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El Matadero

RESUMEN 1

El marco del relato se encuadra en los años posteriores a la Revolución de Mayo, durante el gobierno de Juan Manuel de
Rosas, en un matadero vacuno en la provincia de Buenos Aires en Argentina. Más concretamente, el marco temporal se
ubica en algún momento de la década de 1830, luego de la muerte de la esposa de Rosas, Encarnación Ezcurra, y
durante la época de cuaresma. El relato, que se basa en la descripción de la sociedad de la época, comienza con la
descripción de un gran diluvio que duró 15 días y afectó la economía del país causando una crisis y la imposibilidad de
utilizar el matadero en este período de tiempo, por lo que hubo falta de carne. Esta carencia, que iba acorde a los
mandatos de la iglesia en lo referido a la abstinencia de carne, produjo un aumento en los precios de los otros productos
como aves, pescados y rosquillas, y la muerte de mucha gente. Sin embargo, aunque la iglesia dictó que no se debía
comer carne bajo el pretexto del pecado, no fue igual de rígida con los gobernantes y el cuerpo religioso, lo que
demuestra la hipocresía del gobierno y la iglesia. Echeverría narra que ante la crisis, Rosas “el Restaurador” envía una
reducida cantidad de novillos al matadero, los cuales son recibidos con algarabía por la gente, que se pelea para
conseguir comida, achuras y testículos de toro. Entre uno de esos animales se encuentra un toro, que se escapa tras
producir indirectamente la muerte de un niño que es rápidamente olvidada. El brioso ejemplar es perseguido por varios
jinetes, que al final de una larga persecución logran atraparlo y matarlo. Luego de narrar la muerte del toro, entra en
escena un joven que es identificado rápidamente como unitario por no llevar luto ni la divisa punzó. El mozo es atrapado
y llevado a la casilla del juez del matadero, donde es interrogado y torturado por los federales. El unitario
(personificación de Echeverría en el relato de ficción) se resiste manteniendo una actitud desafiante y digna ante las
crueldades de los federales. Finalmente, en el momento en que lo pensaban torturar, el joven literalmente estalla de
rabia, y muere heroicamente sin haber sido desmoralizado por la tortura, y luego de haber expresado sus pensamientos
respecto del régimen federal.

RESUMEN 2

Era época de cuaresma y en Buenos Aires se apegaban totalmente al ayuno y la abstinencia sobretodo de la carne, para
seguir las costumbres de la religión católica. Vino una gran tormenta que desbordo el rio de la plata y obstaculizo todas
la vías de la ciudad, dejando sin novillos por un gran tiempo a todas las personas. Ante la gran crecida del rio todas las
zonas se vieron inundadas y extendidas sobre todos los campos y las bajas tierras.Los federales de parte del gobierno de
Rosas aprovechaban la situación para culpar a los unitarios, que se oponían a esa dictadura de semejante calamidad
valiéndose de la iglesia católica y logrando conquistar el apoyo de todos los carniceros por su gran manipulación.Los
alimentos se encarecían brutalmente y sin razón, cada vez existían menos posibilidades de conseguir alimentos para
poder subsistir en medio de la cuaresma. Finalmente la situación fue empeorando y se generó una gran hambruna que
suscito muchas muertes en la ciudad.El gobierno para calmar el ambiente y ocultar el gran problema envió unos novillos
al matadero del Alto, que resultaban muy pocos para una población tan grande y con tanto consumo de carne. La
población aclamaba con gritos al gran gobierno que les había dado posibilidad de volver a comer y cada vez se hacía más
grande el círculo que rodeaba al matadero con gran algarabía, esperando a que comenzaran a matar a los novillos.La
primera res que mataron fue toda completa para “el Restaurador”, cosa que no se hizo rara para nadie pues se sabía de
los privilegios que gozaba este círculo político que daba gran apoyo al gobierno. Empezó a crearse el ambiente grotesco
que se podía predecir con la disputa de las carnes para toda la población que estaba presente, los carniceros al paso del
tiempo se convertían en grandes héroes con sus hachas en mano.Cuando solo quedaba un novillo empezó la discusión
que retaba a los carniceros sobre la raza del novillo, pues algunos decían que era un toro viejo. Entre la discusión el
novillo se soltó el lazo que lo ataba y en su carrera decapito a un niño. Cuando lograron agarrarlo nuevamente,
procedieron a descuartizarlo.Se encontraban los carniceros reunidos con el juez y algunos personajes pertenecientes a
este círculo, cuando vieron pasar a un muchacho bien vestido y con la barba corta, símbolo que de una vez les hizo
pensar que era un unitario. Sometieron al unitario a grandes humillaciones y masacres y al intentar desnudarlo para
azotarlo el joven saco toda su rabia con un torrente de sangre que brotaba de su boca y nariz.La diversión de los
federales había concluido y con esto daban fin a una de sus innumerables proezas.

