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Tomo II

La Nueva Toráh:
El Camino
de Yeshua
Por Ben Escalante
1
Tomo II
La Nueva Toráh: El Camino de Yeshua
Por Benjamín Escalante Cruz

© Copyright 2017 por Benjamín Escalante Cruz


Todos los Derechos Reservados

No se autoriza la copia ni la reproducción ni el alquiler ni el préstamo público ni la venta


ni la donación ni la publicación ni la distribución de este libro ni de su contenido sin
permiso previo por escrito del autor. Para cualquier cosa, favor de comunicarse con el
autor a:

beninstituto@gmail.com
¡Muchas Bendiciones!

La mayoría de las citas bíblicas fueron tomadas de la Biblia Textual, 3ra. Edición,
a menos que se especifique lo contrario.

Portland, Oregon
E. U. A.
Verano 2017

2
TABLA DE CONTENIDO
PRÓLOGO……………………………………………………………………………………….5
INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………………..6
SECCIÓN I. PROPÓSITO, ESTRUCTURA Y FUNCIONES DE LA ANTIGUA TORÁH
Lección 1. El Propósito de la Antigua Toráh …………………….......................................8
Cuestionario 1………………………………………………………………….......................18
Lección 2. Un Bosquejo Estructural de la Antigua Toráh ………………………………...19
Cuestionario 2………………………………………………………………….......................29
Lección 3. Las Funciones de la Antigua Toráh ……………………………………………30
Cuestionario 3………………………………………………………………………………….40
SECCIÓN II. LA REDEFINICIÓN DE LA NUEVA TORÁH: EL CAMINO DE YESHUA
Nota Introductoria a la Segunda Sección…………………………………………………...41
Lección 4. La Era Mesiánica Presente y la Nueva Ley ………………………………...…46
Cuestionario 4………………………………………………………………………………….53
Lección 5. La Nueva Ley Según El Camino: El Mesianismo Primitivo….……………….55
Cuestionario 5………………………………………………………………………………….67
Lección 6. La Nueva Ley Según el Judaísmo Ortodoxo Talmúdico……………………..69
Cuestionario 6……………………………………………………………………………….....85
Lección 7. La Nueva Ley de Yeshua Para el Cristianismo Gentil.……..………………...87
Cuestionario 7………………………………………………………………………………...105
CONCLUSIÓN………………………………………………………………………………..107
EPÍLOGO……………………………………………………………………………………..110
GRÁFICA DEL PACTO ETERNO DE LA PROMESA HECHA A ABRAHAM……….114
ANEXO I………………………………………………………………………………………115
ANEXO II……………………………………………………………………………………...129
BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………………134
ACERCA DEL AUTOR……………………………………………………………………...137
RECONOCIMIENTOS……………………………………………………………………….138

3
4
PRÓLOGO

Dicen que las segundas partes no son buenas y es cierto en este caso. Este segundo
tomo, LA NUEVA TORÁH: EL CAMINO DE YESHUA, que ha sido escrito por nuestro
amado hermano Ben Escalante, NO es bueno, es MUY bueno. Algo que hay que
destacar es el mensaje Cristo-céntrico del libro. Me han encantado las explicaciones
que nuestro hermano nos da acerca de las distintas secciones de la Antigua Toráh, de
los símbolos y de las sombras que nos señalan hacia una realidad superior y hacia una
persona extraordinaria: nuestro amado YESHUA = JESÚS.
Leer este segundo libro es como darse un paseo por toda la Biblia y verla con otros
ojos. Es contemplar todo desde una nueva perspectiva entendiendo lo que Dios
siempre ha querido, no solamente para el pueblo de Israel, sino también para los
gentiles.
En muchos libros se nos habla de la Iglesia Primitiva como que ella era una Iglesia
perfecta, sin embargo, nuestro hermano Ben nos presenta la Iglesia Primitiva real y
auténtica, una Iglesia con debilidades en una época dura, en una época de transición.
Una Iglesia, en un inicio dividida, que tuvo que crecer y madurar siendo enseñada y
dirigida por el mismo Espíritu Santo en todo su desarrollo espiritual.
He disfrutado mucho leyendo este libro. Hay muy pocos libros como éste, espero que
usted, querido lector, pueda también disfrutar de su lectura.
Termino con una frase que me ha encantado (de las muchas que lo han hecho):
“La Gracia de Dios NO es una licencia para pecar, es una licencia para creer en
Yeshua y para amar a los demás”.
Muchas gracias querido amigo y hermano por esta contribución TAN IMPORTANTE
que estás haciendo (especialmente en estos días) a la Iglesia del Dios Vivo.

Juan J. Fernández Granados


Fundador del Ministerio “Luz a las Naciones”

5
www.ministerioluzalasnaciones.com

INTRODUCCIÓN AL TOMO II
El título de este segundo tomo, que también está diseñado como una guía-manual de
estudio, es La Nueva Toráh: El Camino de Yeshua. Recomiendo que el lector lea
primeramente el Tomo I antes de entrar a la lectura de éste que es el Tomo II. Eso
ayudará profundamente a su comprensión de los temas que trataré en este segundo
libro, el cual funcionará como una amplificación y profundización de los asuntos
tratados en el primer libro.
En mi primer tomo, Una Introducción a la Toráh del Mesías, elaboré paso a paso cómo
la Ley (Legislación) del Nuevo Pacto, la Nueva Ley Mesiánica que hoy está vigente
para todos los discípulos del Mesías Yeshua (Jesús), es la máxima autoridad para
nosotros tanto en asuntos de fe como en asuntos de práctica o ética.1 Y que ésta
Nueva Ley (Legislación) Mesiánica tiene sólo 2 mandamientos explícitos: (1) Creer en
Yeshua (Yojanán/Juan 14:1) y amarnos unos a otros como Él nos amó (Yojanán/Juan
15:12).2
También elaboré sobre cuál es el pacto bíblico que hoy está vigente para los discípulos
de Yeshua, el cual Él mismo estableció durante Su ministerio terrenal en Su primera
venida. Este pacto es el que actualmente conocemos como el Nuevo Pacto cuya única
señal vigente hoy es la Cena del Señor.3
Finalmente, cubrí de manera general, el desenvolvimiento histórico progresivo de la
revelación de la Ley Divina contenida en los libros inspirados a través de las diferentes
épocas referidas en la Biblia, hasta el día de hoy.
Este segundo tomo estará divido en dos secciones, las cuales contarán en total con 7
lecciones y sus cuestionarios correspondientes:
La primera sección se enfocará en presentar el propósito, un bosquejo estructural
básico y las funciones de la Antigua Toráh Mosaica según los datos bíblicos, la cual
sección constará de tres lecciones en donde se buscará presentar el vocabulario, el
trasfondo bíblico relacionado con las secciones estructurales básicas del Antiguo

1
Los puntos básicos ya desarrollados por mí en el capítulo 1 de mi primer libro, se encuentran
presentados en forma seminal por el erudito bíblico Meredith G. Kline en los capítulos 2 y 4 de su libro
“The Structure of Biblical Authority (La Estructura de la Autoridad Bíblica)”, publicado por Wm. B.
Eeerdsman Pub. Co. Grand Rapids, Míchigan, Segunda Edición, 1978.
2
La identificación explícita de estos dos mandamientos se encuentra mencionada por el erudito bíblico
Robert D. Brinsmead en el capítulo 13 “La Ética del Nuevo Testamento” de su escrito titulado “El
Sabadismo Re-examinado”, publicado por Verdict Publishing. Duranbah NSW, Australia. 1981.
3
La mención directa de las señales de cada uno de los pactos bíblicos se encuentra descrita por el
erudito bíblico Robert D. Brinsmead al inicio de su obra titulada “A Digest of the Sabbath Question (Un
Resumen de la Pregunta Sobre El Sábado)”, publicada por Verdict Publishing, Vol. 1 No. 5, Duranbah
NSW, Australia. 1982.

6
Pentateuco Mosaico, y las diferentes funciones de la Antigua Toráh Mosaica, con miras
a cómo entenderla y aplicarla el día de hoy como Escritura inspirada divinamente (2
Tim. 3:16, 17).
La segunda sección tratará de presentar la Redefinición de la Nueva Toráh, la cual
redefinición ya estaba anticipada en las Escrituras Hebreas (TaNaK). Esta sección
constará de cuatro lecciones donde se buscará presentar cuáles eran: las expectativas
del pueblo de Israel referentes tanto a la Era Mesiánica como a la Nueva Toráh
Mesiánica que estaban ya profetizadas, los diferentes puntos de vista existentes sobre
la Nueva Toráh en los días de los Emisarios (Apóstoles) de Yeshua (Jesús) y los
diferentes Caminos que surgieron, durante el primer siglo de nuestra Era Presente,
como redefiniciones e interpretaciones de esa Nueva Toráh.
Finalmente, presentaré una conclusión en donde trataré de hacer una breve
recopilación o recapitulación de los puntos más importantes cubiertos en esta serie de
lecciones.
En mi primer libro mucho del contenido estuvo enfocado en explicar cómo es que la
Antigua Ley Mosaica, en su función de Legislar o ser una Ley de mandamientos dada
al Israel étnico, fue descontinuada/declarada inoperante por la llegada de la Nueva Ley
del Mesías Yeshua. En éste segundo libro, mucho del contenido estará enfocado en
explicar cómo la Antigua Ley Mosaica en su función de ser Escritura inspirada
divinamente, sigue siendo vigente y útil para nosotros, y cómo debemos interpretarla y
aplicarla hoy.4
Al igual que en mi primer libro, quiero expresar que a lo largo de esta guía-manual,
estaré usando intercambiablemente los nombres Yeshua y Jesús para el Mesías
(Cristo) de Israel, el Salvador del mundo, ya que son totalmente equivalentes.

Beahavat Yeshua HaMashiaj/En el amor de Jesucristo.

4
El contenido de los capítulos 1, 2, 3 y 6 de ésta guía-manual, se lo debo prácticamente al libro titulado
“The Torah’s Goal (La Meta de la Toráh)”, escrito en inglés por los eruditos bíblicos israelíes Seth D.
Postell, Eitan Bar y Erez Soref, publicado por Israel College of the Bible: One For Israel Ministry (Colegio
de Israel de la Biblia: Ministerio UNO PARA ISRAEL). Edición Kindle. Obviamente, todo el contenido ha
sido adaptado por mí al español y para los propósitos de esta guía-manual, por lo que el formato de la
presentación de ese material en mi libro, es enteramente de mi autoría. También, de mi entera autoría
son: la Introducción al Tomo II, la Nota Introductoria a la Segunda Sección, las lecciones 4, 5 y 7, la
Conclusión, el Epílogo, la Gráfica Final y la Bibliografía.

7
SECCIÓN I: PROPÓSITO, ESTRUCTURA Y FUNCIONES DE LA
ANTIGUA TORÁH
Lección 1: El Propósito del Antigua Toráh
Introducción: En esta primera lección se presentará la tesis que el verdadero
propósito de la Antigua Toráh (Génesis hasta Deuteronomio) es que ella es una
narrativa histórica, cuyo propósito era llevar al pueblo de Israel étnico a través de la
Antigua Ley hacia un más allá, hacia un futuro, es decir, hasta la primera venida del
Mesías Yeshua.
Definiciones: Se hará un esfuerzo por usar muy consistentemente los términos “Antigua
Toráh” y “Antigua Ley”. Cuando se use la frase “Antigua Toráh” será una referencia a
los cinco libros de Moisés como un todo (el Pentateuco Mosaico). Cuando se use la
frase “Antigua Ley”, será una referencia específica a los mandamientos dados al pueblo
de Israel étnico pertenecientes a la sección legal contenida en Éxodo 12 –
Deuteronomio 34. Así…
Antigua Toráh: el Pentateuco Mosaico en su totalidad, es decir, los cinco libros de
Moisés.
Antigua Ley: los mandamientos escritos pertenecientes el pacto sinaítico/mosaico
(Éxodo 12 – Deuteronomio 34).
“Ley Oral”: los decretos o preceptos dados por los rabinos judíos tradicionales,
relacionados con la Antigua Ley.
Exposición:
Ésta guía-manual estará escrita teniendo en mente al lector inquisitivo. El objetivo
general será proveer respuestas fáciles de entender para las preguntas sobre la
Antigua Toráh, y hacerlo en una manera que esté fundamentada en una cuidadosa
lectura del texto bíblico. Se espera que este libro estimule su pensamiento y le desafíe
a profundizar su apreciación de la persona y obra del Mesías Yeshua (Jesús) cuando
usted medite día y noche en la Antigua Toráh (Josué 1:8; Salmo 1:2, 3).
Éste libro buscará tratar con las siguientes preguntas: ¿Cuál es la relación que tiene
hoy un judío étnico creyente en Yeshua con la Antigua Toráh (los cinco libros de
Moisés, es decir, todo el Pentateuco) y con los mandamientos contenidos en la Antigua
Ley (Éxodo 12 - Deuteronomio 34)? ¿Están los judíos étnicos creyentes en Yeshua
obligados hoy a guardar la Antigua Ley? ¿Qué acerca de la “Ley Oral” (los decretos
rabínicos)? ¿En qué forma la Antigua Toráh señala/apunta hoy hacia el Mesías
Yeshua? ¿Cómo pueden los judíos étnicos creyentes en Yeshua aplicar hoy la antigua
Toráh?
Empezaré diciendo que ¡ser judío no es una cosa fácil! Y ser un judío seguidor de
Yeshua es incluso más difícil. Esto se debe a que los judíos en general tienen que lidiar
con un creciente antisemitismo a nivel mundial. Los judíos creyentes en Yeshua, con
frecuencia son rechazados por sus propias familias. Los líderes religiosos de la

8
comunidad judía rabínica tradicional han declarado que los judíos que creen en
Yeshua… ¡han dejado de ser judíos! Incluso, dentro del cuerpo del Mesías (la Iglesia)
los judíos étnicos creyentes en Yeshua a menudo son incomprendidos por sus
hermanos y hermanas gentiles étnicos también creyentes en Yeshua, los cuales
gentiles no tienen ni idea de las agudas luchas de identidad que tienen los creyentes
judíos, luchas que típicamente los creyentes gentiles no tienen que enfrentar.
Como escribí en mi primer libro, la Iglesia Primitiva luchó con asuntos de identidad
desde un punto de vista completamente diferente al punto de vista de hoy. La fe
mesiánica era originalmente judía en cuanto a lo étnico y el desafío llegó cuando los
gentiles étnicos fueron añadidos a la comunidad mesiánica primitiva. El primer concilio
de la Iglesia Primitiva (Hechos cap. 15) trató con el asunto de cómo los gentiles étnicos
podían caber en una fe y cultura esencialmente judías. El Concilio de Jerusalén
concluyó que los creyentes gentiles étnicos no tienen que guardar la Antigua Ley (Éx.
12 - Deut. 34).
Pero entonces, muchos argumentan: ¿Qué acerca de los judíos étnicos creyentes en
Yeshua de hoy? ¿No asume Hechos 15 que los judíos étnicos creyentes en Yeshua
deberían seguir guardando la Antigua Ley? 5 ¿Qué no Shaúl/Pablo, según Hechos
21:23, 24, aceptó participar en cierta ceremonia mosaica para probar de una vez por
todas que él “mismo también seguía guardando la (Antigua) Ley”? ¿Qué no Yeshua
declaró que “cualquiera que suprima uno solo de estos mandamientos más pequeños,
y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos, pero
cualquiera que los practique y enseñe, éste será llamado grande en el reino de los
cielos” (Mat. 5:19 BTX)?6 ¿Qué no nuestro Mesías Yeshua nos dijo referente a los
fariseos, “haced y guardad pues todo cuanto (ellos) os digan” — perteneciente tanto a
la Antigua Ley escrita como a la interpretación oral de ella, hecha por los rabinos
tradicionales de aquel entonces (Mat. 23:2, 3 BTX)? ¿Qué no Moisés dijo que los
mandamientos de la Antigua Ley son eternos/perpetuos (ver, por ejemplo, Éxodo
12:14, 17, 24; 21:6; 27:21; 28:43; 29:9, 28; 30:21; 31:16)?7 Veredicto: ¡Caso cerrado!

5
Cualquier argumento que proceda del silencio en favor de la observancia obligatoria de una ley
mesiánica judía, no debe ignorar la confesión clara y contundente del Apóstol Kefá/Pedro en Hechos
15:10… “Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, imponiendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que
ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?” Todas las citas bíblicas (a menos que se
especifique lo contrario) son tomadas de la Biblia Textual 3ra. Edición.
6
De hecho, Yeshua explica lo que Mat. 5:17–20 significa en el resto del capítulo. Parece ser que los
líderes religiosos judíos estaban acusando a Yeshua y sus seguidores de estar aboliendo la Antigua Ley.
Sin embargo, los verdaderos seguidores de Yeshua recibieron estándares que van más allá de los
requerimientos escritos de la Antigua Ley; ¡Yeshua incluso elevó ciertos requerimientos! Por ejemplo, los
seguidores del Mesías Yeshua deberían guardar el mandamiento que prohíbe el adulterio, debido a que
ellos ni siquiera deberían permitirse mirar con lujuria a una mujer. Es muy evidente, por las enseñanzas
de Yeshua sobre el adulterio, que Yeshua no relajó/suavizó su interpretación de ese mandamiento de la
Antigua Ley.
7
Se debe hacer notar que la palabra típicamente traducida como “eterno/perpetuo” (en
Hebreo=olam)….se usa para expresar un período de tiempo largo, aunque limitado. Un buen ejemplo de
esto se encuentra en Jeremías 25:9. Dios dice que Él hará de la tierra de Israel una “desolación perpetua
(en Hebreo=olam)”. Sin embargo, en Jeremías 29:10 Dios promete traer a Su pueblo de regreso a su

9
Los judíos étnicos creyentes en Yeshua, en obediencia a nuestro Rabino Yeshua y al
profeta Moshé/Moisés, y siguiendo el ejemplo de Rav Shaúl/Apóstol Pablo, …deben
obedecer la Antigua Ley como buenos y fieles creyentes en Yeshua/Jesús.

Aunque la lógica del párrafo anterior parece ser convincente, todavía seguimos
siendo confrontados por un dilema interpretativo. ¿Por qué? Porque, aunque esos
pasajes que se acaban de mencionar parecieran ser tan claros, otros pasajes en los
escritos apostólicos del Nuevo Pacto (Brit Jadashá) llevan a concluir que los judíos
étnicos creyentes en Yeshua tampoco están legalmente “bajo la (Antigua) Ley”. Por
ejemplo, Rav Shaúl/Apóstol Pablo nos dice que la Antigua Ley fue añadida a las
promesas anteriores hechas por Dios a Abraham, pero no para reemplazar a esas
promesas, sino simplemente para guiar al pueblo de Israel étnico como lo hacía un
ayo/tutor, el cual llevaría al pueblo hasta el Mesías (ver Gál. 3:1–24). Pero ahora que el
Mesías Yeshua ya ha llegado en Su primera venida, el pueblo de Israel étnico
legalmente “ya no está bajo ayo” (Gál. 3:25). Además, Pablo dice, “nadie os juzgue en
comida, o en bebida, o respecto a solemnidades (anuales), o novilunios (mensuales), o
sábados (semanales), todo lo cual es sombra de las cosas venideras, pero la realidad
es del Mesías” (Col. 2:16, 17 BTX). El escritor de la Epístola a los Hebreos deja muy
claro el hecho de que el sacerdocio de Yeshua necesitaba un cambio en la Antigua
Ley, ya que Yeshua/Jesús no era un descendiente de Aarón, y ni siquiera era de la
tribu sacerdotal de Leví: “Porque cambiado el sacerdocio, necesariamente ocurre
también un cambio de ley” (Heb. 7:12 BTX). El escritor de Hebreos nos continúa
diciendo que el sistema de adoración prescrito por la Antigua Ley era (y sigue siendo)
sólo una copia y sombra de cosas mejores y superiores que ya han llegado con Yeshua
(Heb. 8:5; 10:1; 9:11), y que la meta de esa Antigua Ley era señalarnos hacia un mejor
pacto, ya que el primer pacto “ha desaparecido” (ya ha caducado) con la llegada del
nuevo pacto (Heb. 8:6–13).8

Un primer paso hacia algún tipo de consenso sobre este tema implicará el reconocer
humilde y honestamente que no habría hoy desacuerdo sobre el rol de la Antigua Ley
entre los judíos étnicos creyentes en Yeshua, si el asunto fuera simple y claro. La
realidad del asunto es que la interpretación bíblica no es una ciencia como las demás,

tierra después de setenta años. En este caso, olam=perpetuo se refiere a un período de setenta años.
Por tanto, uno no puede argumentar que la Antigua Ley debe ser mantenida perpetuamente simplemente
porque la frase diga “estatuto perpetuo”.
8
¿Qué quiso decir el autor de Hebreos con “anticuado y va caducando” y “está próximo a desaparecer”
en Heb. 8:13? Aunque generalmente se ha interpretado el tiempo de la “desaparición” del antiguo pacto
como algo futuro en referencia al tiempo cuando se escribió la Epístola a los Hebreos, éste podría no ser
el punto del autor. El autor podría estarse refiriendo a las implicaciones de la palabra “nuevo” en el
momento cuando el profeta Jeremías escribió: “Haré un nuevo pacto”. Cuando Jeremías llamó al pacto
un “nuevo pacto” (Jer. 31: 31) en la víspera de la destrucción del primer templo, él estaba diciendo que el
“antiguo pacto” ya desde ese mismo momento estaba volviéndose obsoleto y estaba “listo para
desaparecer”. Esto sugiere que el “antiguo pacto” llegó a su fecha de caducidad y desapareció cuando el
nuevo pacto fue establecido. Se ha escrito a propósito “caducado” y “desaparecido” ya que ese es
precisamente el punto que se hace en el texto: cuando el nuevo pacto fue establecido mediante el
derramamiento de sangre del Mesías Yeshua/Jesús, el antiguo pacto legalmente caducó y desapareció.

10
aunque generalmente se trata de explicar (e incluso de descartar) declaraciones en los
escritos del Nuevo Pacto, que sean contrarias a nuestra posición doctrinal. Seguirá
habiendo judíos étnicos creyentes en Yeshua en ambos lados de este asunto, que
lucharán por entender por qué aquellos que están en el otro lado, no ven la “obvia
verdad” sobre este tema.
Sé que no todos estarán de acuerdo con lo que se dirá en este libro acerca del
significado de la Antigua Toráh y acerca del propósito de la Antigua Ley contenida
dentro de la Antigua Toráh. Sin embargo, espero que ésta guía-manual contribuya en
algo para dar mejores respuestas a las preguntas con las cuales empezamos.
Mucha gente lee la Antigua Toráh a través de los lentes del Judaísmo Rabínico,
en donde la Antigua Toráh es entendida como un libro de ley, donde ser seguidores
fieles de la Antigua Toráh es obedecer los mandamientos del pacto sinaítico.
Estoy en desacuerdo con ésta suposición común. En vez de eso, la tesis que se
presentará en este libro acerca del propósito de la Antigua Toráh (Génesis hasta
Deuteronomio) es que ella debe ser entendida como una narrativa histórica, cuyo
propósito era (y sigue siendo) llevar al pueblo de Israel étnico a través de la Antigua
Ley transgredida hacia un más allá, es decir, hasta el Mesías, el cual Mesías,
aseguraba Moisés a sus lectores, vendría en los postreros tiempos. Por lo tanto, en
este punto de vista, ser seguidores verdaderamente fieles de la Antigua Toráh es
¡creer en Yeshua/Jesús! Se defenderá ésta tesis cuando se analicen ciertos pasajes
claves en la Antigua Toráh.
Primero, en este libro se analizará la introducción a la Antigua Toráh (Génesis 1–11) y
su conclusión (Deuteronomio 29–34). Al mirar el inicio y el final de la Antigua Toráh, se
verá que Moshé/Moisés profetizó que el pueblo de Israel quebrantaría la ley en su
futuro y habría un exilio subsecuente (el tiempo en el desierto) antes que el pueblo
entrase a la Tierra Prometida, sugiriendo así Moisés que su propósito principal cuando
él escribió la Antigua Toráh, no pudo haber sido llevar al pueblo de Israel étnico hacia
la Antigua Ley, sino a través de la Antigua Ley transgredida, hacia un más allá.
Segundo, se mirará el relato de la entrega de la Antigua Ley en el Monte Sinaí (Éxodo
19:1 hasta Números 10:10) situado entre las Narraciones del Desierto, donde hay una
narración que nos lleva hacia el Monte Sinaí (Éxodo 15:22–18:27) y otra narración que
nos aleja de él (Números 10:11–36:13). Se mirará que hay una relación directa entre la
entrega de la Antigua Ley y la falta de fe de Israel, cuyo resultado fue la muerte
(Romanos 7:9, 10). Esta información textual proveerá incluso más evidencia que, el
objetivo de Moisés al escribir la Antigua Toráh, no pudo haber sido simplemente llevar
al pueblo de Israel étnico hacia la Antigua Ley, sino más bien, a través de la Antigua
Ley, hacia un más allá.
Finalmente, en este libro se analizarán los pasajes en la Antigua Toráh que hablan
acerca de “los postreros tiempos”, y se apoyará que estos pasajes revelan la meta final
por la cual Moshé/Moisés escribió la Antigua Toráh, es decir, llevarnos a través de la
transgresión de la Antigua Ley por el pueblo de Israel étnico, hasta la primera venida
del Mesías Yeshua en los postreros tiempos. Después que se apoye esta tesis,
deberemos entonces preguntarnos lo siguiente: (a) ¿Para qué se dio la Antigua Ley, si
Dios ya sabía que no sería obedecida por el Israel étnico? (b) ¿Qué se supone que

11
debemos hacer ahora con la Antigua Toráh, ya que ella continúa siendo hoy Escritura
Inspirada divinamente—La Palabra de Dios tanto para judíos étnicos como para
gentiles étnicos (2 Tim 3:16, 17)?9
A. Si la Antigua Ley es la meta de la Antigua Toráh…
Rav Shaúl/Apóstol Pablo establece en Romanos 10:4 que el Mesías Yeshua es la meta
de la Antigua Toráh (ver también 2 Cor. 3:14-16; Col. 2:16, 17). 10 En Juan 5:46, Yeshua
argumenta que, ya que los líderes religiosos no le creyeron a Moisés, por tanto, no Le
aceptaron a Él como el Mesías prometido. Dijo Yeshua: “Pero si creyerais a Moisés, me
creeríais a mí, porque de mí escribió él” (BTX). De la misma manera, en Mateo 5:17
(BTX) Yeshua dice, “No penséis que vine a abrogar la ley11 o los profetas; no vine a
abrogar, sino a dar cumplimiento”.12 El autor de Hebreos argumenta que la Antigua Ley
nunca fue la meta en sí misma y por sí misma, sino más bien, la Antigua Ley prescribió
un sistema de adoración que tenía para los judíos étnicos la intención divina de
señalarles hacia el Mesías. El escritor escribe acerca del tabernáculo…
“indicando con esto el Espíritu Santo que aún no estaba abierto el camino al lugar
santísimo, mientras estuviera en pie el primer tabernáculo. Lo cual es símbolo para el
tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden
perfeccionar, con respecto a la conciencia, al que ofrece ese servicio, sólo de viandas y
bebidas, y diversos géneros de abluciones; reglamentos carnales impuestos hasta el
tiempo de reformación” (Heb. 9:8–10 BTX; ver también 10:1).

9
En otras palabras, la Antigua Toráh, toda ella, es hoy Escritura inspirada para el creyente en Yeshua.
10
Hay cierto debate sobre si se debe o no traducir la palabra griega telos (Rom. 10:4) como el fin de la
Antigua Ley (es decir, como el medio para alcanzar la justicia) ó como la meta (es decir, la
finalidad/propósito ó el destino final al cual pretende llegar la Antigua Ley). Aunque yo como autor
prefiero la segunda opción, ambas interpretaciones tienen mérito, y ninguna de las dos interpretaciones
menoscaba la tesis aquí presentada.
11
En el contexto, Yeshua se refirió a la Antigua Toráh como un todo (Génesis – Deuteronomio), y no solo
a la Antigua Ley (Éxodo 12 – Deuteronomio 34). Se sabe esto debido a la forma en la cual él mencionó a
“la Ley” a la par con “los Profetas”.
12
Son muy bien conocidos los esfuerzos de algunos en el Movimiento de Raíces Hebreas de re-traducir
el griego hacia la lengua materna de Yeshua para tratar de entender, no el significado gramatical del
texto griego, sino el significado “real” que está detrás del texto griego. Al apelar a ésta lógica, algunos
argumentan que Yeshua no vino a “cumplir” la Antigua Toráh, sino a “interpretarla correctamente”. Sin
embargo, hay dos serios errores en esta manera de pensar. Primero, es notoriamente difícil re-traducir el
griego koiné (común) al hebreo y/o arameo. Cualquiera y toda re-traducción siempre permanecerá en el
nivel de la conjetura. Un segundo error que resulta del primero tiene que ver con la autoridad del texto
bíblico. Cuando nuestro entendimiento del texto bíblico descansa sobre la conjetura de una re-
traducción, la autoridad de la Palabra de Dios ya no descansa más sobre el texto bíblico, sino en los
eruditos que proveen la re-traducción. El Evangelio según Juan claramente enseña que Dios dio Su
Espíritu a Sus discípulos después de la ascensión de Yeshua para enseñarles “todas las cosas y
recordar(les) todo lo que (Él les) dijo”. (Juan 14:26; ver 2:22; 12:16; 20:9). Debido a que los discípulos
fueron singularmente ungidos por el Espíritu de Dios para preservar las enseñanzas de Yeshua, la
traducción al griego que ellos hicieron de las palabras de Yeshua fue inspirada, y por lo tanto,
completamente autoritativa y confiable para la fe y práctica.

12
Aunque los escritos del Nuevo Pacto (Brit Jadashá) enseñan que el Mesías Yeshua es
la meta y el cumplimiento de la Antigua Toráh como un todo, y de la Antigua Ley en
particular, vale la pena regresar a la Antigua Toráh (los cinco libros de Moshé/Moisés)
para considerar cómo el Mesías Yeshua, el Rav Shaúl/Apóstol Pablo y el autor de
Hebreos llegaron a tales conclusiones. ¿Están sus conclusiones basadas en una
interpretación gramático-histórica13 directa de la Antigua Toráh, ó solo puede uno llegar
a tales conclusiones leyendo la Antigua Toráh a través del lente de los escritos del
Nuevo Pacto? Se buscará demostrar que los autores de los escritos del Nuevo Pacto
no impusieron un significado foráneo o ajeno a la misma Antigua Toráh, sino que, de
hecho, extrajeron (hicieron una exégesis de14) el significado original que Moisés mismo
le dio cuando escribió los libros de la Antigua Toráh.
B. ¿Por qué la transgresión de la Antigua Ley ya estaba anticipada?
Si la meta final de la Antigua Toráh (Pentateuco Mosaico) es proveer al pueblo de
Israel étnico con la Antigua Ley (Éx. 12 - Deut. 34) y motivar al pueblo a cumplirla,
deberíamos poder encontrar alguna indicación de este objetivo en su introducción
(Gén. 1–11) y conclusión (Deut. 29–34), ya que las introducciones y conclusiones de
todos los libros en la literatura bíblica, por lo general contienen sus temas principales y
el propósito de los mismos.
Para poder entender el propósito y significado de Génesis 1–11 y su función como una
introducción a la Antigua Toráh, es importante señalar una característica literaria
común en los relatos del Génesis, una característica descrita más tarde por los rabinos
como “ma’asei avot, siman l’banim”, que significa “las obras de los padres son una
señal para los hijos”. Así, ma’asei avot, siman l’banim significa que Moshé/Moisés
escribió relatos/narraciones acerca de los patriarcas, no sólo para contarnos
acerca de los patriarcas (y acerca de aquellos que los precedieron), sino también
para decirnos qué les acontecería a los descendientes de esos patriarcas (es
decir, al pueblo de Israel étnico) en su futuro. Aunque algunos eruditos usan esta
frase hebrea para identificar esta característica literaria, otros se refieren a ella como
tipología narrativa o analogía literaria.
Aunque algunos pudieran decir que se está recurriendo a interpretaciones alegóricas
para llegar a ciertas conclusiones acerca del significado de las narraciones en la
Antigua Toráh, para nada es el caso. Ma’asei avot es una característica tangible e
identificable en el texto mismo y ha sido reconocida por intérpretes antiguos y
modernos, judíos y cristianos, por igual. También hay ciertos criterios comúnmente
aceptados y reconocidos para hacer la afirmación de que un texto fue escrito
intencionalmente como una analogía (o, presagio) de otro texto: (1) lenguaje común ó
especial; y (2) trama/argumento común. También se usa un tercer criterio, a saber, la
historia de la interpretación. En otras palabras, es extremadamente útil encontrar a
otros en la historia de la interpretación que han reconocido: cómo una narración

13
Es decir, la interpretación literal (literaria) del significado que le dio el mismo autor original.
14
Exégesis es el proceso de interpretación mediante el cual el lector va en busca del significado
gramático-histórico de un texto, más específicamente, el significado dado al texto por el autor histórico
del mismo texto.

13
presagia a otra, o cómo un relato fue escrito a la luz de un relato anterior. Por ejemplo,
el relato de la peregrinación de Abram y Saraí en Egipto debido a una gran hambruna,
el castigo mediante plagas que Dios trajo sobre la casa del Faraón, y el “éxodo” de
ellos de Egipto con grandes riquezas (Gén 12:10–13:2), revela no sólo lo que les pasó
a Abram y Saraí, sino que también prefigura lo que le pasará al pueblo de Israel étnico
400 años más tarde (Gén. 43:1 hasta Éxo. 12:38).15
Así como la peregrinación de Abram en Egipto fue escrita como una señal de eventos
que ocurrirían más tarde, de la misma manera, el relato de Adam y Eva fue escrito con
el futuro de Israel en mente.16 En otras palabras, al leer acerca de Adam, también
se podía saber lo que le pasaría a Israel en su futuro. Así, teniendo a Israel en
mente, se debe mirar a la narrativa general de los tres primeros capítulos del
Génesis. En Génesis 1:28, Dios (1) bendice a Adam y Eva, y (2) les dice que sean
fructíferos, y (3) que sometan (conquisten) a la Tierra. Nótese que todos los principales
elementos de las promesas de Dios a Abraham (en Gén. 12:1–3), bendición, simiente y
tierra, están contenidos en este verso. Más tarde en Génesis, las promesas de Dios a
Abraham y a sus descendientes, incluyen todos los tres aspectos del mandato dado en
la creación: bendición, simiente y la conquista de la Tierra (Gén. 14:18–15:18; 35:9–12;
ver también Éxo. 1:7; Núm. 32:22, 29).
En Génesis 2, Dios prepara una tierra muy especial (jardín/huerto) para Adam y Eva y
entonces pone a Adam y Eva dentro de él. El disfrute continuado de este jardín por
parte de Adam y Eva dependía de que ellos guardasen solo unos pocos mandatos:
“sean fructíferos”, “señoreen la Tierra” y “no coman del fruto del árbol del conocimiento
del bien y del mal” (Gén. 1:28; 2:17)17. En Génesis 3, se presenta la serpiente, un
“habitante” del jardín, la cual serpiente engaña a Adam y Eva. Adam y Eva deberían
haber sometido a la serpiente (Gén. 1:28), pero, en vez de eso, ellos mismos fueron
sometidos por la serpiente, desobedecieron un mandato de Dios, y subsecuentemente
fueron exiliados del jardín, hacia el Éste, donde sus descendientes finalmente se
encontraron en Babilonia (Gén. 11).
Esta historia debería sonar familiar, ya que la historia de Adam se convirtió en la
historia de Israel, descrita en los libros desde Josué hasta Reyes. Dios llevó al pueblo
de Israel hasta la Tierra de Canaán para que la conquistasen a ella y sus habitantes. La
presencia continuada de ellos en la Tierra dependía de que guardasen la Antigua Ley.
Pero al igual que Adam, ellos quebrantaron los mandamientos y fueron exiliados hacia
el Éste, a Babilonia.
Si el propósito de Génesis 1–11 es tanto alentar como advertir al pueblo de Israel para
que guarde la Antigua Ley, es difícil ver cómo esta introducción logra esa meta. Adam y
15
La descripción que hace la Antigua Toráh del éxodo de Israel desde Gén. 43:1 hasta Éxo. 12:38 repite
palabras, frases y temas claves que se encuentran solamente en Gén.12:10–13:2. Esto sugiere que el
éxodo de Israel fue descrito intencionalmente para recordarle al lector de lo que le ocurrió a Abram. En
ambos relatos, hay una (1) “gran hambruna” (Gén. 12:10; 43:1); (2) un descenso a Egipto (Gén. 12:11;
46:6); (3) “cautividad” al servicio del Faraón (Gén. 12:15; Éxo. 1:11); (4) plagas sobre los egipcios (Gén.
12:17; Éxo. 7–12); (5) expulsión de Egipto debido a las plagas (Gén. 12:20; Éxo. 12:33); y (6) la salida de
Egipto con grandes riquezas (Gén. 12:16; 13:2; Éxo. 12:35, 38).
16
Según está registrado en el texto bíblico.
17
Estos tres mandatos les fueron dados antes de la caída de ellos en el pecado.

14
Eva vivían en un mundo perfecto. Su presencia continuada en el jardín dependía de
que guardasen sólo unos pocos mandatos, no 613 mandamientos. Bajo las mejores
condiciones que este mundo jamás haya visto, Adam y Eva quebrantaron uno de los
tres mandamientos y murieron en el exilio. Para nada es claro cómo la historia del
fracaso de Adam y Eva al no guardar sólo unos pocos mandamientos en un mundo
perfecto, se supone que deba alentar a Israel a guardar 613 mandamientos en un
mundo caído. De hecho, no ofrece aliento alguno, en absoluto. Y si tomamos en serio
el principio de ma’asei avot’ siman l’banim, la historia de Adam nunca tuvo la intención
de advertir a Israel para que no siguiera las pisadas de Adam (es decir, servirle como
advertencia para que guardase la Antigua Ley). Más bien, la historia de Adam tuvo la
intención de ser una profecía de que Israel seguiría tras las pisadas de Adam. Es como
que Dios dijo: “Israel, tú serás igual que Adam. ¡Tú entrarás a la tierra, serás tentado
por los cananeos para seguir sus caminos, quebrantarás la Antigua Ley y entonces,
serás exiliado!”18
Cuando se mira a la conclusión de la Antigua Toráh (Deut. 29–34), se mira
exactamente la misma perspectiva que se encuentra en la introducción. Moisés no
esperaba que Israel guardaría la Antigua Ley. Más bien, él predijo que Israel
quebrantaría la Antigua Ley e iría al exilio.
“Y sucederá que cuando te hayan sobrevenido todas estas cosas, la bendición y la
maldición que acabo de poner delante de ti, y tú recapacites en tu corazón en medio de
todas las naciones adonde YHVH (El Eterno) tu Dios te haya esparcido” (Deut. 30:1).

“Y dijo YHVH (El Eterno) a Moisés: He aquí, tú vas a dormir con tus padres, y este
pueblo se levantará y se prostituirá en pos de dioses extraños, los de la tierra en medio
de la cual él está por entrar, y me abandonará, y quebrantará el pacto (sinaítico) que
hice con él. Por lo cual mi ira arderá contra él en aquel día, y los abandonaré y
esconderé de ellos mi rostro, de manera que serán consumidos. Y le sobrevendrán
muchos males y angustias, y dirá en aquel día: ¿No será porque mi Dios no está en
medio de mí, que me han alcanzado estos males? Pero ciertamente esconderé mi
rostro en aquel día por todo el mal que habrá hecho, por haberse vuelto a dioses
ajenos. Ahora pues, escribid este cántico para vosotros, y tú, enséñalo a los hijos de
Israel. Ponlo en su boca, para que este cántico me sea por testigo contra los hijos de
Israel. Porque cuando lo introduzca en la tierra que con juramento prometí a sus
padres, la cual mana leche y miel, y él haya comido y se haya hartado y engordado, se
volverá a otros dioses y los servirá, y me tratará con desprecio, y quebrantará mi pacto
(sinaítico). Sucederá pues que cuando le sobrevengan muchos males y angustias, este
cántico, como quiera que no ha de ser olvidado de la boca de su posteridad, testificará

18
Alguien podría objetar contra esta posición argumentando que era absurdo que Dios diera la Antigua
Ley a Israel, si Él sabía antes de darla, que ellos la quebrantarían. Sin embargo, este mismo argumento
también aplica fácilmente a los mandamientos que Dios le dio a Adam y Eva en el jardín. Por supuesto
que Dios sabía, antes de darlos, que Adam y Eva quebrantarían sus mandamientos. De igual manera,
Dios sabía que Israel adoraría al becerro de oro antes que Él los sacara de Egipto. El plan misericordioso
de Dios de salvar al mundo no empezó cuando el ser humano desobedeció. Más bien, Dios planificó
redimir al mundo por medio del Cordero desde antes de la fundación del mundo (Rev. 13:8).

15
contra él. Porque Yo conozco el pensamiento que él fragua hoy, aun antes de que lo
introduzca en la tierra que prometí con juramento” (Deut. 31:16–21 BTX).

El hecho de que Moisés profetizase tan claramente la desobediencia de Israel y su


exilio en la conclusión de la Antigua Toráh, sugiere fuertemente que la interpretación
que se ha presentado sobre la historia de Adam, es correcta. Es decir, la historia de
Adam fue escrita teniendo en mente la futura desobediencia de Israel.
Ya que la introducción y la conclusión de la Antigua Toráh dan por hecho,
proféticamente hablando, la desobediencia a la Antigua Ley por parte del pueblo de
Israel étnico, difícilmente tiene sentido entender que la meta final de la Antigua Toráh
(Génesis – Deuteronomio) es alentar a los lectores a guardar la Antigua Ley (Éxodo 12
- Deuteronomio 34). En otras palabras, la meta final de la Antigua Toráh debe ser vista,
no en términos de llevar a Israel a la Antigua Ley, sino en términos de llevar al pueblo
de Israel a través de la Antigua Ley transgredida, a través del antiguo pacto
quebrantado, hacia un más allá.
Algunos podrían objetar señalando las numerosas veces que Moisés llamó a Israel a
guardar la Antigua Ley. ¿Cómo se puede reconciliar, por un lado, los pedidos de
Moisés a Israel para que guarde la Antigua Ley, y por el otro lado, con sus profecías de
que Israel no guardaría la Antigua Ley? Quizás una analogía a esta tensión entre un
llamado a la obediencia y la certeza de una desobediencia, se puede encontrar en el
libro del profeta Jeremías. Jeremías asume el fracaso de Israel al no prestar atención a
las numerosas advertencias que el profeta le hizo para que guarde la Antigua Ley (Jer.
1:1–3). Por ejemplo, Jeremías le implora a Israel que guarde el sábado o de lo contrario
Jerusalén sería consumida por el fuego (Jer. 17:21–22, 24, 27). Pero el libro de
Jeremías también deja en claro que Israel no obedeció, y por lo tanto se puede leer
sobre la destrucción de Jerusalén por el fuego al final del libro (Jer. 52:13). Las
consistentes advertencias de Jeremías para guardar la Antigua Ley, encontradas a lo
largo del libro y que fueron dadas antes del exilio, aunadas al fracaso y exilio de Israel
al final del libro, ayudan a poner su mensaje y su teología en un enfoque más claro.

El propósito final del libro de Jeremías no es hacer que Israel guarde la Ley para que
así no vaya al exilio. No, el propósito final es decirnos cómo Dios por Su gracia salvará
a Israel a pesar de su desobediencia, a través del Mesías Yeshua y del Nuevo Pacto
(Jer. 30–33). Es en esta luz que se puede también apreciar claramente cuál es la
meta/propósito final de la Antigua Toráh. Se le dijo repetidamente a Israel que
guardase la Antigua Ley, se le prometió al pueblo bendiciones condicionadas a su
obediencia. Sin embargo, Dios por Su gracia e incondicionalmente prometió
bendecir a Israel a través de la venida del Mesías Yeshua, a pesar de la certeza de
que el pueblo de Israel fracasaría en su obediencia a la Antigua Ley.

Conclusión:
Hay dos maneras de poder entender la meta/propósito final de la Antigua Toráh dada al
pueblo de Israel étnico. Una de ellas es a través del judaísmo rabínico tradicional que
interpreta la Antigua Toráh como un libro de ley que fue dado para que los judíos

16
étnicos cumplan/obedezcan los mandamientos de la Antigua Ley. Otra manera de
interpretar la Antigua Toráh es como una narrativa histórica, en donde tanto la
introducción como la conclusión de la misma, dan a entender que la meta final de la
Antigua Toráh era (y sigue siendo) llevar al pueblo de Israel étnico a través de la
Antigua Ley que sería transgredida por el pueblo mismo, hacia un más allá, hasta la
persona y obra del Mesías Yeshua. Esta segunda interpretación es la que se apoyará a
lo largo de todo este libro.
Beahavat Yeshua/En el amor de Jesús. Amén.

17
Cuestionario 1
Responda las siguientes siete preguntas:
1. ¿A qué se refieren las frases “Antigua Toráh” y “Antigua Ley”? Consulte la página 8.
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2. ¿Qué es lo que muchos argumentan hoy en día referente a la Antigua Ley?


Consulte las páginas 9-10.
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3. ¿Por qué todavía seguimos siendo confrontados por un dilema interpretativo?


Consulte la página 10.
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4. Según la interpretación del Judaísmo Rabínico, ¿qué significa ser seguidores fieles
de la Antigua Toráh? Consulte la página 11.
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5. En vez de esa interpretación anterior, ¿qué significa ser seguidores verdaderamente


fieles de la Antigua Toráh? Consulte la página 11.
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6. ¿De qué manera la transgresión de la Antigua Ley ya estaba anticipada? Consulte


la página 13.
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7. ¿De qué manera la historia de Adam fue escrita teniendo en mente la futura
desobediencia de Israel? Consulte la página 14.
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18
Lección 2: Un Bosquejo Estructural de la Antigua Toráh
Introducción: En esta segunda lección se presentarán las seis principales secciones
narrativas en las cuales se puede dividir literariamente la Antigua Toráh. Esto nos
ayudará a poder entender las comparaciones hechas por el escritor de la Antigua
Toráh, Moshé/Moisés, sobre el comportamiento del pueblo de Israel étnico durante los
dos tiempos básicos incluidos en su narrativa histórica: (1) antes de la entrega de la
Antigua Ley, y (2) después de la entrega de la Antigua Ley.
Exposición:
¿Por qué la Antigua Ley llevó al pueblo de Israel a la muerte?
Si la meta de la Antigua Toráh (Gén. – Deut.) es la Antigua Ley (Éxo. 12 - Deut. 34),
¿por qué la Antigua Ley llevó al pueblo de Israel a la muerte? El Rav Shaúl/Apóstol
Pablo dice, “Porque la (Antigua) Ley produce ira, pero donde no hay (Antigua) Ley,
tampoco hay transgresión” (Rom. 4:15 BTX). En 2 Corintios 3:6, 7, él llama al pacto
sinaítico un “ministerio de muerte”. En Romanos 10:3-8, Shaúl/Pablo habla de una
justicia basada en la Antigua Ley que está opuesta a una justicia basada en la fe. ¿Por
qué podía el Rav Shaul/Apóstol Pablo hacer tales declaraciones? La respuesta es
directa: por haber meditado en la Antigua Toráh.19 Al mirar la narración de la entrega de
la Antigua Ley (Éxo. 19:1 hasta Núm. 10:10) en su contexto literario más amplio, se
encuentran dos detalles bastante sorprendentes en el texto. Primero, la experiencia
de Israel con Dios en el Monte Sinaí no logró su propósito deseado, es decir, una
respuesta de fe. Segundo, la transgresión de Israel, después que la Antigua Ley fue
dada, resultó en muerte. Tratar de discernir y desglosar un libro del tamaño de la
Antigua Toráh no es una tarea fácil. Por eso, será muy útil entender la Antigua Toráh
como una narración muy larga, desde la creación hasta la muerte de Moisés en el
Monte Nebo, cuya narración está formada por seis grandes secciones narrativas:20

19
Existen aquellos que pueden objetar contra esta interpretación de Shaúl/Pablo apelando a la “Nueva
Perspectiva” sobre Pablo. La “Nueva Perspectiva” es un enfoque sobre Pablo que limita la frase “obras
de la Antigua Ley” a una referencia sobre los señaladores de identidad judía (circuncisión y leyes de
alimentación), en vez de referirse a la obediencia a la Antigua Ley como un intento de ganar la salvación.
Aunque hay eruditos bíblicos importantes que interpretan los escritos de Shaúl/Pablo a la luz de la
“Nueva Perspectiva”, otros eruditos bíblicos importantes están en desacuerdo con ellos. El argumento
sobre el entendimiento de Pablo en cuanto a la Antigua Ley (y en cuanto a la Antigua Toráh como un
todo) no puede decidirse apelando a la autoridad de eruditos bíblicos. Las perspectivas “antigua” y
“nueva” tienden a empezar su interpretación de los puntos de vista de Pablo sobre la Antigua Ley con
ciertas suposiciones sobre el propósito y significado de la Antigua Toráh y entonces tratan de darle
sentido a Pablo a la luz de esas suposiciones. Aunque aquí se está de acuerdo con las conclusiones de
la “antigua perspectiva” la cual mantiene que las obras de la Antigua Ley se refieren a la salvación en
vez de a señaladores de identidad judía, la metodología aquí seguida para llegar a estas conclusiones
difiere de ambas perspectivas. Se afirma aquí que la solución para entender el uso que hace Pablo de la
Antigua Toráh es empezar con una lectura muy detallada de la Antigua Toráh misma. Generalmente, se
piensa que se puede entender el TaNaK (es decir, las Escrituras Hebreas) solamente a través de los
Escritos Apostólicos del Nuevo Pacto. Se quiere decir aquí que esta ecuación debe ser revertida. Por
tanto, solamente cuando se ha dado una cuidadosa atención al significado del TaNaK (AT), se pueden
entender los Escritos Apostólicos del Nuevo Pacto.
20
La división de la Antigua Toráh en grandes secciones narrativas (para propósitos de análisis) podría
parecer forzada o artificial para algunos, pero estas secciones narrativas por lo general son reconocidas

19
Las seis principales secciones narrativas de la Antigua Toráh:
(1) La narración sobre “La Historia Primitiva” (Gén. 1–11)
(2) La narración sobre “La Historia de los Patriarcas” (Gén. 12–50)
(3) La narración sobre “El Éxodo” (Éxo. 1:1– 15:21)
(4) La narración “Del Desierto hacia el Monte Sinaí” (Éxo. 15:22–18:27) y “Del
Monte Sinaí hacia la Tierra Prometida” (Núm. 10:11–36:13) 21
(5) La narración “En el Sinaí” (Éxo. 19:1 hasta Núm. 10:10)
(6) La narración sobre “La Exposición de la Antigua Toráh por Moisés en la tierra
de Moab” (Deut. 1–34)
Cuando se lee a través de la Antigua Toráh, se ve que la fe, aunque no está
mencionada frecuentemente, está mencionada estratégicamente dentro de la
estructura literaria de la Antigua Toráh como un todo. En toda la Antigua Toráh,
excepto en la primera sección que es la narración sobre la Historia Primitiva (Gén.
1–11), la palabra “creer/fe” aparece en momentos claves en la trama de la historia
narrativa.22 Esos momentos claves nos dicen mucho.
En la que se puede argumentar que es la parte singular más importante de la
narración sobre la Historia de los Patriarcas, es decir, la hechura del pacto
abrahámico, se encuentra el famoso verso sobre la fe de Abraham (Gén. 15:6) en
medio de: la promesa hecha por Dios sobre una simiente/descendencia (Gén. 15:1–5)
y sobre una Tierra (Gén. 15:7, 18). Dice Gén. 15:6… “Y creyó (Abraham) a YHVH (El
Eterno), y le fue contado por justicia” (BTX).

