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¿Qué es la psicología social?

Siempre lo supe: ¿la psicología


Principales preguntas en la psicología social social es simplemente sentido
Algunas grandes ideas en la psicología común?
social
Métodos de investigación: cómo
La psicología social y algunas hacemos la psicología social
d isciplinas relacionadas Elaboración y prueba de hipótesis
La psicología social y sociología Investigación correlacional: detección
La psicología social y la psicología de la de asociaciones naturales
personalidad Investigación experimental: búsqueda
Niveles de explicación de causa y efecto
La p sicología social y los valores Generalización del laboratorio a la vida real
humanos Post scriptum personal: Por qué
Formas evidentes en que los valores escrib í este libro
intervienen en la psicología
Formas no tan evidentes en que los
valores intervienen en la psicología

capítulo 1
Introducción a la
psicología social
"Nuestras vidas
están conectadas
por miles de h ilos
h abía una vez un hombre cuya segunda esposa era vanid osa y egoísta. Esta mu-
jer tenía dos hijas que eran igualmente vanidosas y egoístas. Sin embargo, la del
hombre era dulce y amable. Esta muchacha dulce y amable, a quien tod os conocemos
invisibles." como Cenicienta, aprendió pronto que lo mejor era hacer lo que le decían, aceptar los
insultos y no molestar a sus engreídas hermanastras.
Herman Melville. Un día, gracias a su hada madrina, Cenicienta pudo escapar a su situación y acudir
a un gran baile, en el que atrajo a un apuesto príncipe. Cuando el joven enamorado
encontró después a una poco atractiva Cenicienta en su ruinoso hogar, en un princi-
pio no lograba reconocerla.
¿Inverosímil? La leyenda demanda que aceptemos el poder de la situación. En una
situación determinada, cuando representaba un papel en la presencia de su dominante
madrastra, la obediente y poco atractiva Cenicienta era una persona distinta de la
dulce y hermosa muchacha que conoció el príncipe. En su casa, ella se encogía d e
miedo; en el baile se sintió más hermosa, y caminó, habló y sonrió como si lo fuera .

¿Qué es la psicología social?


El filósofo y novelista francés Jean Paul Sartre (1946) no hubiera tenido problemas pa-
ra aceptar la premisa de Cenicienta. Él creía que los humanos somos "los primeros de
todos los seres en una situación". "No podemos distinguirnos de nuestras situaciones,
pues ellas nos forman y deciden nuestras posibilidades" (pp. 59-60, parafraseado). La
4 Introducción a la psicología social

psicología social psicología social es una ciencia que estudia la influencia de nuestras situaciones, con
Estudio científico de la especial atención en la manera en que nos percibimos y afectamos unos a otros. Dicho
forma en que las personas de forma más precisa, es el estudio cien tífico de la forma en que las personas piensan, influ-
piensan, infl uyen y se yen y se relacionan con los demás, y lo hace planteando preguntas que nos intrigan a to-
relacionan con los demás. d os (figura 1-1).

PRINCIPALES PREGUNTAS EN LA PSICOLOGíA SOCIAL


¿Qué tanto del mundo social se encuentra únicamente en nuestra cabeza? Como
veremos en capítulos posteriores, el comportamiento social varía no sólo con la
situación objetiva, sino también con la forma como la construimos. Las
personas felizmente casadas atribuirán el comentario ácido de su pareja (" ¿no
puedes poner nunca esto en el lugar que le corresponde?") a algo externo
("seguramente tuvo un día frustrante"). Las desdichadas lo atribuirán a una
mala disposición ("¡siempre es tan hostil!"). Y, por lo tanto, pueden responder
con un contraataque. Además, al esperar agresividad de su cónyuge, es
probable que se comporten de forma resentida, provocando así esta conducta.
Como veremos, quienes esperan que el hijo de un profesor sea inteligente,
que una persona atractiva sea cálida o que un rival sea poco cooperativo, a
menudo obtienen estos resultados. Sonría abiertamente a cada persona que se
encuentre en el campus universitario, y las sonrisas de respuesta provocarán
que su escuela le parezca muy amistosa. Las creencias sociales también pueden
autorrealizarse. Es probable que los demás nos prejuzguen de manera tal que
afecten nuestras reacciones. Por ejemplo, alguien podría interpretar su timidez'
como una actitud poco amistosa y desairarlo, provocando que le haga una
mala cara, confirmando así la sospecha de su "antagonismo".
¿Sería usted cruel si se lo ordenaran? ¿De qué forma la Alemania nazi concibió y
llevó a cabo la inconcebible matanza de seis millones de judíos? Estos actos
malvados ocurrieron debido en parte a que miles de personas siguieron
órdenes. Colocaron a los prisioneros en trenes, los guiaron a duchas hacinadas
y los envenenaron con gas. ¿Cómo pudo la gente involucrarse en actos tan
terribles? ¿Estos individuos eran seres humanos normales?

figura 1-1
La psicología social
es ...
In troducción a la psicología social capítulo 1 5

Stanley Milgram (1974) se preguntó lo mismo, por lo que organizó una


situación en la que a las personas se les ordenaba administrar niveles
crecientes d e choques eléctricos a un individuo que tenía problemas para
aprender una serie de palabras. Como veremos en el capítulo 6, los resultad os
experimentales fueron bastante perturbadores: casi dos terceras partes de los
participantes obedecieron ciegamente.
¿Ayudar, o ayudarse a uno mismo? Un día de otoño cayeron, de un camión
blindado, bolsas de dinero y dos millones de dólares quedaron dispersos en
una calle de Columbus, Ohio. Algunos automovilistas que se detuvieron a
auxiliar devolvieron cien mil. A juzgar por lo que desapareció, muchos más se
detuvieron para ayudarse a ellos mismos. Cuando sucedieron acontecimientos
similares varios meses después, en San Francisco y Toronto, los resultados
fueron los mismos: los que pasaban por ahí tomaron la mayor parte del dinero
(Bowen, 1988). La gente también se ha ayudado a sí misma con cosas ajenas en
otros incidentes: en 1969, en Montreal, durante una huelga de policías; en 1992,
en Los Ángeles, durante un disturbio en un área abandonada por la policía; y
en 2003, en Bagdad, durante un periodo en el que no había policías, entre el
final del reinado de Saddam Hussein y la imposición del nuevo control militar A lo largo de este libro, las
y policiaco. En cada caso, miles de saqueadores robaron edificios y corrieron fuentes de información se
alegremente con bienes y tesoros. citan en paréntesis. La
fuente completa aparece
¿Qué situaciones provocan que las personas ayuden o muestren su codicia?
en la sección de
¿Algunos contextos culturales -tal vez pueblos y pequeñas ciudades- referencias que inicia en la
fomentan más la conducta de auxilio? página R-l .

Estas preguntas tienen algo en común: se refieren a la forma en que las personas se
perciben y afectan entre sí, y de eso se trata la psicología social. Los psicólogos socia-
les estudian las actitudes y las creencias, la conformidad y la independencia, el amor
y el odio.
La psicología social aún es una ciencia joven. Constantemente le recordamos esto a
la gente, en parte como excusa por nuestras respuestas incompletas a algunas de sus
preguntas; pero es verdad. Los primeros experimentos de la psicología social se re-
portaron apenas hace poco más de un siglo
(1898), y el primer libro de texto de esta mate-
ria se publicó hace unos 75 años (1924). No
fue sino hasta la década de los treinta que esta
disciplina tomó su forma actual. Y no fue sino
hasta la Segunda Guerra Mundial cuando los
psicólogos contribuyeron con estudios creati-
vos acerca de la persuasión y del ánimo de
los soldados, que empezó a surgir como el
campo vibrante que es ahora.

ALGUNAS GRANDES IDEAS


EN LA PSICOLOGíA SOCIAL
¿Cuáles son las grandes lecciones de la psico-
logía social, sus temas globales? En muchos
campos académicos, los resultados de dece-
nas de miles de estudios, las conclusiones de
miles de investigadores y los cientos de des-
Reproducido con autorización
cubrimientos teóricos pueden resumirse en Cansado de mirar las estrellas, el profesor de Jasan Lave, en
unas cuantas ideas centrales. La biología nos Mueller se dedica a la psicología social. www.jasonlove.com
6 Introducción a la psicología social

s grandes ideas en psicolog '


\ t\uoa la 50,.-
~\"::' ""al

figura 1-2
Algunas grandes ofrece principios tales como la selección natural y la adaptación. La sociología se fun-
ideas en la damenta en conceptos como la estructura y la organización social. La música une
psicología social nuestras ideas del ritmo, la melodía y la armonía.
¿Cuáles conceptos se encuentran en la lista breve de las grandes ideas en la psico-
logía social? ¿Cuáles temas, o principios fundamentales, vale la pena recordar des-
pués de olvidar la mayoría de los detalles? Mi lista breve de "grandes ideas que nunca
debemos olvidar" incluye las siguientes, cada una de las cuales revisaremos en los si-
guientes capítulos (figura 1-2).

Nosotros construimos nuestra realidad social


Los seres humanos tenemos un impulso irresistible por explicar el comportamiento,
por atribuirlo a alguna causa y, por lo tanto, por hacer que parezca ordenado, prede-
cible y controlable. Usted y yo podemos comportarnos de forma distinta en situacio-
nes similares porque pensamos de manera diferente. La reacción ante el insulto de un
amigo depende de si lo atribuimos a la hostilidad o a un mal día.
De cierta forma, todos somos científicos intuitivos. Explicamos el comportamiento
de las personas generalmente con suficiente rapidez y precisión para cubrir nuestras
necesidades cotidianas. Cuando el comportamiento de alguien es consistente y dis-
tintivo, lo atribuimos a su personalidad. Por ejemplo, si usted observa a quien hace
comentarios sarcásticos repetidos, puede inferir que ese individuo tiene una mala dis-
posición, y entonces podría tratar de evitarlo.
Las creencias que tenemos acerca de nosotros mismos también son importantes.
¿Tenemos una perspectiva optimista? ¿Consideramos que tenemos el control de las
cosas? ¿Nos consideramos relativamente superiores o inferiores? Las respuestas in-
cluyen nuestras emociones y acciones. Es importante la forma en que construimos el
mundo y a nosotros mismos.
Introducción a la psicología social capítulo 1 7

Nuestras intuiciones sociales son poderosas,


pero en ocasiones son peligrosas
Nuestra intuición moldea nuestros miedos (¿volar es peligroso?), nuestras impresio-
nes (¿puedo confiar en él?) y nuestras relaciones (¿le agrado?). La intuición influye a
los presidentes en los tiempos de crisis, a los jugadores en la mesa, a los jurados en su
determinación de culpas, y a los directores de personal cuando observan a los solici-
tantes. Este tipo de percepción es común.
De hecho, la ciencia psicológica revela una mente inconsciente fascinante -una
mente intuitiva detrás de los bastidores- de la que Freud nunca habló. Tal como des-
cubrimos hace una década o más, el pensamiento no ocurre en el escenario, sino fuera
de él, lejos de la vista. Como observaremos, estudios acerca del "procesamiento auto-
mático", la "memoria implícita", la "heurística", la "inferencia espontánea del rasgo",
las emociones instantáneas y la comunicación no verbal reflejan nuestras capacidades
de intuición. El pensamiento, la memoria y las actitudes operan en dos niveles: uno
consciente y deliberado; otro, inconsciente y automático. En la actualidad, los investi-
gadores lo denominan "procesamiento doble". Sabemos más de lo que sabemos que
sabemos.
Por lo tanto, la intuición es muy amplia. Más de lo que notamos, el pensamiento
ocurre detrás de la escena, y los resultados en ocasiones se manifiestan ahí mismo.
Pero la intuición también es peligrosa. Por ejemplo, al pasar por la vida -sobre todo
de manera automática- juzgamos de forma intuitiva las posibilidades de las cosas, de
acuerdo con la facilidad con que nos vienen a la cabeza. Especialmente, a partir del
11 de septiembre de 2001, en Estados Unidos conservamos en nuestra mente imáge-
nes de accidentes aéreos, por lo que la mayoría de las personas tiene más miedo a vo-
lar que a conducir, y muchos recorren grandes distancias en automóvil para evitar
riesgos en el cielo. En realidad, estamos aproximadamente doce veces más seguros
(por milla de viaje) en un avión comercial que en un vehículo automotor.
Incluso la intuición sobre nosotros mismos a menudo es errónea. Por intuición, con-
fiamos en nuestros recuerdos más de lo que deberíamos hacerlo; interpretamos mal
nuestras propias mentes; en experimentos, negamos ser afectados por cosas que sí in-
fluyen en nosotros. Hacemos predicciones erróneas de nuestros sentimientos -qué
tan mal nos sentiremos dentro de un año si perdemos nuestro empleo o rompemos
con nuestra pareja-, y qué tan bien, en ese lapso, si ganamos la lotería. A menudo
predecimos mal nuestro propio futuro: al comprar ropa, las personas que están cerca
de la edad mediana aún adquieren prendas ceñidas ("anticipo que perderé algunos
kilos"); pocas veces alguien dice, de forma más realista, "mejor me pongo una talla
que me quede un poco floja; la gente de mi edad tiende a subir de peso").
Entonces, nuestra intuición social sobresale por sus poderes inefables y sus peli-
grosos riesgos. Nuestras vidas están fortalecidas por el pensamiento intuitivo subte-
rráneo, y en ocasiones están en peligro por errores predecibles. Al recordarnos las
bondades de la intuición, y al alertarnos de sus peligros, los psicólogos sociales bus-
can fortalecer nuestro pensamiento. En la mayoría de las situaciones, los juicios "rá-
pidos y frugales" nos son bastante útiles; pero en otras, donde la precisión es
importante -como cuando es necesario que sintamos miedo de cosas precisas y que
gastemos nuestros recursos de manera apropiada-, es mejor que restrinjamos nues-
tra intuición impulsiva con nuestro pensamiento crítico.

