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PILOERECCIÓN, POR QUÉ SE NOS PONE

LA PIEL DE GALLINA?
La piloerección, popularmente conocida como tener la piel de gallina, es una reacción de nuestro
organismo –en concreto del sistema nervioso simpático–, que consiste en que el vello se eriza y la piel
adquiere un aspecto granulado –similar al que presenta la piel de las aves tras ser desplumadas, de ahí
su nombre–, y que se produce a consecuencia de una bajada brusca de temperatura, pero también
cuando experimentamos emociones intensas. El reflejo piloerector es una contracción involuntaria de
los músculos erectores de los folículos pilosos, que se activa ante el frío o a consecuencia del miedo
que nos provoca una situación de peligro (real o imaginario), u otro tipo de emociones intensas, que se
pueden desencadenar por ejemplo al escuchar música o contemplar determinadas imágenes, o en
presencia de un ser querido. Se trata de una respuesta fisiológica que compartimos con otros animales,
como el gato, al que también se le erizan los pelos, en su caso cuando se siente amenazado.

¿CUÁL ES LA FUNCIÓN DE LA PILOERECCIÓN O PIEL DE GALLINA?


Las funciones principales de la piloerección son intimidar al adversario –el gato al erizarse puede
parecer más grande y agresivo– y proteger al organismo frente a las bajas temperaturas, ya que cuando
nos exponemos al frío y el vello se eriza, al contraerse los músculos erectores se crea una capa de aire
alrededor del cuerpo que lo protege del frío.

Sin embargo, en el caso de los seres humanos no parece que la piel de gallina resulte un método de
defensa efectivo; de hecho, más bien podría servir para alertar al contrario de que estamos
aterrorizados. En cuanto a la protección frente al frío, tampoco tenemos suficiente pelo en el cuerpo
para que pueda cumplir esta función con éxito. Por ello, los científicos consideran que la piel de gallina
es un vestigio ancestral, un residuo evolutivo heredado de aquellos antepasados que sí tenían el cuerpo
cubierto de pelo, y que en la actualidad se activa sobre todo con ciertas emociones y en momentos de
tensión que hacen que segreguemos adrenalina, una hormona que además de ponernos el vello de
punta acelera nuestro ritmo cardiaco, aumenta la presión sanguínea, y puede también causarnos
temblores y sudores de manos.

LA SIESTA FORTALECE EL CEREBRO


Una siesta de una hora puede fortalecer el funcionamiento cerebral, ya que nos ayuda a "resetear" la
memoria, según ha descubierto un estudio de la Universidad californiana de Berkeley.

Una siesta de una hora puede fortalecer el funcionamiento cerebral, según ha descubierto un estudio
de la Universidad californiana de Berkeley (EE.UU.). Y es que, el sueño es necesario para eliminar los
datos almacenados en la memoria a corto plazo y dejar espacio a la nueva información.

La investigación muestra que programar el sueño en dos fases renueva la mente y, además, puede
enriquecerla. Por el contrario, cuanto más tiempo permanece despierta una persona, más se aletarga
su mente. Los mismos investigadores ya habían comprobado en estudios previos que la falta de sueño
disminuye la capacidad para retener nuevos datos en casi un cuarenta por ciento, debido a la
desactivación de regiones del cerebro que se produce durante la vigilia.
"El sueño no sólo arregla el mal de una vigilia prolongada sino que, a un nivel neurocognitivo, te sitúa
en el lugar donde estabas antes de echar una siesta", explica Matthew Walker, director de la
investigación. En el referido estudio se dividió en dos grupos a 39 adultos jóvenes sanos. A mitad de
jornada, todos ellos participaban en una tarea de aprendizaje que activa el hipocampo, una región del
cerebro que se encarga de la consolidación de la memoria y el aprendizaje.

A las dos de la tarde, uno de los grupos durmió durante 90 minutos, mientras que el otro permaneció
despierto. Posteriormente, sobre las seis de la tarde, ambos grupos llevaron a cabo una nueva ronda
de ejercicios de aprendizaje. Los que habían dormido obtuvieron mejores resultados, realizaron mejor
la prueba y aumentaron su capacidad de aprendizaje, en comparación con los que habían permanecido
despiertos durante todo el día. Las pruebas del electroencefalograma, que miden la actividad eléctrica
en el cerebro, indicaron que el proceso de refrescamiento de la memoria que se produce durante la
siesta está asociado con la fase II del sueño no REM (siglas de Rapid Eye Movements, en inglés). El sueño
de fase II es parcialmente reparador, no es suficiente para que el descanso sea considerado completo
y ocupa alrededor del 50% del tiempo de sueño en el adulto. Walker añade que se desconocía el
propósito de esta fase del sueño y que los resultados del estudio ayudan a comprender por qué los
seres humanos pasan casi la mitad de sus horas de sueño en la fase II, no REM.

PARÁLISIS DEL SUEÑO O “SUBIDA DEL MUERTO”


La parálisis del sueño, conocida popularmente como ‘subida del muerto’, entre otros nombres, es una
parasomnia que impide a la persona moverse o hablar a pesar de estar despierta, y puede provocar
alucinaciones.

