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Interés del estudio de la morfología

humana en kinesiterapia
C. Le Moteux, C. Guillot, M. Maitrepierre, L. Pardon, J.-M. Lardry

La morfología o « estudio de las formas » es uno de los requisitos indispensables para

el razonamiento clínico del kinesiterapeuta. Este enfoque se refiere a diversos elementos
observables, desde la postura hasta las estructuras anatómicas locales. Por lo tanto,
antes de actuar sobre el cuerpo de un paciente, el kinesiterapeuta observa dicho cuerpo
con el fin de efectuar un diagnóstico diferencial eficiente. El kinesiterapeuta debe refe-
rirse entonces a normas para analizar las variaciones detectadas y definir si son de orden
patológico. El estudio de las formas humanas requiere, por tanto, el conocimiento pre-
vio de las variaciones fisiológicas y no patológicas de las formas humanas, a menudo
vinculadas a la vejez o a una actividad física repetida. Así, los autores de este artículo
consideran pertinente mostrar la importancia del estudio morfológico en la rehabilitación
en kinesiterapia a partir de tres casos clínicos: una patología tendinosa, una patología
neurológica y una patología raquídea.
© 2017 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados.

Palabras clave: Morfología; Palpación; Anatomía palpatoria; Anatomía de superficie

Plan los anatomistas ha permitido constituir una rica biblioteca

■ Introducción
■ Principios de la exploración morfológica
■ Interés de la morfología para la valoración
clínica en kinesiterapia
■ Estudio de la morfología: percepción del cuerpo
■
Normas, referencia o referencias
■ Modificaciones morfológicas naturales
Envejecimiento y huella de la vida
Actividades de la vida
■ Modificaciones morfológicas patológicas: estudio
de algunos casos clínicos
En traumatología: patología del tendón de Aquiles
En neurología periférica: lesión del nervio radial
En ortopedia: desviaciones raquídeas en el niño
y el adulto
■ Conclusión
 Introducción
Históricamente, la morfología está ampliamente docu-
mentada en las disciplinas artísticas para representar del
modo más fiel posible la realidad de las formas del cuerpo
humano [1–3] . La estrecha colaboración entre los artistas y
de representaciones anatómicas del cuerpo humano.
1 En el campo de la medicina, el estudio de la morfo-
logía está experimentando un crecimiento significativo,
2 no sólo en el contexto del análisis de las formas exter-
nas del cuerpo humano, sino también, por ejemplo, en la
2 aplicación de nuevas técnicas de diagnósticos patológicos
2 celulares.
En kinesiterapia, el dominio de esta disciplina es, en
2
teoría, la base de la práctica profesional para establecer
3 tanto el diagnóstico kinesiterapéutico como las técnicas
3 terapéuticas.
3 Ahora bien, es probable que el desarrollo de técnicas de
exploración funcional y la elaboración de pruebas especí-
4 ficas para cada región corporal y para cada patología haya
4 contribuido a abandonar en el proceso clínico la etapa de
4 la observación.
Como ejemplo, es sorprendente la poca cantidad de
6 obras dedicadas al estudio de la morfología en kinesitera-
8 pia [4] , salvo las destinadas a la enseñanza de esta disciplina
(textos de anatomía).
De forma paradójica, el desarrollo de las nuevas tecno-
logías avanza en el sentido de representar lo más fielmente
posible la estructura corporal mediante sistemas de tomo-
grafía u otros procedimientos que reflejan el interés de
modelizar la superficie del cuerpo [5] .
Por último, la morfología se restringe a menudo a la
dimensión descriptiva de las formas y los relieves corpo-
rales. Sin embargo, la dimensión clínica de la morfología

