DEFICIENCIA MOTÓRICA
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ARTROGRIPOSIS
Causas
La mayoría de las veces, una persona tiene que heredar el gen defectuoso de ambos
padres para resultar afectado. Aproximadamente 4 de cada 100,000 personas
padecen la afección.
La forma más grave es la atrofia muscular espinal (AME) tipo I, también llamada
ENFERMEDAD DE WERDNIG-HOFFMAN. Los bebés con atrofia muscular espinal
tipo II tienen síntomas menos intensos a comienzos del período de lactancia, pero se
debilitan con el tiempo. La atrofia muscular espinal tipo III es la forma menos grave de
la enfermedad.
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Un antecedente familiar de este tipo de atrofia es un factor de riesgo para todos los
tipos de este trastorno.
CIFOSIS (del griego κύφος, "convexo", y el sufijo sis, que indica "estado, proceso") es
la curvatura fisiológica de la columna vertebral en la región dorsal. La columna
presenta cuatro curvaturas fisiológicas (o "normales"): dos curvaturas dirigidas hacia
afuera del cuerpo denominadas cifosis que están presentes en la columna dorsal y
sacra, y dos curvaturas llamadas lordosis dirigidas hacia dentro del cuerpo y ubicadas
en la región lumbar y cervical. La escoliosis (curvaturas hacia los lados) siempre se
considera patológica ("anormal").
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Distrofia muscular de Becker
Descripción:
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progresivas que terminan con la muerte o con graves limitaciones. Por el tipo de
herencia y las manifestaciones clínicas, pueden delimitarse varios tipos.
3/ el curso es progresivo y
ESCOLIOSIS
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ESPINA BÍFIDA
Básicamente existen dos tipos de espina bífida: la espina bífida oculta y la espina
bífida abierta o quística.
Muchas personas con espina bífida oculta no saben que la tienen, o sus síntomas no
aparecen hasta edades avanzadas. Estos síntomas pueden ser de tres tipos:
Meningocele y lipomeningocele
Son las formas menos frecuentes. Una o más vértebras presentan una abertura de la
que asoma un quiste lleno de líquido cefalorraquídeo que contiene parte de las
meninges pero no los nervios espinales. Sus secuelas son menos graves, tanto en las
funciones motoras como urinarias. El tratamiento más efectivo para cualquier tipo de
espina bífida es el movimiento.
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Mielomeningocele
Es la variante más grave y más frecuente. El quiste contiene tanto las membranas
como las raíces nerviosas de la médula espinal y a menudo la médula en sí.
Aunque no es una enfermedad mortal, produce graves daños neuronales, entre ellos,
hidrocefalia y discapacidades motrices e intelectuales en el niño.
Sus síntomas son parálisis total o parcial de las piernas, con la correspondiente falta
de sensibilidad parcial o total y puede haber pérdida del control de la vejiga o los
intestinos. La médula espinal que está expuesta es susceptible a infecciones
(meningitis).
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LUXACIÓN CONGÉNITA DE CADERA constituye uno de los capítulos más
apasionantes de la patología quirúrgica ortopédica.
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OSTEOGÉNESIS IMPERFECTA
PARESIA
PARÁLISIS CEREBRAL
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problemas en el desarrollo cerebral del feto o del niño. Los desórdenes psicomotrices
de la parálisis cerebral están a menudo acompañados de problemas sensitivos,
cognitivos, de comunicación y percepción, y en algunas ocasiones, de trastornos del
comportamiento”. Las lesiones cerebrales de la PC ocurren desde el período fetal
hasta la edad de 5 años. Los daños cerebrales después de la edad de 5 años hasta el
período adulto pueden manifestarse como PC, pero, por definición, estas lesiones no
son PC.
• Espástico: este es el grupo más grande; alrededor del 75% de las personas
con dicha discapacidad presentan espasticidad, es decir, notable rigidez de
movimientos, incapacidad para relajar los músculos, por lesión de la corteza
cerebral que afecta los centros motores. Los síntomas más frecuentes son:
hipertonía, hiperreflexia e hiperflexión. La lesión está localizada en el haz
piramidal.
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Las causas que producen la parálisis cerebral van a depender y a variar de un caso a
otro, por tanto no puede ni debe atribuirse a un factor único, aunque todos desarrollan
como determinante común, la deficiente maduración del sistema nervioso central.
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POLIOMIELITIS
TRAUMATISMO CRANEOENCEFÁLICO
Concepto
El TCE puede definirse como cualquier lesión física o deterioro funcional de contenido
craneal secundario a un intercambio brusco de energía mecánica. Esta definición
incluye a todas aquellas causas externas que pudiesen causar conmoción, contusión,
hemorragia o laceración del cerebro, cerebelo y tallo encefálico hasta el nivel vertebral
de T1. La alteración de la función cerebral se define como uno de los siguientes signos
clínicos:
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• Pérdida de la memoria de eventos inmediatamente anteriores —amnesia
retrógrada— o inmediatamente posteriores del traumatismo —amnesia
anterógrada—
• Déficits neurológicos (astenia, pérdida del equilibrio, trastornos visuales,
dispraxia paresia/plejía, pérdida sensitiva, afasia, etc.)
• Cualquier alteración del estado mental al momento del traumatismo (confusión,
desorientación, pensamiento ralentizado, etc.)
• Otras evidencia de patología cerebral que pueden incluir evidencia visual,
neurorradiológica, o confirmación del daño cerebral por pruebas de laboratorio.
Clasificación
Leve
En el TCE leve, los pacientes han experimentado una pérdida de la conciencia menor
a treinta minutos y las quejas que se presentan incluyen dolor de cabeza, confusión y
amnesia. Existe una recuperación neurológica completa a pesar de que algunos de
estos pacientes tienen dificultades de concentración o memoria pasajeras.
Moderado
Grave
En el TCE grave o severo, el paciente tiene un estado comatoso, no puede abrir sus
ojos, seguir órdenes y sufre de lesiones neurológicas significativas. Por lo general
tiene una neuroimagen anormal, es decir, a la tomografía computarizada (TAC/TC) se
observa fractura del cráneo o hemorragia intracraneal. Estos pacientes requieren
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ingreso a la unidad de cuidados intensivos (UCI) y la toma de medidas urgentes para
el control de la vía aérea, ventilación mecánica, evaluación o intervención
neuroquirúrgica y monitorización de la presión intracraneal (PIC). La recuperación es
prolongada y generalmente incompleta. Un porcentaje significativo de pacientes con
TCE grave no sobrevive más de un año.
TUBERCULOSIS OSTEOARTICULAR
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