La parálisis del sueño es un tipo de parasomnia que se caracteriza por la imposibilidad de realizar
movimientos o hablar a pesar de estar despierto y consciente, lo que suele generar angustia y miedo a
los afectados. La parálisis se puede producir o bien cuando la persona está a punto de quedarse
dormida, o bien al despertar, y generalmente su duración varía desde solo unos segundos hasta varios
minutos. Además, estos episodios se pueden acompañar de alucinaciones muy vívidas que llegan a
aterrorizar al que las experimenta.

Tanto es así, que la parálisis del sueño también se conoce como subida del muerto (México y otros
países de América Latina), síndrome de la bruja nocturna (Europa), la Pisadeira (Brasil), Djinn en algunos
países islámicos, e incluso Dolores Redondo, en sus famosas novelas de misterio de la Trilogía del
Baztán, hace referencia a Inguma, un demonio que inmoviliza a los que duermen, arrebatándoles el
aliento y la energía vital durante el sueño. Y es que en todos las leyendas mencionadas, y otras similares
que se repiten con este tema por todo el mundo, se habla de seres que se apoyan o sientan sobre el
durmiente, oprimiéndole el pecho, impidiendo que se mueva, y hasta causándole dificultades para
respirar. Son historias transmitidas de generación en generación, que tratan de dar una explicación
sobrenatural a la parálisis del sueño que se acompaña de visiones, denominadas alucinaciones
hipnagógicas e hipnopómpicas, y que en ocasiones son espeluznantes.

POR QUÉ SE PRODUCE LA PARÁLISIS DEL SUEÑO


Mitos y leyendas a parte, la parálisis del sueño está estrechamente vinculada al proceso fisiológico que
se produce durante la fase REM de sueño. En esta etapa es en la que soñamos, y precisamente para
evitar que nos dañemos al intentar llevar a la práctica aquello que estamos experimentando en sueños,
se activa un mecanismo conocido como atonía muscular, que impide los movimientos musculares (a
excepción del diafragma y los músculos de los ojos). Sin embargo, si la persona se despierta mientras
su cerebro permanece en estado REM, la parálisis corporal se mantiene, e incluso el individuo puede
tener alucinaciones, que cree estar viendo con sus propios ojos, a pesar de que solo están en su mente.

Como explica la Dra. Milagros Merino, coordinadora de la Unidad de trastornos neurológicos del sueño
del Hospital Universitario La Paz, de Madrid, la parálisis del sueño no tiene nada que ver con fenómenos
paranormales ni viajes astrales, y es frecuente que la sufran personas que no duermen lo suficiente y,
especialmente, aquellos con una mala calidad de descanso, o que atraviesan una etapa de su vida en la
que no duermen bien. Por ejemplo, estudiantes en época de exámenes, una novia que está preparando
su boda, personas que trabajan a turnos o hacen guardias nocturnas, como es el caso del personal
sanitario… Esta experta añade que también se trata de un problema habitual en pacientes con
narcolepsia, pero que no supone un peligro para la salud, ni tiene un tratamiento específico, salvo
controlar el factor que pueda estar provocándolo. Una de las explicaciones que se le atribuyen a las
visiones o alucinaciones es que pueden ser consecuencia de una respuesta evolutiva frente al peligro,
que incitaría al cuerpo paralizado a moverse ante la presencia de elementos o presencias amenazantes.
Incluso la dificultad para respirar que experimentan algunas personas, y que puede ser interpretada
por el cerebro como la acción de un ente maligno que oprime el pecho, desencadena el pánico que
impulsa al individuo a reaccionar y terminar con la parálisis.

CONSEJOS PARA PREVENIR LA PARÁLISIS DEL SUEÑO


Cuando se trata de episodios aislados de parálisis del sueño, y una vez que el individuo entiende que lo
que le sucede no es algo paranormal ni peligroso, no se le suele dar mayor importancia, pero para evitar
las molestias que puede ocasionar es posible adoptar una serie de medidas que, además de prevenir
esta parasomnia, te ayudarán a dormir mejor:

 Dormir suficientes horas, sin interrupciones, es una de las principales medidas que contribuirá
a prevenir la parálisis del sueño. Es necesario establecer un horario regular de descanso, y otras
medidas que ayuden a conciliar y mantener el sueño. Si se sufre insomnio, u otros trastornos
del sueño, se debe consultar con un especialista, y no automedicarse.
 Controlar el estrés. Estar sometido a elevados niveles de estrés de forma prolongada puede
provocar este trastorno, o agravarlo.
 No consumir productos que contengan sustancias excitantes, como la cafeína, desde horas
antes de acostarse.
 Practicar ejercicio de forma regular, pero hacerlo al menos tres horas antes de ir a dormir.
 Tratar de detectar cuáles pueden ser los factores que propician la parálisis en tu caso concreto,
y evitarlos. Por ejemplo, este fenómeno es más fácil que se produzca si duermes boca arriba,
por lo que si esa es tu costumbre, deberías intentar dormir de lado, o boca abajo.
 Recabar toda la información posible sobre las características del episodio (si ocurre antes de
quedarte dormido, o nada más despertar, cuánto tiempo dura, en qué postura dormías, qué
circunstancias similares concurren…), para poder explicárselo al médico si finalmente decides
consultar con un especialista.
 Tratamiento de la narcolepsia. La parálisis del sueño puede ser uno de los síntomas de esta
enfermedad, por lo que su correcto tratamiento es clave para reducir o evitar estos episodios.

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