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Traducción de los textos al español: Yackeline Dopico Gómez y Melvis

Edición: Lic. Mayra del Águila Muñiz


Realización de cubierta: Lic. Arsenio Fournier Cuza
Diseño interior: Frank Herrera García
Diagramación: Carlos Manuel Viera Olmo

Primera edición italiana:Editorial Jaca Book Spa, Milano, 2007


Todos los derechos reservados
Segunda edición en español: Editorial Félix Varela, 2009

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© Dr. Luciano Vasapollo, 2009


él

© Sobre la presente edición:


Editorial Félix Varela, 2009
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Ed

ISBN 978-88-16-40762-6 Primera edición (italiana)


ISBN 978-959-07-1136-7 Obra completa
ISBN 978-959-07-1021-6 Tomo I

Editorial Félix Varela


Calle A No. 703 esq. a 29
Vedado, La Habana, Cuba.
ÍNDICE

Agradecimientos / VII
Presentación / IX
Otras presentaciones / XXI
3UyORJRGHODXWRU(FRQRPtDHQWUHFLHQFLD\³QRFLHQFLD´XXV
Introducción / 1
Primera parte
PARA UNA CRÍTICA DE LOS FUNDAMENTOS
DE LAS CATEGORÍAS ECONÓMICAS /3
Introducción: Para una reconstrucción crítica de la actual fase del capitalismo
que se globaliza / 5
Primer capítulo
Origenes históricos de las categorías económicas / 23
1. La esencia del capitalismo / 23
2. Dimensiones fundamentales del funcionamiento de un sistema
económico capitalista / 25
3. Conceptos para la valoración del funcionamiento del sistema
económico capitalista / 27
4. La vigencia del análisis marxista del sistema capitalista: una discusión
abierta todavía para la Crítica de la Economía Política y Aplicada / 30
Notas / 41

III
Segundo capítulo
La teoría económica del socialismo utópico en Marx / 47
1. Antes de Marx / 47
2. El aporte de la escuela socialista / 49
3. La utilización socialista de David Ricardo / 50
4. Thomas Hodgskin / 52
5. John Gray / 54
6. Robert Owen / 55
7. Claude Henry Saint-Simon / 56
8. Sismonde de Sismondi / 57
9. Pierre-Joseph Proudhon / 58
10. Hacia el Socialismo Científico: Rodbertus Weitling / 62
11. Las manifestaciones de la economía política según Marx / 67
Notas / 70
Tercer capítulo
Categorías fundamentales del análisis marxista
(El corazón del proceso productivo) / 73
1. El modelo de producción capitalista y la teoría marxista del valor / 73
2. Plusvalía-plusvalor / 84
3. Las clases sociales / 94
4. Marx y el valor: a modo de resumen / 95
5. Para el uso del análisis marxista en los desafíos actuales / 99
Notas / 103
Segunda parte
CATEGORÍAS Y DINÁMICAS DEL SISTEMA CAPITALISTA / 1
Primer capítulo
Fundamentos de Contabilidad Nacional / 113
1. Las categorías marxistas y su traducción estadística / 113
2. Límites de los conceptos económicos neoclásicos convencionales / 115
3. La centralidad del debate sobre el trabajo productivo e improductivo / 117
4. La Contabilidad Nacional / 124
5. Los operadores económicos / 125
6. El PNB y el PIB / 130
7. Ingreso, consumos y ahorros / 139
8. La inversión como categoría central del sistema capitalista / 143

IV
9. La inversión productiva e improducctiva / 145
10. La dinámica de las inversiones fijas / 149
11. Distribución y redistribución del ingreso / 152
Notas / 153
Segundo capítulo
Contabilidad Nacional de la economía dominante / 157
1. Algunos problemas de la Contabilidad Nacional / 157
2. Análisis crítico del Sistema de Cuentas Nacionales / 163
Notas / 167
Tercer capítulo
Para una crítica de la Contabilidad Nacional / 171
1. Marxismo y sistema de las cuentas nacionales / 171
2. Hacia una macroeconomía alternativa / 173
Notas / 177
Cuarto capítulo
Los modelos de crecimiento económico cuantitativo / 179
1. Indicadores macroeconómicos para los modelos de crecimiento
cuantitativo / 179
1.1. Generalidad en los modelos del movimiento del capital / 179
1.2. La relación consumo-impuesto / 181
1.3. El multiplicador / 182
1.4. Relación capital-producto / 184
1.5. Relación deuda pública-PIB / 185
1.6. El principio de aceleración / 186
1.7. Indicadores de distribución / 187
2. Modelos económicos / 188
2.1. La implementación de los modelos / 188
2.2. Los modelos Harrod y Domar / 189
2.3. La generalización de la macrodinámica: el modelo de Harrod-Domar / 190
2.4. El modello de Solow / 192
3. Dinámica económica de los modelos: los límites teóricos de la economía
dominante / 195
3.1. /D³UHYROXFLyQ´GH.H\QHV
3.2. Keynes según Harrod / 196
3.3. Marx y Keynes según Domar / 198

V
3.4. La respuesta neoclásica hacia la sínstesis / 200
3.5. Los modelos neoclásicos de crecimiento económico internacional / 203
3.6. Contabilidad del crecimiento económico / 204
3.7. Equilibrio sin tecnología / 207
3.8. /D ³QR LGHQWLGDG´ HQWUH FUHFLPLHQWR HFRQyPLFR FXDQWLWDWLYR \
desarrollo real cualitativo / 210
3.9. Crítica al desarrollo: PIB, desarrollo humano y otros / 213
3.10. Modelos neoliberales, nueva macroeconomía clásica y teoría
keynesiana de última generación: acumulación sin crecimiento / 219
Notas / 224

VI
AGRADECIMIENTOS

Este trabajo ha sido posible gracias a los diversos aportes, como se especifica a
continuación, de muchos colaboradores del Centro de Estudios de
Transformaciones Económico-Sociales, CESTES-PROTEO.
En los diferentes momentos de la elaboración del Tratado colaboraron con el
autor Esteban Morales, de la Universidad de La Habana, Centro de Estudios
sobre Estados Unidos (Cuba); Efraín Echevarría, jefe del Departamento de
Marxismo, de la Universidad de Pinar del Río (Cuba), Hugo Pons, de la
Universidad de La Habana, Centro de Estudios Económicos y Planificación
(Cuba); y en particular en la fase de conciliación tuvimos la ayuda de Joaquín
Arriola, Facultad de Economía de la Universidad de los Países Vascos (España);
sus contribuciones hicieron posible una mejor estructura de la obra completa.
También agradecemos a muchos colegas y amigos, colaboradores internacionales
del CESTES y de las revistas Proteo y Nuestra América (en particular a Ricardo
Antunes, del Instituto de Filosofía y Ciencias Humanísticas de la Universidad
GH &DPSLQDV ± %UDVLO 5HP\ +HUUHUD 8QLYHUVLGDG GH 3DULV  3DQWKHRQ
Sorbonne y CNRS, Andrea Micocci, Universidad de Malta-Link Campus y
segunda Universidad de Nápoles, Alejandro Valle, Universidad de Ciudad México,
ejecutivo SEPLA), que con su disposición en la lectura de los bocetos y el
intercambio de ideas hicieron posible la sistematización del Tratado.
Muchas gracias a Enzo Di Brango y a Grazia Orsati por su óptima traducción,
participando con sus estimulantes críticas.
Un afectuoso agradecimiento al espléndido grupo de jóvenes investigadores del
Centro de Estudios CESTES-PROTEO como Giampaolo Graziano y Biagio
VII
Borretti por sus útiles contribuciones en la etapa de elaboración y revisión del
trabajo, que constituyeron importantes fuentes para lograr un trabajo mucho
más orgánico.
En cada momento del trabajo, fundamentalmente para el autor, estuvieron algunas
referencias político-culturales y humanas. En particular tuvieron gran significación
los planteamientos científicos, las sugerencias críticas y la amistad de Alfredo
González, Director del Análisis Macroeconómico del Ministerio de la Economía
(Cuba), Alejandro Mazzone, Universidad de Siena, Hosea Jaffe, Universidad
de Capetown (Sudáfrica), James Petras, State University, New York y University
Saint Mary de Halifax (Canadá).
Infinitas gracias a Sante Bagnoli y a toda la Casa Editora Jaca Book por la
continua confrontación de ideas en plena libertad y el profundo y sincero aprecio
de mi trabajo.
Sin la ayuda constante, los esfuerzos, los aportes precisos, y el espíritu de
dedicación de Rita Martufi, investigadora socioeconómica, presidenta del Comité
Científico del Centro de Estudios CESTES y de las revistas Proteo y Nuestra
América este trabajo no hubiese podido realizarse.
A todos ustedes le estamos sinceramente agradecidos por el intercambio científico
que hubo en la elaboración de este Tratado, que consolida aún más la espléndida
colaboración en el debate político - cultural que tenemos desde hace años, a
través de las relaciones académicas y más en general con la actividad
investigativa del Centro de Estudios CESTES; y sobre todo, gracias de corazón
por las relaciones de fraternidad y amistad.
LUCIANO VASAPOLLO
La citas del Tratado, con textos en lenguas extranjeras, fueron traducidas siempre al
italiano por Enzo Di Brando con el objetivo de hacerle más fácil la lectura al lector.
A Ernesto Che Guevara y a todos los revolucionarios
que dieron su contribución político-cultural
desde la lucha de resistencia, de autodeterminación
y de emancipación de los pueblos.
A los estudiosos de Marx que, como Alfredo González que
estando siempre en el juego, coherentemente,
desempeñan un papel importante como intelectuales
en el movimiento internacional de los trabajadores,
al frente de todos los rebeldes antiimperialistas
y anticapitalistas en busca de la libertad.

VIII
PRESENTACIÓN

HOSEA JAFFE
Universidad de Capetown (Sudáfrica)
En este importante trabajo Luciano Vasapollo se enfrenta a las cuestiones más
difíciles de la economía contemporánea, con la ciencia de El capital de Marx
antes que con la política del Manifiesto Comunista. No es que Vasapollo no
sea político; los años que ha dedicado a escribir, hablar y actuar en defensa del
socialismo de Cuba en particular, y contra el imperialismo de los Estados Unidos
y de la Unión Europea son políticamente importantes, pero como científico
marxista le da prioridad a la economía con respecto a la política.
En este período de crisis del jugueteo poskeynesiano con las soluciones
neoliberales impuestas por los Estados Unidos que no pueden funcionar, y el
KHFKR HV TXH IXQFLRQDQ QR HVWiQ HQ OD OLVWD GH ³QXHYDV´ WHRUtDV \ WHRUtDV
marxistas. Vasapollo no se puede encontrar en esta lista. Él se agarra, con la
REVWLQDGDWHQDFLGDGGHXQYHUGDGHURFLHQWtILFRDO³EXHQYLHMR0DU[Ž\DORVWUHV
tomos de su nunca envejecido Capital para demostrar que la economía marxista,
y solo la economía marxista, puede analizar y dar un sentido completo a los
libros de comercio de empresas nacionales e internacionales.
Es quizás, sobre todo, por esta razón que este extenso y excelente libro de
economía aplicada de Luciano Vasapollo debe ser una lectura obligatoria para
todo el que sepa apreciar escritos económicos inteligentes, claros e incluso con
rasgos justificadamente agresivos.
Por todas estas razones es que para mí es un placer hacer esta presentación
para un crítico de la economía política, para un crítico de ciencia que se ha

IX

La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1021-6


convertido, en estos años de colaboración internacional, en un excelente amigo y
colega. Hemos pasado juntos muchos buenos momentos en la Conferencia
Internacional sobre la llamada (pésimo término) ³*OREDOL]DFLyQ´ HQ5RPD HQ
Italia, en Europa y en la de Economía Política Internacional en La Habana, Cuba.
Juntos hemos presentado en muchas ciudades italianas y en Cuba el libro que
hicimos, Introducción a la historia y a la lógica del imperialismo (Milano,
Madrid, Lyón 2005). Siento siempre mucho placer al escuchar a Vasapollo
dirigirse a los académicos a los trabajadores y a los estudiantes.
En mis revisiones a sus libros más divulgados en italiano, español e incluso en
inglés, he observado su estilo directo, que también se evidencia en este Tratado.
En este último trabajo Vasapollo se mantiene fiel no solo a la economía y política
marxista sino también, sin anunciarlo, al materialismo histórico del Marx que
tanto tomó de positivo de Engels y de los enciclopedistas franceses. De un lado
el materialismo histórico es un componente intrínseco al más general materialismo
dialéctico que hay en todos los pensamientos y escritos de Marx. Por otro lado,
ha motivado todos los escritos y actos políticos de Luciano Vasapollo.
Se trata de la unidad de teoría y práctica. Para Vasapollo el pensamiento debe
ser practicable para ser creíble. Simultáneamente, la práctica sería un derroche
de esfuerzo humano y tiempo si no reflejara, indirectamente, un concepto
fundamental: habitual concepto marxista, en su caso. Sobre todo en este Tratado
el concepto de fondo, sin el cual toda la actualidad económica sería inútil y sin
significado, es el del tiempo de trabajo humano como medida del valor de cambio.
De economista marxista, o mejor de marxista, Vasapollo no tiene tiempo para
teorías a lo Habermas, que dicen que las máquinas, como las computadoras o
los robots, crean valor de cambio, distinto cualitativa y cuantitativamente al valor
de uso, que más bien ellos crean, como muchos consumidores saben habiendo
probado los beneficios y los costos. Es el trabajo humano y solo el trabajo humano
el que crea entre ambos las categorías de valor.
En la Introducción y en la Primera parte, se exponen con sumo cuidado los
fundamentos para las siguientes partes, el libro muestra la evolución de las
categorías y definiciones económicas marxistas de aquellos antepasados
burgueses clásicos, guiados naturalmente por David Ricardo (1772-1823).
Las categorías discutidas van desde la del valor a la de la productividad, a la
acumulación de capital y a los ciclos, a la rotación y circulación del capital. Este
trabajo-analítico-preparatorio está seguido inmediatamente de otras
profundizaciones, que examinan la división del capital en capital productivo,
comercial y financiero, una división que toca muchos lados de nuestra vida cotidiana.

La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1021-6


Lo es de manera especial, aunque ciertamente, no solo válido para los llamados
SDtVHV³ULFRV´³GHVDUUROODGRV´³LQGXVWULDOL]DGRV´TXHFRQVWLWX\HQODSDUWHDOWDGH
la fisiología, fisonomía y psicología del cuerpo político del sistema capitalista que
gobierna el mundo. Las leyes fundamentales que gobiernan este sistema son tratadas
HQHOOLEURVXFHVLYDPHQWH³ODSUXHEDGHFOLQDQWHGHOSURYHFKR³VREUHDFXPXODFLyQ
del capital, su centralización y concentración. En un apropiado orden lógico e
histórico esta categoría conduce a un tratamiento preliminar de cómo se forman
los monopolios capitalistas. Después, en la última parte del Tratado, los resultados
y eventos concurrentes son estudiados y explicados: la globalización y la
competencia global, inevitable e ineludible, el imperialismo económico.
Lo que es significativo en tal método es que no se trata de una ofensa política
contra el capitalismo, una ofensa que es todavía común al socialismo eurocéntrico
y de consecuencia, si me permiten agregar, a aquel mal llamado Tercer Mundo,
GHOFXDO\RPLVPRHVWR\DFXVDGRSRUDTXHOORV³UHYROXFLRQDULRV´TXHVXHxDQ\
luchan por la contradicción en términos de una Europa Socialista. A mi parecer,
Luciano Vasapollo no es uno de esos, su libro no es más que una contribución a
la crítica científica de la economía política.
Este aporte tiene como fuente el firme convencimiento de que, aunque 175 años
después del primer trabajo publicado por Marx -su tesis universitaria- su unificación
de la filosofía histórica materialista y la economía política clásica abre las puertas a
la macroeconomía. En el presente trabajo Vasapollo demuestra que es posible y útil
comprender la contabilidad nacional macroeconómica usando las categorías
fundamentales de Marx junto a su teoría del valor-trabajo y de la plusvalía. Él aplica
tales categorías a la economía política del imperialismo.
Me siento feliz y honrado con que mis libros Proceso capitalista y teoría de la
acumulación (Milano, 1973) y Marx y el colonialismo (Milano, 1977) le hayan
sido de utilidad para la escritura de algunos capítulos del Tratado. Este placer
personal nace porque ambos libros salieron del trabajo de los primeros años de la
década del 50 en Sudáfrica sobre economía política del capitalismo mundial, que es
precisamente el objetivo de este nuevo trabajo de Vasapollo sobre Economía Política
Aplicada.
Él desarrolla, posteriormente, esta tesis en las sucesivas partes que se ocupan
de usar sus términos, colonialismo y modo de producción capitalista; también
recuerda al lector al Marx que escribió, en una carta a un ruso, dos años antes
del Manifiesto Comunista:
³(VODHVFODYLWXGODTXHOHKDGDGRYDORUDODFRORQLDVRQODVFRORQLDVODVTXHKDQ
creado el comercio mundial y el comercio mundial es la condición necesaria
para la industria mecanizada de gran escala[..]sin la esclavitud, Norte América,
la nación más progresista, se hubiera transformado en un país patriarcal.
XI

La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1021-6


El descubrimiento de América y la travesía por el África ofrecieron nuevos
terrenos a la burguesía naciente. El mercado de la India Oriental y de China, la
colonización de América, el comercio con las colonias, el crecimiento de los
medios de cambio y de las mercancías en general, dieron un impulso antes
desconocido al comercio, la navegación, la industria, y al mismo tiempo favoreció
el rápido desarrolló del elemento revolucionario dentro de la sociedad feudal
TXH HVWDED GHVWUXLGD´
(Wage, Labour and Capital, 1850).
Y que ha escrito estas famosas palabras en el primer volumen de El capital,
palabras que este Tratado en general, con sus sesiones de economía pura e
histórica, hace ver:
El descubrimiento del oro y la plata en América, la extracción, la esclavitud y el
entierro de la población aborigen en las minas, al inicio de la conquista y del
saqueo de la India Occidental, las transformaciones de África en una reserva
de caza comercial de negros, señaló el alba de la producción capitalista. Estos
idílicos procedimientos son los principales momentos de la acumulación primitiva.
6XVWDORQHVORVVLJXHQODVJXHUUDVFRPHUFLDOHVGHODVQDFLRQHVHXURSHDV³FRQHO
JORERSDUDHOWHDWUR´
Estas palabras son el trailer de la película de la vida real de la globalización
capitalista con sus competencias y guerras del siglo XX y de nuestro siglo XXI.
Concentrándose antes que todo, en las primeras partes de su Tratado, en el
primer volumen de El capital de Marx, el autor ayuda al lector a entrar sin
temores en el terreno prohibido del colonialismo capitalista- el terreno prohibido
del socialismo eurocéntrico- esta entrada le da fuerza a mi idea sostenida desde
hace tiempo que el autor, Vasapollo, que es ya ampliamente conocido como un
antiimperialista, en particular por su defensa de Cuba socialista, no es un miembro
de la familia, ni un conocido del club del socialismo eurocéntrico.
Él es solo un economista político-marxista, científico y antiimperialista. En realidad
no es fácil ser antiimperialista y científico, porque muchos o casi todo el
antiimperialista es anárquico o eurocéntrico, américo-céntrico o ambos. No solo
su crítica a la economía, sino también sus muchos discursos y escritos sobre el
capitalismo colonialista y sobre el imperialismo capitalista atraen a los lectores,
que son motivados a entender placenteramente la comprensión y aplicación de
la vigencia de la economía de Marx.
Como había sugerido este Tratado no acepta ni presenta la vieja noción que el
FDSLWDOLVPRQDFLyGHOD³OXFKDGHFODVHVHQWUHXQDEXUJXHVtDQDFLHQWH\ODV
FODVHVIHXGDOHV´9DVDSROORVHPDQWLHQHILHODODQiOLVLVGH0DU[FLWDGRVREUHORV
orígenes globales y complejos del modo de producción (y de cambio, se debía
agregar siempre) capitalista.

