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ESPECIALISTA EN
ENTRENAMIENTO DEPORTIVO
2015
 

   

FUNDAMENTOS DE LA PLANIFICACIÓN
DEPORTIVA
 

Prof. Carlos Morales


 
CAPACITACION NACIONAL DEPORTIVA 
 

CAPITULO 1

CONCEPTOS BÁSICOS DE LA PLANIFICACIÓN
DEPORTIVA
 

 
 
 
 
Al finalizar la unidad, el alumno será capaz de:

• Comprender el concepto de entrenamiento deportivo.


• Identificar los componentes del entrenamiento dpeortivo.
• Reconocer los factores que influyen en el rendimiento deportivo.
• Conocer el concepto de entrenamiento deportivo.
• Determinar los factores que influyen en el rendimiento deportivo.
• Comprender el concepto de adaptación y carga de entrenamiento y los factores
que influyen.


 
CAPACITACION NACIONAL DEPORTIVA 
 

CONCEPTOS BÁSICOS DE LA PLANIFICACIÓN


DEPORTIVA
CONCEPTO DE ENTRENAMIENTO DEPORTIVO
El concepto “entrenamiento” se utiliza en la lengua coloquial para los ámbitos más
diversos y se suele utilizar en el sentido de un proceso de ejercicio que busca un grado
más o menos acentuado de mejora en los objetivos de cada momento. En un sentido muy
general Martin (1977, 14) considera el entrenamiento como un proceso que origina un
cambio de estado (físico, motor, cognitivo, afectivo).
Podemos definir el entrenamiento deportivo de muchas formas, dependiendo del
autor, Mora Vicente 1995 dice que el entrenamiento deportivo es un proceso planificado
y complejo que organiza cargas de trabajo progresivamente crecientes destinadas a
estimular los procesos fisiológicos de supercompensación del organismo, favoreciendo el
desarrollo de las diferentes capacidades y cualidades físicas, con el objetivo de promover
y consolidar el rendimiento deportivo.
La fórmula “entrenamiento deportivo” delimita el significado, pero deja abierta la
cuestión del desarrollo gradual. Matveiev (1972, 1) entiende por entrenamiento
deportivo la preparación física, técnico‐táctica, intelectual, psíquica y moral del
deportista con la ayuda de ejercicios físicos. Así, el entrenamiento deportivo en la escuela
y el deporte para la tienen como objetivo la mejora planificada y selectiva de la capacidad
de rendimiento corporal, pero no se plantean, como lo hace el deporte de elite, conseguir
el rendimiento máximo individual en un proceso a largo plazo, determinado por
regularidades estrictas. Desde la perspectiva de la práctica deportiva, Carl (1989, 218)
recomienda definir “el entrenamiento deportivo como un proceso de acciones complejas
cuyo propósito es incidir de forma planificada y objetiva sobre el estado de rendimiento
deportivo y sobre la capacidad de presentar de forma óptima los rendimientos en
situaciones de afirmación personal”. Los entrenadores tienen la responsabilidad,
especialmente con deportistas de elite y de alto nivel, de implementar un proceso de
entrenamiento que sea coherentemente y adecuadamente planificado y monitorizado, y
en el cual esté siempre presente la mejora y el bienestar del deportista mediante una
cuidadosa regulación de los factores de la carga de entrenamiento. La mayor parte de los
principios que se discuten aquí son aplicables a cualquier deporte y a cualquier nivel de
rendimiento deportivo.

COMPONENTES DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO


El entrenamiento tiene tres componentes principales:
• La prestación deportiva y la capacidad de prestación deportiva.
• El entrenamiento deportivo.
• La competición deportiva.
Cada uno de estos componentes se define como teoría de la prestación, teoría del
entrenamiento y teoría de la competición. El término teoría se utiliza para indicar un
aspecto parcial de los que se conoce como la Ciencia del Entrenamiento Deportivo. Por
tanto, los conocimientos de los conceptos fundamentales de la Ciencia del Entrenamiento


 
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comprenden los objetos de estudio propios de las componentes fundamentales, es decir,


la “prestación”, el “entrenamiento” y la “competición”.
Se consideran objeto de estudio dentro de la teoría de la prestación:
• La prestación (éxito, exigencia de esfuerzo, solicitación, fatiga, recuperación, sistema
funcional).
• Objetivos de la prestación (estructura de la prestación modelo funcional de la
prestación, diagnosis de la prestación).
• Capacidad de la prestación, disponibilidad de la prestación, nivel de la prestación,
factores de la prestación.
• Fundamentos de la prestación: capacidades mentales, coordinativas, estratégico‐
tácticas y condicionales (fuerza, resistencia, velocidad y flexibilidad).
• Componentes de la prestación (condición física, técnica deportiva, estrategia, táctica).
• Parámetros de la prestación.
• Características de la prestación.
• Acción (regulación del movimiento, coordinación del movimiento).
• Desarrollo de la prestación (mecanismo de acción, adaptación, supercompensación,
aprendizaje motor, organización de la información motora).
• Ontogénesis de los movimientos.

Se consideran objeto de estudio dentro de la teoría del entrenamiento:
• El entrenamiento (objetivo, contenido, intensidad, volumen, método, ejercicio, efecto y
nivel de entrenamiento).
• Carga de entrenamiento (zona de carga, dinámica de carga, intensidad de carga,
volumen de carga, compensación).
• Entrenar (preparación, calentamiento, ejercitación, ejercicio, medios de
entrenamiento).
• Sistema de entrenamiento (división en ciclos, periodización, planificación del
entrenamiento, proyecto del entrenamiento, valoración del entrenamiento, análisis
del entrenamiento, control del entrenamiento).
• Etapas del entrenamiento (entrenamiento inicial, entrenamiento básico,
entrenamiento de desarrollo, entrenamiento de transición al alto nivel, entrenamiento
de máxima prestación).
• Aptitud (diagnosis de la aptitud, diagnóstico de la aptitud) Detección (detección del
talento).
• Selección (selección del talento).
• Entrenador.
• Deportista.

Se consideran objeto de estudio dentro de la teoría de la competición:
• Función de la competición (competición de entrenamiento, competición de
construcción, competición de verificación, competición de selección, competición
importante, competición de eliminación, competición de calificación, competición para


 
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clasificación, competición individual, competición de equipo, torneo, series de


competición).
• Sistema de competición.
• Concepción (proyecto) de la competición.
• Preparación para la competición (preparación inmediata a la competición,
preparación para la entrada en competición).
• Instalaciones de competición.
• Equipamientos de competición.

Para llevar a cabo el entrenamiento se necesita una carga o estímulo que permita que
se produzcan unas determinadas adaptaciones en el organismo. Estas adaptaciones se
manifiestan en una mejora de la prestación deportiva, un resultado o en un rendimiento
en la competición. Pero para que estas mejoras se produzcan es necesario utilizar unos
procedimientos, procesos y métodos adecuados y respetar unas leyes o principios básicos
que regulan el entrenamiento. Sin embargo, el entrenamiento no debe verse solo desde el
punto de vista de su ejecución. El entrenamiento es un proceso global que abarca un
conjunto de procesos individuales y de medidas que de forma sistematizada y planificada,
y de acuerdo con las leyes de evolución del rendimiento interactúan y dependen entre sí.
El entrenamiento se ha considerar como un proceso en el que interviene en gran
medida una serie de decisiones que hay que adaptar en diversos momentos del proceso
de entrenamiento. Para contestar a esta pregunta deberemos hacer un análisis de las
partes que integran dicho proceso y que contestaremos a lo largo de este documento.