EMC - Kinesiterapia - Medicina física 1

Volume 38 > n◦ 4 > noviembre 2017
http://dx.doi.org/10.1016/S1293-2965(17)87222-4
E – 26-007-A-20  Interés del estudio de la morfología humana en kinesiterapia
también tiene un interés en el diagnóstico en kinesitera-
pia, ya que el continente corporal suele ser el indicio de
las disfunciones de los aparatos sistémicos implicados en
cualquier proceso patológico.
 Principios de la exploración
morfológica
La exploración morfológica consiste en « apreciar, desde
fuera, los datos anatómicos » y así « permitir que el kine-
siterapeuta establezca la relación entre lo que observa y lo
que palpa » [4] . La exploración morfológica de un paciente
se efectúa, por tanto, de manera rigurosa.
El paciente debe ser observado sin ropa a efectos de
que el ojo del examinador sea lo más eficiente posible.
También debe ser observado inmóvil y en movimiento [6]
debido a los cambios de las formas externas en uno y otro
caso. La posición ideal del paciente para la etapa de obser-
vación es la posición anatómica de referencia, es decir,
en posición de pie con las extremidades superiores a lo
largo del tronco y las palmas hacia delante, aunque esto
depende de las capacidades del paciente [7] .
Los elementos observables durante una exploración
morfológica general son los ejes del cuerpo, la simetría de
los miembros, las proporciones y el tipo morfológico [4] .
Enfocando la observación en una zona corporal, tam-
bién es posible observar el aspecto de la piel y los
tegumentos, los volúmenes musculares, la red de vasos
superficiales y posiblemente la presencia de edema, cica-
trices o lesiones, así como la distribución pilosa corporal.
 Interés de la morfología
para la valoración clínica
en kinesiterapia
La práctica kinesiterapéutica de los autores de este
artículo se basa en poner por delante un protocolo diag-
nóstico (Bilan Diagnostic Kinésithérapique [BDK]) de
2000 [8–10] . Numerosos equipos proponen la formalización
de este BDK que, por ejemplo en Francia, se ha vuelto un
tema recurrente en los institutos de formación en kinesite-
rapia [11] . Así, en el contexto del nuevo marco de referencia
para estudios de kinesiterapia [12, 13] , en el primer ciclo de
estudios aparece una unidad de integración denominada
« Enfoque y práctica clínica: desarrollo del razonamiento
profesional y análisis reflexivo ».
Este proceso diagnóstico debe reflejar fielmente el
estado del paciente en un momento T gracias a los resul-
tados de las numerosas evaluaciones [14, 15] . Entre éstas,
los estudiantes evocan en primer lugar los análisis « mor-
fostático » y « morfodinámico ». En efecto, sería lógico
comenzar la exploración clínica por estas observaciones,
que son un requisito previo de la orientación de las prue-
bas siguientes. Por desgracia, muy a menudo esta etapa de
observación se acorta en beneficio de la palpación inme-
diata o del estudio de los resultados de las pruebas de
imagen, cada vez más eficientes y objetivadas. El estu-
dio de la morfología humana en kinesiterapia es entonces
indisociable de su interés para el diagnóstico [4] .
Por lo tanto, un kinesiterapeuta puede determinar las
actividades del paciente analizando solamente su mor-
fotipo y sus posturas espontáneas, estableciendo así un
diagnóstico y un tratamiento más individualizado.
El interés de la exploración morfológica es evidente si (y
tan sólo si) el terapeuta es capaz de relacionar tres elemen-
tos: sus observaciones morfológicas, sus conocimientos
anatomofisiológicos y su experiencia como terapeuta. A