XII

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Tal lealtad se manifiesta incluso en su trabajo sobre aquella región semicolonial
del mundo que sufre y es llamado con aquel ridículo racismo y eurocéntrico
nombre de Latinoamérica en vez del más apropiado indoafricano o afroindio
escogido por los opresores y por los supersfruttati no europeos que viven y
WUDEDMDQDTXt\DOOi(VWDPRGDGHOODPDU³/DWLQRDPpULFD´QRFDPELDHQHVWH
excelente trabajo de economía política internacional. Luciano Vasapollo tiene,
aparte de mí, muchos amigos que se preocupan de redesarrollar la tesis original
de Marx en relación con la génesis histórica real del sistema capitalista: en
SDUWLFXODUHVWiODGH³OXFKDGHFODVHVHQWUHXQDEXUJXHVtDQDFLHQWH\ODVFODVHV
IHXGDOHV´R³HOGHVFXEULPLHQWRGH$PpULFD´([LVWHQ\DPXFKRVOLEURVVREUHHO
RULJHQGH³$PpULFD´HQWUHHOORVDOJXQRVGHPDU[LVWDVLWDOLDQRV(VWDGLVFXVLyQ
sería ciertamente nivelada, y sus cuestiones serían más penetrantes por la
participación del autor del Tratado del cual estoy escribiendo la presentación.
La cuestión clave analizada aquí es la del valor, en particular la plusvalía y su
³DFWXDOLGDG´3DUDOOHJDUDHVWHDQiOLVLVHODXWRUKDEODQRVRORGH0DU[ VLQR
también de muchos otros economista políticos, clásicos, neoclásicos y
neoliberales. Su principal preocupación sucede a la teoría del valor-trabajo, de
los salarios y plusvalía y ha tenido la necesidad de discutir la acumulación del
capital. El quehacer diario no ha evitado la evolución de las teorías sobre la
acumulación del capital. Sepamos que existen al menos ocho períodos diferentes
de esta evolución. Antes de la escuela Fisiocrática, guiada por Quesnay (1694-
 TXHFDVLDGLVJXVWRKDDQDOL]DGRODDFXPXODFLyQ³SULPLWLYD´X³RULJLQDO´D
través de incursiones en América, África, Asia junto con incursiones contra el
feudalismo en decadencia. Después, en medio de la primera crisis comercial
posnapoleónica del 1818-1820 vienen Ricardo y Malthus (1766-1834) y después,
en la crisis que precedió la revolución del 1848, Rodbertus y Kirchmann. Solo
entonces es que aparece Marx, y casi un siglo después Lenin, Luxemburgo y
los otros, que argumentaron contra los neoliberalistas del otro ayer, Struve,
Bulgakov y los Narodniki. La evolución continuó con la Acumulación del Capital
de Bukharin y con los trabajos de Grossman y Hilferding usados por Lenin para
escribir su Imperialismo. Detrás de ellos vinieron Varga y el resto de la escuela
de Stalin. De penúltimos están Sweezy, Baran, Amin, Frank, Dos Santos,
Emmanuel, yo mismo y otros que han estudiado la economía política del capital
monopolista imperialista que existe todavía. En fin, el desastre de la economía
QHROLEHUDO\ODLQHILFD]UHVSXHVWDGHORV³QHJURV´\ORVRWURV
El Tratado contiene también profundas reflexiones sobre planteamientos
concernientes a la economía política de algunas de las principales escuelas.
Vasapollo trata la problemática de la acumulación del capital en su estrecha
conexión, en primer lugar, con la tasa de beneficio generalizado, y generado por

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la propia plusvalía. Él considera la dinámica de la acumulación del capital que
acompaña e influencia la tasa de cambio de la acumulación del capital, por
ejemplo el monto anual de la suma del capital variable adicional (v) y el capital
constante especialmente fijo adicional; matemáticamente es:
d(c+v)/dt.
Según Marx, Vasapollo reduce esta variación de la acumulación del capital paso
a paso a la variación anual del tiempo de trabajo total gastado para producir la
suma del trabajo nacional o global y los medios de producción nacionales o
globales. Él sigue su principio de base, que la macroeconomía corriente (de un
país o del mundo) puede y debe ser leída e interpretada por medio y en términos
de las categorías fundamentales de El capital de Marx, a través de las
definiciones de tiempo de trabajo, del valor de cambio, de los salarios (la unidad
de capital variable) y de la plusvalía (convertido en ganancia).
6LHPSUHHQODVSULPHUDVSDUWHVOHHPRVGH³OH\HVGHOODFDtGDWHQGHQFLDOGHOD
WDVDGHJDQDQFLD´(QHVWHFDVRODUHGXFFLyQPDU[LVWDGHODWDVDGHFDPELRGH
la acumulación de capital a variación anual de tiempo de trabajo (por ejemplo)
forma la parte de la derecha de una ecuación importante. La parte izquierda de
tal desigualdad es la tasa de cambio de la plusvalía (el numerador de la tasa de
ganancia). La parte derecha de la igualdad es la tasa de cambio del capital
acumulado (el denominador de la tasa de ganancia). Aquí la validez del método
de Marx consiste en el hecho de que puede ser probado matemáticamente,
usando el análisis matemático, que la condición para una tasa de ganancia
declinante es la desigualdad (la tasa de cambio en el tiempo de la plusvalía
relativa debe ser menos que la tasa de cambio en el tiempo de acumulación
relativa de capital). Matemáticamente esto está dado por:
dS/dt/S<[d(c+v)/dt/(c+v)].
En simples palabras: la variación porcentual anual de las ganancias debe ser
menor que la variación porcentual anual de la acumulación de capital. Solo si
esta condición se cumple plenamente la tasa de ganancia tiende a disminuir. Si
la parte izquierda de la ecuación excede a la derecha entonces la tasa de ganancia
tiende a aumentar, no a disminuir. Tal crecimiento viene en la mayor parte de las
inversiones imperialistas en el Tercer Mundo, donde la tasa de ganancia es dos
o tres veces mayor que la del Primer Mundo.
La tendencia periódica a disminuir la tasa de ganancia en el campo de los países
imperialistas (Organization for Economic Cooperation and Development,
OECD) es debida, no solo a un crecimiento de la masa del capital constante,
sino a un aumento del capital variable y a una tasa de plusvalía (ganancia/
salario), que en el Tercer Mundo (después del 1990 están presentes Rusia y
Europa occidental) es nueve veces más baja que en el campo OECD.
XIV

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En las partes finales este Tratado explica cómo el imperialismo causa una tasa
de plusvalía (S/V) de 3 a 1; 4 a 1 por los indígenas en Asia, África y América
Latina, que causa un desempleo a más del 50 % y pobreza en masa. Tal tasa de
plusvalía es inversa para la mayor parte de los trabajadores del campo OECD.
Esta sección es una lectura escencial.
El libro completo es un tratado fundamental cuando analiza la productividad,
el dinero, la rotación del capital, la diferencia entre la plusvalía producto de
los trabajadores empleados del capital industrial y aquellos empleados del
capital comercial, financiero y que produce rendimiento. También en las
partes sucesivas el autor se ocupa, desde el punto de vista teórico, de la
subdivisión de la plusvalía en formas representantes en la vida de todos los
días de la ganancia productiva, la ganancia de la distribución de las
mercancías desde el transporte hasta el comercio, el rendimiento y el interés.
Entre las preguntas que aquí se les da respuesta están: ¿cómo se mide la
productividad? En peso, volumen o en otras medidas de valor de uso (por ej.
tonelada de carbón por mineros por año) ¿O es más estrictamente correcto
calcular la productividad en euro o dólar de PIL por trabajador por año? El
libro trata estas preguntas en teoría y con referencias nacionales, UE, ONU
etcétera, para demostrar que es a partir de fuentes oficiales de datos y
políticas económicas que se aplica la crítica marxista de la economía.
Entre los muchos y complejos problemas analizados existen diferencias entre la
centralización y la concentración del capital; el papel de alguna de las
multinacionales en la formación del capital financiero y de las otras variantes
del capital monopolista; los escritos de Marx sobre capital monopolista y el
colonialismo antes de él y en su tiempo; Lenin, Hobson, Hilferding y otros sobre
capital monopolista y el imperialismo desde finales del siglo XIX; en fin, un
necesario examen de la economía liberal , de la revolución marginalista, y una
atenta crítica de los criterios de producción, distribución y clasificación
neoclásicas; terminando con una defensa de la teoría marxista contra los críticos
keynesianos, los poskeynesianos, los sraffiani y los ambientalistas.
En estos tiempos nuestros en los cuales siempre se puede demostrar la
devastación ecológica, el rol de los monopolios nacionales y globales es no ser
descuidado con los partidos de derecha, de izquierda y centro que juegan con el
FRQVXPLVPRGHPDVD(QWUHHVWRVHVWiODL]TXLHUGD³DQWLLPSHULDOLVWD´ sic) que
chacharea contra la privatización pero garantiza la propiedad y el uso de
automóviles privados, TIR, motocicletas y autobuses, que causan el 70 % de la
devastación y el recalentamiento global. Su producción es la más grande industria
capitalista (mucho más grande que la industria bélica).

XV

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La industria de automóviles de petróleo es imperialista desde sus orígenes y en
sus vastos mercados petrolíferos que en ocasiones constituyen causas importantes
de guerras internacionales. Ahora existen en el mundo un billón de vehículos de
petróleo, 85 % de los cuales se encuentran en los países OCDE. El movimiento
verde ha fallado míseramente en su oposición a la industria de los vehículos
petroleros, incluso los aeroplanos, que destruyen el ozono y son cada vez más
populares, además son productos de gigantescos monopolios. Vasapollo ha hecho
bien al analizar en este Tratado, también, las cuestiones de desarrollo, malamente
³SXHVWR´ SRUORV GHORV PRYLPLHQWRV YHUGHVTXH HVWiQ D OD YDQJXDUGLDHQ OD
lucha contra la economía político-marxista.
Este Tratado analiza también la problemática de la ampliada reproducción sobre
la base de capítulos del XXI al XXV de El capital de Marx. El propio Marx puso
la división del capital industrial en dos ramas principales, una que produce los
bienes de consumo (Pc) y la otra los medios de producción (Pp) con la producción
esclavista colonial de la plantación de algodón y con el mercado mundial alimentado
por los productos coloniales. La reproducción ampliada fue puesta por Marx en el
contexto del capitalismo globalizado colonialista de la mitad del siglo XIX.
Vasapollo renueva esta conexión en su análisis del imperialismo, del
neocolonialismo y de la estructura económica centro-periferia.
Este Tratado es uno de los pocos escritos después de Marx que pone la
reproduccion ampliada en la matriz del colonialismo y del imperialismo del modo
de producción capitalista. Este último es el elemento histórico y político-económico
general de la manera con la que el libro guarda dentro, y pone al desnudo, las
características y contradicciones de este particular modo de producción, que
como el feudalismo es eurocéntrico y no originario de las civilizaciones asiáticas,
africanas y precolombinas.
Las partes finales del Tratado, sobre la economía de nuestros días interpretada
a través de la teoría económico-marxista, se ocupan de las fluctuaciones
económicas y del declive del capitalismo en un vértice de crisis. De nuevo se
trata de una lectura esencial, especialmente en un tiempo en el cual los medios
±\DOJXQDVRUJDQL]DFLRQHVGHPDVDGHL]TXLHUGD±DFODPDQ³HOILQGHODKLVWRULD´
TXHVLJQLILFD³FDSLWDOLVPRSDUDVLHPSUHVRFLDOLVPRQXQFD´
La tesis de Vasapollo sobre la crisis es la marxista. Es decir, que las crisis
económicas son inevitables en el capitalismo. Existen conflitctos entre la
SURGXFFLyQGHPHUFDQFtDV\ORVPHUFDGRVQDFLRQDOHV\PXQGLDOHV(QORV³EXHQRV
SHUtRGRV´ HO PHUFDGR DWUDH ODV PHUFDQFtDV SURGXFLGDV 'HVSXpV GH XQD YH]
como en el 1818, 1929, 1973, 1987, etc. El mercado rechaza la producción, los
precios bajan y con esto los valores capitales de mercado. Con esta crisis se

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desatan otras, que estallan: el cambio Pc-Pp trae una disugualdad y se rompe,
influenciado por ambas, las ramas de la reproducción ampliada; existen
contradicciones entre comercio e industria; el capital financiero domina al capital
industrial; el capital especulativo se enrosca en una espiral de crecimiento; la
URWXUDGH³FDPELRGHVLJXDO´DFDXVDGHODVUHYROXFLRQHVVRFLDOHVHQHO7HUFHU
Mundo que exporta materias primas, minerales, petróleo y otros productos
semicoloniales económicos; la competencia entre los monopolios UE, USA y
japoneses, y entre los propios Estados Unidos es la principal característica de la
³JOREDOL]DFLyQ´HLJXDOPHQWHLQHYLWDEOHODVJXHUUDVPXQGLDOHVLQWHULPSHULDOLVWDV
son la única posible solución de las grandes crisis (antes del 1914-1918, 1929-
1939), y es más, son guerras neocoloniales (Vietnam, las guerras por el petóleo
en Iraq, Irán, Angola, etc.), para resolver las crisis del capital y de las mercancías,
que todavía, en todos los casos, las empeoran.
EI lector encontará todo esto y más. Cada una de las cosas que encontrará echará
luz sobre los terribles acontecimientos de nuestros días, cosas como la invasión de
Iraq, del Líbano y mañana de quiénes sabemos, ¿Siria? ¿Irán?
Todos tenemos necesidad de una brújula para guiarnos en este complicado mundo
de sucesos y causas, y este Tratado nos la presenta. Por eso , y sobre todo por la
devoción de Luciano Vasapollo al método científico de estudio y de presentación
de la crítica a la economía política y aplicada, estamos todos agradecidos.

JAMES PETRAS
State University, New York (USA) y Univ. Saint Mary di Halifax (Canadá)
Conozco al profesor Luciano Vasapollo desde el punto de vista científico, además
de personalmente, desde hace más de 10 años. Yo lo he apreciado primero por
sus escritos científicos, después por su participación en conferencias cientificas y
profesionales y más tarde como coautor de una importante publicación académica.
Hacer la presentación de su libro, incluso si estuviera cargado de trabajo, sería
un placer ya que para mi no es un ejercicio de rutina sino una importanate
ocasión para aprender. Desde los primeros capítulos percibí que no me equivoqué
y comencé a tomar notas no solo para el propio prólogo sino también para mis
propios escritos sobre economía política contemporánea. Esto es un óptimo libro
y también un fuerte estímulo para la investigación académica.
El profesor Luciano Vasapollo es uno de los más versátiles e innovadores economistas
políticos aplicativos en el verdadereo sentido de la palabra. En el ámbito de la
economía aplicada él ha dirigido investigaciones avanzadas que analizan variables
sociales, políticas y económicas en un cuadro explicativo histórico, aplicado a la
FRQWHPSRUiQHD ³WHRUtD GH OD FULVLV´ 6XV SXEOLFDFLRQHV VREUH OD WHRUtD
macroeconómica, sobre todo en cuanto a las relaciones entre valor y trabajo, son

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muy citadas y pueden ser encontradas en las notas al pie de páginas y en las
bibliografias de los trabajos de profesores en Europa y en Sur y Norte América.
El Tratado es una magnífica síntesis de las anteriores investigaciones y
publicaciones del profesor Vasapollo. Esto le aporta a los estudiantes de economía
los conceptos y las categorías analíticas de una manera clara y precisa. El
Tratado fue escrito con un estilo pedagógico proyectado para lograr varios
objetivos. Presenta una visión del capitalismo como sistema operante, haciendo
una clara exposición de las dimensiones, de los principios operativos, de conceptos
y valores políticos, sociales y económicos que distinguen el sistema capitalista
de las economías precapitalistas y postcapitalistas.
Con un rigor objetivo y científico el profesor Vasapollo hace una clara exposición
de las categorías de la economía política clásica, examinando sistemáticamente
el valor, la productividad, la acumulación del capital y la distribución del valor en
el proceso circulatorio de la producción.
La explicación objetiva de los principios de la economía política clásica está
seguida de una precisa exposición crítica y un análisis de las reglas fundamentales
del sistema capitalista, que enfatiza las tendencias intrínsecas del capitalismo
contra la sobreacumulación y la crisis, la centralización, la concentración y la formación
de los monopolios, asíFRPRODFUHDFLyQGHXQSHUPDQHQWH³HMpUFLWRGHWUDEDMDGRUHV
GHUHVHUYD´(OSURIHVRU9DVDSROORSURSRQHXQDDOWHUQDWLYDDO³UD]RQDPLHQWROLQHDO´
GHORV WHRULFRVGHO³HTXLOLEULR´ UHFXUULHQGRDOPpWRGRGLDOpFWLFRTXHPXHVWUDORV
elementos contradictorios del sistema capitalista: cómo la competencia lleva a la
concentración, cómo la acumulación trae exceso de capacidad y crisis de
sobreproducción, cómo la exspansión de las fuerzas de producción genera un
excedente de mano de obra.
El Tratado tiene la virtud de proponer un preciso resumen histórico de las teorías
liberales desde el siglo XVIII hasta hoy, junto a una crítica brillante de los teóricos
marginales y del equilibrio. Es decir, se detiene sobre el desequilibrio y las crisis
de producción, y sobre la tendencia contra grandes desigualdades socio-
economicas en la distribución.
En esta sección el profesor Vasapollo propone una brillante crítica filosófica de
OD³UDFLRQDOLGDG´GHODWHRUtDQHRFOiVLFDGHPRVWUDQGRODGHVWUXFFLyQ\HOUHJUHVR
inherente a la lógica de la reproducción capitalista ampliada.
El autor examina y contrapone de manera crítica el keynesismo, el marxismo y el
ambientalismo a las teorás neoclásicas. Resume las contribuciones ampliando y
profundizando nuestras concepciones sobre la teoría económica contemporánea
y tratando las otras simples fórmulas de la economía neoclásica.
El valor del Tratado está en la manera con la cual une discusiones teóricas y
analíticas con una brillante exposición de análisis empíricos y estádísticos. En la

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sección sobre el desarrollo de nuevos indicadores socioeconomicos el autor
propone precisos medios y métodos para la construcción de los indicadores que
midan las variables en las coyunturas contemporáneas. A diferencia de otros
economistas políticos Vasapollo es un economista estadístico-aplicativo, mejor
que un crítico marxista de la economía aplicada, de nivel mundial, que tiene un
perfecto dominio de las técnicas matemáticas y estadísticas. Es decir, le permite
a los estudiantes aplicar los conceptos clave y presenta una base para la
esperimentación de las hipótesis empíricas.
El Tratado une una exposición concisa y crítica de los criterios convencionales
del neoliberalismo ortodoxo con una excelente síntesis, y una aplicación del
marxismo del siglo XXI, usado como un medio útil para comprender el capitalismo
contemporáneo. El profesor Vasapollo se detiene en las crisis y el estancamiento
recurrente en el contexto de la constante restructuración dinámica del capitalismo.
Él procede examinando las dinámicas de la revolución industrial, a lo que él
OODPD³IRUGLVPR´VXGHFOLYH\VXFULVLVVRFLRHFRQyPLFD\OD³VROXFLyQ´HQHO
PXQGR ³SRVWIRUGLVWD´ GHO QHROLEHUDOLVPR$TXt 9DVDSROOR KDFH FRQVWDWDU VX
profundo conocimiento de cómo la fuerza política y social del capital, tomando
la forma de una contraofensiva al avance de los trabajadores en la década del
OOHYyDOFUHFLPLHQWRGHODHFRQRPtD³JOREDOL]DGD´FRQODFXDOHOFDSLWDOHQFRQWUy
un modo de consolidar su hegemonía.
(QODVFRQFOXVLRQHV9DVDSROORSURSRQHXQD³SHUVSHFWLYDJOREDO´DQDOL]DQGRHO
FUHFLPLHQWR GH XQ PRGHOR GH ³DFXPXODFLyQ GHO FDSLWDO´ FHQWUDGR VREUH OD
economía de Estados Unidos y alimentado por la fuerza técnico-militar, en
FRPSHWHQFLDFRQHOPRGHORHXURSHR\MDSRQpV³FRQFHQWUDGRVREUHHOPHUFDGR´
de construcción del imperio, basado en las relaciones neocoloniales con las
colonias precedentes, así como el l relativo declive de la competitividad americana
en la manufactura. Vasapollo identifica el principal motivo de debilidad en los
proyectos en competencia para la construcción del imperio: la expansión dinámica
del la arquitectura financiera global y su extrema inestabilidad, basada sobre
HVTXHPDV³SLUDPLGDOHV´ hedge funds) siempre más epeculativos y lejanos, en
cada momento, de la producción de medios y servicios reales.
El profesor Vasapollo ha escrito un magnífico Tratado para los esudiantes
universitarios, que ofrece mucho más de los requisistos exigidos para un texto
universitario. El Tratado propone discusión fundamental y precisa sobre los
modelos teóricos pasados y presentes.
De sobra elabora una perspectiva crítica alternativa que es compleja, pero
clara y lógicamente desarrollada. El valor didáctico y divulgativo de base
del texto de Vasapollo está en la capacidad de ser comprendido por los estudiantes
de manera simple con ideas complicadas. No solo él propone los medios estadísticos
y analíticos para poder avanzar en la carrera científica en economía aplicada.

XIX

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Este libro supera a los otros por su capacidad de proponer las líneas de una
encuesta científica y estimular a los estudiantes a despalzarse de la teoría para
examinar los advenimientos contemporáneos. En otras palabras, este Tratado no
es solo para un curso académico, sino una guía para todos los que quieran entender
el mundo de manera crítica, pero de forma práctica.

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OTRAS PRESENTACIONES

SAMIR AMIN
Presidente del Fórum de Tiers Monde y del Fórum Mundial de la Alternativa (Francia)
El economista desarrolla en la sociedad capitalista contemporánea funciones
analógicas a aquellas del gran curandero que hubo una vez en la sociedad;
presenta la fórmulas mágicas que legitimizan el poder de los dominantes. Su
instrumento es la construcción, y su complejidad investigada es a medida de su
carácter artificial; esta construcción que pone falsas preguntas para evitar las
verdades, lejos de ser científica como pretendería, ni es la negación perfecta.
Vasapollo desmoraliza aquí los mecanismos de esta producción paracientífica y
entretanto contribuye a liberar las clases populares de una alienación que no la
hace crecer, pero es mejor tenerlo bajo control.
RICARDO ANTUNES
Instituto de Filosofía y Ciencias Humanísticas de la Universidad de Campinas (Brasil)
El nuevo libro de Luciano Vasapollo es una relevante contribución académica y
científica a la comprensión del mundo productivo capitalista de hoy. Sostenido
por una sólida formación en la crítica de la economía política, tema en el cual ha
demostrato grandes competencias con la publicación de numerosos libros y
artículos publicados, ya sea en Italia o en el exterior, este nuevo Tratado será
de gran utilidad para que todos aquellos que deseen comprender el mundo del
capital de nuestros días, tanto en la econometría como en la teoría marginalista.
ATILIO BORON
Universidad de Buenos Aires (Argentina), Secretario Ejecutivo del Consejo
Latinoamericano de Ciencias Sociales /CLACSO

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Luciano Vasapollo, uno de los más relevantes estudiosos contemporáneos del
capitalismo, nos ofrece en esta obra un aporte de gran importancia para la
comprensión de los grandes problemas económicos, sociales y políticos de nuestro
tiempo. Es un libro que recupera didácticamente las principales categorías teóricas
del análisis marxista y que, al mismo tiempo, demuestra los potenciales explicativos
GH OD PLVPD D WUDYpV GH VX DSOLFDFLyQ HQ HO H[DPHQ GH ORV ³FDSLWDOLVPRV
UHDOPHQWHH[LVWHQWHQWHV´7DQWRORVHVWXGLDQWHVFRPRORVPLOLWDQWHVHQFRQWUDUiQ
en estas páginas una serie de instrumentos teóricos y metodológicos de gran
utilidad para comprender y cambiar el mundo en que vivimos.
REINALDO A. CARCANHOLO
Departamento de Economía de la Univ. Federal do Espírito Santo (Brasil); Tutor del
³3URJUDPDGH(QVLQR7XWRULDO3(76(680(&´
En los últimos años ha crecido el interés de intelectuales y de muchos militantes
sociales por retornar al estudio de Marx. Este interés tiene una razón fuerte: la
teoría económica de Marx ofrece el único punto de partida sólido para una crítica
profunda, no superficial, a la actual realidad capitalista. Este retorno no puede agotarse
en las citas del autor, exige creatividad crítica (crítica de la sociedad y del pensamiento
socioeconómico contemporáneo). Y es eso que lo podemos esperar de este libro de
Luciano Vasapollo, reconocido internacionalmente como investigador, analista social
y académico. Estamos , por tanto, felices por esta publicación.
GUGLIELMO CARCHEDI
Universidad de Amsterdam (Holanda)
Este Tratado es una actualización rigurosamente científica de las categorías
marxistas. Está dirigido no solo a estudiantes y estudiosos, sino también al mundo
más político y sociocultural. El lector se encontrará, en un estilo asequible, incluso
para el que no trabaja, instrumentos indispensables para la comprensión del
capitalismo contemporáneo y para la elaboración de proyectos con el objetivo
de superar el modo de producción capitalista.
REMY HERRERA
Universidad de Parçis 1 Pantheon-Sorbonne y CNRS
El libro de Luciano Vasapollo es un verdadero aporte notable a la teoría marxista
contemporánea. El autor tuvo la intención de presentar, al mismo tiempo, a los lectores,
la crítica sistemática de las corrientes dominantes neoclásicas y neoliberales en los
diferentes campos de investigación en economía y de los potentes instrumentos teóricos
y nos llena de un pensamiento alternativo en esta disciplina. De hecho, Vasapollo nos
demuestra, con fuerza y claridad, que el marxismo es hoy un medio escencial en las
manos de las clases populares para la trasformación radical de la sociedad.

