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iraida vargas arenas*
arqueología,
ciencia y sociedad
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6 BOLETÍN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 14 DICIEMBRE 1986
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IRAIDA VARGAS ARENAS ARQUEOLOGIA, CIENCIA Y SOCIEDAD 7
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8 BOLETÍN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 14 DICIEMBRE 1986
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IRAIDA VARGAS ARENAS ARQUEOLOGIA, CIENCIA Y SOCIEDAD 9
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10 BOLETÍN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 14 DICIEMBRE 1986
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IRAIDA VARGAS ARENAS ARQUEOLOGIA, CIENCIA Y SOCIEDAD 11
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12 BOLETÍN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 14 DICIEMBRE 1986
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IRAIDA VARGAS ARENAS ARQUEOLOGIA, CIENCIA Y SOCIEDAD 13
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14 BOLETÍN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 14 DICIEMBRE 1986
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IRAIDA VARGAS ARENAS ARQUEOLOGIA, CIENCIA Y SOCIEDAD 15
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16 BOLETÍN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 14 DICIEMBRE 1986
En la primera, primer nivel de inferen- Por lo expuesto hasta ahora, podemos afir-
cias, comienza el desarrollo de las mismas mar que observar en arqueología implica
cuando seguimos el proceso de conversión conocer previamente qué se va a observar,
del fenómeno en información y de ésta en es decir, determinar cualitativamente el su-
dato. La segunda instancia, segundo nivel jeto de observación. Este primer nivel meto-
de inferencias, permite el análisis facilitando dológico permite acumular observaciones
la inferencia de agrupaciones significativas cualitativas y determinarlas cuantitativa-
de información. La tercera, tercer nivel de mente. Pero las observaciones en arqueolo-
inferencias, sirve para inferir las formacio- gía tienen que estar imbuidas del conoci-
nes económico-sociales. El proceso se cierra miento de que todo dato arqueológico se
con las formulaciones acerca del desarrollo manifestó en un espacio y un tiempo dados.
histórico concreto. Estas dos variables permiten establecer, para
Cada uno de estos niveles de inferencia efectos de la observación, el conocimiento
supone pasos diferenciados en el proceso del movimiento y las interacciones de cau-
de conocer, que implica en cada caso -a salidad. En consecuencia, observar datos ar-
su vez- niveles diferentes de abstracción. queológicos supone registrar las manifesta-
En la primera instancia metodológica, el ciones espontáneas de los fenómenos que,
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IRAIDA VARGAS ARENAS ARQUEOLOGIA, CIENCIA Y SOCIEDAD 17
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18 BOLETÍN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 14 DICIEMBRE 1986
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IRAIDA VARGAS ARENAS ARQUEOLOGIA, CIENCIA Y SOCIEDAD 19
perar no solamente los artefactos sino tam- aparecen en el registro arqueológico son
bién los contextos que le dan sentido a és- también rasgos; como tales, permiten cali-
tas../' (1984: 39). brar la fuerza de trabajo del grupo social,
pues su creación implica la inversión de tra-
bajo por parte del hombre sobre el ambiente
La ordenación de los datos u objeto de trabajo.
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20 BOLETÍN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 14 DICIEMBRE 1986
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IRAIDA VARGAS ARENAS ARQUEOLOGIA, CIENCIA Y SOCIEDAD 21
que objetos tísicos. Tales rasgos arqueológi- pero esas tendencias fundamentalmente del
cos poseen, sin embargo, la misma cualidad cambio social sólo pueden ser formuladas
de reflejar y responder a actividades concre- una vez que conocidos los innumerables
tas y a necesidades sociales también concre- cambios sociales se pueden establecer cuá-
tas10. les representan o tienen mayor importancia
El cambio, y su segmentación, para esta- y cuáles son determinantes.
blecer referencias temporales significativas,
constituyen el medio para poder acceder al La espacialidad
tipo y cualidades de las relaciones entre los
individuos, que es -como hemos dicho- lo A los fines del discurso, estamos analizando
que caracteriza el desarrollo de la sociedad. separadamente los elementos tiempo y es-
La dinámica del cambio, pues, está motori- pacio pero, en realidad, ambos constituyen
zada por el desarrollo de las relaciones que una unidad ¡unto con movimiento.