Las influencias sociales moldean nuestro comportamiento


Tal como Aristóteles señaló hace mucho tiempo, somos animales sociales. Hablamos
y pensamos en palabras que aprendimos de otros. Queremos conectarnos, pertenecer
a ellos y que piensen bien de nosotros. Matthias Mehl y James Pennebaker (2003) mi-
dieron el comportamiento social de sus estudiantes de la Universidad de Texas al in-
8 Introducción a la psicología social

vitarlos a utilizar grabadoras y micrófonos. Una vez cada doce minutos, durante sus
horas de vigilia, una grabadora operada por una computadora hacía un registro im-
perceptible durante 30 segundos. A pesar de que el periodo de observación ú nica-
mente cubría los días hábiles (incluidas las horas de clase), los estudiantes dedicaban
casi 30 por ciento del tiempo a hablar. Las relaciones son una parte importante de los
seres humanos.
Como criaturas sociales, respondemos a nuestros contextos inmediatos. En ocasio-
nes, el poder de una situación social nos conduce a actuar en formas que difieren de
nuestras actitudes adoptadas. De hecho, a veces situaciones malignas poderosas so-
brepasan a las buenas intenciones, haciendo que las personas accedan a falsedades o
a obedecer con crueldad. Bajo la influencia nazi, muchos individuos aparentemente
decentes se convirtieron en instrumentos del Holocausto. Otras situaciones pueden
provocar una enorme generosidad y conmiseración. Después de la catástrofe del 11 de
septiembre, la ciudad de Nueva York se vio llena de donaciones de alimentos, ropa y
ayuda por parte de voluntarios entusiastas.
El poder de la situación también se hizo evidente, de manera impresionante, en
diversas actitudes hacia la guerra contra Irak, en 2003. Algunos sondeos de opinión
revelaron que estadounidenses e israelíes favorecían abrumadoramente el inicio del
conflicto. Sus primos lejanos, en alguna otra parte del mundo, se oponían de mane-
ra tajante. Dígame dónde vive y adivinaré de manera razonable cuáles eran sus acti-
tudes cuando empezó la guerra (indíqueme su nivel de escolaridad y los medios
masivos que ve y lee, y le diré con mayor confianza su opinión al respecto). Indepen-
dientemente de cómo la historia juzgue este acontecimienta, algo es muy evidente:
nuestras situaciones son importantes.
Nuestra cultura ayuda a definir las situaciones. Nuestros patrones respecto de la
prontitud, la franqueza y la forma de vestir varían de acuerdo con la situación cultu-
ral. Si usted considera que la belleza femenina se relaciona con la delgadez o las cur-
vas, esto dependerá de la época y de la parte del mundo en que vive. Si define a la
justicia social como igualdad (todos reciben lo mismo) o equidad (quienes ganan más
reciben más), ello estará en función de si su ideología ha sido moldeada más por el so-
cialismo o el capitalismo. Si tiende a ser expresivo o reservado, de vestir cómodo o
formal, esto se derivará, en parte, de su cultura y procedencia étnica. Si usted se cen-
tra principalmente en sí mismo -sus necesidades, deseos y moral personales- o en
su familia, clan y grupos comunitarios, dependerá de qué tanto su persona es pro-
ducto del individualismo occidental moderno. Nuestras actitudes y comportamientos
están moldeados por fuerzas sociales externas.

Las actitudes personales y la disposición también moldean


el comportamiento
Las fuerzas internas también son importantes. No somos yerbas pasivas, ondeantes
hacia un lado u otro por efecto del viento social. Las actitudes internas afectan nues-
tro comportamiento. Nuestra actitud política influye en la forma en que votamos. La
actitud hacia el tabaquismo afecta nuestra susceptibilidad respecto de la presión de
nuestros semejantes para que fumemos. Nuestra actitud hacia los pobres influye en
los deseos por apoyarlos (como veremos, las actitudes también provienen del com-
portamiedto, lo que nos lleva a creer fervientemente en las cosas por las que nos
comprometemos o por las que hemos sufrido).
La disposición de la personalidad también afecta el comportamiento. Al enfrentar
la misma situación, distintas personas pueden reaccionar de manera diferente. Al
quedar libre, después de años de prisión política, un individuo manifiesta amargura
y busca la revancha. Otra, como Nelson Mandela de Sudáfrica, busca la reconciliación
y unidad con aquellos que alguna vez fueron sus enemigos.
Introducción a la psicología social capítulo 1 9

Cuando nos sentimos forzados por presiones sociales evidentes, también podemos
reaccionar de formas que restauren nuestro sentido de libertad. Además, la gente que
pertenece a una minoría numerosa en ocasiones se opondrá y dominará a la mayoría.
Como individuos, no sólo somos criaturas de nuestros mundos sociales, sino también
autores de ellos. Trate usted a los demás de forma cálida y se volverán más agrada-
bles. Lo fundamental es: nuestros universos surgen de la interacción entre situaciones
y personas.

El comportamiento social también es comportamiento biológico


La psicología social de inicios del siglo XXI llama nuestra atención hacia las bases bio-
lógicas del comportamiento social. Es importante la forma que pensamos acerca de
las situaciones, pero debajo de nuestro pensamiento está la sabiduría biológica. Todo
aquel que ha tomado un curso de introducción a la psicología sabe que la naturaleza
y la crianza, en conjunto, conforman lo que somos. Así como el área de un campo se
determina por su longitud y su anchura, de la misma manera la biología y la expe-
riencia nos crean conjuntamente. Los psicólogos evolutivos (capítulo 5) nos recuerdan
que la naturaleza humana heredada nos predispone a comportarnos de maneras que
ayudaron a nuestros ancestros a sobrevivir y reproducirse. Llevamos los genes de
aquellos cuyos rasgos les permitieron sobrevivir y reproducirse (y cuyos hijos hicie-
ron lo mismo). Por lo tanto, los psicólogos evolutivos se preguntan cómo la selección
natural puede predisponer nuestros actos y reacciones cuando hacemos una cita ro-
mántica o nos apareamos, cuando odiamos y lastimamos, y cuando amamos y com-
partimos. La naturaleza también nos provee de una enorme capacidad para aprender
y adaptarnos. Somos sensibles y respondemos a nuestro contexto social.
Si cada evento psicológico (cada pensamiento, cada emoción) es al mismo tiempo
biológico, entonces podemos examinar la neurobiología que subyace al comportamien-
to social. ¿Qué áreas del cerebro nos permiten tener experiencias de amor y de despre-
cio, de ayuda y de agresión, de percepción y creencia? ¿De qué manera el cerebro, la
mente y el comportamiento funcionan juntos como un sistema coordinado? ¿Qué reve-
la el momento de los eventos cerebrales acerca de la forma en que procesamos la infor-
mación? Quienes estudian la "neurociencia social cognoscitiva" se plantean este tipo de
preguntas (Ochsner y Lieberman, 2001).
Los neurocientíficos sociales no buscan reproducir comportamientos sociales com-
plejos -como el altruismo y el robo- en mecanismos neurales o moleculares sim-
ples. Sin embargo, para comprender el amor y el odio, debemos considerar las
influencias que están por debajo de la piel (biológicas) y entre las pieles (sociales). Las
hormonas del estrés afectan la manera como nos sentimos y actuamos; el ostracismo
social eleva la presión sanguínea; el apoyo social fortalece al sistema inmunológico y
lucha contra las enfermedades. La mente y el cuerpo constituyen un enorme sistema.
Somos organismos biopsicosociales.

Los principios de la psicología social pueden aplicarse


a la vida cotidiana y a otras disciplinas
La psicología social trata de la vida, la de usted: sus creencias, sus actitudes, sus rela-
ciones. Por lo tanto, posee el potencial para iluminar su existencia para hacer visibles
las fuerzas sutiles que guían su pensamiento y sus actos. Además, como veremos,
ofrece muchas ideas acerca de cómo conocernos mejor, cómo conseguir amigos e in-
fluir en los demás, cómo transformar puños cerrados en brazos abiertos.
Los especialistas también aplican los descubrimientos de la psicología social en
otras disciplinas. Los principios del pensamiento social, la influencia social y las re-
laciones sociales tienen implicaciones para la salud y el bienestar de los seres huma-
nos, para los procedimientos judiciales y las decisiones de los jueces en las cortes, así
10 Introducción a la psicología social

como para motivar comportamientos que posibilitan un futuro humano ambiental-


mente sustentable.
Pero, ¿en qué difiere la psicología social de la sociología y de otras áreas de la psi-
cología? ¿Los psicólogos sociales están influidos por sus propios valores? ¿Cuáles son
las tácticas de investigación de esta disciplina, y cómo podríamos aplicarlas en la vida
cotidiana? Éstas son las preguntas de este capítulo.

La psicología social y algunas disciplinas


relacionadas
Los psicólogos socÍt;lles están muy interesados en la forma en que las personas piensan,
influyen y se relacionan con los demás. También lo están los sociólogos y los psicólo-
gos de la personalidad. ¿En qué difiere la psicología social? ¿Qué pueden tomar los
psicólogos sociales de la biología evolutiva y las neurociencias?

PSICOLOGíA SOCIAL Y SOCIOLOGíA


Los sociólogos y los psicólogos sociales comparten un interés en el estudio de la
forma en que las personas se comportan en los grupos. Mientras que la mayoría de los
sociólogos se enfoca en agrupaciones, desde las pequeñas hasta las muy grandes (so-
ciedades y sus tendencias), la mayoría de los psicólogos sociales analiza a los indivi~
duos promedio, es decir, lo que piensa una persona, en un momento dado, acerca de
los demás, la forma en que los otros influyen en él y cómo se relaciona con ellos. Es-
tos estudios incluyen la manera como los grupos afectan a las personas de forma par-
ticular y cómo los individuos afectan al grupo.
Algunos ejemplos son: al enfocarse en las relaciones cercanas, un sociólogo podría
observar las tendencias en el matrimonio, el divorcio y las tasas de cohabitación; un
psicólogo social examinaría cómo es que ciertos individuos se ven atraídos entre sí. O
podría investigar la manera en que las actitudes raciales de clase media, como grupo,
difieren de la gente de menores ingresos. Un psicólogo social podría estudiar el desa-
rrollo de las actitudes raciales en el individuo.
Aunque los sociólogos y los psicólogos sociales utilizan algunos métodos de in-
vestigación similares, éstos emplean mucho más los experimentos en los que manipu-
lan un factor, como la presencia o ausencia de la influencia de los semejantes para
observar su efecto. Los factores que estudian los sociólogos -como el nivel socioeco-
nómico- suelen ser difíciles de manejar o no resultan éticamente manipulables

LA PSICOLOGíA SOCIAL Y LA PSICOLOGíA DE LA PERSONALIDAD


La psicología social y la psicología de la personalidad son aliadas respecto al enfoque
"Usted nunca puede sobre el individuo. Así, la American Psychological Association (Asociación Psicoló-
predecir lo que hará gica Estadounidense) incluye ambos campos en las mismas revistas científicas (Jour-
cualquier hombre, pero nal of Personalíty and Social Psychology y Personality and Social Psychology Bulletin). Su
puede precisar la diferencia reside en el carácter social de la psicología social. Los especialistas de la
tendencia de un personalidad se interesan en el funcionamiento interno, privado, y en las diferencias
número promedio. Los entre los individuos; por ejemplo, por qué algunos son más agresivos que otros. Los
individuos pueden psicólogos sociales se enfocan en nuestra humanidad común, es decir, en cómo las
variar, pero los personas generalmente se perciben y afectan entre sí. Se preguntan cómo las situacio-
porcentajes permanecen
constantes." nes sociales pueden conducir a la mayoría de los individuos a actuar de manera ama-
- Sherlock Holmes, en A ble o cruel, a conformarse o ser independientes, a sentir agrado o ser prejuiciosos.
Study in Scarlet, de Sir Existen otras diferencias: la psicología social tiene una historia más breve. Muchos
Arthur Conan Doyle, 1887. héroes de la psicología de la personalidad - como Sigmund Freud, Carl Jung, Karen
Introducción a la p sicología social capítulo 1 11

Homey, Abraham Maslow y Carl Rogers- vivieron y trabajaron durante las primeras
dos terceras partes del siglo pasado. La mayoría de los psicólogos sociales que cono-
cerá en este libro continúan vivos. La psicología social también tiene un menor número
de teóricos famosos y muchos desconocidos, investigadores creativos que contribuyen
con concep tos a menor escala. Conoceremos a un puñado de estas personas en los re-
cuadros autobiográficos "La historia detrás de una teoría clásica", a lo largo del libro.