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FRANCOISE HOUTART
Universidad Católica de Lovaina, Secretario Ejecutivo del Foro Mundial de las
Alternativas (FMA)
En el momento en que se universaliza la ley del valor (la globalización) y que
todos los seres humanos son afectados en la propia cotidianeidad por los efectos
destructivos de la fase neoliberal del capitalismo, es muy importante hacer una
nueva lectura de la crítica de la economía política de Marx, que analizó la lógica
del proceso desde su inicio.
La obra de Luciano Vasapollo recoge esta necesidad.
ALFREDO JAM MASSÓ
Director del análisis macroeconómico del Ministerio de Economía y Planificación de la
República de Cuba, Premio Nacional de Economía 2006.
En su incansable actividad de apoyo a la causa del socialismo, el profesor Luciano
Vasapollo incorpora este trabajo al campo de la teoría y de la enseñanza, además
del empeño de la divulgación y del llamamiento a las ideas de los fundadores del
marxismo.
De esta manera honra el pensamiento del Comandante Ernesto Che Guevara,
SXHV &KHVRVWHQtD ³6LQFRQRFHU El capital, no se es economista en el mejor
VHQWLGRGHODSDODEUD´
Y es precisamente el propósito de esta obra, mostrar con aplicaciones absolutamente
actuales, la escencia del pensamiento marxista y su absoluta vigencia.
DAVID LAIBMAN
City University of New York (USA); Editor, Science & Society
Este trabajo es de gran importancia en en un momento en el que es
particularmente fuerte la necesidad de un texto claro, completo y crítico en el
campo de la política económica. Vasapollo ofrece a los estudiantes los conceptos
y los instrumentos clásicos de la tradición de la economía política, desarrollando
sistemáticamente alguna idea, pero sin excesivo formalismo.
Por otro lado completa esta tradición con las teorías y las argumentaciones
económicas actuales, en particular aquellas que hacen referencia a la globalización
y a los retos que hoy debe afrontar la economía internacional.
Valorando los elementos más significativos de las economías ortodoxas, Vasapollo
muestra cómo las teorías principales no se habían equivocado, más bien son
superficiales y pueden ser mejor usadas si se incorporan en el rico y profundo
marco marxista. Este trabajo está en la estela de la mejor tradición de recuperación
crítica y encontrará un puesto relevante en el ámbito académico y político,
favoreciendo la superación del actual estancamiento neoliberal.

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ALEJANDRO VALLE
Universidad de Ciudad México, ejecutivo SEPLA (México)
Un problema de la disciplina económica es su relación con la realidad, la economía
convencional es autística como dicen muchos estudiosos del mundo. La
economía marxista siempre ha sido otra cosa y el libro de Vasapollo lo confirma.
El Tratado es una crítica a la economía burguesa aplicada, y es indispensable
para comprender al enemigo, para definir la estrategia de los trabajadores y
construir otro mundo. No es simplemente un trabajo importante por sí mismo
sino también porque es claro guión de lo que debemos investigar nosotros que
nos ocupamos de los análisis de la realidad concreta.
Henry Veltemeyer
6DLQW0DU\¶V8QLYHUVLW\+DOLID[ &DQDGi
Vasapollo ha puesto unidas una guía al pensamiento y a la acción en la economía
política del desarrollo capitalista de hoy, que es absolutamente indispensable.
No solo que no existe nada como su libro, sino que se trata de una obra concebida
excelentemente y bien escrita. Los estudiantes y activistas no tendrán que buscar
un mapa que los guie por la intrincada dinámica del capitalismo de hoy. Se trata
de un verdadero y precioso tour de force en la crítica de la economía aplicada.

XXIV

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PRÓLOGO DEL AUTOR:
ECONOMÍA ENTRE CIENCIA Y ´NO CIENCIA´

Discurso pronunciado por Fidel Castro Ruz,


Presidente de la República de Cuba, en el acto
por el aniversario 60 de su ingreso a la universidad,
efectuado en el Aula Magna de la Universidad
de La Habana, el 17 de noviembre de 2005

Una conclusión que he sacado al cabo de muchos años: entre los muchos
errores que hemos cometido todos, el más importante error era creer que
alguien sabía de socialismo, o que alguien sabía de cómo se construye el
socialismo. Parecía ciencia sabida, tan sabida como el sistema eléctrico
concebido por algunos que se consideraban expertos en sistemas eléctricos.
&XDQGRGHFtDQ´(VWDHVODIyUPXOD´HVWHHVHOTXHVDEH&RPRVLDOJXLHQ
es médico. Tú no vas a discutir con el médico acerca de anemia, de
problemas intestinales, de cualquier especialidad, al médico nadie le discute.
Puede creer que es bueno o es malo, qué sé yo, puede hacerle caso o no;
pero nadie le discute. ¿Quién de nosotros va a discutir con un médico, o con
un matemático, o con un experto en historia, en literatura o cualquier
materia? Pero somos idiotas si creemos, por ejemplo, que la economía y que
me perdonen las decenas de miles de economistas que hay en el país- es una
ciencia exacta y eterna, y que existió desde la época de Adán y Eva.

XXV

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Se pierde todo el sentido dialéctico cuando alguien cree que esa misma economía
de hoy es igual a la de hace 50 años, o hace 100 años, o hace 150 años, o es
igual a la época de Lenin, o a la época de Carlos Marx. A mil leguas de mi
pensamiento el revisionismo, rindo verdadero culto a Marx, a Engels y a Lenin.
8Q GtD GLMH ³(Q HVWD XQLYHUVLGDG PH KLFH UHYROXFLRQDULR´ SHUR IXH
porque hice contacto con esos libros, y antes de empatarme, por mi propia
cuenta y sin haber leído ninguno de esos libros, estaba cuestionando la
economía política capitalista, porque me parecía irracional ya en aquella
época, y estudiaba economía política en el primer año de Portela, 900
páginas en mimeógrafo, durísima, casi a todo el mundo lo suspendía. Era
el terror aquel profesor.
Una economía que explicaba las leyes del capitalismo, mencionaba las
distintas teorías sobre el origen del valor, y mencionaba también a los
marxistas, los utopistas, los comunistas, en fin, las más variadas teorías
sobre economía. Pero estudiaba la economía política del capitalismo
comencé a sentir grandes dudas, a cuestionar aquello.
1. Este trabajo tiene un objetivo determinado en tiempo y espacio. No es
XQDH[SRVLFLyQGHODOODPDGD³(FRQRPtDSXUD´ GDGRTXHWLHQHHVWDWXWRVQR
solo en sentido formal, sino de explicación de la realidad) ni tampoco es una
teoría del modo de producción capitalista (MPC) en sus formas de
movimiento, leyes y tendencias epocales (esto es un alto nivel de abstracción
de la conciencia marxista en El capital). Se quiere ofrecer aquí, como indica
el subtítulo, una guía para la comprensión de la fase actual de globalización
de la producción y reproducción social en forma capitalista, haciendo
referencia a la teoría del modo capitalista de producción como proceso
complejo. En este sentido se trata de economía aplicada y no en la edición
académica que divide las varias economías aplicadas: por ejemplo al
ambiente, a la ingienería, a la sociología .etcétera. Presentar una crítica
compleja, pero no exhaustiva, naturalmente, quiere decir también, indicar
posibles líneas de investigaciones futuras, quiere decir afrontar el material
empírico, examinar aspectos tratados aquí por necesidad, y desarrollando
las determinaciones conceptuales aquí propuestas, en este caso, con algunas
simplificaciones por el uso didáctico y pedagógico del texto.
2. La crítica marxista de la economía política encierra las leyes y las categorías
que regulan el modo de producción capitalista y la dinámica de sus
FRQWUDGLFFLRQHVLQWUtQVHFDV\ODHFRQRPtDSROtWLFDDERUGD³ODSURGXFFLyQ´SHUR
más las relaciones de los hombres en la producción. Ninguna sociedad humana
es posible sin que opere trabajando, sobre la naturaleza externa, porque la
producción es siempre reproducción de una sociedad que si deja de trabajar y

XXVI

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producir se extinguiría inmediatamente (también el campesino autosuficiente
basa sus relaciones de trabajo sobre la identidad familiar).
El error de reducir la economía política solo a la producción sin las relaciones de
SURGXFFLyQ GDOXJDU QR VROR DODV ³URELQVRQDGDV´ que ya Marx evidenciaba,
pero sobre todo a la naturalización de la economía, como ocurre en el grandísimo
Ricardo que considera naturales y eternas las relaciones que conceptualiza
(capital, trabajo y tierra).
Pero los economistas burgueses consideran las categorías económicas como
categorías naturales de la producción y por tanto éstas no se modifican.
La crítica marxista de la economía política se ocupa de analizar los fenómenos de la
sociedad capitalista revelando detrás las leyes y las categorías del modo
de producción capitalista, como reflejo de las relaciones sociales de
producción, de las relaciones de clase de la sociedad capitalista. Pues el objeto
GHODHFRQRPtDSROtWLFDODV³UHODFLRQHVGHORVKRPEUHVHQODSURGXFFLyQ´HVOD
producción y reproducción de los hombres, siempre, pero de vez en vez en
relaciones y condiciones determinadas. El modo específico en el cual el trabajo
YLYR\HOOODPDGR³WUDEDMRPXHUWR´ORVPHGLRVGHWUDEDMR\HQJHQHUDOORV³PHGLRV
GHSURGXFFLyQ´HQORVFXDOHVHO³WUDEDMRYLYR´DQWHFHGHQWHHVGHSRVLWDGRGHILQH
las figuras fundamentales, epocales, de la producción y reproducción de los
hombres, es decir, los modos de producción. En el MPC el trabajo vivo tiene la
IRUPDGHIXHU]DWUDEDMRDVDODULDGDHO³WUDEDMRPXHUWR´WLHQHIRUPDGHFDSLWDO\
la producción ocurre solo en cuanto a que el capital, en su proceso, incorpora el
trabajo vivo, como se explicará más adelante.
3. Visto que, la Globalización es globalización financiera (movimiento instantáneo
de capitales, concurrencia monetaria y guerra entre áreas evaluadoras). En
otro caso, solamente parcialmente realizada es la globalización de los movimientos
de mercados.
Completamente diverso es el aspecto del trabajo que se presenta ante todo
empíricamente como entrada de centenares de millones de individuos que resultan
trabajadores asalariados, en formas directas o más o menos disfrazadas. Puesto
que estas masas de individuos son compresenti«SDUDHOFDSLWDO\ORVRQ\D
sea a nivel mundial como a nivel de simples países o zonas y territorios de
pequeños países. Este aspecto se presenta como un segmento de la clase obrera,
HQFODVHVGHGLIHUHQWHVJUDGRVGHH[SORWDFLyQ«SXHVWRVVLVWHPiWLFDPHQWHHQ
competencia entre ellos (son ejemplos las externalizaciones, deslocalizaciones,
la precarización, la desocupación fluctuante, la desocupación estancada, todo
inmerso en los procesos de la fábrica social generalizada) Esto quiere decir, (a)
continuación de la producción, es decir, producción y reproducción.

XXVII

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Si el trabajo de una sociedad hipotética, pequeña o grande, se parara del todo,
aunque fuese solo por un mes, todos moriríamos, etc.), y quiere decir además
(b) trabajo, producción, siempre entre relaciones determinadas, que se llaman
por tanto, relaciones de producción. Aún, esto significa (c) que las fuerzas de
producción de la sociedad, objetiva y subjetiva (máquinas, tecnología, etc.),
existen, se modifican, se desarrollan o también se deterioran, siempre en
GHWHUPLQDGDV UHODFLRQHV GH SURGXFFLyQ (Q HIHFWR ³IXHU]DV SURGXFWLYDV´
inmovilizadas es una abstracción, es decir, sin relaciones en que se desarrollen
y operen, no pueden existir, o sea, están fuera del proceso productivo, hierros
viejos, que el herrumbre le hará entrar nuevamente en el ciclo natural.
4. En este proceso de más de 10 años ( basta solamente leer los datos estadísticos
de las fuentes oficiales como ISTAT, Eurostat, El Banco Mundial, etc.), y veremos
como se modifican y se refuerzan al triple las decisiones sobre el trabajo asalariado.
3ULPHUDVSHFWRIUHQWHDODPDVDVHJPHQWDGD³HVWUDWLILFDGD´GLVSRQLEOHGHORV
vendedores de fuerza de trabajo, el capital tiende a escoger en cada momento
cuáles y cuántos trabajadores lleva a la producción, o sea descartar, es decir
agravar o simplemente, conllevarlos a considerarse inútiles (como dice Mazzone,
invitados a morir).
El segundo aspecto: está relacionado con la propia producción. Pues si se debe
realizar un producto o servicio, el capital es el que tiende a asumirlo y hacerlo
aparecer como fuerza productiva suya; el uso de la tecnología, la organización
del trabajo, las innovaciones de procesos y de productos, que hacen posible la
realización de un producto o de una gama de productos en un tiempo determinado.
El tercer aspecto: consiste en el hecho de que el producto (bien o servicio) es
mercancía y por tanto debe ser vendida y solamente con esta venta es que se
valoriza el capital.
Por tanto el proceso productivo de mercancías entero es regulado por las leyes
de hierro del proceso de valorización. En un mercado capitalista desarrollado,
determinados sectores marginados (y en perspectiva todo su mercado) entran
en crisis de sobreproducción en el momento en que la tecnología dada, la fuerza
de trabajo operante, la organización del proceso de trabajo, consienten la
producción de mercancías en una cantidad elevada que no es absorbida por el
mercado (sino a precios muy bajos hasta llegar a una rebaja): se ha excedido la
oferta contra la demanda o por lo menos ésta es inferior. Esto no significa que
esas mercancías no tengan valor, no sean deseadas por algún consumidor. El
hecho de que las crisis de sobreproducción conviven con largas líneas de pobreza
difundida en los países del capitalismo avanzado y en todo el mundo, lo que
significa solamente es que estas mercancías no se pueden vender a determinados

XXVIII

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precios, los cuales no consentirían la valorización (cierre positivo de valorización)
del capital invertido en su producción.
Esto quiere decir que el capital para producir se está quemando, no se valoriza,
no solo que va hacia atrás, sino que no tiene retorno jamás. Por eso no es un
problema de mercancías producidas excesivamente con respecto a las
necesidades reales de la población y sí un problema de mercancías que no
SXHGHQ VHUYHQGLGDV ³SRU VX YDORU´3RU HVWR ORV SURGXFWRVODV WpFQLFDV ODV
líneas de producción serán adaptadas o descartadas en función del valor y solo
del valor. Pues con esto, no solo el trabajador simple, sino también el complejo,
volverá a su mismo trabajo, no con el objetivo de aumentar la riqueza de la
sociedad, pero sí la valoración, sin que la realización de aquella unidad de
producción (empresa) pierda su objetivo.
5. Si obviamos todo lo anterior no se puede entender el proceso de globalización
capitalista en curso. Es por esto que, en los diversos intentos en construir una
ciencia económica hay también una crítica a la economía, un insuficiente
conocimiento del capitalismo, lo cual conlleva a equivocarse y a llegar a : atrapar
hormigas creyendo que cazamos elefantes.
Una parte sustancial del problema consiste en la falta de comprensión de las
reglas del juego de una sociedad en la cual el poder se distribuye en función del
dinero que se posea, generando al mismo tiempo una ideología, en la cual el
poder se distribuye en función de la capacidad innata de cada uno. El capitalismo
es una forma de organización de la sociedad en la cual el propio dinamismo y la
capacidad de transformaciones hacen una profunda unidad en las leyes del
propio MP. Pero esta unidad obvia el análisis teórico de los economistas y de
otros científicos de la sociedad que tocan elementos parciales del proceso o
fenómeno reportados en modelos matemáticos o estadísticos, elaborados en los
contextos en los cuales incurren.
6. En este Tratado no se pretende revelar ningún secreto, ni dar la clave de
interpretación definitiva de un sistema tan complejo como es el capitalismo. Se
trata de reflexionar sobre alguno de los principales elementos teóricos sobre el
estudio del capitalismo, cuya comprensión es fundamental para poder proponer
rápidamente acciones en la realidad en la cual se encuentran concretamente los
individuos: el ambiente de trabajo, el espacio de consumo, las relaciones
internacionales, el contexto de la familia y de las relaciones personales, sociales
y culturales, las causas de los conflictos sociales con el centro en capital-trabajo,
ahora, reforzadas por las contradicciones capital-ambiente y capital-estado de
derecho. Después de haber discutido en trabajos científicos anteriores el rol y el
desarrollo de los procesos económicos productivos, con la dinámica del llamado
capital informativo y de los modelos capitalistas, desde el punto de vista de las

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ciencias modernas, y después de haber abordado los mismos temas en una
lectura de carácter directamente político-económico (vean algunos de mis libros
publicados con Jaba Book del 2003, en colaboración con autores extranjeros
como J. Arriola, H. Jaffe, J. Petras), es de hecho, necesario, para una mejor
comprensión de la actual fase de la competencia global, trasmitir con este texto
tales temáticas sobre la base de una crítica de la economía aplicada, en una
explicación y determinación de las tendencias en el mundo capitalista.
Un planteamiento sobre este tema es diverso u opuesto al análisis de algunos
autores citados en varias partes del texto. Tales reflexiones, que en ocasiones
no están expresadas en el contenido, sirven para dar una panorámica sintética
GH ORV GLYHUVRV SXQWRV GH YLVWD GH ³FRQIURQWDFLyQ´ HV GHFLU GH DTXHOODV
perspectivas que no tiene nuestra visión marxista de los problemas económico-
sociales, sin embargo comparten los análisis de contratendencia con respecto a
los proyectos del capital.
7. Si el análisis propuesto en el texto hace referencia a la teoría marxista,
precisamente a la crítica de la economía política de Marx, no se considera cierto
este recorrido por una clase de proselitismo ideológico o de sectarismo político-
cultural; el hecho es que, hoy todo es gracias solo al análisis de Marx que trata
de entender y valorar críticamente el funcionamiento y las contradicciones del
sistema capitalista y de su modo de producción.
Si es verdad que en los últimos años parece que en Italia se haya recuperado un
poco del terreno perdido tiempo a atrás, en cuanto al estudio de Marx y las teorías
marxistas, con la difusión de una literatura renovada en varios ámbitos disciplinarios,
también es verdad que en el ámbito académico persiste un radical destierro sobre
todo cuando se desarrolló como crítica de la economía política aplicada.
La marginalización, o mejor, la expulsión del campo académico, y sobre todo del
ámbito científico en general, de la crítica de Marx a la economía aplicada y de
la economía política marxista, nos conllevan hoy con fuerza a desarrollar una
visión actualizada de la función metodológica, conceptual e ideológica de la
crítica del marxismo a la economía política y a la economía aplicada.
8. En el Tratado se propone una crítica a la Economía aplicada. En tal sentido
la teoría económica dominante contempla y difunde esencialmente modelos de
reducción de costo de producción gracias a las despedidas y empeoramiento de
un número siempre mayor de trabajadores, innecesarios en un mundo productivo
cada día más mecanizado. Esta es la regla de un no bien llamado mundo
postfordista de la acumulación flexible que no tiene necesidad de reinsertar
nuevamente en el ciclo de producción al trabajador despedido.

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Se tiende así, por ejemplo, a considerar el tiempo de la desocupación una condena,
una condición de impotencia y de inutilidad y no en cambio un momento en el
cual se puede vivir y abastecer de riquezas formativas, superando así la
enajenación causada por la desocupación y el trabajo, en la mayoría de los
casos, impersonal, pero productiva.
De esto se deriva el punto común de considerar al desempleado un peso para la
sociedad, algo completamente inútil, pues no se utiliza la condición para prepararse
para una nueva función ocupacional que requiera un mayor nivel formativo,
para garantizar riquezas y permitirle al desempleado escoger las formas de vida
social en función del tiempo que está sin trabajar. La condición de desempleado
debe ser desagradable al capital completamente, sin discusión, hasta llegar a la
marginación, la desesperación y el suicidio social.
Durante largos períodos de desocupación, los trabajadores viven en condiciones
de judíos cerrados con llaves (atados de pies y manos) en una situación de
desesperación económica. ¿Cómo podría ser de otro modo, si ninguno está
produciendo? Si no habrá ningún incremento o suceso, algunos trabajadores de
reserva se quedarán en el fondo del bajo mundo del trabajo, y para los otros será
la ruina. Falta de asistencia médica, dietas inadecuadas y contradicciones violentas
por buscar soluciones son los medios del sacrificio. Como junto a los sacrificios
por el trabajo en el campo, en los Estados Unidos el ejército industrial de reserva
está compuesto fundamentalmente (además, desproporcionadamente) de
integrantes de la minoría. Esta macabra recogida lleva a otros mecanismos
de expulsión, no basta el encierro espacial (los judíos). Desde el punto de
vista de los conservadores, si es necesario se deben poner nuevas leyes para
tener menos incierto el límite entre ³baja economía´ y ³economía de superficie´
Por ejemplo, los reclamos por la restauración de los valores de la familia
funcionan como apelaciones eufemistas, a fin de que el horror del sacrificio por el
exceso venga suspendido en la oscuridad. Los valores de la familia son un
eufemismo por la reconquista evidente por parte de las fuerzas del orden social, y
no son en ningún modo interpretados como solución para abolir la baja economía,
al contrario, esta representación es solo otro modo espectacular de hallar y velar
el oscuro límite entre las dos economías (Critical Art Ensemble 1998: 89).
La contradicción más absurda del imperio del capital está propiamente en
despreciar el tiempo libre y la riqueza intelectual y práctica de éste fuera de la
lógica del capital. La desocupación y el constante empeoramiento del trabajo y de
la vida, en la sociedad occidental, es el espejo del límite histórico, al cual está
llegando la producción capitalista. Frente a este límite la comunicación desviadora
es utilizada para ser compatible con el sistema hasta sus víctimas más evidentes:
los desocupados, los precarios, destruyendo cada voluntad y posibilidad de rebelión.

