1. Introducción
2. Concepto de retraso mental
3. Clasificación del retraso mental
4. Retraso mental como trastorno del desarrollo
5. Problemas logopédicos en los trastornos del retraso mental
6. Evaluación logopédica
7. Intervención logopédica en retraso mental
8. Bibliografía específica
7. Intervención logopédica en
retraso mental
En general, las técnicas de intervención logopédica que se emplean con mayor asiduidad
se centran en los aspectos que figuran a continuación:
Teniendo en cuenta que los problemas de retraso mental son detectados durante la
infancia (y en ocasiones antes del nacimiento del niño), un aspecto que debería formar
parte de todos los programas de intervención logopédica sería el trabajo sobre la familia y
sobre sus necesidades, que generalmente incluyen la información sobre el tema y las
consecuencias que el problema puede tener en el futuro, el apoyo emocional y el soporte
profesional, o el establecimiento de estrategias comunicativas eficaces para interactuar
con el niño.
Así, el trabajo del logopeda con la familia suele concretarse en dos actuaciones básicas:
Información a la familia en el
momento del diagnóstico y durante
el tratamiento. Cuando se produce el
diagnóstico de retraso mental, es
común que las familias experimenten
miedo, nerviosismo e incertidumbre;
en estas situaciones, el logopeda
puede proporcionar información
apropiada sobre el trastorno y servir
como punto de referencia. Además,
y teniendo en cuenta que la
esperanza de vida en muchos casos
de RM es bastante elevada, es
importante que este trabajo de
información se siga produciendo
durante todo el periodo en que se
esté llevando a cabo la intervención,
tanto durante las etapas de infancia
y adolescencia, como incluso
durante la adultez.
Entrenamiento de la familia como
agente en la intervención. Se ha
demostrado en múltiples
investigaciones que una práctica
beneficiosa en este tipo de casos es
instruir a las familias (a) a
comunicarse de manera efectiva, y
(b) instarles a emplear actividades
lingüísticas no estructuradas que
permitan al niño mejorar su lenguaje.
Debido a que las dificultades de funcionamiento de las personas con retraso mental suelen
aparecer a edades muy tempranas, es habitual que haya una falta de habilidades y
comportamientos básicos para la adquisición lingüística.
Por ello, todos los tratamientos logopédicos deberían comenzar estableciendo una serie de
bases previas para asegurar que el niño podrá aprovechar la intervención que se va a
llevar a cabo y que ésta podrá ser efectiva. Entre estas bases destacan:
Es decir, que no sólo es necesario indicar al niño lo que no tiene que hacer, sino también
reforzarle cuando se comporte de manera adecuada (para así indicarle claramente lo que
se espera de él). En el tema anterior vimos algunas de las técnicas de modificación de
conducta más elementales, que pueden emplearse para el control de comportamientos
disruptivos.
Como ejemplo podemos considerar los criterios de Marc Monfort, que es uno de los
autores más importantes en este campo dentro de nuestro país, y que considera como
candidatos para los SAC:
Alteraciones articulatorias
Son muy frecuentes las alteraciones a nivel articulatorio, que pueden trabajarse con
ejercicios como:
Alteraciones prosódicas
Deberá buscarse la corrección de los errores entonativos y la práctica de una prosodia
correcta mediante actividades como las siguientes:
Los niños con RM tienen un vocabulario más reducido que los niños con desarrollo normal
del lenguaje y presentan limitaciones a nivel semántico, de ahí que sea común que el
logopeda intervenga sobre estos aspectos. El trabajo a este nivel deberá centrarse en el
vocabulario referente a los objetos y personas más significativos, e implicará:
Aumentar el vocabulario
Tanto a nivel comprensivo como productivo. Para ello, algunos ejercicios apropiados
podrían ser:
Las dificultades más frecuentemente encontradas en los niños con retraso mental, dentro
de la dimensión de la morfología y la sintaxis, tienen que ver con los siguientes aspectos:
1. Imitación.
2. Ordenación de historietas.
3. Reconocer frases correctas.
4. Completar oraciones.
5. Corregir oraciones desordenadas.
6. Descripción de eventos.
7. Invención de historias.
8. Role-playing.
9. Scripts.
Comprensión de oraciones
Para trabajar sobre este área, se emplean ejercicios como:
1. Seguimiento de órdenes
individuales. Por ejemplo, “coge un
lápiz”, “dame la goma”, “dibuja una
casa” o “pinta un árbol de color
rosa”.
2. Seguimiento de órdenes complejas.
Por ejemplo, “coge un lápiz y da un
salto”, “dame la goma que tiene
dibujada una estrella”, “dibuja una
casa que tenga el tejado verde” o
“delante de la casa, pinta un árbol de
color rosa pero que sea más bajito
que la casa”.
3. Producir oraciones semejantes.
Comunicación general
Una actuación fundamental para estos niños consiste en favorecer su contacto con otras
personas, buscando la realización de actividades sociales en las que tengan que
relacionarse con otros niños. Entre las actividades más habituales se encuentran:
1. Asistencia a asociaciones.
2. Talleres de tiempo libre.
3. Juegos y actividades deportivas.
4. Musicoterapia.
5. Terapias alternativas.
6. Sesiones de intervención grupal.
Desarrollo de la intencionalidad
El objetivo sería facilitar que el niño inicie el intercambio lingüístico y lo haga de manera
consciente e intencional. Algunos ejercicios pertinentes serían:
Gestualidad
En general, el niño con RM utiliza la modalidad gestual del lenguaje de manera muy
limitada, de forma que muchas veces ha de enseñárseles gestos sociales tan simples
como la sonrisa o el abrazo, y con frecuencia el lenguaje hablado no vaya acompañado
por gestos apropiados que complementen el mensaje. Para ello se emplean tareas como:
Sin embargo, si el niño alcanza la edad apropiada (6-7 años, dependiendo del colegio),
sigue en tratamiento logopédico para superar el retraso lingüístico y dispone de las
habilidades previas necesarias, sería apropiado que el logopeda trabaje con los profesores
para diseñar un programa de enseñanza de lectoescritura apropiado y ajustado a cada
caso. Existen numerosos manuales que pueden facilitar esta labor