menudo este análisis morfológico es el que permite efec-
tuar un diagnóstico diferencial eficiente.
2 EMC - Kinesiterapia - Medicina física
 Estudio de la morfología:
percepción del cuerpo
La percepción es el medio por el cual conocemos el
mundo exterior [16] . Para percibirlo se utilizan varias vías.
En kinesiterapia, la pregunta es si la observación debe
preceder necesariamente a la palpación.
En la observación inicial, el paciente es evaluado a
partir de sus características morfológicas, que pueden
compararse con una « referencia » construida a partir
de un « fondo de imágenes » previamente integrado. Se
aplica aquí el concepto de simetría, a efectos de que el
paciente sea su propio modelo de comparación, antes que
hablar de « norma(s) » en perpetua modificación según
las corrientes artísticas, sociológicas, ideológicas y, ahora,
comerciales.
Esta percepción es puramente subjetiva porque
depende de la persona en sentido estricto. Podría com-
pletarse con una investigación objetiva con instrumentos
de medición, reproducibles y fiables [17–21] .
« Nunca puedo atraparme a mí mismo en ningún caso
sin una percepción, y nunca puedo observar otra cosa que
la percepción. » [22] (David Hume [1711-1776]).
El enfoque diagnóstico tiene como objetivo correlacio-
nar la observación clínica con una realidad fisiológica o
patológica. D. Hume sostiene que las « impresiones sim-
ples preceden siempre a las ideas correspondientes y que
el orden inverso nunca se produce » [22] . El estudio glo-
bal o segmentario del paciente es un preámbulo eficaz de
cualquier otra forma de investigación, incluida la palpa-
ción.
Observar a un paciente, su morfotipo, la curva de sus
músculos, el contorno de sus articulaciones, es renunciar
a que el ojo sea la víctima de la acción inmediata, a veces
deletérea en el proceso de evaluación.
Observar antes de actuar es optimizar la percepción
poniendo el ojo al servicio del tacto; es procurarse los
medios para una objetivación pertinente y una mejor per-
cepción del paciente, considerándolo como un ser, según
señaló Berkeley: « Ser es ser percibido » [23] .
 Normas, referencia
o referencias
Es preciso reconocer que el terapeuta necesita normas
y referencias para poder determinar a continuación si las
variaciones respecto a ellas son de orden fisiológico o pato-
lógico.
En primer lugar, existen numerosas variaciones inte-
rindividuales [24] . La morfología del ser humano de los
años 2015 indica una evolución de la especie que busca
aumentar su esperanza de vida asegurando su super-
vivencia, al igual que cualquier especie animal (así,
por ejemplo, una jirafa tiene cuello largo y patas lar-
gas para poder nutrirse de las hojas más altas de los
árboles).
Esta evolución provoca adaptaciones al entorno. La
evolución de la especie humana no escapa a esta regla
de adaptación. Los franceses de la época de Napoleón
eran más bajos que los de hoy, el cazador prehistórico y
el sedentario contemporáneo no tienen el mismo meta-
bolismo, la misma musculatura, la misma pilosidad. Su
morfología ha sufrido de hecho una adaptación a su habi-
tus con el paso del tiempo.
Así, se han podido establecer diversos fenómenos de
evolución morfológicos de la especie humana. Por ejem-
plo, la evolución de los pies [25] ha permitido al ser
humano desplazarse mejor para buscar comida en lugares
más lejanos, y las diferencias de color de la piel tienden a
proteger de cánceres cutáneos a las poblaciones que viven
en regiones muy soleadas [26] .
 Interés del estudio de la morfología humana en kinesiterapia  E – 26-007-A-20