se manifiestan en el seno de la sociedad, Veamos como plantea Gortari (1979:
relaciones contradictorias que se expresan 119) la relación de dichos elementos: "...el
en la suma de formas sociales que confor- universo no se desenvuelve en el tiempo y
man a un grupo social, las cuales están liga- el espacio, sino que el tiempo y el espacio
das, de diversas maneras, al proceso de de- son aspectos de su desarrollo, esto es, formas
sarrollo social. de su existencia. Igualmente, el movimiento
Cada momento histórico está caracteri- es la forma fundamental que manifiesta la
zado por un conjunto particular de activida- existencia y es el meollo de su desenvolvi-
des que se realizan para producir objetos miento. El tiempo es la totalidad de las ma-
que devienen en arqueológicos y por un nifestaciones objetivas de un orden único,
conjunto específico de necesidades e impe- común y fundamental para todos los proce-
rativos de la sociedad que son satisfechos sos (...) el espacio es ese mismo conjunto
por tales objetos, de una cierta manera. Esto total de manifestaciones de la existencia,
quiere decir que los requerimientos en rela- incluidas como elementos en una serie de
ción a la producción, las necesidades de
determinado grupo van variando lo sufi-
ciente como para obligar a los individuos a
elaborar un determinado conjunto de pro-
ductos y bienes y, obviamente, a organi-
zarse y relacionarse de una manera que
puede distinguirse de la del período ante-
rior, por la producción de un nuevo con-
junto de bienes.
Estas distinciones entre períodos pueden
ser de magnitud tal que permitan definir
cuándo existen modificaciones estructurales
básicas, o pueden ser de menor intensidad
y cualidad, señalando las fluctuaciones que
caracterizan la dinámica de las relaciones
entre los individuos y sus necesidades.
Como científicos sociales nos interesa es-
tudiar los acontecimientos sociales, no en
su detalle minucioso sino las tendencias fun-
damentales y los resultados determinantes
de la evolución histórica de la sociedad;
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22 BOLETÍN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 14 DICIEMBRE 1986
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IRAIDA VARGAS ARENAS ARQUEOLOGIA, CIENCIA Y SOCIEDAD 23
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24 BOLETÍN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 14 DICIEMBRE 1986
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IRAIDA VARGAS ARENAS ARQUEOLOGIA, CIENCIA Y SOCIEDAD 25
Para el punto 1, instrumento de caza, decir, elementos culturales que harán dife-
aunque el contexto no presente elementos rente formalmente a una secuencia necesa-
materiales que refieran al proceso de fabri-
ria de otra similar. Las asociaciones determi-
cación del instrumento, es posible inferirlos
narán la existencia de acciones que presen-
como acciones precedentes necesariamente ten o supongan una sincronía. En el ejem-
realizadas para que se produjese la punta.plo, aparecen como sincrónicas acciones de
Asimismo, es posible plantear la existencia
transformación del animal cazado en ali-
de la cacería como acciones que forman parte
mento con acciones que refieren a la caza
de la secuencia necesaria en el uso posterior
misma del animal como la punta. Esto nos
de la punta de dardo. La asociación de esta
lleva en la cadena de razonamientos a con-
punta con restos de un animal cazado con- siderar a esa punta como la que posible-
vertiría a la caza en un conjunto de acciones
mente se empleó en la caza de ese animal
en sincronía posible con las que hemos o in-como la que se empleó, posiblemente, en
ferido de la punta; si además los huesos
la caza de otro animal. Como corolario se
infiere la caza.
presentan evidencias de fuego, ésto nos per-
mitiría plantear una sincronía de accionesOtros procesos sociales pueden influir en
que pueden pertenecer a otras secuencias la
ne-presentación de un contexto y nos refieren
cesarias. Para que se presenten los restos
a la existencia de modificaciones que se ori-
óseos quemados de nuestro ejemplo, deben ginan por el re-uso o re-elaboración de algu-
haberse realizado -con carácter necesario- nos de sus componentes. Estas acciones so-
otras secuencias de caza y debe haber ocu- ciales estarán temporalmente diferenciadas
rrido un conjunto de acciones necesarias de las que produjeron el contexto primario,
para cocer el animal: recolección de com- y deben ser establecidas para poder realizar,
bustible, preparación del fuego, etc. Las ac- luego, las inferencias. Tendremos así que
ciones contingentes serían aquéllas que, en los contextos pueden ser primarios, o sea,
el ejemplo, den una caracterización formal aquéllos que se presentan sin modificación
diferencial: silueta de la punta, utilización social subsecuente, y contextos secunda-
de color para hacerla más "eficaz", etc., es rios, aquéllos que presentan modificaciones
sociales temporalmente diferenciadas de las
primarias.
