienes era voluntario).
En 1496 se va a decidir la creación de una fuerza permanente de infantería, integrada
por hombres de entre 20 y 45 años. Otra medida va a ser el destinar de más fondos
económicos al ejército para dotarlo de más medios humanos y técnicos. Este aumento
será de un 15 a un 50% de los recursos fiscales.
También se llevará a cabo la potenciación del Cuerpo de Artillería que serviría para
despejar cualquier duda de que la Corona pudiera vencer a cualquier noble por mucho
castillo que tuviera. La infantería sería potenciada por encima de la caballería, que
hasta entonces era el cuerpo más importante del ejército (pese a que seguirá siendo
un recurso importante).
Sin embargo, la Corona carecía de una Flota propia, teniendo que recurrir a la
contratación de navíos. A lo que, además del coste económico, había que añadir la
dependencia de intereses privados.
6. La proyección atlántica de la monarquía: el descubrimiento del
Nuevo Mundo.

Aunque el mayor protagonismo de la expansión ibérica por el océano Atlántico a lo


largo de las costas de África en el siglo XV correspondió a Portugal, la corona de
Castilla y concretamente el litoral andaluz no estuvo ausente de aquel proceso
colonial. Los marinos andaluces con el apoyo de la nobleza se dedicaban a una
actividad mixta de pesca, comercio y piratería, con el nombre de rescates y entradas
en el litoral norteafricano. El ámbito de su acción era cuantitativa y cualitativamente
inferior al de Portugal pero no dejaban de inquietar a los lusitanos.
En el tratado de Alcaçovas, Castilla renuncio a toda expansión en África occidental y
sus mares con la excepción de las Canarias. A principios del siglo XV navegantes bajo
la soberanía de la corona de Castilla habían llegado a las islas Canarias. Durante el
reinado de los Reyes Católicos se reanudo el proceso conquistador, siempre por obra
de iniciativas particulares refrendadas por la Corona. Los monarcas adquirieron de los
anteriores “propietarios”, miembros de la oligarquía de Sevilla, el dominio de las islas
mayores del archipiélago, Gran Canaria, Tenerife y La Palma, dejándoles las islas
menores bajo soberanía real.
La conquista se llevo a cabo entre 1483 (Gran Canaria) y 1493-1496 (Tenerife)
mediante el sistema de capitulaciones o acuerdos con jefes individuales, los cuales
contaban con el respaldo de los comerciantes extranjeros establecidos en Sevilla. La
conquista y el proceso colonizador, plantearon en pequeña escala algunos de los
problemas que luego se presentaron en América: la relación entre iniciativa particular
y autoridad del soberano, la esclavitud de la población indígena, la introducción de
nuevos cultivos, la implantación de instituciones castellanas, etc. Todavía se utilizo la
figura del adelantado, propia de la frontera medieval, que estaba cayendo en desuso
en Castilla. El primer gobernador de la Gran Canaria fue el andaluz Pedro de Vera; de
Tenerife y La Palma lo fue Alonso Fernández de Lugo, colaborador de Vera.
El descubrimiento de América fue la culminación del proceso de expansión de
portugueses y castellanos por el Atlántico. Todo un conjunto de factores geográficos,
económicos, científicos y religiosos en la península ibérica se daban cita en los grupos
sociales y humanos que protagonizaron la proyección atlántica de los pueblos ibéricos.
Portugal llevaba ventaja en la carrera hacia las verdaderas Indias. Sus conocimientos
científicos eran superiores y había creado un sistema de navegación, comercio y
dominación en los archipiélagos atlánticos y en el litoral africano.
Tanto en Castilla como en Portugal la debilidad de las burguesías autóctonas hacia
que el capital necesario para las expediciones fuese aportado por los comerciantes
italianos establecidos en Lisboa y Sevilla. En este contexto, el genovés Cristóbal
Colón, navegante al servicio de Portugal en los archipiélagos atlánticos, propuso al rey
Juan II de Portugal el proyecto de llegar a las Indias navegando hacia Occidente. Se
trataba de un proyecto de insuficiente base científica que fue rechazado. Los reyes de
Castilla terminaron por concederle su aprobación, tras la intervención de aristócratas y
eclesiásticos andaluces, y el respaldo económico de conversos aragoneses y
valencianos. El apoyo material que se concedió a la empresa fue limitado, pero contó
con la colaboración de los navegantes del condado de Niebla, en el litoral onubense.
El viaje fue acertado desde el punto de vista técnico.
La administración de las tierras recién descubiertas se había concertado por las
Capitulaciones de Santa Fe. Colón se hizo prometer los títulos de almirante, virrey y
gobernador general con carácter hereditario, pero se le hizo difícil conservar estas
dignidades. El carácter de la sociedad descubierta imponía un tipo de relación basado
en el trabajo forzado de los indígenas y no en el comercio de las especias. Colón entró
en conflicto con los colonizadores españoles y en 1499 fue destituido como
gobernador aunque conservó la dignidad honorifica de almirante. La Corona concedió
capitulaciones a otros navegantes que llevaron a cabo, a partir de 1498, los
denominados viajes menores, con lo que los españoles llegaron al continente o Tierra
Firme.
Desde un primer momento los reyes se preocupaban por obtener la confirmación
papal de su soberanía sobre las Indias del Mar Océano, siguiendo una tradición de
bulas pontificias que se habían desarrollado a lo largo del siglo, sobre todo en
beneficio de Portugal. No fue fácil obtener de Alejandro VI la correspondiente bula,
pero fue preciso llegar a un acuerdo concreto con Portugal que mejoró la posición
portuguesa en el reparto del Atlántico y le permitió en ulteriores navegaciones la
ocupación del Brasil.
Las Indias eran dominio personal de los reyes, y mientras vivió Fernando el Católico
no fueron unidas a ninguna de las coronas peninsulares. La gestión de los asuntos
indianos fue encomendada a Rodríguez de Fonseca, hombre enérgico y de pocas
contemplaciones.
En 1503 se fundó en Sevilla la Casa de la Contratación, siguiendo los modelos
portugueses para el comercio y la navegación con Ultramar. Formaron parte de su
personal hombres que habían acompañado a Colón en sus viajes como el cántabro
Juan de la Cosa y el italiano Américo Vespucio.
Entre las motivaciones de la navegación atlántica se encontraba el deseo de
evangelización. Desde el segundo viaje se trasladaron a América, frailes de diversas
órdenes religiosas. La tarea de cristianización topó con la realidad del trato que los
conquistadores daban a los indígenas. Los eclesiásticos criticaron con dureza el
sistema colonial.
El cambio de dinastía vino a coincidir con el fin del ciclo de explotación de las islas del
Caribe. En torno a 1519, los conquistadores se lanzaban sobre la Tierra Firme del
Yucatán, a la búsqueda del imperio azteca. Tras ellos quedaba prácticamente
exterminada la población indígena de las Antillas, víctima del choque microbiano de
los europeos y de la imposición de un ritmo de trabajo que destruía su tradicional
equilibrio de vida. América fue para los españoles la ocasión de construir una sociedad
ideal pero esta sociedad se basaba en el dominio y/o tutela de la población amerindia.
Desde 1503, los regímenes del repartimiento de indígenas en encomiendas
consagraban, con limitaciones teóricas, el dominio social de los conquistadores.
7. Los mecanismos y directrices de la política exterior.

El marco de acción de la monarquía de los Reyes Católicos se extendió por el


mediterráneo, dando lugar a una política italiana y europea muy compleja. Al mismo
tiempo la corona respaldo la expansión en el área atlántica que llevo al descubrimiento
de América. Aunque hasta el fin de la guerra de Granada, Fernando el Católico no
tuvo una actuación brillante en el juego diplomático europeo, con anterioridad se
habían marcado ya algunas líneas de interés.
Con Portugal se mantuvo una política de constante amistad, reforzada por
matrimonios reales, dos hijas de los Reyes Católicos casaron con príncipes
portugueses. En cambio no se pudo aplicar esta política en Navarra.
Los matrimonios principescos obedecían a las líneas maestras de la gran alianza
diseñada por Juan II. Se trataba de enlazar con las dinastías reinantes situadas al
norte y este de Francia para contrarrestar la fuerza de esta última. Eran, además,
países con los que Castilla mantenía relaciones comerciales activas.
La pieza maestra de esta política fue el doble matrimonio del príncipe don Juan con la
princesa Margarita de Austria y de la princesa doña Juana con Felipe de Austria,
príncipe de los Países Bajos y hermano de Margarita. Como este personaje era hijo
del emperador Maximiliano de Austria, el cerco de Francia resultaba casi completo.
Además, las buenas relaciones políticas y económicas con Inglaterra plasmaron en el
matrimonio de la princesa Catalina de Aragón, hija de los soberanos españoles, con el
príncipe de Gales.
Se suele considerar que la política exterior de la monarquía estuvo dirigida
esencialmente por Fernando, y que respondió mas a la anterior trayectoria de la
corona de Aragón que a la de Castilla; esta siempre había mantenido pocas
confrontaciones con Francia, mientras que la lucha de la corona de Aragón con su
vecino del norte era endémica. En este tablero de juego Fernando potenció el sistema
italiano de los embajadores permanentes y contó con unos diplomáticos de gran
habilidad.
Bloque Temático 2: El proyecto de unidad religiosa y la
estructura judicial
La cuestión étnica. La expulsión de los judíos y el problema de los conversos. La población de origen
musulmán: mudéjares y moriscos. Culminación del programa de unidad religiosa: la expulsión de los
moriscos. La lucha contra el protestantismo en los territorios del Imperio. Las relaciones Iglesia-
Estado: los beneficios mutuos. La Monarquía y la Inquisición. La diversidad de la administración de
justicia.

1. La cuestión étnica.
Se plantea el problema étnico y como los Reyes intentan configurar un estado
moderno en torno a una unidad religiosa, está será empezada a construir en torno al
cristianismo. Hay dos comunidades religiosas-étnicas minoritarias pero con presencia.

1.1. La expulsión de los judíos y el problema de los conversos: desde el


Medievo están en los reinos de la Corona de Castilla y de la de Aragón.
Son aceptados con dos requisitos. El primero, que para ejercer su religión
estaban obligados a pagar un impuesto, pues existía un claro interés
económico por parte del Estado. Y el otro, es que existía la esperanza de
los judíos se convirtieran a la fe cristiana.

La comunidad judía de la Baja Edad Media, es de las más nutridas del occidente
medieval. En el siglo XIII, había en torno a unos dos cientos mil judíos (estamos en un
momento preestadísticos). Esta comunidad está compuesta por dos grupos sociales
principales:

- Minorías de escasa religiosidad en general, pero que es rica de los medios y


técnicas de dominación financiera.

- Son fundamentalmente una masa de artesanos y agricultores con una fe más


fuerte y que van a tener unos intereses diferentes al otro sector judío.

Se va a dar una animadversión hacia la comunidad judía por parte de los habitantes
de los diferentes reinos y se debió principalmente a:

- La comunidad judía va a ser los encargados de cobrar los impuestos de la


corona. Como los judíos se dedicaban a esto, existían muchos deudores
cristianos los que no querían pagar las deudas. Por lo que generó esta
animadversión que dio lugar a la persecución de judíos.

En este contexto, se va a producir una peste en el 1348, que mermó la población de


forma importante y a la vez unas guerras, que perjudicó de forma considerable a la
población judía. Además, a esto hay que sumarle las matanzas que se produjeron. En
1391, se van a dar persecuciones y matanzas en Sevilla, Barcelona, Lérida, Gerona,
Valencia, Mallorca y otras ciudades.

Son comunidades étnicas religiosas que desarrollan una serie de actividades que
genera animadversiones. Pero en el siglo XV, la población judía se vuelve a recuperar
con cifras similares a las del siglo XIII (1492: dos cientos mil judíos). En el caso de
Castilla había ciento cincuenta mil y en Aragón, unos cincuenta mil. Progresivamente,
en los casos de Aragón, Valencia, Cataluña y Mallorca, las aljamas irán perdiendo
importancia pues hay muchos judíos que se van convirtiendo al cristianismo. La
aljama, es el órgano que da cohesión a la comunidad judía dentro de la corona,
gestiona la vida interior de esta comunidad e imparten derechos privados a sus
miembros. También actuaban como entidades de crédito para la activación de la
economía judía. El otro elemento de unión y cohesión era la familia que posibilitaba su
forma de vida y fe.

En el siglo XV las comunidades judías estaban marginadas social y políticamente:

- El pago de unos impuestos que no pagaban ninguna otra persona por ejercer
una religión.

- Se les obligaba a llevar señales externas de su condición judía.

- Se les prohíbe utilizar determinadas vestimentas lujosas y de prestigio.

A partir de 1480, en las cortes de Toledo, se les va a marginar espacialmente,


obligándolos a vivir en barrios apartados, prohibiéndoles la comunicación con el resto
y evitando el contagio mediante el aislamiento territorial. (Se va a crear una Inquisición
española que es una forma de perseguir al hereje. Tenía jurisdicción sobre un
cristiano. Se creó el tribunal de las idolatrías) Todas estas medidas de marginación
llevan a los judíos a encubrirse como cristianos.

- No podían tener criados cristianos. Pues había que dejar claro que el cristiano
que tuviese dinero era superior al judío.

- No podían ostentar a cargos públicos.

- Los judíos no podían comprar bienes de carácter rústico (tierras) por un valor
superior a los treinta mil maravedíes.

El estado de unidad religiosa va a tener dificultades pues pretende una integración


total no una convivencia entre religiones. Por lo que los judíos tenían dos opciones:

- Convertirse al cristianismo

- O salir de los territorios.

Esto lleva a los reyes Católicos a expulsar a todos los judíos que no se convirtieran en
1483. Fueron expulsados de Andalucía y en el 1486 en Teruel. En 1492, se produce la
expulsión final de los judíos de Castilla y de Aragón. ¿Por qué los expulsa? Si en
principio la corona no tenia rasgos antisemitas, es más se servían de ellos. La corona
necesita recursos económicos, deprenderse de los ingresos de la comunidad judía no
es un buen mecanismo financiero. El motivo era logar ante todo una unidad religiosa
del estado. Pues los demás elementos serán contraproducentes para la corona.

La corona expulsa a los que podrían haber sabido gestionar bien lo que luego sería el
imperio español. Por lo que a la hora de administrarlo se tiro de ayuda extranjera. Ante
la expulsión, algunos se convertirán y otros (mayoritariamente) preferían irse y
continuar con su fe. Nos vamos a encontrar con judíos que tienen bienes y no les
dejan llevarlos por lo que acuden al fraude, dando lugar a una descapitalización. Los
que huyeron fueron los que más sufrieron pues en algunos territorios no fueron bien
acogidos. Hubo otros judíos que se instalaron en Portugal, Flandes, Inglaterra, Italia,
Turquía… Con la expulsión se pierde casi la mitad de la población judía quedando
unos cien mil convertidos. A los que volvieron se les devolvió sus bienes.

2. La expulsión de los judíos y el problema de los conversos.


La animadversión que se profesaba a los judíos tuvo su cénit en la expulsión del
territorio nacional que junto con los moriscos, dejaron España y mantuvieron su fe, o
bien se convirtieron y permanecieron donde estaban. Así, en 1483 fue decretada esta
expulsión por parte de los Reyes Católicos que van a conseguir así la unidad religiosa
del pueblo.
Este decreto se llevó a cabo en 1492, coincidiendo con la Conquista de Granada y el
Descubrimiento del Nuevo Mundo. Esta expulsión va a dejar a España sin un grupo de
personas muy cualificadas para desarrollar la gestión y la explotación de los territorios
conquistados.
Esta expulsión, aunque políticamente comprensible, resulta insostenible en ámbitos
económicos y administrativos (la Corona tenía a muchos judíos trabajando para ella).
Pese a todo, parece ser que los RR.CC. primaron los criterios religiosos sobre todos
los demás.
Una gran parte de los judíos se convirtieron al catolicismo con el objeto de seguir
viviendo en su tierra y mantener sus posesiones. Sin embargo, la mayoría de los
judíos optarán por mantener su fe y van a iniciar un éxodo tras verse obligados a
malvender sus bienes. Además, como los reyes prohibieron la salida de oro y plata del
reino, la mayoría hubo de hacer uso de Letras de Cambio que, gracias a sus
conocimientos financieros pudieron usar para salvaguardar su patrimonio. La mayoría
fueron a parar provisionalmente a Portugal, donde se les permitió la estancia durante
seis meses a cambio de un ducado por persona. No obstante, pasado este periodo,
casi todos marcharon al reino marroquí de Fez, donde recibieron un maltrato
generalizado por parte de los musulmanes. También hubo judíos que marcharon a
Flandes y otros lugares de Europa. Fueron muchos los que acabaron en Italia y
Turquía.
Sólo 1/4 de los judíos optaron por la conversión, número que se vio incrementado en
los primeros años después de la expulsión, pues, hartos de pasar calamidades en
otros países, decidieron que era mejor convertirse al catolicismo. A la ventaja de volver
a la tierra donde nacieron se suma la existencia de una legislación que les permitía
recuperar sus antiguos bienes, previa compensación al nuevo propietario. Sin
embargo, estas conversiones no fueron fáciles, debiendo pasar por la inspección del
Santo Oficio.
Pese a la incorporación de los judíos convertidos, los antiguos cristianos no van a ver
con buenos ojos a estos Conversos, los cuales legalmente ya no estarán privados de
tener criados cristianos, vivir en donde les plazca o ejercer altos cargos.
Estos conversos van a potenciar la clase burguesa, ejerciendo en su mayoría labores
financieras, de escribanos, de notarios, arrendadores de renta, médicos (especialidad
en la que históricamente los judíos habían demostrado sus grandes dotes), llegando
incluso a ser integrados en el seno de la Iglesia. Muchos eran funcionarios reales, lo
que les permitió ascender socialmente, llegando a integrarse en linajes nobiliarios
como los Pacheco, los Enríquez, los De la Cerda, etc. Igualmente también accedieron
a los altos cargos de la Iglesia.

El Cardenal Juan de Torquemada fue descendiente de judeo-converso. Además,


Tomás de Torquemada (sobrino de aquel) sería nombrado Inquisidor General del
Santo Oficio de la Inquisición. Asimismo, Alonso de Ávila (o Dávila), secretario de los
Reyes Católicos era judeo-converso, llegando a ser miembro de la Nobleza por los
servicios prestados a la Corona.

Todo este progreso de los judeo-conversos va ser visto con recelo por los Cristianos
Viejos, que los van a ver siempre como unos advenedizos indeseables. Debido a ello
propagaron numerosas acusaciones de falsas conversiones antes de la expulsión.

3. La población de origen musulmán: mudéjares y moriscos.


La Reconquista no supuso la desaparición de la población musulmana, sino que
siguieron formando parte de la población autóctona, sobre todo en Aragón y Levante.
A esta población musulmana que vivía entre cristianos, profesando su fe y sus
costumbres, se les llamó mudéjares.
En Aragón se asentó junto a los ríos, cultivando primorosamente las vegas, pues eran
expertos en los cultivos de regadío. Así, en Aragón representaban un 11% de la
población, en Valencia habría alrededor de 50.000 durante el s. XV. Pero en Valencia
se dedicaban a cultivar tierras de secano para los señores, aunque también había
mudéjares que cultivaban huertos, si bien la mayoría de estos casos se circunscriben
a las poblaciones de Játiva.
También fue importante su presencia en el reino de Murcia.
En Castilla sólo había unos 25.000 mudéjares, lo que da cuenta de lo escaso de su
población (sobre todo teniendo en cuenta que Castilla era 3 veces mayor que Aragón).
Se instalaron sobre todo en la Cuenca del Guadiana. En menos cantidad se
establecieron en Segovia, Ávila, Valladolid y Burgos. En el Valle del Guadalquivir sólo
había unos 2000, probablemente por las represiones en la zona durante la reconquista
del Sur peninsular.
La comunidad musulmana también estaba marginada dentro de la sociedad. En teoría
se debía respetar sus usos, costumbres y religión, previo pago de un impuesto. Así
pues, tenían tribunales especiales para juzgar los delitos contra las leyes musulmanas
dentro de sus comunidades (Aljamas o Morerías). Tenían prohibido el uso de
determinadas telas y vestimentas propias de cristianos, debiendo llevar, al igual que
los judíos, prendas distintivas de su condición. Vivían en ocasiones en barrios
específicos, compraban alimento en tiendas musulmanas. No podían tener sirvientes
ni criados cristianos.
Pese a todo, la marginación para con los musulmanes fue menor que la que se llevó a
cabo con los judíos. Probablemente porque los mudéjares no ejercían profesiones que
pudieran permitirles acceder a las altas esferas políticas o sociales. Todo lo más,
podían ser comerciantes adinerados que nunca pretendieron incorporarse al gobierno
ni tampoco integrarse en la nobleza. Además, la relación para con los mudéjares venía
regulada en la mayoría de los casos por las capitulaciones surgidas en la Reconquista.
Así, a raíz de la conquista de Granada en 1492, se establecieron leyes para permitir a
los musulmanes seguir practicando sus usos, costumbres y religión. Sin embargo,
debido al sistemático incumplimiento de estas leyes por parte de los cristianos,
llevaron a la aparición de los primeros conflictos.
Por ello, tras la rebelión de los mudéjares granadinos de 1500, en 1502 (mediante la
Pragmática de los Reyes Católicos) se ordena la conversión forzosa de los mudéjares,
que se convirtieron así en moriscos, es decir, se hicieron legalmente cristianos. Sin
embargo, siguieron practicando sus usos y costumbres, y en muchas ocasiones
también su religión.
La rebelión de las Alpujarras (1568) llevó a la dispersión de los moriscos granadinos
por el interior de Castilla (no así los de Levante), y la imposibilidad de integración y el
recelo a su connivencia con los piratas berberiscos y el Imperio turco llevarán a la
decisión de su expulsión en 1609, en tiempos de Felipe III.

4. Culminación del programa de unidad religiosa: la expulsión de los


moriscos.
El 9 de abril de 1609, Felipe III tomo la decisión de expulsar a los moriscos de España.
La distensión alcanzada gracias a la paz con Inglaterra en 1604 y con las Provincias
Unidas en 1609 permitió a España concentrar sus fuerzas terrestres y marítimas en el
Mediterráneo para garantizar la seguridad de la operación contra los moriscos.

En un periodo de empeoramiento del nivel de vida, debida a la profunda recesión en el


comercio de las Indias de los años 1604 y 1605, aumento el resentimiento de las
masas contra una minoría prospera. La decisión del gobierno español reflejaba el
malestar general. Expulsar a los moriscos suponía liberar a España de un grupo al que
se consideraba como un enemigo nacional y reforzar el poder y el prestigio
castellanos.

El problema fundamental que planteaban los moriscos era el de integración. Los


moriscos seguían siendo un mundo aparte, con su propia lengua y religión y una forma
de vida que se basaba en la ley islámica. En Aragón y en Valencia constituían un
autentico enclave del Islam en España. Y dado que su patria espiritual estaba fuera de
España, se sospechaba que ocurría lo mismo respecto a su lealtad política. Sin
embargo, ni existía una campaña masiva en favor de la expulsión. No puede hablarse
de tolerancia, pero la hostilidad hacia los moriscos se expresaba normalmente contra
abusos específicos ‐ el bandolerismo, o la competencia por los puestos de trabajo‐ ,
sin adoptar la forma de una condena general ni de una petición de expulsión. Algunos
representantes de la Iglesia salieron en defensa de los moriscos ≪bien dispuestos≫ y
de los auténticos conversos. Pero sus voces eran eclipsadas por otras que
expresaban un mayor fanatismo. Sin embargo, una parte del clero se mostraba
partidario de una política de asimilación paciente, ni por la Iglesia como institución, que
no tenía una opinión oficial.