Análisis de El matadero

o Personales protagonistas: Matasiete, Unitario, El Juez y El Restaurado.

o Tema principal: La injusta desigualdad a la que se enfrentaban los ciudadanos de Argentino debido al duro
gobierno y a los intereses eclesiásticos.

o Contexto Social: Existencia de dos clases sociales predominantes, una más enriquecida que la otra.

o Contexto Económico: Existe una gran desigualdad, mientras unos pocos disfrutan de riquezas y comida, el resto
del pueblo vivía en la pobreza.

o Contexto Político: Se expresa la dictadura a la cual estaba sometida Argentina en aquella época.

o Contexto Cultural: La mayoría de las personas no tienen estudios y son ignorantes. La cultura se asocia a la
religión por aquel entonces.

o Los hechos transcurren en el matadero de la Convalecencia o del Alto, sitio en las quintas del sur de la ciudad de
Buenos Aires

Ironías con respecto de la iglesia:


- "¡Cosa extraña que haya estómagos privilegiados y estómagos sujetos a leyes inviolables y que la iglesia tenga la llave de
esos estómagos!"
- "Quizá llegue el día en que sea prohibido respirar aire libre pasearse y hasta conversar con un amigo sin permiso
de autoridad competente. Así era, poco más o menos, en los felices tiempos de nuestros beatos abuelos, que por desgracia vino a
turbar la revolución de Mayo".
- " El diablo con las carne suele meterse en el cuerpo y la Iglesia tiene el poder de conjurarlo: el caso es reducir al hombre a
una máquina cuyo móvil principal no sea su voluntad sino la de la Iglesia y el gobierno"
Ironías con respecto al gobierno:
-"Es de creer que el Restaurador tuviese permiso especial de su Ilustrísima para no abstenerse de carne, porque siendo tan buen
observador de las leyes, tan buen católico y tan acérrimo protector de la religión, un hubiera dado mal ejemplo aceptando semejante
regalo en día santo".
- "Alarmóse un tanto el gobierno, tan paternal como previsor del restaurador, creyendo aquellos tumultos de origen revolucionario y
atribuyéndolos a los mismos salvajes unitarios".
-"Las campanas empezaron a tocar rogativas por orden del muy católico Restaurador".
Ironías con respecto a los federales:
-"¡Qué nobleza de alma! ¡Qué bravura en los federales! ¡Siempre en pandillas cayendo como buitres sobre la víctima inerte!"
-"Los carniceros degolladores del Matadero, eran quienes propagaban la federación rosina, y no es difícil imaginarse qué federación
saldría de su cabezas y cuchillas".
-"Los federales habían dado fin a una de sus innumerables proezas…"

LA MALASANGRE GRISELDA GAMBADO

RESUMEN 1

La malasangre

La malasangre, escrita en 1981 y estrenada en 1982, poco después de la Guerra de Malvinas, en el Teatro Olimpia de Buenos Aires,
está ambientada en la Buenos Aires de la época de Rosas.

La casa familiares una gran alegoría de nuestro país durante la dictadura de 1976 a 1983, y de la Argentina federal del pensamiento
rosista. El país y la casa de Benigno y su familia se rigen bajo el método de la violencia y el terror y dan muestra, de forma sutil, del
dilema del argentino frente al totalitarismo.
En la obra se nota claramente la presencia del personaje colectivo (el pueblo) que aprueba con el silencio el terror que acompaña la
voz de los pregoneros que anuncian melones y dejan cabezas. La pieza permite reflexionar sobre cualquier gobierno dictatorial
(Rosas, el nazismo), sobre cualquier situación de desequilibrio de fuerzas en el delicado manejo del poder, aun fuera de la relación
gobernador-gobernado y apuesta a la rebeldía frente a toda violencia.

