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Cipriano Alberto Moreno

El jardín de Rosa Amelia

Fundación Editorial El Perro y La Rana


Red Nacional de Escritores y Escritoras Socialistas de Venezuela
Imprenta de Miranda, 2011
Colección Manuel Díaz Rodríguez - Narrativa
Serie Ídolos rotos - Novela
El jardín de Rosa Amelia
© Cipriano Alberto Moreno
Colección de Narrativa “Manuel Díaz Rodríguez”
Serie de Novela “Ídolos rotos”

© Para esta edición: Fundación Editorial El perro y la rana


Sistema Nacional de Imprentas
Red Nacional de Escritoras y Escritores Socialistas de Venezuela
Depósito Legal: (en proceso)
ISBN: 978-980-14-2085-9

Ilustración de portada: Fotografía de la carretera hacia Quiripital,


al sur Ocumare del Tuy, extraída de www.panoramio.com

Correción y Diagramación: Isaac Morales Fernández

Impresión: Julio Valderrey

sistemadeimprentasmiranda@gmail.com
http://imprentademiranda.blogspot.com
El Sistema Nacional de Imprentas es un proyecto impulsado
por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura a través
de la Fundación Editorial El perro y la rana, con el apoyo y la
participación de la Red Nacional de Escritores de Venezuela. Tie-
ne como objeto fundamental brindar una herramienta esen-
cial en la construcción de las ideas: el libro. Este sistema se
ramifica por todos los estados del país, donde funciona una
pequeña imprenta que le da paso a la publicación de autores,
principalmente inéditos.

EL JARDÍN DE ROSA AMELIA


El jardín de Rosa Amelia 9

PRÓLOGO

Venezuela, hermoso país de América, fue colonizada por


el Almirante Cristóbal Colon, el 1º de agosto de 1498. Está
situada en la zona tórrida septentrional de la América del Sur,
con una superficie de 912.050 km2. Después de su conquista y
colonización, empezó un ir y venir de distintas expedicionarios.
El primero en tocar costas venezolanas fue Colón, quien la
llamo Tierra de Gracia, entrando por el Oriente Venezolano, en
lo que hoy es Puerto Macuro. Seguidamente: Alonso de Ojeda,
Américo Vespucio, después la de Alonso Niño. Vicente Yánez
Pinzón, Rodrigo de Bastidas, Jácome Castellón, Gonzalo de
Ocampo, Bartolomé de las Casas, y otras tantas, que exploraron
a Venezuela y regresaron a España, cargados de oro, plata, y
otras riquezas de nuestro país. Colón llegó a Venezuela en el
año de 1498, pero imaginemos retrospectivamente como sería
de bello y hermoso este país en el año de 1398, o sea 100 años
antes, con una historia inédita en las páginas del tiempo, escrita
en el papel de la tranquilidad, la soledad y el silencio de sus
selvas. ¿Cómo serían los parajes por donde hoy transitamos?
Que muy a pesar de la mano devastadora del hombre, en su
labor campestre, todavía son bellos. ¿Cómo serían los Valles
del Tuy con su majestuoso río, cual el Tigris o el Éufrates, en
donde según la antigua mitología, en medio de estos dos
ríos, formó el creador el divino paraíso? Donde la tarde en su
quietud matinal era inviolable ante los ojos de turista alguno,
solamente contemplados por nuestros aborígenes, y todas las
especies de nuestra selva tropical. ¿Cómo sería el padre de las
aguas Venezolanas, en el arrogante Orinoco y sus afluentes,
10 Cipriano Alberto Moreno El jardín de Rosa Amelia 11

el Apure, el Manapiari, el Río Negro, el Caura, el Caroní y donde la naturaleza recrea la vista de todo visitante, formando
otros tantos ríos de nuestra tierra venezolana. En el centro de la más galante recreación en la tarde y su arrebol… Así es el
la lobreguez de las montañas, donde los siglos se mellaron, jardín de Rosa Amelia, nombre bonito de mujer, y que me trae
y en donde comulgan las ondinas, y el espíritu de la selva recuerdos lejanos de otro acontecer. Rosa Amelia juega un
vigila las ninfas y los animales silvestres. ¿Cómo sería el llano? papel importante en esta novela, cosa que ella nunca en su
Donde se confunde la raya visual del horizonte con el cielo vida se lo imaginó, que iba a hacer este rol, que por medio
y la tierra, donde la fauna venezolana forma un gigantesco del destino y la aventura, y tan lejos de su tierra natal, iba a
jardín zoológico, adornado por lagunas y riachuelos, como embellecer las páginas de esta novela que lleva su nombre y
el jardín del edén. ¿Cómo sería el Valle del Guaraira Repano, por que por medio de mi pluma sale a la luz pública después
hoy Cerro el Ávila? Con sus tribus de indios Caracas, Chacao, de difíciles investigaciones e informáticas de gentes mayores,
Petare, Caricuao y Tacagua, con una larga longitud de valle descendientes de esos antepasados que vivieron por esa zona,
fertilizado, donde Las Adjuntas, hasta Petare, atravesado por el campos de Miranda y Aragua en aquellos años revolucionarios
cristalino río Guaire, cual Tíber de Roma. Todas estas bellezas en que vivió Venezuela.
naturales, fueron contempladas por estos primeros hombres,
que vinieron desde más allá de estos mares y que nos trajeron
sus costumbres, tradicionales y religiones. Pero la tierra estaba PRIMERA PARTE: ALZAMIENTOS
ahí, minada por todo lo antes descrito; tan pura como la tierra
prometida del antiguo testamento de esta utópica imaginación Después de 14 años de guerra en Venezuela, sella nuestra
y que después de un siglo se llamó Venezuela. Desde ese independencia la Batalla de Carabobo el 24 de junio de 1821,
entonces empezó la devastación. Bajo la dirección de la mano ganada por las tres divisiones del ejército. La primera al mando
opresora de conquistadores y colonizadores, que duró 300 del General Páez, la segunda al mando de Manuel Cedeño
años de anarquía, hasta que el más grande general de América y la tercera al mando de Ambrosio Plaza, bajo la dirección
Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios, del General Simón Bolívar. Después de este grandioso
nos dio la libertad. acontecimiento, se sucedieron en distintas partes del país,
alzamientos y escaramuzas fascistas. Unos con ideas vandálicas,
El Jardín de Rosa Amelia: Aparentemente, el nombre y otros dizque defendiendo la causa del rey. Los guerrilleros de
de Rosa Amelia le da a esta novela una apariencia de un más renombre, y que duraron mayor tiempo defendiendo su
romanticismo fantástico y generoso, y en cierto punto, sí lo causa fueron: Dionisio Cisneros, en los campos de Miranda y
tiene, pero también tiene pases bélicos y sangrientos en los Aragua y Santos Zárate, en Aragua y Carabobo. Después de
que el lector se sorprenderá al encontrarse con que, lo que van estos dos jefes guerrilleros, fueron muchos los alzados: José
a leer, no es lo que quizás piensa, por su bonito título, sino Orencio Castellano, andaba alzado por Los Guayos; Rafael
algo muy distinto. Pero así son las cosas de la vida, a veces Flores, el calvareño vecino de Charallave, se alzó junto con José
que son y no parecen, y a veces que parecen y no son. Como de Jesús Zamora. En Barlovento se alzó Pedro Vicente Aguado,
cuando se llega a un campo abierto, de parajes encantadores, el doctor Manuel María Echendía y su hermano Juan Bautista,
que después va terminando en un risco escarpado y sin salida. Mariano Tirado, José Padilla, Tomas Galarraga, Felipe Pérez,
Como también a primera vista, caminamos entre desfiladeros Carmen Bocaranda, Francisco Marcelino Blanco, Julián Mejías,
rocosos y resbaladizos, y al llegar a la cima vemos que detrás de Fernando Muñoz, Magdaleno Martínez, Silverio Riobueno,
esos peñascos hay un bello panorama, con un valle acogedor, Francisco Ordoñez y Antonio Hernández. Centeno y Alvarado
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alzados en Lezama, Juan Silva en Villa de Cura, Vilorio que distintos caminos del ideal de la vida, se vino desde Altagracia
se vino desde Lezama y fue muerto donde llaman El Salto, de Orituco, por el Camino de la Independencia, que pasaba
cerca de San Casimiro, José Antonio Tovar y Gregorio Matute por el caserío La Democracia (hoy Parroquia) y Quiripital,
en Guarda Tinajas, Pío Ávila en Camatagua, Luis Hernández con rumbo de Ocumare del Tuy a Caracas. Como la mente
en Memo, Pedro Aquino entre El Sombrero y Barbacoa y otras deambulaba entre el tiempo y la ocasión, desistió de la idea de
tantas partidas de insurrectos de aquella época. Estas facciones seguir hacia Caracas. Este hombre fornido físicamente, bajo de
de gente de mal vivir, eran salteadores de caminos, saqueadores estatura, pero fuerte, apto para trabajos duros y rudimentarios.
de haciendas y cuatreros profesionales. Todas estas bandas Buscando de lograr su propósito en el campo proletario, de
alzadas, fueron sometidas por el gobierno y la revolución de hallar un sitio aparente para la cría y la agricultura, se enrumbó,
Ezequiel Zamora, que aunque también era un alzado, sometió desde el caserío La Democracia hacia abajo, siguiendo el curso
y fusiló a los más perversos, Cisneros fue el último guerrillero de la Quebrada de Mecía, hasta encontrar el sitio adecuado,
sometido por indulto o conmutado, después de que el general escogido por él para su asiento y estancia. Este lugar se
Páez fue Presidente Constitucional de Venezuela. Justamente, denomina El Alto de la Boca de Mecía, por estar cerca de la
el desenvolvimiento de esta novela trata de la vida y andanzas afluencia de la Quebrada de Mecía con el río Lagartijo. Es una
de Dionisio Cisneros, después de la Guerra de Independencia. planada en la terminación de una loma que baja de la cadena
Con el correr de los años, siendo Cisneros Coronel del Ejército montañosa del interior. Ahí se instaló completamente solo este
Venezolano al mando del general Páez, de todas maneras fue hombre. Fabricó un rancho techado con gamelote, con un
fusilado por orden del mismo Páez, en la población de Villa de amplio corredor, y ahí empezó su labor de trabajo de agricultura
Cura por insurrección y desacato militar, el 13 de enero del año y después de cría de ganado. Esto fue aproximadamente en el
1846, a las 11 de la mañana. año de 1825, porque cuando conoce a Rosa Amelia, ya tenía
Inocente más de quinientas reses y grandes sembradíos de todas
clases y eso, por supuesto, tenía un proceso largo, para tener
INOCENTE ASCANIO una producción de esa magnitud. Aunque vendiendo poco
ganado, y comprando a la vez vacas productoras, rinde la cría.
Al sur de lo que hoy es el Estado Miranda, había varias De esta forma trabaja este señor, vendía la cosecha ganadera
haciendas, desde cuando la repartición encomendera colonial. y después compraba pequeños lotes de novillas para la cría. El
Existía la hacienda Súcuta de Don Fermín Castillo Veitía, lugar era apto para ambos asuntos agropecuarios. Desde este
Hacienda Machillanda del Marqués de Mijares, hacienda San lugar, en la tarde precursora del tiempo nebuloso, anunciatriz
Bernardo del Marqués del Toro, el Cerrito y Rangel, y hacia la de la lluvia, en el arrumaje de las nubes, se alcanzaba a ver
parte sur, las haciendas Los Confines, el Páramo, los Plátanos el andamiaje de lomas como encajadas, una dentro de otra,
y Belén. Las demás partes de esas tierras que colindan con los hasta la raya limítrofe de Miranda y Aragua, cerca de la finca
Estados Aragua, Guárico y Miranda, estaban solas y baldías. Canta Gallo. Por el otro lado, la Quebrada de Jenjibral, y la
Siempre la tierra ha sido y es de quien la trabaja. Las aventuras, milenaria montaña de Cerro Azul, y el cristalino río Lagartijo,
vienen y van, por los caminos de la vida, y lo que no se encuentra con su cantarina corriente, cual Ganges misteriosos que bañan
en una parte se consigue en otra, aquí o allá, mas acá o mas las fértiles tierras de la sinuosidades de Los Vegotes de ambos
allá… Inocente Ascanio era de los soldados de la parte norte márgenes. La soledad del campo en la tranquilidad de la
del Estado Guárico, de Guatopo Arriba o del Alto de Quere. apacible noche, le daba a aquel lugar, un aire de meditación
De esos lados vino ese hombre. En el largo peregrinar por los religiosa por la tranquilidad y el silencio reinante en aquella
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estancia. Ahí se asentó este hombre, que llegó sin nada a este saqueos, robos de ganado por los distintos alzamientos después
sitio amasando después una gran fortuna con la agricultura y la de la guerra contra España. Este fundo de la Boca de Mecía
cría. En esta finca de la boca de Mecía, propiedad de Inocente estaba exento de estos atentados vandálicos de gente armada;
Ascanio, se desarrolla esta novela. La mayoría de las novelas primero, porque el dueño colaboraba con los revolucionarios
históricas venezolanas se desarrollan en fincas y haciendas, por en lo que podía, y con más razón con el gobierno; y segundo,
hechos acaecidos en las mismas, tales como: saqueos, robos por lo retirado de la vía real, siendo así, un apartado rincón
de ganado, hachos pasionales, romances amorosos y raptos, de difícil acceso. Tenía su vía de comunicación bordeando la
desde cuando la colonia. Todos estos hechos, dieron margen a Quebrada de Mecía, hasta llegar a su destino. Los que iban
los escritores y cronistas, para sacar sus conclusiones, que hoy para esta finca, iban a negociar algunas reses, o a comprar
dan su colorido a la cultura venezolana con detalles históricos. algún caballo, o a visitar particularmente al dueño, porque
después de esa finca en adelante no había salida. Muchos años
después fue que se abrió y se trilló ese camino hasta llegar a
UN APARTADO RINCÓN Altagracia de Orituco, quedando el camino viejo que pasaba
por La Democracia sin transitar y perdido en las páginas del
Cuando la época colonial, que hubieron las encomiendas tiempo y la historia. La planada donde este hombre se ubicó,
indígenas y el reparto de tierras en Venezuela, por real cédula está y estará mientras el mundo exista aunque no como la puso
de España, que consistía en un documento firmado por el rey, él, porque ahora pasa por este lugar un gasoducto y el paisaje
dando su autorización para tal efecto, aquí en Venezuela fue es mustio y desolado. La casa de la hacienda, estaba hacia la
tanta la autoridad del mando español, que hasta los caminos parte del cerro, y los corrales de gran capacidad estaban hacia
eran reales. Porque se decía y era así: que todo lo de aquí, la Quebrada de Mecía, donde había un enorme cotoperí. Los
pertenecía al Rey de España. Aquí se creó un refrán muy potreros estaban hacia el sur, y ocupaban la Fila de Jenjibral,
popular, que todavía lo comentan: usted es más viejo que el hoy Fila de Manuel Vicente. Inocente Ascanio llegó a tener más
camino real. La mayoría de estas posesiones que pasaron a ser de ochocientas reses, fuera del ganado caballar, mular y asnal.
haciendas privadas, estaban a la vera de los caminos reales o Tenía seis personas fijas que se ocupaban de los quehaceres
principales de la época, por los rumbos de Miranda, Guárico, de la finca. Entre ellos, el negro Pablo Mayorca, que era el
Aragua y otros estados centrales. Esta finca de la Boca de Mecía amansador de las bestias cerreras. En tiempo de sequía, cuando
no fue obtenida por reparto de tierras ni encomiendas, sino por los potreros se trasquilaban, el ganado lo pasaban a pastar por
voluntad propia y personal. Inocente Ascanio exploró aquella las vegas del río Lagartijo, que siempre conserva las orillas
tierra y vio que era un buen punto para la agricultura y la cría, verdes y frescas, aptas para el ganado. Las casa de la finca tenía
haciendo allí su asiento, y empezó a trabajar la agricultura un improvisado acueducto por elevación hecho con bambúes,
y la cría. Desde Caracas, por Ocumare del Tuy, venía el que caía por gravedad a poca distancia de la casa, para los
camino que pasaba por Quiripital y La Democracia hacia el trabajos cotidianos que realizaban los que trabajaban en la
llano. Este camino real lo bauticé yo como el Camino de la finca Boca de Mecía.
Independencia. No solamente comunicaba al llano, también
a todo el oriente venezolano. Por este camino, desde la guerra
de independencia y después también, era un ir y venir de las ROSA AMELIA
tropas realistas y republicanas, como después del gobierno y
los revolucionarios, cuando se sucedían hechos sangrientos, Cuando el Oriente venezolano fue tomado por José Tadeo
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Monagas en 1831, por motivos de esos alzamientos, y por miedo posada le dieron trabajo a Rosa Amelia, y fue ahí donde la
a la guerra, mucha gente emigraba hacia nuevos horizontes de conoció Inocente por primera vez, el dueño de la finca Boca
rumbos lejanos, y ese fue el caso de esta mujer: Rosa Amelia de Mecía. Rosa Amelia era una mujer de unos 30 años, alta,
Narval, natural de El Pilar. En este pueblo funcionó el primer de una esbeltez bien formada, una belleza extraña, enigmática
teleférico de Venezuela que transportaba carbón de piedra de y fascinadora, de ojos negros como uvas en maduración, de
Carúpano a El Pilar. Como el Oriente venezolano había sido tempestuosa brillantez, piel teñida más bien cobriza quizás
escenario de muchas hazañas sangrientas, Rosa Amelia, ya por los embates del sol Oriental. En los tintes de su madurez,
sin familia por causa de la guerra, resolvió irse a la aventura no había aflorado en nada ni ápice de vejez. Se observaba en
de Dios y a lo que le deparara el destino y un día cualquiera, ella, en momentos melancólicos, que había sufrido algo que la
salió de su tierra con rumbo desconocido. Por este camino ya atormentaba hacía muchos años. En su juventud había tenido
antes mencionado, que venia desde el Oriente a Caracas, se un pretendiente, a quien había querido mucho, pero había
encaminó Rosa Amelia. Después de quince días de marcha, muerto en una de las tantas rebeliones acaecidas en Oriente.
llegó esta mujer a lo que es hoy El Refugio, en donde funciona Por eso, ella, le temía a la guerra y a los alzamientos. Trabajo
una rastreadora de la CANTV, ya próximo a dejar las tierras mucho tiempo en la pesca, en la siembra de tabaco con sus
aragüeñas y entrar en Miranda. Al fijar la vista en línea recta, hermanos, pero todos sus familiares habían desaparecido. El
allá en la azul lejanía, alcanzó a ver las serranías del Ávila, camino que conducía a la finca de Boca de Mecía era por
guardián eterno de Caracas, y se dijo entre sí: “¿qué habrá toda la riviera de la Quebrada de Mecía; hoy, por donde
detrás de esa inmensa serranía?”. Casi todos los seres humanos, va el camino actual, no había comunicación. De manera
en momentos como estos, los recuerdos lejanos, afloran en la que Inocente Ascanio, en sus viajes hacia los Valles del Tuy,
sensibilidad del alma, y le trae cierta tristeza todo aquello que ha obligatoriamente pasaba por esta posada de Mecía abajo, y en
dejado atrás. Como el pensamiento no tiene distancia, recordó su ir y venir, se paraba en este sitio. El dueño de esta posada, un
El Pilar, aquellos cerros inolvidables, El Mapire, Tataracual y señor de apellido Padrino, con el cual tenía Inocente Ascanio,
Punta de Peñas, que cuando niña trepaba por ellos, con sus buena relación de amistad y de negocios, le vendía ganado y
hermanos, contemplando el mar de las Antillas, inmenso y cochino para la pesa, como también frutos menores para el
majestuoso como siempre, donde la brisa marina revoleteaba consumo diario de su posada. En uno de estos viajes, Inocente
mil veces su larga cabellera, dándose un baño reparador, con las como de costumbre se paro en la posada para almorzar, y fue
amigas de su edad. Contemplando aquel inmenso panorama, cuando vio a Rosa Amelia por primera vez, en sus quehaceres
para ella desconocido pero bello y encantador, ante sus ojos cotidianos de la posada. Inocente a primera vista sintió el
brotaron dos lágrimas, de aquellos ojos bellos color azabache, punzado de la flecha de Cupido penetrándole le misterioso
y diciéndose a sí misma: “¿por qué he de llorar?, si ya no hay dardo del amor. Rápidamente le pregunto al señor Padrino que
remedio”. Siguió adelante Rosa Amelia sin saber que le faltaba quien era aquella mujer, y de donde había venido, porque jamás
poco para llegar a la meta que le había trazado el destino. la había visto por esas tierras. El señor Padrino, hombre versado
Descendió por la bajada de Carutico y llegó a Mecía abajo, y diestro en el acontecer de la vida se dio cuenta de inmediato,
al caserío La Democracia, a una casa de corredor que servía que a este hombre lo había motivado esa mujer hondamente,
de posada a los arrieros que venían del llano. La Democracia, se lo había notado en el brillo de sus ojos. Padrino, no dando
en la época, era solamente un caserío. Mucho tiempo después a entender nada al respecto, le dijo a Inocente: “esta es una
fue que la elevaron a Parroquia del Distrito (hoy municipio) nueva sirvienta que vino de Oriente y le dimos trabajo aquí.
Lander, Ocumare del Tuy, Estado Miranda. En esta casa de Ella iba de paso hacia los Valles del Tuy, pero a Gertrudis, mi
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mujer, después de hablar con ella, le cayó muy bien por su dominio; potestad que tiene toda mujer sobre el varón, aunque
trato y gentileza y le dimos la concertación”. Sin duda alguna el hombre dice que quien tiene el poder es él, pero en honor
a Inocente le gustó esta mujer y se sintió enamorado de verdad a la verdad no es así. Por su parte, Rosa Amelia autoanalizaba
por primera vez. Los viajes continuos de Inocente Ascanio a La y veía claro que no podía esperar más, y al meridiano de sus
Democracia se sucedían casi a diario, a veces que desayunaba años, estaba en el punto descendente. Tenía 31 años, y ya en el
y almorzaba en la posada del señor Padrino. Por supuesto, arrebol de sus tardes los reflejos serían pocos. No tenía familia,
quien le atendía era Rosa Amelia, aunque hablaban muy poco, ¿qué haría vieja y sola en este mundo? La decisión estaba
pero Rosa Amelia, ni corta ni perezosa, se daba clara cuenta tomada, y se dispuso a esperar.
del porqué la permanencia incesante de este hombre en la
Viajaba Inocente Ascanio desde Ocumare del Tuy hacia su
posada. Hay personas que tienen una facilidad de expresión
finca en la Boca de Mecía. Al trote de la mula iba sumergido
para algunas cosas, y una timidez para otras. Inocente delante
en su abstracción, empezando a descender aquella colina.
de esta mujer, sentía vergüenza y pena para hablarle, pero una
Fijó la vista en la aridez salvaje de aquellos inmensos valles,
vergüenza emocional solamente ante ella, porque después
desde el cerro de Cenicero hasta las montañas del Cerro Azul,
cuando estaba a solas hasta ensayaba lo que pensaba decirle,
en donde nace el río de ira, y en una silenciosa peroración
después cuando la tenía al frente, evasivamente fingía algún
de palabras inocentes que resonaban en su mente, hablaba
pretexto se marchaba y no le decía nada. Rosa Amelia sabía a
inconscientemente con Rosa Amelia. Entrando ya en su cabal
ciencia cierta lo que le pasaba a Inocente, y no lo enfrentaba.
sentido, afloró en su mente la idea de encontrarse con ella en el
La pasión del amor penetra hasta en los huesos, y estremece
sitio aparente, y manifestarle todo su sentimiento amoroso para
las médulas corporales, y penetra también en las raigambres
con ella. Y a veces el pensamiento concuerda con los sucesos,
del alma. El deseo en el hombre es una perpetua enfermedad.
porque al llegar al caserío de Mecía abajo, en el segundo
Inocente tenía una aspiración insaciable, y tenía a como diera
paso de la quebrada, como algo bien planificado, estaba Rosa
lugar que comunicárselo a Rosa Amelia porque, prácticamente,
Amelia lavando a la orilla del camino. Inocente, al verla, se
era un enamorado solo. Él mismo lo decía. La fuerza del amor,
desmontó y agarrando la mula a la diestra, se dirigió hacia ella.
enloquece, embrutece y hasta oscurece la claridad de la mente.
Con ademán ceremonioso, muy respetuosamente la saludó, y
Esa misma fuerza conllevó a Inocente a declarársele a Rosa
ella con una sonrisa picaresca y muy oronda contestó, con su
Amelia, Rosa Amelia se mostraba cortés y recatada, cuando
voz dulce como un canto que acaricia. Hubo un breve silencio.
hablaba con él (astucia de mujer). Los regalos casi a diario no
Rompiéndolo, Rosa Amelia, le dijo: “¿de dónde viene?”, a lo
faltaban, frutas traídas de la finca, frutas silvestres, postreras
que él contestó: “vengo de los bajos del Tuy y voy para mi
de leche fresca, queso de mano. Siempre, en las relaciones
casa”. Rosa Amelia vestía un camisón hasta más debajo de
amorosas, no faltaba algún regalito. Rosa Amelia, al recibir
la pantorrilla, como vestían las mujeres de esa época. En el
estos regalos, fingía un desinterés “profesional”, que es una de
descote de hombro a hombro, se notaban dos exuberantes
las armas de la mujer, y luego le decía: “no se moleste tanto”, y
mamilas que despertaban el más hermoso deseo. En el vaivén
le daba las gracias. A Rosa Amelia, aunque este hombre no se
de la transpiración, se movían como dos melocotones en
le había declarado, empezaba a interesarle. En sus deducciones
maduración, aquel busto perfecto de esa mujer encantadora,
analíticas, se decía: “es un hombre honesto de trabajo, y de
sus perfectas formas corporales que a la vista del varón invitaban
buena posición económica, ante mí pierde el sosiego y lo delata
al llamado voluptuoso de la carne.
la debilidad. Sabiéndolo entender, puedo llegar a dominarlo”.
Rosa Amelia esperó la decisión de este hombre para imponer su Inocente Ascanio era analfabeta, carecía de formas
20 Cipriano Alberto Moreno El jardín de Rosa Amelia 21