También en los círculos del gobierno estaba dividida la opinión:

- Una mayoría que apoyaba la política de Idiáquez, de su expulsión total.


- Aquellos que veían con buenos ojos los argumentos del duque del Infantado,
en el sentido de que la expulsión debía ser discriminada, y no masiva.
En la raíz del problema morisco había una cuestión demográfica. La población
morisca de España era de 319.000, para un total de 8 millones de habitantes. Pero
esos moriscos no estaban distribuidos de manera uniforme por toda la península. En
Valencia, que contaba con la mayor concentración de población morisca, eran el 33%
de la población. Pero el problema se veía agravado por el hecho de que la población
morisca aumentaba más rápidamente que la cristiana. En Aragón: el 20% de la
población.
En Castilla constituían una pequeña minoría, nunca habían planteado problema
alguno. La dispersión de los moriscos granadinos por toda Castilla, tras la revuelta de
1570, modifico ligeramente el panorama demográfico. En conjunto, los mudéjares y los
moriscos granadinos no planteaban amenaza alguna. Es difícil determinar las razones
precisas por las que fueron expulsados los moriscos. La decisión no fue simplemente
consecuencia de la ≪presión demográfica≫. El duque de Lerma tomo la iniciativa y,
bajo su dirección, el Consejo de Estado debatió la cuestión y en razón de la seguridad
del Estado, recomendando esta a Felipe III que la acepto. El 9 de abril de 1609 decidió
expulsar a los moriscos de toda España.
Se comenzó por Valencia, donde se consideraba más agudo el problema morisco por
su número, su concentración en los enclaves montañosos y su situación en un litoral
accesible desde el norte de África. Los preparativos empezaron en secreto: El 22 de
septiembre, el virrey de Valencia, ordeno que se publicara el decreto de expulsión.
Los aristócratas terratenientes de Valencia, patronos y protectores de los moriscos,
organizaron una protesta contra el gobierno de Madrid, pero su protesta fue
infructuosa. Se permitió a los moriscos que llevaran consigo los bienes muebles, pero
sus casas, sus semillas, sus cultivos, sus árboles y otras posesiones irían a parar a
manos de sus señores como compensación, decretándose la pena de muerte contra
cualquier acto de destrucción o incendio. Muchos moriscos se apresuraron a llevar sus
productos y sus propiedades al mercado; por lo demás, no causaron problemas.
Abandonaron tranquilamente sus aldeas y fueron llevados hasta los puertos de
embarque, desde donde partieron hacia el norte de África.
Unos 32.000 moriscos fueron trasladados por el Mediterráneo. Los incidentes fueron
escasos, pero los que se produjeron tuvieron repercusiones. Hubo algunos casos
aislados de robos y violencia por parte de los capitanes de los barcos y algunos
grupos de moriscos sufrieron robos y ataques a manos de algunos árabes en el norte
de África. Estas noticias provocaron sublevaciones de la población morisca en los
valles de Ayora y de Laguarda pero los rebeldes fueron vencidos y los que
sobrevivieron fueron enviados a galeras o expulsados inmediatamente. La operación
se desarrollo con la misma eficacia en Aragón, en 1610, una vez garantizada la
seguridad de Valencia. También allí protesto en vano la aristocracia. A mediados de
septiembre ya habían sido expulsados al norte de África, 41.952 moriscos. El resto de
los moriscos aragoneses, 13.470, fueron conducidos por los Pirineos hacia Francia.
Por lo que respecta a Andalucía, donde era más difícil detectar a los moriscos por su
riqueza relativa, a mediados de 1610 ya habían sido expulsados 36.000. En el resto de
Castilla la expulsión no presento problemas con respecto al número, pero fue
complicada por la existencia de dos grupos de moriscos, los antiguos mudéjares y los
más recientes emigrados de Granada.
Llevo 3 años, entre 1611 y 1614, localizar a todos los rezagados, que se mostraron
particularmente escurridizos en Castilla. Gradualmente, se completaron las
operaciones de expulsión y, para 1614, habían sido expulsados 275.000 moriscos en
todo el país.
En su mayor parte, su trasladado se hizo al Norte de África, a Marruecos, Oran, Argel
y Túnez, donde no todos fueron recibidos de la misma forma; otros se trasladaron a
Salónica y Constantinopla. Tal vez fueron unos 10.000 los que consiguieron
permanecer en España.
Reducida en Cataluña, a pueblos del valle y delta del Ebro; escasa en Castilla y
Andalucía y muy fuerte en Aragón y, sobre todo, en Valencia. La pérdida del 4% de la
población española puede parecer pequeña, pero representaba un porcentaje más
elevado de la población activa. Algunas profesiones se vieron especialmente
afectadas por la escasez de mano de obra y, en consecuencia, por la elevación de los
salarios, caso de la producción de seda, la horticultura y el transporte.
La disminución mas importante de población se produjo en Aragón que perdió una
sexta parte de su población, en su mayoría en las zonas de regadío de Borja,
Tarazona y Vega del Jalón, que fueron recolonizadas por cristianos viejos que no
conocían las técnicas agrícolas practicadas por los moriscos, lo que hizo descender la
producción.
Por su parte, Valencia perdió una tercera parte de población. La repoblación permitió
una cierta recuperación demográfica en Valencia gracias a la inmigración desde
Castilla y Aragón. Todas las regiones del reino de Valencia experimentaron una
importante pérdida de mano de obra. Valencia siguió siendo una economía de
subsistencia.
En cuanto a los campesinos y agricultores pobres, si por una parte había desaparecido
la competencia y habían aumentado los salarios, por otra, muchos de ellos heredaron
de los moriscos deudas y créditos por los suministros agrícolas y el ganado. Esas
deudas no fueron canceladas y la corona las puso en manos de los nobles, a quienes
consideraba como las víctimas reales de la expulsión.
Prácticamente todos los señores de Valencia y, en menor medida, de Aragón, habían
hipotecado sus propiedades moriscas. El gobierno intento compensar a los señores
adjudicándoles la propiedad de las posesiones moriscas y reduciendo la tasa de
interés de las hipotecas, pero ninguna de esas medidas resulto suficiente y los
terratenientes continuaron exigiendo rentas excesivas a los pocos nuevos tenentes, lo
cual solo sirvió para alejar a otros posibles pobladores. Además, tenían que pagar sus
hipotecas.
Otro grupo de acreedores afectados por la expulsión fueron aquellos que habían
invertido directamente en la agricultura, otorgando créditos a los campesinos moriscos,
y que eran, en su mayor parte, comunidades eclesiásticas y grupos de ingresos
medios en las ciudades. La consecuencia fue un nuevo golpe para las capas medias
de la sociedad española y una falta de incentivo a la inversión en una agricultura ya
descapitalizada.
Paradójicamente, la expulsión de los moriscos permitió a muchos aristócratas
superar sus dificultades financieras y comenzar de nuevo. Con la ayuda de la
corona, la tasa de interés de sus hipotecas descendió del 10 al 5 por ciento, y fueron
autorizados a imponer a los nuevos pobladores las mismas obligaciones y cargas que
recaían sobre los moriscos. A pesar de las compensaciones que consiguió en forma
de tierra y ventajas financieras, no recupero la gran prosperidad de la que había
disfrutado en el S. XVI. Sus deudas les abrumaron durante el resto de la centuria y si
sobrevivieron en la cima de la sociedad fue gracias a la ayuda de la corona y como
leales servidores suyos.
En cuanto a la operación administrativa, la expulsión de los moriscos fue un ejemplo
de organización y eficacia de la maquinaria gubernamental, y también un ejemplo de
cómo la política y la dirección centrales podían llegar a las provincias.
Este aspecto de la operación tuvo consecuencias que trascendieron el problema de
los moriscos. La expulsión de los moriscos fue una medida decidida y ejecutada por
Castilla. Desde este punto de vista, altero aun más el equilibrio de fuerzas en el interior
de la península.
Al expulsar a los moriscos de Aragón y Valencia, Madrid estaba atacando la inmunidad
de esos reinos y ahondando el desequilibrio entre el centro y la periferia:
- En realidad, suponía un ataque contra la aristocracia no castellana.
En el proceso, Castilla acabo con el poder que Aragón y Valencia pudieran poseer en
el seno de la monarquía, pues fue allí donde las consecuencias económicas de la
expulsión se dejaron sentir con mayor fuerza.

5. La lucha contra el protestantismo en los territorios del Imperio.


El reinado de Carlos V como emperador coincidió con el desarrollo de la Reforma
luterana en Alemania. En el parlamento o dieta celebrado en Worms, el emperador
estableció con claridad sus oposición a Lutero y su defensa de la Iglesia Romana. Esto
no era obstáculo para que, por otra parte, urgiera al Papa la celebración de un concilio
que acometiera la imprescindible reforma de la Iglesia. Las continuas ausencias del
emperador le impidieron conservar el control de la situación. Los príncipes luteranos
se negaron a aceptar y protestaron de las decisiones de las dietas de mayoría católica.
En 1530 presentaron su declaración de fe, la Confesión de Augsburgo que el
emperador no acepté. Los príncipes luteranos se organizaron militarmente contando
con el respaldo de Francia, mientras el emperador se veía obligado a contemporizar
con ellos por causa de la amenaza turca en el Danubio. Hacia 1540, la mayoría de
príncipes laicos del Imperio había aceptado el luteranismo. En 1545 comenzó en
Trento el ansiado concilio, pero los protestantes ya no estaban interesados en él.
Entonces se produjo la ruptura armada entre el emperador y la Liga de Schmalkalda.

Carlos supo plantear el conflicto como una lucha entre emperador y vasallos rebeldes,
y no entre católicos y protestantes, la gran victoria de Mülhberg dio a Carlos V mayor
poder en Alemania, en parte por oportunidad política, y en parte por su sincero
irenismo se limito a imponer una solución religiosa mixta y provisional, el Interim de
Augsburgo que no fue bien recibido por el Papa ni por los protestantes.

En la cumbre de su gloria la oposición le vino a Carlos V de su propia familia. Su


hermano Fernando era ya desde 1531 rey de romanos, es decir sucesor del
emperador, elegido en vida de éste. Pero el propósito de Carlos V era que la dignidad
imperial alternara entre las dos ramas en que iba a quedar articulada la dinastía, la
española y la austriaca. Con este motivo el príncipe Felipe realizó un viaje a Países
Bajos y Alemania de 1548 a 1551, pero Fernando I no compartía la opinión del
emperador, ni aun menos su hijo Maximiliano, que era filoprotestante, ni los príncipes
alemanes. En 1552 éstos se sublevaron contra el emperador, mientras el rey de
Francia se lanzaba de nuevo al combate, falto de tropas, de recursos y enfermo,
Carlos V tuvo que huir por los pasos de los Alpes y renunciar a su política alemana.
Fernando I llegó a un acuerdo con los príncipes que fue confirmado en 1555 en la paz
religiosa de Augsburgo: el luteranismo era reconocido oficialmente en Alemania y
desaparecían las esperanzas de reunificación de los cristianos.

6. Las relaciones Iglesia-Estado: los beneficios mutuos.


El estado y la Iglesia mantenían unas relaciones estrechas y complejas, de íntima
colaboración y a la vez de continuo conflicto. Debido a la riqueza, poder, influencia en
la cultura y en la moral de la Iglesia, la monarquía deseaba su control y al mismo
tiempo su reforma, puesto que la religiosidad de los gobernantes era sincera. Los
prelados eran en parte equiparables a los grandes aristócratas por su independencia,
pero al mismo tiempo podían considerarse servidores del monarca. Todo el clero
disfrutaba de una condición privilegiada, amparada por su propio código de derecho
canónico.

Los monarcas disponían de medios de control en el nombramiento de la jerarquía


eclesiástica. Carlos V logro extender el derecho de presentación de obispos a los
reinos de Castilla, Aragón y Navarra. Esta medida potencio la figura del obispo como
alto funcionario de la corona. Muchos de ellos fueron presidentes de chancillerías y
consejos e incluso virreyes. El nombramiento de obispos formaba parte del conjunto
de regalías o derechos del rey en materias temporales relativas a los eclesiásticos.

Aunque el clero por principio estaba inmune de impuestos, el monarca había obtenido
determinados conceptos impositivos pagados por eclesiásticos, o pagados por laicos y
destinados en principio a eclesiástico. Estas cantidades siempre se consideraron
concesiones voluntarias que necesitaban la aprobación periódica del Papa. En 1567
se le cedió la gracia del excusado, que era también una participación de los diezmos.

Los fieles pagaban, desde los Reyes Católicos, el impuesto de la cruzada, que se
cobraba también en Sicilia, Cerdeña y América. Los titulares de prebendas
eclesiásticas debían contribuir al subsidio de galeras, destinado a mantener una
escuadra en el Mediterráneo contra los musulmanes. Muchas tierras de jurisdicción
eclesiástica fueron vencidas por la Corona, lo que se ha ido calificando por analogía
como “desamortizaciones”, y más correctamente como “desmembraciones”.

Un caso muy especial de intervención estatal en materia religiosa fue el presentado


por la Inquisición. Se trataba de un tribunal creado por la autoridad papal para realizar
una política religiosa, pero integrado perfectamente en el aparato de poder estatal. Su
red de tribunales y distritos cubría los dominios de la monarquía tanto en Castilla como
en Aragón y desde Felipe II en América. Los inquisidores eran auxiliados por los
familiares del Santo Oficio, cuya exención de la autoridad ordinaria dio lugar a
frecuentes tensiones, hasta que se reguló por una “concordia” el número de familiares
en proporción a la población.

7. La Monarquía y la Inquisición.
No solo hubo Inquisición en España, también otros países tuvieron su propia
Inquisición, al igual que los protestantes calvinistas tenían sus instrumentos de
represión en la Religión.
La Inquisición española o Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición fue una
institución fundada en 1478 por los Reyes Católicos para mantener la ortodoxia
católica en sus reinos (Papa Sixto IV). Será abolida en 1834, tras la muerte de
Fernando VII. Aunque en la Corona de Castilla comienza en 1478, en la Corona de
Aragón ya funcionaba en 1238.

La Inquisición surge en Castilla en 1478 por diferentes causas:

 La existencia de los falsos conversos que seguían practicando sus ritos


judíos y que solo se habían convertido al catolicismo para poder ocupar cargos
públicos y poder ascender en la escala social. Pero realmente estas
conversiones no fueron sinceras y tanto la Corona como la jerarquía
eclesiástica temían que estos conversos pudieran transmitir sus creencias al
resto de la población ya que podían casarse con cristianos viejos y existía el
peligro que educaran a sus hijos en el judaísmo.
 La ruptura del espíritu de tolerancia entre judíos, musulmanes y
cristianos que había con anterioridad, teniendo en cuenta que la Corona lo
que pretendía era la unidad religiosa. Aunque realmente, esta tolerancia era
más bien aparente, superficial, ya que subyacía el recelo y la desconfianza
hacia los judíos y los musulmanes por parte del cristiano viejo.
 Las envidias de los cristianos viejos hacia los conversos, sobre todo de
aquellos que tenían cargos públicos y a los que veían rivales y posibles
competencias. Esto se comprende si tenemos en cuenta que los cristianos
viejos tenían el monopolio de los cargos públicos hasta que los judíos se
convierten al catolicismo y por tanto tienen derecho a ocupar también esos
cargos. La envidia hacia los judíos era cosa que venía de atrás y prueba de ello
son las matanzas de judíos que se producen en zonas castellanas durante los
siglos XIII-XIV.
 Las predicaciones antisemitas, como por ejemplo las del fraile Alonso de
Ojeda, prior de los dominicos de Sevilla. Los dominicos solían ser
tradicionalmente los que ocupaban los cargos de inquisidores y por tanto
estaban especializados en el tema inquisitorial. Todo esto fue generando un
ambiente que contribuirá a que los Reyes Católicos negociara con Sixto IV la
implantación de la Inquisición en la Corona de Castilla.

La capacidad de nombrar a los inquisidores corría a cargo de la Corona, tanto en


Castilla como en el reino de Aragón, es decir, no dependerá de la Inquisición, de la
jerarquía de Roma, sino del rey de un territorio. Esto hará que el Tribunal de la
Inquisición no sea sólo religioso, sino que al mismo tiempo estaba controlado
políticamente por el monarca.
Además, el Tribunal será la primera institución que tenga competencias en las dos
Coronas, por tanto, el primer paso de la unidad de los reinos se hará a través de
Inquisición (caso de Antonio Pérez, secretario de Felipe II). Este aspecto político hace
que en la Historia de España se persiguiera ideas políticas o revolucionarias utilizando
la Inquisición. Un ejemplo de ello es durante la Revolución francesa en el siglo XVIII
donde se utilizará la Inquisición como instrumento para erradicar estas ideas políticas
y revolucionarias. La justificación a la que se agarra la Inquisición y la Monarquía es
que los revolucionarios no querían una religión que dependiera del poder político. Se
utilizará el Tribunal del Santo Oficio porque era la mejor opción que se tenía, por su
organización y sus competencias en toda Europa. Por otra parte, los inquisidores eran
nombrados por el rey y esto llevará a que se promocionara la carrera de estos
inquisidores.
Una vez que se crea la Inquisición, en primer lugar funcionará en Andalucía donde se
actuará con dureza y por ello huirán muchos conversos. En 1482 ya había en
Andalucía siete inquisidores, además de los tres primeros nombrados. Con
posterioridad, el Tribunal de la Inquisición se expansionará por otros territorios: en el
siglo XV está en casi todo el territorio de la Corona de Castilla. En la Corona de
Aragón, en la época en que se crea la Inquisición en Castilla, ya venía funcionando
desde hacía varios siglos, pero había resistencia a que el Tribunal dependiente de la
Corona se llevara a efecto: con el asesinato del inquisidor Pedro de Arbués (1485) se
termina por implantar la Inquisición en Cataluña y el pueblo aragonés lo acepta.

8. La diversidad en la Administración de Justicia.


Bloque Temático 3. La monarquía hispánica de los
primeros Austrias: Carlos I y Felipe II
El acceso al trono de Carlos y la herencia territorial. El levantamiento comunero. Las germanías de
Valencia y Mallorca. Gobierno y administración: el papel de los consejos y de los secretarios reales.
La concepción universal de la monarquía española. Las líneas básicas de la política exterior. La
personalidad de Felipe II y la burocratización del Estado. Las resistencias forales: Antonio Pérez y
la revuelta aragonesa. La anexión de Portugal. El príncipe Carlos y la sucesión a la Corona.

1. El acceso al trono de Carlos y la herencia territorial.


Como hijo de Felipe “el Hermoso” de Borgoña heredará los Países Bajos,
conformados por los territorios de Luxemburgo, Brabante, Flandes, Holanda, Zelanda,
Hainaut y Artois, además del Franco Condado y el derecho al Ducado de Borgoña. De
su abuelo materno, Fernando de Aragón recibirá la Corona de Aragón, que
comprendía también los territorios italianos de Sicilia y Nápoles, además de plazas del
norte de África y la isla de Cerdeña. De su abuelo paterno, Maximiliano de
Habsburgo obtendrá Austria, el Tirol y algunos territorios del sur de Alemania. De su
madre Juana I “la Loca” de Castilla heredará Castilla y los Territorios Americanos y
las Islas Canarias.
Sin embargo, aunque heredero nominal de todos estos territorios, debía tomar
posesión de los mismos. Así, vemos que a su llegada a España no a va a ser bien
recibido por los españoles, que lo consideraban un extranjero, cosa cierta pues en
realidad había nacido en Gante y se había criado en Borgoña, además desconocía por
completo la lengua castellana. Por todo ello, los españoles preferían nombrar rey a su
hermano Fernando.
Carlos había tenido como preceptor a Guillermo de Croy, Señor de Chièvres. Por
eso, la primera medida de Carlos a su llegada a España será destituir al Cardenal
Cisneros, regente del reino hasta su llegada, colocando en su lugar a personajes
extranjeros. Esto provocó un gran rechazo, pues ya en su testamento, Isabel I
conminaba a sus herederos a no dejar puestos de gobierno en manos de extranjeros.
Así, en las Cortes de Castilla de 1518 en Valladolid, cuya presidencia fue otorgada a
Jean Sauvage, se hará patente este descontento con airadas protestas de sus
miembros, que rechazan la presencia de extranjeros en sus deliberaciones, siendo
nombrado entonces Juan Zumel, procurador de Burgos, como presidente manifiesta
su deseo de que los extranjeros no participen en las Cortes, ni mucho menos las
presidan.
Por ello, las Cortes van a Jurar al Rey, pero también le van a exigir que respete las
leyes de Castilla, que aprenda a hablar castellano y que destituya a los extranjeros
que ocupaban altos cargos desde el momento de su llegada, así como exigirle que
cumpla la prohibición de salida de metales preciosos del reino y que mantenga y trate
a su madre, Dña. Juana, como Majestad.
Pero lo único que consiguieron de Carlos fue que jurase las Leyes de Castilla y, aún
así, le otorgarán 600.000 ducados con el fin de, entre otras cosas, hacerse con la
corona de Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Esto significó una
victoria de los altos cargos borgoñones sobre los magnates castellanos.
Sin embargo no tuvo el mismo éxito en Aragón, donde hasta 1519 no sería reconocido
como Rey de Aragón. Además, sólo obtuvo 200.000 ducados.
Los consejeros extranjeros pretendían a toda costa conseguir el Titulo Imperial, para
así consolidar la herencia borgoñesa y habsburguesa, así como conseguir la
institucionalización unitaria de todos los territorios. El precio del Titulo rondó 1.000.000
de florines, por lo que además del crédito a las Cortes hubo de recurrir a banqueros
extranjeros como los Fugger. Así volvería a convocar Cortes en Santiago en 1520 y se
a encontrar con un malestar generalizado. Por ello le van a exigir que cumpla las
propuestas anteriores, pese a lo cual no accederán a sus peticiones. Debido a ello
volvió a convocar Cortes en la ciudad de La Coruña, donde a pesar de sobornar a los
procuradores no consiguió más que el voto de 6 ciudades, mientras que el resto se
abstuvo. Esto tuvo sus consecuencias, consecuencias que darán lugar a la Rebelión
de los Comuneros.
2. El levantamiento Comunero.
En 1520, otras cortes que se reúnen en Santiago donde se vuelven a negar y resistirse
a contribuir en la política imperialista. Se hace una nueva sesión de estas mismas
cortes. Los procuradores que dijeron que si a dar dinero a la política sufrieron
represalias en su territorio. Así surgieron los comuneros, un movimiento de las
comunidades que se produce cuando Carlos abandona el país, dejando el poder al
señor de Chièvres, encargado de nombrar cargos de la administración y en la religión,
con nombramientos extranjeros. Además, los extranjeros se dedicaban a sacar
grandes cantidades de metales preciosos del reino, cosa que estaba prohibida. En
ausencia del rey se nombra un regente del rey que será en la figura de Adrián de
Utrecht (hay que tener en cuenta que los extranjeros tenían menos derechos
jurídicos).

Antes estas circunstancias, se producen las revueltas comuneras empezando por la


ciudad de Toledo, expulsando a su corregidor. Esto se expande a otras ciudades
castellanas: Burgos y Salamanca. En un principio, la nobleza va a participar en las
revueltas. La nobleza era la que controlaba los cargos municipales en las ciudades.
Junto a estos van a empezar la revuelta cargos eclesiásticos. No disponían de un
programa revolucionario, pero se pide lo siguiente:

- Destitución de los funcionarios extranjeros

- Reunión de cortes con un calendario establecido (rendición de cuentas)

- Van a solicitar que no se le exija a las cortes otorgar concesiones para


préstamos.