Figura 1. Morfología fisiológica del envejecimiento. Arrugas

en la cara (www.fr.fotolia.com/id/71278066).
Figura 2. Morfología patológica del envejecimiento. Mano
Más allá de la evolución morfológica con el tiempo,
artrósica.
también existe una gran variabilidad morfológica de una
persona a otra. Sin norma y sin conocimiento de las adap-
taciones posibles en función del medio ambiente, ¿cómo
distinguir una situación fisiológica de una situación pato-
lógica?

 Modificaciones
morfológicas naturales
Con el fin de ilustrar la pertinencia del estudio de la
morfología en kinesiterapia se han de describir dos situa-
ciones emblemáticas.

Envejecimiento y huella de la vida

¿Puede evolucionar la morfología en una misma per-
sona en cortos o largos períodos de su vida? La respuesta
parece ser sí debido al envejecimiento [27] y a la huella que
la vida deja en la envoltura corporal.
Así, cualquier persona experimenta un fenómeno de
senescencia. Esto puede definirse como un proceso fisio-
lógico que genera una lenta degradación del organismo. Figura 3. Desarrollo muscular en un deportista entrenado. El
Este fenómeno está genéticamente programado e induce torso en forma de « V » del nadador indica un hiperdesarrollo
una modificación de la morfología (Fig. 1) (pérdida de de los músculos de los hombros y de la parte superior del tórax
altura, disminución del volumen muscular por subuti- (www.fr.fotolia.com/id/87660687).
lización, pérdida de la elasticidad de la piel) [27, 28] . Este
envejecimiento « fisiológico » es exacerbado por procesos
patológicos fácilmente observables.
Así, por ejemplo, una tumefacción y/o una deformación
de los dedos en una persona envejecida orientan hacia una
artrosis de la mano (Fig. 2).

Actividades de la vida
Algunas pueden generar modificaciones considerables
de la morfología de una persona.
• Las actividades deportivas son un buen ejemplo. Desde
el punto de vista morfológico, un nadador experto
desarrollará una morfología específica característica de
las exigencias musculares propias de esta disciplina: el
típico torso en forma de « V » del nadador (Fig. 3).
• Las actividades profesionales también participan en la
evolución morfológica de las personas. En el caso de
una actividad repetida frente a una pantalla, la exigen-
cia visual expone a exigencias posturales que pueden Figura 4. Morfología típica de las personas que trabajan con
inducir una anteproyección del segmento cabeza-cuello pantallas. Flecha: anteproyección del segmento cabeza-cuello.
por uso constante del plano muscular anterior (Fig. 4).

