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Pulsión, fase fálica y desistematización en la sexualidad humana.

Sistema: nombre masculino

1. 1.
Conjunto ordenado de normas y procedimientos que regulan el funcionamiento
de un grupo o colectividad.
"un sistema político; un sistema jurídico; el entrenador decidió cambiar el
sistema de juego del equipo"
2. 2.
Conjunto de reglas, principios o medidas que tienen relación entre sí.
"el sistema gramatical; sistema de numeración vigesimal

Un sistema (del latín systēma, y este del griego σύστημα sýstēma 'reunión,
conjunto, agregado') es un objeto complejo cuyos componentes se relacionan con al
menos algún otro componente; puede ser material o conceptual.1 Todos los sistemas
tienen composición, estructura y entorno, pero solo los sistemas materiales tienen
mecanismo, y solo algunos sistemas materiales tienen figura (forma).

La Psicología Sistémica y la Terapia Sistémica son corrientes de la psicología


basadas en la Teoría General de los Sistemas desarrollada por Ludwig von
Bertalanffy, que comienza a desarrollarse en la segunda mitad del siglo XX. Estas
toman de la Teoría General de los Sistemas nuevas proposiciones y perspectivas para
pensar las relaciones psíquicas y humanas, considerando como unidad de análisis el
dinamismo de las interrelaciones del individuo y los sistemas a los cuales pertenece.1
Algunos autores observan este cambio de perspectiva como un cambio paradigmático
fuerte, que constituye el pasaje al llamado Paradigma de la Complejidad.2

A su vez, la Psicología Sistémica y la Terapia Sistémica están basadas en diferentes


visiones interdisciplinarias como la cibernética, la teoría de la comunicación, la física
cuántica, el constructivismo y construccionismo social, la hermenéutica y la filosofía
del lenguaje, entre otras. Dillon, Alfredo (Setiembre del 2007). «La visión sistémica en
psicología». Consultado el 23 de abril de 2012.

Particularmente, el fenómeno de comunicación humana es uno de los objetos


de análisis privilegiado de la Terapia Sistémica. Desde 1952 en que Paul Watzlawic
desarrolla la Teoría de la Comunicación Humana en la cual aborda problemáticas
vinculadas a la pragmática de la comunicación, tomando en cuenta los efectos que la
comunicación ejerce sobre la conducta. En ella se establecen relaciones entre los
signos y los usuarios de los mismos. Se interesa no sólo por el efecto de una
comunicaión sobre el receptor, sino también, por el efecto que la reacción del receptor
tiene sobre el emisor, otorgándole de este modo suma importancia al vínculo emisor-
receptor, que se establece por medio de la comunicación. Esta teoría de Watzlawic
resulta vital para el programa teórico de una Psicología Sistémica principalmente en la
definición de su concepción de individuo. A éste se lo considera como un sistema
abierto en constante comunicación con su entorno, un ser social al cual le es imposible
no comunicarse. Toda conducta es comunicación, y toda comunicación afecta a la
conducta.3

Es Claude Lévi-Strauss (1908), filósofo francés de origen belga, quien,


asumiendo las aportaciones de la escuela sociológica francesa, trasladó el análisis
estructural al campo de la antropología. En este sentido, puede decirse que su obra
supone, tanto una prolongación, como un giro y una nueva perspectiva en el campo de
los estudios mitológicos; una prolongación, en cuanto a su continuidad con las
asunciones maussianas que conciben el mito como un peculiar sistema de
comunicación, con un "código" propio, cuyas categorías y estructuras es preciso
descifrar; un giro, respecto de que el modelo metodológico no es ni biológico ni
psicológico, sino lingüístico, buscando conexiones internas en pos de las estructuras
permanentes de la lengua(diferenciando ésta del habla); y, por último, una apertura del
horizonte de estudio, en tanto que ha compelido a la investigación mitológica a
plantearse en otros términos los problemas antiguos (relativos, fundamentalmente, a la
posibilidad del estudio científico de los mitos pertenecientes a culturas actualmente
desaparecidas, como es el caso de, entre otros, los mitos griegos).125