La siguiente sección, la narración sobre “El Éxodo” (Éxo. 1:1–15:21), empieza y


termina con la fe de Israel. Cuando Moisés y Aarón reunieron por primera vez a los
ancianos se nos dice que el pueblo “creyó” (Éxo. 4:29-31), se postró y adoró. De igual
manera, al final de la narración sobre “El Éxodo” y antes de que toda la asamblea del
pueblo cantase su cántico de alabanza (Éxo. 15), se ve que la reacción del pueblo
después del cruce milagroso del Mar Rojo fue… fe. Dice Éxo. 14:31... “E Israel vio el
gran poder que YHVH (El Eterno) había ejercido contra los egipcios. Y el pueblo temió
a YHVH (El Eterno), y creyeron en YHVH (El Eterno) y en Moisés su siervo” (BTX).

y de ninguna manera son arbitrarias. Estas divisiones están basadas en características tangibles en la
estructura literaria de la Antigua Toráh.
21
Aunque las narraciones del desierto, tanto hacia como desde el Monte Sinaí, representan en un
sentido, dos secciones narrativas diferentes, su rol como enmarcación literaria para la narración “En el
Sinaí”, compele a considerar el propósito de ellas como una unidad.
22
Aunque la palabra “fe” no está mencionada explícitamente en la narración sobre “La Historia Primitiva”
(Gén. 1–11), Moisés realza el hecho que Enoc y Noé “caminaron con Dios” (Gén. 5:22, 24; 6:9). Este
caminar con fe se usa más adelante para describir la vida de Abraham (Gén. 13:17; 17:1; 24:40). El
“caminar” con fe en Dios por parte de Enoc y Noé los rescató de la muerte (aunque sólo temporalmente
en el caso de Noé), y proveyó una ocasión para realzar la justicia de Noé (Gén. 6:9).

20
Vale la pena hacer algunos comentarios acerca de la siguiente sección narrativa, la
narración “Del Desierto hacia el Monte Sinaí” (Éxo. 15:22–18:27), aunque
regresaremos a esta sección más adelante para compararla con la jornada de Israel
alejándose del Monte Sinaí. Aquí se ve cómo las experiencias de Israel con Dios en
Egipto, fallaron en causar una impresión duradera. Después que Dios reveló Su poder
milagroso sobre las aguas del Mar Rojo, un pueblo de Israel sin fe se quejó por la falta
de agua (Éxo. 15:22–27). Aunque las quejas/murmuraciones de Israel continuaron sin
disminución hasta que llegaron al Monte Sinaí (Éxo. 15:24; 16:2, 7, 8; 17:3), Dios con
paciencia y gracia los dirigió victoriosamente contra los amalecitas hasta llevarlos ante
Su estruendosa presencia. Sin embargo, la fe está sorpresivamente ausente en esta
sección.23
La siguiente referencia a la fe se encuentra en la introducción a la quinta y más larga
sección narrativa en la Antigua Toráh, la narración “En el Sinaí” (Éxo. 19:1 hasta
Núm. 10:10). El momento había llegado para que la Antigua Ley fuera dada; el Eterno
se aparecería ante el pueblo de Israel en una forma nueva y dramática. Y ahora se ve
que la fe es la respuesta que Dios mismo desea de Israel cuando el pueblo Lo
encuentre sobre el Monte Sinaí:
“Y YHVH (El Eterno) dijo a Moisés: He aquí Yo vengo a ti en el espesor de la nube,
para que el pueblo oiga cuando Yo hable contigo, y también crean en ti siempre. Y
Moisés declaró a YHVH (EL Eterno) las palabras del pueblo” (Éxo. 19:9 BTX).24
Aquí Dios le explicó a Moisés muy explícitamente cuál sería el propósito de Su
estruendosa aparición a Israel en el Monte Sinaí: para que el pueblo “crea”. Fe es lo
que Dios esperaba de Israel como la respuesta apropiada a su experiencia en el Sinaí.
Nos movemos hacia adelante en la historia esperando encontrar fe en Israel. Sin
embargo, habrá una gran sorpresa al descubrir justamente lo opuesto: falta de fe y
muerte.

En la siguiente sección narrativa, la narración “Del Desierto hacia la Tierra


Prometida” (Núm. 10:11–36:13), el pueblo de Israel no creyó. Dice así Núm. 14:11…
“y YHVH (El Eterno) dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me despreciará este pueblo?
¿Hasta cuándo se negará a creer en mí, con todos los prodigios que he obrado en su
seno?” (BTX). Y entonces quedamos completamente sorprendidos al enterarnos que,
incluso Moisés y Aarón, no recibieron el permiso de entrar a la Tierra Prometida, debido
a su falta de fe. Dice así Núm. 20:12… “Pero YHVH (El Eterno) dijo a Moisés y a Aarón:
Por cuanto no creísteis en mí para santificarme a vista de los hijos de Israel, no
introduciréis a esta congregación en la tierra que les he dado” (BTX).
La falta de fe por parte del pueblo de Israel fue tan crucial en la historia narrativa que
Moisés recordó la experiencia y dijo dos veces en Deuteronomio 1-34 (la sección
narrativa final de la Antigua Toráh), ¡que Israel no creyó!:

23
La ausencia del tema de la “fe” en la narración “Del Desierto hacia el Monte Sinaí” (Éxo. 15:22–18:27)
parece ser algo estratégico, ya que pone la pregunta en la mente de los lectores: “¿Dónde quedó la
expresión de la fe?” En vez de eso, lo que se encuentra es quejas y más quejas (Éxo. 15:24; 16:2, 7, 8;
17:3).
24
Aunque este pasaje específicamente se refiere a creer en Moisés, el contexto más amplio deja en
claro que Israel creyó en Dios a través de creer y obedecer lo que Moisés había dicho sobre Dios (ver
Éxo. 4:1, 9, 31; especialmente 14:31).

21
“Pero ni aun con esto creísteis en YHVH (El Eterno) vuestro Dios” (Deut. 1:32 BTX).

“Y cuando YHVH (El Eterno) os envió desde Cades Barnea, diciendo: Subid y poseed
la tierra que os he dado, os rebelasteis contra el dicho de YHVH (El Eterno) vuestro
Dios, y no le creísteis ni escuchasteis su voz” (Deut. 9:23 BTX).

El Eterno claramente deseaba una respuesta de fe por parte de Su pueblo Israel. Él


obró a favor de ellos, para que ellos creyesen en Él.
Es crucial notar que “fe” y “justicia” están mencionadas juntas sólo dos veces en
toda la Antigua Toráh. En Génesis 15 encontramos “fe”, y consecuentemente,
encontramos “justicia” (Gén. 15:6). Tristemente, en Deuteronomio 9, encontramos que
“no hay fe” (Deut. 9:23), y consecuentemente, “no hay justicia” (Deut. 9:4–6). 25
Debemos detenernos para considerar las implicaciones de “fe” versus “no hay fe” en
las narraciones de la Antigua Toráh. Antes de la entrega de la Antigua Ley en el Monte
Sinaí, durante la narración “Del Desierto hacia el Monte Sinaí”, vimos que había fe en el
pueblo de Israel (Éxo. 14:31). En Éxodo 19:9, en la introducción de la narración “En el
Sinaí”, es bastante claro que se suponía que la “fe” fuese la respuesta de Israel a Dios
en el Monte Sinaí. Aunque deberíamos esperar que Israel respondiera a Dios con fe
después que hubiera recibido la Antigua Ley en el Monte Sinaí (es decir, fe bajo la
Antigua Ley), ¡la fe no apareció! A pesar de las experiencias de Israel con Dios durante
todo un año en el Monte Sinaí, ¡Israel no creyó! Como resultado directo, y en contraste
con el creyente Abraham, Israel no tuvo justicia (Deut. 9:4–6). Por tanto, no se le
permitió entrar a la Tierra Prometida (Núm. 14:11; 20:12; Deut. 1:32; 9:23).
¿Qué produjo la recepción de la Antigua Ley en el pueblo de Israel, si no fue la fe? Es
sólo cuando se compara la narración “Del Desierto hacia el Monte Sinaí” (antes de la
entrega de la Antigua Ley) con la narración “Del Monte Sinaí hacia la Tierra Prometida”
(después de la entrega de la Antigua Ley) que se encuentra la respuesta. Considere
estas dos narraciones en el desierto, antes de la entrega de la Antigua Ley y después
bajo la Antigua Ley, como un marco de fotografía en donde el retrato de la Antigua Ley
se puede apreciar completamente.
Hay numerosos paralelos entre la jornada de Israel a través del desierto hacia el Monte
Sinaí y su jornada a través del desierto desde el Monte Sinaí hacia la Tierra Prometida:
1. Israel se quejó después de una jornada de tres días (compare Éxo. 15:22-24 con
Núm. 10:33-11:1), y las quejas continuaron durante el resto de la jornada (compare
Éxo. 16:2-8; 17:3 con Núm. 14:2, 27, 29, 36; 16:11; 17:1-5).
2. Israel anhelaba la comida de Egipto (compare Éxo. 16:3 con Núm. 11:4, 5).
3. Dios proveyó maná y codornices (compare Éxo. 16:4-22 con Núm. 11:6–35).

25
Con razón Shaúl/Pablo cita la primera parte de Deut. 9:4 en Rom. 10:6 (“No digas en tu corazón”)
cuando él comparó la justicia basada en la Antigua Ley con la justicia basada en la fe: “Moisés escribe
de la justicia que es por la (Antigua) Ley: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas. Pero la
justicia por fe dice así: No digas en tu corazón” (Rom. 10:5, 6 BTX). Al citar Deut 9:4, Shaúl/Pablo espera
que sus lectores vean que ¡la falta de justicia bajo la Antigua Ley por parte de Israel fue el resultado de la
falta de fe de ellos!

22
4. El mandamiento del sábado fue violado (compare Éxo. 16:23-28 con Núm. 15:32-
36).
5. Israel contendió contra Moisés y le recriminó por qué los había sacado de Egipto
(compare Éxo. 17:2, 3 con Núm. 20:3-5, 13).
6. Israel cuestionó/tentó al Dios que estaba en medio de ellos (compare Éxo. 17:7 con
Núm. 11:20).
7. Las quejas de Israel ocasionaron que Dios proveyese agua de la roca (compare
Éxo. 17:6 con Núm. 20:10, 11).
8. Israel batalló contra los amalecitas (compare Éxo. 17:8–16 con Núm. 14:43–45).
9. El pueblo de Israel se hizo tan gravoso para Moisés que él tuvo que designar líderes
que le ayudasen a llevar la carga (compare Éxo. 18:13–22 con Núm. 11:14-17).
Mientras que el pueblo de Israel se comportó de la misma manera antes y después de
la entrega de la Antigua Ley, las consecuencias de sus acciones fueron marcadamente
diferentes:
1. Israel salió victorioso contra los amalecitas antes de recibir la Antigua Ley en el
Monte Sinaí, pero fue derrotado por ellos después que Israel recibió la Antigua Ley
(Núm. 14:43-45).
2. Moisés no se quejaba de su gravoso trabajo con los israelitas hasta que Jetro le
señaló el problema justo antes de la entrega de la Antigua Ley en el Monte Sinaí
(Éxo. 18:13–22). Sin embargo, después que Moisés se alejó del Monte Sinaí,
cuando se enfrentó con el mismo problema, le pidió a Dios que le quitase la vida
(Núm. 11:14-17).
3. En su camino al Monte Sinaí, y justo antes de la entrega de la Antigua Ley, ninguno
de los israelitas recibió la muerte cuando pecaron contra Dios y/o contra Moisés. Sin
embargo, muchos miles recibieron la muerte por exactamente las mismas ofensas
después de haber recibido la Antigua Ley. Por ejemplo:
a. La violación del sábado, antes de la entrega de la Antigua Ley, no fue castigada
en Éxodo 16. Sin embargo, los violadores del sábado recibieron la muerte,
después que Israel recibió la Antigua Ley (Núm. 15:32-36).
b. El anhelo que Israel tenía por la comida de Egipto no fue castigado antes de la
entrega de la Antigua Ley (Éxo. 16:3 y siguientes). Sin embargo, El Eterno
castigó a los israelitas con una plaga por este mismo pecado después que ellos
habían recibido la Antigua Ley (Núm. 11:33; ver también 14:37).
c. El pueblo dijo que habría sido mejor morir en Egipto antes de la entrega de la
Antigua Ley (Éxo. 16:2, 3), pero de hecho no vio su deseo cumplido, sino hasta
después que la Antigua Ley fue dada (Núm. 14:2, 21–23, 32, 35).
d. No hubo castigo por haber murmurado contra Moisés antes de la entrega de la
Antigua Ley (Éxo. 16:2 y siguientes.). Sin embargo, después que la Antigua Ley
fue dada, ¡murmurar contra Moisés resultó en la muerte de cerca de 15,000
personas (Núm. 16:1–3, 32–35; 16:41–42, 49)! Y otra vez más, cuando el pueblo
de Israel se quejó contra El Eterno y Moisés, muchos recibieron la muerte por la
mordedura de serpientes (Núm. 21:4–6).
Cuando comparamos la imagen de Israel antes de la entrega de la Antigua Ley con la
imagen de Israel después de la entrega de la Antigua Ley, las implicaciones son
bastante claras. La entrega de la Antigua Ley trajo como resultado la ira divina y la

23
muerte, como Shaúl/Pablo tan claramente lo declaró en Romanos 4:15 BTX… “Porque
la (Antigua) Ley produce ira, pero donde no hay (Antigua) Ley, tampoco hay
transgresión” (ver también Rom. 5:20; 7:10 y 2 Cor. 3:6). El propio punto de vista de
Moshé/Moisés sobre la entrega de la Antigua Ley en el Monte Sinaí, es perfectamente
consistente con el entendimiento que Shaúl/Pablo tenía de la Antigua Ley,
entendimiento del cual Pablo escribió en sus epístolas.

Moisés no estaba presentando la justicia por medio de la Antigua Ley como la clave
para que Israel tuviera la bendición y el disfrute permanente de la Tierra Prometida,
pues como se ha visto, él profetizó la desobediencia a la Antigua Ley por Israel, su
exilio y las maldiciones del pacto sinaítico, tanto en la introducción como en la
conclusión de la Antigua Toráh. Es como que Moisés hubiera profetizado: “quiero
bendecirles con el regalo de una buena tierra. Sin embargo, ustedes harán lo mismo
que Adam. Desobedecerán ésta Ley, experimentarán maldiciones, y morirán en el
exilio. Aquí está pues la Ley. Realmente espero que se comporten mejor, ¡aunque
estoy seguro que no lo harán!”
De igual manera, si Moisés estuviera presentando la Antigua Ley como la clave para la
justicia de Israel, ¿por qué Moisés dio realce a la conexión crucial entre la fe y la
justicia antes de la entrega de la Antigua Ley, y entonces relató la historia de la falta de
fe y la falta de justicia por parte de Israel, después que Dios ya había dado la Antigua
Ley? Esto es como si Moisés hubiera dicho, “Dios quería darle a Israel la misma justicia
que le dio a Abraham cuando él creyó, antes de que Dios diese la Ley. Y a propósito,
cuando le dio la Ley a mi pueblo Israel, mi pueblo no creyó, y consecuentemente, no
fuimos considerados justos. ¡Esa es la realidad de la historia!”
La historia narrativa de la Antigua Toráh lleva a los lectores a cuestionar la efectividad
de la Antigua Ley para llevar a Israel (y a las naciones) a la plenitud de las promesas
incondicionales del pacto abrahámico (ver Gén. 15). Dado que las bendiciones del
pacto abrahámico son incondicionales, seguramente la promesa dada a Israel de
recibir esas bendiciones, no dependería de la obediencia a la Antigua Ley, cuyas
bendiciones eran condicionales, particularmente debido a que Moisés puso en claro
que la desobediencia futura era algo ciertísimo. Moisés mismo fue bastante claro en
este punto.
Se ha comparado cuidadosamente el comportamiento de los israelitas en su jornada
hacia el Monte Sinaí, antes de recibir la Antigua Ley, con su comportamiento en su
jornada después del Monte Sinaí hacia la Tierra Prometida. Habiendo pasado Israel un
año entero con Dios en el Monte Sinaí,26 y habiendo recibido la Antigua Ley… el
comportamiento del pueblo israelita no cambió. Ellos continuaron murmurando y
rebelándose contra Dios y contra Su siervo Moisés. Es en este contexto que el
exasperado Moisés no miró a la entrega de la Antigua Ley como la solución al
problema de Israel, sino a la entrega del Espíritu Santo. Dijo Moisés en Núm. 11:29...
“Pero Moisés le dijo (a Josué): ¿Tienes celos por causa mía? ¡Quien diera que todo el
pueblo de YHVH (El Eterno) fuera profeta, y que YHVH (El Eterno) pusiera su Espíritu
sobre ellos!” Moisés no dijo… “quien diera que todo el pueblo del Eterno guardase la

26
Ver Éxo. 19:1; Núm. 10:11.

24
Ley”. El anhelo de Moisés de que todo el pueblo de Israel recibiese el Espíritu Santo,
sería más tarde retomado por el profeta Joel:

“Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras
hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán
visiones. También sobre los siervos y las siervas derramaré mi Espíritu (Santo) en
aquellos días” (Joel 2:28-29 BTX [Texto Masorético, 3:1, 2]).27
Hasta aquí, se ha visto bastante claro que la Antigua Ley no podía haber sido la meta
final de la Antigua Toráh. Pero, si la Antigua Ley no era la meta final, entonces… ¿qué
ó quién lo era?
El Mesías Yeshua/Jesús era (y sigue siendo) la Meta Final de la Antigua Toráh
Hay ciertas claves obvias de que la meta final de la Antigua Toráh (que fue el medio
por el cual Dios cumpliría sus propósitos para, y a través de, Israel), era la venida del
Rey-Mesías en los últimos días. Moisés claramente consideraba a “los últimos días”
como un asunto de gran importancia, ya que usó la frase cuatro veces en la Antigua
Toráh, y cada una de ellas fue muy significativa en la estructura literaria. En tres
ocasiones, la frase aparece como el encabezado de poemas proféticos extensos: la
primera, está al final de la narración sobre la Historia de los Patriarcas (Gén. 49:1); la
segunda, ocurre cuando Balaam trató sin éxito de maldecir a Israel en el período de
transición de la antigua a la nueva generación de israelitas en el desierto (Núm. 24:14);
y la tercera, está al final de la Antigua Toráh como un prólogo al Cántico de Moisés
(Deut. 31:29). La cuarta ocasión que la frase ocurre está en el contexto de una
profecía, cuando Moisés llamó al cielo y la tierra como testigos (ver Deut. 31:28; 32:1)
del hecho de que el pueblo de Israel sería exiliado de la Tierra Prometida debido a su
desobediencia, pero que, en medio de tribulaciones, Israel se volvería al Eterno en los
últimos días (Deut. 4:25–31). Veamos estas cuatro veces:
“Y llamó Jacob a sus hijos, y dijo: Reuníos, y os anunciaré lo que os acontecerá en los
últimos días” (Gén. 49:1).

“Y ahora, he aquí, ya me voy a mi pueblo, ven pues, que te informaré lo que este
pueblo ha de hacer a tu pueblo en los últimos días” (Núm. 24:14).

“Porque yo sé que después de mi muerte, os corromperéis totalmente y os apartaréis


del camino que os he mandado, y así sobrevendrá el mal en los últimos días, porque
habréis hecho lo malo ante los ojos de YHVH (El Eterno), provocándolo a ira con la
obra de vuestras manos” (Deut 31:29).
“Cuando estés en angustia, y todas estas cosas te hayan alcanzado en los últimos
días, entonces te volverás a YHVH (El Eterno) tu Dios y escucharás su voz” (Deut.
4:30). 28

27
La trama de la Antigua Toráh claramente presagió la importancia de la venida del Espíritu Santo en
Hechos 2.
28
La Biblia Textual (BTX) 3ra. Edición usa una traducción diferente a “los últimos días” en cada uno de
los cuatro versos. Ya que la frase es exactamente la misma en el texto hebreo en cada uno de los cuatro
versos, se ha cambiado la traducción a “los últimos días” y se ha puesto en subrayado. Vale la pena
mencionar que ésta traducción es una traducción literal.

25
En cada ocasión, la frase aparece en lugares tan importantes de la trama narrativa de
la Antigua Toráh, al igual que el tema de la fe, que la frase se debe considerar una
clave para entender los propósitos teológicos de la Antigua Toráh como un todo. Otra
clave para la importancia de los últimos días es la palabra inicial de la Antigua Toráh
misma: “En principio”— una palabra en hebreo que requiere un “final”. La palabra en
hebreo para “último” en la frase “los últimos días”, siempre es usada como lo opuesto a
la palabra “principio” en las Escrituras Hebreas (ver Núm. 24:20; Deut. 11:12). La
Antigua Toráh abre con una historia que contiene el levantamiento y la caída de Adam
“en el principio de los días”. La historia introductoria de la Antigua Toráh sirve como un
prólogo al plan final de Dios para remediar el problema más grande de la humanidad:
nuestra separación de Dios, causada por la falta de fe y la desobediencia. Este remedio
no vendría a través de la Antigua Ley, sino a pesar de la repetida desobediencia a la
Antigua Ley por el pueblo de Israel. En vez de eso, Dios proveería el único y
todosuficiente remedio para el pecado a través del Rey-Mesías en “los últimos días”
(ver Gén. 49:1, 8–12; Núm. 24:14, 17–19).
Vale la pena darle una mirada a Adam dentro del contexto de la creación, para
entender cómo y por qué Moisés abrió el camino en la Antigua Toráh para el Mesías
que vendría:
Primero, Adam y Eva fueron bendecidos por Dios y se les ordenó ser fructíferos y
señorear sobre la tierra (Gén. 1:28). Se mencionó previamente que todos los elementos
esenciales del pacto abrahámico fueron otorgados a Adam en la creación: bendición,
simiente, y Tierra. Adam, el rey-sacerdote sobre la creación,29 estaba supuesto a
señorear sobre la Tierra. Pero Adam desobedeció y murió en el exilio. Sin embargo, en
la “víspera” de su exilio, Dios hizo la promesa de que, a pesar del fracaso de Adam y
Eva, Él levantaría una simiente (un descendiente) de la mujer que derrotaría a la
serpiente (Gén. 3:15). El resto del libro de Génesis lleva al lector por el camino, desde

29
El rol sacerdotal de Adam en el jardín se hace evidente cuando uno considera los numerosos paralelos
literarios entre el Jardín del Edén y el Tabernáculo. Por mencionar unos pocos paralelos, el término
usado para describir a Dios “caminando” en el Tabernáculo, también es usado para cuando Dios
“caminaba” en el Jardín (compare Lev. 26:12 con Gén. 3:8). Los querubines que estaban sobre el velo
del Tabernáculo y sobre el arca del pacto eran un recordatorio de los querubines que estaban ubicados a
la entrada del Jardín (compare Éxo. 25:18–22; 26:31 con Gén. 3:24). Tanto al Tabernáculo como al
Jardín del Edén, se entraba a ellos por el oriente (compare Núm. 3:38 con Gén. 3:24). A los levitas se les
encomendó “guardar y cuidar” el Tabernáculo, los mismos términos usados en hebreo para describir el
servicio de Adam en el Jardín (compare Núm. 3:7, 8 con Gén. 2:15). Los sacerdotes estaban “vestidos
con túnicas” y la misma frase fue usada para describir la cubierta divinamente provista en el Jardín para
Adam (compare Éxo. 29:5, 8 con Gén. 3:21). El Tabernáculo no sólo era un modelo del verdadero templo
en el cielo, era también una copia del Jardín del Edén. Eso sugiere que Adam fue puesto en ese primer
santuario terrenal (el Jardín del Edén) para servir como sacerdote sobre la creación. Las palabras
usadas para el señorío de Adam, en el mandato dado a él en la creación, son usadas más adelante para
describir el señorío de los reyes (compare Gén. 1:26–28 con 1 Reyes 4:24 [Texto Masorético 5:4]). Más
adelante, los escritores bíblicos también entendieron el mandato dado en la creación como una
referencia al señorío de la realeza (Salmo 8:4–8). Por lo tanto, Adam es descrito como un sacerdote-rey
sobre la creación. A esta luz, el llamamiento de los hijos de Israel para que fueran reyes y sacerdotes
tiene perfecto sentido (ver Éxo. 19:6). El pueblo de Israel fue llamado para cumplir el mandato dado a
Adam en general, y el Mesías (Yeshua/Jesús) fue llamado a ser el representante de Israel en particular.

26
la simiente de la mujer por medio de Adam hasta un rey de la tribu de Judá (Gén. 49:8–
12), quien vendría en los últimos días (Gén. 49:1). Dios escogió a Abraham para poder
restaurar los propósitos de Su creación (bendición, simiente y Tierra) a través de sus
descendientes, el pueblo de Israel étnico (Éxo. 1:7). Así, tenemos la promesa de que,
finalmente, un rey de Israel vendría para reafirmar el señorío de Adam sobre la Tierra y
sobre toda la creación.
Segundo, aprendemos en Génesis que el pueblo de Israel, como Adam, también sería
expulsado de la Tierra debido a su desobediencia a la Antigua Ley. Así, también
sabemos que el plan de Dios para Israel y las naciones no podría depender de la
obediencia a la Antigua Ley. El plan de Dios llegó a ocurrir, no porque Israel obedeció
la Antigua Ley, sino sólo debido al propio carácter misericordioso y firme promesa de
Dios —y a pesar de, la desobediencia de Israel (Deut. 4:31). Con esto en mente, ahora
estamos listos para mirar a la promesa del Mesías que vendría, en dos de los cuatro
mensajes proféticos concernientes a los últimos días.30
“Y llamó Jacob a sus hijos, y dijo: Reuníos, y os anunciaré lo que os acontecerá en los
últimos días…A ti Judá, te alabarán tus hermanos, tu mano, en la cerviz de tus
enemigos, se postrarán ante ti los hijos de tu padre. Cachorro de león es Judá, de la
presa subiste, hijo mío, se agazapa y acecha cual león y cual leona, ¿quién hará que
se levante? No será quitado el cetro de Judá, ni el legislador de entre sus pies, hasta
que llegue Siloh, y sea suya la obediencia de los pueblos. Ata a la vid su pollino, y a la
cepa el hijo de su asna. Lava en el vino su vestido, y en sangre de uvas su manto. Sus
ojos están turbios por el vino, y sus dientes blancos por la leche” (Gén. 49:1, 8-12
BTX).

“Y ahora, he aquí, ya me voy a mi pueblo, ven pues, que te informaré lo que este
pueblo ha de hacer a tu pueblo en los últimos días… Lo veré, pero no ahora, Lo
contemplaré, pero no de cerca. Surgirá una estrella de Jacob, y de Israel se levantará
un cetro que aplastará las sienes de Moab, y el cráneo de todos los hijos de Set. Edom
será desposeído, se empobrecerá Seír, su enemigo, mientras Israel hará proezas, y
uno nacido de Jacob dominará, y aniquilará el remanente de la ciudad” (Núm. 24:14,
17–19 BTX).

Ambas profecías están claramente enfocadas en el mismo rey (un cetro31), y ambas
profecías mencionan temas claves del pacto abrahámico, en donde el pueblo de Israel
y las naciones serían bendecidas, y las naciones que se opongan serían maldecidas.

30
Ambos pasajes, Gén. 49:8–12 y Núm. 24:17–19, desde hace mucho tiempo han sido entendidos por
intérpretes judíos y cristianos como profecías mesiánicas (por ejemplo: la Septuaginta, Targum Onkelos,
Rashí), y por tres buenas razones. Primera, ambos pasajes están explícitamente ligados a profecías
concernientes a “los últimos días” (Gén. 49:1; Núm. 24:14), una frase frecuentemente relacionada con
los días del Mesías en los escritos proféticos (Ose. 3:5; Jer. 23:5, 6, 20; 30:9, 24; Dan. 9:24–27).
Segunda, profetas posteriores del TaNaK (AT) también interpretaron estos versos en referencia al
Mesías que vendría (compare Isa. 63:1–3; Eze. 21:32 [21:27 versiones en español]; y Zac. 9:9–11 con
Gén. 49:10–11). Tercera, los autores de los Escritos Apostólicos del Nuevo Pacto también interpretaron
estos pasajes en referencia al Mesías (compare Mat. 2:2 con Núm. 24:17; Rev. 19:11–13 con Gén.
49:11).
31
También compare Núm. 24:7–9 con Gén. 49:9, 10.

27
El que ocurra otra vez la frase “los últimos días” en la conclusión de la Antigua Toráh
(Deut. 31:29) refuerza aun más la importancia de los últimos días en el plan de Dios.
Aunque Moisés aseguró a sus lectores que Israel quebrantaría el pacto sinaítico y
experimentaría terribles consecuencias en “los últimos días” (Deut. 31:29), el cántico en
Deuteronomio 32 va más allá del castigo divino hasta un tiempo en el “fin” (Deut.
32:29), cuando las naciones e Israel alabarían juntos a Dios por el perdón que Él
proveería (Deut. 32:43; ver Rom. 15:10).
Cuando miramos a la Antigua Toráh desde este ángulo, podemos ver a Moisés
diseñarla intencionalmente para aguantar el quebrantamiento del pacto sinaítico y el
exilio de Israel; y que ella se refería a algo más allá de estos dos eventos, teniendo la
mirada puesta en la meta final que sería la redención a través del Mesías que vendría.
La meta final de la Antigua Toráh, en su verdadero sentido, no puede ser la obediencia
a la Antigua Ley, ya que Moisés nos asegura que el pacto hecho en el Monte Sinaí
sería quebrantado. Esto lleva al lector a mirar en fe, más allá de la Antigua Ley y del
pacto sinaítico quebrantado, hasta la venida de un Rey, un profeta como Moisés (Deut.
18:15; 34:10), quien ofrecería al pueblo de Israel étnico un pacto mejor y superior en
donde la obediencia sería el fruto de un corazón circuncidado (ver Deut. 30:6, 11–14;
Rom. 10:4–13).
Conclusión:
A través de las seis principales secciones narrativas que incluye la Antigua Toráh se ha
podido ver que Moshé/Moisés ya había profetizado que el pueblo de Israel
quebrantaría el pacto sinaítico, y que la entrega de la Antigua Ley lo único que
produciría sería la ira de Dios sobre el pueblo de Israel, debido a su falta de fe y su
desobediencia. Después de la entrega de la Antigua Ley, esa ira divina lo que le trajo a
la desobediente Israel fue la muerte. Así, el pueblo de Israel sólo podría fincar su
esperanza en la profecía también dicha por Moshé/Moisés, de que un Rey-Mesías,
Yeshua/Jesús, vendría por primera vez en los últimos días para llevar a cabo su
redención. Y Yeshua ya vino por primera vez…y lo hizo.

Beahavat Yeshua/En el amor de Jesús. Amén.

28
Cuestionario 2
Responda las siguientes siete preguntas:
1. ¿Cuáles son dos detalles bastante sorprendentes en el texto narrativo de la Antigua
Toráh? Consulte la página 19.
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________

2. Mencione las seis principales secciones narrativas contenidas en la Antigua Toráh.


Consulte la página 20.
(1)_________________________________________________________________
(2)_________________________________________________________________
(3)_________________________________________________________________
(4)_________________________________________________________________
(5)_________________________________________________________________
(6)_________________________________________________________________

3. Hay dos cosas que están mencionadas juntas solamente dos veces en toda la
Antigua Toráh. ¿Cuáles son y donde están mencionadas? Consulte la página 22.
___________________________________________________________________
__________________________________________________________________

4. ¿Qué trajo como resultado para Israel, la entrega de la Antigua Ley? Consulte la
página 23.
___________________________________________________________________

5. ¿Cuál era (y sigue siendo) la meta final de la Antigua Toráh? Consulte la página 25.
___________________________________________________________________
__________________________________________________________________

6. Mencione dos pasajes proféticos en la Antigua Toráh que predijeron la primera


venida del Mesías Yeshua/Jesús. Consulte la página 27.
___________________________________________________________________

7. ¿A qué debe mirar en fe, el lector de la Antigua Toráh? Consulte la página 28.
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________

29
Lección 3: Las Funciones de la Antigua Toráh
Introducción: En esta lección se verá que es imprescindible reconocer las verdaderas
funciones de la Antigua Toráh como Escritura inspirada divinamente. Cuando se le
atribuye a la Antigua Toráh funciones que la Escritura del Nuevo Pacto (que es el que
está vigente hoy para los creyentes en Yeshua) no le atribuye (por ejemplo: justificar,
santificar, dar vida eterna, ser la norma de conducta legal requerida bajo el nuevo
pacto), la legitimidad de la Antigua Ley es distorsionada, pervertida y corrompida,
aunque a los ojos de muchos les parezca que le están dando un lugar de honra y
honor. De ahí que pasemos a responder la siguiente pregunta…
Exposición:
¿Cómo se debe aplicar hoy la Antigua Ley como Palabra de Dios inspirada?
En Gálatas 3 Shaúl/Pablo argumenta que mucho antes de que la Antigua Ley fuera
dada, Dios planificó bendecir al pueblo de Israel y a todas las naciones, a través de la
fe en el Mesías Yeshua/Jesús que vendría. Shaúl/Pablo entonces pasa a explicar que
aquellos que se basan o confían en las obras de la Antigua Ley están bajo maldición
(Gál. 3:10–13). Esto nos deja con el siguiente dilema: si la Antigua Ley (que resultó en
una maldición) fue dada 430 años después de una promesa de bendición hecha a
Abraham (Gál. 3:17–18), ¿por qué entonces Dios dio la Antigua Ley? Shaúl/Pablo
anticipa esta cuestión cuando él mismo pregunta, “entonces, ¿para qué existe la
(Antigua) Ley?” (Gál. 3:19 Reina Valera Actualizada 2015).
Aunque la respuesta de Shaúl/Pablo en Gálatas 3 no es un tratado extenso sobre el
tema, él provee una de varias respuestas a esta importante pregunta. Debemos de
preguntarnos, como seguidores hoy del Mesías Yeshua, “¿para qué entonces existe la
Antigua Ley, y cuál es hoy nuestra relación con ella?” Para ser claro, se argumentará
en esta lección que la Antigua Toráh entera (Gén. 1 - Deut. 34) continúa siendo
Escritura inspirada para el creyente en Yeshua —toda ella, incluso la sección legal
(Éxo. 12 - Deut. 34). Las Escrituras nos muestran varias funciones verdaderas de
la Antigua Ley: (A) custodio, (B) sombra, (C) teología, (D) amor, (E) sabiduría, y
(F) testigo acusador.
A. Custodio
Ya se ha notado que Shaúl/Pablo consideraba la Antigua Ley como algo que vino
cientos de años después que Dios le hizo la promesa a Abraham. Es importante
reconocer que Shaúl/Pablo, de hecho, define lo que él mismo quiere decir con la
palabra “Ley” en el contexto de su argumento; ésta definición es esencial para el
argumento. Shaúl/Pablo habla acerca de la “Escritura” en Gál. 3:8, y luego cita Gén.
12:3. En Gál. 3:17, Shaúl/Pablo dice que la “Ley” fue añadida 430 años después de la
promesa hecha por Dios a Abraham. Ya que la promesa que el emisario Shaúl/Pablo
menciona en Gál. 3:8 también es parte de la Antigua Toráh (es decir, Gén. 12:3),
entonces la “Ley” añadida 430 años más tarde debe ser una referencia a la ley del
pacto sinaítico, es decir, la Antigua Ley o sección legal (Éxo. 12 - Deut. 34), y no es una
referencia a la Antigua Toráh como un todo. Cuando se falla en ver el hecho de que la
“Ley” aquí no puede ser una referencia a la Antigua Toráh como un todo, se cae en

30
toda clase de grandes problemas teológicos, uno de los cuales es asumir que: ya que
no estamos más bajo la Antigua Ley (es decir, el pacto sinaítico) entonces ya no
estamos bajo la autoridad de la Antigua Toráh como Escritura. Shaúl/Pablo no sólo se
refiere a la Antigua Toráh (Gén. 12:3) como “Escritura,” 32 sino que también usa la
Antigua Toráh para probar su punto teológico, a saber: que la justificación por la fe
en el Mesías Yeshua/Jesús es el corazón de la teología de la Antigua Toráh,
mientras que la Antigua “Ley” (los mandamientos del pacto sinaítico) fue añadida
a la promesa hecha a Abraham para un propósito provisional/temporal. Para
Shaúl/Pablo, la Antigua “Ley” (que incluye el pacto sinaítico con sus mandamientos) es
parte de una historia más larga llamada la Antigua Toráh, cuyo propósito total es
llevarnos a la fe en el Mesías Yeshua. Como Escritura, toda parte de la Antigua Toráh,
incluyendo la Antigua Ley (sección legal), continúa sirviendo hoy ese propósito: ser
Escritura inspirada (ver Gál. 3:22). Así que, cuando se habla de la Antigua “Ley”,
específicamente se está haciendo referencia al pacto sinaítico con sus estipulaciones,
es decir, los mandamientos, estatutos y decretos que estuvieron en operación legal
hasta el establecimiento del Nuevo Pacto (ver Heb. 8:13).
Según Shaúl/Pablo, la Antigua Ley “fue añadida por causa de las transgresiones, hasta
que viniera la descendencia que había sido prometida” (Gál. 3:19 BTX). La Antigua Ley
fue puesta como nuestro “guardián” o “custodio” hasta que llegase el Mesías Yeshua
en Su primera venida (Gál. 3:24); la implicación es que ya no estamos más bajo la
autoridad legal de la Antigua Ley. ¿De dónde tomó Shaúl/Pablo esta idea? ¡De la
Antigua Toráh, por supuesto! Es interesante ver que la entrega de la Antigua Ley no
ocurrió en un solo grandísimo depósito de 613 mandamientos. Más bien, se ve que la
relación del pueblo de Israel con Dios bajo el pacto sinaítico era dinámica: en la
narrativa de la Antigua Toráh, cuando el pueblo de Israel pecaba, se añadían nuevos
mandamientos.

Tome, por ejemplo, el mandamiento acerca de añadir flecos a los bordes de las
vestiduras que se encuentra en Números 15:37–41. Dios no dio este mandamiento al
pueblo de Israel étnico cuando ellos estaban al pie del Monte Sinaí. ¿Por qué no?
Porque el pueblo de Israel todavía no lo necesitaba. Más bien, este mandamiento fue
dado en respuesta a los eventos ocurridos en Números 13–14. Aquí se lee que al
pueblo de Israel se le ordenó espiar (tor en Hebreo33) la Tierra (Núm. 13:2), pero el
miedo se apoderó de ellos, y 10 de los espías llevaron la multitud a la incredulidad
(Núm. 14:11). El juicio sobre ellos fue rápido, y esa generación fue condenada a morir
en el desierto debido a su “incredulidad/falta de fe” (Núm. 14:33). Dios usó una palabra
muy dura para la “infidelidad” que, de hecho, significa “prostitución”, es decir, infidelidad
sexual (la raíz hebrea de esta palabra es zanah).
Habiendo sentenciado a los israelitas a morir en el desierto, Números 15 da un giro
sorprendente: “Habló YHVH (El Eterno) a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel,

32
“Y la Escritura, previendo que por la fe Dios declara justos a los gentiles, proclamó de antemano las
buenas nuevas a Abraham: En ti serán benditas todas las naciones” (Gál. 3:8 BTX).
33
La palabra “espiar” es una palabra clave en la narración sobre los espías (Núm. 13:2, 16–17, 21, 25,
32; 14:6–7, 34, 36, 38).

31
y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra de vuestra morada que Yo os doy” (Núm.
15:1–2 BTX). Inmediatamente después que Dios condenó a la primera generación a
morir en el desierto, Dios empezó a darle al pueblo de Israel instrucciones para cuando
ellos entrasen a la Tierra (¡Dios es bueno!).

El último mandamiento en esta serie de nuevos mandamientos es el mandamiento de


llevar los flecos. ¿Por qué flecos? Dios explica el mandamiento usando las palabras
particulares que se encuentran en la narración previa acerca del fracaso de Israel para
tomar la Tierra:
“Tales flecos os servirán para que, cuando los veáis, os acordéis de todos los
mandamientos de YHVH (El Eterno) y los cumpláis, y no sigáis [tor en hebreo] el
impulso de vuestro corazón ni de vuestros ojos, tras el cual os prostituís [zanah en
hebreo]” (Núm. 15:39 BTX).

Al usar estas palabras específicas, es claro que el mandamiento de llevar los flecos fue
una respuesta a la transgresión del pueblo de Israel que se encuentra en la narración
previa. ¿Por qué flecos? Para prevenir que hagan otra vez lo que recién habían hecho
en Cades Barnea (Núm. 13:26). La implicación obvia es esta: Si el pueblo de Israel no
hubiera pecado en la narración previa, ¡ellos no habrían necesitado un recordatorio
externo para no pecar otra vez! 34

El mandamiento de llevar los flecos funcionaría de la misma manera que funciona un


toque de queda para un adolescente rebelde. Si el adolescente fuera más maduro, no
necesitaría toque de queda alguno. Obviamente, un padre amoroso busca la manera
de mantener a su hijo bajo supervisión. Pero cuando su hijo crece y se vuelve un adulto
maduro, el toque de queda (el guardián/custodio) ya no se necesita más. Ese es
precisamente el punto del apóstol Pablo/Rav Shaúl en Gálatas 3:19–29. También es su
punto en la Primera Epístola a Timoteo:
“Nosotros no obstante sabemos que la (antigua) ley es buena, si uno la usa
legítimamente, sabiendo esto: Que la (antigua) ley no está puesta para el justo, sino
para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los
irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, y para los homicidas, para los
fornicarios y los homosexuales, para los secuestradores, y los mentirosos y perjuros, y
para cualquier otro que se opone a la sana doctrina” (1 Tim. 1:8–10 BTX).

La Antigua Ley, como un guardián o custodio, fue añadida debido a la


transgresión de Israel, para proteger a ese pueblo de los peligros y las
consecuencias del pecado y falta de fe, hasta que el Mesías Yeshua llegase en Su
primera venida. Ahora que el Mesías Yeshua ya ha llegado y establecido el Nuevo

34
Hay otros ejemplos de mandamientos específicos siendo añadidos debido a la transgresión de Israel.
Un ejemplo obvio sería la asignación de los levitas como respuesta al incidente del becerro de oro (Éxo.
32:25–29). Así que, ¿quiénes funcionaban como levitas hasta antes de este incidente? Muy
probablemente fueron los primogénitos de todas las tribus, como cumplimiento del llamamiento del
pueblo de Israel para ser un reino de sacerdotes (ver Núm. 3:12). La transgresión trajo con ella
restricciones específicas que no estaban en existencia anteriormente.

32
Pacto, nosotros (todos los seguidores de Yeshua/Jesús) ya no estamos más bajo la
autoridad legal del guardián/custodio.
B. Sombra
Otra función de la Antigua Ley como Escritura es señalar hacia las cosas
pertenecientes al Mesías Yeshua y al Nuevo Pacto. Esta verdad está muy claramente
explicada en la Epístola a los Hebreos:
“Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal Sumo
Sacerdote que se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, ministro de
las cosas santas y del verdadero tabernáculo que erigió el Señor y no el hombre.
Porque todo sumo sacerdote es constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo
cual, es necesario que también Éste haya tenido algo que ofrecer. Pero si estuviera en
la tierra, no sería sacerdote en manera alguna, habiendo aún quienes siguen
presentando ofrendas según la (antigua) ley; los cuales son figura y sombra de las
cosas celestiales, como le fue advertido a Moisés cuando estaba por terminar el
tabernáculo; pues: Mira, le dice, haz todas las cosas según el modelo que te fue
mostrado en el monte” (Heb. 8:1–5 BTX; ver también Éxo. 25:40).

¿Cómo el autor de la Epístola a los Hebreos pudo llegar a esta conclusión? ¡Por
supuesto… leyendo la Antigua Toráh! En cinco ocasiones la Antigua Toráh nos dice
que el tabernáculo era una copia (Éxo. 25:9; 25:40; 26:30; 27:8; Núm. 8:4). Aunque
la Antigua Toráh no dice explícitamente que el tabernáculo terrenal era una copia de
las realidades celestiales, ésta verdad está claramente implicada tanto en la Antigua
Toráh como en otras partes de las Escrituras Hebreas. Se nos dice, por ejemplo, que
cuando el tabernáculo fue completado, la gloria de Dios entró al Lugar Santísimo (Éxo.
40:33–38; ver Lev. 1:1; 1 Reyes 8:27). Pero esta verdad crea un dilema teológico ya
que Deut. 4:39 también enseña que el Señor Dios mora no sólo sobre la tierra sino
también arriba en el cielo. Similarmente, cuando la gloria de Dios llenó el templo que
Salomón/Shelomó había construido (1 Reyes 8:11), el rey ofreció una oración pidiendo
que “toda oración o toda súplica… sea escuchada por Tí (El Eterno) desde los cielos, el
lugar de tu morada…” (1 Reyes 8:38, 39; ver vv. 32, 34, 36, 45, 49; 2 Crón. 6:27). Así
que, ¿dónde verdaderamente mora Dios? ¿En el tabernáculo/templo? ¡Sí! ¿En el cielo?
¡Sí! Dios es capaz de morar en un tabernáculo/templo terrenal sin dejar de ser Dios en
el cielo sobre todas las cosas (ver Juan 1:14). La oración de Salomón subraya la
verdad de que la permanente y verdadera morada de Dios no se encuentra sobre la
tierra, debido a que el tabernáculo/templo pudo ser destruido. Por lo tanto, el
tabernáculo/templo terrenal debía haber sido sólo una réplica, una copia, de la
realidad celestial. Sorprendentemente, el rey Salomón incluso reconoció que el
verdadero perdón de los pecados ocurre, no en un templo terrenal, sino en el cielo (1
Reyes 8:34, 36; 2 Crón. 6:27).
La Antigua Toráh contiene otras pistas que sugieren que el tabernáculo era solamente
una copia de la verdadera realidad. Por ejemplo, la entrada al Jardín del Edén, al igual
que la entrada al tabernáculo, estaba hacia el Este, y estaba resguardada por
querubines (Gén. 3:24; Éxo. 26:1, 31) con una grandísima diferencia: Los querubines

33
que resguardaban la entrada al tabernáculo eran copias, mientras que ¡los querubines
que resguardaban la entrada al Jardín del Edén eran la realidad (ver Eze. 10:20)!
Ya que el tabernáculo terrenal era una copia de las realidades celestiales, el
tabernáculo entonces tenía la divina intención de que fuera entendido correctamente
como un testigo/símbolo de las realidades celestiales (mesiánicas). De hecho, el autor
de Hebreos es bastante claro sobre este punto cuando escribe:
“indicando con esto el Espíritu Santo que aún no estaba abierto el camino al lugar
santísimo, mientras estuviera en pie el primer tabernáculo. Lo cual es símbolo para el
tiempo presente,35 según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden
perfeccionar, con respecto a la conciencia, al que ofrece ese servicio, sólo de viandas y
bebidas, y diversos géneros de abluciones; reglamentos carnales impuestos hasta el
tiempo de reformación” (Heb. 9:8–10 BTX).