expresivas, pero contemplando a Rosa Amelia se le turbaba de recreación a la peonada de esta finca. Hoy impera allí el
el pensamiento y eso era la causa de la indecisión de hablarle. silencio y la desolación.
Cuando un hombre se interesa por el pasado de una mujer,
por sus desgracias, por su dolor, toda esa preocupación y
generosidad, conlleva al camino del amor, y se termina amando. LA DECLARACIÓN
Inocente, ese día, sí le habló a Rosa Amelia, pero empezando
por su pasado. Le preguntó por su familia, el porque de estar La conversación de Inocente y Rosa Amelia ese día en la
tan lejos de su tierra, el motivo de su venida, en fin, una serie quebrada fue muy animada y amena. Ya para despedirse hubo
de interrogantes que Rosa Amelia esquivó diciéndole que su un breve silencio entre ambos, al final habló Inocente: “Rosa
vida era un proceso muy largo de explicar. Esta mujer, que Amelia, mañana vengo a hablar contigo algo que tengo hace
ya había empezado a interesarse por este hombre, por sus mucho tiempo por decirte”. Rosa Amelia se extrañó de que
regalos, su atención para con ella, y esa pasión por ella que por primera vez Inocente había suprimido la palabra usted y
no podía esconderla, se creyó y esperaba que él insinuara la había tuteado. Ella como mujer acostumbrada al diálogo,
una conversación cónsona con lo que él sentía por ella, y le dijo: “si es algo importante, hable de una vez”. A lo que
que también ella había empezado a sentir por él. Después de Inocente, montando la mula, insinuó: “mejor es mañana,
un prolongado silencio, Rosa Amelia tomó la delantera y le porque estoy apurado”. Los días pasaron, pero Inocente no
dijo: “¿queda muy distante de aquí su finca? Considero yo que vino como lo había prometido. Mientras tanto, Inocente, en la
debe tener mucho ganado, y también debe ser muy bonito ese soledad de su aposento, le parecía oír el rumor de las palabras
campo”. Inocente, con gesto caritativo, le contestó: “de ganado de Rosa Amelia cuando le dijo: “hable de una vez”. Inocente
tengo una buena cantidad, y el lugar es adecuado para la cría y en su larga vida no había sentido por ninguna mujer lo que en
la agricultura… Usted no ha ido porque no ha querido, porque su pecho de hombre hosco e insensible ahora estaba sintiendo.
yo estoy a su orden cuando guste visitarme”, a lo que Rosa Pocos amores o conquistas había tenido en su vida, fue poco
Amelia insinuó sin dilación: “¿cómo voy a ir si usted no me ha adicto a los amoríos de juventud. Primero era inculto y sumiso,
invitado nunca?”. Inocente comprendió que no era la forma conservador del dinero y poco gastable. Esa era una de las
de invitar a Rosa Amelia a su casa, ni tampoco la respuesta razones de haber llegado a la edad de 45 años solo. La soledad y
si el lugar era bonito. El campesino le da poca importancia a el aislamiento en el punto de la superioridad. Cuando el hombre
las bellezas naturales del campo, así como cascadas, saltos, se dispone a vivir solo es porque es un hombre fuerte. El que
panoramas, paisajes y lugares estratégicos de ciertos puntos, desafía a la soledad, es de pensamientos nobles y concretos,
como mesetas encantadoras y playas de río. Será por su ideas firmes, porque en la soledad de las neuronas cerebrales
permanencia en el campo, y que los contemplaban a diario, es donde la conciencia llega a la más completa exactitud. Es en
en su deambular cotidiano. En realidad ¿qué belleza le puede la soledad donde el pensamiento se expande, dando cavidad a
encontrar a la playa aquel que vive a la orilla del mar? Este pensamientos sanos y sabios, porque la sabiduría es amiga del
es el caso de Inocente Ascanio. En referencia al sitio, donde silencio y la soledad. Todos los grandes hombres de la historia,
este hombre tenía su casa y los corrales, era una pequeña así como los poetas, filósofos, escritores y héroes, han buscado
planicie por rodeada por dos corrientes de aguas cristalinas: siempre la soledad. En el caso de Inocente Ascanio era distinto,
la Quebrada de Mecía, y el río Lagartijo, y en el punto interior, porque él no había permanecido solo por nada de estos
o sea en el centro, tenía tres corpulentos árboles de cotoperí conceptos misteriosos de la vida y la naturaleza ignorados por
que servían de sesteadero al rebaño de ganado y también él, si no por todo lo antes descrito referente a sus actuaciones
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y formas de ser. Pero el amor de Rosa Amelia lo hizo cambiar por los dueños de la casa. Rosa Amelia, muy jacarandosa y
completamente. ataviada lo saludó con esa demostración de aprecio y de
cariño, cualidad muy característica en ella; mandándole a
Varias noches estuvo pensando en Rosa Amelia. La decisión tomar asiento. Después de una corta conversación familiar,
en un hombre que se ha acostumbrado a vivir solo es inestable, Rosa Amelia e Inocente se sentaron a la sombra de un hermoso
pero en realidad se había enamorado, y el amor puede con pomarroso cerca de la casa, donde dialogaron por largo
todo, el amor ha dominado y domina al mundo. Hasta el más rato, conversación sobre distintos puntos al respecto, como
grande profeta de todos los tiempos, Jesús de Nazaret, vino al personas maduras y respetables. Después de aclarar sus ideas
planeta tierra por el amor, y murió por el amor… Inocente, en sus y conclusiones la declaración de aquel gran amor, se hizo
reflexiones, llegó a la conclusión que tenía que llegar: no podía realidad. La declaración fue y se acentuó con fervor en ambos.
pasar el resto de sus días solo. Necesitaba una compañera que Rosa Amelia llegó a ser, dueña y señora de la finca de Boca de
le atendiera, su sistema de trabajo se lo exigía, y personalmente Mecía. La unión de este hombre con esta mujer los cambió por
necesitaba a una mujer y esa mujer era Rosa Amelia Narval. completo. Él se volvió generoso, caritativo y sin escatimar nada.
Anteriormente, y más en los campos, pocos se casaban, Hay un decir popular que dice “el hombre hace a la mujer, y la
las parejas solamente eran una unión en concubinato, que mujer hace al hombre”. Después de que Rosa Amelia se instaló
en su mayoría duraban toda la vida. El amor es el mismo a en su nuevo hogar, mandó a remodelar la casa. Mandó a hacer
la edad que sea; pero tiene distintas etapas. Cuando se llega una galería para los enseres de trabajo, como aperos, sogas,
demasiado joven al amor, todo es ilusión, se cifran las mejores mecates, sillas de montar, otra pieza para depositar el alimento
esperanzas, las mejores ideas, y después de ese largo camino de los animales, cuartos y cocina aparte. Antes de ella llegar
de la vida, donde se encuentran tantas cosas bellas, es donde todo estaba listo (casa de hombre soltero).
la pasión, que es el mismo amor, nos traiciona con nuevas
ideas, entre todo aquello que no habíamos visto. Cuando se
llega demasiado tarde al amor, se quiere devorar tan rápido, LA NUEVA UNIÓN
y es cuando nos damos cuenta de que ya el sol de la tarde
no regresa. Cuando en una unión ha habido entendimiento y Empezó Rosa Amelia su nueva vida al lado de este hombre
comprensión, es cuando nos invade el sentimiento del amor rústico, analfabeta y campesino. A pesar de todo esto, había
propio en compañía del ser querido, cuando se llega a la vejez, amor y comprensión, lo importante en un hogar. Rosa Amelia
es la suprema compañía. Entre tanto, Rosa Amelia meditaba era una mujer de trabajo, hacendosa y diligente, muy atenta con
igual. Estaba sin familia, sin siquiera un hijo, y ya el ocaso de los su marido y del quehacer cotidiano. Esta mujer había enseñado
años se reflejaba en su faz, como una flor que languidece con a Inocente a leer y a escribir, al menos a firmar claro su nombre,
los embates del sol. El instinto en la mujer es conservación por ya que era este un hombre negociante en el ramo ganadero.
naturaleza sin dar rienda suelta a su sentimiento. Rosa Amelia En una tarde vesperal, sobre los campos agrestes, cuando
se había enamorado de Inocente y empezaba a quererlo con el viento susurra entre el ramaje intrincado de las montañas
verdadero amor, aunque no lo demostraba. Después de una cercanas, trayendo un hálito como de perfumes extraños de mil
tardanza de varios días, en una tarde vesperal, cuando el sol con flores silvestres que se expanden en la estancia, evaporando su
sus fulgores destellaba los cerros de Tiara, los confines y el tope fragancia en aquel sitio encantador, Rosa Amelia, sentada en el
verde, llegó Inocente Ascanio a la posada de la familia Padrino improvisado pórtico de la casa, meditaba como la Magdalena
en Mecía abajo. Inocente fue recibido con atención esmerada en su balcón cuando vio a Galileo por primera vez. Hundida
24 Cipriano Alberto Moreno El jardín de Rosa Amelia 25

en sus reflexiones, se trasportaba en un profundo éxtasis a la hasta llegar al centro. Fuera de este jardín, Rosa Amelia había
población de El Pilar, con su altura piramidal, recordaba y sembrado al derredor de la casa, muchas naranjas y limón que
veía en su imaginación los ricos cacaotales, veía El Volcán de en tiempo de floración, por las noches, el perfume de azahar
los Azufrales, sitio que atrae al visitante por su yacimiento de embriagaba con su fragancia, cuartos y corredores de aquel
azufre, y sus dos grietas por donde escapan vapores, gases y rancho campesino.
agua caliente, y sobre todo el inmenso mar de las Antillas que
la vio crecer. Ahora a Rosa Amelia le parecía estar viendo todo Rosa Amelia esperaba un hijo de aquel amor fortuito que
eso, pero no. No era así. Estaba en la Boca de Mecía, muy había nacido por una casualidad del destino, pero ella no
lejos de su encantadora tierra, viendo paisajes distintos, con se arrepentía de nada, más bien sentía una profunda alegría,
horizontes de montañas y no de mar. por aquella semilla que crecía en su vientre y que le daría la
felicidad más grande de su vida: un hijo. Ya no estaría sola en
Había trascurrido un año de la unión de Rosa Amelia e el mundo, y más crecería el amor por aquel hombre que era
Inocente y todo marchaba al compás del entendimiento y la el fiel compañero de su maltratada vida, y con esa esperanza
alegría. Rosa Amelia no tenía más norte sino el trabajo. Esta finca culminaría y olvidaría esos sufrimientos y azares de su vida
había avanzado en todo, bajo la disposición de Rosa Amelia. pasada que la atormentaron tanto. Ahora, con la venida de
Tenía gallinas en cantidad, patos, pavos y guineas. Se vendían este retoño, todo cambiaría por completo. Llegó el tiempo
treinta cochinos engordados por la mano de Rosa Amelia y por del alumbramiento y Rosa Amelia trajo al mundo un hermoso
la servidumbre por supuesto. Inocente por su parte le atendía varón, que le pusieron por nombre Domingo Ascanio. Así fue
con mas ahínco al ganado, contento y enamorado de su mujer, registrado por su padre en el libro de nacimiento de la jefatura
por eso para ella eran los mejores elogios y regalos. Cuando civil del cantón de la Sabana de Ocumare del Tuy abajo. Este
venía de Ocumare del Tuy, Rosa Amelia había mandado niño fue el centro de la esmerada atención y los mimos de estos
a condicionar un pequeño lote de tierras bien cercado y dos seres. Este niño fue para ellos, como el lucero mañanero
fertilizado con bosta de ganado y tierra negra, y fundó en el un que le presta sus reflejos a dos estrellas que ya en el ocaso han
gran jardín, pero no de matas florales. Este jardín fue cultivado perdido su reflejo. Como la estrella que se oculta al llegar la
en forma de espiral con siete especies de matas, dándole al madrugada y el lucero de la mañana aparece en los tintes de la
principio, en todo el centro, sembrando la primera especie de aurora. Siempre el primer hijo es alegría del hogar, más cuando
siete matas de sábila, siete matas de achicoria, ajenjo, angélica, ya la naturaleza en su tiempo correspondiente pasa el preaviso
amapola, árnica, artemisa, belladona, caña de la india, cola de de la infecundidad en los seres humanos. Rosa Amelia, ya
caballo, cilantro, consuelda mayor, granado, hinojo, jengibre, establecida de su maternidad, volvió al tren de su trabajo, y
manzanilla, toronjil, hierba buena, orégano, romero, ruda, aunque tenía sirvientes, era muy diligente y cuidadosa de que
salvia, saúco, verbena, bretónica, zarzaparrilla, hierba mora, todo saliera bien en su hogar. De los alzamientos y revoluciones
ipecuana, albahaca morada, yantén, retama, escorzonera, y en se oían los comentarios, pero como esta finca estaba apartada
la entrada una mata de eucalipto. Este jardín botánico de Rosa de la vía principal hacia los llanos, poco era visitada por esas
Amelia, sembrado de siete matas distintas, por la forma espiral fuerzas, aunque se sabía de su existencia en aquel lugar.
que fue sembrado, formaba una pequeña avenida circular que
llegaba hasta el centro y facilitaba la búsqueda de cualquier
planta medicinal. Este jardín servía de botica para la peonada APARECE DIONISIO CISNEROS
de la hacienda y los vecinos cercanos. El mantenimiento de
este jardín, era único, el agua le corría por pequeñas zanjas Cuando Inocente Ascanio se aposentó en este lugar, ya
26 Cipriano Alberto Moreno El jardín de Rosa Amelia 27

