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Destinatarios
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Primera parte:
En el corazón del misterio: soy cristiano
RETIRO: “Y vosotros ¿quién decís que soy yo?” (Mt 16, 15)
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Segunda parte:
En el corazón del mundo: soy testigo
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Hemos de estar muy atentos sobre todo a aquello que pueda surgir
de sus propios compromisos. La dimensión misionera, individual y
comunitaria debe estar presente también en este itinerario formativo,
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ESTRUCTURA DE UN TEMA
Preparándonos
- Objetivos
- Desde la Palabra de Dios
- Desde el Catecismo
Vida cristiana
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- Testimonio de vida
- Ver-Juzgar-Actuar
- Oración
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Una vez elegidos los hechos, se debe analizar por qué ocurren y qué
repercusiones provocan. Reflexionar en qué medida percibimos la
presencia o la ausencia de Dios en esas situaciones. Escudriñar qué
está sucediendo en el fondo, qué motivaciones, actitudes o problemas
están detrás y pensar en contextos más amplios donde se den casos
parecidos.
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Primer bloque
En el corazón del Misterio: soy cristiano
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Tanto para los temas del Antiguo Testamento como para los cristológicos, es
recomendable también que las sesiones mensuales de “Orar y Celebrar” se
centren en lecturas del Evangelio que refuerzan los contenidos que aquí se
presentan. En estos temas se utilizan muchos pasajes evangélicos para
presentar de primera mano a Jesucristo. Sería muy rico profundizar en ellos
a través de estas sesiones de oración. Por tanto, estos temas tienen
material y recursos suficientes como para trabajarse durante dos trimestres.
Pero en esta primera parte de este itinerario no nos detenemos en la figura
de Jesús, sino que continuamos avanzando para acompañar al grupo a que
puedan descubrir a la Iglesia como el lugar pensado por Dios para llevar a
cabo su plan de salvación. Los contenidos de los próximos dos temas nos
ayudarán a presentar a la Iglesia como algo intrínsecamente unido a la
figura de Cristo, inseparable a Él, y nos interpelan a vivir unidos a ella y a su
misión, como cristianos. “La Iglesia es la casa en la que se anuncia la fe
entera, en la que la salvación que Cristo nos trajo se ofrece a todos” (Papa
Francisco, audiencia 09 octubre de 2013)
Casi al final de esta primera parte nos acercaremos a la figura de la Virgen
María, mujer del Sí incondicional a Dios, que nos enseña a ser verdaderos
hijos y verdaderos discípulos de Cristo, su Hijo. Ella, con su ejemplo, nos
ayudará a abrir los oídos del corazón para estar siempre dispuestos a
escuchar la voz de Jesús y a mostrarnos prontos para el seguimiento.
“Haced lo que Él os diga” (Jn 2, 5).
Y cerraremos este primer bloque, con la celebración “Con Cristo en la
Iglesia”, que podría culminar un último trimestre.
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Tema 1:
UNA VIDA DE FELICIDAD
PARA PREPARAR LA REUNIÓN
Objetivos:
Sal 42 (41) 1-3 – Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo.
Lc 9, 23-27 – Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi
causa la salvará.
Jn 8,12 Yo soy la luz del mundo – 8,31 conoceréis la verdad y la verdad os hará libres – 8,51
Quien guarda mi palabra no verá la muerte para siempre.
Jn 15, 1-17 Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
Desde el Catecismo:
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¿Qué son esas cosas que nos hacen sentirnos felices?, ¿dónde las encontramos?, ¿qué
motivaciones tenemos? Toda persona, anhela una vida plena y llena de felicidad, pero vamos
creciendo, madurando, y no tenemos claro dónde encontrarla. Si acaso hemos pasado por
momentos pasajeros de “felicidad”, pero buscamos algo más.
Además las cosas que nos importan van cambiando. “Aprovecha ahora, que cuando seas
mayor no podrás”, nos han dicho continuamente, pero a la vez pensamos que hay cosas que
ya no estamos en edad de hacer. ¿Qué ha cambiado?, ¿qué cosas cambian desde los 15 años a
los 20, o de los 20 a los 30 o a la edad que cada uno tenemos en este momento? Según nos
vamos haciendo mayores disfrutamos de otra manera la vida.
Esta es la cuestión, ¿cuáles son nuestras motivaciones, nuestras metas, las cosas que nos
importan y las que nos preocupan? Hemos visto que en cada momento de la vida son
diferentes, por eso..., ¿cuáles son aquellas que nos quedan por descubrir?
Siguiendo el informe de la Fundación Santamaría 2010, podemos descubrir cuáles son los
aspectos más importantes en la vida de los jóvenes, pero que podrían tener mucha
coincidencia con los nuestros:
Familia 71 %
Salud 69 %
Amigos 59 %
Pareja 48 % ¿Coinciden estos aspectos
importantes para ellos con los tuyos
Ganar Dinero 47 %
Tiempo Libre 47 % ¿Cuáles son, en orden de prioridad,
Trabajo 47 % los tuyos?
Suele ser un denominador común que las personas más cercanas a nuestra vida son lo más
importante para nosotros. No es la Iglesia, ni son los políticos, ni aquellos que están muy lejos
de nosotros los que nos generan más confianza a la mayoría.
Pero, a nuestro alrededor, no solamente encontramos a estos grupos de personas, sino que si
nos fijamos bien podemos descubrir, en la parroquia, a otras personas con las que poder vivir
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una confianza nueva. Personas que, como todos, buscan ser felices, y que testimonian que
esta verdadera felicidad la han encontrado en Dios, poniendo a Jesús en el centro de sus vidas.
Pero, y ¿para ti?:
¿Es Dios parte importante de tu vida? ¿Crees que podría llegar a serlo?
Hoy nos situamos al comienzo de un camino que nos conducirá a crecer en cercanía y
confianza con el Señor. Así que tanto si has respondido sí, como si has respondido no, estate
tranquilo, este camino es largo. Lo positivo de todo es que no lo recorreremos solos, el grupo y
la parroquia serán con quienes aprendamos a descubrirlo en nuestra vida de cada día.
Jn 10, 10
La búsqueda de esta sensación de felicidad es la que a menudo mueve nuestra vida. No sólo
ahora, sino desde hace siglos, las personas vivimos con la esperanza de encontrarnos con
experiencias que nos hagan sentirnos cada vez más felices. Estas experiencias podemos
traducirlas en:
Experiencias de amor:
Quizás recordando estas experiencias podamos llegar a comprender el deseo que existe en el
corazón del hombre de ser plenamente feliz, pues todos buscamos cada vez más: amar y
sentirnos amados, y ser infinitamente libres. El hombre tiene sed de amor y de libertad, y en la
medida en que vivimos estas experiencias, nos sentimos más felices. Para el cristiano este
deseo del bien es el deseo de Dios. “Dios es Amor” (Jn 1, 1), y en la medida en que busco el
amor estoy encontrando a Dios en mi vida. No es que seamos felices después de vivir estas
experiencias porque nos sintiéramos antes poca cosa, o porque lo que teníamos hasta ese
momento fuera insuficiente. Lo somos por lo que hemos descubierto, porque sentimos que
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podemos hacer muchísimas cosas, hasta el infinito. Es más, sentimos que tenemos que
hacerlas. Porque en definitiva tenemos sed de amor y de un mundo más justo.
La Iglesia nos presenta una manera muy “nueva” de vivir. Nos presenta a Dios como el garante
de nuestra felicidad y a Jesús como el Camino para conseguirla. “Yo soy el camino y la verdad
y la vida. Nadie va al Padre sino por mí” (Jn 14, 6). Sí, sí, ya sé, ¿qué persona de hoy en día
elige este camino teniendo tantas y tantas cosas que satisfacen su deseo y por lo tanto
piensan que son felices? Muchos te dirán: “¡anda ya! pero ¿quién cree en esas cosas? Dios no
existe, no hay nada más que lo que puedes ver y tocar, con esas cosas de la religión sólo
tratan de engañarte... usa un poco la cabeza.”
Entonces... ¿podemos encontrar a Dios en el mundo para que nos ayude a vivir? Conoceremos
a Dios en la medida que nos vayamos conociendo, en la medida que vayamos descubriendo
nuestra capacidad de entrega, de generosidad y servicio a Dios y, por tanto, a los demás. En la
medida en la que estemos dispuestos a vivir un amor esponsal, esto es ser capaz de entregar
la vida por amor.
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VER
San Felipe Neri pedía a Dios que le diese un corazón más
grande. Hay circunstancias en la vida que abren de par en par el
corazón. Lo abren en el sentido de que hacen presente su
verdadero horizonte, su “capacidad de lo infinito”. Amar es una
de estas experiencias. También la amistad. ¿No te sientes “muy
bien” cuando estás con un amigo que te comprende y te quiere?
¿No es verdad que te sientes más persona cuando te valoran los
demás? Así es la vida. Un conjunto de experiencias que nos
hace siempre ir más allá, que nos mueven, que nos impulsan a
caminar, que nos abren el corazón.
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¿Qué aspectos tienen en común estas sensaciones de felicidad? ¿Qué hay detrás de
estas personas y estas situaciones para que se dé este sentimiento?
JUZGAR
¿Las personas desean ser felices, es decir, vivir plenamente, y vivir siempre?
Sin embargo, no todos coincidimos al señalar qué es lo que nos hace felices. Algunas personas
consideran que la felicidad sólo consiste en tener dinero, poder, influencias, en disfrutar el día
a día. Otras ponen sus esfuerzos por construir una sociedad más justa, donde la gente que la
formamos nos respetemos y vivamos en paz. Este esfuerzo y sacrificio que podemos vivir hoy
es la base para la felicidad de mañana.
Dios ha puesto en el corazón de cada persona unos deseos profundos de felicidad, un deseo
profundo de vida, de querer vivir.
¿Cómo es, Señor, que yo te busco? Porque al buscarte, Dios mío, busco la vida
feliz, haz que te busque para que viva mi alma, porque mi cuerpo vive de mi
alma y mi alma vive de Ti. (San Agustín, conf. 10, 20.29)
CIC 1718. Las bienaventuranzas responden al deseo natural de felicidad. Este deseo es de
origen divino: Dios lo ha puesto en el corazón del hombre y de la mujer a fin de atraerlo hacia
Él, el único que lo puede saciar.
CIC 1719. Las bienaventuranzas descubren la meta de la existencia humana, el fin último de
los actos humanos: Dios nos llama a su propia bienaventuranza. Esta vocación se dirige a cada
uno personalmente, pero también al conjunto de la Iglesia, pueblo nuevo de los que han
acogida la promesa y viven de ella en la fe.
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Mt 5, 3-12
Lc 9, 23-25
Entonces decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí
mismo, tome su cruz cada día y me siga. Pues el que quiera salvar su vida la
perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará.
Desde el Evangelio:
¿Cuáles son los motivos más auténticos, los que te hacen ser persona, los que te
descubren el sentido de la vida?
“Pues el que quiere salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la
salvará”.
ACTUAR
Después de esta reflexión ha llegado el momento para el compromiso. Son muchas las cosas
que han ido saliendo, muchas las preguntas que se han ido contestando, y muchas las
invitaciones a vivir la vida desde Dios, que es quien nos la ha dado y nos la da cada día.
Recuerda que para este momento debes tener tu Proyecto Personal de Vida Cristiana contigo,
repasa los objetivos y medios que te has puesto. Mira cuáles de ellos coinciden con las
llamadas que Dios te ha ido haciendo a lo largo de este tema. Párate a pensar si necesitas
reafirmarte en alguno, modificarlo, o si necesitas agregar otro nuevo.
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¿Qué compromiso concreto vas a asumir o a retomar para que tu vida adquiera más
sentido?
ORACIÓN
Poniéndonos en presencia de Dios, sacamos el Evangelio para rezar la siguiente oración. En
ella el evangelista S. Juan y S. Agustín nos van a dar la clave de la comunión con Dios. Es la
cumbre de toda la revelación bíblica.
Quizás le puedes pedir a Dios que te ayude a encontrar el camino del Amor en estas pequeñas
actitudes, que son las que nos pueden hacer grandes ante Él.
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Ver y analizar:
Nos interpela:
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Tema 2:
LA RESPUESTA DE DIOS
PARA PREPARAR LA REUNIÓN
Objetivos:
Descubrir que debemos estar atentos a nuestro alrededor y desde nuestro corazón para
reconocer a Dios en aquello que nos rodea y vivimos.
Descubrir que en la búsqueda de Dios la iniciativa no la llevamos nosotros, sino que
siempre es Dios.
Presentar a Jesús como la gran respuesta que Dios nos da a toda esa búsqueda de la
felicidad inherente al ser humano.
Sentirnos llamados a continuar el proyecto de Jesús en nuestro propio proyecto de vida
cristiana.
Rom 1, 19-20 – … son perceptibles para la inteligencia a partir de la creación del mundo
a través de sus obras.
Heb 1, 1-4 – En muchas ocasiones y de muchas maneras habló Dios a los padres por los
profetas. En esta etapa final nos ha hablado por el Hijo.
Jn 1, 1-18 – A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios unigénito, que está en el seno del Padre,
es quien lo ha dado a conocer.
Lc 10, 21 – «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido
estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los pequeños».
Hch 17, 26-28 – … aunque no está lejos de ninguno de nosotros, pues en el vivimos, nos
movemos y existimos.
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Desde el Catecismo:
CIC 1-3 - ¿Para qué estamos en la tierra? ¿Por qué nos creó Dios?
CIC 50-53 - ¿Por qué tuvo Dios que mostrarse para que sepamos cómo es?
CIC 54-64 - ¿Cómo se revela Dios en el Antiguo Testamento?
CIC 65-66 - ¿Qué nos muestra Dios de sí cuando nos envía a su Hijo?
CIC 66-67 - ¿Está dicho todo con Jesucristo o continúa todavía después de él la
revelación?
CIC 142-149 - ¿Cómo podemos responder a Dios cuando él se dirige a nosotros?
CIC 290-292 - ¿Quién ha creado el mundo?
CIC 355-357 - ¿Qué quiere decir que el hombre ha sido creado «a imagen» de Dios?
CIC 841-845 - ¿Cómo ve la Iglesia a las demás religiones?
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Nos preguntábamos, en la primera parada de este itinerario, si era posible ser feliz. Parece que,
con Dios cerca, todo es posible. Con Él encontraremos esa vida llena de felicidad, libertad, paz,
amor, que estamos que nunca nos cansamos de buscar. Nunca es tarde para ser más y más
feliz.
Hay gente que tiende a semejar a Dios al conjunto de las cosas bellas que hay en el mundo,
como si Dios fuera una especie de universo. Pero Dios supera todo esto. Dios es Amor, es Vida,
es respuesta a nuestras preguntas, es esperanza. Pero: ¿dónde encontrar esta respuesta?
Si miramos la historia de las religiones, veremos que esta búsqueda no es nueva, que está
plagada de hallazgos, encuentros, acercamientos... Para los cristianos todo aquel que busca a
Dios nos resulta cercano. Todos aquellos que no conocen a Cristo ni a su Iglesia, pero buscan
sinceramente a Dios y siguen la voz de su conciencia, pueden alcanzar la salvación con la
ayuda de la gracia.
¿Conoces a alguien, algún amigo, familiar… que tenga este tipo de inquietudes?
Esta búsqueda, en el cristianismo no la llevan a cabo las personas, sino que la iniciativa es, en
todo momento, de Dios. Es Él el que nos busca amorosamente para decirnos que nos está
esperando, que nos acerquemos a Él. Él es quien nos busca, y está mostrándonos su respuesta
en muchos de los acontecimientos de la historia y de nuestra vida. Dios quiere que nos
acerquemos a Él. Y lo tenemos delante de nosotros sin darnos muchas veces cuenta.
1) “Hubo una vez un científico que llevaba años trabajando duramente para conseguir
entender el funcionamiento del universo: analizaba otros estudios, consultaba miles de libros,
hacía mediciones en el cielo, observaciones con sus sofisticados telescopios, investigaba en los
laboratorios atómicos más importantes del mundo todas las partículas…
Un día estaba comiendo con sus sobrinas cuando le preguntaron que cuál era su trabajo. Él
hizo un gran esfuerzo por explicarles a las niñas en que consistía, y cuando terminó, le dijo una
de ellas, - pero tío, si es muy fácil, mi profesora de religión dice que el universo es el regalo de
Dios a las personas-.
Él no pudo evitar abrazarla con todo su amor, al tiempo que sentía que todo el universo en ese
momento giraba a su alrededor.”
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
El zapatero no pudo dormir de la emoción. Se levantó temprano, barrió toda la casa. Sabía que
contaba con poco tiempo
para adecentar el lugar. En
eso, pasó por allí un niño con
los zapatos rotos y heridas en
los pies. Le pidió al zapatero
que le arreglara las suelas. A
pesar de contar con tan poco
tiempo para arreglar su casa,
no pudo negarse ante las
lágrimas del niño y le arregló
los zapatos.
Estaba atardeciendo y el zapatero se puso a cocinar los alimentos. En eso llegó un borracho
con el estómago vacío y ardiente por el alcohol. Pedía un poco de comida. El zapatero pensó:
"Y si viene Dios y me ve con este tipo de gente, ¿qué va a pensar? Además, si le doy comida,
¿alcanzará?". Pero al final pudo más la compasión y el borracho comió y conversó con el
zapatero.
Ya era de noche y el borracho se fue de la casa. Las últimas horas fueron eternas. Esperaba y
esperaba, pero la ansiada visita no llegaba. Ya muy tarde, se puso a rezar y le dijo a Dios:
"Señor, te he esperado durante todo el día. ¿Será que te decepcioné? ¿Por qué no has venido?"
Y en su corazón escuchó una voz que le decía: "Claro que te visité: en el niño con los pies
rotos, en la viuda deprimida, en el borracho con hambre,... Y todo lo que has hecho por ellos, a
mí me lo has hecho. Gracias por recibirme tan bien".
De poco vale estar siempre despierto y alerta para encontrarle, si no estamos abiertos a
recibirle, a recibir su Amor. Dios se da a conocer en cada momento por ese Amor,
incluyéndonos en su familia, como sus propios hijos. Hasta tal punto nos quiere, que se hace
Hombre por nosotros para acogernos y salvarnos.
En nosotros está el abrirnos a esa llamada, el elegir o no este camino, el cual no está fuera de
este mundo, sino que tenemos que andar por él en el día a día, a través de nuestros actos y
elecciones cotidianas.
¿Alguna vez te ha pasado que has dado un montón de vueltas para resolver un problema
que al final era bastante sencillo? o ¿has buscado alguna cosa, hasta darla por perdida, y
resulta que estaba delante de tus narices?
Te invitamos ahora a no darle muchas vueltas, a dejarte envolver por el misterio de Dios y a
contestar con sinceridad:
¿Qué significa para ti ser cristiano?
¿Quién sientes que te ayuda a andar este camino como cristiano? ¿Cómo lo hace?
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Cuando pretendemos llegar a Dios sin Dios, es decir, solo por medio de nuestras fuerzas y
capacidades, no conseguimos encontrarle. Tendremos un dios hecho a nuestra medida
“hechura de manos humanas” (Sal 115, 4) por más grande y perfecto que lo hayamos
imaginado.
Si intentamos dominar nuestra búsqueda del conocimiento de Dios, nos acercaremos a Él como
si fuera una cuestión técnica. Es bueno que dejemos que Dios y su misterio escapen de nuestro
dominio, porque entonces es cuando tendrá sentido nuestra esperanza de salvación.
Así lo recoge el catecismo de la Iglesia católica, cuando nos habla de la revelación gratuita de
Dios a los hombres y cómo esa revelación culminará de manera plena en Jesús.
Algunas personas piensan que si sumamos todas las cosas bellas del mundo dan como
resultado a Dios. ¿Tú que piensas? ¿Alguna vez te has dejado sorprender por cómo
“funciona” la naturaleza, por cosas asombrosas de las que somos capaces los seres
humanos…?
Las cosas que nos rodean hablan de Dios, llevan su marca, su huella; Él es su Creador. Pero su
marca no es como un logo empresarial, que nos intenta transmitir una visión comercial. La
marca de Dios nos habla de su origen, de su fin, de su fundamento, de su sentido y sobre todo
de su Amor.
Todas las cosas finitas no son Dios, pero nos hablan de Él, nos transmiten la grandeza de su
Creador, que se ha expresado en su creación.
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
corazón, el cual tampoco es Dios, pero en el que también ha dejado huella, una huella especial,
porque somos sus hijos/as. Esa huella debe ser guía, llamada para escoger el camino que nos
propone Dios.
Este encuentro con Dios, en nuestro corazón, tiene que partir de una lectura sosegada, pero
activa, del mundo. Como cristianos debemos vivir inmersos en la realidad del mundo, desde
donde Dios se nos muestra en nuestro corazón a través de las personas y acciones que
suceden a nuestro alrededor.
Busca en tu corazón esas veces que te has sentido cercano a Dios, que Dios estaba dando
respuesta a aquello que te estaba pasando.
2 Cor 1, 19 – 20
«El Hijo de Dios, Jesucristo, que fue anunciado entre vosotros por mí, por Silvano y por
Timoteo, no fue sí y no, sino que en él sólo hubo sí. Pues todas las promesas de Dios han
alcanzado su sí en él».
Si alguno de nosotros nos hubiéramos imaginado cómo es de grande el amor de Dios hacia
nosotros, seguramente nunca hubiéramos podido imaginar algo así. Dios se nos ha dado por
completo en Cristo. Jesús crucificado y resucitado es el gran mensaje de Vida al mundo. Con
Jesús, Dios nos ha dicho todo lo que tenía que decirnos, porque nos lo ha dicho Él mismo.
Resumiendo…
Por tanto, los cristianos tenemos muchas razones para tener una mirada llena de esperanza:
sentimos que Dios está presente en todo, y es el que guía nuestra vida. Todo tiene sentido,
porque Dios nos ha dicho la Verdad sobre Él, sobre nosotros, sobre el mundo y sobre la historia,
y nos lo ha dicho con su presencia misteriosa, con su Amor presente en la realidad, en el fondo
de nuestro corazón, en la historia y en sus etapas, y especialmente en Jesús resucitado.
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Edith se hallaría un día frente a la fe y esperanza de una viuda, que acogía confiada el
reencuentro con su esposo en la vida eterna. Quedó desarmada: «Este ha sido mi primer
encuentro con la cruz y con la fuerza divina que transmite a sus portadores... Fue el momento
en que se desmoronó mi irreligiosidad y brilló Cristo». Además, una tarde encontró y leyó la
vida de Santa Teresa de Ávila y le invadió una profunda conmoción: «Cuando cerré el libro, me
dije: esta es la verdad». Se bautizó y recibió la confirmación en 1922, pasando por el duro
trance de ver con cuánto dolor acogía su madre la noticia.
Ya en 1933, cuando el holocausto judío había estallado, le abrieron las puertas del Carmelo de
Colonia. Su admirable vida, fraguada de trabajo, humildad, oración y sacrificios iba
desarrollándose en este convento y en el holandés de Echt, hasta que el 2 de agosto de 1942
llega la Gestapo y, junto con otros muchos judíos convertidos al cristianismo, es llevada al
campo de concentración de Westerbork. El Prof. Jan Nota, cercano a ella, escribirá más tarde:
"para mí, ella es, en un mundo de negación de Dios, una testigo de la presencia de Dios"
“Me propongo una carrera académica y escojo para ello una universidad adecuada que me
da garantías para cursar mis estudios con provecho. Esto está dentro de una coherencia
oportuna, llena de sentido. Que encuentre en aquella ciudad una persona que “por
casualidad” estudia en la misma, y un buen día, “casualmente” hable con ella sobre
problemas de cosmovisión, no tiene, a primera vista una coherencia razonable. Pero si,
después de años, contemplo mi vida transcurrida, descubro que aquella conversación fue de
una influencia capital en mí, tal vez más importante que toda la carrera, y me viene el
pensamiento de que quizá fui a esa ciudad justamente por aquel encuentro, que “tenía que
ir” a esa ciudad. Lo que no estaba en mis planes, estaba en los planes de Dios. Y cuanto
más veces experimento cosas como éstas, más viva se me hace la convicción desde la fe
que para Dios no hay casualidades.” (Edith Stein)
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
VER
“Lo que no estaba en mis planes, estaba en los planes de Dios ”, dice Teresa Benedicta de la
Cruz. Como vemos, Jesús tiene una respuesta, un Proyecto de Vida para cada uno de nosotros.
Quizás nosotros, a lo largo de nuestra vida, ya hemos hecho muchos proyectos personales de
vida cristiana o quizá todavía no; quien más, quien menos, plantea su futuro lo mejor que
puede, con esperanza, y pone los medios a su alcance para conseguirlo. Es la ley de la vida
humana. Esto es algo positivo porque mostramos nuestro interés por vivir. Quien no tiene
proyectos, una meta de futuro, será difícil que alcance una felicidad plena.
Seguramente que alguna vez has hablado con amigos o familiares de planes de futuro,
comparte con el grupo un hecho en el que se ponga de manifiesto un proyecto que
tienes tú o un amigo, compañero, familiar…
¿Qué motivaciones descubres en los proyectos que habéis compartido?
¿Está Dios presente en ellos?
¿Qué futuro crees que te espera a ti o a la gente que ahora tiene esos proyectos? ¿Qué
cosas crees que serán para ellos más importantes en su vida?
JUZGAR
Vamos a leer, para este “Juzgar”, las palabras del Papa Benedicto XVI (anexo 1) a los jóvenes
con motivo del XXV aniversario de la institución de la Jornada Mundial de la Juventud, que os
habrá entregado vuestro acompañante.
Mateo 6, 25–26
«Por eso os digo: no estéis agobiados por vuestra vida pensando qué vais a comer, ni
por vuestro cuerpo pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el
alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad los pájaros del cielo: no siembran ni siegan,
ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros
más que ellos?”.
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
ACTUAR
Os animamos en este “actuar”, a revisar vuestro Proyecto Personal de Vida Cristiana, en este
caso con especial atención a descubrir si vuestro Proyecto responde al que Dios tiene para ti.
Decíamos, al finalizar el “Para leer y profundizar”, que “los cristianos tenemos muchas razones
para tener una mirada llena de esperanza”.
¿Transmite tu proyecto esperanza? ¿Qué puedo añadir para que sea aún más
esperanzador?
¿Cuál debería ser el fundamento de este Proyecto para que responda a lo que Dios quiere
de ti y puedas alcanzar esa felicidad plena que nos ofrece?
ORACIÓN
Cumplir tu voluntad de amor
Señor Jesús,
te he pedido una cosa,
que no dejaré de pedirte nunca,
cumplir tu voluntad de amor,
todos los días de mi humilde y pobre vida.
En tus manos, Dios de bondad, pongo mi espíritu,
mi corazón y mi inteligencia,
Mi razón y mi voluntad.
Y haz que los utilice
para servirte,
amarte, agradarte
y alabarte siempre.
Vamos a buscar un espacio personal en el que procuraremos hacer silencio para orar con el
Padre, desde algo que nos acontezca en la vida durante esta semana. Buscamos a Dios,
compartimos con Él lo que pasó en ese momento, le pedimos que nos ayude, o ayude a las
personas presentes en esa situación, y le damos gracias. Pasos a seguir:
1. Buscamos un lugar tranquilo, y nos sentamos en una postura recogida, que nos ayude a
centrarnos.
2. Tomamos conciencia de nosotros mismos, de nuestro cuerpo, de la postura en la que
estamos. Siente dónde está tu cabeza, cuello, hombros, brazos, tronco, piernas…y el
contacto con el suelo, silla…
3. Nos olvidamos de todas las ideas que nos vienen a la cabeza, pensamientos,
imaginaciones…
4. Ponte en presencia de Jesús, Él está en este momento contigo. Siéntelo junto a ti,
contemplándolo.
5. Cuéntale ahora cómo te encuentras, tus deseos, tus proyectos…
6. Pensamos ahora en el hecho de vida donde hayamos descubierto la presencia de Dios,
o la necesidad de Dios.
7. Intentamos olfatear algunas de las situaciones, mirar en el corazón de las personas,
encontrar aquellos detalles en los que Dios se manifiesta. Lo importante es descubrir y
experimentar que este "acontecimiento" forma parte de la historia de salvación.
8. Damos a gracias a Dios por poder haberle reconocido en nuestra vida, o le pedimos que
nos ayude a encontrarle más veces.
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
9. Escucha ahora a Jesús: «El que tenga sed, que venga a mí y beba el que cree en mí;
como dice la Escritura: "de sus entrañas manarán ríos de agua viva"». (Juan 7, 37-38)
10. Nos abrimos a Dios. Repetimos lentamente con paz, desde el corazón, humildemente:
11. Pensamos y/o escribimos una oración personal, pidiéndole su ayuda o cercanía, o
simplemente contándole qué hemos sentido en este ratito de oración.
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
ANEXO 1
Mensaje del Papa Benedicto XVI a los jóvenes con motivo del XXV aniversario de la institución de
la Jornada Mundial de la Juventud.
"Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna? " (Mc 10,17)
Queridos amigos,
este año se celebra el vigésimo quinto aniversario de la institución de la Jornada Mundial de la
Juventud, querida por el Venerable Juan Pablo II como cita anual de los jóvenes creyentes del
mundo entero. Fue una iniciativa profética que ha traído frutos abundantes, permitiendo a las
nuevas generaciones cristianas encontrarse, ponerse a la escucha de la Palabra de Dios,
descubrir la belleza de la Iglesia y vivir experiencias fuertes de fe que han llevado a muchos a
la decisión de entregarse totalmente a Cristo.