EL PROCESO DE ENTRENAMIENTO
Es poco probable que la práctica de entrenamiento se cubra adecuadamente si solo se
considera la monitorización de los factores causales que se producen en un estado
determinado de rendimiento deportivo e ignoran la complejidad e interdependencia de
los elementos del proceso. Una descripción conceptual más completa del proceso de
entrenamiento ha sido descrita por Lyle (1996), donde los conceptos claves del proceso
se identifican como:
Una base de información
• El conocimiento y las destrezas del entrenador.
• Las capacidades del deportista.
• El análisis del rendimiento.
• Los mecanismos que regulan el proceso.
• La progresión sistematizada.
• La forma de operar los mecanismos para regular el proceso.
• La determinación de objetivos.
• La planificación.
• El programa de preparación.
• El programa de competición.
• La individualización.


 
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Algunos de estos conceptos claves son obviamente pertinentes al entrenamiento per


se. Pero existen sub‐procesos genéricos sin los cuales el proceso de entrenamiento y la
práctica de entrenamiento llegarían a ser menos sistemáticos y menos controlados. Una
interpretación contextual de estos conceptos claves nos indican que la gestión del
rendimiento depende de la capacidad del entrenador para asegurar que la progresión
sistematizada se logre según la forma de operar los mecanismos para regular el proceso.
Los mecanismos dependen de la información disponible, la planificación y la
monitorización. Lamentablemente, esto queda bastante lejos del proceso actual de la
practica de entrenamiento, ya que son muchos los entrenadores que no operan de forma
sistematizada (Lyle, 1992), ignoran la planificación y la regulación, y parecen trabajar
más con tomas de decisiones intuitivas a corto plazo.
El modelo de proceso que presentamos aquí contempla el ajuste a corto y largo plazo
de todas las medidas necesarias para la realización del entrenamiento con el objetivo de
mejorar el rendimiento (Grosser et al., 1988). Las medidas individuales de este proceso
están relacionadas entre sí en una especie de proceso cíclico que se desarrolla en cinco
fases y que han sido readaptados para explicarlo sintéticamente así:
• PRIMERA FASE: Diagnóstico (análisis) del estado actual de rendimiento y
determinación de las etapas de entrenamiento.
• SEGUNDA FASE: Determinación de los objetivos y resultados estandarizados y
planificación del entrenamiento.
• TERCERA FASE: Realización del entrenamiento.
• CUARTA FASE: Control del entrenamiento y la competición.
QUINTA FASE: Evaluación y comparación con resultados estandarizados y
retroalimentación.

EL RENDIMIENTO DEPORTIVO
El rendimiento deportivo se puede definir desde diferentes puntos de vista de la
Ciencia.
Pedagogía del entrenamiento: El rendimiento es la unidad entre realización y
resultado de una acción motriz deportiva, basada en unas normas o reglas determinadas.
Física: El rendimiento es el cociente entre trabajo y tiempo empleado en dicho trabajo:
Rendimiento (P) = trabajo(W)/tiempo(t); puesto que: W= Fuerza (F) x Distancia (s),
resultará: P = F • s/t; y puesto que velocidad (v) = s/t, resulta: Rendimiento (W) = fuerza
por velocidad, P=F•v
Fisiología: El rendimiento es la cantidad de energía transformada por unidad de
tiempo.
Psicología: El rendimiento es la superación cuantificable de tareas‐test establecidas o
bien el logro de capacidades específicas cognitivas.
Ya hemos señalado que el objetivo final del entrenamiento es la mejora de la
prestación o rendimiento deportivo. Por lo tanto, es necesario afrontar la tarea de definir
el concepto de rendimiento deportivo.
El concepto de rendimiento deportivo está relacionado con el resultado de una acción
o de una sucesión de acciones (el tiempo obtenido, la longitud medida, los puntos


 
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asignados, el número de goles, etc.) y la ejecución (la respuesta a la carga o la dificultad


de la acción solicitada).
La unidad entre resultado y ejecución es particularmente evidente en los deportes
técnicos como la gimnasia rítmica o el patinaje artístico, en la que el objeto de la
valoración parte del jurado en la ejecución de la acción en su conjunto.. Por tanto, el
rendimiento deportivo viene así definido: “Unidad entre la ejecución y el resultado de una
acción o de una sucesión de compleja de acciones deportivas, que son medidas y
valoradas en base a unas normas precisas, que son socialmente estables” En: Schnabel,G.;
Harre, D., Borde, A. (1998): Scienza dell’allenamento. Arcadia:Vignola, p. 37. Weineck dice
que la capacidad de rendimiento deportivo expresa el grado de asentamiento de un
determinado rendimiento deportivo‐motor y está marcada, dada su compleja estructura
de condicionantes, por un amplio abanico de factores específicos. El adjetivo “deportivo”
resulta necesario siempre que delimitemos la capacidad de rendimiento frente a otros
ámbitos vitales (p. ej., frente a la capacidad de rendimiento profesional, intelectual, etc.).

FACTORES DE LA CAPACIDAD DE RENDIMIENTO DEPORTIVO


La figura 1 muestra de nuevo los rasgos característicos de la capacidad de rendimiento
deportivo, de forma simplificada y relevante para la práctica del entrenamiento (en la
figura 1 ya han sido descritos con detalle, en referencia a las condiciones personales
internas directas e indirectas).
La capacidad de rendimiento deportivo, debido a su composición multifactorial, sólo
se puede entrenar desde una perspectiva de fenómeno complejo. Sólo el desarrollo
armónico de todos los factores que determinan el rendimiento permite conseguir el
rendimiento máximo individual.









Figura 1: Modelo simplificado de
los componentes de la capacidad de
rendimiento deportivo.

MODELO GENERAL DEL RENDIMIENTO DEPORTIVO


El rendimiento deportivo depende de los componentes del rendimiento (como se
realiza), las condiciones en las que se lleva a cabo el rendimiento y factores del
rendimiento:(técnicos, tácticos, condicionales, psíquicos y constitucionales o
morfológicos) que se ven influenciados entre si y que dibujan lo que sería un modelo
general del rendimiento deportivo.


 
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Partiendo de este modelo general, es fácil deducir que cada actividad deportiva tendrá
un modelo de rendimiento deportivo específico en función del tipo y la relevancia de sus
componentes, condiciones y factores específicos (figura 2).








Figura 2: Modelo general del
rendimiento deportivo.