EMC - Kinesiterapia - Medicina física 3

E – 26-007-A-20  Interés del estudio de la morfología humana en kinesiterapia
Figura 5. Morfología de la
cara posterior de la pierna
(www.pinterest.com/dimenia/
2 drawing-anatomy-refs-legs/).
1. Sóleo; 2. gastrocnemio;
3. límites aponeuróticos del
tendón de Aquiles; 4. tendón
calcáneo.
3 modelización 3D del tendón en reposo [32] (Fig. 6). La
1
4 engrosamiento en forma de triángulo de vértice superior.
Esta adaptación morfológica es inicialmente fisiológica,
pero puede llegar a ser patológica por la aparición de
una cervicalgia, debida en particular a la hiperlordosis
cervical de compensación. El dolor permite afirmar que
se ha cruzado la frontera entre morfología fisiológica y
morfología patológica.
 Modificaciones
morfológicas patológicas:
estudio de algunos casos
clínicos
En traumatología: patología del tendón
de Aquiles
Descripción morfológica del tendón
de Aquiles
El tendón de Aquiles o tendón calcáneo pertenece a
la región anatómica del compartimento posterior de la
pierna, del tobillo y del pie (Fig. 5).
La inserción fibrosa proximal aparece claramente en
el límite de los relieves musculares de los gastrocnemios
medial y lateral [29] . Esta individualización es más marcada
durante una contracción que realza el contorno muscu-
lar. Es fácil comprobar que la curva de la cabeza medial
del gastrocnemio presenta una inserción más distal que la
cabeza lateral [30] .
La observación permite distinguir la forma particular
de esta unión miotendinosa. La interfase tendinosa en
relación con la cabeza medial es más ancha que la inter-
fase con la cabeza lateral. El contingente mioaponeurótico
de la cabeza medial representa el 60% de la anchura del
tendón [31] .
Al principio, los bordes tendinosos se confunden con el
relieve muscular y aponeurótico del sóleo. Los fascículos
musculares se insertan en las regiones laterales del tendón.
Esta descripción da cuenta de la particularidad de esta
unión, definida como unión miotendinosa terminolateral
de naturaleza mioaponeurótica.
El tendón de Aquiles sigue su trayecto en dirección
vertical. En el límite de las inserciones más distales del
sóleo aparece el tendón calcáneo. Después, el tendón
se revela rectilíneo, sin ninguna relación anatómica. El
escaso tejido de recubrimiento permite distinguir clara-
mente los bordes salientes del tendón. Los contornos son
marcados de cada lado por la presencia de los surcos retro-
maleolares [30] .
4 EMC - Kinesiterapia - Medicina física
Aparecen entonces dos zonas anatómicamente distin-
tas del tendón de Aquiles:
• una zona proximal en la que la aponeurosis del ten-
dón del músculo sóleo se fusiona a las caras anterior y
laterales de la lámina de origen del tendón calcáneo;
• una zona distal únicamente constituida por el tendón
calcáneo.
Esta configuración morfológica se correlaciona con
los datos de los estudios por imagen. Para apreciar las
características macromorfológicas, Iwanuma propone una
parte media del tendón muestra un trayecto rectilíneo.
Sin embargo, en la cara posterior del tobillo, el tendón
presenta una ligera incurvación cóncava antes de un
Este espacio sin inserción ósea representa la zona de la
bolsa serosa. El tendón se inserta ampliamente en el borde
posteroinferior del calcáneo.
Particularidades morfológicas
de las diversas formas clínicas
de las tendinopatías
La forma clínica de las lesiones tendinosas definidas
como tendinopatías [33] se revela fácilmente con la ins-
pección. Por la estrecha relación del tendón con la piel,
es fácil constatar modificaciones del relieve de esta estruc-
tura en comparación con el lado sano, con excepción de
las lesiones bilaterales. Sin embargo, el tendón y su ente-
sis pueden presentar variaciones anatómicas resultantes
de la adaptación a cargas mecánicas asimétricas y no de
un proceso patológico.
Las patologías más frecuentes del tendón de Aquiles son
las tendinopatías corporales y las tendinopatías distales
como las entesopatías y las bursopatías pre y retroaquilia-
nas [34–36] . A continuación se presentan algunos ejemplos
de casos clínicos.
Tendinopatía corporal (Fig. 7)
Los signos clínicos de la tendinopatía corporal pueden
asociar dolor y tumefacción difusa o localizada. La lesión
se sitúa en general a 2-7 cm de la inserción calcánea [34] .
Según las características geométricas de la tumefacción,
se distinguen las tendinopatías corporales nodulares y las
tendinopatías fusiformes. La Figura 7 revela la pérdida de
la concavidad del tendón, con una turgencia en el ribete
del tendón como indicio del proceso patológico.
Bursopatía retrotendinosa de Bovis (Fig. 8)
La bursopatía de Bovis se caracteriza por una hiperplasia
de la bolsa serosa retrotendinosa en la región posterolate-
ral de la tuberosidad mayor del calcáneo.
La inspección es una etapa importante para formular
un diagnóstico presuntivo, que se confirma por palpa-
ción y con las pruebas funcionales. Por sus especificidades,
los índices morfológicos orientan con fuerza el diagnós-
tico de la forma clínica de la tendinopatía corporal o de
la entesopatía. Sin embargo, la exploración morfológica
debe completarse con una exploración física completa
para tratar de entender las diversas disfunciones biome-
cánicas multisegmentarias o identificar formas clínicas no
mecánicas.
En neurología periférica: lesión
del nervio radial
En esta disciplina, el diagnóstico kinesiterapéutico es
orientado por la inspección cutaneoatrófica, muy patog-
nomónica de la lesión, que permite establecer la diferencia
entre una lesión troncular y una lesión radicular.
Para ilustrar lo dicho, se menciona la lesión del nervio
radial por una fractura del húmero. El nervio radial es un
ramo terminal posterior del plexo braquial. Proviene de
las raíces C5-C6-C7-C8 y T1 y pasa en el brazo por detrás
 Interés del estudio de la morfología humana en kinesiterapia  E – 26-007-A-20

Proximal
a Lateral

Anterior

1
5
a

3
b
b

4
6
c
Proximal

Posterior 10 mm
1 2 3 4

c A B
Figura 6.
A. Resonancia magnética del tendón calcáneo. Proyección anteroposterior (a la izquierda). Proyección lateral (a la derecha).
B. Modelo morfológico en 3D de la pierna [32] . 1. Músculo gastrocnemio (cuerpo muscular); 2. sóleo; 3. tendón de Aquiles; 4. calcáneo;
5. zona proximal (donde la aponeurosis del tendón del músculo sóleo se fusiona con las caras anterior y laterales de la lámina de origen
del tendón calcáneo); 6. zona distal (tendón calcáneo).