La presente XXV Jornada representa una etapa hacia el próximo Encuentro Mundial de los
jóvenes, que tendrá lugar en agosto de 2011 en Madrid, donde espero que seréis numerosos
en vivir este acontecimiento de gracia.
Para prepararnos a esta celebración, quisiera proponeros algunas reflexiones sobre el tema de
este año: "Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna? " (Mc 10,17),
tomado del episodio evangélico del encuentro de Jesús con el joven un tema ya afrontado en
1985, por el Papa Juan Pablo II en una bellísima Carta, dirigida por primera vez a los jóvenes.
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experiencia de Jesucristo, que nos ama personalmente, jóvenes o viejos, pobres o ricos; nos
ama también cuando le damos la espalda.
Comentando la escena, el papa Juan Pablo II añadía, dirigido a vosotros jóvenes: “¡Os auguro
que experimentéis una mirada así! ¡Os auguro que experimentéis la verdad de que él, el Cristo,
os mira con amor!" (Carta a los jóvenes, n. 7). Un amor, manifestado en la Cruz de manera tan
plena y total, que hace escribir a san Pablo con estupor: “me amó y se entregó a sí mismo por
mí” (Gal 2,20). "La conciencia de que el Padre nos ha amado desde siempre en su Hijo, de que
Cristo ama a cada uno y siempre – escribe aún el papa Juan Pablo II – se convierte en un punto
firme de apoyo para toda nuestra existencia humana" (Carta a los jóvenes, n. 7), y nos permite
superar todas las pruebas: el descubrimiento de nuestros pecados, el sufrimiento, el desánimo.
En este amor se encuentra la fuente de toda la vida cristiana y la razón fundamental de la
evangelización: ¡si verdaderamente hemos encontrado a Jesús no podemos menos que dar
testimonio de Él a todos aquellos que aún no han cruzado la mirada con Él!
4. Ven y sígueme!
Jesús invita al joven rico a ir más allá de la satisfacción de sus aspiraciones y de sus proyectos
personales, le dice: “¡Ven y sígueme!”. La vocación cristiana brota de una propuesta de amor
del Señor y puede realizarse solo gracias a una respuesta de amor: "Jesús invita a sus
discípulos al don total de su vida, sin cálculo ni intereses humanos, con una confianza en Dios
sin reservas. Los santos acogen esta invitación exigente, y se ponen con humilde docilidad tras
las huellas de Cristo crucificado y resucitado. Su perfección, en la lógica de la fe a veces
humanamente incomprensible, consiste en no ser el centro de sí mismos, sino en escoger el ir
contracorriente viviendo según el Evangelio” (Benedicto XVI, Homilía con ocasión de las
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ayudará a dar un sentido pleno a vuestras elecciones y a dar calidad a vuestra existencia.
7. Os necesitamos
Quien vive hoy la condición juvenil tiene que afrontar muchos problemas derivados de la
desocupación, de la falta de referencias ideales seguras y de perspectivas concretas para el
futuro. Entonces se puede tener la impresión de ser impotentes ante las crisis y a sus
consecuencias actuales. ¡A pesar de las dificultades, no os dejéis desanimar y no renunciéis a
vuestros sueños! Cultivad en cambio en el corazón deseos grandes de fraternidad, de justicia y
de paz. El futuro está en las manos de quienes saben buscar y encontrar razones fuertes de
vida y de esperanza. ¡Si queréis, el futuro está en vuestras manos, porque los dones y las
riquezas que el Señor ha puesto en el corazón de cada uno de vosotros, plasmados por el
encuentro con Cristo, pueden traer auténtica esperanza al mundo! Es la fe en su amor la que,
haciéndoos fuertes y generosos, os darás el valor de afrontar con serenidad el camino de la
vida y a asumir responsabilidades familiares y profesionales. Empeñaos en construir vuestro
futuro a través de itinerarios serios de formación personal y de estudio, para servir de modo
competente y generoso al bien común.
En mi reciente Carta encíclica sobre el desarrollo humano integral, Caritas in veritate, he
enumerado algunos grandes desafíos actuales, que son urgentes y esenciales para la vida en
este mundo: el uso de los recursos de la tierra y el respeto de la ecología, la justa división de
los bienes y el control de los mecanismos financieros, la solidaridad con los países pobres en el
ámbito de la familia humana, la lucha contra el hambre en el mundo, la promoción de la
dignidad del trabajo humano, el servicio a la cultura de la vida, la construcción de la paz entre
los pueblos, el dialogo interreligioso, el buen uso de los medios de comunicación social.
Son desafíos a los que estáis llamados a responder para construir un mundo más justo y
fraterno. Son desafíos que requieren un proyecto de vida exigente y apasionante, en el que
poner toda vuestra riqueza según el designio que Dios tiene sobre cada uno de vosotros. No se
trata de realizar gestos heroicos ni extraordinarios, sino de actuar haciendo fructificar los
propios talentos y las propias responsabilidades, empeñándose en progresar constantemente
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en la fe y en el amor.
En este Año Sacerdotal, os invito a conocer la vida de los santos, en particular la de los santos
sacerdotes. Veréis que Dios les guió y que encontraron su camino día a día, precisamente en la
fe, en la esperanza y en el amor. Cristo llama a cada uno de vosotros a comprometeros con Él y
a asumir las propias responsabilidades para construir la civilización del amor. Si seguís su
Palabra, también vuestro camino se iluminará y os conducirá a metas altas, que dan alegría y
sentido pleno a la vida.
Que la Virgen María, Madre de la Iglesia, os acompañe con su protección. Os aseguro mi
recuerdo en la oración y os bendigo con gran afecto.
En el Vaticano, 22 de febrero de 2010
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Tema 3:
DIOS TIENE UN MENSAJE PARA TI.
LA BIBLIA: Una carta de Dios
Objetivos:
Profundizar en lo que es la Biblia, y el sentido del Antiguo y Nuevo Testamento.
Acercarnos a la Biblia como la Palabra de Dios, como el mensaje que Dios tiene para
nosotros, animándonos a leerla y orar con ella.
Reconocer los distintos libros de la Biblia, y los distintos lenguajes que en ella aparecen.
Quitar ciertos miedos y prejuicios que puedan existir respecto a la Biblia, entendiendo
cada cosa en su contexto y dando ciertas pistas para fomentar su lectura.
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Desde el Catecismo:
CIC 103-170 - ¿Es verdadera la Sagrada Escritura? - ¿Cómo puede ser «verdad» la
Sagrada Escritura si no todo lo que contiene es correcto?
CIC 109-119 - ¿Cómo se lee correctamente la Biblia?
CIC 103-104, 131-133 - ¿Qué función tiene la Sagrada Escritura en la Iglesia?
CIC 1716-1717 - ¿Conoce la Sagrada Escritura un camino para alcanzar la felicidad?
CIC 2652-2653 - ¿Se puede aprender a orar a través de la Biblia?
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Y es que Dios te ha escrito una carta. Esa carta es la Biblia, también llamada Sagrada Escritura.
Es una carta preciosa a través de la cual hoy tiene algo que decirte. Quien haya intentado leer
la Biblia y no haya entendido el mensaje, no debe desanimarse. Tiene una explicación lógica.
La Biblia es una obra escrita hace miles y miles de años y, por tanto, es imprescindible conocer
algunas claves históricas, literarias, y sobre todo teológicas, que nos ayudan a comprender
mejor el mensaje que Dios tiene para nosotros. Esto se entiende bien con un ejemplo: cuando
te compras un nuevo móvil, éste va acompañado con un libro de instrucciones. Puedes pasar
de él y descubrir por intuición cómo funciona tu móvil. Pero te perderás algunas de las
posibilidades de tu flamante y nuevo teléfono. Con la Biblia puede pasar algo parecido, puedes
abrirla y leerla tú sólo. En muchos casos comprenderás muchas cosas pero, si no tienes
algunos conocimientos básicos, puede que te sientas perdido y no captes bien toda la riqueza
del mensaje que Dios te quiere transmitir.
Por eso te invitamos a un viaje. Va a ser un viaje breve, para conocer mejor la Biblia, sin prisas,
y de la manera más clara posible. Lo más importante es lo que Dios te está queriendo decir en
esa larga carta que ha escrito para ti. Aquí solo descubrirás algunas claves para que te animes
a abrir la Biblia y empieces a leer. Lo que pase a partir de ahí, es cosa de Dios y tuya.
Las relaciones con las personas que te rodena (amigos), ¿cómo son? ¿Son relaciones
basadas en los momentos que pasáis juntos?
¿Cómo es tu relación con Dios? ¿Qué haces para quedar con Dios? ¿Y qué crees que hace
Él?
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El Pentateuco
Los libros históricos
Los libros poéticos y sapienciales
Los libros proféticos (atendiendo a la extensión de
los libros, se distinguen entre profetas mayores o
menores)
En el caso de los 27 libros del Nuevo Testamento, en nuestras Biblias católicas vienen
distribuidos de la siguiente manera:
Los 4 Evangelios
Los Hechos de los Apóstoles
Las cartas (las de san Pablo y de otros autores)
El Apocalipsis, como libro profético que cierra la Revelación de Dios y por tanto la Biblia.
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Ahora bien, el verdadero y único autor de la Biblia es Dios: pues la Biblia es su Palabra, que Él
nos ha querido transmitir. Por eso, la Iglesia afirma que todos los libros de la Biblia “tienen a
Dios por autor”, y como a Dios le gusta contar siempre con los seres humanos, se sirvió de
personas que usando todas sus “facultades y talentos” pusieron por escrito la palabra que Dios
quería comunicar a la humanidad.
“La revelación que la Sagrada Escritura contiene y ofrece ha sido puesta por escrito bajo la
inspiración del Espíritu Santo. La santa madre Iglesia, fiel a la fe de los Apóstoles, reconoce
que todos los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento, con todas sus partes, son sagrados
y canónicos, en cuanto que, escritos por inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios como
autor, y como tales han sido confiados a la Iglesia. En la composición de los libros sagrados,
Dios se valió de hombres elegidos, que usaban de todas las facultades y talentos, de este
modo, obrando Dios en ellos y por ellos, como verdaderos autores, pusieron por escrito todo
y sólo lo que Dios quería”. (Dei Verbum 11)
¿Qué te parece que Dios sea autor de la Biblia, cómo lo interpretas: algo “mágico”,
realista, misterioso, algo grande…?
4. ¿Cómo se han conservado hasta hoy textos escritos hace miles de años?
Esta verdadera palabra de Dios nos ha sido transmitida de manera autorizada e interrumpida
por la Iglesia. Pues fue la misma Iglesia, la comunidad de los creyentes en Cristo, la que en los
primeros siglos del cristianismo decidió qué libros sí y qué libros no podían entrar a formar
parte de la Biblia. Estas decisiones no fueron caprichosas, fueron fruto de serias y largas
reflexiones que llevaron a determinar qué libros eran verdaderamente los portadores de la
Revelación divina. Esto es lo que se llama la cuestión del canon. Si un libro era considerado
inspirado por Dios, y su contenido se conformaba con la Revelación, se le consideraba como
canónico, es decir, lo que en él se contenía se proponía como norma de vida para los
cristianos. Algunos libros de temática cristiana que no cumplían los requisitos de canonicidad
fueron excluidos de la Biblia, si bien algunos de ellos se siguieron usando para la catequesis y
la instrucción cristiana.
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Siguen iluminando la vida y las esperanzas de millones de seres humanos. Por eso podemos
decir, sin miedo a equivocarnos, que estos textos están vivos y que el mensaje divino que
contienen está plenamente vigente.
“El Señor dijo entonces a Josué: Apunta hacia Ay con la jabalina que llevas en la mano, porque
la voy a poner en tu mano. Josué apuntó hacia la ciudad con la jabalina que llevaba en la
mano. […] Cuando Israel acabó de matar por el campo y el desierto a todos los habitantes de
Ay, que habían salido hasta allí en su persecución, todos los cuales cayeron a filo de espada
hasta no quedar uno, se volvieron los hijos de Israel contra Ay y pasaron a su población a filo
de espada. El total de los que cayeron aquel día, hombres y mujeres, fue de doce mil: todos los
habitantes de Ay”.
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inauditas.
Las normas literarias de la epopeya no conocen la vía media: las victorias deben ser totales, lo
que está en juego es la vida o la muerte, manifestando la grandeza del pueblo al que se
refiere. Por eso en la epopeya, los que han perdido, son exterminados por completo. Ningún
superviviente puede quedar entre los adversarios. Sólo el que vence puede sobrevivir. Del
mismo modo actuó, aplicando este género de la epopeya, Homero en su famosa Ilíada. Y a la
pregunta por el hecho histórico en sí mismo, hemos de decir que no, que según la mayoría de
los estudiosos los israelitas no pasaron por el filo de la espada a los habitantes de ciudades
enteras. Ni siquiera es seguro que Israel conquistara el país de Canaán con las armas.
Define con palabras sueltas, no con frases, lo que para ti es la Biblia. Ponedlo en común e
intentad consensuar cinco palabras.
¿Qué formación bíblica has vivido para poder así entender y profundizar en algunos
pasajes de la Biblia en los que es más complejo descubrir el mensaje que Dios tiene para
ti?
Aspectos que hayas descubierto que más te hayan llamado la atención.
Resumiendo….
Lo más importante de la Biblia hoy para ti y para mí es que en ella está contenido el mensaje
que Dios te quiere transmitir. Es la carta de Dios para ti. La Biblia, aunque escrita hace miles de
años, no es palabra muerta, anquilosada, sino todo lo contrario, es palabra viva, actual,
cargada de significado. Si la aceptas, te puede transformar la vida.
El Apocalipsis, el último libro de la Biblia así expresa esta verdad de fe: “Mira, estoy de pie a la
puerta y llamo. Si alguien escucha mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y
él conmigo” (Ap 3,20).
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Dios.
La Biblia es un libro vivo, y el mensaje que contiene es plenamente vigente. Estos textos
sagrados que forman la Biblia son textos plenamente actuales. Los textos bíblicos no
son los únicos textos de la antigüedad que han llegado hasta nosotros, pero ninguno de
ellos está tan plenamente vigente como ellos. Hoy los textos de la Biblia se siguen
leyendo, proclamados en la liturgia en las partes más distintas y diversas de la Tierra.
Siguen iluminando la vida y las esperanzas de millones de seres humanos. Sí, es un
mensaje para ti también.
A través de la Biblia, Dios te hace una propuesta libre de vida cristiana. A lo largo de la
Biblia hay muchos mensajes de Dios para los cristianos, como un post-it que se deja en
la pantalla del ordenador o en la nevera, y tu mirada se lo encuentra cuando más lo
necesitas. Como, por ejemplo, estos versículos del Nuevo Testamento:
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De vuelta a Roma, el Papa Dámaso lo tomó como secretario y consejero. Muerto el pontífice,
Jerónimo peregrinó a Tierra Santa y Egipto y se asentó en Belén, donde permaneció hasta su
muerte (419/420) desarrollando siempre una intensa actividad. En Belén, San Jerónimo
comentó la Palabra de Dios, defendió la fe oponiéndose con vigor a diversas herejías; exhortó a
los monjes a la perfección; enseñó la cultura clásica y cristiana a sus jóvenes alumnos y acogió
con solicitud pastoral a los peregrinos que visitaban la Tierra Santa.
VER
S. Jerónimo nos muestra ese amor por la Palabra de Dios, porque ha dedicado toda su vida a
ello, para que tengamos hoy en día la oportunidad de dialogar con Dios a través de esta
Palabra. Un diálogo que es personal, porque como hemos visto Dios tiene un mensaje para
cada uno de nosotros. Por eso debemos leer las Escrituras
no como palabras del pasado sino como palabra de Dios que
habla también conmigo, y así tratar de entender qué me
dice el Señor. Pero también la Palabra de Dios debemos
leerla siempre en comunión con la Iglesia viva, desde la
liturgia:
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JUZGAR
La Biblia tiene momentos muy intensos en los que Dios se pone en contacto con las personas,
porque tiene un mensaje para ellas y necesita comunicárselo. Leamos detenidamente uno de
ellos:
Éxodo 3, 1-12
¿Qué cosas son las más importantes de este diálogo entre Dios y Moisés?
¿Cuáles son las cosas de las que hablas con tus amigos, con la familia, con la gente que
tienes más cercana?
Vuelve a leer el texto. ¿Te puede escoger Dios a ti para algo también? ¿Sientes, al igual que
Moisés, que te está pidiendo algo?
ACTUAR
¿Qué llamadas sientes para profundizar más en el mensaje que Dios tiene para ti en la
Biblia? Quizás leer más la Biblia…
Formula un compromiso personal, concreto y realista para llevar a cabo aquello que Dios te
está diciendo a ti, partiendo del Juzgar. Este compromiso debes integrarlo dentro de tu
Proyecto Personal de Vida Cristiana.
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ORACIÓN
CANCIÓN: COMO EL PADRE ME AMÓ
TEXTOS BÍBLICOS
“Los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se reunieron en un lugar y uno
de ellos, un doctor de la ley le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿cuál es el
mandamiento principal de la ley?». Él le dijo: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón,
con toda tu alma, con toda tu mente». Este mandamiento es el principal y primero. El
segundo es semejante a él: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». En estos dos
mandamientos se sostienen toda la Ley y los Profetas.”
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Celebración:
Escuchamos tu Palabra
PARA PREPARAR LA CELEBRACIÓN
Esta celebración es la primera de la tres que durante este primer bloque, “Un Dios que camina
conmigo”, realizaremos. Pretende servir, a los grupos de poco recorrido para iniciarlos en la
oración, y a los grupos de mayor recorrido para profundizar con ellos e introducirlos en la
oración comunitaria, como un aspecto importante en la trayectoria del propio equipo.
La idea central de esta oración es acercarnos a Jesús como Palabra de Dios hecha carne, sobre
cuya palabra debemos construir nuestra vida para ser plenamente feliz.
Es importante que cuidemos todos los detalles previos a la celebración: ambientación, reparto
de tareas, cantos (que podemos sustituir por otros que conozcamos)…
CELEBRACIÓN
Introducción
Todos buscamos a Dios de una u otra forma. ¿Dónde encontrarlo y dónde descubrirlo? Nuestro
Dios no es un Dios mudo, sino que nos habla de diferentes maneras... Desea comunicarse,
darse a conocer, donarse y quedarse con nosotros para acompañarnos en nuestra vida de
todos los días. Y Jesús es el ROSTRO del Padre Dios. Él es la Palabra que se hizo hombre y
habitó entre nosotros. “De muchas maneras habló Dios...pero lo hizo plenamente en su Hijo,
Jesucristo, el Señor”.
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Lc 6, 47-49
“Todo el que viene a mí, escucha mis palabras y las pone en práctica, os voy a
decir a quien se parece: se parece a uno que edificó una casa: cavó, ahondó y
puso los cimientos sobre roca; vino una crecida, arremetió el río contra aquella
casa, y no pudo derribarla, porque estaba sólidamente construida. El que escucha
y no pone en práctica se parece a uno que edificó una casa sobre tierra, sin
cimiento; arremetió contra ella el río, y enseguida se derrumbó desplomándose, y
fue grande la ruina de aquella casa”.
Reflexión
El hombre prudente construye su casa sobre roca. La casa es el edificio de la propia vida, es la
tarea primordial en este mundo. La roca es la realidad única y verdadera: es Dios, origen y fin
del hombre y de todo cuanto existe. Cuando nuestra vida, con todas las esperanzas presentes
y futuras, se fundamenta en Dios, a pesar de todas las pruebas y tentaciones, permanecerá
firme, porque podremos decir, llenos de esperanza: “Sé la roca de mi refugio, un baluarte
donde me salve”. Con esa prudencia que enseña el Maestro hay que mirar los bienes de este
mundo como medios de subsistencia, dones para el camino, que merecen gratitud, pero, sólo
instrumentos de servicio y adoración al Señor que nos da la vida.
Jesucristo dice: si queréis ser mis discípulos haced la voluntad de Vuestro Padre, Dios; realizad
el programa que he predicado en el monte: orar, ser fraternos, dedicar tiempo a los
necesitados, perdonar, amar a los enemigos y confiar siempre en Dios. Es dejar que la Palabra
de Dios modele nuestro pensamiento y comportamiento; significa dejarse convertir, renovar
siempre nuestra vida y afirmarse día a día en la fe. Así, quien construye su vida sobre la
palabra de Jesucristo es un hombre prudente y será llamado sabio, porque construye sobre la
roca del amor de Dios, y vendrán los vientos y la tormenta de la indiferencia, de la
incredulidad, de la tristeza, pero él resistirá, no podrán derribarlo. Nos pide: “Escuchad la
Palabra y hacedla amor y vida”
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Oración y meditación
Hay quienes construyen su vida sobre las compromisos?
arenas movedizas de la mentira, la
hipocresía, el sueño o la ilusión. Señor, dame paciencia para ahondar
debidamente los cimientos de mi casa, para
Hay quienes la construyen sobre el terreno arraigar mis convicciones en tu Palabra.
pantanoso de pasiones y deseos, sobre las Dame perseverancia para profundizar día a
cenizas de ideologías o de intereses día en las consecuencias de tu Evangelio.
personales.
Señor, Roca de nuestra vida y de la Iglesia,
¿Sobre qué construyo yo mi vida? terreno firme sobre el que no resbalan
nuestros pies. Concédenos la vigilancia del
La fina y penetrante llovizna del paso del Espíritu y la lucidez de la fe, para
tiempo, la lluvia que lava todos los comprobar en qué terreno enraizamos
maquillajes, la tempestad de los reveses de nuestra vida.
la vida, la enfermedad, los sufrimientos, la
muerte… acaban llevándoselo todo. Puesto que nuestros actos, Señor, dan fe de
lo que creemos, concédenos la gracia, no
¿Sobre qué voy construyendo yo mi vida? sólo de oír tus palabras, sino de escucharlas
¿Sobre qué cimientos voy edificando mis con el corazón para ponerlas en práctica y
proyectos, sobre qué roca voy apoyando vivir de ellas.
mis opciones, mis decisiones y mis
Tú necesitas personas que estén dispuestas a construir sus vidas sobre la roca de tu
Palabra y así transmitir a otros cristianos lo que están viviendo y experimentando. CUENTA
CON NOSOTROS.
Tú necesitas personas para quienes tu Palabra sea lámpara para sus pasos, luz en su
sendero. Que quieran guardar tus mandamientos y vivir según tu promesa. CUENTA CON
NOSOTROS.
Tú necesitas personas que aún en el peligro de sus vidas no olviden tu voluntad y estén
dispuestas a testimoniar que Tú eres la alegría de
su corazón. CUENTA CON NOSOTROS.
Padre nuestro.
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Oración final
Padre bueno, que la Palabra que hambre y la sed de tu Palabra, que nos
escuchamos eche raíces hondas en nuestra muestran el camino de la justicia y la
vida. libertad.
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Tema 4:
LAS PRIMERAS ALIANZAS
(Desde el principio hasta Abraham)
Objetivos:
Explicar qué significa una “alianza”: la relación de amor que Dios ha querido establecer
desde siempre con la humanidad.
Descubrir cómo la categoría teológica “alianza” recorre toda la Escritura, empezando
por el Antiguo Testamento y acabando con la Nueva y definitiva alianza representada
por Jesús.
Estudiar y trabajar de forma amena textos del Antiguo Testamento que nos hablan de
esta primera Alianza.
Llegar al final del tema a un compromiso concreto. Cómo y de qué forma se expresa su
Alianza con Dios y su Alianza con los demás (con la familia, con los amigos, el grupo, la
parroquia).
Es necesario que lleve cada uno su Biblia para este tema, ya que será más fácil ir
localizando sobre ella aquello que vayamos viendo. El tema desarrolla los textos que
aparecen en la sección “Preparándonos”, por tanto es necesario leerlos previamente o
durante la reunión.
El tema parte de una encuesta que habremos introducido en la sesión anterior. Los
jóvenes deberán llevar las encuestas que hayan realizado a la sesión, para ponerlas en
común.
Gén 1, 27-31. Dios los bendijo; y les dijo Dios: “Sed fecundos y multiplicaos..”
Gén 6,13-22. Pero yo estableceré mi alianza contigo, y entrarás en el arca con tu mujer,
tus hijos y sus mujeres - 9, 13 pondré mi arco en el cielo, como señal de mi alianza con
la tierra.
Gén 15,1-21. “Mira al cielo y cuenta las estrellas, si puedes contarlas”. Y añadió: “Así
será tu descendencia” 17. 11 Os circuncidaréis la carne del prepucio y esa será la señal
de mi alianza con vosotros.
Heb 8,6-7. Una alianza basada en promesas mejores
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Desde el Catecismo:
Dei Verbum 15-16. “Los libros del Antiguo Testamento, según la condición de los
hombres antes de la salvación establecida por Cristo, muestran a todos el conocimiento
de Dios y del hombre y el modo como Dios, justo y misericordioso, trata con los
hombres” (nº 15). “Dios es el autor que inspira los libros de ambos Testamentos, de
modo que el Antiguo encubriera el Nuevo y el Nuevo descubriera el Antiguo” (nº 16).
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Vamos a comenzar este tema con una pequeña encuesta, que llevaremos a cabo previamente
a la reunión. Nos transformaremos en “reporteros dicharacheros”, que en este caso quieren
saber qué entendemos por la palabra “alianza”. Primero nos haremos la encuesta a nosotros
mismos, y después a estas personas: nuestros padres, dos o tres amigos, y al menos una
persona desconocida.
Después de realizar este cuestionario, buscaremos lo que significa “alianza” según la RAE, y
escribiremos la definición para recordarla, y sus diferentes acepciones. Después revisaremos
las preguntas:
“Deseando Dios con su gran amor preparar la salvación de toda la humanidad, escogió a un
pueblo en particular a quien confiar sus promesas” (Dei Verbum,14)
Ahora bien, la Alianza entre Dios y el hombre no es una alianza simétrica, es decir, no es una
alianza entre iguales, al modo que sí lo son una alianza que yo hago con quien me caso: somos
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
los dos iguales en dignidad y derechos. O tampoco es igual que cuando yo firmo un contrato
con un banco. Tenemos ambos funciones distintas en la vida, pero tanto el banquero como yo
somos personas iguales en derechos, obligaciones y dignidad. En el caso de la Alianza divina
no pasa igual. Dios es el Creador y nosotros la criatura. Él es Dios y nosotros solo un hombre.
Ahí radica la grandeza de esta alianza divina. Dios no nos ha querido tratar como inferiores,
sino como hijos suyos, como obra de sus manos. De hecho, con la Alianza en Cristo, el hombre
ha podido mirar a Dios a los ojos, escuchar su voz, sentir sus abrazos.
¿Qué concepto tenemos de Dios? ¿Lo minusvaloramos, nos quejamos, pensamos que tiene
errores y dejamos de confiar en Él?
Desde el origen, Dios se da a conocer. Desde el minuto cero, desde que el hombre es hombre,
ha querido comunicarse, ha querido hacer partícipe al hombre de su amor. Y para ello, “ ya
desde el principio” ha querido establecer una Alianza. Dicho pacto, dicha Alianza no está
amenazada por la fragilidad y el pecado del hombre, pues Dios, a pesar de que el hombre no
siempre ha cumplido su parte, no ha invalidado su voluntad y ha seguido estableciendo
Alianzas, hasta la definitiva sellada con la sangre de Cristo en la cruz. De hecho, Dios hace a
Adán y Eva soberanos y administradores de la Creación. Adán y Eva reciben el mandato de ser
fecundos y de multiplicarse. Dios le da autoridad sobre la tierra y todo lo que existe sobre ella:
animales, vegetales… El hombre (varón y mujer) es colocado por Dios en la cima de la
Creación. Podríamos llamar a esta Alianza, Alianza cero. Es la primera, la más primigenia. A
cambio el hombre debe respetar la santidad del Creador y no querer ser como Él. Esta Alianza
quedará pronto rota por el pecado de Adán y Eva que no respetan el mandato de Dios (Gen
3,1-24).
¿Qué significa que el Hombre es colocado por Dios en la cima de la creación? ¿Nos otorga
poder, mayor responsabilidad, plena confianza de Dios en nosotros?
¿Jugamos a ser dioses? Pon un ejemplo de alguna noticia o situación que te venga a la
cabeza en la que nos creemos los “dueños del mundo”.
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Esta Alianza con Noé significa la primera Alianza que Dios establece con la humanidad, con las
naciones. Ya no están solo sobre la tierra el primer hombre y la primera mujer. La humanidad
ha crecido y se ha corrompido. Por eso Dios va combatir esos caminos errados con una Alianza
que devuelva a la humanidad a la recta relación con su Creador. La Alianza con Noé se
convierte así en una etapa muy importante que prepara la Alianza definitiva con Cristo, Él será
quien “reúna en uno a todos los hijos de Dios dispersos” (Jn 11,52).
¿Sueles relajarte de tus tareas, de tus obligaciones para ir “por otros caminos”? ¿Alguna
vez te han dado un toque de atención en casa para “despertar”?
¿Reconoces que te equivocas y te dejas corregir porque sabes que te quieren?
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Dios elige a Abraham: Si la Alianza con Noé fue establecida con toda la humanidad la Alianza
sellada con Abraham será la Alianza de la que nacerá el pueblo elegido (Rm 11,28). Dios
compromete su palabra para crearse, en el tiempo y en el espacio, un pueblo y concederle
unos bienes determinados. Es el pueblo de la Alianza que será germen de la futura comunidad
de los creyentes en Cristo, la Iglesia.