NIVELES DE EXPLICACiÓN
Estudiamos al ser humano desde las distintas perspectivas de las disciplinas acadé-
micas. Éstas van desde las ciencias básicas, como la física y la química, hasta discipli-
nas integradoras, como la filosofía y la teología. La relevancia de las perspectivas
depende de lo que usted quiera abordar, por ejemplo, el amor. Un fisiólogo describi-
ría la química cerebral asociada con el amor apasionado. Un psicólogo social exami-
naría la forma en que diversas características y condiciones - tales como una buena
apariencia, la similitud entre los miembros de la pareja, la exposición repetida- re-
saltan el sentimiento que llamamos amor. Un poeta podría exaltar la experiencia su-
blime que en ocasiones es el amor. No necesitamos suponer que alguno de estos
niveles constituya la explicación real. Por ejemplo, las perspectivas fisiológica y emo-
cional de este sentimiento son tan sólo dos formas de observar el mismo evento. De la
misma manera, una explicación evolutiva del tabú universal del incesto (en términos
del costo genético que paga la descendencia) no reemplaza una explicación socioló-
gica (que podría considerar esta prohibición como una forma de preservar la unidad
familiar) o una teológica (que podría enfocarse en los aspectos morales). Las diversas
explicaciones pueden complementarse entre sí (figura 1-3).
Si toda la verdad forma parte de un tejido, entonces distintos niveles de explicación "Existe un solo
deben ajustarse para formar una imagen completa. Steven Pinker (2002) lo ilustra: conocimiento. Su
"un geógrafo puede explicar por qué la costa de África embona con la de América di- división en materias es
ciendo que las masas terrestres alguna vez fueron adyacentes, pero que estaban asen- una concesión a la
tadas en placas distintas que después se alejaron. La pregunta de por qué las placas se debilidad humana."
- Sir Halford John
movieron es para los geólogos, quienes consideran que un flujo de magma las separó. MacKinder, 1887.
Respecto de las razones por las que el magma se calentó tanto, esos especialistas de-
jarán que los físicos expliquen las reacciones en el centro y manto de la Tierra" (p. 70).

Exp licación integ rad ora figura 1-3


Jerarquía parcial
de las disciplinas.
Las disciplinas van desde
las ciencias básicas, que
estudian los bloques de
construcción de la
naturaleza, hasta las
integradoras, que abarcan
sistemas complejos. Una
explicación exitosa del
funcionamiento humano
en un nivel no
necesariamente contradice
las explicaciones en los
otros niveles.

Explicación elemental
12 Introducción a la psicología social

El reconocimiento de la relación complementaria de los diversos niveles explicati-


vos nos libera de discusiones inútiles respecto a si debemos ver a la naturaleza hu-
mana de forma científica o subjetiva: no se trata de elegir uno u otro, o al más
importante. "Por mucho que lo intente", afirmó el sociólogo Andrew Greeley (1976)
"la psicología no puede explicar el propósito de la existencia humana, el significado
de ésta, el destino final de la persona" . La psicología social es una perspectiva a par-
tir de la cual podemos observarnos y comprendernos, pero no es la única.

Resumen La psicología social es el estudio cientí- logía. En comparación con la psicología


fico de la forma en que las personas de la personalidad, la social se enfoca
piensan, influyen y se relacionan con los menos en las diferencias entre los indivi-
demás. Sus temas centrales se refieren a duos, y más en cómo la gente --en gene-
la manera en que construimos nuestros ral- se percibe y afecta entre sí.
mundos sociales; la forma en que nues- La psicología es una ciencia del entor-
tra intuición social nos guía y en ocasio- no; revela cómo el medio influye en el
nes nos engaña, y la manera en que otras comportamiento. Existen muchas otras
personas, nuestras actitudes, personali- perspectivas sobre la naturaleza huma-
dad y nuestra biología moldean nuestro na, cada una de las cuales plantea su
comportamiento social. La sociología y propio conjunto de preguntas y propor-
la psicología son disciplinas genéricas de ciona sus respuestas. Estas perspectivas
la psicología social. Ésta tiende a ser más diferentes son complementarias, no con-
individualista en su contenido y más ex- tradictorias. .
perimental en sus métodos que la socio-

Las distintas ciencias ofrecen


diferentes perspectivas.
La psicología social y los valores humanos
©2004.
Sidney Harris. Reproducido con
Los valores de los psicólogos sociales penetran en su trabajo de maneras obvias y suti-
autorización. les al mismo tiempo. ¿Cuáles son éstas?
La psicología social es menos una colección de hallaz-
gos que un conjunto de estrategias para responder pre-
guntas. En la ciencia, así como en las cortes, las opiniones
personales son inadmisibles. Cuando las ideas se ponen
en tela de juicio, las evidencias determinan el veredicto.
Pero, ¿realmente los psicólogos sociales son tan objetivos?
Como seres humanos, ¿sus valores -sus convicciones per-
sonales acerca de lo que es deseable y de cómo debe com-
portarse la gente- se filtran en su trabajo? Si es así, ¿la
psicología social realmente puede ser científica?

FORMAS EVIDENTES EN QUE LOS VALORES


INTERVIENEN EN LA PSICOLOGíA
Los valores entran en escena cuando los psicólogos socia-
les eligen temas de investigación. No fue un accidente que el
estudio del prejuicio floreciera durante los años cuarenta
del siglo pasado, cuando el fascismo reinaba en Europa;
que los cincuenta fuese una época en que la moda era la
apariencia similar y en la que dominaba la intolerancia a
los puntos de vista diferentes, produciendo estudios acer-
Introducción a la p sicología social capítulo 1 13

ca de la conformidad; que los sesenta vieran aumentar el interés sobre la agresión con
los disturbios y las crecientes tasas de crímenes; que el movimiento feminista de los
setenta ayud ara a estimular una ola de investigación sobre el género y el sexismo;
que los años ochenta vieran el resurgimiento de la atención a los aspectos psicológi-
cos de la carrera armamentista, y que los noventa estuviesen marcados por el gran in-
terés en que la gente respondía a la diversidad en la cultura, la raza y la orientación
sexual. La psicología social refleja la historia social.
Los valores también influyen en el tipo de personas que se ven atraídas hacia diver-
sas disciplinas (Campbell, 1975; Moynihan, 1979). En su escuela, ¿los estudiantes que
se interesan por las humanidades, ciencias naturales y las ciencias sociales difieren de
manera notable? ¿La psicología social y la sociología atraen a individuos que están re-
lativamente dispuestos a retar la tradición, a personas que se inclinan más a moldear
el futuro que a preservar el pasado?
Finalmente, es obvio que los valores entran en escena como objeto de análisis de la
psicología social. Los especialistas de esta disciplina investigan cómo se forman los
valores, por qué cambian y cómo afectan las actitudes y los actos. Sin embargo, nada
de esto nos indica cuáles son" correctos" .

FORMAS NO TAN EVIDENTES EN QUE LOS VALORES "La ciencia no describe


INTERVIENEN EN LA PSICOLOGíA y explica simplemente
Con menos frecuencia, reconocemos las formas sutiles en que los valores convenidos la naturaleza; forma
se enmascaran como la verdad objetiva. Considere tres maneras no tan evidentes en parte de la interrelación
que éstos intervienen en la psicología. entre ella y nosotros;
describe la naturaleza
Los aspectos subjetivos de la ciencia tal como se expone a
nuestro método de
Actualmente, los científicos y los filósofos coinciden en que la ciencia no es pura- cuestionamiento."
mente objetiva. Los primeros no leen sencillamente el libro de la naturaleza, sino que - Wemer Heisenberg.
la interpretan utilizando sus propias categorías mentales. En nuestra vida cotidiana Physics and Philosophy, 1958.

figura 1-4
¿Qué es 10 que ve?
14 Introducción a la psicología social

también vemos el mundo a través de los lentes de nuestras percepciones. Haga una
pausa: ¿qué puede ver en la figWa 1-4?
¿Puede ver un dálmata olfateando el suelo en el centro de la imagen? Sin esta pre-
concepción, la mayoría de la gente no puede ver al perro. Una vez que su mente tiene
el concepto, éste controla su interpretación de la imagen, tanto que se vuelve difícil no
ver al animal.
Ésta es la forma en que funciona nuestra mente. Mientras usted lee estas palabras,
no se ha dado cuenta de que también está viendo su nariz. Su mente bloquea de la
conciencia algo que está ahí, si estuviera predispuesto a percibirlo. Esta tendencia a
prejuzgar la realidad con base en nuestras expectativas es un hecho básico acerca de
la mente humana. Un juego de futbol americano entre Princeton y Dartmouth, en
1951, ofreció una demostración clásica de la manera en que las opiniones controlan las
interpretaciones (Hastorf y Cantril, 1954; véase también Loy y Andrews, 1981). El
juego se hizo popular como un encuentro con mucho resentimiento; resultó ser uno
de los más rudos y sucios en la historia de ambas escuelas. Un jugador estrella de
Princeton fue derribado por muchos jugadores, aplastado y, finalmente, obligado a
salir del campo con la nariz rota. Surgieron los golpes y lesiones mayores en ambas
partes. El desempeño general difícilmente coincide con la imagen de gentileza de la
clase alta de la Ivy League.
Poco tiempo después, dos psicólogos, uno de cada escuela, mostraron filmaciones
del partido a estudiantes en cada una de las universidades. Los alumnos jugaron el
papel de científicos observadores, señalando cada infracción conforme la veían, y .de-
terminando quién era el responsable. ¿Podrían dejar de lado su lealtad? Los de Prince-
ton, por ejemplo, observaron el doble de violaciones por parte de Dartmouth, que las
que vieron los alumnos de esa escuela. La moraleja es: existe una realidad objetiva allá
afuera, pero siempre la vemos a través de los lentes de nuestras creencias y valores.
Puesto que el trabajo de los especialistas en cualquier área a menudo comparte un
cultura punto de vista en común o proviene de la misma cultura, es probable que sus su-
Comportamiento, ideas, puestos nunca sean cuestionados. Lo que damos por hecho -las creencias comparti-
actitudes y tradiciones das que los psicólogos sociales europeos llaman nuestras representaciones sociales
perdurables compartidas (Augoustinos e Innes, 1990; Moscovici, 1988)- frecuentemente son nuestras convic-
por un grupo grande de ciones más importantes y, no obstante, las menos examinadas. Sin embargo, en oca-
personas, y que se siones alguien ajeno al campo llama la atención hacia estos supuestos. Durante los
transmiten de una
años ochenta, críticos feministas y marxistas expusieron algunos de los supuestos no
generación a otra.
examinados en la psicología social. Los primeros resaltaron sesgos sutiles, por ejem-
representaciones plo, el conservadurismo político de algunos científicos, lo que favoreció una interpre-
sociales tación biológica de las diferencias por género en el comportamiento social (Unger,
Creencias socialmente 1985). Los segundos se enfocaron en los sesgos competitivos individualistas, por
compartidas -como las ejemplo, en el supuesto de que la conformidad es mala y que las recompensas indivi-
ideas y valores duales son buenas. Desde luego, ambas perspectivas tienen sus propios supuestos, y
ampliamente como críticos de la "corrección política" académica, son afectos a hacer señalamientos.
difundidos -, incluidos En el capítulo 3 veremos más formas en las que las preconcepciones guían nuestras
los supuestos e ideologías interpretaciones. Nuestro comportamiento está menos dirigido por la situación tal
culturales. Nuestras cual es que por como la construimos.
representaciones sociales
nos ayudan a comprender Los conceptos psicológicos contienen valores ocultos
el mundo.
Los valores también influyen en los conceptos. Considere los intentos por definir una
buena vida. Los psicólogos pueden calificar a la gente como madura o inmadura, así
como adaptada o desadaptada, como mentalmente saludable o enferma. Pueden ha-
blar como si establecieran hechos, cuando en realidad están haciendo juicios de valor.
Por ejemplo, el psicólogo de la personalidad Abraham Maslow fue conocido por sus
sensibles descripciones de las personas "autorrealizadas" (gente que, con sus necesi-
Introducción a la psicología social capítulo 1 15

dades de supervivencia, seguridad, "pertenencia" y auto estima satisfechas, trata de


ejercer su potencial humano). Pocos lectores observaron que el mismo Maslow,
guiado por sus propios valores personales, seleccionó la muestra que describió. La
descripción resultante (individuos espontáneos, autónomos, místicos, etc.) reflejaba
los valores personales de Maslow. Si hubiera iniciado con los héroes de otros -tal vez
Napoleón, Alejandro el Grande, John D. Rockefeller-, las descripciones resultantes
de la autorrealización habrían sido diferentes (Smith, 1978).
El consejo psicológico también refleja los valores particulares de quien lo ofrece.
Cuando los profesionales de la salud mental nos aconsejan cómo debemos vivir nues-
tras vidas, cuando los expertos en la crianza infantil nos indican cómo debemos edu-
car a nuestros hijos, y cuando algún psicólogo nos alienta a vivir sin preocuparnos por
las expectativas de los demás, están expresando sus valores personales. (En las cultu-
ras occidentales esos valores generalmente son individualistas, es decir, promueven lo
que es mejor para "mí". Las culturas no occidentales suelen alentar lo que es mejor
para "nosotros"). Muchas personas, ignorantes de los valores ocultos, lo dejan todo al
"profesional". Pero los psicólogos profesionales no pueden responder preguntas de
obligaciones morales últimas, de propósito y dirección ni del significado de la vida.
Incluso los valores ocultos se filtran en los conceptos basados en investigaciones psi-
cológicas. Suponga que acaba de resolver una prueba de personalidad y que el psicó-
logo, después de calificar sus respuestas, le anuncia: "obtuvo una alta puntuación en
autoestima; tiene bajos niveles de ansiedad y posee una fuerza del yo excepcional".
Usted piensa "ah, lo sospechaba, pero se siente bien saberlo" . Ahora, otro psicólogo
le aplica un examen similar. Por alguna razón particular, esta prueba plantea algunas
preguntas similares. Después, el especialista le informa que usted parece defensivo y
que obtuvo una alta puntuación en "represión". Se pregunta" ¿cómo puede ser esto?"
"El otro psicólogo dijo cosas muy agradables sobre mí". Esto podría deberse a que
todas estas etiquetas describen el mismo conjunto de respuestas (la tendencia a decir
cosas positivas sobre uno mismo y a no reconocer los problemas). ¿Debemos denomi-
narla autoestima alta o defensividad? La etiqueta refleja un juicio de valor.
El hecho de que estos juicios a menudo estén ocultos dentro de nuestro lenguaje so-
ciopsicológico no es una razón para culpar a la psicología social. Lo mismo ocurre con
el lenguaje cotidiano. Si etiquetamos a alguien que está involucrado en la guerrilla
. Valores ocultos (y no tan
como "terrorista" o como "luchador por la libertad", esto dependerá de nuestra pers- ocultos) se filtran en el
pectiva sobre la causa. Si consideramos las muertes de civiles durante una guerra como consejo psicológico. Permean
"la pérdida de vidas inocentes" o como" daños colaterales", ello afectará nuestra acep- los libros de psicología
tación del hecho. Denominar a la asistencia pública "beneficencia" o "ayuda al necesi- popular que ofrecen una guía
tado" refleja nuestras perspectivas políticas. Cuando" ellos" dignifican a su país y a su para la vida y el amor.
pueblo, se trata de nacionalismo; cuando "nosotros" lo ha-
cemos, es patriotismo. Si alguien está involucrado en un
romance extramarital, practica el "matrimonio abierto" o
un "adulterio", de acuerdo con los valores personales. El
"lavado de cerebro" es una influencia social que no apro-
bamos. Las "perversiones" son actos sexuales que no prac-
ticamos. Los comentarios acerca de hombres" ambiciosos"
y mujeres "agresivas" conllevan un mensaje oculto.
Repetimos, los valores están ocultos en nuestras defini-
ciones culturales sobre la salud mental y la autoestima, en
nuestro consejo psicológico para la vida y en nuestras eti-
quetas psicológicas. A lo largo de este libro se indicarán
ejemplos adicionales de valores ocultos. El punto no es
que los valores implícitos sean necesariamente malos,
sino que la interpretación científica, incluso en los fenó-
16 Introducción a la psicología social

menos de etiquetación, es una actividad humana. Por lo tanto, es natural e inevitable


que creencias y valores previos afecten lo que los psicólogos sociales piensan y escriben.