La nobleza lo ve como un riesgo para la estabilidad del estamento, por lo que una
parte se retira y es lo que va a hacer que fracase. Las fuerzas del rey junto a la
nobleza gana un 23 de abril una batalla en el 1521. A este triunfo se llega previo pacto
con la nobleza la que le ofrece:

- Que se nombre junto al regente dos gobernadores para la regencia de Carlos I.


Figura de almirante de Castilla. Fabrique Enríquez. Contestable de Castilla:
Iñigo.
- Va a pactar la anulación de préstamos que se había pedido en las cortes.

- Se compromete a no nombrar más extranjeros en altos cargos.

Esto motiva que los cabecillas sean sentenciados a muerte, Juan Bravo en Segovia y
Pedro Maldonado en Salamanca. Las consecuencias:

- La batalla supone un mayor control central a los grupos sociales y al conjunto


de reinos y territorios que forman

- Se controla los gobiernos municipales con enviados del rey. Control férreo
sobre las élites locales. Los capitulares van a estar bajo las órdenes de los
corregidores.

- Va a reunir a las cortes en menor número de ocasiones que antes.

Así el rey se ve con la suficiente fuerza para que sólo se reúnan quince veces de
forma o motivo obligatorio durante su reinado. El movimiento comunero es una
respuesta a una política extranjerizante de un nuevo gobernante que se plasma en las
cortes y en el pueblo.

3. Las germanías de Valencia y Mallorca.


Junto a este problema que se da en Castilla se le unen otros movimientos de
disconformidad: Movimiento de las germanías en Valencia, Mallorca, con un carácter
social más destacado. Además en su origen va a ser una reacción social contra la
nobleza valenciana. Hechos puntuales que se dan: ataque turco con galeras a las
costas valencianas (expansionismo turco). Ante esto se había repartido armas para la
defensa entre los gremios, además, las élites se fueron con motivo de una enfermedad
contagiosa. Quedando los gremios como soporte de la ciudad.
Se van a unir en germanías, en una especie de hermandad. A los artesanos se les une
los burgueses. Esta revuelta estaba dirigida por Juan LLorenç. Con posterioridad, el
movimiento se radicalizó y fue tomando el poder. Por Vincenc Peris, con este perdió el
apoyo de una parte del movimiento, las clases medias, pues no querían que otras
clases inferiores consiguieran poder y ascenso. Esta división fue la que permite al
virrey vencer al movimiento.
Junto a este movimiento nos encontramos las germanías de Mallorca que se generan
porque desde Mallorca a Valencia se envía una comisión para que luego se implante y
se dé con posterioridad. Hasta 1522, Carlos I no puede mandar un ejército para
pararlo. Los agermanados se mantuvieron hasta que fueron derrotados en 1523,
entrando España en una cierta paz, dando a Carlos el momento para gobernar a otros
territorios. Carlos empieza a acostumbrarse a España y a residir algunas temporadas.
Este gobierno va a ser diferente al de su padre Felipe II.

4. Gobierno y administración: el papel de los consejos y de los secretarios


reales.
Hubo un antes y un después con el movimiento comunero. Carlos I en siete años más
se va a dedicar a los asuntos internos de la Península Ibérica, así, va a tratar de
adaptarse a las costumbres castellanas. Además, se va a ir habitando a la tradición
existente en la corte castellana. A partir de 1522, los españoles van a empezar a
ocupar los altos cargos.
¿Cómo se van a gobernar estos grandes territorios en tiempos de Carlos I? Se va a
hacer teniendo en cuenta las leyes institucionales, los fueros institucionales de los
diversos territorios que formaban la corona. Se va a organizar la administración no
subordinando a un reino sobre otro, sino que los ponía en el mismo plano de igualdad.
Ante esta diferencia entre los territorios, la figura de Carlos I era la que proporcionaba
unidad a estos.
A través de dos figuras:
- Los virreyes: se va a poner un alter ego-representante del rey que tendrá las
mismas funciones que un rey. Los pondrán en Aragón, Cataluña y Valencia,
donde ya eran tradición y en territorios italianos como Sicilia y Nápoles y
también en Cerdeña y el reino de Navarra. Perú también.
- Gobernadores generales: se reservó para los Países Bajos. Los cargos
estaban dirigidos a sus familiares como Margarita y María de Hungría. Se va a
organizar a través de las figuras de los concejos que van a dejar de ser un
único concejo y se va a establecer en diferentes concejos. Por lo que será un
gobierno polisinodial, un régimen en el que el gobierno lo llevan diferentes
concejos. Estos concejos van a dejar de estar compuestos por nobles que se
sustituyen por juristas.
- Concejo de estado: concejo que está organizado en función de una materia y
no de un territorio. En concreto estaba compuesto por los grandes de España
(mayoritariamente) que se dedicaban a la función de asesoramiento del rey y
los asuntos relacionados con política y relaciones exteriores.
- Concejo de Aragón: rige los asuntos de la Corona de Aragón (Aragón, Valencia
y Cataluña).
- Concejo de Castilla: rige los asuntos del reino castellano.
- Concejo de Indias: asuntos de Indias.
- Concejo de la Inquisición: tiene competencia para toda España e incluso para
las Indias.
- Concejo de Hacienda (1522): con la finalidad de sufragar la política belicista de
Carlos I.
- Concejo de órdenes militares: se encargaba de regir las diferentes órdenes
militares en España.
- Concejo de cruzada
- Concejo de la hermandad
Aunque los concejos facilitaban la administración del reino, los asuntos se llevaban de
forma lenta. Para agilizar estas tareas se les acreditaron funciones a los secretarios de
los concejos. Esto no significa que no hubiese secretarios de diversos concejos. Sus
funciones son muy similares a la de la época de los Reyes Católicos, como comisarios
entre el concejo y el rey. Se les da determinados poderes para que puedan emitir
documentos en nombre del concejo y del rey. Es un cargo administrativo no político,
forma parte de la escala superior del funcionariado.
La figura de los secretarios tuvo una gran importancia y destacaran dos:
- Francisco de los Cobos: este va a proceder de un estrato de la sociedad,
media nobleza, no con muchos recursos y que necesita integrarse en la
administración para recibir los recursos económicos. Pertenece a la ciudad de
Úbeda y es nombrado secretario en 1516, ocupándose de las cuestiones
internas del gobierno del país. Va a ser el que se convierta en el principal
secretario pues controla dos concejos: el concejo de hacienda (le daba
competencia sobre muchas materias); y era el secretario de la mayoría de los
otros concejos. Por lo tanto, es considerado como el principal creador del
cuerpo de funcionarios administrativos. Su capacidad para nombrar
funcionarios fue la que le dio capacidad para controlar la administración. Sin
embargo, este poder lo utilizó con ciertos niveles de corrupción.
- Nicolás de Perrenot (conocido como señor de Granvelle). Hijo de una modesta
familia de Borgoña (las elecciones de los principales colaboradores la van a
hacer en personas que no pertenecen a la alta nobleza, para que los nobles no
siguieran con el mismo poder político). Había prestado importantes servicios en
el País Bajos y una labor diplomática con el emperador. Como consecuencia
de esta experiencia ya previa, se le otorga la responsabilidad de organizar la
política exterior.
¿Cómo funciona la hacienda? Esta hacienda permite más o menos fomentar su
política belicista. El gran peso de la política belicista de Carlos I lo va a tener que
sustentar el reino de Castilla y los reinos americanos. (Metal americano-oleadas en los
galeones) también los Países Bajos serian exprimidos económicamente. Pero como
esto generó problemas, hizo que fuera un recurso limitado en el tiempo. Después de
que los territorios europeos quedarán exhaustos, la política a nivel interno quedaba
muy limitada por la exterior. Por lo que Francisco de los Cobos insistía al monarca
para que firmara la paz. Acuñó una frase “España estaba haciendo de Indias de los
demás países europeos”. Porque el metal precioso que llega a España
inmediatamente pasa a Europa para pagar la deuda contraída por los motivos bélicos.
Actúa como una colonia de Europa.
En cuanto a la Hacienda, nos vamos a encontrar que los ingresos van a aumentar y
que los impuestos como la alcabala, los servicios de las cortes seguirán vigentes.
Aunque empiezan a surgir elementos nuevos de ingresos. ¿Cuáles son esos nuevos
ingresos que llegan de América?:
- El quinto real: impuesto que se lleva a efecto sobre los metales preciosos
- El tributo indígena
- Aumento de los ingresos procedentes de los impuestos monopolísticos de la
Casa de la Contratación de Sevilla.
- Juros: los súbditos dan a la corona un préstamo a cambio de unos intereses
(deuda pública actual).
En esta situación de abundantes ingresos, la economía de la corona tuvo una grave
crisis financiera hacia el año 1540, pues la corona está implicada en varios conflictos
bélicos que subsanaban con préstamos europeos:
- La lucha en Argel contra los musulmanes
- Guerras contra Francia (siempre fue un poder paralelo de la corona española y
un permanente rechazo).
- La situación del imperio en la que hubo que acogerse a las armas para
enfrentarse a los príncipes que habían adoptado la religión protestante.
Esta situación deja arruinada a España. En 1557, se produce la primera bancarrota
española con Felipe II, que se explica como consecuencia de la grave situación
financiera que se dio.
5. La concepción universal de la monarquía española.
Junto a Carlos I, Felipe II y Felipe III conforman los reyes que fueron parte de la época
áurea de la historia de España, caracterizada por su hegemonía en el mundo. Sus
fundamentos radican en la política matrimonial de los Reyes Católicos, que unió en las
sienes de Carlos I las herencias española, borgoña y habsburguesa. La hegemonía
española del Quinientos estuvo apoyada por el aumento demográfico y la expansión
económica, que a su vez condicionaron un cierto equilibrio social. Sin embargo, las
crecientes obligaciones en el ámbito de la política internacional rebasaron muy pronto
las posibilidades reales del país. Con Carlos I se produce la apertura del imperio
universal basada en una prosperidad económica y en los demás ámbitos bajo una
normalidad institucional.
El nieto de los Reyes Católicos, Carlos I, luchó por un ideal maravilloso, la República
cristiana, contras las corrientes individualistas y disgregadoras de la modernidad y
contra los infieles, los turcos.
6. Las líneas básicas de la política exterior.
La política internacional de Carlos V tuvo tres líneas de confrontación, tres enemigos
capitales: Francia, los príncipes protestantes alemanes y los musulmanes turcos y
norteafricanos. La oposición con Francia se centraba en tres causas de litigio:

- El reino de Navarra, cuya incorporación a Castilla no había sido reconocida de


buen grado por los franceses.

- El ducado de Borgoña, reivindicado por Carlos.

- Hegemonía sobre Italia.

Bajo la dirección de Chièvres, se había reconocido el dominio francés sobre Milán,


pero la elección de Carlos como emperador pareció una grave amenaza a Francisco I.
en 1521, estalló la primera de las seis guerras que el emperador mantuvo con Francia.
La liberación de Francisco I dio lugar a la formación de una gran alianza anti-imperial
en la que formaba parte el propio pontífice Clemente VI. Aunque los franceses sitiaron
Nápoles, la situación evolucionó a favor de Carlos gracias a la alianza del almirante
genovés Andrea Doria. España era ahora la potencia hegemónica en toda Italia. El
Papa aceptó la situación y coronó a Carlos como emperador en Bolonia. No cesaron,
sin embargo, las rivalidades por Italia y las luchas con Francia. Finalmente, la paz de
Cateau-Cambrésis estableció de manera duradera la hegemonía española en Italia, e
incluso en toda la Europa occidental.

El enfrentamiento con el Islam no tuvo resultados tan favorables. En este caso, el


enemigo era doble. En primer lugar estaba el imperio turco en plena expansión. En
1526 el sultán Solimán el Magnífico conquistó Hungría y desde allí amenazó las
posesiones de la Casa de Austria. Pero además, Solimán, se convirtió soberano y
protector de los grandes corsarios que dominaban las ciudades del norte de África. La
ocupación de Túnez, motivó una rápida reacción de Carlos V, aunque la flota imperial
tuvo que ceder. La hegemonía naval del Mediterráneo estuvo en manos de los
musulmanes.
El reinado de Carlos V como emperador coincidió con el desarrollo de la Reforma
luterana en Alemania. Fernando I llegó a un acuerdo con los príncipes que fue
confirmado en 1555 en la paz religiosa de Augsburgo: el luteranismo era reconocido
oficialmente en Alemania y desaparecían las esperanzas de reunificación de los
cristianos.

7. La personalidad de Felipe II y la burocratización del Estado.


La personalidad de Felipe II será una cuestión que marcará su propio reinado,
influyendo en la actuación de gobierno. Para algunos investigadores, su personalidad
hace que se pueda pensar en una política retrograda y anquilosada. Es un personaje
controvertido para la Historiografía, por lo que han surgido muchos puntos de vista.
Para unos fue fanático, religioso, retrogrado… Según la ideología así resultará la
opinión que se tenga de ese reinado. No es sólo un te4ma para los historiadores, sino
también para sus contemporáneos, pues era bastante reservado con sus
pensamientos y a veces encerrado en sí mismo. Su personalidad estuvo marcada por
la educación recibida que contrastaba con la educación recibida por su padre, Carlos
V.

Para organizar bien una institución, hay que saber la historia de una institución, por lo
que Felipe II estudia y se dedica a la historia. Conocía la historia de cada una de las
instituciones de su país. Tenía un gran conocimiento de la ciencia y la cultura, además
constituyó una de las bibliotecas más importantes en El Escorial.

¿Cómo era su personalidad? Era fría, calculadora (para las materias de gobierno). Su
relación familiar, sin embargo, era afectuosa. Su personalidad estuvo influida por una
fe católica y ocupó una parte de su actividad de gobierno: tomaba expreso interés en
que funcionara bien. Esto motiva que sea rey que se deje aconsejar por sus
confesores y hombres relacionados al estamento eclesiástico. Además, leía libros de
temática religiosa y tenía contacto con religiosos, como Santa Teresa de Jesús. Su
personalidad y afecto por la Villa de Madrid, hace que se le nombre capital del reino en
el 1561. Fruto de su personalidad hace que construya el Monasterio de El Escorial
para retirarse a una vida tranquila y de trabajo.

Esta religiosidad, le hizo creer que él podía ejercer el poder político por voluntad
divina, por lo que pensaba que sólo le podía rendir cuentas a dios y a veces ni tenía en
cuenta la opinión de otros. Su poder está por encima de dios y de los hombres. Este
tema se ve reflejado en la anexión de Portugal, él era el adecuado dijesen lo que
dijesen los estamentos. (A pesar de esa religiosidad es lógico que pensara que estaba
por encima pues sabía cómo funcionaban las instituciones).

La característica que más lo va a definir es su responsabilidad y dedicación


permanente al acto de gobernador. El atendía personalmente las cartas y demás
labores administrativas. Supervisaba todas las decisiones que se tomaban en cada
uno de los concejos provocando que el proceso administrativo fuese demasiado lento.
Este celo excesivo y el no delegar los asuntos hacia que la burocracia española fuese
muy lenta. Era una persona que no confiaba en los personajes de prestigio de su
época, sino que prefería incluir a personas de segunda fila. En el estrato social como
Ruy Gómez y Mateo Vázquez. A los de prestigio los delega a otros lugares de
enviados, pero la máquina central lo lleva él, consiguiendo un poder más centralizado
y alejando a la nobleza.

En la administración de Felipe II, se va a dar un cambio con respecto a Carlos V, que


dirigió el imperio desde el exterior y Felipe II desde Castilla, centralizando y
castellanizando el gobierno. Carlos V puso en poder en manos europeas y Felipe II no.
John Lynch, es un historiador que dice que esta evolución es normal a causa de las
preferencias personales de Felipe II y además porque no podía gobernar su imperio
sin España y sin residir allí. Pues de España salían la mayoría de los recursos
económicos. Pero este gobierno desde Castilla no significa que Felipe II desconociera
lo que pasaba en el extranjero. Aunque viajaba menos que Carlos V, a través de sus
representantes tendrá un conocimiento puntual que será en exclusiva, pues sólo lo
conocerá él, por lo que será el único que tome las decisiones, pues era el que sabia
una imagen global del imperio. Él va a exigir informes habituales a los virreyes y
demás, por lo que va a ser desconfiado en ese sentido.

Era una persona que tenía cierto interés en que todo lo que se llevara a efecto en la
administración quedará por escrito para acudir a ella y en ocasiones poder contrastar.
Este afán es lo que motiva que se diera un gran impulso a los fondos del Archivo
General de Simancas. Todo esto formaba parte de su personalidad.

En cuanto a la administración, va a funcionar a través de concejos de forma


polisinodial. Además, continuaran los concejos con las competencias que tenían con
Carlos V, pero como la burocracia se va complicando, lleva a cabo determinados
retoques y variantes en la forma de gobierno de los concejos. Son modificaciones en
los concejos:

- Concejo de Castilla. En 1559, Felipe II aumentó el número de consejeros a


dieciséis debido a la mayor demanda de asuntos. Además lo divide en dos
departamentos. El ejecutivo y administrativo para que ejecute las decisiones y
otro departamento sólo para los asuntos judiciales. Así estos no obstaculizaban
la labor del gobierno.

- Concejo de Italia: se crea en 1555 porque antes los asuntos los manejaba el
concejo de Aragón, esto se hizo así con Carlos V, pero Felipe II hace que
tengan un gobierno paralelo. Va a poner a castellanos ocupando los puestos
principales que se encargaban de los asuntos de Nápoles, Sicilia y Milán. Seis
concejeros, tres italianos y tres castellanos más un presidente.

Con Carlos I, los concejos tenían una mayor o cierta autonomía que con Felipe II.
Revocó las decisiones a veces tomadas por ellos por lo que no podían hacer su
política sino la de Felipe II. Controlaba los cargos y funcionarios que se elegían con el
fin de controlar su fidelidad. Se va a incrementar el fenómeno de la burocratización, es
decir, mayor número de funcionariado. Había funcionarios que eran reclutados según
su captación y otros que disponían de una baja preparación. Una de las medidas era
la venta de cargos públicos para combatir la hacienda pública. Por lo que a veces se
creaban cargos (patrimoniales) sólo para venderlos. Los burgueses eran los mejores
preparados pues la nobleza ocupará puestos en la administración funcionando como
virreyes pero no para la administración. Él trata de que en los territorios de su imperio
estén personas con una dignidad que se le pareciera a la de él. Quien lo ocupaba
representaba al propio rey.

Los secretarios tuvieron un protagonismo en los concejos con grandes


responsabilidades. Se va a concentrar en un secretario: Gonzalo Pérez y con
posterioridad le sucedió su hijo Antonio Pérez. Aunque tuvo que compartir sus tareas
con Diego Vargas que llevaba el concejo de Italia.

8. Las resistencias forales: Antonio Pérez y la revuelta aragonesa.


Antonio Pérez sería el hombre de mayor confianza de Felipe II durante una década,
influyendo mucho en la figura del monarca. Como hijo del Secretario del Emperador,
Gonzalo Pérez, recibió una esmerada formación en numerosas universidades
europeas. Sin embargo, al ser su padre sacerdote, hubo de pasar por su sobrino hasta
su muerte. Llegara al cargo de Secretario tras la muerte de su padre. Además, Antonio
no era un extraño en la Corte, ni para Felipe II. Sin embargo, se demostraría que tenía
un defecto, al usar los privilegios de su cargo para su propio beneficio.

Por otra parte, su conexión con la Princesa de Éboli, Ana de Mendoza de la Cerda
miembro de la familia de los Mendoza, que a la muerte de su marido perdió posiciones
en la Corte, condujo a una gran amistad que ha dado lugar a numerosas historias en
torno a un posible romance entre ellos. Sin embargo, lo que parece probado es el
común interés político y económico. Para Pérez, la Princesa podía ponerlo en contacto
con personas de gran capacidad económica. Para ella, Antonio Pérez entregaba
Secretos de Estado, los cuales vendía siempre al mejor postor y se repartían los
beneficios. Este tráfico de secretos parece ser un factor determinante que propicio la
Rebelión de los Países Bajos. También fue usada esa información para gestionar el
enlace de su hijo con la candidata a la Corona de Portugal, Doña Teresa de Braganza,
contraviniendo así los planes sucesorios de Felipe II.

Además del tráfico de secretos, también se le imputo el asesinato de Juan de


Escobedo, Secretario del hermanastro del rey, Don Juan de Austria. Asesinato que
parece ser que contaba con la connivencia del monarca, a quien Antonio Pérez había
convencido de que era el artífice de una traición para colocar a Don Juan como Rey de
los Países Bajos. Sin embargo, a la muerte de Don Juan de Austria, se hallaron entre
sus documentos personales comentarios que daban cuenta de la falsedad de la
traición inventada por Pérez, así como de la trama existente entre este y la Princesa
de Éboli. Debido a ello, el 28 de julio de 1579 Antonio Pérez fue arrestado y
encarcelado para ser juzgados pos sus crímenes. También fue arrestada Dona Ana de
Mendoza, Princesa de Éboli, la cual fue condenada a pasar el resto de sus días
confinada en su Palacio de Pastrana.

La predilección de Felipe II por centralizarlo todo en torno al Reino de Castilla le llevo a


nombrar Marques de Almenara, Iñigo López de Mendoza y Manrique, como virrey de
Aragón en 1588. Hombre rudo y ostentoso, era también primo del Conde de Chinchón,
miembro del comité secretarial del rey para incumpliendo así la exigencia de la
costumbre aragonesa de ser gobernado por un aragonés. Sin embargo Felipe II
estaba convencido de que el nombramiento de un virrey castellano no iba contra los
fueros aragoneses, pero no quería imponer su autoridad por la fuerza, por eso
confiaba en que el Tribunal de Justicia de Aragón le diera la razón.

Esto va a ser visto como una injerencia del monarca en la política aragonesa. Por lo
que, condenado al ostracismo más humillante y tras ser incendiada su casa, Almenara
regresara a Madrid, informando al rey de la situación. Pese a las ideas legalistas del
monarca, no podía permitirse esta situación que parecía iba camino de generar una
crisis. Por ello, en 1590 volverá a enviar a Almenara como virrey a Aragón, pero esta
vez con mayores emolumentos y poderes.

Además, esto va a coincidir con la fuga de Antonio Pérez, quien ayudado por unos
amigos aragoneses había conseguido huir a Zaragoza, donde como conocedor del
derecho y fueros aragoneses, solicitara el amparo de la Justicia de Aragón. Ello
significaba que el perseguido por la Corona quedaba fuera de la jurisdicción de la
misma y bajo protección del Tribunal de Justicia Aragonés. Ante la pasividad y
parcialidad de los tribunales aragoneses, Felipe II va a recurrir entonces al único
tribunal que tenía jurisdicción en todos los territorios: La Inquisición, acusándolo de
herejía. A raíz de ello se producirá en mayo de 1591 una sublevación durante la vista
del proceso inquisitorial en la que una multitud dará muerte al Marques de Almenara y
liberara a Antonio Pérez para trasladarlo de nuevo a la cárcel del Justicia.

Desde allí, Pérez y sus aliados planean la posibilidad de fraguar la independencia de


Aragón, estableciendo una republica al estilo de las italianas, bajo la protección del
Príncipe de Bearn. Ante esta situación Felipe II ordeno el avance de un ejército de
12.000 hombres al mando de Alonso Vargas, que ya había reunido en la frontera con
Aragón. En octubre de 1591 las tropas penetraron hasta Zaragoza sin encontrar
oposición alguna, pues Pérez y sus cómplices habían huido a Bearn. La Justicia de
Aragón, Juan de Lanuza, seria capturado y ejecutado, al igual que otros insurgentes.
Algunos otros fueron encarcelados en Castilla, pero una gran parte fueron amnistiados
como muestra de la indulgencia y generosidad del monarca, quien quería gobernar y
no someter a Aragón.