Resumiendo….
Hemos de ir descubriendo como cristianos la importancia que tiene el Antiguo Testamento. ¡No
tengáis miedo a leer el Antiguo Testamento! En él no se nos muestra a un Dios cruel ni distinto
al Dios que nos presentó Jesús de Nazaret. Aquí comienza la gran historia de amor que Dios ha
querido establecer con el hombre. Dios no empezó a amar al hombre cuando envío al mundo a
su único Hijo. No, había empezado mucho antes. Desde el momento cero, desde que creó al
hombre con un poco de barro. Ahí, desde esa Alianza primera Dios ama apasionadamente al
hombre. Y no solamente ahí, muy posiblemente desde toda la eternidad, aún antes de
formarnos Dios nos amaba. Pensad en unos padres que esperan a su primer hijo. No le
empiezan a querer desde el día de su alumbramiento. Lo hacen ya mucho antes, antes de que
salga del vientre de su madre. Por eso tenemos que mirar, y leer con respeto y cariño el
Antiguo Testamento, porque sin él “no se puede comprender a Jesús”.
¿Qué has descubierto o qué ideas te han cambiado del Antiguo Testamento?
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Ireneo fue uno de los primeros pensadores cristianos que dio una
forma sistemática a sus ideas. En el centro de su fe descansa su
convicción de que el Dios invisible, desconocido, creador de todo,
amó tanto a la humanidad que se volvió un ser humano como
nosotros. Lo que hace particularmente atrayente el pensamiento
de Ireneo es esa noción de «vida». Estamos invitados a entrar en
una vida que es simplemente el amor que Dios desea compartir
con nosotros. El acto de atravesar el inmenso abismo que le
separaba del cosmos físico, invitando al ser humano a una vida
como la suya, Dios no lo pensó más tarde: estuvo desde el origen
en el proyecto del amor divino. Somos amados tal y como somos
y por lo que podemos llegar a ser en la comunión que Dios nos
ofrece.
«La vida en el hombre es la gloria de Dios, la vida del hombre es la visión de Dios.»
“Al principio, y no porque necesitase del hombre, Dios plasmó a Adán, precisamente para tener
en quien depositar sus beneficios. Pues no sólo antes de Adán, sino antes también de cualquier
creación, la Palabra glorificaba ya a su Padre, permaneciendo junto a Él”
“Ni nos mandó que lo siguiésemos porque necesitara de nuestro servicio, sino para salvarnos a
nosotros. Porque seguir al Salvador equivale a participar de la salvación, y seguir a la luz es lo
mismo que quedar iluminado.”
“Él requiere de los hombres que lo sirvan, para beneficiar a los que perseveran en su servicio,
ya que Dios es bueno y misericordioso.”
VER
Hemos visto anteriormente, y nos lo ha recordado S. Ireneo, que Dios estaba ya ahí antes para
amarnos sobre todas las cosas, y que nos necesitamos mutuamente, como lo demuestran las
distintas alianzas que Él ha hecho con nosotros. ¿Qué nos puede enseñar todo esto para
aplicarlo en nuestra vida?
Quizás una imagen humana que puede “explicar” la alianza divina puede ser la alianza
matrimonial, en la que los cónyuges se obligan a una serie de cosas. Nuestros padres,
posiblemente se amaban ya antes de haber nacido nosotros, ese amor lo hayan firmado a
través de esta alianza, y nosotros seamos fruto de ese amor. Quizá, muchos de nosotros,
también hemos recorrido este camino con la persona amada.
Pero también vemos a menudo cómo esas alianzas no se dan, se rompen y no se respetan.
¿Por qué sucede esto? ¿Somos conscientes de lo que una alianza supone? ¿Dónde está el
secreto del éxito y del fracaso? ¿Conocemos realmente la riqueza y todo lo que aporta el
matrimonio? ¿Qué es lo que nos da garantías de que un matrimonio sea firme? ¿Ser novios
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
JUZGAR
Lee despacio y reza el siguiente texto. Es un texto muy corto que encierra multitud de detalles,
pero que resume todo. A ver si eres capaz de sacar tus propias conclusiones.
1 Jn 4,7-8.20
Queridos hermanos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que
ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios
es amor…Si alguno dice: “Amo a Dios”, y aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues
quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve.
A nivel personal, ¿es posible que hayas tenido alguna experiencia de Dios sin haber sido
del todo consciente? ¿y a nivel de familia?
¿A qué personas te sientes llamado a amar más en este momento concreto?
ACTUAR
¿Qué puedo hacer para que en la familia podamos expresar más el amor que tenemos?
¿Podrías sellar una nueva “alianza”, algún pacto o promesa con ellos que ayude en este
propósito? (piensa en todas aquellas cosas en las que “flaqueas” más…)
¿Conocemos alguna familia en la que se haya “desestructurado” su alianza? ¿Qué
podemos hacer para apoyarla y ayudarla?
Piensa en algún compromiso concreto a nivel personal y a nivel de familia. A veces ese amor
se manifiesta en pequeños detalles que tenemos unos con otros, en los ratos que pasamos
juntos…
Quizás también puedes contarles o hacerles partícipes de la reflexión que habéis llevado a
cabo sobre las alianzas y su sentido en el matrimonio. Incluso podéis juntaros las distintas
familias del grupo en la parroquia, presentarles y compartir lo que habéis descubierto a través
de las encuestas, de los textos, de los testimonios, a través de una presentación, de una
representación…Seguro que somos capaces entre todos de vencer nuestras “timideces”.
Por último, revisa la dimensión familiar de tu proyecto personal de vida cristiana, e incorpora
67
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
ORACIÓN
Oración por la familia (Madre Teresa de Calcuta)
Padre Celestial, nos has dado un modelo de vida en la Sagrada Familia de Nazaret. Ayúdanos,
Padre amado, a hacer de nuestra familia otro Nazaret, donde reine el amor, la paz y la alegría.
Haz que el corazón de Jesús Eucaristía haga nuestros corazones mansos y humildes como el
suyo y ayúdanos a sobrellevar las obligaciones familiares de una
manera santa. Haz que nos amemos más y más unos a otros
cada día como Dios nos ama a cada uno de nosotros y a
perdonarnos mutuamente nuestras faltas como tú también
perdonas nuestros pecados.
Ayúdanos, oh Padre amado, a recibir todo lo que nos das y a dar
todo lo que quieres recibir con una gran sonrisa. Inmaculado
Corazón de María, causa de nuestra alegría, ruega por nosotros.
Santos ángeles de la Guarda permaneced a nuestro lado,
guiadnos y protegednos.
Amén.
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Tema 5:
UN PUEBLO QUE CAMINA.
De Moisés a los profetas
Objetivos:
Proporcionar una información básica del período de la historia del pueblo de Israel en el
que los profetas fueron la voz de Dios.
Acercarnos a los textos de los profetas del Antiguo Testamento y comprobar cómo su
mensaje es de total actualidad en el mundo de hoy.
Reconocer en el pueblo judío a nuestros “hermanos mayores en la fe” en la fe, como
señala el Catecismo (n. 62-64)
Propiciar un compromiso “activo” de todos los miembros del grupo traduciendo su fe en
Jesús en algún gesto concreto de denuncia de la injusticia o anuncio de la esperanza, a
ejemplo de los profetas.
Desde el Catecismo:
69
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Este tema, “De Moisés a los profetas” abarca una etapa muy
importante en la vida del Pueblo de Israel. Dios se compadece de su
pueblo, con el que había establecido una alianza, y que vivía bajo la
opresión de Egipto. Él escoge a Moisés para liberar al pueblo de
Israel de la esclavitud de Egipto y conducirlo a la tierra prometida
que Dios les anuncia:
Ex 3, 7-8
“He visto la opresión de mi pueblo en Egipto y he oído sus quejas contra los opresores; conozco sus
sufrimientos. He bajado a librarlo de los egipcios, a sacarlo de esta tierra, para llevarlo a una tierra
fértil y espaciosa, tierra que mana leche y miel”
Moisés, enviado por Dios, se enfrentará al faraón y será quien, una vez liberado el pueblo, lo
guíe por el desierto, camino de la tierra
prometida.
Moisés morirá antes de entrar en la tierra prometida, pero Dios seguirá escogiendo y enviando
personas que sepan hacer presente su Palabra en medio de la vida de los hombres.
¿Conoces a alguien así? ¿Te has sentido alguna vez llamado o escogido por el Señor?
Con Abrahán y con Moisés Dios abre la lista de numerosos testigos, que recibirán de Él la
misión de hacernos conscientes de su protección y guía.
70
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Después de Moisés, Dios escoge a Josué con la misión de introducir al pueblo en la tierra
prometida (Jos 1,1).
A la muerte de Josué siguió un período en el que el pueblo de Israel estuvo gobernado
por la figura de los Jueces. Pero no tenemos que pensar en los jueces que conocemos
nosotros y que salen por la televisión. Estos jueces de Israel no llevaban toga. Eran
líderes carismáticos que guiaban al pueblo.
Y en esta nueva etapa del pueblo judío asentado ya en Canaán es cuando empezó a
surgir la figura del profeta bíblico, en quienes vamos a fijar nuestra atención.
3. ¿Qué es un profeta?
Hemos nombrado varias veces la palabra “profeta” y lo haremos más veces en lo que sigue.
Por eso, antes de seguir profundizando, es necesario que respondas esta pregunta:
Miqueas 3,5-8
Esto dice el Señor contra los profetas que extravían a mi pueblo:”¿Tienen algo entre los
dientes?, gritan paz; a quien no les pone algo en la boca, le declaran la guerra”.
Por eso, en vez de visión tendrán noche, en vez de presagio, oscuridad; se pondrá el sol
para los profetas, se les oscurecerá el día.
Se avergonzarán los videntes, los adivinos quedarán en ridículo, se taparán la cara todos
ellos, pues Dios no les responde.
No,
Peroconviene
yo estoynolleno
confundir al profeta
de fuerza –por elbíblico
espíritucon
de el advino,
Dios-, el astrólogo,
de derecho el futurólogo
y coraje, o cona el
para anunciar
falso profeta. Diríamos que aquel
Jacob su culpa, a Israel su pecado. y éstos tienen una misión bien distinta.
71
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Hoy en día son muchos los que alzan la voz, en favor de un mundo mejor, ofreciéndose a sí
mismos como los únicos capaces de conducirnos a esa “tierra prometida”. Pero si nos fijamos
en los ejemplos de profetas del Antiguo Testamento, podemos hacernos una buena radiografía,
de cómo deben o no deben ser los verdaderos profetas que necesitamos.
En este texto del profeta Miqueas vemos cómo Dios rechaza a los
falsos profetas, ésos que solo quieren su ganancia, su propio bien
y que para conseguirla solo dicen lo que agrada a los oídos de los
poderosos. Aunque la situación esté llena de corrupción y de
injusticia ellos solo gritan “paz” (3,5). Los videntes y los adivinos
que juegan a adivinar el futuro, quedarán en evidencia delante de
Dios, que es el verdadero señor del tiempo y de la Historia. En
cambio, el verdadero profeta es el que se sabe revestido de la
fuerza de Dios para una misión concreta.
Ya en este texto del profeta Miqueas hemos podido ver algún rasgo del profeta bíblico, pero
profundicemos un poco más. ¿Qué rasgos tiene para nosotros un profeta?:
El profeta es el hombre llamado y enviado por Dios: no se es profeta por propia iniciativa,
ni por un conjunto de cualidades ni por pertenencia a una determinada familia. Se es
profeta por decisión y elección de Dios. Han sido elegidos por Dios y a partir de ese
momento actúan en su nombre (Ez 2,7). Por eso los profetas serán, antes que nada, los
hombres de Dios.
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Jer 16,10-11.
Después, cuando hayas comunicado a este pueblo todo esto y te pregunten: "¿Por qué
ha pronunciado el Señor contra nosotros esta terrible desgracia?, ¿cuál es nuestra
culpa y qué pecados hemos cometido contra el Señor, nuestro Dios?", le responderás:
"Porque vuestros padres me abandonaron –oráculo del Señor- para irse con dioses
extranjeros, para darles culto adorarlos ; me abandonaron y no cumplieron mi ley
Los profetas denunciaron ante el pueblo el pecado de la idolatría, es decir, el cómo había
abandonado al Dios de la Alianza y se habían ido tras otros dioses, los dioses de los pueblos
vecinos. Hoy, muchos hombres han abandonado a Dios.
Miq 2,1-2
¡Ay de los que traman el crimen y planean pérfidas acciones en sus camas! En cuanto apunta
el día las ejecutan, porque tienen poder. Desean campos y los roban, casas y se apoderan de
ellas; oprimen al cabeza de familia y a los suyos, explotan al ciudadano y sus bienes.
El profeta denuncia que la sociedad en medio de la que vive está corrupta. La codicia, el robo,
el atropello de los poderosos hacia los más pobres es moneda de cambio. Las clases dirigentes
que tendrían que preocuparse de los más débiles solo se ocupan de su bolsillo. Son lobos con
piel de cordero.
¿Te viene a la cabeza alguna noticia o situación actual, a nivel personal y social?
73
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
¿Por qué piensas que después de casi tres mil años hay hombres que se aprovechan de sus
semejantes, que son corruptos?
¿Crees que es algo ligado indiscutiblemente a la naturaleza humana? ¿En qué medida
puede tener solución?
Is 53,5-7
Él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Nuestro castigo
saludable cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron. Todos errábamos como ovejas, cada uno
siguiendo su camino; y el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes. Maltratado,
voluntariamente se humillaba y no abría la boca: como cordero llevado al matadero, como
oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca.
Jesús en el pretorio, azotado, humillado, cargó con la cruz… Él era inocente. ¿Se parecen
ambas historias, verdad? Jesús, como este misterioso personaje del que habló el profeta Isaías
tampoco contestó a la violencia de la que fue víctima con más violencia. Contestó
perdonando.
¿Tú crees que hoy es posible perdonar al que te hace mal? ¿Te cuesta perdonar en tu vida?
Resumiendo….
A los profetas no les gustaba que su pueblo estuviera andando las sendas del mal… ¡qué va!…
Es como un padre o una madre que les duele cuando ven a sus hijos andar caminos
equivocados y los padres hablan y les advierten a sus hijos aunque saben que éstos quizá no
les escuchen. Pero lo tienen que hacer porque les quieren. Lo contario, el callar, sería ser
cómplices con el mal.
A veces se piensa que el Dios que nos presenta en el Antiguo Testamento es un Dios lejano,
cruel, que disfruta con nuestra desdicha…
Oseas 11,1-4.
Cuando Israel era joven lo amé y de Egipto llamé a mi hijo. Cuanto más los llamaba, más se
alejaban de mí. Sacrificaban a los baales, ofrecían incienso a los ídolos. Pero era yo quien
había criado a Efraín, tomándolo en mis brazos; y no reconocieron que yo los cuidaba. Con
lazos humanos los atraje, con vínculos de amor. Fui para ellos como quien alza un niño
hasta¿Qué te llama Me
sus mejillas. la atención de este
incliné hacia texto?
él para darle de comer.
74
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
El profeta presenta a Dios como un padre o una madre que ama profundamente a su hijo desde
su nacimiento. En este caso el hijo es símbolo del pueblo de Israel. Pueblo que se fue tras
otros dioses y dejó plantado a su Dios. Pero a pesar de eso, Dios, lo perdonó y lo amó como
una madre que alza a su bebé hasta su mejilla. Que se inclina y le da de comer. ¿Hay imagen
más hermosa?
75
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
La pregunta que acabamos de hacernos ¿hay hoy profetas? la vamos a responder con el
testimonio de uno de los grandes profetas del siglo XX, el Beato Monseñor Oscar Romero. Nació
en el Salvador, en la ciudad de Barrios, el 15 de agosto de 1917 y fue cruelmente asesinado
mientras celebraba la misa el 24 de marzo de 1980 en la ciudad del Salvador. Murió con 62
años. Era sacerdote católico y más tarde llegó a ser arzobispo de San Salvador, en el año 1977
hasta el año de su muerte en 1980. Se volvió célebre por su predicación en defensa de los
derechos humanos y murió asesinado en el ejercicio de su ministerio pastoral.
76
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
hace de los hombres, y es menos hijo de Dios cuanto menos hermano se siente del prójimo
(Homilía 18 de septiembre de 1977, I-II p. 225).
Atención al conformismo
Los hombres no comprenden su dignidad y no se promueven. Y viven un conformismo que
verdaderamente es opio del pueblo. Esto hay mucho, hermanos. Los ricos que no piensen que
ellos sólo son los culpables del pecado social. También los perezosos, también los marginados
que no luchan por conocer su dignidad y trabajar por ser mejor. Todo aquél que se adormece y
está tranquilo, como que otros le realicen su propio destino, está pecando también (Homilía 24
de julio de 1977, I-II p. 141).
VER
Monseñor Romero, como le sucedió a Moisés, a Miqueas o a Ezequiel, no podía quedarse
callado viendo las injusticias, la violencia del hombre contra el hombre, la hipocresía de un
culto falso que alaba a Dios pero se aprovecha del hermano… No, no hay tanta diferencia
entre aquellos profetas y Óscar Romero, sin olvidar que los profetas no solo denunciaron sino
que también fueron transmisores de una palabra de esperanza de parte de Dios. Ellos nos
ayudan a centrar nuestra vida en Dios.
Piensa y comparte con el grupo un hecho concreto que hayas vivido últimamente en el que
se haya cometido alguna injusticia contra alguien.
¿Cuáles crees que son hoy las injusticias más comunes? ¿Quiénes son hoy los más
“pisoteados” de la sociedad?
¿Qué respuestas está dando la sociedad a las injusticias actuales? ¿Y en la Iglesia, conoces
voces proféticas que hoy estén denunciando esas injusticias y estén trabajando por
remediarlas?
JUZGAR
“Nadie puede permanecer indiferente ante las desigualdades que existen hoy en el mundo”.
(Papa Francisco).
77
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
puede vivir ignorando lo que pasa a nuestro alrededor. Pero aquí nos jugamos la coherencia de
nuestra fe.
¡Ay de los que traman el crimen y planean pérfidas acciones en sus camas! En
cuanto apunta el día las ejecutan, porque tienen poder. (Miqueas 2,1).
Hemos reflexionado en el “ver” sobre las injusticias, hemos escuchado a los profetas y a
monseñor Romero denunciarlas, Jesús lo convierte en positivo y nos invita a ser seguidores y
constructores de la justicia.
Pero hay un elemento que tampoco debemos olvidar y que ofrece el fundamento sobre el que
cobra sentido la justicia: el amor.
1 Juan 3,10
En esto se reconocen los hijos de Dios y los hijos del diablo: todo el que no obra la
justicia no es de Dios, ni tampoco el que no ama a su hermano.
La primera carta de san Juan nos recuerda otro elemento fundamental: para un cristiano no
puede haber justicia sin amor. La justicia es, por tanto, otro fruto del amor. Porque amamos a
nuestro prójimo no podemos ser indiferentes ni tolerar las injusticias.
Ahora ya es momento de reflexionar sobre todo lo que hemos visto en este apartado del
juzgar:
¿Tú te sientes llamado a hacer algo para unirte a esta misión profética de la Iglesia o
sientes que esto no va contigo?
“Ser justo y amar al prójimo”. ¿Piensas que es posible cambiar el odio por amor?
Los profetas lo predicaron y Jesús nos demostró con su vida que esto es posible. ¿Tú
estás dispuesto a seguir el ejemplo de Jesús o piensas que eso es cosa de otros?
¿Te sientes feliz con tu modo actual de vida? ¿Piensas que hay algo que deberías
cambiar?
78
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
ACTUAR
Ahora llega el momento del compromiso personal. Ni Moisés, ni los profetas bíblicos, ni
monseñor Romero, viven hoy. Vive Jesús de Nazaret y su mensaje. Vivimos tú y yo. Y hoy se
siguen dando injusticias y sigue habiendo personas que necesitan escuchar una palabra de
esperanza y de aliento de parte de Dios.
Es necesario que ahora concretemos un compromiso personal. Aunque sea pequeño, pero
concreto y preciso, y que se pueda realizar. No resolveremos todos los problemas del mundo,
pero quizás sí hagamos más feliz a alguna persona. A la hora del compromiso personal,
contemplamos las dos facetas de la predicación de los profetas: en contra de la injusticia y a
favor de la esperanza.
¿Qué compromiso concreto vas a asumir para poder resolver o aliviar alguna situación de
injusticia?
¿Qué acto concreto de servicio o de amor vas a realizar para poder llevar esperanza a
alguien?
¿Podemos asumir algún compromiso como grupo?
ORACIÓN
Ni trabajar a favor de la justicia, ni amar al prójimo lo podremos hacer como los profetas y
Jesús lo hicieron si no tenemos una experiencia personal de Dios. Por eso es tan importante la
oración. Porque es el motor de ser y del hacer cristiano. Nos comprometemos con los demás
porque amamos a Dios. Y cuando uno ama a alguien tiene que estar con él y dedicarle ratos
de su vida.
Escuchamos la Palabra:
Jeremías 1,4-10
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Reflexión
Todos tenemos en la vida una vocación, hemos sido llamados para algo. En el caso de los
profetas, lo acabas de escuchar, para “extirpar y destruir, arrancar y plantar”
Y en tu caso… ¿cuál es tu vocación, a qué crees que Dios te llama? ¿cuál es el sentido de
tu vida?
¿te gustaría darle gracias a Dios por algo de lo que has aprendido, reflexionado o vivido en
este tema? Díselo…
Si quieres puedes, en este momento de silencio, compartir algo de tu oración con los demás.
Acabamos, dándonos todos las manos, y pidiéndole juntos a Dios que nos dé coraje y valentía
para ser sus profetas hoy: PADRE NUESTRO que estás en el cielo…
80
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Tema 6:
JESÚS DE NAZARET
Objetivos:
En este tema vamos a acercarnos a la vida y misión de Jesús. Al principio, tenemos que
suscitar en nosotros el deseo de conocerlo en profundidad, y para ello, al igual que hizo
con sus discípulos, Jesús nos invita a estar con Él. Pero eso requiere un previo: actitud
de búsqueda. Preguntémonos: ¿Qué nos mueve a estar en un grupo cristiano
recorriendo un itinerario de formación en la fe? Ahora, si es un grupo cristiano es porque
realmente Jesús nos une: “Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí
estoy yo en medio de ellos” (Mt 18, 20). Pero, ¿realmente queremos estar con Él? ¿Lo
conocemos en profundidad?
A través de los distintos recursos del tema reflexionaremos sobre algunas ideas
fundamentales: hemos de tener claro que los cristianos no buscamos algo, sino que
buscamos a alguien y esto implica querer conocerlo y estar con Él. Para ponernos en
camino, en este tema vamos a tratar de acercarnos a Cristo fundamentalmente a través
de su Palabra. Vamos a recorrer, a través del Evangelio, momentos especiales de su
vida y pasajes donde explicita públicamente su misión y su mensaje. Es muy importante
que no nos acerquemos a esos pasajes de manera meramente historicista; hemos de
hacerlo de manera contemplativa, orante e interpeladora. No pasemos de corrido;
hagamos tiempo de silencio, de meditación; escuchemos la Palabra y dejémonos hacer
por ella; es Jesús quien nos habla.
La propia esencia del anuncio de Jesucristo llega a las personas y no las deja
indiferentes. Nos cuestionamos de forma natural aspectos de nuestra vida al
contemplar en Jesús la venida del Reino de Dios, al escuchar sus bienaventuranzas, sus
mandamientos, su opción por los pobres… Intentemos en este tema acercarnos a Jesús,
estar con Él para que conocerlo y escucharlo; el Espíritu hace el resto.
82
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Desde el Catecismo:
CIC 124-127, 128-130 - ¿Qué importancia tiene el Nuevo Testamento para los cristianos?
CIC 422-429 - ¿Por qué se llaman «evangelios», es decir, «buena nueva» los relatos
sobre Jesús?
CIC 430-435, 452 - ¿Qué significa el nombre «Jesús»?
CIC 456-460 - ¿Por qué se hizo Dios hombre en Jesús?
CIC 464-467, 469 - ¿Qué significa que Jesucristo es a la vez verdadero Dios y verdadero
hombre?
CIC 531-534, 564 - ¿Por qué Jesús no se manifestó nunca en público a lo largo de treinta
años de su vida?
CIC 535-537, 656 - ¿Por qué Jesús se dejó bautizar por Juan, aunque no tenía pecado?
CIC 541-546, 567 - ¿A quién promete Jesús el “reino de Dios”?
CIC 1716-1717, 1725-1726 - ¿Por qué son tan importantes las bienaventuranzas?
CIC 574-576 - ¿Por qué se condenó a un hombre de paz como Jesús a morir en la cruz?
CIC 2443-2446 - ¿Qué importancia tienen los pobres para los cristianos?
CIC 618 - ¿Por qué debemos nosotros también aceptar el sufrimiento en nuestra vida y
así “cargar con la cruz” y con ello seguir a Jesús?
83
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Pero antes de contestar directamente a esta pregunta, os invitamos, a través de estos temas, a
acercaros de una manera especial a Jesús de Nazaret. Queremos dar profundidad a nuestra
relación con Él, conocerlo más, para dar sentido a nuestro caminar como grupo cristiano.
Comencemos…
“Al día siguiente, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba,
dice:
—Este es el Cordero de Dios.
Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo
seguían, les pregunta:
— ¿Qué buscáis?
Ellos le contestaron:
—Rabí (que quiere decir Maestro), ¿dónde vives?
Él les respondió:
—Venid y lo veréis.
Entonces fueron, vieron dónde vivía y pasaron aquel día con él. Eran como las cuatro de la
tarde.”
Juan, el Bautista, ve a Jesús y anuncia “Este es el Cordero de Dios”. Algo se despierta en dos de
sus discípulos que toman la decisión de seguir a Jesús. Previamente habrían escuchado la
predicación de Juan y recibirían su bautismo en las aguas del Jordán. Esperaban la llegada de
alguien especial, la venida del Mesías. Juan les animó a estar atentos y abrir bien los ojos del
corazón.
84
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Piensa en personas que te han presentado a Jesucristo a lo largo de tu vida. ¿Cómo te han
hablado de Él? ¿Cómo ha sido tu respuesta?
No saben a dónde les puede llevar ese desconocido, pero ya están tras sus pasos. Los
discípulos caminan tras Jesús, pero parece que no se atreven a dirigirse a Él. Es Jesús quien
toma la iniciativa y les pregunta: “¿Qué buscáis? “
De forma sencilla esta lectura del Evangelio nos describe qué pasos esenciales hemos de dar
para seguir Jesús:
“El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una
tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de
placeres superficiales, de la conciencia aislada. Cuando la vida interior se clausura en los
propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha
la voz de Dios, ya no se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por hacer
el bien. (…) Ésa no es la opción de una vida digna y plena, ése no es el deseo de Dios para
nosotros. (…) Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a
renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de
dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso. No hay razón para que alguien
piense que esta invitación no es para él, porque «nadie queda excluido de la alegría reportada
por el Señor». Al que arriesga, el Señor no lo defrauda, y cuando alguien da un pequeño paso
hacia Jesús, descubre que Él ya esperaba su llegada con los brazos abiertos.” (Evangelii
Gaudium, 2)
“No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro
con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una
orientación decisiva.” (Deus caritas est, 1)
3) Tenemos que aprender a “vivir como Jesús”. Mirar la vida desde el Evangelio, dialogar con
Dios de una manera cercana, amar y ayudar a todas las personas, construir un mundo
nuevo…
“Jesús quiere evangelizadores que anuncien la Buena Noticia no sólo con palabras sino sobre
todo con una vida que se ha transfigurado en la presencia de Dios.” (Evangelii gaudium, 259)
85
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Situémonos…
a) El tiempo de la espera.
b) Cristo, plenitud de la historia.
c) El tiempo del Espíritu que acompaña y guía los pasos
de la Iglesia en la Nueva y definitiva Alianza.
¿Pero qué fue lo que pasó hace más de dos mil años en
ese lugar de la tierra? Para adentrarnos en este misterio
tomemos como fuente los Evangelios. En ellos
encontramos datos sobre la vida de Jesús; pero no como
una simple crónica; son una confesión de fe. Evangelio
significa “Buena Nueva”. Los relatos acerca de la vida,
muerte y resurrección de Jesús son la mejor noticia del
mundo. Testimonian que el judío Jesús de Nazaret, nacido
en Belén, es el “Hijo de Dios vivo” (Mt. 16, 16) hecho
hombre. Fue enviado por el Padre para que “todos se
salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (1 Tim 2,
4).
Jn 3, 16-17
“Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no
perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo
para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él”.
Pero… ¿de qué nos salva Jesús? ¿Tú necesitas ser salvado? ¿Qué es para ti la “vida
eterna”? ¿Necesitas que Jesús forme parte de tu vida personal?
Lo que está claro es que a un desconocido o a una persona que nos resulte indiferente no le
hacemos un hueco significativo en nuestra vida. En estos temas vamos a tratar de estar con
Jesús, para conocerlo mejor, para escuchar lo que nos propone. Haremos un recorrido por su
vida para acercarnos a su paso por la historia y contemplar cómo ese acontecimiento nos
puede marcar para siempre mostrándonos el camino para alcanzar la felicidad, para estar en
comunión con Dios.
86
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Contemplemos…
“La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que
significa: `Dios-con-nosotros´.”
Renovemos…
Mc 1, 9 -11
“Por aquellos días llegó Jesús desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán.
