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Filosofía de la educación 1

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U01A03 Documento de trabajo

 EDUCACIÓN 1. Los problemas que plantea la educación pueden dividirse en dos grupos: técnicos y
generales.
 Los problemas técnicos son problemas de procedimiento y requieren el conocimiento de
las situaciones concretas y de los medios que pueden emplearse en vista de ellas.
 Los problemas generales son en la mayor parte de los casos problemas de sentido y exigen
una reflexión sobre los diversos fines en vista de los cuales se dirige el proceso educativo.
 Los citados dos grupos de problemas no se excluyen mutuamente. Lo más usual es que uno
implique al otro, de tal modo que los procedimientos usados dependen con frecuencia de los
fines generales mantenidos, y éstos a su vez están determinados en gran parte por los métodos
empleados.
 Esta mutua interdependencia se hace patente en las ideas y métodos de trabajo adoptados
por muchos educadores, especialmente de los que no se han limitado a la elaboración
concreta de métodos y técnicas de aprendizaje específicos. Así, educadores como
Pestalozzi y Georg M. Kerschensteiner (1854-1921) han sobrepuesto a menudo a la labor
metódica concreta una reflexión sobre los fines de la educación.
 Otros, como Herbart o Dewey, han propuesto ciertos métodos en vista de ciertos fines. Por
los ejemplos citados se puede ver que la cuestión de los fines, aun sin absorber
completamente el problema de los métodos, ha ocupado principalmente a los que son,
estrictamente hablando, filósofos.

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Fichaje del artículo: EDUCACIÓN. En: Ferrater Mora. Diccionario de filosofía. Ariel. Barcelona, 1999.
Filosofía de la educación 1

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 EDUCACIÓN 1. (continuación)

 El problema de los fines de la educación es considerado habitualmente como una cuestión filosófica.
 El examen de la misma es uno de los principales temas de la llamada filosofía de la
educación, la cual se distingue de la pedagogía en tanto que esta última suele destacar las
cuestiones de método y de procedimiento.
 Interesan aquí únicamente los problemas filosóficos de la educación. Estos problemas han
sido tratados de muy diversas maneras. Algunos autores han considerado que los problemas
filosóficos planteados por la educación pueden resolverse únicamente dentro de una filosofía
general. En este caso la filosofía de la educación se convierte en una de las disciplinas
filosóficas pertenecientes al grupo de las llamadas "filosofías de" (de la sociedad, de la
historia, de la ciencia, de la religión, etc.). Esta opinión es estimada hoy día como demasiado
"especulativa", y se tiende a afirmar que la misión del filósofo con respecto a la educación se
limita al examen y, sobre todo a la aclaración de ciertas cuestiones suscitadas por el proceso
educativo.
 No es, pues, ya tan usual como lo fue antaño intentar derivar una pedagogía de una filosofía.
En vez de ello, la filosofía de la educación recurre a todas las ciencias que puedan
proporcionar auxilio en la citada labor de esclarecimiento: antropología, psicología,
sociología, biología, historia, etc., etc.
 Ahora bien, aun reduciendo la filosofía de la educación a una dilucidación no dogmática del
problema educativo (o problemas educativos) es usual (y hasta inevitable) que el filósofo
opere de acuerdo con ciertos supuestos. Tal ocurre especialmente cuando se trata de sentar, o
descubrir, los "fines de la educación". En tal caso desempeñan un papel fundamental ciertas
convicciones "previas" —políticas, religiosas, etc.—, así como ciertas ideas que pueden
estimarse muy básicas —como la idea que se tenga acerca de lo que es el hombre, cuál es su
puesto en el mundo, etc.—, y también ciertas creencias características de una determinada
cultura, o de un determinado período histórico.
 Muy importante para determinar tal "fin (o fines) de la educación" han sido las ideas
mantenidas acerca de cuál sea la más destacada o fundamental de las "facultades" en el
hombre.
 También han sido importantes las ideas mantenidas acerca de la naturaleza del individuo y su
relación con la comunidad.
 Ha habido, en efecto, filosofías de la educación de sesgo intelectualista; otras, de carácter
voluntarista; otras, de tendencia emotivista.
 Ha habido asimismo filosofías de la educación individualistas, colectivistas, personalistas,
transpersonalistas, etc. Uno de los "problemas eternos" con que tienen que habérselas
todos los filósofos de la educación es el de determinar (sea en general, sea en casos
concretos) la parte que le toca, o debe tocarle, desempeñar a la llamada "espontaneidad"
del individuo, y la parte que le toca, o debe tocarle, desempeñar a la llamada
"espontaneidad" del individuo, y la parte que le toca, o debe tocarle, desempeñar a los
llamados "bienes culturales" entre los que vive el individuo.
 Dos teorías radicales y extremas se han afrontado en este respecto.
 Según una, hay que dar rienda suelta a la espontaneidad individual, pues de lo contrario la
asimilación de los bienes culturales es forzada y, en última medida, contraproducente.
 Según otra, hay que "conducir" o "educar" al individuo tratando de hacerle asimilar los
bienes Culturales, inclusive, si es menester, con amenazas o castigos, pues de lo contrario
los bienes culturales se asimilan insuficientemente, o imperfectamente.
 La primera teoría ofrece tendencias llamadas "progresistas"; la segunda teoría, tendencias
llamadas "tradicionalistas" o "conservadoras". Los partidarios de la primera teoría
desconfían a menudo del valor de los bienes culturales por sí mismos, y con frecuencia del
valor de los bienes culturales de una cierta sociedad, período histórico, etc. Los partidarios
de la segunda teoría confían de un modo casi absoluto en el valor de un determinado
complejo o sistema de tales bienes culturales. Unos, pues, destacan y fomentan la
espontaneidad y la libertad; otros, la disciplina y la autoridad.