Finalmente, todos estos acontecimientos llevaron a la supresión temporal de los fueros


aragoneses, si bien el monarca no quiso cambiar la concepción política del reino 4, por
lo que Felipe II decidió mantener los fueros, eso sí, limitándolos. De esta manera
consiguió que se aprobase la posibilidad de que el rey pudiese nombrar virreyes no
aragoneses, se mantuvieron todas las instituciones aragonesas pero remodeladas a
las exigencias de la Corona, que también se reservaba el derecho a nombrar al
Justicia de Aragón, acabando así con la independencia del cargo y el monopolio de la
familia Lanuza.

Las condiciones que se impusieron a Aragón fueron el resultado de un compromiso


entre la monarquía y la nobleza feudal. Los nobles aragoneses prefirieron aceptar la
autoridad del rey como la mejor garantía de sus privilegios feudales, y el precio de ese
pacto fue la erosión de los fueros y la ampliación de la autoridad real.

9. La anexión de Portugal.
Felipe II pasara a ser también rey de Portugal, pero manteniendo sus instituciones, sus
fueros, sus leyes, etc. Esta anexión está condicionada por una coyuntura de cierto
saneamiento de la Hacienda Real como consecuencia de nuevas remesas de plata
procedentes de Perú que incrementa su producción gracias a la amalgama de
mercurio que hace que la llegada de plata sea mayor y que se pase por una época de
menos déficit económico. Esto hace que se pase de una política menos belicista a una
en la que se aprecia mayor interés expansionista.
Así se producen intentos de recuperación de la parte norte de los Países Bajos,
también se produce el ataque a Inglaterra con la “armada invencible”, creada por
Felipe II, tras la creación de esta ya no es necesario alquilar embarcaciones. Esta
armada fracaso por la estrategia, esto motivo que España no pudiera controlar el
comercio naval.
Este ataque naval a Inglaterra se produjo en el año 1588. También tuvo lugar la
intervención de Felipe II en guerras en Francia y la anexión de Portugal a la Corona
española, lo que demuestra lo dicho antes sobre la renovación de la política belicista y
expansionista.
Evidentemente aporta un Nuevo Imperio que también incorpora amplias posesiones en
América, África y Asia. Además se ofrecía a España la posibilidad de controlar todo lo
que era el litoral atlántico; por otra parte, se integra una nueva flota naval.
También es verdad que Portugal se ve en un momento de declive económico porque
se había producido una bancarrota y el comercio portugués en Asia no disponía de
suficiente moneda para llevar a cabo las transacciones. Portugal no era un país rico en
minas de plata para poder tener esas monedas necesarias para el comercio asiático.
Por tanto, los comerciantes creían que la anexión de Portugal a la Corona española
les iba a proporcionar los metales preciosos que requerían para las transacciones
comerciales con Asia (esto no se producirá y esto contribuyó a que creciera el deseo
de independencia de Portugal).
A este declive económico se suma también una cierta crisis política como
consecuencia de la expedición del rey Sebastián, sobrino de Felipe II, en África.
Sebastián tenía un espíritu de cruzada, y se dejo llevar por la ilusión de llevar a cabo
una guerra en África contra los moros. Allí se produce la Batalla de Alcazarquivir,
donde muere Sebastián sin descendencia dejando a Portugal sin heredero y con cierto
desprestigio político.
Esta situación de crisis económica y política favorecía a los intereses dinásticos de
Felipe II de acceder al trono de Portugal. A Sebastián le seguía en linea dinástica un
tío-abuelo que era cardenal, Enrique. Pero Enrique era anciano y tenía una
enfermedad, sufría de epilepsia. Por tanto, el gobierno de Enrique fue de transición
hasta que muriera y algún candidato al trono se hiciera con él.
Tras la muerte de Enrique, se produce una campana propagandística por parte de
Felipe II para conseguir el trono de Portugal. A Enrique querían casarle y que tuviera
descendencia, pidiendo permiso al Papa, ya que era cardenal. En la campana
propagandística (en la que Arias Montano participo teológicamente) Felipe II influyo al
Papa para que no diera permiso y así tener opciones para obtener el trono.
A la muerte de Enrique I había tres candidatos al trono de Portugal:
- Felipe II de España. Hijo de la Emperatriz Isabel, hija mayor del rey Manuel I y
abuela materna de Sebastián.
- Don Antonio, Prior de Crato, hijo ilegitimo del rey Manuel I de Portugal.
- Dña. Catalina de Avis, Duquesa de Braganza, nieta de Manuel I.
En cuanto al pueblo portugués, estaba dividido entre los candidatos. Entre los
partidarios de Felipe II se encontraba la nobleza, porque Felipe II realizo promesas y
utilizo a Cristovao de Maoura, quien se entrevisto con la nobleza portuguesa para que
apoyasen a Felipe II; los comerciantes, por razones obvias, necesitaban plata para
salir del declive económico del comercio de las especies; y por último, los jesuitas,
porque ejercían influencia moral de cierta proporción entre los portugueses y por la
relación de los jesuitas con el reino español (su fundador era español). En contra se
encontraba el bajo clero y la masa popular, esta ultima en parte influenciada por el
bajo clero.
El cardenal Enrique dejo un Consejo de Regencia que tenia la función de gobernar el
país mientras que no se nombrara un sucesor. 2 o 3 miembros de este Consejo,
mediante negociaciones, fueron a favor de Felipe II y propiciaron que la linea
defensiva del ejército portugués no se defendiera cuando las tropas de Felipe II
llegaron a Portugal.
Los ejércitos españoles se fueron preparando para la invasión, los caballeros
aglutinaron activos. Se nombra al Duque de Alba para que se hiciera cargo, por eso
en 1580 el duque de Alba cruza la frontera a la altura de Badajoz y como la defensa
del reino portugués estaba desactivada llega pronto a Lisboa. La fuerza naval se
concentra en la desembocadura del Tajo para evitar ataques marítimos preparados
por la armada portuguesa o por otra potencia que quisiera ayudar a los portugueses,
esta fuerza naval estaba capitaneada por el marqués de Santa Cruz.
Los opositores de Felipe II tuvieron que marchar al norte de Portugal e incluso el Prior
de Crato tuvo que exiliarse en el extranjero. La ocupación de Portugal fue rápida, se
tardo unos 4 o 5 meses, transcurrido ese tiempo, Portugal pasó a ser un reino
perteneciente a la Corona española, algunos territorios fueron conquistados
pacíficamente mientras que otros tuvieron que ser tomador mediante las armas.
Se realiza respetando las leyes e instituciones portuguesas, no se eliminan, funciona
como un reino de la Corona española pero conservando sus instituciones. Esto se
lleva a efecto en las Cortes de Thomar del año 1581.
Por un lado, Felipe II va a tener la facultad de nombrar al virrey de Portugal, pero este
tiene que ser portugués o miembro de la Corona portuguesa; los cargos públicos (a
todos los niveles) portugueses serian para súbditos portugueses; además, se respeta
que Portugal tenga un ejército propio independiente del español. A parte de estas
cuestiones, también se autoriza que tengan su propio Consejo, el Consejo de Portugal.
El comercio seria controlado por mercaderes portuguesas.
Evidentemente, este acuerdo fue bien acogido en Portugal. Y por tanto, también en las
colonias portuguesas. Cuestión diferente es lo que ocurrió en las Islas Azores, donde
hubo gran oposición pues eran partidarios del Prior de Crato, quien se hizo fuerte
gracias al apoyo de la armada francesa. Pero tras varios enfrentamientos, las tropas
españolas obligaron a la flota francesa a retirarse y las Islas Azores pasaron a estar
bajo el control de Felipe II. Esta anexión tuvo como consecuencia que Felipe II fijara la
residencia de la Corona en Portugal para ser más aceptado y para consolidar el
proceso de anexión. Sin embargo, Felipe II se vio obligado a regresar a Madrid debido
a problemas internos con el primer ministro, por lo tanto, no continuo la idea de fijar la
residencia en Portugal.
Probablemente los súbditos portugueses se hubieran sentido súbditos de la Corona
española y es posible que hubiera continuando hasta nuestros días como parte de la
Corona española. Por otra parte, el fijar la capital en Lisboa hubiera facilitado la
gobernabilidad de las colonias ultramarinas porque Lisboa es un puerto, y habría
facilitado el control del comercio y de la información, además de que las decisiones
tomadas por el rey en cuestiones exteriores habrían llegado más rápidamente a su
destino. Así que políticamente no fue la mejor decisión fijar la capital en Madrid, fue
positivo fijar una capital, pero viendo la envergadura y las posesiones del Imperio
hubiera sido más acertado establecer la capital en un puerto (Lisboa).

10.El príncipe Carlos y la sucesión a la Corona.


Se produce la muerte del hijo de Felipe II, Carlos, que tenía unas condiciones de
demencia y física que no eran las más idóneas para ser heredero pero no había otro
sucesor. Lo mandó a la gobernación de los Países Bajos, pero no lo dejó. Se unió a
los rebeldes de los Países Bajos con una actitud rebelde y no aconsejable para un
heredero. Muere en extrañas circunstancias, corren rumores de que fue el propio
padre el que lo mato o lo mando asesinar.
Dramático fue el caso del desgraciado príncipe Don Carlos, hijo de la primera esposa y
heredero de la Corona, desequilibrado y testarudo, y acentuado su estado después de
sufrir una grave caída en que se golpeó. Don Carlos proporciono al monarca grandes
disgustos, hasta el punto de que, por sus imprudencias, que llevaron a afectar a
cuestiones de Estado hubo de recluirlo en una torre del real Alcázar. Es esta triste
situación, que el padre hubo de justificar ante el papa y los monarcas europeos, la
conducta del príncipe empeoró. Trató de matarse y cometió acciones disparatadas, a
pesar de la vigilancia a que estaba sometido, que le condujeron a enfermar y fallecer a
los 23 años de edad. Toda esta serie de desventuras, contribuirán a que el carácter
del soberano, ya excesivamente grave, se acentuase aun más. Sin embargo, de esas
dolorosas experiencias sacará un gran dominio de sí mismo, fortalecido por su
profundo sentido religioso.
Bloque Temático 4. La economía de la modernidad
española.
El metal americano y la denominada “revolución de los precios”. La teoría metalista de Hamilton y
los críticos de su hipótesis. La visión de los contemporáneos del siglo XVI. El impacto económico en
la estructura social. La crisis del siglo XVII: hambre, epidemias, guerras y migraciones. Una
industria en recesión. La crisis del modelo de organización gremial, la competencia europea y el
descenso de la producción. La decadencia comercial: disminución de remesas de metal precioso,
prácticas de contrabando y desarrollo del comercio interregional americano. La conciencia de crisis en
los contemporáneos: los arbitristas. Bancarrotas, inflación y crisis de la hacienda pública. La
estrategia económica de los gobernantes ilustrados: fomento de la industria, reformas de la actividad
gremial, compañías privilegiadas y libre comercio.

1. El metal americano y la denominada “revolución de los precios”.

“La revolución de los precios” es un fenómeno que se produce en el siglo XVI y donde
se da en mayor medida en España. Aunque no significa que sea el único lugar
afectado aunque si en menor medida, pues en España había más metales subiendo
los precios. Antes de esto que es consecuencia de la abundante llegada de metal a
España, el oro va a ser proporcionado por Sudán, gracias al comercio mediterráneo.
A fines del siglo XV, se reduce esta llegada y con una reducción del comercio. Esta
escasez de oro será sustituida por plata alemana. A partir de 1530, vuelve a ver
escasez de plata alemana que es sustituida por plata americana. En principio la
cantidad de oro de América era mínima con respecto a la plata. Lo primero que va a
llegar es el oro fruto de la recopilación y no de la explotación de las minas que
pertenecen a la segunda fase de llegada. La plata empieza a llegar a España en
proporciones importantes a partir de 1530 a 1550. Después de 1550 a 1580 en la que
se importan grandes cantidades y una tercera fase a la que se llega a la cota máxima
de fines del XVI a las primeras del XVII.
A esta mayor producción argentífera se aplica un sistema con el mercurio para que se
produzca mayor producción (amalgama: 1000 x 100).
Se produce una masiva de metales preciosos. Los propios contemporáneos se dieron
cuenta de que la subida de los precios estaba generada por esa llegada. Martín de
Azpilcueta es un teórico que ya expone su teoría de cómo incide la llegada de metal
precioso a los precios. Posteriormente, en el siglo XX (1929), la estudiará Hamilton
que investigará la llegada de metal precioso en Sevilla a través de la Casa de la
Contratación y va a relacionar los precios y los salarios con la llegada de los metales.
Realizando el estudio a través de los hospitales.
Va a poner número a esta teoría cuantitativa que ya había sido anunciada. Él decía
que los salarios subían en igual medida que los precios. Por lo que argumentaba que
por eso el capitalismo no se dio en España. Dice que el alza de precios se dio más
intensamente en Andalucía que en otros lugares. El incremento de los precios
dependía del aumento de las importaciones. El impacto es mayor en los sitios donde
llegan los metales. Esta situación hace que en 1600 los precios se hubiesen
multiplicado cuatro veces que en 1501 en España haciendo su economía poco
competitiva. Jordi Nadal va a concretar la cifra diciendo que el alza de precio en la
primera mitad fue más alto que en la segunda mitad.
Se le crítica que sólo utiliza precios urbanos y utiliza los salarios fijados de los
hospitales que no estaban sujeto al impacto de la subida de precios. Hamilton (crítica):
además el estudio excluye a determinadas regiones españolas como Cataluña o el
País Vasco. La cifra del volumen de metal precioso no es exacta, pues no contempla
el tráfico ilegal. Tampoco diferencia lo que llega a la Casa de la Contratación de lo que
son recursos: para la Corona y para los particulares. En la demanda también influye el
aumento demográfico.
Ese metal precioso, ¿a qué se dedica? Perjudicó a los españoles pues era utilizado
por la monarquía en sus intereses políticos en Europa y los que se beneficiaron del
tráfico comercial fueron los comerciantes extranjeros. Se dedicó en España a pagar la
deuda a los bancos y potenciar la política imperialista. Teníamos capital y recursos
humanos, materias primas en abundancia y capital humano formado. Pero no creo
industria hipotecando su futuro. Ha sido una economía sujeta a la agricultura que era
dependiente de la meteorología. El metal precioso se dedicó a comerciar la balanza
deficitaria española: ¿cómo se paga? A cuenta de ese metal precioso que sirve para
financiar, pero la industria de otros países no en el de España. España estaba
haciendo de “Indias” de los demás países europeos.
¿Qué influencia crea la Revolución en los estratos sociales? Va a beneficiar a los
terratenientes y va a perjudicar a los asalariados. Se benefician porque hay un
incremento del valor de la tierra por la subida de los precios. Además, produce un
aumento desmedido de los productos de primera necesidad. Se producía un
incremento del arrendamiento de la tierra. ¿A quién perjudica? A los que tienen
salarios fijos o rentas muy pequeñas. Pequeños propietarios que no les compensa con
esa subida de precios. Más aún los funcionarios o asalariados de la administración
pública.

2. La teoría metalista de Hamilton y los críticos de su hipótesis.


La teoría de E. Hamilton recoge lo expresado por los teólogos y cuantifica la llegada
de plata y el incremento de los precios de los productos y de los salarios, para lo que
se documentó en los archivos de los Hospitales de Sevilla de la época. En líneas
generales, la teoría de Earl Jefferson Hamilton sostiene que la llegada de metales
preciosos se convierte en moneda y provoca la subida de los precios. Pero como
utiliza los salarios de los hospitales (médicos y empleados), tasa sólo estos salarios y
los precios que se pagaban en dichos hospitales; y trabaja con unas cifras de metal
precioso que no tiene en cuenta el global. (No es lo mismo lo que se produce en
América que lo que llega a España; o el metal que llega a España para la Corona que
el que es para los particulares, que no se hace moneda, o no se declara).
Hamilton aporta que los salarios en España subían en la misma medida que los
precios, impidiendo así la acumulación de capital, que sí se producía en otros países
europeos, y esto explicaría el retraso del capitalismo español con respecto a Europa.
Pero esto no es totalmente cierto ya que, en realidad, los salarios subían menos y sí
se podían haber producido la referida acumulación de capitales. Este error se produce
por considerar sólo los salarios de los hospitales de Sevilla, mientras que en el resto
de Castilla, los salarios suben menos. Sí es verdad que los precios suben más en
Sevilla y Andalucía que en otros lugares de España y de Europa, y la razón es,
sencillamente, la proximidad del puerto de llegada de la plata americana.
 Pero ¿qué es lo que se le va a criticar a la teoría de Hamilton?
o Por un lado, que solamente utilizara precios urbanos y no precios
rurales, por lo general, más bajos.
o Excluye regiones españolas que no considera con un régimen
económico igual (País Vasco y Cataluña).
o Por otra parte, también se le critica la cifra de metales preciosos que
llega, ya que no tiene en cuenta la llegada de metal “ilícita”.
o Se le critica que los precios y salarios fueran sólo de los hospitales, que
no todos estaban dentro de la “libre competencia”.
o Era incierto que los salarios subieran más que los precios y que fuera la
causa de la falta de capitalismo español, ya que en Europa hubo
aumento capitalista por otras causas.
o Que no tuviera en cuenta el incremento poblacional del siglo XVI, que
produjo un incremento de los precios de los productos de primera
necesidad.
o ¿A qué se va a dedicar la plata que, con su llegada, generaba el
alza de precios? Antes de contestar a esta pregunta hay que resaltar
una premisa previa: España se convirtió en lugar de paso de la plata
americana, buena parte de ella va a coger el camino de Europa.
o Una parte de esta plata será para la financiación de la política
imperialista española. Ya en tiempos de Carlos I, a partir de 1530,
comenzó a llegar plata de América, para reenviarla directamente a
Europa. Esto significaba que un magnífico capital no se empleaba en el
desarrollo de la industria española. Esta será una causa por las que el
capitalismo no prosperará en España; no por la subida de precios,
como defiende Hamilton, sino porque el capital se fue a Europa.
También, la mentalidad española, más rentista que la alemana, inglesa
o francesa, prefería esperar que llegaran las rentas a invertir en nuevos
negocios. Al no dedicarse el capital a la industria o el comercio, no se
aprovechó esta riqueza para el desarrollo del Imperio; y sin base
económica, los imperios no se mantienen. No fue ese el caso de
Inglaterra o de Holanda, que gracias al comercio y a la Revolución
Industrial mantuvieron sus imperios durante siglos. Lo mismo que
sucede hoy con los EE.UU., que pudiendo emplear las armas, prefieren
emplear el dominio económico y no el militar, y además, es menos
rechazable por la población. En resumen, el imperialismo español tuvo
los “pies de barro” en materia económica.
o Otra sangría era la balanza comercial deficitaria debida que, al comprar
productos manufacturados (más caros), y vender, casi exclusivamente,
materias primas (más baratas), el “valor añadido” (las ganancias de la
transformación) se quedaba en poder de otras potencias. Sólo se
producía algo a nivel artesanal, pero no industrial, y como consecuencia
de ello, para poder nivelar la balanza comercial (importaciones >
exportaciones), había que recurrir a la plata americana.
3. La visión de los contemporáneos del siglo XVI.

Los Secretarios de los Consejos eran conscientes de la situación, y así se lo


comentaban a Carlos I, que gastar más de que lo que se recibía, e incentivar la
importación de productos manufacturados, era una locura. Es por esto que Francisco
de los Cobos le llegó a decir a Carlos I que “España estaba haciendo de Indias de los
demás vecinos”, lo que significaba que España era una “colonia económica” de las
otras dos grandes metrópolis europeas.

4. El impacto económico en la estructura social.

Repercusiones en los diferentes grupos sociales:


 Esto va a tener repercusión en los diferentes grupos sociales, pero de manera
bien diferente. No afectará a todos por igual, unos saldrán beneficiados y otros
perjudicados.
 Se beneficiarán los terratenientes y serán perjudicados los asalariados. ¿Por
qué se beneficiarán los terratenientes? Porque el aumento de los precios,
producirán, indirectamente, el precio de la tierra. Además, habrá un aumento
de la demanda que también incidirá en el aumento del precio de los productos,
y no sólo la llegada de la plata americana, como defiende Hamilton. También
se incrementará el precio de los arrendamientos, de ahí la mentalidad de
rentista de los españoles.
 ¿Quiénes serán perjudicados? Salían perjudicados todos los que tenían
salarios o rentas fijos: pequeños propietarios, que ven subir más los precios
que los ingresos; el bajo clero, que reciben rentas fijas por sus oficios; los
funcionarios públicos, ya que el Estado, con las arcas vacías, no
aumentaban los salarios, y serían los grandes perjudicados; y cualquier otro
que dependiera de un salario: oficiales artesanos, con salarios fijos de 3 o 4
reales.