En cuanto salió del agua vio rasgarse los cielos y al Espíritu descender sobre él como una
paloma. Se oyó entonces una voz desde los cielos: -Tú eres mi Hijo amado, en quien me
complazco.”
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Quien se sumergía en las aguas del río reconocía la necesidad de cambiar de vida. “Juan
Bautista se presentó en el desierto bautizando y predicando un bautismo para la conversión y
el perdón de los pecados” (Mc. 1, 4). Pero este gesto expresaba la espera de un bautismo
diferente: “Yo os bautizo con agua, pero Él os bautizará con Espíritu Santo ” (Mc, 1, 8). Con su
bautismo Jesús, que carece de pecado, se muestra solidario con los pecadores, expresa su
identidad de hombre y su decisión de cargar con nuestros fallos. Esta decisión libre, de amor
hasta el extremo, le costará la vida entregada en la cruz.
Escuchemos…
5. El anuncio de su programa
Lc 4, 14-21
Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca.
Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan.
Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los
sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el rollo del profeta Isaías y,
desenrollándolo, encontró el pasaje donde está escrito: “El Espíritu del Señor está sobre mí
porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los
cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista; a poner en libertad a los oprimidos; a proclamar
el año de gracia del Señor”. Y, enrollando el rollo y devolviéndolo al que lo ayudaba, se
sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos clavados en él, y él comenzó a decirles: Hoy se ha
cumplido esta Escritura que acabáis de oír.
Como sucede en otros órdenes de la vida, el primer discurso de alguien relevante tiene un
valor extraordinario. En él se presentan las líneas fundamentales de lo que va a ser su acción.
Este texto de Lucas se llama el anuncio programático de Jesús. Él es el Cristo, el ungido por el
Espíritu, y viene a transmitirnos un mensaje de liberación. Los pobres y los humildes son
destinatarios privilegiados de su anuncio. Quiere ayudarnos a todos a desatar los nudos que no
nos dejan ser completamente felices.
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
6. El Reino de Dios
Mc. 1, 15
“Se ha cumplido el tiempo y está cerca el Reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio”
El “Reino de Dios” comienza en las personas que se dejan transformar por el amor de Dios.
Según la experiencia de Jesús son sobre todo los pobres y los pequeños.
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
7. Las Bienaventuranzas
Quien anhela el reino de Dios tiene en cuenta la lista de prioridades de Jesús: las
bienaventuranzas.
Mt 5,3-12
Al ver a la gente, Jesús subió al monte, se sentó, y se le acercaron sus discípulos. Entonces
comenzó a enseñarles con estas palabras:
Y nosotros… ¿Dónde buscamos nuestra felicidad? ¿Las bienaventuranzas encajan con los
patrones de felicidad de nuestra sociedad? Todas tocan nuestro corazón, pero… ¿hay
alguna que te llame especialmente la atención?
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Amemos…
8. El mandamiento mayor
Lc 10, 25-37
“Un maestro de la ley fue a hablar con Jesús, y para ponerle a prueba le preguntó:
Jesús le contestó:
–Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con
toda tu mente; y ama a tu prójimo como a ti mismo.
Jesús le dijo:
Jesús le respondió:
–Un hombre que bajaba por el camino de Jerusalén a Jericó fue asaltado por unos bandidos.
Le quitaron hasta la ropa que llevaba puesta, le golpearon y se fueron dejándolo medio
muerto. Casualmente pasó un sacerdote por aquel mismo camino, pero al ver al herido dio
un rodeo y siguió adelante. Luego pasó por allí un levita, y que al verlo dio también un rodeo
y siguió adelante. Finalmente, un hombre de Samaria que viajaba por el mismo camino, le
vio y sintió compasión de él. Se le acercó, le curó las heridas con aceite y vino, y se las
vendó. Luego lo montó en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y cuidó de él. Al día
siguiente, el samaritano sacó dos denarios, se los dio al posadero y le dijo: ‘Cuida a este
hombre. Si gastas más, te lo pagaré a mi regreso.’ Pues bien, ¿cuál de aquellos tres te
parece que fue el prójimo del hombre asaltado por los bandidos?
Jesús le dijo:
Como vemos en esta lectura, en el Reino de Dios la ley principal se basa en el amor. El amor es
el motor de la existencia. La fe nace de la experiencia de sentirse amado por Dios, un hecho
que nos desborda y nos lleva a volcar ese amor en los demás. Este doble juego es el
dinamismo de vida del cristiano, el ciclo mueve nuestros pasos, y, cuando se vive
exclusivamente desde la gratuidad, es lo que nos lleva verdaderamente a ser felices.
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
dándole una nueva profundidad y amplitud; en Él se condensan los mandamientos del Antiguo
Testamento en dos: amar a Dios por encima de todas las cosas y al prójimo como a ti mismo,
que, bien entendido, más que un precepto a seguir se convierte en respuesta a un don
recibido. A lo largo de su vida, con obras y palabras, hace realidad esa experiencia de fe con
especial atención a los más pobres; derrama el amor de Dios en los demás y les ayuda a
establecer una relación nueva con el Padre. Los apóstoles le siguen y muchas personas se
sienten llamadas por su mensaje, una oferta de salvación hecha con corazón y dirigida a cada
corazón. Jesús regala amor sin pedir nada a cambio; quiere a la persona, sin prejuicios, le
ofrece ayuda desinteresada y la libera de aquello que la oprima.
Párate y reflexiona:
¿Qué es para ti el amor? ¿El amor es más que un sentimiento? ¿Tienes experiencia de
sentirte amado por Dios? ¿Cómo se demuestra el verdadero amor al prójimo? ¿Qué
significa la gratuidad? ¿La “ley del amor” nos ayuda a ser felices?
Hay pobreza material, intelectual, cultural y espiritual. Los cristianos deben cuidar con
atención, caridad y constancia, de los necesitados de la tierra. Pues en ningún otro aspecto son
tan claramente medidos por Cristo como en la forma en que tratan a los pobres: “Cada vez que
lo hicisteis con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis” (Mt 25, 40).
“El amor a los pobres debe ser en todos los tiempos el distintivo de los cristianos. A los pobres
no les corresponde sin más algún tipo de limosnas; tienen derecho a la justicia. Los cristianos
tienen un deber especial de compartir sus bienes. Cristo es un ejemplo de amor a los pobres.”
(Youcat 449, CIC 2443-2449)
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Entreguémonos…
“Jesús colocó a su entorno ante una cuestión decisiva: o bien él actuaba con poder divino, o
bien era un impostor, un blasfemo, un infractor de la ley, y debía rendir cuentas por ello según
la ley.
En muchos aspectos Jesús fue una provocación única para el judaísmo tradicional de su
tiempo. Perdonaba los pecados, lo que sólo puede hacer Dios; transgredía leyes, como cuando
relativizaba el mandamiento del sábado; se hacía sospechoso de blasfemia y se le reprochaba
ser un falso profeta. Para todos estos delitos la ley preveía la pena de muerte.”
Jesús sabía que iba a morir. Lo anunció en tres ocasiones. Esta es la primera:
“Desde entonces Jesús comenzó a declarar a sus discípulos que Él debía ir a Jerusalén, y
padecer mucho de parte de los ancianos, pontífices y escribas, ser matado y resucitar al
tercer día, y Pedro tomándolo aparte se puso a reconvenirle diciendo: “¡Dios te libre, Señor!
¡No te sucederá eso! “. Pero Él le dijo: ¡Lejos de mí, Satanás! Pues eres mi obstáculo, porque
tus sentimientos no son los de Dios, sino los de los hombres”.
Luego dijo a sus discípulos: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome
su cruz y sígame. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida
por mí, la encontrará. En efecto, ¿qué aprovechará el hombre si pierde su vida?, o ¿qué dará
el hombre a cambio de su vida? Porque ha de venir el Hijo del Hombre en la gloria de su
Padre con sus ángeles, y entonces dará a cada uno según sus obras.”
Aún sabiendo que lo condenarían, Jesús siguió hasta el final la voluntad de Dios. Tuvo dudas y
miedo, era consciente de lo que iba sufrir y padecer, pero cargó con su cruz y nos llama a
cargar con nuestra cruz.
“Los cristianos tenemos la tarea de mitigar el dolor en el mundo. Sin embargo, siempre habrá
dolor. En la fe podemos aceptar nuestro propio dolor y compartir el ajeno. De este modo el
dolor humano se hace uno con el amor redentor de Cristo y con ello se hace parte de la fuerza
divina que transforma el mundo hacia el bien.”
Y así llegamos al punto culminante de la historia: no todo termina con la muerte; del sacrificio
brota la vida; sabemos que Dios resucitó a su Hijo. La alegría y la esperanza, que brotan de su
presencia, se quedan para siempre con nosotros.
¿Estamos dispuestos a…
seguir a Jesús?
construir el Reino de Dios?
entregarnos a los demás por amor a
Dios?
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Madre Teresa vive con la certeza de estar llevando a cabo la voluntad de Dios y por ello de
estar acompañada por Él en todos los momentos de su misión. Destacamos cuatro aspectos
claves en su vida y misión:
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Vamos a intentar, como la Madre Teresa, acercarnos más a Jesús, a su vida y a su mensaje. En
este tema vamos a desarrollar el cuestionario atendiendo a tres ámbitos distintos, y en los que
podemos ayudar a manifestar el amor de Dios: el plano personal, nuestro contexto social más
cercano y el nivel estructural, es decir, la sociedad en términos más globales.
VER
Leamos con atención este pequeño testimonio de una persona que no creía en Dios y que
apenas conocía a Jesucristo. Sin embargo, a raíz de esta experiencia se fue propiciando en él
un cambio, una búsqueda. Esta persona es Guillermo Rovirosa, un hombre de Acción Católica
que se convirtió a la fe, se enamoró de Jesús y dedicó su vida a servir a la Iglesia.
“Un día pasaba por delante de la parroquia de S. José y vi mucha gente agrupada delante de la
iglesia, pregunté qué ocurría y me dijeron que el cardenal Verdier hacía su visita pastoral y
predicaba en el interior. Entonces se hablaba mucho del cardenal en los papeles, a causa de
las nuevas parroquias que hacía edificar por Le Corbusier en las afueras de París. Tuve la
curiosidad pueril de conocer a un hombre tan renombrado y pasé al interior. No le oí gran cosa,
pero fue suficiente. Retuve estas palabras: De la misma forma que el mejor oculista es aquel
que conoce mejor los ojos, así el mejor cristiano es aquel que conoce mejor a Cristo. Entonces
me pregunté si yo conocía a Cristo, e incluso si le conocían aquellos que habían querido
enseñarme la religión en mi juventud. Mi respuesta fue un no categórico. Y en principio por
curiosidad, y sin querer dar una gran importancia al asunto, tomé la decisión de
documentarme sobre el caso.” (Guillermo Rovirosa)
Piensa y comparte con el grupo un hecho concreto que hayas vivido donde se ponga de
manifiesto tus ganas de conocer más a Jesús, o bien, expón un momento de tu vida donde
sentiste que no conocías a Jesús lo suficientemente bien.
¿Crees que los cristianos de hoy conocen bien a Jesús de Nazaret?
JUZGAR
Prestamos atención a la Palabra de Dios:
Mt 8, 23-27
Los discípulos subieron a la barca con Jesús, pero cuando se levanta la tormenta y el mar se
encrespa se asustan.
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
ellos! ¿Quién es Jesús para nosotros, para mí? Esta debe ser la pregunta que nos lleva a
continuar la lectura del Evangelio, todos los días, con el deseo de conocer más y más el
significado y el alcance de la persona de Jesús para nuestra vida.
ACTUAR
¿Qué podemos hacer individualmente y en grupo para conocer más a Jesús? Marcamos un
compromiso concreto.
VER
Para un cristiano, conocer superficialmente a Jesús no es suficiente. Tener fe implica
reconocerle como Hijo de Dios y construir nuestra vida desde Él. Esto nos lleva a cuestionarnos
una nueva forma de vivir, en la que, entre otras cosas, las personas que tienen necesidad
pasan a ser nuestro centro de atención.
Describe una situación en la que ayudaras a alguien. ¿Qué te llevó a hacerlo? ¿Cuál fue la
reacción de la otra persona? ¿Cómo te sentiste después?
JUZGAR
Como Moisés, Jesús promulgó la Ley de Dios. La descripción del nuevo planteamiento dado por
Jesús comienza en las bienaventuranzas. Estas dibujan la puerta de entrada para el Reino de
Dios, enumerando ocho categorías de personas: los pobres de espíritu, los mansos, los
afligidos, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los de corazón limpio, los
promotores da paz y los perseguidos por causa de la justicia (Mt 5,3-10). La exposición de la
relectura de la ley acaba con esta parábola del Juicio Final (Mt. 25, 31-46), que cuenta lo que
debemos hacer para poder tomar posesión del Reino: acoger a los hambrientos, a los
sedientos, a los extranjeros, a los desnudos, a los enfermos y presos. Como vemos, tanto en el
comienzo como al final de esta Nueva Ley basada en el amor a Dios y a los hermanos, están
como protagonistas los excluidos y los marginados.
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Mt 25, 31-40
“Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces
se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él
separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las
ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el Rey a los de su derecha:
'Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la
creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de
beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me
visitasteis; en la cárcel, y acudisteis a mí.' Entonces los justos le responderán: 'Señor,
¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber?
¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos
enfermo o en la cárcel, y acudimos a ti?' Y el Rey les dirá: 'En verdad os digo que cuanto
hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis.'”
¿En qué medida tienes presente en tu vida a las personas que pasan necesidad?
¿Reconoces a Dios ellas?
ACTUAR
¿Qué podemos hacer individualmente y en grupo para estar más cercanos a las personas
que pasan necesidad? Marcamos un compromiso concreto.
VER
Nuestra participación en la construcción del Reino de Dios es mucho más que una suma de
acciones puntuales que realizamos ayudando a personas concretas. Implica transformar las
estructuras sociales para tratar con dignidad a toda persona, desde su concepción hasta su
muerte, buscando la justicia social y el bien común. Los cristianos, individualmente y en grupo,
estamos llamados a anunciar la Buena Noticia del Evangelio para construir, desde dentro, un
mundo nuevo donde reine el Amor.
¿Conoces a algún cristiano que esté implicado activamente en alguna plataforma social?
Expón un hecho concreto que visibilice cómo transmite los valores del Evangelio en su
servicio a los demás.
JUZGAR
Prestamos atención a la Palabra de Dios:
Mt. 5, 13-16
“Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada
más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres.
Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte. Ni
tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que
alumbre a todos los que están en la casa. Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean
vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
ACTUAR
¿Qué podemos hacer individualmente y en grupo para hacer realidad el Reino de Dios en
nuestra sociedad? Marcamos un compromiso concreto.
Recuerda, después de haberte puesto todos estos compromisos, revisar tu proyecto personal
de vida cristiana e incorporar estos nuevos compromisos en el mismo. Especialmente revisa la
dimensión personal y la dimensión social, de acuerdo a estos tres niveles que se te han
propuesto en este cuestionario, aunque sin olvidarte por supuesto el resto de dimensiones.
Como hemos visto, en este tema, el cuestionario lo hemos desglosado en tres planos.
Proponemos algunas canciones que podéis utilizar para ambientar cada uno de ellos.
ORAR
Vamos a pedirle a Jesús en oración que nos ayude a irradiarle. El beato cardenal John Henry
Newman nos refleja la centralidad de Cristo en la vida de una persona. Incluso la Beata Madre
Teresa de Calcuta hizo suya esta oración y aconsejaba a sus religiosas, las Misioneras de la
Caridad, que la rezasen todos los días tras la celebración de la Eucaristía.
Jesús mío,
ayúdame a esparcir tu fragancia dondequiera que yo vaya,
inunda mi alma con tu Espíritu y tu Vida;
penetra en todo mi ser y toma posesión de tal manera,
que mi vida no sea en adelante sino una irradiación de la tuya.
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
“Dios ama todavía al mundo y nos envía a ti y a mí para que seamos su amor y
su compasión por los pobres”
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Tema 7:
JESÚS, EL CRISTO
PARA PREPARAR LA REUNIÓN
Objetivos:
En este tema vamos seguir profundizando sobre la figura de Jesús como Hijo de Dios, y las
actitudes a través de las cuales nos manifiesta esta naturaleza divina. En el Credo
profesamos que Jesús es Dios hecho hombre. Desde esta verdad podremos comprender
sus palabras y enseñanzas, y desde ella también comprenderemos sus parábolas y
milagros, como reveladoras de su principal misión: el anuncio del Reino de Dios. Todo
cuanto hace, a lo largo de su vida, tiene como objetivo mostrar que el Reino ya está aquí, y
al cual todos estamos invitados. Esta invitación conlleva el seguimiento y la imitación de
su vida, tanto en su relación con los hermanos, como en su relación con el Padre,
mostrando a todos los hombres una nueva manera de relacionarse con Dios, basada
principalmente en la toma de conciencia de nuestra condición de Hijos de Dios: “¡Abba!,
Padre” (Mc 14, 36), y una nueva manera de relacionarse con el hermano: “Os doy un
mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros” (Jn 13, 34).
Jesús es la presencia real del amor de Dios. Él nos muestra a un Dios que nos quiere por
encima de todo. Un Padre que nos acompaña y nos acoge siempre. Únicamente tenemos
que abrirnos a su presencia, dialogar con Él y vivir su voluntad. La relación filial de Jesús
con Dios, su oración y su entrega de vida a la misión que el Padre le encomienda, será lo
que nos mueva para aprender a vivir como cristianos. Este testimonio del Amor de Dios,
manifestado en Jesús, es lo que vamos a trabajar durante este tema, lo que nos llevará a
contemplarle como Camino, Verdad y Vida.
Este tema lo dividiremos en ocho apartados. En Jesús se cumplen todas las promesas
hechas a través de los profetas en el Antiguo Testamento. Él vive ante el rostro de Dios no
sólo como amigo, sino como Hijo; vive en la más íntima unidad con el Padre, que en el
primer apartado de este tema nos lo presentará como su Hijo y nos invitará a escucharlo
atentamente. Sólo partiendo de esta certeza de esta unidad entre Jesús y el Padre
podremos llegar a comprender las actitudes que emanan de su propia vida y que se
convierten para nosotros en camino para el seguimiento: la confianza, la fidelidad, la
oración y la firmeza. Ante la tentación estas actitudes nos situarán en disposición de
entender el mensaje y el significado, “velado para algunos” de sus palabras y obras,
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
mediante las parábolas y milagros, el anuncio de Reino de Dios para todos aquellos que se
dejan hacer por la acción del Espíritu Santo. Y por último, el mismo Jesús nos situará ante
el camino que nos conduce directamente al Padre: Él mismo, “Yo soy el Camino y la Verdad
y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí” (Jn 14, 6).
Desde el Catecismo:
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
“En la fórmula ´Jesús es el Cristo´ se expresa el núcleo de la fe cristiana: Jesús, el sencillo hijo
del carpintero de Nazaret, es el Mesías esperado y el Salvador.
Tanto la palabra griega ´Christos´ como la hebrea ´Messias´ significan ´ungido´. En Israel eran
ungidos reyes, sacerdotes y profetas. Los apóstoles experimentaron que Jesús está ungido
´con la fuerza del Espíritu Santo´ (Hch. 10, 38).”
Para los primeros cristianos, Jesús era más que un hombre, era el Hijo único de Dios:
Mt. 11,27
“Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie
conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”
Por eso lo llamaban “Señor”, sabiendo que en el Antiguo Testamento está denominación estaba
reservada para dirigirse a Dios.
104
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
¿Cómo sería tu acróstico hoy en día usando su nombre? Hoy nadie nos persigue, pero
quizás a veces nos da un poco de miedo o de vergüenza hablar de Jesús. Imagina que
tienes que explicar en cinco letras, como lo hicieron hace siglos, quién es para ti Jesús
usando su nombre. Explicando las cualidades que conoces de Jesús y que a ti te encantan
y que hacen que tú seas su amigo:
J…
E…
S…
U…
S…
Durante su vida Jesús demostró mediante numerosos signos que tiene poder divino sobre la
naturaleza, los demonios, el pecado y la muerte. Y en la Resurrección es donde se manifiesta
completamente su divinidad. En este tema vamos a profundizar en la divinidad de Jesús y en
su especial vinculación con Dios. Desde ahí le daremos sentido a su vida y a su anuncio. El lado
visible de Jesús nos remite al invisible. En la vida de Jesús vemos numerosas realidades que
sólo podemos comprender como misterio. Recordemos que un misterio es una realidad que
escapa, por principio, al conocimiento racional. Él fue a la vez “verdadero Dios y verdadero
hombre”; en Jesús, Dios se ha hecho realmente uno de nosotros y con ello nuestro hermano,
pero no por ello dejó de ser a la vez Dios y, por tanto, nuestro Señor.
“Seis días después tomó Jesús consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó
a un monte alto a solas. Y se transfiguró ante ellos. Su rostro brillaba como el sol y sus
vestidos se volvieron blancos como la luz. En esto vieron a Moisés y a Elías que
conversaban con Jesús. Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús:
—Señor, ¡qué bien estamos aquí! Si quieres hago tres tiendas: una para ti, otra para Moisés
y otra para Elías.
Aún estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió y una voz desde la nube decía:
Al oír esto, los discípulos cayeron de bruces, aterrados de miedo. Jesús se acercó, los tocó y
les dijo:
En este pasaje, como en otros de la Biblia, la nube es signo de la presencia de Dios. A través de
esta imagen se repite la escena del bautismo de Jesús, cuando el Padre mismo proclama desde
la nube a Jesús como Hijo: “Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco” (Mc 1, 11). Pero a esta
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Los discípulos en el monte, se convierten en testigos predilectos del poder del reino que llega
en Cristo. Pero no basta con ser testigos contemplativos de esta escena. Ellos han recibido el
mandato de escuchar al Cristo y llevar su palabra a todos los hombres. Por este motivo no
tiene sentido quedarse en lo alto del monte sino hay que bajar, llegar a los cruces de los
caminos donde poder anunciar a todos lo que ellos han visto y oído.
Lc 2, 41-49
“Sus padres iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. Y cuando tuvo doce
años, subieron a la fiesta, como era costumbre. Pasados aquellos días, al regresar, el niño
Jesús se quedó en Jerusalén sin que lo advirtiesen sus padres. Suponiendo que iba en la
caravana, hicieron un día de camino buscándolo entre los parientes y conocidos, y al no
encontrarlo, volvieron a Jerusalén en su busca. Y al cabo de tres días lo encontraron en el
Templo, sentado en medio de los doctores, escuchándoles y preguntándoles. Cuantos le
oían quedaban admirados de su sabiduría y de sus respuestas. Al verlo se quedaron
perplejos, y le dijo su madre:
—Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira que tu padre y yo, angustiados, te buscábamos.
Y él les dijo:
—¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que es necesario que yo esté en las cosas de mi
Padre?”
Lc 10, 21
“Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los
sabios y entendidos, y las has revelado a los pequeños”
Si queremos vivir la fe con equilibrio tenemos que conocer a fondo a Jesús. Un aspecto que le
marca de manera definitiva es su relación única con Dios, a quien llama Padre. Jesús se sabe
en la intimidad de Dios y su vida carece de sentido si no es vista desde ahí. En su oración
personal Jesús emplea habitualmente el término “Abba” (que significa padre en un sentido
cercano y cariñoso, equivalente a “papá”).
Para la sensibilidad religiosa judía, tan cuidadosa siempre para evitar lo que pudiese sonar a
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
sacrilegio, tan respetuosa con la majestad de Dios, este modo de dirigirse a Dios resultaba
novedoso. El que Jesús lo haga indica no solo una forma peculiar de hablar y de rezar, sino
cómo se percibe a sí mismo y todo el sentido que tiene para Él su relación con Dios.
La confianza y el diálogo con Dios son el verdadero corazón del Evangelio. Jesús enseña a sus
discípulos a dirigirse al Padre con la confianza de un niño: “Si no os hacéis como niños, no
entraréis en el reino de los cielos” (Mt 18,3). Es el Dios que nos sale al encuentro en todo lo
que sea amor verdadero. Es el Dios que genera fraternidad. El Dios que busca al pecador hasta
dar con él. El Dios que prefiere estar entre los marginados de este mundo y rechaza a los que
ocupan los primeros puestos en esta vida, que hace distinción entre buenos y malos: es el Dios
siempre bueno que sabe amar y perdonar, que corre detrás de la oveja descarriada, que
espera ansioso la venida del hijo difícil y lo acoge en el calor del hogar familiar. El Dios que se
alegra más con la conversión de un pecador que con noventa y nueve justos que no tienen
necesidad de convertirse.
Toda la vida de Jesús se apoya en esta experiencia de Dios. Él se siente tan amado de Dios,
que ama como Dios ama, hasta dar la vida. Él se siente de tal manera aceptado por Dios, que
acepta y perdona a todos. Jesús encarna el amor y el perdón del Padre, siendo Él mismo bueno
y misericordioso con todos, particularmente con los desechados religiosamente y
desacreditados socialmente.
¿Cómo percibes tú a Dios? ¿En qué medida te ayuda Jesús para acercarte a Dios?
“Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo su obra”.
Jesús se entrega de forma total y sin reservas a la voluntad del Padre; su vida y su misión
consiste en vivir esa voluntad, para eso ha sido enviado, para anunciar la llegada del Reino de
Dios para todos los hombres. “Que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (cf.
Tim 2, 4).
El encuentro con el Padre es para Jesús la
ocasión para profundizar en el
descubrimiento y aceptación de su voluntad,
la cual no siempre resulta fácil. A través de
sus acciones y explicaciones trata de
mostrarnos el corazón del Padre, “Quien me
ha visto a mí ha visto al Padre” (Jn 14, 9). Su
amor es expresión del amor del Padre: “Igual
que mi Padre me amó os he amado yo” (Jn.
15, 9). Gran parte de sus parábolas tienen
por finalidad expresar de manera clara y
palpable cómo es su Padre: los aspectos de
bondad, misericordia, perdón, interés por los
más pequeños y por los que están perdidos,
el deseo de reunir a todos los hijos en torno a
una mesa… Y Jesús se vuelca totalmente en ello, sin reservarse absolutamente nada, asume la
voluntad de Dios hasta la muerte. Su vida es su misión. La oración será la manera de llevar a
cabo su misión. Desde el diálogo íntimo con el Padre y desde el deseo de vivir en todo
momento su voluntad será desde donde nos dé a conocer el camino del Reino de Dios:
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Mc 14, 36
“¡Abba!, Padre. Tú los puedes todo, aparta de mí este cáliz. Pero que no sea como yo
quiero, sino como tú quieres.”
¿Ante las decisiones importantes de mi vida trato de escuchar a Dios? ¿Soy capaz de
ponerme en sus manos?
4. La oración de Jesús.
A Jesús solamente lo podremos comprender en relación con Dios. En la profundización de esta
unidad podremos entender sus palabras y sus obras, y, a través de ellas, podemos llegar a
comprender los pensamientos y la voluntad de Dios. Por tanto, para Jesús, Dios no es alguien
desconocido y lejano, sino todo lo contrario: un Padre al que es necesario escuchar y hablar.
Este es el fundamento de la oración de Jesús, y este debe ser el fundamento de nuestra propia
oración como cristianos.
Dice Benedicto XVI en su libro sobre Jesús de Nazaret: “La oración no ha de ser una exhibición
ante los hombres; requiere esa discreción que es esencial en una relación de amor. Nos dice la
Escritura que Dios se dirige a cada uno llamándolo por su nombre, que ningún otro conoce (cf.
Ap 2, 17). El amor de Dios por cada uno de nosotros es totalmente personal y lleva en sí ese
misterio de lo que es único y no se puede divulgar ante los hombres”. Es precisamente la
necesidad de gustar este Amor, lo que nos debe llevar a buscarlo en la oración.
Toda la obra de Jesús brota de su oración. Así, acontecimientos esenciales de su vida, en los
que se va desvelando poco a poco su misterio, aparecen, precedidos o acompañados, por
acontecimientos de oración. La confesión en la que Pedro reconoce a Jesús como el Mesías de
Dios está relacionada con el encuentro de Jesús en oración (cf. Lc 9,19ss); la transfiguración de
Jesús es un acontecimiento de oración (cf. Lc 9, 28s). Jesús nos hace participes de su oración a
través de los acontecimientos de su propia vida, nos introduce en el diálogo de Amor con el
Padre, y nos enseña a elevar nuestra necesidades humanas al corazón de Dios. La oración del
Padrenuestro se convierte para nosotros en la vía hacia la oración interior. En ella nos unimos a
la oración de Jesús y nos vamos configurando a imagen del Hijo. El significado de esta va más
allá de la comunicación de palabras para rezar. Quiere formar nuestro ser, quiere ejercitarnos
en los mismos sentimientos que Jesús.
108
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
ahí, actuar siguiendo su voluntad. La oración, la relación confiada con el Padre, la experiencia
gozosa de su acción en nuestras vidas y en el mundo, son elementos ya fundamentales e
inseparables de la vida del que escucha y acepta la Buena Nueva. No es una oración rutinaria.
No se hace por cumplir o figurar. Es aquello que nos hará tomar conciencia de que Dios es
nuestro Padre y nosotros sus hijos.
Lc 11, 1-4
“Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos
le dijo: Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos. Él les dijo: Cuando
oréis, decid: Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan
cotidiano, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el
que nos debe, y no nos dejes caer en tentación”
¿Sientes la necesidad de hacer oración? ¿Cómo haces tú oración? ¿En qué medida te
ayuda el ejemplo de Jesús para profundizar en tu vida de oración?