Guardar la ley de la alimentación que se encuentra en Levítico 11 es un componente


esencial de aquello a lo que las personas se refieren cuando hablan hoy de “observar
la Antigua Ley”. Sin embargo, lo que las personas a menudo no pueden ver, y que el
escritor de Hebreos ha observado con tanta percepción, es la conexión que existía
entre la ley alimenticia y el tabernáculo terrenal. Levítico 11 es parte de una sección
más grande (Levítico 11–15) llamada las Leyes de Pureza, y todas ellas están ligadas a
la pureza del tabernáculo (Lev. 16). Más allá del hecho de que, ya no existe más un
tabernáculo/templo físico en operación, los seguidores mismos de Yeshua/Jesús
son ahora el templo del Espíritu de Dios (1 Cor. 3:16, 17), la pureza del cual templo
ya no depende más de seguir las Leyes de Pureza que se encuentran en Lev. 11–15,
sino del sacrificio perfecto y final del Mesías Yeshua/Jesús. Yeshua ha cumplido ya
todas las Leyes de Pureza por nosotros y para nosotros, ¡incluyendo la ley de la
alimentación! Por esta razón, tanto Pablo como el escritor de Hebreos, son capaces de
declarar a los seguidores de Yeshua/Jesús, tanto a judíos como a gentiles, que ahora
todos los alimentos son limpios (Heb. 9:8–10; 13:9; 1 Tim. 4:1–5).
La continua operación del tabernáculo/templo físico con su sistema de sacrificios de
animales, el sacerdocio levítico, los lavamientos ceremoniales, etc. (es decir, el pacto
sinaítico), fue diseñada específicamente para no durar para siempre. Y al meditar
nosotros sobre la descripción del tabernáculo y su significado, según se encuentra en
las Escrituras para todos los creyentes hoy, su simbolismo y limitaciones incluidas
están diseñadas para señalar hacia un mejor Sumo Sacerdote, un mejor Sacrificio y
un mejor Templo, al cual ahora tenemos acceso directo en Yeshua/Jesús. En otras
partes de las Escrituras también vemos que incluso las fiestas solemnes fueron
específicamente diseñadas con el propósito de señalar hacia el Mesías Yeshua. Dice
en Colosenses 2:16-17… “por tanto, nadie os juzgue en comida, o en bebida, o
respecto a solemnidades (anuales), o novilunios (mensuales), o sábados (semanales),
todo lo cual es sombra de las cosas venideras, pero la realidad es del Mesías” (BTX).

35
El “tiempo presente” no se refiere al tiempo del escritor de los Hebreos, ya que éste escritor está
escribiendo acerca del tabernáculo, no del templo. El “tiempo presente” se refiere entonces al tiempo en
el cual aquel tabernáculo estaba en existencia.

34
Se tiene el objetivo de que todos los seguidores de Yeshua, vean y entiendan hoy la
sustancia/realidad de estas sombras. Y aunque ya no estamos más bajo la autoridad
legal del pacto sinaítico, y por tanto ya no estamos más obligados a guardar las leyes
concernientes a las fiestas,36 todavía se deben buscar maneras de presentarle al
pueblo judío étnico la plena realidad del Mesías Yeshua. Así, la celebración de los días
de fiesta mencionados en Levítico 23 (Shabbat/Sábado semanal, Pésaj/Pascua,
Shavuot/Pentecostés, Succot/Cabañas, etc.) nos proporcionan grandes oportunidades
para mostrarle al pueblo judío étnico, cómo la Antigua Ley señala hacia Yeshua.
Antes de pasar al siguiente punto, es muy importante mencionar un asunto acerca de la
Antigua Ley que se puede pasar por alto con facilidad. Las sombras contenidas en la
Antigua Ley continúan funcionando como Escritura inspirada, las cuales sombras no
sólo señalan hacia el Mesías Yeshua, sino que también nos ayudan a entenderlo. Sin
la Antigua Ley, no entenderíamos la importancia de los sacrificios de animales, la
necesidad de un Intercesor o Redentor, la presentación de Yeshua como el Cordero
Pascual, etc. Tristemente, muchos seguidores de Yeshua piensan que deben hoy
descartar por completo las sombras, ahora que las realidades han llegado. Esta actitud
a menudo resulta en el fracaso de no estudiar la Antigua Ley como Escritura inspirada
divinamente, escrita para el propósito de señalar hacia Yeshua. Al descartar por
completo las sombras, las realidades ya no se pueden entender desde su debido
trasfondo, y las sombras ya ni siquiera son conocidas. De ahí que, hoy vivimos en una
generación de creyentes que “no conocen a José” (Éxo. 1:8), y consecuentemente, ¡“no
entienden a Yeshua”!
C. Teología
Ya se ha visto versos que claramente nos dicen que no estamos más bajo la Antigua
Ley, es decir, bajo el Antiguo Pacto. Otra vez, la “Antigua Ley” aquí no debe ser
confundida con la Antigua Toráh como un todo, como se ha visto en la exposición
anterior sobre Gálatas 3. Pero es igualmente obvio que, toda la Antigua Toráh, la cual
incluye la Antigua Ley, continuó funcionando como Escritura inspirada para los
escritores del Nuevo Pacto. El Apóstol Pedro/Kefá, por ejemplo, anima a los creyentes
a ser santos ya que “El que os llamó es santo” (1 Ped. 1:15). ¿Cómo sabe Pedro que
Dios es santo? Porque ¡esto es lo que la Antigua Ley enseña! Dijo Pedro/Kefá:
“como hijos obedientes, no amoldándoos a las antiguas pasiones que teníais cuando
estabais en vuestra ignorancia; sino, según el que os llamó es santo, sed también
vosotros santos en toda vuestra manera de vivir, porque está escrito: Sed santos,
porque Yo (El Eterno) soy santo” (1 Ped. 1:14–16 BTX).

Aquí, Pedro/Kefá elabora su punto al citar Levítico 11:44… “porque Yo soy YHVH (El
Eterno) vuestro Dios. Vosotros, por tanto, os santificaréis y seréis santos, porque Yo (El
Eterno) soy santo, así que no os contaminaréis con ningún reptil que se arrastra sobre
la tierra” (BTX).
La ironía es obvia en el contexto de esta exposición, ya que Pedro/Kefá está citando
una exhortación teológica que originalmente tenía la intención de motivar al pueblo de
36
Lev. 23 está lleno de mandatos sobre los sacrificios de animales para los días de fiesta. Aún si
quisiéramos “guardar estos mandamientos”, no podríamos, ¡ya que no existe más el templo físico!

35
Israel étnico a no contaminarse con alimentos inmundos. Sin embargo, el escritor de
Hebreos ha dejado bastante claro que “viandas y bebidas, y diversos géneros de
abluciones; reglamentos carnales (fueron) impuestos hasta el tiempo de reformación”
(Heb. 9:10 BTX). De ahí que, es claro que el punto de Pedro/Kefá en el contexto de su
epístola del nuevo pacto, no es animar a sus lectores a que sigan las leyes de
alimentación, sino a que “no se amolden a las antiguas pasiones que tenían cuando
estaban en su ignorancia” (1 Ped. 1:14).

Así, ¿qué se puede concluir de esto? ¿cómo puede Pedro/Kefá derivar una verdad
teológica incambiable, procedente de un pasaje que, aunque todavía funciona como
Escritura inspirada hoy, su Antigua Ley ya no está vigente sobre sus lectores? La
respuesta es bastante directa: Aunque el sacerdocio no levítico de Yeshua requirió un
cambio en la Antigua Ley (Heb. 7:12), la Antigua Ley todavía refleja el carácter moral
de un Dios que nunca cambia moralmente (Mal. 3:6). Aunque nuestra expresión de la
santidad de Dios es diferente hoy bajo el nuevo pacto, Dios siempre sigue siendo santo
(1 Ped. 1:16; ver Lev. 11:44–45). De igual manera, así como se ha revelado en la
Antigua Ley que Dios siempre será uno (Deut. 6:4; ver también Marcos 12:29; Jacobo
2:19), también Dios siempre será compasivo y misericordioso (Éxodo 34:6; ver también
Lucas 6:36; Jacobo 5:11).
Ya que Dios no cambia en su carácter moral, y que la Antigua Ley es
canónicamente la expresión escrita inicial del carácter moral de Dios, la Antigua
Ley continúa funcionando como la fuente escrita inicial para la teología bíblica—
es decir, como una revelación parcial e inicial escrita acerca de la persona y
carácter moral de Dios, aunque no para propósitos salvíficos. Por eso, se debe
estudiar y meditar en la Antigua Ley para poder conocer los inicios de la revelación
bíblica escrita acerca del Dios moral que la dio, el Dios que ¡finalmente nos dio a Su
Hijo Yeshua, como Su revelación personal, viviente, completa y perfecta, revelación
FINAL en Quien únicamente se encuentra la salvación eterna (Juan 14:6; 17:3; Hechos
4:10-12)!
D. Amor
Cuando a Yeshua una vez se le preguntó acerca del mandamiento más grande, Él los
resumió todos ellos en dos: “Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Le dijo:
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
Éste es el primero y gran mandamiento, y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu
prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos penden toda la ley y los
profetas” (Mat. 22:36–40 BTX).
El corazón de todos los mandamientos de la Antigua Ley es el amor: amar a Dios
y amar a los demás. Shaúl/Pablo es claro en este punto cuando él escribe:
“No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros, porque el que ama al prójimo, ha
cumplido la (antigua) ley. Porque: No adulterarás; no matarás; no hurtarás; no
codiciarás; y cualquier otro mandamiento (de la antigua ley), se resume en esta
declaración: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo. Así
que el cumplimento de la (antigua) ley es el amor” (Rom. 13:8–10 BTX).

36
Al meditar en la Antigua Ley, se nos recuerda y desafía a vivir una vida dedicada a
amar a Dios y amar a los demás. Al amar a Dios y a los demás, estamos cumpliendo la
Antigua Ley (ver Mat. 5:17–48; Jacobo 2:10–12). Esto no quiere decir que nuestro amor
por Dios y por las personas hoy deba ser expresado en la misma manera como lo fue
bajo el antiguo pacto. En ciertos casos, nuestro comportamiento hoy como seguidores
de Yeshua pudiera exceder los requerimientos escritos en la Antigua Ley (ver, por
ejemplo, Mat. 5:33–37, 43-47). En otros casos, nuestro amor bajo el nuevo pacto debe
ser expresado en una manera que es contraria a la Antigua Ley de Moisés. Ejemplo:
Cuando el escritor de Hebreos dice a sus lectores judíos, sin importar su tribu, “así
que, hermanos, teniendo confianza para entrar en el lugar santísimo por la sangre de
Yeshua/Jesús, la cual nos abrió un camino nuevo y vivo, por medio del velo, esto es,
de su carne” (Heb. 10:19–20 BTX), obviamente los anima a amar a Dios acercándose a
Él en una manera que estaba estrictamente prohibida bajo la Antigua Ley
(comparar con Lev 16:17; Núm. 3:10). Cuando Shaúl/Pablo anima a sus lectores
gentiles (y judíos) a celebrar la fiesta [Pascua], “no con la vieja levadura, ni con la
levadura de malicia y de maldad, sino con ázimos de sinceridad y de verdad” (1 Cor.
5:8 BTX), él claramente no está preocupado acerca del hecho de que la Antigua Ley
prohibía estrictamente a los gentiles incircuncisos el celebrar esta fiesta (Éxo. 12:48).
Así, vemos que amar a Dios y a las personas continúa siendo el corazón de la
conducta moral del nuevo pacto, y que al amar según el nuevo pacto, estamos
cumpliendo la Antigua Ley. Sin embargo, también vemos que nuestra expresión de
amor por Dios y por las personas según el nuevo pacto, no es necesariamente en la
misma manera en que debía ser expresada bajo la Antigua Ley.

E. Sabiduría
Por lo que toca a Shaúl/Pablo, la Antigua Ley (y la Antigua Toráh como un todo) ¡fue
escrita para nosotros! En dos ocasiones, Pablo cita Deuteronomio 25:4, “no pondrás
bozal al buey que trilla” (BTX) y lo aplica a la manera en que debemos tratar a los
ministros del nuevo pacto (1 Cor. 9:9; 1 Tim. 5:18). En sus palabras:
“¿Acaso digo esto según el hombre? ¿O no dice también estas cosas la (antigua) ley?
Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Le
preocupan a Dios los bueyes, o lo dice precisamente por nosotros? Pues fue escrito
por causa de nosotros; porque con esperanza debe arar el que ara, y con esperanza de
tener su parte el que trilla” (1 Cor. 9:8–10 BTX).

La Antigua Ley no fue escrita por causa de los bueyes, ¡sino por causa de nosotros!
Similarmente, él escribe en 1 Corintios 10:9–11:
“Ni tentemos al Mesías, como algunos de ellos lo tentaron, y fueron destruidos por las
serpientes. Ni murmuréis, tal como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el
destructor. Y estas cosas les acontecían como ejemplo, y fueron escritas para
amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos” (BTX).

La trágica historia de las serpientes ardientes fue “escrita para nuestra instrucción” (ver
también Efe. 6:1–3). ¡Espere un minuto! Antes vimos que Shaúl/Pablo consideró a la

37
Antigua Ley como un custodio, puesta en esa función temporalmente hasta la primera
venida de Yeshua (Gál. 3:24). En otros lugares Shaúl/Pablo establece con bastante
énfasis que ya no estamos más bajo la Antigua Ley (Rom. 6:11–14; 7:1–4). Así que,
¿cómo puede él decir que los mandamientos fueron escritos para nosotros, si ya no
estamos más bajo la Antigua Ley? La respuesta a esta pregunta se encuentra en
Deuteronomio 4:5–6:
“Mirad: os he enseñado estatutos y decretos, conforme me enseñó YHVH (El Eterno)
mi Dios, para que hagáis así en medio de la tierra donde vais a entrar para poseerla.
Observadlos y practicadlos, pues constituye vuestra sabiduría y vuestro
entendimiento a la vista de las naciones, las cuales tendrán noticia de todos estos
estatutos, y dirán: ¡En verdad esta gran nación es un pueblo sabio y entendido!” (BTX).

La Antigua Ley es una expresión de la gran sabiduría de Dios. La aplicación que


Shaúl/Pablo hace de Deuteronomio 25:4 (“no pondrás bozal al buey que trilla”) a la
manera en que debemos tratar a los ministros del nuevo pacto es una “aplicación de
sabiduría” basada en un qal vajomer (el argumento de ‘menor a mayor’ peso). Si Dios
nos mandó ser amables hacia los animales que están produciendo alimento físico para
nosotros, ¿cuánto más amables no deberemos ser hacia los ministros del nuevo pacto
que producen el alimento espiritual para nosotros?

Se debe meditar en las narraciones de la Antigua Toráh al igual que en sus


mandamientos para obtener sabiduría práctica para la vida diaria. Ejemplo:
Cuando Dios dijo a los antiguos israelitas… “cuando construyas una casa nueva, harás
pretil a tu terrado, no sea que, si alguno cae de allí, traigas delito de sangre sobre tu
casa” (Deut. 22:8 BTX), podemos sacar principios sabios sobre cómo construir
nuestras casas, oficinas, y demás, proveyendo seguridad para aquellos que estarán en
ellas. Una aplicación obvia de Deuteronomio 22:8 es la sabiduría de “proveer seguridad
para los niños” en nuestras casas, especialmente cuando sabemos que habrá niños
pequeños gateando sobre los pisos.37

F. Testigo Acusador
En adición a las otras funciones de la Antigua Ley, también vemos que la Antigua Ley
fue dada divinamente para testificar contra nosotros:
Moisés mandó a los levitas que llevaban el Arca del Pacto de YHVH (El Eterno),
diciendo: “Tomad este libro de la Ley y ponedlo al lado del Arca del Pacto de YHVH (EL
Eterno) vuestro Dios, para que quede allí como testigo contra ti” (Deut. 31:25, 26
BTX).

37
Así es precisamente cómo parece que se consideraba a la mayoría de las “leyes” dadas en el Antiguo
Cercano Oriente (como, por ejemplo, la ley de Hamurabi). No fue dada como ley civil en sí misma, sino
más bien, como un conjunto de reglas de un rey sabio. Estas reglas fueron copiadas una y otra vez como
guías para reglas sabias. De ahí que, su aplicación vino a ser práctica para generaciones subsecuentes.
Así, algunas veces cuando un escritor del Nuevo Pacto cita el TaNaK (AT), él no cambia el significado
como podría parecer, sino más bien, lo cita para llamar la atención al principio que está detrás de la
Escritura citada.

38
La Antigua Ley sirve como testigo acusador que testifica contra nosotros en un nivel
personal, así como también lo hace contra el pueblo de Israel a nivel nacional. Dice
Shaúl/Pablo: “Pero sabemos que cuantas cosas dice la (antigua) ley, las dice a los que
están en la (antigua) ley, para que toda boca sea cerrada, y todo el mundo quede
expuesto al juicio de Dios; porque por las obras de la (antigua) ley ninguna carne será
justificada delante de Él, porque por medio de la (antigua) ley es el conocimiento del
pecado” (Rom 3:19–20 BTX).
Al meditar sobre la Antigua Ley, venimos a estar conscientes de un problema,
problema que la Antigua Ley misma no fue diseñada para arreglar/reparar. Al
meditar sobre la Antigua Ley, venimos a estar agudamente conscientes de
nuestra necesidad de un perdón permanente, mediante el Mesías Yeshua.
“Pero ahora, aparte de la (antigua) ley, se ha manifestado la justicia de Dios,
testificada por la ley (el pentateuco) y los profetas: la justicia divina mediante la fe de
Jesús el Mesías, para todos los que creen (porque no hay distinción alguna, por cuanto
todos pecaron, y están privados de la gloria de Dios), siendo justificados por su gracia,
sin merecimiento alguno, mediante la redención que tienen en Jesús el Mesías; a quien
Dios ha propuesto públicamente como sacrificio expiatorio por su sangre a través de la
fe, como evidencia de su justicia, a causa de haber pasado por alto, Dios en su
paciencia, los pecados pasados, con el propósito de demostrar su justicia en el tiempo
presente, a fin de que Él siga siendo justo también cuando declara justo al que es de la
fe de Jesús” (Rom. 3:21–26 BTX).

Conclusión:
Nos damos cuenta de que la Antigua Ley es santa, justa y buena (Rom. 7:12). La
Antigua Ley, como parte de la narrativa de la Antigua Toráh como un todo, continúa
funcionando como Escritura inspirada que nos enseña, informa e instruye (2 Tim. 3:16,
17). Estoy consciente de que probablemente hay muchas respuestas a la pregunta…
“Y entonces, ¿para qué fue dada la Antigua Ley?”, pero espero que estas pocas
aclaraciones sean suficientes para mostrar que, sólo porque aquí se defiende que
Yeshua (y no la Antigua Ley) es la meta de la Antigua Toráh, no con ello se está
tirando la Antigua Ley por la ventana como algo que ya no tiene función alguna o como
algo inservible. En vez de eso, se la pone en el lugar que Dios tuvo la intención de
darle desde un principio: como un custodio, como una sombra, como teología, como
amor, como sabiduría, y como un testigo acusador contra nosotros, de que todos
hemos caído en pecado y siempre nos quedaremos cortos, por nosotros mismos,
al tratar de alcanzar la gloria de Dios.

39
Cuestionario 3
Responda las siguientes siete preguntas:
1. ¿Cuáles son varias de las funciones verdaderas de la Antigua Toráh, como
Escritura inspirada divinamente? Consulte la página 30.
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2. ¿Debido a qué, y para qué, la Antigua Ley fue añadida como un guardián o
custodio? Consulte la página 32.
___________________________________________________________________
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3. Escriba las cinco citas bíblicas de la Antigua Ley donde ella misma nos dice que el
tabernáculo terrenal era una copia/sombra de las realidades ya presentes hoy en
Yeshua. Consulte la página 33.
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________

4. Escriba brevemente lo que significa que la Antigua Ley continúa funcionando como
teología. Consulte la pág. 36.
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___________________________________________________________________

5. ¿Cuál es el corazón de todos los mandamientos de la Antigua Ley? Escriba también


la cita bíblica donde se encuentra la respuesta dada por Shaúl/Pablo. Consulte la
página 36.
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___________________________________________________________________

6. ¿Para qué se debe meditar en las narraciones de la Antigua Toráh, al igual que en
sus mandamientos? Escriba también el ejemplo provisto. Consulte la página 38.
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________

7. Al meditar sobre la Antigua Ley, ¿de qué venimos a estar agudamente conscientes?
Consulte la página 39 y lea también la conclusión.
___________________________________________________________________
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40
SECCIÓN II. LA REDIFINICIÓN DE LA NUEVA TORÁH: EL CAMINO DE YESHUA
Nota Introductora a la Segunda Sección
Los escritores del Pentateuco Mesiánico (Juan-Mateo-Marcos-Lucas-Hechos) nos
ofrecen en sus escritos apostólicos un panorama, durante los días del Segundo
Templo, referente a la situación en la que se encontraban ciertas expectativas y
esperanzas mesiánicas que ciertos judíos étnicos dentro del liderazgo religioso tenían
sobre el Reino de Dios, es decir, la Era Mesiánica que el Mesías debería inaugurar con
Su venida a la Tierra de Israel (Eretz Yisrael).
Ciertos judíos étnicos dentro del liderazgo religioso del primer siglo (D.C.) habían
desarrollado una expectativa del Reino de Dios, es decir, de la Era Mesiánica
profetizada en el TaNaK (AT), que tenía un enfoque muy literal o a la letra (literalista),
pues de esa manera era como interpretaban el contenido de la Antigua Toráh y los
profetas del Antiguo Pacto (ver 2 Cor. 3:6). Esto hizo que también muchos dentro del
pueblo judío étnico de los tiempos de Yeshua tuvieran un punto de vista sobre el Reino
de Dios y sobre su Rey Mesías que era muy literal, físico y nacionalista (Juan 11:47-50;
18:14, 33-35; 19:12; Mateo 27:41, 42; Marcos 15:31, 32; Lucas 23:1, 2; compararlo con
Juan 6:14, 15; Lucas 19:11), punto de vista en el cual estaban unánimes ciertos judíos
étnicos pertenecientes a los tres partidos o facciones más importantes entre ellos: los
saduceos, los fariseos y los zelotes. Este punto de vista muy literal, físico y nacionalista
esperaba que el Rey Mesías fuera un rey guerrero y conquistador militar a la manera
del antiguo rey David. Al ver aquellos judíos étnicos pertenecientes al liderazgo
religioso que el Rabí Yeshua/Jesús no sería ese rey que lograría quitar el yugo romano
físico que estaba sobre ellos, obviamente rechazaron a Yeshua/Jesús (Juan 1:11) y a
Su mensaje espiritual sobre el Reino de Dios (Juan 18:36; Mateo 4:17; 10:7; Marcos
1:15; Lucas 4:43; 8:1; 10:9-11; 16:16), pues ellos esperaban políticamente un reino
judío físico y literal donde el pueblo de Israel pudiese practicar el servicio del templo
físico según la Antigua Ley Mosaica, al igual que en los días del rey Salomón/Shelomó.
Éste incorrecto punto de vista todavía estaba presente incluso en los discípulos del
Mesías Yeshua, antes de la venida del Espíritu Santo. Esto nos lo dice el escritor de los
Hechos de los Emisarios/Apóstoles:
“Así pues, los (discípulos) que se habían reunido le preguntaban, diciendo: Señor
(Yeshua), ¿restaurarás (físicamente) el reino a Israel en este tiempo?” (1:6 BTX)

Sin embargo, después de la venida del Espíritu Santo en el Día de Pentecostés


(Hechos 2:1-21), los emisarios/apóstoles recibieron del cielo una interpretación
espiritual referente a la investidura de Yeshua/Jesús y al Reino de Dios, en la cual, a
partir del momento en que Yeshua había ascendido al cielo y se había sentado a la
diestra del Padre, había sido entronizado como Señor y Rey/Mesías, de manera que
el Reino de Dios o Era Mesiánica ya había sido inaugurada38 espiritualmente en las

38
Referente a la llegada o venida del Reino de Dios a la tierra, existen dentro del cristianismo en un
sentido general tres escuelas escatológicas (sobre los tiempos del fin) de interpretación: (1) la escuela de
la escatología realizada interpreta que el reino de Dios sólo tiene un aspecto espiritual y que este
aspecto espiritual se realizó por completo con la primera venida del Mesías Yeshua. La escuela de la
escatología futurista interpreta que el reino de Dios sólo tiene un aspecto físico y que este aspecto físico

41
vidas de todos aquellos que lo recibían como tal (Col. 1:13; Romanos 14:17; 1 Cor.
4:20), y había sido inaugurada en Jerusalén/Sión (Isaías 2:1-3 y Miqueas 4:1-2
comparados con Hechos 15:1-35; 16:4-5).
Dice así el registro apostólico del libro de los Hechos:
“Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno (Yeshua HaNotzrí), varón
aprobado por Dios entre vosotros con maravillas y prodigios y señales milagrosas, que
Dios hizo por medio de Él entre vosotros, como también vosotros sabéis; a éste,
entregado por el determinado designio y anticipado conocimiento de Dios, matasteis
por mano de inicuos, crucificándolo; al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la
muerte, por cuanto era imposible que fuera retenido por ella. Porque (el patriarca)
David dice respecto a Él (Yeshua): “Veía al Señor continuamente delante de mí, pues
está a mi diestra para que no sea conmovido. Por esto, mi corazón se alegró, y mi
lengua se regocijó en extremo, y aun mi carne también descansará en esperanza, pues
no abandonarás mi alma en el Hades (sepulcro), ni permitirás que tu Santo vea
corrupción. Me hiciste conocer los caminos de vida, me llenarás de gozo con tu
presencia”. Varones hermanos, se os puede decir con franqueza acerca del patriarca
David, que no sólo murió, sino que también fue sepultado, y su sepulcro está con
nosotros hasta este día. Pero, siendo profeta, y sabiendo que Dios le había jurado
sentar en su trono al fruto de sus lomos, previéndolo, habló acerca de la
resurrección del Mesías, que no fue desamparado en el Hades (sepulcro), ni su carne
vio corrupción. A este Jesús (Yeshua) lo ha resucitado Dios, de lo cual todos nosotros
somos testigos. Así que, exaltado a la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre
la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís. Porque no
subió David a los cielos; pero él mismo dice: “Dijo el Señor (Padre) a mi Señor
(Yeshua): Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus
pies”. Sepa pues con certidumbre toda la casa de Israel, que, a este Jesús
(Yeshua), a quien vosotros crucificasteis, Dios (Padre) lo hizo Señor y Mesías
(Rey)” (Hechos 2:29-36 BTX)
De ahí que también encontremos en el libro de los Hechos al evangelista Felipe y al
apóstol Pablo predicando acerca de la presencia y realidad espiritual del Reino de Dios
durante la Edad Mesiánica en la cual ellos ya estaban viviendo (ver Hechos 8:12; 19:8;
20:25; 28:23, 31; ver también Heb. 12:28; Rev. 1:9).
En vez de un cumplimiento literal o a la letra, así entendido por ciertos judíos del
liderazgo religioso del pueblo de Israel durante el primer siglo, los emisarios/apóstoles
percibieron un cumplimiento espiritual. ¿Por qué? Porque las profecías mismas sobre
el Reino de Dios o Era Mesiánica eran mensajes inspirados por el Rúaj
HaKodesh/Espíritu Santo. Esto nos lo dice el Apóstol Pedro/Kefá en su segunda carta:

sólo se cumplirá en el futuro, al tiempo de la segunda venida del Mesías Yeshua. La escuela de
escatología inaugurada interpreta que el reino de Dios tiene dos aspectos, uno espiritual ya inaugurado
por la primera venida del Mesías Yeshua, y otro físico que todavía está por consumarse en el futuro, al
tiempo de Su segunda venida. Este autor sostiene que la escatología inaugurada es la que mejor explica
la llegada o venida del reino de Dios a esta tierra, según se encuentra descrita en los escritos del nuevo
pacto. Dos eruditos bíblicos que sostienen esta postura de la escatología inaugurada son George Eldon
Ladd (en su libro El Evangelio del Reino) y Herman Ridderbos (en su libro La Venida del Reino, Tomos 1
y 2).

42
“porque la profecía (en el TaNaK) nunca fue traída por voluntad humana, sino que los
hombres hablaron de parte de Dios siendo guiados por el Espíritu Santo” (2 Ped. 1:21).

Y sobre cómo interpretar las profecías del TaNaK (AT) sobre la Era Mesiánica, nos da
la pauta el propio Rav Shaúl/Apóstol Pablo en su Primera Epístola a los Corintios:
“Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de
Dios, para que sepamos lo que Dios nos concedió gratuitamente. Lo cual también
hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las enseñadas
por el Espíritu, adaptando lo espiritual (profecías inspiradas por el Espíritu) a lo
espiritual (cumplimientos espirituales)” (1 Corintios 2:12, 13 BTX)

En base a esta realidad espiritual, los primeros creyentes en Yeshua de trasfondo judío
étnico, pudieron entender que las instituciones y profecías contenidas en el antiguo
pacto utilizaron un lenguaje inspirado por el Espíritu Santo para hablar acerca de
cumplimientos espirituales en el Nuevo Pacto durante la presente Era Mesiánica, la
cual fue inaugurada por la entronización de Yeshua a la derecha del Padre. De ahí que
podamos ahora ver la siguiente correspondencia de cumplimiento entre el Antiguo
Pacto y el Nuevo Pacto….
Antiguo Pacto/Ejemplo Físico: Nuevo Pacto/Cumplimiento Espiritual:

El Reino de Dios Inaugurado Espiritualmente (Era Mesiánica Ya Presente)


El Templo Físico Ideal………………..→ La comunidad de los santos en Yeshua/Templo
(Eze. 40:1-37; 40:47-43:9; 45:1-8) del Espíritu Santo (1 Cor. 3:16, 17)

El Sistema de Sacrificios Ideal………→ El Sacrificio de Yeshua/Jesús


(Eze. 40:38-43; 43:13-27; 45:15-46:24) (Heb. 9:1-10:18)

El Sacerdocio Levítico Ideal………….→ El Sacerdocio de Melquisedec


(Eze. 40:44-46; 44:1-31) (Heb. 7:11-22)

La Ley del Templo Ideal……………...→ La Nueva Ley de Yeshua


(Eze. 43:10-12; 45:9-14) (2 Pedro 3:2; Gál. 5:6, 14, 15; 6:2, 9, 10)

El Reino de Dios Consumado Físicamente39 (Todavía No)


La Tierra con la Ciudad Ideal……….→ La Nueva Jerusalén /Cielo Nuevo y Tierra Nueva
(Eze. 47:13-48:35) (Rev. 21:1-4, 9-27; 2 Pedro 3:10-13)

El Río de Agua Ideal…………………→ El Río de Agua de Vida/Reino Eterno


(Eze. 47:1-12) (Rev. 22:1-5; 2 Pedro 1:10,11)

39
Las Escrituras del Nuevo Pacto (Brit Jadashá) nos enseñan que también habrá en nuestro futuro una
realidad física perteneciente al Reino de Dios (Hechos 14:21, 22; 1 Cor. 6:9, 10; 15:24, 50; Gál. 5:21;
Efe. 5:5; 2 Tim. 4:1, 18; Jacobo 2:5), realidad física hacia la cual avanzamos como creyentes en Yeshua.
Esa realidad física será la consumación del Reino de Dios a la cual entraremos a través de la
resurrección del cuerpo físico para los que hayamos muerto (Rom. 8:18-25; 1 Cor. 15:12-57) o a través
de la transformación del cuerpo físico para los que estemos vivos, al tiempo de la Segunda Venida del
Mesías Yeshua (1 Tes. 4:13-17).

43
Esto implica que ésta era/época del Nuevo Pacto en la cual vivimos hoy, es la Era
Mesiánica que abarca desde la entronización del Mesías Yeshua durante el primer
siglo D.C. hasta que Yeshua regrese por segunda vez, época que también es conocida
en los escritos del Nuevo Pacto como los últimos/postreros días (ver Heb. 1:1, 2), como
la época de los bienes ya llegados/definitivos (ver Heb. 9:11) y como el final de los
tiempos (ver Heb. 9:26 NVI).

Por lo tanto, a la luz de estos cumplimientos espirituales ya presentes, como creyentes


en Yeshua no hay razón para tener una expectativa hoy día que espere un
cumplimiento futuro literalista, nacionalista y sionista, es decir, un cumplimiento de
corte completamente judío, el cual espere la futura reconstrucción de un tercer templo
judío físico/literal, la re-institución del sacerdocio levítico y del sistema de sacrificios de
animales, así como la reimplantación de toda la Antigua Ley Mosaica, todo aquello
supuestamente para nuestro futuro.40 Eso sería una regresión, un retroceso y una
negación de las realidades espirituales ya presentes del nuevo pacto que Yeshua
instauró con Su sangre.41

Mucha gente hoy en día tiene la intención y expectativa de ver el cumplimiento


literalista, nacionalista y sionista de todo lo que mencioné en el párrafo anterior. Para
esa gente sería supuestamente el cumplimiento a la letra de ciertas profecías del
TaNaK (AT). Sin embargo, un tercer templo judío físico/literal en pie no significaría el
cumplimiento verdadero de la realidad profética, sino sólo lo sería en la mente de
aquellos que así lo esperan. ¿Por qué digo esto? Porque ya desde su tiempo, el propio
Mesías Yeshua se refirió a un tercer templo, pero no fue a un tercer templo judío físico/
literal donde se celebraría todo el sistema mosaico del antiguo pacto. Dice en
Yojanán/Juan 2:19-21 BTX…

“Respondió Jesús, y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. Dijeron
entonces los judíos (literalistas, nacionalistas y sionistas): Durante cuarenta y seis años

40
Los elementos aquí mencionados son esperados para un reino milenial en el futuro, y son los que
típicamente se incluyen dentro de una de las escuelas interpretativas del cristianismo llamada
Premilenialismo Dispensacionalista, cuya interpretación espera un reino milenial terrenal/físico de corte
completamente judío a la manera del antiguo pacto mosaico, donde el pueblo de Israel étnico
gobernaría sobre todas las naciones. Hay que mencionar que existe también la escuela interpretativa
llamada Premilenialismo Histórico, la cual también espera un reino milenial terrenal/físico pero de corte
completamente cristiano a la manera del nuevo pacto, donde el Israel espiritual (los creyentes en
Yeshua/Jesús) gobernaría sobre todas las naciones. También existen otras dos escuelas de
interpretación respecto al reino milenial, las cuales interpretan el milenio desde un punto de vista
completamente espiritual o simbólico/alegórico durante el presente y no físico para el futuro. Estas dos
escuelas son: el amilenialismo y el postmilenialismo. He mencionado aquí todas estas cuatro escuelas
de interpretación sólo para propósitos informativos. En lo que concierne a nuestro estudio sobre La
Nueva Toráh: El Camino de Yeshua, sólo mencionaré en las siguientes lecciones aquellos elementos
que estén relacionados con su cumplimiento espiritual en el Nuevo Pacto, durante la presente Era
Mesiánica. Para mayor información sobre las escuelas de interpretación sobre el milenio se puede
consultar, como uno entre muchos libros que hablan sobre el tema, el Manual de los Postreros Días por
el Dr. Robert P. Lightner. Editorial Caribe, 1995.
41
Es muy importante acatar la palabra de exhortación que nos da el autor de la epístola a los Hebreos
10:19-39; 12:15; 13:9, 10.

44
fue edificado este (segundo) templo, ¿y tú lo levantarás en tres días? Pero Él
(Yeshua/Jesús) hablaba del templo de su cuerpo” (BTX).

Yeshua no hablaba de un tercer templo físico/literal similar al segundo templo que


estaba en existencia en aquel entonces. Yeshua hablaba de Su cuerpo resucitado, el
verdadero templo de Dios, la verdadera realidad de la cual el templo físico/literal de
Jerusalén era sólo una sombra, un símbolo.

A partir de la ascensión de Yeshua a los cielos (Su ausencia física de ésta tierra) y de
la venida del Espíritu Santo en Hechos capítulo 2, la comunidad de los santos, es decir,
los creyentes unidos a Él como Su cuerpo místico/espiritual (1 Corintios 12:27;
Efesios 5:23, 30), somos la representación real del verdadero templo de Dios (leer
nuevamente 1 Corintios 3:16, 17; 6:19; 2 Corintios 6:16; Efesios 2:21), hasta que
Yeshua/Jesús vuelva a ésta tierra por segunda vez (Rev. 21:22).

De hecho, la pauta interpretativa que el Rav Shaúl/Apóstol Pablo nos ha dado en 1 Cor.
2:12, 13 nos servirá para discernir cuál es La Nueva Toráh: El Camino de
Yeshua/Jesús, la cual Él enseñó e instituyó durante Su primera venida. A eso iremos
ahora.

Beahavat Yeshua/En el amor de Jesús.

45
Lección 4:
La Era Mesiánica Presente y la Nueva Ley
Introducción: En esta lección se verá que durante los días del primer siglo D.C.,
durante la existencia del Segundo Templo (conocido como el Templo de Herodes) y
hasta el tiempo en que fue destruido en el 70 D.C., existían dos puntos de vista básicos
y opuestos en cuanto a la vigencia/duración de la Antigua Ley Mosaica, y a lo que haría
el Mesías con la Antigua Ley de Moisés para la Era Mesiánica.
Exposición: Empezaremos esta lección transcribiendo aquí lo que un famoso judío
mesiánico escribió sobre los dos puntos de vista, básicamente opuestos, que
existían durante el primer siglo D. C. sobre lo que ocurriría con la (Antigua) Ley
en los Tiempos Mesiánicos:42
“La cuestión de las ideas rabínicas con respecto al carácter obligatorio de la Ley y su
imposición a los gentiles en los tiempos mesiánicos… tiene tal importancia que
merece una consideración especial…se ha indicado que se esperaba una nueva
legislación en los días mesiánicos. La base última de esta expectativa hay que
buscarla en el mismo Antiguo Testamento, no meramente en tales alusiones como el
valor intrínseco de los sacrificios, sino en pasajes como Deuteronomio 18:15, 18, y su
comentario profético en Jeremías 31:31ss. Era con miras a esto que la delegación judía
inquirió si Juan El Bautista era el ‘profeta’. Porque…el Rabinismo asociaba ciertas
funciones reformatorias y legislativas con la aparición del Precursor del Mesías
(Tratado Talmúdico Eduyoth [Testimonios], viii. 7).
Había ciertamente sobre esto opiniones divergentes según los diferentes puntos de
vista de los rabinos y, como podemos suponer, no sin relación controversial con la
enseñanza del cristianismo.
(Primer punto de vista)43: La tendencia más estricta puede caracterizarse como la
que niega la posibilidad de cualquier cambio en la Ley ceremonial, o la abrogación de
los festivales en el futuro. Incluso la destrucción del templo, con el cese indispensable
de los sacrificios -si esto sucedió como se supone-, sólo causó un vacío; del mismo
modo que el exilio de la tierra de Israel sólo podía eximir aquellas leyes que afectaban
al suelo de Israel. El lugar de los sacrificios fue ocupado, entretanto, por (a) la lectura
de las secciones sacrificiales en la Ley (Tratados Talmúdicos Megillah 31b; Midrash
Bereshith Rabba 44), o en todo caso, (b) en conjunción con oraciones (Tratado
Talmúdico Berakhoth 2b), pero (c) especialmente el estudio de la Ley (Tratado
Talmúdico Menachoth 110a). Y por lo que se refiere al más sagrado de todos los
sacrificios, el Día de la Expiación, se explicó que el día, más bien que los sacrificios,
traía reconciliación (Sifra, Comentario sobre Levítico, c8). Este grupo sostuvo el
principio de que no sólo las ordenanzas divinas, sino incluso las rabínicas, que al
parecer no eran destinadas a una duración determinada o a un propósito específico,
tenían una duración eterna (Tratado Talmúdico Betsah 5b): ‘La Ley no cesa nunca; la

42
Toda esta cita en cursiva procede del apéndice 14 del libro Comentario Bíblico Histórico Ilustrado, 6
Tomos en 1, por Alfred Edersheim, páginas 1319-1320, Editorial CLIE.
43
He añadido únicamente lo contenido dentro de éste paréntesis para clarificación.

46
Ley es los mandamientos, y no hay ningún profeta que pueda cambiar una palabra de
ellos’.
Estas ideas fueron llevadas al punto que se afirmó: ‘Israel no necesita la enseñanza del
Rey Mesías’, sino que ‘sólo viene a recoger a los dispersos, y a dar a los gentiles
treinta mandamientos’, como está escrito (Zacarías 11:12): ‘me pesaron por precio
treinta monedas de plata’ (Midrash Bereshith Rabba 98). Pero incluso estas
afirmaciones de carácter extremo parecen implicar la controversia viva que se
mantenía sobre el tema. Además, los defensores más celosos de la Ley admitían que
los gentiles habían de recibir leyes en los tiempos mesiánicos. La sección más
pequeña y extrema defendía que las leyes, tal como las observaba Israel, serían
impuestas a los gentiles (Tratado Talmúdico Chullin 92 a); otros, que sólo treinta
mandamientos, las ordenanzas originales de Noé, que se suponían estaban
enumeradas en Levítico cap. 19, y serían obligatorias, en tanto que otros suponían que
sólo serían obligatorias tres ordenanzas a los nuevos convertidos: dos relacionadas
con la Fiesta de los Tabernáculos; la tercera, sobre las filacterias (Midrash sobre
Salmos 31:1, ed. Vars., p. 30b).
(Segundo punto de vista)44: Por otra parte, tenemos el testimonio más claro de que la
tendencia prevaleciente iba en una dirección distinta. En un pasaje muy curioso
(Yalkut Shimeoi ii. 296, p. 46a), en el cual se enseña en un lenguaje figurado la
restitución final de ‘los pecadores de Israel y de los justos entre los gentiles’, que
están todos en la Gehena, se nos habla de una ‘nueva Ley que Dios dará por medio
del Mesías’ en la edad venidera, y que requiere un agradecimiento universal no sólo
en la tierra, sino también en la Gehena, ya que da lugar a la liberación de los que están
en esta última. Pero como esto puede referirse al tiempo de la consumación final,
vamos a ir a otros pasajes. La Midrash acerca de Cantares 2:13, aplicando el pasaje en
conjunción con Jeremías 31:31, afirma expresamente que el Mesías dará a Israel
una nueva ley, y el Targum sobre Isaías 12:3, aunque quizá no de modo tan claro,
habla también de una ‘nueva instrucción’. Es innecesario multiplicar las pruebas
(como la Midrash Vayyikra Rabba sobre Levítico 13). Pero el Talmud va todavía más
allá y establece dos principios: (a) que en la ‘edad venidera’ toda la Ley ceremonial
y todas las fiestas habían de cesar. Y aunque esto puede ser considerado
meramente como una afirmación de carácter general, es aplicado de modo definido al
efecto que todos los sacrificios, excepto el Día de la Expiación, o bien la Fiesta de
Ester, habían de llegar a su término; (b) es más, dice en la Midrash sobre las
palabras ‘el Señor desata al atado’ (Salmos 146:7), que lo que antes había sido ‘atado’
o prohibido sería ‘desatado’ o permitido, en especial serían eliminadas las
distinciones entre animales limpios e inmundos.
Esto es aún de más interés aquí porque proyecta luz sobre dos temas de máxima
importancia. Primero, ilustra el intento del partido más estricto judaico en la Iglesia
para forzar a los creyentes gentiles al yugo de toda la Ley; la actitud de Pablo al
respecto; su relación con Pedro; la conducta de éste último; y el curso y procedimientos
del Sínodo Apostólico de Jerusalén (Hechos 15). Pablo, en el hecho de su oposición
a este partido, se mantuvo fiel dentro del terreno ortodoxo judío. Pero cuando

44
He añadido únicamente lo contenido dentro de éste paréntesis para clarificación.

47
afirma no sólo una nueva ‘Ley de la libertad’, sino el carácter típico y preparatorio
de la nueva Ley, y su cumplimiento en Cristo, va más allá del punto de vista judío.
Además, la moderna teoría favorita en cuanto a la oposición fundamental entre la
teología paulina y petrina a este respecto, no tiene apoyo en las ideas judías sobre el
tema, a menos que supongamos que Pedro pertenecía a la escuela judía más estricta,
lo cual nos lo impide el conjunto de su historia. (Segundo)45: Podemos, también,
entender que la visión concedida divinamente de la abrogación de la distinción entre
animales limpios e inmundos (Hechos 10:9-16), aunque venga como una sorpresa,
puede haber tenido una base natural en la expectativa judía,46 y explica que el Sínodo
Apostólico, cuando resolvió la cuestión, finalmente volvió a insistir en los llamados
mandamientos de Noé, aunque con principios muy amplios como base de su decisión
(Hechos 15:13-21)… ”.
En base a esto, podemos entender que en los días del ministerio terrenal del Mesías
Yeshua durante Su primera venida, hubo algunos dichos que Él dijo y algunos hechos
que Él hizo (registrados en el Pentateuco Mesiánico: Juan-Mateo-Marcos-Lucas-
Hechos), que comunicaban e implicaban expresamente el segundo punto de vista, el
de la reformación47 que el autor Alfred Edersheim tan aptamente nos ha descrito y del
cual el autor de la Epístola a los Hebreos nos habla en Hebreos 9:10.
Veamos algunos ejemplos de los dichos de Yeshua que se referían a la reformación
de las instituciones de la Antigua Ley, que daría como resultado una Nueva Ley, la
verdadera realidad espiritual:
1) Juan 2:18-22 El verdadero tercer templo (no uno de piedra)
2) Juan 3:3, 7 El verdadero nacimiento (no el nacer de una madre judía)
3) Juan 3:14-15 El verdadero levantamiento (no el de la serpiente de bronce)
4) Juan 4:13-14 La verdadera agua (no la que viene de la tierra prometida)
5) Juan 4:21-24 La verdadera adoración (no por sacrificios de animales)
6) Juan 4:34-38 La verdadera cosecha (no la del trigo, ni de la cebada)
7) Juan 5:21 El verdadero Dador de la vida (no la Antigua Toráh)
8) Juan 5:22-23 El verdadero Juez (no Moisés/Moshé)
9) Juan 5:24-27 La verdadera resurrección espiritual (no por la Antigua Toráh)
10) Juan 5:28-29 La verdadera resurrección eterna (no por la Antigua Toráh)

45
He añadido únicamente lo contenido dentro de éste paréntesis para clarificación.
46
Transcribo aquí intacta la nota al pie de página, tal como la escribió originalmente el autor Alfred
Edersheim: El lector instruido podrá encontrar una ilustración muy curiosa de esto en esta extraña
Haggadah sobre la envidia de la serpiente estimulada al ver a Adán alimentado con comida desde el
cielo -con lo que está relacionada otra Haggadah, igualmente curiosa-, para mostrar que “nada de lo que
desciende del cielo es inmundo”.
47
Aquí me refiero al mensaje reformista/renovador mesiánico en cuanto a la interpretación y aplicación
de la Antigua Ley, que dio como resultado una Nueva Ley Mesiánica, que el mismo Mesías Yeshua inició
en el primer siglo D. C., con su mensaje espiritual sobre el Reino de Dios. Esta fraseología no tiene
absolutamente nada que ver con el movimiento moderno dentro del judaísmo, conocido como el
Judaísmo Reformista/Reformador.