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9. En el texto se pone atención a la actual modalidad del proyecto del imperio
del capital en el proceso de globalización de hoy, y se hace referencia a la
gestión del capital desde el punto de vista subjetivo, en modo de individualizar
cómo se dicen, cómo se comunican, se siguen y se controlan juntas las operaciones
de gestión finalizadas en el ámbito de la lógica de mercado sobre todas las
grandes entidades que se desarrollan en la esfera social.
Nos damos cuenta que para alcanzar estos objetivos, el capital asume una forma-
empresa, que es la fábrica social generalizada y una forma-institución, que es el
Profit State, (el provecho del estado), estructura de representación del modo
capitalista con modalidades diversas y articuladas de ser y actuar, las cuales
responden al modelo neoliberal, considerado posfordista, fuertemente
caracterizado por los recursos intangibles de la información y las comunicaciones.
Se trata de un modelo basado, de manera siempre creciente, en la búsqueda de
formas flexibles de acumulación, en los criterios de flexibilidad productiva, de
recrudecimiento de trabajo y de la vida social en general, a partir de la valoración
de los nuevos modelos comunicativos tergiversadores, capaces de imponer en
el territorio el dogma cultural del mercado.
Nace así, una verdadera y propia forma de totalitarismo cultural, que se utiliza
SDUDODSURSLDDILUPDFLyQ GHXQFDSLWDOKXPDQRLQWHOHFWXDO³KRPRORJDGR´HO
intelecto se convierte en una función orgánica de la clase dominante, del Profit
State, unida exclusivamente a las exigencias, a los valores, a las lógicas del
provecho, del mercado, de la empresa, examinando en todos los modos la
GHVWUXFFLyQVRFLDO\FXOWXUDOGHORV³UHEHOGHV´ GHORVQR³DOLQHDGRV´$ WRGR
esto en el libro se opone un modo simple para enfrentar un modo complejo, va
más allá de pertenecer a una escuela, una calidad de vida, es decir, la unión
indisoluble entre la teoría y la praxis en el intento de contribuir a la crítica para
OD³VDOYDFLyQ´GHOPRGRGHSURGXFFLyQFDSLWDOLVWD8Q³HVWLOR´GHYLGDTXHHV
aquel de grandes revolucionarios como Ernesto Che Guevara.
El 7 de octubre de 1959, Fidel anuncia el nombramiento del Che al puesto de
Jefe del Departamento de la Industria del Instituto Nacional de Reforma Agraria.
En este período el sistema presupuestario es concebido y aplicado solo en el
sector industrial de la economía cubana. Este sistema fue el modo en el cual se
organizó la economía estatal cubana, con la centralización en un fondo único de
todas las entradas de las empresas pertenecientes a este Ministerio, del mismo
fondo vienen extraídos los recursos para la gestión preventiva o los programas
de ejecución a que respondían anualmente. Entre el 1961 y el 1962 se inicia la
aplicación del sistema presupuestario para eliminar la anarquía heredada y para
reforzar el Estado revolucionario, utilizando formas avanzadas de control,

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contabilidad y programación de las producciones en vigor en algunas empresas
extranjeras radicadas en el país, cuyo sistema era, generalmente, centralizado.
Se partía del principio de que las formas de gestión económica, desde el punto
de vista técnico, debían tomarse de donde eran más desarrolladas para después
adaptarlas a la nueva sociedad.
La conformación del sistema se basa en:
± Técnicas de contabilidad avanzadas que permiten un mayor control y una
eficiente dirección centralizada.
± Técnicas de cálculo aplicadas a la economía y en dirección, como los
métodos matemáticos aplicados a la economía.
± Técnicas de programación y control de la producción.
± Técnicas del presupuesto como instrumento de planificación y contol por
medio de las finanzas.
± Técnicas de control económico por vía administrativa.
± Experiencias de los países socialistas.
En este sistema la empresa no tiene disponibilidad líquida en una cuenta propia,
sino entrega todo al presupuesto nacional y emplea también, recibiendo todos
los recursos necesarios para los cuales no se puede utilizar crédito. El propio
Che criticó el sistema presupuestario, sobre todo por lo que encierra con respecto
al rol de los directivos en la falta de mecanismos administrativos, del control de
la calidad, por la falta de racionamientos y con inventarios ineficientes, por
problemas de óptima amplitud de las empresas, etc. Establecidos los sistemas
de organización del trabajo, las normas de trabajo, remuneraciones y estímulos,
un control riguroso de los procesos y de los costos desde el Ministerio hasta el
más pequeño establecimiento, para organizar la salvaguarda de los recursos
nacionales y la toma de decisiones para corregir los procesos en Cuba, se exigía
la disciplina financiera, el respeto de la disciplina contractual y el respeto de los
patrones cuantitativos, concibiendo en estos procesos la amplia participación de
los trabajadores y el sindicato.
La construcción del socialismo y del comunismo es para el Che un fenómeno de
producción, organización y conciencia, no es solo una tarea administrativa-técnico-
económica, sino mucho más, una tarea ideológica-técnico-político-económica. Esta
es la síntesis entre la teoría y la praxis. Por ejemplo, El Che en su escrito ³La
planificación Socialista: su significado´ (en Economía, Baldini & Castoldi, Milano
1996, pp. 139-140) evidencia la gran diferencia entre cálculo económico mercantil y
ética del sistema social de los valores:
Mano a mano desarrollando pragmáticamente nuestro sistema, llegamos a
caracterizar ciertos problemas examinados y tratados de resolver, atendiendo lo

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PiVSRVLEOH±HQODPHGLGDHQTXHQXHVWUDSUHSDUDFLyQQRVORSHUPLWH±JUDQGHV
ideas expresadas por Marx y Lenin; lo que nos ha llevado a encontrar una
solución a la contradicción existente en la economía política de transición. En
tratar de superar estas contradicciones, que pueden ser solamente los obstáculos
temporales al desarrollo del socialismo, porque de hecho la sociedad socialista
existe, hemos analizado los métodos organizativos más adecuados a la práctica
y la teoría, que nos permitieran dar un mayor impulso, mediante el desarrollo de
la conciencia y de la producción, a la nueva sociedad. Esta es la tarea en la que
estamos empeñados hoy.
1) Para nosotros, la planificación centralizada es el modo de ser de las
sociedades socialistas, etc., y por tanto le atribuimos un poder de decisión
conciente, mucho mayor al que le atribuye Bettelhein.
2) Consideramos de gran importancia el análisis de la incoherencia entre el
método clásico del análisis marxista y la sobrevivencia de las categorías
mercantiles del sector socialista, aspecto que debe ser profundizado aún más.
3) A los defensores del cálculo económico se adapta, a propósito de este artículo,
el famoso dicho: ¨De los amigos que me cuide Dios, que de los enemigos
me cuido yo¨.
Existen por tanto, esencialmente dos modos para entender la realidad económica.
Uno es aquel que considera exclusivamente las realidades que se miden en
mercancías, en precios. Según este punto de vista, la competencia de la economía
no incluye la economía de la vida, del trabajo, y de la convivencia civil y sí la de
estudiar los aspectos de la realidad que tienen una expresión monetaria (por
ejemplo, según esta concesión, la tarea de la economía aplicada es exclusivamente
lograr la estabilidad de los equilibrios contables fundamentales: oferta y demanda,
importaciones y exportaciones, los gastos y las entradas nacionales, cantidad de
dinero y cantidad de producción, etcétera).
Tal concepción, absolutamente dominante en el moderno paradigma neoliberal,
se basa en la idea de que en los hechos existen solamente personas programadas
para actuar de manera unívoca, en función de la búsqueda racional y sistemática
de los intereses personales. Cualquier otro impulso de relación natural, ética,
ideológica, es considerado no adecuado a la praxis del análisis de la economía
(Ormerod 1994, 1998: 44).
La otra perspectiva tiene relación con el hecho de que, aparte de la realidad de
las mercancías, los precios, se puede considerar un cuadro económico más
amplio, o mejor sería decir un cuadro largamente y socialmente económico
incluyendo, por ejemplo, el modo de los precios como uno de los tantos
sottoinsiemi: eso corresponde a la realidad de los valores. Según esta concepción
los fenómenos estrictamente monetarios interactúan con los fenómenos

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económicos que no se expresan en forma de precios, y que se derivan
esencialmente del trabajo.
Tales fenómenos cobran a nuestros ojos una gran connotación de naturaleza
social, de relaciones, de comportamientos, ampliando nuestra consideración de
los actos monetarios. Por ejemplo, esta concepción considera como un fenómeno
económico de primer grado la explotación del trabajo asalariado, y argumenta
que un tratamiento exclusivamente contable de los problemas económicos no
permite encontrar soluciones a largo plazo. Las páginas que siguen tratan los
argumentos económicos según este punto de vista.
10. En el libro se quiere analizar en primer lugar la diferencia cualitativa del
capitalismo en relación con los sistemas económicos precedentes, ya que se
trata de un sistema que se centra en el rol del dinero, en el proceso de acumulación
y el carácter de mercancia del dinero y de la fuerza de trabajo. Por tanto, se
introducen algunas nociones básicas de teoría económica, sobre las inversiones,
la ocupación, el comercio, en las relaciones internacionales, sobre el papel
económico del Estado, para ver cómo estos conceptos se traducen en la dinámica
histórica del capitalismo. Por esto se encuentra, en las páginas que siguen, el
concepto de crecimiento cuantitativo de la economía, de revolución tecnológica,
de globalización neoliberal, el papel de las trasnacionales y multinacionales, sin
descuidar el análisis de los desequilibrios territoriales y geográficos que se están
produciendo y del modo en el cual afectan las periferias del mundo capitalista.
3DUDDQDOL]DUWDOHVLQYHVWLJDFLRQHVVHLQWURGXFHODQRFLyQIXQGDPHQWDOGH³FULVLV
HFRQyPLFD´\VXVWHRUtDV6HVXEUD\DHOSDSHOGHOFRPHUFLRLQWHUQDFLRQDO\HO
carácter mundial del capital productivo, siempre más condicionado por las
decisiones del capital financiero, presentando una descripción actualizada de
las principales relaciones internacionales que operan en el campo de la economía.
Se trata, entonces, de profundizar en el conocimiento de las dimensiones
estructurales de las políticas económicas que se aplican actualmente en todo el
mundo, mediante la presentación de la concepción que está en la base de los
programas de ajuste estructural y las propuestas neoliberales esenciales en
materia de instrucción, mercado del trabajo, sistema financiero, políticas
sectoriales y reforma del sector público.
11. Es, por lo tanto, en el desarrollo global de los temas tratados en varios capítulos
del libro que el lector podrá encontrar los aspectos específicos de la globalización
capitalista en su fase actual y los argumentos que se explican.
Todo lo afirmado anteriormente indica a grandes rasgos el objetivo del presente
trabajo y las categorías que son utilizadas para llevar a expresiones conceptuales
masas de datos, de otro modo poco significativos de por sí, y representaciones

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SDUFLDOHVGHOSURFHVRIXHUWHPHQWHGLIXQGLGDV ³FXOWXUDGHHPSUHVD´³VRFLDO´ 
porque incompletas obstaculizarían la comprensión del todo, más que facilitarla.
Se habla de unilateralismos que pretenden representar como totales, asumiendo
PRPHQWRVGHOSURFHVRFRPRYHUGDG~QLFD ³ILQDQFLDFLRQHV´FXOWXUDSURJUHVR
WHFQROyJLFRXVRGHODFLHQFLDKDVWDOOHJDUD³ODFXOWXUDGHODVWUHV,´HPSUHVD
inglés, informática).
3RUWDOPRWLYRORVHFRQRPLVWDVGHO³IHQyPHQRSDUFLDO´VRQH[SHUWRVHQH[SOLFDU
aquello que ya pasó, encontrando mayores dificultades para explicar lo que
sucede y son incapaces de prever lo que pasará en el futuro.
La integración creciente de los organismos estructurados específicamente para
potenciar la generación de conocimientos (universidad y centros de investigación)
es parte ya integrante de la relación industrial y trasforma a los propios
trabajadores dedicados a pensar en asalariados sometidos directamente a una
relación capitalista, obligados a orientar su propio pensamiento y la propia
conciencia a la producción de saber, susceptible a un rápido comercio, o se
hacen parte de instituciones públicas, herederos de instituciones medievales,
sometidos a una serie de presiones y condiciones (financieras, políticas,
mediáticas, de carrera) a fin de que el trabajo de producción de conocimiento se
adapte a la necesidad de acumulación del capital.
También por este motivo la economía política y sus anexos y conexos (economía
aplicada, política económica, etc., hasta las disciplinas inventadas en Italia, muchas
veces con el propósito clientelar de ocupar plazas) no están contempladas dentro
de las ciencias.
En general, en los países del capitalismo maduro, la derrota de los países del
campo socialista europeo ha justificado la idea del capitalismo como único y
último horizonte de la humanidad y afirmado, en el ámbito de los estudios
económicos, incluso, en los universitarios, el predominio absoluto del pensamiento
neoclásico en el análisis y estudio de la macro y microeconomía y de las otras
disciplinas más individuales en el área de la economía aplicada.
Nunca como hoy, en cambio se siente la necesidad de un análisis actual de la
crítica marxista a la economía aplicada, para afirmar la vigencia y su capacidad
científica de análisis interdisciplinario en las nuevas condiciones.
Es por esto que retornamos a la crítica de la economía política. El Tratado
pretende mostrar una crítica de la economía aplicada a partir de Marx y de la
determinación real de la economía política marxista, reconociendo incluso su
límites.
12. La posible instauración de una auténtica democracia participativa de base es
una idea de fondo que recorre todas estas páginas, pero porque la ciudadanía universal

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sea también un derecho más que una representación, muchas calles han de recorrerse.
A la real ciudadanía universal se opone el sistema perverso del capitalismo que da
a los que tienen mucho y quita a los que no tienen nada y que concede el poder
del dinero solo al que ya lo tiene, a fin de que lo use para hacer más dinero que
OHSHUPLWDREWHQHUPiVSRGHU(QHOVLVWHPDGHODOODPDGDVRFLHGDGGHPHUFDGR´
se subordina en realidad la sociedad al mercado, y el mercado capitalista es el
medio para dominar a la mayoría de los ciudadanos.
La historia nos enseña a desconfiar de las modas políticas, sociales, económicas,
académicas, que tienen una duración efímera.
No pocos textos liberales, incluso los que se refieren a corrientes de pensamiento
GHODL]TXLHUGDOLEHUDOSURJUHVLVWDTXHFDGDGtDKDFHQ³IXURU´PDQLILHVWDQODV
condiciones e ilusiones de los países más ricos del mundo en el momento presente.
Los verdaderos fundamentos literarios dedicados a la construcción de la
conciencia social, en cambio, pueden ser puestos, por cierto tiempo, en el olvido,
pero resisten. No dan furor ni sensación. Contribuyen de otra manera, más
sedimentada, más lenta, menos espectacular, menos escénica, hasta pasar muchas
veces de mano en mano casi de forma clandestina. Cuando una obra posee
auténtica capacidad de explicación y comprensión de los procesos sociales,
continúa brillando a pesar de los años, con una persistencia que no se apaga.
Resiste las ondas, las modas y se convierte en instrumento de formación cultural
y político-social.
6REUHHVWR)LGHO&DVWURGLFH«
Después, cuando supe lo que era el comunismo utópico, descubrí que yo
HUD XQ FRPXQLVWD XWySLFR SRUTXH WRGDV PLV LGHDV SDUWtDQ GH ³(VWR QR HV
bueno, esto es malo, esto es un disparate. Cómo van a venir las crisis de
superproducción y el hambre cuando hay más carbón, más frío, más
desempleados, porque hay precisamente más capacidad de crear riquezas.
¢1R VHUtD PiV VHQFLOOR SURGXFLUODV \ UHSDUWLUODV"´
Por ese tiempo parecía, como le parecía también a Carlos Marx en la época
del Programa de Gotha, que el límite a la abundancia estaba en el sistema
social; parecía que a medida que se desarrollaban las fuerzas productivas
podían producir, casi sin límites, lo que el ser humano necesitaba para
satisfacer sus necesidades esenciales de tipo material, cultural, etcétera.
Todos se han leído aquel Programa, y es, por cierto, muy respetable.
Establecía con claridad cuál era la diferencia en su concepto entre
distribución socialista y distribución comunista, y a Marx no le gustaba
profetizar o pintar futuro, era sumamente serio, jamás hizo eso.
Cuando escribió libros políticos, como El 18 Brumario, Las luchas civiles en Francia,
era un genio escribiendo, tenía una interpretación clarísima. Su Manifiesto

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Comunista es una obra clásica. Usted la puede analizar, puede estar más o
menos satisfecho con unas cosas o con otras. Yo pasé del comunismo
utópico a un comunismo que se basaba en teorías serias del desarrollo
social como el materialismo histórico. En el aspecto filosófico, se apoyaba
en el materialismo dialéctico. Había mucha filosofía, muchas pugnas y
disputas. Siempre, desde luego, hay que prestar la debida atención a las
diversas corrientes filosóficas.
En este mundo real, que debe ser cambiado, todo estratega y táctico
revolucionario tiene el deber de concebir una estrategia y una táctica que
conduzcan al objetivo fundamental de cambiar ese mundo real. Ninguna
táctica o estrategia que desuna sería buena.
Es en este contexto que se trata, con temor, de insertar en este Tratado; se
pretende una reflexión sobre el cuadro económico nacional, regional y mundial
en el cual se desarrolla la actividad cultural integrante. No se ofrecen recetas,
pero si indicaciones y orientaciones a fin de que se realce con la más amplia y
profunda lucidez posible el trabajo del lector del libro, en las respectivas
dimensiones socio-culturales (estudiantes, investigadores, estudiosos, sindicatos,
partidos, asociaciones de ciudadanos de carácter cultural, de solidaridad
internacional, etcétera.) El deseo es que la lectura de este Tratado se convierta
en un estudio que pueda hacer crecer la idea de la necesidad y de la posibilidad
real de construir en la cultura y el trabajo la superioridad del modo de producción
socialista.
(V EXHQR WRPDU HO HMHPSOR GHO &KH GH TXH ³/DV GLVFXVLRQHV VRQ FROHFWLYDV
SHURODVGHFLVLRQHV\ODUHVSRQVDELOLGDGHVGHXQRVROR´ en La Economía, Baldini
& Castoldi, Milano 1996, p. 26, escribe:
³Teoría y práctica, decisiones y discusiones, direcciones y orientaciones, análisis
y síntesis, son las contradicciones dialécticas que deben guiar la administración
UHYROXFLRQDULD´
Reforzar esta convicción, dando un amplio aire de cientificidad a la afirmación,
es el último objetivo de estas páginas. Todo esto quiere significar que la
interdisciplinariedad y la multidisciplinariedad, entendidas como cultura de base
que sepa vencer una cierta visión económica oculta bajo el unívoco mercado
centro, constituyen un imperativo inevitable para el progreso de la ciencia de las
transformaciones sociales, que objetivamente va en ascenso y que puede tener
un desenlace catastrófico o muy positivo. Asumirla como un principio de nuestra
función docente, desde nuestro papel de investigadores e intelectuales orgánicos
al movimiento internacional de los trabajadores, es nuestro mayor desafío.

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El Che tenía claro que en una sociedad nacida del capitalismo no se puede
renunciar a nuevos mecanismos económicos, entiéndase como mecanismos de
sustento al trabajo político y revolucionario, tenía además claro que el camino a
recorrer sería largo y declaraba en sus escritos políticos que el objetivo a seguir,
para construir el socialismo del siglo XXI, era crear un hombre nuevo, capaz de
alimentarse de las experiencias, de las derrotas y de las esperanzas de la época
presente, para transformarlas en el seno de la nueva sociedad.
En este sentido dirigimos hoy nuestro camino.
Notas
1. Sobre el análisis de estos procesos se revisaron los análisis-encuesta
presentados en la revista cuatrimestral PROTEO con carácter científico de
análisis de las dinámicas económico-productivas del trabajo, del Centro de
Estudios de Transformaciones Económico-Sociales (CETES-PROTEO) y
de la Federación Nacional de las Representaciones Sindicales de Base (RdB)
de varios años, 1997-2006.
2. Sobre los argumentos tratados en esta introducción como planteamientos de
fondo en general, son fundamentales las sugerencias críticas de A. Mazzoney
lo relacionado con sus trabajos (véase en la bibliografía).
3. Los economista, en particular, tienen gran responsabilidad para bien o para
mal: las acciones de los políticos serán más eficaces como más rigurosos y
realistas sean los análisis que deben prepararles. Aquí nos encontramos de
frente al problema de las condiciones en que se encuentra la teoría económica.
Como he tratado de argumentar en este libro, tales condiciones son bastante
infelices: la estructura fundamental de la teoría dominante es estática
propiamente en una época en que las innovaciones desempeñan un papel
de gran relieve, transformando y a veces alterando la vida económica, e
incluso, la propia vida social. En la teoría dominante el análisis dinámico es
introducido a través de expedientes, como los de asumir movimientos de
las curvas que son estáticas y fuera de tiempo; pero las ³admisiones´ no
son explicaciones. En la teoría dominante se hace un gran uso de los métodos
matemáticos, que por norma, tienen un gran rigor; sin embargo el rigor es
solo uno de los dos requisitos de las proposiciones científicas, siendo el
otro la relevancia. Cuando ambos requisitos están presentes, una proposición
tiene eficacia interpretativa, que después de todo, es lo que vale en cualquier
ciencia. Cfr. Sylos Labini (2004:114-115).
4. Es difícil retomar las filas de un discurso sobre la teoría y el análisis marxista
en los tiempos actuales, caracterizados precisamente por el oscurantismo
FXOWXUDOGHOD³OLTXLGDFLyQ´GHODKLVWRULDGHOPRYLPLHQWRREUHUR\GHODWHRUtD
martiana y marxista, es decir, de una parte fundamental del análisis científico
de la realidad en el siglo XIX y XX. Parece que estamos viviendo en un período

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en el cual se está realizando con metódica tenacidad un verdadero apartheid
político-cultural contra el pensamiento marxista, llegando al punto de excluir
las teorías marxistas de la sociedad científica y académica. Estamos en
presencia de la intensión de desarrollar un proyecto de anulación de la identidad
científica en la diversidad de los acercamientos culturales; la homogenización
DXQDVXHUWHGH³SHQVDPLHQWR~QLFR´QHROLEHUDOLVWDHQVXVGLYHUVDVYDULDQWHV
\DUWLFXODFLRQHVLQFOXVRGH³L]TXLHUGD´DIHFWD ORVHVWXGLRVRV DORVTXHVH
hace referencia, excluyéndolos del pase a la ciencia oficial.
5. Se piensa, por citar solo algunas de las diversas orientaciones, en los libros de
Fineschi (2001), Carandini (2005), Gattei (a cura di, 2002), Mazzone (a cura di,
2002), Mazzone (sui Quaderni Lavoro e p., 2005), Musto (2005), Vasapollo (a
cura di, 2002; 2003; 2005), Vasapollo, Petras, Casadio (2004) Vasapollo, Jaffe,
Galarza (2005).
6. También si en el texto se utiliza mayormente el término empresa multinacional
está claro que en ésta, la sociedad madre tiene un rol predominante en el
proceso de decisiones estratégicas, mientras en la empresa tradicional se
unen las exigencias de coordinación con aquellos capaces de favorecer la
autonomía en la unión de las experiencias de las filiales, direccionadas a la
dinámica de integración y finalizadas con el cambio del conocimiento, de
productos, de servicios. La empresa trasnacional deja al exterior la facultad
de decidir sobre las funciones empresariales críticas, que son diferentes de
país en país. La empresa multinacional clásica, en cambio, no exporta un
solo producto, pero también es un sistema cultural y contemporáneo, que
viene impuesto rígidamente a diferencia de la empresa trasnacional que sigue
una estrategia de adaptación e integración en el contexto del macrosistema
ambiental casero.