traumático y se observa en alrededor del 15% de las frac-

1 todo en lo que se refiere a las lesiones medias, ya que las
Figura 7. Tendinopatía corporal. 1. Tumefacción.
Figura 8. Bursopatía retrotendinosa de Bovis (flechas).
y alrededor del húmero, para continuar lateralmente alre-
dedor del codo [37] .
Es un nervio mixto en el que prevalece el componente
motor. La lesión de este nervio es más a menudo de origen
turas del húmero a nivel del canal del nervio radial [38, 39] .
El cuadro clínico varía según el nivel de la lesión, sobre
parálisis altas y bajas son excepcionales [40] .
La exploración física orientada hacia la valoración
neurofisiológica es esencial para el diagnóstico de la
lesión. Se basa en las características morfológicas siguien-
tes (Fig. 9A, B).
• La actitud espontánea del paciente, que es el resultado
de una alteración del equilibrio muscular (amiotrofia
de los músculos lesionados, acortamiento de los mús-
culos sanos). En caso de parálisis de la extensión de
la muñeca, de la supinación, de la extensión de los
dedos largos y del pulgar, el miembro superior cuelga
flácidamente, mientras que la mano adopta un aspecto
en « cuello de cisne » típico de esta lesión (antebrazo
en semiflexión, mano en flexión-pronación, actitud
espontánea de los dedos largos en flexión y pulgar en
aducción).
• El enfoque morfostático puede basarse en una explora-
ción morfodinámica. El paciente toma los objetos por
la parte superior aumentando la antepulsión del hom-
bro y exagerando la flexión del codo, de la muñeca y
de los dedos (la mano cubre el objeto). Este modo de
prensión se denomina en « cubo de grúa » (Fig. 9C).
• La inspección, en comparación con el lado sano, revela
una amiotrofia de los epicondíleos laterales de la cara
posterior del antebrazo, visible desde la 3.a [41] a la 5.a
semana posterior al traumatismo, que desaparece de
forma muy lenta después de la recuperación funcional
del nervio [42] .
• Esta inspección tendinosa y muscular debe completarse
con la del tendón del braquiorradial, que desaparece
en este tipo de lesión troncular mientras que, por el
contrario, está preservado en las lesiones radiculares en
C7 [43] .
• La actitud espontánea unida a la amiotrofia ante-
riormente descrita es responsable de una protrusión
característica del hueso grande en la cara dorsal de la