48
Veamos ahora algunos ejemplos de los hechos de Yeshua que se referían a esta
misma clase de reformación de las instituciones la Antigua Ley, que daría como
resultado una Nueva Ley, la verdadera realidad espiritual:
1) Juan 2:6-10 El verdadero Vino (no el que se da primero, sino segundo)
2) Juan 4:46-54 La verdadera Sanidad (no la que viene por manos humanas)
3) Juan 5:1-17 El verdadero Reposo Sabático (no el del reposo físico)
4) Juan 6:1-14 El verdadero Profeta (no como Moisés/Moshé)
5) Juan 9:1-41 La verdadera Luz (no la de los rabinos farisaicos)
6) Juan 11:1-44 La verdadera Resurrección y Vida (no es el pueblo de Israel)
7) Juan 20:1-29 ¡El Verdadero Señor y Dios nuestro: Yeshua/Jesús!
Estos son solamente unos cuantos ejemplos, e indudablemente, el Mesías
Yeshua/Jesús recibió la oposición (a su mensaje reformista/renovador en cuanto a la
Antigua Ley) por parte de ciertos rabinos y líderes religiosos que sostenían el punto de
vista estricto y que pertenecían a grupos religiosos conocidos como los Fariseos y los
Saduceos. Sin embargo, incluso Juan El Bautista (que representaba como profeta
al ministerio de la Antigua Toráh Mosaica) apoyó lo siguiente respecto al Mesías
Yeshua, en referencia a la obra reformadora y renovadora que Yeshua/Jesús
haría durante Su ministerio terrenal en lo tocante a la Antigua Ley:
“Y se acercaron (sus discípulos) a Juan (El Bautista), y le dijeron: Rabbí, el que estaba
contigo al otro lado del Jordán, de quien tú has dado testimonio, he aquí que bautiza y
todos acuden a Él. Respondió Juan (Yojanán HaMatbíl) y dijo: No puede un hombre
recibir nada si no le ha sido dado del cielo. Vosotros mismos me sois testigos de que
dije: Yo no soy el Mesías, sino que he sido enviado delante de Él. El que tiene la
esposa es el esposo, pero el amigo del esposo, que ha estado a su lado y lo oye, se
alegra en gran manera por la voz del esposo. Así pues, este gozo mío ha sido
cumplido. Él (la Nueva Ley) debe crecer, y yo (la Antigua Ley) menguar. El que
viene de arriba (del cielo), está sobre todos (incluso sobre Moisés). El que es de
la tierra (Moisés), de la tierra es y de la tierra habla. El que viene del cielo
(Yeshua), está sobre todos; lo que ha visto y oído, esto testifica, pero nadie recibe Su
testimonio. El que recibe Su testimonio ha atestiguado que Dios es veraz. Pues el que
Dios envió, habla las palabras de Dios, porque Dios no (le) da el Espíritu por medida. El
Padre ama al Hijo (Yeshua/Jesús), y todas las cosas ha entregado en Su mano
(incluso la Antigua Toráh Mosaica). El que cree en el Hijo (Yeshua) tiene vida eterna;
pero el que desobedece al Hijo, no verá vida, sino que la ira de Dios (Padre)
permanece sobre él”. (Juan 3:26-35 BTX)

El mismo Yeshua/Jesús dijo referente a Su mensaje reformador/renovador


concerniente a Su Nueva Ley:

“Les decía (Yeshua) también por parábolas: Nadie rompe un vestido nuevo (nueva
ley) para echar remiendo a un vestido viejo (antigua ley); de lo contrario, no sólo se
rasgará el nuevo, sino que tampoco al viejo le quedará bien un parche nuevo.
Tampoco nadie echa vino nuevo (nueva ley) en odres viejos (antigua ley); de otra
manera, el vino nuevo reventará los odres y se derramará, y los odres se echarán a

49
perder; sino que el vino nuevo (nueva ley) tiene que ser echado en odres nuevos
(nuevos moldes/parámetros)”. (Lucas 5:36-38 BTX)

Yeshua/Jesús también dijo referente a la Antigua Ley y la relación de ella con respecto
a la llegada espiritual del Reino de Dios:
“La (Antigua) ley y los profetas llegaron hasta Juan (El Bautista). Desde entonces el
reino de Dios es proclamado, y cada uno entra en él con violencia. Pero es más fácil
que el cielo y la tierra desaparezcan, que caiga un trazo de letra de la (Antigua) Ley”.
(Lucas 16:16, 17 BTX)

Cuando Yeshua dijo estas palabras todavía estaba vigente la Antigua Ley ya que Él no
había muerto en la cruz del calvario para instituir el nuevo pacto con Su sangre. De ahí
que Yeshua tenía que cumplir la totalidad de la Antigua Ley para llenar todos sus justos
requerimientos delante del Padre. Por eso Él dijo “…es más fácil que el cielo y la tierra
desaparezcan, que caiga un trazo de letra de la (Antigua) Ley” (verso 17). Él no podía
dejar ni el más mínimo trazo de letra sin cumplirse, antes de morir en la cruz.

Sin embargo, en el verso 16 Yeshua/Jesús nos dice algo tremendo que había ocurrido
desde el momento en que Él había empezado a proclamar Su mensaje espiritual sobre
el Reino de Dios: “La (Antigua) ley y los profetas llegaron hasta Juan (El Bautista)”.

Yeshua/Jesús en ningún momento dijo que las Escrituras del TaNaK (Antigua
Toráh y Nevi’im) habían dejado de ser escritura inspirada divinamente, sino
solamente quiso decir que la función profética del TaNaK, de anunciar o
profetizar acerca de la primera venida del Mesías Yeshua había llegado hasta su
último anunciante: Juan El Bautista (ver Mateo 11:13). ¿Por qué? ¡Porque el
Mesías Yeshua ya había llegado, el Rey del reino ya estaba presente, y el Rey
mismo estaba proclamando la inminente llegada de Su reino en un sentido
espiritual, no físico/literal! La Era Mesiánica estaba a punto de comenzar. Y
comenzó con Su ascensión al cielo, después de resucitar.

Tristemente, aquellos líderes rabínicos que sostenían el punto de vista estricto sobre la
Antigua Ley, ya habían tomado su propia decisión desde el momento en que Juan El
Bautista había empezado a predicar la venida espiritual del Reino de Dios. Dice así
sobre ellos el escritor Lucas en el capítulo 7:30…
“pero los fariseos y los intérpretes de la (Antigua) Ley, al no ser bautizados por él (Juan
El Bautista), rechazaron el propósito de Dios con respecto a ellos mismos”. (BTX)

Y también Lucas escribió sobre ellos en el capítulo 11:52…


“¡Ay de vosotros, los doctores de la (Antigua) Ley!, porque habéis quitado la llave del
conocimiento, vosotros mismos no entráis, y lo impedís a los que están entrando”.
(BTX)

Es difícil para muchos, tanto judíos étnicos como gentiles étnicos, entender cómo es
posible que Yeshua pudiera distanciarse del punto de vista estricto que requería una
vigencia/duración eterna de la Antigua Ley, y que tomase, por el contrario, el punto de

50
vista reformador/renovador de la Antigua Ley. La clave, a mi manera de ver, está en
entender qué tipo de reino era el que Yeshua estaba proclamando, y que, durante Su
ministerio terrenal, estaba a punto de llegar a la vida de los que creyesen en Su
persona, obra y enseñanza (Nueva Toráh).

Si Yeshua estaba predicando la venida de un reino meramente físico/literal, según el


punto de vista literalista, nacionalista y sionista de aquellos rabinos que se adherían a
una interpretación del mismo tipo sobre el TaNaK (AT), era obvio que la única opción
posible para ellos era que, la Antigua Ley seguiría siendo una Ley literal de duración
eterna, ya que esa era la única forma de correspondencia que encajaba bien con el
punto de vista donde las instituciones literales de aquella Antigua Ley correspondían
muy bien con un reino literal de corte completamente judío. Muchos intérpretes
contemporáneos tienen este punto de vista, y al ver que el reino no se manifestó
literalmente durante la primera venida de Yeshua, entonces han interpretado que el
reino literal fue pospuesto para el futuro, concluyendo así que durante este tiempo
presente el Mesías Yeshua no está reinando.48

Pero, si Yeshua estaba predicando la venida de un reino primeramente espiritual,


según el punto de vista espiritual, reformador y renovador que también existía dentro
del judaísmo del Segundo Templo como hemos visto, en donde la Antigua Ley y los
Profetas del TaNaK (AT) eran entendidos como profecías y presagios de realidades
espirituales, entonces era y es, no sólo posible sino enteramente aceptable que la
llegada del reino proclamado por Yeshua era la de un reino de tipo espiritual, en donde
su nueva ley sería una de corte completamente espiritual e inclusiva de los gentiles
creyentes en Yeshua, y no una de corte literal, exclusiva y enteramente judía. En otras
palabras, el tipo de reino proclamado, demandaba el tipo de ley necesaria para ese
reino. De ahí que entonces la Antigua Ley sea entendida como una sombra o símbolo
físico/literal de las verdaderas realidades espirituales ya presentes en el Nuevo Pacto.49

Debido a esta llegada espiritual del reino de Dios, es que Yeshua pudo
distanciarse también del punto de vista interpretativo étnico sobre el TaNaK (AT),
que tenían ciertos judíos de su tiempo. En un pasaje clave de los Evangelios
podemos ver que Yeshua, al hablar del TaNaK (Salmos), en vez de decir “nuestra” Ley,
él dijo “vuestra” Ley. En referencia a este incidente el emisario/apóstol Yojanán/Juan,
siendo él mismo un judío, nos reporta lo ocurrido:
“Los judíos alzaron otra vez piedras para apedrearlo. Jesús (Yeshua) les dijo: Muchas
buenas obras del Padre os he mostrado, ¿por cuál de ellas me apedreáis? Le
respondieron los judíos: Por buena obra no te apedreamos, sino por blasfemia, y
porque tú, siendo hombre, te haces Dios. Jesús (Yeshua) les respondió: ¿No está
escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? Si llamó dioses a aquellos a quienes llegó
48
Esta escuela de interpretación dentro del cristianismo se conoce como la Teología Dispensacionalista.
Dentro de esta escuela se encuentran tres variantes: el dispensacionalismo clásico, el
modificado/revisado y el progresivo.
49
Esta escuela de interpretación dentro del cristianismo se conoce como la Teología del Pacto. Más
recientemente, ciertos eruditos bíblicos en un esfuerzo por hacer más bíblica esta escuela de teología,
han dado como resultado la Teología del Nuevo Pacto.

51
la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada), ¿al que el Padre
santificó y envió al mundo, vosotros decís: Blasfemas, porque dije: Soy Hijo de Dios?”
(Juan 10:31-36 BTX)

Más adelante, otra vez Yojanán/Juan nos reporta que Yeshua hizo lo mismo al
distanciarse una vez más del punto de vista interpretativo étnico, que ciertos judíos de
su tiempo tenían en su interpretación del TaNaK (Salmos):
“Si no hubiera hecho entre ellos las obras que ningún otro hizo, no tendrían pecado;
pero ahora las han visto, y a pesar de eso, nos han aborrecido tanto a mí (Yeshua)
como a mi Padre, para que se cumpla la palabra escrita en su ley: Me aborrecieron sin
causa”. (Juan 15:24, 25 BTX)

Esto nos da a entender que la Nueva Ley del reino espiritual sería una nueva Ley
inclusiva y no exclusiva, universal y no étnica, que no impondría parámetros judíos a
los creyentes en Yeshua/Jesús entre los gentiles (Hechos 10 y 15) y que anticipaba la
expansión espiritual del reino de Dios hasta los confines de la tierra (Hechos 1:8). Todo
esto, durante la Era Mesiánica Presente, hasta la segunda venida del Mesías Yeshua.

Y en cuanto a que Yeshua directamente corrigió a ciertos judíos de su tiempo que


tenían un punto de vista literalista, nacionalista y sionista en cuanto a la llegada del
Reino de Dios, es un hecho que Yeshua les dijo que Su reino ya está presente en un
sentido espiritual (y con ello también está presente Su nueva ley espiritual).

El escritor Lucas nos dice en su Evangelio lo siguiente en el capítulo 17 versos 20, 21


BTX:
“Interrogado (Yeshua) por los fariseos: ¿Cuándo viene el reino de Dios?, les
respondió, y dijo: El reino de Dios no viene con advertencia, ni dirán: ¡Helo aquí! o: ¡Allí!
Porque he aquí el reino de Dios está en medio de vosotros (en la persona de Yeshua)”.

Conclusión:
Todo esto nos lleva a concluir que Yeshua proclamó un mensaje espiritual sobre el
Reino de Dios, con el cual concordaba Su nueva Ley espiritual, la ley regia, la ley real,
la ley del reino espiritual, la cual es una nueva ley inclusiva de los gentiles étnicos
creyentes en Yeshua procedentes de todas las naciones. Este reino espiritual, o la Era
Mesiánica Presente a la cual hemos sido introducidos, fue inaugurada por la ascensión
y entronización de Yeshua/Jesús a la diestra del Padre (Hechos 2:29-36).
Beahavat Yeshua/En el amor de Jesús.

52
Cuestionario 4
Responda las siguientes diez preguntas. Utilice como fuente de información para sus
respuestas tanto la Nota Introductoria a la Segunda Sección como la Lección 4.
1. ¿Cuál era un enfoque sobre el reino de Dios que ciertos judíos del liderazgo
religioso, habían desarrollado durante los días del segundo templo? Consulte la
página 41.
___________________________________________________________________

2. Después de la venida del Espíritu Santo en el Día de Pentecostés, ¿Qué tipo de


interpretación sobre el reino de Dios, recibieron los emisarios/apóstoles de
Yeshua/Jesús? Consulte la página 41.
___________________________________________________________________

3. Escriba una cita bíblica del libro de los Hechos donde se menciona explícitamente
que, mediante la resurrección y exaltación de Yeshua a la diestra del Padre, Yeshua
había sido entronizado como Mesías (Rey). Consulte la página 42.
___________________________________________________________________

4. Escriba la cita bíblica donde el propio Rav Shaúl/Apóstol Pablo nos da la pauta
sobre cómo interpretar las profecías del TaNaK (AT). Consulte la página 43.
___________________________________________________________________

5. ¿Desde cuándo y hasta cuándo, abarca la Era Mesiánica Presente? Consulte la


página 44.
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________

6. ¿Cuántos puntos de vista básicos existían durante el primer siglo D.C., sobre lo que
ocurriría con la Antigua Ley en los Tiempos Mesiánicos? Consulte la página 46.
___________________________________________________________________

7. ¿Quién apoyó el punto de vista reformador/renovador, acerca de lo que Yeshua


haría durante Su ministerio terrenal en lo tocante a la Antigua Ley? Consulte la
página 49. Escriba también la cita bíblica.
___________________________________________________________________

8. ¿Qué quiso decir Yeshua con las palabras “La (Antigua) Ley y los profetas llegaron
hasta Juan (El Bautista)”? Consulte la página 50.
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
_________________________________________________________________

53
9. ¿Debido a qué, es que Yeshua pudo distanciarse también del punto de vista
interpretativo étnico, que tenían ciertos judíos de su tiempo? Consulte la página
51.
_______________________________________________________________

10. ¿Cómo sería entonces la Nueva Ley del reino espiritual, es decir, la Nueva Ley
de ésta Era Mesiánica Presente? Consulte la página 52.
________________________________________________________________
________________________________________________________________
_______________________________________________________________

54
Lección 5:
La Nueva Ley Según El Camino: El Mesianismo Primitivo
Introducción: Empezaremos diciendo que en esta lección se tratará de dar respuesta
a la pregunta: Los Emisarios/Apóstoles Shaúl/Pablo y Yáacov/Jacobo… ¿se oponen el
uno al otro en sus enseñanzas? ó ¿se complementan el uno al otro en sus epístolas?
Analizaremos diferentes opciones posibles para obtener una mayor claridad sobre esta
cuestión y así poder entender de una mejor manera, cuál era (y sigue siendo) la
enseñanza apostólica sobre dos cosas: (A) la justificación por la fe en Yeshua/Jesús, y
(B) la práctica de Su Nueva Ley en la vida de los creyentes.
A medida que el lector inquisitivo va leyendo las diferentes cartas apostólicas, llega al
momento cuando éste se encuentra con la situación de que hay que discernir algo que
parece ser, a simple vista y sin profundizar en el asunto, un desacuerdo doctrinal muy
grande entre dos de los emisarios/apóstoles del mismo Señor Yeshua/Jesús: Shaúl
(Pablo) y Yáacov (Jacobo).
Por ejemplo, cito uno de los casos a manera ilustrativa, ya que se podría incluir aquí
varios otros pasajes bíblicos:
Rav Shaúl/Pablo dijo…
“también nosotros hemos puesto nuestra fe en Cristo Jesús, para ser justificados por
la fe en él y no por las obras de la ley; porque por éstas nadie será justificado”.
(Gálatas 2:16 NVI Edición Castellana)

Yáacov HaTzadík/Jacobo El Justo dijo:


“Como podéis ver, a una persona se la declara justa por las obras, y no sólo por la
fe”. (Jacobo 2:24 NVI Edición Castellana)

En base a esto, a simple vista y sin profundizar en el asunto, se podría llegar a concluir
lo siguiente: (a) que siempre hubo un desacuerdo doctrinal muy grande entre Pablo y
Jacobo, en donde Rav Shaúl es el campeón del mensaje de la justificación sólo por la
fe, mientras que Jacobo el Justo (Yáacov HaTzadík) es el campeón del mensaje de la
justificación por medio de ambas cosas: la fe + las obras de la Antigua Ley escrita, y
(b) que Rav Shaúl sí entendía el nuevo pacto en Yeshua, mientras que Jacobo no lo
entendía sino que sólo entendía el antiguo pacto en Moisés a través de la Antigua Ley
escrita. Obviamente, los que apoyan a Jacobo, dirían que es al revés: que Rav Shaúl
no entendía el pacto “renovado” en Yeshua, mientras que Jacobo sí lo entendía.
Y la cosa no se quedó allí, pues en base a esta marcada diferencia entre estos dos
apóstoles y entre sus mensajes sobre la justificación por la fe en Yeshua y la función de
la Antigua Ley escrita en la vida de los creyentes, grupos religiosos se organizaron en
el segundo siglo D. C. que, malinterpretando éste desacuerdo apostólico, cada grupo
tomó el mensaje que más le gustó y forjó su propio camino interpretativo en cuanto a la
enseñanza apostólica sobre la justificación por la fe en Yeshua y la práctica de Su
Nueva Ley en la vida de los creyentes.

55
Un grupo, aferrándose firmemente al mensaje de las epístolas Paulinas, se fue a un
extremo malinterpretando su mensaje y rechazó todo lo que tuviera trasfondo judío del
TaNaK (AT) proclamando el siguiente mensaje:
La justificación es sólo por la fe intelectual en una gracia barata que no requiere como
resultado una transformación de vida en los creyentes en Yeshua (sólo por fe =
justificación ya poseída en la Era Presente por el creyente → obras de la carne),
concluyendo así que la Iglesia creyente no tiene en esta Era Presente ninguna ley en lo
absoluto que obedecer, sino solamente seguir los instintos carnales del ser humano.
Éste fue el grupo religioso hereje conocido como Marcionismo, que proclamaba el
libertinaje. Hoy día, aunque no lleven ese nombre, muchos proclaman un mensaje
extremista semejante. Estos pueden ser llamados neo-marcionitas.
Podemos citar a dos escritores del Brit Jadashá/Nuevo Pacto que se opusieron a este
tipo de mensaje: Yehudah/Judas y Shaúl/Pablo. Veamos:
“Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los cuales desde antiguo
habían sido destinados para esta condenación. Ellos son hombres impíos, que
convierten la gracia de nuestro Dios en libertinaje, y niegan al único Soberano y Señor
nuestro, Jesucristo” (Judas 4 Reina Valera Actualizada 2015)

“Hermanos, ustedes han sido llamados a la libertad, sólo que no usen la libertad como
pretexto para pecar (seguir los instintos carnales); más bien, sírvanse los unos a los
otros por amor” (Gálatas 5:13 Reina Valera Contemporánea)
El otro grupo, aferrándose firmemente al mensaje de la epístola Jacobita, se fue al
otro extremo malinterpretando su mensaje y rechazó todo lo que tuviera trasfondo
gentil del Brit Jadashá (NT) proclamando un mensaje que consistía en una mezcla
conjunta (fe + obras de la Antigua Ley escrita = santificación → justificación hasta el día
del juicio final), concluyendo así que la comunidad de seguidores de Yeshua tenía
como única Ley que obedecer, durante esta Era Presente, la Ley de Moisés, la Antigua
Ley Sinaítica para santificación hoy en día y para justificación hasta el día del
juicio final. Este grupo, malinterpretando pasajes del Evangelio de Mateo (por ejemplo:
Mateo 19:16-22; 24:13), defendía que durante esta Era Presente nadie es
verdaderamente salvo (justificado), sino que serán salvos (justificados) en el futuro,
sólo aquellos que perseveren obedeciendo toda la Antigua Ley Sinaítica hasta el fin de
esta Era Presente. Éste fue el grupo religioso hereje conocido como Ebionismo, que
proclamaba la obediencia en la Era Presente de toda la Antigua Ley Sinaítica escrita
como un requerimiento legal para todo ser humano (tanto judíos étnicos como gentiles
étnicos), primero para una santificación total hoy en día a la manera mosaica, y
segundo, en vistas a una posible salvación (justificación) en el futuro. Hoy en día,
aunque no lleven ese nombre, muchos proclaman un mensaje extremista semejante.
Estos pueden ser llamados neo-ebionitas. Podemos citar a dos escritores del Brit
Jadashá/Nuevo Pacto que se opusieron a este tipo de mensaje: Juan y Pablo. Veamos:
“Y este es el testimonio: que Dios (Padre) nos ha dado vida eterna, y esta vida está en
su Hijo (Yeshua). El que tiene al Hijo (Yeshua) tiene (ya) la vida (eterna); el que no
tiene al Hijo de Dios no tiene la vida” (1 Juan 5:11, 12 Reina Valera Actualizada 2015)

56
“En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con
Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Romanos 5:1 NVI Edición Castellana)
I. EXPOSICIÓN SOBRE LA JUSTIFICACIÓN SÓLO POR LA FE:
Para iniciar nuestro análisis, veamos aquí algunos de los escritos representativos de
Pablo y Jacobo en lo referente a la doctrina de la justificación por la fe y al papel
que juegan las obras de la Antigua Ley Mosaica/Sinaítica en la justificación de una
persona creyente, según el punto de vista de cada uno de estos dos
emisarios/apóstoles.
A. Shaúl/Pablo: Epístola de Pablo a las iglesias de Galacia (1:1-2)
“Nosotros somos judíos de nacimiento y no “pecadores paganos”. Sin embargo,
al reconocer que nadie es justificado por las obras que demanda la ley sino
por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos puesto nuestra fe en Cristo
Jesús, para ser justificados por la fe en él y no por las obras de la ley;
porque por éstas nadie será justificado. Ahora bien, cuando buscamos ser
justificados por Cristo, se hace evidente que nosotros mismos somos pecadores.
¿Quiere esto decir que Cristo está al servicio del pecado? ¡De ninguna
manera! Si uno vuelve a edificar lo que antes había destruido, se
hace transgresor. Yo, por mi parte, mediante la ley he muerto a la ley, a fin de
vivir para Dios. He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo
vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios,
quien me amó y dio su vida por mí. No desecho la gracia de Dios. Si la justicia se
obtuviera mediante la ley, Cristo habría muerto en vano”. (2:15-21 NVI Edición
Castellana)
B. Yáacov/Jacobo: Epístola de Jacobo a las 12 tribus que están dispersas (1:1)
“Hermanos míos, ¿de qué le sirve a uno alegar que tiene fe, si no tiene
obras? ¿Acaso podrá salvarle esa fe? Supongamos que un hermano o una
hermana no tienen con qué vestirse y carecen del alimento diario, y uno de
vosotros les dice: «Que os vaya bien; abrigaos y comed hasta saciaros», pero no
les da lo necesario para el cuerpo. ¿De qué servirá eso? Así también la fe por sí
sola, si no tiene obras, está muerta. Sin embargo, alguien dirá: «Tú tienes fe, y yo
tengo obras.» Pues bien, muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré la fe por
mis obras. ¿Tú crees que hay un solo Dios? ¡Magnífico! También los demonios lo
creen, y tiemblan. ¡Qué tonto eres! ¿Quieres convencerte de que la fe sin obras
es estéril? ¿No fue declarado justo nuestro padre Abraham por lo que hizo
cuando ofreció sobre el altar a su hijo Isaac? Ya lo ves: Su fe y sus obras
actuaban conjuntamente, y su fe llegó a la perfección por las obras que hizo.
Así se cumplió la Escritura que dice: «Creyó Abraham a Dios, y esto se le tomó
en cuenta como justicia», y fue llamado amigo de Dios. Como podéis ver, a una
persona se la declara justa por las obras, y no sólo por la fe. De igual
manera, ¿no fue declarada justa por las obras aun la prostituta Rajab, cuando
hospedó a los espías y les ayudó a huir por otro camino? Pues como el cuerpo
sin el espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta”. (2:14-26 NVI
Edición Castellana)

57
Esta simple comparación nos ayuda a ver que en éstas dos cartas ambos
apóstoles/emisarios sí se contradicen en cuanto al punto de la justificación por la fe en
Yeshua y el papel que juegan las obras en la justificación de una persona creyente. 50, 51
Pero hay que mencionar que éstas dos epístolas, que reflejan dos posiciones
doctrinales opuestas, sólo reflejan la situación histórico-doctrinal en la que se
encontraba la Iglesia Primitiva ANTES del Concilio de Jerusalén. Es decir…
EPÍSTOLAS ESCRITAS ANTES DEL CONCILIO DE JERUSALEN: 45-49 D. C.
EPÍSTOLA DE JACOBO: EPÍSTOLA A LOS GÁLATAS
Justificación: por la fe + obras de la Antigua Ley Justificación: sólo por la fe
De ahí que es necesario también mencionar que el punto de vista del emisario/apóstol
Jacobo y de los ancianos de la iglesia de Jerusalén, pasó por (A) una transición
doctrinal en cuanto al mensaje de la justificación por la fe en Yeshua tanto para judíos
étnicos como para gentiles étnicos, y (B) también pasó por una transición doctrinal en
cuanto a la doctrina sobre la práctica de la Nueva Ley de Yeshua para los gentiles
étnicos, (C) pero no ocurrió la misma transición doctrinal en cuanto a la doctrina
sobre la práctica de la Antigua Ley Sinaítica Escrita, para la vida de los creyentes
judíos étnicos.
El libro de Los Hechos de los Apóstoles nos da una descripción detallada de ésta
transición doctrinal a través de la cual pasó la Iglesia Primitiva, especialmente en el
entendimiento del apóstol Jacobo y los ancianos de la iglesia de Jerusalén.
EL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES Y LA TRANSICIÓN
DOCTRINAL:
A. LA JUSTIFICACIÓN SÓLO POR LA FE TANTO PARA JUDÍOS ÉTNICOS COMO
PARA GENTILES ÉTNICOS APOYADA POR AMBOS: PABLO Y JACOBO
Antes del Concilio: Durante el Concilio: Después del Concilio:
Hechos 15:1-2 (gentiles) →Hechos 15:6-10, 12-19→ Quedó establecida la
Jacobo 2:14-26 (judíos) → Hechos 15:11→ justificación sólo por la fe

50
Es muy probable que la Epístola de Pablo a los Gálatas haya sido escrita entre el 45-49 D. C., poco
antes del Concilio de Jerusalén en el 50 D. C., pero después de la reunión en privado entre
Pablo/Bernabé y Jacobo/Cefas (Pedro)/Juan (Gálatas 2:1-10). El hecho de que el Concilio de Jerusalén
no sea mencionado en lo absoluto, indica precisamente que dicho Concilio todavía no había ocurrido.
Ésta epístola representaría en forma resumida e histórica, el contenido doctrinal del mensaje Paulino
sobre la justificación sólo por la fe en Yeshua y la práctica de Su Nueva Ley en la vida de TODOS los
creyentes (judíos y gentiles), mensaje expuesto tanto en privado ante Jacobo, Pedro y Juan, como en
público ante el Concilio Apostólico en pleno en el 50 D. C.
51
Es igualmente muy probable que la Epístola de Jacobo (Santiago) haya sido también escrita entre el
45-49 D. C., poco antes del Concilio de Jerusalén en el 50 D. C., e incluso antes de la reunión en
privado entre Pablo/Bernabé y Jacobo/Cefas (Pedro)/Juan (Gálatas 2:1-10). Esta epístola representaría
en forma resumida e histórica, el contenido doctrinal del mensaje Jacobita (y de los ancianos de la iglesia
de Jerusalén) antes del Concilio de Jerusalén, sobre la justificación por la fe en Yeshua y la práctica de
la Antigua Ley Sinaítica sólo para la vida de los creyentes judíos étnicos.

58
B. LA EXCLUSIÓN DE LA ANTIGUA LEY SINAÍTICA PARA LA VIDA DE LOS
CREYENTES GENTILES ÉTNICOS (APOYADA POR AMBOS: JACOBO Y PABLO)
Antes del Concilio: Durante el Concilio: Después del Concilio:
Hechos 15:5………→ Hechos 15:19-20, 22-29…→ Hechos 15:30-16:5; 21:25

C. LA CONTINUACIÓN DE LA ANTIGUA LEY SINAÍTICA SÓLO PARA LA VIDA DE


LOS CREYENTES JUDÍOS ÉTNICOS (APOYADA POR JACOBO, RECHAZADA
POR PABLO)

Antes del Concilio: Durante el Concilio: Después del Concilio:

JACOBO:
Jacobo 1:25; 2:8-26→ Hechos 15:21……………→ Hechos 21:18-20

PABLO:
Gálatas 2:11-14……→ Gálatas 3:24-29; 5:5 - 6:18→ Hechos 21:21; 1 Cor. 9:20

Así, podemos concluir que la situación de tener dos posiciones doctrinalmente


opuestas sobre el mensaje de la justificación por la fe, FUE real o verdadera pero
sólo ANTES del Concilio de Jerusalén ocurrido en el año 50 D. C. Cada una de las
dos epístolas mencionadas (Jacobo y Gálatas), representaban históricamente las
posiciones doctrinales de cada uno de los dos emisarios/apóstoles que las
escribieron ANTES del Concilio de Jerusalén. El hecho de que ambas epístolas
aparezcan en el canon bíblico del Brit Jadashá (NT) representando dos posturas
opuestas sobre la justificación ANTES del Concilio registrado en Hechos 15, NO
SIGNIFICA QUE EL ESPÍRITU SANTO SE CONTRADIGA O QUE LA BIBLIA
ENSEÑE COSAS OPUESTAS, sino que ambas epístolas están incluidas dentro del
canon para enseñarnos/describirnos, junto con el libro de los Hechos, que la Iglesia
de Jerusalén pasó por una transición doctrinal hasta que llegó a un entendimiento
pleno y universal de que la justificación es sólo por la fe en Yeshua y sólo por la
gracia de Dios, tanto para judíos étnicos como para gentiles étnicos por igual.
Nos toca a nosotros como lectores saber discernir el desarrollo doctrinal-histórico
que ocurrió en la Iglesia Primitiva durante el primer siglo de nuestra Era Presente.
Obviamente, hubo creyentes en Yeshua entre los judíos étnicos de la tierra de Israel
que nunca aceptaron ni acataron la decisión plenaria del Concilio de Jerusalén en el
año 50 D. C. sobre la justificación sólo por la fe, y que continuaron enseñando un
mensaje legalista y judaizante a la manera como se entendía en la Iglesia de
Jerusalén ANTES del Concilio. Estos legalistas judaizantes siempre fueron un dolor
de cabeza para toda la Iglesia Primitiva durante el primer siglo, pero especialmente
lo fueron para Shaúl/Pablo y las iglesias que él había fundado entre los gentiles.

59
En los escritos del Nuevo Pacto se deja claro que Pablo y Jacobo sí llegaron a un
acuerdo en asuntos doctrinales en cuanto a la justificación sólo por la fe. Veamos
Gálatas 2:1-10 con énfasis en el verso 9.
“Después, pasados catorce años, (yo Pablo) subí otra vez a Jerusalén con Bernabé,
llevando también conmigo a Tito. Y subí según una revelación, y les expuse el
evangelio que proclamo entre los gentiles, pero lo hice en privado, a los de
reputación, para cerciorarme de que no corría o había corrido en vano; y así, ni aun
Tito (que estaba conmigo), siendo griego, fue obligado a ser circuncidado, y esto a
pesar de los falsos hermanos, introducidos secretamente, quienes se infiltraron para
espiar nuestra libertad que tenemos en Jesús (Yeshua) el Mesías, a fin de someternos
a esclavitud; a los cuales ni por un momento aceptamos someternos, para que la
verdad del evangelio permaneciera con vosotros. Pero de los que parecían ser algo (lo
que eran, no me importa, Dios no hace acepción de personas), a mí ciertamente, los
de reputación, nada me impartieron. Al contrario, viendo que me había sido confiado
el evangelio de la incircuncisión [a los gentiles étnicos] como a Pedro el de la
circuncisión [a los judíos étnicos] (porque el que actuó en Pedro para el apostolado de
la circuncisión, actuó también en mí para los gentiles), y reconociendo la gracia que me
había sido dada, Jacobo [el Justo] y Cefas [Pedro] y Juan, quienes parecían ser las
columnas, nos dieron la diestra a mí y a Bernabé en señal de compañerismo, para
que nosotros fuéramos a los gentiles [étnicos], y ellos a la circuncisión [judíos étnicos].
Solamente nos pidieron que nos acordáramos de los pobres, y eso fue precisamente lo
que me esforcé en hacer” (BTX)

En base a estos pasajes bíblicos pienso que el siguiente es probablemente (o al menos


posiblemente) el orden cronológico de los acontecimientos históricos tal como
ocurrieron:

ANTES DEL CONCILIO DE JERUSALÉN:


A. Jacobo el Justo, Cefas (Pedro) y Juan, empezaron a ver ciertos cambios en el
mover de Dios en la tierra de Israel, respecto a la aceptación de los gentiles étnicos
dentro de Su plan divino de salvación por medio de la fe en Yeshua (Hechos 10:1 -
11:18).
B. El mensaje del plan divino de salvación por medio de la fe en Yeshua salió de la
tierra de Israel y fue predicado en Antioquía de Siria por judíos helenistas a otros
judíos helenistas (Hechos 11:19-21). Bernabé y Pablo, que también eran judíos
helenistas, llegaron a Antioquía de Siria y predicaron el mensaje de la justificación
sólo por la fe, tanto a otros judíos helenistas como a gentiles griegos (Hechos
11:22-26).
C. Ciertos judíos étnicos creyentes en Yeshua enviados por el emisario/apóstol
Jacobo, desde Jerusalén llegaron a Antioquía de Siria, para espiar la libertad (de no
practicar la Antigua Ley Sinaítica Escrita) que Pablo, Bernabé y otros judíos
helenistas disfrutaban en Antioquía de Siria (Gálatas 2:4). Eso significaba que el
mensaje que aquellos judíos hebraístas traían desde Jerusalén (Gálatas 2:12) era
un mensaje que enseñaba que, bajo el nuevo pacto, TODOS los judíos étnicos
debían continuar observando la Antigua Ley Sinaítica Escrita como estilo de vida en

60
cualquier lugar donde vivieran, incluso fuera de la tierra de Israel. Fue tanta la
influencia que estos judíos hebraístas ejercieron sobre los otros creyentes judíos
helenistas en Antioquía de Siria, que hasta los apóstoles Pedro y Bernabé (y los
otros creyentes judíos helenistas) que estaba en aquella ciudad, se apartaron de la
práctica de aquella libertad de no guardar la Antigua Ley Escrita, y regresaron a la
supuesta observancia de ella, al menos, durante el tiempo que aquellos judíos
hebraístas estuvieron en Antioquía de Siria (Gálatas 2:13).
D. Pablo y Bernabé aprovecharon la ocasión de subir a Jerusalén para llevar una
ofrenda económica desde la ciudad de Antioquía de Siria (Hechos 11:29-30;
Gálatas 2:1)52 y presentaron el mensaje doctrinal que predicaban sobre la
justificación sólo por la fe, en privado ante Jacobo el Justo, Cefas (Pedro) y Juan
(Gálatas 2:2-10). Pablo dijo que Jacobo, Pedro y Juan no les enseñaron nada
nuevo a él y a Bernabé, y es totalmente la verdad, pero Pablo y Bernabé sí les
enseñaron en privado muchísimo a Jacobo, Pedro y Juan. Les enseñaron
doctrinalmente sobre la salvación por la gracia de Dios y la justificación sólo por
la fe en Yeshua tanto para judíos étnicos como para gentiles étnicos por igual. Fue
durante ésta visita a Jerusalén cuando Jacobo el Justo, Pedro y Juan aprendieron
doctrinalmente sobre el mensaje pleno del evangelio de la justificación sólo por la
fe, por boca de Pablo y Bernabé. Parece ser que Pedro y Juan sí aceptaron
completamente el mensaje Paulino sobre la justificación sólo por la fe, pero
que Jacobo todavía se resistía a aceptarlo de manera total y tenía ciertas
dudas.
E. Pablo y Bernabé regresaron a Antioquía de Siria y continuaron predicando su
mismo mensaje de la justificación sólo por la fe hacia los judíos helenistas y los
gentiles griegos (Hechos 13:1-2). Pablo y Bernabé salieron hacia su primer viaje
misionero entre las naciones gentiles (Hechos 13:3 – 14:25) y después regresaron a
Antioquía de Siria (Hechos 14:26-28).
F. Por segunda ocasión ciertos judíos hebraístas creyentes en Yeshua llegaron a
Antioquía de Siria (esta vez no enviados por Jacobo) y en esta ocasión su
influencia/presión no fue hacia los judíos helenistas, sino hacia los gentiles étnicos
que habían creído en Yeshua, diciéndoles que debían convertirse en judíos como
requisito previo para poder ser salvos y después guardar toda la Antigua Ley Escrita
como buenos judíos (Hechos 15:1 y 5). Estos judíos hebraístas que llegaron la
segunda vez a Antioquía de Siria, no habían sido autorizados por el apóstol Jacobo
en cuanto a éste mensaje hacia los gentiles (Hechos 15:24). Pablo y Bernabé se
opusieron nuevamente a este mensaje de los judíos hebraístas (Hechos 15:2a), y
sabiendo que Jacobo, Pedro y Juan ya habían escuchado el mensaje del evangelio
de la justificación sólo por la fe, pues ellos mismos se lo habían enseñado a los tres
principales líderes de la congregación en Jerusalén durante una visita anterior a esa
ciudad, deciden subir de nuevo a la ciudad de Jerusalén para conseguir la
aprobación de su mensaje de la justificación sólo por la fe en Yeshua, pero ahora en
público, ante todo el concilio apostólico reunido en pleno (Hechos 15:2b-4).

52
La nota de pie de página perteneciente a Gálatas 2.1 en una Biblia de Estudio dice lo siguiente sobre
ésta visita de Pablo y Bernabé a Jerusalén: “Probablemente la visita de Hechos 11:29, 30”. La Santa
Biblia con Notas, Concordancia y Mapas. Editor General: Dr. J. Mervin Breneman. Editorial Caribe.
Miami, Florida, 1980.

61
DURANTE EL CONCILIO DE JERUSALÉN:
G. Se llevó a cabo un gran debate doctrinal en donde el evangelio de la justificación
sólo por la fe salió victorioso en cuanto a las grandes verdades de la salvación tanto
para judíos étnicos como para gentiles étnicos (Hechos 15:6-19).
H. Se llegó a un acuerdo doctrinal EN PLENO acerca de la salvación/vida eterna sólo
por la gracia y sólo por la fe en Yeshua/Jesús, aunque no se pudo llegar a una
uniformidad de práctica en cuanto al estilo de vida que debe vivir un creyente en
Yeshua bajo el nuevo pacto, ya que Pablo y Bernabé apoyaban la exclusión de la
observancia de la Antigua Ley Escrita tanto para judíos étnicos como para gentiles
étnicos (Gálatas 5:5 - 6:18), mientras que Jacobo y los ancianos de la iglesia de
Jerusalén apoyaban la continuación de la observancia de la Antigua Ley
Escrita SÓLO PARA LOS JUDÍOS ÉTNICOS (Hechos 15:21). Según parece por
el relato que encontramos en Hechos 15, éste último punto en particular
sostenido por Jacobo y los ancianos de la iglesia de Jerusalén, nunca llegó a
estar bajo cuestionamiento/ataque en el concilio apostólico.
I. Se emitió un decreto eclesiástico por escrito y para uso público con la resolución
final del concilio apostólico que implicaba un entendimiento pleno sobre la
justificación sólo por la fe tanto para judíos como para gentiles creyentes en
Yeshua, y la exclusión de la observancia de la Antigua Ley Sinaítica Escrita para
los gentiles étnicos creyentes en Yeshua (Hechos 15:22-35). Los creyentes gentiles
étnicos sólo debían observar los requerimientos conocidos como los mandamientos
de la Ley de Nóaj/Noé dados para los justos entre las naciones gentiles.53, 54

DESPUÉS DEL CONCILIO DE JERUSALÉN:


J. La observancia de la Antigua Ley Sinaítica Escrita, por parte de los creyentes en
Yeshua de trasfondo étnico judío, era algo que según Jacobo y los ancianos
judíos hebraístas de la iglesia de Jerusalén, debía continuar bajo el Nuevo Pacto
(Hechos 21:19, 20)
K. La observancia de la Antigua Ley Sinaítica Escrita, por parte de los creyentes en
Yeshua de trasfondo étnico judío, era algo que, según Pablo, Bernabé y otros
creyentes judíos helenistas, debía ser descontinuada bajo el Nuevo Pacto, y en
lugar de eso se debía abrazar la práctica y observancia de la Nueva Ley de Yeshua
El Mesías (Hechos 21:21; Gálatas 6:2).

53
Estos cuatro requerimientos parecen ser una “temprana variante Tanaítica de las leyes noájidas que
se encuentra en Tosefta Avoda Zarah 9:4”. Información provista por el Rabino Harvey Falk en su libro
“Jesus The Pharisee. A New Look at the Jewishness of Jesus (Jesús El Fariseo. Una Nueva Mirada a la
Judeidad de Jesús)” por Paulist Press, Mahwah, New Jersey. Sin número de edición, 1985. Página 48.
54
Algunos eruditos bíblicos piensan que estos requerimientos noájidas fueron decretados por el Concilio
de Jerusalén de manera temporal, y que debían estar vigentes sólo hasta que acabase la transición del
Antiguo Pacto hacia el Nuevo Pacto, cosa que literalmente ocurrió con la destrucción del Segundo
Templo de Jerusalén en el año 70 D. C. Uno de estos eruditos bíblicos es Meredith G. Kline, quien
postula la vigencia temporal y la transitoriedad del decreto del Concilio de Jerusalén para los gentiles
étnicos, en su libro: “The Structure of Biblical Authority (La Estructura de la Autoridad Bíblica)”. William B.
Eerdmans Publishing Company, Grand Rapids, Michigan. Segunda Edición, 1978. Página 108.

62
II. EXPOSICIÓN SOBRE LA NUEVA LEY DEL MESÍAS YESHUA:
Existe todavía un evento histórico que debemos analizar aquí si queremos tener un
mejor entendimiento de la situación “contraria” que continuó existiendo entre Pablo
y Jacobo, años después del Concilio de Jerusalén sobre la forma de vida que
debe practicar un creyente en el Mesías Yeshua. Veamos lo que nos dice el
escritor Lucas en Hechos de los Emisarios/Apóstoles:
“Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron cordialmente. Y al día
siguiente, Pablo entró con nosotros ante Jacobo, y se reunieron todos los
ancianos. Y después de saludarlos, les fue refiriendo, una por una, las cosas que
Dios había hecho entre los gentiles por medio de su ministerio, y ellos, al oírlo,
glorificaron a Dios. Luego le dijeron: Ya ves, hermano, cuántos millares hay entre
los judíos (hebraístas) que han creído, pero todos son celosos observantes de
la ley; y les han informado acerca de ti, que enseñas a todos los judíos (helenistas)
que están entre los gentiles a apostatar de Moisés, diciéndoles que no circunciden
a los hijos, ni practiquen las costumbres (judías). ¿Qué hacer, pues? Sin duda oirán
que has venido. Por tanto, sigue nuestro consejo: Tenemos cuatro varones ligados
con voto. Tómalos contigo, purifícate con ellos, y paga sus gastos para que se
rasuren la cabeza, así todos entenderán que no hay nada de lo que se les informó
acerca de ti, sino que tú mismo también sigues guardando la (antigua) ley. Pero en
cuanto a los gentiles que han creído, les hemos escrito que, según lo
acordado, se abstengan de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de lo
estrangulado y de fornicación. Entonces Pablo, tomando consigo a los varones,
al día siguiente se purificó con ellos y entraba en el templo para informar del
cumplimiento de los días de la purificación, hasta que fue ofrecida la ofrenda por
cada uno de ellos” (Hechos 21:17-26 BTX)

En base a esta narración muchos estudiosos de la Biblia presentan, en forma


general, el siguiente argumento: “que aquí tenemos un relato que nos dice que
Jacobo todavía seguía manteniendo una mente estrecha de entendimiento,
inflexible y exclusivista, acorde con la interpretación legalista y judaizante al estilo
ebionita en lo referente a la Antigua Ley de los judíos y para los judíos (Jacobo era
un pro-Ley), como requisito para la justificación/salvación en el día del juicio final”.
Esto, según se dice, “se debe al tipo de consejo que Jacobo mismo y los ancianos
le dieron a Pablo” (ver versos 22-24). Poniendo éste mismo argumento en otras
palabras: “Que, la prueba de esto es que para aquel tiempo, si Jacobo en realidad
hubiera entendido el evangelio de la justificación sólo por la fe y la Nueva Ley del
Mesías Yeshua predicados por Shaúl/Pablo (quien de verdad era pro-Gracia),
¡entonces Jacobo ya debería haber dejado todo lo judío y básicamente debería
haberse ya convertido, en la práctica, en un creyente en Yeshua culturalmente
idéntico a los gentiles creyentes, así como Pablo prácticamente ya se había
convertido culturalmente en todo un gentil!

Desde mi propio punto de vista, éste argumento es completamente confuso porque


mezcla dos cosas que no necesitan estar mezcladas: (1) la doctrina de la
justificación sólo por la fe, la cual ya hemos explicado anteriormente, y (2) el estilo

63
de vida que debe practicar un creyente en Yeshua. En lo referente a la justificación
sólo por la fe ya hemos visto que:

1. Jacobo en el pleno del Concilio Apostólico reconoció y autorizó en Jerusalén el


mensaje sobre la justificación sólo por la fe que Pablo predicaba, con verdades
esenciales sobre la salvación/vida eterna, igualmente válidas tanto para judíos
étnicos como para gentiles étnicos.
2. Que en el pleno del Concilio Apostólico nunca se discutió/debatió/contrarió
la observancia de la Antigua Ley Sinaítica Escrita, entre los propios judíos
étnicos y para los propios judíos étnicos creyentes en Yeshua, sino sólo en
lo referente a la validez y vigencia legal de la Antigua Ley Escrita, para los
gentiles étnicos creyentes en Yeshua.

Este segundo punto sobre la práctica de la Antigua Ley Sinaítica Escrita es


el que necesita analizarse por separado del asunto doctrinal de la
justificación sólo por la fe, puesto que no tiene por qué comprometer ni
mezclarse con el acuerdo doctrinal sobre la justificación sólo por la fe ya
existente entre Pablo y Jacobo.

Analizando el relato más en detalle podemos notar lo siguiente:


“y ellos (Jacobo y los ancianos), al oírlo, glorificaron a Dios. Luego (Jacobo y
los ancianos le dijeron (a Pablo):
Ya ves, hermano, cuántos millares hay entre los judíos (hebraístas) que han
creído, pero todos son celosos observantes de la ley; y les han informado
acerca de ti (Pablo), que enseñas a todos los judíos (helenistas) que están entre
los gentiles (étnicos) a apostatar de Moisés, diciéndoles que (a) no
circunciden a los hijos (la ley escrita), (b) ni practiquen las costumbres (la
ley oral) (Hechos 21: 20, 21 BTX)

Sin embargo, es lógico pensar que la práctica celosa de la Antigua Ley Escrita
por parte de aquellos millares de judíos hebraístas creyentes en Yeshua, era la
misma que la de sus líderes, Jacobo y los ancianos. Aquí entonces cabe
preguntarnos: ¿Será que todos los judíos creyentes en Yeshua en el primer
siglo D.C., practicaban la Antigua Ley, por las mismas motivaciones? Aquí
es muy importante que entendamos que, aunque la práctica externa de la
Antigua Ley Escrita podía ser la misma, las motivaciones podrían haber
sido muy diferentes entre los practicantes.

DOS MOTIVACIONES DIFERENTES ENTRE LOS JUDÍOS ÉTNICOS


CREYENTES EN YESHUA, DESPUÉS DEL CONCILIO DE JERUSALÉN:

A. Por un lado, los que poseían este tipo de motivación guardaban


celosamente la Antigua Ley porque creían que esta Ley estaba todavía
vigente legalmente hablando, aún después de la muerte de Yeshua.
Guardaban la Antigua Ley (tanto la escrita como la oral, que era conocida en
el primer siglo D. C. como la tradición de los ancianos) porque para ellos la

64
misma Antigua Ley así lo exigía, requería y demandada de todo judío ya sea
por nacimiento o por conversión. Además de eso, esa era su cultura o
distinción étnica en particular, lo que les identificaba y distinguía de los
demás grupos étnicos. En pocas palabras, aquellos judíos étnicos hebraístas
sentían que tenían una doble obligación de guardar la Antigua Ley. La
primera era una obligación legal y la segunda, una obligación cultural.
El grupo de judíos étnicos que tenía este tipo de motivación estuvo
representado, por ejemplo, por Jacobo y los ancianos de la iglesia de
Jerusalén (Hechos 21:18-20), y por ciertos fariseos creyentes en Yeshua que
llegaron a debatir al concilio de Jerusalén en contra de Pablo y Bernabé
(Hechos 15:1 y 5). En un solo siglo, el grupo de judíos étnicos hebraístas que
tenía este tipo de motivación como doble obligación, dio origen poco después
a la herejía conocida como Ebionismo.
B. Por otro lado, los que poseían éste otro tipo de motivación también
practicaban la Antigua Ley Escrita pero sólo culturalmente, no porque
pensaban que la Antigua Ley estaba todavía vigente legalmente después de
la muerte de Yeshua, sino porque entendían, primeramente, la necesidad
cultural de mantenerse identificados con su propio pueblo, el judío. Después
de todo, aunque ellos ya entendían que legalmente la única ley vigente era la
Nueva Ley del Mesías Yeshua, consideraban que su identificación cultural no
chocaba con los mandatos éticos de la Nueva Ley Regia, de manera que
observaban la Nueva Ley del Mesías Yeshua. En otras palabras, que, así
como la Nueva Ley del Mesías Yeshua no requería ni legalmente ni
culturalmente que un gentil étnico se convirtiera en judío, de la misma
manera la Nueva Ley del Mesías no requería ni legalmente ni culturalmente
que un judío étnico se convirtiera en gentil étnico. Seguidamente, además de
la necesidad cultural, éste grupo de judíos étnicos helenistas también sentía
la necesidad evangelística-testimonial hacia otros judíos étnicos helenistas
de su propio pueblo dispersos entre las naciones, pues, ¿cuál sería el
contexto cultural menos desafiante y más apropiado para que otros
judíos étnicos helenistas no creyentes en Yeshua, lo aceptasen como el
Mesías de Israel, sino el mismo contexto cultural judío según se vivía en
la diáspora/dispersión judía entre las naciones? Este es, a mi parecer, el
grupo representado por Pablo y Bernabé que estuvieron presentes en el
Concilio Apostólico (Hechos 15), así como por otros creyentes judíos étnicos
helenistas que entendían esta motivación en cuanto a su doble necesidad: la
necesidad cultural y la necesidad evangelística-testimonial. Éste grupo de
judíos étnicos es el que era conocido como El Camino (Hechos 9:2; 19:9, 23;
22:4; 24:14, 22), y como Los Nazarenos (Hechos 24:5)55. Debido a que
Shaúl/Pablo entendía perfectamente ésta doble necesidad/urgencia (1

55
El término Nazarenos aquí usado no tiene nada que ver con una organización religiosa
contemporánea conocida actualmente por el nombre “La Iglesia del Nazareno”, ni tampoco tiene nada
que ver con grupos religiosos legalistas-judaizantes contemporáneos que han adoptado nombres como
Netzarenos, Natzarenos, Netzaritas, Natzaritas, Netzarim, Netzerim, Natzarim, Natzratim, o alguna
variante similar.