XL

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INTRODUCCIÓN

Luciano Vasapollo*
Es realmente un inmenso placer la publicación de este libro en Cuba, considerando
la larga relación político-cultural mantenida por más de 30 años con este país.

Significa, además, una satisfacción personal, ya que contribuye a reforzar las


relaciones con el Gobierno, el pueblo cubano y particularmente con aquellos
estudiosos de esta materia.

Este libro fue publicado en Italia por Casa Editorial Jaka Book en marzo del
2007 y ahora saldrá en Cuba en tres volúmenes en el 2009. En este libro fue
fundamental la colaboración de los profesores Joaquín Arriola P. (Universidad
del País Vasco, España), Hugo Pons D. (Universidad de La Habana, Cuba),
Efraín Echevarría H. (Universidad de Pinar del Río, Cuba), y en particular,
Esteban Morales D. (Universidad de La Habana, Cuba) quien se encargó, además,
de la revisión y corrección de la traducción.

Este primer volumen está constituido por las dos primeras partes del original,
agradeciendo, además, de manera especial el esfuerzo realizado por Jacqueline
Dopico Gómez, quien emprendió con gran dedicación y entusiasmo la tarea siempre
compleja de la traducción de un libro que aborda un tema altamente especializado.

Este trabajo que se presenta pretende reflejar la fase actual de la mundialización


de la producción y reproducción social en forma capitalista, haciendo referencia
a la teoría del modo capitalista de producción como proceso dinámico integral;
HVHVWDODUD]yQTXHPHLPSXOVDDOODPDU³(FRQRPtDDSOLFDGD´\QR³(FRQRPtD

1
La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1021-6
SXUD´SXHVWRTXHHOREMHWLYRQRHVDERUGDUODSURGXFFLyQVLQRVHWUDWDGHH[SOLFDU
la relación de los hombres en la producción. Para esto es necesario remitirnos a
los fundamentos de la economía capitalista, pero bajo el enfoque o visión crítica,
utilizando las categorías fundamentales de Carlos Marx contemporaneizadas.

En este sentido el libro se puede caracterizar como un tratado de crítica de economía


aplicada. El propósito que ha guiado la concepción de esta obra ha sido ofrecer
una interpretación, desde la óptica del pensamiento marxista, de las categorías,
métodos, en fin de la teoría que sustenta el modo de producción capitalista.

En particular, en este primer volumen de la edición cubana se abordan la crítica


a las categorías fundamentales de la teoría económica capitalista y las dinámicas
del modo de producción capitalista como sistema, así como una exposición del
proceso histórico que formó el pensamiento socialista y después la crítica de la
economía política de Carlos Marx.

Por todas estas razones deseo expresar mi agradecimiento, por la gran oportunidad
profesional que me han brindado, al Ministerio de Educación Superior de Cuba
y a todas aquellas personas que me han apoyado y alentado para conseguir este
propósito. Deseo mencionar en particular al Viceministro Oberto Santín del
Ministerio de Educación Superior y al Director de Marxismo-Leninismo,
Dr. Ramón Sánchez Noda.

* /XFLDQR9DVDSROOR  3URIHVRUGH³/D6DSLHQ]Dª8QLYHUVLGDGGH5RPDGHOD


8QLYHUVLGDG³+HUPDQRV6Díz Montes de Oca» de Pinar del Río, y de la Universidad de
La Habana. Director del Centro de Estudios CESTES y de las revistas PROTEO Y NUESTRA
$0e5,&$ 'LVWLQJXLGR FRQ OD 0HGDOOD ³ 3RU OD &XOWXUD 1DFLRQDOª GHO 0LQLVWHULR GH
&XOWXUDGHOD5HS~EOLFDGH&XED0LHPEUR³'LVWLQJXLGRªGHOD$1(& $VRFLDFLyQ1DFLRQDO
de Economistas y Contadores de Cuba), Miembro Pleno del Comité de Honor Científico de
SEPLA (Sociedad Latinoamericana de Economía Política y Pensamiento Crítico); en el
2006 Ganador del Concurso Internacional de Ensayo Pensar a Contracorriente. Es autor
y coautor de más de 35 libros que han sido traducidos al inglés, español, y francés, además
de cinco libros publicados en Cuba.

2
La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1021-6
Primera Parte

PARA UNA CRÍTICA DE LOS FUNDAMENTOS


DE LAS CATEGORÍAS ECONÓMICAS

La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1021-6


Introducción

PARA UNA RECONSTRUCCIÓN CRÍTICA


DE LA ACTUAL FASE DEL CAPITALISMO
QUE SE GLOBALIZA

1. Es necesario enmarcar la economía actual en el ciclo histórico en el cual


estamos inmersos. Este ciclo comienza en la década del 70 con una gran y aún
no resuelta crisis capitalista de acumulación, más que de sobreproducción,1 y se
caracteriza por generar grandes transformaciones estructurales, entre ellas la
reubicación de la pobreza y de las riquezas. Hay cada día un aumento de la
pobreza en los países ricos y un aumento de la riqueza entre ciertos sectores de
población de los países pobres.

Si la competencia global es una ley del sistema, lo son también la concentración


y centralización de capital que generan la evolución cotidiana propia del
capitalismo. También el actual proceso de acumulación flexible significa mayor
concentración y centralización. La concentración conlleva a que, para el proceso
de acumulación, los capitales individuales son más grandes, más potentes. Las
pequeñas empresas que no tienen un grado suficiente de concentración no son
eficientes, y tarde o temprano acaban bajo el dominio de los grades capitales,
representados por las multinacionales. Para el proceso de centralización, el pez
grande se come al pez pequeño: los capitalistas crecen no solo por la propia
dinámica interna, sino porque se unen mediante fusiones y adquisiciones.

Actualmente participamos en un acelerado proceso en este sentido: el sector


automovilístico, la industria farmacéutica, los bancos o el comercio2 se están
centralizando a gran velocidad, dando vida a enormes cadenas emprendedoras,
difundidas a escala planetaria y fuertemente diversificadas.

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La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1021-6
En pocos años, casi todos los sectores de la economía serán dominados por
pocas empresas a escala mundial. Este proceso ha llegado a tal punto que el
comercio internacional está expuesto a los flujos determinados por las grandes
empresas en las estrategias de localización mundial. El comercio de productos
finales, entre países, cede siempre más espacio al comercio de componentes
entre filiales de una misma empresa, ubicadas en diferentes países a través las
deslocalizaciones productivas y el uso imperialista de las inversiones directas
extranjeras y del comercio exterior.

2. Después del paso de la era industrial a la postindustrial (la de información),


hoy podemos pacíficamente afirmar que estamos en la fase de la postinformación,
de la comunicación tergiversadora, en una fase simplemente llamada postfordista
y de la economía del conocimiento. La información está ya muy personalizada,
en el sentido de que los mensajes no son dirigidos a grandes masas de personas,
pero tienden a ser calibrados sobre las exigencias y las características de grupos
siempre más pequeños, hasta llegar a la persona simple, para extenderse después
a intereses enclaves sociales. Vivimos la era de la competencia global, pero en
un ámbito productivo individual y de aislamiento social.

El sistema empresarial, por tanto, debe saber operar una mezcla entre los diversos
tipos de comunicación para obtener por cada tipo de información el resultado
comercial y social impuesto por las exigencias empresariales: su destinatario es
la sociedad entera, concebida como un conjunto de sujetos aislados e incapaces,
por tanto, de organizar la discordia contra el imperio del capital, para el cual el
control de la información es el dominio tecnosocial totalizante.

No solo la comunicación se ha alineado propiamente, sino que tiende a alinear


también el tiempo y el espacio para hacerlos funcionar de esta forma. El hecho
es que, en la concepción capitalista, cualquier forma de tiempo libre, ya sea
empleado para el descanso, la regeneración, el trabajo intelectual (aquel
verdaderamente independiente está ya denigrado porque ³QRHVPDWHULDOPHQWH
SURGXFWLYR´ HVFRQVLGHUDGRWLHPSRSHUGLGRTXHYDUHGXFLHQGRKDVWDDFDEDUFRQ
él. Ahora la comunicación alineada invade también la esfera privada del individuo,
intentando defender siempre el verbo del consumismo, devenido fundamentalmente
para no ser exclusivo de las masas, para un mundo que no consiente ser de otro
PRGR\DTXHHO³QRDOLQHDGR´HVXQSHOLJUR³GLIHUHQWH´SRUPDUJLQDU\DFDEDU

Gracias a la comunicación tergiversadora, en el imperio capitalista se tiende


siempre más a la alineación, a la anulación de todo lo diferente a lo estándar, de
todo lo que es contrario de la alteridad. La individualidad de hombre no funcional
a la doctrina capitalista, que siempre ha considerado las cosas simplemente sobre
la base de su valor de cambio y la personas como fuerza-trabajo, causando una

6
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cosificación y el tráfico total de los recursos humanos y sociales. El derecho a la
infuncionalidad quedó anulado; derecho, en cambio, que sería ratificado con
fuerza para acabar con uno de los males peores del capitalismo, la anulación del
hombre. Tal derecho es reivindicable a través de las diversas formas de
recuperación del tiempo liberado del trabajo asalariado. En cambio, la
comunicación tergiversadora impone estilos de vida que hacen al tiempo libre
funcional al modo de producción capitalista.

El concepto de trabajo abstracto es la mejor introducción para comprender la


digitalización del proceso productivo que la difusión de la microelectrónica ha
hecho posible y después ha extendido. Cuando se habla del capital como
contradicción en proceso, Marx anticipa la historia sorprendente del Novecientos,
el siglo en el que el capital, por instinto de conservación de su modelo económico-
social, destruye las potencialidades que el mismo ha creado en la esfera técnica.
Y cuando preconiza el desarrollo de las facultades creativas, artísticas y
científicas, Marx percibe la intelectualización del trabajo que caracteriza la
transición postfordista. A un cierto punto del desarrollo de la inteligencia aplicada
a la producción, el modelo capitalista funciona como jaula paradigmática,
encerrando la actividad y la inteligencia en las formas del salario, de la disciplina,
GHODGHSHQGHQFLD«/DKLVWRULDPRGHUQDQRSURFHGHGLDOpFWLFDPHQWHKDFLDXQ
éxito positivo, no se le ve a su horizonte algún mejoramiento dialéctico. Aparece
más que como un dispositivo patógeno, como una doble relación, pero, ¿qué
VLJQLILFDGREOHUHODFLyQ">«@8QDIRUPDGHFRPXQLFDFLyQSDUDGyMLFDHQODFXDO
HOFRQWH[WRUHODFLRQDOHVFRQWUDGLFWRULRDOFRQWHQLGRGHODFRPXQLFDFLyQ>«@(Q
el plano histórico podemos decir que el capital semiotiza el proceso tecnológico
según un código (el código de la valorización económica) que no es adecuado a
su contenido material y social. Resulta así un sistema de entrentendimientos,
entretendimientos contradictorios, sobre posiciones perversas (Berardi 1998: 48).

Por otra parte, el período actual del capitalismo se caracteriza también por la
hegemonía del capital financiero. El sistema bancario, que es la parte central del
sistema financiero, es el mecanismo fundamental de la centralización (no de la
concentración, más bien la concentración es el resultado de la acumulación que
realiza cada empresa o capital privado). A través del dinero de sus clientes, el
banco convierte un conjunto de pasivos (depósitos) en activos (créditos). Por
ejemplo los trabajadores de una empresa depositan sus salarios en sus cuentas
corrientes en el banco; esto concede el dinero como crédito a la empresa para
realizar inversiones en nuevas tecnologías que determinan el despido de una
parte de la plantilla.

Pero ¿cuál democracia económica es esta?

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3. Hoy la comunicación que sustenta el proyecto de la nueva fase del capitalismo
es una comunicación para la comunicación, que se reproduce por sí misma y no
comunica otra cosa que la cultura de la ganancia, tendiendo a transformarse en
comunicación nómada tergiversadora, total, global. También la mercancía pues,
una mercancía estratégica trasmite la cultura del imperio del capital en un mercado
ya globalizado, en el que la crisis de producción es del todo suplantada y al
mismo tiempo sustituida por la distribución social de bienes, de la renta y de la
riqueza en conjunto y socialmente realizada.

La lógica de esta cultura difundida a través de la comunicación tergiversadora


es bastante vulgar y limitada, porque es solo de la parte de la ideología burguesa
y tiene como único objetivo desenmascarar los intereses de clase que están detrás
de cada teoría. Este esfuerzo es obviamente necesario en la afirmación del
pensamiento neoliberal, pero debe ser consciente de sus limitaciones, dejando
intactas las raíces gnoseológicas de las ciencias y su método de investigación
general.

Desde este punto de vista, las necesidades de la academia italiana no se derivan


de ningún juicio de valor, porque son las condiciones subjetivas de la ciencia
capitalista, aquellas de las cuales se derivan los juicios de valor, las ideologías y
las doctrinas políticas.

Por otra parte, el predominio ideológico en la crítica conduce frecuentemente a


negaciones en conjunto. Como sugiere Joan Robinsón (1959: 362)

Debemos admitir que cada doctrina económica que no sea un formalismo trivial,
contiene juicios políticos. Pero es ingenuo preferir las doctrinas que queremos
aceptar por su contenido político. Es estúpido rechazar el análisis porque no
estemos de acuerdo con el juicio político del economista que lo sostiene.

/DHFRQRPtDSROtWLFD³HQHOVHQWLGRPiVDPSOLRGHHVWDSDODEUDHVODFLHQFLDGH
las leyes que dirigen la producción y el cambio de los medios materiales de vida
HQODVRFLHGDGKXPDQD´ (QJHOV 3. Ella estudia el sistema de leyes que dirigen la
producción, la distribución, la transformación y el consumo de los bienes
materiales. La relación económica es una relación práctica, productiva por la
cual las personas o clases sociales se realizan por medio de los productos de su
trabajo y viceversa. En esta relación se define quién dirige el proceso de
producción, qué cosa producir, cómo producirlo, quién y cuántos tendrán acceso
al mercado y en cuáles condiciones. Por este motivo la economía política debe
ser considerada como un conjunto de leyes sociales que reglamentan un sistema
de producción y distribución socialmente determinado.

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4. Es costumbre considerar que la sustitución de la economía política con la
llamada Economics se consuma al final del siglo XIX. La obra de Alfred Marshall
y de su mujer, Economía de la industria, está considerada como el primer tratado
sobre este argumento. En efecto sobre este trabajo nos parece pertinente comentar
brevemente las premisas desde el punto de vista del desarrollo de la ciencia. La
ciencia empírica moderna, que viene a desarrollarse a partir de los siglos XVI y
XVII en Europa del Renacimiento, recurre constantemente a la creación de
representaciones idealizadas de la realidad como base de los experimentos, de
los razonamientos y de las proyecciones sobre la realidad. Trabajar con estas
idealizaciones no solo no es criticable, sino constituye un instrumento esencial
del trabajo científico, tanto para las ciencias naturales y matemáticas como para
las ciencias sociales. El problema surge cuando se pretende convertir tales
idealismos en imaginarios compartidos de sociedades perfectas, a las cuales
tendremos que acercarnos a pasos cuantitativos, calculados y calculables. Este
tipo de utopía ocupa un puesto central en el pensamiento neoclásico, porque
parece ser una característica de la ciencia de la modernidad. La competencia
perfecta, la libertad de mercado, el libre cambio, el equilibrio general, la teoría
de la planificación estratégica de mercado, el funcionalismo con su propuesta de
institucionalización equilibrada y muchas otras, asumen la hipótesis de previsión
perfecta (omnisciencia).

En el siglo XIX VHJHQHUDOL]DODILORVRItDGHOSRVLWLYLVPRODLGHDGHOD³WDQJLELOLGDG´


\HO³UHDOLVPRIRUPDOL]DGR´FRPRSULQFLSDOHYLGHQFLDGHODFLHQFLD/DVVXSXHVWDV
virtudes enormes del cálculo diferencial y el integral, como el modelo matemático,
comienzan a crear un ambiente de integralismo científico, una especie de
metafísica que sustituye a la realidad concreta del mundo y de la vida cotidiana
por los modelos teóricos.

El pensamiento neoclásico introduce profundos cambios en la metodología de la


economía, que comienza a caracterizarse por su renuncia a la teoría de la división
social del trabajo, seguida por la negación de la ley del valor, por el abandono de
la teoría del excedente económico, o surplus, la plusvalía, y por tanto al análisis
de las contradicciones de clase. Introduce además una visión mercado - centro,
donde el mercado competitivo perfecto es criterio de medida y regulador de toda
obra humana.

La renuncia por parte del pensamiento neoclásico a la teoría del valor constituye
un importante retroceso. Hasta que la economía fue concebida como ámbito de
la reproducción de la vida humana, la teoría del valor parecía adecuada para
tales análisis, pero cuando la economía como ciencia burguesa llega a ser
administración de la escasez este elemento desaparece. Pone como objeto de la

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propia teoría o análisis la administración de la escasez, lo que significa orientar
la visión económica sobre la base de oferta y demanda. Es por este motivo que
toma posesión la teoría subjetiva del valor, primero el valor de utilidad y después
la sencillez empirista y fetichista de la derivación de los precios desde la oferta y
hasta la demanda y sus conceptos derivados: competencia, escasez, etcétera.4

En esta negación no se deben olvidar los elementos ideológicos de las


consecuencias clasistas del análisis de Marx. Según Knut Wicksell (1851-1926)
la teoría del valor-trabajo preocupaba extremadamente a los neoclásicos, porque
se trasformó en un arma terrible contra el orden existente; si el trabajo era la
única fuente del valor, entonces todos los demás factores de producciones privadas
debían ser consideradas como parásitos de la producción, y su retribución como
hurto, siendo el trabajo el único elemento con derecho a la remuneración.

,QGHSHQGLHQWHPHQWHVXUJLyOD³HVFXHODDXVWULDFD´\la de Jevons en Inglaterra.


Le siguen Marshall, Walras y Pareto de la llamada escuela de Losanna, los
cuales crean las bases generales del pensamiento económico marginalista.
Esta escuela, que fue denominada de la utilidad marginal, refleja el
desplazamiento de la oferta y el costo a través de la demanda del consumidor,
siendo pertinente la utilidad como instrumento de análisis de las decisiones
económicas. Estas categorías no eran el resultado de un costo real, sino de
las utilidades (subjetivas) marginales de las mercancías. Tales ideas van a
ser refinadas sucesivamente, hasta demostrar que no es la utilidad total la
que determina el precio, y si la utilidad para el último comprador. Esta
interpretación se alejaba ulteriormente del peligro de contaminación de los
clásicos, facilitando el uso de la matemática en la economía.

Los factores de producción comenzaban a abrirse caminos de forma independiente


y así el valor de cada factor podía ponerse como una función de los precios de
las mercancías que producían: es decir, daba origen a la teoría del la utilidad
marginal. En esta fase del pensamiento económico, el ciclo productivo comienza
a ser presentado como una cosa que adquiere su origen en las decisiones del
consumidor y no en las necesidades de autoincremento del capital.

Paul Samuelson, en su libro Economics publicado en las principales lenguas del


mundo, define la economía como el estudio de la manera en que los hombres y la
sociedad deciden , con o sin empleo del dinero, usar recursos productivos limitados
que pudieran tener aplicaciones alternativas para producir diversas mercancías
en el tiempo y distribuirlas, para el consumo, entre las diversas personas y grupos
de la sociedad (Samuelson y Nordhaus 2001: 25). Se observa como cambia el
objeto de estudio a través del análisis costos-beneficios del mejoramiento de la
distribución de los recursos.

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Se sustituye así el proceso de producción y reproducción de la vida económica
de la sociedad con procesos de selección y cálculos para determinados fines. El
objeto de la economía para los neoclásicos es la mejor forma de asignación de
los recursos para elevar el rendimiento, por tanto la reproducción y la acumulación
del capital corresponden a la exigencia de esta racionalidad económica.

5. Las críticas a esta interpretación de la economía comenzaron rápido. Sismonde


de Sismondi (1773-1842) lamentaba cómo la economía política inglesa, a veces
en cálculos siempre más ocultos, parecía progresivamente incomprensible, y la
necesidad de acercarse más a la vida y la realidad, y prevenía estar en guardia
contra la generación de cada tipo de ideas que llevan a perder de vista los hechos,
considerando que el bien público se identifica con el aumento de la riqueza, y no
el sufrimiento de los seres humanos.

Estaba claro desde ese entonces el camino erróneo invocado por los economistas,
que había llevado a la ciencia a un callejón sin salida por su total desprecio de
los problemas reales. Se podrían citar todavía un gran número de estudiosos,
entre ellos a Leontief, Robinson, Galbraith (Assmann 1997: 93-193), que
criticaban la persistente indiferencia de la ciencia económica en relación con su
aplicación práctica y la explicación de los hechos reales. Actualmente existen
ramas enteras de la teoría económica que sus presupuestos son una especie de
inmunización, de negación ideológica de las críticas.

6LQHPEDUJRODDFWLWXGGHORVOODPDGRV³HFRQRPLVWDVFOiVLFRV´FRQORVFXDOHV
debuta la historia de esta pseudociencia, fue más que todo lo otro, tecnicístico y,
mucho menos, dogmático: las obras de Marx, Malthus, Ricardo y Smith parecían
verdaderamente poco, ejercicios de abstracción o modelización, privilegiando
sobre todo el enfrentamiento con los fenómenos históricamente determinados
que caracterizaron la época y las naciones en que vivieron, como fue por ejemplo
el largo ciclo del crecimiento registrado en vastas áreas de Europa y América en
la mitad del siglo XIX.

De aquella lección de realismo queda bien poco en la ciencia económica de hoy,


en la que el modelo pretende incluir forzosamente la realidad de las cosas, con
peligrosas desviaciones ideológicas. Los credos ideológicos no tienen un sustento
sino que son de quienes los tomen como base para aplicarlos como reglas del
juego. Según Robinsón (1959: 362), porque muchos presupuestos de las teorías
económicas no puedan ser probados, tiene capacidad para presentar hipótesis
que sirvan para orientar la actividad económica de las naciones y las empresas.
Estando así las cosas, el pensamiento presupone los fundamentos ideológicos de
la burguesía como clase dominante.