5. La crisis del siglo XVII: hambre, epidemias, guerras y migraciones.


Si el largo siglo XVI era el periodo de expansión, el siglo XVII es conocido como la
época de la crisis ya que esa expansión económica, tocará fondo en torno a los años
setenta (comienza con la revolución de los precios), periodo donde ya se estaba
preparando el periodo de crisis generalizada, crisis que se hace más profunda en el
siglo XVII. También esta decadencia que sufre la Monarquía Hispánica en el siglo
XVII, tendrá consecuencias en el plano político ya que pasa de ser una primera
potencia a ser sustituida por Francia en el plano internacional y por Inglaterra y
Holanda en ultramar.
En esta crisis también influirá el descenso demográfico que tiene lugar en este siglo
XVII ya que a menos población habrá menos producción y menos contribuyentes y
esto conlleva a una mayor presión fiscal que agravará la propia crisis. En el siglo XVI
la población creció (ya venía este crecimiento desde el siglo XV), pero en el siglo XVII
se romperá esta tendencia, se produce un estancamiento en el crecimiento
demográfico en algunas zonas españolas y en la mayoría, se producirá un descenso
en sus habitantes.
Causas del declive poblacional en el siglo XVII: El censo de Castilla de 1591 es un
referente del crecimiento del siglo XVI, pero a partir de esa fecha comenzará el declive
poblacional. Las causas de este declive son varias:
- Por un lado, estarán las crisis de subsistencias que se dan a lo largo de todo
este siglo, ya comenzaron a finales del siglo XVII. De estas crisis destacan
algunas como la de 1582 en Andalucía y las de 1589-1592 en Cataluña.
- Otro de los factores que incidirá en este descenso demográfico serán las
epidemias, sobre todo las epidemias de peste que ya comienzan en el siglo
XVI, en concreto en 1586-1592, aunque la más mortífera fue la de 1647-1652.
Pero estas epidemias no se daban al mismo tiempo en España, el año más
terrible fue en 1649, esta epidemia sería muy mortífera ya que la tasa de
mortalidad en algunas poblaciones (que ya eran bastante altas) se multiplica
por diez.
- Otra de las causas por la que se reduce la población fue la expulsión de los
moriscos, tanto Aragón como Valencia y el reino de Granada sufrirán en mayor
medida la pérdida de población por la expulsión de los moriscos ya que en
estas regiones es donde había más población morisca.
- Por otro lado, también estaban las emigraciones al continente americano, cada
año marchaban unas 5.000 personas a América, pero este elemento no es muy
significativo o determinante ya que en el siglo XVI también hubo emigraciones
y la población no descendió, sino que creció.
- Por último estaban las guerras con Europa, la guerra de los Treinta años que
comienza con
- Felipe III y continúa con Felipe IV. Toda guerra genera costes económicos y
ello a su vez presiones fiscales, todo esto incide sobremanera en las
condiciones económicas de los pecheros castellanos.
Todas estas circunstancias, además de las que se pudieran originar localmente, hacen
que el descenso poblacional en algunos lugares sea bastante alto. Hay que tener en
cuenta que estos datos no son exactos ya que en el Antiguo Régimen se contaba por
vecinos, es decir, lo que es la estructura familiar. Por eso cuando el historiador hace
una investigación sobre la demografía tiene que ajustar estas tasas multiplicando por
un índice determinado (4 o 5). Por otro lado, también hay que tener en cuenta que en
todos los censos hay ocultamiento, bien para evitar la fiscalidad del Estado o también
para evitar el reclutamiento militar.
A nivel de documentación y para el tema demográfico, el Catastro de la Ensenada (fue
ordenado por Fernando VI a propuesta de su ministro el Marqués de la Ensenada,
1749) de realiza el que más información acertada nos puede ofrecer, tanto datos
demográficos como económicos, políticos, grupos sociales, marginados, etc. había
libros de familias que indicaban quienes pertenecían a determinadas familias. Esta
documentación consta de una parte demográfica, económica, vienen todos los oficios
del lugar, la renta anual que puede tener un individuo, etc. Por tanto, este catastro de
la Ensenada nos ofrece una radiografía completa de lo que fue el siglo XVIII. Está las
respuestas generales del Catastro de Ensenada, ahí se encuentra sintéticamente
condensada la información de cada población (estructura económica, social, política).
En aquel momento aunque no se aplicó este catastro a nivel impositivo, sí que fue muy
interesante para conocer la realidad española del momento. Esta documentación ser
realiza para conocer las riquezas del país y como estaban distribuidas estas riquezas,
este fue el objetivo del Catastro de la Ensenada. Por otro lado, también existen otros
registros históricos como es el municipal (ayuntamiento), ahí podemos encontrar
documentación sobre las propiedades y nos puede dar información sobre la propiedad
de algunas riquezas que se ponen en entre dicho y se le abren expedientes de
dominio.
El descenso poblacional que se produce en este siglo XVII, no será sólo en España,
sino que afecta a toda Europa, en unos lugares habrá descenso y en otros, se produce
un estancamiento del crecimiento demográfico. Pero cuando el crecimiento
poblacional se estanca es que algo está pasando ya que en el Antiguo Régimen no
existía un control de la natalidad, por tanto tenía que haber una crisis, aunque esta
crisis no tendrá la misma incidencia que en el caso de España ya que será más bien
coyuntural y en el caso de España fue una crisis estructural, lo que hacía que no se
pudiera remontar esta crisis (más o menos lo que ocurre actualmente en la mayoría de
los sectores económicos). Por otro lado, España tenía contraídas deudas con los
banqueros europeos, sobre todo con los genoveses y esto influirá también que no se
salga de esta crisis crónica, en Europa, a pesar del receso, era más fácil volver a la
situación anterior. El descenso demográfico continuará hasta el siglo XVIII, hay que
tener en cuenta la Guerra de Sucesión española a la muerte de Carlos II, guerra que
comienza en 1701-1713, aunque la resistencia de Cataluña durará hasta 1714. Por
tanto, la población no se recuperó hasta los años veinte del siglo XVIII.
Motivos de las emigraciones: La gente marchaba hacia otras zonas por motivos
bélicos, por sequía, malas cosechas, o pérdidas de cosechas como es el caso de
Ayamonte que sufría las razias de los portugueses. Sin embargo, un pueblo del
Andévalo (por ejemplo), tenía otro tipo de economía y al contar con mucha vegetación
podía utilizar otros recursos (bienes comunales) y no estar pendiente de una cosecha
para sobrevivir, esto hace que no dejen sus lugares de origen ya que su situación no
es la misma que la que sufrió Ayamonte al estar cercano a Portugal. Por tanto,
podemos encontrarnos con zonas en crisis y otras zonas que son foco de atracción
para esas poblaciones que sufrían esa crisis, por ello no se puede generalizar esta
crisis del siglo XVII en todas las zonas de España.
Otras razones del descenso poblacional: las altas tasas de mortalidad originadas
por la peste, influirá también en la recesión demográfica. Además de la peste había
otras enfermedades infectocontagiosas que hoy en día no tienen consecuencias
graves pero que en el Antiguo Régimen causaban efectos mortíferos: viruela,
disentería, tifus, paludismo (en zonas de marisma), conocido este paludismo como
fiebres tercianas. Pero las epidemias que causaron mayores daños sin duda fue la
peste transmitida por las ratas que llegaban en los barcos procedentes de Italia,
Francia, norte de África, etc. sobre todo barcos procedentes del Mediterráneo. El
contagio se hacía más virulento debido a que la población estaba sometida a las crisis
de subsistencias y esto provocaba una gran desnutrición y con ello la baja de defensas
del organismo, por tanto, los más pobres se convertían en caldo de cultivo para las
enfermedades.
Epidemias de peste en España:
- La epidemia de peste atlántica de 1596-1602: En 1596 aparece un brote de
peste en el puerto de Santander, de barcos que procedían de los Países Bajos,
más tarde se extendió por Catilla y llegó hasta el sur de la península. Los
primeros efectos de este brote fueron catastróficos ya que en Santander de
4.000 personas censadas quedaron sólo 2.500 hab. , en Valladolid la población
baja un 18% en esta primera epidemia. La mortalidad afectaba en mayor
medida a los pobres y clases populares ya que los ricos estaban mejor
alimentados y también podían marchar al campo puesto que disponían de otras
viviendas. En el Antiguo Régimen la única opción que había para evitar el
contagio era el aislamiento y estar bien alimentado, nutricionalmente hablando,
ya que así las defensas del organismo podían pelear con la enfermedad,
también la higiene será bastante importante para evitar el contagio ya que no
existía medicamentos (penicilina). Las ciudades aplicaban cordones de
aislamiento y controlaban al personal que salía y entraba.
- Epidemia de peste en 1647-1652: el segundo gran brote de peste fue entre
1647-1652 y los efectos fueron mayores en Andalucía y en la España
levantina. En Andalucía la epidemia acabó con 40.000 hab., en el Reino de
Sevilla (Huelva, Sevilla, Cádiz...) la población descendió ¼ parte. También la
epidemia fue en Aragón, Cataluña y Valencia.
- Epidemia de 1676-1685: Este brote de peste que comienza en 1676 se volvió
a centrar en Valencia y en Andalucía, aunque las tasas de mortalidad fueron
más limitadas, unos 25.000 muertos.
- Total de muertos por epidemia en el S.XVII: en conjunto, la cifra de personas
que mueren por causa de estas epidemias en el siglo XVII fueron 1.250.000
hab. (aprox.), cifra bastante significativa ya que la población en la Edad
Moderna estaba en 8.000.000 hab.

6. Una industria en recesión.


7. La crisis del modelo de organización gremial, la competencia europea
y el descenso de la producción.
8. La decadencia comercial: disminución de remesas de metal precioso,
practicas de contrabando y desarrollo de interregional americano.
9. La conciencia de crisis de los contemporáneos: los arbitristas.
Las dificultades económicas estimularon la aparición de obras de reflexión y programa
sobre estos temas. En general, planteaban arbitrios o medios para solventar los
graves problemas con los que se enfrentaba la monarquía. De ahí deriva la
denominación de arbitristas con que se suele designar a los autores de proyectos
económicos del siglo XVII. Es una denominación de carácter peyorativo que encontró
reflejo en la literatura de la época.

Hay que distinguir a los autores de proyecto descabellados, o quienes buscaban sólo
una recompensa inmediata, de los autores que formularon propuestas coherentes y
llevaron a cabo un análisis riguroso de la realidad o de parte de ella. Pero incluso
estos autores han sido criticados por los primeros historiadores de la economía en el
siglo XIX, quienes escribían desde una óptica liberal, considerada como la única
perspectiva económica y científica posible. En nuestros días se asiste a un movimiento
de revalorización de los principales arbitristas y se reeditan sus obras con pertinentes
estudios introductorios. Sin embargo, incluso los mejores autores se hallaban insertos
en una cultura barroca, lo que llevaba a un cierto predominio de la presentación
estilística sobre el contenido y dificultaba la compresión.
Su argumentación se basaba esencialmente en la identificación de una única causa de
la decadencia española, a la cual pretendían se aplicase un unico remedio, con
voluntarios olvido o marginación de otros factores. No es fácil presentar un cuadro bien
ordenado de las diversas tendencias que podemos encontrar en el pensamiento
económico del siglo XVII. Debemos prestar atención a dos criterios principales: la
cronología y la orientación predominante en el autor.

Muchos autores realizaron una enumeración global de los males de la monarquía,


pero predominaron dos líneas de análisis. Por una parte, se hallaban los que
lamentaban la situación de la agricultura como causa principal de la crisis. Algunos
historiadores llaman a esta linera “prefisiócrata” y la consideran portavoz de los
intereses agrarios. Otra corriente importante es la llamada mercantilista, industrialista
o proteccionista. Sus autores representaban en cierta manera a las grandes ciudades
y encontraban la raíz de los males de España en la crisis de la industria, ocasionada
por la competencia extranjera.

Sus temas fundamentales son: la perdida de los mercados italianos, la balanza


mercantil deficitaria, la crisis de los distintos sectores del artesanado y la competencia
desleal de los comerciantes extranjeros, culpables no sólo de las dificultades
económicas del Principado, sino de otros factores negativos de la vida social, como el
bandolerismo y la brujería.

También podemos referirnos a los autores que denunciaron la influencia monetaria del
vellón y propusieron su reducción o consumo, o quienes proyectaban reformas del
sistema financiero y fiscal, en relación con el movimiento reformador de los años
veinte, o con las ulteriores necesidades de la hacienda, a la búsqueda del arbitrio
general o el impuesto unico que permitiera desempeñar las finanzas reales.

En torno a 1680, autores situados en diferentes regiones de la monarquía coincidieron


en una serie de temas y colaboraron e impulsaron una política económica de signo
mercantilista. Desde posiciones mercantilistas y defensoras de unos intereses
industriales gravemente amenazados por las importaciones, los autores de 1680 veían
la salvación del reino en la creación de una compañía general de comercio. Se trataba
de una compañía por acciones bajo protección estatal, encargada de actuar en
algunos casos como entidad de fomento para la industria y el comercio marítimo, o en
otros de participar en el comercio americano. Todos estos proyectos, ninguno de los
cuales llegó a cuajar, se inspiraban lógicamente en el modelo de las compañías de las
Indias de Holanda e Inglaterra.

Hacia 1680, proyectistas y gobernantes pensaban en el establecimiento de un


impuesto único por razones de eficacia administrativa, de justicia social y, también,
como incentivo para la actividad económica. La unificación fiscal era, sin duda,
necesaria en Castilla, pero también se pensaba en ella en Cataluña.

10.Bancarrotas, inflación y crisis de la hacienda pública.


11. La estrategia económica de los gobernantes ilustrados: fomento de la
industria, reformas de la actividad gremial, compañías privilegiadas y
libre comercio.
Bloque Temático 5. Los Austrias Menores y el
régimen de valimiento.
Patronazgo y clientelismo. Los partidos cortesanos. Los consejos y la maquinaria burocrática: la
tutela de los validos. Felipe III y sus capacidades para el gobierno. La figura del Duque de Lerma y
la implantación de un nuevo sistema político. El Duque de Uceda. Felipe IV y la sucesión en el
valimiento. El programa de gobierno del Conde-Duque de Olivares. Una política centralista: la
Unión de Armas. La desintegración de la unidad peninsular: la independencia de Portugal y la
sublevación de Cataluña. Las conspiraciones nobiliarias: los señores de Medina Sidonia y de Hijar.
Otros levantamientos en territorios de la Monarquía. El final del reinado de Felipe IV: el valimiento
de Luis de Haro. Bases de la política exterior: del pacifismo inicial de Felipe III al fracaso del
proyecto militar impulsado por Olivares. La regencia de Mariana de Austria y el protagonismo de sus
validos: Nithard y Valenzuela. El valimiento de Juan José de Austria. Los gobiernos del duque de
Medinaceli y del conde de Oropesa. El reformismo de fines del reinado: los novatores. Intrigas
palaciegas e internacionalización de la sucesión dinástica.

1. Patronazgo y clientelismo. Los partidos cortesanos. Los consejos y la


maquinaria burocrática: la tutela de los validos. Los consejos y la maquinaria
burocrática: la tutela de los validos. Felipe III y sus capacidades para el
gobierno. La figura del duque de Lerma y la implantación de un nuevo sistema
político.
El sistema de clientelismo y patronazgo: en la cúspide estaba el valido del Rey y a su
vez había una estructura donde el valido tenía otros validos y estos creaban a su vez
su red clientelar (como es el caso del Duque de Lerma, Duque de Uceda, Conde
Duque de Olivares, etc.). Esta red se estructuraba en función de la obtención de
beneficios y mercedes, sobre todo dentro de un marco de vida en la Corte donde todos
los cortesanos querían medrar (ascender) dentro de la administración central y para
ello tenían que obtener la confianza de un valido, es decir, del valido del rey. Esta era
la forma de ascender.

Como es el caso de Don Pedro de Franqueza, que era un propietario de Tierras de


Cataluña, Don Pedro era un valido del Duque de Lerma, valido del rey. Don Pedro a su
vez tenía otros validos y por sus servicios obtuvo el título de Conde de Villalonga,
además consiguió los cargos de consejero de Hacienda por sus servicios prestados al
Duque de Lerma. Por tanto, el poder del conde de Villalonga le venía de esa estructura
que genera el sistema de confianza y no por sus capacidades o profesionalidad: prima
más la confianza del valido que el acceso por vía profesional.
Rodrigo Calderón era otro de los validos del Duque de Lerma y gracias a ello
consigue poder y riqueza, pero pagará con su muerte sus actividades corruptas.
Obtendrá también gracias a este sistema los títulos de Conde de Oliva y Marqués de
Las Siete Iglesias. Las facciones que se crean en la Corte: este tipo de sistema creará
dos facciones dentro del propio Estado: una será los que reciben las mercedes y la
segunda facción los que no las reciben y por ello lucharán en la Corte para quitar esos
validos Para ello intentarán minar la confianza de la Corona con respecto a su valido y
tratarán de desacreditar a estos validos para así quitarlos de en medio.
Con Felipe III nos vamos a adentrar en el siglo XVII y los Austrias Menores. En este
siglo, la política exterior va a pasar a un segundo plano porque pierde la supremacía
europea pasando a ser una potencia de segundo nivel. Van a surgir potencias
coloniales como Inglaterra y Holanda. Otros países secundarios o al margen como
Suecia, Rusia y Prusia se incorporan.
Es un siglo de declive para la monarquía española junto a una crisis económica que
generó el movimiento de los arbitristas, que son intelectuales que se preguntan cuáles
son los problemas que ha llevado a España a esa situación. Además de esto tratan de
dar un arbitrio o solución. El metal precioso se dedicó a comerciar la balanza deficitaria
española, ¿cómo se paga?, a cuenta de ese metal precioso que sirve para financiar.
Pero la industria de otros países no en la de España. España estaba haciendo de
“indias” de los demás países europeos. ¿Qué influencia crea la revolución en los
estratos sociales? Va a beneficiar a los terratenientes y a perjudicar a los asalariados.
Los terratenientes se benefician porque hay un incremento del valor de la tierra por la
subida de los precios. Además, produce un aumento desmedido de los productos de
primera necesidad. Se producía un incremento del arrendamiento de la tierra.
¿A quién perjudica? A los que tienen salarios fijos o rentas muy pequeñas, o a
pequeños propietarios que no les compensa con la subida de los precios. Se produce
una crisis debido a la conciencia que existe de pasar de ser una primera potencia a ser
una potencia de segundo nivel. Se crea una generación de arbitristas que dan cada
uno una solución. Es demostrativo él como la crisis ha ido calando en la sociedad.
Con la llegada de los Austrias Menores, se va a producir otro cambio en la forma de
gobierno, a una monarquía que abandona las tareas de gobierno y administración que
son llevados a cabo por otras personas, los válidos. Inaugurándose en la monarquía el
régimen de valimiento. Que es un sistema en el que el monarca nombra a validos. Ya
Felipe II intuía que esto podía pasar con su hijo Felipe III, es más, conocía la relación
que ligaba a su hijo con el duque de Lerma al que se le intenta alejar de Felipe II
enviándolo como virrey a Valencia. Aunque esto no impide que lo llame cuando es
coronado.
Cuando llega el duque trata de destituir a los antiguos colaboradores de Felipe II para
que “no le hicieran sombra”. Es el caso de Cristóbal de Moura, un arzobispo Loaysa u
otras personalidades como el Duque de Osuna o el de Feria. Personas que se habían
formado con Felipe II y que hubiesen sido de gran ayuda, pero son enviados a otros
lugares. De esta forma se pasa a un nuevo régimen político que responde a dos
criterios:
- El monarca no quiere ocuparse de las tareas de gobierno delegándolas en
otras personas de confianza.
- Cada vez la administración se va burocratizando más. El valido delega parte de
sus funciones en otras personas.
El surgimiento del régimen se dio más como causa de la primera razón que de la
segunda. Además, el que se le fuera otorgando más poderes al valido, hace
descender la capacidad política de los secretarios de los concejos, ahora será el valido
el que sirva de enlace entre el rey el consejo.
El valido es una figura con un fundamento totalmente político. Está ahí por ser amigo
del rey, no buen funcionario sino en su lugar estaría otro. Serán los altos linajes los
que se encargaran de las labores de gobierno. Esto va a suponer que esa alta nobleza
desplazada por Carlos I y Felipe II tendrá ahora vía libre para su acceso al poder. Por
otra parte, el cargo de valido no estaba institucionalizado, no es que no fuera un cargo
oficial, pero son términos diferentes. Pues no es una institución definida a lo largo de
los siglos. Sus competencias serán las que en ese momento quiera el rey. Las
funciones están reguladas pero estas pueden ser modificadas con decretos, todo esto
en función de la confianza mayor o menor que tenga el valido... Por lo que no es un
cargo institucionalizado.
Este sistema va a estar basado en un régimen de patronazgo y clientela. Se va
extender de la amistad del rey con el valido y este a su vez con otra persona de
confianza. Y en la cúspide de este sistema está el valido. Se lleva a cabo a través de:
- Nombramiento para cargos
- Otorgamiento de privilegios
- Preventas

Va en detrimento del saneamiento de la Hacienda Pública. El sistema favorecería el


medro a través de servicios y de compensación de cargos y privilegios. Esto hacia,
que el valido tenía a su vez validos y estos a su vez actuaban como si fueron validos
suyos. Lo importante no era hacer una buena labor como funcionario, sino ser el
favorito del favorito del favorito. Mediante este mecanismo se consigue ir ascendiendo:
- Don Pedro de Franqueza se le va a dar cargo de consejo y de secretario de la
Hacienda.
- Rodrigo Calderón. Obtuvo una gran riqueza y poder en la labor de su cargo.
(concesión de títulos nobiliarios).

Este sistema origina que se produzcan fracciones entre los que estaban a favor
porque reciben compensación y los que no y por lo tanto no estaban de acuerdo y se
dedicaran a descubrir los casos de corrupción. Es evidente que una de las razones es
que los Austrias Menores se desentienden de las tareas de gobierno, tanto Felipe III
como Felipe IV, y también lo haría Carlos II. Otra de las razones es que había es que
los territorios que controlaba la Corona habían crecido y esto generaba una mayor
necesidad de burocracia administrativa que se había convertido más compleja, por lo
que todos los asuntos no podía gestionarlo sólo el rey. Es por lo que se impone así la
confianza política en detrimento de la competencia o profesionalidad, aunque esto no
quiere decir que estos validos no fueran competentes, pero más bien los validos
servían a sus propios intereses particulares.
Pero realmente el valido surge por la propia necesidad del rey y no por la necesidad
en otros terrenos ya que se podría haber hecho de otra manera, como por ejemplo con
los secretarios de los consejos dándoles más competencias políticas. Los secretarios
de los Consejos estaban cualificados para llevar a cabo toda esta burocracia y realizar
diferentes funciones ya que desde muy jóvenes habían estado asimilando lo que era la
administración, pero los secretarios fueron apartados al igual que otros funcionarios de
la administración.
Declive de los secretarios de los Consejos: por tanto, la figura del valido significará
el declive para los secretarios de los Consejos, a pesar de que formaban parte de una
estructura más profesional. Un ejemplo de esta profesionalidad, aunque también fue
un corrupto, fue Antonio Pérez que demostró su capacidad para llevar a cabo tareas
de gobierno (este caso vemos como se une la profesionalidad o capacidad con la
confianza política).De esta manera los secretarios de los Consejos perdieron buena
parte de su capacidad de decisión política y quedaron como simples funcionarios. Las
decisiones que antes tomaban los secretarios por delegación del rey serán ahora
tomadas por los validos que tendrán autoridad para decidir por sí mismos sin consultar
al rey. El rey, por su parte, se desentenderá de los asuntos de gobierno dejando así el
camino libre a los validos.
Una de las características es que estos validos no llegaban al gobierno por sus
capacidades, aunque algunos si tuvieron capacidad para desempeñar las tareas de
gobierno, pero este cargo lo conseguían por la confianza política del rey. Otra de las
características es que estos validos pertenecerán a la alta nobleza y no como sucedía
antes que procedían de las clases medias o de la nobleza inferior como ocurrió en el
reinado de Carlos I y de su hijo Felipe II que lo que pretendían era mermar el poder de
la nobleza y por eso eligen para la administración y como secretarios personal de
estas clases medias y baja nobleza. Sin embargo los validos pertenecían a la alta
nobleza, poniendo así en manos de esta nobleza el gobierno de la Corona, salvo
algunas excepciones, la mayoría pertenecerán a la alta nobleza. Pero esto es lógico si
se piensa que en la Corte serán estos altos nobles los que tendrán contacto con el rey.
Otra característica es que el valido no era un cargo institucionalizado, es decir, no era
una institución regulada con una normativa, con unas funciones o competencias
invariables, sino que será un cargo donde el rey es el decide las atribuciones o
competencias en cada momento del valido. Por tanto, el valido era una figura oficial
pero no institucional, porque va variando en función de la voluntad del rey.

Esta forma de concebir la organización política a través de la confianza política se


extenderá también (además del vínculo con el rey) a las relaciones del valido con las
personas que eran sus partidarios. Estas personas querían medrar, ascender en la
Corte y este medramiento se obtenía siendo partidario del valido que era el que tenía
todo el poder de decisión. Lo importante de este sistema de partidarios es que irá
generando una clientela a los que se les irán otorgando cargos a cambio de sus
fidelidades. Pero esto traerá que cuando se acabe el cargo del valido en cuestión,
vendrán los problemas en el sistema clientelar. Por tanto, con sistema de valimiento se
crea una red clientelar y el patronazgo, muy parecido a lo que ocurrió siglos más tarde
con la Restauración y el caciquismo en el siglo XI.

Felipe II antes de morir se dio cuenta de que su hijo no gustaba mucho de encargarse
de los asuntos de gobierno y pensó que su hijo le dará el puesto de valido al Duque de
Lerma, hombre de confianza y amistad que tenía el príncipe Felipe, por eso su padre
pensando que se dejaría llevar por las ideas del Duque lo apartará de la Corte y le da
el puesto de virrey de Valencia con la intención de alejarlo de su hijo. Aunque esto no
tendrá mucho éxito ya que cuando muere Felipe II y se proclama como rey Felipe III, el
Duque es llamado por el nuevo soberano para que se encargue de las tareas de
gobierno.