Las acotaciones referidas al salón de la casa de Benigno representan todas las gamas del rojo: "...paredes tapizadas de rojo granate.
La vestimenta de los personajes varía también en distintas tonalidades de rojo", excepto Rafael, al que vestirán de "rojo sangre" al final
de la pieza. Benigno es el que lleva el rojo más intenso, más macabro. El Rafael-cadáver al que Dolores puede llorar en la última
escena representa a los cadáveres ausentes, a los que n0 se puede llorar porque desaparecieron.

La violencia se instala con las primeras palabras de los personajes; Benigno se maneja además con violencia física, sobre todo con su
esposa, débil y sumisa, no así con Dolores, más fuerte que su madre, contra quien ejerce una violencia sutil, casi cínica. Las
relaciones sociales le sirven para desbaratar el capricho de su hija, imponiéndole un marido que la ultraja.

A Dolores la espanta la violencia explícita y a diferencia de su padre, es más pasional, más impulsiva, y su inteligencia le advierte lo
que pasa en el exterior. No soporta escuchar el carro de los melones, sabe lo que significa y se enfrenta a su padre para manifestarle
que no está de acuerdo con el asesinato, con el horror que se vive. Rafael comparte con ella esa opinión, lo que los unirá mucho más.

El amor de Rafael es para Dolores un escape y una lucha contra ese autoritarismo en el que la sociedad entera está inmersa. Los
melones simbolizan esa violencia externa presente en el interior de la casa a través de Fermín, orgulloso criado-bestia, el único que se
ensucia las manos con sangre y comunica el exterior con el interior.

Del otro lado, Rafael es un personaje jorobado, que 110 sigue el recto comportamiento exigido, no viste de rojo, representa al otro
bando. Él y Dolores son los únicos que evolucionan en la pieza. Rafael le da a Dolores aires nuevos y ella le confiere firmeza de
carácter. La relación entre ambos es la contrapartida de la de Fermín y Benigno.

En la última escena se revela definitivamente el carácter de la madre, ella no ignora el horror que se vive dentro y hiera de la casa pero
110 se mete, no toma partido.

La violencia interna familiar explota y sale hacia afuera y desde afuera vuelve a repercutir en lo interno, porque no puede pensarse a la
Argentina de 1981 o 1982 sin la remisión al Proceso, y no puede pensarse este proceso sin la referencia a la familia.

RESUMEN 2

La casa familiar en la que transcurre la pieza es una gran alegoría de la Argentina, o por lo menos de la provincia de
Buenos Aires, de aquello que Rosas en su momento construyó como la Argentina federal, como territorio dominado por
el yugo de sus caprichos. Este país y, por consiguiente, la casa de Benigno y su familia, se rigen bajo el método de la
violencia y el terror. La fecha en la que fue estrenada esta obra es sugerente respecto de los tiempos que corrían y que,
de algún modo, repetían la historia de la época rosista. El “proceso de reorganización nacional” estaba llegando a su fin
y muchos de los artistas exiliados volvían al país. La violencia de la casa familiar de La malasangre y la de la Argentina de
Rosas se vuelve contemporánea, mimética, realista, perdiendo su carácter alegórico. “En el teatro, específicamente,
connotar se vuelve sinónimo de denotar. Este código es posible gracias al binarismo de las fuerzas en juego: se sabe muy
bien quién es el enemigo y de quién no se puede hablar”.1

Dolores fue criada desde la violencia, sin conocer otra forma, y no podrá salir de eso más que por un momento, aquel en
el que encuentra el amor; pero para volver indefectiblemente, conducida, obligada por su padre, al gran círculo de la
violencia.