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(VSRUHVWRTXHOD³QRFLHQFLD´HFRQyPLFDKDFHGHOHFRQRPLVWDDTXHOFD]DGRU
TXHYDDDWUDSDUKRUPLJDVFUH\HQGRFD]DUHOHIDQWHV«

6. Aparece claro que la economía política marxista y el pensamiento neoclásico


parten de presupuestos ideológicos y científicos diferentes, pero no necesariamente
excluyentes (Figueroa 2004: 198-9). Estos dos puntos de vistas deben coexistir
para explicar la realidad económica de hoy. Esta coexistencia es parte de la
dialéctica del pensamiento científico: la administración de la escasez es hija de
la dialéctica instrumental medio-fin (Marx 1976: III, 49).

La teoría valor-trabajo es hija de la razón reproductiva en función de la vida


humana. Adoptar la teoría valor-trabajo no significa negar los aspectos válidos
de las otras. La ley de la oferta y de la demanda, por ejemplo, presenta una serie
de indicaciones útiles acerca de las fluctuaciones de los precios. No se debe
descartar, sino integrarla a una visión fundamental que explique el nivel en torno
al cual los precios fluctúan, que es determinado por la teoría del valor-trabajo.

Marx refería que si se despoja al salario, la plusvalía y al trabajo necesario


y adicional del carácter capitalista, continúan en pie las bases que son comunes
a todos los tipos sociales de producción. Por tanto, ambos análisis son
necesarios y legítimos, y en la docencia y la investigación se requiere una
síntesis capaz de evidenciar el motivo por el cual confluyen aquellos intereses
sociales en juego.

Desde el punto de vista académico, científico y práctico, la relación entre la


economía política marxista y el pensamiento neoclásico debe ponerse en términos
de no excluirse absolutamente, porque es necesario considerar que el mismo se
compone de las múltiples escuelas y tendencias muchas veces contradictorias
HQWUHVtODDFHSFLyQ³SHQVDPLHQWR~QLFR´HV~WLOVRORGHVGHHOSXQWRGHYLVWD
político general, porque su aplicación en todos los modelos capitalistas no es
igual ni determina los mismos resultados.

7. Como evidencia Ernesto Che Guevara (1964):

En El capital Marx se presenta como un economista científico que analiza


minuciosamente el carácter transitorio de las épocas sociales y su identificación
con las relaciones de producción. El peso de este momento de inteligencia humana
es tal que se olvida del carácter humanista (en el mejor sentido de la palabra) de
sus inquietudes. El mecanismo de las relaciones de producción y su consecuencia,
la lucha de clases, esconde en cierto sentido el dato objetivo de que son los
hombres los que se mueven en el ambiente histórico.

Es por esto que la crítica marxista a la economía, a partir de la crítica de Marx


a la economía política, se fue desarrollando cada vez más sobre bases científicas,

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produciendo contenidos de crítica real y no anticipada no solo a la economía
burguesa, sino también a la economía política marxista como se ha desarrollado
y ha sido aplicada en muchos casos en los países del socialismo del área soviética.

Queda claro que la economía política marxista es contemporáneamente ciencia e


ideología crítica como todas las otras. Ella paradójicamente limitó su propio
desarrollo al definirse como única ciencia, y así paralizó e ignoró
determinantemente la realidad en nombre de una verdad preconcebida
(Hinkelammert 1997; 2001). La crítica no puede tener por objetivo el de
transformar la ciencia en un poder absoluto; en Marx, la crítica del pensamiento
que lo precede conduce a un pensamiento de síntesis.

La racionalidad de tipo económico debe relacionarse con la racionalidad social


del modelo y no lo contrario: en otras palabras, la racionalidad social tiene
necesidad de la racionalidad económica como premisa, pero esta última no expresa
automáticamente la racionalidad social. No se trata ni de la cantidad ni de la
calidad de los bienes o de los servicios, sino del mudo en que se producen y de
las relaciones sociales que a largo plazo se derivan de estos modos de producción.

Por ejemplo, según las ideas del Che este elemento podía poner en peligro la propia
existencia del socialismo, condicionando su reversibilidad; en relación con esto,
refiriéndose a un párrafo del Manual de economía política de la Academia de
Ciencias de la URSS en el que se afirma que no existía una fuerza capaz de
restaurar el capitalismo en aquel país y de minar el campo socialista, escribió:

Afirmación que puede ser objeto de discusión. Las últimas revoluciones


económicas de la URSS se parecían a las de Yugoslavia cuando escogió el camino
que la llevó a un retorno gradual hacia el capitalismo. El tiempo dirá si se trata
de un incidente pasajero o si encierra un camino definitivo de retroceso. Todo
parte de la errónea concepción de querer construir el socialismo con elementos
del capitalismo sin cambiar realmente el significado. Así se llega a un sistema
híbrido que lleva a un callejón sin salida o con una salida totalmente estrecha
que obliga a nuevas concesiones de las protecciones económicas, es decir al
retroceso (Guevara 2006: 112).5

Además es necesario contextualizar la crítica considerando las hipótesis y


condiciones de cada modelo y fase del capitalismo.

8. Hoy, en la actual fase de la competencia global capitalista, se inclinan a someter


al mundo completamente, bajo cada dimensión no solo económica, en cada campo
de la humanidad, a la configuración de empresa y de la ganancia, y quien sufre
las mayores consecuencias es el individuo simple y social, que se deja homologar
sin oponerse, renunciando a su libertad y personalidad: esto quizás es deducido,

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después que cotidianamente se reciben estímulos para que las masas homologadas
se unan al imperio del capital.

Y, el hecho es que los espacios y los tiempos son cada día más breves y funcionales
para la difusión de las ideas dominantes del capital y de la comunicación. Los
medios de masas, las computadoras, la telefonía móvil han puesto a todo el
globo como un pequeño país, no solo por motivos informativos y culturales, sino
también para hacerle frente a las exigencias de un mercado cada vez más mundial
y para defender e inculcar en la gente la mentalidad de la mercantilización: hoy
cada cosa tiene un precio, un preciso valor de cambio.

Y entonces la ideología capitalista, la cultura de empresa trasmitida de varias


formas a través de la comunicación nómada tergiversadora, influencian no solo
el cambio sino la producción y el consumo; en cuanto la primera deviene
FRPXQLFDFLyQ ±HMHPSOR GHO teletrabajo± \ HO FRQVXPR FRPR FRQVXPR GH
mercancías-mensajes y viceversa, resultan comunicación; y los que controlan la
comunicación tergiversadora son los agentes de la nueva clase dominante del
impero del capital posfordista.

La comunicación de la forma social capitalista es caracterizada por la tendencia


a realizarse de manera total, sea en relación con la extensión, o sea en relación
con lo que puede ser comunicado en el ámbito de la circulación de personas,
bienes (servicios) y mensajes. En la forma de producción capitalista, comunicación
HVPHUFDGRVLHQGRHOFDPELRHVHQFLDOPHQWHGHPHUFDQFtDV>«@ORVPHQVDMHV
llegan a ser mercancías así como estas no podrían ser mercancías si no fueran
también mensajes. Como la circulación de mensajes-mercancías aparte de
mercancías-mensajes, y como circulación de personas que trasmite medios de
circulación, así como la mercancía, la comunicación entera resulta convertible
en mercado (Ponzio 1997a: 53).

(O³WLHPSROLEUHGHSRFRV´GHORVTXHFRPRFODVHGRPLQDQWHGHWLHQHQHOFRQWURO
de la comunicación, es visto con la misma exigencia de evitar la pérdida de
tiempo que trasmite la velocidad de la comunicación y la eliminación de los
intervalos y de las mediaciones entre propósito y realización que caracteriza
³HOWLHPSROLEUHGHPXFKRV´FRQODHYLGHQWHGLIHUHQFLDTXHORVSULPHURVSXHGHQ
mayormente, y por ciertos aspectos exclusivamente, disponen de los medios para
realizar tal exigencia (Ponzio 1997a: 56).

No obstante a este intento de hacer funcional el tiempo libre, el capitalismo


continúa produciéndolo y de manera cada vez más creciente, bajo forma de
desocupación estructural de trabajos intermitentes y precarios, con modos de
vida y de reacciones sometidas a la dinámica del imperio del modo de producción

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capitalista. Marx pensaba que el sistema de las fábricas resolverían los problemas
de la producción, vale decir la escasez del producto y de sus frutos. Pero el prevé
un nuevo problema, el de la distribución. La crisis en la distribución habría a su
vez elevado a la revolución, con lo que los victoriosos trabajadores cambiarían
radicalmente las trampas de la distribución burguesa. Esta especulación continuó
tomando forma incluso mucho más tarde, en las visiones utópicas bien
ejemplificadas por René Clair en el filme A nous la liberté. La película describe
una época después de la gloriosa revolución, en la que los obreros gozan los
frutos del trabajo y viven solo para festejar, beber y cantar, mientras las máquinas
trabajan para producir los bienes necesarios para el futuro de esta utopía. Cada
una de las corrientes principales del arte moderno (Futurismo, Constructivismo
y Bauhaus) ilustró esta inminente utopía secular.

Sería injusto culpar a Marx del frecuentemente y violento optimismo del 900.
Habiendo demostrado que la economía capitalista racionalizada habría puesto
fin al problema de la producción, Marx comprende también que las mercancías
no bastan para satisfacer a las personas. El prevé que , en la era del capitalismo,
al aumento de la producción le hubiera correspondido el aumento de la alienación
de nuestra humanidad, de los procesos económicos, de los productos de la
economía y de los otros seres humanos. En términos de condiciones psíquicas
individuales, las cosas no serían mejoradas, sino que empeoran. Según Marx,
una vez examinadas otras variables además de las de la producción, no existía
QLQJ~QDYDQFHVRFLDO³XQLOLQHDO´ Critical Art Ensemble 1998: 63-64).

 $FWXDOPHQWH HQ SOHQD pSRFD GH ³VXFHVR´ GHFOLQDQWH LGHROyJLFR GHO
neoliberalismo, existen varias fuerzas, partidos, instituciones y estudiosos,
muchos de los cuales tuvieron relación con el marxismo, que discuten el
beneficio real de haber implementado la política económica del capital para
algunos sectores sociales de masa, en particular para los más necesitados. Se
si tiene en cuenta que el proyecto social (capitalismo moderado con carácter
social) de reestructuración capitalista se explica esencialmente en procesos
regresivos de distribución de la riqueza que permite incrementar la acumulación,
mientras se reducen los consumos de la población, no hay dudas que también
este modelo tiene sus efectos negativos solo para algunos sectores de la sociedad,
es decir, los privilegiados. La profunda transformación que ha sufrido el mundo,
con la globalización de los procesos económicos y sociales que figura la actual
fase imperialista de la competencia global, ha permitido exponer con claridad
los límites de muchos paradigmas teóricos, cuyos núcleos duros se ven débiles
R VXSHUDGRV 3DUD *XDGDUUDPD    ³QLQJXQD FRQFHSFLyQ VREUH HO
desarrollo de la sociedad ha podido transitar sin obstáculos por el complicado
VHQGHURGHODKLVWRULD´

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Cada teoría económica es la señal del período en que fue escrita y las que tiene
la fortuna de predominar están en constante lucha con otras concepciones. La
desaparición del campo socialista y el paso del campo de la Europa del Este
hacia la economía de mercado ha obligado a una profunda transformación en el
sistema de referencia internacional para los marxistas, y sobre todo para los
países socialistas como Cuba, incluso con forma de enfoque económico interno
que incide sobre aspectos importantes del modelo económico aplicado. Pero es
en los países capitalistas, y en particular en los desarrollados, que se cierra con
mayor violencia el debate con el pensamiento marxista, proponiendo al capitalismo
y a la economía burguesa como única verdad para la humanidad. Esto se verifica
VREUH WRGR HQ OD DFDGHPLD HQ OD GRFHQFLD \ ±SRU HMHPSOR± HQ ORV SODQHV GH
estudio de economía. Hasta la década del 70 era tangible la presencia de materias
de crítica al pensamiento dominante: una diversidad de textos de autores marxistas,
en los que predominaba un enfoque global de la economía como ciencia social.

En los últimos años, el sistema imperante de dominación ideológica ha llevado


también a muchos estudiosos a renegar el marxismo para no ser acusados de
anticientíficos; esto, en la academia italiana, ha sido el precio que muchos han
escogido pagar por imponerse, hacer carrera, llegar a ser hombres de poder, sin
renegar el método del análisis de clase, pasando a defender los intereses de la
otra clase. Desde la parte del capital contra los trabajadores.

Se introducen así, en la instrucción universitaria, cursos referidos exclusivamente


a la profundización del pensamiento neoclásico, produciendo una expulsión del
ámbito científico oficial de la crítica marxista a la economía, impidiendo la
confrontación directa entre la economía política marxista, la macro y la
microeconomía, así como otras ciencias económicas aplicadas de contenido más
específico, que parten de la prospectiva teórica e instrumental neoclásica.

Las relaciones interdisciplinarias, en cada caso, constituyen un complejo problema


metodológico y científico, ya que el objetivo final de la interacción no es la
ciencia en sí, sino el perfil profesional del futuro licenciado y su campo de
aplicación en el mercado. En sentido general, afirmar, como se hace hoy en las
universidades italianas, que nosotros, críticos marxistas de la economía no
merecemos espacio científico porque el marxismo no se adapta a la
interdisciplinariedad de los currículos universitarios de los estudiantes, significa
esconder que esta interdisciplinariedad tan intensa es aquella centrada en las
reglas de mercado, de la ganancia, en las lógicas neoliberales, ahondando la
cultura general, que debería exaltar las variedades. Para hacer pasar tal mensaje
se usan una vez más todos los recursos de la comunicación tergiversadora, no
VROR D WUDYpV GH ORV ³QXHYRV´ FRQWHQLGRV GH ODV GLVFLSOLQDV DFDGpPLFDV VLQR

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utilizando todos los medios de propaganda omnipervasiva que hace del estudiante
un cliente, de la universidad una empresa, de la cultura una mercancía.

10. Aunque el pensamiento económico actual homologa y engloba en sí cualquier


trabajo intelectual y cada tipo de ciencia, continúa dirigiéndose a esos llenos de
expectativas, de deseos de nuevas y continuas innovaciones tecnológicas, que no
solo pueden acelerar los tiempos de producción sino también los de cambio y
venta.

Keynes, los poskeynesianos y los neoclásicos enmarcan la economía en un modelo


en el que pocas constantes conducen el mecanismo entero. El modelo del que
tenemos necesidad debería hacer ver la economía como ecología, ambiente, y
está compuesto de repletas esferas interactivas: una microeconomía de los
individuos y de las empresas especialmente multinacionales, una macroeconomía
de gobiernos nacionales y una economía mundo. Cada teoría económica
precedente postulaba que una economía controlaría totalmente las otras como
VLPSOHV IXQFLRQHV LQGHSHQGLHQWHV« 3HUR OD UHDOLGDG HFRQyPLFD GH KR\ HVWi
compuesta de variables parcialmente dependientes. Ninguna controla totalmente
las otras. Ninguna es controlada totalmente por las otras. Y ninguna es
completamente independiente. Una semejante complejidad puede a duras penas
ser descrita. No puede ser analizada y no permite profecías. Para dar una teoría
económica funcional, necesitamos una síntesis capaz de simplificar esta
complejidad. Pero por el momento no hay señales de esta teoría. Y si una nueva
síntesis no surge, podemos decir que estamos en el final de la teoría económica
(Drucker 1988: 149-150).

11. Escribir hoy de marxismo sería un mero ejercicio teórico si no fuéramos


FDSDFHVGH³DFWXDOL]DU´ODV categorías marxistas para comprender el capitalismo
contemporáneo. Si es verdad que uno de los grandes rasgos del revolucionario
de Treveris está representado por su metodología, a través de la cual lee e interpreta
las tendencias de la economía capitalista para poder después actuar, destruirla y
superarla en el socialismo, ahora ningún marxista debe preocuparse por el hecho
de que Marx QRKD\D³GLFKRWRGR´VHUtDWRQWR«PHMRUSHQVDU lo contrario.

Para el curso inexorable de sus propias leyes económicas, el capitalismo será


superado sin duda por un nuevo régimen de producción, seguramente capaz de
resolver las contradicciones latentes en la economía y en la sociedad capitalista.

Parafraseando a Engels: la organización social de los hombres impuesta por la


naturaleza y la historia será, a partir de un determinado momento y como resultado
de la acción de las leyes económicas, una obra libre propiamente. Los poderes
objetivos y externos de la historia se difunden bajo su propio dominio. Solo

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desde ese momento el hombre asumirá su historia con plena consciencia de lo
que hace. Y solo desde entonces, las causas sociales comenzarán a producir
preponderantemente y cada vez en mayor medida los efectos agradables; será
como el salto de la humanidad del reino de la necesidad al reino de la libertad.

En la medida en que crecía el movimiento de masas crecía también la necesidad


de comunicarle a aquellas masas, de una forma asequible, los contenidos
principales del marxismo, teoría que representaba los intereses de los explotados.
En el 1893 comenzaron a circular en Europa los primeros resúmenes de la obra
de Marx, y Engels fue el más grande partidario. En 1921 se publica el primer
texto de marxismo por parte de Bukharin, fuertemente criticado por Gramsci y
Lukács por su contenido reducionista de la complejidad y su esquematización.
Este límite real de manuales y tesis hace que se desarrolle, después de la muerte
de Lenin, una pérdida de la visión cósmica revolucionaria del marxismo y un
profundo déficit de nuevos conocimientos. El marxismo ortodoxo se oficializó
en la dimensión propagandística burocrática y se dogmatizó. Fueron criticados
y a veces marcados como antimarxistas, con la consiguiente exclusión de la
corriente principal, un grupo de pensadores como Gramsci, Lukács, Althusser,
Che Guevara y otros que no quisieron renunciar a la propia originalidad.

El dogmatismo conduce a diversas interpretaciones extremas del marxismo, a


un cierto teoricismo y a la pérdida del contacto con la realidad, tanto del mundo
socialista como del mundo capitalista; esta es una de las razones por las cuales
el marxismo crítico e innovativo no pudo concentrarse y denunciar eficazmente
y en tiempo las contradicciones existentes en el campo socialista, que lo condujeron
después al derrumbe.

12. Ya Engels, en varias cartas (a Francisco Mehring en 1883 y a Bloch en


1890), reconocía con honestidad que el énfasis de él y Marx por el contenido
económico había llevado al excesivo economicismo de sus discípulos. Hoy se
puede afirmar, después de más de un siglo, que una parte considerable del
marxismo que se difundió manifestó una incapacidad real de desmentir esta
sentencia de Engels.

Fueron difundidas muchas cosas que no eran así, como el mito de la crisis general
del capitalismo, olvidando el principio marxista de la unidad entre lo absoluto y
lo relativo, como la vía para comprender la práctica en general. La interpretación
del sistema de contradicciones del capitalismo, como un proceso lineal que marcha
hacia el socialismo a través de etapas sucesivas de agudización de la crisis general
no solo es inconsistente, sino que no concuerda con la práctica.

Se cometió un grave error de previsión sobrevalorando la crisis de crecimiento


del sistema en determinados períodos, interpretándolos como una crisis estructural

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del modelo de producción capitalista. Esto ha creado confusión al concebir esta
crisis como la posibilidad real de una caída de los pilares fundamentales del
sistema en un tiempo no muy lejano; el mundo subdesarrollado, donde las
contradicciones del capitalismo son siempre más agudas, era presentado como
el lugar de la expansión de los ideales socialistas y revolucionarios. Esto provocó
un gran conflicto con la práctica; una situación prerrevolucionaria tiene diversos
niveles de maduración, por lo que puede llegar o no a niveles de ruptura;
contemporáneamente la maduración de una situación pre revolucionaria y su
conversión en revolucionaria directa no es de por sí garantía del triunfo de una
revolución, que a su vez puede no ser necesariamente socialista. Estas condiciones
requieren de un conjunto de factores adicionales, como el rol de la subjetividad
comunista y de las vanguardias, la forma en que se articulan los diferentes
movimientos políticos y la importancia de la correlación de fuerzas
internacionales.

Lenin descubrió que el paso del capitalismo a un régimen superior podía realizarse
en un solo país e inclusive en determinadas circunstancias aparentemente
desfavorables, tal vez en los eslabones más débiles del sistema y no donde el
capitalismo hubiese agotado sus posibilidades de desarrollo, como previeron
Marx y Engels. Esto hace cualquier tránsito más traumático, tratando de
representar hasta la causa de la derrota de algunos movimientos revolucionarios
y no solo en los países donde el capitalismo no había terminado aún con el
nacimiento de los Estados nacionales.

Después de la crisis de Europa del Este, se reestructuró el sistema de


contradicciones del mundo contemporáneo: el conflicto entre el socialismo y el
capitalismo se transfirió hacia las contradicciones intercapitalistas, como aquellas
entre los intereses de los estados imperialistas y los países explotados del Tercer
Mundo, o en la competencia global entre bloques imperialistas, hoy caracterizada
por la globalización de las interdependencias y de las interconexiones.

No hemos perdido de vista la tesis de Che Guevara, según la cual muchos países
subdesarrollados, a pesar de haber sido objeto de la más brutal explotación,
tuvieron gobiernos también democráticos y progresistas aliados del capital financiero
internacional: ellos son, en una prospectiva más realista, polos semiperiféricos de
expansión del capital.

Contra la ortodoxia y la superficialidad que con frecuencia tienen infectado a


muchos intelectuales que han competido, en las últimas décadas, en la triste
contienda, por estar a favor con la frase de Marx, aquella expresión recóndita;
contra estos mismos pensadores que, cuanto más han utilizado el verbo marxiano
SDUDFULWLFDUIXHUWHPHQWHORV³GHVYLDFLRQLVWDV´PiVYHOR]PHQWHKDQSDVDGRDUPDV

19
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y equipos al servicio del capital; contra esta utilización impropia y mística además
políticamente, por la que Marx se interesaba, hoy los militantes, los intelectuales
PDU[LVWDVSDUWLHQGRGHODOHFFLyQGHO³PDHVWURGHODFríWLFDGHOODHFRQRPtDSROtWLFD´
deben estar en condiciones de desarrollar una cerrada e implacable crítica contra las
nuevas formas del capital. Al tratar un esbozo de este recorrido nos disponemos a
abordar algunos temas que están en el centro de la actual dinámica del modo de
producción capitalista.

13. Una de las características esenciales del modo de producción capitalista es que los
HPSUHVDULRV³FRPSUDQ´DORVWUDEDMDGRUHVRPHMRUVXIXHU]DGHWUDEDMRSDUDSURGXFLU
bienes y servicios con el objetivo de obtener una ganancia.6

En un sistema económico capitalista, la mayoría de los bienes y servicios son producidos


por la dependencia de los patrones (los llamados hombres de negocio, capitalistas o
dirigentes de empresas) que llegan a obtener ganancias vendiendo tales bienes y servicios
en el mercado. La mayoría de las personas que producen mercancías en una sociedad
capitalista trabajan para otra persona (el patrón) y reciben a cambio un estipendio o
salario. Hasta en la economía oculta o sectores informales, la mayor parte de los
trabajadores son asalariados. Por tanto, en la economía capitalista el trabajo se organiza
en función de la ganancia; productores de mercancías (para el mercado) no son los
trabajadores sino el capitalista o el manager que delega; y los bienes, los servicios y el
tiempo de las personas (trabajo) se cambian a través de los mercados.