5. Las tentaciones.
Este episodio de las tentaciones es muy importante en la vida de Jesús, y así queda recogido
en los tres evangelios sinópticos. Jesús, tras ser ungido por el Espíritu Santo en el Bautismo, en
el Jordán, se dirige al desierto, guiado por el mismo Espíritu para ser tentado. Este momento
representa la lucha interior por la misión, una lucha contra sus desviaciones, que se presentan
con la apariencia de su verdadero cumplimiento a través de las promesas del tentador.
A través de este hecho Jesús muestra el alcance de su misión. Él ha venido a rescatar a todos
los hombres y para ellos debe descender a los peligros que amenazan al propio hombre,
porque sólo así podrá levantar a aquel que ha caído. Jesús tiene que entrar en el drama de la
existencia humana, recorrerla hasta el fondo, y así llegar a encontrar a la oveja descarriada,
cargarla sobre sus hombros y devolverla al redil. Jesús no nos salva desde una posición lejana
al hombre sino que se expone a los peligros y amenazas que comporta el ser hombre.
109
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Lc 4, 1-13
“Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del río Jordán, y el Espíritu lo llevó al desierto. Allí
estuvo cuarenta días, y el diablo le puso a prueba. No comió nada durante aquellos días, y
después sintió hambre. El diablo le dijo:
–Si de veras eres Hijo de Dios, ordena a esta piedra que se convierta en pan.
Jesús le contestó:
–La Escritura dice: 'No solo de pan vivirá el hombre.
Luego el diablo lo llevó a un lugar alto, y mostrándole en un momento todos los países del
mundo le dijo:
–Yo te daré todo este poder y la grandeza de estos países, porque yo lo he recibido y se lo
daré a quien quiera dárselo. Si te arrodillas y me adoras, todo será tuyo.
Jesús le contestó:
–La Escritura dice: 'Adora al Señor tu Dios y sírvele solo a él.
Después el diablo lo llevó a la ciudad de Jerusalén, lo subió al alero del templo y le dijo:
–Si de veras eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque la Escritura dice:
'Dios mandará a sus ángeles para que cuiden de ti y te protejan. Te levantarán con sus
manos para que no tropieces con piedra alguna.
Jesús le contestó:
–También dice la Escritura: 'No pongas a prueba al Señor tu Dios´.
Cuando ya el diablo no encontró otra forma de poner a prueba a Jesús, se alejó de él por
algún tiempo.”
Reflexionar sobre las tentaciones a las que es sometido Jesús en el desierto es una invitación a
cada uno de nosotros para responder a una pregunta fundamental: ¿qué cuenta de verdad en
mi vida? Las tentaciones no nos invitan a hacer el mal, eso sería muy burdo. Se presentan ante
nuestra vida fingiendo presentarnos lo mejor: abandonar lo ilusorio y poner todas nuestras
fuerzas en mejorar el mundo. Además se presentan ante nosotros con la fuerza del verdadero
realismo, de lo realmente coherente. Pero ¿qué es realmente lo verdadero en nuestra vida? ¿el
poder? ¿el pan? ¿Dios?
En la primera tentación, sin una respuesta al hambre de verdad, al hambre de Dios, el hombre
no se puede salvar. En la segunda tentación, Jesús tiene bien claro que no es el poder
mundano lo que salva al mundo, sino el poder de la cruz, de la humildad, y del amor. En la
tercera tentación, la respuesta es que Dios no es un objeto al que imponer nuestras
condiciones: es el Señor de todo. ¿Cuál es el núcleo de las tres tentaciones que sufre Jesús? Es
la propuesta de instrumentalizar a Dios, de utilizarle para los propios intereses, para la propia
gloria y el propio éxito. Y por lo tanto, en definitiva, de ponerse uno mismo en el lugar de Dios,
suprimiéndole de la propia existencia y haciéndole parecer superfluo. Cada uno debería
preguntarse:
Después de esta reflexión, piensa en qué tentaciones has tenido últimamente que te
alejan de Dios, y si has conseguido vencerlas o cómo puedes hacerlo.
1
Benedicto XVI, Audiencia General 13/02/2013.
110
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
6. Las parábolas.
Jesús transmite su especial relación con el
Padre y lleva a cabo su misión con un
lenguaje sencillo. Para enseñar emplea
parábolas en las que toma ejemplos de la
vida cotidiana. Éstas no representan tan
sólo un esfuerzo pedagógico de Jesús para
hacerse entender, sino que representan
ya en sí la novedad de su anuncio, el
anuncio del Reino de Dios.
Mc 4, 30-32
“Dijo también: ¿Con qué podemos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos?
Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero
después sembrada crece, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan
grandes que los pájaros del cielo pueden anidar a su sombra.”
Por tanto, las parábolas son narraciones utilizadas por Jesús para ilustrar su enseñanza. En
ellas nos presenta a Dios como alguien cercano y en contacto con nuestra vida. Poder
conocerle no es algo reservado para expertos o eruditos, sino para los sencillos y los que
tienen el corazón abierto para dejarse encontrar por Él. Ahora bien, es un lenguaje que exige
una toma de postura y que interpela el corazón de quien quiere escuchar, invitándole a llevar a
la vida la Buena Noticia que transmiten.
Mt 11, 25-27
“En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y
de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado
a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi
Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce nadie sino el Hijo, y aquel
a quien el Hijo se lo quiera revelar.”
7. Los milagros.
Jesús acompaña sus palabras con numerosos “milagros, prodigios y signos” (Hch 2, 22). Estas
acciones extraordinarias son de diversas clases: expulsión de demonios, curación de enfermos
(leprosos, ciegos, paralíticos, mudos, sordos…), acciones sobre la naturaleza (tempestad, agua
111
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Para Jesús, los milagros son los signos que anuncian que el Reino de Dios llega:
Mt 11, 4-5
“Jesús les respondió: Id y contad a Juan lo que oís y veis. Los ciegos ven y los cojos andan,
los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los
pobres la Buena Nueva.”
Los milagros no podemos aceptarlos bien si sólo les buscamos explicaciones racionales. Sin fe
no se comprende nada; sin situar la fe en el centro del mensaje cristiano los milagros se
pueden malinterpretar. Todos ellos manifiestan la misericordia y el amor de Dios,
especialmente con los que se encuentran desasistidos. En concreto, tienen siempre carácter:
Mc 10, 46-52
En este pasaje, después de un largo viaje, Jesús y los discípulos llegan a Jericó, última parada
antes de la subida a Jerusalén. El ciego Bartimeo está sentado junto al camino. No puede
participar en la procesión que acompaña a Jesús. Pero grita, invocando su ayuda . El grito del
pobre incomoda, tratan de acallarlo, pero “¡él gritaba mucho más!” y Jesús escucha el grito del
pobre, se para y manda llamarle. Bartimeo deja todo y va hacia Jesús. No tiene mucho. Apenas
un manto. Jesús pregunta: “¿Qué quieres que te haga?” No basta gritar. Hay que saber por qué
uno grita. “¡Rabbuni” Maestro! ¡Que vea!” Bartimeo
había invocado a Jesús con ideas no del todo correctas,
pues el título “Hijo de David” Jesús mismo lo había
criticado (Mc 12,35-37). Pero Bartimeo tenía más fe en
Jesús que en sus propias ideas, supo entregar su vida,
aceptando a Jesús, sin imponer condiciones y el milagro
aconteció. Bartimeo empezó a ver de nuevo y seguía a
Jesús por el camino.
112
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
A pesar de mis incoherencias, ¿Soy capaz de llamar con fuerza a Jesús? ¿Tengo fe en Él?
¿Quiero seguir su camino?
“Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí.
Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis
visto.» Le dice Felipe: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta.» Le dice Jesús: «¿Tanto
tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces, Felipe? El que me ha visto a mí, ha
visto al Padre. ¿Cómo dices tú: «Muéstranos al Padre»? ¿No crees que yo estoy en el Padre
y el Padre está en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que
permanece en mí es el que realiza las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está
en mí. Al menos, creedlo por las obras. En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí,
hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre. Y
todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si
me pedís algo en mi nombre, yo lo haré.”
Para concluir nuestra reflexión en este tema nos acercamos a este pasaje del evangelio de
Juan, donde Jesús mismo se presenta como el “camino de Dios”, que nosotros estamos
llamados a recorrer. San Agustín, en uno de sus comentarios dice: “era necesario que Jesús
dijera: Yo soy el camino, la verdad y la vida, porque, una vez conocido el camino, faltaba
conocer la meta. El camino conducía a la verdad, conducía a la vida… y nosotros ¿a dónde
vamos sino a él? y ¿Por qué camino vamos sino por él?” (In Ioh 69, 2).
Para reconocer al Padre hay que reconocer a Jesús como su Hijo. Dice Benedicto XVI
(Documento de Aparecida nº22): “La importancia única de Cristo para nosotros y toda la
humanidad consiste en que Cristo es el Camino que nos conduce a la Verdad y a la Vida. Si no
conocemos a Dios en Cristo y con Cristo, no hay camino y, al no haber camino, tampoco
verdad y vida por lo que toda la realidad se convierte en un enigma indescifrable”. Jesús es la
Verdad, Palabra encarnada de Dios, que sale a nuestro encuentro para ofrecernos la vida del
Padre. Y, por último, Jesús es la Vida plena de Dios, ofrecida a todos y para todos. El discípulo
puede gozar ya, aquí, de los bienes que espera alcanzar en su plenitud. Jesús es la vida que
diviniza y humaniza.
No debemos pensar que Dios está lejos de nosotros, como alguien distante y desconocido.
Aquel que quiere saber cómo y quién es Dios, basta que mire a Jesús. Él lo ha revelado en las
palabras y en los gestos de su vida. "¡El Padre está en mí, y yo estoy en el Padre!" A través de
su obediencia, Jesús está totalmente identificado con el Padre. En cada momento hacía lo que
el Padre le mostraba para que lo hiciera. Por esto, en Jesús ¡todo es revelación del Padre! ¡Y los
signos o las obras de Jesús son obras del Padre! En Jesús y por Jesús, Dios está en medio de
nosotros.
El que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy
al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el
Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré. Nosotros también, a través de Jesús, podemos
llegar a hacer cosas para los demás como las hacía Jesús para la gente de su tiempo. El
intercederá por nosotros. Todo lo que la gente le pide, él lo va a pedir al Padre, y lo conseguirá,
2
siempre que sea para servir.
¿Pides algo a Dios? ¿El qué? ¿Tenemos verdadera fe en que lo que pedimos se cumplirá, o
nos entran dudas?
2
http://www.ocarm.org/es/content/lectio/lectio-divina-juan-147-14 (Carmelitas)
113
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Nuestro caballero estaba en un momento de crisis, tenía 26 años y una pierna destrozada, por
tanto su carrera militar parecía frustrada y con ella todos sus sueños: servir a un gran rey,
conquistar a una dama, la búsqueda de éxito y fama…Todo lo que había leído en aquellos
libros de caballería que tanto le gustaban. En este momento Ignacio se debate entre dos
pensamientos: por un lado todo su mundo de caballerías que le hacían soñar pero que le
dejaban un tanto vacío, descontento; y por otro lado mientras leía los libros de la Vida de Cristo
y de los santos que en un principio no le apetecía demasiado leer, pero que al tiempo le
dejaban muy contento y alegre y con grandes deseos de imitarlos. Lo cuenta él mismo en su
autobiografía: "cuando pensaba en aquello del mundo, se deleitaba mucho; mas cuando
después de cansado lo dejaba, hallábase seco y descontento; y cuando en ir a Jerusalén
descalzo, y en no comer sino yerbas, y en hacer todos los demás rigores que veía haber hecho
los santos, no solamente se consolaba cuando estaba en los tales pensamientos, mas aún
después de dejado, quedaba contento y alegre". (Autobiografía, 8)
Esta experiencia es lo que le llevó a su conversión, se dio cuenta de que toda su vida había
estado dominada por deseos mundanos dice él, deseos que en el fondo no le hacían feliz,
deseos que él va a interpretar venidos de un mal espíritu; sin embargo solamente cuando él
está solo y se para a escuchar su corazón, se da cuenta de que lo que realmente le hace feliz y
le llena es vivir como vivió Jesús y los santos, una vida entregada, una vida de servicio y de
amor hacia los demás.
Esta certeza es lo que va a movilizar a Ignacio y por su medio a muchos otros. Más adelante
escribirá un libro para ayudar a otros a esa misma conversión: “Ejercicios Espirituales”, donde
plasmará desde su propia experiencia espiritual lo que en la persona ocurre en el camino hacia
el Señor, un camino dividido en cuatro semanas para transformar el corazón para “en todo
amar y servir” al Señor y que aún hoy sigue ayudando a miles de personas.
114
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
VER
Muchas veces, en nuestro camino de fe, entre todas las consolaciones, alegrías y esperanzas
que encontramos, también surge la duda o lo momentos de sequedad, en los que parece que
nos sumimos en una oscuridad, más o menos densa. Esta experiencia, que sin duda puede
convertirse en un crecimiento para aquellos que permanecen fieles, nos la testimonian la vida
de los santos. Ellos nos ofrecen experiencias de una profunda fe, en medio de estas tormentas
en las que en muchas ocasiones se encontraban sus propias vidas de fe. Pero también,
fijándonos en ellos, los cristianos, encontramos el camino para perseverar en esos momentos
de aridez: siendo fieles a Aquel que encendió un día en nosotros la llama de nuestra fe, y que
sigue siendo la luz capaz de brillar en medio de la oscuridad de nuestra vida: Jesús. Él nos
guiará al encuentro con el Padre en todas las circunstancias de nuestra vida: en la calma como
en la tempestad, en la luz o en la oscuridad.
Cuando hablas con personas de tu alrededor ¿qué imagen de Dios percibes que tienen?
¿Se parece al Dios que nos presenta Jesús?
115
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
JUZGAR
Hacemos oración a través de la siguiente lectura del Evangelio:
Mt 14, 24-33
“La barca, que estaba ya muy lejos de la orilla, era sacudida por las olas, porque el viento
era contrario. Al final ya de la noche, Jesús se acercó a ellos caminando sobre el lago. Los
discípulos, al verlo caminar sobre el lago, se asustaron y decían:
—Es un fantasma.
Y se pusieron a gritar de miedo. Pero Jesús les dijo enseguida:
—¡Ánimo! Soy yo, no temáis.
Pedro le respondió:
—Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre las aguas.
Jesús le dijo:
—Ven.
Pedro saltó de la barca y, andando sobre las aguas, iba hacia Jesús. Pero, al ver la
violencia del viento, se asustó y, como empezaba a hundirse, gritó:
—¡Señor, sálvame!
Jesús le tendió la mano, lo agarró y le dijo:
—¡Hombre de poca fe! ¿Por qué has dudado?
Subieron a la barca, y el viento se calmó. Y los que estaban en ella se postraron ante
Jesús, diciendo:
—Verdaderamente eres Hijo de Dios.”
Esta vez Jesús no aparece en la barca con los discípulos. Se encuentran solos en medio de las
inclemencias, lejos de la seguridad de la orilla. Las olas golpean la barca, tienen viento en
contra, es de noche. Jesús se acerca entre las aguas turbulentas pero no le reconocen. Parece
un fantasma, una ilusión, algo no real…
En nuestra sociedad, en nuestro día a día concreto, a los cristianos nos da a menudo la
sensación de caminar contracorriente, de perder el rumbo, de dejarnos golpear por las olas... y
eso nos puede hacer dudar:
¿Nuestra fe se tambalea en esos momentos? ¿Cómo percibimos a Jesús cuando todo nos
viene en contra? En ese momento de crisis Jesús nos dice: «Ánimo. Soy yo. No tengáis
miedo». Jesús infunde siempre esperanza; sale a nuestro encuentro, no es un espectro, es
Él, es alguien vivo; quiere que lo reconozcamos en medio de las dudas y dificultades.
Pedro no sabe con certeza si Jesús es una ilusión o alguien real. Aún así quiere ir hacia Él
aunque no camine por tierra firme, a pesar de sus inseguridades, de sus dudas de fe. Esto es
esencialmente la fe cristiana: «Caminar hacia Jesús», dar pasos día a día orientando nuestra
vida hacia él.
Pero esto no es sencillo. Pedro «sintió la fuerza del viento, le entró miedo y empezó a
hundirse». Es lo que nos puede pasar en estos momentos: nos fijamos solo en las dificultades,
nos consumen las dudas y podemos hundirnos en la desesperanza, la indiferencia o la
increencia. ¿Qué podemos hacer?
Pedro llama, grita, a Jesús: «Señor, sálvame». Reconoce su divinidad y simplemente le pide
que lo agarre. Jesús le tiende la mano, lo saca a superficie y caminan juntos en medio de la
tormenta. Cuando suben a la barca las inclemencias se calman. Tras contemplar lo sucedido,
los discípulos han pasado de verlo como un fantasma a reconocerlo como el Hijo de Dios.
116
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
¿Quiero caminar hacia Jesús a pesar de mis dudas? ¿Siento que Él me tiende la mano? ¿A
qué me llama la lectura de este pasaje del Evangelio?
ACTUAR
Tras todo lo que hemos reflexionado en este tema llega la hora de marcarnos compromisos
concretos. En primer lugar, tratemos de dar pasos en estrechar nuestra relación con Dios:
Queremos seguir a Jesús, aferrarnos a Él, dejarnos rescatar por Él, darle la mano para seguirlo
por el itinerario vital que nos ha enseñado.
¿Qué puedo hacer para sentir de cerca a Jesús como una mano tendida que me agarra, me
quita los miedos y no deja que me hunda? ¿En qué me puede ayudar el grupo?
Es un itinerario que no queremos recorrer solos, no queremos que nadie se quede al margen.
¿Qué estamos aportando a la sociedad y a la Iglesia los que seguimos a Jesús? ¿Esperanza
o pesimismo? ¿Palabras o compromiso? ¿Qué podemos hacer para invitar a otras personas
a caminar junto a nosotros y junto a Cristo?
Revisa la dimensión espiritual de tu proyecto personal de vida cristiana, y añade todo aquello
que hayas descubierto y a lo que te sientas llamado a partir de este tema, para tratar de estar,
en el día a día, más unido a Jesucristo.
117
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
ORACIÓN
Para acabar el tema, te proponemos pasar un rato con Jesús, en oración personal, o grupal.
Nos dice una santa de la que seguro que has oído hablar, Santa Teresa de Jesús, que estar un
rato con Jesús es “…tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien
sabemos nos ama.” (Vida 8,5).
“Tratar de amistad” significa tener una conversación como quien habla con un amigo a
quien con sinceridad le cuentas todo porque sabes que no se va a alejar de ti le digas lo
que le digas.
“Estar” significa ponerte a su lado, dedicando un rato sólo para Él.
“Muchas veces” significa sin cortar la relación, constancia, todo momento que sea
posible. No vale unos días sí y, otros, no.
“A solas” significa sin nada ni nadie que te distraiga.
“Con quien sabemos nos ama” significa que experimentas el cariño que Jesús tiene por
ti.
Dedica un rato de silencio. En grupo puede resultarte más fácil. O a solas en casa. No tengas
miedo al aburrimiento. Escucha las palabras de Teresa hechas canción:
Nada te turbe,
nada te espante
todo se pasa,
Dios no se muda,
la paciencia todo lo alcanza,
quien a Dios tiene nada le falta,
sólo Dios basta.
118
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Tema 8:
JESÚS, NUESTRO SALVADOR
“PASIÓN, MUERTE Y RESURRECCIÓN DE
CRISTO”
PARA PREPARAR LA REUNIÓN
Objetivos:
119
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
De nuevo, como en los otros temas cristológicos, el material que se ofrece es muy
extenso, por lo que no se puede abarcar en una sesión de una hora; dada la importancia
del tema, sería bueno desarrollarlo en una sesión más amplia o en una convivencia.
1 Cor. 5, 3-4 - “Cristo murió por nuestros pecados según las escrituras; fue sepultado y
resucitó al tercer día.”
Mc. 10, 45 - “El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en
rescate por muchos.”
Jn. 13, 34 - “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he
amado, amaos también unos a otros.”
1 Pe. 2, 24 - “El llevó sobre la cruz nuestros pecados, cargándolos en su cuerpo, a fin de
que, muertos al pecado, vivamos para la justicia.”
1 Cor. 15, 14 - “Si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra predicación y vana es
nuestra fe.”
Lc. 24, 13-35 – El camino de Emaús
Mt. 28, 18-20 - “Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos.”
Desde el Catecismo:
CIC 557-560, 569-570 - ¿Sabía Jesús que iba a morir cuando entró en Jerusalén?
CIC 446-451, 455 - ¿Por qué los cristianos llaman “Señor” a Jesús?
571-573 - ¿Por qué eligió Jesús la fecha de la fiesta judía de la Pascua para su Muerte y
Resurrección?
CIC 574-576 - ¿Por qué se condenó a un hombre de paz como Jesús a morir en la cruz?
CIC 597-598 – ¿Son culpables los judíos de la muerte de Jesús?
CIC 599-609, 620 - ¿Quería Dios la muerte de su propio Hijo?
CIC 610-611 - ¿Qué sucedió en la Última Cena?
CIC 612 - ¿Tuvo Jesús miedo ante la muerte en el Huerto de los Olivos, la noche antes de
morir?
CIC 613-617, 622-623 - ¿Por qué tuvo Jesús que redimirnos precisamente en la Cruz?
CIC 627 - ¿Murió Jesús realmente o quizás pudo resucitar precisamente porque sólo
había sufrido la muerte en apariencia?
CIC 640-644, 656 - ¿Cómo llegaron a creer los discípulos que Jesús había resucitado?
CIC 639-644, 647, 656-657 - ¿Hay pruebas de la Resurrección de Jesús?
CIC 645-646 - ¿Volvió Jesús por la Resurrección al estado corporal que tenía durante su
vida terrena?
CIC 659-667 - ¿Qué quiere decir que Jesús ha ascendido a los cielos?
120
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
“Queridos jóvenes, al clausurar el Año Santo os confío el signo de este Año Jubilar: ¡la Cruz de
Cristo! Llevadla por el mundo como signo del amor del Señor Jesús a la humanidad y anunciad
a todos que sólo en Cristo muerto y resucitado hay salvación y redención” (S.Juan Pablo II,
Roma, 22 de abril de 1984).
Estas palabras que el Papa San Juan Pablo II dirigió a los jóvenes del mundo entero, cuando
aquel año les hizo entrega de la Cruz de los jóvenes, signo de ese Año Jubilar y a partir de
aquel momento, signo de todas las Jornadas Mundiales de la Juventud, nos muestran el centro
del anuncio de evangelio y, por lo tanto, de nuestra propia fe: “en Cristo muerto y resucitado
hay salvación y redención”. Años después, el Papa Francisco nos sigue invitando a
contemplarla: ¡Cuántos cambios, cuántas verdaderas y auténticas conversiones surgieron en la
vida de tantos jóvenes al encontrarse con esta cruz desnuda! Quizás se hicieron la pregunta:
¿De dónde viene esta fuerza extraordinaria de la cruz? He aquí la respuesta: ¡La cruz es el
signo más elocuente de la misericordia de Dios! Ésta nos da testimonio de que la medida del
amor de Dios para con la humanidad es amar sin medida! (…) En el Señor, que ha dado su vida
por nosotros en la cruz, encontraremos siempre el amor incondicional que reconoce nuestra
vida como un bien y nos da siempre la posibilidad de volver a comenzar. (Francisco, Mensaje
para la JMJ 2016)
1 Cor 5, 3-4
“Cristo murió por nuestros pecados según las escrituras; fue sepultado y resucitó al tercer día”
121
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
una muerte de burlas, azotes, escupitajos, bofetadas, degradaciones… Pero lo que nadie podía
imaginar, entonces, es que con su muerte sellaba una vida de amor.
Mc 10, 32-34
“Estaban subiendo por el camino hacia Jerusalén y Jesús iba delante de ellos; ellos estaban
sorprendidos y los que seguían tenían miedo. Él tomó aparte otra vez a los Doce y empezó a
decirles lo que le iba a suceder: Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a
ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas; lo condenarán a muerte y lo entregarán a
los gentiles, se burlarán de él, le escupirán, lo azotarán y lo matarán; y a los tres días
resucitará”
Párate a pensar un poco, ¿cómo te sentirías si supieras que te vas a morir en unos días?
¿Qué harías? ¿Alguna vez seguiste a Jesús con miedo?
Jesús acepta la Cruz con infinita confianza en la voluntad del Padre, y así lo transmite a sus
discípulos para, de alguna manera, poder fortalecer su débil fe.
Según se iban desarrollando las predicaciones y acciones evangelizadoras de Jesús, se fueron
acrecentando sus diferencias con los escribas, fariseos y saduceos. Jesús no era ajeno a ellas:
“Entró otra vez en la sinagoga y había allí un hombre que tenía una mano paralizada. Lo
estaban observando, para ver si lo curaba en sábado y acusarlo” (Mc 3, 1ss)
Tanto la predicación como los distintos signos y milagros de Jesús provocaban una gran
animadversión por parte de estos círculos de poder. Y buscaban cualquier ocasión para
condenarlo. Pero aunque la muerte es promovida por personas de su tiempo, también hemos
de comprenderla como entrega de Jesús, en obediencia al Padre, “Nadie tiene poder para
quitármela (la vida); soy yo quien la doy por mi propia voluntad” (Jn 10,18). Como veremos en
este tema, la muerte de Cristo es voluntad de Dios, pero no es su última palabra.
Reflexionemos: Una enseñanza importante que Jesús nos ofrece en estos relatos de los
anuncios de su pasión, es la gran coherencia a la hora de vivir la voluntad del Padre. A nosotros
no nos es fácil ser coherentes con el Evangelio. En unas ocasiones muchos condicionantes
sociales no nos ayudan a escuchar y a seguir la voluntad de Dios. Y en otras, nuestras propias
comodidades, miedos, dudas o inseguridades,
nos impiden ser coherentes con lo que Dios
quiere de cada uno de nosotros. Por tanto,
tendríamos que preguntarnos: ¿Soy firme en
mi deseo de seguir a Jesús? ¿Vivo con
fidelidad y coherencia la vida que, como
cristiano, estoy llamada a vivir?
2. La última cena.
La noche que lo iban a entregar, Jesús,
siguiendo las tradiciones de los judíos, celebró
la cena de Pascua con los Doce.
La celebración de la Pascua era uno de los
momentos centrales de la vida de todo judío.
Se trataba de rememorar y actualizar la
liberación ejercida por Dios al sacar a su
pueblo de la esclavitud de Egipto. El sacrificio
de un cordero rememora las alianzas de Dios
con su pueblo.
Lee atentamente los siguientes textos,
recordando el tema 4 sobre las alianzas y
cómo Cristo nos trae la alianza definitiva:
122
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Is 22, 1-18
Dios puso a prueba a Abrahán. Le dijo: ¡Abrahán! Él respondió: Aquí estoy. Dios dijo: toma a
tu hijo único, al que amas, a Isaac, y vete a la tierra de Moria y ofrécemelo allí en holocausto en
uno de los montes que yo te indicaré.
Abrahán madrugó, aparejó el asno y se llevó consigo a dos criados y a su hijo Isaac; cortó leña
para el holocausto y se encaminó al lugar que le había indicado Dios. Al tercer día levantó
Abrahán los ojos y divisó el sitio desde lejos. Abrahán dijo a sus criados: “Quedaos aquí con el
asno; yo con el muchacho iré hasta allá para adorar, y después volveremos con vosotros”.
Abrahán tomó la leña para el holocausto, se la cargó a su hijo Isaac, y él llevaba el fuego y el
cuchillo. Los dos caminaban juntos.
Isaac dijo a Abrahán, su padre: “Padre”. Él respondió: “Aquí estoy, hijo mío”. El muchacho
dijo: “Tenemos fuego y leña, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?”. Abrahán
contestó: “Dios proveerá el cordero para el holocausto, hijo mío”. Y siguieron caminando
juntos.
Cuando llegaron al sitio que le había indicado Dios, Abrahán levantó allí el altar y apiló la
leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. Entonces Abrahán
alargó la mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo.
Pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo: “¡Abrahán, Abrahán!”. Él contestó: “Aquí
estoy”. El ángel le ordenó: “No alargues la mano contra el muchacho ni le hagas nada. Ahora
he comprobado que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, a tu único hijo”.
Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó,
tomó al carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. Abrahán llamó aquel sitio “El
Señor ve”, por lo que se dice aún hoy “En el monte el Señor es visto”.
El ángel del Señor llamó a Abrahán por segunda vez desde el cielo y le dijo: “Juro por mí
mismo, oráculo del Señor: por haber hecho esto, por no haberte reservado a tu hijo, tu hijo
único, te colmaré de bendiciones y multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y
como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de sus enemigos. Todas
las naciones de la tierra se bendecirán con tu descendencia, porque has escuchado mi voz”.
Ex 12, 1-11
Dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: “Este mes será para vosotros el principal
de los meses; será para vosotros el primer mes del año. Decid a toda la asamblea de los hijos de
Israel: El diez de este mes cada uno procurará un animal para su familia, uno por casa. Si la
familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con el vecino más próximo a su
casa, hasta completar el número de personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo.
Será un animal sin defecto, macho, de un año; lo escogeréis entre los corderos o los cabritos. Lo
guardaréis hasta el día catorce del mes y toda la asamblea de los hijos de Israel lo matará al
atardecer. Tomaréis la sangre y rociaréis las dos jambas y el dintel de la casa donde lo comáis.