COMPONENTES DEL RENDIMIENTO DEPORTIVO


El conocimiento de la estructura del rendimiento deportivo tiene una gran
importancia para el desarrollo sistemático del entrenamiento. Las diferentes capacidades
y condiciones concretas que influyen en el rendimiento deportivo no se deben considerar
como aislables, es decir, todas las componentes tienen una fuerte influencia entre sí,
aunque sus relaciones tienen un cierto nivel de solapamiento.
En este contexto, en necesario señalar que el ser humano posee un complejo funcional
de sistemas, a pesar de disponer de un amplio espectro de posibilidades funcionales. Es
por ello, por lo que es científicamente indemostrable determinar exclusivamente los
mecanismos específicos que sean responsables de la técnica, de la fuerza o de la
velocidad.
El modelo estructural que se presenta recoge seis ámbitos:

Técnica, subdividida en:
Capacidades coordinativas generales, como la capacidad de diferenciación, de
adaptación y de aprendizaje, entre otras; Habilidades motrices, que se pueden
subdividir, a su vez, en las llamadas elementales (reptar, andar, correr, saltar, etc.) y
específico‐deportivas (técnicas de natación, elementos gimnásticos‐deportivos, etc.).
En general, las capacidades de coordinación se consideran como requisitos para las
estructuras de las técnicas de movimientos, las cuales, además, se pueden caracterizar
por su estructura, precisión, ritmo, velocidad, frecuencia, elasticidad, continuidad, etc.

Condición física, subdividida en:
Capacidades mayoritariamente condicionadas por la energía, como la resistencia
(resistencia aeróbica y anaeróbica) y la fuerza (resistencia de fuerza) Capacidades
condicionadas en gran parte por la coordinación, como la velocidad (tiempo de reacción,
velocidad de movimiento y velocidad cíclica), la flexibilidad (estática y dinámica) y la
fuerza (fuerza máxima y fuerza explosiva).


 
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Táctica o capacidades táctico cognitivas. Especifican los procesos de percepción


(incluyendo la sensorial), interacción e intelectuales (estratégicos) en el rendimiento
deportivo.

Estado psíquico o capacidades psíquicas. Ponen en marcha la activación neuronal.
Son, ante todo, la voluntad, la fuerza de voluntad, la actitud la motivación, el
temperamento, el carácter, etc. Los ámbitos de las capacidades psíquicas y táctico‐
cognitivas se denominan en su conjunto como regulación psíquica.

Condiciones básicas. Son aquellos componentes que mantienen el desarrollo del
rendimiento dentro de unos determinados límites, como por ejemplo, el talento, la salud,
la constitución física (talla, composición de las fibras musculares, porcentaje graso, etc.) y
el tipo de material técnico (bañador, esquíes, balones, raquetas, etc).

Condiciones externas, como el tiempo, el clima, las condiciones de la instalación
(características del suelo, tipo de corcheras en la piscina, etc), espectadores, ambiente de
competición, condiciones familiares, profesionales y económicas, interacciones entre
entrenador y deportista, que pueden influir también en el rendimiento deportivo.

EL SOBREENTRENAMIENTO
El sobreentrenamiento es un proceso que se origina cuando se produce una gestión
inadecuada de los agentes estresantes sobre el deportista. Los factores físicos,
psicológicos y emocionales que intervienen en este estado de sobreentrenamiento
contribuyen a la disminución crónica del rendimiento deportivo.
Como consecuencia del descuido de la recuperación pueden aparecer síndromes de
sobrecarga crónica de naturaleza diferente, tanto en el ámbito físico como en el psíquico,
que se pueden incluir en la denominación de “sobreentrenamiento”. Entendemos por
sobreentrenamiento una exigencia excesiva debida a la suma de estímulos excesivos:
entrenamiento demasiado duro, sobrecarga en la vida laboral y privada, carencia de
sueño, nutrición erró‐ nea y otras magnitudes de distorsión (cf. Keul, 1978, 238;
Findeisen/Linke/Pickenhain, 1976, 248; Israel, 1976, 1 s.). En el ámbito del propio
entrenamiento deportivo, las causas pueden ser:

• Incremento demasiado rápido de la cantidad y la intensidad del entrenamiento.
• Trabajo técnico forzado o excesivo de secuencias motoras difíciles.
• Unilateralidad pronunciada de los métodos y contenidos de entrenamiento.
• Acumulación de competiciones, con intervalos de recuperación insuficientes.

INTERDEPENDENCIA DEL SOBREENTRENAMIENTO Y LA GESTIÓN DEL


PROCESO DE ENTRENAMIENTO
Para asegurar la mejora en el rendimiento del deportista es necesario introducir
cargas de entrenamiento elevadas. Cuando el periodo de tiempo entre estas cargas de


 
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entrenamiento (incluidas también las competiciones) es insuficiente para la recuperación


y el descanso, sus efectos acumulativos pueden llevar a una disminución del estado de
adaptación al entrenamiento del deportista y, en consecuencia, al sobreentrenamiento. La
frecuencia , la duración y la intensidad de entrenamiento implicadas en este proceso son
también características de los elementos esenciales del proceso de entrenamiento para la
mejora del rendimiento. Según cómo este proceso sea gestionado por el entrenador a
través de la planificación, la monitorización y la regulación, podrá disponerse de un
apoyo directo, más o menos efectivo, sobre el estado de entrenamiento del deportista.
El síndrome de sobreentrenamiento, como mecanismo causal, es la fase final en un
proceso que proviene de un sobreesfuerzo (a veces referido como “sobreentrenamiento
local”) y una sobrecarga (desequilibrio a corto plazo entre stress y adaptación, también
denominado “sobreentrenamiento a corto plazo” o “overreaching”). El término
“síndrome” connota, en si mismo, una agrupación característica de factores en los que
una serie de acontecimientos que se suceden de forma continua, acumulativa y,
posiblemente, predecibles, conducen a unas respuestas características. En base a ello,
centraremos nuestra argumentación en los siguientes aspectos:
1. El sobreentrenamiento resulta frecuentemente de una implementación inapropiada
del proceso de entrenamiento.
2. El sobreentrenamiento puede prevenirse mediante la implementación efectiva de
una planificación adecuada, un seguimiento efectivo y continuo y una cuidadosa
regulación de los factores de la carga de entrenamiento.
3. Con el fin de evitar el sobreentrenamiento en el nivel de alto rendimiento,
es fundamental poner atención en los objetivos de rendimiento, los principios de la
teoría del entrenamiento y los programas de entrenamiento individualizados.
4. El entrenamiento improvisado, mal gestionado, no aporta la
información continuada que se necesita para detectar las señales de alarma que
conducen al sobreentrenamiento lo más pronto posible.
5. Una forma de aportar recursos para conocer mejor las influencias potenciales sobre
el estado de adaptación al entrenamiento del deportista es poner la atención sobre el
amplio espectro de variables que acompañan al proceso de entrenamiento, y no solo en lo
que supone una perspectiva restringida, basada exclusivamente en el programa de
acondicionamiento físico.
El elemento definidor del proceso de entrenamiento está en la facultad de controlar
las variables que influyen en el rendimiento deportivo. Si se demuestra que el
sobreentrenamiento se produce por la mala gestión de alguna de estas variables, es lógico
pensar que una poderosa medida preventiva para reducir la incidencia del
sobreentrenamiento debe ser la preocupación sobre una buena práctica del
entrenamiento, centrada en todas las partes que constituyen el proceso de
entrenamiento.