Cisneros andaba alzado por estos lugares. Inocente oía los de La Garza, sorpresivamente le salió un hombre al paso de
comentarios al respecto, que asaltaba y saqueaba las fincas, estatura mediana o regular. Tenía puesta una casaca tipo militar,
que mataba gente, que prácticamente era un asesino salteador pantalón de kaki, un sombrero de ala corta a la altura de los
de caminos, que era brujo, porque desaparecía cuando le ojos, y unas botas de cuero tipo polaina. Tenía el aspecto, no
metían comisión. En cierto punto tenían razón, pero no era así de campesino, sino de un llanero encargado de alguna finca.
el asunto, desaparecía porque conocía muy bien estos terrenos. Pablo, al verlo, se sorprendió un poco, pero la reposición en
Según su forma de proceder, Cisneros creía tener razón, aunque el hombre de brío es rápida y resuelta. Al tenerlo al frente le
en realidad era completamente en contra de la ley. Inocente no dijo: “¿qué tal?”. A lo que aquel hombre con gesto de cariño
lo conocía, ni nunca se había encontrado con él; por díceres y humildad le contestó: “bien compañero y a usted cómo le
sabía su modo de proceder, y por eso estaba al tanto. Cisneros ha ido”. “Bien por los momentos”, le contestó Pablo. Pablo lo
andaba por los montes, siempre desechando el camino real, primero que pensó fue en Cisneros, y así era. Después de un
con su tropa armada. Trillaba caminos por partes distintas. Era breve silencio, el desconocido tomó la delantera y le preguntó
excelente baquiano de todos estos campos. Él había sido arriero que de dónde venía el compañero. “Vengo de río abajo, que
antes de meterse en la guerrilla, y los arrieros que transitaban por estaba sabaneando un ganado de la finca donde trabajo que se
esta vía de Miranda hacia Guárico por supuesto que conocían vino por estos rumbos”. “¿Y usted para dónde va?”. “Yo vengo
todos los campos y serranías, como también a muchos dueños de los bajos del Tuy, revisando las costas de este río para ver si
de fincas. Cisneros tenía un camino muy transitado por él, desde compro o me posesiono por aquí en algún lote de terreno que
Taguay y Carmen de Cura, pasando a veces por Los Pilones, otras este vacío. ¿La finca en donde usted trabaja, queda muy lejos de
veces al salir a la Finca Canta Gallos, al llegar a estos linderos, aquí?”. “No. Queda como a veinte pasos del río”. Cisneros sabía
se dividían en varias trochas, por no pasar directamente por La de la existencia de esa finca. También sabía quién era el dueño.
Democracia y Quiripital, y esquivar también Ocumare del Tuy. Tampoco estaba solo en aquel sitio. Tenía la tropa emboscada
Una de estas veredas pasaba por la Quebrada de La Danta, de lado a lado a menos de diez metros. En esta conversación
bordeando la Quebrada de Mecía, hasta llegar a la Quebrada con Pablo Mayorca llegó Cisneros a lo que siempre insinuaba
de Las Cocuizas, caía al Río Lagartijo y salía por San Francisco en sus conversaciones de forasteros y habitantes. Después de
de Yare. En la confluencia de la Quebrada de Las Cocuizas con hablar por largo rato con Pablo, le hizo la pregunta culminante:
el Río Lagartijo, tenía Cisneros un improvisado campamento, “¿usted no ha oído hablar de un tal Cisneros que anda alzado
en una de las vueltas de esa quebrada poco antes de caer al río. por aquí. Este hombre y que es malo, que roba y mata gente”.
La gente que siempre bajaba por el río, era vigilada sin saberlo Esto era como un interrogatorio para ver qué le contestaba el
por los oficiales de la guardia de ese campamento. En varias interrogado. Dios libre al que contestara mal. Pablo, que había
oportunidades, Inocente Ascanio había sido informado por oído las estrategias del guerrillero y presintiendo que podía
peones de la finca de que gente extraña andaba por el río abajo. ser él, respondió en el acto: “Ni lo he oído nombrar, menos lo
En una oportunidad, un empleado de Inocente se encontraba conozco, por eso no puedo decir nada de ese señor”. Pablo,
en las vegas del río abajo, y al sentir una pequeña bulla, se al despedirse, le preguntó. “¿Cómo es el nombre de usted?”
escondió detrás de un árbol, para no ser visto, y observó que Y el desconocido le respondió cariñosamente: “Mi nombre es
un piquete de una pequeña tropa bien armada venía río arriba Manuel Oliveros, para servirle”. Este encuentro fue notificado
y se perdieron por la Quebrada de Las Cocuizas. Otro día a Inocente por el peón Pablo Mayorca tal como fue. Inocente
venía el amasador de la hacienda, Pablo Mayorca, subiendo al oír todo esto, se dijo en silencio “ese era Cisneros”, y
por las márgenes del río, y en el sitio denominado El Pozo dirigiéndose a Pablo, le dijo: “Déle gracias a Dios que no se
28 Cipriano Alberto Moreno El jardín de Rosa Amelia 29

te soltó la lengua, de lo contrario estuvieras olvidado de este Mecía, en el tiempo prudencial de los encierros de los animales
mundo si hubieras hablado mal del tal Cisneros, porque ese era para el servidor del engrase contra las garrapatas y el gusano
el mismo Cisneros en persona”. de monte, nunca caía la novilla barrosa. Sucesivamente se
hicieron varios encierros y siempre faltaba la novilla barrosa.
Se evidenciaba lo que le podía haber pasado a esta novilla,
LA NOVILLA BARROSA supuesto que ella siempre se salía de los potreros cercados
en donde pasteaban los demás rebaños, y se perdía río abajo,
El campamento en este sitio de la Quebrada de Las Cocuizas, quizás por lo más fresco de los pastizales a la orilla del río.
no era continuo, porque tenía campamentos en distintas partes Como para más pruebas, se encontraron señales de haber sido
de la zona boscosa de los campos de Miranda y Aragua. A beneficiada. Inocente estaba casi seguro de lo que presentía y
veces andaba, por Los Pilones, Agua Blanca, Navarro, Taguay, quién lo había hecho, pero ante este incidente guardó silencio
Carmen de Cura, Camatagua y San Sebastián. Como también porque no era conveniente armar un escándalo a sabiendas de
por las cercanías de Charallave, Santa Lucía, Yare, Santa Teresa, con quién se podía encontrar.
Baruta, Petare y Ocumare del Tuy. Después de cuarenta y cinco
días del encuentro de Cisneros con Mayorca, estaba la tropa de
Cisneros acampada en la Quebrada de Las Cocuizas. Cerca de EL ENCUENTRO
este campamento no quedaba ningún caserío ni mucho menos
bodega o pulpería. Lo más inmediato era el caserío de La En una tarde del mes de mayo de 1829, cuando el sol en el
Democracia y Quiripital, donde había unas haciendas de café, ocaso, ya sin candor, daba su diáfana lumbre sobre los cerros
y esto era muy distante de ese campamento. Cisneros, había de Carutico y Macarilla; cuando el campo reverdece y las flores
advertido que había que cazar cualquier animal de monte campestres dan la más bella policromía de distintos colores en
para comer, por que lo que quedaba de ración no alcanzaba lo intricado del monte; la tarde con sus encantos le daba al
para racionar la tropa. Entre el personal de tropa de asesinos y paisaje su mayor colorido sobre aquel campo cual valle del
forajidos que andaban con Cisneros, había de todas profesiones cedrón, iba Inocente Ascanio desde el caserío La Democracia
u oficios, cazadores, pescadores, buenos jinetes, hacheros, hacia abajo, por el camino del caserío La Danta, siguiendo el
francotiradores y hasta muchos expertos en carpintería. Uno curso de la Quebrada de Mecía que conduce a su finca Boca
de estos soldados al servicio de Cisneros, de apellido Molina, de Mecía, cuando en una estrechadura rocosa del camino,
que había sido trabajador de la hacienda Súcuta, propiedad de cerca del Pozo del Guayabo, vio a un hombre al comienzo o
Don Fermín Castillo Veitía, y que Cisneros lo conocía desde principio de la angostura escarpada, el cual se detuvo hacia un
que era arriero, se había unido a la tropa de Cisneros hacía lado para que Inocente pasara, ya que allí se dificultaba el paso
bastante tiempo. Este hombre era cazador fino, malicioso de dos personas al mismo tiempo. Este hombre tenía la misma
y astuto. Ese día, por mandato del jefe, salió de cacería. En fisonomía del que le hizo el interrogatorio a Pablo Mayorca
una playa del río, vio una novilla barrosa que se acercaba. Se en el Río Lagartijo abajo. Inocente, hombre de comprobado
ocultó en la maleza y le dio un tiro en la cabeza. Volvió al valor y resuelto, se dijo entre sí “este hombre es el tal Cisneros”.
campamento y, al dar el aviso, Cisneros mandó una parte de Cuando se tiene algo pendiente, la intuición penetra en el
la tropa a que cercaran la montaña hasta terminar el degüello. espíritu y se cae en el claro conocimiento de la verdad. Cisneros,
Después cargaron toda la carne al improvisado campamento, hombre caviloso y de malicia, también cayó en la verdad. En su
para la ración de la tropa. Mientras tanto, en la finca Boca de deducción, también supo, que aquel hombre bien de a caballo,
30 Cipriano Alberto Moreno El jardín de Rosa Amelia 31

por la forma de montar, que se le veía la seguridad en la silla y hombre sentado en el medio de la piedra que sin duda alguna
la forma de agarrar las riendas del animal, era nada menos que era Cisneros, y al oír los pasos de la mula que se acercaba, se
Inocente Ascanio, dueño de la finca Boca de Mecía. Todo este bajó ágilmente de aquella piedra y se paró en la playa, con la
cruce de ideas en el pensamiento de estos dos hombres fue vista fija hacia el lado de la espera. Inocente había ido solo
en completo silencio, pura meditación. Inocente al terminar de y desarmado. Sabía de buena fe, por la conversación que
pasar aquella incómoda estrechura natural por el conjunto de habían tenido, en la estrechura del Camino de La Danta, en
rocas, saludó a este hombre que permanecía recostado, a un Mecía abajo, que aquel hombre no tramaba nada en contra
lado del camino; a lo cual Cisneros, con su táctica habitual de él. Al llegar al frente, se saludaron, diciendo el desconocido
de complacencia y humildad, para no despertar sospecha, le “desmóntese y hablaremos”. Este hombre, debajo de la
contestó cariñoso y atento. Empezaron un pequeño diálogo entre vestimenta que consistía en un blusón tipo chaqueta, tenía dos
sí que terminó en una cita que le puso Cisneros en un conocido enormes pistolas al cinto, y en la mano, tenía un mandador
sitio del Río Lagartijo. Ninguno de los dos se había identificado, atado a un garrote, con un tiento de soga torcido, como de
pero ambos sabían quien era quien. Pasaron los días y llegó la un metro de largo. La tropa emboscada en un sitio estratégico
fecha del compromiso. Inocente había pensado en no decirle en espera de cualquier señal del jefe para actuar. Esta tropa
nada a Rosa Amelia de esa reunión con el desconocido, pero consistía en diez hombres armados apostados de cada lado
en la fecha justa se lo dijo, a lo que Rosa Amelia se opuso del sitio donde él se paraba. Inició la conversación Inocente
rotundamente, diciéndole que él no tenía nada que hablar con Ascanio, que con palabra firme y decidida, le dijo: “yo no tengo
ese desconocido, que a lo mejor era algún bandido de esos que el honor de saber para qué me citó a este lugar, ni tampoco
andaban alzados; que cuidado si era el tal Cisneros saqueador se quién verdaderamente es usted”. El desconocido, con un
de fincas… En fin, una serie de premoniciones que revoleteaban ceño en el entrecejo, le contestó rápidamente: “la mentira y
en su mente, y que en realidad, en el fondo tenía ella toda disimulo entre dos hombres serios y de palabra, como usted y
la razón. Más Rosa Amelia había sufrido los embates de las yo, no cabe. Yo sé demasiado que usted es Inocente Ascanio,
guerras y revoluciones, lo cual era el motivo de haber quedado y que tiene un fundo agrícola y pecuario muy cerca de aquí;
sola. Inocente, con palabras de convencimiento, alegaba que como usted también sabe que yo soy Dionisio Cisneros, y sabe
esa cita podía ser para algún negocio de ganado, porque el también cuál es la causa en que ando por estos montes, alzado,
hombre tenía aspecto de ser llanero, y que a lo mejor tenía un defendiendo la causa del Rey. Pero quiero de usted una cosa:
fundo en alguna parte; Aunque Inocente sabía y estaba seguro, que me respete mis ideales, como yo a los suyos. Ahora: si
de quien se trataba. Ese día domingo del mes de mayo, a la después de lo dicho quiere delatarme, es problema suyo. El
una de la tarde, iba un hombre en una mula zaina, costeando motivo de haberlo citado aquí quizás sea una conveniencia
las riberas del Río Lagartijo, rumbo al Pozo de Jabillo Gacho, entre ambos. Yo tengo un campamento cerca de aquí, y la finca
un risco de piedras en donde la corriente del río pegaba de suya está a la misma distancia. Podemos entrar en negocios,
frente, retrocediendo la resaca, formando un fuerte remolino y comprándole yo algunas reses, víveres y otras cosas que yo
un cristalino pozo que invitaba a un baño reparador. Las lianas necesite cuando esté por estos lados. Por otra parte, en beneficio
en forma de cortinajes enmarañaban los troncos, las guirnaldas suyo, mi colaboración en lo que sea no le faltará. Mientras yo
parecían cabelleras ondulantes, de ondinas desconocidas. Al esté cerca de su finca, cuidaré de ella, por alguna facción, o el
frente, una alameda de árboles con la más acogedora sombra, gobierno mismo quiera aprovecharse por abuso de poder de
y al frente del escarpado risco, una gran piedra aislada de la algo de su pertenencia. Esta proposición es si usted quiere. La
cantarina corriente del río. Ahí, Inocente alcanzó a ver a un resolución es suya. Una novilla que debe faltarle en su rebaño,
32 Cipriano Alberto Moreno El jardín de Rosa Amelia 33

la beneficié yo, pero se la voy a cancelar de inmediato”. a sus peones de lo que había visto, ni tampoco para qué había
sido la cita. Cuando arribaron a su casa Inocente y los peones,
Inocente oyó la explicación de Cisneros, en completo
donde Rosa Amelia intranquila y asustada lo esperaba, ella
silencio, y mientras Cisneros hablaba, por su mente pasaron
le salió al encuentro. También disimuló el asunto diciéndole,
o cruzaron varios pensamientos. ¿Por qué este hombre quería
“¿qué te pasa, Rosa Amelia ¿cómo que estás asustada?”. Ella
negociar con él ahí mismo? ¿Si él se le negaba a su proposición,
enfáticamente y concisa le respondió: “¿cómo quieres que
lo mataría ahí mismo? ¿Asaltaría su finca? Inocente conocía
esté tranquila, si sales para una cita en ese monte, y con un
hacía mucho tiempo los procedimientos y la forma de actuar
desconocido y ya tiende a oscurecer, y no llegas, y así quieres
de este individuo. Qué caso tan extraño querer cordializar este
que esté aquí tranquila, cantando y alegre. Yo no me explico que
hombre lazos de amistad para con él, si aún ni lo conocía. Por
clase de encuentro es ese”. Inocente comprendió que aquella
fin, Inocente empezó, por lo de la novilla barrosa, diciéndole
mujer sospechaba algo, y para calmarla le dijo: “era para tratar
que por eso no se preocupara, “Y dejemos eso así, por lo demás,
un negocio de un ganado, para llevarlo a una parcela que ese
yo respeto sus ideas. Por lo de delatarlo, pierda cuidado, usted
señor tiene mucho más debajo de aquí”. “¿Y si es así porque no
está en lo suyo y yo en lo mío”. Cisneros dio media vuelta, y
vino hasta aquí?”. Inocente pensó que era mejor darle corte a
miró hacia donde estaba la pequeña tropa. Sacó de la chaqueta
este asunto, y saliendo hacia el jardín de Rosa Amelia, comentó:
un pito y, al sonarlo, salieron de su escondite cinco hombres
“mejor hablemos después, voy a buscar un malojillo para
de cada lado, armados hasta los dientes, no apuntando hacia
que me hagas un guarapo para tomarlo al acostarme”. Todo
nadie, sino con el cañón hacia arriba. Esto era indicado por una
volvió a la normalidad. Después en la noche, en la intimidad
señal de tantas que tenía. Inocente al verse rodeado, no supo
de su aposento, Inocente relató a su mujer todo lo sucedido
qué pensar porque a una nueva orden o señal del jefe, estaría
con Cisneros, advirtiéndole a Rosa Amelia que tuviera mucho
muerto. Después de deponer las armas, ordenó Cisneros que
cuidado con nombrar a ese señor, mucho menos delatarlo con
volvieran a sus puestos, quedando solos de nuevo. Cisneros le
ninguna autoridad, porque de ser así, todos corrían un gran
tendió cordialmente la mano a Inocente en señal de despedida,
peligro, y él había empeñado su palabra de hombre a hombre,
diciéndole: “En estos días lo visito para darle la señal de mi
que de su boca no saldría delatado. La intriga de la mujer la
llegada a su casa, porque tenemos muchas cosas que hablar,
hace engrandecer la astucia y se vale de cualquier artificio
y cuente con un amigo incondicional, porque igual hago yo,
para escudriñar algo de su interés. Después de oír a Inocente,
y vaya con Dios y la Santísima Trinidad”. Inocente montó su
prosiguió ella diciéndole: “en lo que yo estoy es: ¿por qué ese
mula zaina, y se despidió de Cisneros rumbo a su casa. Rosa
hombre te busca?, ¿por qué quiere tener amistad contigo, si es
Amelia llena de pánico y con presentimientos de malos sucesos
que él no te conoce? Te advierto, Inocente, que tengas mucho
por la tardanza de Inocente, siendo ya las cinco de la tarde y no
cuidado con ese hombre. Tú sabes que anda alzado contra el
regresaba, mandó a cuatro de los peones de la finca armados
gobierno, y ese señor es un enemigo público”.
con escopetas, a saber de su marido. Como un mandato de
suerte, estos hombres no llegaron, Inocente ya venía de regreso, En fin, todas estas cosas se las puso presente Rosa Amelia a
devolviéndolos con él. Inocente, cabizbajo, se decía, “¿qué Inocente. Al día siguiente fue reunida la peonada y advertida:
hubiese pasado si estos hombres hubieran llegado a ese lugar que nada de habladurías con algún desconocido que no fuera
así armados como venían?” Ya la tarde en su avance hacia la trabajador de la finca. Cisneros tenía buena relación con
noche anunciaba los últimos claroles de un sol que acababa de el campesinado de los altos montes porque él los ayudaba
ocultarse mas allá de las lomas circundantes del alto de la Boca monetariamente, y algunas veces con medicinas en casos de
de Mecía. Inocente, en el trayecto de su regreso, no dijo nada enfermedades. Por eso mucha gente de esos campos lo negaba
34 Cipriano Alberto Moreno El jardín de Rosa Amelia 35

y lo ocultaba ante las comisiones del gobierno que perseguían adelante, y enseguida llamó a Rosa Amelia, para presentársela,
a Cisneros. Por ciertos aspectos y actuaciones que veremos más y al tenerla al frente, con un aire de respeto y cordura, le dijo:
adelante parece ser que Cisneros con Inocente Ascanio, estaban “cuanto gusto señora. Manuel Oliveros, para servirle”. Y ella
actuando de buena fe. Cisneros, en el encuentro con Inocente con un ademán, no de mucho agrado, enfatizó: “Rosa Amelia,
en la cita del Pozo de Jabillo Gacho, le había advertido que a su orden”. La conversación de Cisneros e Inocente fue larga
en otro encuentro y ocasión, en su casa, con más razón para y en privado, quedaron en negociar ganado para la ración de
él, no lo llamara Cisneros, sino Manuel Oliveros. En la finca la la tropa, la forma de adquisición en privado, y la señal para
única informada de esto era Rosa Amelia. La permanencia de llamarlo en altas horas de la noche. Cisneros le advirtió que
Cisneros en los campamentos era corta, a veces era mientras en caso de necesitar dinero, él le prestaba, y de necesitar él
curaba a un enfermo o a un herido, otras veces por dejar pasar algún sustento para la tropa, se lo solicitaría por medio de un
el tiempo de algún suceso sangriento en cualquier lugar. El emisario. Inocente y Cisneros quedaron en mutuo acuerdo,
campamento de la Quebrada de Las Cocuizas estaba solo, no convirtiéndose Inocente en aliado del guerrillero, sin pensarlo,
se sabía por dónde andaba Cisneros. Siempre abandonaba los ni de muy buena gana, y contra la voluntad de Rosa Amelia.
campamentos en la noche como también acostumbraba a pasar Cisneros, hombre sagaz y astuto, en sus reflexiones interiores
por algún pueblo, amparado por las sombras de la oscuridad. sabía que le había confiado a Inocente hasta sus ideas y que
se había identificado conciencialmente con él. Por eso, desde
ese mismo día en adelante, Cisneros custodiaba con una parte
LA REAPARICIÓN de su tropa la casa de Inocente, en busca de evidencias que
pudieran delatarlo, cosa que Inocente ignoraba: que su finca
Hacía aproximadamente dos meses que no se sabía nada estuvo vigilada por largo tiempo por este hombre y su gente,
de Cisneros, porque este personaje tenía la habilidad de en horas del día y de la noche, para verificar si llegaba gente
desaparecer como por arte de magia por caminos y trochas que extraña o del gobierno a visitar a Inocente. En el trascurso de
él había trillado para evadir las comisiones del gobierno que ese tiempo no se evidencio nada anormal que diera señal de
andaban en su búsqueda para someterlo y hacerle juicio. Un denunciarlo. Cisneros quitó la guardia de la casa de Inocente,
día domingo 16 de julio, justamente el día del Carmen, y como empezando así una buena relación de confianza y amistad
el campesino, por su fe cristiana, guarda esos días religiosos entre estos dos hombres. No solamente Inocente Ascanio,
con mucha devoción, los peones de la finca, no trabajaron, tuvo concordancia con Cisneros, muchos otros hacendados
ni en la faena agrícola, tampoco en la sabana. Jugaban bolas de esa época estipularon con él, entre ellos, Fermín Castillo
criollas en una improvisada cancha que servía de diversión, los Veitía dueño de la hacienda Súcuta, y muchos hacendados
días domingos y feriados, cuando uno de los peones le avisó a más. Desde muy antaño han existido las señales, como
Inocente que en la puerta de entrada lo solicitaba un hombre distinción o aviso, así como marcas, sonidos, silbidos y cantos
a caballo, en una bestia mular, que deseaba verlo. Inocente al de imitaciones de aves de monte. En los montes bajos hay un
salir, lo reconoció. Vestía una blusa de kaki, con botonadura pajarraco nocturno, muy parecido al tecolote o lechuza, que se
de plata y polainas a la altura de la corva. Cisneros al verlo, sin llama mochuelo, que canta parecido al graznido de la lechuza,
desmontarse de la mula, con su habitual sonrisa de humildad, pero más ronco. Esa fue la señal que Cisneros le dio a Inocente
lo saludó diciéndole: “¿cómo se encuentra, Inocente Ascanio?”, Ascanio. Que estuviera muy pendiente al oír este canto del
respondiéndole Inocente sin dilatación y acatando lo acordado: mochuelo repetidas veces, hacia el lado de una enorme roca
“estoy bien, señor Oliveros”. Lo mandó a desmontar y a pasar que estaba hacia la parte pendiente del monte que da a la
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Quebrada de Mecía. Inocente estuvo pendiente por varias despertar el alba, empezó el trajín de la faena campestre, los
semanas. Después de no oír nada, se olvidó de aquel acuerdo. vaqueros con su ganado y los labriegos en sus sembradíos.
De Cisneros no se supo más nada. En un viaje que Inocente hizo Terminadas las labores cotidianas de la mañana, después del
a Ocumare del Tuy obtuvo información de que un guerrillero desayuno, llamó Inocente a Rosa Amelia para el dormitorio,
de apellido Cisneros, había atacado al pueblo de El Hatillo, y de una pieza contigua al cuarto, sacó una mochila corta de
matando a casi toda la guarnición que custodiaba al pueblo. lona llena de morocotas, vaciándola en la cama. Rosa Amelia,
Saqueó al comercio y se internó en las montañas cercanas a sorprendida, exclamó: “¡¿Qué es eso Inocente, de dónde
Turgua y Puertas Negras. Las comisiones del gobierno siempre sacaste ese dinero?”. “Ayúdame a contarlo y te diré”. Había mil
llegaban después de cometido el atentado, cuando Cisneros no quinientas morocotas que sumaban en la época 171.000.00
dejaba ni rastros. Al poco tiempo de haber sabido Inocente de bolívares. Sin mucha explicación, le dijo a Rosa Amelia: “ese
esta hazaña de Cisneros, una noche, en alta madrugada, oyó oro es de Cisneros, en calidad de guardárselo”. En Rosa Amelia
ruidos extraños cercanos a la casa. Se levantó y claramente oyó afloró de nuevo el reproche: “La amistad con ese hombre
el canto de un pajarraco con mucha insistencia, recordando de no me gusta para nada, ese dinero es de los saqueos que ese
inmediato, la señal que le había dado aquel hombre, a quien hombre hace. ¿Por qué no lo guardan en otra parte? ¿Tiene que
su mujer detestaba. Inocente se devolvió a la casa, se vistió y de ser aquí?”. Inocente, con voz suave, le dijo: “él viene por esas
nuevo y avanzó hacia el lugar señalado. Cuando se encaminó morocotas rápido a buscarlas…”. Todo aquel que se codea
en la oscuridad y la vista se adaptó a las tinieblas, poco a poco con la grandeza, se engrandece; y el que esta acostumbrado
se fueron distinguiendo los objetos a cierta distancia de donde a contar dinero, así sea ajeno, y así no tenga buena posición
se encontraba. Inocente acostumbraba a andar en la oscuridad. económica, cualquier cantidad, por bastante que sea, le parece
Se fue acercando hacia aquellos bultos que ya tenía cerca y, al poca, y se hace la ilusión que todo es poco para él. Mientras
llegar, saludó a los presentes que eran cuatro en total. Contestó a Rosa Amelia le parecía que aquella amistad de Inocente con
Cisneros como de reproche: “¿cómo que se olvidó de la señal Cisneros no era conveniente, menos hasta llegar al extremo
convenida?”. “No, señor. Estaba dormido y apenas escuché”. de guardarle tanto dinero, Inocente se sentía contento y
Sin perdida de tiempo, entregándole un saquito de lona con regocijado, e importante ante aquel hombre que depositaba
un peso considerable, amarrado de moño, Inocente nervioso, tanta confianza en él. ¿Montándole alguna trampa? No podía
enfatizó: “¿De qué se trata?”. “Lléveselo y mañana verá. Y ser. ¿Perjudicándolo o culpándolo de algo? No podía ser. A él le
los cuenta porque están sin contar, pero yo sé que Inocente parecía que Cisneros era hombre firme y de palabra. Inocente
Ascanio, es hombre honesto y de palabra. Por otra parte: usted, estaba seguro de que Rosa Amelia se equivocaba por su
no me ha visto”. Le dio la mano y se despidieron aquellos cinco desconfianza hacia aquel hombre, y no sabía Inocente, que en
hombres perdiéndose monte adentro. Inocente puso en sitio el fondo ella tenía razón. Inocente, quizás en ciertos aspectos,
seguro aquel encargo y de nuevo se acostó. también tenía razón, porque Dionisio Cisneros era conocedor
de los hombres y sus actuaciones, y era consecuente y sincero
La mujer es como el gato: la mata la curiosidad. Rosa Amelia con quien le era fiel, pero a lo contrario, no perdonaba a nadie.
había salido detrás de Inocente y se le había perdido en la Con este primer paso como prueba de confianza y amistad,
oscuridad, pero en la mañana vino el interrogatorio: “¿A qué te empezó la relación entre Inocente Ascanio y el ultimo realista,
levantaste y qué ruidos habían en el patio anoche? ¿Por qué te Dionisio Cisneros… o Manuel Oliveros.
demoraste tanto tiempo afuera?”. Todo esto lo soportó Inocente
callado completamente: únicamente se limitó a decirle:
“después te cuento, Rosa Amelia”. A la mañana siguiente, al
38 Cipriano Alberto Moreno El jardín de Rosa Amelia 39