No existe un puente del "es" al "deber ser"


Un error seductor para aquellos que trabajan en las ciencias sociales es pasar de una
falacia naturalista descripción de lo que es a lo que debe ser. Los filósofos llaman a esto falacia naturalista.
Error consistente en La brecha entre "lo que es" y "lo que debe ser", entre la descripción científica y la
definir lo bueno en prescripción ética, continúa siendo tan amplia en la actualidad corno cuando el filó-
términos de lo que es sofo David Hume lo señaló, hace más de 200 años. Ninguna encuesta de la conducta
observable. Por ejemplo: lo humana -digamos, de las prácticas sexuales- dicta de manera lógica el comporta-
que es común es normal; miento" correcto". Si la mayoría de las personas no hace algo, no significa que eso sea
lo que es normal es bueno.
incorrecto; si lo hace, no quiere decir que ello sea correcto. Aplicarnos nuestros valo-
res siempre que pasarnos de afirmaciones objetivas de hechos a aseveraciones pres-
criptivas de lo que debe ser.
Los valores personales de los psicólogos influyen su trabajo, tanto de formas evi-
dentes corno sutiles, y lo que es verdadero para ellos lo es para cada uno de nosotros.
Nuestros valores y suposiciones colorean nuestras perspectivas del mundo. Para des-
cubrir qué tanto los valores asumidos y representaciones sociales forman lo que damos
por hecho, necesitarnos estudiar distintas culturas. Si usted supone, sin cuestiona-
mientas, que las personas deben ser ante todo honestas con ellas mismas, que las mu-
jeres están (o no) más capacitadas que los hombres para realizar ciertas funciones, o
que el amor romántico debe surgir antes del matrimonio, continúe leyendo. .
¿Debernos descartar a la ciencia porque tiene un lado subjetivo? Todo lo contrario:
comprender que el pensamiento humano siempre implica una interpretación es pre-
cisamente lo que necesitarnos para que los investigadores con distintos prejuicios em-
prendan el análisis científico. Al revisar constantemente nuestras creencias contra los
hechos lo mejor que podamos, verificaremos y restringiremos nuestros sesgos. La ob-
servación y la experimentación sistemáticas nos ayudan a limpiar el lente a través del
cual vernos la realidad.

Resumen Los valores de los psicólogos sociales pe- cripción científica de lo que es y la pres-
netran en su trabajo de formas eviden- cripción ética de lo que debe ser. Esta pe-
tes, corno en los ternas que eligen para netración de los valores en la ciencia no
investigar, y de formas sutiles, corno sus es exclusiva de la psicología social. El
supuestos ocultos cuando forman con- hecho de que el pensamiento humano
ceptos, eligen etiquetas y ofrecen conse- tienda a ser apasionado es precisamente
jos. Existe una conciencia cada vez mayor la razón por la que necesitarnos de la ob-
de la subjetividad de la interpretación servación y experimentación sistemáticas
científica, de los valores ocultos en los si querernos contrastar las ideas que tanto
conceptos y etiquetas de la psicología so- apreciarnos contra la realidad.
cial, así corno en la brecha entre la des-

Siempre lo supe: ¿la psicología social


es simplemente sentido común?
¿Las teorías de la psicología social proporcionan nuevos conocimientos sobre la condi-
ción humana o únicamente describen lo evidente?
Probablemente a usted ya se le habían ocurrido muchas de las conclusiones pre-
sentadas en este libro, en razón de que la psicología social se encuentra a nuestro al-
Introducción a la psicología social capítulo 1 17

rededor. De forma constante observamos a las personas pensando, influyendo en


otros y relacionándose con los demás. Vale la pena descubrir qué predice una expre-
sión facial, cómo lograr que alguien haga algo y si debemos considerar a otra persona
como amigo o adversario. Durante siglos, filósofos, novelistas y poetas han observado
y hecho comentarios acerca del comportamiento social. La psicología social es asunto
de todos.
Entonces, ¿esta disciplina es simplemente sentido común, pero con otras palabras?
Esta rama de la psicología enfrenta dos críticas contradictorias: una la considera tri-
vial porque documenta lo evidente; la otra la califica como peligrosa porque sus ha-
llazgos podrían utilizarse para manipular a las personas. ¿Es válida la primera
objeción (la psicología social únicamente formaliza lo que cualquier principiante ya
conoce por intuición)?
El escritor Cullen Murphy (1990) pensaba eso: "diariamente, los científicos sociales
salen al mundo. Día tras día descubren que el comportamiento de las personas es bas-
tante similar a lo que esperamos". Aproximadamente medio siglo antes el historiador
Arthur Schlesinger hijo (1949) reaccionó con un desdén parecido ante los estudios que
los científicos sociales realizaron con los soldados estadounidenses durante la Se-
gunda Guerra Mundial.
¿Qué descubrieron estos estudios? Otro revisor, el sociólogo Paul Lazarsfeld (1949),
ofreció una muestra con comentarios interpretativos, algunos de los cuales parafraseo
a continuación:

1. Los soldados con mayores estudios sufrieron más problemas de adaptación


que aquellos con un menor nivel educativo (los intelectuales estaban menos
preparados para el estrés de la batalla que los individuos que tenían
habilidades para sobrevivir en las calles).
2. Los soldados sureños se adaptaron mejor al cálido clima de las islas del Mar del
Sur que los del norte (los primeros están más acostumbrados al clima caliente).
3. Los soldados blancos deseaban más un ascenso que los negros (los años de
opresión tienen efectos negativos en la motivación hacia el logro ).
4. Los negros del sur preferían oficiales blancos sureños que militares blancos del
"Una teoría de primera
norte (porque los oficiales del sur eran más experimentados y hábiles para
clase predice, una de
interactuar con los afroestadounidenses).
segunda prolube, y una
teoría de tercera clase
Sin embargo, un problema con el sentido común es que recurrimos a él después de explica después de lo
que conocemos los hechos. Los sucesos son más "evidentes" y predecibles en retros- sucedido."
pectiva que de antemano. Ciertos estudios revelan que cuando las personas aprenden -Aleksander Isaakovich
los resultados de un experimento, repentinamente el producto no les parece sorpre- Kitaigorodskii.
sivo: ciertamente, menos que a quienes únicamente se les habla del procedimiento
experimental y de los posibles resultados (Slovic y Fischhoff, 1977). Con nuevos co-
nocimientos a la mano, nuestro eficiente sistema de memoria depura sus viejas supo-
siciones (Hoffrage y otros, 2000).
Quizás usted haya experimentado este fenómeno al, leer el resumen de hallazgos
de Lazarsfeld, quien dijo: "cada una de estas aseveraciones es el opuesto directo de lo que en
realidad se encontró". En realidad, el libro reportó que los soldados con menor educa-
ción académica mostraron una menor adaptación, que los sureños no tenían mayores
posibilidades que los norteños de adaptarse a un clima tropical, que los negros anhe-
laban un ascenso más que los blancos, etc. "Si hubiera mencionado primero los resul-
tados reales de la investigación [tal como lo experimentó Schlesinger], el lector
también los hubiera considerado' evidentes'" .
De la misma manera; en la vida cotidiana con frecuencia no esperamos que algo
pase hasta que ocurre. Entonces, repentinamente vemos con claridad las fuerzas que
18 Introducción a la psicología social

provocaron el suceso y no nos sentimos sorprendidos. Una vez que cambian las elec-
ciones o la Bolsa de Valores, la mayoría de las personas considera que los hechos no
www.mhhe.com/myers8 son sorprendentes: "el mercado necesitaba un ajuste". Después de la guerra de Irak
Visite el Cen tro de en 2003, el resultado parecía evidente; la victoria de las fuerzas de la Coalición llegó
Aprendizaje en Línea y rápido, pero no así la civilidad y la democracia. Algunos argumentaron que con la
encontrará una actividad ventaja del gasto anual militar de Estados Unidos de entre 330 millones y mil 600 mi-
de interacción sobre el llones de dólares sobre Irak, cualquiera podría haber adivinado la derrota iraquí, pero
sesgo retrospectivo. que las fuerzas estadounidenses debieron haber previsto la necesidad de proteger de
los saqueadores los museos, las bibliotecas y las escuelas de Bagdad. Como dijo el fi-
lósofo-teólogo danés Soren KierJ..<egaard: "la vida se vive hacia' delante, pero se com-
prende hacia atrás".
sesgo retrospectivo Si este sesgo retrospectivo (también llamado fenómeno de siempre lo supe) es do-
Tendencia a exagerar, minante, usted debe sentir ahora que sabía esto de antemano. De hecho, casi cual-
después de conocer un quier resultado posible de un experimento psicológico puede asemejar al sentido
resultado, las propias común después de conocer los resultados.
capacidades para anticipar Usted puede demostrar este fenómeno. Hable a la mitad de un grupo acerca de un
el resultado de algo. hallazgo psicológico, y a la otra dígale el resultado opuesto. Por ejemplo, mencione a
También se le conoce como
una parte lo siguiente:
fenómeno de siempre lo
supe. Los psicólogos sociales han encontrado que, al elegir amigos o al enamoramos nos senti-
mos más atraídos hacia aquellos que tienen rasgos distintos a los nuestros. El viejo dicho
de que "los opuestos se atraen" parece atinado.

A la otra mitad coméntele:

Los psicólogos sociales han encontrado que, al elegir amigos o al enamoramos, nos sen-
timos más atraídos hacia las personas de rasgos similares a los nuestros. El viejo refrán de
que "Dios los hace y ellos se juntan" parece ser verdadero.

Primero, pida a las personas que expliquen los resultados. Después, que digan si son
"sorpresivos" o "no sorpresivos". Virtualmente, todos considerarán cualquiera de
ellos como "no sorpresivos".
En realidad, podemos formar una lista de proverbios para hacer que prácticamente
cualquier resultado tenga sentido. Si un psicólogo social reporta que la separación in-
tensifica la atracción romántica, una persona cualquiera respondería: "¿y le pagan por
esto? Cualquiera sabe que 'el amor crece con la distancia"'. Si resulta que la separa-
En retrospectiva, los hechos ción debilita la atracción, afirmaría: "mi abuela podría haberle dicho que' amor de le-
parecen evidentes y
predecibles. jos es de tontos'''.
© 2004 Sidney Harris. Karl Teigen (1986) se habrá reído entre dientes cuando pidió a estudiantes de la
Reproducido con autorización. Universidad de Leicester (Inglaterra) que evaluaran proverbios reales y sus opuestos.
Cuando se mencionó "el miedo es más fuerte que el amor",
la mayoría lo consideró verdadero. Pero lo mismo sucedió
con otros estudiantes cuando se citó la forma opuesta "el
amor es más fuerte que el miedo". Igualmente, el proverbio
"el que está en el suelo no puede levantar al que ha caído"
tuvo una puntuación alta, y lo mismo ocurrió con "el que
está en el suelo puede levantar al que ha caído".
Sin embargo, mis favoritos son dos refranes que ob-
tuvieron calificaciones altas: "los hombres sabios crean los
INVESTIGACIÓN DELO proverbios y los tontos los repiten" (auténtico), y su con- .
QUE DEBERÍA HABER SIDO traparte: "los tontos crean los proverbios y los hombres sa-
bios los repiten". (Para más duelos de refranes véase el
enfoque "Siempre lo supe").
Introducción a la psicología social capítulo 1 19