CONCEPTOS Y TIPOS DE SOBREENTRENAMIENTO


Lehman et al. (2000) definen el estado de sobreentrenamiento como una discrepancia
entre stress > recuperación. Desde el punto de vista del entrenamiento, se entiende como


 
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una disminución del rendimiento debido a una inadecuada gestión de la carga de trabajo,
la cual puede atribuirse a un exceso de volumen y/o intensidad y/o recuperación. Por
tanto, la magnitud de la carga que se aplique en el entrenamiento es la que determinará la
posibilidad de capacidad de rendimiento y, en consecuencia, los diferentes estados de
sobreentrenamiento
La gestión de la carga de entrenamiento puede provocar un incremento de las
posibilidades de rendimiento si esta es apropiada o, por el contrario, una disminución del
mismo si es errónea . Así pues, el entrenador debe tener siempre presente la adecuada
gestión de entrenamiento que permita la supercompensación de forma regular.
Dado que el sobreentrenamiento es, sobretodo, un entrenamiento erróneo, la forma de
combatirlo es a través de una actuación optima del entrenamiento que evite que se
produzca este estado. Para que esto ocurra se debe poner la atención en los siguientes
puntos:
Planificación y construcción del entrenamiento, Periodización adecuada; evitar la
acumulación de la fatiga: proceso suficiente de recuperación después de una carga
elevada, aplicación correcta de la alternancia entre carga y recuperación; evitar la
monotonía y los estereotipos de entrenamiento (que junto con el punto anterior exigen
una correcta estructuración del microciclo y de la sesión de entrenamiento; creación de
un ambiente social e individual libre de conflictos; absoluta confianza en la colaboración
entre el deportista, entrenador y médico deportivo.
En definitiva, el entrenador necesita:
1. Saber que buscar.
2. Hacer un diagnóstico temprano.
3. Tener datos suficientes para fines comparativos.
4. Tener un control suficiente de las variables de carga para tomar la acción
preventiva y/o correctiva.
5. Tener un conocimiento amplio y el entendimiento suficiente del deportista
para poder capaz de responder tanto a los bajones como a los despuntes de rendimientos
y, de este modo, disponer de una mejor intuición para descubrir los errores.
Sin embargo, el proceso de entrenamiento debe contemplar todas las variables que
influyen en el rendimiento, incluidas tanto el estilo de vida y las aspiraciones del
deportista, cómo las relaciones interpersonales. La calidad de su interacción permite
detectar, entre otras cosas, los factores emocionales y psicológicos que causan o
producen el sobreentrenamiento. Así pues, es obvia la importancia de la contribución y
las respuestas del deportista. Por ejemplo, Mackinnon y Hooper (1994) han sugerido que
una de las mejores formas para monitorizar el entrenamiento sería a través de los diarios
de entrenamiento de los nadadores.

EL SISTEMA DE ENTRENAMIENTO PARA PREVENIR EL


SOBREENTRENAMIENTO
Es más importante prevenir el sobreentrenamiento que tratarlo (Crampton y Fox,
1987; Fry et al., 1991). Debido a que el sobreentrenamiento puede producirse por la
prolongación en el tiempo de un volumen y/o intensidad excesivos, los entrenadores

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CAPACITACION NACIONAL DEPORTIVA 
 

necesitan equilibrar los componentes del entrenamiento (volumen, intensidad y


densidad) con el fin de promover una adaptación de entrenamiento optima y prevenir el
sobreentrenamiento. Por tanto, es esencial una planificación cuidadosa, estimándose las
cargas de entrenamiento para cada uno de los deportistas (incluso a pesar de las
dificultades del entrenamiento individualizado en los deportes de equipo), y los periodos
de regeneración adecuados para evitar la fatiga excesiva.
Los entrenadores han adoptado diversas técnicas para aportar un equilibrio adecuado
al entrenamiento. Probablemente las más conocidas y más ampliamente utilizados son la
periodización (Bompa, 1987; Fry et al., 1991, 1992a, 1992b, 1992c) y el entrenamiento
cíclico. Fry et al (1991:55), citando la influencia de Bompa, (1983, 1987) y de Harre
(1987), definieron la periodización en los siguientes términos: “ Diversos tipos de
entrenamiento que son enfatizados en las fases apropiadas del año de entrenamiento y en
la carrera del deportista, en base a que el desarrollo de algunas capacidades son
prerrequisitos para el desarrollo de otras y que las funciones neuromusculares,
cardiorespiratorias, anatómicas, bioquímicas, fisiológicas, psicológicas y otras se logran
progresivamente durante un periodo largo de tiempo”.
La periodización conduce, por tanto, a la modificación del entrenamiento dentro de
unas pautas bien establecidas y basadas en la evaluación continuada del progreso en el
entrenamiento Como Fry et al (1991:57) señala: “ Facilita una estructura para incorporar
periodos de elevados entrenamientos y regeneración en una proporción y volumen
adecuados en el programa de entrenamiento”
Normalmente, la periodización involucra la división de 52 semanas del año de
entrenamiento distribuidas en 1 a 5 ciclos competitivos denominados macrociclos.

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CAPACITACION NACIONAL DEPORTIVA 
 

La estructuración de estos macrociclos en unidades de planificación más pequeñas


(períodos, fases, mesociclos, microsiclos) dependen de los modelos de planificación
utilizados (Navarro, 1999; 1998; 1997; 1994; Navarro, et al 1994)
La unidad estructural que tiene como fin la supercondensación se denomina
mesociclo. Para ello se intenta alcanzar el estado de sobreentrenamiento a corto plazo
mediante cargas elevadas de forma creciente o decreciente durante una a tres semanas,
seguidas de un periodo de regeneración que duran de una a dos semanas.
El entrenamiento cíclico, aunque de algún modo es similar a la periodización,
usualmente se refiere a la variedad de diferentes patrones cíclicos en el nivel del
microciclo. De este modo, los patrones como días fuertes‐días fáciles, 2 sesiones fuertes‐
una fácil, etc. Pueden ser utilizadas para evitar el stress excesivo y su consecuente
adaptación fallida (Madrigal, 1985; Navarro, 1990).
No obstante, es importante notar que el volumen y la intensidad de entrenamiento no
son los únicos tipos de stress que contribuyen a la posibilidad de sobreentrenamiento.
Como Rowbottom et al. (1998:57) nos recuerdan, una combinación de estresores
externos (ambientales, ocupacionales, educacionales o sociales) tienen la propensión a
añadir stress físico desde el entrenamiento y causar una adaptación fallida. Si se permite
continuar con ellos, también existe un riesgo potencial de sobreentrenamiento.