TRATOS Y NEGOCIOS de los hombres más ladinos y sagaces de la tropa. Este hombre
se distinguía con el remoquete de Mono Bravo. Era muy
El campesino de por sí es agradecido. El bien que recibe sereno en sus actuaciones y se cuidaba mucho, por eso era
es para él como una deuda que siempre tiene pendiente, y de su entera confianza. Inocente estuvo pendiente del canto
por su condición de hombre pobre es honrado con sus ideas del pajarraco, pero en el término de los días sucesivos, no se
únicamente en su trabajo productivo, por eso no sabe qué oyó nada. Cómo Inocente siempre tenía salidas hasta de cuatro
puede acarrearle la relación con un individuo de la calaña días, perdió el orden de la espera, y no supo si hubo señal o no.
de Cisneros. Inocente Ascanio era analfabeta. No sabía nada Cisneros andaba por otros rumbos, siempre en sus movimientos
de leyes, mucho menos de política. Ignoraba qué significaba terroristas. Deambulaba de un lugar a otro: Taguay, Carmen
proteger a un guerrillero, un alzado, un salteador de caminos, de Cura, San Sebastián, Charallave, Santa Lucía, Baruta, El
menos negociar con él. Rosa Amelia, como más instruida que Hatillo, a veces se instalaba en su campamento de Navarro,
él, que venia de una civilización, social, más adelantada, se cerca de Taguay, donde tenía un fundo de ganado y bestias,
daba mayor cuenta de cómo eran las cosas. Por eso, surgían o en el campamento del Topo de Tiara, en la Fila de Cisneros,
los reclamos a la amistad de su marido con Cisneros. Ella había Lagartijo, El Garzón o Las Cocuizas. Una madrugada, Inocente
vivido un tiempo en el caserío de La Democracia y había oído oyó cantar a un mochuelo, pero muy descontinuado. De todas
de las andanzas y las hazañas de este guerrillero. Inocente poco maneras se levantó camino hacia el jardín botánico de Rosa
caso hacía a Rosa Amelia y resolvió actuar con discreción con Amelia, pero el canto del pajarraco seguía descontinuado y
los asuntos de “Oliveros”, que ella no estuviera tan enterada, y se oía al lado de los corrales, y no en el sitio convenido. Era
así evitar su intromisión en sus asuntos. Buscó también la forma el canto de un mochuelo de verdad, de esos que merodean
de que los encuentros con Cisneros fueran más secretos. Desde las casas en horas de la noche en busca de insectos y ratones.
la noche del canto del pajarraco, Inocente no tenía noticias de Los narcóticos olores del jardín de Rosa Amelia se hacían
Cisneros. En una tarde lluviosa, bajo un cielo enrumazonado, más extensivos impregnando aquel lugar con las más finas
llegó un hombre a la casa de Inocente, solicitándolo con el fragancias de mil olores juntos. Inocente se regresó y caminó
pretexto de comprarle una res. Era un hombre de estatura baja, todo el jardín. Alguien lo había jorungado y ahora él aguantaba
mal encarado, de color trigueño con una cicatriz en la mejilla aquellas embriagadoras emanaciones florales. Una vaca que
derecha. Inocente lo recibió en una enramada del corral. En tenía Inocente, llamada Lucerito, era la que siempre saltaba el
realidad no lo conocía, pero rápidamente le preguntó: “¿quiere alambrado y se metía al jardín, por eso Inocente, en la espesura
usted que yo le venda algún maute?”. El desconocido le contestó de la noche, creyendo que era la vaca, revisó todo el jardín
que no. “Propiamente yo vengo de parte de Oliveros, usted sabe llegando hasta el centro, pero no era la vaca. Serían las tres
de quién se trata”. Inocente reaccionó en forma de aceptación, de la madrugada cuando Inocente salió del jardín rumbo a la
diciéndole: “¿a qué lo mandó?”. “A comprarle una pequeña casa. De pronto volvió a oír el canto del mochuelo, pero ahora
provisión de abastecimiento de sal, café y papelón”. Esto le fue sí era en el sitio señalado. Rosa Amelia que lo había sentido
enviado al pie de la letra, sin costo alguno para Oliveros, y levantarse, y que hasta ella habían llegado los fragantes olores
sin que Rosa Amelia se diera por entendido. Al despedirse el de su jardín, se asomó en la puerta y vio en la penumbra que
mensajero, Inocente le mandó un recado a Cisneros, que le Inocente venía y de repente se regresaba. Ella volvió a su cuarto
urgía hablar con él. Cisneros, por su desconfianza y cuidado donde dormía su hijo Dominguito y secreteó en silencio:
ante desconocidos y caminantes, sus diligencias las hacía “¡Inocente me oculta algo!”. Inocente se había encaminado
personalmente. Esta vez le había confiado esta diligencia a uno al sitio donde canto el pajarraco. Ahí lo esperaba un hombre
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sentado en una piedra, quien al verlo dio un salto, se levantó era su adoración. Este niño, Dominguito, totalmente travieso
y le salió al encuentro, haciéndole ver como que venían y saltón, se la pasaba correteando por el patio y los corrales,
caminando por el monte. Era el propio Cisneros y lo saludó jugando con los animales. Era un catirito de pelo ensortijado, o
por su nombre. Cisneros, sin vacilar, le dijo: “Me mandó usted como se dice en criollo: bachaco pelo pegado. A su corta edad
a llamar”. “Sí. Le mandé un recado con el expreso que usted eran muchas sus travesuras, por eso Rosa Amelia, vivía más
mandó a buscar el abastecimiento porque quiero saber lo del pendiente del muchachito que de estarle reclamando a su marido
dinero que le tengo guardado. Son mil quinientas morocotas y cosas que quizás él no entendía ni le hacía caso alguno.
no sé cuando las va a buscar”. Era una prueba más para Cisneros
de que Inocente era un hombre honesto y de palabra, porque
esas morocotas él sí las había contado antes de la entrega. Al LA CASUALIDAD
respecto, Cisneros le contestó: “con ese dinero puede usted
trabajar tranquilamente. Yo no lo necesito por los momentos. Si En las cercanías del lindero de los Estados Miranda y Aragua,
llego a necesitarlos, yo le aviso con anticipación y hacemos la entre la Quebrada de Casupo y la Fila del Jobito, en esas
rebaja de todo lo que me ha facilitado entre abastecimiento y mediaciones, vivía un señor de nombre Felipe Santiago Alayón.
ganado”. Rosa Amelia, al día siguiente, insistió en los reclamos Ese señor tenía, no una finca, sino una pequeña cría de ganado.
a Inocente. Sacó a relucir esa levantadera de noche hacia el Felipe Santiago era amigo de Inocente Ascanio, y por largas
monte, la tardanza en acostarse, la venida de la gente rara a temporadas lo visitaba para algunas negociaciones de ganado.
la finca. Le dijo que si seguía en tratos y negocios con el tal Hacía poco tiempo que se había oído decir que Cisneros había
“Oliveros” eso iba a parar muy mal. Estos nuevos reclamos matado a dos llaneros que habían traído un ganado para la
de Rosa Amelia ocasionaron una acalorada discusión donde venta en los Valles del Tuy. Cuando estos llaneros venían de
Inocente terminó por decirle que no se metiera más en sus regreso hacía Valle de La Pascua, fueron emboscados más
asuntos, porque en los negocios de los hombres no se metían adelante de donde llaman El Refugio, cerca del caserío de Las
las mujeres (dicho muy antaño que afortunadamente ya pasó Raíces. Supuestamente, fueron matados y enterrados en las
de moda. A veces ciertas advertencias de las mujeres para con adyacencias de estos campos. Cisneros tenía tiempo
el hombre hay que oírlas. No todas, pero algunas sí). El trato de desaparecido en sus andanzas montaraces por otros rumbos.
Inocente con Cisneros marchaba normalmente en un ambiente En una fresca mañana, cuando el sol radiante aparecía en los
de cordialidad, entendimiento y respeto. Cisneros le daba a tintes de la aurora, se presentó un hombre a la finca de Inocente
guardar dinero y otras cosas de valor, como escopetas. En una con un costalito o morral, terciado, y preguntó a la entrada, a
oportunidad le dio a guardar dos revólveres nuevos, pero sin un peón de la finca, si se encontraba el señor Ascanio. El peón
proyectiles. Eso quería decir que la tropa estaba bien armada. dio media vuelta diciéndole: “espere un momento, voy a darle
Ese comportamiento de Cisneros para con Inocente lo hacía el aviso”. “Dígale que lo busca Manuel Oliveros”. Algunos
sentir más importante y más de confianza de este hombre, sin empleados lo conocían y otros no. Los que lo conocían, para
saber los inconvenientes que podían presentarse en el futuro ellos, era Oliveros. Los únicos que sabían que se trataba de
adelante. Entre tanto, Rosa Amelia sabía que Inocente seguía Cisneros, eran Inocente y Rosa Amelia. Inocente se encontraba
en tratos con este hombre, pero ahora poco intervenía desde hablando con Rosa Amelia en la parte atrás de la casa cuando
la última discusión que habían tenido. Se ocupaba con más fue informado de que lo solicitaba un señor. Preguntó: “¿Quién
tesón en los quehaceres de la casa, el mantenimiento de su será?”. El peón titubeo un poco: “Me parece que es el señor
jardín, y el esmerado cuidado de su hijo Dominguito, que Oliveros”. Rosa Amelia se sonrojó y salió detrás de Inocente,
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que rápidamente había salido para atender a Oliveros. Este visitante, quien en tono seco y conciso le dijo: “Manuel
hombre había venido a pie y ya había pasado al corredor de la Oliveros, a su orden”. Inocente, como mediador y como para
casa. Con habitual humildad saludo él primero: “¿cómo están, no dejar que estos hombres entraran en larga conversación, le
mis amigos”. Inocente y su esposa Rosa Amelia: “muy bien, comentó a Alayón: “este es el señor Oliveros, que vino a
señor Oliveros”. De inmediato, Cisneros se sacó el morral y se comprarme un ganado. Pero, vamos a la mesa, que a la
lo entregó a Inocente: “Disfrute usted de este queso de mano casualidad, el almuerzo está servido, y arrímate tú también
que le traje, producto de mi ganado. Aunque aquí en tiempo de Alayón”. Oliveros se sentó en la parte lateral de la mesa,
ordeño también hacen ese tipo de queso, es para que prueben dirigiéndole una mirada profunda y escrutadora a Alayón, que
los míos”. Rosa Amelia agarró los quesos de mano, retirándose le quedaba al frente. En el transcurso del almuerzo, Cisneros no
hacia dentro, sin demostrar su enfado, quedando los dos articuló ni una palabra. Después del almuerzo, vino el diálogo
hombres solos en el corredor. Inocente, que sabía, que este de los tres hombres, mientras Rosa Amelia e Inocente se
hombre venía no a pasar, sino a alguna diligencia, se apresuró mantenían en estado de nerviosismo total, pero manteniendo la
a preguntarle: “¿qué se le ofrece, señor Oliveros, que tenía calma, aparentando estar tranquilos para no despertar
mucho tiempo sin venir por aquí?”. Para su información, no he sospechas, por si alguna insinuación de Alayón hacia Dionisio
venido a nada urgente. Únicamente en son de negocios. He Cisneros… como en efecto pasó. Felipe Santiago Alayón era de
venido a decirle que para este domingo que viene necesito un estos hombres charlatanes, sin medida de palabras. Tenía un
maute, para beneficiarlo. Que no pase de diez arrobas. Le voy vocabulario suelto y animado. Por intervalos, se desconcertaba
a indicar el sitio donde me lo va a dejar botaloneado, que yo y perdía el orden de la conversación y caía en una perorata
mando por él en la noche. Lleve anotado todo lo que usted me necia. En detalles mínimos, se le observaban las costumbres.
suministre”. “Así será, Oliveros. Indíqueme el sitio y será Inocente, que seguía como mediador, se había sentado en el
cumplido”. Después de cerrado el trato y el sitio definido, todo medio de los dos, buscando de desviar cualquier referencia
quedó aclarado. Inocente le ofreció al visitante una taza de hacia Cisneros… “Oliveros”, como hombre receloso y de
café, la cual rechazó, pretextando que él lo tomaba únicamente malicia, miraba fijamente a Alayón. Le observaba los
al amanecer y a altas horas de la noche. Inocente, en tono movimientos y solamente le quitaba la vista cuando Alayón lo
enfático, le dijo: “pero no me va a despreciar el almuerzo”. enfrentaba. Alayón, en su garrulería charlatana, le dirigió la
Cisneros le contestó: “tratándose de su generosidad, puedo palabra a “Oliveros”, quien permanecía en silencio y precavido:
esperar el almuerzo, aunque por ningún motivo quiero causarle “¿Usted vive por aquí cerca?”. Cisneros, con una mirada casi
molestias”. Rosa Amelia fue informada de inmediato que iracunda le contestó: “yo soy del llano, y vine por estos lados a
preparara comida también para el forastero. Muy en contra de negociar un ganado”. “Debe ser primera vez que viene, porque
su voluntad, Rosa Amelia ya terminaba de preparar el almuerzo. ni lo había oído nombrar, ni lo había visto nunca. Eso es bastante
En ese preciso momento, en las cercanías de la finca Boca de raro, porque yo llevo relaciones de negocios ganaderos con
Mecía se aproximaba un jinete en su caballo castaño melado, Inocente hace mucho tiempo”. Inocente, buscando una excusa
que por casualidad iba a visitar a Inocente Ascanio, llegando para cambiarle el curso a esta conversación, intervino
este señor a la hora de aquel almuerzo. Era Felipe Santiago repentinamente hablándole a Alayón: “El señor Oliveros, es del
Alayón, el amigo de Inocente. Este hombre fue recibido con llano abajo, y tiene su fundo por los límites de Aragua y Guárico.
esmerada atención por el dueño de la finca, ya que eran amigos Nos conocimos, por intermedio de negociaciones de ganaderas
de muchos años, desde que Inocente se vino de Guárico. y somos buenos amigos hace bastante tiempo”. Cisneros
Después del recibimiento, Alayón fue presentado al otro continuaba callado, con la mirada fija en Alayón. Inocente,
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queriendo siempre variar aquel tema de conversación, lo que de su apariencia humilde y sumisa, en un hombre de carácter
hizo fue caer en lo peor, al preguntarle a Alayón cómo estaban serio y ríspido, se levantó de su silla para despedirse, y en ese
las cosas por allá por el Jobito y La Sierra en donde el vivía. Este momento apareció Rosa Amelia que discretamente había oído
hombre empezó la narración con un fraseo indiscreto, muy al parte de la conversación. No demostraba gran preocupación,
contrario de lo que Inocente esperaba que le respondiera. Esta pero tenía un susto interno por la cantidad de insultos y
clase de personas sin precaución ni discreción, así como atrocidades que habló Alayón de Cisneros, teniéndolo al frente
Alayón, son inoportunas y prosaicas. Más hallándose en la casa y sin saberlo. Rosa Amelia se acercó al grupo y, con palabras
de un amigo y delante de un desconocido, no tenía que hablar entrecortadas por la presión, se dirigió a Cisneros, que estaba
en la forma en que habló… Alayón le contestó a Inocente que de pie, y aparentando estar conforme y de complacencia, le
las cosas por esos rumbos andaban no muy bien, “porque los dijo: “¿por qué se va usted tan temprano?”. “Señora tengo otra
pocos vecinos que habitamos en esos pequeños caseríos de El diligencia que hacer, y ya es bastante tarde y es hora de irme”.
Jobito, El Criollo, Curabe, La Sierra, Las Raíces y Las Flores, Se despidió de Inocente y Rosa Amelia, y cuando lo hizo de
vivimos en una constante zozobra por un tal Cisneros que anda Alayón, le dio la mano, y mirándolo fijamente a los ojos le
alzado por esos montes, desde Taguay a los Valles del Tuy. Este advirtió: “tenga usted mucho cuidado con ese tal Cisneros que
bandido asalta y mata sin piedad. Y aquel que hable mal de él, usted pondera tanto; y espero volvernos a ver muy pronto”, y
no lo salva nadie”. Inocente cayó en una depresión total y salió del corredor. Agarró por el camino hacia Quiripital, dando
buscaba la forma de mediar aquello, pero Alayón proseguía después una larga vuelta, para devolverse por la Quebrada de
con su perorata de improperios hacia esa persona que ni Mecía, hacia el campamento de Las Cocuizas. Alayón había
siquiera conocía. Mientras tanto, Cisneros permanecía en su seguido a “Oliveros” con la mirada hasta perderse en la bajada
asiento, muy tranquilo y sereno mirando de vez en cuando a de la Boca de Mecía, diciéndole a Inocente y a Rosa Amelia:
Alayón con una mirada profunda y penetrante, hasta que “ese hombre es raro, no me gustó nada como me veía cuando
Alayón le dirigió la palabra, diciéndole: “señor Oliveros, ¿no ha hablaba conmigo. Algo se esconde en ese hombre”. Conturbado
oído usted hablar de ese tal Cisneros?”. “Si supiera que sí. Cosa Inocente por la mala impresión que dejo en Alayón su “amigo
que no me ha preocupado, pero sí he oído que es un hombre Oliveros”, rápidamente se puso a hablar con Felipe Santiago
muy peligroso y astuto”. Alayón enfatizó: “conmigo tampoco diciéndole que él no tenía mucho tiempo conociendo a
se ha metido, pero yo estoy preparado por un sí o por un no. Oliveros, “pero parece una persona de trabajo, y que en el
Hace poco tiempo desaparecieron dos hombres que según fondo es buena persona… Pero a veces la apariencia engaña y
venían de los Valles del Tuy, pasaron por el caserío La quizás tú tengas razón… De ese Cisneros que tú mencionas, he
Democracia, y hasta hoy no han llegado a su casa. Unos oído hablar poco”.
familiares de estos dos hombres, vinieron desde Valle de La
Pascua solicitándolos, y fueron informados de que los vieron Está comprobado en algunas leyes de la vida que de lo
pasar por ese camino de La Democracia, pero jamás llegaron a malo no viene nada bueno sino pura maldad. Aquel que se
su destino… y lo que se comenta es que Cisneros los mató. No codea con la grandeza, se engrandece. Como también aquel
se justifica por qué las fuerzas del gobierno no han agarrado a que se involucra en lo malo e incorrecto, termina siempre mal.
ese bandido”. Cisneros, con palabras escrutadoras, le preguntó: Tanto Inocente como Rosa Amelia se quedaron con un agudo
“¿cree usted que será fácil agarrar a ese hombre? Le voy presentimiento, después de que Cisneros se marchó. Este era
adelantar algo: ese hombre es un tigre encaramado, según me un caso indecible y sin explicación. No podían por ninguna
han dicho, y usted habla y no lo conoce”. Cisneros se transfiguró razón decirle nada a Felipe Santiago Alayón, que ese hombre
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que terminaba de irse era el propio Cisneros, porque Alayón improperios. A la mañana siguiente, salieron dos jinetes de la
sin medir las consecuencias, sí era capaz de denunciarlo finca Boca de Mecía con rumbo al caserío La Democracia. La
de inmediato con las fuerzas del gobierno. Tampoco le mañana sonreía bajo la batiente brisa, removiendo los montes
convenía a Inocente que Alayón se informara de su relación opalinos, la mesura de mil gorjeares de las aves canoras que
con Cisneros, ya que, entre otras circunstancias, lo juzgarían se expanden por praderas y valles, como una música suave
ante las autoridades como su cómplice. En este caso, más se salida de un instrumento sonoro, desde una comarca lejana.
confirmaban las advertencias y reclamos de Rosa Amelia para Entre estos encantos de la naturaleza, dialogaban Inocente y
con Inocente cuando empezó la amistad con Cisneros. Ahora, Alayón, ya llegando en donde se iban a separar. Al llegar a
estaban los dos preocupadísimos y sin hallar qué hacer. ¿Cómo la estrechura de piedra, en donde Inocente se encontró con
proteger a Alayón y cómo informarlo del peligro que corría? Cisneros la primera vez, le dijo a Alayón: “te voy a hacer una
Esto era indescifrable. advertencia de amigos: que tengas mucho cuidado con esas
facciones de gente armada que anda por ahí. Así sean del
Alayón permanecía sentado en el corredor cuando Rosa
gobierno o alzados”. Alayón le respondió: “tú sabes que yo no
Amelia le trajo una taza de café. Ya los dueños de la casa, como
me codeo con esa clase de forajidos del bando que sean. Lo
medida de predicción, habían acordado decirle a Alayón, que se
mío es mi trabajo y nada más”. A lo que inocente pensó: “ya
quedara esa noche a dormir en la finca, y que se regresara en la
te metiste en problemas sin pensarlo”. Inocente daba gracias
mañana. Comunicada esta decisión, Alayón aceptó a quedarse,
a Dios de que en el trayecto del camino no había sucedido
mas Inocente le dijo que él tenía una diligencia que hacer en
absolutamente nada, ni encontraron a ninguna persona extraña
el caserío de La Democracia, y que en la mañana viajarían
en la vía. Al llegar a la ranchería o posada del señor Padrino, en
juntos. Bien avanzada la tarde, fue que Alayón le notificó a
Mecía abajo, del caserío La Democracia, y después de dialogar
Inocente el motivo de su visita. Había ido con la finalidad de
por largo tiempo con el señor Padrino y su señora Gertrudis,
comprarle un becerro de buena raza para dejarlo de semental.
se despidió Alayón de sus amigos, advirtiendo a Inocente que
El que tenía ya era muy viejo y lo tenía para la venta. Inocente,
dentro de quince días volvía por el maute que le compraría. En
como medida cautelar, por lo azarosa que estaba Rosa Amelia,
la casa de la finca, Rosa Amelia esperaba a Inocente en una
presintió que se podía presentar una desgracia en su casa. Se
constante zozobra por lo que podía acontecer por el camino
apresuró a decirle a Alayón, que en estos momentos, no había
por culpa de Alayón. Al llegar Inocente, Rosa Amelia, con un
tiempo para revisar la sabana o bajar el ganado. Inocente le
nerviosismo estremecedor, salió a encontrarlo, pero al verlo
propuso a Alayón que volviera en la próxima semana para que
tranquilo y sereno, volvió a la serenidad, preguntando: “¿Cómo
él mismo fuera con los peones o bien esperara en la casa a que
te fue?”. “A Dios gracias, bien”. Rosa Amelia susurró entre
los sabaneros bajaran la manada. Alayón ignoraba la angustia
dientes: “está comprobado que la lengua es castigo del cuerpo.
tan inquietante que sentía Inocente después de sus habladurías
¿Cómo se le ocurre a Alayón decir tantas cosas de ese hombre
con Cisneros, y lo que más deseaba era sacar a este hombre
sin saber con quien hablaba?”. Inocente murmuró: “no sabe
cuanto antes de la finca, no fuera Cisneros a aparecer de nuevo
Alayón en lo que se ha metido, y yo sin poder hacer casi nada.
a la finca con la tropa y asesinar a Alayón por la mala impresión
Pero de todas maneras, pensaré en qué debo hacer”.
que le dejó Felipe Santiago en el ánimo. La preocupación de
Inocente, era porque él conocía la forma de actuar de Cisneros
con todo el que hablara mal de él. En ese aspecto, Alayón
se había sobrepasado delante del propio Cisneros con tantos
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EL ESCARMIENTO siguiendo el rumbo de los perros, llegó bien abajo siguiendo