El sesgo retrospectivo crea un problema para muchos estudiantes de psicología. En


ocasiones los resultados son genuinamente sorprendentes (por ejemplo, que los me-
dallistas olímpicos de bronce se sientan más emocionados por su logro que los de
plata). Con frecuencia, cuando usted lee los resultados de experimentos en sus libros
de texto, el material parece fácil, incluso obvio. Después, cuando resuelve un examen
de opción múltiple, la tarea puede volverse sorprendentemente difícil. "No sé qué su-
cedió", se quejaría un estudiante confundido: "pensé que conocía el material" .
El fenómeno de siempre lo supe puede tener consecuencias dañinas. Sobrestimar
nuestro propio poder intelectual nos conduce a la arrogancia. Además, debido a que
parece que los resultados deben ser previsibles, tendemos a culpar a quienes toman
las decisiones de lo que -en retrospectiva- son malas elecciones" evidentes" que a
elogiarlos por las buenas decisiones, que también parecen" obvias". Después de la ma-
ñana del 11 de septiembre, y trabajando hacia atrás, las señales que indicaban impe-
dir el desastre parecían obvias. Un reporte de investigación de los senadores de
Estados Unidos enumeró los indicios ignorados o interpretados erróneamente (Glad-
weel, 2003). La CIA sabía que los operadores de Al Qaeda habían entrado al país. Un
agente de la FBI envió un memorándum a las oficinas centrales, el cual iniciaba con
una advertencia para "la oficina y para Nueva York de las posibilidades de un es-
fuerzo coordinado por Osama Bin Laden por enviar estudiantes a Estados Unidos a
universidades y colegios de aviación civil". La FBI ignoró esta advertencia precisa y
no logró relacionarla con otros reportes de que los terroristas planeaban utilizar avio-
nes como armas. "¡Qué tontos!", fueron las críticas retrospectivas. "¿Por qué no pu-
dieron relacionar los indicios?"
Pero lo que parece claro en retrospectiva es poco nítido frente a la historia. La co-
munidad de inteligencia está abrumada por el "ruido", el cúmulo de información in-
servible que pasa por las fibras de información útil. Por consiguiente, los analistas
deben ser selectivos al decidir a cuál deben dar seguimiento. Durante los seis años
previos al 11 de septiembre, la unidad contra el terrorismo de la FBI tenía 68 000 pis-
tas sin investigar. En retrospectiva, ahora resultan obvias las pocas realmente útiles.
Asimismo, algunas veces nos culpamos por "errores estúpidos", quizá por no haber
manejado mejor una persona o una situación. Al mirar atrás, vemos cómo debíamos
haberlo hecho: "debí saber cuán ocupado estaría al final del semestre y empezar ese
trabajo antes". Pero en ocasiones somos demasiado duros con nosotros mismos. Nos
olvidamos de que lo que ahora es obvio no lo era tanto en su momento.
20 Introducción a la psicología social

Los médicos a quienes se les indican los síntomas de un paciente y la causa de la


muerte (determinada por la autopsia) en ocasiones se preguntan cómo pudo haberse
dado un diagnóstico incorrecto. Otros galenos, que únicamente conocen los síntomas,
no consideran que el diagnóstico sea tan evidente (Dawson y otros, 1988). (¿Los jura-
dos se tomarían más tiempo para asumir una mala praxis si se les obligara a tomar un
punto de vista prospectivo en lugar de una visión retrospectiva?)
¿Cuál es entonces la conclusión?: ¿Que el sentido común generalmente es inco-
"Es más fácil ser sabio rrecto? En ocasiones, así ocurre. El sentido común y la experiencia aseguraban a los
después del suceso." médicos que las sangrías eran un tratamiento efectivo contra la fiebre tifoidea, hasta
-Sherlock Holmes, en la que alguien, en la mitad del siglo XIX, se tomó la molestia de hacer un experimento
historia de Arthur Conan que dividía a los pacientes en dos grupos: uno con sangría y otro simplemente con re-
Doyle "The Problem of Thor
Bridge". poso en cama.
Otras veces la sabiduría convencional es cierta, o recae en ambas caras de una
misma cuestión: ¿la felicidad se deriva de conocer la verdad o de preservar las ilusio-
nes? ¿De vivir con otros, o de hacerlo en pacífica soledad? Las opiniones abundan, no
importa lo que encontremos; siempre habrá alguien que lo habría previsto. (Mark
Twain se mofaba de que Adam era la única persona que, cuando decía algo bueno, sa-
"Todo lo importante ya bía que nadie la había dicho antes.) Pero, ¿cuál de las muchas ideas participantes se
se dijo antes." ajusta mejor a la realidad?
-Filósofo Alfred North No se trata de que el sentido común sea predeciblemente equivocado. Más bien, ge-
Whitehead (1861-1997).
neralmente es correcto, una vez que ha pasado el hecho. Con frecuencia nos engañamos
pensando que sabemos más de lo que realmente conocemos. Y es precisamente esto
sobre lo que debemos hacer ciencia, en ayudarnos a separar la realidad de la ilusión y
las predicciones genuinas de la retrospección fácil.

Resumen Como muchos de los acontecimientos de de que se conocen los hechos. Este sesgo
la vida, los hallazgos de la psicología so- retrospectivo con frecuencia provoca
cial a veces parecen obvios. Sin em- que la gente confíe en exceso en la vali-
bargo, los experimentos revelan que los dez de sus juicios y predicciones.
resultados son más "evidentes" después

Métodos de investigación: cómo hacemos


la psicología social
Los psicólogos sociales proponen teorías que organizan sus observaciones e implican
hipótesis y predicciones prácticas que puedan ponerse a prueba. También realizan in-
vestigaciones que predicen el comportamiento a través de estudios correlacionales,
que a menudo llevan a cabo en ambientes naturales. Asimismo, tratan de explicar el
comportamiento por medio de experimentos que manipulan uno o más factores bajo
condiciones controladas.
"Nada tiene tanto A diferencia de otras disciplinas científicas, la psicología social tiene aproximada-
poder para ampliar la mente seis mil millones de practicantes aficionados. Observar a la gente es un pasa-
mente como la tiempo universal, en los parques, la calle o la escuela. Conforme observamos a las
capacidad de investigar
personas nos formamos ideas sobre cómo piensan los seres humanos, cómo influyen
de manera sistemática y
verdadera todo lo que
y relacionan entre sí. Los psicólogos sociales profesionales hacen lo mismo, sólo que
surge bajo vuestra de una forma más sistemática (al crear teorías) y minuciosa (frecuentemente con ex-
observación en la vida." perimentos de representaciones sociales en miniatura, para identificar causa y efecto).
-Marco Aurelio, y también lo hacen con gran frecuencia; según un conteo reciente, se habían realizado
Meditations. 25 mil estudios a ocho millones de personas (Richard y cols., 2003).
Introducción a la psicología social capítulo 1 21

ELABORACiÓN Y PRUEBA DE HIPÓTESIS


A los psicólogos sociales nos cuesta trabajo pensar en algo más fascinante que la exis- teoría
tencia humana. Si, como aconsejó Sócrates, "no vale la pena vivir una vida sin análi- Conjunto integrado de
principios que explican
sis", entonces" conócete a ti mismo" es una meta suficientemente valiosa.
y predicen hechos
Mientras luchamos con la naturaleza humana para descubrir sus secretos, organi- observados.
zamos nuestras ideas y hallazgos en teorías. Una teoría es un conjunto integrado de
principios que explican y predicen sucesos observados. Las teorías constituyen una ta-
quigrafía científica.
En las pláticas cotidianas, "teoría" a menudo significa "menos que un hecho"; es
decir, un peldaño intermedio en la escalera de la confianza que va de la adivinación a
la teoría y luego a los hechos. Pero para un científico los hechos y las teorías son man-
zanas y naranjas. Los acontecimientos son aseveraciones consensuadas acerca de lo
que observamos. Las teorías son ideas que los resumen y explican. "La ciencia se cons-
truye con hechos, de la misma forma que una casa se construye con piedras", afirmó hipótesis
Jules Henri Poincaré, "pero un conjunto de hechos no es una ciencia, así como un Proposición susceptible
de ser comprobada que
montón de piedras no es una casa".
describe una posible
Las teorías no sólo resumen, también implican predicciones que pueden ponerse a relación entre sucesos.
prueba, llamadas hipótesis. Éstas sirven a varios propósitos. Primero, permiten pro-
bar una teoría, al sugerir cómo podríamos tratar de falsificarla. Al hacer predicciones,
una teoría pone las cartas sobre la mesa. En segundo lugar, las predicciones dan direc-
ción a la investigación. Cualquier campo científico madura con mayor rapidez si sus
investigadores tienen un sentido de dirección. Las predicciones teóricas sugieren nue-
vas áreas de investigación; envían a los investigadores a buscar cosas que quizás nun-
ca se les hubieran ocurrido. En tercer lugar, el aspecto predictivo de las buenas teorías
también las vuelve prácticas. Por ejemplo, una teoría completa de la agresión podría
predecir cuándo esperar que ocurra y cómo controlarla. Tal como lo declaró Kart Le-
win, uno de los fundadores de la psicología social moderna: "no existe algo tan prác-
tico como una buena teoría".
Considere la forma en que funciona esto. Digamos que observa-
mos que las personas que roban, se burlan o atacan a otros a me-
nudo lo hacen en grupos o multitudes. Por lo tanto, podríamos
teorizar que la presencia de otros provoca que esos individuos se
sientan anónimos y disminuyan sus inhibiciones. Juguemos con esta
idea por un momento. Quizás podríamos probarla con un experi-
mento de laboratorio que simule aspectos de una ejecución en una
silla eléctrica. ¿Qué pasaría si le pidiéramos a individuos en grupos
que administraran choques de castigo a una desafortunada víctima
sin saber cuál de sus integrantes los aplicará? ¿Suministrarían des-
cargas más fuertes que aquellos que actúan solos, como predice
nuestra teoría?
También podríamos manipular el anonimato: ¿las personas aplica-
rían choques con más fuerza si estuvieran ocultas con máscaras? Si los
resultados confirman nuestras hipótesis, podrían sugerir algunas
aplicaciones prácticas. Tal vez la brutalidad policiaca podría reducirse
al hacer que los oficiales usaran grandes etiquetas con su nombre y
condujeran automóviles identificados con números suficientemente
visibles o si se filmaran sus arrestos; de hecho, todo esto se ha conver- Para los seres humanos, el
tido en práctica común en muchas ciudades estadounidenses. tema más fascinante son las
Pero, ¿cómo concluimos que una teoría es mejor que otra? Una buena teoría 1) re- personas.
Copyright © The New Yorker
sume en forma efectiva un amplio intervalo de observaciones, y 2) hace predicciones Collection, 1987, Warren MilIer,
claras que podemos utilizar para a) confirmarla o modificarla, b) generar nuevas in- de cartoonbank.com. Todos los
vestigaciones, y c) sugerir aplicaciones prácticas. Cuando descartamos teorías, gene- derechos reservados.
~2 Introducción a la psicología social

ralmente no se debe a que hayan probado ser falsas. Más bien, como sucede con los
automóviles viejos, son reemplazadas por modelos más nuevos y mejores.

INVESTIGACiÓN CORRELACIONAL: DETECCiÓN


DE ASOCIACIONES NATURALES
La mayor parte de lo que usted aprenderá acerca de los métodos de investigación so-
ciopsicológicos la adquirirá conforme lea capítulos posteriores. Pero ahora vayamos
detrás del escenario y echemos un vistazo a la manera en que se hace la psicología so-
cial. Esta observación detrás de la escena será suficiente para que aprecie los hallaz-
gos que discutiremos más adelante y para que piense de manera crítica acerca de los
investigación hechos sociales cotidianos.
de campo La investigación sociopsicológica varía de acuerdo con su ubicación. Puede lle-
Estudios realizados en varse a cabo en el laboratorio (una situación controlada) o en el campo (situaciones co-
ambientes naturales y de tidianas). También varía de acuerdo con el método, ya sea correlacional (cuando se
la vida real, fuera del
pregunta si dos o más factores están asociados de manera natural), o experimental
laboratorio.
(cuando se manipula algún factor para ver sus efectos en otro). Si usted desea ser un
investigación lector crítico de la investigación psicológica que se reporta en los periódicos y en las
correlacional revistas, le será útil comprender la diferencia entre ambos métodos.
Estudio de las relaciones Con el uso de algunos ejemplos reales, consideremos primero los beneficios de la
que ocurren de manera investigación correlacional (que a menudo implica variables importantes en ambien-
natural entre variables. tes naturales) y las desventajas (la interpretación ambigua de causa y efecto). Como
veremos en el capítulo 14, actualmente los psicólogos relacionan factores personales y -
investigación sociales con la salud humana. Entre ellos se encuentran Douglas Carroll, de la Univer-
experimental sidad de Glasgow Caledonian, y sus colegas George Davey Smith y Paul Bennett
Estudios que buscan (1994). En la búsqueda de posibles vínculos entre el nivel socioeconómico y la salud,
indicios de las relaciones
estos investigadores se aventuraron en los viejos cementerios de Glasgow. Como pará-
causa-efecto por medio de
la manipulación de uno o metro sanitario calcularon, a partir de las fechas de las lápidas, los años de vida de 843
más factores (variables individuos. Como indicador del nivel socioeconómico, midieron la altura de las co-
independientes) mientras lumnas sobre sus tumbas, suponiendo que ésta reflejaba el costo y, por lo tanto, el po-
que se controlan otros (al der adquisitivo de sus familias. Como se muestra en la figura 1- 5, columnas más altas
mantenerlos constantes). se relacionaron con vidas más largas tanto para los hombres como para las mujeres.

figura 1-5
Correlación
del nivel
socioeconómico
y la longevidad.
Grandes columnas en las
tumbas conmemoran a
individuos que también
tienden a vivir más
tiempo.
Introducción a la psicología social capítulo 1 23

Carroll y sus colegas explican cómo otros


investigadores, con el uso de datos contempo-
ráneos, han confirmado la vinculación entre el
IÚvel socioeconómico y la longevidad. Las re-
giones postales escocesas con menor número
de habitantes y bajos IÚveles de desempleo
también muestran mayor longevidad. En Es-
tados UIÚdos los ingresos se correlacionan
con la mayor esperanza de vida (las personas
pobres y con un IÚvel socioeconómico más
bajo tienen un riesgo de muerte prematura
más alto). En la Gran Bretaña contemporánea
la ocupación se vincula con la longevidad.
Un estudio siguió a 17350 trabajadores del
servicio civil britáIÚco durante diez años.
Comparados con los admiIÚstradores de IÚ-
vel superior, los individuos con IÚvel ejecu-
tivo profesional tenían 1.6 más probabilidades
de haber muerto, en tanto que los trabajado-
res de oficina tenían 2.2, y los obreros, 2.7 más Lápidas conmemorativas en el
cementerio de la Catedral de
probabilidades de haber fallecido (Adler y Glasgow.
cols., 1993, 1994). En distintas épocas y luga-
res, el nexo entre el IÚvel socioeconómico y la salud parece ser confiable.