TIPOS DE ENTRENAMIENTO
La aceptación de la naturaleza del proceso de entrenamiento tiene implicaciones sobre
las habilidades claves del entrenador. Con el fin de apreciar la practica de los
entrenadores y empezar a distinguir las habilidades o pericia requerida, debemos
distinguir entre entrenamiento para la participación y entrenamiento para el
rendimiento (Vease Tabla 1.1.). El primero describe mejor los contextos en los que el
principal objetivo no es el éxito en la competición. El entrenamiento para el rendimiento
es el término más apropiado para los procesos de entrenamiento que implican a
deportistas que se prepararan para la competición y quienes establecen objetivos a largo
plazo. Así pues, el entrenamiento para la participación y para el rendimiento son dos
papeles muy diferentes y no dos fases de un continuum. Los términos difieren en
términos de intenciones, objetivos, circunstancias profesionales, aspiraciones de los
deportistas, pericia y relación con las estructuras del deporte de competición.
El entrenador principiante para el rendimiento no es un entrenador para la
participación. El entrenador para la participación experimentado no es un entrenador
para el rendimiento Por tanto, es evidente que la pericia requerida del entrenador para la
participación y del entrenador para el rendimiento es diferente. El entrenador para la
participación se concentra más en actuaciones o sesiones aisladas, mientras que el
entrenador para el rendimiento necesita poner una mayor atención en la planificación,
monitorización y gestión. Estas habilidades son necesarias al considerar el entrenamiento
como un proceso. El intento por controlar los factores que influyen en la mejora y
manifestación del rendimiento de los deportes es tan compleja, y el proceso tan vasto,
que las capacidades del entrenador en la planificación, regulación, integración,
coordinación, gestión, dirección y resolución de problemas serán cruciales. Estas

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CAPACITACION NACIONAL DEPORTIVA 
 

habilidades estarán complementadas con las habilidades de desarrollo requeridas para la


intervención directa (por ejemplo, en las sesiones de entrenamiento dirigidas).
Todos los entrenadores deberán desarrollar, con cierta extensión, las habilidades de
comunicación, enseñanza y organización, las cuales deberán ser complementadas con la
capacidad para las habilidades sociales interpersonales. Si a todo esto añadimos el
conocimiento especifico de lo s deportes, el conocimiento de las subdisciplinas (sicología
deportiva, fisiología, etc.), la experiencia previa del deportista y las cualidades personales
convenientes, el resultado es un campo extraordinario de pericia. Por supuesto, no todos
los entrenadores necesitarán exhibir sistemáticamente todas estas cualidades, pero si es
necesario que estas cuestiones sobre el desarrollo de estas capacidades sean tenidas en
cuenta y estén siempre presentes en la actuación del entrenador.

Tabla 1: Tipos de entrenamiento

ADAPTACIÓN Y CARGA DE ENTRENAMIENTO


Cuando el deportista se esfuerza por lograr el máximo de su rendimiento individual y
los técnicos encargados de su preparación dirigen sus esfuerzos para lograr su máxima
capacidad de rendimiento deportivo, se desprende la necesidad de ampliar,
intensificar y especificar, a un nivel superior, el desarrollo de las capacidades físicas, la
técnica deportiva, las capacidades y conocimientos tácticos, la facultad y disposición para
el alto rendimiento. Una gran influencia sobre el ritmo de desarrollo de la capacidad de
rendimiento deportivo es debida a la organización de la carga de entrenamiento y de las
competiciones. Bajo el efecto de estas cargas se produce la transformación de los
sistemas físicos y psíquicos funcionales en un nivel superior de rendimiento. Pero para
que esto se lleve a cabo con éxito, es necesario conocer las características de las carga de
entrenamiento que influyen de forma óptima en la adaptación al esfuerzo para la mejora
en el rendimiento.

LA ADAPTACIÓN DEL ENTRENAMIENTO


El mecanismo de adaptación del organismo va a ser importante para un desarrollo
continuo del entrenamiento, para la elaboración de formas y métodos más eficaces para

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CAPACITACION NACIONAL DEPORTIVA 
 

el deporte en conjunto, para la formación física de los jóvenes deportistas, para la


solución práctica de distintos problemas en la programación y organización del
entrenamiento de los deportistas de alto nivel, etc.
Esquemáticamente, se puede considerar el entrenamiento como un proceso basado en
la alternancia de fases de catabolismo y fases de anabolismo, que llevan a la mejora de la
capacidad de prestación (supercompensación)(Figura 4).







Figura 4: El principio de
Supercompensación.

EL FENÓMENO DE LA SUPERCOMPENSACIÓN
La fatiga se genera por el nivel de carga aplicada al deportista. La restauración de la
capacidad de rendimiento, e incluso su aumento por encima del nivel inicial (nivel de pre‐
carga), se produce durante la fase de post‐carga cuando disminuyen los efectos sobre los
procesos que deciden el rendimiento y se manifiestan los procesos de adaptación. Este
fenómeno se denomina SUPERCOMPENSACIÓN. La grafica de esta diapositiva presenta
los valores medios de todos los cambios desde los niveles de pre‐ carga hasta la vuelta a
los niveles iniciales. Solo cuando los síntomas bioquímicos y fisiológicos señalan una
reducción del rendimiento se puede hablar del comienzo de la fatiga.
La figura 5 presenta los valores medios de todos los cambios desde los niveles de pre‐
carga hasta la vuelta a los niveles iniciales. Solo cuando los síntomas bioquímicos y
fisiológicos señalan una reducción del rendimiento se puede hablar del comienzo de la
fatiga.








Figura 5: Supuesto de rendimiento
durante las fases de carga y post‐
carga.

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CAPACITACION NACIONAL DEPORTIVA 
 

Sin embargo, no todas las cargas influyen sobre la aparición de la fatiga . Algunos
parámetros en actividades motoras con bajas intensidades pueden ser positivas y no
debería n evaluarse en el sentido de fatiga. La aparición de la fatiga depende de la carga,
particularmente de su intensidad y puede ocurrir casi inmediatamente del comienzo de la
aplicación de la carga o durante una carga de duración más larga.
Una carga muy intensiva puede llevar a un alto nivel de desintegración de las
funciones del cuerpo en periodos muy cortos (segundos, minutos).
Por ejemplo, una carrera de 400 metros produce una conversión significativa de ATP,
un aminoramiento de CP, un incremento de ácido láctico en la sangre y un aumento de los
aminoácidos gamma en el cerebro. Estos factores son responsables de la fatiga en menos
de un minuto y hacen una repetición inmediata prácticamente imposible.
Debe recordarse que la duración del suministro de energía de los fosfatos dura de 3 a
7 segundos; el limite de la energía anaeróbica, principalmente desde el glucógeno, es
de 35 a 60 segundos; y la energía aeróbica de los carbohidratos alcanza hasta los 90
minutos en deportistas de resistencia.
Las influencias negativas sobre el rendimiento (fatiga) se contraponen a las influencias
positivas (recuperación) durante cada carga. Así pues, las medidas para contrarrestar la
fatiga también deben tenerse en consideración al considerar los efectos de la carga. En la
medida en que los procesos de recuperación sean más o menos importantes, la fatiga
inducida por la carga podrá ser de mayor o menor efecto.
No obstante, también es necesario tener en cuenta que las fases de fatiga (así cómo
las de recuperación y supercompensación) en deportistas entrenados no es la misma
que en desentrenados. Las estimulaciones causantes de una mayor fatiga (cargas más
elevadas debidas a la intensidad o la duración) desarrollan una fatiga igual o mayor en
deportistas entrenados pero los procesos inversos son más cortos. Por ejemplo, un
deportista entrenado necesita una carga más alta con el fin de alcanzar la misma
frecuencia cardiaca o se recupera al nivel inicial más rápidamente cuando las frecuencias
cardiacas han sido iguales. Se pueden encontrar ejemplos similares en la depleción de
sustratos y en otros procesos.
Como ya se ha mencionado, el estímulo de entrenamiento producirá un efecto de
fatiga , que con la adecuada recuperación debe permitir la supercompensación. Sin
embargo, este estímulo debe ser adecuado para que este fenómeno se produzca
realmente. Estímulos débiles o demasiado duros pueden perjudicar el logro de la
supercompensación.
Por la tanto, en la aplicación de cualquier tipo de entrenamiento es necesario buscar el
estimulo adecuado a cada momento. Sin embargo, en el entrenamiento no se emplean
estímulos aislados sino sucesivos. El momento idóneo para continuar con
trasformaciones de adaptación es aplicar los estímulos siguientes en el momento en que
se produce la supercompensación del estímulo anterior (estímulo adecuado). Aplicarlos
antes podría implicar en exceso de fatiga en el deportista y una posible causa de
sobreentrenamiento. Hacerlo después de producida la supercompensación, implicaría
una estabilización o pérdida del rendimiento por espaciar excesivamente los estímulos de
entrenamiento (desentrenamiento)