Por lo que vamos a hablar ahora en particular de la figura del Duque de Lerma. De
esta manera el Duque de Lerma llega al poder y decide que lo mejor para monopolizar
ese poder es apartar a los antiguos colaboradores de Felipe II, colaboradores que
tenían un gran prestigio pero que podrían limitarle en sus decisiones y hacerle sombra.
Destituirá al arzobispo Loaysa y a Cristóbal Moura (que ayudó en la anexión de
Portugal a la Corona española) que será mandado a Portugal como virrey. Otros viejos
colaboradores serán desplazados a otros territorios periféricos como Italia, Flandes,
incluso a América. Esta sería el caso del Conde de Osuna, el Conde de Fuerte, el
Duque de Feria (diplomático muy conocido) etc. Por tanto, con Felipe III nos
encontramos los territorios periféricos mejor gobernados que lo que son los territorios
hispánicos que estaban totalmente gobernados y bajo el poder del Duque de Lerma.
Vemos como hay un cambio de régimen sin recurrir a la violencia.

La figura del Duque de Lerma: el Duque de Lerma fue quien inauguró el régimen del
valimiento y puso las bases para la continuidad de este sistema. En la práctica
contaba con todas las funciones que puede tener un primer ministro, aunque no es
una figura institucionalizada, pero sí era un nombramiento oficial, incluso en la
documentación se conoce como un primer ministro y se observa que actuaba como tal
en que estos validos del rey podían firmar en nombre del rey y además los Consejos le
debían de proporcionar toda la información que el valido requiriese, además sus
órdenes tenían igual valor que las que firmaba el rey. Incluso en 1612 Felipe III firmará
un decreto para legitimar determinadas funciones del valido, de esta forma se
autorizaba y oficializaban esas funciones que ya venía desempeñando el Duque de
Lerma. Desde 1598 venía funcionando la figura del valido y es en 1612 cuando esta
figura se oficializa.

Los Consejos: De todas formas el control de la monarquía se hizo a través de los


Consejos. El Consejo del Estado era el que coordinaba el resto de los demás
Consejos; por otra parte el Consejo de Hacienda estuvo también controlado por el
Duque de Lerma ya que las arcas del Estado eran fundamentales para cualquier
decisión política. Estuvo en el gobierno desde 1598 hasta 1618, un largo periodo en el
poder que le proporcionó lógicamente un gran enriquecimiento personal y también la
creación de una red clientelar bastante extensa, debido al largo periodo que estuvo en
el poder. Este enriquecimiento le creó una gran impopularidad, hasta 1615 el Duque
fue consentido a nivel popular ya que todavía no había comenzado su descrédito, pero
a partir de esta fecha sufrirá un descenso por los escándalos de corrupción de su
valido Rodrigo Calderón, tanto es así que se creará por esas fechas una facción
opositora al Duque de Lerma y cuyo líder será su propio hijo el Duque de Uceda.

Felipe III ya conocedor de algunos de los defectos del Duque de Lerma y su


impopularidad decide en 1618 sustituirlo como valido, lo aparta del poder pero le
consigue el capelo cardenalicio para de esta forma protegerlo de que fuera juzgado
por lo civil (recordemos que era su amigo desde la infancia) ya que los cardenales
tenían un fuero especial. Sin embargo, Rodrigo de Calderón valido del Duque de
Lerma sí que fue juzgado por lo civil. Aquí vemos como la Corona negociaba con
Roma el nombramiento de los cardenales, aunque fuera seglar podía acceder al
capelo cardenalicio, incluso sin ser antes sacerdote. Además, la negociación del
capelo cardenalicio para el Duque de Lerma fue favorecida por la participación del
Duque en la decisión de la expulsión de los moriscos, cosa que convenía a Roma. Una
vez que cae el Duque de Lerma es elegido como valido por Felipe III el Duque de
Uceda en 1618 y se dedicará a perseguir y quitar de en medio a los validos del Duque
de Lerma.
2. El duque de Uceda.
Felipe III, a pesar de la mala experiencia que tuvo con el Duque de Lerma como
valido, en 1618 nombrará como sucesor al Duque de Uceda, hijo de Lerma; este
nombramiento se vio favorecido por la gran confianza que tenía el rey en este
personaje, ya que lo conocía desde niño. Pero a pesar de que el monarca siguió con el
régimen de valimiento, el nuevo valido no tendrá toda la potestad que tuvo su padre en
las tareas de gobierno y por ello cambiará el decreto de 1612 por el de 1618 donde las
órdenes reales sólo podrá firmarlas el rey, a diferencia de lo que sucedía con el Duque
de Lerma que sí las podía firmar él. Todo esto indica la desconfianza que se creó en el
régimen de valimiento. Parece posible que esta predisposición que tuvo Felipe III por
continuar con dicho régimen podría haber sido simplemente la elección de una postura
más cómoda ya que no era muy dado a las cosas de gobierno, a pesar de saber de la
corrupción que entrañaba el sistema decidió (¿por comodidad?) seguir manteniendo a
los validos, aunque esto es sólo una hipótesis, pues nada se sabe de por qué continuó
con el sistema y no lo abolió con el caso de corrupción de Lerma y sus validos(análisis
del cambio de aptitud del rey , cambio de decretos y menor competencia del valido,
importante para examen).
Pero a pesar de que el Duque de Uceda no tenía potestad para firmar los documentos
reales, sí que siguió controlando la administración y los Consejos, aunque esto no
podía hacerlo en teoría sí se hizo en la práctica, pero aun así, tendrá menos poder que
el Duque de Lerma, su padre. Y esto fue debido a que en esta segunda etapa del
régimen de valimiento, Felipe III recibió asesoramiento de otras personas y no solo de
su valido. Personas como Baltasar de Zúñiga que asesoró al rey en política exterior
principalmente, o Aliaga (confesor del rey, y antes lo fue del Duque de Lerma).Por
tanto, a pesar que la administración la controlaba Uceda, pero tuvo que compartir el
poder con otras personas que asesoraban al rey.
A medida que fue avanzando su reinado, Felipe III fue teniendo conciencia de los
problemas que generaba el valimiento y se arrepintió antes de morirse de haber
dejado la administración en manos de los validos, por eso decide entregar la
documentación del Estado a Zúñiga que a su modo de ver era más neutral. Todo esto
nos indica la desconfianza que ya tenía el monarca con respecto al régimen de
valimiento. No hay que olvidar que en el Antiguo Régimen era muy común de cuando
estaba cercana la muerte las gente se ponía a bien con Dios, buscaban la salvación
de su alma y por ello todos los cristianos intentaban enmendar sus errores para
conseguir la salvación de su alma, Felipe III actuó aquí igual que cualquier cristiano, al
final de sus días se arrepiente de sus errores que para él había sido elegir el régimen
de valimiento y por eso decide esas medidas, entregar la documentación a Zúñiga.

3. Felipe IV y la sucesión en el valimiento.


Felipe IV comenzó a reinar en 1621, a los dieciséis años de edad. Estaba casado
desde 1615 con la princesa francesa Isabel de Borbón, pero tuvo diversos hijos
naturales, el más famoso de los cuales fue don Juan José de Austria. La reina murió
en 1644, y su unico hijo varón, el príncipe Baltasar Carlos, en 1646, lo que obligó al
rey a contraer segundo matrimonio.
Felipe IV fue halagado por sus cortesanos y propagandistas como Felipe el Grande.
Posteriormente se le ha considerado como el monarca cuyo reinado se hizo
irreversible la decadencia política de España. Una cierta visión de Felipe IV le
presenta como un príncipe abúlico, dedicado a la caza y a los galanteos. En nuestros
días se revalorizan su capacidad intelectual, su nivel cultural y su dedicación a los
asuntos de gobierno, aunque es innegable que concedió su completa confianza al más
famoso de los validos: don Gaspar de Guzmán, conocido en razón de sus títulos,
como el conde-duque de Olivares.

En realidad se había producido el desplazamiento de un clan nobiliario por otro. El


nuevo equipo de gobierno estaba centrado en la familia de los Guzmanes y sus
parientes los Zúñigas. Durante la primera etapa de reinado (1621-1622) la cabeza del
grupo fue el veterano diplomático Baltasar de Zúñiga, tío de Olivares. Este contó con
la colaboración de su cuñado el conde de Monterrey. Más adelante concedió su
protección y confianza a un primo que obtuvo el título de marqués de Leganés, y a su
yerno, que se convirtió en duque de Medina de las Torres. El valido procuró atraerse o
controlar a los principales dignatarios del estado, como el presidente del Consejo de
Castilla y el inquisidor general; entre otro, ocupo este cargo el gallego fray Antonio de
Sotomayor, el cual era a la vez confesor real. Otro hombre de confianza de Olivares
fue el aragonés Jerónimo de Villanueva, protonotario del Consejo de Aragón y
secretario del despacho universal.

El conde-duque intentó obviar la oposición que podía encontrar en los consejos


mediante la creación de numerosas juntas, la más importante de las cuales fue la
Junta de Ejecución. Olivares se quejaba de la falta de obediencia a sus órdenes,
sobre todo por parte de la nobleza, y protagonizó enfrentamientos duros con alguna de
las grandes dinastías aristocráticas como el almirante de Castilla y la casa de Toledo.

Olivares tiene entre los historiadores mejor opinión que Lerma. Se considera que no
fue un depredador sistemático de la hacienda estatal. En cambio, domino férreamente
el sistema político, con una cierta dosis de violencia. Supo contar con un equipo de
intelectuales entre ellos Francisco de Quevedo. Como otros validos no tuvo un
nombramiento concreto como primer ministro. Oficialmente era sólo un consejero de
Estado, como muchos otros.

El valimiento de Olivares marcó un nuevo estilo de gobierno en sus formas y sus


objetivos. El programa del conde-duque reunía dos elementos indisociables:

- El mantenimiento de una política exterior de prestigio.


- La reforma interior, que era potenciada por su propia entidad, pero también
como base de la política internacional.
4. El programa de gobierno del Conde-Duque de Olivares.
El Conde Duque de Olivares llevó a cabo una serie de medias que fueron adelantadas
en su tiempo ya que no había una mentalidad para que estas medias fructificaran. De
lo que no hay dudas es que Olivares tenía un programa político, cosa que no se vio en
otros validos. Su programa político englobaba varias cuestiones:
- Reforma de la Hacienda, con la finalidad de poder afrontar un periodo belicoso
que se acercaba ya que Felipe IV intentará que España siguiera teniendo su
prestigio internacional y eso requería grandes inversiones militares.
- La segunda cuestión a la que dirigió su política fue conseguir la unidad
nacional y por eso pretenderá limitar los particularismos regionales, como era
el caso de Cataluña o Portugal. Esta política influirá en los levantamientos que
se producen en estos territorios.
- Una tercera medida, ligada a la primera, es la vuelta a la política imperialista de
los Austrias Mayores.
Hay muchos autores que opinan que esta reforma estuvo muy determinada por la
“Guerra de los Treinta Años” que comenzó en el reinado de Felipe III (en 1618) y que
estará presente gran parte del reinado de Felipe III (termina en 1648), esta guerra
tendrá muchos costes militares, cosa que incidirá de forma drástica en la Hacienda
Real, y máximo si los recursos procedentes de América no llegaban con la misma
fluidez que llegaba antes ni tampoco en las mismas cantidades. Esto dio lugar a que
hubiera más gastos que ingresos y se produce un aumento de la crisis financiera del
Estado. A esto se une la política imperialista que quería llevar a cabo el Conde Duque
de Olivares y propondrá una serie de medidas para esta reforma de la Hacienda:
- Olivares propone la creación de un “Banco Nacional” que debía hacerse con
aportaciones particulares de los súbditos para poder hacer frente a la política
belicista. Pero esta propuesta tenía que aprobarse en Cortes ya que se trataba
de un impuesto nuevo, finalmente la propuesta no será aprobada ya que la
población se niega a ello(a pesar de que era una buena medida tener ese
banco nacional).
- También propone un impuesto que no perjudica a los grupos sociales de baja
extracción ya que gravaba más a quienes más bienes tenían: este será un
impuesto que gravaba el 5% sobre los artículos de lujo, conocido como
impuesto del censo de juro y que solo se le aplicaba a las élites. Pero las
élites no estarán de acuerdo con este impuesto y por eso tampoco fructificará
esta medida.
- Por otro lado, Olivares intentará que los reinos de la Corona de Aragón
contribuyan en mayor medida en la política exterior ya que antes lo hacían de
forma excepcional. Olivares consideraba injusto que Castilla financiara sola
toda esa política y por eso en 1626 se convocan Cortes aragonesas donde se
consiguió que Aragón y Valencia aportaran unas cantidades mínimas, pero
Cataluña se negó a contribuir al igual que lo hará Portugal.
- Otra de las medidas que intentó llevar a cabo fue la de abolir los impuestos que
gravaban el consumo, el impuesto de los Millones, y establecer un impuesto
único. Por eso se establece el impuesto de la sal en 1631 en Vizcaya, aunque
las revueltas que se producen hicieron que estas iniciativas no llegaran a buen
puerto. En el siglo XVIII con el catastro del Marqués de la Ensenada, se volverá
a estudiar esta posibilidad de poner un impuesto único y llevar a cabo una
reforma fiscal, aunque la cosa tampoco fructificó.
- Otro de los impuestos que crea el Conde Duque de Olivares será el impuesto
sobre el papel sellado, utilizado por notarios e instituciones. Este impuesto
generó importantes ingresos al Estado.
- Otra de las medidas que Olivares intentará implantar estará relacionada con la
política deflacionista que quería llevar a cabo y para ello había que reducir los
gastos del Estado con idea de que el Estado pudiera responder a esos gastos.
Pero una cosa fue lo que se pretendía y otra muy diferente lo que se llevó a
cabo ya que para pagar esa política imperialista se necesitaba dinero, plata.
Por eso una de las medidas será la devaluación de la moneda de vellón
(1628) y esto hará que suban los precios y con ello se volvía de nuevo a la
inflación, por tanto, la crisis no se aminora sino que empeoró. La técnica que se
utiliza para esta política deflacionista será el resello de la moneda (doble
acuñación).
- Otras medidas fueron encaminadas a las reformas comerciales. El Conde
Duque de Olivares pretende crear compañías comerciales similares a otras
europeas por los buenos resultados que estaban dando, como por ejemplo
Holanda. Olivares pensaba que el comercio daría un beneficio para la política
exterior, un ejemplo de ello era Inglaterra y Holanda, por tanto se intentó
implantar ese modelo en España creándose la Compañía del Almirantazgo
de los pasos septentrionales (1624) y se encargará de activar el comercio en el
norte de Europa. También se crearon otras compañías pero fracasaron. A
pesar de los núcleos mercantiles que había en España como era Sevilla o
Barcelona, no apoyaron esta iniciativa y fracasó la creación de compañías.
También se creará una Junta de Comercio encargada de revitalizar y
organizar las actividades comerciales desde España.
- Para el ahorro de la hacienda real se creó la concesión de mercedes, esto
será una novedad en el régimen del valido ya que con anterioridad la
concesión de mercedes llevaba consigo una prestación económica y Olivares
esto lo quita, y las mercedes sólo serán cargos honoríficos, medida que
suponía un gran ahorro. Pero estas medidas solo duraron lo que duró el
gobierno de Olivares ya que cuando el valido cae, se vuelve otra vez a que las
mercedes tengan de nuevo contraprestaciones económicas.
- Otra de las medidas fue reducir los gastos suntuarios: gastos de la Casa
Real, reduciendo personal y otras cuestiones. De esta forma desciende el
número de funcionarios, cortesanos, etc. También se reducen gastos de
banquetes, carruajes, en definitiva se intenta reducir ese gran lujo que existía
en la corte y el número de funcionarios sobre todo en el ámbito municipal.

5. Una política centralista: la Unión de Armas.


El Conde Duque de Olivares pensaba que Castilla solo había heredado gastos para la
Corona y no había heredado ingresos u otros beneficios de los territorios no
castellanos y por ello intentará que esos territorios contribuyan en la política exterior.
Olivares intentará transformar todo lo que se llevó a cabo con los Reyes Católicos y
convertirlo en una unión. Para ello pretende terminar con los particularismos
regionales eliminando los fueros y las leyes de cada reino ya que todo esto era lo que
impedía que se materializase esa unidad. Pero esta política generará el descontento
de Cataluña y también Portugal ya que no compartían esta política exterior del Conde
Duque de Olivares. Para llevar a cabo este plan, Olivares creará el proyecto de Unión
de Armas, con ello pretendía, según él, defender el Imperio español a nivel mundial, y
a la misma vez pretendía que esta política no supusiera un gravamen más ya que se
compartían los gastos con los demás reinos de la Corona de Castilla. El plan consistía
en la creación de un ejército de reservistas de 140.000 hombres reclutados y pagados
por los diferentes territorios y el modo de distribuir estos gastos era en función de los
recursos de cada reino y también de sus necesidades militares. Pero esta Unión de
Armas no tendrá los efectos que se esperaban ya que las colonias americanas fueron
las que continuaron pagando la política exterior aunque ya no podían con la gran
carga fiscal.
En 1624, Olivares presentó ante el rey un Gran Memorial que se ha considerado como
la expresión mas sistemática de su pensamiento político. El conde-duque era un
grafómano incansable y un proyectista ilusionado, empeñado en que la realidad se
doblegara a su pensamiento, y sometido a fases alternativas de euforia y depresión.
Siempre presentaba al monarca el que consideraba en cualquier momento “el mayor
negocio de la monarquía”. En el memorial de 1624 el pensamiento principal era el de
la unidad de poder. Su objetivo era exponer al monarca los medios para controlar el
poder de la nobleza y de la iglesia y, por supuesto, el descontento popular.
La parte más glosada del memorial suele ser la exhortación a Felipe IV para que
trabajara con “consejo maduro y secreto” para convertirse en rey de España, es decir,
que tendiera a reducir el conjunto de “estos reinos de que se compone España” al
sistema de gobierno castellano, no precisamente por serlo, sino porque permitía un
mayor ejercicio de la autoridad real.

La consecuencia práctica del memorial de 1624 fue el proyecto de Unión de Armas,


intento de establecer un ejército permanente, sustentado de forma proporcional por los
distintos reinos de la monarquía. Este fue el proyecto que presentó en 1626 a las
Cortes de la Corona de Aragón. Cuando Felipe IV se presentó en la corona de Aragón
en 1626, los proyectos de reforma económica ya habían fracasado en Castilla. La idea
del valido era la de reunir las Cortes de los tres reinos de Aragón, Valencia y Cataluña
en tres ciudades próximas. La resistencia catalana frustró el proyecto en cuanto al
tercer punto, forzando una reunión en Barcelona. Ante las Cortes de Aragón y
Valencia, los ministros reales leyeron el discurso de la Corona, que en esencia se
reducía a proponer la Unión de Armas. Pero ambos reinos tenían graves problemas
pendientes de solución, pues no se habían celebrado Cortes desde la generación
anterior.

Los estamentos rechazaron de plano el proyecto de Olivares. La negociación se centro


en el servicio o impuesto que de todas formas las Cortes debían votar. Las ciudades
se opusieron en ambos reinos, apoyadas por un sentimiento popular amplio. En
cambio, los estamentos privilegiados cedieron con facilidad, especialmente el
eclesiástico.

Hay dos puntos importantes en las leyes aragonesas, que revelan problemas de
envergadura:

- La declaración de compatibilidad entre comercio y nobleza, como medio de


estimular las inversiones industriales por parte de la nobleza.
- La pretensión, en parte lograda, de la nobleza aragonesa de obtener cierto
número de plazas en los consejos centrales de la monarquía, signo de
integración de la clase dirigente de aquellos reinos en el sistema imperial de los
Austrias.
La misma solicitud fue presentada en la Cortes catalanas por el caballero Francisco de
Gelabert. Los consejeros de capa y espada debían intervenir en cuestiones de
gobierno y de gracia, es decir, de concesión de mercedes.

Las dificultades fueron más graves en Cataluña. La negativa de celebrar Cortes en


Lérida anunciaba ya un cierto grado de descontento entre las mismas clases
privilegiadas, entre la nación política. Las tensiones existentes a fines del reinado
anterior se habían incrementado por la no comparecencia del monarca durante cinco
años y por las tensiones en torno a las atribuciones de los virreyes y de la generalidad
o diputación de las Cortes.

El monarca y sus consejeros solo pensaban en la rápida votación de un servicio y se


irritaban ante la lentitud del procedimiento parlamentario, cuajado de incidentes
personales y de tácticas obstruccionistas. En el estamento eclesiástico los canónigos
se oponían fuertemente a cualquier tipo de imposición que pudiera recaer sobre ellos.
El estamento ciudadano defendía sus “quintos”, el 20% de los ingresos municipales
que quería controlar la Corona. Los poderes de la Inquisición constituían otro de los
elementos en litigio.

Ante la lentitud y escasa predisposición de los estamentos, Felipe IV abandonó la


ciudad precipitadamente sin concluir las Cortes. El rey se quedó sin subsidios, el país
sin leyes nuevas, los aspirantes a “mercedes” regias quedaron defraudados. En
adelante el problema genérico de la corona de Aragón quedó ceñido al problema
catalán. Por otra parte, ninguno de los tres reinos había aceptado la Unión de Armas,
Olivares la consideró oficialmente promulgada cuando la corte volvió a Madrid.