Correlación frente a causalidad


Las preguntas sobre el IÚvel socioeconómico y la longevidad ilustran el error de pen-
samiento más irresistible cometido por los psicólogos sociales aficionados y profesio-
nales: cuando dos factores, como posición social y salud, se asocian, es muy tentador Investigadores han
concluir que uno causa al otro. Podríamos presuponer que, de alguna manera, la pri- encontrado una
mera protege a una persona de riesgos contra su salud. ¿O podría ser a la inversa? Tal correlación modesta, pero
vez ésta promueva el vigor y el éxito. Quizá las personas que viven más tiempo acu- positiva, entre el gusto de
mulan más riqueza (permitiéndoles tener tumbas más costosas). La investigación co- los adolescentes por la
música "heaVlj metal" y
rrelacional nos permite predecir, pero no nos indica si el cambio de una variable (como
sus predilecciones hacia el
la posición social) caus!1rá cambios en la otra (como la salud). sexo premarital, la
La confusión entre correlación y causalidad está detrás de muchas ideas oscuras de pornografía, el satanismo
la psicología popular. Considere otra relación concreta entre la autoestima y el logro y el consumo de drogas y
académico. Los niños con una alta autoestima tienden a tener también grandes re- alcohol (Landers, 1988).
compensas en la escuela (como sucede con cualquier correlación, también podemos ¿Cuáles son algunas
aseverar esto a la inversa: los individuos de altos alcances tienden a tener una alta au- explicaciones posibles de
tovaloración). ¿Por qué supone que sucede esto (figura 1-6)? este nexo?
Algunas personas consideran que un "autoconcepto saludable" contribuye al 10-
gro. Por lo tanto, mejorar la idea que un IÚño tiene de sí también eleva su aprovecha-
miento escolar. Con base en esto, 30 estados de la UIÚón Americana han promulgado
más de 170 estatutos para mejorar la autoestima.
Sin embargo, otras personas -entre ellos los psicólogos William Damon (1995),
Robyn Dawes (1994), Mark Leary (1998), Martin Seligman (1994) y Roy Baumeister y
sus colaboradores (2003)--, dudan de que la valoración personal sea realmente "la ar-
madura que protege a los niños" de un bajo alcance (o del abuso de drogas y de la de-
lincuencia). Tal vez suceda a la inversa: los problemas y fracasos provocan una baja
autoestima. Quizá ésta, con frecuencia, refleja la realidad respecto de cómo nos va. Po-
dría ser que aquélla aumenta a partir de los logros difíciles de alcanzar. Haga las cosas
bien y se sentirá bien consigo mismo; no haga nada y fracase, y se sentirá como un
24 Introducción a la psicología social

figura 1-6
Correlación y
causalidad.
Cuando dos variables se
correlacionan, cualquier
combinación de tres
explicaciones es posible.

tonto. Un estudio realizado entre 685 niños noruegos en edad escolar sugiere que su
nombre en el cuadro de honor, con una tira de estrellas doradas, así como los elogios de
un profesor al que admiran, pueden aumentar su propia valoración personal (Skaalvik
y Hagtvet, 1990). También es posible que la autoestima y el logro estén vinculados por-
que están relacionados con la inteligencia subyacente y el nivel social de la familia. -
Esa posibilidad surgió de dos estudios: uno en una muestra de 1 600 jóvenes de
todo Estados Unidos, y otra en 715 muchachos de Minnesota (Bachman y O'Malley,
1977; Maruyama y cols., 1981). Cuando los investigadores eliminaron estadística-
mente los efectos de la inteligencia y del nivel social familiar, la correlación entre la
autoestima y el logro se esfumó .
. Técnicas correlacionales avanzadas pueden sugerir relaciones de causa-efecto. Las
correlaciones atrasadas revelan la secuencia de hechos (por ejemplo, al indicar si el cam-
bio en el aprovechamiento precede o sigue con mayor frecuencia a la modificación de
la autoestima). Los investigadores también pueden usar técnicas estadísticas que re-
velan la influencia de variables" confusas", como sucedió cuando la correlación entre
la autoestima y el logro desapareció, después de eliminar la inteligencia y el nivel so-
cial de la familia (entre las personas con inteligencia y nivel social similares, la relación
entre estos elementos fue mínima). El equipo de investigación escocés se preguntó si
el nexo entre la posición socioeconómica y la longevidad podría sobrevivir ante la re-
moción del efecto del tabaquismo, el cual es ahora mucho menos común entre los in-
dividuos con un estatus social alto. Y lo hizo, lo que sugirió que algunos otros
factores, como un alto nivel de estrés y una baja sensación de control, también expli-
can la mayor mortalidad de los pobres.
Entonces la gran fuerza de la investigación correlacional reside en que tiende a
ocurrir en ambientes reales, en los que podemos examinar factores como raza, géne-
ro y estatus social, los cuales no pueden ser manipulados en el laboratorio. Su gran
desventaja radica en la ambigüedad de los resultados. Este punto es tan importante
que, incluso, si no logra impresionar a las personas las primeras 25 veces que lo es-
cuchan, vale la pena hacerlo por vigesimasexta vez: saber que dos variables cambian
en conjunto nos permite predecir una si conocemos la otra, pero su correlación no es-
pecifica la causa y el efecto.

Investigación de encuestas
¿Cómo medimos variables como posición social y salud? Una forma consiste en en-
cuestar muestras representativas de individuos. Los investigadores que utilizan este
Introducción a la psicología social capítulo 1 25

Hasta los sondeos de salida


requieren una muestra
aleatoria (y, por lo tanto,
representativa) de votantes.

recurso obtienen un grupo representativo al tomar una muestra aleatoria; es decir, una muestra aleatoria
en la que cada persona de la población estudiada tiene la misma probabilidad de ser incluida. Procedimiento de encuesta
Con este procedimiento, cualquier sub grupo de individuos (rubios, corredores, libera- en el que cada persona de
les) propenderá a estar representado en la encuesta en la medida en que se encuentren la población tiene la
representados en la población total. misma oportunidad de ser
Es sorprendente que, sin importar si encuestamos personas en una ciudad o en incluida.
todo un país, 1 200 participantes seleccionados de manera aleatoria nos permitan des-
cribir a la población completa con un margen de error de tres puntos porcentuales, o
menos, y con una confiabilidad de 95 por ciento. Imagine un enorme frasco lleno de
frijoles, en el que 50 por ciento son rojos y 50 por ciento blancos. Tome una muestra
aleatoria de 1 200 Y tendrá una certeza de 95 por ciento de obtener entre 47 y 53 por
ciento de frijoles rojos, sin importar si el frasco contiene diez milo cien millones de fri-
joles. Si pensamos que los granos rojos son los partidarios de un candidato presiden-
cial y que los blancos son los seguidores de otro aspirante, podemos entender por qué
desde 1950 las encuestas de Gallup -que se llevan a cabo precisamente antes de las
elecciones nacionales de Estados Unidos- han diferido de los resultados de las elec-
ciones en menos de 2 por ciento en promedio. Así como unas cuantas gotas de sangre
pueden proporcionar información de todo el cuerpo, de la misma manera una mues-
tra aleatoria puede hacerlo en nombre de toda una población.
Tenga presente que las encuestas no predicen las votaciones de manera literal; úni-
camente describen la opinión pública en el momento en que se realizan, y ésta puede
cambiar. Para evaluar encuestas también debemos tener presentes cuatro influencias
que pueden provocar sesgos: las muestras no representativas, el orden de las pregun-
tas, las opciones de respuesta y la redacción de las preguntas.
Muestras no representativas El tamaño de la muestra no es lo único importante en
una encuesta, sino también qué tanto representa ella a la población que se estudia. En
1984, la columnista Ann Landers aceptó el reto que le propuso el redactor de una carta
~e sondear a sus lectoras respecto de si las mujeres consideran que el afecto es más
unportante que el sexo. Ella preguntó: ¿Se sentiría contenta si la abrazaran y trataran
11

con ternura, y se olvidaran' del acto'?" De más de cien mil mujeres que respondieron,
7~ por ciento dijo que sí. A continuación surgió una avalancha de publicidad interna-
Clonal. En respuesta a las críticas, Landers (1985, p. 45) aseguró que "probablemente
26 Introducción a la psicología social

la muestra no sea representativa de todas las mujeres estadounidenses; sin embargo,


proporciona conocimientos verdaderos y valiosos de un sector del público. Esto se
debe a que mi columna la leen personas de todos los estratos de la sociedad, aproxi-
madamente 70 millones". Sin embargo, uno se pregunta: ¿son esos 70 millones de lec-
tores representativos de toda la población? ¿Y la participación de uno de cada 700
lectores es representativa de los 699 de cada 700 que no lo hicieron?
La importancia de la representatividad se demostró de manera efectiva en 1936,
cuando una revista semanal de noticias, Literary Digest, que se dio a la tarea de son-
dear las elecciones presidenciales, envió una tarjeta postal a diez millones de esta-
dounidenses. De acuerdo con los más de dos millones que respondieron, AH Landon
ganó por una gran mayoría a Franklin D. Roosevelt. Cuando días después se conta-
ron los votos reales, Landon había ganado únicamente en dos estados. La revista sólo
había enviado la encuesta a personas cuyos nombres se obtuvieron de los directorios
telefónicos y de los registros de automóviles, con lo cual se omitió a todos aquellos
que no podían pagarlos (Cleghorn, 1980).
Orden de las preguntas Con una muestra representativa, también debemos enfren-
tar otras fuentes de sesgo, como el orden en el que se plantean las preguntas. Cuando
se inquirió a estadounidenses si "debía permitirse que el gobierno japonés impusiera
límites a las cantidades que la industria de la Unión Americana podía vender en aquel
país", la mayoría respondió que no (Schuman y Ludwig, 1983). De manera simultá-
nea, dos terceras partes de una muestra equivalente respondieron afirmativamente a
la misma pregunta, porque primero se les inquirió si "debía permitirse que el go-
bierno estadounidense impusiera límites a las cantidades que la industria japonesa
podía vender en su país". La mayoría de estas personas indicó que Estados Unidos te-
nía derecho a limitar sus importaciones. Para ser consistentes, después dijeron que Ja-
pón debería contar con el mismo privilegio.
Opciones de respuesta Considere también los impresionantes efectos de las opcio-
nes de respuesta. Cuando JooP van der Plight y sus colaboradores (1987) les pregun-
taron a los votantes ingleses qué porcentaje de la energía nuclear británica deseaban
que proviniera de la potencia nuclear, la preferencia promedio fue de 41 por ciento. A
otros les preguntaron qué porcentaje deseaban que proviniera de 1) fuentes nucleares,
2) del carbón, 3) otras fuentes. La preferencia promedio por la energía nuclear fue de
21 por ciento.
Un efecto similar ocurrió cuando Howard Schuman y Jacqueline Scott (1987) les
preguntaron a los estadounidenses: "¿cuál cree usted que sea el problema más im-
portante que enfrenta su país en la actualidad: la escasez de energía, la calidad de las
escuelas públicas, la legalización del aborto o la contaminación? Si lo prefiere, puede
nombrar un tema diferente como el más importante". Con estas opciones, 32 por
ciento respondió que la calidad de las escuelas públicas era la situación más urgente.
A otras personas les inquirieron sencillamente: "¿cuál cree usted que sea el problema
más importante que enfrenta su país en la actualidad?" Sólo 1 por ciento mencionó a
las escuelas. Por lo tanto, recuerde: la forma en que se plantea la pregunta puede
guiar la respuesta.
Redacción de las preguntas La redacción precisa de las preguntas también puede in-
fluir en las respuestas. Una encuesta encontró que sólo 23 por ciento de los estado-
unidenses creía que su gobierno estaba gastando demasiado "en ayuda para los
pobres". Sin embargo, 53 por ciento pensaba que se invertían muchos recursos "en be-
neficencia" (Time, 1994). De la misma forma, la mayoría de la gente está en favor de
cortar la "ayuda extranjera" e incrementar los gastos "para auxiliar a las personas con
hambre en otras naciones" (Simon, 1996). Hasta los cambios sutiles en el tono de una
Introducción a la psicología social capítulo 1 27

El Laboratorio de
Servicios de Encuestas de
SRC, en el Instituto de
Investigaciones Sociales
de la Universidad de
Michigan, posee cubículos
de entrevistas con
estaciones de monitoreo.
El personal y los
visitantes deben firmar un
compromiso para
conservar la estricta
confidencialidad de todas
las entrevistas.

pregunta pueden tener efectos importantes (Krosnick y Schuman, 1988; Schuman y


Kalton, 1985).
"Prohibir" algo puede ser similar a "no permitirlo". Pero en 1940, 54 por ciento de
los estadounidenses dijo que su país debía "prohibir" los discursos en contra de la de-
mocracia, mientras que 75 por ciento dijo que "no debería permitirlos". Y a finales de
2003 una encuesta nacional reveló que 55 por ciento de esas personas estaba en favor
de una enmienda constitucional que "permitiera que el matrimonio se realizara úni-
camente entre un hombre y una mujer", mientras que en un estudio simultáneo, única-
mente 40 por ciento apoyaba "una enmienda que prohíba el matrimonio entre
homosexuales" (Moore, 2004). Las preguntas de las encuestas constituyen un asunto
muy delicado; aun cuando la gente diga que está segura sobre un terna, la forma y re-
dacción de una pregunta pueden afectar su respuesta.
Los efectos del orden, las respuestas y la redacción permiten que los manipulado-
res políticos utilicen encuestas para mostrar apoyo público a sus ofrecimientos. Los
consultores, publicistas y médicos pueden tener inferencias desconcertantes similares
sobre nuestras decisiones, por la forma en que "encuadran" nuestras opciones. No
nos sorprende que el Comité Estadounidense de la Carne objetara en 1994 una nueva Los investigadores de
encuestas deben ser sensibles
ley de etiquetas de alimentos que obliga a declarar que la carne de res molida, por a los sesgos sutiles y a los no
ejemplo, tiene "30 por ciento de grasa", en lugar de "70 por ciento de carne limpia y tan sutiles.
30 por ciento de grasa". . DOONESBURY © G. B. Trudeau.
La moraleja es: la forma en que se expresan las opciones puede hacer una gran di- Reproducido con licencia de
Universal Press Syndicate. Todos
ferencia. La historia habla de un sultán que soñó que perdía todos sus dientes. Con- los derechos reservados.