En el caso de los procesos de transforma-
ción de los contextos debemos tomar en
consideración, también, a aquellos proce-
sos que obedecen a causas naturales (a los
cuales hemos aludido anteriormente) y que
determinan algunas modificaciones obser-
vables en los contextos primarios. Una estra-
tigrafía invertida, que refiere a la inversión
de los depósitos arqueológicos por factores
mecánicos, sería un ejemplo de tales proce-
sos de transformación. No obstante, la trans-
formación de los contextos por procesos na-
turales no es azarosa pues dichos procesos
también, como los sociales, están regidos
por leyes, en este caso, naturales13.
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26 BOLETÍN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 14 DICIEMBRE 1986
En otro orden de ideas debemos decir Cada uno de estos factores puede presen-
que, indudablemente, como arqueólogostársenos como una visión "congelada" en
sociales nos interesa determinar la existen- el registro arqueológico, como si constitu-
cia de las particularidades que adoptan los yese "un paso" separado para que se de la
procesos societarios; siendo así, utilizare- totalidad del proceso productivo. En efecto,
mos la inferencia no solamente para deter- una unidad habitacional puede ser conce-
minar la ejecución de acciones, sino tam- bida por el arqueólogo como un contexto
bién para precisar cómo tales acciones ca- básicamente de consumo; un taller litico,
racterizan al proceso productivo. Será nece- por su parte, puede referirnos a acciones
sario, entonces, inferir la existencia de: que lo califican como un contexto básica-
mente de producción. En cada caso, este
1 . Los medios de producción: medios y ob- consumo y esta producción implican y refle-
jeto de trabajo jan los demás factores de la totalidad y es,
2. El proceso de trabajo concreto precisamente, por el carácter de unidad or-
3. Productos y/o desechos del trabajo gánica que podemos reconstruir al proceso
4. Formas de consumo (Bate, 1977). productivo como totalidad concreta,
cuando reconstruimos uno de dichos facto-
En efecto, los contextos pueden ser abor- res representados en el registro arqueológi-
dados según nos refieran a las acciones im- co, manejando los principios de sincronía
plicadas en algunos de los distintos segmen- posible y secuencia necesaria, y el de aso-
tos del proceso productivo. Será posible dis- ciación y el de recurrencia.
tinguir (o deseable) entonces, contextos de Hemos dicho que los contextos se califi-
producción de los de consumo, pudiendo can por su composición cualitativa y que
algunos de ellos ser catalogados como mix- ésta está determinada por las actividades
tos (producción-consumo, por ejemplo). realizadas en torno al proceso productivo.
Los contextos de distribución y/o cambio Así los contextos se estructuran en áreas de
son especialmente difíciles de reconocer ya actividad, las cuales, decíamos, constituyen
que las acciones que caracterizan a tales las unidades mínimas de excavación y supo-
procesos difícilmente se objetivan en un re- nen agrupaciones discretas del conjunto de
gistro. materiales arqueológicos usados en la
Debemos aclarar que esta división que ejecución de una actividad social determi-
hacemos del proceso productivo en seg- nada. Siendo así, un contexto mixto
mentos reconocibles en los contextos ar- de hecho debe contener varias áreas de ac-
queológicos, es sólo un ardid metodológico tividad con composiciones cualitativas dife-
para facilitar la inferencia del proceso pro-rentes que corresponden con distintos "mo-
ductivo en su totalidad pues, como bien se-mentos" del proceso productivo. Un con-
ñala Marx: "El resultado a que llegamos no texto de producción, por su parte, se estruc-
es que la producción, la distribución, elturaría en áreas de actividad que refieren al
cambio, e¡ consumo, son idénticos, sino conjunto de tareas sociales ejecutadas du-
que todos ellos son miembros de una totali-rante los procesos de obtención y transfor-
dad, diferencias de una unidad, (...) al existir mación de las materias primas en productos.