6. La desintegración de la unidad peninsular: la independencia de


Portugal y la sublevación de Cataluña.
Todos estos acontecimientos, la presión fiscal debido al aumento de los gastos
bélicos, la situación bélica en sí, etc., acabaron por desquiciar al sistema. En Cataluña
el descontento acumulado se verá agravado por el comportamiento de las tropas que
abusan de la población (pillaje, saqueo, violaciones, etc.). En este contexto se produce
la sublevación de Cataluña, motivada principalmente por varias causas:
- En primer lugar, esa sublevación se lleva a cabo como respuesta a las medias
de Olivares de acabar con los particularismos regionales, esto iba ligado al
proyecto que tenía Olivares de que los catalanes contribuyeran a pagar el
ejército español que participaba en contiendas militares en Europa.
- Otra de las razones fue que el cardenal Richelieu (ministro de Luis XIII), cuya
política exterior estaba determinada por el propósito de restarle poder a la
dinastía de los la Habsburgo, negoció con los rebeldes catalanes con el fin de
impedir que Felipe IV se dedicara a las cuestiones de Europa, y para ello crea
este frente interno para mantener al monarca español ocupado intentando
sofocar este levantamiento. De esta forma el rey no podía dedicarse a las
campañas europeas.
- Otra de las causas fue la presencia de soldados mercenarios extranjeros
en Cataluña que estaban para defender los intereses catalanes, pero esta
presencia creaba conflictos entre ellos y la población catalana. Estos soldados
estaban defendiendo los intereses catalanes en la frontera con Francia, pero
los catalanes pensaban que este ejército debía de sustentarlo los castellanos y
se negaron a darles a estos soldados recursos y víveres. Esto será lo que cree
el conflicto ya que las pagas de estos soldados se retrasaban debido a la
situación de crisis que se estaba produciendo en la hacienda.
Debido a esta falta de hospitalidad se incrementaran los roces entre la soldadesca y la
población, y esta sería la causa inmediata que provoque la sublevación de los
catalanes el 7 de junio de 1640, día del Corpus, por eso se llama a este día el
“Corpus de Sangre”. En esta sublevación serán los segadores la fuerza más
importante, como consecuencia será asesinado el Conde de Santa Coloma, virrey de
Cataluña. Tras el asesinato del virrey, Felipe IV ordenará a la nobleza portuguesa que
se ponga en armas para marchar a aplastar la revuelta catalana, así pensaba matar
dos pájaros de un tiro, aunque esta solución no se puede llevar a cabo ya que es
ahora el reino de Portugal el que se declara en franca rebeldía proclamando a un
noble local, Juan de Braganza, como rey legítimo. Ante esto, el estupor de la Corte
española es total, pero no se cae en el derrotismo fácil ya que se equipa a toda prisa
un ejército bajo el mando de los Vélez que acude a Barcelona, aunque este ejército es
derrotado en la batalla de Montjuïc (1641) y Barcelona busca refugio bajo la
protección del rey de Francia, Luis XIII.
Los catalanes pedirán ayuda por parte de la Generalidad, a Luis XIII, pero Richelieu
pondrá como condición que Luis XIII fuera nombrado Conde de Barcelona a cambio de
esa ayuda. Cataluña será asediada durante 15 meses, tras lo cual pasará de nuevo a
formar parte de España. La derrota de Felipe IV le hace perder casi todo el Principado
y debe iniciar de nuevo la reconquista de una forma mucho más lenta y costosa. Doce
años tardará en lograr recuperar la obediencia de los territorios rebeldes, doce años
que serán cruciales para los destinos de la Monarquía en Europa.
En este proceso Cataluña será la más perjudicada de su independencia con respecto
a España, aunque también a España le había supuesto un gran costo la pérdida de los
territorios del Principado desde 1640 a 1652.
Cataluña tendrá que soportar los gastos militares en la guerra contra España pagando
al ejército francés y además soportar la ocupación de su territorio por parte de estas
tropas, cosa de la que había estado huyendo y peleando con España, y ahora lo tenía
que sufrir con una potencia extranjera.
Una segunda cuestión que le perjudicó fue la inflación monetaria que se incrementa
por causa de la guerra. Además Cataluña se verá afectada por otras cuestiones como
fueron las epidemias de peste (1650-1654) que generó una gran mortalidad y por
tanto un descenso demográfico.
También esta guerra provocará una crisis económica en el Principado, sobre todo en
la agricultura. Cataluña se verá perjudicada además en otras cuestiones como fue en
la administración ya que por lo general se puso en manos de los franceses relegando
a un segundo plano a los catalanes. Por otra parte, Francia intentará explotar
económicamente el Principado, tratándola casi como si fuera una colonia.
Francia introducirá en Cataluña productos básicos como cereales y también productos
manufacturados, todo esto perjudicará a la economía catalana. Cataluña pierde el
mercado que tenía con Castilla y ahora tampoco podía vender a los franceses ya que
lo que estos querían era introducir sus productos.
Los problemas de Felipe IV no acaban en Cataluña ya que también Portugal se
subleva, Juan de Braganza es proclamado como Juan IV de Portugal entre los años
1640-1656. Encabezando esta sublevación y dando un golpe de Estado tras el que
proclamará la secesión lusitana. El Duque de Braganza estaba casado precisamente
con una onubense, María Luisa de Guzmán (pariente del Duque de Medina Sidonia y
el Marqués de Ayamonte a los cuales se les acusa de conspirar y pretender la
secesión de Andalucía).
El levantamiento de Portugal tendrá una amplia repercusión internacional puesto
que no es solo el problema ibérico, sino de ámbito mundial: Brasil, la India, África y el
resto de las posesiones portuguesas que quedan sin la protección de las escuadras
católicas y abiertas a la entrada de los antiguos enemigos que ahora, como
consecuencia de la situación de la política internacional, se convierten en aliados.
Tanto Francia, como Holanda e Inglaterra, se unirán a las tropas portuguesas y
derrotan a las tropas españolas en Elvas (1659). Pero Castilla no cuenta con recursos
no solo para defender los territorios ultramarinos, sino que tampoco cuenta con
recursos para devolver a la obediencia a Portugal. La zona fronteriza con Portugal se
convertirá en una zona de conflicto permanente ya que se producen razias continúas
por parte de españoles y también los portugueses, por tanto fue muy común las
guerras de desgaste. Estas razias se producirán durante todo el periodo, aunque las
razias fueron habituales en las zonas fronterizas, no solo en este periodo sino que
también se dieron en siglos anteriores (guerra de sucesión castellana) y durarán estos
litigios hasta el siglo XVIII.
Estos episodios militares a lo largo de los siglos es lo que provoca que Portugal ante
este peligro, se una a los enemigos de España, como fue Holanda e Inglaterra. Este
conflicto continuo era algo intrínseco entre estos dos países, tanto de España para
Portugal como de Portugal para España; aunque desaparecer desde que estamos en
la Comunidad Europea y en Portugal se ha ido creando una mejor imagen de España
que definía perfectamente el dicho “de España malos vientos y malos casamientos”.
En esta guerra de 1640, la paz entre España y Portugal se firmará en el Tratado de
Lisboa de 1668, siendo Doña Mariana de Austria regente de Carlos II.

- Principales Causas del levantamiento de Portugal:


 Este levantamiento que se produce en 1640 es, en cierto modo, una
respuesta a esa frustración que se produce cuando se produce la
anexión de Portugal a la Corona española ya que las expectativas que
se tenían (los portugueses) no se cumplieron (referente al comercio).
 En primer lugar se produce porque hay una identidad nacional diferente,
recordemos que Felipe II en las Cortes de Tomar de 1581 fue jurado
como rey de Portugal y tuvo que acatar todas las normas ya que
Portugal seguiría con sus propias instituciones y el rey gobernará desde
Madrid, por lo que los portugueses no se sintieron nunca pertenecientes
a la Corona castellana. Por otro lado, Portugal no tenía una trayectoria
larga con la Monarquía Hispánica (1580-1640), solo sesenta años por lo
que las señas de identidad no se borran tan fácilmente.
 Esa independencia surge también por el fuerte nacionalismo portugués
que se resistía a ser controlado por la Corona española, esto sucedía
también con Aragón, por tanto es lógico que los portugueses sintieran lo
mismo. Por otra parte, tampoco los portugueses quieren contribuir a la
política belicista española, se siente independiente y no está a favor de
contribuir económicamente al deseo del Conde-Duque de Olivares y en
este sentido adoptará la misma postura que Cataluña.
 Otra de las razones, fue que lejos de cumplirse esas positivas
expectativas que tenían los portugueses con la anexión, Portugal se vio
más bien perjudicada con esta anexión a la Corona española. Mucha
gente esperaba un cambio para bien en el terreno económico y sobre
todo en lo referente al comercio, pero esta expectativas se vieron pronto
frustradas ante las condiciones que se les propone después de la
anexión: en primer lugar los portugueses pensaban que su situación iba
a cambiar con los metales preciosos que tenía España, pero esto no fue
así ya que pertenecer a la Monarquía Hispánica significaba tener
enemigos en el mar, como por ejemplo los holandeses, de esta forma,
Portugal se vio coartada en el mar por las decisiones de Holanda ya
que no disponía de flota armada para defenderse ya que la Armada
Invencible fue derrotada con Felipe II. De esta forma, Holanda pudo
traficar y comerciar sus productos libre e impunemente con Brasil, las
Indias Orientales etc.
 En definitiva, los portugueses esperaban que con la anexión a la
Corona española, los comerciantes pudieran llevar su comercio en
América, pero no se les dejará ya que ellos a efectos eran extranjeros y
necesitaban, al igual que los demás extranjeros, de una licencia para
poder comerciar en América. A esto se le suma el sentimiento
fuertemente nacionalista y todo ello unido fue lo que favoreció la
Independencia de Portugal en 1840.

7. Las conspiraciones nobiliarias: los señores de Medina Sidonia y de


Hijar.
Otro levantamiento de menor calado se producirá en Aragón, a cuyo frente estará el
Duque de Hijar que se manifestó contrario a las medias que se tomaron con respecto
a los privilegios de la nobleza (impuestos de lujo, etc.).
Al mismo tiempo, el Duque de Medina Sidonia (primo del Conde-Duque de Olivares y
hermano de María Luisa, esposa del que será Juan IV de Portugal y nacida en
Huelva), uno de los Grandes de España más poderosos pretende, o al menos de eso
se le acusará, nada menos que la secesión de Andalucía. Esta conspiración donde
también participa el Marqués de Ayamonte, es el reflejo del descontento que había
en la nobleza por la política de Olivares. Tampoco a la población le venía bien esta
política ya que se continuaba con la presión fiscal a los pecheros. La conspiración se
da en un marco de debilidad de la Corona Española en torno a 1640. En este contexto,
es donde se pretende la independencia de los territorios occidentales de Andalucía,
territorios que controlaba la casa de Medina Sidonia. El duque de Medina Sidonia
aprovechará las circunstancias políticas de intentos independentistas en otras zonas
de España; sin embargo en Andalucía no había un sentimiento separatista, no se
sentía una identidad diferente de los castellanos (recordar que las repoblaciones de
Andalucía se hicieron con gente de los diferentes reinos, sobre todo castellanos), esto
hacía que los andaluces se sintieran integrados en el reino castellano y posibilitó que
las pretensiones del duque Medina Sidonia no contaran con apoyo popular y que
fracasaran, además de que tal conspiración fuera descubierta.
El Duque de Medina Sidonia tenía la función de evitar la entrada del ejército
portugués, pero en vez de eso, pretendió una alianza con Juan IV de Portugal y con su
ayuda militar conseguir la independencia de Andalucía. En este proyecto, el Marqués
de Ayamonte ocupó un lugar secundario, aunque su función era controlar la frontera,
también era Guzmán en su linaje, por tanto, ambos conspiradores eran primos. Pero el
marqués de Ayamonte llevó la peor parte ya que cuando se descubre la traición a la
Corona, es degollado como cabecilla (1648), sin embargo, el Duque de Medina
Sidonia será encarcelado y desterrado, esto no significó la desaparición de este linaje
ya que con el tiempo se vuelve a recuperar. En este conflicto no habrá
enfrentamientos armados de la categoría que se produjo en Cataluña y Portugal.

8. Otros levantamientos en territorios de la Monarquía.


Los ejemplos de catalanes y portugueses prenden con fuerza en las conciencias de
otros grupos en los diferentes reinos de la Monarquía Hispánica. En 1646 se produce
una sublevación en Sicilia y en 1647 en Nápoles. En el caso de Nápoles se contará
con el apoyo de Francia que trataba de aislar al reino de Nápoles de la dependencia
con respecto a España. Aunque estas sublevaciones fueron sofocadas, debilitarán aún
más el poderío del Rey Planeta (Felipe IV) ya que hasta en la misma Península se
hablaba de conspiraciones y maquinaciones antiespañolas, con lo cual se abrían cada
vez más frentes con el consiguiente peligro de la desmembración de la Monarquía.
En el caso de Sicilia y Nápoles, los rebeldes surgen como respuesta a una crisis de
subsistencia, se trata de un levantamiento popular capitaneado por un pescador
llamado Tomás Aniello (también conocido como Masaniello), pero la sublevación
tomó un giro político y solicitarán ayuda a Francia, por tanto, esta sublevación no será
solo social, también política ya que las clases medias e intelectuales simpatizarán con
este movimiento y esto incrementará la repercusión política: exigirán la creación de
una República Napolitana. La nobleza, que un principio podía estar reticente hacia
las medidas de Olivares, pensó que esta radicalización de la revuelta, podía
perjudicarle en su estamento social y por eso será el declive de la revuelta y su
eliminación ya que la nobleza se aliará con la monarquía española. Las tropas
españolas capitaneada por D. Juan de Austria establecerá de nuevo el statu quo en
Nápoles. Por otra parte, Francia también llegó tarde con su ayuda, cosa que influyó en
el no éxito de esta revuelta. Francia estará en todos los escenarios de conflictos de la
Monarquía Hispánica prestando su ayuda, también Inglaterra y Holanda lo estarán en
otros casos.
Este levantamiento es anterior a los de Cataluña, Portugal, Andalucía y Aragón, se
produce en 1632, y es un levantamiento que se genera como reacción a las medidas
del conde duque de Olivares, en respuesta al impuesto de la sal, por ello es conocido
como la Rebelión de la Sal
Todo este territorio tenía una serie de privilegios y por ello estaban exentos de muchos
impuestos. Con el impuesto de la sal lo que se pretende es imponer un gravamen a la
sal y esto perjudicaba a la zona ya que se trataba de una zona pesquera y
necesitaban de la sal para comercializar sus productos. Por tanto, este levantamiento
se debió a la presión fiscal que ejerció Olivares para obtener recursos y llevar a
cabo su política imperialista (esto entra del contexto de que se buscaba que
participarán más económicamente los otros reinos y no solo Castilla).
Finalmente este levantamiento fue sofocado por la fuerza militar al mando del Duque
de Ciudad Real, se prenderá y se ejecutará a los cabecillas, al mismo tiempo se
perdonará a los participantes de tal sublevación para demostrar la magnanimidad
generosidad de la Corona (la Corona siempre tendrá esta doble vertiente, castigo y
perdón, este será el instrumento propagandístico de la Corona), al mismo tiempo, se
eliminará este impuesto de la sal para evitar males mayores.
En 1652, durante el valimiento de D. Luis de Haro (sobrino de Olivares), se da una
serie de levantamientos en Andalucía, no será en ningún lugar concreto, sino en
diferentes ciudades y pueblos de la región. Pero estos levantamientos no responden a
revoluciones ni movimientos independentistas, tampoco pretenden acabar con la
Monarquía, serán levantamientos ante el mal gobierno de los validos, en este caso de
D. Luis de Haro y de las oligarquías que controlaban los recursos económicos, la
tierra. Por eso los gritos de estos levantamientos eran de ¡viva el rey y muera el mal
gobierno!
9. El final del reinado de Felipe IV: el valimiento de Luis de Haro.
Ante los acontecimientos de sublevaciones y levantamientos y el general descontento,
Felipe IV se vio obligado a destituir al Conde Duque de Olivares en 1643 y fue
sustituido por su sobrino D. Luis de Haro, personaje que conocía bien el rey por su
parentesco con Olivares. Por tanto, la llegada del nuevo valido se producirá por esta
amistad con Felipe IV, aunque el nombramiento no tendrá tantas atribuciones como
tenía Olivares pero sí mantendrá las mismas competencias, es decir, se limitarán los
títulos pero no las competencias ya que el propio monarca lo tratará como un Primer
Ministro. Un ejemplo de esto es que aunque no fue consejero del Consejo de Estado,
sí que dirigirá este Consejo de manera externa. Además tendrá la capacidad de
distribuir los documentos de este Consejo a los demás consejos. Además, Haro tendrá
una junta de Estado a la que él mismo convocaba en su propia casa, esto demuestra
el poder que tenía.
El valimiento de Haro será desde 1643 hasta su muerte en 1661, a partir de ahí
Felipe IV no nombrará a más validos y se dedicará él a las tareas de gobierno
asesorado por diferentes personas, manteniendo la soberanía para los asuntos
políticos hasta su muerte que fue en 1666.

10.Bases de la política exterior: del pacifismo inicial de Felipe III al


fracaso del proyecto militar impulsado por Olivares.
El principio del reinado de Felipe III estuvo marcado por el interés de España de
mantener el pacifismo frente a otras potencias europeas. Tanto Inglaterra con Jacobo I
que se convirtió en aliado de España, como Países Bajos y Francia contribuirían a esa
paz que deseaba Felipe III.
Felipe III había entrado en guerra con Inglaterra que pretendió invadir las Islas
Canarias en 1599 y hubo que defender esos territorios, pero cuando llega al trono
Jacobo I se firma la paz con España donde tuvo un papel relevante el diplomático
español Gondomar. Este diplomático además de conseguir la firma de la paz también
consiguió que se ejecutara al pirata inglés Sir Walter Raleigh como medio para dar un
escarmiento a los que se dedicaban a atacar a las embarcaciones españolas en la
Carrera de Indias.
En lo que respecta a los Países Bajos, ya Felipe II había dejado una ventana abierta
para que esa paz se consolidara al aceptar que Holanda se convirtiera en un Estado
confederado cuyo gobierno dejó en manos de su hija la infanta Clara Eugenia, de esta
forma los Países Bajos siguen estando dentro de la Monarquía Hispánica pero como
Estado Confederado y en manos de su hija que firmará un tratado comercial con los
holandeses por el que podrán comerciar libremente con las Indias Orientales. La paz
se hizo a cambio de esta libertad de comercio por parte de los holandeses.
En el caso de Francia, la política exterior ente ambos países mejoró a partir, sobre
todo, del asesinato de Enrique IV y le sucede su esposa María de Medici que fue quien
firmó la paz con España. Esta paz se reafirma con alianzas matrimoniales que una uno
de los instrumentos que se utilizaba en la política internacional. En estas alianzas
matrimoniales había previamente otras alianzas, dotes etc., era característico del
Antiguo Régimen que los reyes se casaran al servicio del Estado y no por amor. De
esta forma se establece un doble casamiento, por una parte se casará Luís XIII
(heredero de la Corona de Francia) cuando todavía era un niño con una princesa
española, Ana de Austria. Por otra parte se casará Felipe IV (heredero de la Corona
española) con una princesa francesa, Isabel de Borbón. De esta forma se consolida la
paz, o por lo menos esa era la intención aunque no siempre ocurría así.
Pero esta política matrimonial generaba a veces problemas sucesorios ya que ambas
coronas podía llegar a manos de una misma dinastía y entonces había que renunciar
al trono, como por ejemplo le ocurrió a Ana de Austria que tuvo que renunciar al trono
de España cuando se casa con Luís XIII de Francia, además de toda su descendencia
(Ana de Austria era hermana de Felipe IV). También le ocurrió esto a Felipe de Anjou
ya que una de las cláusulas del contrato matrimonial entre María Teresa de Austria
con Luís XIV), era la renuncia por parte de María Teresa (hija de Felipe III) y todos sus
descendientes al trono español, por tanto Felipe de Anjou a pesar de tener el mismo
parentesco que el archiduque de Austria Carlos (hijo de Leopoldo I de Austria) no
podía acceder al trono por esa renuncia, lo que pasa es que a Luís XIV no le interesó
cumplir con este acuerdo y apoyó la candidatura de Felipe de Anjou (nieto de Luís XIV
y de María Teresa de Austria).
Tanto Luis XIV de Francia como el emperador Leopoldo I estaban casados con
infantas españolas hijas de Felipe IV, por lo que ambos alegaban derechos a la
sucesión española (asimismo, las madres de ambos eran hijas de Felipe III).Aunque el
archiduque Carlos, séptimo hijo de Leopoldo I nace del matrimonio de éste con Leonor
Magdalena, que no era española. Las alianzas matrimoniales eran un tema de Estado
donde los novios no se conocían, a lo más se mandaba un retrato del pretendiente a la
corte y ya está, aunque si era bien parecido o no lo era pasaba a ser una cuestión sin
importancia.
En cuanto a las relaciones en política exterior con los Estados italianos durante
el reinado de Felipe III, aquí sí que hubo conflictos bélicos, habrá una guerra con los
Saboya ya que querían hacerse con el Milanesado (o ducado de Milán) que estaba
bajo el gobierno de España (desde Carlos V). El Milanesado representaba el centro
neurálgico, lugar estratégico para la Corona Hispánica ya que estaba cerca de
Francia, Austria, Suiza, etc. Italia era un lugar donde siempre había conflictos ya que
había diversas potencias que trataban de expansionarse en Italia como era Francia o
Austria. Estos conflictos también continuarán en el siglo XVIII.
Este tiempo pacifista del reinado de Felipe III se rompe porque España entra en la
“Guerra de los Treinta Años” por razones religiosas. La guerra se inicia por la rebelión
en Praga de los checos, que en su mayoría eran protestantes, contra Fernando II,
pariente de los Habsburgo y defensor del catolicismo en esta zona y frente a los turcos
(Austria fue la que se encargó de parar el expansionismo turco en Europa).
España en su defensa del catolicismo en la zona oriental y el Mediterráneo decide
entrar en la Guerra y los Tercios españoles entrarán así a formar parte de la Batalla de
Montaña Blanca (1620) y será a partir de ahí cuando se integra en este conflicto. Los
checos se rebelaron porque no querían perder sus libertades y ver limitado el ejercicio
de sus creencias. En los Estados protestantes el jefe del Estado solía ser también el
jefe religioso y esto llevará a que surja este conflicto que continuará también en el
reinado de Felipe IV.
11.La regencia de Mariana de Austria y el protagonismo de sus validos:
Nithard y Valenzuela.
Carlos II siempre fue un niño enfermizo (dificultades para andar, depresiones, etc.,) y
con las facultades mentales limitadas. Todo esto hacía pensar que su reinado sería un
reinado de transición, ya que no se esperaba que durara mucho, sin embargo, vivirá
hasta los 39 años y por ello puede decirse que su reinado fue más largo de lo que se
esperaba. Además, Carlos II tendrá problemas para engendrar hijos debido, no sólo a
sus limitaciones, sino también a las políticas matrimoniales que se llevaban a cabo en
estos tiempos, donde se daban casamientos dentro de un mismo linaje y esto traía
problemas de consanguinidad. La consecuencia de todo esto será que Carlos II no
logrará tener un hijo heredero, significando el final de la Casa de Austria en España y
la venida de los Borbones.
La muerte de Felipe IV (1665) había dejado abierto un grave problema al que Castilla
no se enfrentaba desde el siglo XIV y no era otro que el de la minoría de edad de su
heredero, el futuro Carlos II, el último rey de los Habsburgo. Felipe IV era consciente
de los peligros que esta situación planteaba (no en vano él mismo había podido
beneficiarse de la crisis desatada en Francia tras la muerte de su cuñado Luis XIII y la
minoría de edad de su sobrino Luis XIV), de ahí que desde su lecho de muerte hubiera
intentando organizar, de la mejor forma posible, el gobierno de su Monarquía
asegurando tanto la paz interior como de cara al exterior. Para ello en su testamento,
consciente de la falta de capacidad política de sus esposa, instaura dos autoridades
que debían de complementarse y mantenerse al mando hasta que el príncipe
cumpliese los catorce años de edad (que sería en 1675): por un lado la regencia de
su segunda esposa Mariana de Austria y por otro, una Junta de Regencia formada
por cinco miembros entre los que no se encontraba D. Juan José de Austria (hijo
natural de Felipe IV).
Llamaba por tanto poderosamente la atención que el único príncipe de sangre real y
con experiencia tanto militar como administrativa fuese, intencionadamente, apartado
del gobierno. Esto podría explicarse por el temor escondido que el propio Felipe IV
albergaba hacia su hijo bastardo, cuya ambición hacía tiempo que ya conocía.
Pero pese a este control que deja establecido Felipe IV, nada más iniciarse la
regencia, la reina se ve superada por las circunstancias e intentará
desembarazarse del control de la Junta y continuará con la línea que había llevado
hasta entonces los Austrias, es decir, con el sistema de valimiento. Para ello elegirá
a un personaje (que tenía el apoyo de la Corte de Viena) a quien confió su conciencia
y voluntad, su confesor el jesuita Juan Everardo Nithard que se ocupará durante tres
años del gobierno, a él le sucederá otro valido, Fernando de Valenzuela que ocupará
la segunda etapa de la regencia.
Caída de Nithard: que los confesores de reyes desempeñaran labores
extralimitándose de su ministerio no era ninguna novedad (un ejemplo era el dominico
Luis de Aliaga, confesor de Felipe III), pero en este caso que nos ocupa, confluían una
serie de circunstancias que hacían del P. Nithard un personaje fácilmente criticable:
- La primera y fundamental es que no era español (esto suponía una limitación
para ejercer los cargos entre los castellanos, cosa que fue una constante ya
que comienza con los Reyes Católicos y seguirá en el siglo XVIII con Felipe V).
- La segunda que era jesuita y esto provocaba el odio e inquina de las demás
órdenes, en especial de los dominicos que son apartados por primera vez en
todo el siglo del confesionario regio (antes eran ellos los confesores de los
reyes). Y tener enfrente a los regulares suponía enfrentarse a campañas de
desprestigio continuas y efectivas.
- La tercera y relacionada con la anteriores es que al ser extranjero no conocía
el funcionamiento de la administración española y no podía imbricarse en
ninguna de las clientelas de la Corte , esto hacía que se reforzara aún más
sus lazos de unión con la reina que era su única valedora.
Todo esto hizo que cuando la Reina intentó aumentar el poder de su confesor
nombrándolo Inquisidor General (1666), cargo que llevaba aparejado formar parte de
la Junta de Regencia, la respuesta de los grupos desplazados del poder (nobleza) con
D. Juan José a la cabeza no se hicieron esperar. D. Juan José se encontraba
refugiado en Cataluña desobedeciendo a la reina que lo había encargado del gobierno
de Flandes, allí contaba con el apoyo del virrey, el Duque de Osuna, y amplias capas
de la población que le recordaban como el salvador frente a los franceses en 1652.
Desde esta posición de fuerza no dudó en intervenir en los asuntos de Madrid,
denunciando por escrito la gestión de Nithard y de la reina. Presionó a los Consejos
para que hicieran ver a la reina la necesidad de sustituir al jesuita. Esta situación se
prolongó hasta 1669 y, en vista de no obtener ningún resultado, D. Juan José decidió
marchar sobre Madrid acompañado de un pequeño pero fiel ejército que se fue
engrosando a medida que cruzaba Cataluña y Aragón, a pesar de la hostilidad del
Virrey de Zaragoza (Conde de Aranda) que apoyaba a Nithard. Asustada la regente
intentó organizar la resistencia, lo que hubiera supuesto una guerra civil, pero ante
la defección de la aristocracia y el temor a una revuelta popular en la misma
capital decidió firmar el real decreto por el cual se destituía a Nithard.
Esta marcha constituye el precedente del primer pronunciamiento en la historia
de España.
Sin embargo, el triunfo de D. Juan no supuso su encumbramiento en el poder ya que
la enemistad con la reina impidió que fuera nombrado como valido. En los años
siguientes Mariana de Austria siguió gobernando y la Junta de Regencia se mantuvo,
al menos en teoría, al frente de los asuntos de estado, aunque todo el mundo en la
Corte se percató de la aparición de un nuevo valido cuyo origen no podía ser más
escandaloso para los aristócratas del momento ya que se trataba de Fernando de
Valenzuela, antiguo paje del Duque del Infantado.
Este personaje, cuyo único mérito había sido casarse con una dama de palacio,
consiguió medrar en la Corte donde inició su carrera política obteniendo la merced y la
confianza de la reina. En cuanto a D. Juan, la reina consiguió alejarlo de la Corte
(1675) para así limitar su actuación y fue enviado a Italia, mientras tanto la regencia se
prolongó dos años más.
Como valido de Mariana, fue notablemente criticado por todos aquellos que antes
habían perseguido a Nithard y ahora querían desembarazarse de la regente ya que se
había cumplido la minoría de edad del heredero, por tanto, ni la Junta ni la Regencia
eran ya necesarias.
La gestión de Valenzuela fue criticada por sus escasos conocimientos de política,
pese a que intentó llevar a cabo un programa que pretendía mejorar la situación
de las capas menos pudientes de la sociedad planeando obras públicas para dar
trabajo a los desempleados y controlando el abasto con el fin de evitar tumultos. A la
oposición nobiliaria la pretendió silenciar mediante mercedes y fiestas cortesanas,
decisiones que agravaron aún más la hacienda del momento. Además estaría
implicado en la venta de cargos cuyos beneficios se los repartía con la reina.
Pero a pesar de sus esfuerzos y el de su mentora (que le concede el título de Grande
de España), no consiguió el apoyo de la aristocracia por ser considerado como un
advenedizo y no se mantendrá mucho tiempo en el cargo.
En septiembre de 1676 Valenzuela decide disolver la junta de regencia y la reina
será apartada del poder por D. Juan José tras una nueva rebelión que se fraguó
en otoño de 1676.
En esta ocasión la rebelión se produce a consecuencia del encumbramiento de
Valenzuela a la grandeza de España y la obtención del cargo de primer ministro. Ante
esto la aristocracia española puso en marcha una “huelga de grandes” y los más
destacados nobles se negaron a acudir a representaciones y ceremonias donde
estuviera el rey acompañado de Valenzuela.
Además, firmaron un documento veinte de ellos donde se exigía el encarcelamiento
del nuevo valido y la separación de Mariana de las tareas de gobierno. La reina se
planteó el hacer frente con las armas al hijo ilegítimo de Felipe IV, pero esta vez D.
Juan no venía con una simple escolta a reclamar el gobierno, sino con 15.000
soldados consiguiendo que el valido fuera destituido, encarcelado y desposeído
de todos sus títulos, y finalmente fue enviado a Filipinas. En cuanto a la reina,
abandona la Corte y se marcha a Toledo.