65
Corintios 9:20), y que conocía perfectamente la forma hebraísta de pensar de
Jacobo y los ancianos, es que no tuvo reparo alguno en acceder a poner en
práctica el consejo de ellos (Hechos 21:26).56

Conclusión:
Esto nos lleva a concluir que verdaderamente sí hubo una contradicción entre los
mensajes predicados por los emisarios/apóstoles Shaúl/Pablo y Yáacov/Jacobo
sobre la doctrina de la justificación por la fe, pero SÓLO ANTES DEL CONCILIO DE
JERUSALÉN. Después del Concilio, ambos predicaron un sólo mensaje unificado
sobre la salvación por la gracia de Dios y la justificación sólo por la fe, tanto para
judíos étnicos como para gentiles étnicos por igual. Sin embargo, siempre
permaneció en la Iglesia Primitiva una falta de uniformidad en cuanto al estilo
de vida que debía practicar un creyente en Yeshua. Los judíos hebraístas
(Jacobo y los ancianos de la iglesia de Jerusalén) siempre defendieron la
continuidad de la Antigua Ley Sinaítica sólo para los judíos étnicos,57
mientras que los judíos helenistas (Pablo, Bernabé y la iglesia de Antioquía de
Siria) siempre defendieron la discontinuidad de la Antigua Ley Sinaítica tanto
para judíos étnicos como para gentiles étnicos por igual.58 En contraste con la
posible transitoriedad de los mandamientos noájidas decretados por el Concilio de
Jerusalén y con la segura caducidad de la Antigua Ley Sinaítica Escrita (Hebreos
8:13), Shaúl/Pablo se enfocó en predicar tanto a judíos como a gentiles por igual, la
práctica y observancia permanente de la Nueva Ley de Yeshua (Gálatas 6:2; 1
Corintios 9:19-23).
Beahavat Yeshua/En el amor de Jesús.

56
De ahí que el emisario/apóstol Shaúl/Pablo no tuvo problema alguno en continuar identificándose, sólo
como opción cultural, y no como obligación legal, con prácticas de la Antigua Ley Sinaítica Escrita dada a
su pueblo judío (ver Hechos 18:18; 25:6-8; 28:15-17).
57
Muchos creyentes en Yeshua de origen étnico judío y no judío, el día de hoy se aferran al hecho de
que Jacobo y los ancianos de la iglesia de Jerusalén siempre continuaron con la observancia de la
Antigua Ley Sinaítica después del Concilio de Jerusalén, y lo usan como base y excusa para ellos hacer
lo mismo. Es verdad que Jacobo y la iglesia de Jerusalén finalmente aceptaron durante el Concilio de
Jerusalén ser justificados sólo por la fe en Yeshua y ser salvos sólo por la gracia de Dios, pero siempre
batallaron con el punto de que veían su santificación como producto de la obligación legal de guardar los
mandamientos de la Antigua Ley Sinaítica, y no como producto de la obra interna del Espíritu Santo en
sus vidas, como lo enseñaba Shaúl/Pablo (Gálatas 5:5 - 6:18). Éste mismo punto de la santificación por
medio de la obligación legal de guardar los mandamientos de la Antigua Ley Sinaítica, sigue siendo el
punto de esclavitud y de ceguera espiritual (ver Gálatas 4:21-31; 2 Corintios 3:3-18), de aquellos judíos
étnicos que hoy en día quieren resucitar ese peligroso punto de vista de la obligación legal. Y cualquier
gentil étnico creyente en Yeshua, que quiera resucitar la santificación mediante la obligación legal de
guardar los mandamientos de la Antigua Ley Sinaítica, debe escuchar la aclaración directa que
Shaúl/Pablo nos dejó a todos: “pues ni los que son circuncidados guardan la (Antigua) Ley” (Gálatas
6:13a RVA 2015).
58
Es necesario reconocer que el mensaje que Shaúl/Pablo predicaba sobre la justificación sólo por la fe,
y la Nueva Ley del Mesías Yeshua como estilo de vida para todos los creyentes (judíos y gentiles por
igual), fue un mensaje que él recibió por revelación directa del mismo Mesías Yeshua/Jesús, y no
procedente de ningún ser humano (Gálatas 1:11, 12). Por el contrario, Jacobo, aunque se convirtió a
Yeshua al verlo resucitado (1 Corintios 15:7), parece ser que no recibió las mismas revelaciones sobre el
Nuevo Pacto que Shaúl/Pablo recibió.

66
Cuestionario 5
Responda las siguientes diez preguntas.
1. Escriba dos citas bíblicas que a manera ilustrativa muestran una contradicción
doctrinal entre Pablo y Jacobo, en lo referente a la justificación por la fe, ANTES del
Concilio de Jerusalén. Consulte la página 55.
___________________________________________________________________

2. Describa brevemente el mensaje proclamado por el grupo de los que podrían ser
identificados como neo-marcionitas. Consulte la página 56.
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________

3. Describa brevemente el mensaje proclamado por el grupo de los que podrían ser
identificados como neo-ebionitas. Consulte la página 56.
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________

4. Escriba cuáles son los años sugeridos para la probable emisión de ambas epístolas
(Jacobo y Gálatas), por parte de Jacobo y Shaúl/Pablo. Consulte la página 58.
___________________________________________________________________

5. Describa brevemente cuáles son los tres puntos doctrinales (incisos A, B y C)


narrados en el libro de los Hechos de los Emisarios/Apóstoles, que estuvieron
relacionados con la transición doctrinal de la Iglesia de Jerusalén. Consulte las
páginas 58-59.
A. ________________________________________________________________
________________________________________________________________
________________________________________________________________
B. ________________________________________________________________
________________________________________________________________
________________________________________________________________
C. ________________________________________________________________
________________________________________________________________
________________________________________________________________

6. ¿Cuál es la cita bíblica donde se describe que Pablo y Bernabé expusieron su


mensaje sobre la justificación sólo por la fe, en privado ante Jacobo, Cefas (Pedro)
y Juan? Consulte la página 60.
___________________________________________________________________
67
7. Describa cuáles eran dos motivaciones diferentes entre los judíos étnicos creyentes
en Yeshua, después del Concilio de Jerusalén (50 D. C.), referente a la práctica de
la Antigua Ley Sinaítica Escrita. Consulte las páginas 64-66.

A. ________________________________________________________________
________________________________________________________________
________________________________________________________________
________________________________________________________________
________________________________________________________________
________________________________________________________________
________________________________________________________________
________________________________________________________________
B. ________________________________________________________________
________________________________________________________________
________________________________________________________________
________________________________________________________________
________________________________________________________________
________________________________________________________________
________________________________________________________________
________________________________________________________________

8. Según la conclusión de esta lección, ¿en cuál punto doctrinal sí llegaron Jacobo y
Pablo a un mensaje unificado después del Concilio de Jerusalén? Consulte la
página 66.
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________

¿en cuál punto de práctica, Pablo y Jacobo mantuvieron una falta de uniformidad en
la Iglesia Primitiva, incluso después del Concilio de Jerusalén? Consulte la página
66.
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________

68
Lección 6:
La Nueva Ley Según el Judaísmo Ortodoxo Talmúdico
Introducción: Empezaremos diciendo que se tratará en esta lección de dar respuesta
a la pregunta: ¿Qué acerca de la “Ley Oral” (los decretos o preceptos dados por los
rabinos judíos tradicionales relacionados con la Antigua Ley)? ¿Deben los judíos
étnicos creyentes en Yeshua guardar/cumplir hoy “la Ley Oral”, la que en los días de
Yeshua, existía sólo verbalmente y era conocida como “la tradición de los ancianos”?
Exposición:
Los creyentes en Yeshua de trasfondo judío étnico, la Antigua Ley,
y las Tradiciones Rabínicas
A. Un sistema temporal hasta la llegada de la realidad

Como se dijo en la lección 3, según Rav Shaúl/Apóstol Pablo, la Antigua Ley “fue dada
por causa de las transgresiones, hasta que viniera la descendencia a quien había sido
hecha la promesa” (Gálatas 3:19 RVA 2015). La Antigua Ley fue puesta como nuestro
“guardián” o “custodio” hasta que llegase el Mesías Yeshua en Su primera venida
(Gálatas 3:24); la implicación es que ya no estamos más bajo la autoridad legal de la
Antigua Ley debido a que la realidad ya llegó con la primera venida del Mesías Yeshua
(ver Hebreos 9:11).

B. Guardar la Antigua Ley Ha Venido a Ser Imposible


Pero, ¿qué si el pueblo de Israel realmente quisiera, con toda su mente, alma y
corazón —sólo para llevar adelante el argumento— continuar guardando la Antigua
Ley? Bueno, ¡es simplemente imposible! Porque no hay sacerdocio, no hay templo, y
no hay sistema de sacrificios —todo lo cual forma: el corazón y la esencia de la Antigua
Ley. Ustedes ven, no se puede separar el Pacto Sinaítico, de su Antigua Ley. Los
mandamientos son meramente un resultado o producto del Pacto Sinaítico; no pueden
mantenerse en pie por sí solos, así como comer mayonesa y mostaza no tiene sentido
sin el emparedado mismo. El Pacto Sinaítico fue ratificado por el derramamiento de
sangre (Éxodo 24:8) y era mantenido por la sangre de los sacrificios sobre el altar
(Éxodo 30:10). Sin el sistema de sacrificios el pueblo de Israel es incapaz de guardar el
Pacto Sinaítico. Todo lo que puede hacer es tratar de guardar unos pocos
mandamientos sobrantes/restantes, que no están relacionados con el templo, el
sacerdocio o el sistema de sacrificios. Además, mientras que estos mandamientos
continúan hablándonos como Escritura inspirada (como hemos visto anteriormente),
muchos de estos mandamientos fueron dados a Israel hace unos 3,500 años para
poder establecer una nación en el contexto del mundo del Antiguo Cercano Oriente. Si
se fuera a establecer una nueva nación israelita hoy en día bajo un gobierno teocrático,
se tendría que dar a este pueblo mandamientos y reglas (para el tránsito, la familia, los
impuestos, para el ámbito civil, laboral, etc.) de acuerdo con su nueva situación, estilo

69
de vida, época y ubicación. Sin embargo, muchos de los mandamientos de Moisés
son prácticamente imposibles de guardar en nuestros días y época, debido a la
realidad presente en la cual vivimos: por ejemplo, los asuntos concernientes a la
esclavitud ó los rituales de purificación, ya son irrelevantes.
En términos modernos, preguntar si el pueblo de Israel (o cualquier pueblo dado el
caso) puede ser justificado y salvo por guardar la Antigua Ley, es como darle a alguien
una vieja computadora portátil sin el procesador interno y pedirle que viva su vida con
la ayuda de ella. Aunque la computadora podría ser capaz de "hacer" unas pocas
cosas (tales como escribir a través del teclado), no tiene sentido tenerla sin el
procesador interno (la sangre del pacto). Además, ¡la computadora nueva y súper
mejorada que recibimos como regalo (es decir, el nuevo pacto), tiene la intención de
ser nuestra única computadora!
Quizá usted mismo se esté preguntando, ¿“Qué tal si hubiere hoy en día un tercer
templo”? ¿Sería capaz el pueblo de Israel, en alguna manera, de mantener y guardar el
Pacto Sinaítico y ser salvo mediante la Antigua Ley?” La respuesta sigue siendo: no.
Primero, porque los registros del templo que incluían las genealogías sacerdotales,
fueron todos destruidos con la destrucción del Segundo Templo. Por tanto, incluso si
hubiera un tercer templo hoy, no habría manera de que estuviéramos seguros de quién
podría servir como sacerdote.
Segundo, porque ahora tenemos el Nuevo Pacto; aquellos que están en el Mesías
Yeshua son una nueva creación. La nueva y más completa revelación de Dios hizo que
la antigua pasara de época. En el Nuevo Pacto, nosotros somos ahora el verdadero
Templo: “¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios mora en
vosotros?” (1 Corintios 3:16 RV60).
Ahora, aunque no aceptamos la autoridad del Talmud como un documento inspirado
por Dios, no solamente es posible aprender de él mucho acerca del período del
Segundo Templo, sino que también podemos ver que quizá, aunque sin pretender
hacerlo, los Sabios del Talmud corroboran la declaración de los Escritos del Nuevo
Pacto, de que el Antiguo Pacto ya no está en funcionamiento. Según el Talmud,
cuando el Segundo Templo todavía estaba en pie, el sumo sacerdote se apartaba a sí
mismo durante una semana antes del Yom Kippur (el Día de la Expiación) para
prepararse a sí mismo espiritualmente. Durante el Día de la Expiación él no dormía,
sino que ofrecía sacrificios —primero por sí mismo, y después por la nación de Israel.
Simultáneamente, el pueblo de Israel ayunaba, oraba y se arrepentía de sus pecados
nacionales ante Dios. Era la sangre sobre el altar (Levítico 17:11) la que únicamente
cubría (no quitaba) los pecados nacionales durante todo un año.
Esto es de conocimiento común, pero ahora vamos a la parte interesante. El Talmud
dice que, al final de ese día, el sumo sacerdote esperaba por el “milagroso sello de
aprobación" dado por Dios, que indicaba la aceptación de la expiación de Israel.
¿Cómo? Según el Talmud, dentro del Segundo Templo había un hilo rojo (lashon shel

70
ze'hurit). Esta cinta se convertía milagrosamente de color rojo a blanco, como señal
para la nación de que Dios en verdad había aceptado sus sacrificios, de que sus
pecados serían cubiertos por un año más. Los Sabios (antiguos rabinos) escribieron
(en el Tratado Yoma 39b) que, cuarenta años antes de la destrucción del Segundo
Templo de Jerusalén (alrededor del año 30 de nuestra Era, ya que el Segundo Templo
fue destruido en el año 70 D. C.), la cinta roja dejó de convertirse en blanca durante
el Día de la Expiación.59 El Talmud explica que esto causó mucho pánico y angustia
entre los sacerdotes. Las palabras del profeta Jeremías deberían haber aliviado su
pánico y angustia:
“He aquí que vienen días, dice YHVH (El Eterno), en los cuales haré nuevo pacto con
la casa de Israel y con la casa de Judá. No (será) como el pacto que hice con sus
padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto, pues ellos
invalidaron mi pacto, aunque fui Yo un marido para ellos, dice YHVH (El Eterno). Pero
éste es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice YHVH
(El Eterno): Daré mi Ley en su mente y la escribiré en su corazón, Y Yo seré a ellos por
Dios, y ellos me serán por pueblo” (Jeremías 31:31-33 BTX).

Desde alrededor del año 30 D. C, según el Talmud, Dios ya no honró más el Pacto
Sinaítico como una forma de cubrir los pecados de Israel.
¿Qué le pasó al Pacto Sinaítico? La Antigua Ley está ahora cumplida en una nueva
forma —no por algo que meramente “nos cubriría” por un año, sino por Alguien que
quitaría nuestros pecados de una vez y para siempre: “porque la sangre de los toros y
de los machos cabríos no puede quitar los pecados…. Es en esa voluntad que somos
santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo (Yeshua el Mesías) hecha
una vez para siempre” (Hebreos 10:4, 10 RVA 2015). Y en caso de que usted se esté
preguntando sobre la ocasión cuando Shaúl/Pablo fue al Segundo Templo en Hechos
21, él no hizo un sacrificio por sus pecados, ni tampoco ofreció algún sacrificio porque
creyese que estaba bajo la Antigua Ley.60

59
Ver también el Tratado Rosh HaShanah 31b y 32a. También hay referencias similares en la Mishnáh y
en el Talmud Yerushalmi.
60
Algunos sugieren que el sacrificio animal ofrecido por Pablo en Hechos 21:23–26 es prueba de que él
estaba bajo la Antigua Ley. Sin embargo, el contexto aquí lo es todo. Se debe notar que la “purificación”
ceremonial no envolvía necesariamente la expiación de pecados personales. Por ejemplo, las mujeres
tenían que “purificarse” después del nacimiento de una criatura (Levítico 12:1; Lucas 2:22), aunque el
acto de dar a luz a una criatura no era pecaminoso. Por tanto, el acto de “purificación” de Pablo no
necesitaba sugerir que él estaba buscando perdón para su persona por medio del sacrificio de un animal.
Entonces, ¿qué está pasando en estos versos? He aquí el asunto: había circulado ampliamente un
reporte acerca de que Pablo constantemente estaba enseñando a los judíos étnicos, especialmente a
aquellos judíos (helenistas) que vivían en territorios de los gentiles, que debían “apartarse” (es decir,
apostatar) de Moisés. “Moisés” representa aquí al sistema del Antiguo Pacto. Aquí Pablo estaba siendo
acusado de herejía. ¿Qué hicieron los ancianos? ¿Cómo podrían ellos convencer a una población
extremadamente religiosa, de que Shaúl/Pablo era en verdad un israelita obediente? ¿Cómo podrían
ellos hacer esto sin entrar en interminables explicaciones, argumentos y un posible alboroto?

71
Por tanto, en el período que siguió a la destrucción del Segundo Templo, el liderazgo
religioso judío se enfrentó con un serio problema. A diferencia de la Primera Dispersión
la cual duró sólo 70 años según la revelación de Dios a través del profeta Jeremías,
ahora había una profecía sin un límite específico de tiempo, y entonces ¡el liderazgo
religioso judío ignoró Jeremías 31! Así, ¿cómo puedes mantener tu judaísmo cuando
admites que Dios está rechazando tu sistema de sacrificios, no tienes un templo y no
tienes al Mesías?
Por tanto, lo que empezó como un avivamiento espiritual alrededor de la Palabra de
Dios en los días de Esdras y Nehemías, creció hasta llegar a ser un movimiento que
idealizó la aplicación de las tradiciones —la tradición farisea fue evolucionando hasta
que llegó a ser el Judaísmo Rabínico. Ésta no era una nueva idea (Isaías 29:13), la
cual declaraba que las tradiciones hechas por los hombres eran el camino, la verdad, y
la vida. El Judaísmo Rabínico trató de justificar el dar tal autoridad a estas tradiciones
humanas pretendiendo que ellas habían, de hecho, sido dadas a Moisés en el Monte
Sinaí (es decir, la "Ley Oral"). Durante el período formativo de 65 años, entre el 70
D. C. y el 135 D. C., el judaísmo se había convertido en una religión que encontró
su autoridad en los rabinos, en vez de la Revelación Divina. Los nuevos líderes
del mundo religioso judío en ese período formativo, intencionalmente se
desconectaron de la Biblia Hebrea (TaNaK). Esto podría sonar duro, pero, de hecho,
es lo que el Talmud mismo enseña. Hay una famosa y fundamental historia en el
Talmud, que demuestra la nueva autoridad reclamada por el liderazgo fariseo que se
apoderó del mundo judío. Esta historia tiene que ver con un argumento entre los

Ellos encontraron la respuesta en el voto nazareo. Tenga en mente que ninguna ley sería violada si
Shaúl/Pablo se unía a este servicio de dedicación, ya que tanto el templo como el sacerdocio autorizado
estaban presentes. En verdad, mucho se ganaría mediante una demostración pública silenciosa (una
cabeza rapada) de obediencia. Así que Pablo, como muestra de buena voluntad, estuvo de acuerdo con
su plan y se dedicó a sí mismo a Dios junto con los demás. No debemos leer más en este incidente: El
Emisario/Apóstol Shaúl/Pablo se unió a los demás en un servicio de dedicación para desvanecer
cualquier duda y rumor en contra suya. Así que, ¿Por qué Shaúl/Pablo pasó por todo ese problema? Por
la misma razón que él hizo que Timoteo se circuncidase: "por causa de los judíos que estaban en
aquellos lugares" (Hechos 16:3). Como Pablo mismo dijo: "Para los judíos me hice judío, a fin de ganar a
los judíos. Aunque yo mismo no estoy bajo la (Antigua) Ley, para los que están bajo la (Antigua) Ley me
hice como bajo la (Antigua) Ley, a fin de ganar a los que están bajo la (Antigua) Ley" (1 Cor. 9:20 RVA
2015). Además, Pablo fue más allá de sólo decir que no estaba bajo la Antigua Ley, al argumentar que
su vieja manera de vivir bajo la Antigua Ley, fue cambiada radicalmente cuando se encontró con Yeshua.
Él escribió: “Aunque yo tengo de qué confiar también en la carne. Si alguno cree tener de qué confiar en
la carne, yo más: circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de
hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia
de la ley, irreprensible. Pero las cosas que para mí eran ganancia las he considerado pérdida a causa de
Cristo. Y aún más: Considero como pérdida todas las cosas, en comparación con lo incomparable que
es conocer a Cristo Jesús (Mesías Yeshua) mi Señor. Por su causa lo he perdido todo y lo tengo por
basura a fin de ganar a Cristo (Mesías) y ser hallado en él; sin pretender una justicia mía, derivada de la
(Antigua) Ley, sino la que es por la fe en Cristo (Mesías); la justicia que proviene de Dios por la fe”
(Filipenses 3:4–9 RVA 2015).

72
famosos rabinos Eliezer ben Hircano y Josué ben Hananías acerca del "Horno de
Aknai" (en el Tratado Baba Metzia 59b).
El argumento tiene que ver con una pregunta hecha por un hombre llamado Aknai, que
tenía un horno hecho de barro; él lo había agrandado habiéndolo primero cortado en
partes y después unió de nuevo las partes con arena para crear un horno más grande.
La pregunta que él trajo ante el Sanedrín fue “si el nuevo horno era limpio (kosher) o
inmundo”. El Talmud detalla que el Rabino Eliezer dio “todas las respuestas en el
mundo” y probó que el horno en verdad era limpio, pero la mayoría de los rabinos,
pertenecientes a otra escuela de pensamiento, no aceptaron sus respuestas y dijeron
que no era limpio. El Rabino Eliezer empezó a tratar de probar con señales
sobrenaturales que él tenía la razón: un árbol de higuera fue milagrosamente arrancado
desde sus raíces y plantado de nuevo en el otro lado del patio, el agua en el acueducto
empezó a correr hacia arriba, etc. Finalmente, el Rabino Eliezer gritó, "si estoy en lo
correcto, ¡los cielos lo probarán!" Entonces, Dios habló audiblemente desde el cielo
(mediante una bat-kol), y dijo, “¡el Rabino Eliezer está correcto!”
El Rabino Josué entonces hizo una de las declaraciones más significativas en el
Talmud: "¡No está en los cielos!" (una frase sacada fuera de contexto, procedente de
Deut. 30:12). Con esto, el Rabino Josué estaba diciendo que Dios ya no es quien toma
las decisiones en el cielo; sino más bien, los rabinos las toman en la tierra. Él entonces
continuó con otro dicho famoso: “¡Seguirás a la mayoría!” Él quiso decir con esto que
¡la decisión de la mayoría es la que vale!
Interesantemente, el Rabino Josué estaba citando Éxodo 23:2 en el sentido opuesto de
lo que el verso, de hecho, significa. Dice: “No seguirás a la mayoría para hacer el mal.
No testificarás en un pleito, inclinándote a la mayoría, para pervertir la causa” (RVA
2015). El Talmud continúa diciendo que El Santo, Bendito Sea Su Nombre, sonrió y
dijo: “Mis hijos han salido victoriosos sobre mí”, queriendo decir con esto que Dios
aceptó que la autoridad de los rabinos es mayor que la autoridad de las Escrituras, e
incluso mayor que Él mismo. O, en las palabras mismas del Rabino Josué al final de
este pasaje talmúdico: "La Toráh misma deberá ser sacada a la luz, no por los profetas,
ni tampoco por milagros ni por una voz audible producidos por Dios, sino por la
interpretación y decisión del hombre”.
El mundo judío empezó a cambiar dramáticamente, ya no estaba más bajo la autoridad
de la Palabra de Dios, sino más bien, bajo la interpretación y aplicación independiente
e ingeniosa hecha por el hombre. Desde ese punto en adelante, a la tradición rabínica
se le llama la “Ley Oral” y está “canonizada” en el Talmud, el cual está compuesto por
la Mishnáh y la Guemaráh. Es indispensable entender la magnitud y amplitud del
cambio a través del cual pasó el mundo judío, cuando hablamos sobre el guardar u
observar la tradición judía. De hecho, Shaúl/Pablo habla del celo del pueblo de Israel al
haber establecido una justicia mediante reglas hechas por los hombres. Dijo él:

73
“Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón y la oración a Dios por ellos es para
salvación. Porque les doy testimonio de que tienen celo de Dios, mas no según el pleno
conocimiento. Porque ignorando la justicia de Dios, e intentando establecer la suya
propia, no se sometieron a la justicia de Dios. Porque el propósito de la (Antigua) Ley
es Cristo, para justicia a todo el que cree" (Romanos 10:1–4 BTX).
C. ¿Nos Ordena Yeshua/Jesús Seguir las Tradiciones de los Rabinos?
Algunos de ustedes se podrían estar preguntando, “¿Estás seguro que no debemos
seguir la ‘Ley Oral’ de los rabinos?” Después de todo, ¿no el mismo Yeshua nos dijo
que escuchemos a los rabinos y sigamos sus leyes, según dice en Mateo 23:2–3: “Los
escribas y los fariseos están sentados en la cátedra de Moisés. Así que, todo lo que les
digan, háganlo y guárdenlo”? (RVA 2015).
No es sabio construir una teología exhaustiva y de largo alcance sobre un solo
versículo, sacado fuera de su contexto. En este punto, Yeshua estaba hablando antes
de que se hubiera establecido el Nuevo Pacto. Después de todo, si Yeshua quería que
siguiéramos a los rabinos (escribas y fariseos), Él nunca lo mencionó en cualquiera otra
parte en los Evangelios; ni tampoco los emisarios/apóstoles nos enseñaron a seguir a
los rabinos. Yeshua demostró durante Su propia vida, exactamente lo opuesto. Él no se
lavó Sus manos según la tradición del período del Segundo Templo (Mateo 15:1–9). En
otros lugares Él claramente estableció: “¡Bien desechan el mandamiento de Dios para
establecer su tradición!” (Marcos 7:9 RVA 2015). No es nueva la idea de que Dios
desprecia las tradiciones religiosas hechas por los hombres que hacen de ellas un
medio para ganar Su favor. La vemos a lo largo de la Biblia. Por ejemplo, Isaías
escribió sobre esa idea:
“Dice, pues, el Señor (Adonay): “Porque este pueblo se acerca con su boca y me honra
solo con sus labios; pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí está basado en
mandamientos de hombres. Por eso, he aquí que volveré a hacer maravillas con este
pueblo, maravilla sobre maravilla. Entonces perecerá la sabiduría de sus sabios, y el
entendimiento de sus entendidos se eclipsará” (Isaías 29:13, 14 RVA 2015).
Por tanto, si Yeshua estaba sugiriendo en un solo versículo que debemos obedecer a
los rabinos, se le olvidó informarnos a cuál secta rabínica deberíamos seguir (es decir,
la casa de Shamai ó la casa de Hilel), ya que ellas representaban interpretaciones
opuestas sobre la Antigua Ley en los días de Yeshua. Además, Yeshua estaría en
contradicción directa con los profetas, ¡e incluso contra Su propia enseñanza en el
mismo capítulo, como veremos!
Así, ¿de qué estaba hablando Yeshua en este verso? ¿Se refería “la cátedra de
Moisés” a la autoridad rabínica como algunos han argumentado? ¡No! Más bien, “la
cátedra de Moisés” se refería al lugar físico en la sinagoga judía desde donde las
Escrituras Hebreas eran leídas.

74
Supongamos, por un momento, que ahora nosotros estamos en el período del Segundo
Templo en la tierra de Israel. No tendríamos nuestra propia copia de las Escrituras
Hebreas, ni tampoco habría librería alguna o internet. ¿Cómo podríamos nosotros,
como judíos étnicos en el período del Segundo Templo, ser expuestos a las Escrituras
Hebreas? Solamente había una forma. Tendríamos que ir a la sinagoga. Pues era en la
sinagoga —desde “la cátedra de Moisés”— que las Escrituras Hebreas eran leídas. Se
puede encontrar apoyo para esta interpretación en una villa llamada Corazín al norte
del Mar de Galilea.
En una antigua sinagoga que data del siglo cuarto, arqueólogos descubrieron algo que
se llamaba la “cátedra/silla de Moisés”, una silla en la sinagoga desde donde las
Escrituras Hebreas eran leídas en voz alta. Aunque esta inscripción es de un período
más tardío, es seguro suponer que esta costumbre no apareció de repente o de la
nada, en el siglo cuarto. Esto también fue afirmado por el Departamento Talmúdico de
la Universidad Bar-Ilan.61
Cuando Yeshua le dijo al pueblo de Israel que escuchase a los escribas y fariseos
cuando ellos leyesen desde la cátedra de Moisés, lo dijo de manera literal. Y, ¿por qué
era importante para Yeshua que el pueblo de Israel escuchase las Escrituras cuando
eran leídas? Porque Yeshua sabía que todas las Escrituras señalaban hacia Él:
“Porque si ustedes creyeran a Moisés, me creerían a mí; pues él escribió de mí” (Juan
5:46 RVA 2015). La cátedra de Moisés en la sinagoga era el único lugar desde el cual
una persona judía durante el período del Segundo Templo podía escuchar a Moisés y a
los Profetas dar testimonio concerniente al Mesías: “YHVH (EL Eterno) tu Dios te
levantará un profeta como yo de en medio de ti, de entre tus hermanos. A Él
escucharéis” (Deut. 18:15 BTX). Yeshua quería que el pueblo de Israel escuchase a
Moisés, porque Moisés lo señalaba a Él/Yeshua (Mateo 19:16–21). ¡El Mesías es la
meta y el propósito de la Antigua Toráh (Pentateuco) en general, y de la Antigua Ley
(sección legal) en particular!

El contexto aquí lo es todo. Anteriormente se dijo que Yeshua se habría estado


contradiciendo a Sí mismo si Él estuviera, de hecho, requiriéndonos obedecer a los
rabinos (escribas y fariseos). Precisamente en el mismo capítulo (Mateo 23), Él los
describió como "hipócritas" (v. 13), "hijos del infierno" (v. 15), "guías ciegos" (v. 16),
"necios y ciegos" (v. 17), "llenos de hipocresía e iniquidad" (v. 28), "serpientes" (v. 33),
"generación de víboras" (v. 33) y "homicidas" (v. 35). ¿Creemos seriamente que
Yeshua nos ordenó seguirlos? Yeshua claramente dijo que ¡ellos daban más autoridad
a las tradiciones hechas por los hombres que a la Palabra de Dios! (Mateo 15:9,
citando a Isaías 29:13). Cuando Yeshua dijo, "no hagan según sus obras", fue en
referencia a aquellas tradiciones hechas por hombres que ellos promovían en nombre
de Dios (que después vino a ser llamada la "Ley Oral"). Así que, si tenemos que hacer

61
El Prof. Hananel Mack del Departamento Talmúdico de la Universidad Bar-Ilan, en su escrito "La
Cátedra de Moisés", afirma que la "Cátedra de Moisés" mencionada en el Brit Jadashá (NT) se refiere a
la silla física desde la cual se leían las Escrituras, dentro de la sinagoga. Él basa esto tanto en hallazgos
arqueológicos modernos como en el antiguo comentario rabínico, Pesikta de-Rab Kahana.

75
algo, usaríamos Mateo 23, en su totalidad, para sugerir que Yeshua se opuso a la
religión y a las tradiciones hechas por los hombres usadas como un medio para llegar a
Dios. Es ridículo sugerir ¡que Yeshua estaba diciéndonos que los obedeciéramos!
Además, se sugiere aquí que hay un problema conceptual en la pretensión de que
Yeshua nos ordenó obedecer las tradiciones rabínicas como estilo de vida. Yeshua
habló con una precisión cortante: “Lo que ha nacido de la carne, carne es; y lo que ha
nacido del Espíritu, espíritu es.… El Espíritu es el que da vida; la carne [obras o
tradiciones de hombres] no aprovecha para nada” (Juan 3:6; 6:63 RVA 2015). Si vamos
a adorar y servir a Dios en el Espíritu, no podemos estar de acuerdo con, o agradar a
Dios a través de, tradiciones hechas por los hombres. Porque Él mismo dijo: “Dios es
espíritu; y es necesario que los que le adoran, lo adoren en espíritu y en verdad” (Juan
4:24 RVA 2015). Mientras que no hay nada de malo en sí mismo al: llevar un pedazo
de tela redondo sobre nuestras cabezas (kippá o yarmulke), enrollar un pedazo de piel
de un animal muerto alrededor de nuestros brazos (ponernos los tefillin), o separar las
carnes de los alimentos lácteos (kosher rabínico), estas prácticas no pueden cambiar
nuestros corazones, ganarnos puntos ante Dios, o ayudarnos a amar más a otras
personas. Lo mismo sucede con prácticas culturales judías como: comerse un falafel,
orar por la paz de Jerusalén, o cantar el HaTikvah en hebreo. Así, el judaísmo moderno
mira a las tradiciones rabínicas como la forma de agradar a Dios y ser considerados
justos ante Él. En este sentido, podemos ver cómo estas tradiciones rabínicas le quitan
a Yeshua Su lugar ordenado por Dios: es decir, Aquel que nos declara justos ante
Dios. Por tanto, para aquellos que son creyentes judíos étnicos, la obediencia
obligatoria a las tradiciones rabínicas no representa la fe de nuestros padres (los
patriarcas), sino un rechazo de Yeshua, nuestro Mesías. Seguir religiosamente
regulaciones o tradiciones rabínicas como creyentes en Yeshua, no solo fracasa en
alcanzar la meta de la Antigua Toráh, sino también confunde a los creyentes y no
creyentes. No podemos ser “más judíos” o “acercarnos más a Dios” por seguir
tradiciones humanas. Si creemos que podemos, entonces estamos viendo el evangelio
y el propósito de la Antigua Toráh a través de los ojos del Judaísmo Rabínico, y no a
través de los ojos de Yeshua, nuestro Bendito Maestro. Esta es exactamente la razón
por la que Shaúl/Pablo cuestionó a los judíos62 y gentiles de Galacia: “¿Tan insensatos
son? Habiendo comenzado en el Espíritu, ¿ahora terminarán en la carne?” (Gál. 3:3

62
Algunos sugieren que la Carta de Pablo a los Gálatas fue dirigida solamente a una audiencia gentil,
aduciendo que las iglesias de Galacia estaban compuestas solamente de gentiles. Sin embargo, se cree
que éste no es el caso por cuatro razones: (1) según 1 Pedro 1:1 claramente había judíos en las iglesias
de Galacia. (2) Según Josefo (José ben Mateo 37–100 D. C.), había judíos étnicos en las ciudades de
Galacia. (3) Según 2 Tim. 3:16-17, "Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para la enseñanza,
para la reprensión, para la corrección, para la instrucción en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea
perfecto, enteramente capacitado para toda buena obra" (RVA 2015). En otras palabras, no podemos
“escoger” textos-prueba y dejar fuera a los Gálatas, simplemente porque no se ajusta a nuestra agenda.
(4) Pablo y Bernabé predicaron, “al judío primero y también al griego” (Rom. 1:16 RVA 2015). Hechos de
los Apóstoles no registra un solo incidente en la predicación de Shaúl/Pablo a las personas judías, en
donde por lo menos, algunas de ellas no hayan respondido positivamente. El mismo patrón continuó
también en las ciudades de Iconio, Listra y Derbe.

76
RVA 2015). Ellos, al igual que los Sabios del Judaísmo Rabínico, no entendían el
propósito de la Antigua Ley.
D. ¿De dónde viene la “Ley Oral”?
El concepto de una “Ley Oral” dada por Dios es un mito. Nunca se le dio una “Ley Oral”
a Moisés en el Monte Sinaí; es 100% hecha por el hombre, y uno incluso podría decir
que, hasta el día de hoy, ¡es una parte significativa de la ceguera y dureza de corazón
del pueblo de Israel hacia Yeshua (Rom.11: 25)! Entretanto que las personas traten de
ganarse su propia salvación guardando tradiciones rabínicas hechas por los hombres,
ellas fracasarán en entender su necesidad de un Salvador. La “Ley Oral” ha sido la
principal razón por la que Yeshua es alguien prohibido, una persona desconocida, para
el pueblo de Israel hasta el día de hoy. Pero Dios, ¡siempre hace de lo amargo, algo
dulce! Aunque la “Ley Oral” ha persistido para ellos como una defensa en contra de la
fe en Yeshua, esta misma “Ley Oral” también ha servido como un instrumento para
preservar a Israel como una nación particular. Esto es algo similar a la estancia de
Israel en Egipto, en donde Dios usó el odio de los egipcios contra los hebreos, como
una incubadora protectora para multiplicar a la nación y guardarla de ser asimilada a
los egipcios.63
Profundicemos aquí. Como se mencionó anteriormente, después de la destrucción del
Segundo Templo en el 70 D. C., sin un sacerdocio operante, sin un altar y sin
sacrificios de animales, los Sabios (rabinos fariseos) estaban desesperados por
encontrar una forma a través de la cual ellos pudieran mantener su autoridad, y
así mantener unificado al mundo judío, sin Yeshua. Necesitaban un judaísmo que
pudiera continuar funcionando sin el templo y sin el Mesías que ellos rechazaron.
En otras palabras, ellos tenían que establecer su autoridad para llevar la voz de
Dios hacia el pueblo judío, y la forma de hacerlo fue establecer las tradiciones
rabínicas como la nueva ley. Esta nueva ley dio, a los versados rabinos (es decir, los
Sabios), la autoridad y el control sobre todos los aspectos religiosos y sociales del
pueblo de Israel, mientras desplazaban cualquier otra tradición judía de aquellos días
(Saduceos, Mesiánicos, etc.). Para poder convencer al pueblo de Israel de la
autenticidad de este modus operandi (modo de operación), los rabinos reclamaron que
la "ley Oral " fue, de hecho, dada a Moisés en el Monte Sinaí. Por ejemplo, Maimónides
afirmó en el principio de su introducción a la Mishnáh (en el Tratado Avot 1:1) que
Moisés se sabía toda la "Ley Oral" de memoria, y que él la impartió a los hombres
sabios y a todo el pueblo. Esto se oye bonito, pero la verdad es, como está registrado
cuatro veces en la Antigua Toráh Escrita (Lev. 24:12; Núm. 9:8; 15:34; 27:5), que
Moisés mismo no sabía cómo dar una respuesta en referencia a los mandamientos. En
cada una de estas instancias, Moisés refirió la pregunta hacia Dios y esperó por Su
respuesta.

63
Aunque Dios hizo de lo amargo algo dulce, no debemos usar esto como una excusa para ignorar
nuestro mandato de proclamar el evangelio al judío, primeramente.

77
Esto indica, a pesar de la pretensión de Maimónides, que Moisés nunca recibió una
"Ley Oral" con una explicación completa y detallada sobre cómo implementar todos los
mandamientos escritos en la Antigua Toráh. Las Escrituras claramente indican que el
pacto de Dios con el pueblo de Israel en el Sinaí, se basó únicamente en la Antigua Ley
Escrita, la cual Dios ordenó a Moisés escribir. En Éxodo 34:27, Dios ordenó a Moisés:
"Dijo YHVH (El Eterno) a Moisés: Escribe estas palabras, pues conforme a estas
palabras he concertado pacto contigo y con Israel” (BTX). Ninguna otra ley está
mencionada: ninguna "Ley Oral" de tradición verbal, que supuestamente se haya
transmitido oralmente. Pero los Sabios trataron de hacernos pensar que la "Ley Oral"
en verdad estaba incluida. Ellos produjeron un nuevo drash (un comentario o
interpretación) sobre Éxodo 34:27. Los rabinos reclamaron que cuando Dios dijo
"conforme a ellas" (al-pi), de hecho, significa "en los labios" (lefi), es decir, la “Ley Oral”.
Sin embargo, esta teoría de una “Ley Oral” viene de una interpretación torcida
intencionalmente acerca de una frase hebrea; como hemos visto previamente en el
diálogo sobre el horno de Aknai, este método ha sido usado ampliamente. La
interpretación más natural de esta frase en su contexto es: “conforme a", una
interpretación que está apoyada por todas las otras veces que ocurre similarmente, en
la Antigua Toráh (Gén. 43:7; Éxo. 34:27; Lev. 27:18; Núm. 26:56; Deut.17:10–11). Esta
interpretación también está apoyada por todas las traducciones modernas en inglés de
este pasaje, sean ellas cristianas o judías: “Y el SEÑOR dijo a Moisés: escribe estos
mandamientos, porque conforme a estos mandamientos Yo hago un pacto contigo y
con Israel” (La Nueva Traducción JPS Según el Texto Hebreo Tradicional, 1985). 64
Sin duda, el Talmud es una compilación impresionante llena de conocimiento humano e
incluso de sabiduría, pero no hay base histórica ni bíblica alguna, para la idea de que la
"Ley Oral" fue dada a Moisés en el Monte Sinaí. Lo contrario es la verdad. Si una "Ley
Oral" existió (la clase de ley que supuestamente fue dada a Moisés por Dios), se
esperaría que se pudiera leer acerca de ella en cientos, sino miles, de veces a lo largo
de la Biblia Hebrea. Pero ni Dios ni Moisés mencionaron alguna vez el término "Ley
Oral". Ni siquiera Josué ben Nun, a quien Dios designó como sucesor de Moisés, nos
da indicación alguna de una “Ley Oral”. Dios dijo a Josué:
“Nunca se aparte de tu boca este libro de la Ley; más bien, medita en él de día y de
noche, para que guardes y cumplas todo lo que está escrito en él. Así tendrás éxito y
todo te saldrá bien” (Josué 1:8 RVA 2015).
Dios le dijo a Josué que debía hacer todo lo que estaba escrito en el Libro de la Ley.
Dios no especificó, ni tan siquiera implicó, la existencia de una "Ley Oral", la cual haya
sido pasada a Josué procedente de Moisés. Es el mismo caso con Esdras el escriba, y
con cualquier profeta o rey en las Escrituras Hebreas; nunca nadie mencionó alguna
vez dicho término, o insinuó la existencia de tal "Ley Oral" dada por Dios. Si una "Ley
Oral " verdaderamente existió, no fue parte del pacto de Dios con Israel. Si ella existió,
probablemente era de poco interés para alguien. Ninguno de los escritores bíblicos
expresó interés alguno en ella, o deseó conocer, u obedecer algún tipo de "Ley Oral".
En otras palabras, en base a lo que, de hecho, está escrito en las Escrituras Hebreas,

64
Como traductor y autor de este libro, he incluido aquí mi propia traducción del inglés al español.

78
nunca existió alguna "Ley Oral" que fuera dada por Dios a Moisés en el Monte Sinaí. El
término "Ley Oral", de hecho, ¡aparece por primera vez aproximadamente 1,500 años
después del tiempo de Moisés!
Interesantemente, los rollos de Qumrán (del Mar Muerto) y la Apócrifa Judía (100–200
A. C.), nunca mencionan, ni tan siquiera implican, la existencia de una “Ley Oral” dada
por Dios. El Cilindro Ciro (sexto siglo A. C.) que describe a los judíos de Babilonia y su
estilo de vida, no solo fracasa en mencionar la existencia de alguna “Ley Oral” dada por
Dios, sino, de hecho, arroja luz en el sentido opuesto. Según Irving Finkel, una
autoridad prominente sobre el Cilindro Ciro, la identidad judía era solo interna, sin
alguna señal o marca religiosa externa. Otra prueba convincente viene de Etiopía.
Según sus propias tradiciones, los judíos de Etiopía regresaron a Israel después de
miles de años en el exilio y de relativo aislamiento. Estos judíos de Etiopía no
reconocían la autoridad de los rabinos. No reconocían las tradiciones rabínicas y nunca
habían oído de la invención de los rabinos llamada "Ley Oral". Interesante ¿verdad?
¿Le sorprende? Esto simplemente es más evidencia de que nunca se le dio a Moisés
en el Monte Sinaí alguna "Ley Oral". Más bien, fue inventada por los Sabios para
que el judaísmo rabínico pudiera continuar existiendo sin el templo y sin el
Mesías, a Quien ellos rechazaron según su exclusiva autoridad.
Esta misma manera de actuar también ha afectado a aquellos creyentes que tratan de
basar su identidad en tradiciones hechas por hombres (algunas veces conocidas como
el Movimiento de “Raíces Hebreas”). La identidad no se debe basar en las obras o
las tradiciones. Nuestra identidad como creyentes (judíos o gentiles) debe estar
basada en Yeshua mismo (Fil. 3:20). No estamos diciendo que las tradiciones sean
algo maligno o indeseable, solo que no se deben convertir en el enfoque principal o
llegar a ser una piedra de tropiezo. La tradición puede ser maravillosa como un
condimento añadido para dar sabor, pero nunca debe dominar nuestro caminar con el
Señor Yeshua (ver Fil. 3:4–8).
E. Identidad Judío-Mesiánica, la Antigua Ley y las Tradiciones del Pueblo de
Israel
Ahora que ya se ha articulado un buen entendimiento de la meta de la Antigua Toráh y
los orígenes de la “Ley Oral”, todavía queda una pregunta importante: ¿existe la
necesidad de una identidad distintiva judío-mesiánica dentro de la iglesia? Si se
responde “sí” a esta pregunta, siguen otras dos preguntas: (1) ¿Cómo se relaciona la
Antigua Ley con la identidad judío-mesiánica? y (2) ¿cómo se relacionan las tradiciones
del pueblo judío con la identidad judío-mesiánica? Explorar las respuestas a estas
preguntas merece una serie de tomos todos escritos sobre ello, y proveer una
respuesta exhaustiva va más allá de los propósitos de este libro. Al mismo tiempo, este
libro estaría bastante carente si no se expresa una convicción bíblica y personal sobre
estos asuntos.

79
“Israel” es uno de los temas más unificadores en la Biblia, está mencionado más de
2,500 veces. Obviamente, Israel es un tópico importante para Dios. La existencia
continua de Israel está garantizada en el TaNaK (AT),65 y el compromiso
inquebrantable de Dios a Sus promesas concernientes a Israel, está asegurado en los
escritos del Nuevo Pacto (Brit Jadashá).66 Dios no envió a Yeshua al mundo para abolir
la identidad distintiva judía como cultura, sino para “confirmar las promesas hechas a
los patriarcas” (Rom. 15:8).
La existencia continua de Israel es una certeza; además, es un imperativo teológico
que haya un remanente identificable físicamente de creyentes judíos en Yeshua.
Shaúl/Pablo dejó esto bastante claro en Romanos 11:1–6…
“Por tanto, pregunto: ¿Acaso rechazó Dios a su pueblo? ¡De ninguna manera! Porque
yo mismo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. Dios
no rechazó a su pueblo, al cual conoció de antemano. ¿O no saben lo que dicen las
Escrituras en el caso de Elías cuando se quejó ante Dios contra Israel? Dice: Señor,
han matado a tus profetas y han derribado tus altares; y yo he quedado solo, y
procuran quitarme la vida. Pero, ¿qué le dice la respuesta divina? He dejado para mí
siete mil hombres que no han doblado la rodilla delante de Baal. Así también en este
tiempo presente se ha levantado un remanente según la elección de gracia. Y si es por
la gracia no procede de las obras; de otra manera, la gracia ya no sería gracia” (Rom.
11:1–6 RVA 2015).
Shaúl/Pablo se forzó a sí mismo a hacer una pregunta que le causó repugnancia. “Por
tanto, pregunto: ¿Acaso rechazó Dios a su pueblo? ¡De ninguna manera!” ¿Cómo
puede Dios rechazar a Israel? Para Pablo, eso sería como que Dios rechazase Su
propia persona, ya que los “los dones y el llamamiento de Dios son irrevocables” (Rom.
11:29). Pero, ¿qué prueba pudo Pablo ofrecer de que Dios no ha rechazado a Israel,
particularmente, ya que muchos israelitas en su día habían rechazado a Dios y a Su
Mesías? Shaúl/Pablo ofreció tres pruebas. Primera, él mismo: “Porque yo mismo soy
israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín.” Si Dios todavía
aceptaba a Pablo, un israelita, entonces claramente Dios no había rechazado a Israel.
Segunda, Pablo apeló a las Escrituras: “¿O no saben lo que dicen las Escrituras?” El
punto de Pablo es simple. Si los cristianos llegan a la conclusión de que Dios ha
rechazado a Israel, obviamente los cristianos no conocen las Escrituras. Tercera,
Pablo señaló hacia el remanente de creyentes judíos en Yeshua como prueba de
que Dios no había rechazado a Israel: “Así también en este tiempo presente se ha

65
“Así ha dicho el SEÑOR (El Eterno), quien da el sol para luz del día, y la luna y las estrellas para luz de
la noche, el que agita el mar de manera que rugen sus olas —el SEÑOR de los Ejércitos es su nombre—
: “Si esas leyes faltaran delante de mí, dice el SEÑOR (El Eterno), entonces la descendencia de Israel
dejaría de ser nación delante de mí perpetuamente” (Jer. 31:35, 36 RVA 2015).
66
“Así que, en cuanto al evangelio son enemigos por causa de ustedes, pero en cuanto a la elección son
amados por causa de los padres (patriarcas); porque los dones y el llamamiento de Dios son
irrevocables” (Rom. 11:28, 29 RVA 2015).