Cuando entramos a la escena2 o cuando nos adentramos en la lectura de las acotaciones que describen el salón de la
casa del terrorífico Benigno, nos topamos con todas las gamas del rojo: “…paredes tapizadas de rojo granate. La
vestimenta de los personajes varía también en distintas tonalidades de rojo”.3 El rojo es el color de la divisa federal, de la
mazorca, de Rosas, de la sangre. De sangre se vestirá cada uno de los personajes, excepto Rafael, al que “vestirán” de
rojo (“rojo sangre”) al final de la pieza. Benigno es el que lleva el rojo más intenso, más macabro, el rojo-muerte: “El
padre que viste de rojo muy oscuro, casi negro…” (p. 57). El Rafael-cadáver que Dolores puede llorar en la última escena
es la presentificación de los cadáveres ausentes, de los cadáveres que no pueden ser llorados, que no se sabe dónde
están. El terror escénico se ubica en el espacio vacío, cubre el vacío social a través del símbolo no simbólico, de la
obviedad, de la alusión evidente.

La violencia se instala desde la simbología del propio color del federalismo, y entramos así al universo violento de la
familia con las primeras palabras de los personajes, cuando Benigno condena a su mujer por haber tenido la irrisoria
idea de que él compartiría el vino con alguien más. La figura del padre es la del detentor del poder autoritario, hace y
dice lo que se le antoja sin medir las consecuencias y con un profundo odio, que a fuerza de estar contenido, se hace
más intenso, más evidente. En esta primera escena se dirige a su mujer: “¿Qué? Yo dicto la ley. Y los halagos. Y los
insultos. Dije lo que dije, y lo puedo repetir. (…) Imbécil.” (p. 59).

Además de la violencia verbal, Benigno se maneja con violencia física, sobre todo en lo que respecta a su esposa, débil y
sumisa (“…le toma el brazo, como si quisiera hacerle una caricia. Pero después de un momento, se lo tuerce.” [p. 59]),
no así con Dolores, contra quien ejerce una violencia sutil, premeditada y generalmente intermediada por su fiel criado
Fermín. La violencia que Benigno utiliza para con su hija es en su esencia irónica, casi cínica, es como si quisiera decirle
todo el tiempo que la odia, con el tono del padre que más tiernamente habla a su hija. Esa furia contenida, esa maldad
hacia su propia estirpe le sale por los poros de manera evidente y clara, casi sin tapujos, en cada palabra que emite.
Cuando consuela a Dolores, que ha sido “ultrajada” por Rafael, utiliza un tono excesivamente irónico, se burla, disfruta
pensando en lo que hará con el jorobado y que su hija, en un rapto de ingenuidad, no ha sabido calcular: “Te quedarás
sin profesor. Serás burrita, burrota. Como tu madre. Que si viene un franchute no sabe decir buen día. ¿Qué haremos
con él?” (p. 77) La violencia contenida que maneja con Dolores muestra que a ella no se la puede tratar como a los
demás, Dolores es más fuerte que su madre y no es parte de la servidumbre, por lo que Benigno debe utilizar un recurso
más sutil y más solapado que el simple insulto, pero a la vez más dañino, con “efecto prolongado”: la violencia
psicológica.

Benigno utiliza todos los medios para ejercer su poder: el arte, la educación, las relaciones sociales, y en cada uno de
estos ámbitos imparte su violencia: a través del arte hace que su mujer toque el piano hasta que los dedos no le den
más y obliga a bailar exasperadamente a Rafael con Fermín, hasta marearlo, hasta humillarlo, mientras Dolores sufre
observando la funesta escena. Aquí nos encontramos otra vez frente al vacío que se llena con lo no dicho socialmente: si
el arte estaba coartado por el régimen militar, en este caso el arte se presenta en la pieza en su totalidad como
“desencubrimiento” de este arte prohibido pero reproduce a la vez ese arte oficial al servicio del gobierno en la música
de la madre usada por Benigno para la tortura.

La educación es el medio que parece usar para que su hija deje a un lado la ingenuidad de la juventud y sea así
consciente de los tormentos a los que está expuesta dentro y fuera de la casa, de lo que se debe soportar, sólo porque él
así lo desea. El mismo mecanismo que con el arte se produce, sucede también en esta esfera: las instituciones están
limitadas y representadas a la vez en el arte.