12.El Valimiento de Juan José de Austria.


Una de las primeras medidas de don Juan fue el alejamiento de la reina madre, que
fue enviada a residir en el Alcázar de Toledo, lejos de su hijo. En adelante, el de
Austria vigilaría las audiencias, lecturas y correspondencia del monarca,
especialmente la que mantenía con su madre.

Los principales opositores y enemigos de don Juan fueron cesados en sus puestos y
en muchos casos desterrados, como les ocurrió, entre otros, al almirante de Castilla, al
presidente del consejo de Flandes o al Conde de Aguilar. La llegada del hijo de Felipe
IV al poder suscitó una ola inmensa de entusiasmo, no solo en España sino también
en otros territorios de la monarquía. Para muchos, don Juan era el esperado salvador,
un mito político que, como tal, estaba destinado al fracaso.
Por mucho que pudiera hacer jamás satisfaría las expectativas creadas. Para su
desgracia además, y a pesar de su intensa dedicación al trabajo, sus años de gobierno
coincidieron con un periodo de crisis y dificultades y se vieron truncados por su
temprana muerte, en septiembre de 1679. El número de enemigos se incrementó a lo
largo de su mandato. También el de los desencantados y descontentos. Las sátiras y
panfletos, que tan hábilmente había sabido utilizar contra los validos de la reina, se
cebaron ampliamente ahora en su persona, recordando una y otra vez su filiación
ilegitima.

A pesar de que defraudara muchas de las esperanzas en él depositadas, el gobierno


de don Juan tuvo aspectos positivos, hasta el punto de que su breve periodo en el
poder supuso la adopción de una serie de medidas reformistas que contribuyeron a
aliviar la situación de la Hacienda, la Administración pública y la economía castellanas.
Así, dispuso la reducción de la burocracia de los Consejos y altos organismos, se
esforzó por conseguir la honestidad administrativa y disminuir el gasto público, puso
freno a la concesión de mercedes y privilegios y trató de impedir los abusos de los
comisarios ejecutores, que acudían a los pueblos a reclamar las deudas con la Real
Hacienda. Trató también de hacer frente al agudo problema de la inflación, y todo
parece indicar que la gran reforma monetaria puesta en práctica en 1680 se gestó
desde su ministerio.

Su preocupación por la economía le llevo a la creación de la Junta de Comercio y


Moneda, institución típicamente mercantilista, dedicada a la promoción de la
producción y el intercambio de bienes, que habría de jugar un importante papel en el
reformismo posterior.

En la guerra contra Francia, las tropas de la Monarquía lograron mantener el reino de


Sicilia y reconquistar Mesina cuando fue abandonada por los franceses en marzo de
1678. En el frente de Cataluña, sin embargo y a pesar de los esfuerzos de don Juan
para incrementar el ejército, se produjo un duro fracaso militar en el Ampurdam, el 4
de julio de 1677. Por la paz de Nimega, España hubo de entregar a Francia el Franco-
Condado y algunas plazas fronterizas de los Países Bajos, aunque recuperó algunas
ciudades del interior cedidas por años antes en la paz de Aquisgrán.

Don Juan procuró educar a su hermanastro en las tareas reales, algo de lo que
apenas se habían ocupado anteriormente. Una de sus iniciativas fue la celebración de
Cortes en el reino de Aragón en 1677-1678, que le sirvieron no sólo para premiar a su
clientela aragonesa, sino también para que el rey jurara los fueros y efectuara su viaje
más largo fuera de Madrid y los sitios reales. Al parecer, don Juan proyectaba reunir
Cortes en otros territorios de la Corona de Aragón, pero diversas causas, y entre ellas
su muerte, impidieron tales convocatorias. El proceso de maduración y aprendizaje de
Carlos II requería también su matrimonio, que permitiera asegurar cuanto antes la
sucesión al trono. Y a ellos se dedicó don Juan durante los últimos meses de su vida,
aunque no llegó a verlo culminado.
13.Los gobiernos del duque de Medinaceli y del duque de Oropesa.
Meses después de la muerte de don Juan, en febrero de 1680, Carlos II nombró
primer ministro al VIII duque de Medinaceli, don Juan Francisco de la Cerda, quien
además de ser el cabeza de una de las casas más poderosas y ricas de España era
sumiller de corps desde tiempos de Valenzuela, consejero de Estado y presidente del
Consejo de Indias. Pese a su alto cargo palatino y a la cercanía que este le permitía
con el rey, ni en su caso ni en el de conde de Oropesa se trataba ya propiamente de
un valido, pues su acceso al poder no era fruto de la confianza y amistad con el rey,
sino de las intrigas cortesanas y la pugna de las facciones aristocráticas. Su política
continuó el reformismo de su predecesor.

Medinaceli era el más calificado de los grandes de España, un hombre bien


intencionado, pero sus intentos reformistas chocaron con una coyuntura enormemente
negativa, pues desde los años finales de la década anterior y durante buena parte de
la de los 80 hubo una fuerte crisis en la Corona de Castilla. A todo ello se unirían
desde 1680, los efectos negativos de la reforma monetaria ordenada por el duque, la
cual, si bien puso fin en Castilla a un siglo de manipulaciones y envilecimiento de la
moneda de vellón, y creó las condiciones para una recuperación económica, tuvo
consecuencias traumáticas a corto plazo.

Su gestión del poder le fue creando enemigos entre la aristocracia, pero la principal
oposición a su política fue la de la propia reina María Luisa de Orleans. Varios
franceses a su servicio fueron expulsados de la Corte por diversos incidentes, lo que
irritó a la reina, lo mismo que el cese del embajador marqués de Villars a finales de
1681, como consecuencia de las gestiones del duque ante Luis XIV, o las sanciones y
la posterior destitución de su caballerizo mayor, duque de Osuna.

Luego de un ataque de hemiplejia en 1684, y de las derrotas sufridas por las tropas
hispanas en la tercera de las guerras que la enfrentaron a Francia durante aquel
reinado, que supusieron la perdida de Luxemburgo, el duque descargó parte de sus
competencias en uno de los personajes más poderosos de la corte, el conde de
Oropesa. En abril del año siguiente, Medinaceli presento su dimisión y a mediados de
julio fue desterrado a Cogolludo.

Su sucesor fue el conde de Oropesa, aunque continuo siendo presidente de Castilla y


no obtuvo el título de primer ministro. Oropesa era un hombre de talento y tenía una
buena formación y una destacada capacidad de trabajo.

De la gestión del conde de Oropesa destacan sus intentos por mejorar la situación
económica castellana a través del saneamiento de las finanzas, la reforma monetaria
de 1686, la reforma presupuestaria de 1688 y los proyectos de reducción de la
burocracia de 1687 y 1691. En los asuntos financieros contó con la ayuda eficaz del
marqués de los Vélez, gobernador del consejo de Indias y desde 1687 presidente del
mismo y superintendente de Hacienda.

La creación de dicha superintendencia formaba parte de una amplia reforma del


consejo de Hacienda impulsada por Oropesa y dirigida, entre otras cosas, a reducir la
presencia en él de hombres de negocios. A medida que transcurría el tiempo, el
gobierno del conde de Oropesa fue encontrando también una creciente oposición.
14.El reformismo de fines del reinado: los novatores. Intrigas palaciegas
e internacionalización de la sucesión dinástica.
Bloque 6: El siglo de la Ilustración. Tradición
y reformismo.
La Guerra de Sucesión y las implicaciones en el nuevo orden europeo: la paz de Utrecht. La
población española: recuperación demográfica y crecimiento sostenido. Felipe V y el prereformismo
borbónico. Centralización del Estado y eliminación de los foralismos. La reorganización de la
administración y finanzas. El reinado de Fernando VI: una política pacifista, de reconstrucción del
país y de proyectos en La Marina y en las obras públicas. El despotismo ilustrado de Carlos III:
reformas, motines y resistencias a los cambios.

1. La guerra de sucesión y las implicaciones en el nuevo orden europeo:


la paz de Utrecht.
El 1 de noviembre de 1700 fallecía Carlos II, el último monarca de la casa de Austria.
No dejaba descendencia, pero si un testamento, otorgado poco menos de un mes
antes, favorable al duque de Anjou. Llegar a ese punto no había sido fácil, dado que
hacía tiempo que era patente que no habría descendencia, todos se habían movido
para arreglar la situación a su favor.
El candidato a tal herencia debía reunir dos condiciones, ser católico y estar troncado
con la casa de Austria. La elección se retrasaría hasta 1696 y recayó en José
Fernando de Baviera, príncipe elector de ese territorio y nieto de una hermana de
Carlos II, Margarita, que se había casado con el emperador de Austria, Leopoldo I. Tal
elección era la respuesta al pacto que Luis XIV y Leopoldo habían realizado en 1668
para repartirse los territorios de la monarquía española.
La desaparición de José Fernando abrió otras posibilidades, dos eran los candidatos
más cercanos, dentro de la casa de Austria estaba el archiduque Carlos, Hijo del
emperador Leopoldo y de su segunda esposa, a la sazón hermana de la reina de
España. Por otro lado estaba Felipe, duque de Anjou, nieto de otra hermana de Carlos
II, casada con Luis XIV, e hijo del Delfín.
El archiduque y el duque planteaban serios problemas, pues existía la posibilidad
razonable de que ambos acabaran reinando sobre los territorios de sus respectivas
herencias dinásticas, Austria y Francia, coyuntura que daría lugar a la eventual unión
de la Monarquía hispánica con una de esas potencias, lo que implicaría la formación
de un enorme poder político.
Finalmente Carlos II hizo un nuevo testamento y antes de un mes falleció, el contenido
del testamento era desconocido, por lo que el acto de apertura se hizo en medio de
una gran expectativa. El elegido había sido el de Anjou.
La designación de Felipe de Anjou sorprendió a muchos, no sólo desairó a los
austriacos, virtuales favoritos, sino que inquietó profundamente a las potencias
marítimas. Cuando las noticias llegaron a Versalles, Luis XIV dudó antes de aceptar el
testamento de su cuñado, porque sabía que suponía la guerra. Sin embargo aceptó y
él mismo tomó la iniciativa de enviar tropas a los Países Bajos y al norte de Italia para
tomar posiciones en previsión de la inmediata contienda.
Con el nombre de Tratado de Utrecht se conoce una compleja serie de acuerdos
alcanzados en esta ciudad, así como en Rastatt y Baden, y en los que se salvaron las
diferencias entre los distintos contendientes. En síntesis, en lo que a España se
refiere, Felipe V fue reconocido rey de España y de sus posesiones americanas pero
hubo de renunciar a sus eventuales derechos al trono francés. Inglaterra retenía
Gibraltar y Menorca, además, obtenía el asiento de negros y un “navío de permiso”
para enviar anualmente a América. Por otra parte, España perdía los territorios
europeos de la monarquía que pasaban a Austria. Saboya recibía Sicilia, Francia no
salió malparada salvo en los aspectos comerciales que interesaban a Inglaterra, en lo
político debía retirar su apoyo al pretendiente Estuardo y aceptar la renuncia de sus
posibles herederos en Francia al trono español.
El imperio no se adhirió a este tratado en 1713, el príncipe Eugenio vio la posibilidad
militar de acercarse a París y las hostilidades continuaron, pero Villars impidió que
prosperara el estratégico sitio puesto a Landrecies. Entonces sí, Carlos VI accedió a
los acuerdos anglofranceses en Rastatt pero no firmó una paz con Felipe V quien a su
vez no acepto la desmembración de la Monarquía, de hecho la guerra seguiría en
Cataluña y Mallorca. Carlos no aceptaría a Felipe como rey de España hasta 1725.

2. La población española: recuperación demográfica y crecimiento


sostenido.
3. Felipe V y el prereformismo borbónico.
4. Centralización del estado y eliminación de los foralismos.
5. La reorganización de la administración y finanzas.
6. El reinado de Fernando VI: una política pacifista, de reconstrucción
del país y de proyectos en La Marina y en las obras públicas.
Fernando era muy diferente a su padre, retratado como indolente y sin ambición,
dejaría hacer bastante a sus ministros, tampoco la reina Bárbara era como la Farnesio,
tuvo dominio personal de su marido e influyó en la política pero en mucha menor
mediad que Isabel. Todo ello hace que el reinado de Fernando VI se oriente de
manera diferente al anterior. Desaparece la influencia extranjera, hay una cierta
compensación a la aristocracia con el nombramiento de Carvajal se persigue la paz y
se mantiene el programa reformista.

El rey aun joven y sano en los primeros momentos del reinado, restaura también una
vida cortesana muy alicaída en los últimos años de Felipe V, mas adelante le
aquejaran los mismos males que a su padre. A su madrastra, Isabel de Farnesio la
trató con discreto desprecio pero manteniéndola con firmeza fuera de la corte y de la
política, era una respuesta a la actitud crítica de Isabel y su entorno hacia los nuevos
monarcas.

Aunque Fernando VI deseaba la paz, estaba dispuesto a seguir defendiendo las


opciones italianas de los Farnesio, que en parte eran las de España. Se impuso la
continuidad, mucho más si se tiene en cuenta la amenaza que a mediados de 1746 se
cernía sobre Nápoles. Tal continuidad tendría una nueva orientación, seguir al lado de
Francia pero buscar una paz por separado con Austria e Inglaterra.
Los intentos de paz por separado entre enemigos, al margen de sus respectivos
aliados, no dieron resultado directo en ningún caso, pero si surtieron efecto indirecto.
La confusión en torno a la multiplicación de conversaciones por separado llevó a todas
las potencias a desear una asamblea conjunta. Para que la reunión tuviera éxito, era
preciso hacer concesiones, tal parece que en diciembre de 1747 esa era la disposición
y las conversaciones se trasladaron a Aquisgrán. La firma definitiva de Aquisgrán se
produjo en 1748.

En un escenario de neutralidad, el reformismo económico aparece como algo


fundamental, pues esa paz sólo seria eficaz si servía para fortalecer el poder militar y
mejorar el respaldo económico: dinero para el Ejército y la Marina y progreso del
comercio y de la industria serían, en la más pura linera mercantilista, los objetos
principales de las reformas. En Marina destacan las Ordenanzas generales de la
Armada, de 1748, que completan las de 1725 y 1737. En 1748 se suprimió el
almirantazgo. También se hicieron ordenanzas de montes y de matriculas, se
relanzaron las actividades en los arsenales y se adoptó definitivamente el sistema de
construcción ingles.

En la política industrial se siguió la linea de las fabricas estatales con la creación de la


de paños de San Fernando y la ampliación de la fábrica de tabacos de Sevilla, la
promoción de la industria se activo igualmente con una inmensa política de atracción
de técnicos extranjeros para diversos ámbitos. La Junta de Comercio, dirigida por
Carvajal, estaba detrás de la mayoría de estas iniciativas.

Mas novedad reviste en este reinado la política de comunicaciones, por lo que se trató
de mejorar los transportes entre Madrid y la periferia, especialmente con la costa
norte.

7. El despotismo ilustrado de Carlos III: reformas, motines y


resistencias a los cambios.
Carlos de Borbón y Farnesio, rey de Nápoles desde 1734, sucedió a su hermano
Fernando VI como rey de España en 1759. En 1760 reunió Cortes que juraron como
heredero a su hijo, el futuro Carlos IV. Cuando el monarca llego a España gozaba de
una buena fama como autor de una sostenida política de reformas en sus dominios
italianos.

A nivel general se destaca su espíritu rutinario, religiosidad beata y el endiosamiento


de su condición soberana, a nivel global se cuestiona el sentido mismo que cabe dar a
sus reformas, es decir, el concepto de Despotismo Ilustrado en su versión española.

A partir de 1760 la producción agraria decayó fuertemente en varias regiones


españolar y el panorama económico se ensombreció. Por otra parte se atribuye al
reformismo ilustrado un valor de conservación del orden social y político existente. Con
ello se realiza un juicio de valor a la luz de un hecho posterior como fue la Revolución
Francesa. Si parece evidente el relativo divorcio entre el movimiento más críticos
aceptaban que las reformas que necesitaba el país sólo se conseguirían mediante el
poder absoluto de la monarquía.
En los primeros años del reinado, Carlos III impulsó un amplio programa de reformas.
Conservó la mayoría de ministros de Fernando VI, pero nombró para hacienda a su
hombre de confianza, el italiano marqués de Esquilache que había desempeñado el
mismo cargo en Nápoles. Como ministro de hacienda Esquilache continuó la política
en pro de la única contribución, para relanzar aquella linea se nombró una junta
presidida precisamente por Ensenada. A Esquilache se le deben medidas de ulterior
trascendentales como la creación de la lotería y la fundación de montepíos, así como
importantes reformas en el ejército.

Los aspectos fundamentales de las reformas no provenían de un favorito italiano sino


de problemas existentes en la propia sociedad española. El estado acentuó su presión
sobre la poderosa Iglesia, y Carlos III, en linea con sus antecedentes napolitanos
potencio la política regalista.

La lucha entre estado e iglesia tenía un punto importante en los bienes eclesiásticos.
En 1761 se produjo un choque entre el monarca y el Inquisidor general, el cual fue
desterrado de la corte, hasta que aceptó su plena supeditación al poder civil. Como
consecuencia el monarca reafirmó su derecho a autorizar la difusión de los
documentos papales, sometiéndolos al previo permiso o pase regio. En resumen, el
gobierno de Carlos III amenazaba algunos de los privilegios de la Iglesia o de
colectivos concretos como los jesuitas.

Su nueva política económica orientada a defender los intereses de los productores y


no de los consumidores, abandonaba unos criterios de actuación pública que el pueblo
consideraba justos e inmutables. El Domingo de Ramos, 23 de marzo de 1766, estallo
en Madrid el llamado Motín de Esquilache, su objetivo inicial era la protesta contra los
cambios de indumentarias que intentaba imponer el gobierno, pero pronto se
manifestaron reivindicaciones de pan barato y expulsión de Esquilache, Carlos III tuvo
que parlamentar con los sublevados y consentir en la destitución y destierro del
ministro.

El nuevo equipo de gobierno combinó la persecución de sus enemigos con la


profundización de reformas que ya habían sido emprendidas o con el planteamiento de
otras nuevas. El 5 de mayo de 1766 se establecieron en todos los municipios
españoles los cargos de diputados del común y sindicó personero que suponía una
mayor participación popular, aunque indirecta, en los gobiernos municipales.

La reforma de la Universidad fue mucho más compleja y dilatada en el tiempo, pero en


el fondo respondía a los mismo principios. El impulso renovador procedía de los
gobernantes, el primer plan de estudios renovado fue el de la Universidad de Sevilla
por iniciativa del intendente Pablo de Olavide, en otros casos el movimiento fue mucho
más lento y limitado.

Paralelamente los ministros de Carlos III abordaban el problema de la desigual


propiedad agraria, la política agraria del Despotismo Ilustrado muestra el distinto
interés que los gobernantes concedían a los graves problemas del país, toda la prisa
que se tuvo en expulsar a los jesuitas contrasta con la lentitud de los tramites en los
que embarrancó el proyecto de Ley Agraria.

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