Esa noche comeréis la carne, asada a fuego, y comeréis panes sin fermentar y hierbas amargas.
No comeréis de ella nada crudo, ni cocido en agua, sino asado a fuego: con cabeza, patas y
vísceras. No dejaréis restos para la mañana siguiente; y si sobra algo, lo quemaréis. Y lo
comeréis así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano; y os lo comeréis
a toda prisa, porque es la Pascua, el Paso del Señor.
123
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Lc 22, 19-20
Jesús es, por tanto, el Cordero Pascual, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, cuya
muerte sella entre Dios y los hombres la Nueva Alianza anunciada por los profetas. Él con su
vida y su mensaje nos enseña el camino para estar con Dios y alejarnos de nuestro egoísmo.
Dios sella con este sacrificio el gran pacto de amor con los hombres para la eternidad.
Jn 13, 3-15
… Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios
volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa
agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que
se había ceñido (…) “Vosotros me llamáis el Maestro y el Señor, y decís bien, porque lo soy.
Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies
unos a otros: os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también los
hagáis”.
Jn 13, 34
“Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos
también unos a otros.”
Reflexionemos: Jesús, antes de tomar entre sus manos el pan, acoge con amor a todos los que
están sentados en su mesa. Sin excluir a ninguno: ni al traidor, ni al que lo va a negar, ni a los
que huirán. Los ha elegido como nuevo pueblo de Dios. La Iglesia, llamada a ser una. Jesús
muere para reunir a los hijos de Dios dispersos (Jn 11, 52). “No solo por ellos ruego, sino
también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno” (Jn 17, 20-
124
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
3
21). Como hemos visto, pese a las incoherencias de sus discípulos, Jesús los reúne en torno a
su mesa. ¿Tú te sientes también llamado a participar de dicho banquete? ¿Qué sentido le das a
tu participación en la Eucaristía dominical?
3. La muerte de Jesús
Jesús es consciente de que su muerte es voluntad del Padre. Esto hace que se dirija a ella no
sólo como algo inevitable, sino como un acontecimiento que tiene un sentido profundo: una
muerte con sentido expiatorio, con el valor de contrarrestar ante Dios las consecuencias del
mal y de los pecados. En aquella época, el arrepentimiento, los sacrificios, el sufrimiento,
incluso la muerte (sobre todo la muerte de un justo), tenían el significado de expiar. La fe de la
Iglesia siempre entendió, desde el principio, que este es el sentido que dio Jesús a su muerte,
como podemos ver en una de nuestras fórmulas de fe más antiguas: “ Cristo murió por nuestros
pecados según las Escrituras” (1 Cor. 15, 3). Jesús es el Cordero elegido por Dios mismo. En la
cruz, él carga con el pecado del mundo y nos libera de él.
Pero a diferencia de los actos expiatorios que los judíos conocían, la muerte de Jesús no tiene el
sentido de contrarrestar los propios pecados, sino los de todos nosotros. Existía la costumbre
de que el condenado, antes de morir, ofreciera a Dios la vida para conseguir el perdón divino.
Sin embargo, Jesús hasta en la hora de su muerte se sabe en la presencia de su Padre y pide el
perdón de los otros:
Lc 23, 34
Jesús entrega su vida para la reconciliación definitiva que Dios quiere sellar con los hombres.
Es el sacrificio para sellar la Nueva Alianza. En la muerte de Jesús se está manifestando el
amor y la voluntad del Padre de salvar y de dar auténtica vida al que sinceramente acoge la
Buena Noticia que se nos ha anunciado.
3
Benedicto XVI, 1º estación del Via Crucis de la JMJ Madrid 2011.
125
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
¿Qué quiero clavar en la cruz de Cristo? ¿Qué faltas, debilidades, incoherencias quiero
entregarle para que Él cargue con ellas y me salve?
Jesús se encuentra solo ante la voluntad del Padre. Sus discípulos no terminan de entender, se
alejan, se duermen. Tiene miedo. Dice Benedicto XVI que en Getsemaní descubrimos un
“dramático punto culminante del misterio de nuestro Redentor: Jesús ha experimentado aquí la
última soledad, toda la tribulación del ser hombre. Aquí, el abismo del pecado y del mal le ha
llegado hasta el fondo del alma. Aquí se estremeció ante la muerte inminente. Aquí le besó el
traidor. Aquí todos los discípulos lo abandonaron. Aquí Él ha luchado también por mí”.
Jesús ora, sumido en la tristeza y la soledad. En este trágico momento Él ve con extrema
claridad toda la marea sucia del mal, todo el poder de la mentira y la soberbia, toda la astucia
y la atrocidad del mal, que se enmascara de vida pero que está continuamente al servicio de la
destrucción del ser, de la desfiguración y la aniquilación de la vida. Precisamente porque es el
Hijo, siente el horror, toda la suciedad y la perfidia que debe beber en aquel cáliz destinado a
Él: todo el poder del pecado y de la muerte. Todo esto lo debe acoger dentro de sí, para que en
Él quede superado y privado de poder (cf. Benedicto XVI).
Reflexión: Jesús vive unos duros momentos de oscuridad, pero en su debilidad supo encontrar
su fortaleza y a pesar del sufrimiento supo abandonarse a la voluntad de su Padre. Lo triste de
esto es que los discípulos que lo acompañaban no se imaginaban su sufrimiento, se quedaron
dormidos y no pudieron acompañarlo en su soledad. Pero:
126
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Jesús es juzgado y condenado en el Sanedrín por blasfemo (Mc. 14, 64), para después ser
juzgado y condenado en el tribunal romano por un motivo “religioso y político” (Jn. 19, 12). Las
acusaciones fueron inconsistentes y pasado el proceso nadie quiere hacerse responsable de su
muerte: Judas devuelve el dinero recibido, los judíos inducen a Pilato a condenarlo y este se
lava las manos.
Jesús atado, torturado, amoratado, con la marca de latigazos, con una corona de espinas es la
mejor imagen del hombre que carga con nuestros pecados y aparece esclavizado por los
poderes del mundo. En Él se manifiesta la miseria de todos los golpeados y abatidos. En Él se
refleja lo que llamamos “pecado”: en lo que se convierte el hombre cuando da la espalda a
Dios y toma en sus manos por cuenta propia el gobierno del mundo. Pero ni en este momento,
a Jesús se le puede despojar de su íntima dignidad. En Él sigue presente el Dios oculto. Con ello
nos dice, una y otra vez, que el hombre maltratado y humillado continúa siendo imagen de
Dios. Desde que Jesús se ha dejado azotar, los golpeados y heridos son precisamente imagen
del Dios que ha querido sufrir por nosotros. Por tanto, en medio de su pasión, Jesús es imagen
de esperanza: Dios está del lado de los que sufren.
El árbol de la Cruz
1 Pe 2, 21
“Cristo padeció por vosotros dejándoos un ejemplo para que sigáis sus huellas.”
Mc 8, 34
“El que quiera venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.”
127
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Seguramente alguna vez habrás escuchado aquello de que “Si Dios existiera, no permitiría
tanto sufrimiento en el mundo”. Pues bien, está claro que Dios no elimina el sufrimiento, más
bien da sentido al mismo si miramos a Cristo en la cruz en todo su trasfondo:
La fe nos hace aceptar el dolor y compartir el de los demás. Unirnos con Cristo,
sacrificándonos por amor a Dios y al prójimo, nos ayuda a darle sentido al sufrimiento y nos
orienta hacia el bien. Esto no significa buscar el dolor, sino aceptar la vida tal cual es y buscar
el amor de Dios como motor de nuestra vida, como camino de plenitud tanto para cada uno de
nosotros como para la sociedad en general.
«El que pretenda guardarse su vida, la perderá; y el que la pierda, la recobrará» (Lc 17, 33),
dice Jesús en una sentencia suya que, con algunas variantes, se repite en los Evangelios
(cf. Mt 10, 39; 16, 25; Mc 8, 35; Lc 9, 24; Jn 12, 25). Con estas palabras, Jesús describe su
propio itinerario, que a través de la cruz lo lleva a la resurrección: el camino del grano de trigo
que cae en tierra y muere, dando así fruto abundante. Describe también, partiendo de su
sacrificio personal y del amor que en éste llega a su plenitud, la esencia del amor y de la
existencia humana en general.”4
Este sacrificio personal y entrega desde el amor, también lo han recorrido muchos beatos,
santos y santas de Dios. Desde personas que han muerto por reconocerse cristianos, hasta
otras que deciden entregar su vida para salvar otra. Es el caso, por ejemplo, de San
Maximiliano Kolbe, quien se ofreció a ocupar el puesto de un padre de familia elegido para ser
ajusticiado en Auschwitz. Son testimonios que evidencian ese amor extremo, y que nos invitan
a seguir a Cristo también en el Calvario.
A menor escala, ¿conoces algún testimonio de alguna persona cuyo sacrificio por alguien o
por alguna causa dio fruto, aun a costa suya?
“En su muerte en la cruz se realiza ese ponerse Dios contra sí mismo, al entregarse para dar
nueva vida al hombre y salvarlo: esto es amor en su forma más radical. Poner la mirada en el
costado traspasado de Cristo, del que habla Juan (cf. 19, 37), ayuda a comprender lo que ha
sido el punto de partida de esta Carta encíclica: «Dios es amor» (1 Jn 4, 8). Es allí, en la cruz,
donde puede contemplarse esta verdad. Y a partir de allí se debe definir ahora qué es el amor. Y,
desde esa mirada, el cristiano encuentra la orientación de su vivir y de su amar.” (Benedicto
XVI, Deus caritas est, n. 12)
En la cruz, Jesús entrega lo máximo, su vida, por amor, de manera que hasta el centurión
romano, seguramente un hombre que como muchas personas de hoy vivía en el paganismo o
en la indiferencia, al ver a Jesús morir en la cruz, lo reconoce: “Verdaderamente este hombre
era Hijo de Dios.” (Mc 15, 39).
Contemplemos el gran acto de entrega de Cristo, su sacrificio por amor a Dios y a los
hermanos. Dejémonos envolver por su mirada de amor y aprendamos a descubrirlo en las
cruces de muchas personas que sufren en nuestro mundo, y de cuyo dolor y muerte Él se hace
solidario con su propia muerte en la cruz.
¿Percibimos el amor de Dios en la entrega que Jesucristo hace por nosotros? ¿En qué
situaciones concretas descubro que Jesús sigue muriendo hoy?
4
Ibíd. n. 6.
128
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Los soldados comprobaron que Jesús estaba muerto. Ante la mirada sufriente de María, el
cuerpo de Jesús fue bajado de la cruz por José de Arimatea. “Lo envolvió en la sábana y lo puso
en un sepulcro, excavado en roca” (Mc. 15, 46). María Magdalena y algunas mujeres
observaban dónde lo ponían.
Jesús estuvo muerto hasta el día de la Resurrección. Desde ahí venció a la muerte abriendo la
entrada en la vida eterna a todos los hombres de todos los tiempos que mueren en amistad
con Dios. Fueron horas de espera, de silencio… pero también desde el silencio se nos
manifiesta Dios.
Reflexionemos…Tras la muerte de Jesús todo se hace silencio, vacío, impotencia. Muchas veces
las personas, en un momento de gran sufrimiento, también experimentamos este silencio de
Dios. Pero al mirarlo a Él descubrimos en lo más profundo del corazón la calma que nos da su
promesa, que nos invita a esperar y a confiar en que todo lo prometido se cumplirá: ¿En qué
momentos de tu vida te has sentido en oscuridad, alejado de Dios? ¿Qué has hecho?
4. ¡Cristo ha resucitado!
“Si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra predicación y vana también vuestra fe; más
todavía: resultamos unos falsos testigos de Dios.”
129
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Con estas palabras tajantes San Pablo manifiesta la importancia que tiene la fe en la
resurrección de Jesucristo para el mensaje cristiano en su conjunto: es su fundamento. La fe
cristiana se mantiene o cae con la verdad del testimonio de que Cristo ha resucitado de entre
los muertos. Si se prescinde del hecho de la resurrección la fe cristiana queda muerta. A Jesús
lo trataríamos desde un aspecto meramente humano. Pero sólo si Jesús ha resucitado ha
sucedido algo verdaderamente nuevo que cambia el mundo y la situación del hombre. Jesús se
convierte en el criterio del que podemos fiarnos. Una vida y una promesa que se cumple para
todos. Ahora Dios se ha manifestado verdaderamente. La fe en la resurrección nos lleva a una
afirmación contundente: Jesús sigue viviendo hoy.
Pero ¿qué ocurre en la resurrección de Jesús? Los testimonios del Nuevo Testamento nos hacen
comprender que la resurrección de Jesús ha consistido en un romper las cadenas para ir hacia
un tipo de vida totalmente nueva, una vida ya no sujeta al poder de la muerte, sino que la ha
vencido. Una vida que ha inaugurado una nueva vida para todos los hombres. En la
resurrección de Jesús se ha alcanzado una nueva posibilidad de ser hombre, una posibilidad
5
que interesa a todos y que abre un futuro, un tipo nuevo de humanidad .
La resurrección dio lugar a testimonios individuales y colectivos por parte de un gran número
de testigos. Los discípulos, después del asombro y el miedo, ya no podía oponerse a la
realidad: es realmente Él; vive, nos ha hablado y ha permitido que le toquemos. En ningún
momento se describe cómo fue la resurrección; sólo se nos narran encuentros de Jesús
Resucitado con los discípulos. Desde ahí, ese testimonio se convierte en el centro de su
predicación.
Lo que podemos extraer de los relatos es que se trató de auténticos encuentros personales,
con alguien real, no con un fantasma ni un fenómeno producido por la imaginación. No eran
alucinaciones ni fenómenos de histeria. Tampoco responden a una creación intelectualizada o
con finalidad de dar a la Iglesia un origen mitológico; seguramente, si hubiera sido así los
relatos hubieran sido más elaborados y habrían buscado descripciones o pruebas más
“contundentes”. Nada de eso se corresponde con los sencillos testimonios que encontramos en
el Nuevo Testamento.
Pronto el grupo de acobardados seguidores de alguien que había sido ejecutado bruscamente
se lanzan a proclamar su resurrección. Interpretan de manera nueva y entienden todo lo que
Jesús les ha enseñado. Proclaman su anuncio no solo entre su pueblo sino a toda persona y
cultura. Podemos decir que los discípulos después de los encuentros con Jesús Resucitado son
conscientes de que ya ha comenzado el tiempo de la salvación.
Jn 20, 19-29
“Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos,
las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y
les dijo: «La paz con vosotros.» Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se
alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me
envió, también yo os envío.» Dicho esto, sopló y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes
perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros
discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.» Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la
señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su
costado, no creeré.» Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y Tomás con
ellos. Se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: «La paz con
vosotros.» Luego dice a Tomás: «Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela
en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente.» Tomás le contestó: «Señor mío y Dios mío.»
Jesús le dice: «Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído.»
5
Jesús de Nazaret II, Benedicto XVI.
130
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Reflexionemos… ¿Es posible que haya algunos que se profesen cristianos, pero que no crean en
la Resurrección de Jesús? ¿Tan importante es creer? ¿Qué cambia si sólo nos quedásemos con
su enseñanza y su testimonio de vida?
5. El envío misionero
Mt 28, 18-20
“Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todos los
pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a
guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el
final de los tiempos.”
Con estas palabras Jesús resucitado confía a los discípulos y a todos los cristianos una misma
misión. Cada uno de nosotros está llamado a continuar la obra de Jesús. Juntos, como Iglesia,
acogemos su mandato y vivimos anunciando su Palabra para que la semilla por Él sembrada
siga dando fruto de generación en generación, en corazones generosos dispuestos a trabajar
por el Reino de Dios.
“Sabed que yo estoy con vosotros”. Comienza el tiempo de una nueva presencia, que nos
capacite y nos conceda el poder reconocerlo a Él en los Sacramentos, en la Palabra y en la
Caridad. Por eso Jesús prometió a los discípulos que recibirían, desde el Padre, el don del
Espíritu Santo:
131
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Jn 14, 25-26
“Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que
enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os
he dicho.”
En estas palabras descubrimos una promesa y una llamada: El Espíritu Santo viene para
ayudarnos a comprender, para darnos fuerzas para seguirle y para hacernos a vivir unidos en
el amor de Dios; ahora nos corresponde a nosotros, sostenidos por el Espíritu, anunciar a todos
los hombres la grandeza y la belleza que supone seguir el camino del Evangelio.
Esta esperanza nos conduce a participar en todo aquello que pueda mejorar nuestro mundo,
avivando el amor, defendiendo la justicia y construyendo la fraternidad como testigos del
Señor.
Jn 14, 12-17
“El que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al
Padre. Y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si
me pedís algo en mi nombre yo lo haré. Si me amáis guardaréis mis mandamientos. Y yo le
pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la
verdad.”
132
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
En la soledad del cautiverio y luego durante la convalecencia de la enfermedad que sufrió una
vez vuelto a su tierra, sintió hondamente la insatisfacción respecto al tipo de vida que llevaba y
se inició su maduración espiritual. En la primavera de 1205, tuvo San Francisco su primera
visión. En el pequeño templo de San Damián, medio abandonado y destruido, oyó ante una
imagen románica de Cristo una voz que le hablaba en el
silencio de su muda y amorosa contemplación: "Ve,
Francisco, repara mi iglesia. Ya lo ves: está hecha una
ruina". El joven Francisco no vaciló: corrió a su casa
paterna, tomó unos cuantos rollos de paño del almacén y
fue a venderlos a Feligno; luego entregó el dinero así
obtenido al sacerdote de San Damián para la restauración
del templo.
133
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
A los veinticinco años, sin más bienes que su pobreza, abandonó su ciudad natal y se dirigió a
Gubbio, donde trabajó abnegadamente en un hospital de leprosos; luego regresó a Asís y se
dedicó a restaurar con sus propios brazos, pidiendo materiales y ayuda a los transeúntes, las
iglesias de San Damián, San Pietro In Merullo y Santa María de los Ángeles en la Porciúncula.
Pese a esta actividad, aquellos años fueron de soledad y oración; sólo aparecía ante el mundo
para mendigar con los pobres y compartir su mesa.
Con el tiempo, el número de sus adeptos fue aumentando y Francisco comenzó a formar una
orden religiosa, llamada actualmente franciscana o de los franciscanos. Además, con la
colaboración de Santa Clara, fundó la rama femenina de la orden, las Damas Pobres, más
conocidas como las clarisas.
San Francisco de Asís recibió los estigmas (las heridas de Cristo en su propio cuerpo); según
testimonio del mismo santo, ello ocurrió en septiembre de 1224, tras un largo periodo de
ayuno y oración, en un peñasco junto a los ríos Tíber y Arno. Aquejado de ceguera y fuertes
padecimientos, pasó sus dos últimos años en Asís, rodeado del fervor de sus seguidores.
6
Fuentes: http://www.franciscanos.org y http://www.biografiasyvidas.com/
134
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
San Francisco de Asís nos invita a cambiar y a convertirnos, como él hizo durante su vida. Nos
invita a vivir en la pobreza, amando y custodiando todo lo creado, y nos invita a vivir la Pasión,
Muerte y Resurrección de Cristo unidos a Él, anteponiendo el amor y el servicio al sufrimiento.
Como en los temas anteriores, ahora vamos a tratar de llevar a nuestra vida lo que hemos
visto. Lo vamos a hacer contemplando un triduo, con tres imágenes que nos acercan a
momentos centrales de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
Jn 13, 1-15
“La víspera de la fiesta de Pascua, como Jesús sabía que había llegado su hora de pasar de
este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta
el fin. Y mientras celebraban la cena, cuando el diablo ya había sugerido en el corazón de
Judas, hijo de Simón Iscariote, que lo entregara, como Jesús sabía que todo lo había puesto
el Padre en sus manos y que había salido de Dios y a Dios volvía, se levantó de la cena, se
quitó la túnica, tomó una toalla y se la puso a la cintura. Después echó agua en una jofaina,
y empezó a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que se había puesto
a la cintura.
Llegó a Simón Pedro y éste le dijo:
—Señor, ¿tú me vas a lavar a mí los pies?
—Lo que yo hago no lo entiendes ahora —respondió Jesús—. Lo comprenderás después.
Le dijo Pedro:
—No me lavarás los pies jamás.
—Si no te lavo, no tendrás parte conmigo —le respondió Jesús.
Simón Pedro le replicó:
—Entonces, Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.
Jesús le dijo:
—El que se ha bañado no tiene necesidad de lavarse más que los pies, porque todo él está
limpio. Y vosotros estáis limpios, aunque no todos —como sabía quién le iba a entregar, por
eso dijo: «No todos estáis limpios».
Después de lavarles los pies se puso la túnica, se recostó a la mesa de nuevo y les dijo:
— ¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis el Maestro y el Señor, y
tenéis razón, porque lo soy. Pues si yo, que soy el Señor y el Maestro, os he lavado los pies,
vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros. Os he dado ejemplo para que, como
yo he hecho con vosotros, también lo hagáis vosotros.”
135
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
VER
Cada uno de nosotros va a pensar en una persona
que viva cotidianamente el servicio a los demás.
Y tú…
JUZGAR
A la luz del texto del Evangelio que hemos contemplado…
¿Cuál es la enseñanza que nos transmite Jesús? ¿Qué supone su mensaje para nosotros?
¿Qué llamadas recibimos?
ACTUAR
¿Qué puedes hacer para vivir diariamente el servicio a los demás? ¿Cómo puedes
transmitir la experiencia del servicio a otras personas?
¿Qué podemos hacer como grupo a nivel social para transmitir esta gran enseñanza de
Jesús?
“Habéis sido llamados a comportaros así, pues también Cristo sufrió por vosotros,
dejándonos un ejemplo para que sigáis sus huellas.
Él cargó con nuestros pecados, llevándolos en su cuerpo hasta el madero, para que,
muertos al pecado, vivamos la salvación.
Habéis sanado a costa de sus heridas, pues erais como ovejas descarriadas, pero ahora
habéis vuelto al que es vuestro pastor y guardián.”
136
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
VER
“Jesús sigue muriendo hoy”
Expón alguna situación donde veas que Jesús sigue muriendo hoy.
JUZGAR
Pero de la cruz brota también hoy la esperanza para todos. Por amor Él dio su vida por
nosotros. Fiel y dócil a la voluntad del Padre, es ejemplo y aliento para nosotros. Precisamente
por esta obediencia filial, el Padre «lo exaltó y le otorgó el nombre que está sobre todo
nombre» (Flp 2, 9).
¿Cuál debe ser nuestra actitud ante las injusticias, las vejaciones, etc. que vemos hoy en
nuestro mundo? ¿Qué supone su ejemplo (la entrega de Cristo en la Cruz) para nosotros?
ACTUAR
Del sacrificio de Cristo brota la vida:
137
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
“Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que dista sesenta estadios
de Jerusalén, y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. Mientras conversaban
y discutían, el mismo Jesús se acercó a ellos y caminó a su lado; pero sus ojos estaban como
incapacitados para reconocerle. Él les dijo: «¿De qué discutís por el camino?» Ellos se
pararon con aire entristecido. Uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: «¿Eres tú el único
residente en Jerusalén que no sabe las cosas que han pasado allí éstos días?» Él les dijo:
«¿Qué cosas?» Ellos le dijeron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en
obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo; cómo nuestros sumos sacerdotes y
magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron. Nosotros esperábamos que sería él el
que iba a librar a Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde que esto
pasó. El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron
de madrugada al sepulcro y, al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían
visto una aparición de ángeles que decían que él vivía. Fueron también algunos de los
nuestros al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron.»
Él les dijo: “¡Qué poco entendéis y cuánto os cuesta creer todo lo que anunciaron los
profetas! ¿No tenía que ser así y que el Cristo padeciera para entrar en su gloria?” Y
comenzando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre
él en todas las Escrituras. Al acercarse al pueblo a donde iban, él hizo ademán de seguir
adelante. Pero ellos le rogaron insistentemente: «Quédate con nosotros, porque atardece y
el día ya ha declinado.» Entró, pues, y se quedó con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó
el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y
le reconocieron, pero él desapareció de su vista. Se dijeron uno a otro: «¿No estaba ardiendo
nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las
Escrituras?» Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a
los Once y a los que estaban con ellos, que decían: «¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se
ha aparecido a Simón!» Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y
cómo le habían conocido al partir el pan.”
VER
Partimos de la realidad. Jesús encuentra a dos amigos en una situación de miedo y de falta de
fe. Las fuerzas de la muerte, la cruz, habían matado en ellos la esperanza. Jesús se acerca y
camina con ellos, escucha, habla y pregunta: "¿De qué estáis hablando?" Las circunstancias
adversas, el miedo, los prejuicios… les impedían ver. "Nosotros esperábamos que sería él el
que iba a liberar…, pero...".
¿Cuál es hoy la conversación del pueblo que sufre? El primer paso es éste: aproximarse a las
personas, escuchar su realidad, sentir sus problemas; ser capaz de plantear preguntas que
ayuden a las personas a mirar la realidad con una mirada más crítica.
Algo similar ocurre también en nuestro día a día, nos quedamos muchas veces con una versión
de los hechos muy distinta a la real. Lee y compara las historias de estos dos jóvenes:
Historia 1:
“Ya empiezo mal el día, se me olvidó poner ayer el despertador y me he levantado más tarde.
Por si fuera poco mi madre ha abierto el grifo del agua caliente y me he duchado con el agua
helada, seguro que me constipo y ya estoy con la bronquitis de siempre, bueno y espérate que
no coja una neumonía y me tengan que ingresar. Como me he levantado más tarde, todo el día
ha ido mal. Soy un desastre y a estas alturas no voy a cambiar. Me he organizado fatal, he ido
138
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
sin desayunar al instituto y me he dejado la libreta encima de la mesa, otro punto negativo. No,
si al final suspenderé y tendré que estar el verano estudiando. Ya en la calle casi me atropella
un coche. Si tengo un accidente, ya nada puede ir peor.
Cuando por fin llego al instituto cinco minutos tarde, el profe me dice que ayer hice un buen
trabajo. Como si no le conociera bien, lo ha dicho con la boca pequeña. Para más inri mi
compañera que es una cotilla ha estado toda la mañana hablándome de sus problemas, como
si no tuviera yo bastantes ya. No tengo otra cosa que pensar, el sábado tengo la comunión de
mi prima y aún no me he comprado el vestido ni los zapatos. ¡¡Qué pereza!!. Encima veré a mi
tía que no soporto.
En la reunión por grupos me he puesto histérica, mi corazón iba a mil, he hablado gangosa y
con las ideas descolocadas, y por eso he dejado que los demás hablaran todo el tiempo, por si
yo me ponía más nerviosa.
La comida estaba malísima pero es que, saliendo a las tres no me da tiempo para comer bien.
Ningún vestido me viene bien, porque ya no tengo el cuerpo igual, estoy como mal hecha, se
me ha quedado la tripa como un globo. Al final me pondré un saco para la comunión. Tengo
que sacar la compra de las bolsas, hay congelados y se me estropearán. Hoy para cenar
tortilla, aunque me sale bastante mal. Como dice mi madre soy muy mala cocinera.
Llega mi padre y me cuenta los marrones enormes de su trabajo. Ya le he dicho que no se
preocupe, que con tantas responsabilidades es normal que esté cansado. Le doy un beso y me
voy a dormir. A ver si mañana tengo mejor día, aunque han dicho que va a llover y verás cómo
está la calle.”
Historia 2:
“Hoy ha sido un día muy movido. Casi no me levanto porque no puse el despertador y hemos
ido todos un poco atropellados. A mi madre le he vuelto a decir que abra el grifo de agua fría
para que salga en la ducha caliente. Me he dejado la libreta, así que mañana me pondré un
aviso en el móvil para que no me pase más. Gracias a mis buenos reflejos me he librado de un
accidente con un coche.
Al final solo he llegado tarde cinco minutos, y encima, nada más llegar, mi profe me ha dicho
que ayer hice un buen trabajo. Mi compañera cada vez confía más en mí y al empezar a hablar,
le he comentado que tengo el sábado una comunión y como tenemos la misma talla, me va a
dejar un vestido precioso.
Ya he hecho la compra para varios días y la tortilla para cenar cada día me sale mejor.
Llega mi padre y nos contamos el día. Ya cansados nos damos un beso y a dormir. Mañana
dicen que va a llover, así que he preparado el paraguas para que no se me olvide.”
¿Qué versión piensas que es más real? ¿Tratas de ver lo positivo en los demás?
Expón un hecho concreto donde se manifieste cómo ayudar a una persona a ver “de una
forma nueva” algún aspecto de la realidad.
JUZGAR
“La Biblia para iluminar la vida”. Jesús usa la historia del pueblo de Dios para iluminar el
problema que hacía sufrir a los dos discípulos, y para aclarar la situación que ellos estaban
viviendo. La utiliza, asimismo, para situarlos dentro del proyecto de Dios que venía de Moisés y
de los profetas, y así les muestra que la historia no se había escapado de la mano de Dios.
139
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Jesús no habla como alguien que ya lo sabe todo, sino como un compañero que va a ayudar a
los amigos para que recuerden lo que habían olvidado. Jesús no provoca un complejo de
ignorancia en los discípulos, pero procura despertar en ellos la memoria: “Cuanto os cuesta
creer todo lo que anuncian los profetas.”
Con la ayuda de la Biblia, tratemos de descubrir la sabiduría que ya existe dentro de nosotros
para transformar la cruz, señal de la muerte, en señal vida y de esperanza. Aquello que les
impedía a los discípulos caminar, se vuelve ahora fuerza y luz. ¿Cómo hacer esto hoy? Vamos a
inspirarnos en el texto de los discípulos de Emaús para sacar pistas.