Para comprender al capitalismo debemos responder a algunas preguntas


fundamentales:

±¢&yPRVHRUJDQL]DHOWUDEDMR"

±¢&yPRIXQFLRQDQORVPHUFDGRV"

±¢4XLpQGHWHUPLQDHOPRQWRGHODVJDQDQFLDV\GHORVVDODULRV"

±¢4XLpQGHWHUPLQDODVWHFQRORJtDV"

±¿Por qué algunos trabajadores ganan más que otros?

Las posibles respuestas que se pueden dar a estas interrogantes dependen en


gran medida de la perspectiva con la que miremos la realidad económica, es
decir, del tipo de teoría que se decide adoptar para interpretar la realidad. Nuestra
elección es la de la crítica de la economía política de Marx. Es cierto que la
teoría marxista y después el marxismo, no tienen las características típicas de
ODV ³FLHQFLDV EXUJXHVDV´ (O PDU[LVPR LQWHUSUHWD ODV OH\HV GH ODV FLHQFLDV
naturales, sociales y económicas como un aspecto de la realidad concreta, real y

20
La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1021-6
casi siempre independiente de la voluntad de los hombres individualmente; hechos
estrechamente unidos a las relaciones, a las relaciones de fuerzas entre las clases
y a las modalidades del conflicto capital-trabajo en un determinado período
histórico.

Para alcanzar tal resultado se han necesitado otros 40 años de estudio que le
permitieron a Marx antes apropiarse de los instrumentos de la economía política
para después someterla a una crítica cerrada, realizando por tanto, siempre en
clave científica, una teoría compleja para ser superada y con esto, para superar
el modo de producción capitalista.

14. En las diferentes partes del Tratado se pondrá siempre en el centro del análisis
la esfera productiva (proceso productivo, como unión de proceso de trabajo,
proceso de valorización y proceso de circulación) individualizando en las
relaciones capital-trabajo, aquella dialéctica que funda el modo7 de producción
capitalista, que es también la contradicción inminente y fundamental del modo-
movimiento propio y del cual proceden, o desde el cual son influenciadas, las
otras contradicciones internas a la sociedad capitalista. Si la contradicción capital-
trabajo es la fundamental, es fuerte del dinamismo, pero también el de la
contradicción del modo-movimiento de producción capitalista.

En este Tratado, por su propia naturaleza, no se podrá afrontar de manera


orgánica el análisis del proceso de trabajo en todas sus facetas e implicaciones.
Se tratará de relevar su centralidad en la explicación de buena parte de los
fenómenos y de las tendencias típicas del modo de producción capitalista.

Notas
1
Sobre este argumento entre los otros cfr. Pala (1981), están sujetos a dura
FUtWLFDWRGDVODVGLYHUVDVWHRUtDV³GHEDMRFRQVXPR´GHODVFULVLVHFRQyPLFDV
(desde Luxemburgo hasta Keynes y Sweezy).
2
El proceso, que no es de décadas sino de siglos, observado fácilmente en cuanto
a lo relacionado con la formación de monopolios sobre las materias primas,
hoy es espantosamente creciente incluso en ámbitos casi vírgenes hasta algunos
años atrás; se piensa en el agua, en la biodiversidad, etc. (pero ya hemos llegado
a la gestión monopolista del proceso de mapeo del DNA de la población: vean
el caso de Irlanda). Sobre la unión de las características directas e indirectas
en términos económico-productivos y sociopolíticos de la actual fase de la
globalización capitalista relacionadas en el Tratado, frecuentes serán las
protestas, incluso no siendo explícitas a precedentes trabajos del autor y en
particular: Martufi, Vasapollo (1999; 2000a; 2000b; 2000c; 2003); Cararo,
Casadio, Martufi, Vasapollo, Viola (2001).

21
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3
Citado en Muñoz (2004: 55-63).
4
Para una reconstrucción crítica de los orígenes de la escuela marginalista y en
su confrontación directa con la crítica de la economía política marxista cfr.
Bukharin (1970).
5
A esta visión, en el XX aniversario de la caída en combate del Che, Fidel
VHxDODED³KD\PXFKDVLGHDVGHO&KHTXHVRQDEVROXWDPHQWHYLJHQWHV\VLQODV
cuales estamos convencidos que no se podría construir el comunismo, como la
idea de que el hombre no debe ser corrupto, que su honor no debe ser manchado,
la idea que sin la conciencia, y produciendo solo riquezas, no se podrá construir
HOVRFLDOLVPRFRPRVRFLHGDGVXSHULRU\QXQFDVHSRGUiFRQVWUXLUHOFRPXQLVPR´
(Castro 1987, 93-117).
6
La relación de trabajo asalariado va unida a la forma jurídica más o menos
YiOLGD³HQFDUQiQGRVH´HQHOVRVWpQGHODVUHODFLRQHVVRFLDOes instaurado
HQWUH³SDWURQHVGHWUDEDMR´\WUDEDMDGRUHV
7
³0DU[VLHPSUHXVyODORFXFLyQµPRGRGHSURGXFFLyQFDSLWDOLVWD¶1RWLHQHVHQWLGR
SRUTXHµVLVWHPD¶ HVFRQFHSWRµDEVROXWR¶LQGHWHUPLQDGR LQFRKHUHQWHVLHPSUH
LGpQWLFRDVtPLVPR\FRPRWDOHVXQDDEVWUDFFLyQµPHQWDO¶FRQWUDULDDOPpWRGR
GH0DU[IXQGDGRVREUHODEDVHGHODµDEVWUDFFLyQUHDO´(Ciufo 2001: 195).

22
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Primer capítulo

ORÍGENES HISTÓRICOS DE LAS CATEGORÍAS


ECÓNOMICAS

1. La esencia del capitalismo


1. En primer lugar, debe hacerse una comparación entre lo que es capitalismo y
lo que no es capitalismo, a través de estas dos fórmulas:

0±'±0 GRQGH0 0  FLUFXLWRQRFDSLWDOLVWD 1

'±0±' GRQGH''  FLUFXLWRFDSLWDOLVWD

M = Mercancía

D = Dinero

En este enunciado se resumen casi 100 años de comprensión de la economía,


desde la clásica, pasando por Marx, hasta la de Keynes2 (salvo la ortodoxa
liberal, que interpreta la realidad de una forma muy diferente). En estas dos
fórmulas está la diferencia específica de lo que es el capitalismo.

2. No era capitalista la economía china del siglo VII, o aquella de los romanos en
el Mediterráneo, porque correspondían a la primera fórmula del párrafo anterior.
En todas estas economías, incluida la economía de los viejos países socialistas
de la Europa del Este, la actividad económica consistía en un cambio de
mercancías con otras mercancías, por medio del dinero. En estos cambios, las
mercancías tienen el mismo valor: M = M*. Un zapatero vende sus zapatos y el
dinero que obtiene lo utiliza para comprar dos camisas. Por tanto, las dos camisas
tienen el mismo valor de los zapatos. Es un cambio equitativo: el que da recibe el

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La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1021-6
mismo equivalente de lo que da. Es el principio básico de igualdad, el principio
del cambio es un principio igualitario, así funcionan todas las economías definidas
³FRQPHUFDGR´

Para que este sistema funcione, es suficiente que las personas se especialicen en
producir cualquier cosa que necesiten otras personas, vendan el producto en el
mercado y reciban dinero. La división social del trabajo es un presupuesto. En
HVWDVHFRQRPtDV³GLQHUR´QRHVHTXLYDOHQWHD³SRGHU´(OGLQHURHVXQPHGLRGH
cambio y un equivalente universal de los valores. La gente puede tener dinero,
sin embargo esto no les confiriere poder de decisión en la dinámica de la sociedad;
en las sociedades arcaicas construidas sobre este modelo, el poder político estaba
en las manos de los aristócratas, de los senadores, de los políticos o de los reyes,
que no necesariamente eran los que controlaban la actividad económica.

3. El capitalismo no es una economía con mercado, sino una economía de mercado:


es más que una sutil diferencia sintáctica. Si en los otros sistemas económicos de
cambio la división del trabajo permite un mejoramiento del nivel de vida y del
placer en el disfrute de los bienes materiales, en el capitalismo el objetivo no es
el cambio equivalente. La actividad no comienza con dos personas que realizan
un trabajo productivo y venden los productos en el mercado para mejorar el
propio nivel de consumo. El circuito económico comienza con el dinero (D). El
dinero no es más que un medio para organizar el mercado y para facilitar los
cambios: este es el principio y el fin de la actividad económica.

El dinero sirve para comprar fuerza de trabajo y medios de producción, y así


realizar un proceso productivo hasta fabricar una mercancía (M) que se pueda
vender, para obtener en conclusión una cantidad de dinero que necesariamente
GHEHVHUPD\RUTXHHOYDORUTXHKDEtDDOLQLFLR '¶ 

Por tanto, para que el capitalismo funcione necesariamente debe producirse


acumulación, de modo que en cada cambio lo que se obtiene al final debe ser
mayor que lo que había invertido inicialmente. Porque si no fuese así el capitalista,
por ejemplo, no perdería tiempo en construir un edificio o en contratar obreros
para producir zapatos. El capitalismo se basa en el principio de desigualdad y
desequilibrio.

4. En el capitalismo es necesario controlar el principio y el final del proceso.


Solo los que controlan el dinero controlan la vida porque controlan la propia
economía. Por este motivo, en el capitalismo dinero es igual a poder.

Esto nos hace llegar a importantes conclusiones, porque se demuestra que la


mayor parte de la población no determina la propia actividad económica. Casi
toda la población es fuerza de trabajo. Así, mientras el sastre está sujeto a su

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La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1021-6
actividad económica, porque tiene una cierta autonomía productiva, el trabajador
en una fábrica textil es objeto de un proceso económico que no controla.

Por tanto, está implícito un desequilibrio básico de poder que es consustancial al


sistema y sin el cual el sistema no existiría. Tomar conciencia de estas cosas
FRQWULEX\H D HQWHQGHU GRQGH HVWiQ ORV ³QXGRV JRUGLDQRV´ GH ODV SURSXHVWDV
económicas y sociales, así como los límites reales de los proyectos que pueden
realizarse a largo plazo.

2. Dimensiones fundamentales del funcionamiento


de un sistema económico capitalista
1. Tradicionalmente la metodología de análisis del sistema capitalista partía de
considerar una estructura económica articulada con una superestructura jurídica,
política y otra cultural e ideológica. Esta concepción es hoy un poco obsoleta
para los cambios que se están produciendo, que hacen que la identidad económica
sea siempre de más información-comunicación-conocimiento y la dimensión
cultural sea siempre más objeto de la acumulación capitalista.

Por tanto, es mejor analizar el sistema capitalista desde tres dimensiones: la


competencia, el poder y el cambio. Estas tres dimensiones son consustanciales e
irrenunciables para el funcionamiento de tal sistema.

2. a) Competencia. La competencia teóricamente existe siempre en el capitalismo.4


La existencia del mercado es la garantía y la institución a través de la cual se
realiza la competencia.
Tradicionalmente se habla de competencia entre empresas y entre capitales.
Aunque si fuese solo una empresa en un mercado, que gozara de una posición
monopolista, es mirando al mercado completo, no podríamos hablar de
competencia generalizada de capitales diferentes. Sería incomprensible, la
existencia de un único capital monopolista parar todos los sectores económicos,
donde la competencia fuese anulada en el mercado completo5. Por otra parte
ocurre con frecuencia que un capital que actúa como monopolista en un sector lo
haga en condiciones no monopolísticas6 en otro sector, es por tanto sometido a
un nivel mayor de competencia 7.
Otra competencia fundamental es la que se desarrolla entre capital y trabajo, porque
la fuerza-trabajo absorbe una parte del dinero que se genera al final del ciclo.
Cuanto mayor sea la parte que absorben los trabajadores, menor será el grado de
remuneración del capital, incluida la parte que va a la acumulación, es decir, que
queda para recomenzar el ciclo.

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La remuneración dada a los trabajadores a cambio de su trabajo es el salario
global (de clase): salario en forma directa e indirecta y diferida; la entidad de la
FXDOHVHOIUXWRGHODOODPDGD³UHGLVWULEXFLyQ´GHODVUHQWDV&XDQGRVHKDEODGH
redistribución es necesario distinguir entre un nivel primario y uno secundario.
Mientras, en general, la retribución primaria es la base de las relaciones sociales
de producción, la redistribución secundaria es la recaudación de las rentas a
través de los impuestos y su sucesiva repartición bajo forma de gasto social.
Esta redistribución secundaria no podrá sustituir jamás la redistribución primaria
que se realiza en el sistema capitalista. Por este motivo, el hecho de que sean
países con un alto nivel de protección social, de gasto social, de Estado social, se
explica con la acción histórica de trabajadores organizados, que gracias a las
luchas, han podido apropiarse de una parte sustancial de la riqueza generada en
el proceso productivo.

La categoría de la competencia ve directamente el fenómeno de la competición


entre trabajadores. Esta competición existe siempre porque el capital en su
movimiento tiende a reducir el número de los trabajadores ocupados relativamente
a la masa creciente de los medios de producción. En una sociedad capitalista
concreta tal fenómeno puede también presentarse como competencia. Sobre todo
entre trabajadores ocupados y desocupados, e incluso entre trabajadores urbanos
\UXUDOHVDVDODULDGRV\GHO(VWDGR³LQWHUQRV´\HPLJUDQWHVHQWUHWUDEDMDGRUHV
estables o inestables.

En muchos casos, esta situación de competencia da lugar a conflictos entre los


propios trabajadores, con ventajas consecuentes, para la parte patronal, que con
frecuencia crea las condiciones para dicha competencia. Es un ejemplo la
flexibilidad del mercado de trabajo, que consiste en el deterioro de las condiciones
convenidas de una parte de los asalariados, para romper la unidad de los
trabajadores frente al capital, es decir para reducir las exigencias en materia de
producción y distribución del excedente de los trabajadores8.

3. b) Poder. El poder es una dimensión económica y política fundamental en las


sociedades capitalistas. A diferencia de las economías no capitalistas, la jerarquía
social se estructura en función del mayor o menor control que se realiza en el
circuito del capital. La jerarquía social reproduce la jerarquía del control del
dinero:

³'LPHFXDQWRGLQHURWLHQHV\WHGLUpFXDQWRSXHGHV´

Es pura verdad que, en los mapas y enlaces de poder, se deberán tener presente
múltiples factores que se muestran a nivel social, y que complican enormemente
el análisis de dichas relaciones.

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Abandonada la dicotomía de quien está arriba: dinero-poder/ falta de control
sobre el dinero-falta de poder (dicotomía útil a niveles de abstracción muy
elevados), descendiendo a un grado de análisis menos abstracto, las relaciones
GHEHQ VHU ³LQFDUGLQDGDV´ HQ HVWUXFWXUDV DQDOtWLFDV PXFKR PiV FRPSOHMDV \
³GHVYDQHFLGDV´(VHOGHEHUH[SHULPHQWDUHVWRVVXFHVRVTXHQHFHVLWDQGH³WHRUtDV
GHFROFKyQ´TXHSHUPLWHQSDVDUGHQLYHOHVHOHYDGtVLPRVGHDEVWUDFFLyQWtSLFRV
del análisis marxista del MPC, a niveles intermedios útiles al análisis económico,
sociológico y político de las relaciones de poder (en general de todas las relaciones
sociales factiblemente operantes en el género humano)9.

4. c) Cambio. El capitalismo es un sistema que es cambiado y cambia


continuamente. Por tal motivo es fundamental realizar un continuo y permanente
análisis de las transformaciones que se están produciendo en el sistema a todos
los niveles: tanto a nivel de la economía mundial, de la globalización, etc., como
de la economía nacional: cambios de la estructura productiva, del mercado del
trabajo, de la propiedad del capital, inversiones estratégicas y cambios jurídico-
legislativos, sin los cuales ningún mercado funcionaría, etcétera.

Sin solución de continuidad se están produciendo transformaciones en las


estructuras de poder y de competencia.

Por tanto, estar al tanto de los cambios que se producen a nivel de la economía
que queremos analizar, es indispensable para garantizar la factibilidad de las
propuestas que puedan elaborarse.

3. Conceptos para la valoración del funcionamiento


del sistema económico capitalista
1. Seguidamente procederemos a una breve caracterización de los conceptos de
eficiencia, justicia, igualdad y democracia, típicos del modo de producción
capitalista, que deben, por tanto, servirnos de guía en la comprensión de sus
dinámicas y, sobre todo, de la diferencia entre lo que la realidad nos muestra y lo
que ella es en su totalidad.

2. a) Eficiencia. La eficiencia (maximizar las entradas y minimizar los costos)


es uno de los conceptos que más se mencionan hoy en día en la civilización de la
técnica. Es un criterio de valoración estratégico de cada actividad económica.

Una empresa pública, una ONG o cualquier otra institución que no estime su
eficiencia y no desarrolle instrumentos adecuados de eficiencia irá a la quiebra.

No obstante, se discute acerca del contenido del concepto de eficiencia. Desde el


punto de vista más técnico-contable se considera que es eficiente solo lo que

27
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tiene un precio, que cuesta dinero. Así, por ejemplo, el empresario mide el grado
de eficiencia de sus trabajadores en función de cuánto le paga.

Sin embargo, desde una perspectiva macroeconómica, sería necesario introducir


toda una serie de factores que no tienen precio, un costo monetario contabilizado
directo, como por ejemplo los factores ambientales. Es decir, el grado de
transformación de las condiciones ecoambientales que genera cualquier actividad
económica.10

3. b) Justicia. También la eficiencia tiene una dimensión social. Por ejemplo la


justicia, en términos económicos, es una de las dimensiones sociales que se derivan
de la actividad económica. El concepto de justicia, en este caso, corresponde a la
distribución de los deberes y de las ganancias de la actividad económica,
estableciendo a quién corresponde el peso de la producción económica y quién
utiliza lo que se produce.

Sobre este tema se determinan cosas curiosas. Shaikh y Tonak (1994) realizaron
una investigación sobre el sistema de protección social en cinco países
desarrollados, durante 20 años.11 Estudiando el gasto público y el sistema de
determinación de las entradas de los países, concluyendo que todo el gasto social
se derivaba de los impuestos que pagaban los trabajadores, salvo en el período
de la mitad de la década del 60, cuando hubo una verdadera redistribución social.
(QODSUiFWLFDHOOODPDGR³(VWDGRGHOELHQHVWDU´KDEtDVLGRUHDOL]DGRJUDFLDVD
una actividad de solidaridad entre los trabajadores (Diego Guerrero, de la
Universidad Complutense de Madrid, realizó una investigación similar para el
caso español, llegando a los mismos resultados).12

4. c) Igualdad. El sistema capitalista se caracteriza por generar y reproducir


desigualdad. Tender a la igualdad en la repartición de los costos y ganancias
implica llegar a términos políticos de intervención social contra la lógica del
capitalismo que cada día tiene más nombres: eficiencia, competitividad,
crecimiento. Producir igualdad quiere decir, en definitiva, frenar el funcionamiento
del sistema.

5. d) Democracia. La democracia es otro aspecto fundamental de valoración en


las estrategias del capitalismo. Se trata de un proceso con tres características:
responsabilidad de poder, libertades públicas e igualdad política. La democracia
supone que todos los encargados de las decisiones económicas puedan participar
en la toma de las mismas.

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Desde los inicios de la década del 70, este criterio es fuertemente discutido por
sectores que están en contra del principio de igualdad y por tanto quieren evitar
que esta igualdad se practique en el ejercicio del poder.

Esta posición es teorizada por varias organizaciones internacionales con el


DUJXPHQWRTXHGHQXQFLD³H[FHVRVGHGHPRFUDFLD´HQORVSDtVHVGHVDUUROODGRV
Se sostiene que los problemas de la economía mundial se derivan por una
hipertrofia (aumento) democrática que llevaría a la clase política a adoptar
GHFLVLRQHV ³LUUHVSRQVDEOHV´ HQ PDWHULD GH JDVWR S~EOLFR LPSXHVWRV \
financiamiento del déficit.13

6. En los programas económicos se habla siempre de eficiencia pero nunca de


democracia o de justicia, que son conceptos relativos a los programas políticos
y que el Estado tiene el deber de defender. Pero un cambio de valores, incluso en
la esfera económica, pasa necesariamente a través de la introducción de criterios
de equidad, participación, igualdad, democracia y justicia en la gestión de los
procesos.

Por otra parte, el esquema tradicional de la crítica marxista a la economía nos


evidencia que la estructura, la dimensión económica, determina la superestructura
ideológica y política,14 representada entre otros por el Estado: pues no tiene
sentido pensar en el ejercicio de la democracia a nivel de la superestructura si
ella no modifica también la estructura productiva y económica.

Uno de los problemas que registró la economía mundial en la década del 70 fue
el agotamiento de los espacios de acumulación del capital, por la falta de productos
o actividades nuevas que pudieran ser objetos de compra y venta en el mercado,
es decir de convertirse en mercancías. También las industrias culturales
comenzaron a formar parte del mercado, con una amplia perspectiva de desarrollo
futuro. Los productos intelectuales (música, discos, pinturas, etc.), también
aquellos que de por sí no eran directamente económicos, se van transformando
en mercancías. Y por otra parte desde la dimensión económico-productiva se
van generando reglamentaciones que no pasan por la mediación política
institucional tradicional y que tienen mucha influencia sobre la reproducción del
cuerpo social y sobre la vida de las personas.

$VtFRPRVHSXHGHGHFLU³GLPHFXiQWRGLQHURWLHQHV\WHGLUpFXiQWRSXHGHV´
6HSXHGHGHFLUWDPELpQ³GLPHFyPRWUDEDMDV\WHGLUpFyPRYLYHV´(VGHFLU
existe una evidente determinación del proceso económico y del proceso de trabajo
en las formas de la vida y del pensamiento de la gente.

Por tanto continuar pensando en esquemas de estructura, infraestructuras y


superestructuras sin una actualización crítica en el contexto de los capitalistas

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actuales nos hace perder de vista muchos fenómenos de interpretación, como los
que hemos mencionado.

4. La vigencia del análisis marxista del sistema capitalista:


una discusión abierta todavía para la Crítica
de la Economía Política y Aplicada
$OILQDOGHVXRULJHQHOFRPXQLVPRIXHYLVWRFRPRXQ³IDQWDVPD´TXHUHFRUUtD
minuciosamente Europa, para las desviaciones ideológicas clásicas de sus
conclusiones. Por primera vez una teoría comprendía la posibilidad de sustituir
al capitalismo como parte del propio orden de funcionamiento de este sistema15.

