Thomas* tuvo una experiencia similar. Cuando empezó a sentirse mal, sus médicos
le diagnosticaron neumonía. Pero un par de meses más tarde, seguía teniendo
sudores nocturnos, no tenía apetito y se sentía extremadamente cansado todo el
tiempo. En la siguiente visita al hospital le sacaron una radiografía de tórax y le
dijeron que tenía tuberculosis.
“La mayoría de las personas piensan que, bueno, eso anda por ahí, pero nunca
me va a pasar a mí. Sé que las personas todavía se están haciendo pruebas de
detección, pero no pensé que fuera lo suficientemente importante como para
que me tocara a mí”, dice Thomas.
Debilidad o fatiga
Pérdida de peso
Falta de apetito
Escalofríos
Fiebre
Sudor durante la noche