relaciones recíprocas determinadas de estosUn contexto de este tipo se manifiesta en el
diferentes factores como ocurre en cualquier registro arqueológico, en consecuencia, por
todo orgánico" (Marx, 1980: 267-268). la presencia de la materia prima misma y
de objetos elaborados o semi-efaborados así
como también de desechos. Este contexto
la geomorfologia para entender la acción de tales pro-
cesos es el registro sedimentológico, de donde se ex-
de producción, no obstante, supone de al-
trae información tanto del habitat como del ambiente guna manera también uno mixto pues se
unidad producen objetos y se consumen materias
regional . . . y es debido a que sabemos que cada
geomorfológica tiene procesos de sedimentación pro- primas.
pios y específicos, como se puede entender cuáles El contexto de consumo se estructura so-
son los posibles contextos de deposición de un sitio
arqueológico y, por ende, nos dará elementos para bre la base de actividades sociales ligadas
entender la secuencia estratigráfica del mismo. a procesos de trabajo concreto en las cuales
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28 BOLETÍN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 14 DICIEMBRE 1986
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30 BOLETÍN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 14 DICIEMBRE 1986
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32 BOLETÍN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 14 DICIEMBRE 1986
se cerrará
jetos producidos en esta cadena en una nueva síntesis de los mis-
de procesos
de trabajo que supone la tecnología objeti-
mos para luego realizar su estudio cruzado
van, pues, conocimientos, pericia, expe- de otros sitios, áreas y
con los contextos
riencias y pautas culturales. regiones.
A efectos de la clasificación del todo tec-
nológico el arqueólogo debe, por tanto, te- Nivel de generalizacíón-particularízacíón
ner en cuenta que los objetos con los cuales
trabaja son productos del proceso antes des- En este nivel metodológico, tal como ha
crito y que como en todo proceso de trabajo planteado Bate (1977: 22), el arqueólogo
procede a la formulación de las relaciones,
el tecnológico opera por etapas y en secuen-
regularidades y leyes para explicar los casos
cia. El arqueólogo trabaja, generalmente,
particulares estudiados. Puesto que como
con productos y con desechos de ese proce-
so. arqueólogos tenemos interés en estudiar el
desarrollo histórico de los procesos sociales,
La clasificación del todo tecnológico
se hará necesario en este nivel inferir las
debe, en consecuencia, definir en primera
formaciones
instancia las etapas y fases del trabajo ob- económico sociales represen-
jetivo en los productos y, sobre todotadas en los casos concretos que estamos
las con-
diciones en las cuales tales fases se trabajando.
cumplie-
Como arqueólogos partimos de los fenó-
ron. La definición de las etapas implica:
menos que se expresan -dijimos-cultural-
mente.
/ . Obtención de materias primas, de nuevoPor tanto, se hará necesario estable-
cer en cada caso estudiado lo que Bate
concebidas como procesos de trabajo
donde se observa si tales materias (1977)
primasdenomina los conjuntos culturales y
ordenados de acuerdo a los todos que ya
son bienes naturales o si, por el contrario,
son el resultado o producto de otro(s) hemos definido: tiempo-espacio-movi-
procesos de trabajo. Si el último fuera mientoel (concreciones del trabajo) y forma-
caso, se tratará de definir en el función-contenido
proceso (procesos de trabajo), ex-
el empleo (características y sus propias presados en los contextos excavados. Una
fases) de instrumentos de trabajo. vez Esto
logrados tales ordenamientos, a partir
conlleva al análisis necesario del ambiente de algunos conjuntos culturales inferimos la
y al estudio del comportamiento de la información pertinente a los contenidos fun-
materia prima (procesos "independien- damentales o esenciales que ellos encubren.
tes'' del tecnológico). Esas inferencias serán ordenadas a su vez
2. Elaboración y aplicación de los instru- de acuerdo (según Bate, 1977) a los tres
mentos de trabajo sobre los objetos de niveles de profundidad o abstracción. En un
trabajo para lograr su conversión en pro- primer nivel se ordenará la información in-
ferida en relación a:
ductos. Empleo de las técnicas (caracte-
rización y secuencia).