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CAPACITACION NACIONAL DEPORTIVA 
 

En función de lo anterior se pueden dar dos casos de supercompensación positiva. La


primera, es la señalada en la figura anterior, cuando nos hemos referido al estímulo
adecuado (supercompensación positiva). La segunda, conocida como supercompensación
positiva acumulada, implica la aplicación de varios estímulos sucesivos sin permitir que
se complete la fase de recuperación, añadiendo a continuación el suficiente descanso para
que se pueda producir la supercompensación positiva acumulada. Esta es la forma más
habitual de aplicar los estímulos de entrenamiento en los deportistas de alto rendimiento.
Los efectos de supercompensación en el organismo, tras los efectos de cargas eficaces
de entrenamiento se manifiestan, desde un punto de vista biológico, en alguna forma de
síntesis proteica de adaptación . Según sea la naturaleza del ejercicio de entrenamiento,
se determinará (a) el nivel de actividad de los diversos órganos del cuerpo humano, de
los diferentes tipos de músculos y de las unidades motoras, (b) las vías principales
metabólicas que permiten el logro de las necesarias tareas funcionales dentro de cada
célula activa, y (c) la actividad del sistema de control metabólico en distintos niveles, así
como la actividad del sistema de regulación de las funciones corporales. En consecuencia,
tal como sostiene Viru (1995:125), “la adaptación del organismo supone el sello del tipo
de ejercicio utilizado sistemáticamente en el entrenamiento”.
El ejercicio es la principal herramienta del entrenamiento. Dependiendo del objetivo
que se pretenda, los ejercicios se diferencian en la magnitud y localización de los
músculos involucrados, el grado de fuerza y potencia de las contracciones musculares,
la velocidad y amplitud de los movimientos, el carácter e las contracciones (isométricas,
excéntricas, concéntricas o isocinéticas), la intensidad y duración de la actividad, sus
peculiaridades de coordinación y de actividad de las unidades motoras.
Estos elementos son los principales factores que determinan las vías metabólicas
dominantes y la activación de las estructuras celulares en los órganos y fibras musculares
más activados, además de ser los principales determinantes de la síntesis proteica de
adaptación. A su vez, la activación de la síntesis proteica de adaptación depende de la
acumulación de inductores metabólicos y la estimulación de las respuestas hormonales
necesarias para amplificar la adaptación.
Por esta razón, un único ejercicio suele ser insuficiente, por lo que para obtener una
acción suficiente deben realizarse un determinado número de repeticiones durante una
sesión de entrenamiento (Principio de repetición). En otros casos, el efecto de
entrenamiento está basado en la duración incompleta de los intervalos de descanso entre
los ejercicios, lo cual provoca las acciones por los sucesivos ejercicios que se añaden
(Principio de sumación). La tercera posibilidad es aquella en que una larga duración
del ejercicio conduce al efecto de entrenamiento (Principio de duración). De esta
forma se componen lo que denominaremos a partir de ahora como tareas de
entrenamiento, que vienen a reflejar unas características determinadas de aplicación de
los ejercicios mediante lo que conocemos como métodos de entrenamiento.
El efecto final del ejercicio depende del principio de acción y del método de
entrenamiento utilizado. Es por ello, por lo que puede ser interesante, para la evaluación
de la elección de los diversos ejercicios.

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CAPACITACION NACIONAL DEPORTIVA 
 

LA CARGA DE ENTRENAMIENTO
Para que pueda producirse una reacción de adaptación, es decir, para lograr un efecto
del entrenamiento, el estímulo de entrenamiento debe superar un cierto umbral de
esfuerzo.
Así pues, la condición necesaria para la creación del fenómeno de adaptación es la
superación de un umbral crítico de entrenamiento.
Los deportistas de alto rendimiento han sido una muestra constante de las
posibilidades de utilización de cargas de entrenamiento cada vez mayores. Sin embargo,
la utilización de grandes cargas de entrenamiento no están basadas en el concepto de
“cuanto más, mejor”. Al contrario, el empleo de grandes cargas depende de las
características individuales del organismo de cada deportista, sus capacidades
funcionales y su nivel de rendimiento. Si la carga de entrenamiento sobrepasa el nivel de
rendimiento individual
y agota las reservas del organismo, el resultado será negativo. Por otro lado, si la carga
no fuese suficiente tampoco habría progreso.
Basado en estos hechos, uno de los problemas que más interesan al entrenador es
saber si la sesión de entrenamiento puede garantizar un efecto entrenable. Mientras que
la elección de los ejercicios determinan la acumulación de metabolitos que actúan como
inductores de la síntesis proteica de adaptación, la carga total de la sesión de una sesión
de entrenamiento es el determinante principal de la activación de la función endocrina.
Por tanto, la amplificación hormonal de la síntesis proteica de adaptación se relaciona en
un sentido amplio con la carga de una sesión de entrenamiento. Por otro lado, La carga
total de entrenamiento de una sesión es la suma de las influencias de todos los ejercicios
realizados en la sesión. Asimismo, la carga total depende de los intervalos de descanso
entre los ejercicios. Cuando un ejercicio inefectivo sigue a uno más estresante después de
un corto intervalo de tiempo, puede llegar a ser efectivo en la inducción de efectos de
entrenamiento.
La carga total de una sesión de entrenamiento puede dividirse:
• Cargas excesivas, que superan el límite de la capacidad funcional del organismo y
provocan el síndrome de exceso de carga (sobreentrenamiento).
• Cargas entrenables, que provocan una síntesis proteica de adaptación en la dirección
específica en que se produce el efecto de entrenamiento.
• Cargas de mantenimiento, que son insuficientes para estimular la síntesis proteica de
adaptación pero que son suficientes para evitar el efecto de desentrenamiento;
• Cargas de recuperación, que son insuficientes para evitar el efecto de
desentrenamiento pero tienen un efecto positivo sobre el proceso de regeneración
después de una carga entrenable previa.
• Cargas ineficaces que no tienen ningún efecto de desarrollo, mantenimiento o efecto
de recuperación sobre el organismo.