DOONESBURY por Garry Trudeau


Bueno, francamente creo que En realidad, Mike, ésa es Bueno,
'!IJJ bjen, una última pregunta. existen demasiadas. Además,
una idea errónea. En una supongo que
'Que es lo que generalmente pienso que a menudo se yo podría
I piensa acerca de las convierten en profecías encuesta reciente, 93~. de
1 encuestas?" autorrealizadas. La gente no los consultados indicaron estar
puede evitar verse que estos estudios no equivocado ...
I Influida por ellas.
/
afectan sus opiniones.
"-.
I
28 Introducción a la psicología social

vocado a darle un significado al sueño, el primer intérprete dijo: "¡Caramba! Los dien-
tes perdidos significan que usted verá morir a los miembros de su familia". Enfure-
cido, el rey ordenó 50 azotes para este portador de malas noticias.
Cuando un segundo intérprete escuchó el sueño, explicó la buena fortuna del sul-
tán: "¡Usted sobrevivirá a toda su familia!" Reconfortado, el rey ordenó a su tesorero
que trajera 50 piezas de oro para el portador de buenas noticias.
En el camino, el desconcertado tesorero le dijo al segundo adivinador: "su interpre-
En una ocasión, un joven tación no difirió de la que hizo el primer convocado" . "Ah, sí -replicó sabiamente-,
monje fue reprendido pero recuerde: lo que importa no es solamente lo que usted dice, sino cómo lo dice" .
cuando preguntó si podía
fumar mientras oraba. INVESTIGACiÓN EXPERIMENTAL: BÚSQUEDA
"Plantea una pregunta DE CAUSA Y EFECTO
diferen te -le aconsejó un
Es casi imposible discernir causa y efecto entre hechos correlacionados de manera na-
amigo- : pregunta si
puedes orar mientras tural, lo que impulsa a la mayoría de los psicólogos sociales a crear simulaciones de
fuma s". (Crossen, 1993) laboratorio de los procesos cotidianos, siempre que esto sea posible y ético. Estas re-
presentaciones son bastante parecidas a los túneles aeronáuticos de viento. Los inge-
nieros aeronáuticos no comienzan observando la forma como los objetos voladores
funcionan en una amplia variedad de ambientes naturales. Las variaciones de las con-
diciones atmosféricas y de los objetos voladores son tan complejas que con seguridad
les sería difícil organizar y utilizar este tipo de datos para diseñar mejores aeronaves.
En cambio, construyen una realidad simulada que está bajo su control. Entonces, pue~
den manipular las condiciones del viento y observar el efecto exacto sobre estructuras
específicas de las alas.

Control: manipulación de variables


De la misma forma que los ingenieros aeronáuticos, los psicólogos sociales experi-
mentan construyendo situaciones sociales que simulan características importantes de
variable la vida diaria. Al variar sólo uno o dos factores a la vez -llamados variables inde-
indepen diente pendientes-, el experimentador determina la forma precisa en que los cambios nos
Factor experimental que afectan. Así como el túnel de viento ayuda al ingeniero a descubrir los principios de
manipula un investigador. la aerodinámica, el experimento permite que el psicólogo social descubra los princi-
pios del pensamiento, la influencia y las relaciones sociales. La finalidad última de las
simulaciones en el túnel de viento es comprender y predecir las características de
vuelo de aeronaves complejas. Los psicólogos sociales experimentan para compren-
der y predecir comportamientos humanos complicados. Buscan entender por qué la
conducta varía entre la gente, las situaciones y en el tiempo.
Históricamente, estos especialistas han utilizado el método experimental en cerca
de tres cuartas partes de sus estudios de investigación (Higbee y cols., 1982), Y dos de
cada tres estudios se han realizado en el laboratorio (Adair y cols., 1985). Para ilustrar
estos experimentos, considere dos que tipifican investigaciones de capítulos posterio-
res sobre el prejuicio y la agresión. Cada uno sugiere posibles explicaciones causa-
efecto de hallazgos correlacionales.
El primero se refiere al prejuicio contra las personas obesas. La gente suele perci-
bir a los obesos como lentos, flojos y torpes (Ryckman y otros., 1989). ¿Estas actitu-
des producen discriminación? Con el deseo de descubrirlo, Steven Gortmaker y sus
colegas (1993) estudiaron a 370 personas con sobrepeso, de entre 16 y 24 años de
edad. Cuando los analizaron siete años después, dos terceras partes de las mujeres
continuaban siendo obesas y presentaban menos probabilidades de estar casadas y
de ganar salarios elevados, frente a un grupo comparativo de otras cinco mil muje-
res. Incluso, después de hacer una corrección por cualquier diferencia en las puntua-
ciones de una prueba de aptitudes, raza e ingresos de los padres, los ingresos anuales
de las obesas eran de siete mil dólares por debajo del promedio.
Introducción a la p sicología social capítulo 1 29

~a corrección de ciertos factores hace parecer que la discriminación podría explicar


el nexo entre la obesid ad y una posición social menor. Pero no podemos estar seguros.
(¿Puede pensar en otras posibilidades?). Los psicólogos sociales Mark Snyder y Julie
Haugen (1994, 1995) les pidieron a 76 estudiantes varones de la Universidad de Min-
nesota que platicaran por teléfono con alguna de las 76 alu mnas. A cada uno se le
mostró una fotografía de quien se les dijo era su compañera de conversación. A la mi-
tad se les mostró una mujer obesa (no a la compañera real), y a la otra mitad una mu-
jer de peso normal. En una parte del experimento se les pidió a los hombres que se
formaran una impresión de las características de su interlocutora. Análisis posteriores
sobre la conversación de las mujeres revelaron que cuando ellas estaban siendo eva-
luadas, hablaban con menor calidez y alegría si se suponía que tenían sobrepeso. Evi-
dentemente, las creencias de los hombres los condujeron a comportarse de una forma
que provocó que sus compañeras supuestamente gordas confirmaran la idea de que
eran indeseables. El prejuicio y la discriminación tuvieron su efecto . Recordando el
efecto de las actitudes de la madrastra del cuento que citamos, quizás podríamos de-
nominar a esto el efecto de Cenicienta" .
11

Como un segundo ejemplo de cómo los experimentos aclaran las causas, considere
la correlación entre ver la televisión y el comportamiento de los niños. Los que ven
muchos programas violentos tienden a ser más agresivos que aquellos que ven me-
nos. Esto sugiere que los infantes podrían aprender de lo que observan en la pantalla.
Espero que reconozca que se trata de un hallazgo correlacional. La figura 1-6 nos re-
cuerda que existen otras dos interpretaciones de causa y efecto que no implican a la
televisión como la causa de la agresión de los niños. (¿Cuáles son?)
Los psicólogos sociales han llevado el comportamiento derivado de ver la televi-
sión al laboratorio, donde controlan la cantidad de violencia que ven los niños. Al ex-
ponerlos a programas violentos y pacíficos, los investigadores pueden observar la
manera en que la cantidad de agresividad afecta el comportamiento. Chris Boyatzis y
sus colegas (1995) mostraron a algunos niños de escuela primaria, pero no a otros, un
variable
episodio de "Power Rangers", el programa infantil de televisión más popular -y vio-
dependiente
lento- de la década de los noventa. Inmediatamente después de verlo, los infantes Variable que se mide. Se
cometieron siete veces más actos agresivos en intervalos de dos minutos que aquellos llama así porque puede
a los que no se los hicieron ver. Los actos agresivos observados se denominan varia- depender de la
ble dependiente. Este tipo de experimentos implica que la televisión puede ser una manipulación de la
causa del comportamiento agresivo de los niños . . variable independiente.

¿Observar violencia en la
televisión o en otros medios
conduce a la imitación,
especialmente entre los
niños? Los experimentos
sugieren que sí.
30 Introducción a la psicología social

tabla 1-1 Ident~ficación de correlaciones e investigación experimental

Hasta ahora hemos visto que la lógica de la experimentación es sencilla: al crear y


controlar una realidad a escala podemos variar un factor y luego otro, y descubrir
cómo éstos -separados o en combinación- afectan a las personas. Profundicemos
un poco más y veamos cómo se realiza un experimento.
Todos los experimentos sociopsicológicos tienen dos ingredientes esenciales. Sólo
hemos considerado uno: el control. Manipulamos una o dos variables independientes
mientras tratamos de mantener constante todo lo demás. El otro ingrediente es la asig-
nación aleatoria.

Asignación aleatoria: el gran compensador


Recuerde que estábamos reacios, con base en una correlación, a suponer que la obesi-
dad causa menor posición social (a .través de la discriminación), o que la observación
de violencia causa agresividad (para más ejemplos, véase la tabla 1-1). Un investiga-
asignación aleatoria dor de encuestas podría medir y extraer estadísticamente otros posibles factores per-
Proceso de asignar a los tinentes, y ver si las correlaciones sobreviven. Pero nunca es posible controlar todos
participantes a las los factores que distinguen a los obesos de los que no lo son, y a los observadores de
condiciones de un violencia de los no observadores. Quizás los consumidores de violencia difieren en su
experimento, de tal forma educación, cultura, inteligencia, o en docenas de maneras que el investigador no ha
que todos los individuos considerado.
tengan las mismas De un golpe, la asignación aleatoria elimina todos estos factores extraños. Con la
probabilidades de entrar a asignación aleatoria, cada persona tiene las mismas probabilidades de observar la vio-
una condición específica lencia o de no hacerlo. Así, los individuos en ambos grupos promediarían, en cada as-
(observe la diferencia pecto concebible -posición familiar, inteligencia, educación, agresividad inicial-,
entre la asignación
aproximadamente lo mismo. Por ejemplo, las personas muy inteligentes tienen las
aleatoria y el muestreo
aleatorio en encuestas. La mismas probabilidades de pertenecer a ambos grupos. Debido a que la asignación
asignación aleatoria aleatoria crea grupos equivalentes, cualquier diferencia en la agresión posterior entre
ayuda a inferir causa y los dos grupos debe tener algo que ver con el único aspecto en que difieren, es decir,
efecto. El muestreo si observaron violencia o si no lo hicieron (figura 1-7). Y debido a la asignación alea-
aleatorio sirve para hacer toria de los estudiantes de Minnesota a las condiciones de la fotografía, el comporta-
generalizaciones a una miento de las mujeres debe haberse visto influido por las creencias de los hombres
población). acerca de la obesidad.
Introducción a la psicología social capítulo 1 31

figura 1-7
Asignación
aleatoria.
Los experimentos asignan
aleatoriamente a las
personas, ya sea a una
condición que recibe el
tratamiento experimental
o a una condición de
control que no lo recibe.
Esto da al investigador la
confianza de que cualquier
diferencia posterior es
causada de alguna manera
por el tratamiento.