3. Definición de los elementos formales del
a) Producción y consumo
b) Reconstrucción del proceso productivo
diseño y su adecuación, con carácter de
(medios de producción, medios de traba-
subordinación, a los requerimientos fun-
cionales.
jo, objetos de trabajo), proceso de tra-
bajo concreto.
c) Estimación de las fuerzas productivas
En segunda instancia, la clasificación (demografía, tecnología y recursos ex-
debe definir la utilización de los productos
plotados)
en la satisfacción de las necesidades (cum-
d) División social del trabajo
plimiento de la función para la cual fueron e) Distribución y cambio
diseñados o elaborados). Para ello se anali-
f) Elementos de la conciencia social
zarán los contextos tomando en cuenta los
g) Elementos de la superestructura institu-
principios de asociación, de recurrencia y cional.
de sincronía posible y secuencia necesaria.
De esa manera, el ciclo que se inicia con En un segundo nivel, las inferencias serán
la disgregación o análisis de los contextos, ordenadas ahora en relación a:
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IRAIDA VARGAS ARENAS ARQUEOLOGIA, CIENCIA Y SOCIEDAD 33
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34 BOLETÍN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 14 DICIEMBRE 1986
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36 BOLETÍN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 14 DICIEMBRE 1986
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IRAIDA VARGAS ARENAS ARQUEOLOGIA, CIENCIA Y SOCIEDAD 37
dictorio inherente, y poseen conexión o vin- dad, no quiere decir que no existan propie-
culación con otro u otros, los que a su vez dades secundarias en vinculación orgánica
tienen también cualidades desarmónicas conyesas propiedades fundamentales. Es por
contradictorias y son explicados con otra ello que se hace necesario practicar una se-
categoría. En consecuencia, podemos decir lección entre los procesos y definir catego-
que el sistema categorial tiene la capacidad rías que expliquen a esos procesos confor-
de explicar a los procesos de la realidadmados en por propiedades fundamentales y por
sí y en su concatenación, lo que equivale propiedades secundarias.
a decir la totalidad del proceso social. AhoraEntendemos aquí que el carácter de se-
bien, la realidad social no sólo está com- cundario está dado por la sujeción a las de-
puesta por procesos concatenados, vincula- terminaciones causales y por los niveles de
dos por multitud de regularidades comunes, vinculación orgánica con las propiedades
sino que cada proceso posee asimismo un fundamentales; cada nivel de vinculación
rango de dimensiones espaciales gobernado de las propiedades secundarias con las fun-
por un grupo determinado de leyes. La rea- damentales se presenta como un proceso
lidad social se conforma, pues, por la cone- que se explica con una categoría.
xión y el movimiento de un proceso regido La categoría formación económico social
por leyes; además, posee propiedades y dentro re- del sistema comprende a aquellos
laciones que la caracterizan peculiarmente procesos cuyas cualidades lo determinan e
con factores que ejercen una influencia incluye de- a otros, miembros de su misma cla-
cisiva en su desarrollo. se, cuya comprensión enriquece el conoci-
Puesto que las categorías (como resulta- miento de los primeros, es decir, al conte-
do) son abstracciones, y cada abstracción nido cualitativo. Esta categoría resume en
es (como proceso) una operación racional sí toda la clase del proceso social que define
que nos permite separar una o varias cuali- a la totalidad. Pero como no podemos cono-
dades de un proceso para poder estudiarlas, cerla y explicarla considerando simultánea-
cada categoría del sistema supone la separa- mente todos sus elementos y propiedades,
ción dentro del proceso social de un con- tenemos la necesidad de realizar una serie
junto de propiedades concretas. Cada cate- de abstracciones (otras categorías) para co-
goría refleja abstracciones cada vez más su- nocer el conjunto de la totalidad en sus múl-
tiles, que nos permiten finalmente llegar a tiples determinaciones. El sistema se integra
las determinaciones más simples del proce- entonces con categorías que suponen abs-
so. Se hace necesario, luego, regresar al pro- tracciones del proceso, desde la más general
ceso social sensible de donde partieron las hasta la más específica; abstraemos de los
abstracciones, de nuevo a la realidad. Es a datos conocidos y, luego, abstraemos de las
ello a lo que nos referimos cuando señala- abstracciones. El proceso de conformación
mos los niveles metodológicos explicados del sistema categorial opera entonces así:
en páginas anteriores.