Clasificación del nivel de carga de entrenamiento de una sesión:

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CAPACITACION NACIONAL DEPORTIVA 
 




Clasificación del nivel de la carga de entrenamiento en una sesión. Adaptado de Viru
(1993).
Teniendo en cuenta estos diferentes niveles de carga, al menos son necesarios tres
criterios para el análisis detallado de la influencia de una sesión de entrenamiento: (1)
criterio para la carga entrenable más elevada posible, (2) criterio para el efecto
entrenable (entrenamiento) de la sesión, y (3) criterio para la carga mínima para un
efecto de mantenimiento.
Desgraciadamente, no es posible encontrar criterios mensurables precisos para la
carga entrenable más elevada posible que no provoque un sobreentrenamiento o para la
carga mínima de mantenimiento. En la mayoría de los casos, tanto la carga máxima
entrenable y la carga mínima de mantenimiento son valoradas por la experiencia y las
sensaciones de los deportistas. El análisis de la experiencia ha llevado a Platonov (1994)
a sugerir para los nadadores el cambio en la técnica como un criterio para la carga más
elevada posible (tabla 2).

Tabla 2: Niveles de carga de una sesión de entrenamiento, según Platonov (1994).

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CAPACITACION NACIONAL DEPORTIVA 
 

La carga, como elemento central del sistema de entrenamiento comprende, en un


sentido amplio el proceso de confrontación del deportista con las exigencias que le son
presentadas durante el entrenamiento, con el objetivo de optimizar el rendimiento
deportivo. La carga es definida por cuatro vertientes fundamentales (figura 6): la
naturaleza, la magnitud, la orientación y la organización, pudiendo ser valorada sobre dos
tipos de índices: externos e internos. Los índices externos de la carga (también
denominada carga externa) se traducen en las tareas que el(los) deportista(s) deberán
cumplir siendo determinado principalmente por la magnitud de la carga (volumen,
intensidad y duración) y su orientación para el desarrollo de una determinada capacidad.
La carga interna corresponde a la repercusión de los diferentes recursos del practicante
(informacional, energética y afectiva, siendo altamente individualizada) que provoca la
aplicación de la carga externa. La carga interna es la reacción biológica de los sistemas
orgánicos frente a la carga externa y se puede reflejar mediante parámetros fisiológicos y
bioquímicos (frecuencia cardiaca, concentración de lactato sanguíneo, valores de plasma
y urea, frecuencia ventilatoria, consumo de oxígeno, actividad eléctrica del músculo, etc.),
o también por ciertas características de los movimientos (velocidad, amplitud, frecuencia,
etc.)
Los índices externos e internos de la carga son interdependientes, puesto que el
aumento del volumen y de la intensidad determinan de inmediato el aumento de las
solicitaciones de los sistemas funcionales.


Figura 6: Componentes de una carga de entrenamiento.

NATURALEZA DE LA CARGA
La naturaleza de la carga implica lo que se va a trabajar. Viene determinada por el
nivel de especificidad y el potencial de entrenamiento (Verjoshanskij 1990).

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CAPACITACION NACIONAL DEPORTIVA 
 

2.2.1.1 NIVEL DE ESPECIFICIDAD


Indica la mayor o menor similitud del ejercicio con la manifestación propia del
movimiento durante la competición . La teoría clásica ha abogado por dar mayor
relevancia a la preparación general que lo que lo hacen los modelos contemporáneos de
planificación (figura 6) en el que el concepto se suele englobar dentro la consideración de
“preparación básica” (con un cierto grado de especificidad) o incluso considerarlo
exclusivamente como un medio de recuperación (Bondarchuck, 1988a; Bondarchuck,
1988b; Bondarchuck, 1988c].

LA MAGNITUD DE LA CARGA
Es el aspecto cuantitativo del estímulo utilizado en el entrenamiento y está
determinada por la importancia del volumen, intensidad y duración del entrenamiento
exigidos a los deportistas (Verjoshanskij 1990).

2.2.2.1 EL VOLUMEN DE LA CARGA


Es la medida cuantitativa de las cargas de entrenamiento de diferente orientación
funcional que se desarrollan en una unidad o ciclo de entrenamiento. Puede ser global
cuando se cuantifica el volumen de todas las cargas de diferente orientación funcional o
parcial, si el volumen de la carga se refiere a un determinado tipo de entrenamiento con
una orientación funcional determinada.
El volumen de entrenamiento se considera como uno de los componentes más
influyentes para el logro de resultados técnicos, tácticos y, especialmente, físicos. La
capacidad de rendimiento de un deportista mejora como resultado del aumento del
número de sesiones de entrenamiento y del aumento de la cantidad de trabajo llevada a
cabo en cada sesión.
Estudios científicos han demostrado que el nivel de efectividad del entrenamiento, o la
relación entre aumento de capacidad y volumen de entrenamiento disminuye
constantemente. Esta relación puede describirse como una parábola (figura 6). El gráfico
muestra como una persona desentrenada puede experimentar un gran aumento de una
determinada capacidad con poco esfuerzo de entrenamiento. Cuando el nivel de
capacidad aumenta, un entrenamiento similar producirá aumentos progresivamente más
reducidos de la capacidad. Con el tiempo, el aumento del volumen de entrenamiento
solamente, sin modificar la intensidad, impedirá el aumento la capacidad o, incluso,
puede empezar a disminuir.

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Figura 6: Volumen de entrenamiento y aumento de capacidad.

El volumen de entrenamiento ha aumentado notablemente en el entrenamiento
contemporáneo. Sin embargo, un aumento demasiado grande en el volumen de una
sesión de entrenamiento puede conducir a la fatiga excesiva, ineficiente trabajo muscular
o un mayor peligro de lesiones. Debido a ello, es preferible aumentar el número de
sesiones por microciclo cuando se estime suficiente el nivel del volumen por sesión de
entrenamiento (Platonov 1988). La dinámica del volumen de entrenamiento en las
distintas fases de entrenamiento depende de las características del deporte, los objetivos
del entrenamiento, las necesidades del deportista y el calendario de competiciones.