La ética de la experimentación
Nuestro ejemplo de la televisión ilustra por qué existen aspectos éticos en algunas prue-
bas. Los psicólogos sociales no expondrían, durante largos periodos, a un grupo de ni-
ños a una violencia brutal. En su lugar, alteran brevemente la experiencia social de las
personas y observan sus efectos. En ocasiones el tratamiento experimental es una expe-
riencia inocua, incluso agradable, para la cual las personas dan su consentimiento. No
obstante, algunas veces los investigadores llegan a operar en un área no muy clara en-
tre lo inocuo y lo riesgoso.
. A menudo los p'sicólogos sociales se aventuran en esa área ética no muy clara,
cuando diseñan experimentos que implican pensamientos y emociones intensos. Las
pruebas no necesitan tener lo que Elliot Aronson, Marilynn Brewer y Merrill Carls-
mith (1985) llaman realismo mundano; es decir, el comportamiento en el laboratorio realismo mundano
(por ejemplo, aplicar choques eléctricos como parte de un experimento sobre agre- Grado en que el
sión) no tiene que ser literalmente igual al cotidiano. Para muchos investigadores este experimento se asemeja de
tipo de realismo es, de hecho, mundano, sin importancia. Pero el experimento debe te- manera superficial a las
ner realismo experimental, es decir, debe absorber e involucrar a los participantes. situaciones de la vida
Los investigadores no desean que la gente actúe conscientemente o que finja; quieren cotidiana.
provocar procesos psicológicos reales. Obligar a las personas a elegir si aplican un
realismo
choque eléctrico intenso o leve, por ejemplo, puede ser una medida realista de la agre- experimental
sión. Funcionalmente, simula la agresión real. Grado en que un
El logro de un realismo experimental a veces requiere que se engañe a los partici- experimento absorbe e
pantes con una historia verosímil. Si la persona en la habitación contigua en realidad involucra a sus
no está recibiendo los choques, el experimentador no desea que ellos lo sepan; esto aca-
baría con el realismo necesario para la prueba. Por lo tanto, aproximadamente una ter- engaño
cera parte de los estudios sociopsicológicos (aunque el número tienda a disminuir) ha Situación que ocurre en la
empleado el engaño en su búsqueda de la verdad (Korn y Nicks, 1993; Vitelli, 1988). investigación al darse
Los investigadores también ocultan sus predicciones para que los participantes, en información errónea o
su empeño por ser "buenas personas", no hagan lo que se espera de ellos, o actuando confusa a los participardes
de manera irascible realicen lo opuesto. Nos asombra poco, según el profesor ucra- sobre los métodos y
niano Anatoly Koladny, que 15 por ciento de un grupo de ucranianos encuestados se propósitos del estudio.
haya declarado "religioso" durante el comunismo soviético en 1990, cuando la reli-
características
gión era reprimida por el gobierno, y que 70 por ciento se declarara "religioso" en la
de la demanda
época posterior al comunismo, en 1997 (Nielsen, 1998). De forma sutil, también las pa- Indicios en un
labras, el tono de voz y los gestos del experimentador pueden producir respuestas de- experimento que le
seadas. Para disminuir este tipo de características de la demanda -indicios que señalan al participante
parecen "pedir" ciertos comportamientos-, los investigadores suelen estandarizar qué comportamiento se
sus instrucciones y hasta llegan a utilizar una computadora para presentarlas. espera de el
32 Introducción a la psicología social

Con frecuencia, los experimentadores caminan por la cuerda floja al diseñar prue-
bas que implicarán aspectos de tipo ético. Creer que se lastima a alguien o estar sujeto
a una fuerte presión social para comprobar si cambia la opinión de usted o su com-
portamiento puede resultar incómodo de manera temporal. Este tipo de pruebas hace
surgir la vieja cuestión de si el fin justifica los medios. Los engaños de los psicólogos
sociales suelen ser de corta duración y benignos, comparados con muchas falsedades
de la vida real, y hasta con algunos programas de televisión como Candid Camera y
"reality shows". Aun con esto, ¿los conocimientos que se obtienen justifican engañar
y, en ocasiones, angustiar a la gente?
Actualmente, los comités de ética de las universidades revisan la investigación so-
ciopsicológica para asegurar que se trate humanamente a las personas. Los principios
éticos desarrollados por la American Psychological Association (2002), la Canadian
Psychological Association (2000) y la British Psychological Society (2000) incitan a los
investigadores a:

• Informar a los probables participantes acerca del experimento, para permitirles


consentimiento su consentimiento informado.
informado • Ser veraces. Que utilicen el engaño sólo si es esencial y si está justificado por
Principio ético que un propósito importante, y no "sobre aspectos que podrían afectar su voluntad
requiere que los para colaborar".
participantes de una
investigación reciban • Proteger a las personas de daños y de incomodidades significativas.
información suficiente que • Tratar confidencialmente la información de los participantes.
les permita elegir si • Hacer indagación con las personas. Explicarles de forma completa la prueba,
desean o no participar. una vez que ha terminado, y también cualquier engaño. La única excepción a
esta regla se aplica cuando la retroalimentación sería angustiante, por
indagación
En psicología social,
ejemplo, al provocar que la gente se dé cuenta de que ha sido estúpida
explicación o cruel.
posexperimental" de un
estudio que se da a sus El experimentador debe ser lo suficientemente informativo y considerado para que
participantes. La los participantes se sientan por lo menos tan bien como cuando llegaron allaborato-
indagación suele rio. Mejor aún, éstos deben ser recompensados al haber aprendido algo sobre la natu-
involucrar algún engaño, raleza de la exploración psicológica. Si son tratados de manera respetuosa, a pocos de
e implica cuestionar a los ellos les importa haber sido engañados (Epley y Huff, 1998; Kirnmel, 1998). De hecho,
participantes respecto de según los defensores de la psicología social, los profesores provocan mucha mayor
su comprensión y ansiedad y malestar cuando aplican y devuelven exámenes, que los investigadores en
sentimientos.
sus experimentos.

GENERALIZACiÓN DEL LABORATORIO


A LA VIDA REAL
Tal como lo ejemplifica la investigación sobre los niños, la televisión y la violencia, la
psicología social mezcla la experiencia cotidiana con el análisis de laboratorio. A lo
largo de este libro haremos lo mismo al obtener nuestros datos principalmente del la-
boratorio y nuestros ejemplos básicamente de la vida. La psicología social muestra
una interacción entre la investigación de laboratorio y la vida cotidiana. Las corazo-
nadas obtenidas de la experiencia cotidiana a menudo inspiran los trabajos de labo-
ratorio, lo cual mejora la comprensión de nuestra cotidianidad.
Esta interacción aparece en el experimento de la televisión infantil. Lo que la gente
observó en la vida cotidiana sugirió la investigación experimental. Quienes hacen las
políticas en las cadenas televisoras y en el gobierno, quienes tienen el poder para ha-
cer cambios, ahora están conscientes de los resultados. La consistencia de los hallaz-
gos sobre los efectos de la televisión -en el laboratorio y en el campo- también se
Introducción a la psicología social capítulo 1 33

presenta en la investigación de muchas otras áreas, entre las que se incluyen los estu-
dios sobre el comportamiento de ayuda, el estilo de liderazgo, la depresión y la auto-
eficacia. Los efectos que se observan en el laboratorio son reflejos de los efectos en el
campo. "El laboratorio de psicología generalmente ha producido verdades psicológi-
cas más que trivialidades", señalaron Craig Anderson y sus colegas (1999).
Sin embargo, necesitamos ser precavidos al universalizar lo que pasa ahí hacia la
vida real. Aunque el laboratorio revela dinámicas básicas de la existencia humana, no
deja de ser una realidad simplificada y controlada. Nos indica qué efectos esperar de
la variable X, si lo demás permanece igual, lo que nunca sucede en la realidad. Ade-
más, como verá, los participantes de muchos experimentos son estudiantes universi-
tarios. Aunque esto puede ayudar a que usted se sienta identificado con ellos, los
alumnos difícilmente constituyen una muestra aleatoria de toda la humanidad.¿Ob-
tendríamos resultados similares con personas de diferentes edades, niveles de escola-
ridad y culturas? Ésta es siempre una pregunta abierta.
Sin embargo, podemos hacer una distinción entre el contenido del pensamiento y
los actos de las personas (por ejemplo, sus actitudes) y el proceso por medio del cual
piensan y actúan (por ejemplo, cómo las actitudes afectan los actos y a la inversa). El
. contenido varía más de una cultura a otra en relación a cómo lo hace el proceso. La
gente de diversas culturas puede tener distintas opiniones, aunque éstas se formen de
manera similar. Por ejemplo:

• Universitarios de Puerto Rico reportan sentir mayor soledad que estudiantes


de Estados Unidos. Sin embargo, en ambas culturas los ingredientes de la
soledad son bastante similares: timidez, una finalidad incierta en la vida, baja
autoestima (Jones y otros, 1985).
• Grupos étnicos difieren en el logro escolar y la delincuencia, pero las
diferencias "no van más allá de lo que se ve", reportan David Rowe y sus
colegas (1994). En la magnitud en que la estructura familiar, la influencia de los
semejantes y la educación paterna predicen la realización o la delincuencia en
un grupo étnico, igual sucede en otras agrupaciones.

Nuestro comportamiento puede ser diferente, pero estamos influidos por las mismas
fuerzas sociales.

Los psicólogos sociales organizan sus es una información valiosa, pero prácti- Resumen
ideas y hallazgos en teorías. Una buena camente no indica lo que causa.
teoría reúne un conjunto de hechos en Cuando es posible, los psicólogos so-
una lista más breve de principios predic- ciales prefieren realizar experimentos
tivos. Podemos utilizar esas prediccio- que exploren causa y efecto. Al construir
nes para confirmar o modificar la teoría una realidad a escala -la cual está bajo
para generar nuevas investigaciones y su control-, pueden variar una cosa y
sugerir aplicaciones prácticas. después otra, y descubrir la manera en
La mayor parte de la investigación en que, separadas o en combinación, afectan
l?sicología social es de tipo correlacional el comportamiento. Asignamos aleatoria-
o experimental. Los estudios correlacio- mente a los participantes a una condición
nales, que en ocasiones se realizan con experimental, la que recibe el tratamiento
xpétodos sistemáticos de encuestas, reve- experimental, o a una condición control,
lan la relación entre variables, por ejem- que no lo recibe. Entonces podemos atri-
plo, entre la cantidad de educación y la buir cualquier diferencia resultante entre
cantidad de ingresos. Saber que dos co- las dos condiciones a la variable inde-
~ están relacionadas de manera natural pendiente (figura 1- 8).
34 Introducción a la psicología social

figura 1-8
Dos métodos para Para crear experimentos, en ocasiones los psicólogos sociales establecen situacio-
hacer investigación: nes que involucran las emociones de las personas. Al hacerlo están obligados a seguir
correlacional y lineamientos éticos profesionales, como la obtención del consentimiento informado
experimental. del individuo, protegerlo de daños e informarle después, de manera completa, sobre
cualquier engaño temporal. A través de los experimentos de laboratorio, los psicólo-
gos sociales pueden poner a prueba ideas surgidas de la experiencia de la vida, y des-
pués aplicar los principios y hallazgos al mundo real.

Post scriptum personal: Por qué escribí este libro

Concluyo cada capítulo


15 Escribí este texto con mucho entusiasmo para darle a usted, y esperando
que reciba con el mismo gusto, principios poderosos de la psicología social,
forjados con esfuerzo. Creo que tienen el poder de expandir su mente y enriquecer
con una breve reflexión su vida. Si al terminar de leer el libro usted tiene mejores habilidades de pensa-
personal acerca de la miento crítico y una mayor comprensión de la manera en que nos percibimos y afec-
importancia humana de la tamos unos a otros, así como por qué en ocasiones nos agradamos, amamos y
psicología social. Después, ayudamos, y en otras nos desagradamos, odiamos y dañamos, entonces seré un au-
lo invito a que haga sus
tor satisfecho y usted -confío-, un lector recompensado.
propias reflexiones.
Escribo con lo que espero sea una pasión disciplinada, sabiendo que muchos lecto-
res se encuentran en el proceso de definir las metas de su vida, su identidad, valores
y actitudes. El novelista Chaim Potok recuerda que su madre lo incitaba a olvidarse
de escribir: "conviértete en un cirujano del cerebro. Evitarás que muchas personas
mueran; ganarás mucho más dinero" . Potok respondió: "mamá, no quiero evitar que
la gente muera; quiero enseñarle cómo vivir" (citado en Peterson, 1992, p. 47).
Muchas de las personas que enseñamos y escribimos acerca de la psicología esta-
mos impulsados no sólo por el amor de entregar esta disciplina, sino también por el
deseo de ayudar a que los estudiantes tengan una vida mejor, es decir, ~on mayor sa-
biduría, más realizados y más compasiva. En esto nos parecemos a los profesores y es-
critores de otros campos. "¿Por qué escribimos?", preguntó el teólogo Robert McAfee
Brown. "Propongo que más allá de todas las recompensas ... escribimos porque queremos
cambiar las cosas. Escribimos porque tenemos esta [convicción de que] podemos mar-
car la diferencia. La 'diferencia' puede ser una nueva percepción de la belleza, un
nuevo logro de autocomprensión, una nueva experiencia de alegría o la decisión de
unirse a la revolución" (citado en Marty, 1988). De hecho, escribo esperando hacer mi
Introducción a la psicología social capítulo 1 35

parte para restringir a la intuición con el pensamiento crítico, depurar la tendencia a


juzgar con la compasión y reemplazar la ilusión por comprensión.

¿Usted qué piensa?


Tómese un minuto para reflexionar cómo la psicología social podría relacionarse con
su vida. ¿Existen situaciones en las que le gustaría afinar su intuición social? ¿Obtener
amigos o influir en las personas? ¿Cambiar la dirección de la hostilidad de los demás
hacia una comprensión empática?

La conexión social
Conforme lea este libro encontrará muchos vínculos interesantes: víncu-
los entre el trabajo de un investigador y otros temas de psicología social;
vínculos entre un concepto analizado en un capítulo y en otros capítulos.
Además, observará que muchos conceptos que se introdujeron en capítulos ante-
riores se vinculan con nuestra vida cotidiana. Algunos de estos conceptos de psicolo-
gía social también pueden aplicarse en la psicología clínica, el tribunal y el cuidado de
nuestro ambiente. Estas aplicaciones aparecen a lo largo del libro, y particularmente
en la parte 4: Aplicaciones de la psicología social.
Por lo tanto, observe cada uno de estos vínculos, con el trabajo de los investigado-
res, con otros temas de la psicología social y con sus aplicaciones a la vida cotidiana.

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