Y las relaciones sociales le sirven a este padre para desbaratar todo capricho de su hija, imponiéndole un marido que no
le tiene ningún respeto y la ultraja tanto y más que él mismo: “[Juan Pedro] la toca brutalmente” (p. 98); “toca a Dolores
como alguien que aprovecha burdamente la ocasión” (p. 101). Juan Pedro viene de afuera para reproducir el orden
impuesto por “el que corta cabezas” y aceptado por su futuro suegro, que hace oídos sordos a los ultrajes de éste hacia
Dolores y le festeja los que se dirijan a cualquier otro, como Rafael, o su propia esposa. Estos tres ámbitos alegorizan
también el orden establecido por el gobierno de la época de referencia, porque nadie podía salirse de esos cánones si no
quería ser convertido en “melones”, si no quería ser NN en la esfera del vacío.

Benigno (la ironía y el cinismo están ya en su nombre de pila) es “falso, corazón helado, espíritu calculador, que hace el
mal sin pasión, y organiza lentamente el despotismo con toda la inteligencia de un Maquiavelo”.4 Tal como Sarmiento
caracterizó a Quiroga en su Facundo, Benigno representa la ambivalencia propia de la personalidad pública y el asesino a
sangre fría: “…sublimes, clásicos, por decirlo así, van al frente de la humanidad civilizada en unas partes; terribles,
sanguinarios y malvados son en otras su mancha, su oprobio”.5

La ironía y el cinismo son las maneras en que Dolores ha aprendido a relacionarse con quienes la rodean. También ella
se rige por el simple capricho, ella decide cuándo comenzará su historia de amor, ella se lo confiesa a Rafael, ella lo
apabulla desde el principio. Dolores trata a Rafael como se le antoja cuando se le antoja: “Para que yo ofenda, ¡tiene
que haber ‘alguien’ para ofender!” (p. 77); y poco después: “Te amo… Te amo con tus ojos furiosos…” (p. 84).

Dolores actúa con los demás personajes de la pieza creyendo que puede calcularlo todo tal cual lo hace su padre, pero
hay momentos en los que la sorprende el horror, sobre todo ante la presencia de Fermín. Cuando su padre la maltrata,
pareciera que todavía confía en que él la quiere, sin poder reconocer lo que significa cada acto del “hombre de la casa”,
sin resignarse a creer que existe ese grado de violencia, a creer que sea real; pero cuando es Fermín quien aparece,
Dolores sabe que su campo de acción terminó y que no puede pasar más allá de lo que el criado-bestia le permite:
“…cuando era chica le gustaban los regalos que le traía. Dolores: -(…) Me daban horror. Fermín: - (…) ¡Todo un verano le
traje arañas!” (p. 105). La apabulla la violencia explícita.

Dolores, a diferencia de su padre, es más pasional, más impulsiva y su inteligencia le permite darse cuenta de lo que
pasa en el exterior, de que la violencia que vive día a día se origina más allá de las paredes de su casa, que viene desde
más arriba, “del que corta cabezas”. Dolores no soporta escuchar el carro de los melones, sabe lo que eso significa y se
enfrenta a su padre para manifestarle que no está de acuerdo con el asesinato, con el horror que se vive. Rafael
comparte con ella esa opinión y llega a transmitírselo, lo que los unirá mucho más y dará sentido a “lo importante” de la
pieza. “Dolores:- O su mujer. O sus criados… Nadie puede decir que no al señor de la casa. Mueve un dedo y ya está.
Madre:- Ese señor es tu padre. Dolores:- ¿Y el otro señor, mamá? ¿El que corta cabezas?” (p. 89).

El amor de Rafael es para Dolores un escape y una lucha contra ese autoritarismo en el que la sociedad entera está
inmersa. Los melones simbolizan en la pieza esa violencia externa que se transmite casi directamente al interior de la
casa a través de Fermín, el nexo entre el adentro y el afuera, el que trae todo lo externo: trajo a Rafael y de la misma
manera “se lo llevó”, y trajo melones para Dolores: “Fermín:- (…) ¡Melones! (…) ¡Pasaron y compré! Pensé, a la niña le
gustará” (p. 73). Fermín es el ejecutor, el verdugo, mientras que Benigno se comporta como el autor intelectual de las
atrocidades que, orgulloso, su criado-bestia realiza. Fermín es, además, el único que se ensucia las manos con sangre.
Mientras los demás acompañan el movimiento de la guerra de la sangre, él la lleva en sus manos primero para hacerle
una broma a Dolores y luego para aniquilar su felicidad, le trae el dolor de las cabezas cortadas a su misma presencia. A
pesar de que lo que Fermín acarrea dentro de la bolsa no resulta ser realmente una cabeza, el daño que produce en la
joven es el mismo, el horror que le genera es aquel que le hubiese producido esa misma cabeza, sólo ver la sangre
apabulla a la niña. Es el dolor del disparo de un fusil que no tiene balas, pero que tortura al que no lo sabe.