EMC - Kinesiterapia - Medicina física 5

E – 26-007-A-20  Interés del estudio de la morfología humana en kinesiterapia
A B
Figura 9. Después de fractura del radio a la altura del canal del nervio radial.
A. Mano caída en un paciente con lesión del nervio radial.
B. Actitud espontánea del miembro superior.
C. El paciente toma los objetos usando un gesto compensatorio denominado en « cubo de grúa ».
mano, y los dedos tienen un aspecto ahusado. Se han
observado modificaciones cutáneas como, por ejemplo,
descamaciones de la epidermis y desaparición de los
pliegues cutáneos.
La exploración objetiva efectuada a continuación suma
los trastornos motores, sensitivos y neurovegetativos a los
detectados durante la inspección morfológica. Se demues-
tra que ésta orienta el diagnóstico médico e influye en la
conducta kinesiterapéutica en lo que se refiere a técnicas
neurofacilitadoras y a combatir la exclusión sensitiva de
la mano, permitiendo la implementación de estrategias
compensadoras con aparatos adecuados.
En ortopedia: desviaciones raquídeas
en el niño y el adulto [44–51]
En el caso de patologías raquídeas del niño como, por
ejemplo, la escoliosis idiopática, la exploración morfoló-
gica de la columna vertebral [52–54] como primera acción
es fundamental para orientar la búsqueda y mejorar el
procedimiento diagnóstico.
Así, numerosos signos morfológicos ayudan a confir-
mar una deformación o una compensación, cuyo estudio
se profundiza a continuación mediante evaluaciones arti-
culares o musculares.
Exploración morfológica en el plano frontal
(Fig. 10) [55]
Se evalúan los elementos siguientes.
• Altura de los pliegues glúteos: en caso de asimetría
puede buscarse una inclinación de la pelvis en el plano
frontal.
• Altura de los pliegues de cintura: en caso de asime-
tría pueden buscarse una basculación de la pelvis en
el plano frontal y un desplazamiento o traslación fron-
tal del tronco en relación con la pelvis [44, 56] (prueba de
asimetría/inclinación [56] ).
• Forma de los pliegues de la cintura: un pliegue mar-
cado puede indicar un desplazamiento del tronco en el
6 EMC - Kinesiterapia - Medicina física
C
plano frontal del lado contralateral. Un pliegue borrado
indica el mismo desplazamiento pero del lado homola-
teral (prueba de asimetría/inclinación).
• Volumen de los triángulos toracobraquiales: la asi-
metría de estos triángulos también indica un despla-
zamiento del tórax en el plano frontal (prueba de
asimetría/inclinación) o una inclinación de la columna
dorsal. El desplazamiento se produce en el lado del
triángulo menos voluminoso.
• Altura de las puntas de las escápulas y de los hombros: la
asimetría probablemente indique una inclinación de la
columna dorsal del lado de la escápula más baja. Para la
altura de los hombros se requiere precisión, pues no hay
que tener en cuenta el volumen de la porción superior
de los músculos trapecios. Así, la referencia morfológica
es el borde lateral del acromion.
• Un relieve costal posterior del lado de la convexidad
de la escoliosis confirma la presencia de una gibosidad
(medición con escoliómetro [57] ).
• Un valgo/varo de tobillos y/o de rodillas pueden ser la
causa de una inestabilidad postural podal, a su vez cau-
sante de una posible inestabilidad postural de la pelvis.
• Vista de frente, la contracción visible de un cuádriceps
(rótula elevada) puede ser indicio de un apoyo prefe-
rencial del mismo lado.
Exploración morfológica en el plano sagital
(Figs. 11 y 12)
La posición del tobillo en este plano puede determinar
una anteriorización o una posteriorización de los puntos
de apoyo del pie y, por tanto, del centro de gravedad del
cuerpo. A esto puede asociarse una contracción visible del
tibial anterior o del tríceps sural.
• La rodilla en recurvatum indica un centro de grave-
dad posteriorizado y provoca o a menudo se asocia a
anteversión de la pelvis e hiperlordosis lumbar.
• La horizontalización del sacro indica una anteversión
de la pelvis y una hiperlordosis lumbar (líneas de
Hucq [54] ).
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1
2

1 3 5

2
4
6
5

3 7

6
Figura 11. Paciente en posición de reposo con una actitud
típica de distrofia raquídea de crecimiento. 1. Anteproyección
de la cabeza; 2. hiperlordosis cervical; 3. Hipercifosis dorsal y
dorsolumbar baja que causa una retroproyección del centro de
7 gravedad; 4. verticalización del sacro: retroversión de la pelvis; 5.
rotación medial de los hombros; 6. extensión de las caderas con
el fin de compensar la retroproyección del centro de gravedad;
7. rotación lateral de ambos miembros inferiores en posición de
reposo.
8

4
1

Figura 10. Paciente en posición de reposo con una triple esco-

liosis: cervical izquierda, dorsal derecha y lumbar izquierda. 1.
2
Hombro izquierdo elevado y trapecio superior acortado; 2. sepa-
ración del borde interno de la escápula izquierda y espalda plana;
3. pliegue de la cintura más marcado a la izquierda y borrado a
la derecha = desplazamiento derecho; 4. pie valgo izquierdo con
colapso del arco medial; 5. escápula derecha más baja con rota-
ción lateral; 6. triángulo toracobraquial derecho más pequeño y
más bajo; 7. pliegue glúteo derecho más bajo; 8. rodilla izquierda
ligeramente flexionada = apoyo aliviado.
3