80
levantado un remanente según la elección de gracia”. Entretanto haya creyentes judíos
étnicos en Yeshua, hay una prueba tangible de que Dios no ha rechazado a Israel. ¡Un
remanente continuo y tangible de seguidores judíos étnicos de Yeshua es una
expresión esencial de la perfecta fidelidad de Dios!
Obviamente, antes de poder proveer una definición de “judío mesiánico”, primero se
debe definir quién es “judío”. La respuesta a esta pregunta claramente no está ligada a
la Antigua Ley por el simple hecho de la mayoría de los judíos en el mundo, incluyendo
a los judíos en Israel, no son religiosos, es decir, no guardan esos aspectos de la
Antigua Ley que todavía son posibles de guardar sin el templo. ¿Qué hace a un judío
secular, ser un judío? La respuesta es fácil: sus ancestros. Un judío es alguien que es
un descendiente físico de Abraham, Isaac, y Jacob.67 Por tanto, cualquiera que es un
descendiente físico de Abraham, Isaac, y Jacob y un seguidor de Yeshua, es
parte del remanente respecto al cual Pablo testificó (es decir, un judío
mesiánico).
El seguir la Antigua Ley y las tradiciones judías, entonces, ¿hacen más judío a un
seguidor judío de Yeshua? Quizá podamos responder la pregunta haciendo otra
pregunta: comer comida china, ¿hace más china, a una persona china? La respuesta
es clara: ¡No! Guardar la Antigua Ley y las tradiciones judías no hacen más judío a un
creyente judío en Yeshua. Un seguidor judío de Yeshua es judío debido a sus
ancestros físicos, y esta herencia e identidad física provee un testimonio tangible a la
Iglesia, de que Dios no ha rechazado a Israel.
Un lector pudiera fácilmente llevar este argumento más allá de lo que aquí se pretende.
Si este autor fuera un judío étnico: podría adorar en sábado, celebrar las fiestas
bíblicas del TaNaK (AT), disfrutar del kabbalat Shabbat,68 recitar el Shemá69 en una
congregación mesiánica, y criar a mis hijos en el conocimiento cultural de ser parte de
su pueblo, Israel.
Es importante explicar las razones por las cuales haría estas cosas. Para ser claro, no
celebraría las fiestas o seguiría algunas de las tradiciones del pueblo judío debido a un
sentido de obligación legal hacia el Pacto Sinaítico. El Libro de Hebreos, como hemos
visto, es bastante claro de que el Nuevo Pacto es un nuevo pacto, no un pacto
“renovado”.
Estoy consciente de que algunos argumentan que el corazón circuncidado en
Deuteronomio 30:6 provee una capacitación divina para guardar el Pacto Sinaítico.
Similarmente, otros argumentan que el nuevo pacto mencionado en Jeremías es un

67
El Judaísmo Rabínico traza la identidad judía a través de la madre, aunque la Antigua Toráh pone algo
de ambivalencia en la identidad del hijo de una mujer israelita (ver Lev. 24:11). Durante el Holocausto,
cualquiera que tuviera cuando menos un abuelo(a) judío(a) era considerado lo suficientemente judío para
ser asesinado junto con el resto del pueblo judío. Por tanto, el moderno Estado de Israel permite a
cualquiera con un(a) abuelo(a) judío(a) obtener la ciudadanía bajo la Ley de Retorno.
68
Ceremonia y comida vespertina tradicional que se hace en el viernes, para recibir al sábado.
69
“Oye, Israel: YHVH (El Eterno) nuestro Dios, YHVH (El Eterno), uno es” (Deut. 6:4 BTX).

81
pacto “renovado” en donde Dios escribe la misma Antigua Ley en los corazones de Su
pueblo creyente en Yeshua. Hay una cantidad de razones por las cuales creo que
estas argumentaciones son problemáticas.
Primera, Moisés intencionalmente alude a la experiencia de Israel en el Monte Sinaí en
Deuteronomio 30, para poder contrastar este “mandamiento” con el anterior.
“Ciertamente este mandamiento que te mando hoy no es demasiado difícil para ti ni
está lejos. No está en el cielo, para que digas: ‘¿Quién subirá por nosotros al cielo y lo
tomará para nosotros, y nos lo hará oír, a fin de que lo cumplamos?’. Tampoco está al
otro lado del mar, para que digas: ‘¿Quién cruzará el mar por nosotros y lo tomará para
nosotros, y nos lo hará oír, a fin de que lo cumplamos?’. Ciertamente muy cerca de ti
está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas” (Deut. 30:11–14 RVA
2015).
“Quién subirá por nosotros al cielo” es una alusión a cuando Moisés subió al Monte
Sinaí para recibir los Diez Mandamientos. “Quién cruzará el mar por nosotros” es una
alusión a Moisés cuando hizo que los israelitas cruzasen el Mar Rojo para recibir la
Antigua Ley. “Y nos lo hará oír, a fin de que lo cumplamos” es claramente una alusión
al voto que Israel hizo en el Monte Sinaí cuando dijeron que cumplirían la Antigua Ley
(Éxodo 24:7; Deut. 30:12, 13). “Ni está lejos” es una alusión al pueblo que se mantuvo
de pie a cierta distancia cuando Moisés subió a recibir los mandamientos en el Monte
Sinaí (Éxodo 20:18, 21; 24:1; Deut. 30:11). En otras palabras, este pasaje anticipaba ya
un mandamiento (pacto) que sería completamente diferente al mandamiento del Monte
Sinaí. Este mandamiento anticipado sería interiorizado (en tu boca y en tu corazón), es
decir, sería escrito en un corazón circuncidado (Deut. 30:6), a diferencia de los
mandamientos del Monte Sinaí que estaban escritos sobre piedra. Sorprendentemente,
una antigua paráfrasis judeo-aramea de este pasaje, entendía que esto era una
referencia a la venida de un profeta semejante a Moisés (mencionado en Deuteronomio
18:15, 18–19; 34:10): “La Toráh no está en los cielos, diciendo, ‘Oh que nosotros
tuviéramos a Uno como Moisés el profeta que subiera a los cielos y la tomase para
nosotros, para que él pudiera hacernos oír los mandamientos para que así nosotros los
cumpliésemos’” (Deut. 30:12; Targum Neofiti, Accordance Bible Software, Traducción
del inglés al español por este autor).
De la misma manera, la cita que Shaúl/Pablo hace de este pasaje contrasta este
mandamiento (una justicia por la fe en el Mesías Yeshua) con la justicia que viene a
través de la Antigua Ley (Rom. 10:4–10). Los comentarios de Pablo sobre
Deuteronomio 30 dejan muy claro que el apóstol no entendía que esto era una
renovación del Pacto Sinaítico, sino un pacto totalmente diferente.
Segunda, aquellos que argumentan que el Nuevo Pacto mencionado en Jeremías es
un pacto “renovado” en base a la frase “daré mi Ley en su mente”, deben ellos
enfrentarse no sólo con las claras palabras del profeta (“no [será] como el pacto que
hice con sus padres”, Jer. 31:32), sino también con las inequívocas y claras

82
enseñanzas de la Epístola a los Hebreos: “Al decir “nuevo”, ha declarado caduco al
primero” (Heb. 8:13 BTX).
El servicio sacerdotal de Yeshua requiere un Nuevo Pacto, un pacto completamente
nuevo, un pacto que provea limpieza verdadera y eterna de la impureza y del pecado
en un templo celestial, la provisión de la cual simplemente no es posible bajo el Pacto
del Sinaí.
Una razón por la cual se podría (aunque no se tiene que) vivir una vida en cercana
interacción con la Antigua Ley y con las tradiciones judías, es para hacer al Mesías
Yeshua alguien real y entendible para el pueblo judío. El pueblo judío no entiende quién
es Yeshua realmente en el contexto de árboles de Navidad y conejos de Pascua. Sin
embargo, ellos sí valoran el reposo del sábado, la redención de la Pascua, la
solemnidad del Día de la Expiación y la belleza de las luces encendidas. En este
contexto, Yeshua ya no se parece más a un José disfrazado como egipcio, sino como
al José original: ¡su hermano!
Además, las fiestas del TaNaK (AT) no solo apuntan hacia el Mesías Yeshua, sino que
muchas de estas fiestas y días feriados también miran hacia el pasado, hacia
expresiones tangibles de los tratos de Dios con el pueblo judío. Culturalmente: El Día
de la Pascua es el Día de la Independencia. El sábado es el recordatorio de que el
pueblo judío ya no es más esclavo en Egipto. La fiesta de Purim es un recordatorio de
que los Amanes de este mundo no pueden prevalecer. Como judíos, ellos pueden
celebrar culturalmente las fiestas y días feriados como un recordatorio de la bondad
que Dios tuvo hacia el pueblo judío en el pasado; además, se puede celebrar estos
días como muestras de lo que Dios hará por el pueblo judío en el futuro.
Para ser claro, no pienso que hay una identidad judío-mesiánica que se ajuste a todos
los tamaños. Cada creyente judío étnico vive delante del Señor, y cada creyente judío
debe vivir su fe en una manera que comunique a un mundo perdido, tanto judío como
gentil, que Yeshua es el Mesías de Israel y el Salvador del mundo. De hecho, el mundo
judío-mesiánico es un pequeño mundo del mundo judío en general. Quiera Dios darnos
la gracia y sabiduría para buscar formas para irradiar la luz del Mesías Yeshua hacia el
pueblo judío, ¡y al mundo que está mirando todo!
“Porque la meta que pretende alcanzar la (Antigua) Toráh es el Mesías, que ofrece
justicia a todo aquel que tiene fe” es como vierte Romanos 10:4 la paráfrasis del Nuevo
Testamento Judío. Hemos mirado a la Antigua Toráh desde varios ángulos para
mostrar cómo su teología es completamente mesiánica y completamente conducente
hacia el Nuevo Pacto. Hemos visto cómo la narrativa de la Antigua Toráh ya anticipaba
un Pacto Sinaítico quebrantado, y miraba hacia más allá de la montaña
relampagueante, hacia las gloriosas promesas de bendición a través del Mesías
Yeshua que vendría “en los últimos/postreros días”.
Ya que la meta de la Antigua Toráh es llevarnos a través del Pacto Sinaítico
quebrantado hacia el Mesías Yeshua en estos últimos días, hay que redefinir la

83
“observancia de la Antigua Toráh”, en forma distinta a como se ha entendido
comúnmente. La verdadera observancia de la Antigua Toráh para el creyente hoy
no consiste en vivir bajo la autoridad de la Antigua Ley (o de la “Ley Oral”, dado
el caso), sino creer en el Mesías Yeshua; ¡porque si le creemos a Moisés,
ciertamente creeremos en Yeshua (Juan 5:46)! Los seguidores del Mesías Yeshua son,
en el sentido más verdadero, fieles discípulos de Moisés, ya que Yeshua cumplió con
todos los requerimientos de la Antigua Ley al amar a Dios y a las personas.
También hemos visto a la Antigua Ley —es decir, los mandamientos del Pacto
Sinaítico— y hemos argumentado que continúa funcionando como Escritura inspirada.
La Antigua Ley testifica contra nosotros, apunta hacia Yeshua, nos enseña acerca de
Dios, nos ofrece sabiduría y discernimiento, profundiza nuestro entendimiento de la
persona y obra de Yeshua, y nos desafía a amar a Dios y a nuestro prójimo. Mientras
continuamos meditando sobre las enseñanzas de la Antigua Toráh, quiera Dios que, al
igual que para el rey David, sus enseñanzas sean para nosotros: ¡“más deseables que
el oro; más que mucho oro fino”. Que sean para nosotros: “más dulces que la miel que
destila del panal...” (Salmo 19:10 RVA 2015), porque más que oro fino y más dulce que
la miel que destila del panal, ¡SOLO ENCUENTRAN SU CUMPLIMIENTO EN LA
PERSONA Y OBRA PERFECTA DEL MESÍAS YESHUA!
Conclusión:
Así, se concluye esta lección con el siguiente desafío: Llenémonos completamente de
Yeshua, no de leyes y tradiciones rabínicas. ¿Por qué? Hay dos razones. Primera,
porque Moisés escribió la Antigua Toráh para llevarnos hacia Yeshua y al Nuevo Pacto.
“Moisés fue fiel como siervo en toda la casa de Dios para dar testimonio de lo que se
había de decir después” (Heb. 3:5 RVA 2015). Segunda, porque el cambio que perdura
viene sólo a través de Yeshua. La Nueva Ley de Yeshua (la ley del Espíritu de vida)
trata no solo con lo externo. Ella penetra profundamente en nuestros corazones y hace
que cambiemos desde nuestro interior, exclusivamente por el obrar del Espíritu Santo.
Yeshua nos llama y nos capacita mediante Su Espíritu Santo para controlar nuestro
enojo, detener la lujuria y amar a nuestros enemigos. Permítame decirle, cuando
seguimos tradiciones o nos concentramos en lo que debemos y no demos hacer (en
cómo hacer las cosas externas), sólo nos volvemos amargados en contra de aquellos
que están a nuestro alrededor y nos volvemos venenosos hacia aquellos que no están
de acuerdo con nosotros. La meta de Yeshua es tratar con nuestro interior muy
profundamente en nuestros corazones, enseñándonos a amar a Dios y, por tanto, a
amar a toda Su creación, en todo lugar, en todo tiempo. Cierro con las palabras del
emisario Shaúl de Tarso: "No deban a nadie nada, salvo el amarse unos a otros,
porque el que ama al prójimo ha cumplido la (Antigua) Ley” (Rom. 13:8 RVA 2015).
Beahavat Yeshua/En el amor de Jesús.

84
Cuestionario 6
Responda las siguientes diez preguntas:
1. Muchos de los mandamientos de Moisés son prácticamente imposibles de guardar
en nuestros días y época, debido a la realidad presente en la cual vivimos.
Mencione dos categorías de ejemplos que muestran que estos mismos
mandamientos ya son irrelevantes. Consulte la página 70.
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2. Describa brevemente la parte interesante que menciona el Talmud que ocurrió


durante el Segundo Templo antes de su destrucción en el año 70 D. C. Consulte las
páginas 70-71.
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3. Según el Talmud, ¿desde alrededor de qué año, Dios ya no honró más el Pacto
Sinaítico como una forma de cubrir los pecados de Israel? Consulte la página 71.
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4. Durante el período formativo de 65 años, el judaísmo se había convertido en una
religión que encontró su autoridad en los rabinos fariseos, en vez de la Revelación
Divina. Mencione de qué año a qué año ocurrió este período. Consulte la página 72.
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5. Los Sabios (rabinos fariseos) estaban desesperados por encontrar una forma a
través de la cual ellos pudieran mantener su autoridad, y así mantener unificado al
mundo judío, sin Yeshua. ¿Qué tipo de judaísmo necesitaban? Consulte la página
77.
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6. Entonces, ¿por qué los Sabios (rabinos fariseos) inventaron una “Ley Oral”?
Consulte la página 79.
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7. ¿Qué prueba pudo Pablo ofrecer de que Dios no ha rechazado a Israel,


particularmente, ya que muchos israelitas en su día habían rechazado a Dios y a Su

85
Mesías? Shaúl/Pablo ofreció tres pruebas. Descríbalas brevemente. Consulte las
páginas 80-81.
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8. Escriba brevemente una posible definición de “judío-mesiánico”. Consulte la página


81.
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9. Hay que redefinir qué es la verdadera “observancia de la Antigua Toráh”. ¿En qué
consiste esa redefinición? Consulte las páginas 83-84.
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10. Concluimos con un desafío: Llenémonos completamente de Yeshua, no de leyes y


tradiciones rabínicas. ¿Por qué? Hay dos razones. Descríbalas brevemente.
Consulte la página 84.
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86
Lección 7:
La Nueva Ley de Yeshua Para El Cristianismo Gentil

Introducción: Como concluimos en la lección 5, “siempre permaneció en la Iglesia


Primitiva una falta de uniformidad en cuanto al estilo de vida que debía practicar un
creyente en Yeshua/Jesús. Los judíos hebraístas (Jacobo y los ancianos de la iglesia
de Jerusalén) siempre defendieron la continuidad de la Antigua Ley Sinaítica sólo para
los judíos étnicos, mientras que los judíos helenistas (Pablo, Bernabé y la iglesia de
Antioquía de Siria) siempre defendieron la discontinuidad de la Antigua Ley Sinaítica
tanto para judíos étnicos como para gentiles étnicos por igual”. De ahí que en esta
lección veremos cuál fue la versión de la Nueva Ley del Mesías que cada uno de
los emisarios/apóstoles Ya’acov (Jacobo) y Shaúl (Pablo), emitieron para los
gentiles étnicos creyentes en Yeshua.

Exposición: Los griegos (helenos) étnicos creyentes en Yeshua/Jesús durante el


primer siglo de nuestra Era Presente eran conocidos y mencionados en el ámbito
de la Escritura bíblica como las naciones, los gentiles, o los paganos. Tres
vocablos para identificar al mismo tipo de personas, es decir, eran no judíos.
Estos griegos (helenos) no eran lo mismo que los judíos helenistas que vivían entre
ellos. Los judíos helenistas procedían de fuera de la Tierra de Israel, pues habitaban en
regiones al Occidente de Jerusalén (Hechos 6:9), y eran conocidos como los judíos de
la dispersión o diáspora (Jacobo 1:1; 1 Pedro 1:1). Los judíos helenistas eran judíos
que mantenían su cultura judía y su religión monoteísta en el Dios de Israel
según la Ley Mosaica, pero que también habían abrazado ciertos aspectos de la
cultura griega (helénica). Muchos de estos judíos helenistas vinieron a la fe en
Yeshua/Jesús en la Tierra de Israel (ver Hechos 6:1-5) y después formaron su cuartel
general de operaciones misioneras en la iglesia de Antioquía (Hechos 11:19-26).
Desde ahí los judíos helenistas (a través de Shaúl/Saulo y Bernabé) lanzaron, por
iniciativa del Espíritu Santo/Rúaj HaKodesh, un movimiento evangelístico hacia las
regiones o territorios no judíos, es decir, fuera de la Tierra de Israel, que buscaba
alcanzar tanto a otros judíos helenistas como a los griegos (las naciones, los gentiles,
los paganos, los no judíos). Ver Hechos 13:1-3. Obviamente, los judíos hebraístas
como Jacobo y los ancianos de la iglesia de Jerusalén, también tuvieron interacción
con los griegos (helenos) o gentiles étnicos, pero en el sentido inverso. En lugar de que
Jacobo y los ancianos de la iglesia de Jerusalén salieran a hacer operaciones
misioneras en los territorios gentiles, eran los gentiles étnicos los que visitaban la Tierra
de Israel, y estando allá, entraban en comunicación con la iglesia de Jerusalén.
Debido a que cada una de estas dos iglesias locales, Jerusalén y Antioquía de Siria,
tenían un punto de vista diferente sobre cómo debían vivir los judíos étnicos que venían
a la fe en el Mesías, esto hizo que también explicasen de manera diferente cómo
debían vivir los gentiles étnicos que venían a la fe en el Mesías Yeshua.
A continuación, presento lo que se conoce literariamente como la Didaché (se
pronuncia Didajé) o Doctrina de los Doce Apóstoles para las Naciones Gentiles, que es
87
un documento histórico que testimonia la tradición de enseñanza hebraísta que
procedía de la iglesia de Jerusalén, acerca de cómo debían los gentiles étnicos
practicar la Nueva Ley del Mesías Yeshua.70

LA DIDACHÉ (DIDAJÉ) Ó ENSEÑANZA DE LOS APÓSTOLES 71:


DOCTRINA DEL SEÑOR A LAS NACIONES (GENTILES)
POR MEDIO DE LOS DOCE APÓSTOLES
Primera Parte:
I. Los “Dos Caminos”
1. Hay dos caminos, uno de vida y uno de muerte, y hay una gran diferencia entre los
dos caminos. (Jer. 21:8; Mat. 7:13, 14)72

70
Así como la Epístola de Jacobo, que es parte del canon bíblico, representa la tradición de enseñanza
hebraísta de la iglesia de Jerusalén hacia los judíos étnicos, la Didaché representa la misma tradición de
enseñanza hebraísta de la misma iglesia jerosolimitana, pero hacia los gentiles étnicos. Aunque la
Didaché no es parte del canon bíblico, es un documento histórico muy valioso para ilustrar el tipo de
enseñanza hebraísta que aquí trato.
71
A partir de aquí se incluirán los comentarios originales provistos por Alfonso Ropero (A.R.), en la
versión de este documento histórico que él ofrece en su libro titulado “Lo mejor de los Padres
Apostólicos” perteneciente a la colección Grandes Autores de la Fe, por Editorial CLIE, páginas 29-31,
91-111. Mis propios comentarios que yo incluyo dentro de este documento, como autor de este libro, los
identificaré con mis iniciales B.E. Dice Alfonso Ropero en su introducción a la Didaché: “La Didaché es
un manual de la iglesia del cristianismo primero (primitivo), también llamada Doctrina de los
Apóstoles ó Doctrina del Señor a las Naciones por medio de los Doce Apóstoles. Ésta última designación
aparece en el manuscrito de (Philotheos) Byrennios (un metropolitano griego); pero la primera
(designación) es la que han usado varios escritores antiguos para referirse a la misma. El manual
consiste en dos partes: (1) Un tratado moral conforme al modelo más antiguo de “Los dos
caminos”, que presenta los caminos de la justicia y la injusticia, de la vida y la muerte, respectivamente,
conocidos a los judíos, sus primeros autores quizá, y, también a los griegos (helenos), aunque
indudablemente se fue aumentando con añadidos según las ideas de quienes adoptaban este modelo.
(2) La segunda parte da instrucciones referentes a ritos y ministerios de la iglesia. Trata del
bautismo, de la oración y del ayuno, la eucaristía y el ágape, el tratamiento de los apóstoles y profetas
itinerantes, de los obispos y diáconos, y el conjunto termina con una solemne advertencia a la vigilancia
en vista de la segunda venida de Cristo... la Didaché define los dos caminos como caminos de vida y de
muerte, mientras que (la Carta de) Bernabé se refiere a ellos como luz y oscuridad. La obra es,
indudablemente, de fecha muy primitiva, como se ve por la evidencia interna del lenguaje y su
enseñanza. Así, por ejemplo, (en primer lugar) el orden profético itinerante no ha sido desplazado
todavía por el ministerio localizado permanente, sino que existen el uno al lado del otro, como durante la
vida de Pablo (Ef. 4:11; 1 Cor. 12:28). En segundo lugar, el episcopado no ha pasado a ser todavía
universal; la palabra “obispo” se usa como sinónimo de “presbítero”, y el escritor, por tanto, une “obispos”
con “diáconos” (Did. 15) como hace Pablo (1 Tim. 3:1-8; Fil. 1:1) bajo circunstancias similares. Ambos
son elegidos por la comunidad mediante la ordenación. En tercer lugar, por la expresión en Did. 10:
“después, cuando estéis satisfechos”, se ve que el ágape sigue siendo parte de la Cena del Señor.
Finalmente, la simplicidad arcaica de sus sugerencias prácticas sólo es compatible con la más tierna
infancia de la Iglesia. Estas indicaciones señalan el primer siglo como la fecha de la obra en su forma
presente”. Se cree que este documento fue escrito aproximadamente entre los años 70-98 D. C.
72
A. R.: La enseñanza sobre los “dos caminos” aparece también de forma independiente y más
abreviada en la Carta de Bernabé, 17-18, por lo que ambos debieron servirse de una fuente común,
posiblemente de signo judío.

88
2. El camino de la vida es éste: Primero, amarás a Dios que te hizo; segundo, a tu
prójimo como a ti mismo. Y todas las cosas que no quieras que se te hagan a ti, no
las hagas a otro. (Mat. 22:37-39; Mar. 12:30, 31; Mat. 7:12; Luc. 6:31)
La Práctica Evangélica
3. La doctrina de estas palabras es ésta: Bendice a los que te maldicen, y ora por tus
enemigos y ayuna por los que te persiguen; porque ¿qué recompensa hay si amas
a los que te aman? ¿No hacen lo mismo los gentiles? Pero amad a los que os
aborrecen, y no tendréis un enemigo. (Mat. 5:44-47; Luc. 6:27, 28, 32, 33, 35)
4. Absteneos de todos los deseos carnales y del cuerpo. (1 Ped. 2:11; compare con
Tito 2:12)
Si un hombre te golpea en la mejilla derecha, preséntale la otra también, y sé tú
perfecto; y si un hombre te carga con una milla, ve con él dos; si un hombre te
quita la capa, dale también el abrigo; si un hombre te quita lo que es tuyo, no se lo
reclames, porque tampoco puedes. (Mat. 5:39-48; Luc. 6:29)
5. A todo el que te pida dale, y no le reclames (Luc. 6:30; Mat. 5:42); porque el Padre
desea que se den dones a todos de sus propios tesoros. Bienaventurado es el que
da según el mandamiento; porque es intachable. Ay de aquel que recibe; porque
si un hombre recibe teniendo necesidad, no es culpable; pero si no tiene
necesidad, dará satisfacción de por qué y cuándo recibió, y siendo puesto en
prisión, será examinado con respecto a los actos que ha cometido, y no saldrá de
allí hasta que haya devuelto el último cuadrante. (Mat. 5:26)
6. Mas en cuanto a esto se dice también: “Que tus limosnas suden en tus manos
hasta que sepas a quién has de dar”.73

II. El Segundo Mandamiento:


1. Y este es el segundo mandamiento de la enseñanza:
2. No matarás, y no cometerás adulterio, no serás corruptor de muchachos y no
fornicarás, no robarás, no tendrás tratos con magia, ni harás hechicería; ni
matarás a un niño con un aborto, ni matarás al recién nacido, no codiciarás los
bienes de tu prójimo.
3. No perjurarás, no darás falso testimonio, no incurrirás en maledicencia, no
guardarás rencores.
4. No serás de doble ánimo ni de doble lengua, porque la lengua falsa es un lazo
de muerte.
5. Tu palabra no será falsa o vacía, sino que la cumplirás con tus actos.
6. No serás avaricioso ni rapaz ni hipócrita, ni tendrás mal genio ni serás orgulloso.
No albergarás malas intenciones contra tu prójimo. No aborrecerás a nadie, pero
a algunos has de reprobar, y has de orar por otros, y a otros amarás más que tu
propia vida.

73
A. R.: Cf. Pastor de Hermas, Mandamientos 2, 4-5.

89
III. Lo que hay que evitar y lo que hay que cultivar
1. Hijo mío, apártate del mal y de todo lo que lo parece.
2. No te enojes, porque la ira lleva al homicidio; ni seas celoso ni contencioso ni
irascible, porque todas estas cosas engendran homicidios.
3. Hijo mío, no seas lujurioso, porque la lujuria lleva a la fornicación; ni hables de
modo obsceno ni mires de soslayo, porque todas estas cosas engendran
adulterios.
4. Hijo mío, no tengas nada que ver con presagios, puesto que llevan a la idolatría,
ni con encantadores, astrólogos o magos, ni aun los mires, porque de estas
cosas se engendra idolatría.
5. Hijo mío, no mientas, puesto que el mentir lleva al robo; ni seas codicioso ni
vanidoso, porque todas estas cosas engendran hurtos.
6. Hijo mío, no seas murmurador, puesto que lleva a la blasfemia; ni arrogante, ni
tengas malos pensamientos, pues de todas estas cosas vienen las blasfemias.
7. Sé, en cambio, manso, “porque los mansos heredarán la tierra”. (Sal. 37:11; Mat.
5:5)
8. Sé paciente, compasivo e intachable, tranquilo y amable y siempre temiendo las
palabras que has oído.
9. No te ensalzarás a ti mismo, ni admitirás temeridad en tu alma. No te juntarás
con los altivos, sino con los justos y humildes será tu camino.
10. Los accidentes que te sobrevengan los recibirás como buenos, sabiendo que no
ocurre nada sin Dios.

IV. Deberes del creyente


1. Hijo mío, recordarás al que te habla la palabra de Dios día y noche (Heb. 13:7), y
le honrarás como en el Señor, porque dondequiera que se hable de la majestad
del Señor, allí está el Señor.
2. Además, irás en busca, día tras día, de las personas de los santos, para que
puedas hallar reposo en sus palabras.
3. No harás cismas, sino que apaciguarás a los que contienden; harás juicio con
justicia, no harás diferencia en la persona para reprobarle por sus
transgresiones. (Deut. 16:19; Prov. 28:21; Mal. 2:9; Rom. 2:11; Jac. 2:9)
4. No vaciles sobre si una cosa ha de ser o no ha de ser.
5. No seas hallado extendiendo las manos para recibir, pero retrayéndolas para
dar.
6. Si hay algo en tus manos, ofrécelo como rescate por tus pecados.
7. No vacilarás en dar, ni murmurarás cuando des; porque sabrás quién es el buen
pagador de tu limosna.
8. No te apartarás de aquel que está en necesidad, sino que harás partícipe a tu
hermano de todas las cosas, y no dirás que algo es tuyo propio. Porque si sois
copartícipes de lo que es imperecedero, ¿cuánto más debéis serlo de las cosas
que son perecederas?

90
9. No rehusarás poner tu mano sobre tu hijo o tu hija, sino que desde su juventud
les enseñarás el temor de Dios.
10. No darás órdenes a tu criado o criada que confían en el mismo Dios que tú, en
tu rencor y aspereza, para que no suceda que dejen de temer a Dios que está
por encima de ti y de ellos; porque Él viene, no para llamar a los hombres,
haciendo acepción de personas, sino que viene a aquellos a quienes el Espíritu
ha preparado.
11. Vosotros, siervos, estad sujetos a vuestros amos, como a un tipo de Dios, con
reverencia y temor.
12. Aborrecerás toda hipocresía y todo lo que no es agradable al Señor.
13. Nunca abandonarás los mandamientos del Señor,74 sino que guardarás las
cosas que has recibido, “sin añadir a ellas y sin quitar de ellas”. (Deut. 4:2;
12:32)
14. En la iglesia confesarás tus transgresiones, y no te dirigirás a orar con una mala
conciencia. Éste es el camino de la vida.

V. El camino de la muerte:
1. El camino de muerte es éste: Ante todo, es malo y lleno de maldición;
homicidios, adulterios, concupiscencias, fornicaciones, robos, idolatrías, artes
mágicas, hechicerías, saqueos, falsos testimonios, hipocresías, doblez de
corazón, traición, orgullo, malicia, tozudez, codicia, palabras obscenas, celos,
audacia, engreimiento, jactancia. (Rom. 1:29, 30; Col. 3:5, 8)
2. Perseguidores de los hombres buenos, aborrecen la verdad, aman la mentira, no
advierten la recompensa de la justicia, ni se adhieren a lo bueno ni al juicio recto,
descuidados para lo que es bueno, pero atentos a lo que es malo; de los cuales
están muy lejos la mansedumbre y la tolerancia; amantes de las cosa vanas,
tras la recompensa, sin compasión para el pobre, ni trabajando para ayudar al
que está oprimido por el trabajo; sin reconocer a Aquel que los hizo, homicidas
de niños, corruptores de las criaturas de Dios, que se apartan del que está en
necesidad, oprimen al afligido, defienden al rico, jueces injustos de los pobres,
en todo pecaminosos. (Rom. 1:31, 32) Hijos míos, que podáis ser librados de
todas estas cosas.

VI. Rectitud e idolatría


1. Mira que ninguno te desvíe del camino de justicia (Mat. 24:4), porque el tal
hombre te enseña distinto de Dios.
2. Porque si tú puedes llevar todo el yugo del Señor, 75 serás perfecto (Mat.
5:48); pero si no puedes, haz todo lo que puedas.

74
B. E.: Aquí los “mandamientos del Señor” es una referencia a todo el contenido de éste mismo
documento, es decir, la Didaché.
75
B. E.: De la misma manera, el “yugo del Señor” también es una referencia a todo el contenido de éste
mismo documento, es decir, la Didaché.

91
3. Respecto a la comida, come de aquello que puedas; con todo, abstente en
absoluto de la carne sacrificada a los ídolos76 (Hech. 15:29; 21:25); porque
es adoración a dioses muertos. (1 Cor. 8; 10:19-11:1)
Segunda Parte: De la Liturgia y de la Disciplina
VII. El bautismo
1. Con respecto al bautismo, bautizaréis de esta manera. Habiendo primeramente
repetido todas estas cosas, os bautizaréis en el nombre del Padre, y del Hijo y
del Espíritu Santo en agua viva (corriente). (Mat. 28:19)
2. Pero si no tienes agua corriente, entonces bautízate en otra agua; y si no
puedes en agua fría, entonces hazlo en agua caliente.
3. Pero si no tienes ni una ni otra, entonces derrama agua sobre la cabeza tres
veces, en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
4. Pero, antes del bautismo, que el que bautiza y el que es bautizado ayunen, y
(ayunen) todos los demás que puedan; y ordenarás a aquel que es bautizado
que ayune un día o dos antes.77

VIII. El ayuno y la oración


1. Que vuestros ayunos no sean al tiempo que los hipócritas, porque éstos ayunan
en el segundo y quinto día de la semana; pero vosotros guardad el ayuno en el
cuarto día y en el día de la preparación (el sexto). (Mateo 6:16-18)
2. No oréis como los hipócritas, sino como el Señor ha mandado en su Evangelio.
(Mateo 6:5, 6) Por lo que oraréis así: “Padre nuestro, que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre; venga tu reino; hágase tu voluntad, como en el cielo
así también en la tierra; danos hoy nuestro pan cotidiano; y perdónanos nuestras
deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos
dejes caer en la tentación, sino líbranos del mal; porque tuyo es el poder y la
gloria para siempre jamás”. (Mat. 6:9-13; Luc. 11:2-4)
3. Oraréis así tres veces al día. (Daniel 6:10, 13).

IX. La Santa Cena


1. En cuanto a la acción de gracias eucarística, dad gracias de esta manera:

76
B. E.: Parece que la creencia del autor de la Didaché, era que los 7 mandamientos de Noé para los
gentiles étnicos creyentes en Yeshua, es decir, los justos de entre las naciones, estarían vigentes hasta
la segunda venida del Mesías.
77
A. R.: “Cuantos se convencen y creen ser verdad las cosas por nosotros enseñadas y dichas, y
prometen vivir de esta manera, son enseñados a orar y suplicar, por medio del ayuno, a Dios, el perdón
de sus anteriores pecados, acompañándolos también nosotros en el ayuno y la oración. Seguidamente
los conducimos a un paraje donde haya agua, y del mismo modo que fuimos nosotros regenerados, se
regeneran también ellos. En efecto, allí practican el lavatorio en el agua en el nombre del Padre del
universo y Soberano Dios, y de nuestro Salvador Jesucristo, y del Espíritu Santo” (Justino Mártir,
Apología I, 61).

92
2. Primero, por lo que se refiere a la copa: “Te damos gracias, Padre nuestro, por
la santa vid de tu hijo David, la cual nos has dado a conocer por medio de tu Hijo
Jesús; tuya es la gloria para siempre jamás”.
3. Luego, por lo que respecta al pan partido: “Te damos gracias, Padre nuestro, por
la vida y conocimiento que tú nos has dado a conocer por medio de tu Hijo
Jesús; tuya es la gloria para siempre jamás”.

Oración por la iglesia


4. “Tal como este pan partido estaba esparcido por los montes y reunido se hace
uno, así también que tu iglesia pueda ser juntada de todos los extremos de la
tierra en tu reino; porque tuya es la gloria y el poder por medio de Jesucristo,
para siempre jamás”.
5. Pero que ninguno coma o beba de esta acción de gracias, a menos que haya
sido bautizado en el nombre del Señor; porque respecto a esto también ha dicho
el Señor: “No deis lo santo a los perros”. (Mat. 7:6)78

X. Oraciones para después de la cena


1. Después, cuando estéis satisfechos, dad gracias así: “Te damos gracias, Padre
Santo, por Tu santo nombre, porque tú has puesto tu tabernáculo en nuestros
corazones, y por el conocimiento y fe e inmortalidad que nos has dado a conocer
por medio de tu Hijo Jesús; tuya es la gloria para siempre jamás”.
2. “Tú, Señor omnipotente, creaste todas las cosas por amor a tu nombre, y diste
comida y bebida a los hombres para que disfrutaran de ellas, y para que
pudieran darte gracias a ti; pero a nosotros nos has concedido alimento y bebida
espiritual y vida eterna por medio de tu Hijo. Ante todo, te damos gracias porque
eres poderoso; tuya es la gloria para siempre jamás”.
3. “Recuerda, Señor, a tu iglesia para librarla de todo mal y para perfeccionarla en
el amor; y recogerla de los cuatro vientos -tu Iglesia que ha sido santificada- en
tu Reino que has preparado para ella; porque tuyo es el poder y la gloria para
siempre jamás”.
4. “Que venga la gracia y que pase este mundo. Hosanna al Dios de David. Si
alguno es santo, que venga; si alguno no lo es, que se arrepienta. Maranatha.
Amén”.
5. A los profetas permitid que ofrezcan acción de gracias tanto como deseen.

78
A. R.: “Este alimento se llama entre nosotros Eucaristía, de la que a nadie le es lícito participar, sino al
que cree ser verdad las cosas por nosotros enseñadas y se haya lavado con el lavatorio para el perdón
de los pecados y la regeneración y viva del modo que Cristo nos enseñó. Pues no tomamos estas cosas
como un pan ordinario o una bebida ordinaria, sino que al modo como Jesucristo nuestro Salvador,
hecho carne por virtud del Logos de Dios, tuvo carne y sangre por nuestra salvación, así el alimento
eucarístico, por virtud de la oración de la palabra que viene de Él, fuimos enseñados que es la carne y la
sangre del mismo Jesús hecho carne” (Justino Mártir, Apología I, 66).

93
XI. Apóstoles y profetas
1. A todo aquel que venga y enseñe todas estas cosas que se han dicho antes,
recibidle.
2. Pero si el maestro mismo se extravía y enseña doctrina diferente para la
destrucción de estas cosas, no le escuchéis; pero si es para el aumento de la
justicia y el conocimiento del Señor, recibidle como al Señor. 79
3. Respecto a los apóstoles y profetas, obrad con ellos en conformidad con la
ordenanza del Evangelio.
4. Que todo apóstol, cuando venga a vosotros, sea recibido como el Señor; pero no
se quedará más de un solo día, o, si es necesario, un segundo día; pero si se
queda tres días, es un profeta falso.80
5. Y cuando se marche, que el apóstol no reciba otra cosa que pan, hasta que halle
cobijo; pero si pide dinero, es un falso profeta.
6. Y al profeta que hable en el Espíritu no lo tentéis ni lo examinéis;81 porque todo
pecado será perdonado, pero este pecado no será perdonado (Mat. 12:31). Sin
embargo, no todo el que habla en el Espíritu es un profeta, sino sólo el que tiene
las costumbres del Señor. Por sus costumbres, pues, será reconocido el profeta
falso y el profeta verdadero.82
7. Y ningún profeta, cuando ponga una mesa en el espíritu, comerá de ella; pues
de otro modo es un falso profeta.
8. Y todo profeta que enseñe la verdad, si no practica lo que enseña, es un falso
profeta.
9. Y ningún profeta aprobado y hallado verdadero, pero que se dedica al misterio
mundano de la Iglesia, y, con todo, no os enseña a hacer todo lo que él hace,
que no sea juzgado delante de vosotros; porque tiene su juicio en la presencia
de Dios; porque de la misma manera también hicieron los profetas en los días de
antaño.

79
A. R.: A estos apóstoles y maestros ambulantes de la Iglesia, Eusebio (el historiador de la iglesia
primitiva) los designa con el nombre de evangelistas.
80
A. R.: El satírico escritor pagano Luciano de Samosata da testimonio de la hospitalidad y candidez de
los primeros cristianos en su novela morte peregrini (La Muerte del Peregrino, Editorial Gredos, Madrid),
que trata de un farsante que se aprovecha de la buena fe de los cristianos, que debió ser muy común.
Contra este tipo de personas están dirigidas estas prescripciones.
81
A. R.: La importancia de los profetas en la Iglesia primitiva fue extraordinaria. Ellos fueron, sin duda,
después de los apóstoles, los ministros más respetados de la Palabra. Hermas, que también fue profeta,
escribe en el Pastor (Mandamientos 11, 88ss), cómo se ha de distinguir el verdadero, del falso profeta.
La profecía debió de ser una de las formas de la primitiva predicación y enseñanza, tan antigua como la
homilía, o plática común.
82
A. R.: Cf. Mateo 7:16: “Por sus frutos los conoceréis”. “Por su vida has de probar al hombre que tiene
espíritu divino” (Hermas, Mandamientos 11, 7); “No creáis a todo espíritu, sino examinad si los espíritus
son de Dios, pues muchos falsos profetas han salido por el mundo” (1 Juan 4:1).

94
10. Y todo aquel que diga en el Espíritu: “Dadme dinero”, u otra cosa, no le
escuchéis; pero si os dice que deis en favor de otros que están en necesidad,
que nadie le juzgue.

XII. Ayuda al caminante


1. Todo aquel que venga en el nombre del Señor sea bienvenido; y luego, cuando
le hayáis probado, le conoceréis, porque discerniréis la mano derecha de la
izquierda.
2. Si el que viene es un viajero, ayudadle en cuanto os sea posible; pero no se
quedará con vosotros más de dos o tres días, si es necesario.
3. Pero si quiere establecerse entre vosotros, si tiene un oficio, que trabaje y coma
su pan.
4. Pero si no tiene oficio, según vuestra sabiduría proveed de que viva como un
cristiano entre vosotros, pero no en la ociosidad.
5. Si no hace esto, es que está traficando con respecto a Cristo. Guardaos de
estos hombres.

XIII. Sustento de profetas y maestros


1. Pero todo profeta verdadero que desee establecerse entre vosotros es digno de su
comida (1 Cor. 9:13, 14).
2. De la misma manera un verdadero maestro es también digno, como el obrero, de su
comida.
3. Así pues, todas las primicias del producto del lagar y de la era de trilla, de tus
bueyes y tus ovejas, se las llevarás y darás como primicias a los profetas; porque
son vuestros sacerdotes principales.
4. Pero si no tenéis un profeta, dadlas a los pobres.
5. Si haces pan, toma las primicias y dadlo según el mandamiento.
6. Igualmente, cuando abras una jarra de vino o de aceite, toma las primicias y dalo a
los profetas; y del dinero y vestido y toda posesión, toma las primicias según te
parezca bien, y dalo según el mandamiento.

XIV. Celebración del día del Señor


1. Y en el día del Señor congregaos83 y partid el pan y dad gracias, confesando
primero vuestras transgresiones, para que vuestro sacrificio sea puro.

83
A.R.: Esta expresión “Día del Señor”, aparece ya en el Apocalipsis 1:10. Primer día de la semana del
calendario judío, y día de celebración de las comunidades cristianas primitivas (Hechos 20:7ss). El día
del Señor, pues, que los paganos llaman día del sol, es el primero de la semana de la creación y de la
resurrección de Cristo, en memoria del cual se reunían los cristianos, testificado además por Justino
Mártir en el año 150 (D. C.).

95
2. Y que ninguno que tenga una disputa con su compañero se una a la asamblea
hasta que se haya reconciliado, para que su sacrificio no sea mancillado.84
3. Porque este sacrificio es aquel del que habló el Señor: “En todo lugar y en todo
tiempo ofrecedme un sacrificio puro; porque yo soy un gran rey, dice el Señor, y
mi nombre es maravilloso entre las naciones” (Mal. 1:11).

XV. Elección de obispos y diáconos


1. Elegíos, pues, obispos y diáconos dignos del Señor, hombres mansos y no
amantes del dinero, íntegros y aprobados; porque estos ejecutarán el servicio de
profetas y maestros para vosotros.
2. Por tanto, no los despreciéis; porque son hombres honorables junto con los
profetas y los maestros.
3. Corregíos los unos a los otros, no en ira, sino en paz, como halláis en el
Evangelio; y que ninguno hable a ninguno que se haya enemistado con otro, y
que éste no oiga una palabra vuestra hasta que se arrepienta.
4. Pero haced que vuestras oraciones y vuestras limosnas y todos vuestros actos
sean conforme al Evangelio de nuestro Señor.

XVI. El fin de los tiempos


1. Velad, pues, por vuestra vida; que vuestras lámparas no se apaguen y vuestros
lomos no estén sin ceñir, sino estad preparados; porque no sabéis la hora en
que vendrá nuestro Señor (Luc. 12:35; Mat. 24:42-44).
2. Y congregaos con frecuencia, procurando lo que es apropiado para vuestras
almas; porque todo el tiempo de vuestra fe no os beneficiará si no sois
perfeccionados en la última hora85.
3. Porque en los últimos días se multiplicarán los falsos profetas y los corruptores,
y las ovejas se volverán lobos, y el amor se cambiará en aborrecimiento.
4. Porque cuando aumente la licencia y el libertinaje, se aborrecerán los unos a los
otros y se perseguirán y se traicionarán (Mat. 24:10). Y entonces el engañador
del mundo aparecerá como hijo de Dios; y hará portentos y señales, y la tierra
será entregada a sus manos; y hará cosas inmundas, que nunca se han visto en
el mundo desde que empezó (cf. 2 Tes. 2:3-12).
5. Entonces toda la humanidad creada será probada por fuego y muchos serán
escandalizados y perecerán; pero el que persista en su fe será salvo por el
mismo que fue maldecido (Mat. 10:22; 24:13). Y entonces aparecerán las

84
A. R.: Cf. Mateo 5:23, 24: “Si trajeres tu presente al altar, y allí te acordares de que tu hermano tiene
algo contra ti, deja allí tu presente delante del altar, y vete, vuelve primero en amistad con tu hermano, y
entonces ven y ofrece tu presente”.
85
B. E.: Parece que el autor de la Didaché creía en una santificación mediante el guardar los
mandamientos contenidos en este documento histórico, y que la salvación en la última hora podría no
lograrse, si no se conseguía la perfección total mediante esa santificación. Cuando menos, existe la
posibilidad de entender este dicho, de esta manera. Sin embargo, Pablo contradijo ese sentido de
enseñanza en 2 Tes. 2:13, 14.

96
señales de la verdad; primero, la señal de un desgarro en el cielo, luego la señal
de la voz de una trompeta, y tercero, la resurrección de los muertos; con todo,
no de todos, sino como fue dicho: “El Señor vendrá y todos sus santos con Él.
Entonces el mundo verá al Señor que viene en las nubes del cielo” (Mat. 24:30,
31; 1 Cor. 15:52; 1 Tes. 4:16).

Al analizar este documento histórico llamado la Didaché se pueden identificar


tres cosas referentes al mensaje comunicado a los gentiles étnicos creyentes en
Yeshua/Jesús:

(1) que ellos debían vivir según un código de conducta, que debían mantener una
mentalidad guardadora de mandamientos, es decir, de los mandamientos de la
Didaché, (2) que la santificación en la vida del creyente gentil étnico se logra mediante
el guardar los mandamientos de la Didaché, y (3) que para que el creyente gentil étnico
pueda ser salvo en el día final, debe haber obtenido previamente una perfección total a
través del guardar los mandamientos de la Didaché, de otra manera, no obtendría ese
beneficio.

Como contraparte a la tradición de enseñanza hebraísta representada por la Didaché, a


continuación, presento la aplicación de la Nueva Ley del Mesías Yeshua, según era
entendida y predicada por Shaúl/Pablo, el Emisario/Apóstol helenista a las Naciones
Gentiles. Incluyo aquí una compilación de las secciones aplicativas de dos de sus
epístolas más representativas: Gálatas 5:1-6:18 y Romanos 12:1-15:33; 16:17-20, 25-
27 (BTX).

Gálatas 5: Firmes en la libertad


1 Para la libertad nos libertó el Mesías; estad, pues, firmes, y no estéis otra vez
sujetos al yugo de esclavitud86. 2 Mirad, yo, Pablo, os digo: Si os circuncidáis, de
nada os aprovechará el Mesías. 3 Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida,
que está obligado a practicar toda la (antigua) ley. 4 Los que por la (antigua) ley
intentáis ser justificados, del Mesías fuisteis desligados. ¡De la gracia habéis caído! 5
Porque nosotros, mediante el Espíritu, por fe, esperamos la promesa de la
justicia87. 6 Porque en Jesús el Mesías ni la circuncisión (ser judío) vale algo, ni la

86
Aquí Shaúl/Pablo claramente quiso instaurar en la mente de los gentiles étnicos creyentes en Yeshua,
no una mentalidad guardadora de un código de mandamientos, sino una mentalidad de libertad para vivir
libres en el Espíritu Santo.
87
Según Shaúl/Pablo, la salvación en el día final para los gentiles étnicos creyentes en Yeshua, no
requiere una previa perfección total lograda por ellos mismos, por haber guardado mandamientos
(cualesquiera que estos mandamientos sean), sino que la promesa de la justicia se espera
exclusivamente por la fe, mediante el Espíritu Santo.