El terror es el medio por el que el padre y la hija, el marido y la mujer, el amo y el criado se relacionan. Benigno no
conoce otra manera, la pieza sólo nos muestra un fragmento de esta sanguinaria vida que lo lleva a las torturas
continuas. Lo que sabemos es que responde a alguien que está en el exos, en el afuera. “Incapaz de hacerse admirar o
estimar, gustaba de ser temido; pero este gusto era exclusivo, dominante hasta el punto de arreglar todas las acciones
de su vida a producir el terror en torno suyo, sobre los pueblos como sobre la víctima que iba a ser ejecutada, como
sobre su mujer y sus hijos”.6 Ésta es la manera en la que se maneja Quiroga según Sarmiento y ésta es la manera en la
que se maneja Benigno.

Las comparaciones que hasta el momento se han intercalado entre el Quiroga retratado por Sarmiento y el Benigno
de La malasangremuestran y confirman que el orden de violencia doméstica impartida por este último responde a y
reproduce un orden más amplio, exterior, y que se convierte en el paso previo de aquel que realmente quiere ser
mostrado mediante la puesta en escena: el de la dictadura de 1976-1983.
Del otro lado de la violencia representada por Benigno, Rafael es un personaje que encorvado, torcido, jorobado, es
aquel que no sigue el “recto” comportamiento exigido, es el que no viste de rojo, el que trae a la casa otra cosa
diferente de aquella que trae Fermín, es el representante de “el otro bando”. Por un lado, dijimos que, como vehículo de
la educación, saca a la niña de la ingenuidad para hacerle más consciente su sufrimiento; pero, por otro lado, trae el
amor y “las cabezas sobre los hombros” para afianzar en Dolores lo que ya se vislumbraba en su carácter. Rafael ingresa
transmitiendo una educación avalada oficialmente, respetando los cánones impuestos, pero la confianza con su alumna
hace que lo proscrito se fortalezca tanto en él como en ella, que, a través del conocimiento del exterior, hace de su
bandera de batalla algo real y concreto. Hace de ella pura confianza en sí misma. El “torcido” convierte lo figurado en
una imagen literal para que no nos queden dudas acerca de cuál es la ley que rige la casa, para que no dudemos cuál es
la línea que hay que seguir, pero que él no sigue, desviándose, en todo sentido, inclusive pagando el “desliz” con su
propia vida. Su joroba le vale humillaciones y sufrimientos, pero también le acerca la posibilidad de conocer el amor.
Rafael es el receptor de la parte física y sin tapujos de la violencia ejercida por Benigno y por Fermín; él hace uso de la
violencia verbal sólo cuando debe defenderse, sobre todo de las humillaciones de Dolores, frente a quien, por ser su
alumna, se muestra más firme que frente a los demás. Rafael se defiende con insultos y sólo una vez le levanta la mano,

lo que le costará muy caro. “Dolores:- Hay mujeres que… que se pueden enamorar de los defectuosos… Rafael …) ¡Y
defectuosos que por suerte no se enamoran de las imbéciles!” (p. 75).