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Fichaje del artículo: EDUCACIÓN. En: Ferrater Mora. Diccionario de filosofía. Ariel. Barcelona, 1999.
Filosofía de la educación 2

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 Entre estas teorías se sitúan gran número de doctrinas intermedias.


 Común a muchas de éstas es la idea de que deben asimilarse los bienes culturales
respetando a la vez la espontaneidad del individuo. Los partidarios de estas doctrinas
intermedias tratan de reconocer el complejo juego que hay entre lo espontáneo y libre, y lo
disciplinario y autoritario.
 Lo dicho hasta ahora es, por descontado, muy esquemático, y demasiado abstracto, pero
nuestra intención era destacar simplemente algunos problemas llevando, para mayor claridad,
ciertas actitudes básicas a un extremo.
 Con este espíritu mencionaremos, para terminar, una cuestión en filosofía de la educación que va
adquiriendo cada día mayor importancia. Es la cuestión de los límites (caso que los haya) del proceso
de la educación según la edad del hombre.
 La mayor parte de las filosofías de la educación en el pasado han considerado sobre todo el
niño y, luego, por extensión, el adolescente y el joven.
 Hoy se tiende a considerar que la educación del hombre puede no cesar, y aún debe no cesar,
nunca, transformándose solamente de acuerdo con las diversas edades, capacidades, intereses,
etc. Esta tendencia actual corre el riesgo de hacer tan vagos los problemas de la educación,
que sólo por hábito o comodidad puede seguir empleándose el término 'educación' para
designar muy distintos fenómenos, especialmente fenómenos de que se ocupan la psicología y
la sociología.
 Pero si se afinan los conceptos suficientemente, la tendencia en cuestión puede resultar muy
fecunda, ya que en ella se tiene en cuenta que, especialmente en una sociedad económica y
culturalmente desarrollada, la educación desempeña un papel cada vez más fundamental.
 Hablar en general de "la educación de las masas" o de "la educación por el trabajo" o de "la
educación que da la vida", etc., es decir tanto respecto a la educación que no se dice apenas nada.
Pero examinar con detalle los problemas que plantea la educación como incorporación ordenada de
bienes culturales con vistas a su comprensión, y sobre todo a su transformación, es sacar la filosofía
de la educación de los angostos límites en que algunos autores la habían colocado para relacionarla
con todas las cuestiones que afectan a la vida humana como vida en sociedad.

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