201612464
Conclusión:
Por encima de la Constitución Política de la República no existe ley como
tampoco convención o tratado internacional alguno y – muchísimo menos –
entidad o acto de autoridad que lo estuviere. El tema lo deja clara y
terminantemente zanjado la propia Constitución en su artículo 204: “Los tribunales
de justicia, en toda resolución o sentencia observarán, obligadamente, el principio
de que la Constitución de la República prevalece sobre cualquier ley o tratado.”
La citada norma se refiere a todas las leyes y a todos tratados, sin excepción
alguna y, en consecuencia, incluye también a los tratados sobre derechos
humanos.
Por si quedara alguna duda piénsese que son dos las únicas formas por las
cuales la Constitución puede reformarse, una de ellas, a través de Asamblea
Nacional Constituyente y, otra, por votación calificada del Congreso de la
República (dos terceras partes del total de diputados que lo integran) y Consulta
Popular que así lo apruebe, no existiendo una tercera que sería de conformidad
con el errado planteamiento que se invoca: “A través de un tratado o convención
internacional en materia de derechos humanos”.
Parecería oportuno recordar, por otra parte, que los tratados y convenciones
internacionales en materia de derechos humanos no tienen valor alguno entre
nosotros porque sean “magistrales” o “perfectos” sino única y exclusivamente
porque nosotros, a través de nuestras autoridades, los aceptamos y los
ratificamos, inexistente tratado o convención internacional alguno, sea en esta
materia o en materia alguna, que tenga valor en Guatemala sin nuestra
aceptación y sin nuestra ratificación: Tienen valor, simple y llanamente, porque
nosotros se los damos.