a) Integración de procesos de una misma
clase (procesos sociales) y grado de de-
terminación de los procesos, dados por
La categoría formación económico social
factores y propiedades fundamentales
(Modo de Producción)
(formación económico social).
b) Inclusión de los procesos por los niveles
El sistema categorial integra unidades donde
de vinculación orgánica que presentan
cada una refleja aspectos de la realidad; la
dentro de las clases (modo de vida) o
categoría formación económica social su-
aspectos propios de toda la case (cultu-
pone la abstracción de la totalidad de los ra).
elementos fundamentales de esa realidad;
se refiere a aquéllos que hemos dicho ejer- Visto así el sistema categorial, ninguna
cen una influencia decisiva en el desarrollo categoría puede ser entendida separada-
social. Pero el que definamos esta categoría mente sino en correspondencia con la tota-
que explica los procesos más generales y lidad. En este sentido, es conveniente seña-
de mayor determinación causal de la reali- lar que ya Bate -refiriéndose a las catego-
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38 BOLETÍN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 14 DICIEMBRE 1986
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40 BOLETÍN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 14 DICIEMBRE 1986
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IRAIDA VARGAS ARENAS ARQUEOLOGIA, CIENCIA Y SOCIEDAD 41
también para los modos de producción. este Tal marco teòrico-metodològico las catego-
como ya hemos señalado en otros trabajos: rías modo de vida y modo de trabajo. Esta-
"...ni el modo de producción ni los modos mos conscientes que para ello no bastan,
de vida ni mucho menos las culturas poseenpor supuesto, las citas de autoridad sobre
una línea de sucesión única, obligatoria elenuso tácito de estas categorías por parte
sus manifestaciones concretas. Existe, porde los clásicos del marxismo18.
supuesto, una sucesión de modos de pro-
ducción, pero no nos referimos a un modo
de producción ni a un orden particular.La Locategoría modo de trabajo
universal es la existencia de la sucesión, no
el orden de la misma" (Vargas, 1 984: 1 42).
Un punto interesante de destacar es que en
Es evidente por todo lo dicho que la ca-
lo personal consideramos que la categoría
tegoría modo de vida no sólo es útil sino modo de trabajo debe aludir a la praxis del
necesaria en la comprensión y explicación modo de producción. Si consideramos a los
del desarrollo histórico de las sociedades. modos de trabajo como las praxis de los
Sin embargo, estamos conscientes que ne-modos de vida (Veloz, 1984: 98), o sea, el
cesita ser trabajada con mayor profundidad conjunto de actividades que manifiestan
para su integración congruente en la teoríauna relación determinada entre instrumen-
materialista de la historia. Un problema in-tos de producción, organización de la fuerza
teresante que se nos plantea, y sobre el cual de trabajo, características específicas del
debemos elaborar más, es aquél referido aobjeto de trabajo y la ideología, integrando
los niveles de particularidad que la categoría las costumbres y tradiciones (idiosincracia?)
abarca. Ciertamente, si la categoría modo que tales prácticas conllevan, los modos de
de vida permite la explicación de los proce- trabajo se convierten, así definidos, en una
sos particulares, intermedios entre los gene- versión en pequeño de los modos de vida,
rales y los específicos que las categorías for- englobando en su explicación, de hecho,
mación económico social y cultura expli- los niveles "más mínimamente particulares"
can, se nos presenta una amplia gama de de la realidad social. Su definición portanto,
particularidades. Evidentemente, la cues- no diferiría de la de modo de vida en la
tión reside en establecer con claridad a cuál esencial idad de los procesos que explica.
nivel de particularidad aludimos y cuales Hemos planteado que cada modo de trabajo
son los criterios empleados para acceder a resume varios procesos de trabajo: aquéllos
la manifestación de procesos particulares. destinados a la utilización de instrumentos
Esos procesos constituyen una cadena de en procesos de trabajo concretos. Para unos
eslabones intermedios que no son posibles y otros procesos los grupos sociales organi-
de explicar como formación social. zan su fuerza de trabajo, resumen conoci-
No se nos escapan las dificultades que mientos y experiencias sobre el objeto de
para un arqueólogo supone el tratar de infe- trabajo y generan mecanismos de conesión
rir los elementos superestructurales de la for- y adhesión social, culturales e ideológicos.