Rafael y Dolores son los dos únicos personajes que presentan evolución dentro de la pieza, y ésta parece deberse a la
influencia del uno sobre el otro. Rafael llega para darle a Dolores aires nuevos y ella lo convierte en un ser con carácter y
capacidad de defenderse frente a las agresiones, al menos frente a las suyas, dándole al mismo tiempo la posibilidad de
experimentar un sentimiento nuevo, el amor. La relación entre ambos se compone como la contrapartida de la relación
entre Fermín y Benigno, ya que llevan la bandera de las “cabezas sobre los hombros”, mientras que los otros abogan por
“el que corta cabezas”. La alegoría del país que se vive tiene también sus opositores, sus “unitarios” de turno. Más allá
de la lectura obvia que podemos hacer de los dos “bandos” presentes en la pieza, la complejidad se instala desde el
personaje de Dolores y la institución familia, eje del discurso oficial de la dictadura: la institución a la que se quiere
preservar es en este caso la que revela la peor parte de lo que se vive, en la familia se explicita el conflicto social para
que sea el espectador quien elija ceñirse a él o trasladarlo a aquello que sabe que esa puesta en escena quiso decir.

El carácter “opositor” de la pareja es el que lleva a Rafael a la muerte. No así a Dolores, quien cumple nada más y nada
menos que el destino que su nombre predica, por ubicarse en una situación intermedia: opositora, pero hija, familia.
Rafael transgrede desde su propia figura, desde el amor que profesa hacia la joven y desde el ocultamiento de éste; y es
esa trasgresión la que lo hará víctima de la violencia roja de Benigno, que, intermediado por Fermín, lo presentará
muerto a los ojos de su propia hija, llenando el vacío con un cuerpo y un nombre.

El final de la pieza nos revela la imposibilidad de Dolores de salir del círculo violento en el que vive, ya que, al momento
de pasar a la esfera no doméstica externa, su plan se ve trunco y su nexo “positivo” con el exterior (Rafael) deja de
existir, mientras que el “negativo” (Fermín) se hace más presente para duplicar y reproducir la acción y las ideas que el
camión de melones le hacía llegar en sus pregones.

En esta última escena tanto como en las anteriores se nos revela el carácter del personaje de la madre, aquel ser que no
ignora los sucesos de violencia que se viven dentro y fuera de la casa, pero que tampoco toma partido para enfrentarlos,
a pesar de que es también ella una víctima. La madre sufre y ve a su hija y al profesor sufrir pero no se mete, no toma
partido y lo único que tiene para decir en el momento del trágico desenlace es “Vamos a dormir” (p. 118). Es parte de
los que miran el mundial del ’78 como si a pocos metros del estadio no estuvieran ocurriendo grandes atrocidades.

El círculo de la violencia es un círculo cerrado que se instala desde la primera puesta en escena de la obra en 1981. El
terrorismo de estado estaba instalado desde hacía cinco años y formaba parte del contexto cotidiano de actores,
espectadores y de la dramaturga, que aún se exiliaba en Barcelona. Esta misma sensación es la que genera la
identificación de cada espectador con Dolores, por ejemplo, quien es víctima de la tortura psicológica, o con Rafael,
víctima de la tortura física. El régimen de Rosas, “encubierto” en el Benigno padre de familia y el accionar del gobierno
de facto “desencubierto” en sus actos, nos muestran una realidad conocida pero no por eso menos violenta. La violencia
interna de esa casa, de esa escena, explota y sale hacia afuera y desde afuera vuelve a repercutir en lo interno, porque
no puede pensarse la Argentina de 1981 ó 1982 sin la remisión al proceso y no puede pensarse este proceso sin la
remisión a la familia.

ANALISIS

Indaguen y conjeturen las posibles relaciones (por similitud, por oposición, etc.) entre los personajes centrales de uno
y otro texto.

 Benigno - Rosas:

Autoritarios, abusaban de su poder, violentos, despectivos.

 Fermín - Matasiete:

Hacen lo que la “autoridad” les pide, en “El Matadero” el juez, en La Malasangre el jefe. Son brutos, se encargan de
lastimar o matar al “inocente” en ambos textos.

 Rafael - niño inocente:

Ambos mueren sin culpa alguna. Rafael muere en manos de Fermín por furia de Benigno enterarse que se había
enamorado de su hija y ella de él. El niño muere por el lazo que se corta porque el toro estaba furioso e hizo para
escapar.

 Dolores - unitario - toro.

Toman una posición de resistencia contra la autoridad. No la soportan y no la aceptan. Dolores, como el toro, intenta ser
libre de ese encierro, de esa prisión, de la autoridad. Hasta el final luchan, siguen en pie y salen heridos: después de la
corrida y el cansancio dejan libre al toro; dolores sale herida al enterarse de la muerte de su amado.

