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¿Qué es un fenómeno psicótico?

La
emergencia en la realidad de una significación
enorme que parece una nadería – en la medida
de que no se puede vincular a nada, ya que
nunca entró en el sistema de la simbolización –
pero que, en determinadas condiciones puede
amenazar todo el edificio. (Lacan, 1995)

Delirio y
forclusión
[Subtítulo del documento]

Valente Arturo Osornio Franco


Partimos de la inquietud referente al delirio, ¿qué es un delirio? Es la pregunta que guía
este ensayo. Si bien no se intentará responder canónicamente sino quizá dar una serie de
vueltas dialécticas donde se vierta cierta luz. En ese camino trazamos una sutil línea que se
descuelga hacia la forclusión lacaniana y sus alcances dentro del psicoanálisis
postfreudiano. Entiendo que para realizar un trabajo más decente, de calidad y que
responda al orden de la racionalidad no es suficiente un mero ensayo sino una investigación
profunda y continua que nos posiciones como esclavos y se posicione el saber cómo el amo
o el gran Otro; desde una visión hegeliana.
Etimológicamente delilare procede del latín que significa “salirse del surco”;
mientras que lirare significa “trazar surcos”. Sin embargo esta significación no nos dice
nada. Habría que realizar una historia del delirio para conocer precisamente de dónde es
que surge, realizar una arqueología como pensaría Foucault. Porque ya desde el siglo XVI
que es introducido a la lengua francesa, hasta atravesar toda la psiquiatría desde Esquirol
hasta Jaspers, pasando por Freud y recorreriendo el empredrado camino de los manuales
ateóricos hasta llegar a nuestros días: Hasta este momento no hay una verdadera claridad
respecto al término, se le confunde con alucinaciones, con imaginaciones exageradas, con
facultades ilógicas, falsedad de juicio, desviación de normas culturales o morales. No se
trata de tener a la mano una definición de diccionario, cerrada, fija y establecida sino de
precisamente lo contrario. Tomando el delirio como un significante, se trataría de abrirlo
para ver/escuchar lo que allí se despliega.
Es curiosos que en 1968, Henry Ey define al delirio como una falsificación de lo real
que presenta un carácter de evidencia para el sujeto, pero también para el observador
“quien a la inversa del sujeto sabe que lo que éste cree ser verdad, no lo es”. (Ey, 1968).
Pero si es una falsificación de lo real, ¿Qué ocurre con los paranoicos que fundan sectas o
convencen a cierta población de sus ideas? ¿O que ocurre con el caso Schereber cuya
argumentación convenció a la Corte y a más de uno de sus lectores? No podemos quedarnos
con que los contenidos del delirio son falsos respecto a lo real. Plantear que el delirio es un
algo falso es casi sentido común. Pensar fuera de la esfera del sentido común
probablemente invite a pensar en nuevas posibilidades.
Tanto Freud como Lacan han remarcado analogías entre la ciencia y el delirio. Freud
compara la teoría psicoanalítica con el delirio de Schereber y concluía diciendo que es difícil
establecer cuánto de verdad hay en el delirio y cuánto de delirio hay en la teoría,
observación que sencillamente podemos extender al saber científico en general. El delirio
por lo tanto estructura un saber.
Colette Soler, nos dice que el delirio se caracteriza como un “proceso de
significación”, mediante el cual, el sujeto consigue elaborar y fijar una forma de goce
aceptable para él. (Soler, 1990). Esta definición no tiene nada que ver con los contenidos
que produce el delirio y que señala la posición de un sujeto en relación con ciertos
significantes.
Entre otras formas de delirio, el de inmortalidad y el de
enormidad, encontrados en la melancolía ansiosa, que dejan
en una posición dolorosa, como es evidente, tal vez conduzcan
a considerar el delirio como un proceso que elabora y fija un
goce, no necesariamente aceptable ya, sino más bien, menos
inaceptable. (Maleval, 998)