mación social, expresados en sus modos de Ahora bien, Veloz señala (com.pers.), con
vida, dado que éstas y las demás categorías gran acierto, que cada modo de trabajo es
del materialismo histórico fueron diseñadas
el resultado de un conjunto de prácticas
para el estudio de sociedades vivas, donde relacionadas con la supervivencia social y
resulta relativamente fácil aprehender no dice que es de esperarse que tales prácticas
sólo los elementos del proceso productivo, se perpetúen cuando han sido exitosas, es
el sentido social de la producción, sino tam- decir, sean "resistentes" y casi "impermea-
bién los elementos superestructurales, con- bles" a modificaciones violentas como con-
ciencia social e ideología. Esta dificultad secuencia, precisamente, del éxito. Enton-
constituye un reto para desarrollar nuestras
armas metodológicas ya que la inferencia
de la superestructura es posible. Este y otros 18 Si concebimos a la sociedad como totalidad concreta,
será posible también la inferencia de los cohtenidos
aspectos deben ser dilucidados por los ar- superestructurales de una formación económico so-
queólogos sociales si queremos integrar en cial.
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42 BOLETÍN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 14 DICIEMBRE 1986
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IRAIDA VARGAS ARENAS ARQUEOLOGIA, CIENCIA Y SOCIEDAD 43
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44 BOLETÍN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 14 DICIEMBRE 1986
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IRAIDA VARGAS ARENAS ARQUEOLOGIA, CIENCIA Y SOCIEDAD 45
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46 BOLETÍN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 14 DICIEMBRE 1986
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48 BOLETÍN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 14 DICIEMBRE 1986
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IRAIDA VARGAS ARENAS ARQUEOLOGIA, CIENCIA Y SOCIEDAD 49
donde los individuos duermen, preparan sus contextos de consumo y, a veces, contextos
comidas, reparan sus pertenencias, repro- mixtos (producción-consumo).
ducen su especie y las relaciones que sirven
para el mantenimiento de la comunidad" Espacio y grupo territoriales
(1984a: 39).
De acuerdo con la connotación tribal del Las diferencias entre los conceptos de grupo
término doméstico, Sanoja asimila el grupo y espacio doméstico con los de grupos y
doméstico con una familia extensa y un es- espacios territoriales son de magnitud y ca-
pacio doméstico con una vivienda comunal lidad. Sanoja define al grupo territorial
(Sanoja, 1 984: 39). Consecuentes con nues- como "...constituido... por un conjunto de
tro píanteamineto, el cual consideramos grupos domésticos que ocupan y usufruc-
más útil para los arqueólogos, el concepto túan un espacio determinado..." Arqueoló-
de espacio doméstico nos referiría a aquél gicamente hablando, es un concepto que
en el cual un grupo social desarrolla su vida permite organizar la información que posea-
cotidiana en los aspectos referidos sobre mos sobre las praxis vitales de varias unida-
todo a la reposición de la fuerza de trabajo des sociales que comparten una región geo-
(Vargas 1985d: 16). gráfica común y entender su pertinencia
Preferimos este concepto al de sitio de para la generación de una "región histórica"
habitación ya que mantiene el carácter uni- (Vargas, 1985d: 16). Los grupos domésticos
versal, no del espacio solamente, sino tam- se convierten en grupos territoriales no sólo
bién de las acciones conexas con la reposi- por la agregación de nuevos grupos, sino
ción de la fuerza de trabajo, las cuales son cuando realizan -dentro de su vida coti-
generalmente para las distintas formaciones diana- praxis que tangencialmente actúan
sociales. Siendo así, un espacio doméstico para favorecer la reproducción de la espe-
coincidiría con las áreas de los campamen- cie, pero sobre todo, aquéllas que abarcan
tos de las bandas de cazadores-recolectores, el resto de la gama de las acciones comuni-
o con las áreas de habitación de una familia tarias: las de reproducción de la vida social
extensa tribal, etc. Se infiere que, al referir- en su conjunto. Incluye, hablando en térmi-
nos a cada formación en particular, un nos arqueológicos, las áreas de cultivo, las
grupo doméstico se puede asimilar a una de caza, las de recolecta, los puntos estraté-
familia nuclear o a una banda, a una familia gicos de intercambio, las áreas de disposi-
extensa, etc. Los grupos domésticos, inte- ción de los muertos, etc.