Rastreen en La Malasangre referencias textuales, explicitas o implícitas, al texto de Esteban Echeverría.

Los dos textos transcurren en la época de rosas. Las referencias históricas de ese tiempo pertenecen al “El Matadero”.

En ambos se habla sobre los federales:

 En “El Matadero” se menciona y describe directamente; en La Malasangre se hace mención sobre el color rojo
granate de las cortinas que pertenece a la divisa punzó (correspondiente a los federales).

 El color rojo, predominante en la obra, lo comparo con la sangre predominante en “El Matadero”.

 Ambos son realistas.

 Se busca la libertad: el toro y el unitario en un texto, Dolores en el otro.

 En uno se produce la matanza, en el otro se reparten las cabezas.

 La mazorca se relaciona a ambos.


 Otra referencia textual y explícita se puede encontrar en la escena dos cuando Rafael intenta enseñarle a
Dolores y Fermín interrumpe llevando melones en una bolsa, les hace creer que son cabezas - de personas que
degollaba la policía de Rosas - porque se había manchado, intencionalmente, las manos con sangre y dice:

[…] Fermín:- fui a hacer las compras al matadero […]

Analicen en profundidad los contextos de emergencia de las obras literarias y los contextos “en” las obras literarias.
Elaboren algunas conclusiones al respecto.

o Contexto de los personajes: en ambos textos el contexto se sitúa en la época de Rosas y la mazorca.

o “El Matadero” se escribe durante la Presidencia de Rosas, lo que se habla en el texto también se veía
fuera de el.

En ambos hay denuncias políticas, sociales y económicas:

Las económicas se pueden ver en el momento en que: se produce la inundación la cual provoca una crisis económica;
Benigno y Candelario observan a las personas en busca y espera de trabajo. Estas personas aguardan durante la lluvia
para un posible puesto de trabajo en la casa que fue concedido a Rafael, los otros solo esperan en vano.

La denuncia social se puede ver cuando Benigno hace la notable división entre él y los que buscan empleo, él que
pertenece a una alta jerarquía puede levantarse tarde y estar caliente dentro de su casa mientras que los que no
corresponden a su jerarquía tienen que esperar por un puesto no vacante soportando el frío, la lluvia y las horas sin
descanso; se hace distinción entre los federales y los unitarios.

La denuncia política se nota cuando en “El Matadero” el gobierno tiene autoridad sobre todo incluyendo sobre la misma
Iglesia Católica (se decide el pedido de carne en contra de la Iglesia); en La Malasangre se puede comparar a Benigno
con Rosas, acá también se puede mencionar el tema de la autoridad respecto de su casa.

Políticamente también esta el tema de la Mazorca, que era la encargada de provocar la muerte de los unitarios para que
después se paseen su cabezas por los barrios atemorizando a los que los oían y a su vez amenazándolos de que si hacen
algo no debido (todo lo que vaya en contra del gobierno) terminaran muertos y humillados después de muertos.

Gambado escribe esta obra:

Como continuación de “El Matadero”

Demostrando lo mismo que demostró Echeverría: los federales son grotescos, salvajes, autoritarios, son dominados por
el poder; que hay alguien en contra de ellos.

Los federales son iguales: en público (como en “El Matadero”) y en privado (como en La Malasangre); con los unitarios y
con los que no lo son.

EL MATADERO ( me falto algo, esto es un apunte que dio la profe porque lo tenia anotado en el texto jajaja, para
entenderlo mejor lee el matadero)

Se denuncia:

 Ironía: lo de la llave del estómago, texto preferencial. Lo que menciona sobre la revolución de mayo.

Tiempo previo a la revolución --- Después Rosas

Teníamos rey --- Teníamos a Rosas


 Humor: lo de la flatulencia.

 Comparación Tigre juez Animales de carroña Negras mulatas Forma indirectas Metáforas -
reemplazo.Hipocresía: a la iglesia. Niño imagen de inocente Toro | Unitario Agresivo | Se torna agresivo con sus
palabrasResistente | En el sentido de que no lo iban a humillar.

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