el curso de la quebrada, casi hasta su confluencia con Mecía,
Las andanzas de Cisneros por escarpados caminos e y al no hallar a los perros, se regresó por el camino real de la
intricados montes de laderas y valles, y más en la noche que Fila de Carutico. Serían las nueve de la mañana, cuando iba
en el día por desaparecer en sus travesías con las sombras de llegando al sitio denominado El Refugio, en el límite de Aragua
la noche, eran quizás motivo de que la gente de caseríos y y Miranda, cuando lo interceptó un hombre de estatura regular.
campos fueran más conocidos por él, y lo eran mucho más Vestía una camisa larga, como de lonilla, oscura y pantalón
los que solamente lo conocían por referencia de su nombre, y también oscuro, arremangado casi a la rodilla. Tenía un
por los decires de sus fechorías, cometidas en distintas partes aspecto de campesino que venía por caminos cangiloneados y
de los estados Guárico, Aragua y Miranda. Cisneros conocía pantanosos. Como costumbre, debajo de la camisa, colgaban
el lugar en donde vivía Felipe Santiago Alayón, y por supuesto dos pistolas al cinto y una lanza, en una pequeña funda de
a su persona. En sus caminatas desde Carmen de Cura a los cuero de ganado, pisada con la correa. Este hombre le salió
Valles del Tuy; pasaba cerca de esos pequeños caseríos, que al paso a Alayón, más con carácter que con su acostumbrada
eran pocas casas aisladas del camino real y de sus trochas sonrisa de amistad. Enseguida le preguntó: “¿compañero de
por donde pasaba él; con su tropa. Para Cisneros, Alayón dónde viene?”. Alayón, un poco confundido, le respondió:
era de poca valía, y prácticamente no había tenido para qué “vengo de Mecía abajo”. “¿Usted es cazador?”. “A veces hecho
molestarlo. Los de aquella época que conocieron a Cisneros, mis lancecitos con mis compañeros de cacería”. “¡Tiene usted
y los que solamente lo oían nombrar, quizás ignoraban que una bonita escopeta!”. “Sí, pero hoy no cazamos nada”. Yo
Cisneros tenía espías en campos y pueblos. Hasta de la capital tuve una escopeta de dos cañones, igual que la suya, pero esa
venían emisarios con diligencias para él, llegando hasta los escopeta, por una necesidad tuve que venderla”. Hizo una
sitios y campamentos donde estaba Cisneros. Fue ese el motivo pequeña pausa, y le dijo: “préstemela para verla”. Después
principal de que durara tantos años enconchado en el monte, de tener la escopeta en sus manos, la revisó detenidamente,
sin que las comisiones gubernamentales pudieran someterlo. vociferando de repente: “bonita la escopeta. Y de buena marca.
Por más que lo buscaron, no pudieron capturarlo. Solamente el ¿Usted siempre la carga?”. “Únicamente cuando salgo de
General Páez, cuando fue presidente de Venezuela, quien era casería”. “Tenga mucho cuidado con ese armamento, no vaya
su compadre, pudo someterlo por medio del indulto, quedando a ser que un tal Cisneros, que dizque anda alzado por estos
Cisneros libre de toda culpa, con el grado de Coronel del campos, pase y se la quite. ¿Usted no ha oído hablar de él, ni
Ejército Venezolano. lo conoce?”. Alayón, de inmediato, como una chispa divina,
El campesino es muy adicto al deporte de la cacería, le afloró en la mente lo que le había dicho su amigo Inocente
herencia de nuestros aborígenes. Se acostumbraba a cazar con Ascanio respecto a esa gente, que andaban alzados. Alayón
perros bien adiestrados a distintas especies. Un día domingo, enfáticamente le contestó al desconocido, que él en realidad lo
que es cuando el hombre del campo no está ocupado en había oído nombrar, pero no lo conocía. “¿Pero usted sabe que
sus labranzas, a las cinco de la mañana salió Felipe Santiago ese tal Cisneros es muy malo, que mata, roba y asalta fincas, no
Alayón, con otros compañeros para un lancea los venados, es así?” No sé si así será porque a mí no me ha hecho nunca
pero estos no salieron a tiro. Los perros, en la carrera, pasaron el nada de eso que usted dice”. La escopeta todavía, estaba en
límite de Aragua, entrando a Miranda, más adelante del caserío manos del desconocido, que agarrándola con una mano, le
Las Raíces, buscando hacia la Quebrada de Macanilla. Alayón, dijo: “yo tengo un mensajero, como especie de un ave que
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vuela muy alto y lejísimo, que me dice que todo lo que usted me propósito, te voy a contar algo espantoso que me sucedió, que
ha dicho del tal Cisneros, no es verdad, si no todo lo contrario en realidad no sé cómo estoy vivo”. Inocente rápidamente le
porque yo sé que usted ha dicho que ese señor sí mata, sí roba vino a la mente lo que presentía: el guerrillero Cisneros. “¿Dime
y asalta”. Alayón se quedó en completo silencio, esperando en qué fue lo que te sucedió?”. El hombre ese, que me emboscó
sus adentros que este hombre le devolviera su escopeta para en la subida de Carutico”. Inocente, fingiendo no saber nada,
irse de inmediato, cuando de repente este individuo dio un le contestó: “¿Cuál hombre?”. “El tal Cisneros que anda alzado
señal con un pito y salieron del monte más de ochenta hombres por esos montes. Por poco me mata. No lo hizo porque no
armados hasta los dientes, rodeando a Alayón y apuntando quiso. La escopeta me la quitó, y tuve que perderme monte
todos hacia él. Alayón, blanco como un papel, lo que hizo fue adentro para que no me asesinara. Ese hombre es el demonio,
gritar (“¡no me maten!”), a lo que el jefe contestó: “todavía no”. y los que andan con él”. Inocente sospechando que hubiera
Mandó a bajar las armas y le dijo: “mi gente no acostumbra descubierto que era el mismo que había estado en su casa la
a matar a cobardes, sino a hombres que mueren peleando. vez que almorzaron, le preguntó: “¿y te fijaste bien en su cara?”.
Váyase tranquilo y dígale a la gente del gobierno en donde me “¡¿Qué voy a estarme fijando en nada en medio de ochenta
encontró… Yo soy Cisneros, ese que usted dice que ha oído cañones que me apuntaban al pecho?! Y además ese bandido
nombrar”. Alayón, asustado completamente, en vez de tomar no mira sino de reojo, para evitar ser identificado”. Inocente
el camino a su casa, agarró hacia la parte contraria, cuando se quitó un gran peso en la conciencia. En realidad, Alayón
Cisneros le dijo: “tome su escopeta”, Alayón balbuceó: “no. no había distinguido que ese hombre era el mismo que había
Déjela como un regalo de mi parte”. Esto era como una burla hablado con él en el corredor de la casa de Inocente. Alayón,
de Cisneros, porque de todas maneras no iba a regresársela. por la gran amistad que depositaba en la persona de Inocente,
Alayón, al desaparecer de la vista de la tropa, dejó el camino le pidió que lo orientara, ¿qué podía hacer en este caso?, porque
y agarró el monte. Bajó a la Quebrada de Macanilla y cuesta ese hombre era una amenaza pública para la gente de campo
arriba subió por la enmarañada maleza, hasta llegar a su casa y de pueblo, y más para los dueños de fincas. Alayón pensaba
con la ropa vuelta harapos. Transcurría un mes de este suceso, que lo más conveniente era denunciarlo ante las autoridades
cuando Alayón volvió a visitar a Inocente, para el negocio del del cantón de Ocumare del Tuy abajo, o descubrir en donde
maute. Inocente había extrañado su tardanza porque, después tenía el campamento, y así llevar al gobierno allá. Inocente,
de aquel almuerzo, había quedado en que volvería la semana cabizbajo, lamentaba no poder ayudar a su amigo en nada, y
entrante. Alayón notaba que, a su llegada, Inocente y Rosa aunque él tenía cierta alianza con Cisneros, en realidad le dolía
Amelia demostraban cierta inquietud por su presencia, pero sin traicionar a su amigo Alayón, que ahora estaba en grave peligro
insinuar nada al respecto. Fue recibido con la misma atención, con Cisneros. Eso que le hizo Cisneros a Alayón era como un
aprecio y cariño, pero sí veía algo raro en esa gente. escarmiento, pero al final cumpliría su cometido. Por su parte,
Inocente, para darle una opinión a su favor, le enfatizó: “Ese es
Al día siguiente, bajaron una manada de ganado para que
un problema que yo no me explico. Porque si tú ni siquiera lo
Alayón escogiera el becerro para semental. Cerrado el negocio,
conoces, y si tampoco te has metido en sus asuntos, ¿por qué
pasaron a la mesa a desayunar en medio de un ambiente tranquilo
tiene él que meterse contigo? Y eso de denunciarlo ante las
y familiar. Después de desayunar, pasaron al corredor, donde
autoridades es más peligroso todavía, porque ese señor anda
Inocente le dijo: “yo creí que ya no necesitabas el becerro. ¿Por
por los montes y tiene muchos campesinos a su favor que le
qué no habías venido?”. “Estuve muy ocupado en otros trabajos
informan de la gente que no está de acuerdo con él, y también
que no me permitieron venir al tiempo en que quedamos. A
le avisan por donde andan las comisiones que lo buscan. Mejor
52 Cipriano Alberto Moreno El jardín de Rosa Amelia 53

quédate tranquilo, que quizás el gobierno lo atrape cuando vigilada de vez en cuando, en altas horas de la noche. Cisneros
menos lo piensas. Yo pienso y creo que ese señor no se meterá descubrió que algunos peones de la finca se daban cuenta, o
más contigo. Eso sí te aconsejo: no se te ocurra, con alguien ya conocían la señal del canto del pajarraco o mochuelo. Eso
que te lo refiera, hablar de ese tal Cisneros”. no le era conveniente, entonces decidió cambiar la señal, ya
que tenían en la tropa hombres que imitaban muy bien el canto
de muchas aves y el gruñido de ciertos mamíferos. Cisneros,
CAMBIO DE SEÑAL en sus andanzas y fechorías, queriendo sostener la bandera
española, llegó a amasar una gran fortuna. Pero una fortuna sin
Dionisio Cisneros, según ciertos procedimientos, era una administración y sin poder invertir en nada por ser perseguido
persona de un temperamento variable. Según lo acontecido del gobierno venezolano. Por esa razón, el dinero obtenido
con Alayón ese día en la subida de Carutico, que le costaba en emboscadas, saqueos y asaltos era enterrado siempre a la
haber matado a Felipe Santiago, sí tenía, según él, sobradas orilla de los caminos, por donde pasaba. Siempre cargaba el
razones, por haber hablado tan mal de él en su propia cara en dinero suficiente para comer algo, o darle a algún campesino,
la casa de Inocente. Igual pasó con un campesino del caserío porque grandes cantidades no podía cargar. La mayor estadía
Coruma (en donde está actualmente el aeropuertos Caracas, de Cisneros era en Navarro cerca del pueblo de Taguay donde
antiguamente ese lugar era llamado la Fila de la Parapara, y llegó a tener un fundo de ganado y bestias y fue de su legítima
al pie de la cuesta de esa fila, había un caserío que se llamaba propiedad, después del indulto, cuando Páez le arregló las
Coruma, hoy desaparecido). Cerca de allí estaba Cisneros escrituras de propiedad de ese terreno.
acampando con la tropa. Como de costumbre, salió él solo
En una madrugada, serían entre una a dos de la mañana,
hacía el caserío, y en la primera casa que encontró, saludó
cuando el silencio reposaba en lo más recóndito de la soledad
con su habitual humildad. Le salió un señor que le pregunté
en aquel campo agreste, donde sólo los susurros de una brisa
qué deseaba. Cisneros, con cierta moderación, le pidió que le
escalofriante como venida de un necropolisanto cercano, oyó
regalara un poco de sal. Cuando el hombre salió hacia el interior
de nuevo Inocente cantar el mochuelo con mucha insistencia
de la casa en busca de la sal, se fijó Cisneros en la escopeta que
en la dirección de siempre. Ascanio acudió al llamado del
estaba colgada en la sala. Cuando este señor se presentó con el
nocturno pajarraco en donde lo esperaba Cisneros escoltado
mineral, Cisneros le hizo la pregunta que de quien era aquella
por dos oficiales de su tropa montaraz. Se saludaron como de
escopeta. Este señor ignoraba con quien hablaba. Rápidamente
costumbre, y fue Inocente quien inició el diálogo: “¿qué se le
le respondió: “esa escopeta la tengo preparada para un tal
ofrece, señor Cisneros?”. Cisneros se levantó de una piedra
Cisneros que anda alzado por estos lados”. Cisneros, que
que le servía de asiento, diciéndole: “vengo a hacerle una
permanecía en la puerta, dio un paso adelante y entró en la sala
molestia y una advertencia… La molestia es que mañana, en
diciéndole: “si esa escopeta es para mí, démela de inmediato,
pleno día, mandaró a Mono Bravo, el de la cicatriz en la cara.
porque yo soy Cisneros”. No quedándole a este señor otra
Él se va a presentar con cualquier pretexto, pero la realidad
opción sino entregársela. No estaba en la hora, o Cisneros
es para que me mande doscientas morocotas que necesito de
no tenía ganas de matar gente. Las características de Cisneros
urgencia”. Inocente replicó: “así será, señor Cisneros. Estaré
consistían en varias: muy cauteloso, de valor comprobado,
muy pendiente, y la advertencia es que desde mañana la señal
calculador, discreto y sobre todo conocedor del temperamento
será el canto de una guacharaca hacia la vega de la quebrada,
individual de las personas. Por eso convencía a la gente. La
en donde está la mata de catigüire a las mismas horas de la
casa de Inocente Ascanio, muy sigilosamente, no dejó de estar
54 Cipriano Alberto Moreno El jardín de Rosa Amelia 55

