ISSN: 0034-7450
revista@psiquiatria.org.co
Asociación Colombiana de Psiquiatría
Colombia
La literatura y el psicoanálisis
Juan Carlos Rojas Fernández1
Resumen
En este ensayo se intenta mostrar la relación entre dos saberes: la literatura y el psicoaná-
lisis, como intercambio conceptual y aporte al conocimiento del objeto de estudio que es el
ser humano, con todas sus vicisitudes. El texto pretende incluir la literatura en la semiolo-
gía clínica psicoanalítica, para enriquecerla con su semiótica.
Abstract
In this essay have trough to show the relationship between two knowledge, Literature and
Psychoanalysis, it is how interchange conceptual and contribution to knowledge of the human
subject with all his vicissitudes. It is pretend the inclusion of the literature in the clinical
psychoanalytic semeiologys with the aim to enrich with her semeiotics.
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
1
Médico psiquiatra, docente de la Facultad de Medicina de la Universidad Libre de Cali.
Trabajo expuesto en la Universidad del Valle, en la Maestría de Literatura Colombiana y
Latinoamericana, 2005.
rante mucho tiempo, el único. De ra, con la filosofía, unas veces como
cualquier manera, sea la neurosis, un discurso no propiamente filosó-
el inconsciente o el sujeto del incons- fico y otras ubicándose como un
ciente, el objeto del psicoanálisis es saber cercano a esta disciplina, en
una cuestión de carácter clínico. En innegable contacto con la vida, con
una perspectiva claramente lacania- el sujeto humano que se vale de ella
na, el Psicoanálisis, en sentido pro- como una de las formas para poner
pio, sólo se aplica como tratamiento, en práctica la imaginación, atribu-
y por lo tanto a un sujeto que habla to único que nos diferencia de los
y escucha; cualquier otra forma de animales.
aplicación sólo podía serlo en senti-
do figurado, es decir, imaginario, Resultados
sobre la base de analogías, y como
tal sin eficacia (1). Para sustentar esta idea me apo-
A Freud se le acusa de haber yo en las citas de varios autores res-
reducido la literatura a la expresión pecto al tema. A lo largo de la historia
de la neurosis, pues creía que el ar- de la literatura, la poesía es consi-
tista era esencialmente un neuróti- derada como el más filosófico de to-
co y que el escritor encontraba en dos los géneros literarios. Poesía
su obra una gratificación de sus de- viene del griego poiesis, que signifi-
seos insatisfechos. En palabras de ca creación, producción, fabricación.
Freud, el artista es, originalmente, La apreciación de lo poético ha
un hombre que se aparta de la reali- cambiado a través del tiempo. Para
dad porque no se resigna a aceptar Platón suscitó la necesidad de expul-
la renuncia a la satisfacción de los sar a los poetas, seres mentirosos,
instintos por ella exigida en primer de la República, aun cuando reco-
termino, y deja libres en su fantasía nocía que en la poesía había una lo-
sus deseos eróticos y ambiciosos (2). cura divina y que el poeta era un
Es decir, el artista en su obra puede ser inspirado por la divinidad. Así,
ser el héroe que desea, el amante y la poesía también era sabiduría. El
el creador que ha soñado ser, sin filósofo griego diferenciaba entre bue-
tener que dar rodeos para modificar nos y malos poetas, según supieran
el mundo real. elegir el objeto propio para la imita-
ción. Si el objeto cumplía una fun-
La literatura como expresión ción adecuada en el Estado-ciudad,
del pensamiento podían quedarse.
Aristóteles caracterizaba la poe-
Desde siempre, la literatura sía como una actividad que tiene un
sobre todo la poesía ha mante- fin distinto de ella misma. En Arte
nido vínculos, de una u otra mane- poética-arte retórica, una de sus obras
capitales, refería que la vida contem- ramos con las musas o con el Espí-
plativa y teorética estaba regida por ritu Santo. (5)
la poiesis (3). En cambio, para Juan La literatura es un alimento es-
Manuel Cuartas, la poesía: piritual que ayuda a crecer y a mo-
En principio [
] pone en metáfora vilizar emociones e ideas, a construir
un decir, que acaece y que se reco- pensamientos y defensas de un yo
noce estrechamente relacionado con más fortalecido y menos vulnerable,
el Ser. La pregunta incesante por el y permite afrontar las vicisitudes de
Ser, no la objetivación del Ser, re- la cotidianidad con más alternati-
conozcámoslo, es difícil recogerla en vas de solución y resiliencia.
la palabra si no se acude a la poe- En la conferencia titulada La
sía y se capta la antipresencia que metáfora, Borges es claro en reafir-
ella acusa. Poetizar el Ser (en el len- mar lo que el psicoanálisis conside-
guaje) es plantear un compromiso ra primordial en el origen de las
entre el devenir y su realización en enfermedades mentales, lo que se
la palabra [
] la poesía es indaga- oculta, los secretos acordados, lo
ción [
] una forma superior de tras- sutil y lo obvio negado, los dobles
cender [
] es des-ocultamiento del mensajes y la función de la metáfo-
Ser [
] en palabras de Heidegger, ra en la psicoterapia. Dice que si el
la poesía representa la incitación al poeta hubiera dicho lo mismo con
combate de la verdad. (4) más palabras, habría sido mucho
En Arte poética, Borges refiere menos efectivo. Porque a mi enten-
que cuando buscamos la poesía, der, lo sugerido es mucho más efec-
buscamos la vida. Y la vida está he- tivo que lo explícito. Quizá la mente
cha de poesía. En la conferencia ti- humana tenga tendencia a negar las
tulada El enigma de la poesía dice: afirmaciones (5). Lo directo genera
Y cuando la poesía, el lenguaje, no resistencia, así sea verdad, la con-
era sólo un medio para la comuni- frontación requiere un tiempo para
cación sino que también podía ser que sea efectiva, es el tiempo del
una pasión y un placer: cuando tuve otro; una adecuada metáfora vence
esa revelación, no creo que com- las resistencias y permite la reflexión
prendiera las palabras, pero sentí necesaria de la literatura para la
que algo me sucedía. Y no sólo afec- psicoterapia, herramienta esencial
taba a mi inteligencia sino a todo del psicoanálisis. Umberto Eco lo
mi ser, a mi carne y a mi sangre [
] refiere así:
Y en nuestra mitología, menos her- Si nuestro tiempo descubre, pues,
mosa, nosotros hablamos del yo que también todos los discursos fi-
subliminal, del subconsciente. Es- losóficos o científicos pueden leerse
tas palabras, evidentemente, son un como narración, quizá se deba a
tanto groseras cuando las compa- que, más que en otras épocas, la
Correspondencia