2.2.2.2 LA INTENSIDAD DE LA CARGA


Se entiende como el aspecto cualitativo de la carga ejecutado en un periodo
determinado de tiempo (Bompa 1983:68) De éste modo, a más trabajo realizado por
unidad de tiempo, mayor será la intensidad.
La intensidad de la carga de entrenamiento es el criterio de la carga que controla la
potencia y la especificidad del estímulo sobre el organismo, o bien la media del
esfuerzo que comporta el trabajo desarrollado durante el entrenamiento. La intensidad
se regula por la magnitud del potencial de entrenamiento de los medios utilizados, de la
frecuencia de su esfuerzo, del intervalo entre las repeticiones del ejercicio o la sesión de
entrenamiento con elevado potencial de entrenamiento. Y también se determina,
como hemos dicho anteriormente, por la magnitud del volumen de carga y el tiempo que
se tarda en realizarlo. Este último criterio es especialmente importante para la
programación del entrenamiento en periodos prolongados, ya que tiene en cuenta el
grado de concentración de carga en el tiempo.
La mayor intensificación del entrenamiento ha sido uno de los aspectos más
característicos en el cambio de la periodización clásica a los modelos de planificación
actuales. En determinados periodos del ciclo anual se admite una intensificación de la

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CAPACITACION NACIONAL DEPORTIVA 
 

carga de entrenamiento, aunque solo después de una preparación preliminar, basada en


una carga de volumen elevado, pero de baja intensidad (Verjoshanskij 1990:96).
El volumen y la intensidad de entrenamiento están estrechamente relacionados. En
principio, mientras mayor es la intensidad, menor será el volumen y al contrario. En
cualquier caso, esta relación tiene sus peculiaridades especiales según las condiciones de
rendimiento de la especialidad deportiva (deportes explosivos y de velocidad = atención
preferente a la intensidad frente al volumen; deportes de resistencia = atención
preferente al volumen frente a la intensidad).

2.2.2.3 LA DURACIÓN DE LA CARGA


Es el periodo de influencia de un solo estímulo o un periodo más largo en el que se
trabaja con cargas de una misma orientación. Existe evidencia científica de que "existe
límite a partir del cual la carga no ejerce más una acción de desarrollo y solo significa una
pérdida inútil de tiempo y energía" (Verjoshanskij 1990:97). Por lo tanto, para la
programación del entrenamiento es importante tener una idea de la duración óptima del
empleo de diversas cargas de diferente orientación funcional, pero también del ritmo de
desarrollo de sus respectivos indicadores funcionales. La duración de la carga se verá
condicionada por la distribución de la carga (regular o concentrada).

LA DIRECCIÓN DE LA CARGA
La orientación de la carga está definida por la cualidad o capacidad que es potenciada
(en el plano físico, técnico, táctico, o psicológico) y por la fuente energética solicitada
predominantemente (procesos aeróbicos, o anaeróbicos). Esta orientación puede ser
clasificada en: selectiva y compleja.

2.2.3.1 CARGA SELECTIVA


La carga es selectiva cuando privilegia una determinada capacidad y , en concordancia,
un determinado sistema funcional.

2.2.3.2 CARGA COMPLEJA


Una carga es compleja cuando se solicitan diferentes capacidades y diferentes
sistemas funcionales. En este caso, se han sugerido algunas alternativas de combinación
de cargas en un orden tal que produzcan interacción positiva entre cargas dirigidas al
desarrollo de la resistencia:
Cargas aeróbicas después de cargas de tipo anaeróbico‐alactácido. Cargas aeróbicas
después de cargas anaeróbico‐glucolíticas (con bajo volumen). Cargas anaeróbico‐
glucolíticas después de cargas anaeróbico‐aláctácidas (Volkov 1986)
En estas condiciones, la carga de entrenamiento anterior crea condiciones favorables
para la carga sucesiva y para el aumento del efecto de toda la sesión de entrenamiento Se
observan interacciones negativas en estos casos:
Cargas anaerobico‐alactácidas después de un trabajo notable de orientación
glucolítica. Cargas de orientación glucolítica, después de grandes volúmenes de trabajo
aeróbico(Volkov 1986)

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CAPACITACION NACIONAL DEPORTIVA 
 

Por supuesto, una carga no puede ser selectiva, en el sentido estricto del término, ya
que toda actividad física promueve toda una serie de mecanismos reguladores. No
obstante, la elección de la orientación de las cargas permite solicitar determinadas
funciones de forma máxima, movilizando muy débilmente las demás. Es pues quizás más
adecuado, tal como señala Platonov (1988:24), hablar de "orientación privilegiada” en
vez de orientación selectiva". En el desarrollo de las tareas, es más factible que puedan
aplicarse cargas selectivas en las sesiones y los microciclos de entrenamiento, es decir,
destinadas a intervenir sobre un punto muy especial de la preparación, que en el caso de
unidades mayores de organización del entrenamiento (mesociclos o macrociclos). Los
modelos contemporáneos apuestan en mayor medida por el uso de cargas selectivas. En
este sentido son especialmente interesantes los estudios realizados en el Laboratorio de
Bioquímica del Instituto Central de Investigación Deportiva de Rusia. por Grechman y
Berezhnoi. en un intento de diseñar “microbloques” (MB) con cargas unidireccionales.
Los MB se componen de varios días de entrenamientos sucesivos en los que los dos
primeros tienen una orientación catabólica y los siguientes días reflejan una orientación
anabólica. La orientación anabólica, dependiendo de la magnitud del impacto de
entrenamiento, requería de 48 a 72 horas.

LA ORIENTACIÓN DE LA CARGA
Consiste en la sistematización de la carga en un periodo de tiempo dado con el fin de
conseguir un efecto acumulado positivo de las cargas de diferente orientación. Se deben
atender dos aspectos: la distribución de la carga en el tiempo y la interconexión de las
cargas (Verjoshanskij 1990).

2.2.4.1 LA DISTRIBUCIÓN DE LAS CARGAS


La distribución de la carga en el tiempo es la forma en que se colocan las diferentes
cargas en una sesión, día, microciclo, mesociclo o macrociclo. Si la carga es distribuida
con una única orientación funcional, los medios de entrenamiento se pueden repartir
uniformemente en el ciclo (cargas regulares o diluidas) o concentrarse en fases definidas
del ciclo anual (cargas concentradas)
La teoría clásica aboga preferente por la utilización de cargas regulares de una
dirección funcional determinada que provocan reacciones funcionales de corta duración,
que no garantizan las condiciones para el desarrollo de los cambios de la adaptación de
larga duración en el organismo. Una subdivisión de la carga de entrenamiento puede
producir inicialmente un cierto aumento del nivel funcional, pero posteriormente, la
rápida adaptación del organismo hace que se pierda el potencial de entrenamiento y se
transforme en un trabajo ineficaz.
Las teorías contemporáneas utilizan preferentemente las cargas concentradas de una
dirección funcional determinada que garantizan modificaciones funcionales más
profundas en el organismo y cambios más sustanciales en el nivel de preparación
condicional del deportista (Issurin and Kaverin 1985).

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CAPACITACION NACIONAL DEPORTIVA 
 

2.2.4.2 LA INTERCONEXIÓN DE LAS CARGAS


La interconexión de las cargas indica la relación que las cargas de diferente
orientación tienen entre sí. Una combinación racional de las cargas de diferente
orientación asegura la obtención del efecto acumulativo de entrenamiento. Se deben
considerar tanto la interconexión simultanea y la secuencial. En el entrenamiento
contemporáneo está muy aceptado acentuar simultáneamente el entrenamiento del
trabajo predominante de un sistema energético determinado (por ejemplo, aeróbico) con
el de resistencia de fuerza en condiciones iguales a las del sistema energético (resistencia
de fuerza aeróbica) utilizado en el mismo periodo (o mesociclo). Una interconexión
clásica es aeróbico anaeróbico ó fuerza máxima resistencia de fuerza.








 

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