Desde esta visión podemos trazar una línea de relación con el enfoque del delirio
como “sujeto del goce” según Lacan. Esta introducción del goce por parte de Lacan
constituye un obstáculo a las consideraciones científico-objetivas, porque implica
considerar un “algo” que el discurso de la ciencia rechaza tajantemente: el goce del sujeto.
Sin embargo, hablar sobre el goce del sujeto es un aspecto que sobrepasa los límites de este
ensayo o mi propia insuficiencia respecto a este estudio.
Por otra parte, quiero remarcar un acto heroico y novedoso por parte de Freud que
realiza en 1911 en ocasión al delirio: “eso que nosotros tomamos como una producción
mórbida, la formación del delirio, es en realidad una tentativa de curación, una
reconstrucción. (Freud, 1972). Es decir, Freud está planteando el delirio como un intento de
curación. Por lo tanto el delirio tiene un objetivo y para alcanzar ese objetivo ha de recorrer
ciertas fases, ha de desarrollarse, ha de realizar un tránsito.
Sabemos que un delirio tiene fases. Estas fases no tienen el
mismo valor, no implican la misma posición del sujeto. El
trabajo de Freud en el historial del caso Schreber destaca la
importancia de este tema. No es igual la posición de Schreber
al comienzo de su delirio, cuando está en una posición
persecutoria - en oposición al deseo del Otro y a la voluntad
de goce del Otro- que la de su delirio al final, cuando Schreber
acepta esa voluntad divina. En un caso se trata de delirio
persecutorio, en el otro de un delirio mesiánico; pero no
importa tanto la temática sino la posición del sujeto, sobre
todo desde el punto de vista de la función estabilizante que
puede llegar a tener ciertas fases del desarrollo del delirio.
(Mazzuca, 2011)

Surgen las siguientes preguntas: ¿Por qué se enfatiza tanto la posición


del sujeto? ¿Qué es una función estabilizante? ¿Es decir que en determinadas
fases del desarrollo podemos encontrar estabilización? ¿Si hay estabilización
hay entonces desestabilización? Estas preguntas quedan lanzadas, porque
responderlas implica un estudio más minucioso de estas cuestiones. Y que
sería viable responder en el transcurso de las futuras clases. Sin embargo,
parece que Lacan en la “Cuestión preliminar…” señala los momentos de
estabilización e introduce el concepto de metáfora delirante (¿qué es una
metáfora delirante?); que no es una equivalencia del delirio sino una forma
determinada, a una determinada condición del delirio. Lo único que me
interesa señalar aquí es que Lacan abre nuevas perspectivas para el estudio
del delirio.

Algo más que me parece curioso y notable es que en el delirio, el


neologismo juega un papel característico. El neologismo puede ser
considerado como una palabra delirante. De igual manera ya hemos
señalado la relación que se puede trazar entre el saber científico y el saber
del delirio. ¿Por qué entonces Lacan crea un neologismo para hablar
precisamente de la psicosis? ¿Por qué Lacan crea el término “forclusión” para
dar cuenta de la psicosis? Me parece una especie de pleonasmo.

Con base a lo que se vio en clase sobre los mecanismos fundantes y


la determinación que ejercen sobre las estructuras psíquicas: La represión
funda neurosis. La renegación funda perversión. La forclusión funda psicosis.
Sin embargo, el termino forclusión es un término tardío para las
conceptualizaciones de Freud, viene muchos años después a instalarse como
mecanismo fundante. ¿Entonces con qué mecanismo fundante se trabajaba
antes de que la forclusión se introdujera? ¿Con que mecanismo fundante
trabajaba Freud?
A través de no poder responder a estas preguntas Sin embargo utilizo
esto mismos de otra manera porque me parece que con claridad se puede
percibir aquí las diferencias de Freud y Lacan, así como romper el sentido
común y los dichos que muchas veces se escuchan en ambientes
conocedores de psicoanálisis. Principalmente quiero señalar tres
posicionamientos.

1) Freud = Lacan
(Freud es lo mismo que Lacan)
2) Freud  Lacan
(Lacan es una continuidad de Freud)
3) Freud X Lacan (creer que Freud)
(Lacan es una oposición a Freud)
Éticamente me posiciono en el punto número tres, ya que es
precisamente allí como puedo entender el retorno a Freud que el mismo
Lacan nos propone. Lacan no es lo mismo que Freud, (F=L); tampoco es una
continuidad, sería como pensar cronológicamente la teoría (F). Lacan
viene a inscribirse de esta manera:
Freud  Lacan

Es de esta manera como realizo mi breve retornaje a Freud. Desde este


posicionamiento ético y crítico. De la misma manera que Hegel planteaba
avanzar por la historia, en retroceso, se avanza hacia el futuro asumiendo el
pasado.

REFERENCIAS
Ey, H. (1968). El fondo del problema. París: La Revue de médicine .

Freud, S. (1972). Observaciones psicoanalíticas sobre un caso de paranoia. . Madrid:


Biblioteca Nueva.

Lacan, J. (1995). Seminario 3. Buenos Aires: Paidos.

Maleval, J.-C. (998). Lógica del delirio. París : De Serbal.

Mazzuca, R. (2011). Las psicosis. Fenómeno y esttructura. Buenos Aires: BERGGASSE


19.

Soler, C. (1990). El sujeto psicótico en el psicoanálisis. Psicosis y creación. . Paris:


GRAPP.

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