97
incircuncisión (ser gentil), sino la fe que obra por el amor88. 7 Corríais bien, ¿quién
os estorbó para no ser persuadidos por la verdad? 8 Esta persuasión no procede de
Aquél que os llama. 9 Un poco de levadura leuda toda la masa.10 Respecto de
vosotros, yo confío en el Señor que ninguna otra cosa pensaréis; pero el que os
perturba llevará su castigo, quienquiera que sea. 11 Y yo, hermanos, si aún predico la
circuncisión, ¿por qué soy todavía perseguido? Así pues, queda anulado el escándalo
de la cruz. 12 ¡Ojalá se mutilaran los que os perturban! 13 Porque vosotros
hermanos, a libertad fuisteis llamados; sólo que no uséis la libertad como
oportunidad para la carne,89 sino servíos los unos a los otros por medio del amor.
14 Porque toda la (antigua) ley queda cumplida en esta sola palabra: “Amarás a
tu prójimo como a ti mismo”. 15 Pero si os mordéis y os coméis los unos a los otros,
mirad que no seáis consumidos los unos por los otros.

La carne y el espíritu
16 Digo, pues: Andad en el espíritu, y no satisfagáis los deseos apasionados de la
carne. 17 Porque la carne tiene deseos contrarios a los del espíritu, y el espíritu a los
de la carne, y éstos se oponen entre sí para que no prosigáis haciendo lo que deseáis.
18 Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley90. 19 Y evidentes son
las obras de la carne, las cuales son: fornicación, impureza, lascivia, 20 idolatría,
hechicería, hostilidades, contienda, celos, enojos, rivalidades, disensiones,
herejías, 21 envidias, borracheras, orgías, y cosas como éstas; sobre las cuales os
amonesto de antemano, como antes dije, que los que practican tales cosas no
heredarán el reino de Dios.91 22 Pero el fruto del espíritu es amor, gozo y paz;
paciencia, benignidad y bondad; fidelidad, 23 mansedumbre y templanza; en contra de
tales cosas, no hay ley. 24 Pues los que son del Mesías crucificaron la carne con las
pasiones y deseos. 25 Ahora que vivimos por el Espíritu, andemos en el espíritu.
26 No nos hagamos vanagloriosos, provocándonos los unos a los otros, envidiándonos
los unos a los otros.

88
Los únicos dos mandamientos que el Emisario Shaúl de Tarso enseñó a los creyentes gentiles étnicos,
pertenecientes a la Nueva Ley del Mesías Yeshua, son: el creer (tener fe en Yeshua) y el amar (a las
personas).
89
Definitivamente, aquí Shaúl/Pablo está en contra del libertinaje.
90
Nuevamente, Shaúl/Pablo se refiere aquí a que, la mentalidad que debe tener el gentil étnico creyente
en Yeshua debe ser una mentalidad de libertad guiada por el Espíritu Santo para hacer todo lo
bueno, y no una mentalidad guiada por la Antigua Ley sinaítica del Antiguo Pacto.
91
Shaúl/Pablo no dice que los que no guardan los mandamientos de la Antigua Ley Sinaítica (la
circuncisión, el sábado semanal, las fiestas solemnes del calendario hebreo, la ley de alimentación, etc.)
no heredarán el reino de Dios, sino… los que practican las obras de la carne descritas en el capítulo
5:19-21. Es decir, no heredarán el reino de Dios los que están en contra de la Nueva Ley del Mesías=El
Espíritu Santo que mora dentro de los gentiles étnicos (y también judíos) creyentes en Yeshua/Jesús.

98
Gálatas 6: De la vida cristiana
1 Hermanos, aun cuando una persona sea sorprendida en alguna falta, vosotros, los
espirituales, restaurad al tal con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo,
no sea que tú también seas tentado. 2 Sobrellevad los unos las cargas de los otros,
y cumpliréis así la (Nueva) Ley del Mesías. 3 Porque si alguno supone que es algo,
siendo nada, se engaña a sí mismo. 4 Así que, cada uno examine su propia obra, y
entonces tendrá motivo de gloria sólo en sí mismo, y no en otro; 5 porque cada cual
llevará su propia carga. 6 Y el que es enseñado en la Palabra, comparta todas las
cosas buenas con el que lo enseña. 7 No os engañéis; Dios no está siendo burlado,
pues lo que el hombre siembre, eso también cosechará. 8 Porque el que siembra para
su carne, de la carne cosechará corrupción, pero el que siembra para el espíritu, del
Espíritu cosechará vida eterna. 9 No nos cansemos pues de hacer el bien, que a
su tiempo cosecharemos, si no desfallecemos. 10 Así que, mientras tenemos
oportunidad, hagamos el bien a todos, mayormente a la familia de la fe.

La gloria de la cruz
11 ¡Mirad con cuán grandes letras os escribo con mi mano! 12 Todos los que desean
tener buena apariencia en la carne, ésos os obligan a circuncidaros, sólo para no ser
perseguidos por causa de la cruz del Mesías. 13 Porque ni aun los mismos que se
circuncidan guardan la (antigua) ley, pero desean que vosotros seáis
circuncidados para gloriarse en vuestra carne. 14 Pero jamás me suceda gloriarme,
sino en la cruz de nuestro Señor Jesús, el Mesías, por medio de la cual el mundo ha
sido crucificado para mí, y yo para el mundo. 15 Porque ni la circuncisión (ser judío)
es algo, ni la incircuncisión (ser gentil), sino la nueva creación 92. 16 Y todos los
que caminen según esta norma, paz y misericordia sobre ellos, y sobre el Israel
de Dios. 17 De aquí en adelante, nadie me cause molestias, porque yo llevo en mi
cuerpo las cicatrices de Jesús.

Bendición
18 Hermanos, la gracia de nuestro Señor Jesús, el Mesías, sea con vuestro espíritu.
Amén.

Romanos 12: Servicio racional


1 Así que, hermanos, os exhorto por la gran misericordia de Dios que presentéis
vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro servicio
racional. 2 No os adaptéis al mundo, sino sed transformados por la renovación de la
mente, para que comprobéis cuál es la voluntad de Dios: Lo bueno, lo aceptable y lo
perfecto.

92
Compare la expresión paulina nueva creación usada en Gál. 6:15 con nueva criatura usada en 2 Cor.
5:17 BTX.

99
Dones espirituales
3 Ordeno pues, por la gracia que me fue dada, a cada cual que está entre vosotros,
que no piense más altamente de lo que debe pensar, sino que piense con sobriedad,
según la medida de fe que Dios dio a cada uno. 4 Porque así como en un cuerpo
tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función; 5 así
los muchos somos un cuerpo en el Mesías, y cada uno, miembros los unos de los
otros. 6 De manera que teniendo diferentes dones, según la gracia que nos fue dada,
si es de profecía, úselo según la analogía de la fe; 7 si diaconado, en el servicio; el que
enseña, en la enseñanza, 8 el que exhorta, en la exhortación; el que comparte, con
generosidad; el que cuida de los demás, con diligencia; el que hace misericordia, con
alegría.

Características cristianas
9 El amor sea sin hipocresía, aborreciendo lo malo, allegaos a lo bueno; 10 amándoos
unos a otros con amor fraternal; en cuanto a honor, prefiriéndoos unos a otros; 11 en
cuanto a diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; 12
regocijándoos en la esperanza, sufridos en la tribulación, perseverando en la oración;
13 contribuyendo para las necesidades de los santos, practicando la hospitalidad. 14
Bendecid a los que os persiguen, bendecid y no maldigáis. 15 Regocijarse con los que
se regocijan, llorar con los que lloran; 16 teniendo el mismo sentir los unos con los
otros, no siendo altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra
opinión; 17 no paguéis a nadie mal por mal, procurad lo bueno delante de todos los
hombres. 18 Si es posible, en lo que depende de vosotros, procurad la paz con todos
los hombres. 19 No toméis venganza vosotros mismos, amados, sino dad lugar a la ira;
porque está escrito: “Mía es la venganza, Yo pagaré, dice el Señor”. 20 Así que, si tu
enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber; porque haciendo
esto amontonarás ascuas sobre su cabeza. 21 No seas vencido por lo malo, sino vence
con el bien el mal.

Romanos 13: Las autoridades humanas


1 Sométase toda alma a las autoridades gobernantes, porque no hay autoridad sino de
Dios; y las que existen, por Dios son instituidas. 2 De manera que el que resiste a la
autoridad, resiste al decreto de Dios, y los que resisten acarrean juicio para sí mismos.
3 Porque los gobernantes no son de temer para el que obra el bien, sino para el que
obra el mal. ¿Quieres, pues, no temer a la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás
aprobación de ello, 4 porque es un servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo,
teme, porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para
castigo al que practica lo malo. 5 Por tanto, es necesario someterse, no sólo por causa
del castigo, sino también por causa de la conciencia; 6 y también por esto pagáis
impuestos: porque son servidores de Dios que se dedican a esto mismo. 7 Pagad a

100
todos las deudas: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto,
respeto; al que honra, honra. 8 No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a
otros, porque el que ama al prójimo, ha cumplido la (antigua) ley. 9 Porque: “No
adulterarás; no matarás; no hurtarás; no codiciarás;” y cualquier otro
mandamiento, se resume en esta declaración: “Amarás a tu prójimo como a ti
mismo”. 10 El amor no hace mal al prójimo. Así que el cumplimento de la
(antigua) ley es el amor. 11 Y esto añado: conociendo el tiempo, que es ya hora de
que seáis levantados del sueño, porque ahora la salvación está más cerca de nosotros
que cuando creímos. 12 La noche pasó, y el día se ha acercado; desechemos las
obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. 13 Andemos decentemente,
como de día, no en orgías y borracheras, no en impurezas sexuales e
indecencias, no en contienda y envidia. 14 Sino vestíos del Señor Jesús, el
Mesías, y no proveáis para satisfacer los malos deseos de la carne.

Romanos 14: El cuidado hacia los débiles


1 Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones. 2 Uno cree que se
puede comer de todo; otro, que es débil, come verduras. 3 El que come no
menosprecie al que no come, y el que no come no juzgue al que come, porque
Dios lo ha aceptado. 4 ¿Quién eres tú para juzgar al criado ajeno? Para su señor está
firme o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para mantenerlo firme. 5
Uno, ciertamente, considera un día superior a otro día; pero otro considera igual
todo día. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente. 6 El que
tiene en estima el día, lo tiene en estima para el Señor; y el que come, come para
el Señor, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da
gracias a Dios. 7 Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. 8
Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así que,
ya sea que vivamos, ya sea que muramos, del Señor somos. 9 Porque para esto el
Mesías murió y volvió a la vida: para que fuera Señor tanto de los muertos como de los
que viven. 10 Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O también tú, ¿por qué
menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Dios.
11 Porque está escrito: “Vivo Yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y
toda lengua confesará a Dios”. 12 Por tanto, cada uno de nosotros dará cuenta de sí.
13 Así que, ya no nos juzguemos más unos a otros, al contrario, proponeos más bien
no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano. 14 Yo sé, pues he sido persuadido
por el Señor Jesús, de que nada es inmundo en sí mismo, pero el que piensa que
alguna cosa es inmunda, para él es inmunda. 15 Pero si por causa de la comida tu
hermano es contristado, ya no vives según el amor. No arruines con tu comida a aquél
por quien el Mesías murió. 16 No sea, pues, vituperado vuestro bien, 17 porque el
reino de Dios no consiste en comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el
Espíritu Santo. 18 Porque el que en esto sirve al Mesías, es aceptable a Dios, y

101
aprobado por los hombres. 19 Así pues, persigamos las cosas de la paz, y de la mutua
edificación. 20 No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las
cosas en verdad son limpias, pero es malo que un hombre haga tropezar a otro
por causa de lo que come. 21 Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en
que tropiece tu hermano. 22 La fe que tú tienes, tenla para contigo delante de Dios.
Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba. 23 Pero el
que duda cuando come, ha sido condenado, porque no comió por fe, y todo lo
que no proviene de la fe es pecado.
Romanos 15
1 Así que, nosotros los fuertes debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles, y no
agradarnos a nosotros mismos. 2 Cada uno de nosotros trate de agradar al prójimo en
lo bueno, para edificación. 3 Porque ni aun el Mesías se agradó a sí mismo; al
contrario, como está escrito: “Los vituperios de los que te vituperaban cayeron sobre
mí”. 4 Porque lo que fue escrito en tiempos pasados, para nuestra enseñanza fue
escrito; para que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, sostengamos la
esperanza. 5 Y el Dios de la paciencia y de la consolación os conceda sentir lo mismo
unos para con otros, según Jesús el Mesías, 6 para que unánimes, a una voz,
glorifiquéis al Dios y Padre de Jesús el Mesías, Señor nuestro.

El Mesías y los gentiles


7 Por tanto, aceptaos los unos a los otros, como también el Mesías os aceptó, para
gloria de Dios. 8 Porque os digo que el Mesías llegó a ser ministro de la circuncisión a
favor de la verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas a los padres, 9 y para
que los gentiles glorifiquen a Dios por su misericordia, como está escrito: “Por
tanto, yo te confesaré entre los gentiles, y cantaré a tu nombre”. 10 Y otra vez dice:
“Alegraos, gentiles, con su pueblo”. 11 Y otra vez: “Alabad al Señor, todos los gentiles,
y exaltadlo pueblos todos”. 12 Y otra vez, Isaías dice: “Vendrá la raíz de Isaí: El que se
levantará a regir a los gentiles, y los gentiles pondrán en Él su esperanza”. 13 Así, el
Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en
la esperanza por el poder del Espíritu Santo. 14 Y yo mismo, hermanos míos, he
sido persuadido acerca de vosotros, de que también vosotros mismos estáis llenos de
bondad, llenos de todo conocimiento, y que sois también capaces de amonestaros los
unos a los otros. 15 Pero os escribí en algunos puntos osadamente, como haciéndoos
recordar por medio de la gracia que me fue dada por Dios, 6 para ser ministro de
Jesús el Mesías a los gentiles, ministrando como sacerdote el evangelio de Dios,
para que la ofrenda de los gentiles llegue a ser agradable, santificada por el
Espíritu Santo. 17 Tengo motivo pues para gloriarme en Jesús el Mesías en las cosas
que se refieren a Dios. 18 Pero no osaré hablar sino lo que el Mesías ha obrado por
medio de mí para traer a obediencia a los gentiles, por palabra y por obra, 19 con poder
de señales milagrosas y prodigios, por el poder del Espíritu, con el propósito de

102
proclamar plenamente el evangelio del Mesías, desde Jerusalén y sus alrededores,
hasta Ilírico; 20 y así esforzándome de esta manera a predicar las buenas nuevas, no
donde el Mesías fuera ya conocido, para no edificar sobre fundamento ajeno; 21 sino,
como está escrito: “Aquellos a quienes no fue anunciado acerca de Él, verán, y los que
no habían oído, entenderán”. 22 Por lo cual también fui estorbado muchas veces de ir a
vosotros.

Visita a Roma y España


23 Pero ahora, no teniendo ya lugar en estas regiones, y teniendo desde hace muchos
años ferviente anhelo de ir a vosotros, 24 espero visitaros cuando viaje a España,
porque espero veros al pasar, y ser encaminado allá por vosotros, cuando primero
haya disfrutado un poco con vosotros. 25 Pero ahora voy a Jerusalén a ministrar a los
santos. 26 Porque Macedonia y Acaya decidieron proveer alguna contribución para los
pobres de los santos que están en Jerusalén; 27 pues les pareció bien, y están en
deuda con ellos; porque si los gentiles han participado de los bienes espirituales de
ellos, también deben servirlos con los materiales. 28 Así que, cuando haya cumplido
esto y les haya entregado con seguridad este fruto, estaré entre vosotros rumbo a
España. 29 Y sé que cuando vaya a vosotros, llegaré con abundancia de la bendición
del Mesías. 30 Os ruego por nuestro Señor Jesús el Mesías y por el amor del
Espíritu, que me ayudéis en las oraciones por mí ante Dios, 31 para que sea librado
de los que son desobedientes en Judea, y que mi servicio en Jerusalén sea
aceptable para los santos; 32 a fin de que llegue a vosotros con gozo, por la voluntad
de Dios, y tenga un tiempo de descanso con vosotros. 33 El Dios de paz sea con todos
vosotros. Amén.

Romanos 16:17-20, 25-27


Últimas instrucciones
17 Os ruego, hermanos, que pongáis atención a los que causan disensiones y
tropiezos contra la doctrina que vosotros aprendisteis, y apartaos de ellos. 18 Porque
los tales no sirven al Mesías nuestro Señor, sino a su propio vientre, y con palabras
suaves y lisonjas seducen los corazones de los ingenuos. 19 Porque vuestra
obediencia ha venido a ser notoria a todos, así que me gozo a causa de vosotros; pero
quiero que seáis sabios para lo bueno, e ingenuos para lo malo. 20 Y el Dios de
paz aplastará en breve a Satanás debajo de vuestros pies. La gracia de nuestro Señor
Jesús sea con vosotros.

Doxología
25 Y al que puede fortaleceros según mi evangelio y la proclamación de Jesús el
Mesías, según la revelación del misterio que fue guardado en silencio desde tiempos
eternos, 26 pero que ahora ha sido manifestado, y por medio de las Escrituras

103
Proféticas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las
gentes (naciones) para que obedezcan a la fe, 27 a Dios, el único sabio, sea la gloria
por medio de Jesús el Mesías, para siempre jamás. Amén.

Al analizar estas dos cartas de Shaúl/Pablo (Gálatas y Romanos) se pueden


identificar tres cosas referentes al mensaje comunicado a los gentiles étnicos
creyentes en Yeshua/Jesús:

(1) que ellos debían vivir según la guía y la mentalidad de libertad provista por el
Espíritu Santo, (2) que la santificación en la vida del creyente gentil étnico es lograda
exclusivamente por el obrar interno del Espíritu Santo que mora en cada creyente, y (3)
que para que el creyente gentil étnico reciba la promesa de justicia en el día final, éste
debía esperarla únicamente por la fe, mediante el Espíritu Santo.

Conclusión:
Después de haber comparado los puntos de vista de la iglesia de Jerusalén (judía
hebraísta) y de la iglesia de Antioquía de Siria (judía helenista) en cuanto a la
aplicación de la Nueva Ley del Mesías Yeshua, para el cristianismo (mesianismo)
gentil, se puede ver una gran diferencia en cuanto al énfasis de cada enfoque de
enseñanza. Sin embargo, una cosa en común que ambos enfoques tenían, es que
ambos estaban opuestos al libertinaje. ¡La gracia de Dios no es una licencia para
pecar, sino para creer/confiar en Yeshua, y para amar a los demás! En esto, todos
los emisarios/apóstoles estuvieron de acuerdo durante toda la vida de la Iglesia
Primitiva durante el primer siglo de nuestra Era Presente.

Beahavat Yeshua/En el amor de Jesús.

104
Cuestionario 7
Responda las siguientes diez preguntas:
1. Los griegos (helenos) étnicos creyentes en Yeshua/Jesús durante el primer siglo de
nuestra Era Presente eran conocidos y mencionados en el ámbito de la Escritura
bíblica, de tres maneras. Menciónelas. Consulte la página 87.
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2. Describa brevemente quiénes eran los judíos helenistas. Consulte la página 87.
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3. Describa qué es la Didajé. Consulte la página 88.


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4. Mencione los años entre los cuales se cree que la Didajé pudo haber sido escrita.
Consulte el final de la nota de pie de página # 71, en la página 88.
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5. ¿De cuántas partes está formado el manual conocido como la Didajé? Menciónelas
brevemente. Consulte la nota de pie de página # 71, en la página 88.
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6. ¿Qué enseña la Didajé a los gentiles étnicos creyentes en Yeshua/Jesús, acerca


del yugo del Señor? Consulte la página 91.
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7. ¿Qué enseña la Didajé a los gentiles étnicos creyentes en Yeshua/Jesús, acerca de


la carne sacrificada a los ídolos? Consulte la página 92.
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8. Al analizar este documento histórico llamado la Didaché se pueden identificar tres
cosas referentes al mensaje comunicado a los gentiles étnicos creyentes en
Yeshua/Jesús. Menciónelas brevemente. Consulte la página 97.

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9. Describa brevemente lo que el emisario Shaúl/apóstol Pablo escribió a los gentiles
étnicos creyentes en Yeshua/Jesús en Gálatas 5:1, 5, 6, 13, 14, 18 y 6:2, 15, 16.
Consulte las páginas 97-99.

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10. Al analizar estas dos cartas de Shaúl/Pablo (Gálatas y Romanos) se pueden


identificar tres cosas referentes al mensaje comunicado a los gentiles étnicos
creyentes en Yeshua/Jesús. Menciónelas brevemente. Consulte la página 104.

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CONCLUSIÓN
Hemos llegado al final de las lecciones de esta guía–manual, por lo que ahora
corresponde hacer una recapitulación de lo que se cubrió durante las siete lecciones de
estudio. Se tratará de mencionar cómo cada lección fue construyendo sobre cada
lección anterior hasta llegar al entendimiento desarrollado y adquirido hasta aquí.
El objetivo de la primera lección fue establecer que hay dos maneras de poder
entender la meta/propósito final de la Antigua Toráh dada al pueblo de Israel
étnico. Un de ellas es a través del judaísmo rabínico tradicional que interpreta la
Antigua Toráh como un libro de ley que fue dado para que los judíos étnicos
cumplan/obedezcan los mandamientos de la Antigua Ley. Otra manera de interpretar la
Antigua Toráh es como una narrativa histórica, en donde tanto la introducción como la
conclusión de la misma, dan a entender que la meta final de la Antigua Toráh era (y
sigue siendo) llevar al pueblo de Israel étnico a través de la Antigua Ley que sería
transgredida por el pueblo mismo, hacia un más allá, hasta la persona y obra del
Mesías Yeshua. Esta segunda interpretación es la que se apoyó a lo largo de todo este
libro.
El objetivo de la segunda lección fue establecer que, a través de las seis principales
secciones narrativas que incluye la Antigua Toráh, se puede ver que Moshé/Moisés ya
había profetizado que el pueblo de Israel quebrantaría el pacto sinaítico, y que la
entrega de la Antigua Ley lo único que produciría sería la ira de Dios sobre el
pueblo de Israel, debido a su falta de fe y su desobediencia. Después de la entrega
de la Antigua Ley, esa ira divina lo que le trajo a la desobediente Israel fue la muerte.
Así, el pueblo de Israel sólo podría fincar su esperanza en la profecía también dicha por
Moshé/Moisés, de que un Rey-Mesías, Yeshua/Jesús, vendría por primera vez en los
últimos días para llevar a cabo su redención. Y Yeshua ya vino por primera vez…y lo
hizo.

El objetivo de la tercera lección fue ver que la Antigua Ley es santa, justa y buena
(Rom. 7:12). La Antigua Ley, como parte de la narrativa de la Antigua Toráh como
un todo, continúa funcionando como Escritura inspirada que nos enseña,
informa e instruye (2 Tim. 3:16, 17). Estoy consciente de que probablemente hay
muchas respuestas a la pregunta… “Y entonces, ¿para qué fue dada la Antigua Ley?”,
pero espero que las aclaraciones provistas en este libro sean suficientes para mostrar
que, sólo porque aquí se defiende que Yeshua (y no la Antigua Ley) es la meta de la
Antigua Toráh, no con ello se está tirando la Antigua Ley por la ventana como algo
que ya no tiene función alguna o como algo inservible. En vez de eso, se la pone en el
lugar que Dios tuvo la intención de darle desde un principio: como un custodio, como
una sombra, como teología, como amor, como sabiduría, y como un testigo acusador
contra nosotros, de que todos hemos caído en pecado y siempre nos quedaremos
cortos, por nosotros mismos, al tratar de alcanzar la gloria de Dios.

107
El objetivo de la cuarta lección fue ver que todo lo anterior nos lleva a concluir que
Yeshua proclamó un mensaje espiritual sobre el Reino de Dios, con el cual
concordaba Su nueva Ley espiritual, la ley regia, la ley real, la ley del reino
espiritual, la cual es una nueva ley inclusiva de los gentiles étnicos creyentes en
Yeshua procedentes de todas las naciones. Este reino espiritual, o la Era Mesiánica
Presente a la cual hemos sido introducidos, fue inaugurada por la ascensión y
entronización de Yeshua/Jesús a la diestra del Padre (Hechos 2:29-36).

El objetivo de la quinta lección fue ver que verdaderamente sí hubo una


contradicción entre los mensajes predicados por los emisarios/apóstoles
Shaúl/Pablo y Yáacov/Jacobo sobre la doctrina de la justificación por la fe, pero
SÓLO ANTES DEL CONCILIO DE JERUSALÉN. Después del Concilio, ambos
predicaron un sólo mensaje unificado sobre la salvación por la gracia de Dios y la
justificación sólo por la fe, tanto para judíos étnicos como para gentiles étnicos por
igual. Sin embargo, siempre permaneció en la Iglesia Primitiva una falta de
uniformidad en cuanto al estilo de vida que debía practicar un creyente en
Yeshua. Los judíos hebraístas (Jacobo y los ancianos de la iglesia de Jerusalén)
siempre defendieron la continuidad de la Antigua Ley Sinaítica sólo para los
judíos étnicos, mientras que los judíos helenistas (Pablo, Bernabé y la iglesia de
Antioquía de Siria) siempre defendieron la discontinuidad de la Antigua Ley
Sinaítica tanto para judíos étnicos como para gentiles étnicos por igual. En
contraste con la posible transitoriedad de los mandamientos noájidas decretados por el
Concilio de Jerusalén y con la segura caducidad de la Antigua Ley Sinaítica Escrita
(Hebreos 8:13), Shaúl/Pablo se enfocó en predicar tanto a judíos como a gentiles por
igual, la práctica y observancia permanente de la Nueva Ley de Yeshua (Gálatas 6:2; 1
Corintios 9:19-23).

El objetivo de la sexta lección fue que llegásemos al siguiente desafío: Llenémonos


completamente de Yeshua, no de leyes y tradiciones rabínicas. ¿Por qué? Hay dos
razones. Primera, porque Moisés escribió la Antigua Toráh para llevarnos hacia
Yeshua y al Nuevo Pacto. “Moisés fue fiel como siervo en toda la casa de Dios para dar
testimonio de lo que se había de decir después” (Heb. 3:5 RVA 2015). Segunda,
porque el cambio que perdura viene sólo a través de Yeshua. La Nueva Ley de
Yeshua (la ley del Espíritu de vida) trata no solo con lo externo. Ella penetra
profundamente en nuestros corazones y hace que cambiemos desde nuestro interior,
exclusivamente por el obrar del Espíritu Santo. Yeshua nos llama y nos capacita
mediante Su Espíritu Santo para controlar nuestro enojo, detener la lujuria y amar a
nuestros enemigos. Permítame decirle, cuando seguimos tradiciones o nos
concentramos en lo que debemos y no demos hacer (en cómo hacer las cosas
externas), sólo nos volvemos amargados en contra de aquellos que están a nuestro
alrededor y nos volvemos venenosos hacia aquellos que no están de acuerdo con
nosotros. La meta de Yeshua es tratar con nuestro interior muy profundamente en
nuestros corazones, enseñándonos a amar a Dios y, por tanto, a amar a toda Su

108
creación, en todo lugar, en todo tiempo. Esta lección cerró con las palabras del
emisario Shaúl de Tarso: "No deban a nadie nada, salvo el amarse unos a otros,
porque el que ama al prójimo ha cumplido la (Antigua) Ley” (Rom. 13:8 RVA 2015).

El objetivo de la séptima lección fue que, después de comparar los puntos de vista
de la iglesia de Jerusalén (judía hebraísta) y de la iglesia de Antioquía de Siria
(judía helenista) en cuanto a la aplicación de la Nueva Ley del Mesías Yeshua,
para el cristianismo (mesianismo) gentil, se puede ver una gran diferencia en
cuanto al énfasis de cada enfoque de enseñanza. Sin embargo, una cosa en común
que ambos enfoques tenían, es que ambos estaban opuestos al libertinaje. ¡La gracia
de Dios no es una licencia para pecar, sino para creer/confiar en Yeshua, y para
amar a los demás! En esto, todos los emisarios/apóstoles estuvieron de acuerdo
durante toda la vida de la Iglesia Primitiva durante el primer siglo de nuestra Era
Presente.

Como dije en la introducción a ésta guía manual, estas 7 lecciones sobre La Nueva
Toráh: El Camino de Yeshua han tenido como propósito ser una amplificación y
profundización de los asuntos tratados en mi primer libro: Una Introducción a la Toráh
del Mesías. Si éstas lecciones han despertado su interés en conocer más acerca del
tema, y aún más importante, si han despertado su interés en conocer de una manera
más íntima y personal al Dador de la Ley del Mesías, a Yeshua (Jesús), han cumplido
su propósito.

Mi único deseo es que siga creciendo en la gracia y el conocimiento de Nuestro Mesías


Yeshua. ¡A Él sea la gloria ahora y siempre! Amén.

Beahavat Yeshua HaMashiaj/En el amor de Jesucristo.

109
EPÍLOGO
Cuando inicié la Introducción a ésta guía-manual mencioné que el estudio se dividiría
en dos secciones, las cuales consistirían de:
La primera sección que se enfocaría en presentar el propósito, un bosquejo
estructural básico y las funciones de la Antigua Toráh Mosaica según los datos bíblicos,
la cual sección constaría de tres lecciones en donde se buscaría presentar el
vocabulario, el trasfondo bíblico relacionado con las secciones estructurales básicas del
Antiguo Pentateuco Mosaico, y las diferentes funciones de la Antigua Toráh Mosaica,
con miras a cómo entenderla y aplicarla el día de hoy como Escritura inspirada
divinamente (2 Tim. 3:16, 17).
La segunda sección trataría de presentar la Redefinición de la Nueva Toráh, la cual
redefinición ya estaba anticipada en las Escrituras Hebreas (TaNaK). Esta sección
constaría de cuatro lecciones donde se buscaría presentar cuáles eran: las
expectativas del pueblo de Israel referentes tanto a la Era Mesiánica como a la Nueva
Toráh Mesiánica que estaban ya profetizadas, los diferentes puntos de vista existentes
sobre la Nueva Toráh en los días de los Emisarios (Apóstoles) de Yeshua (Jesús) y los
diferentes Caminos que surgieron, durante el primer siglo de nuestra Era Presente,
como redefiniciones e interpretaciones de esa Nueva Toráh.
También, en la Nota Introductoria a la segunda sección se mencionó que, después de
la venida del Espíritu Santo en el Día de Pentecostés (Hechos 2:1-21), los
emisarios/apóstoles recibieron del cielo una interpretación espiritual referente a la
investidura de Yeshua/Jesús y al Reino de Dios, en la cual, a partir del momento en
que Yeshua había ascendido al cielo y se había sentado a la diestra del Padre, había
sido entronizado como Señor y Rey/Mesías, de manera que el Reino de Dios o Era
Mesiánica ya había sido inaugurada espiritualmente en las vidas de todos aquellos que
lo recibían como tal (Col. 1:13; Romanos 14:17; 1 Cor. 4:20), y había sido inaugurada
espiritualmente en Jerusalén/Sión (Isaías 2:1-3 y Miqueas 4:1-2 comparados con
Hechos 15:1-35; 16:4-5). En pocas palabras, Dios desde el tiempo de los patriarcas
tuvo la intención de cumplir Su promesa/pacto hecha a Abraham, Isaac y Jacob, a
través del Mesías Yeshua, y tal promesa la cumplió a partir de la primera venida del
Mesías. Como lo confirmó el emisario Shaúl/apóstol Pablo:
“De la descendencia de David, conforme a la promesa, Dios trajo para Israel (étnico)
un Salvador, Jesús (Yeshua)” (Hechos 13:23 RVA 2015). Y Pablo lo confirmó otra vez:
“Porque os digo que el Mesías llegó a ser ministro de la circuncisión (el pueblo judío
étnico) a favor de la verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas a los padres
(Abraham, Isaac y Jacob), y para que los gentiles glorifiquen a Dios por su
misericordia, como está escrito: “Por tanto, yo te confesaré entre los gentiles, y
cantaré a tu nombre”. Y otra vez dice: “Alegraos, gentiles, con su pueblo”. Y otra vez:
“Alabad al Señor, todos los gentiles, y exaltadlo pueblos todos”. Y otra vez, Isaías dice:

110
“Vendrá la raíz de Isaí: El que se levantará a regir a los gentiles, y los gentiles pondrán
en Él su esperanza”” (Romanos 15:8-12 Biblia Textual)
Éste cumplimiento espiritual de la promesa al pueblo de Israel étnico a través de la
primera venida del Mesías Yeshua, también lo confirmó el emisario Cefas/apóstol
Pedro, cuando dijo:
“—Arrepentíos y bautizaos cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para
perdón de vuestros pecados —les contestó Pedro—, y recibiréis el don del Espíritu
Santo. En efecto, la promesa es para vosotros (pueblo de Israel étnico), para vuestros
hijos y para todos los extranjeros, es decir, para todos aquellos a quienes el Señor
nuestro Dios quiera llamar. Y con muchas otras razones les exhortaba insistentemente:
—¡Salvaos de esta generación perversa!” (Hechos 2:38-40 NVI Edición Castellana)

Yo sé que para muchos será difícil aceptar que la promesa fue cumplida
espiritualmente al tiempo de la primera venida del Mesías Yeshua, pero el Rav
Shaúl/apóstol Pablo mismo se lo ratificó a ciertos judíos étnicos (Hechos 13:16) en el
primer siglo de nuestra Era Presente, cuando él dijo:

“»Hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre ustedes temen a Dios
(justos entre las naciones/hijos de Noé): A nosotros nos ha sido enviado el mensaje
de esta salvación. Porque los habitantes de Jerusalén y sus gobernantes, por no
reconocer a Jesús (Yeshua) ni hacer caso a las palabras de los profetas que se leen
todos los sábados, las cumplieron al condenarlo. Sin hallar en él ninguna causa digna
de muerte, pidieron a Pilato que lo matara. Y como habían cumplido todas las cosas
escritas acerca de él, lo bajaron del madero y lo pusieron en el sepulcro. Pero Dios le
levantó de entre los muertos. Y él apareció por muchos días a los que habían subido
con él de Galilea a Jerusalén, los cuales ahora son sus testigos ante el
pueblo. »Nosotros también les anunciamos las buenas nuevas de que la promesa que
fue hecha a los padres (patriarcas), esta la ha cumplido Dios para nosotros sus
hijos, cuando resucitó a Jesús; como también está escrito en el Salmo segundo: Mi
hijo eres tú; yo te he engendrado hoy. »Y acerca de que le levantó de los muertos para
no volver más a la corrupción, ha dicho así: Les daré las santas y fieles bendiciones
prometidas a David. Por eso dice también en otro lugar: No permitirás que tu Santo vea
corrupción. Porque, después de haber servido en su propia generación a la voluntad de
Dios, David murió, fue reunido con sus padres y vio corrupción. En cambio, Aquel a
quien Dios levantó no vio corrupción” (Hechos 13:26-37 RVA 2015)

Así, esta promesa/pacto fue cumplida espiritualmente para con el pueblo de Israel
étnico y no fue pospuesta hasta la segunda venida del Mesías Yeshua, como muchos
podrían pensar.

Esta promesa cumplida espiritualmente incluyó tres cosas principales:

111
(1) La ascensión al cielo y entronización de Yeshua/Jesús a la diestra del Padre
como cumplimiento de la promesa hecha por Dios al rey David (2 Samuel 7:12, 13;
Hechos 2:22-36)
(2) El derramamiento del Espíritu Santo como cumplimiento de la promesa hecha por
Dios al pueblo de Israel étnico (Joel 2:28-32; Hechos 2:5-21)
(3) El llamamiento de los gentiles étnicos (es decir, todos los que están lejos)
como cumplimiento de la promesa hecha a Abraham (Génesis 12:3; Isaías 14:1;
Hechos 2:37-41, énfasis en el verso 39)

Dios, a través del emisario Shaúl/apóstol Pablo, nos ha revelado que Él ha creado una
nueva humanidad, un nuevo hombre, un nuevo pueblo/cuerpo, en donde ya no
importa la cultura étnica de los participantes. De los dos pueblos (judíos étnicos y
gentiles étnicos) antes marcadamente apartados/separados/diferenciados por la
Antigua Ley del pacto sinaítico, Dios ha formado un solo pueblo espiritual donde
TODOS deben vivir espiritualmente, según la guía del nuevo ayo/custodio: El
Espíritu Santo/Rúaj Ha Kodesh. Dijo Rav Shaúl/Saulo de Tarso:

“Por tanto, acordaos de que anteriormente vosotros, los gentiles en la carne (los
llamados incircuncisión por la llamada circuncisión [los judíos étnicos], hecha por
manos en la carne), en aquel tiempo estabais sin el Mesías, apartados de la ciudadanía
de Israel, y extraños a los pactos de la promesa93, no teniendo esperanza, y sin Dios
en el mundo. Pero ahora en Jesús (Yeshua) el Mesías, vosotros, que en un tiempo
estabais lejos, fuisteis hechos cercanos por la sangre del Mesías. Porque Él es
nuestra paz, que de ambos (judíos y gentiles) hizo uno, y derribó la pared intermedia
de separación, es decir, la enemistad; aboliendo en su carne la ley de los
mandamientos dados en reglamentos, para crear en sí mismo, de los dos, un solo
nuevo hombre, haciendo la paz; y reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo
por medio de la cruz, matando en ella la enemistad. Y vino y anunció las buenas
nuevas de paz a vosotros que estabais lejos (los gentiles), y paz a los que estaban
cerca (los judíos); pues por medio de Él, los unos y los otros tenemos derecho a entrar
por un mismo Espíritu al Padre. Así pues (vosotros) ya no sois extranjeros ni
forasteros, sino que sois conciudadanos con los santos y miembros de la familia de
Dios, habiendo sido edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo
la piedra angular el mismo Jesús (Yeshua), el Mesías, en quien, bien trabado todo
edificio, crece hasta llegar a ser un templo santo en el Señor; en el cual también
vosotros sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu” (Efesios
2:11-22 BTX)

De ahí que podemos decir que Dios no tiene dos pueblos o iglesias (uno judío y otro
gentil), sino solo uno: el Israel de Dios, el Israel espiritual. Por espiritual quiero
decir: nacido de nuevo, engendrado por el Espíritu Santo, verdaderamente
creyente en el Mesías Yeshua/Jesús y que es parte de la nueva creación (Gálatas
6:15-16). Es un gravísimo error pensar que el nuevo Israel, es un nuevo Israel étnico, o

93
La promesa hecha a: Eva (Gén. 3:15); Noé (Gén. 9:12-16); Abraham (Gén. 12:3); David (2 Sam. 7:12,
13)

112
sea, gentil. Eso se conoce popularmente como la Teología del Reemplazo o
Sustitución, la cual teología es anti-bíblica.
De ahí que podemos concluir que es incorrectísimo pensar que bajo el nuevo pacto en
Yeshua, o todos tienen que volverse judíos (ebionismo), o todos tienen que volverse
gentiles (marcionismo). ¡¡¡No, No, y mil veces NO!!! ¡¡¡Bajo el nuevo pacto en Yeshua,
hoy todos (judíos y gentiles por igual) debemos volvernos NUEVAS CRIATURAS
mediante el poder del Espíritu Santo!!! (2 Corintios 5:17).

Es por eso que he dicho, que hoy bajo el nuevo pacto en Yeshua, si somos parte de
una nueva creación y somos nuevas criaturas, entonces debemos vivir bajo una
NUEVA Toráh, una NUEVA Ley, la NUEVA Ley del Mesías Yeshua (1 Juan 3:23).
Muchas personas quizás no logran ver la correspondencia en cuanto a qué significan
estos dos mandamientos de la NUEVA Ley del Mesías, pero aquí lo especifico:

1. Amar al Señor tu Dios (Mateo 22:37) ------→ Creer en Yeshua/Jesús (Juan 14:1)
2. Amar a tu prójimo (Mateo 22:39)-------------→ Amarnos unos a otros (Juan 15:12)

Yo sé que para muchos que piensan hoy que deben vivir bajo la Antigua Ley del pacto
sinaítico, esto es algo muy difícil de creer y aceptar, pero los animo a escuchar la
exhortación del propio emisario Shaúl/Saulo de Tarso, que dijo:
“»Por lo tanto, hermanos, sea conocido de ustedes que por medio de Él
(Yeshua/Jesús) se les anuncia el perdón de pecados. Y de todo lo que por la Ley de
Moisés no pudieron ser justificados, en Él es justificado todo aquel que cree. Miren,
pues, que no sobrevenga lo que está dicho en los Profetas: Miren, burladores,
asómbrense y perezcan. Porque yo hago una gran obra en sus días: una obra
que jamás la creerán, aunque alguien se las cuente” (Hechos 13:38-41 RVA 2015)
Ésta NUEVA Toráh: El Camino de Yeshua, es una Nueva Ley que pertenece a la
eternidad futura pero que fue revelada en el siglo primero de nuestra Era Presente y ha
estado vigente hasta nuestros días, para nuestro beneficio. Ya que es la verdadera Ley
del Dios Eterno, Satanás sabe que no puede abolirla o destruirla. De ahí que lo que
decidió Satanás hacer es, enfocarse, no en la Nueva Ley en sí misma, sino en el nuevo
pueblo de Dios, que debe vivir según esta Nueva Ley.

Por eso, apenas llegado el inicio del segundo siglo, y apenas murió la generación
original de Apóstoles y Profetas de la Iglesia Primitiva, la Iglesia empezó a recibir los
ataques del enemigo el cual sólo tenía un solo cometido. Ya que él sabía que tampoco
podría destruir a la Iglesia del Mesías (Mateo 16:18), la Congregación de Adonai,
¡entonces se dedicó a CONFUNDIRLA! Dijo él: ¡La volveré otra BABILONIA! ¡Quedará
tan confundida… que ¡ya no sabrá cuál es esa NUEVA Ley del Mesías!
Y lo que siguió es historia…para otro libro.
Beahavat Yeshua HaMashiaj/En el amor de Jesucristo.

113
114
ANEXO I
PREGUNTAS Y RESPUESTAS
En esta sección profundizaremos un poco más sobre el tema de la lección 4 de este
libro (La Era Mesiánica Presente y La Nueva Ley). Ya que Abraham, nuestro “padre
en la fe”, fue justificado (declarado justo) por Dios cuando todavía era un gentil
(no judío), Abraham es el modelo, no sólo de cómo los gentiles serían
justificados, sino también de cómo deberían vivir ante Dios, al igual que Abraham
vivió ante Dios después de ser justificado, sin estar circuncidado en la carne. Lo
haremos contestando brevemente las dos siguientes preguntas 94: (1) ¿Guardó
Abraham, el gentil, el sábado semanal? Y (2) ¿Están vigentes las reglas alimenticias de
la Antigua Ley (Éxo. 12-Deut. 34), para los gentiles el día de hoy? Aquí comparto las
siguientes respuestas:
Pregunta: ¿Guardó Abraham, el gentil, el sábado semanal?
Respuesta: La palabra (el sustantivo) “sábado” no ocurre en el libro de Génesis.
Aunque Génesis fue escrito por un guardador del sábado semanal (Moisés), no dice
nada acerca del sábado semanal para Adán, Noé, o algún otro patriarca. El sábado
semanal fue una señal del pacto entre Dios y el pueblo de Israel (Éxo. 31), pero a
Abraham le fue dada una señal diferente (la circuncisión en la carne). Si el sábado
semanal identificaba al pueblo de Israel distintivamente como posesión de Dios, ¿no
podía también el sábado semanal identificar a Abraham distintivamente como posesión
de Dios? Sin embargo, Génesis no dice nada acerca del sábado semanal para
Abraham…. El escritor de Génesis podría haber fácilmente puesto al sábado semanal
en algún lugar del libro, pero creo que es una marca de exactitud histórica el que no lo
haya hecho, porque el sábado semanal todavía no era un mandamiento.
¿Qué podemos aprender del silencio? Que el autor no estaba preocupado acerca de si
Abraham guardó el sábado semanal. De hecho, los intérpretes judíos creían que
Abraham no guardó el sábado semanal. Abraham guardó la ordenanza de Dios: Sus
mandamientos, estatutos y leyes (Génesis 26:5), pero no podemos asumir (en base a
lo que se le dijo después al pueblo de Israel que obedeciera), que Abraham sacrificó a
todos los primogénitos machos de sus animales, o que guardó la Pascua y otras fiestas
anuales, o que apartaba cada séptimo día de la semana como algo diferente (especial,
sagrado). El verso nos dice que Abraham fue obediente, pero simplemente no nos dice
explícitamente cuáles mandamientos, estatutos y leyes estaban vigentes en su
tiempo.

94
Lo contenido en esta sección llamada ANEXO, se lo debo prácticamente a la versión en inglés escrita
por el Dr. Michael Morrison. Al presente, el Dr. Morrison es Decano de la Facultad e Instructor en Nuevo
Testamento del Seminario Comunión de Gracia. Es autor del libro Sabbath, Circumcision and Tithing
(Sábado, Circuncisión y Diezmo), de donde he traducido, resumido y adaptado al español (de sus págs.
97-98, 210-212) las respuestas a las dos primeras preguntas aquí incluidas. Si usted puede leer inglés,
puede consultar más de sus escritos en https://www.gci.org/bio/morrison

115
Sin embargo, el Talmud judío nos dice: “A los hijos de Noé…se les dieron solamente
siete mandamientos, no estando entre ellos la observancia del sábado” (Midrash
Rabbah del Deuteronomio 1:21, Edición Socino, pág. 23).

Los siete mandamientos del tiempo de Noé/Nóaj están enlistados en el Midrash


Rabbah del Génesis 16:6, Edición Socino, pág. 131; Sanhedrín 56 a,b; y Midrash
Rabbah del Cantar de los Cantares 1:2(5), Edición Socino, págs. 26-27. Según los
rabinos judíos, los gentiles podrían ser justificados si observaban estos mandamientos
noájidas, que no incluían el sábado semanal ni tampoco las restricciones acerca de las
carnes inmundas. El rabino Judá dijo que: “hubo un tiempo para los hijos de Jacob
cuando los animales inmundos eran todavía permitidos para su alimentación”
(Hullin 7:6). Claramente, estos rabinos judíos no creían que Abraham tuvo que
observar el sábado semanal ni tampoco las restricciones alimenticias, mandamientos
que fueron dados más tarde a través de Moisés/Moshé.

Los rabinos judíos no pensaban que el sábado semanal había sido dado a los gentiles.
Veamos: “¿Por qué dice, ‘El Señor te ha dado’ en Éxodo 16:29?” Respuesta: “A ti
(pueblo de Israel) te lo ha dado (el sábado semanal), pero no a los gentiles. Es en
virtud de esto que los sabios dijeron (en Sanhedrín 56b) que, si alguno de los gentiles
observaba el sábado semanal, no recibiría ninguna recompensa (sino que sería
considerado como transgresor)” Midrash Rabbah del Éxodo 25:11, Edición Socino,
pág. 314.
“Un no judío (gentil) que observa el sábado mientras no está circuncidado (en la
carne) incurre en culpabilidad para la pena de muerte. ¿Por qué? Porque a los no
judíos (gentiles) no se les mandó guardarlo…el sábado semanal es una reunión
entre el pueblo de Israel y Dios, como está dicho, ‘es una señal entre Yo y los
hijos de Israel’ (Éxodo 31:17); por tanto, cualquier no judío (gentil) mientras no
esté circuncidado (en la carne), se entremete entre el pueblo de Israel y Dios,
incurriendo en la pena de muerte…a los gentiles no se les ha mandado observar
el sábado semanal” (Midrash Rabbah del Deuteronomio 1:21, Edición Socino, págs.
23-24.
Evidencia adicional acerca de la antigüedad de este entendimiento judío viene del
segundo siglo A. C., del Libro de los Jubileos: “El Creador, por todos bendito, no
santificó a ningún otro pueblo o nación para guardar el sábado semanal de ahí en
adelante, sino solamente a Israel. A Israel solamente se le concedió el que pudiera
comer, beber, y guardar el sábado semanal sobre la tierra” (Jubileos 2:31, James
Charlesworth, editor, Los Pseudoepígrafos del Antiguo Testamento. New York:
Doubleday, 1985. Vol 2, pág. 58).
Las fuentes históricas muestran el entendimiento tradicional de los rabinos judíos: El
sábado semanal no fue mandado en la creación y no fue mandado a los gentiles. Sólo
aplicaba a los israelitas cuando les fue ordenado después del éxodo de Egipto (Éxo.
16). Esto es importante para nuestro entendimiento del Génesis, y también ayuda a
explicar la manera en la cual la Iglesia del Nuevo Pacto abordó el asunto.