mañana”. “Así será”. Le contestó Inocente. A escondidas de hablar con quien no se conoce”. La intuición en la mujer es
Rosa Amelia, esa misma tarde, había preparado Inocente el bien desarrollada, y a Rosa Amelia, en su presunción, algo le
pequeño botín, tratando de evitar así un nuevo reproche de decía que este hombre era un mensajero de Cisneros, pero
su mujer, que no estaba en ningún momento de acuerdo con no estaba segura, pero lo descubriría. Inocente, después de
esas negociaciones de su marido con Cisneros. Puntualmente, todas las imaginaciones de Rosa Amelia, le aclaró varias cosas,
en horas de la mañana, llegó Mono Bravo a la finca Boca de dejándola sumergida en una gran suspicacia.
Mecía. Como por circunstancias de la vida, fue Rosa Amelia Aproximadamente pasaron sesenta días, dos meses, que
quien lo recibió. Tenía una vestimenta raída, cotizas de cuero Cisneros no portaba por los lados de Boca de Mecía. Estaría
y la barba abundante. Rosa Amelia, con habitual seriedad lo en su fundo de Navarro, o quién sabe en donde. En la casa de
enfrentó diciéndole: “¿Qué se le ofrece o a quien busca?”. Inocente reinaba un poco la comprensión y la armonía. Habían
Este personaje, entrenado por Cisneros para estas finalidades, cesado los reclamos de Rosa Amelia para con Inocente, se
le dijo: “señora, ¿se encuentra el señor Ascanio? Es que yo respiraba un ambiente de paz y amor, porque Inocente en
vengo en busca de trabajo a ver si él tenía algo en que yo realidad quería mucho a su mujer, y Rosa Amelia, por supuesto,
pueda desempeñarme”. En ese momento salió Inocente del tenía todos los modales de buena esposa y fiel compañera. Se
corredor y llegó hasta Rosa Amelia y el intruso, preguntando de acercaba la pascua de navidad e Inocente tenía un proyecto:
inmediato: “¿Qué desea el amigo?”. Y Rosa Amelia fue quien le la venta de un lote de ganado en los Valles del Tuy, que era la
contestó: “este señor viene en busca de trabajo, pero yo no sé época de conseguir mejor precio. Después de la entrega de
si tú lo necesitaras para algo”. Inocente, conociendo el motivo las morocotas al mensajero de Cisneros, Inocente estuvo muy
de su visita, rápidamente agarró el hilo de la conversación y pendiente de la nueva señal con el canto de la guacharaca,
evasivamente, delante de Rosa Amelia, se sinceró con el recién pero en ese transcurso de tiempo, no se oyó nada. Inocente
llegado simulando no tener en los actuales momentos trabajo se ocupó de la vente de su ganado. Estuvo viajando hacia los
para nadie porque los peones estaban completos. Al retirarse Valles del Tuy varias veces. Después vino la sacada del ganado,
Rosa Amelia, habló Mono Bravo: “usted, señor Ascanio, sabe arreado desde la finca hasta Ocumare del Tuy. Estas gestiones
a lo que vine”. Inocente, que en la madrugada había puesto en de poner ese lote de ganado en el sitio de la venta, le llevaron
un cogujón de cuero el dinero para Cisneros, le dijo: “vaya al a Inocente un lapso de tiempo de ocho a diez días. Parece ser
primer pesebre de los becerros, y debajo de una hierba recién que en esa ausencia, apareció el canto de la guacharaca por
picada está lo que usted viene a buscar. Y le agradezco se vaya los alrededores de la casa, por varias veces, sin ser atendido por
rápido”. Esta operación se facilitaba, porque desde la casa de la nadie. Esa señal sólo Inocente era quien la sabía. Los instintos
familia no se veían los pesebres. Tampoco Rosa Amelia se dio fallidos de Cisneros por localizar a Inocente hicieron que
cuenta, por lo rápido que se fue el mensajero. Pero si se quedé desistiera por un tiempo en contactar a Inocente con la nueva
con muchas dudas… astucia de mujer. señal. La guacharaca es un ave prácticamente nacional, porque
Rosa Amelia, para sus adentros, sabía que su marido está en todos los rincones de Venezuela. Canta al anochecer y
le ocultaba algo, y esto era el gran motivo de reclamos y las seis de la mañana, y en horas de la noche cuando algún otro
discusiones. Ya de regreso Inocente en la casa, vinieron las animal carnívoro las molesta, como el lince, el gato montés
preguntas: “¿ya se fue el forastero? ¿De dónde es ese hombre? o el rabipelado. En las adyacencias de la casa de la finca
¿Tú lo conoces? Debe ser conocido tuyo, porque tuviste una volanteaban bandadas de guacharacas a cualquier hora del
larga conversación con él. Yo no imagino qué tanto se puede día o la noche, excepto para Inocente. Desocupado Ascanio
56 Cipriano Alberto Moreno El jardín de Rosa Amelia 57

de la negociación de su ganado, y ocupado de nuevo en los las formas de Cisneros transfigurarse. Con ese atuendo con que
quehaceres de la finca, siguió pendiente de la nueva señal con había llegado a la finca de Boca de Mecía, daba la impresión de
el canto de la guacharaca pero por esos días pascuenses no se ser un auténtico llanero, dueño de alguna hacienda de ganado.
oyó nada. También por senderos y caminos, a veces se presentaba con
una vestimenta andrajosa, de pantalón remangado y de barba
abundante, dando así el aspecto de un campesino de monte
LA DESAVENENCIA adentro. Otras veces se presentaba con pantalón de kaki, botas
de cuero, camisa como de lonilla oscura, larga y por fuera,
Transcurría el mes de diciembre, el mes de los mitos como vestido de paisano. Por todas estas jugarretas de Cisneros,
religiosos, el mes de la alegría, de aguinaldos y canciones. Alayón no lo conoció el día que le salió y le quitó la escopeta
Cuando el hombre del campo, en su choza campestre, con su en la subida de Carutico. Y ahora Inocente y Rosa Amelia
mujer y sus hijos, por más pobre que sea, no deja de preparar también se habían confundido. Inocente, al terminar Cisneros
sus multisápidas hallacas. Se aproxima la navidad, y en la de tomarse el café obsequiado por Rosa Amelia, pendiente del
casa de Inocente y Rosa Amelia todo estaba preparado para objeto a que había venido Cisneros, lo convidó al establo para
el suculento plato navideño. La peonada con sus cantos de enseñarle unos novillos que tenía encerrados, y así conversar
trabajo de tonadas ganaderas, le daban a la finca su mayor abiertamente con este hombre, descartando por supuesto a
colorido entre palos de aguardiente, esperando la llegada de la Rosa Amelia que siempre estaba al acecho pendiente de esas
alegre noche buena. Ya cuando el sol daba su toque meridiano conversaciones. Las actuaciones de ciertas personas, por su
y el astro rey refleja en el firmamento con plena y esplendente forma de hablar, se reflejan en el medio ambiente en que se
luz, llegó un hombre a la Boca de Mecía en un caballo alazán halla desempeñado. Tanto en la milicia, dueños de fincas,
refistolero, que por la forma de montar se le notaba que era bien grandes empresarios, jefes de personal, etc, etc, etc… Toda esta
de caballo y jinete presuntuoso. Sinceramente, Inocente al verlo clase de gente, su expresión hacia otras personas, es con voz de
no lo conocía. Vestía una blusa de lino azul con botonadura mando y autoritariamente. Esa fue la causa del primer choque
de mediecitos de plata bien confeccionado, polainas de cuero en desacuerdo entre Inocente y Cisneros. Este señor, con voz
curtido con botones de plata, espuelas de color amarillo que autoritaria y recia, le preguntó a Inocente el por qué no había
hacían sonar las rodajas al caminar, y un sombrero pelo de atendido a su llamado días antes, al canto de la guacharaca,
guama ala ancha con coraza de cuero sujeto a la quijada. El que era la nueva señal. A Inocente no le agradó el tono de
hombre le dio varias vueltas al caballo en la puerta de entrada voz enérgico y de mando, como le habló Cisneros (calló por
hasta que por fin desmontó, pasó adelante y saludó a Inocente, un momento): “primero, no me grite. Y segundo, yo estuve
que vino a saber quién era. Cuando entró en el corredor, ausentado de mi casa por asuntos de negocios. Y tercero, yo no
Inocente le contestó el saludo un poco sorprendido, diciendo puedo estar todo el tiempo esperando su señal. Entienda usted,
rápidamente: “Rosa Amelia, aquí está Oliveros”. Al término que soy un hombre ocupado y tengo muchas diligencias que
de unos minutos, apareció Rosa Amelia, quien no dejó de hacer. Aunque estuve muy pendiente, en esos días sucesivos a
confundirse con aquel hombre porque, con esa vestimenta, no la nueva señal no oí absolutamente nada, y por eso no atendí
parecía el mismo “Oliveros” que ella había visto antes. Lo saludó a su llamado”. Cisneros con una actitud no muy cortés, le dijo:
con su primordial acento de seriedad y respeto. Como el recién “sepa usted que yo soy perseguido y he depositado en su persona
llegado permanecía de pie, Rosa Amelia lo mandó a tomar mi confianza, no para coaccionarlo a que involuntariamente
asiento y enseguida le trajo una taza con café. Esta era una de
58 Cipriano Alberto Moreno El jardín de Rosa Amelia 59

sea mi aliado. La primera vez que hablamos, quedamos claro tachonada de luceros, cuando la luna en el ancho firmamento
que esto era si usted quería. Tampoco sabe usted que urgencia expandía su transparencia diáfana sobre los campos dormidos,
tenía yo cuando le hice esos llamados a los cuales no atendió. en la tranquilidad del tiempo, se levantó Inocente al oír ruidos
Cuando usted vaya a estar ausente, basta participármelo con como de un animal correteando por los corrales. Después
anterioridad y yo no lo molesto. También sepa otra cosa: los de revisar todo alrededor de la casa, y al no observar nada
únicos que saben que yo soy Dionisio Cisneros son usted y su anormal, se regresó, y al llegar al patio central de la casa lo
señora, porque para los demás creo que todavía soy Manuel alertó Rosa Amelia, quien también se había levantado con
Oliveros, y su mujer lo sabe porque usted se lo dijo, porque yo una escopeta en la mano cuando sintió levantarse a Inocente
solamente se lo comunique a usted solo. También le advierto y coger hacia los corrales. Como la casualidad anterior cuando
que, aunque no lo crea, usted tiene una gran responsabilidad le entregó las morocotas, volvió la coincidencia. Un instante
con ese secreto en no delatarme o hacer lo contrario”. Viendo después de haberse acostado Inocente, se oyó el canto de
Inocente que la conversación se había tornado en polémica y la guacharaca hacia el lugar señalado. Con Rosa Amelia
que hacía largo rato que estaban en el establo, y pendiente de despierta, no le convenía a Inocente levantarse otra vez, pero
Rosa Amelia por su incomodidad, cuando Cisneros lo visitaba, tenía que hacerlo así Rosa Amelia se diera por entendida.
le dijo: “vamos a la casa, que ya debe estar el almuerzo”. Tenía, a como diera lugar, que atender al llamado de Cisneros.
Cisneros, pendiente de lo que había ido, le contestó: “por mí Se levantó sigilosamente, salió al corredor y oyó claramente el
no se preocupe. Por el momento no tengo apetito. El objeto de canto de la guacharaca justamente hacia la mata de catigüire.
esta visita es que tengo semienterrado un dinero macuquino Rosa Amelia, sin que él presintiera nada, se había levantado,
escondido en el monte, y al no poder movilizarme con él, lo siguió hasta la orilla del monte, y ahí se detuvo. Inocente,
necesito que usted lo guarde, o lo disponga en sus negocios. Para se perdió en la oscuridad y llegó al catigüire en donde había
eso fue el llamado que le hice en días pasados. Por eso quiero cuatro hombres armados que lo esperaban. En la entrada de
que esté pendiente del canto de la guacharaca”. Después de la diminuta trocha que conducía a la mata de catigüire, había
este nuevo acuerdo, salieron del establo, entraron al corredor, y dejado Cisneros dos hombres armados que ni Inocente ni
Cisneros se despidió de inocente. Con premura monto el alazán Rosa Amelia habían visto. Después de que Inocente llegó,
y emprendió su retirada por el camino que conduce al caserío La donde estaban las cuatro personas esperándolo, entre ellos
Democracia, y Quiripital… Pero sabe Dios para dónde iba. Rosa Cisneros, llegaron los dos guardianes que estaban a la entrada
Amelia no dejó de estar preocupada. Al entrar Inocente, empezó del monte, detrás de Inocente, y se unieron al grupo. Inocente,
la discusión de siempre: “creí que ese hombre iba a almorzar se sorprendió al ver llegar a estos dos hombres detrás de él.
aquí. Menos mal que se fue. Parece ser que tus negociaciones Cisneros, viendo a Inocente fijamente a los ojos, exclamó: “no
con Cisneros se han intensificado, porque hablaron hasta más no se asuste, que esta es una maniobra de rutina que yo pongo
decir”. Esta vez Inocente no le contradijo nada a Rosa Amelia, en práctica para mis enemigos”. Cisneros le hizo una señal a
pero si empezaba a sentirse hostigado por tantos reclamos y uno de los oficiales, quien de inmediato sacó del hueco de un
tenía que buscarle una solución a esto. De este nuevo acuerdo árbol que estaba taponeado con piedras y tierra, una mochila
con Cisneros no le diría nada a Rosa Amelia. Sólo esperaría de lona corta, llena de monedas macuquinas. Se la entregó a
la nueva señal. Desde ese día en adelante, las relaciones de Inocente y le dijo: “ese dinero macuquino, lléveselo. Lo cuenta
Cisneros e Inocente no marcharon nada bien. y lo va introduciendo en sus compras y negocios y la mitad
de ese dinero es suyo”. Se despidieron, ellos monte adentro
Ocho días después de la navidad, en una madrugada clara y y él para su casa. Entre tanto, Rosa Amelia, que se había
60 Cipriano Alberto Moreno El jardín de Rosa Amelia 61

devuelto, se acostó haciendo que estaba dormida. Permanecía desacuerdo ese día. Tenía que dejar correr el tiempo y buscar el
en su cama observando todos los movimientos de Inocente pretexto para la ruptura de esa relación con Cisneros. Inocente
tropezando entre la casa, en la oscuridad, hasta que se acostó. sabía con quién estaba tratando, y el asunto con Cisneros era
Rosa Amelia, que aparentaba estar dormida, desde esa hora en más peligroso que fácil. Inocente, conscientemente, en su
adelante no pudo reconciliarse en los brazos de Morfeo, y con reflexión llegó a la conclusión definitiva de que Rosa Amelia
los primeros albores de aquella fresca mañana, se levantó a tenía razón en todo lo que le había dicho en reclamos y
preparar el aromático café, estimulante mañanero. Inocente, al reproches respecto a todo este asunto. Recordó lo que ella
terminar el trabajo matutino que requiere el lidiar con ganado, le dijo en una oportunidad, que era peligroso aliarse con un
impartió varias órdenes a los peones de ciertos trabajos en los enemigo del gobierno, y más aún ser cómplice de un enemigo
alambrados y sembradíos. Como también ordenó la limpieza público, que en caso de descubrirlo lo juzgarían como
de la pequeña acequia y los canales por donde fluía el agua aguantador de un ciudadano que vivía completamente fuera
para el riego del jardín de Rosa Amelia, que estaban obstruidos de la ley. Inocente era analfabeta, únicamente conocedor del
por el invierno pasado, pero ya empezaría a funcionar para el trabajo agropecuario. No entendía nada de esas cosas que le
verano que se aproximaba. Después del desayuno, Inocente decía su mujer por su bien y evitarle un grave problema. Hay
llamó a Rosa Amelia para la habitación principal, y delante algo muy poderoso en el mundo que es el poder del dinero, el
de ella empezó a contar el dinero macuquino que le había dinero es llamativo y tentador ante el ser humano, y aunque
entregado Cisneros esa misma mañana. Había 620 pesos con él era un hombre honesto y trabajador, quizás este era el caso
200 reales. Antes de que Rosa Amelia empezara con reproches de Inocente Ascanio, que viendo suficiente dinero sin mucho
y reclamos, Inocente le explicó todo respecto a lo acontecido compromiso, esa misma tentación lo hizo entrar en trato y
esa madrugada y de su relación con Cisneros. Ya era tiempo también en peligro con este guerrillero.
de no ocultarle más nada a su mujer, aunque ella sabía de
La distancia entre El Hatillo y Baruta, y las poblaciones de
una parte de estos tratos, pero no de todos. Inocente tenía la
Taguay y Carmen de Cura, es bastante considerable. Esas eran
esperanza de que su mujer le ayudara a buscar la forma de
las correrías y andanzas de Cisneros, no por el camino real,
deshacerse del trato con ese señor. La mujer, con su astucia y
sino por picas y trochas abiertas por sus compañeros de tropa.
por medio del amor, ha dominado al mundo, y al hombre con
A veces, por la noche salían al camino real y lo caminaban por
más razón. De todas maneras, Rosa Amelia después de haber
partes, y después se inducían por los montes. Este era el motivo
oído todo aquello que Inocente le confesó, dicha relación con
de sus largas ausencias. Desde la noche de la entrega del
Cisneros, no dejó de reprocharlo. Rosa Amelia, con gesto de
dinero macuquino, tenía largo tiempo Cisneros sin aparecer.
disgusto, le dijo: “si tenías la idea de no seguir en negocios con
En ese lapso de tiempo, en un tarde serena, hablando marido
Cisneros, ¿por qué le recibiste otra cantidad de dinero? Y para
y mujer, Inocente le comentó a Rosa Amelia que lo ayudara
guardarlo aquí en mi casa. Le tienes guardado una cantidad que
a buscar la forma o solución de este asunto. Rosa Amelia, en
no sé como vas a arreglar eso, ahora le recibes más dinero y
su lógica, le propuso a su marido que en la próxima entrevista
así me dices que quieres alejarte de ese hombre. Sinceramente,
con Cisneros, fingiera una larga ausencia hacia los llanos
Inocente Ascanio, ¡no lo entiendo!”. Las mujeres ven las cosas
del Guárico, exponiéndole una gran urgencia que requería
de una forma muy diferente de como la ven los hombres. La
bastante tiempo por motivos familiares, y por tal motivo le
mujer, por tener el instinto de conservación más desarrollado
haría entrega de todas sus pertenencias porque no sabía
ante cualquier peligro, comete errores y hasta accidentes. En
cuando regresaba y no iba a poder atenderlo en sus llamados.
honor a la verdad, Inocente no podía negarse ni demostrar
62 Cipriano Alberto Moreno El jardín de Rosa Amelia 63

Rosa Amelia enfáticamente le sugirió que le hiciera entrega cuatro hombres en su compañía. Cisneros había emboscado
de todo lo que le guardaba: “y así, te sales de ese paquete en un hombre en cada vuelta del río, hasta cerca de la casa de
que estás metido”. Inocente siguió analizando la forma en Inocente, en espera de la señal del pito. Cisneros, calculando el
como explicarle a Cisneros esta estrategia sin que este hombre tiempo del regreso de Inocente, al tenerlo cerca lo saludó como
sospechara nada que lo que él quería era prescindir de su siempre, cariñoso y afectivo, y por igual le contesto Cisneros.
amistad y relación, porque sinceramente, Inocente reconocía la Después de encontrarse, Cisneros le expuso que él iba para su
confianza que Cisneros había depositado en él. Inocente estaba casa, a lo que Ascanio, aprobando aquel casual encuentro, le
muy pendiente de la señal y ahora esperaba con más interés dijo: “mire qué casualidad, porque a mí me urge hablar con
oír el canto de la guacharaca para ver cómo solucionaba ese usted en este preciso momento. Es que quiero participarle que
problema tan enredoso que en los últimos días lo incomodaba, como voy a tener una salida hacia los llanos del Guárico, y
ante el peligro que le podía acarrear esa relación con Oliveros. quizás se prolongue por largo tiempo, no voy a poder atender
Tan preocupado estaba, que se levantaba todas las noches, en a sus llamados, y por eso quiero hacerle entrega de todas sus
alta madrugada, pero sin resultado positivo. Una madrugada pertenencias que guardo en mi poder. Usted verá que al faltar
en que recorría por los corrales, oyó un ruido sordo, hacia la el dueño de la casa las cosas nunca marchan igual, y esa es una
quebrada, como una gran cantidad de lava sin salida. Aquel gran responsabilidad que tengo yo. Por tal motivo, y previendo
ruido ensordecedor, no muy extraño para él por las repetidas lo inesperado es mejor que mientras yo esté ausente, tenga en
crecientes que había traído la quebrada, por curiosidad bajo a buen resguardo usted sus pertenencias”. Cisneros, después de
verla y esta tenía una creciente como nunca se había visto. Las oír el relato de Inocente, valorizó la sinceridad y honestidad de
riberas de la quebrada se inundaron por completo, el oleaje este hombre. Como hombre ladino y entendido, rápidamente
pujante de la fuerte corriente era como especie de marejadas analizó mentalmente que Inocente lo que no quería era seguir
en alta mar. Inocente, sentado en una piedra, contemplaba la en negocios ni tratos con él, y en realidad no le desconocía sus
ruidosa corriente, y recordó cuando Rosa Amelia llegó a su casa razones, porque siendo Inocente un hombre probo y honesto,
por primera vez, y ese siguiente día, esa misma quebrada echó y él un fugitivo, alzado y perseguido, no tenían los demás que
una crecida de igual magnitud. Regresó a la casa y Rosa Amelia sufrir causa alguna por él, si sus ideas “revolucionarias” era
lo esperaba en la entrada, ya que ahora estaba interesada en que personales. La verdad es que Dionisio Cisneros era un hombre
se entrevistara con Cisneros, preguntándole: “¿no oíste nada?”. peligroso y sanguinario, y a la hora de matar no tenía piedad
“En absoluto. Nada”. Bien temprano por la mañana, Inocente con nadie. Con todo aquel que se portara bien con él y le fuera
rastreaba con cuatro peones los márgenes de la quebrada, fiel y sincero, le ponía y cariño y lo ayudaba monetariamente, y
por si la creciente se hubiera llevado algunas reses, de su en lo que fuera lo defendía. Y eso era el caso para con Inocente
rebaño, llegando mucho más debajo de la desembocadura de Ascanio, porque Cisneros le tenía afecto y confianza. Después
la Quebrada de Las Cocuizas en el Río Lagartijo. Al regreso, de este análisis mental de Cisneros, le dijo: “Inocente. Vamos
alcanzó a ver un hombre a pie que caminaba por la enfangada al fondo de la verdad. Usted lo que no quiere es seguir en
playa del río. No lo conoció al momento, pero al tenerlo cerca tratos conmigo. Y no le quito la razón, usted tiene una familia,
se vio perfectamente que se trataba de Dionisio Cisneros. Iba y yo soy un caminante que desafía la muerte a cada instante.
completamente solo, aparentemente, pero no era así, porque los Prepáreme todo lo que usted tenga que sea de mi propiedad,
hombres que hacían guardia en la entrada del campamento, le y hágase la rebaja de todo lo que le adeudo, y pasado mañana
habían dado aviso, de que Inocente había bajado por el río con en la madrugada oiga el canto de la guacharaca en el lugar
de siempre. Sepa usted una cosa, por medio de mi confianza
64 Cipriano Alberto Moreno El jardín de Rosa Amelia 65