¿Qué actitudes debemos tener para reconocer a Cristo presente en nuestra vida? ¿Dónde
lo podemos encontrar, según nos dice el relato? ¿Qué me ayuda a favorecer esta
experiencia de encuentro con Él, con el resucitado?
ACTUAR
Lo que abre definitivamente los ojos a los discípulos es la fracción del pan, el gesto comunitario
del compartir, rezar juntos, la celebración de la Cena. En el momento en que los dos reconocen
a Jesús, ellos renacen y Jesús desaparece. Tenemos que saber crear un ambiente de fe y de
fraternidad, de celebración y de compartir, donde pueda actuar el Espíritu Santo. Es él quien
nos hace descubrir y experimentar la Palabra de Dios en la vida y nos lleva a entender el
sentido de las palabras de Jesús.
¿Qué podemos hacer comunitariamente para que Cristo se haga presente entre nosotros?
Tras reconocerle, los discípulos recobran valor y vuelven a Jerusalén, donde los demás seguían
pensando que Cristo seguía muerto. Pero para ellos dos ahora ha cambiado todo.
¿Qué podemos hacer para transmitir a los demás que Cristo vive?
No olvides incorporar tus compromisos a tu
proyecto personal de vida cristiana. Cristo
resucitado vive en ti y eso debes percibirlo
tú y cuantos te rodean.
ORACIÓN
Frente a un Cristo crucificado, rezamos la
siguiente oración, y en silencio nos paramos
a pensar lo que nos está diciendo Jesús a
cada uno de nosotros a través de su
crucifixión:
140
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
141
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Retiro Espiritual
Y vosotros, ¿quién decís que soy
yo? (Mt 16,15)
PARA PREPARA LA REUNIÓN
Es muy importante que este retiro esté dirigido por el sacerdote de la parroquia, pues
además de la oración personal que cada uno pueda mantener, este puede animarle a
acercarse al Señor a través la confesión.
Es probable que algunos miembros del equipo no hayan realizado nunca un retiro, por lo
que intentaremos, incluso en la reunión anterior, explicar en qué va a consistir,
poniendo énfasis en los momentos de silencio y oración personal.
En la medida de lo posible procuraremos que el retiro sea un momento que salga de lo
cotidiano, por lo que procuraremos salir fuera de la parroquia para realizarlo.
Lo que aquí ofrecemos son unas pistas para que el sacerdote que dirija este retiro
pueda desarrollarlo a su criterio.
Estructura:
Introducción
Hoy nos reunimos para tener una actividad especial. No se trata de una celebración sin más,
sino de un Retiro Espiritual. Un “kit-kat”, un momento donde parar con lo cotidiano, serenarnos
y ponernos, con tiempo suficiente, en la presencia del Señor, dejándonos interpelar por su
Palabra.
Este será un momento comunitario, vivido con nuestro propio equipo de vida, pero ante todo
será un encuentro personal con Cristo. Lo fundamental no es lo que el compañero me pueda
142
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
aportar o la reflexión que me pueda ofrecer, sino lo que el Señor quiera decirme desde el
encuentro con mi corazón. Es un “cara a cara” con Jesús, donde hemos de pedirle en todo
momento que nos ayude a descubrir lo que Dios quiere de cada uno de nosotros. Comencemos
con esta breve oración.
Oración de inicio
143
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Canto: “Quien eres Tú”. (Hna. Glenda. Disco: Consolad a mi pueblo, vol. 2)
QUIÉN ERES TU, QUIEN HAY EN MI
QUIÉN DESDE LO PROFUNDO ME VIVE
QUIÉN ERES TU, QUE TIENE TAL PODER
QUE HACE QUE LE AME MAS QUE A NADIE
MAS QUE A NADA, QUIEN ERES TU SEÑOR
Padre nuestro
Mt 16, 13-16
“Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: ¿Quién dice la gente
que es el Hijo del hombre? Ellos contestaron: Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros
que Jeremías o uno de los profetas. Él les preguntó: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Simón
Pedro tomó la Palabra y dijo: Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo”.
144
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Después de haber profundizado en estos temas que giraban en torno a la figura de Jesús, Él
nos lanza esta pregunta, como se la lanzó en aquel momento a sus discípulos, a sus amigos: “Y
vosotros, ¿quién decís que soy yo?”. ¿Quién es Jesús para mí? ¿Qué importancia tiene en mi
vida? No basta con saber lo que los demás afirman sobre Jesús de Nazaret, es necesario saber
lo que tú experimentas y sientes hacia Él. Jesús no lanza esta pregunta a extraños, sino a sus
íntimos amigos. Es una pregunta que frente a Él “nos desnuda” y requiere de nosotros una
reflexión profunda y una contestación valiente. Jesús no quiere que nos atrincheremos con las
opiniones de otros. Hoy busca nuestra respuesta, nuestra propia opinión.
VER
No se trata de “tirar balones fuera” buscando una respuesta más o menos correcta, ni de
perdernos en las opiniones de los demás, ni refugiarnos en ellas, pero sÍ es cierto que las
opiniones de los demás nos pueden ayudar a entender todavía más quién es Jesús para
nosotros. Nos afianzamos en nuestra respuesta, fruto de nuestra propia experiencia de fe, pero
también nos acercamos a la experiencia de nuestros hermanos, con el fin de entenderlas y así
poder testimoniar más fielmente quién es Jesús para mí. Porque, realmente, es lo que busca
esta pregunta: saber quién es Jesús para mí, para saber compartirlo con mis hermanos.
Verás. Hoy en día hay de todo. Hay quien dice que, todo lo más, eres un hombre que vivió hace
bastante y dejó una huella honda, porque debías ser carismático, sorprendente o provocador.
Pero que luego tus discípulos se inventaron toda una mística de victoria, de resurrección, de
eternidad y así convirtieron un fracaso en la victoria más sorprendente de la historia. Pero
vamos, todo un cuento, o una evasión, o un autoengaño, según se quiera ver.
Otros dicen que la historia está marcada por grandes figuras. Hombres o mujeres que tienen en
sí la semilla de la humanidad más profunda, más auténtica y más noble, en todas sus
posibilidades. Y eso emerge, algunas veces, de manera sorprendente, en gente como tú. Gente
que deja una huella indeleble. Entonces te llaman profeta, sabio, maestro, líder, mesías. Un
hombre especial, al fin y al cabo.
Hay quienes seguimos creyendo que tú eres Dios. Hoy mucha gente mirará con sorna a quien
diga esto. Porque lo de “Dios” como que se escapa. Para muchos, Dios no existe y punto. Para
otros, de existir, es algo indefinible, algo así como un principio, una fuerza, una energía, un
algo que no se sabe muy bien dónde o cómo se relaciona con la propia vida. Pero, claro
¿pensar en un Dios hecho persona? ¿Un Dios que caminó por nuestros caminos, bebió la misma
agua, que tuvo agujetas, y heridas, se rió a carcajadas o lloró con desgarro? Parece otra eterna
versión de las mitologías de todas las culturas. Como los griegos hablando de sus dioses en un
Olimpo que es como una convención de superhéroes de la Marvel, los aztecas sacrificando
enemigos para contento de sus dioses guerreros, o Anubis mandando una barca para recoger a
145
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
los difuntos y llevarlos al otro lado del Nilo. Superstición, pensamiento primitivo, restos de otras
épocas, dicen… Algo incompatible con nuestra mentalidad racional, pragmática, científica,
dicen también.
Pero yo sigo creyendo que, de existir Dios, y si nuestro universo tiene un origen y un destino, y
si hay un sentido en lo que hacemos, que pasa por el amor y una sed de plenitud… ¿por qué no
va a poder reflejarse en el misterio más profundo de un ser humano? ¿Por qué no va a poder
vaciarse en su creación? ¿Por qué no va a poder expresarse en el lenguaje que nos es más
comprensible? El lenguaje de lo humano, hecho ternura y amor, hecho dolor y compromiso,
hecho justicia y estremecimiento. El lenguaje que pasa por la vida y la muerte (que no tiene la
última palabra). Eres la única palabra que Dios podría decir sin encadenarnos, pues de otra
manera nos habría convertido en esclavos, y nos habría obligado a creer y a adorar. Pero no.
No eres la Palabra impuesta de Dios, sino su propuesta para las vidas. Una ventana que nos
permite asomarnos a Dios. Un espejo que nos permite ver las posibilidades enormes escritas
en nuestra entraña. Pues eso.
JUZGAR
Sin duda, la mejor forma que tenemos para tener una visión acertada de alguien es conocerlo.
Acercarnos a su vida y descubrir cómo es desde nuestra propia experiencia. Quizá hay un
momento en el que es fundamental el testimonio de los demás, pero llega un momento en el
que el conocimiento de esta persona debe generar en nosotros una opinión personal,
independiente de lo que los demás puedan pensar.
Así ocurre también con Jesús. En un momento inicial nos acercamos a Él por el testimonio de
nuestros padres, familiares o amigos, o por otras variadas motivaciones, pero llega un
momento en el que esta aproximación a Él demanda una respuesta, que sólo será personal si
aprendemos a conocerlo. Si aprendemos a escucharlo, si lo acompañamos, si con Él
dialogamos.
En la Sagrada Escritura encontramos algunos rasgos de Jesús que nos enseñan a descubrirlo y
que generan en nosotros la respuesta a “quién es Jesús en mi vida”.
Jn 14, 1-7
No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay
muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya
y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también
vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino. Tomás le dice: Señor, no sabemos adónde vas,
¿cómo podemos saber el camino? Jesús le responde: yo soy el camino y la verdad y la vida.
Nadie va al Padre sino por mí.
Hoy en día, en mi vida ¿cómo se traduce que Jesús es el camino y la verdad y la vida?
Piensa en algo en concreto de tu vida y díselo a Jesús en la Oración.
146
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Jn 11, 25-26
Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y
el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?
Piensa en un hecho concreto en tu vida en el que para ti han cobrado fuerza estas
palabras de Jesús.
¿Cómo testimonias ante los demás que, para ti, Jesús es la Resurrección y la Vida?
Jn 8, 12
Jesús les habló de nuevo diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no camina en
tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
¿Es Jesús la Luz de tu vida? ¿Qué significa para ti? ¿A qué te compromete?
Jn 10, 11
Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas… Yo soy el Buen Pastor, que
conozco a las mías y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al
Padre; yo doy mi vida por las ovejas.
¿Qué significa que Jesús es el Pastor de tu vida? ¿en qué momentos te dejas guiar por
Él?
Jn 6, 35
Jesús les contestó: Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en
mí no tendrá sed jamás.
ACTUAR
Nos dice Santiago en una de sus cartas: “... muéstrame esa fe tuya sin las obras, y yo con mis
obras te mostraré la fe” (Sant 2, 18). En el camino del seguimiento de Cristo no basta conocer
a Jesús, sino que hay que vivirlo y testimoniarlo con nuestra propia vida de fe. Y de esta vida
los principales beneficiarios son los hermanos, y de manera especial, los pobres. Por ello, en
este momento hemos de pensar en cómo nuestro conocimiento y nuestra vida de Jesús nos
debe llevar a comprometernos con los demás. Pensemos en aquellas obras que nos puedan
llevar a mostrar nuestra fe.
Jesús es la resurrección y la vida. Esto suscita en la manera de vivir nuestra propia vida
147
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Jesús es la Luz del mundo. A nuestro alrededor hay muchos ambientes de tiniebla,
personas que viven como a oscuras. Pienso en un compromiso que me ayude a ser
portador de la luz de Cristo en medio de estos ambientes, o con estas personas.
Jesús es el pan de vida. Pienso en un compromiso que me ayude a vivir de manera más
plena la Eucaristía, donde Jesús se me ofrece como el Pan de la Vida.
Oración final
Padre, al terminar este retiro
queremos darte gracias, por todos los dones
con que hoy nos has enriquecido.
148
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Tema 9:
Objetivos:
Descubrir que la fe es un don de Dios que hemos de aceptar y cuidar en todo momento.
Descubrir que la Iglesia es instrumento de Cristo para nuestra salvación.
Clarificar e identificar qué es la Iglesia católica.
Ayudar a descubrir que los bautizados somos la Iglesia.
Descubrir nuestra pertenencia gozosa a la Iglesia católica que sirve y anuncia hoy el
Evangelio.
Presentar que no se puede ser cristiano por libre y sin estar unido a la comunidad
eclesial y a los medios de salvación que esta ha recibido de Jesucristo.
Desde el Catecismo:
CIC 91 - ¿Por qué transmitimos la fe?
CIC 76, 80-82, 85-87, 97, 100 - ¿Cómo sabemos qué es lo que pertenece a la verdadera
fe?
CIC 80-82, 85-87, 92, 100 - ¿Se puede equivocar la Iglesia en cuestiones de fe?
CIC 142-149 - ¿Cómo podemos responder a Dios cuando se dirige a nosotros?
CIC 153-165, 179-180, 183-184 - ¿Qué es la fe?
CIC 150-152 ¿Cómo funciona la fe?
CIC 159 ¿Hay contradicción entre la fe y la ciencia?
CIC 166-169, 181 - ¿Qué tiene que ver mi fe con la Iglesia?
CIC 748-757 - ¿Qué significa “Iglesia”?
CIC 758-781, 802-804 - ¿Para qué quiere Dios la Iglesia?
149
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Dios está ahí primero y me ama. Ésta es la razón segura sobre la que se asienta mi vida, y a
partir de la cual yo mismo puedo proyectarla). La fe es un don que brota de un encuentro que
nos sorprende y maravilla, de la experiencia de sentirse amado y elegido. Nos damos cuenta
de que es Dios quien está detrás de esa experiencia que nos desborda y confiamos en Él y en
las verdades que nos enseña para nuestra salvación. El testimonio de las maravillas que Dios
obra en otros es clave para descubrirlo presente en mi vida y es necesario llevarlo a todos los
rincones del mundo para que todos tengan la oportunidad de conocer al Dios de Jesucristo y
vivir una vida plena.
El misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado” (GS 22).
La fe es un acto personal, una respuesta libre del hombre a Dios que se revela, pero no es un
acto aislado. Nadie puede creer solo, como nadie puede vivir solo. Nadie se ha dado la fe a sí
mismo, como nadie se ha dado la vida a sí mismo. El creyente ha recibido la fe de otro y debe
transmitirla a otro. Creemos con toda la Iglesia y la fe está pensada para vivirla en comunidad.
Para poder vivir la fe adecuadamente debemos vencer el individualismo, que es un mal que
afecta tanto al mundo como a los creyentes. Desde pequeños nos entrenamos para ser los
mejores en algo y poder competir, y con facilidad llegamos a pensar que cada uno por nuestra
cuenta encontraremos más fácilmente la solución a los problemas, nuestra felicidad y la meta
de nuestra vida. Pero Dios no ha pensado una humanidad, ni mucho menos la Iglesia, como la
suma de individualidades. Dios nos sueña como:
150
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Dios nos quiso salvar y santificar no de manera individual y aislada, sino en conexión con otros,
constituyéndonos un pueblo, que le buscáramos en la verdad y le sirviéramos con una vida
santa. En grupo, en comunidad, en Iglesia podremos vivir la plenitud de la fe, crecer y madurar,
encontrar nuestra vocación y la misión que el Señor nos encomienda para que su Reino llegue
a todos los hombres.
¿Has tenido alguna vez la tentación de hacer, dentro de la Iglesia y fuera de ella, las cosas
por tu cuenta?
¿Recuerdas alguna experiencia en la que el grupo, la parroquia, la diócesis, te haya
ayudado a crecer, madurar y discernir lo que puedes hacer, tu vocación?
¿Y alguna experiencia en la que, gracias a la Iglesia, te hayas animado a anunciar a otros
tu fe?
Por poner un ejemplo, podemos decir que es como en la vida familiar; en familia a cada uno de
nosotros se nos fue dado todo lo que nos permite crecer, madurar, vivir. No se puede hacer
crecer solo, no se puede caminar solo, aislándose, sino que se camina y se crece en una
comunidad, en una familia. ¡Y lo mismo ocurre en la Iglesia! En la Iglesia podemos escuchar la
Palabra de Dios, con la seguridad de que es el mensaje que el Señor nos ha dado; en la Iglesia
podemos encontrar al Señor en los sacramentos que son las ventanas abiertas por donde se
nos da la luz de Dios, los arroyos de los cuales recogemos la vida misma de Dios; en la Iglesia
aprendemos a vivir la comunión, el amor que viene de Dios. Cada uno de nosotros puede
preguntarse hoy:
¿Cómo vivo en la Iglesia? Cuando voy a la iglesia, ¿es como si fuera al estadio, a un partido
151
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
La Iglesia es católica porque es la casa de todos. Todos son hijos de la Iglesia y todos están en
esta casa.
Segundo: la Iglesia es católica porque es universal, se extiende por todo el mundo y proclama
el Evangelio a todos los hombres y mujeres. La Iglesia no es un grupo de élite, no es solo para
unos pocos. La Iglesia no tiene límites, es enviada a todas las personas, a toda la humanidad. Y
la única Iglesia está presente incluso en las partes más pequeñas de la misma. Todo el mundo
puede decir: en mi parroquia está presente la Iglesia Católica, es parte de la Iglesia universal, y
también esta tiene la plenitud de los dones de Cristo, la fe, los sacramentos, el ministerio; está
en comunión con el obispo, con el papa y está abierta a todos, sin distinción. La Iglesia no está
solo a la sombra de nuestro campanario, sino que abarca una gran variedad de gente, de
pueblos que profesan la misma fe, se nutren de la misma Eucaristía, son atendidos por los
mismos pastores. ¡Sentirse en comunión con toda la Iglesia, con toda la comunidad católica
grande y pequeña de todo el mundo! ¡Esto es hermoso! Y luego sentir que todos estamos en
misión, pequeñas o grandes comunidades, todos tenemos que abrir nuestras puertas y salir
por el evangelio. Preguntémonos entonces:
¿Qué estoy haciendo para comunicar a los demás la alegría del encuentro con el Señor, la
alegría de pertenecer a la Iglesia?
Proclamar y dar testimonio de la fe no es una cuestión de unos pocos, tiene que ver también
conmigo, contigo, ¡con cada uno de nosotros!
Es una bella imagen que nos dice que la Iglesia es como una gran orquesta en la que hay
variedad. No todos somos iguales y no debemos ser todos iguales. Todos somos diversos,
diferentes, cada uno con sus propias cualidades. Y esa es la belleza de la Iglesia: cada uno trae
lo propio, lo que Dios le dio, para enriquecer a los demás. Y entre los que la componen hay esta
diversidad, pero es una diversidad que no entra en conflicto, no se opone; es una variedad que
se deja fundir en armonía por el Espíritu Santo; Él es el verdadero "Maestro", él mismo es
armonía. Y aquí nos preguntamos:
Si hay chismes no hay armonía, sino una lucha. Y esta no es la Iglesia. La Iglesia es la armonía
de todos: ¡nunca hablar mal entre sí, nunca pelear!
En la Iglesia aceptamos al uno y al otro, se acepta que exista una justa variedad, que esto sea
diferente, que aquello se piense de una forma u otra –incluso en la misma fe se puede pensar
de otra manera-- ¿o tendemos a estandarizar todo? Porque la uniformidad mata la vida. La vida
de la Iglesia es variedad, y cuando queremos imponer esta uniformidad sobre todos matamos
los dones del Espíritu Santo. Oremos al Espíritu Santo, que es el autor de esta unidad en la
variedad, de esta armonía, para que nos haga cada vez más "católicos", es decir, ¡en esta
Iglesia que es católica y universal!
152
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Hch 9, 1-19
Saulo, respirando todavía amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se
presentó al sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco,
autorizándolo a traerse encadenados a Jerusalén a los que descubriese que pertenecían
al Camino, hombres y mujeres. Mientras caminaba, cuando ya estaba cerca de
Damasco, de repente una luz celestial lo envolvió con su resplandor. Cayó a tierra y oyó
una voz que le decía: Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues? Dijo él: ¿Quién eres, Señor?
Respondió: Soy Jesús, a quien tú persigues. Pero levántate, entra en la ciudad, y allí se te
dirá lo que tienes que hacer. Sus compañeros de viaje se quedaron mudos de estupor,
porque oían la voz, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo, y, aunque tenía los
ojos abiertos, no veía nada. Lo llevaron de la mano hasta Damasco. Allí estuvo tres días
ciego, sin comer ni beber.
Salió Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y dijo: Hermano Saulo, el
Señor Jesús, que se te apareció cuando venías por el camino, me ha enviado para que
recobres la vista y seas lleno de Espíritu Santo. Inmediatamente se le cayeron de los ojos
una especie de escamas, y recobró la vista. Se levantó, y fue bautizado. Comió, y
recobró las fuerzas
153
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
VER
Intentar separar a Cristo de la Iglesia es no haber entendido el mensaje del Evangelio. Sin
duda, debemos trabajar cada día por purificar la Iglesia de los errores pasados y presentes, que
como realidad constituida por hombres, muchas veces la pueden ensombrecer. Pero la Iglesia,
con Cristo a la cabeza, no dejará de caminar nunca hacia la santidad vivida y testimoniada en
el hoy que nos ha tocado vivir, trabajando todos unidos por la construcción del Reino de Dios.
Cuando Jesús preguntó a Saulo ¿Por qué me persigues? descubrimos esta plena identificación
de Jesús con la Iglesia, pues la intención de Saulo no era perseguir a Dios, sino a aquellos que
propagaban aquella naciente y falsa doctrina.
Por tanto, ¿Cómo se puede explicar cuando alguien afirma: Creo en Jesús pero no creo en la
Iglesia?
Este divorcio, tan frecuente cuando hablamos de la Iglesia, manifiesta el intento de separar la
fe de la vida, como si una no influyera en la otra. Esta revisión de vida nos tiene que ayudar a
descubrir que nosotros somos parte activa de la Iglesia, que debemos aprender a amarla como
una madre que nos ayuda, que podemos aprovecharnos de la riqueza que Cristo ha puesto en
ella y que estamos llamados a mejorarla.
JUZGAR
Iluminados por estas citas de la palabra de Dios, y continuando en los grupos pequeños de
trabajo, cada grupo realizará un decálogo donde recoger las 10 características más
importantes sobre la Iglesia, y que penséis que os pueden ayudar a profundizar en vuestra
propia pertenencia alegre a la Iglesia, buscando, como decíamos antes, unificar la fe y la vida.
- Jesús fundó una sociedad con los doce apóstoles (Mt 10, 1-4)
- El que os recibe a vosotros, me recibe a mí (Mt 10, 40)
- El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza (Mt 13, 31-32)
- El reino de los cielos se parece e a la levadura (Mt 13, 33)
- Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia (…) Te daré las llaves del reino de
los cielos (Mt 16, 1-19)
- Todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo (Mt 18, 18)
- Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo (Mt 28, 18-20)
- Sabed que estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos (Mt 28, 21)
- Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación (Mc 16, 15-20)
- Un solo rebaño y un solo pastor (Jn 10, 16)
- No solo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos (Jn
17, 20-21)
- A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados (Jn 20, 21-23)
- Apacienta mis ovejas (Jn 21, 15-17)
- Primer Concilio de la Iglesia en Jerusalén (Hch 15, 1-30)
- A toda la tierra alcanza su pregón (Rom 10, 18)
- Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas (Ef 2, 20)
- Cristo amó a la Iglesia para santificarla y hacerla sin mancha ni arruga (Ef 5, 25-27)
- Este [el Evangelio] sigue dando fruto y propagándose por todo el mundo (Col 1, 6)
- Ahora me alegro de mis sufrimientos por vosotros; así completo en mi carne lo que falta
a los padecimientos de Cristo, en favor de su cuerpo que es la Iglesia (Col 1, 24)
- Cristo se entregó por nosotros para rescatarnos de toda iniquidad y purificar para sí un
pueblo de su propiedad, dedicado enteramente a las buenas obras (Tit 2, 14)
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
ACTUAR
Revisa la dimensión eclesial de tu proyecto de vida cristiana y modifica lo que veas necesario a
partir de lo que hayas sentido durante este tema.
ORACIÓN
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Tema 10:
LA IGLESIA, MISTERIO DE
COMUNIÓN Y MISIÓN
PARA PREPARAR LA REUNIÓN
Objetivos:
Clarificar cómo surge la Iglesia Católica.
Hacer un pequeño diagnóstico de cómo vivimos nuestra eclesialidad en la sociedad.
Descubrir las principales características de la Iglesia Católica.
Ayudar a que cada uno nos impliquemos en la Iglesia como miembro del Pueblo de Dios,
como parte del Cuerpo de Cristo y como piedra viva del Templo del Espíritu Santo.
Relacionar la misión que tenemos como Iglesia con la evangelización, la acogida y la
misericordia.
Profundizar en el sentido de la comunión en la Iglesia.
Jn 10, 1-15. Iglesia como puerta, como redil y como rebaño por el que el Buen Pastor ha
dado su vida.
Ef 1, 22; Col 1, 18; 1 P 2, 9. Pueblo de Dios
1Cor 3, 9; Mt 21, 33-43; Rm 11, 13-26. Iglesia como campo que Dios cuida, como viña
cuyo labrador es el Hijo de Dios.
Jn 15, 1-5. Iglesia como los sarmientos que están unidos a Cristo, Vid verdadera.
1 Cor 3, 9-11; Mt 21, 42. Iglesia como construcción o templo de Dios compuesta por
piedras vivas y que tiene en Cristo su piedra angular.
1 Cor 12, 12-31. La Iglesia como cuerpo cuya cabeza es Jesucristo y cuya alma vital es el
Espíritu Santo.
Hch 2, 42-47; 4, 32-37; Jn 13, 34-35. ¿Cómo vivían los primeros cristianos?
Jn 21, 15-24; Hch 6, 1-7, Ef 5, 21-33 ¿Cuáles son las vocaciones y servicios que
encontramos en la Iglesia?
Desde el Catecismo:
CIC 731-741, 747 ¿Qué sucedió en Pentecostés? ¿Qué hace el Espíritu Santo en la
Iglesia?
CIC 748-781, 802-804 – ¿Qué significa Iglesia? ¿Para qué quiere Dios la Iglesia?¿Cuál es
la misión de la Iglesia?
CIC 770-773, 779 – ¿Por qué la Iglesia es más que una institución?
CIC 781-786 – ¿Qué es lo que hace único al Pueblo de Dios?
157
Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
CIC 787-795 – ¿Qué quiere decir que la Iglesia es Cuerpo de Cristo? ¿Qué quiere decir
que la Iglesia es la esposa de Cristo?
CIC 797-801, 809 - ¿Qué quiere decir que la Iglesia es Templo del Espíritu Santo?
CIC 874-882, 936-937 - ¿Por qué la Iglesia no es una organización democrática? ¿Cuál es
la misión del Papa? ¿Pueden los obispos actuar y enseñar en contradicción con el Papa?
¿O el Papa contra los obispos? ¿Es realmente infalible el Papa?¿Cuál es la misión de los
obispos?
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1. La Iglesia en la sociedad.
A los cristianos a veces nos cuesta hablar de lo que
es la Iglesia Católica y presentar su belleza a los
demás. Muchos cristianos viven desvinculados de la
comunidad eclesial; a bastantes de los que
participan de la vida de la Iglesia les cuesta hablar
de ella, y también “defenderla” cuando se la ataca;
pero son más raros aún los que se sienten
afectivamente identificados con ella, la aman y
agradecen su servicio maternal. Cuando alguien nos
cuestiona o interroga sobre un tema eclesial,
rápidamente nos centramos en relatar la gran labor
social, educativa, de ayuda a los pobres o el
inmenso servicio de los misioneros en los países del
tercer mundo… pero no hablamos de lo que es la
Iglesia en sí misma y, por ello, muchas veces no
queda suficientemente claro que su labor es la
continuación del trabajo de Jesucristo, una
prolongación del Reinado de Dios que Él puso en
marcha y un anuncio de la Buena Noticia del amor
de Dios manifestado en Cristo Jesús.
Hoy en día, además, nos enfrentamos al reto de encontrarnos ante un gran pluralismo
religioso, lo que exige un cambio en el modo de vivir la fe y nuestra pertenencia a la Iglesia
Católica. A veces en la sociedad se tiende a meter todo lo religioso en el mismo saco, y
abundan los tópicos sobre la religión, identificándola con determinadas palabras o temas:
sexualidad, moral, poder…
Por eso en estos momentos es más necesario que nunca que los católicos cuidemos nuestro
conocimiento del Evangelio y de lo que es la Iglesia Católica para poder dar razón de nuestra
esperanza a quien nos la pida. Hemos de aprender a vivir de una manera única, diferente a los
demás, un modo de vida coherente y fiel al Evangelio para poder ser luz en el mundo. Hoy es
muy necesario que el ambiente que vivamos en las pequeñas comunidades y grupos cristianos
se parezca al de los cristianos de los primeros tiempos para que por nuestro amor mutuo se
conozca que somos discípulos del Señor:
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Echa un vistazo a los siguientes textos: Hch 2, 42-47; 4, 32-37. Señala los rasgos que
caracterizan a estas primeras comunidades.
Después piensa:
¿Qué vinculación tenemos con la comunidad eclesial? ¿Por qué crees que hay cristianos
desvinculados de la misma?
¿Has tenido alguna experiencia en la que hayas tenido que “defender” a la Iglesia? ¿Se
identifica con determinados tópicos? ¿Cómo te sientes cuando cuestionan a la Iglesia?