116
Pregunta: ¿Están vigentes las reglas alimenticias de la Antigua Ley (Éxo. 12-
Deut. 34), para los gentiles el día de hoy?
Respuesta: Dios, bajo el Antiguo Pacto, le dijo al pueblo de Israel que hiciera una
distinción entre los alimentos limpios e inmundos debido a que Él había hecho una
distinción étnica entre los israelitas (judíos) y los gentiles. Sin embargo, bajo el Nuevo
Pacto, Dios ya no hace una distinción étnica entre israelitas (judíos) y gentiles. Él mora
en todos nosotros los que creemos en Yeshua/Jesús. Todos tenemos por igual, acceso
a Dios. Dios oye nuestras oraciones ya sea que hayamos tocado o no un cuerpo
muerto, ya sea que hayamos o no comido puerco/cerdo. Él nos pide que seamos
santos, pero santos en los asuntos de moralidad del corazón, y no en asuntos de
reglas externas que no tienen conexión con la moralidad. Así como la circuncisión
verdadera es ahora la circuncisión del corazón, así también lo es ahora la distinción
entre lo limpio y lo inmundo, que ya no es en referencia a los alimentos, sino a la
moralidad del corazón (Hebreos 10:22 y Jacobo 4:8).
Los rabinos judíos tradicionalmente consideraban las reglas alimenticias como algo no
requerido para los gentiles. Los gentiles necesitaban observar estas restricciones
alimenticias sólo si ellos se convertían en prosélitos judíos completos, y venían a estar
bajo el Antiguo Pacto hecho en el Monte Sinaí. Los gentiles, según enseñaban los
rabinos judíos, podrían ser salvos si observaban los mandamientos que pertenecían al
tiempo de Noé/Nóaj, y el evitar las carnes inmundas (según la ley mosaica) no era
parte de esos mandamientos noájidas. De esta manera, los rabinos judíos reconocían
que el Génesis no prohibía el comer carnes inmundas, y que esto era un asunto
ceremonial y no un asunto moral.
La Enciclopedia Judía define los 7 mandamientos noájidas como “mandamientos que
eran considerados por los rabinos como obligatorios para toda la humanidad en general
aun antes de la revelación dada en el Sinaí, y que todavía continúan siendo obligatorios
para los no judíos (gentiles)… los rabinos declararon que los siguientes seis
mandamientos fueron ordenados a Adán: (1) no adorar ídolos; (2) no blasfemar el
nombre de Dios; (3) establecer cortes de justicia; (4) no asesinar; (5) no cometer
adulterio; y (6) no robar… un séptimo mandamiento fue añadido después del diluvio: no
comer carne que haya sido cortada de un animal aun estando vivo… todo aquel que
observaba los siete mandamientos noájidas era considerado un extranjero
domiciliado/residente (temeroso de Dios)… como uno de los piadosos de entre los
gentiles, y tenía asegurada una porción en el mundo venidero” (Leyes Noájidas, Vol. 7,
págs. 648-649). Referencias talmúdicas se encuentran en Aboda Zara 64b y Sanhedrín
56ab; ver también Oráculos Sibilinos 4:24-34.
Hoy los creyentes en Yeshua/Jesús tienen una relación con Dios basada en el pacto de
la fe y la promesa hecha a Abraham (Gálatas 3:6-9). La fe nos lleva a adorar y
obedecer a nuestro Señor y Salvador, pero los mandamientos de la Ley Sinaítica ya no
son requeridos. La Ley que fue añadida en el Monte Sinaí ni hace nulo ni tampoco
añade algo al Pacto Abrahámico (Gálatas 3:15-17). La circuncisión en la carne es un

117
ejemplo de esto: Fue añadida después que la promesa fue hecha a Abraham y hoy no
es algo requerido para los creyentes en Yeshua/Jesús. La circuncisión en la carne
puede o no traer beneficios de salud, pero estos beneficios son incidentales y no son
una base para requerimientos espirituales.
Aunque la distinción entre animales limpios e inmundos existió antes de Abraham con
el propósito de seleccionar animales limpios para los sacrificios, la carne de los
animales inmundos no fue un alimento prohibido sino hasta después que se hizo el
Antiguo Pacto (el del Sinaí). Bajo el Antiguo Pacto, las carnes inmundas fueron un
asunto de separación étnica y de regulación en la adoración. Sin embargo, hoy tales
reglas ya no son un asunto que defina la impureza, de igual manera que hoy ya no es
impureza tocar un cuerpo muerto, o tener una enfermedad en la piel, o dormir en la
misma cama en ciertos días del mes.
Pregunta: ¿Se Requiere Hoy el Sábado para los Creyentes en Yeshua/Jesús?
¿Puede ser obsoleto el cuarto mandamiento del decálogo sinaítico? 95
Respuesta: La Biblia dice: “Acuérdate del sábado, para consagrarlo” (Éxo. 20:8 NVI) Al
pueblo de Dios (Israel) se le dijo que reposara en el séptimo día de cada semana. Sin
embargo, la mayoría de los creyentes en Yeshua/Jesús hoy en día no observa el
séptimo día sábado, pues dice que es obsoleto. Examinaremos las preguntas
principales y daremos respuestas breves. Hay respuestas más extensas disponibles
para cada pregunta, pero esta sección dará un panorama conciso.
1. ¿Se mandó guardar el sábado desde la creación, aun antes que pecara la
humanidad?

No hay evidencia en la Biblia que Dios mandó la observancia del sábado antes de
los días de Moisés. Génesis 2 dice que Dios reposó, pero en ningún lugar dice que
a los primeros humanos se les mandó seguir Su ejemplo. Antes que los seres
humanos pecasen, ellos vivían en un tiempo bendito y santo, en el cual estaban en
un estado de paz con Dios, confiados y obedientes. Antes del pecado ellos no
tenían que trabajar en la misma manera que lo tuvieron que hacer después. Antes
del pecado ellos no tenían que separar un día para tener comunión con Dios,
porque ya la tenían continuamente. Los primeros seres humanos no necesitaban
descansar en el segundo día de su vida.

Dios bendijo el séptimo día y lo santificó, pero eso no quiere decir que Él requirió
que las personas lo reposaran con Él. Como lo muestra el año del jubileo (Levítico
25:8-12), el tiempo puede ser santo sin que se requiera un reposo. En los días de
Moisés, la semana de la creación se utilizó como un patrón para mandar el séptimo

95
La respuesta a esta pregunta pertenece a la versión en español del artículo ¿Se requiere el sábado?,
escrito por el Dr. Michael Morrison, artículo que he adaptado para este ANEXO. Lo he incluido porque
pienso que aporta buena información sobre el tema del sábado semanal.

118
día sábado, pero ese patrón no prueba que el sábado ya existía como un
mandamiento desde la creación.
Por supuesto, si Dios manda el sábado, entonces debemos guardarlo, aun si
tenemos que ajustar nuestro itinerario, sufrir financieramente y alejar a nuestras
familias. Pero si Dios no requiere el sábado, entonces sería un error poner esta
carga innecesaria sobre alguien. Cuando el efecto en nuestras vidas es tan grande,
necesitamos asegurarnos de que tenemos un claro mandamiento de Dios, no
solamente una dudosa inferencia. Génesis no manda el sábado, nunca menciona la
palabra y nunca muestra a algún ser humano observándolo.

Abraham obedeció todos los mandamientos de Dios (Génesis 26:5), pero esto no
quiere decir que él observó todas las fiestas anuales, sacrificó el primogénito de sus
animales u observó alguno de los otros mandamientos que Moisés dio. Este
versículo nos dice que Abraham obedeció todos los mandamientos que eran
aplicables a él, pero no nos dice cuáles mandamientos eran aplicables. El Talmud
judío dice que Abraham no guardó el sábado; los rabinos judíos creen que el
sábado fue dado, como lo describe la Biblia, mediante Moisés al pueblo de Israel.

2. El sábado fue declarado un tiempo santo. ¿no permanece santo para


siempre?

No necesariamente. En el sistema de adoración del antiguo Israel, muchas cosas y


lugares eran santos. Los primogénitos de los animales y los niños eran santos (Éxo.
13:1, 2), pero hoy en día ya no son santos en la misma manera. El año del jubileo
era santo, pero ya no lo es hoy. Las regulaciones de santidad le decían al pueblo de
Israel cómo adorar a Dios. Y aunque podríamos pensar que las regulaciones de
adoración, las cuales nos dicen cómo mostrarle amor a Dios, eran las más
importantes, el hecho es que muchas de las regulaciones de adoración son ahora
obsoletas. Dios no espera que nosotros le adoremos en la misma manera que los
israelitas lo hacían.

3. El sábado es uno de los diez mandamientos. ¿No deben los creyentes en


Yeshua/Jesús guardar los diez mandamientos?

Los creyentes en Yeshua/Jesús están de acuerdo en que nueve de los diez


mandamientos están vigentes todavía hoy. Los últimos seis mandamientos se
encuentran citados varias veces en el Nuevo Pacto (NT), pero es un error asumir
que el mandamiento del sábado también es un mandamiento para hoy. Estamos
preguntando si todos los diez mandamientos son requeridos todavía, así que no
podemos asumir por adelantado que todos los diez mandamientos tienen que
mantenerse juntos. Necesitamos ver lo que la Biblia dice acerca de esto.

119
La Biblia hace referencia a los diez mandamientos, como grupo, sólo en tres
lugares. Se les llama el pacto que Dios hizo con Su pueblo Israel por medio de
Moisés (Éxo. 34:28; Deut. 4:13), y este pacto está ahora obsoleto (Heb. 8:13). A los
creyentes en Yeshua/Jesús no se les requiere guardar la “Ley de Moisés” (Hechos
15). El código de la Ley de Moisés, aunque contiene algunos mandamientos
eternamente válidos, también contiene muchos mandamientos temporales que se
volvieron obsoletos cuando vino Yeshua/Jesús El Mesías en Su primera venida.
Todos los creyentes en Yeshua/Jesús están de acuerdo en que muchos de estos
mandamientos dados por Dios llegaron a ser obsoletos; la pregunta ahora es, si la
lista de los mandamientos obsoletos incluye el sábado. No podemos juzgar a la Ley
Sinaítica por otras causas, no podemos asumir que es válida, ni tampoco podemos
asumir que está obsoleta.

Para contestar nuestra pregunta, debemos ir a los escritos apostólicos del Nuevo
Pacto (NT). Aunque algunos de los mandamientos se encuentran citados en varios
lugares del Nuevo Pacto, el único lugar en el Nuevo Pacto donde los diez
mandamientos son mencionados como grupo es 2 Corintios 3. Allí, Shaúl/Pablo
habla de las tablas de piedra, cuando el rostro de Moisés estaba resplandeciendo
en gloria (vv. 3, 7). Claramente, Shaúl/Pablo está hablando de los diez
mandamientos. Note lo que él dice: Ellos son la letra que mata, un ministerio de
muerte y condenación, los cuales vinieron con gloria, pero su gloria estaba
extinguiéndose (vv. 6-11). En contraste, el nuevo Pacto es un ministerio que trae
vida, es mucho más glorioso y es un ministerio que no se extingue.

Shaúl/Pablo no elogió a los diez mandamientos como parte de la manera de vivir


del creyente en Yeshua/Jesús. Por el contrario, él señaló maneras en las cuales el
evangelio de Yeshua El Mesías es diferente a los diez mandamientos. Ellos eran
parte de un ministerio que estaba extinguiéndose. Ya que Shaúl/Pablo dice que el
ministerio de la letra estaba extinguiéndose, no debe ser sorpresa si encontramos
que uno de los diez, era un mandamiento temporal. Algo de esas tablas de piedra
estaba extinguiéndose; no podemos asumir que todos los diez mandamientos son
eternos.

4. ¿No declara Éxodo 31:16 que el sábado es un pacto perpetuo entre Dios y Su
pueblo Israel?

Sí, pero también lo era la circuncisión en la carne (Génesis 17:13) y el pan de la


presencia (Levítico 24:8). La misma palabra hebrea se usa para decir que el Día de
la Expiación es una ordenanza perpetua y que el sacerdocio levítico continuaría
perpetuamente (Levítico 16:29; Éxodo 29:9; 40:15). Obviamente, esta palabra
hebrea no significa eterno. El antiguo pacto que Dios hizo con el pueblo de Israel
ahora está obsoleto (Hebreos 8:13).

120
Dios dio a los israelitas el sábado como una señal entre Dios y los israelitas (Éxodo
31:17). El sábado hizo a los israelitas (judíos) diferentes de otras naciones, pero
Shaúl/Pablo dice que los mandamientos que separaban a los judíos, de los gentiles,
han sido abolidos por la cruz del Mesías Yeshua/Jesús (Efesios 2:11-18).

5. ¿No dijo el profeta Isaías que los gentiles serían bendecidos por guardar el
sábado?

Sí, lo dijo. Él también dijo que los gentiles ofrecerían holocaustos y sacrificios
(Isaías 56:7). Los profetas predijeron que la gente gentil observaría las lunas
nuevas (Isaías 66:23), que se discriminaría a la gente no circuncidada (Isaías 52:1,
2; Ezequiel 44:9), que se ofrecerían sacrificios en el templo (Zacarías 14:20, 21) y
que se observarían otros mandamientos que los creyentes en Yeshua/Jesús no
necesitan observar hoy. Los profetas vivían bajo el Antiguo Pacto y describían la
devoción a Dios en terminología del Antiguo Pacto. Nosotros no podemos asumir
que esas especificaciones aplican hoy o aplicarán en el futuro, a los creyentes en
Yeshua/Jesús.

6. Yeshua/Jesús guardó el sábado, ¿no debemos nosotros seguir su ejemplo?

Sí, Yeshua/Jesús guardó el sábado. Guardó todos los mandamientos de la ley


porque nació bajo la ley y la guardó perfectamente (Gálatas 4:4; Hebreos 4:15).
Sacrificó corderos para la Pascua, diezmó para los levitas, dijo a los que habían
sido limpiados que presentaran la ofrenda ordenada por Moisés (Mateo 8:4) y
observó Januká (La fiesta de la Dedicación, Juan 10:22). Él debió haber usado hilos
azules en las puntas de su manto (Números 15:38) y hecho muchas otras cosas
que los creyentes en Yeshua/Jesús no tienen que imitar hoy. Cuando consideramos
el ejemplo que Él dejó, debemos recordar el contexto histórico.

¿Qué clase de ejemplo estableció Yeshua/Jesús en el sábado? La Biblia nunca dice


que Yeshua reposó, sólo se nos habla de Su actividad. Él nunca mandó a alguien
guardar el sábado, ni elogió a alguien por hacerlo. Por el contrario, constantemente
criticó a personas que tenían reglas acerca de lo que se podía hacer y lo que no se
podía hacer en el sábado. Él siempre enseñó más libertad, nunca más restricción.
Aunque le dijo a la gente judía que fuera muy estricta acerca de algunos
mandamientos (Mateo 5:21, 28, etc.), siempre vivió libremente en cuanto al sábado.

Yeshua siempre equiparó al sábado semanal con los mandamientos ceremoniales,


no con los mandamientos morales. Ilustración: cuando Sus discípulos estaban
recogiendo granos, usó el ejemplo del pan de la presencia y el trabajo de los
sacerdotes en el templo (Mateo 12:3-6). Esos rituales eran tan importantes como el
sábado semanal. Él dijo que la circuncisión en la carne podía hacerse en el sábado
semanal (Juan 7:22), lo cual indica que la circuncisión en la carne era un

121
mandamiento más importante que el sábado semanal. El sábado semanal es un
mandamiento ritual, dice que una conducta que es perfectamente buena en un día,
está prohibida en otro, simplemente porque la tierra ha rotado sobre su eje. Pero lo
verdaderamente moral no cambia de un día de la semana a otro. Cuando los
mandamientos rituales llegaron a ser obsoletos por la muerte del Mesías Yeshua,
no debía ser una sorpresa que el rito del sábado semanal también llegase a ser
obsoleto.

Yeshua/Jesús dijo que las tareas cotidianas podían ser hechas en el sábado (Lucas
13:15). En una emergencia, incluso trabajo fuerte podía ser hecho (Lucas 14:5).
Yeshua/Jesús le dijo a un hombre que había sido sanado por Él que cargase su
lecho, aunque no había prisa alguna (Juan 5:8). Hasta usó la palabra “trabajar” para
describir Su actividad (v. 17). Muchos creyentes en Yeshua/Jesús siguen este
ejemplo. Ellos recuerdan que Yeshua/Jesús consistentemente criticaba las reglas
de los fariseos sobre el sábado y que Él lo trató como un mandamiento ritual.

7. Yeshua/Jesús dijo que el sábado fue hecho para el hombre (Marcos 2:27).

La circuncisión en la carne también fue hecha para el hombre. Todos los


mandamientos de Dios, aun los obsoletos, fueron hechos para los seres humanos.
El mandamiento del sábado semanal fue hecho para beneficio de los humanos,
para servirles, no para que fuese un yugo desagradable. Yeshua/Jesús dijo esto
para argumentar a favor de la libertad, no para hacer requerimientos. Yeshua/Jesús
es el Señor del sábado, Él tiene autoridad sobre el sábado y lo puede poner a un
lado si Él así lo desea.

8. Lucas 23:56 nos dice que aun después de la crucifixión de Jesús, las mujeres
“reposaron en el sábado en obediencia al mandamiento”. ¿No muestra esto
que el sábado todavía es un mandamiento para los creyentes en
Yeshua/Jesús?
Las mujeres reposaron en el sábado semanal, pero su ejemplo no nos dice si ese
mandamiento todavía está vigente. Ellas aún no entendían que Dios ya no requería
mandamientos rituales. Posiblemente los lectores de Lucas se preguntarían porqué
las mujeres reposaron aun cuando fueron confrontadas por una necesidad urgente,
así que Lucas les dijo el porqué, las mujeres reposaron por causa del mandamiento.
Lucas usó la palabra “mandamiento” pero eso no prueba que el mandamiento era
requerido para los lectores de Lucas. Shaúl/Pablo usó la misma palabra para
describir las reglas que dividían a los judíos, de los gentiles (Efesios 2:15), pero
Shaúl/Pablo dijo que esos mandamientos no tienen validez alguna para sus
lectores. La palabra “mandamiento” no implica validez o permanencia alguna. Lucas

122
está simplemente usando palabras ordinarias/comunes para explicar por qué las
mujeres reposaron. Lucas no está mandando a sus lectores que sigan ese ejemplo.
9. Jesús dijo que Sus discípulos debían orar para que su huida no fuera en el
sábado (Mateo 24:20). ¿No significa esto que nosotros debemos guardarlo?

No. Está permitido huir para ponerse a salvo en el sábado. Yeshua/Jesús dijo que
las personas en Judea (v. 16) podrían encontrarlo difícil, tal como encontrarían
difícil, pero no pecaminoso, escapar en invierno. Este versículo no dice si los
discípulos estarían guardando el sábado o no, sólo reconoce que otras personas en
Judea lo harían, por tanto, sería difícil para los discípulos escapar cuando las
puertas de la ciudad estuvieran cerradas, las tiendas estuvieran cerradas, etc. Este
versículo no está mandando la observancia del sábado, sólo muestra que sería
difícil para la gente en Judea escapar durante el sábado.

10. Hebreos 4:9 dice que todavía queda un reposo sabático para el pueblo de
Dios.

Hebreos 4 está hablando de un reposo futuro. El pueblo de Israel no tuvo este


reposo en los días de Josué, ni tampoco cuando el Salmo 95 fue escrito (v. 8), así
que este capítulo no está hablando del sábado semanal. A este reposo futuro se
entra por la fe en El Mesías Yeshua/Jesús (v. 2). Al usar la frase “reposo sabático”,
Hebreos está diciendo que el sábado semanal simbolizaba el verdadero reposo al
cual Dios quiere que entre Su pueblo. Así como los sacrificios levíticos simbolizaban
la obra del Mesías, el sábado semanal simbolizaba nuestra salvación final. Este
simbolismo no dice nada en referencia, a si los creyentes en Yeshua/Jesús deben
continuar observando los símbolos.

De una manera, los símbolos son obsoletos, pero de otra manera, todavía son
requeridos. La circuncisión en la carne es un gran ejemplo. Los creyentes en
Yeshua/Jesús no tienen que circuncidarse físicamente (Rom. 2:29), pero debemos
estar circuncidados en el corazón. Debemos guardar este mandamiento, pero lo
hacemos en el espíritu, no en la carne/letra. En un sentido, El Mesías ha hecho el
mandamiento obsoleto; en otro sentido, Él lo ha transformado y todavía lo requiere
en su forma transformada (espiritual). Lo mismo es cierto para los ritos levíticos:
aunque no ofrecemos sacrificios de animales, obedecemos esos mandamientos
cuando tenemos fe en que Jesucristo/Yeshua El Mesías cumplió esos sacrificios por
nosotros. El requerimiento ha sido transformado.

En una manera similar, ya que el sábado semanal apunta hacia nuestra salvación
final, y esta salvación está en El Mesías Yeshua, nosotros estamos permaneciendo
en el propósito del mandamiento del sábado, cuando ponemos nuestra fe en El
Mesías. Es en Él que nosotros encontramos el reposo que necesitamos (Mateo
11:28-30). El requisito de reposar ha sido transformado para enfocarlo en El
123
Mesías, en vez de enfocarlo en un día de la semana. Si tenemos fe en Él, entonces
estamos entrando en el reposo de Dios y, por tanto, estamos guardando la intención
espiritual del sábado.

11. Apocalipsis nos dice que el pueblo de Dios en los tiempos del fin estará
guardando los mandamientos (Apocalipsis 12:17).

Simplemente este verso no dice cuáles mandamientos son todavía válidos. Es un


error asumir que esto se refiere a los diez mandamientos, o a los 613
mandamientos de la Ley Sinaítica.

12. Shaúl/Pablo, el apóstol a los gentiles, ¿no guardó él el sábado?


Cuando Shaúl/Pablo predicaba el evangelio en una ciudad nueva, su costumbre era
ir a la sinagoga en el sábado (Hechos 13:14; 16:13; 17:2). Pero esto no significa
que Shaúl/Pablo guardaba el sábado. Shaúl/Pablo deseaba predicarles primero a
los judíos, y el mejor lugar para hacer esto era una sinagoga, y el mejor día para
hacerlo era en el sábado, cuando los judíos estaban allí. Era simplemente una
buena estrategia evangelística ir a la sinagoga en el sábado. Sin embargo,
Shaúl/Pablo nunca le enseñó a alguien a guardar el sábado.
Shaúl/Pablo algunas veces guardó mandamientos mosaicos tales como la
circuncisión en la carne, hacer votos y participar en los ritos del Segundo Templo
(Hechos 16:3; 18:18; 21:26). Cuando estaba con los judíos, él vivía como ellos, pero
él no se consideraba a sí mismo como estando bajo la ley del Antiguo Pacto (1
Corintios 9:20). Cuando estaba con los gentiles, él podía vivir como un gentil, al
igual que Pedro/Cefas lo pudo hacer (1 Cor. 9:21; Gálatas 2:14). En el primer
siglo, ni los judíos ni los gentiles creían que los gentiles debían guardar el
sábado. Si Shaúl/Pablo hubiese tenido otro punto de vista, nosotros
podríamos esperar ver alguna evidencia, pero no la hay.
En las ciudades gentiles de Listra, Derbe y Atenas, nada se menciona acerca del
sábado. En algunos lugares, Shaúl/Pablo predicaba diariamente (Hechos 17:17;
19:9). Cuando él estuvo en Troas, nosotros no escuchamos algo acerca del sábado.
Por el contrario, la iglesia esperó hasta el primer día de la semana para reunirse
y partir el pan (Hechos 20:7). El ejemplo de Shaúl/Pablo, como el de
Yeshua/Jesús, fue siempre uno de libertad y él no estableció restricción o
mandamiento alguno acerca del sábado.
Antes de ver lo que Shaúl/Pablo enseñó acerca del sábado, resumamos nuestras
observaciones hasta ahora:
a. El primer lugar donde vemos un mandamiento sobre el sábado está en la Ley de
Moisés.

124
b. La Ley de Moisés contiene muchos mandamientos que los creyentes en
Yeshua/Jesús no tienen que guardar hoy.
c. Aun los mandamientos dados antes de Moisés, tal como la circuncisión en la
carne, pueden ser hoy obsoletos.
d. Para ver cuáles mandamientos son hoy obsoletos, necesitamos estudiar el
Nuevo Pacto (NT).
e. El Nuevo Pacto (NT) nunca manda el sábado.
f. Yeshua/Jesús siempre criticó las reglas fariseas acerca del sábado y nunca le
dijo a alguien que tuviera cuidado con lo que hacía en el sábado.
g. Yeshua/Jesús siempre agrupó al sábado con los mandamientos ceremoniales o
rituales.
h. Pedro/Cefas y Pablo/Shaúl podían vivir como gentiles si lo deseaban.
i. Pablo/Shaúl dijo que, por lo menos, algo acerca de los diez mandamientos
estaba extinguiéndose.
¿Deben los creyentes en Yeshua/Jesús observar el séptimo día sábado? ¿Es el
mandamiento lo suficientemente claro como para requerir que las personas pierdan
sus empleos y alejen a sus familias? No, el único lugar donde se manda guardar el
sábado es, en un pacto que el Nuevo Pacto (NT) llama obsoleto. De hecho, el
Nuevo Pacto dice mucho más, que todo el Antiguo Pacto es obsoleto. Dice que el
creyente en Yeshua/Jesús no tiene que guardar la Ley de Moisés. Dice que una
gran categoría de Ley ya no es requerida hoy, y nunca dice a los creyentes en
Yeshua/Jesús que guarden el sábado. Ninguno de los argumentos sabáticos
prueba que el sábado semanal está todavía vigente hoy.
Si el sábado semanal fuera requerido, es sorprendente que el Nuevo Pacto (NT)
nunca repitiera el mandamiento. Tiene espacio para muchas clases de mandatos,
desde besos santos hasta evitar la idolatría, pero nunca manda el sábado. Nunca
critica a alguien por quebrantarlo. Pablo/Shaúl trató con numerosos problemas del
vivir cristiano, pero nunca dijo a los esclavos ni a otros, cómo guardar el sábado. Él
enlista numerosos pecados que pueden impedir que una persona entre en el reino
de Dios, pero él nunca menciona el sábado. Si el sábado es importante, el silencio
del Nuevo Pacto (NT) es sorprendente.
Pero la evidencia contra el sábado se extiende todavía más de lo que se ha cubierto
hasta aquí. El Nuevo Pacto (NT) no sólo no manda el sábado, sino dice que está
mal requerirlo.
13. Los creyentes en Yeshua/Jesús no deben juzgarse unos a otros en lo
referente al sábado.

La única vez que Pablo/Shaúl menciona al sábado por nombre es en Col. 2:16, 17.
Él dice: “Así que nadie los juzgue a ustedes por lo que comen o beben, o con
respecto a días de fiesta religiosa, de luna nueva, o de reposo. Todo esto es una
sombra de las cosas que están por venir; la realidad se halla en Cristo” (NVI). Aquí

125
Pablo/Shaúl agrupa al sábado semanal con los festivales anuales, los novilunios
mensuales y las restricciones sobre el comer y beber, pertenecientes al judaísmo.

Aquí no hay problema alguno de traducción, Pablo/Shaúl está hablando acerca del
sábado semanal y está diciendo que el sábado, al igual que los otros ritos del
judaísmo, no es una base para juzgar. Los creyentes en Yeshua/Jesús en Colosas
no debían dejar que otras personas los juzgasen por lo que ellos hacían en el día
sábado y, de la misma manera, ellos no debían juzgar a otros creyentes por lo que
ellos hacían en el sábado. En otras palabras, ellos no debían decir que está mal que
otros creyentes trabajasen en el sábado. Los creyentes no deben permitir que
alguien los haga sentir culpables por lo que ellos hacen en el sábado.

La razón para esto, Pablo/Shaúl dice, es porque El Mesías/Cristo es la realidad que


estos ritos simbolizan. Ya que Yeshua/Jesús ha cancelado nuestras deudas (v. 14),
por tanto, no debemos permitir que alguien nos critique por lo que hacemos en el
sábado. Por causa de la cruz del Mesías, las regulaciones acerca del sábado (como
también las de las lunas nuevas y los festivales anuales) son hoy obsoletas.

Pablo/Shaúl dijo a los Gálatas que las promesas de salvación fueron hechas a
Abraham (Gálatas 2:16). Entonces, se añadió una Ley Sinaítica 430 años más
tarde, refiriéndose a todos los mandamientos añadidos por medio de Moisés (v. 17).
Esta Ley Sinaítica era temporal, estaría en efecto sólo hasta que la “Simiente” (El
Mesías Yeshua) hubiera llegado (v. 19). Esta Ley Sinaítica fue puesta en efecto
hasta El Mesías, pero ahora que Él ya ha venido, no estamos bajo la supervisión de
esa Antigua Ley (vv. 24, 25). El mensaje del Nuevo Pacto (NT) es consistente: el
Antiguo Pacto, la Ley Sinaítica, está obsoleto. Si un mandamiento (tal como el
sábado semanal) se encuentra sólo dentro de la ley temporal, entonces no es
probable que todavía sea requerido.

14. En el cristianismo todos los días se pueden tratar igual.

En Romanos 14, Pablo/Shaúl escribe que algunos creyentes consideran “un día
más sagrado que otro”, mientras que otros creyentes consideran “iguales todos los
días”. En la iglesia en Roma, parcialmente compuesta de judíos y parcialmente
compuesta de gentiles, era obvio cuál clase de días podrían ser considerados
sagrados.

Pero Pablo/Shaúl dice, “cada uno esté plenamente convencido de lo que piensa”.
En otras palabras, él está diciendo que ¡es permisible para un creyente pensar que
todos los días son iguales! Él no sintió necesidad alguna de explicar que un día de
la semana debía ser considerado diferente. Él estaba muy satisfecho que los
creyentes los considerasen a todos iguales. Su preocupación aquí, como lo fue en

126
Colosas, era que los creyentes no debían juzgarse unos a otros por sus costumbres
diferentes (v. 4).

Pablo/Shaúl era indiferente a la pregunta acerca de los días, y la única razón por la
que él pudo ser indiferente acerca de esto, es que él consideraba el mandamiento
del sábado como obsoleto. Si los creyentes trabajan en el sábado, nosotros no
debemos juzgarlos o decir que están equivocados, porque ellos no están
equivocados. El mandamiento del sábado semanal ya no aplica hoy.

De todas maneras, los rabinos judíos del primer siglo no pensaban que el
sábado aplicaba a los gentiles. Pablo/Shaúl habría remado contra la corriente si él
hubiera querido enseñar lo contrario. La razón por la cual Pablo/Shaúl podía ser tan
indiferente acerca de los días, y decir a la gente que no se juzgasen unos a otros
por causa de los días, es porque aquellos días ya no estaban vigentes.

15. Dios nos acepta en base a Cristo, no en base a si guardamos cierto día de la
semana.

El sábado semanal (o cualquier otra práctica distintiva) puede engañar a una


persona y sutilmente reducir la importancia de Jesucristo/Yeshua El Mesías. La
tendencia es pensar: “yo complazco a Dios porque guardo el sábado. Soy
considerado como uno de su pueblo porque guardo el sábado”. Pero Dios nos
reconoce como Su pueblo por medio de Yeshua El Mesías/Cristo, no por medio de
un día de la semana. La Biblia dice que la única razón por la cual complacemos a
Dios es por haber creído en Su gracia por medio de Jesucristo:
“Él nos salvó, no por nuestras propias obras de justicia, sino por Su misericordia.
Nos salvó mediante el lavamiento de la regeneración y de la renovación por el
Espíritu Santo, el cual fue derramado abundantemente sobre nosotros por medio
de Jesucristo nuestro Salvador. Así lo hizo para que, justificados por Su gracia,
llegáramos a ser herederos que abrigan la esperanza de recibir la vida eterna” (Tito
3:5-7 NVI).

No importa cuantos mandamientos guardemos, somos pecadores, y la única razón


por la cual podemos ser salvos es porque Yeshua/Jesús murió por nuestros
pecados. Pero un enfoque en mandamientos, especialmente mandamientos que
nos hacen diferentes a otras personas, tiende a poner el enfoque de vuelta en
nosotros mismos, y en lo que hacemos. Para algunas personas la señal de ser
mejores es un cierto estilo de adoración. Para otras, es una cierta creencia, o el
evitar el alcohol, o el estilo de vestir. Para los sabáticos, es el sábado. Por supuesto,
no todos caen en esta trampa, pero mientras más distintivas sean las doctrinas,
más probable será que las personas les den un valor demasiado alto.

127
Supongamos que lleguemos al día del juicio y se nos pregunte, “¿por qué debemos
permitir que usted entre en el reino de Dios?” ¿Cómo contestaríamos?
¿Mencionaríamos los mandamientos que guardamos? O ¿confiaríamos solamente
en Yeshua El Mesías/Jesús El Cristo? ¿Trataríamos de reclamar parte del crédito?
La Biblia dice que la sola base de nuestra salvación es la fe en Cristo, y que nadie
tiene algo de qué gloriarse (Efesios 2:8, 9). Nuestras obras no cuentan para nada;
nuestra sola esperanza es Jesucristo, y cualquier doctrina o práctica que oscurezca
esta verdad es una enemiga de la fe en el Mesías Yeshua. Cualquier cosa que nos
tiente a mirar lo que nosotros hacemos, nos tienta a poner algo de nuestra
confianza en nosotros mismos. Sin embargo, toda nuestra confianza debe estar
absoluta y solamente en Jesucristo. ¡A Yeshua sea la gloria!
Los creyentes en Yeshua/Jesús tratan de obedecer a Dios, pero nuestra obediencia
no cuenta en nada para nuestra salvación. Hay muchas razones válidas para
obedecer a Dios (fe en Su sabiduría, gratitud por Su misericordia, amor personal
hacia Él, deseo de esparcir el evangelio, etc.), pero obedecer para conseguir la
salvación no es una razón válida. La salvación es un regalo; la obediencia es una
respuesta y lo es en referencia a los mandamientos que están vigentes hoy en la
época del Nuevo Pacto (NT). Si el obedecer un mandamiento vigente no cuenta
para nada para conseguir la salvación, precisamente porque ya tenemos tal
salvación en Jesucristo, ¿qué provecho traerá el guardar un mandamiento que está
obsoleto?
Por supuesto, los creyentes pueden abstenerse de trabajar un día a la semana si
así lo desean. Las disciplinas espirituales como esta pueden ser útiles para el
crecimiento espiritual de una persona, pero también pueden convertirse en
obstáculos, si las personas comienzan a pensar que estas prácticas particulares les
hacen mejores que otros. Y estas prácticas pueden llegar a ser espiritualmente
peligrosas, si las personas piensan que todos los demás deben ponerse a la altura
de cómo ellos adoran a Dios. Los creyentes no deben ponerse a sí mismos “bajo la
ley” (Gál. 3:25), como si la Ley de Moisés todavía tuviera alguna autoridad sobre
ellos.
Yeshua/Jesús criticó a las personas que enseñaban requisitos que Dios no había
requerido: “¡Ay de ustedes también, expertos en la ley! Abruman a los demás con
cargas que apenas se pueden soportar, pero ustedes mismos no levantan un dedo
para ayudarlos” (Lucas 11:46 NVI). Cuando enseñamos requisitos, necesitamos
tener mucho cuidado.
El sábado semanal no tiene nada que ver con la salvación, ni nada que ver con el
evangelio de Jesucristo. Nunca fue parte del mensaje de la iglesia del Nuevo Pacto.
El mensaje es siempre uno de libertad, nunca uno de restricciones en un día
particular de la semana. Dios nos acepta por Jesucristo, no por algo de lo que
hacemos. Es por pura gracia, no por obras. Debemos confiar únicamente en
Jesucristo para nuestra salvación.

Beahavat Yeshua HaMashiaj/En el amor de Jesucristo.


128
ANEXO II
En esta sección he decidido incluir un artículo que fue escrito en inglés por el erudito
Robert Brinsmead, y que fue publicado en la revista VERDICT, Ensayo 10, en 1983. Lo
incluyo aquí porque pienso que aporta cosas interesantes para nuestro tema bajo
estudio. La siguiente es mi propia traducción al español.

“LEY” Y “MANDAMIENTOS” EN EL EVANGELIO SEGÚN JUAN

Aunque la frase “la Ley” y la palabra “mandamiento” se usan a menudo


intercambiablemente en la Biblia, el Evangelio de Juan hace una distinción entre ellos.
La expresión “la Ley” aparece catorce veces en el Evangelio de Juan. La palabra
“mandato” o “mandamiento” también aparece alrededor de catorce veces.

Desde hace tiempo ha sido notorio que el Evangelio de Juan es un libro de


controversia. El libro presenta una gran confrontación entre Jesús y la Ley, entre el
mandamiento de Cristo o del Padre y la Ley, entre Jesús y el judaísmo, y entre la
iglesia y la sinagoga. W. Gutbrod declara que Juan “no tiene ningún interés particular
en la Ley como una posibilidad para reglamentar la conducta humana o incluso el
accionar cristiano”.[1] Él también dice que en Juan “la Ley nunca se utiliza como la
regla de conducta cristiana para la comunidad”.[2] Por otro lado, en el libro de Juan,
Jesús repetidas veces insta a Sus discípulos a guardar Sus mandamientos.

En todas, excepto una, de las catorce veces en las que aparece la frase “la Ley” en el
Evangelio de Juan, siempre "Ley" va acompañada por el artículo definido. No es
cualquier ley a la que se refiere; siempre es “la Ley”. Por tanto:

“Pues la Ley por medio de Moisés fue dada” (Juan 1:17).

“Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en
la Ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret” (Juan 1:45).

Por supuesto, “la Ley”, se refiere a la Ley de Moisés. Es el cuerpo de enseñanza


revelado a Moisés que constituía el fundamento para toda la vida y el pensamiento
social y religioso de Israel. Es el cuerpo de revelación divina dado a Moisés. Sin
embargo, en el contexto más amplio del Evangelio de Juan, “la Ley” se refiere no solo a
los cinco libros de Moisés sino también incluye a los Salmos y los libros proféticos del
Antiguo Testamento, es decir, a todo el Antiguo Testamento en sí. Por ejemplo: “Jesús
les respondió: ¿No está escrito en vuestra Ley: “Yo dije, dioses sois”? (Juan 10:34 cf.
Salmo 82:6). Y otra vez: “Pero esto es para que se cumpla la palabra que está escrita
en su Ley: Sin causa me aborrecieron” (Juan 15:25 cf. Salmo 35:19; 69:4).

En algunos pasajes de Juan la expresión “la Ley” puede referirse a la Ley de Moisés en
el sentido de un mandamiento específico. Así:

"¿No os dio Moisés la Ley, y ninguno de vosotros cumple la Ley? ¿Por qué procuráis
matarme?" (Juan 7:19).

129
“Si recibe el hombre la circuncisión en el día de reposo, para que la Ley de Moisés no
sea quebrantada, ¿os enojáis conmigo porque en el día de reposo sané
completamente a un hombre?” (Juan 7:23).

Y aun, en otras situaciones, la frase “la Ley” tiene el significado específico de una
ordenanza legal:

“¿Juzga acaso nuestra Ley a un hombre si primero no le oye, y sabe lo que ha hecho?
(Juan 7:51).

Sin embargo, siempre que la frase “la Ley” se usa en el Evangelio de Juan, siempre se
refiere a la Ley del Antiguo Testamento conocida como la Toráh judía. Juan enseña
que esta Ley de Moisés señala hacia Cristo. Es una profecía acerca de Cristo. Cuando
los judíos confrontaron a Jesús y lo acusaron de quebrantar la Ley por haber sanado
en el día sábado, ellos lo declararon un pecador ante la Ley y entonces trataron de
matarlo. Al hacer esto, Juan señala que los judíos no estaban siendo fieles a la Ley
(véase Juan 7:19). Además, Juan muestra que Moisés, quien era Ley personificada,
testificaba acerca de Cristo. Si los judíos hubieran sido fieles a la Ley, hubieran
abrazado a Jesús como su Mesías y Salvador en vez de intentar matarlo (Juan 7).

Juan también enseña que la Ley no solo señala hacia Cristo; que no solo es una
profecía acerca de Cristo; sino que la Ley queda reemplazada o sustituida por Jesús el
Cristo. Este pensamiento está hilvanado a lo largo de todo el Evangelio de Juan pero
está presentado especialmente en el Prólogo: Juan 1:1-18…

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en
el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha
sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres… A Dios
nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a
conocer” (Juan 1:1-4,18).

Eruditos han descubierto que este prólogo de Juan se deriva de un himno pre-cristiano
compuesto por poetas rabínicos en alabanza a la Toráh judía. Los rabinos decían que
la Toráh era la Ley, la sabiduría, la palabra. Decían que la Toráh estaba con Dios
desde el principio y que fue el instrumento por medio del cual Dios hizo al mundo. Era
el tesoro de Dios, su primogénito. La Toráh estaba en el seno de Dios desde el
principio. Estaba llena de gracia y verdad. Juan deliberadamente toma este himno pre-
cristiano en alabanza a la Toráh, y transfiere el honor de la Ley hacia Cristo. Jesucristo
reemplaza a la Toráh; Él la sustituye.

En otras partes del libro de Juan, expresiones tales como “la luz del mundo”, “agua de
vida”, “pan de vida”, “buen pastor”, “el camino”, “verdad y vida”, las cuales la enseñanza
rabínica atribuía a la Ley judía, ahora son transferidas a Jesucristo. Cristo es Aquel a
quien la Ley señala, Aquel quien es el cumplimiento de la Ley, Aquel que ahora
reemplaza a la Ley y sustituye a la Ley como la revelación final de la voluntad de Dios.
Debido a que Cristo ahora ha venido, la Ley ya no puede tener el mismo valor, el

130
mismo significado para Juan o para la comunidad cristiana, que el que tiene para la
comunidad judía incrédula. La suprema revelación de Dios ya no se encuentra en
Moisés, sino que ahora la suprema revelación de Dios se ha dado en su Hijo. Por esta
razón la regla suprema de vida para la comunidad cristiana ya no puede ser la antigua
Toráh; debe ser la palabra que viene directamente de Dios para su Hijo manifestada en
los mandamientos de Jesús.

Es significativo que el libro de Juan presenta la Ley como la Ley de los judíos. En los
labios de Jesús, en el Evangelio de Juan, la Ley invariablemente llega a ser “su Ley”,
“la Ley de ellos”; a saber, la Ley de los judíos. De allí que dice:

“Y en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero” (Juan
8:17).

“Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois?” (Juan
10:34).

“Pero esto es para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: Sin causa me
aborrecieron” (Juan 15:25).

Juan coloca palabras similares en boca de Pilato, de Nicodemo y de otros judíos:

“Entonces les dijo Pilato: Tomadle vosotros, y juzgadle según vuestra Ley…” (Juan
18:31).

“¿Juzga acaso nuestra Ley a un hombre si primero no le oye, y sabe lo que ha


hecho?” (Juan 7:51).

“Los judíos le respondieron: Nosotros tenemos una Ley, y según nuestra Ley debe
morir…” (Juan 19:7).

De las evidencias en el cuarto Evangelio, S. Pancaro ha concluido que “con mucha


consistencia “la Ley” es caracterizada como “la Ley de los judíos”.[3] Comentando más
sobre esto, Pancaro dice que Juan, al escribir cerca del cierre de la dispensación
cristiana, refleja el mismo punto de vista acerca de la Ley que tenía Jesús. De la
manera que Juan toma las expresiones “vuestra Ley”, “su Ley”, “nuestra Ley”, y las
coloca en boca de Jesús, Nicodemo, Pilato, y los judíos, “uno tiene la distintiva
impresión acerca de una cierta distancia – de que la Ley ahora es mirada como
asociada en alguna forma muy especial con los judíos, que ésta significa más para
ellos, o que al menos, ésta tiene otro significado para ellos que el que tiene para Jesús
y el evangelista”.[4] Por tanto, considerar la Ley como la suprema revelación de Dios y
la manera de vivir después de la primera venida de Cristo significa haberla
malentendido, o no haberla entendido en lo absoluto.

En Juan, la Ley ya no se utiliza como la regla de vida para la comunidad cristiana,


debido a que Cristo, a quien la Ley señalaba, ha llegado. Él ha sustituido a la Ley como

131
la revelación suprema de Dios. Todos los títulos de honor que el judaísmo rabínico
otorgaba a la Ley, Juan los atribuye a la persona misma de Cristo; de ahí que la Ley
ahora ha llegado a ser “vuestra Ley”, “su Ley”, “la Ley de Moisés”, “la Ley de los
judíos”. Mientras que la Ley es valiosa porque ha señalado proféticamente hacia Cristo,
Juan ya no puede valorarla más al igual que la valora un judío. Para él, la devoción a la
Ley ya no caracteriza más a los hijos de Dios. Más bien, la comunidad cristiana ahora
se caracteriza por su devoción a Cristo.

La fe cristiana nos obliga a hacer la voluntad de Dios, no según está revelada en la


Ley, sino según está revelada en la persona de Cristo. La revelación que vino por
medio de Moisés fue una revelación dada a través de un mediador. No vino
directamente de Dios, porque ni siquiera Moisés podía ver a Dios. “A Dios nadie le vio
jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer” (Juan
1:18). A lo largo de sus escritos, Juan afirma que la revelación dada por medio de
Jesucristo es superior a la de Moisés porque Cristo es directamente enseñado por
Dios. Él es, ciertamente, la Palabra encarnada. En palabras de Jesús, la voluntad de
Dios que nosotros estamos obligados a hacer o guardar no es “la Ley”, sino el
“mandato” o el “mandamiento”.

Primero, es el propio mandamiento del Padre dado a Jesús que Él ponga su vida
por las ovejas, y que entonces, la vuelva a tomar:

“Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y
tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre” (Juan 10:18).

“Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio


mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. Y sé que su
mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo
ha dicho” (Juan 12:49, 50).

“Mas para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó, así
hago" (Juan 14:31).

“Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he


guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor” (Juan 15:10).

Por tanto, el mandamiento del Padre que Jesús guarda no es la Ley de Moisés; es
el mandamiento de poner Su vida, de dar Su vida en rescate por muchos, y
entonces, volverla a tomar.

Segundo, la palabra “mandamiento” no solo significa el mandamiento del Padre


dado a Jesús, sino también el mandamiento de Jesús dado a sus discípulos:

“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado,
que también os améis unos a otros” (Juan 13:34).

132
“Si me amáis, guardaréis mis mandamientos” (Juan 14:15 BLA).

“El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama” (Juan 14:21).

“Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor” (Juan 15:10).

“Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado” (Juan


15:12).

“Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando” (Juan 15:14).

El mandamiento de Jesús es que “os améis unos a otros, como yo os he amado”.


La expresión “como yo os he amado” es el mandato que Jesús había recibido del
Padre, así que, para los discípulos, guardar el mandamiento es reflejar el amor del
mandato del Padre en Cristo.

Así que, en resumen, reconocemos que Juan distingue entre la Ley que vino por medio
de Moisés y el mandamiento que viene por medio de Jesucristo. Juan evita usar la
palabra “Ley” o “nueva ley” para la voluntad de Dios que viene a nosotros por medio de
Jesucristo. En vez de eso, él usa la palabra “mandato” o “mandamiento”. Juan jamás
usa la expresión “Ley” en sus epístolas o en el libro de Revelación. Parece que él
abandona la palabra “Ley” cuando trata de expresar nuestra obligación de hacer la
voluntad de Dios, debido a la tendencia de la Ley a convertirse en algo abstracto y
legalista. Tal significado no podría hacer justicia a la meta de amar a Dios y al prójimo
que Jesús coloca como el centro de la voluntad de Dios para Sus hijos. Por tanto, a
Juan le parece deseable usar algún otro término que no sea “Ley” para describir la
voluntad de Dios para la vida cristiana. En Juan, Jesús no define un nuevo código de
reglamentos para la comunidad cristiana. Y a diferencia de Pablo, Juan
asombrosamente no da detalle alguno sobre la ética cristiana. Su enseñanza es
profundamente espiritual. Se centra en la persona misma de Cristo. Juan enfatiza que
el creyente vive de Aquel que guardó el mandamiento del Padre, y que el creyente
guarda el mandato de Cristo, Su mandamiento, Su palabra, al reflejar ese mismo tipo
de amor sacrificial en relación con los demás.

Notas y Referencias:
A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas fueron tomadas la Versión
Reina-Valera, Revisión 1960.
[1] W. Gutbrod, art. "The Law in the New Testament/La Ley en el Nuevo Testamento," Theological
Dictionary of the New Testament/Diccionario Teológico del Nuevo Testamento, ed. Gerhard Kittel, tr. y
ed. Geoffrey W. Bromiley (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1967), 4:1082-83.

[2] Ibid., p. 1084.

[3] Severino Pancaro, The Law in the Fourth Gospel: The Torah and the Gospel, Moses and Jesus,
Judaism and Christianity According to John/La Ley en el Cuarto Evangelio: La Toráh y el Evangelio,
Moisés y Jesús, Judaísmo y Cristianismo Según Juan (Leiden: E. J. Brill, 1975), p. 517.

[4] Ibid., p. 519.

133
BIBLIOGRAFÍA

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ACERCA DEL AUTOR

Ben Escalante entregó su vida al Señor y Salvador Jesucristo en el año 1986 cuando
tenía 19 años de edad y vivía en ese entonces en la ciudad de Mérida, Yucatán,
México.
A la edad de 21 años, en 1988, emigró a los Estados Unidos en donde ha vivido hasta
el presente. En 1992 obtuvo su Licenciatura en Divinidad en la Escuela de Teología
Cima (Summit School of Theology) ubicada en Denver, Colorado, U.S.A. y recibió su
ordenación ministerial al pastorado en 1993. A partir de ese mismo año sirvió como el
Pastor Principal de diferentes congregaciones hispanas en varios estados de la Unión
Americana, al mismo tiempo que desempeñaba el cargo de profesor en diferentes
institutos bíblicos cristianos. Desempeñó estos dos ministerios hasta el año 2009.
A partir del 2009 y hasta el presente, Ben Escalante ha servido como profesor de
estudios teológicos y bíblicos en el programa de ministerio pastoral perteneciente al
Instituto Teológico Hispanoamericano, con sede en Portland, OR – Vancouver, WA, en
los Estados Unidos.
Desde 1990 hasta el presente, Ben Escalante ha sido un dedicado estudiante del
movimiento judío mesiánico (casa de Judá) y más recientemente se ha dedicado
también a estudiar al movimiento gentil mesiánico (casa de Efraím). Este libro es su
segundo escrito como fruto de esa labor de estudio.
Ben Escalante ha estado casado por 24 años con su esposa Betty y tienen dos hijos,
Alex de 23 años y Stephanie de 20 años. Toda la familia vive en Portland, OR. U.S.A.

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RECONOCIMIENTOS

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