en usted, sabe de mis operaciones montaraces, y hasta de mis EL ATASCADERO


formas de actuar. A mis campamentos no ha ido, porque usted
no ha querido. Desde hoy en adelante todo depende de usted, En los potreros, en época de verano fuerte, en donde hay
en guardar mi secreto o delatarme”. Después de este último manantiales, se forman fangos pantanosos que se convierten en
pacto entre Ascanio y Cisneros, emprendieron la marcha río lo que se llama en el campo “madrevieja”, por el pisotear del
arriba hacia la casa de Inocente. Cisneros en cada recodo del río ganado buscando de chupar el agua que emana. A Inocente se
sonaba el pito y luego salía un hombre armado de su escondite le había extraviado una vaca que no se vio más en los potreros
pero en son de paz según otra señal. Llegando a la casa de ni en los corrales. Una mañana de un día domingo en que la
la finca de Boca de Mecía, llevaba Cisneros quince hombres peonada jugaba bolas criollas y las sirvientas arreglaban sus
armados, los cuales dejó emboscados en las adyacencias de pocos atavíos domingueros, un campesino pisatario de la
la finca, llegando solo con Inocente y los cuatro peones de la finca vino a dar el aviso de que una vaca estaba metida en
finca. Todo quedaba casi al descubierto porque estos hombres un atascadero, sin poder salir. Inocente de inmediato mandó
sabían quien era el tal Oliveros. Ya en el corredor de la casa, a dos peones a rescatar a la vaca. Estos dos hombres eran
“Oliveros” le manifestó a Inocente lo que quería, que era un Andrés Avelino Monia y José Esteban Membrillo. Como nunca
pequeña ración de bastimento, y que no era menester que falta la casualidad, en el trayecto se encontraron con un
llamara a su esposa porque él se regresaría rápido. Al despedirse campesino habitante de la finca que tenía una faena batiendo
Cisneros, expresó con voz firme y elocuente: “todo está claro y compactando una tierra para tapiar una casa de bahareque.
y será cumplido. Si por algo me necesita, búsqueme”. Y se Como en estos menesteres nunca falta el aguardiente, estos
perdió monte adentro, por donde estaba la tropa. A los dos días hombres se pusieron a ayudar a emparedar la casa y a tomar
justamente, oyó Inocente el cantar de la guacharaca en el sitio aguardiente. En medio de los tragos y por efecto del licor, se
convenido. Ya todas las pertenencias de Cisneros estaban en olvidaron de la vaca y siguieron tomando hasta emborracharse
el sitio con anticipación. Habían dejado todo bien protegido. por completo. No regresaron esa noche a su trabajo. A la
Inocente fue únicamente a hacer la entrega. Cisneros no fue. mañana siguiente fue Inocente con otro peón hacia donde,
Mandó a cuatro de sus hombres a recibir todo aquello. Después supuestamente, estaba la vaca atascada, encontrando a estos
de haber recibido Cisneros todo lo que le pertenecía, que dos hombres dormidos y todavía borrachos a la orilla de aquel
consistía en dos revólveres, una escopeta, 1.300 morocotas, y fango, y la vaca estaba muerta.
parte del dinero macuquino, confirmó Cisneros con más razón, Estos peones por supuesto que fueron botados de inmediato
la honestidad de Inocente Ascanio. No había rebajado nada de la finca Boca de Mecía, buscando nuevos horizontes, se
de lo que Cisneros hacía deberle entre ganado y bastimento dispersaron por rumbos distintos. Andrés Avelino Monia agarró
que le había suministrado para racionar la tropa. Esa misma la vía del caserío La Democracia y José Esteban Membrillo la
mañana, envió una comisión con la misma táctica, siempre vía del Guárico. Monia, al llegar a La Democracia, se encaminó
pretextando algo, y la finalidad era hacerle a Inocente entrega hacia Canta Gallo y justamente fue a parar donde Felipe
de trescientas morocotas como un regalo de su parte, con Santiago Alayón con la idea de conseguir trabajo. Conociendo
carácter “irregresivo”, siendo una orden estricta, emanada de este hombre el trabajo con ganado y por supuesto la agricultura,
Cisneros como jefe de su comando guerrillero. Inocente no Alayón no titubeó en ponerlo a trabajar en su pequeña estancia
tuvo otra alternativa sino recibirlas, aumentando más en Rosa que él tenía. Mas él lo conocía desde que empezó a trabajar
Amelia la desconfianza y la duda ante aquel personaje. con Inocente Ascanio. Es cosa común y lógica que todo aquel
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que botan de un trabajo del ramo que sea, nunca se vaya casa, se encontró Alayón a uno de los empleados de Inocente
contento, y se convierte en adversario gratuito de sus mayorales. que llevaba unas varas al hombro, al cual paró y le hizo varias
Este hombre lo aprovechó Alayón para sacarle información de preguntas, estrategias de todo aquel que desconfía y tiene algo
todo lo concerniente a Inocente y “Oliveros”. Monia, en los muy pendiente. El peón puso los viguetones en el suelo para
pocos días que llevaba trabajando con Alayón, fue interrogado atenderle a Felipe Santiago, luego Alayón le preguntó: “¿Cómo
por él muy minuciosamente, empezando por el motivo de su andan las cosas por aquí?”. “Por los momentos bien”. “¿Desde
despedida de la finca, y hasta el más mínimo vínculo entre cuándo no viene el señor Oliveros?”. “Hace tiempo que ese
Inocente, y el tal “Oliveros”. Monia daba rienda suelta a sus señor no ha venido”. “¿Inocente se encuentra en estos
habladurías contándole todo a Alayón. Le habló de la relación momentos?”. “No está. Salió para el estado Guárico y no ha
que Inocente tenía con Cisneros. También de aquel día en que regresado”. “¿No sabe cuándo viene?”. “No lo sé. La señora
Alayón hablo con ellos en el corredor después del almuerzo, Rosa Amelia se lo dirá”. Alayón espoleó su caballo llegando en
que sabiendo Inocente que se trataba de Cisneros, no fue capaz un instante a la casa de Inocente. Llegó a la puerta de entrada,
de aclararle a su amigo Alayón que ese no era ningún “Oliveros”, amarró al caballo en un botalón y paso al corredor, donde le
sino el mismo Cisneros que tiempo después le quitó su escopeta salió Rosa Amelia, quien al verlo le dijo sonriente: “Apareció el
en la subida de Carutico. Alayón, intrigado por tan nefasta perdido, porque esta casa se le puso bien lejos”. “Si supieras
noticia, y siendo una persona de pocos principios analíticos, que no Rosa Amelia. Es el trabajo que esclaviza y no da tiempo
enseguida sacó sus conclusiones de que Inocente Ascanio no a nada. ¿Todo está bien por aquí?”. “Hasta los momentos, sí”.
era amigo de él ni de nadie. Sin pensarlo mucho, sería un aliado “Ya supe que Inocente no está”. “No se encuentra porque salió
de Inocente sino lo denunciaba. Esa siguiente semana bajaba a una diligencia al Guárico y viene el sábado, Dios mediante.
un hombre a caballo por el camino de Carutico hacia el caserío ¿Usted quería algo?”. “Vine porque me urge hablar con él algo
de Mecía abajo. La magnificencia del paisaje solitario y de mucho interés”. “Si quiere dejarle algo a decir, yo puedo
tranquilo se presenta encantador y llamativo. Las montañas de hacerlo”. “No. Es asunto muy personal. Mejor le dice, cuando
los cerros de La Danta, El Cedro, Tiara y Los Confines se llegue, que yo estuve aquí y que vuelvo el domingo. Y que me
mostraban imponentes con la invasión de la lumbre y la espere sin falta”. Cuando se fue a despedir, Rosa Amelia le dijo:
abrumadora brisa saturada de fragancias extrañas, emanadas “¿cuál es el apuro suyo? Espere que ya le traigo un cafecito”. El
de aquella extensa frondosidad opalina, creación perfecta de la hombre se tomó el café casi de un solo sorbo, se montó en su
madre naturaleza. Todo aquel cuadro maravilloso pintado por bestia y desapareció quebrada arriba. Inocente había salido en
el arquitecto del mundo, ante la vista de Alayón en su caballo diligencia hacia el Guárico, pero no era un viaje tan prolongado
castaño melado, le parecía una ensoñación, pero era una como lo había dicho, sino que vendría rápido. Rosa Amelia vio
realidad. Felipe Santiago Alayón iba tan absorto en sus a Alayón hasta que desapareció en la última curva del camino,
pensamientos, que no supo cuándo llegó a la confluencia de la y sonriéndose dijo: “Felipe Santiago está cruzando por algo
Quebrada de Mecía con la de Carutico. La mente la traía fija en bien serio, aunque él no deja de ser escandaloso y ponderativo”.
la finca de Boca de Mecía y en la casa de Inocente. Evitando Ese próximo lunes volvió Alayón, cuando Inocente, por
alguna jugarreta de la mala suerte, y de las tentaciones, que casualidad había llegado de su viaje ese mismo día. La
andan por los caminos, Alayón se vino corriente abajo conversación de estos hombres esta vez no fue tan amena
directamente por la Quebrada de Mecía, y no por el camino de como en otras oportunidades, porque tanto Alayón como
La Danta. Afortunadamente, esta quebrada no tiene cascadas Inocente eran carentes de formas para abordar la clase de tema
ni saltos hasta llegar a la finca de Boca de Mecía. Cerca de la que Alayón iba a tratarle a Inocente, por lo delicado y
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comprometedor para ambos. Se necesita mucha rutina y denunciara porque eso había debido hacerse hacía tiempo.
equilibrio para no caer en lo que lamentablemente cayeron: la “¿Qué peligro puedes correr tú? Por lo menos la denuncia no
discusión acalorada y la ruptura de la amistad. Inocente había será formulada por ti”. No sabían ella ni Inocente lo que vendría
recibido a Alayón en el corredor con la misma atención de en su contra si Alayón lo nombraba en la tal denuncia, como
siempre, por el cariño y la amistad que se tenían desde muy efectivamente lo hizo. Inocente Ascanio, era un hombre sereno
jóvenes los dos… “me dijo Rosa Amelia que estuviste y tranquilo, característica de hombre de valor y valentía; más
buscándome hace varios días porque querías hablar conmigo por su ignorancia sobre las consecuencias futuras, menos le dio
muy urgentemene. ¿Tienes algún problema o es cuestión de importancia a lo que le dijo Alayón. El hombre cobarde es
negocios?” Alayón guardó un buen rato silencio y después trasmisor del chisme y ama las bajezas, en el cobarde no tiene
exclamó: “es cuestión de aclarar algo que yo no entiendo. Que asiento en el ánimo que es la base de la valentía. El asesino
sabiendo tú que el tal “Oliveros” que te visita tanto y que según tiende a ser cobarde por su alevosía ante el indefenso, y ante
es muy amigo tuyo, es el mismo Cisneros que por poco me cualquier situación comprometedora de la vida, y por salvarse
mata y me quito mi escopeta allá en Carutico, y tú no fuiste él, deja malograr a muchos. Este era el caso de Felipe Santiago
capaz de decirme nada. Ese día del almuerzo, has debido Alayón. Rosa Amelia advirtió: “tenga mucho cuidado con lo
decirme todo después que ese hombre se retiró, ya que tú dices que piensa hacer. Yo le aconsejo que lo denuncie, porque usted
ser un gran amigo mío”. Inocente comprendió que esta situación es el perjudicado que perdió su escopeta y, según usted, casi la
era difícil de explicarla, y mucho más que Alayón la entendiera, vida”. Después, dirigiéndose a Inocente, exclamó: “tú debes
y ahora se sentía culpable de este enredo. Queriendo convencer apoyar a Alayón porque tú sabes muy bien que ese hombre es
a Alayón, empezó por decirle que él había conocido a Cisneros un enemigo del gobierno que anda suelto por esos montes, y
por medio del negocio y mucho después fue que supo que se aunque a ti no te ha hecho nada, a los demás sí.
trataba del mismo Cisneros, y no había dicho nada por evitar
contratiempos y malos entendidos, “y que fueras tú a denunciar
a ese señor y ponerte tú mismo en peor peligro del que estás LA DENUNCIA
corriendo”. Alayón, apresuradamente, le habló a Inocente de
su decisión de denunciar formalmente a Cisneros con las Felipe Santiago Alayón consultó con varias amistades y
autoridades del Cantón de Ocumare del Tuy abajo. Enfáticamente conocidos, lo que pensaba hacer, pero al notificarles cuál era el
le advirtió a Inocente que él tenía que colaborar con él en este objetivo de ese viaje a los Valles del Tuy, todos se negaban a
asunto, porque estaba claro que “tú debes saber de sus correrías, acompañarlo por el miedo que tenían los campesinos en delatar
por que hasta de madrugada te ha llamado y le has atendido”. a Cisneros, que conocían sus procedimientos con todo aquel
Inocente, ya disgustado completamente, le dijo a Alayón: “tú que no estaba en su acuerdo. Alayón, después de pensarlo
puedes denunciar a ese señor cuando te venga en ganas, pero varios días, se decidió hacer esta gestión personalmente, ya que
a mí, Felipe Santiago Alayón, no tienes que mencionarme en su amigo Inocente Ascanio también se le había negado. Había
nada, porque eso es asunto tuyo únicamente. Yo no puedo vendido dos reses de su manada por si tendría alguna demora
denunciar a nadie, menos a quien conmigo no se ha metido en en Ocumare por algún motivo respecto a lo que iba. Ya en
lo absoluto. Tú que por tus habladurías contra ese señor te hizo Ocumare, consultó a las autoridades competentes el motivo de
pasar un mal rato, allá tú y defiéndete ahora”. Intervino entonces su visita, y el jefe de este regimiento acantonado en esa región
Rosa Amelia diciendo a Inocente que dejara que Alayón de los Valles del Tuy, le tomó una declaración precisa,
convidándolo, a que dijera todo lo que sabía sobre Cisneros, ya
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que ese destacamento había mandado en su persecución varias oficial. ¿A qué se debe esto?”. El militar, muy cortés, le dijo: “no
comisiones sin resultados positivos. La declaración de Alayón se preocupe, señora. Esto es cuestión de rutina. Respecto a su
no le pareció al jefe militar muy concisa, porque Alayón dijo marido, no hay nada en su contra”. Después de mandar a tomar
que él no sabía fijamente de su paradero ni de sus campamentos. asiento en el corredor, llegó Inocente, que andaba por el jardín
“¿Entonces por qué lo denuncia?”. “Porque me emboscó en un de Rosa Amelia. Un poco sorprendido al ver tanta gente del
camino y me quitó una escopeta de mi propiedad, y por poco gobierno en su casa, saludó a los presentes. Rosa Amelia, con
me mata la gente que anda con él”. “¿Usted los vio? ¿Cómo gesto elegante y cariñoso, le dijo al oficial: “él es mi marido,
cuántos hombres lo acompañan?”. “Ese día no pude contarlos, Inocente Ascanio, por quien usted preguntó”. “Enseguida,
pero son más de sesenta”. “¿Usted no tiene idea de donde se Inocente enfatizó: “mucho gusto, señor oficial”. “A su orden,
enconchan?”. “No lo sé exactamente, pero si sé que él siempre para servirle”. Alayón había permanecido en silencio. Inocente
merodea por la finca de un amigo mío, que creo está relacionado les mandó a traer café para todos. El oficial, viendo el
con él”. “¿En dónde queda esa finca y quién es su propietario?”. comportamiento y la atención de aquella gente humilde y
“La finca está situada a un lado del Camino Real que va hacia sencilla, mandó a quitar el cerco militar de la casa y a descansar
el llano, cerca del caserío La Democracia. Se llama Finca Boca a la tropa a la entrada de la finca. Después de una media hora
de Mecía, y su propietario es Inocente Ascanio”. Inmediatamente, de conversación, el oficial llamó a Inocente: “señor Ascanio, el
el jefe militar llamó a un subalterno, indicándole: “este señor objetivo de esta comisión que he conducido hasta su finca es
queda retenido para que salga mañana a primeras horas como con la finalidad de hablar con usted y el señor Alayón, pero,
baquiano de la comisión que va hacia esa finca que él preferiblemente, hacerlo más en privado y no aquí porque se
mencionó”. Alayón, después de oír las órdenes del oficial, trata de un asunto complicado y un tanto prejuicioso para
alegó que no podía quedarse porque tenía otras diligencias por usted”. Inocente sacó tres sillas para una de las enramadas del
hacer, y además él era un hombre muy ocupado. El oficial corral. Ya en el sitio los tres, el oficial expresó: “para su
enfáticamente expresó: “usted queda retenido y punto. Usted conocimiento y fines legales, quiero manifestarle que el señor
es un confidente que en estos momentos la nación lo necesita Felipe Santiago Alayón, aquí presente, hizo una formal
para que colabore con las garantías de la República. ¿O es que denuncia contra el ciudadano Dionisio Cisneros, quien anda
usted quiere que lo juzgue cómplice de este bandido que acaba alzado por estos montes. Que lo emboscó en uno de estos
de asaltar el pueblo de Santa Lucía, en donde mató a cinco caminos, amenazando de muerte, quitándole una escopeta de
hombres útiles a la nación?”. Alayón no sabía en qué lío había cacería de su legítima propiedad, y él afirma que ese guerrillero
metido a su amigo Inocente Ascanio. A la mañana siguiente, ronda por esta finca, y que supuestamente está relacionado con
salió del regimiento de Ocumare del Tuy un pelotón de usted por medio de negocios, y que también le proporciona
caballería y a pie al mando de Cruz María Paredes, directamente raciones para su tropa de forajidos que lo acompañan. Por eso
a la casa de Inocente Ascanio en la Boca de Mecía. A las dos de yo le agradezco que si tiene en verdad relación con él, o tiene
la tarde de ese día, llegó esta comisión a donde Inocente, con conocimiento en donde se esconde ese forajido, o sabe de
Alayón a la cabeza como baquiano. Al llegar la pequeña tropa, algún campamento, colabore con el gobierno para atrapar a
armados de máuseres y pistolas cañón largo, el jefe de ese individuo que ha matado a tanta gente útil a la patria y que
operaciones cercó la casa militarmente, y al salir Rosa Amelia, le cuesta a la nación tanto dinero en comisiones que se
el oficial preguntó por Inocente Ascanio. Rosa Amelia, más desplazan por todas partes por donde se cree que anda ese
serena que nerviosa, le dijo al oficial: “espere un momento, que guerrillero. No sabe usted lo delicado que sería, para su persona,
ya se lo llamo. Pero, primeramente, dígame una cosa, señor si se le comprueba que anda relacionado con ese bandido.
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Ahora señor Ascanio, ¿qué me dice usted, respecto a esto?”. La cabizbajo, le contestó: “usted ha debido acompañarlo, pero yo
defensa es natural, y esto fue lo que hizo Inocente con gesto le respeto su opinión personal”. El oficial, viendo que este
tranquilo y firme. Expresó: “oficial, permítame decirle una cosa. enfrentamiento entre Inocente y Alayón, respecto al guerrillero,
Sinceramente, yo no me explico de donde saca Alayón tantas no iba a conducir a nada, dijo: “por las insinuaciones del señor
cosas que él ignora pero inventa sin tener seguridad. Aquí, hace Alayón con usted, yo pudiera detenerlos a los dos, y llevármelos
casi un año, un día se presentó un hombre que al llegar le presos para Ocumare, pero sería un proceso de averiguación
preguntó a mi mujer por mi persona. Como aquí llega gente largo, y considero que ustedes son hombres ocupados y de
siempre a comprarme ganado, yo salí y le atendí. Me dijo trabajo. Pero sí voy a necesitar su colaboración como baquianos
llamarse Manuel Oliveros. Desde ese día en adelante, siempre de estos campos para rastrear estos montes, para ver si le damos
cada mes y medio venía en son de negocios. Después de alcance a ese bandido. Todo el tiempo que sea necesario, voy
mucho tiempo, fue que supe que se trataba del tal Cisneros que a estar en esta finca para la persecución de Cisneros”. Esa tarde,
andaba alzado entre estos montes de Miranda y Aragua. Pero Inocente racionó la tropa con lo que pudo de comida rápida. El
después de varias negociaciones, no volvió más el tal Oliveros, oficial colocó la tropa apostada alrededor de la casa, dos
o Cisneros”. El militar, malicioso y escrutador, oía silenciosamente centinelas en cada entrada y una guardia interna en donde
el relato de Inocente y quería poner a Inocente y a Alayón en dormiría el oficial. A las cinco de la mañana saltaron del monte
un careo, y por eso le preguntó a Felipe Santiago: “¿ese Oliveros abajo, dejando gente apostada en las márgenes del río y el
es el mismo que usted mencionó en su denuncia?, porque o es oficial, vestido de campesino, caminaba playa abajo con
Cisneros o es Oliveros. ¿A quién usted denunció?”. Ahí empezó Inocente en su compañía, y Alayón más adelante con otros
el careo que el oficial quería. Alayón, en tono casi autoritario militares. Cuatro días estuvo esta comisión rastreando esos
exclamó: “¡tú sabías, Inocente, que Oliveros era el mismo montes, con Inocente y Alayón a la cabeza, como baquianos,
Cisneros! Y para que los demás que viven en tu finca no se sin encontrar rastro del facineroso Cisneros.
dieran por enterados de tus relaciones con Cisneros, para ellos
El día de la despedida de la tropa de la finca Boca de Mecía,
era el señor Oliveros”. “¡¿Cómo afirmas tú que yo tenía
asaron las últimas varas de carne de un novillo que había
relaciones o complicidad con ese señor?! La única relación,
matado Inocente por la estancia de la tropa en su casa. Fueron
como tú dices que había, era únicamente comercial, porque
cuatro días de duro trabajo para Rosa Amelia y la servidumbre
siempre me compraba ganado. Y tú bien sabes que yo tengo
en la atención de toda esa gente. Al despedirse el oficial de
una finca y es para comprar y vender, porque tú mismo siempre
Inocente y Rosa Amelia, ella le dijo: “vengan siempre por aquí
también me has comprado”. “¿Y las veces que te has parado de
oficial, para ver si agarran a ese hombre que anda sin rumbo
madrugada para atenderlo? ¿Eso tampoco es verdad?”. “¡Yo me
ni paradero, asaltando gente por esos caminos”. En cambio,
paro a cualquier hora de la noche cuando oigo ruidos en mis
Inocente estaba deseando que esa tropa se fuera de su casa.
corrales por cualquier animal!”. Inocente, ya disgustado por las
El oficial, muy agradecido, le dijo: “señora, los tomaré muy en
hostigaciones de Alayón, exclamó: “¡¿Qué culpa tengo yo de
cuenta y estaré muy pendiente de ustedes. Y mil gracias por sus
que ese tal Oliveros o Cisneros o como se llame venga y me
atenciones”. El pelotón salió de la finca y Alayón se fue con
compre ganado?! Alayón, sinceramente, tú lo que tienes es
ellos, y menos mal que se fue, porque Inocente no sabía qué
miedo porque quizás ese señor ha sabido que has hablado mal
hubiera hecho con él. En el trayecto desde Boca de Mecía al
de él… En honor a la verdad, señor oficial, Alayón estuvo aquí
caserío La Democracia, el oficial habló con Alayón haciéndole
para que yo lo acompañara a poner la denuncia. ¿Cómo puedo
muchas interrogantes sobre el guerrillero, pero Alayón no
yo denunciar a quien conmigo no se ha metido?” El militar,
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contestó nada afirmativo. Al llegar a la posada del señor Lagartijo abajo, cerca de donde existió después el caserío de El
Padrino en Mecía abajo, en donde era el punto de separación Palmar de Lagartijo. Los hombres de Cisneros, se relevaban a
de Alayón para coger la vía hacia su casa, el oficial le dijo: diario, vigilando la casa de Inocente, y siempre miraban gente
“total que usted en toda la vía no me aclaró absolutamente del gobierno que entraba y salía de la finca. A veces caminaban
nada del tal Cisneros”. Alayón le respondió: “sinceramente, no río abajo, en compañía de Inocente. Cisneros abandonó el
sé de sus campamentos ni sé por dónde anda, de lo que si campamento de Lagartijo, y buscó los rumbos de Taguay en
estoy seguro es que Inocente Ascanio tiene comunicación con Aragua. Transcurrido un mes, volvió a Lagartijo. Como para
Cisneros, y considero yo que usted ha debido arrestarlo para cerciorarse de los acontecimientos fue Cisneros en persona con
que le confesara la realidad”. El oficial exclamó: “eso no es dos de sus oficiales al sitio de vigilancia, en el risco de piedra,
así como usted lo piensa, porque esa no es la única finca que cerca de la Boca de Mecía. Como por casualidad, había vuelto
ese guerrillero frecuenta, roba o asalta o tiene conexión con el oficial, como se lo había prometido a Alayón, a la casa de
sus propietarios. Para eso que usted dice o quiere habría que Inocente. Desde ese sitio del desfiladero, era clara la visión,
someter al señor Ascanio a un consejo de guerra, y usted seria hacia los corrales de la finca y hacia la casa también. Pudo
el único en atestiguar. Ahora si usted está dispuesto a eso, siga distinguir, Cisneros a la distancia, a gente armada que hablaba
conmigo para Ocumare desde una vez, pero hay una cosa que con Inocente. Ya de vuelta en el campamento, Cisneros, en
he notado en usted, que no tiene pruebas contundentes para su meditación llegó a la conclusión de que Inocente quizás lo
este caso, y en estos momentos no estamos para averiguaciones había delatado ante las autoridades, traicionando su confianza.
vanas, estamos es por atrapar a Cisneros. Mejor váyase a
su casa, y esté muy pendiente porque lo voy a necesitar en
adelante, en las próximas que sorpresivamente voy a enviar a EL ASALTO A LA FINCA Y LA MUERTE DE INOCENTE
esa finca, día y noche, para evidenciar la relación que usted ASCANIO
dice que tienen Inocente Ascanio con Cisneros. La guerrilla
tiene una gran ventaja en el monte, porque no es lo mismo el Dionisio Cisneros, desde que conoció a Inocente Ascanio,
que va como aquel que espera emboscado”. Esa era la ventaja analíticamente lo había estudiado, y realmente vio que en el
que tenía Cisneros contra las comisiones que lo buscaban, fondo era un hombre honesto y sincero, hombre de palabra,
porque Cisneros andaba por picas y abriendo caminos, y el por eso le puso afecto, cariño y confianza, cosa muy estricta
gobierno andaba por los caminos reales y por los ríos. Lo que en Cisneros, y para sus adentros lo tildó de hombre bueno y
no sabían Inocente ni el jefe militar, es que los cuatro días que de su entera confianza. En ningún momento le cruzó por el
estuvo la tropa en casa de Inocente, había colocado Cisneros pensamiento hacerle ningún daño, mucho menos matarlo. Pero
dos hombres de su tropa al lado contrario de la finca, en un los malos entendidos de la vida, por medio de intermediarios
desfiladero completamente inaccesible, que vigilaban los malos y falsos, de gente ruin y cobarde, provocan hechos
movimientos de esa tropa, todo el día, dándole información lamentables, como este de Cisneros e Inocente. Cisneros sabía,
a Cisneros, por medio de un mensajero que venía a diario a desde aquel momento en que Ascanio lo encontró en el río y
donde estaban estos hombres bien enconchados. Cisneros le dijo que tenía un viaje hacia el Guárico, que le iba a hacer
había tenido información de este procedimiento con uno de sus entrega de todo lo que le guardaba, y que no iba a poder
espías, desde cuando Alayón fue a participarle a Inocente de la atender a sus llamados por la larga ausencia que tendría en ese
idea que tenía, de delatar a Cisneros. Por eso había cambiado viaje, que él no quería seguir en contacto ni en negocios con
el campamento de la Quebrada de Las Cocuizas para el río de él, porque ese viaje no era ningún inconveniente, y con avisarle
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de ese viaje, tenía. A su parecer, se había dejado influenciar en un arrecife hasta el amanecer. Cisneros revisó toda la casa,
por alguien, o por la esposa o por Alayón. Por eso, ese día y en una pieza que estaba pared de por medio de la habitación
Cisneros convino a la entrega de todo lo que Inocente tenía de principal y trancada con candado, encontró Cisneros dos
él en su poder, ya que no podía obligarlo a que le guardara sus bolsones de cuero de ganado repletos de morocotas. El
pertenencias en su casa, mucho menos a que siguiera en tratos desbarajuste fue total, quedando todo desvalijado. La tropa
y negocios con él. Con todas esas evidencias de desconfianza, cargó con las escopetas, machetes y todo lo de valor que
Cisneros no había pensado en asesinar a Inocente. Buscó encontraron. Ese dinero, producto de este asalto, no pudiendo
varias veces la forma de hablar con él para aclarar todo, ir tan lejos con él porque era bastante, lo enterró Cisneros en
porque Cisneros todavía confiaba en su palabra, pero esto la vega del pozo de El Zamuro en dos calderos que se trajeron
fue imposible. Cada vez que Cisneros sondeaba la casa de la de la casa de la finca. Este pozo está cerca de la confluencia de
finca, veía gente del gobierno, hablando con Inocente y Rosa la Quebrada de Mecía con el río Lagartijo. La marca principal
Amelia. Con esta situación, Cisneros no podía presentarse en era el Pozo del Zamuro, y el entierro del tesoro fue en la vega
persona en la casa de Ascanio. Si por casualidad encontrase a que llegaba hasta dicho pozo, en medio de dos corpulentos
Alayón por allá, este lo delataría al momento. Tampoco podía árboles de javillo. El cuadro en la finca Boca de Mecía fue
identificarse como Manuel Oliveros, ya que ese nombre se devastador y macabro. Rosa Amelia, al regresar, encontró a su
había divulgado entre los dueños y la peonada. En fin, esto ya marido muerto a la salida del corredor, y más adelante, los tres
no tenía arreglo ni salida, y la solución más inmediata fue el peones todavía sangrantes, con la vista fija como viendo al mas
asalto a la finca Boca de Mecía. Una semana después de esta allá. Rosa Amelia era una mujer de sentimientos nobles, pero
planificación, bien calculada y precisada para esta operación, muy sensible. Al ver a Inocente muerto en el suelo, se hincó
en la madrugada de una noche en plenilunio, estaba la casa de rodillas junto al cadáver y con el más hondo sentimiento, y
de la finca de Inocente Ascanio completamente sitiada por agarrando al muerto por una mano, exclamó: “¡bastante te lo
noventa hombres armados que estaban apostados alrededor de dije, Inocente, que te alejaras de ese hombre, pero no me hiciste
aquella casa a la espera de la señal de su jefe para entrar en caso! Ahora ya no hay remedio”. Con ayuda de los vecinos,
acción. La señal convenida era abrir las puertas de chiqueros y se organizó el velatorio de estos cuatro hombres, y al otro día
corrales, dos tiros al aire para provocar una estampida y esperar fueron sepultados en el cementerio del caserío La Democracia,
la salida de los que estaban apostados; y la orden era lancear en Mecía abajo. Los peones y vecinos que huyeron hacia el
o disparar a todo el que avanzara hacia la tropa. En efecto, monte asustados, y algunos heridos, no volvieron jamás. Pablo
los peones se levantaron corriendo con escopetas y machetes, Mayorca el amansador de la finca, fue a parar a la fila de Parapara,
pero la gente de Cisneros, atrincherados entre botalones y de donde era nativo (hoy Aeropuerto Caracas). Cisneros había
pesebres, llevaban mayor ventaja. Inocente se había levantado, llevado la tropa completa para el asalto a la Boca de Mecía,
con su escopeta de dos cañones y, desde el corredor, apuntó a pensando que podía estar la gente del gobierno en la finca.
uno de la tropa, y al momento de salir el disparo, este hombre Una cosa que Cisneros lamentó fue que tampoco estaba Felipe
con una agilidad asombrosa se zumbó en el suelo dando dos Santiago Alayón, que era el principal culpable de todo eso.
saltos por el aire, y en el mismo instante disparó hiriendo a Después de esta masacre, no se supo más nada del asunto. La
Inocente de gravedad en pleno pecho, desplomándose muerto desgracia llama desgracia, y parece que se había concentrado
al instante. Los muertos fueron cuatro, Inocente y tres peones, en la finca Boca de Mecía, porque a los ocho días de haber
los demás huyeron hacia los montes cercanos. Rosa Amelia, enterrado a Inocente Ascanio, encontraron a Dominguito el
con su hijo en brazos, corrió hacia la quebrada, escondiéndose
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hijo de Rosa Amelia muerto en el fondo de un precipicio por fina Boca de Mecía, en donde había trabajado feliz y contento.
donde había rodado, causándose un gran golpe en la cabeza. A En donde había transcurrido parte de esa aureola bella de la
Rosa Amelia la traumatizó tanto la muerte de Inocente y luego juventud, ahora envuelto en la manta gris de la melancolía,
la del niño, que se sumergía en el mundo de la locura. Mientras contemplaba aquello en donde solo quedaban vestigios de
estuvo rondando por los alrededores de lo que había sido su escombros de lo que fue la casa de Rosa Amelia. La maleza
hogar, en donde había vivido los años más felices de su vida, había cubierto lo que eran los corrales. Apenas se percibían
los pocos vecinos, aledaños a la finca, le atendían y le daban pequeñas saturaciones de narcóticos olores de las pocas plantas
algo de comer porque su estado de locura era mayor cada día. que quedaban aún, pisoteadas por los animales, del jardín de
Había perdido la razón por completo. Un día cualquiera, Rosa Rosa Amelia. Pablo Mayorca después de contemplar aquellas
Amelia Narval pernoctó en la Boca de Mecía y no amaneció, ruinas, en donde un día todo fue bello y alegre, llegó hasta la
desconociéndose totalmente su paradero. A los muchos años, vega del paso del río Lagartijo, en donde él había sembrado
se supo que había aparecido una mujer loca en la población de una bella huerta de café, cacao, cambur, naranja, aguacate y
Camatagua con las mismas características fisonómicas de Rosa caña dulce. Todo estaba ahí cubierto de tupidos matorrales. La
Amelia, pero no se supo con certeza si era ella. La llamaban acequia de riego, obstruidas por tapones de basura, el tiempo y
la loca del niño porque su manía era que cuando por la calle la falta de mantenimiento había devastado todo. Al regreso, se
veía alguna mujer con un niño catire de la mano, buscaba de detuvo de nuevo, en lo alto de Boca de Mecía, cuando el sol
quitárselo, diciendo que era su hijo Dominguito. En la vida, es se encaminaba lentamente al ocaso. La brisa juguetona, como
más fácil destruir que construir. Esta finca de Inocente y Rosa queriendo romper la pureza del silencio. La pirámide de aquel
Amelia, se acabó ese día del asalto. Rosa Amelia, como ya campo, empeñaba la gama cromática de los cielos bajo el
sabemos de anticipo, no tenía familia. El único heredero era su fulgor postrero de aquella tarde en agonía. El viento sintonizaba
hijo Domingo Ascanio y ya había muerto. Así son las cosas de como queriendo expandir las saturaciones del jardín de Rosa
eso que llaman destino. Esta finca quedó a la deriva del tiempo. Amelia, en aquel campo, triste y solitario de la Boca de Mecía,
La mayor parte del ganado se alzó en los cerros de Jenjibral, de Inocente Ascanio.
hasta las montañas de Curabe, todo aquello se convirtió en
Así termina la historia del jardín de Rosa Amelia, la mujer q
una cimarronería y otras revoluciones que dieron cuenta de
vino desde el oriente venezolano, por el largo camino de la vida
todo el ganado manso y de otros animales, que prácticamente
y del peregrinar hasta el estado Miranda, en donde encontró el
quedaron sin dueño. Felipe Santiago Alayón, que por supuesto
amor de su vida y la felicidad que no tuvo en la adolescencia,
había sabido del desastre en la finca Boca de Mecía y la muerte
pero en esta vida, lo bueno dura muy poco, y conforme viene,
de Inocente Ascanio a manos de Cisneros, había caído en una
se va. Este fue el caso de la hacienda Boca de Mecía… Salve,
crisis de nervios, estuvo sin salir de su casa por varias semanas,
Rosa Amelia Narval.
pero a veces las circunstancias de la vida obligan a todo. Hubo
un momento en el cual salió de emergencia hacia los Valles Quizás en donde se encontraba Rosa Amelia en aquel
del Tuy, y Alayón en este viaje ni llegó a Ocumare ni regresó tiempo, en su mente nebulosa y llena de lagunas mentales por
a su casa de la Quebrada de Casupo. Todavía no se ha sabido la sombra de la locura, en algún momento de lucidez, se le
en qué hondonada de la cadena montañosa del interior o fila vendrían a la mente los miríficos paisajes de aquellos campos
maestra duerme Alayón el sueño eterno. agrestes de espesa fronda y ramaje intrincado, y el recuerdo
tinieblático de Inocente y Dominguito, donde un día fue muy
A un año de estos acontecimientos volvió Pablo Mayorca a la
feliz en su compañía en la hacienda Boca de Mecía.
80 Cipriano Alberto Moreno El jardín de Rosa Amelia 81