¿Cómo reaccionas en estas situaciones, te identificas con ella o tratas de separar la
"jerarquía" del resto?
¿Hemos sido luz alguna vez para alguien que no se siente Iglesia?
¿Conoces a alguien que "ama" a la Iglesia?
Haz una búsqueda en google de "Iglesia Católica", y observa qué noticias aparecen. ¿Qué
os llama la atención?
En los anteriores temas hemos visto cómo Dios Padre decidió libremente y por su bondad crear
a los hombres y hacerlos partícipes de su vida divina a la cual llama a todos en su Hijo. La
Iglesia es un instrumento que Dios Padre constituye para la salvación de los hombres. La
Iglesia es como la luna que no tiene luz propia, sino que refleja la luz de Jesucristo, Sol de
justicia, que la instituye en el tiempo y le da la misión de extender su Reino. Por tanto, somos
como una prolongación en el tiempo del mensaje de Salvación de Jesucristo. Nosotros, los
cristianos, también estamos encargados de llevar este mensaje al mundo, igual que han hecho
muchos antes que nosotros. De hecho, ya desde Pentecostés el Espíritu Santo construye la
Iglesia y la dirige comunicándole sus dones jerárquicos y carismáticos. El mismo Espíritu que
puede darnos la fuerza necesaria para testimoniar que somos cristianos y que formamos parte
de la Iglesia.
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todos seres vivientes para que se salvaran del diluvio. Pero Dios no se cansa de buscar al
hombre y elige a Abraham y al Pueblo de Israel como instrumento para que su salvación llegue
a todas las naciones. Esta historia de salvación va desarrollándose y el Santo Espíritu lo
impulsa todo para que en Jesucristo alcance su plenitud. Jesucristo comienza su ministerio
llamando a la conversión porque el Reino de Dios está cerca, pues, la Iglesia no es un fin en sí
misma, sino un instrumento fundado por Jesucristo e impulsado por el Santo Espíritu, para
continuar la obra comenzada por Cristo, y debe actuar como lo haría Jesús.
¿Te sientes partícipe de estar continuando la obra comenzada por Cristo? Explica en qué
momento has tenido esta experiencia.
“El misterio de la santa Iglesia se manifiesta en su fundación. Pues nuestro Señor Jesús dio
comienzo a la Iglesia predicando la buena nueva, es decir, la llegada del reino de Dios
prometido desde siglos en la Escritura: «Porque el tiempo está cumplido, y se acercó el reino
de Dios» (Mc 1,15; cf. Mt 4,17)”. Lumen Gentium, nº5
3. Un autorretrato de la Iglesia
¿Alguna vez has reflexionado sobre tí mismo, sobre quién
eres y por qué eres así? Pues la Iglesia también reflexiona
sobre sí misma: se pregunta quién es, cómo ha nacido y a
dónde la conduce su esperanza. Estas son algunas
características que la Iglesia ha reconocido de sí misma:
Piensa en algún hecho concreto en el que hayas visto cómo la Iglesia puede contribuir a la
"unidad de todo el género humano".
Piensa en algún hecho en el que veas la necesidad de conversión y renovación en el seno
de la Iglesia. ¿Cómo podemos contribuir a esto?
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Resumiendo...
La pertenencia a la Iglesia Católica no es una teoría o algo abstracto. La Iglesia se hace carne
en cada lugar. Preguntémosle a personas concretas de nuestra comunidad parroquial que
puedan contarnos lo que la Iglesia es para ellos y lo que supone en su vida saberse cuidados
por su maternal atención. ¡No os perdáis esta oportunidad!
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"¡La Iglesia os mira con confianza, y espera que seáis el pueblo de las bienaventuranzas!".
"Ahora más que nunca es urgente que seáis los "centinelas de la mañana", los vigías que
anuncian la luz del alba y la nueva primavera del Evangelio, de la que ya se ven los brotes.
La humanidad tiene necesidad imperiosa del testimonio de jóvenes libres y valientes, que se
atrevan a caminar contra corriente y a proclamar con fuerza y entusiasmo la propia fe en
Dios, Señor y Salvador."
Mensaje del Santo Padre Juan Pablo II para la XVIII Jornada Mundial de la Juventud. 25 de
julio 2002.
Ver
S. Juan Pablo II amó a la Iglesia hasta el final; 27 años duró su pontificado. En todo ese tiempo
conoció muy bien la Iglesia. Nosotros vamos a intentar conocerla un poco mejor.
¿Qué aspectos conoces de la labor que realiza la Iglesia Católica? ¿Qué es para ti la Iglesia
Católica?
También podríamos compartir cuál ha sido nuestra experiencia de la Iglesia Católica. Para
ayudar al diálogo, podemos completar personalmente las siguientes frases:
Juzgar
Es el momento de analizar los hechos de la realidad a la luz de la fe y de la vida, del mensaje
de Jesús y de su Iglesia, para descubrir lo que está ayudando o impidiendo a las personas
alcanzar ser fieles al proyecto de Dios y alcanzar su plenitud. Es el momento de preguntarse
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qué dicen la Palabra de Dios y los documentos de la Iglesia y dejar que iluminen el ser y el
obrar de la Iglesia, y nos ayuden a encontrar nuestro lugar en ella.
En un primer momento podríamos releer los números indicados (CIC 748-781, 802-804), al
principio, del Catecismo, para saber lo qué es la Iglesia y analizar si los hechos que hemos
contemplado en el ver se ajustan a lo que verdaderamente es la Iglesia.
No se ama lo que no se conoce, por ello, en un segundo momento, deberíamos juzgar con
conocimiento. Para saber lo que la Iglesia Católica hace en España nos puede ayudar la
página web “Por tantos”. Si tenemos oportunidad, informémonos visitando esta web.
Actuar
Es el momento de concretar en una acción transformadora. Una vez que hemos visto y juzgado
a la luz del plan de Dios ahora debemos concretar nuestra reflexión en un compromiso para
que la Iglesia mejore con nuestra ayuda.
¿A qué nos llama Dios a actuar para que la Luz de Jesucristo se refleje hoy mejor en la
Iglesia?
¿Qué vamos a hacer para “tomar parte en las duras tareas del Evangelio” (2 Tim 1,8b)?
¿Qué vamos a hacer para transformar la realidad eclesial según el Plan de Dios?
¿Qué puedo hacer yo para que mi amor a la Iglesia crezca? ¿Qué puedo aportar para que
este Pueblo de Dios funcione mejor?
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ORACIÓN
Nos ponemos en presencia de Dios:
1 Pedro 2, 1-10:
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Amén.
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Ver y analizar
Nos interpela
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Tema 11:
Objetivos:
Desde el Catecismo:
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En esta primera parte del tema vamos a intentar reflexionar sobre las distintas cualidades que,
en el Evangelio, podemos encontrar sobre la Virgen María. Para ello podemos comenzar
preguntándonos sobre las cualidades y virtudes de nuestras propias madres.
Cuando pensamos en una madre aparecen muchas cosas en nuestra cabeza, pero la primera
de ellas es la ternura; el cariño de una madre es inigualable al de otra persona, ella nos ha
llevado en su seno, nos ha sentido y somos parte de su ser. Nadie como ella reconoce en
nosotros la alegría o tristeza, la preocupación, los deseos…
Hoy te invitamos a que pienses en esas cosas que valoras en una madre, te damos algunas
pistas:
Piensa en cuáles de estas virtudes u otras valoras más en tu madre y por qué. Y, tras
pensar en tu propia madre, ¿cuáles de estas cosas reconoces en María, la Madre de Jesús?
Cualquier hijo quiere conocer cosas de su madre: cómo es, qué le gusta, cómo vive, cuánto me
quiere. No se puede concebir un cristiano que no desee saber quién es María su madre. Por eso
en este rato vamos a profundizar y a adentrarnos en su Corazón de Madre, conocer sus
sentimientos y acercarnos a ella.
María dice pocas palabras en el evangelio, pero nos revela cómo es su corazón de madre.
1. Madre del sí: “Aquí está la esclava del Señor” (Lc 1, 38)
María es llamada a una misión: ser la Madre de Jesús. María es la mujer siempre atenta a la
voz de Dios, a sus llamadas, y no sólo eso sino que su alegría está en responder con
generosidad, sin poner impedimentos, sin miedo.
María es la madre de Jesús, de Dios, y está llamada a cuidarle, a enseñarle a amar, a animarle
en sus dificultades, a buscar siempre la Voluntad de su Padre.
Ella también nos ayuda a nosotros que somos sus hijos a escuchar a Dios, a responder con
alegría a lo que nos vaya pidiendo en cada momento y lo más importante: es la encargada de
llevarnos a su Hijo, el único que puede salvarnos y darnos la felicidad plena.
María nos ayuda a no caer en la tentación de la pereza, de la tibieza, del abandono de Dios,
sino que nos invita con su vida a confiar como ella hizo; nos ayuda a ser fuertes ante las
dificultades porque Dios nunca nos abandona; a decir “sí” a la voluntad de Dios siempre y así
ser capaces de asumir compromisos y vivir con responsabilidad; a entregarnos de manera
desinteresada por los demás, sin esperar nada a cambio; a tener paciencia, constancia y
alegría porque Dios está con nosotros.
“María como buena madre nos educa a ser, como Ella, capaces de tomar decisiones definitivas,
con aquella libertad plena con la que respondió “sí” al plan de Dios para su vida (cfr. Lc 1, 38).
Queridos hermanos y hermanas, ¡qué difícil es, en nuestro tiempo, tomar decisiones definitivas!
Nos seduce lo provisorio. Somos víctimas de una tendencia que nos empuja a lo efímero… ¡como
si deseáramos permanecer adolescentes para toda la vida! ¡No tengamos miedo de los
compromisos definitivos, de los compromisos que involucran y abarcan toda la vida! ¡De esta
manera, nuestra vida será fecunda! Y ¡esto es libertad! Tener el coraje de tomar decisiones con
grandeza”. (Papa Francisco)
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¿Experimento en mi vida esta cercanía con María? ¿Acudo a ella para acercarme a Dios?
“Volvamos a casa con el Magníficat en el corazón. Llevemos con nosotros los mismos
sentimientos de alabanza y de acción de gracias de María hacia el Señor, su fe y su esperanza.
Su dócil abandono en las manos de la Providencia. En efecto, solamente acogiendo el amor de
Dios y haciendo de nuestra existencia un servicio desinteresado y generoso al prójimo,
podremos elevar con alegría un canto de alabanza al Señor”. (Papa Benedicto XVI)
¿Vivo mi vida como una alabanza a Dios o por el contrario vivo en una queja constante?
¿Soy capaz de reconocer lo que Dios hace en mi vida?
Es la Madre de la espera, ella nos enseña que para llegar a Dios, hace falta la oración, guardar
en el corazón y meditar los acontecimientos de la vida que nos van sucediendo para
interpretarlos, escuchar la Palabra que nos interpela y esperar el momento en el que se nos
revela lo que Dios quiere regalarnos.
También María es la mujer que se deja sorprender por Dios. Se sorprende ante sus hechos y
palabras. Esto demuestra su fina sensibilidad. María invita a recuperar esa capacidad de
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“La maternidad es también memoria. María hacía "memoria" de todas esas cosas en
su corazón. Memoria no tanto de sí misma, cuanto del hijo, sobre todo de los
primeros años de su vida en que dependía totalmente de ella. Memoria que
agradece a Dios el don inapreciable del hijo”. (Papa Francisco)
¿Te cuesta esperar que Dios obre? ¿Haces juicios antes de tiempo o vives con la
tranquilidad de estar en manos de Dios?
Ella es la discípula perfecta, la que sabe negarse a sí misma, coger la cruz y seguir a su Hijo
hasta el final, y no tiene miedo, ella es la Madre que sufre por amor. Aquel en quien se cumple
la promesa de la salvación es también "signo de contradicción", objeto de acogida y de rechazo
por parte de Israel. Y esto repercutirá en María: "A ti misma una espada te atravesará el
corazón".
María nos enseña que no debemos tener miedo a dejarnos traspasar por el Amor, que debemos
arriesgarnos a ser heridos, porque solo de ese modo podemos llevar también ese Amor a todos
los que nos rodean.
“La mamá ayuda a los hijos a mirar con realismo los problemas de la vida y a no perderse en
ellos, sino a afrontarlos con valentía, a no ser débiles, y saberlos superar, en un sano equilibrio
que una madre “siente” entre las áreas de seguridad y las zonas de riesgo. Y esto una madre
sabe hacerlo.
Es una madre que lleva al hijo no siempre sobre el camino “seguro”, porque de esta manera no
puede crecer. Pero tampoco solamente sobre el riesgo, porque es peligroso. Una madre sabe
equilibrar estas cosas. Una vida sin retos no existe y un chico o una chica que no sepa
afrontarlos poniéndose en juego ¡no tiene columna vertebral!”. (Papa Francisco)
¿Tengo miedo de seguir a Cristo? ¿Me arriesgo en la vida para llevar el amor de Dios?
Cuando el Niño explica sus motivos María, aunque no entiende, acoge y comprende. María es
la Madre del diálogo y de la comprensión para todos sus hijos.
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Encontrándolo a Él, junto con Él, podemos sentir que está con
nosotros “en las cosas del Padre”, buscando a los que se
pierden, sanando a los enfermos, perdonando a los pecadores,
evangelizando a los pobres…
“El buen pastor, el buen cristiano sale, está siempre en salida: está en salida de sí mismo, está
en salida hacia Dios, en la oración, en la adoración; está en salida hacia los otros para llevar el
mensaje de salvación”. (Papa Francisco)
¿Estoy dispuesto a salir en busca de Jesús como hace María? ¿Deseo ayudar a otros a
encontrarlo? ¿Cómo reacciono cuando me corrigen?
María nunca deja de escuchar las súplicas de sus hijos, y ella siempre presenta los sufrimientos
y peticiones que le llegan. María nuestra Madre nunca niega nada a aquel que con fe pide
hacer la Voluntad de Dios. María sabe por experiencia que para Dios nada hay imposible, por
eso, sin temor, pide.
María es la prueba del infinito amor de Dios por nosotros: Dios la coloca a Ella para
defendernos, sabiendo que de este modo tendremos muchas más oportunidades de salvarnos,
contando con la Abogada más amorosa y misericordiosa que pueda jamás haber existido.
¿Somos realmente conscientes del regalo que nos hace Dios al darnos una Madre como Ella?
“Un cristiano, sin la Virgen, está huérfano. También un cristiano sin Iglesia es un huérfano. Un
cristiano necesita de estas dos mujeres, dos mujeres madres, dos mujeres vírgenes: La Iglesia
y la Madre de Dios” (Papa Francisco)
¿Me acerco a María y le confío mis preocupaciones y necesidades? ¿Siento que María
puede interceder ante Dios por mí?
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Y esa obediencia es la que nos enseña como Madre: “Haced lo que Él os diga”, María siempre
nos invita a la escucha de la Palabra de Dios y a poner por obra lo que oímos con diligencia, es
decir, a ser verdaderos discípulos de su Hijo. Y nos invita a la obediencia porque sabe por su
propia experiencia que obedeciendo no nos equivocamos, que haciendo lo que nos diga somos
felices, vivimos en paz y con alegría.
“Hoy, con esta obediencia, con este abajarse a sí mismo, humillarse, de Jesús, esa promesa
se convierte en esperanza. Y el Pueblo de Dios camina con esperanza cierta. También la
Madre, ‘la nueva Eva’, como el mismo Pablo la llama, participa de este camino del Hijo:
aprendió, sufrió y obedeció. Y se convierte en Madre”. (Papa Francisco)
¿Buscas obedecer o más bien buscas hacer lo que te apetece? ¿Deseas ser como María y
estar siempre disponible para lo que Dios quiera de ti? ¿Aunque suponga salir de tus
seguridades?
María ha vivido muchos momentos no fáciles en su vida, desde el nacimiento de Jesús, cuando
“no había lugar para ellos en el albergue”, hasta el Calvario. Y como una buena madre está
cerca de nosotros, para que nunca perdamos el valor ante las adversidades de la vida, ante
nuestra debilidad, ante nuestros pecados: nos da fuerza, nos muestra el camino de su Hijo.
“Jesús, en la cruz, le dice a María, indicando a Juan: “¡Mujer, aquí tienes a tu hijo!” y a Juan:
“Aquí tienes a tu madre”(cfr. Jn 19, 26-27). En este discípulo todos estamos representados: el
Señor nos confía en las manos llenas de amor y de ternura de la Madre, para que sintamos que
nos sostiene al afrontar y vencer las dificultades de nuestro camino humano y cristiano. A no
tener miedo de las dificultades. A afrontarlas con la ayuda de la madre”. (Papa Francisco)
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“¡Qué bueno es Dios que nos ofrece el Corazón de María como si fuese el suyo!”.
“Es tan hermoso y consolador el cariño a la Virgen, que dan pena los que no la conocen, los que no la
quieren, aunque no sea más que un poco. ¿Dónde se halla el cristiano, por tibio que sea, que no se
acuerde en algún momento de su vida de la Virgen María? Todos…todos llevamos dentro algo que
después de Dios sólo María puede comprender y puede consolar…; ese algo es necesidad humana, es
cariño, es a veces dolor…, ese algo que Dios busca en nuestras almas, y que las criaturas no pueden
llenar para que así busquemos a María… María que fue Esposa, que fue Madre, que fue Mujer…Creo
que todo lo que en la Señora pongamos lo recibe Jesús ampliado… Yo creo que al amar a María
amamos a Dios, y que a Él no se le quita nada, sino todo lo contrario.
Rafael fue un joven que entregó su vida al Señor en la Trapa y un amante de la Virgen María.
Sintió por ella una devoción especial desde el día que fue ofrecido por sus padres a la Patrona
de la Hispanidad. Todos los escritos de San Rafael están salpicados con chispitas de amor
ardiente, intenso, tiernísimo, a la Virgen María.
Rafael Arnaiz Barón nació el 9 de Abril de 1911 en Burgos (España), donde también fue
bautizado y recibió la confirmación. Allí mismo inició los estudios en el colegio de los PP.
Jesuitas, recibiendo por primera vez la Eucaristía en 1919.
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VER
San Rafael Arnaiz vivió siempre de la mano de María y a pesar de las dificultades de salud y las
salidas del Monasterio, nunca dudó del amor de Dios. Él aprendió de María a fiarse de Dios en
los momentos de dificultad, en los momentos en los que no se entiende nada de lo que sucede
alrededor, hasta quedarse con una única seguridad: “Sólo Dios”.
Piensa y comparte con el grupo un hecho concreto que hayas vivido donde tú u otra
persona haya sentido la presencia de María en sus vidas. Un hecho de vida puede ser
alguno de los momentos en los que haya sentido miedo, inseguridad, debilidad, y cómo el
apoyo y el ejemplo de nuestra madre la Virgen María me han dado esperanza.
¿Qué crees que viven las personas que tienen una especial devoción a la virgen María?
¿Crees que es posible vivir una vida de sencillez y de santidad como la de María?
Te proponemos ahora escuchar las palabras del Papa Francisco. Él nos presenta en el siguiente
vídeo algunos personajes del evangelio; el último al que se refiere es María, la mujer que da
vida y ternura.
JUZGAR
Desde el Evangelio:
Lee los textos que os proponemos al principio del tema y reflexiona en grupo:
María es la Madre que confía siempre y a pesar de las dificultades que encuentra en su
vida, ¿qué crees que le hace a María confiar en Dios?
María es la mujer obediente, ¿a quién obedece María? ¿En qué pasaje del evangelio ves
que María es obediente y por qué?
María es una mujer disponible en todo momento, no le importa que Dios le cambie sus
planes y siempre está a su disposición, responde con generosidad y rápidamente. ¿Puedes
señalar en qué momentos de su vida ves que practica la caridad y disponibilidad con Dios
y con los demás?
ACTUAR
Después de esta profunda reflexión ha llegado el momento para el compromiso. Son muchas
las cosas que han ido saliendo, muchas las preguntas que se han ido contestando, y muchas
las invitaciones a vivir la vida de la mano de María, que es quien nos la ha dado y nos la da
cada día.
Es importante que revisemos cómo es nuestra relación con la Madre de Dios y Madre nuestra,
si la trato con cercanía y afecto, cómo es mi devoción, en qué medida es para mí modelo de
vida cristiana. Puedes comprometerte a rezar el Rosario para conocer más a María, para poder
contemplar como ella los Misterios de Jesús.
Como grupo podemos preparar o colaborar en algún acto mariano en nuestra parroquia o
diócesis, con el objetivo de profundizar en nuestra relación con la Virgen. Igualmente es bueno
ofrecerse para revitalizar actos marianos que ya existen, como romerías o el rezo del rosario,
desde la parroquia.
Ahora es el momento de pensar en hacer ese proyecto de vida incluyendo a María en él. Mira
que llamadas te ha ido haciendo Dios a lo largo de este tema. Párate a pensar si necesitas
reafirmarte en alguno, modificarlo, o si necesitas agregar otro nuevo.
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
ORACIÓN
Durante todo este tema hemos profundizado sobre las
características y virtudes de María. Algo fundamental para todo
cristiano es acercarnos a ella como intercesora nuestra ante
Dios. Por ello es bueno que también vayamos incorporando a la
Virgen María en nuestras oraciones. Ella, modelo de mujer
creyente y fiel, es la que también nos ayuda a vivir todos esos
valores necesarios para seguir a Jesús. Pero también es nuestra
madre, intercesora nuestra ante el Padre, y quien, con cariño de
Madre, nos orienta en cada momentos a “hacer lo que Él nos
diga” (Jn 2, 5). Para acercarnos de esta manera a María
proponemos que esta sesión del Orar y Celebrar, la hagamos en
torno a la oración mariana que más significado tiene para los
cristianos, el Santo Rosario. Son muchas las personas, jóvenes y
mayores, que diariamente rezan el rosario, gustemos nosotros
también de esta oración e integrémosla en nuestro proceso de fe.
SANTO ROSARIO
Puede ser que alguno de nosotros no estemos muy habituados a rezar el Rosario, hoy vamos a
hacerlo de forma más dinámica y con algún gesto que nos ayude a comprender el significado
de cada misterio.
Os invitamos a orar a María como lo ha hecho la Iglesia durante siglos, y es con el rezo del
Rosario. A veces podemos considerarla una oración repetitiva y rutinaria que no nos aporta
nada, pero la clave está en disponernos para meternos en el corazón de María y sentir lo que
ella sentiría contemplando los Misterios de su Hijo, y mediante la repetición del Ave María, la
oración de nuestros labios pase a nuestro corazón. Os aseguramos que os dará paz y alegría.
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Hay momentos en que Dios nos pide a cada uno algo especial.
Espera un “Sí”, de nosotros, como lo hizo la Virgen María. A ella le
pide que sea la Madre de Jesús ¿Qué nos está pidiendo hoy a cada
uno de nosotros?
Signo o gesto: vamos a rezar las primeras tres aves Marías con una postura inclinada hasta el
suelo o con la cabeza inclinada, en señal de disponibilidad a lo que Dios quiere de cada uno de
nosotros.
(Se puede dejar un momento para que en grupos compartamos aquellas cosas buenas que ha
hecho Dios en la vida de cada uno).
Signo o gesto: Vamos a rezar la primera avemaría contemplando un lugar determinado (cielo,
montaña, puesta del sol...) y con las manos en posición de alabanza.
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Lector: Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Este está puesto
para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de
contradicción -¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! - a fin de
que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.»
Signo o gesto: rezamos este misterio pidiendo por los cristianos que son perseguidos en todo el
mundo con la mano en el corazón.
IV. CUARTO MISTERIO: La venida del Espíritu Santo sobre María y los Apóstoles.
El Espíritu Santo llega con todo su poder y entra en los corazones abiertos
a su gracia. En este día, mientras rezamos este misterio, digámosle a
Dios Espíritu Santo que entre a lo más profundo de nuestro corazón y lo
transforme en un corazón semejante al de Cristo Jesús.
Signo o gesto: vamos a rezar este misterio por grupos de seis personas en
círculo en señal de unidad.
Lector: “Una gran señal apareció en el cielo, una mujer, vestida de sol,
con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.
Estaba encinta. Y apareció otra señal en el cielo: un gran dragón rojo,
con siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas, siete diademas
(...) El Dragón se detuvo delante de la mujer que iba a dar luz, para
devorar a su Hijo en cuanto diera a luz. La mujer dio a luz un Hijo varón,
el que ha de regir a todas las naciones con cetro de hierro; y su Hijo fue
arrebatado hasta Dios, hasta su Trono” (Ap. 12, 1-5)
Para terminar el Rosario nos reunimos como Asamblea para concluir con las oraciones finales
marianas y con el canto final a María.
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
LETANÍAS
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
¡Madre, ayuda nuestra fe! Abre nuestro oído a la Palabra, para que
reconozcamos la voz de Dios y su llamada.
Aviva en nosotros el deseo de seguir sus pasos, saliendo de nuestra tierra y
confiando en su promesa. Ayúdanos a dejarnos tocar por su amor, para que
podamos tocarlo en la fe.
Ayúdanos a fiarnos plenamente de él, a creer en su amor, sobre todo en los
momentos de tribulación y de cruz, cuando nuestra fe es llamada a crecer y
a madurar. Siembra en nuestra fe la alegría del Resucitado.
Recuérdanos que quien cree no está nunca solo. Enséñanos a mirar con los
ojos de Jesús, para que él sea luz en nuestro camino.
Y que esta luz de la fe crezca continuamente en nosotros, hasta que llegue
el día sin ocaso, que es el mismo Cristo, tu Hijo, nuestro Señor».
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Celebración
CON CRISTO EN LA IGLESIA
PARA PREPARAR LA REUNIÓN
Con esta celebración llegamos al final del primer bloque de este itinerario de fe. Es un
buen momento para, por un lado, entonar nuestra acción de gracias por lo vivido juntos
y, por otro, renovar nuestra ilusión y ánimo de cara a seguir profundizando juntos los
siguientes bloques del proceso.
CELEBRACIÓN
Introducción:
A lo largo de este curso hemos comenzado, como grupo de parroquial, como equipo de vida, la
aventura apasionante de seguir a Jesús. Son muchos los momentos que hemos compartido y
en los que hemos sentido cercana la presencia del Señor, pero también la de los hermanos, la
de cada uno de nosotros que nos hemos escuchado, alentado y animado en cada situación
concreta.
Hoy nos ponemos en presencia de Dios y damos gracias por todos estos pasos que nos ha
permitido dar para ser testigos suyo en medio del mundo. Descubrimos a Dios en nuestra vida.
Pensamos y miramos nuestro pasado, nuestro presente, miramos al futuro, y en todo momento
queremos caminar junto a Él.
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Reflexión:
Dios quiere nuestra felicidad y nos muestra el camino para encontrarla. El deseo de felicidad
que todos llevamos dentro es la huella de Dios en nuestra alma, que genera en nosotros el
deseo de buscarlo. Por eso necesitamos de Dios, necesitamos de su presencia en nuestra vida
para ser felices. Desde la creación hasta la venida de Jesucristo, Dios nos ha querido mostrar el
camino que conduce a la felicidad y a la vida; hemos de escucharle, fiarnos de lo que nos dice
y ponerlo por obra. El resultado es la felicidad junto a Dios.
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
«El cristiano de la Iglesia recibe la Palabra de Dios, que contiene las enseñanzas de la ley de
Cristo (cf. Gál 6,2). De la Iglesia recibe la gracia de los sacramentos que le sostienen en el
camino. De la Iglesia aprende el camino de la santidad... (CCE 2030)
Palabra de Dios
Jesús nos enseñó muchas cosas sobre cómo debíamos comportarnos con respecto a Dios y al
prójimo, y las resumió de este modo:
«El mandamiento más importante es este: Escucha Israel, el Señor, nuestro Dios es el
único Señor. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu
mente y con todas tus fuerzas. El segundo es este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
No hay otro mandamiento más importante.» (Mc 12,30-31)
Y antes de morir dejó a sus discípulos este otro mandamiento: el mandato nuevo del amor:
«Os doy un mandamiento nuevo: Amaos los unos a los otros. Como yo os he amado, así
también amaos los unos a los otros.» (Jn 13,34)
Nos dice el Señor que “donde dos o tres está reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
ellos” (Mt 18, 20), así que este momento de oración demos gracias a Dios por su presencia en
nuestra vida.
Te damos gracias, Señor Jesús, porque cada día nos enseñas que nuestra felicidad pasa
por responder al amor tan grande que nos tienes, amándote a ti en nuestros hermanos.
Gracias porque has dado tu vida para que tengamos un corazón nuevo.
Te damos gracias, Espíritu Santo, pues derramas tus dones sobre todos nosotros y nos
llenas con tu fuerza para poder hacer el bien y rechazar el mal cada día.
Te damos gracias, Dios, Padre bueno, por la Iglesia, que en ella nos alimentas con tu
Palabra y nos haces participe de tu presencia, mediante los sacramentos,
comunicándonos la gracia divina, que nos permite obrar según lo que tu esperas de
nosotros.
Te damos gracias… (dejamos un momento por si alguno de nosotros quiere dar gracias
a Dios por algo en concreto)
Durante todo este bloque del itinerario hemos ido descubriendo que profundizar y vivir nuestra
fe no es algo pasivo, algo que podemos hacer sin poner toda nuestra vida en movimiento.
Jesús nos impulsa cada día a comprometernos con Él, con el mundo y con nosotros mismos.
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Itinerario Básico de Formación Cristiana de Adultos
Oración final
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