Leí en un libro de Marcos Witt, que “El nivel de tu agradecimiento está di-
rectamente relacionado con el nivel de tu espiritualidad”. En principio estas
palabras pueden sonar algo drásticas pero pensando un poco, ¿Cómo po-
demos ser personas espirituales o entregadas a Dios si somos malagradeci-
dos? ¿No es cierto que nuestro nivel de agradecimiento en la vida deter-
mina nuestro estado de ánimo?
La idea del mensaje de hoy es que nos demos cuenta de que la gratitud es
algo muy importante en nuestra relación con Dios, Santiago dice que es im-
posible de una misma fuente puedan salir aguas amargas y aguas dulces al
mismo tiempo.
Ingratitud
Pablo escribió lo siguiente “También debes saber esto: que en los postre-
ros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de
sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a
los padres, ingratos, impíos” 2 Timoteo 3:1,2. Fíjese que en la lista de acti-
tudes desagradables, Pablo incluye la ingratitud como señal de dos cosas.
Por un lado, “los postreros días” y por otro “tiempos peligrosos”. Si hay una
palabra que describe la actitud de la gente hoy en día es la palabra ingrati-
tud. Todos están preocupados por sus cosas, viven constantemente con el
“yo” en la boca. Hay una tendencia a pensar que la sociedad les debe algo
y por lo tanto adoptan la postura del que espera que le den algo en lugar
de dar. Y cuando se le da algo en lugar de decir “gracias” dicen “Ya era
hora”.
Hebreos 13.5 dice “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con
lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré”
Relato Lázaro