EPÍLOGO

*** Ocumare del Tuy fue la antigua capital del Estado Miranda,
desde 1904 hasta el año de 1927, cuando la capital fue
trasladada a la ciudad de los Teques por orden del entonces
El entierro del pozo del Zamuro, en el río Lagartijo, es presidente de Venezuela, General Juan Vicente Gómez, donde
uno de los tesoros más grandes que dejó Cisneros, porque funciona hasta la actualidad. Ocumare del Tuy fue un importante
se presume que el oro que guardaba Inocente Ascanio era centro de labor agrícola y pecuaria en la división político
bastante. Cisneros no solamente hizo este entierro de dinero territorial de la Venezuela de aquella época, y ya establecidos
del pozo del Zamuro, entre Miranda y Aragua dejó muchos los veinte Estados Unidos de Venezuela, con dos territorios,
tesoros enterrados. El tesoro del pozo del Zamuro está perdido dos departamentos y un distrito federal, con sus respectivas
en las profundidades de la tierra, quizás bajo la protección capitales. El Estado Miranda estaba dividido en 10 distritos y
de los gnomos que son los espíritus guardianes de los tesoros 35 parroquias. Uno de estos distritos del Estado Miranda era el
ocultos y pertenecen al elemento tierra. Existe una posibilidad distrito Lander, capital Ocumare del Tuy, con tres Parroquias:
respecto al río, que con los embates de las crecidas, que desde Ocumare del Tuy, San Francisco de Yare, y La Democracia. Esta
la margen izquierda por donde corría el río antes, transportó última fue el epicentro matriz de El Jardín de Rosa Amelia, una
su corriente hacia la margen derecha, corriendo ahora muy mezcla de romance e historia. Quizás el lector de esta novela
distante de su antigua corriente. La vega del pozo del Zamuro se encontrará con los mismos nombres de serranías, quebradas
en donde fue enterrado el tesoro en aquella época, era una y ríos, cerros y horizontes montañosos y hasta con nombres de
lonja de tierra ancha, pero hoy día queda solamente una las mismas personas. Esto se debe a que el municipio estaba
pequeña franja de tierra angosta, perdiéndose así el rumbo de formado por muchos caseríos que prácticamente formaban, se
la señal. El mismo Cisneros, después del indulto, estando en podría decir, una pequeña región de carácter propio. Mis ojos
Villa de Cura con el grado de Coronel, vino con otros militares de adolescente conocían una parte de esos caseríos y uno que
en busca de ese tesoro y no pudieron encontrarlo. También ha otro personaje a quienes hice partícipes de esta novela. Toda
sido buscado por otras personas, con resultados negativos. A esa zona fue muy importante porque por ella pasaba uno de los
veinte metros del mencionado pozo, varias personas hicieron primeros caminos de la colonia, desde Caracas al llano. También
una excavación profunda sin encontrar nada. A media loma por ser la parte más cercana para la carretera de Ocumare -
de la vega del pozo el Zamuro, en una altura poco elevada, Altagracia de Orituco, proyecto que ha quedado en el olvido
hicieron otra excavación, abriendo un hoyo hondísimo en desde que Juan Vicente Gómez empezó el primer rasante en
medio de dos árboles de mamón, y tampoco hallaron nada. 1912. Quiero decir que los acontecimientos narrados en esta
Entrando en el mundo del misterio y la superstición, según novela acaecieron allí, aunque ya en mi madurez los escribí en
algunos cazadores que frecuentan ese pozo en horas de la Ocumare del Tuy. Hoy mi semblante palidece y se hacen tristes
noche para cazar su presa, dicen que se oye un caballo que mis ojos, al recordar esos años lejanos que radican en el fango
corre desde el pozo del Zamuro hasta la otra vuelta del río, de esta tierra generosa y buena. Si alguien por casualidad pasara
para arriba y para abajo, y al alumbrarlo no se ve nada. Según hoy por estos campos de Quiripital - Altagracia de Orituco, ni
otra fuente, el mismo Inocente Ascanio pudo haber dejado remotamente se imaginaría lo bello y hermoso que fueron esas
otros tesoros enterrados en las adyacencias de su finca porque tierras donde la desolación y la tristeza formaron sus imperios,
parece que dejó evidencia de eso. y que fue ahí donde nació esta novela que hoy perturba al más
82 Cipriano Alberto Moreno

serio corazón. Hoy, cuando ya empiezan a diseñarse ante mis


ojos las lejanas costas hospitalarias y piadosas del ya no muy
lejano país, me producen hipocondría aquellos años dorados
de mi juventud… inspirado en estos campos, en su gente, su
cultura, sus costumbres y sus aconteceres nació El Jardín de
Rosa Amelia, y otras novelas que he escrito.

Ocumare del Tuy, 12 de Abril de 2003

Consultas: El último realista de Oscar Palacios Herrera y Ezequiel


Zamora de Laureano Villanueva. Personas que aportaron datos para
la obra: Cipriano Moreno Zambrano (fallecido) y Félix Martínez
Peña, tataranieto de Dionisio Cisneros.
Los 500 ejemplares del libro
El jardín de Rosa Amelia de Cipriano Alberto Moreno
se imprimieron durante el mes de diciembre de 2011
en Santa Teresa del Tuy, en los talleres del
Sistema Nacional de Imprentas Sede Miranda
de la Fundación Editorial El perro y la rana
y la Fundación Red Nacional de Escritoras y
Escritores Socialistas de Venezuela.

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