• La anteversión de la pelvis puede acompañarse de una

ptosis abdominal como indicio de una insuficiencia de
los abdominales (prueba de Ito [56] ).
• La inspección visual de las curvaturas raquídeas permite
comprender el equilibrio del paciente y sus estrategias
de compensación.
• La postura de los hombros hacia delante indica una
Figura 12. Paciente en posición de reposo y con un despla-
retracción de los músculos pectorales, acaso en relación
zamiento izquierdo. 1. La altura de los hombros casi similares
con una disminución de la expansión torácica (medidas
indica que se trata de un desplazamiento del tronco y no de
centimétricas).
una inclinación; 2. triángulos toracobraquiales asimétricos que
• La separación de las escápulas se acompaña a menudo
indican una inclinación izquierda; 3. contracción más visible del
del desplazamiento anterior de los hombros. Hay que
cuádriceps izquierdo: apoyo preferencial a la izquierda.
permanecer vigilante sobre esta orientación de las escá-
pulas, ya que la ausencia de observación del paciente
en posición de tres cuartos puede hacer pensar en una sobre la rotación del miembro inferior y, por tanto, del
cifosis dorsal. grupo muscular de la cintura pélvica potencialmente
• La proyección anterior de la cabeza se presenta a retraída.
menudo con contracción de los músculos anteriores del • La exploración de los miembros superiores en busca
cuello como los esternocleidomastoideos, por ejemplo. de una palma de la mano dirigida hacia atrás o hacia
fuera indica una rotación medial del hombro e informa
Exploración morfológica en el plano también sobre los grupos musculares retraídos.
• La inspección de la gibosidad, con el paciente incli-
horizontal nado hacia delante y las rodillas extendidas, informa
• La exploración de los miembros inferiores en busca de sobre la intensidad de la escoliosis. Cabe señalar que
una rótula mirando hacia dentro o hacia fuera, o de en esta prueba pueden observarse con facilidad las
un pie situado más hacia dentro o hacia fuera, informa zonas convexas y planas de la columna, orientando la

EMC - Kinesiterapia - Medicina física 7

E – 26-007-A-20  Interés del estudio de la morfología humana en kinesiterapia
evaluación muscular hacia una posible hipoextensibi-
lidad de los isquiosurales o hacia una rigidez articular
raquídea dorsal o lumbar.
• La exploración desde atrás en busca de pliegues cutá-
neos informa sobre una posible torsión raquídea que
indica una adaptabilidad postural a la rotación del
tronco.
 Conclusión
La exploración morfológica es la base del proce-
dimiento diagnóstico en numerosos campos de la
kinesiterapia y ocupa un lugar principal en el curso de
formación inicial. Los kinesiterapeutas comparten esta
ciencia de « anatomía artística » [1–3] con los artistas, pinto-
res o escultores. Estos últimos han contribuido a la historia
de la medicina, y el cuerpo humano ocupa a menudo el
centro de sus inquietudes.
Por lo tanto, es natural que en el instituto de formación
inicial, la enseñanza de la exploración morfológica pueda
estar inicialmente a cargo de profesores de Bellas Artes.
« Es a la vez sobre la piel y debajo de ésta donde se perci-
ben las pulsaciones y las ondulaciones de la vida que nos
anima. El arte es el instrumento perfecto para revelar este
conocimiento » [2] .
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J.-M. Lardry (jmlardry@orange.fr).
Institut de formation en masso-kinésithérapie de Dijon, 6 bis, rue de Cromois, 21000 Dijon, France.

Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Le Moteux C, Guillot C, Maitrepierre M, Pardon L, Lardry JM. Interés
del estudio de la morfología humana en kinesiterapia. EMC - Kinesiterapia - Medicina física 2017;38(4):1-9 [Artículo E – 26-007-A-20].

Disponibles en www.em-consulte.com/es
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EMC - Kinesiterapia - Medicina física 9