"Lo que Lévi-Strauss hizo realmente fue tomar la noción de "estructura"


empleada por lingüistas, folkloristas, algunos psicoanalistas, matemáticos e ingenieros
de comunicaciones y aplicar ese concepto analítico a las categorías de la etnografía
ortodoxa. Este proceso perturbó a los antropólogos sociales ingleses sólo porque ellos
habían formulado una noción de estructura algo diferente, biológicamente fundada
..."126

En efecto, tal y como el propio Lévi-Strauss ha sabido reconocer, el


estructuralismo no es nada nuevo en el ámbito de las humanidades; más aún, el
enfoque estructuralista (que vendría a ser la otra cara del proceder científico
reduccionista), está condicionado por el propio nivel de complejidad del objeto de
estudio, al tiempo que no es patrimonio exclusivo de ninguna disciplina en particular.

"Lo que denominamos estructuralismo en el campo de la lingüística o de la


antropología, o en el de otras disciplinas, no es más que una pálida imitación de lo que
las ciencias naturales han venido realizando desde siempre. La ciencia tiene apenas
dos maneras de proceder: es reduccionista o es estructuralista. Es reduccionista
cuando descubre que es posible reducir fenómenos que en un determinado nivel son
muy complejos a fenómenos más simples en otros niveles. Por ejemplo, hay muchas
cosas en la vida que pueden ser reducidas a procesos físico-químicos que las explican
parcialmente, aunque no en forma total. Y cuando nos enfrentamos a fenómenos tan
complejos que no permiten su reducción a fenómenos de orden inferior, sólo podemos
abordarlos estudiando sus relaciones internas, esto es, intentando comprender qué
tipo de sistema original forman en conjunto. Y esto es, precisamente, lo que
intentamos hacer en lingüística, en antropología y en muchos otros campos."127

De lo antedicho puede desprenderse que, para Lévi-Strauss, "estructura" no


equivale a la estructura empírica (según nuestro autor, se trata de estructuras del
orden de lo mental), y tampoco refiere a una suerte de armazón o arquitectónica
estática; esta estructura dinámica -aunque estable-, no se da en la realidad
observable, sino que es siempre producto de tres elementos, siendo este carácter
ternario el que le otorga su dinamismo. El tercer elemento de esta estructura terciaria
estaría siempre vacío y preparado para asumir cualquier significado, estando
constituido por la historia y la contingencia, esto es, aquellos aspectos que justifican la
perpetuación de los fenómenos sociales y culturales128. Lévi-Strauss, siguiendo a
Saussure, considera que este significante flotante (que sería el significante de la
significación), es un rasgo estructural del lenguaje en general, un elemento que
introduce en él una faceta asimétrica y generativa: la faceta de la contingencia , el
devenir, i.e., el nivel del habla o parole, que hace referencia a la diacronía o
irrerversibilidad temporal129. Pero lo que le interesa investigar a nuestro autor no es el
flujo del habla, sino las estructuras estables de la lengua. El mito no es sólo un relato
que, discursivamente, transcurre en un eje temporal diacrónico (como el habla), sino
que también, como la lengua, posee una disposición regulada de elementos que
conforman un sistema sincrónico, i.e., un orden permanente ("haces de
relaciones"130), el cual constituye el espacio semántico, el imaginario cultural del que
el mito parte y se nutre a un tiempo. Encontramos pues, un estudio del mito en dos
niveles: el nivel narrativo -habla-, y el nivel de la estructura profunda -lengua-, siendo
el estudio de éste último el que puede mostrar ciertas relaciones de oposición y de
homología que son independientes del orden narrativo. Para el autor que nos ocupa,
los elementos de los mitos adquieren su significado por el modo en que éstos
aparecen combinados entre sí, y no por su valor intrínseco; los mitos, entonces,
representan a la mente que los crea, y no a una realidad externa
125. Jean Pierre Vernant, "Razones del mito", ed.cit., pp. 208-214.

126. Edmund Leach, "Introducción" a Estructuralismo, mito y


totemismo (AA.VV), Ed. Nueva Visión, Buenos Aires 1972, p. 18.

127. Claude Lévi-Strauss, Mito y significado, Ed. Alianza, Madrid 1995, pp. 27-
28.

128. John Lechte, op. cit., pp. 102-103.

129. Claude Lévi-Strauss, "La estructura de los mitos", en Antropología


estructural, ed.cit., pp. 231-232

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