grados en bandas o tribus (si hablamos de Los grupos territoriales se definen, enton-
formaciones preclasistas) compartirían y re- ces, en su universalidad, por la existencia
presentarían "...una modalidad que encie- de unidades sociales similarmente constitui-
rra una división característica del trabajo y das que comparten un territorio común so-
del tipo de tecnología, determinadas rela- bre la base de acciones también comunes
ciones de propiedad, objetos de producción y sobre el cual actúan sincrónicamente: el
definidos y relaciones sociales con grupos espacio territorial. Un espacio territorial, en
similares establecidos" (Sanoja, 1984a: 38- consecuencia, estaría dado no por sus lími-
39). tes geográficos sino por existencia, posesión
Cada espacio doméstico supondría, asi- y uso que de un lugar haga un grupo territo-
mismo, la definición de la organización del rial, o sea, un conjunto de grupos domésti-
espacio vital por parte de un grupo domés- cos. En su singularidad (en las formaciones
tico, en las acciones de la vida cotidiana, económicos sociales preclasistas, por ejem-
reflejando así el desarrollo de sus fuerzas plo), un grupo y un espacio territoriales pue-
productivas, sus condiciones de trabajo y, den corresponder con la tribu y con todo el
en alguna medida, su ideología (Vargas, territorio tribal: las aldeas y las áreas de ex-
1985d: 16). En general, podemos decir que plotación de recursos naturales; entre caza-
un espacio doméstico podría expresarse en dores y recolectores, el grupo y el espacio
el registro arqueológico, en lo que hemos territoriales se corresponderían con las ban-
definido en otra parte de este trabajo como das y el territorio explotado, definido este
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50 BOLETÍN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 14 DICIEMBRE 1986
20 Los espacios territoriales de diferentes bandas se pue- Esta lógica esta determinada por la conducta social,
den superponer espacialmente, ya que su definición por la forma de relaciones sociales de producción que
está dada por la existencia y dispersión de los recursos mantenían aquellos individuos que integraban al grupo
de subsistencia. Esta coincidencia estaría basada en doméstico, relaciones que parecían expresarse en la
la posesión consensual de un mismo espacio territo- forma y dispersión de las áreas de actividad que carac-
rial. terizan material y locacionalmente los diferentes pro-
21 En relación a este punto, Sanoja ha trabajado recien- cesos de trabajo necesarios para la reproducción del
temente tratando de definir en la excavación la loca- grupo social (o doméstico).
lización espacial que correspondería con cada grupo ...Uno de los elementos más aparentes dentro de las
o grupos domésticos. Para ello maneja varios criterios distintas calidades de áreas de actividad que se en-
sociales como se nota en la siguiente cita: "La excava- cuentran dentro de un sitio arqueológico es el fogón.
ción de un sitio arqueológico debe proceder primera- Y su importancia viene dada por el hecho de constituir
mente al análisis de la lógica que explica la distribu- no sólo un área de actividad, sino también el locus
ción de los restos materiales en un área determinada de una serie de características relaciones sociales"
o del área en estudio. (Sanoja, 1986, inédito).
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IRAIDA VARGAS ARENAS ARQUEOLOGIA, CIENCIA Y SOCIEDAD 51
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52 BOLETÍN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 14 DICIEMBRE 1986
Veloz vol.
cuenca del lago de Valencia. Gens, Maggiolo, Mareio. 1976 Med
1, no. 1, Boletín de SOVAR, I. biente Vargasy adaptación humana en la p
Ed., Caracas. toria de Santo Domingo. Tomo I. E
Vargas, Iraida. 1985b Arqueología rial dede la
la Universidad Autónoma de
zona sur del lago Maracaibo. Gens, voi.
Santo Domingo. Santo Domingo.
1, no. 2, Boletín de SOVAR, Veloz I. Vargas
Maggiolo, Marcio. 1 976 Algunos pro-
Ed.. Caracas. blemas prácticos en el estudio de los si-
Vargas, Iraida. 1985c Sociedad y naturale- tios arqueológicos tropicales. Las estrati-
za. En: Relaciones entre sociedad y am- grafías. MS, UCV-Fundacultura, Cara-
biente, Actas del Tercer Simposio de la cas.
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