6HJ~Q(QJHOV³0DU[HUDXQKRPEUHGHFLHQFLD>«@SDUD0DU[ODFLHQFLDHUD
XQDIXHU]DPRWUL]KLVWyULFDXQDIXHU]DUHYROXFLRQDULD>«@SRUTXH0DU[HUDXQ
UHYROXFLRQDULR´ (O SURSyVLWR GH LQYHVWLJDU OD OH\ HFRQyPLFD TXH SUHVLGH HO
movimiento de la sociedad moderna fue cumplido a partir de la aparición de El
capital. Con esta obra de Marx, la concepción materialista de la historia no es
ya una hipótesis, sino una tesis científica demostrada.

A partir de este momento Marx comienza a ser considerado como un estudioso


con un especial interés político; algo parecido ocurre con Demócrito, su obra
enciclopédica, a diferencia de la de Aristóteles, no fue más trasmitida en la
tradición manuscrita.

En la postdata de la segunda edición alemana del primer tomo de El capital,


Marx se lamentaba de que el método del libro había sido poco comprendido en
Europa, donde se había cuestionado de ser metafísico y deductivo con todos los
inconvenientes de la escuela económica inglesa.

Marx fue incluso acusado; pues en esta época se utilizaba el método de Hegel,
pero en sentido negativo, es decir idealista. Después de 1894, fecha en la que se
publica el tercer tomo de El capital, nace la famosa polémica acerca de la
contradicción entre el primer y el tercer tomo, tanto por la derecha con Eugen
Bohm-Bawerk, como por la izquierda con Eduard Bersteins, Werner Sombart en
Alemania y Tugan-Baranovsky en Rusia, que sometían entonces a una fuerte
crítica del método y las conclusiones de Marx.

En dos trabajos Marxismo y revisionismo y Particularidades del desarrollo


histórico del marxismo, Lenin recoge las críticas al marxismo, no solo las de
las teorías hostiles, sino también las provenientes del interior del pensamiento
marxista.

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Lenin observaba, cómo los cambios que se producían en el desarrollo capitalista
y la imposibilidad de interpretarlos teóricamente, desde el punto de vista marxista,
producirían divergencias entre los estudiosos que podían desembocar en una
FULVLV LQWHUQD H[WUHPDGDPHQWH JUDYH \ XWLOL]DED \D OD H[SUHVLyQ ³FULVLV´ GHO
marxismo, muy en boga hoy.

Lenin veía también la necesidad de la cohesión de todos los marxistas, para el


rescate de la defensa de los fundamentos teóricos y de las tesis fundamentales
del marxismo. En otro trabajo, Vicisitudes históricas de la doctrina de Marx,
Lenin explica magistralmente el hecho de que los cambios en la práctica social,
como la Revolución de 1848 y la Comuna de París, convierten al marxismo en
una doctrina que comienza a ser relevante, reafirmando su fuerza y veracidad a
partir de la Revolución Rusa de 1917.

2. Como queda claro por Lenin, el contenido del marxismo, como el de otras
doctrinas sociales, puede ser denegado por una práctica que apunte fuertemente
al politicismo y al economicismo. En el caso específico del marxismo se trata de
comprender en cada momento que no es un dogma, ni una doctrina acabada,
sino una guía para la acción que tiene capacidad para asumir de vez en vez los
cambios en la vida social e interpretarlos.

La caída del socialismo en Europa del Este, el auge de la ideología neoliberal y


neoconservadora, el gran aterrizaje de la izquierda y de los movimientos
revolucionarios han hecho descender el telón sobre los problemas del capitalismo
y han propiciado una contraofensiva ideológica sobre la crisis del marxismo.16
Como en otros tiempos estas ideas toman fuerza, ya sea en el interés de las
fuerzas revolucionarias, como fuera de éstas.

3. Los cambios actuales nuevamente relativizan los paradigmas homogenizadores,


pretendiendo establecer un paradigma único: el neoliberal. Francis Fukuyama
en nuestros días ha descubierto de nuevo el fin de la historia17; se proclamó el fin
de los paradigmas de las utopías del Estado y, como es lógico, del marxismo.

Todos estos anuncios no son más que una manera de construir principios
abstractos en nombre de los que se atribuyen la legitimidad de continuar
destruyendo las condiciones de la posibilidad de vida de los seres humanos18.
Sería necesario retomar el imperativo categórico de Marx en la Crítica de la
Filosofía del Derecho de Hegel ³HO LPSHUDWLYR FDWHJyULFR HV KDFHU IUDFDVDU
todo, las relaciones en las que el hombre sea un ser maltratado, avasallado,
DEDQGRQDGR\PHQRVSUHFLDGR´

Es necesario recordar que el propio Marx en una ocasión le advierte a su yerno


Lafargue que él mismo no se consideraba un marxista, tratando de evitar el

31
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hábito dogmático y doctrinario para afrontar libremente la crítica de economía
política y el análisis del pensamiento filosófico que lo había precedido.

4. Es necesario reconocer que después de Lenin se instauró una ortodoxia marxista


que se fue poco a poco alejando del pensamiento clásico, hasta transformarlo en
una caricatura. Existen muchas explicaciones sobre por qué pudo suceder esto.
Algunas interpretaciones asocian la cuestión al autoritarismo de Stalin que
entendía transformar el marxismo en una ciencia funcional al poder constituido,
despojándola de su carácter crítico. En esta misma perspectiva los críticos del
marxismo no gastan energías en señalar que las deformaciones no son otra cosa
que el producto evidente de los semidogmatismos y autoritarismos contenidos en
ODREUDGH0DU[\SRWHQFLDGRVSRUHO³GHVSRWLVPRDVLiWLFR´TXHKDEtDDOEHUJDGR
en la persona de Lenin. Por ello el estalinismo con todos sus errores no es otra
cosa que la persecución natural de una especie de autoritarismo ya inherente al
pensamiento de Marx, a la teoría y a la acción política de Lenin, y es por eso que
se liquida la implantación completa de los clásicos del marxismo. La respuesta
no consiste en canonizar los clásicos del marxismo. De lo que se trata es de
rescatar el espíritu esencial de su obra en medio de un creciente revisionismo,
reconociendo las indiscutibles enseñanzas de su legado.

Frecuentemente se pretende realizar un análisis positivista de la obra de Marx,


lo que constituye un deplorable error metodológico. No es el marxismo el que
está en crisis, sino las interpretaciones del marxismo mismo, caracterizadas por
el dogmatismo y la esquematicidad. Estas versiones del marxismo se presentaron
a sí misma como oficiales, rompiendo la delicada y compleja relación entre sistema
y método, a beneficio del sistema. Así se transfiguró el marxismo en un sistema
cerrado, concibiendo la ciencia como una construcción lógica de categorías
congeladas en el tiempo. Esta caricatura del marxismo es la que está en crisis, en
su esclerotización ha perdido hasta la capacidad de asimilar importantes
representantes de esta ciencia que sostendrían un pensamiento crítico en Europa
Occidental y en América Latina.

5. Existen varias interpretaciones de las causas de esta crisis y aunque diversas, con
aspectos consecuentes. La primera ve en la crisis del socialismo real la señal de la
derrota de la concepción marxista, se ignora asi que en los escritos clásicos del
marxismo no estaban, ni podían estar todos los elementos que componían el modelo
socialista y que estos fueron ignorados en la práctica; los referentes al socialismo
eran solo una serie de principios fundamentales, no siempre tenidos en cuenta.

La segunda es la que podríamos considerar como dogmática e incluye todo lo


fiel al legado marxista, pretendiendo encontrar las respuestas clásicas a todas
las preguntas sobre la realidad y la práctica.

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Consideramos que tales posiciones no favorecen hoy, ni al marxismo, ni al
socialismo: es más importante eliminar de la teoría revolucionaria la incapacidad
de comprender los cambios, sin revisionismos, ni dogmatismos. La crítica
marxista de la economía política debe abarcar también la economía política
marxista, la estudiada y aplicada hasta ahora por los marxistas.

La teoría de Marx actualizada no produce solo una nueva filosofía y una nueva
economía política basada en la posición de clase del proletariado, sino su crítica
y su constante purificación; las contradicciones son el motor impulsor de cada
progreso, incluido el progreso de la inteligencia. Para Lukács el dejarse instruir
constantemente de la realidad, asimilar lo nuevo, es un trato esencial de absoluta
prioridad para la praxis de la teoría marxista, que mantiene, como dice Bukharin,
HOVLJXLHQWHREMHWLYRHVWUDWpJLFR³HQODVRFLHGDGVRFLDOLVWDODHFRQRPtDSROtWLFD
perderá cada razón de ser: quedará solo una geografía económica ciencia de
FDUiFWHUPRQRJUiILFR\XQDSROtWLFDHFRQyPLFDFLHQFLDQRUPDWLYD´19

Las ciencias en los últimos años han desarrollado un amplio y complejo sistema
categorial, muy esnobístico, que frecuentemente es impuesto por los grandes
centros de poder intelectual de la burguesía y un asunto muy criticado, incluso
por la izquierda, así llamada alternativa y radical. Los nuevos hechos deben ser
explicados con nuevos modelos de análisis. Sin embargo los viejos conceptos
son defendibles hasta que resultan válidos para interpretar la realidad.

El hecho es que no se trata de limitar la ciencia a la repetición de los viejos


conceptos, sino de estar alerta contra el esnobismo cultural y encontrar la medida
en que lo nuevo y lo viejo se presenta en cada caso concreto como momentos de
la realidad que se somete al análisis.

Tomar en consideración seriamente esta actitud enriquecería notablemente nuestra


relación con las obras de los clásicos y nos pondría en guardia contra el exceso
GHWHRUL]DFLyQ'HWUiVGHODH[FXVDGHO³QXHYRTXHDYDQ]D´FRQIUHFXHQFLDVH
oculta nuestra ignorancia y pereza analítica.

La tercera interpretación frente al marxismo es innovativa, considera que el


análisis marxista vivo es capaz de adecuarse a la nueva circunstancia y que
superando cada dogmatismo, ha repetido miles de veces que el marxismo no es
un dogma, sino una guía para la acción.

La teoría marxista del MPC (Modo de Producción Capitalista ) muestra las


formas de movimiento del modo de producción y sus tendencias epocales
intrínsecas. Está formulada a un nivel de abstraccion en el cual no compaginan
los reales e individuales capitalismos históricos (los que A. Labriola llamaba las

33
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configuraciones del modo de producción). Es necesario introducir teorías y
modelos de menor nivel de abstracción para tener en cuenta los datos de partida,
las tradiciones y condiciones de la capacidad productiva, las habilidades y
competencias técnicas, las instituciones y la cultura general. Es dentro de este
medio que vienen actualizándose y modificándose las leyes generales del MPC
(cfr. Marx, El capital, Tomo I,cap. XIII). Es a través de este proceso cognoscitivo
que se desarrolla y eventualmente se modifica también la teoría más general
(como en cada ciencia). Esta última es la única posición correcta, porque queda
claro en qué dirección se pretende renovar y no se tiende a fundir el marxismo
con supuestas corrientes actuales.20

6. En la discusión científica es necesario que los economistas de izquierda trabajen


incluso sobre los modelos matemáticos y estadísticos, además con otros
instrumentos, que deben ser fuertemente caracterizados para la renovación de
las críticas a la economía política y aplicada, centrados en el análisis de clase, en
la vigencia del análisis económico de Marx, en la cientificidad del Materialismo
Histórico y del Materialismo Dialéctico. Se debe también partir del análisis de la
actual fase de la globalización neoliberal, que en particular en los países de
capitalismo avanzado modifica las mismas modalidades de producción y las
relaciones sociales, siempre centrados en la extorsión de plusvalía, es decir, en el
propio modo de producción capitalista, en la explotación capitalista.

En la fase actual se asiste a una globalización de los mercados, o mejor dicho, a


una cada vez más áspera competencia global21, causa y efecto del aumento de la
competitividad y productividad del sistema económico en su complejidad y de
sus simples operaciones económicas en particular. El mejoramiento de los
transportes y de las comunicaciones electrónicas, el abatimiento progresivo de
las barreras aduanales incluso por los reconocidos acuerdos internacionales
políticos y económicos, aparentemente con carácter de aumentada libertad, pero
en efecto con fuerte connotación protectora y competitiva han llevado a las
empresas a enfrentarse más directamente y a comportarse como si operaran en
un mercado sin algún vínculo de límites territoriales.

El mercado devenido siempre más dinámico y competitivo parece hoy presentar


una clara e irreversible tendencia a ser un mercado único; se trata en cambio de
un mercado que tiene una dimensión de áspera competencia mundial en la que se
van defendiendo las áreas de influencia de al menos tres polos imperialistas:
Estados Unidos, Unión Europea, Japón o más bien, variable imperialista del
área asiática. Estas dinámicas se aceleran en particular en el cuadro de la crisis
de valorización iniciada en la década del 70 y que continúa todavía.

7. Junto a la internacionalización del proceso productivo se registran profundos


cambios en los modelos de los comportamientos subjetivos y sociales en la base

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de la manifestación de la demanda de los bienes y servicios producidos. En los
países que hasta no hace poco tiempo eran industrializados, y que hoy se definen
del área del capitalismo avanzado, el consumidor es un sujeto mucho más complejo
respecto al pasado, desde el momento en que la gran cantidad de redes de
información de que disponen, lo llevan a asumir posiciones siempre más flexibles
y multidimensionales.22 Esto se deriva de un contexto general en el que una
información electrónica nómada y la pertinente comunicación tergiversada y
tergiversadora tiene un rol estratégico y dominante, ya sea en el terreno de la
producción y de la acumulación, como en el consumo, ya sea, en el plano social,
como hipótesis de totalitarismo cultural orientado a acabar con la democracia y
a destruir el papel de la política.

Los paradigmas del progreso y de la cohesión social son abandonados


discretamente para ser sustituidos respectivamente por la comunicación y el
mercado. La impresión general es que el mundo sea sumido en el caos. Nosotros
cabalgamos en esta gran transformación pero ignoramos adonde nos lleva. ¿Cuál
será el escenario político, económico, social, cultural, ecológico del planeta cuando
este tremendo terremoto del siglo haya terminado? Actualmente nadie está en
condiciones de describirlo (Ramonet 1999:113).

El flujo comunicacional electrónico es una de las más evidentes representaciones


del poder, recurso clave y deter minante de los profundos cambios
socioeconómicos, que han caracterizado esta última década, influenciando al
mismo tiemp, de esta manera notable, el ambiente territorial y social; un ambiente
en el cual cada sistema de producción ha modificado profundamente el modo de
ser, de presentarse y de actuar.

Los cambios de los cuales se ha escrito han incitado e incitan a los centros
responsables de las empresas a elaborar y adoptar apropiados modelos decisivos
para mantener y mejorar la propia posición del mercado, tratando de replantear
y reinventar la empresa no solo en su estructura sino también en sus mecanismos
de funcionamiento y de acondicionamiento de cada estructura social. De tal
manera, ya sean las elecciones de tipo microeconómica, como las
macroeconómicas imponen la cultura y los parámetros competitivos, de eficiencia
administrativa como valor social, como nuevos paradigmas del devenir social.
Este reciente totalitarismo inducido por la sociedad del capital-información es
inicialmente con carácter administrativo, pero en la realidad es cultura de empresa
que se impone en el territorio como idea competitiva general, como ideal de la
³HVFDODGDVRFLDO´FRPRGHVWUXFFLyQGHODIRUPDSROtWLFDGHODYLGDVRFLDO23

8. Para realizar iguales transformaciones es necesario actuar según el principio


de la flexibilidad, que puede ser adoptado solo si la empresa y todas las sociedades

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están en condiciones de adecuarse con rapidez a los cambios, haciéndose vehículos
de la representación del poder en una fase en la que el capitalismo escoge siempre
los más connotados salvajismos del darwinismo socioeconómico.24
Cuando se habla de sociedad de mercado está implícito que esta esté siempre
más basada en la flexibilidad administrativa como capacidad del empresario,
del top managament, de los centros decisivos de la empresa de actuar, optimizando
el uso de los recursos, incluyendo los informativos y comunicativos, para la
realización de trayectorias administrativas adaptativas que permiten no solo
producir bienes y servicios diversos, dirigidos a mercados diferentes, sino trata,
al mismo tiempo, de accionar el delicado diseño estratégico empresarial de
acondicionamiento social como suma a la cultura de empresa.

Se utilizan con tal propósito estructuras sociales y recursos siempre más


inmateriales, siguiendo el principio del mínimo costo y el máximo beneficio,
actuando sobre los recursos del capital intangible, de un capital de abstracción
como unión de recursos inmateriales, a partir de la información, de la
comunicación, del conocimiento, realizando en clave siempre más estratégica, la
lógica del máximo grado de adaptación de un mercado, que es también mercado
del vivir social.

9. Estas dinámicas identifican el llamado postfordismo, basado de manera siempre


más acentuada en la acumulación flexible realizada a través de los recursos del
capital inmaterial de la abstracción. Se trata de un paradigma de la acumulación
capaz de imponer el paso de organizaciones sociales y administrativas fuertemente
jerárquicas a otras basadas en la progresiva descentralización de las funciones y sus
nuevas formas de socialización, de trabajo precario, flexible y con escaso contenido
de garantía25. Es el mundo computarizado y matematizado, es la informatización de
los procesos productivos y de las formas del vivir y el devenir social.

En cada caso el principio de la flexibilidad se interesa, por otra parte, por las
relaciones con la fuerza de trabajo, también los aspectos internos y típicamente
direccionales de empresa, habiendo importantes recaídas estructurales,
comunicacionales y decisivas en el modo de organizar la planificación, el control
y poniendo el recurso comunicativo como centro, incluso por parte del externo
de las empresas, por parte de todo lo social, en las nuevas dinámicas de los
flujos electrónicos de una información capital nómada.

De hecho los procesos decisivos y valorativos fundamentales de la empresa han


posibilitado ser aplicados y transformados en planes operativos sociales eficientes,
y subordinados a una nueva función empresarial en un alcance estratégico que
invade la sociedad con un modelo de comunicación eficiente, que sepa concentrarla
en programas de control, en una representación del poder capitalista como dominio

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total de los mecanismos sociales económicos y culturales; por esto la definimos
comunicación tergiversada y tergiversadora al mismo tiempo.

La concatenación de las funciones estratégicas empresariales con los modelos


decisivos institucionales da vida a los procesos comunicacionales tergiversadores.
Se trata de verdaderos planes ejecutivos con fases de control, que se reservan en
los trabajadores y sus subjetividades presentes en el territorio, caracterizando la
nueva fase de gestión del capital, ya orientada al dominio tecnosocial del cuerpo
social completo en un ámbito de competencia global totalizante.

10. La verdadera renovación del marxismo parte del mismo análisis de las
transformaciones en el acto y puede ser ciencia del cambio radical solo con la
conservación del dinamismo intelectual de su núcleo duro. La continua evolución
de la crítica de la economía debe basarse, obviamente, en la asimilación crítica
de cuanto de positivo haya sido elaborado durante la historia del marxismo. Es
necesario saber con claridad que ninguna teoría puede explicar cada aspecto de
una realidad que cambia velozmente y aceptar con honestidad un cierto retardo
gnoseológico del marxismo que ha pretendido colocar cada nuevo advenimiento
en ámbitos teóricos establecidos.

En el plano ideológico hubo un profundo retroceso del prestigio del marxismo en


la conciencia de las masas, producto de la ofensiva ideológica del imperialismo
y de la indiscriminada cadena de errores que se cometieron en la práctica de la
construcción del socialismo real y en la influencia de este fenómeno en el
movimiento obrero y comunista internacional.

11. Ningún científico marxista coherente puede negar la necesidad objetiva de


un profundo proceso de renovación del modelo sociopolítico económico realizado
en el viejo campo socialista. Mucho se ha escrito sobre este tema. Nos
concentramos solo en un aspecto que consideramos no es lo suficientemente
analizado, el hundimiento del socialismo.

En el análisis marxista las clases, la propia clase obrera, son un proceso real y
relacional, constituyendo una relación social histórica construida; por tanto
ninguno de los condicionamientos objetivos o subjetivos viene dado de un golpe
y para siempre. Con la intención política de mantener el impulso de las masas se
GLIXQGHXQJUXSRGH³YHUGDGHV´TXHQRHUDQWDOHVUHDOPHQWHFRPRODDEVROXWD
armonía entre ideología individual e ideología oficial, la supuesta solución del
problema de las nacionalidades, la juventud anagráfica como garantía del cambio
político generacional.

37
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Todas estas interpretaciones negaban en la realidad que la ideología se forma en
un proceso muy heterogéneo de realización social e influencia y que es necesario
distinguir entre países sociales y países políticos. Se ignoró, por ejemplo, que los
diversos sectores de un país pueden ser atraídos y en una cierta medida pueden
ser organizados en formas y motivaciones políticas que no reflejen sus intereses.
Ya Lukács subrayaba la inconsistencia metodológica de considerar como
definitivos y determinantes hechos que representaban solo momentos aislados e
inmóviles de determinados procesos.

En realidad, el proceso mediante el cual un sistema social en sus bases


estructurales continúa formando gradualmente en los hombres nuevas dimensiones
de comportamiento ético, de conducta cotidiana, etc., no responde a una relación
causa-efecto. Sin embargo, este proceso es el que realmente caracteriza si el ser
social determina la conciencia social. La legitimación del sistema social se da en
el nivel individual, a través de este en el colectivo y finalmente en las masas en
movimiento; y es verdadero si el sistema es legitimizado individualmente, porque
la mayoría de los hombres se comunica en la historia, construyendo la propia
vida cotidiana.

En los países de la Europa del Este se anduvo perdiendo lo que llamamos


afirmación individual de la naturaleza clásica de la sociedad, porque los principios
esenciales del socialismo se estuvieron distorsionando gradualmente como normas
cotidianas, dejando de ser aspiración comun de la mayoría de los miembros de la
sociedad, que a mitad de la década del 80 desconfiaba de la capacidad del sistema
para resolver los problemas existentes. La población de los países de Europa del
Este y de la Unión Soviética en particular, aceptó pasivamente la destrucción del
socialismo, no solo por la manipulación ideológica, si no porque en el centro de
las necesidades y de las aspiraciones de las personas se habían radicado valores,
modelos de conducta y expectativas que negaban los intereses esenciales del
socialismo.

Se produce una especie de desnaturalización clásica del sistema social, tanto en


el plano de la reforma estructural como en el plano de los valores; el marxismo
oficial no tuvo la capacidad de alentarse y mantenerse atento a las cuestiones,
sobre todo entre los muchos estudiosos marxistas de cátedras desligados de los
movimientos reales, que tienen el deplorable hábito de aplicar modelos y teorías
sin ningún análisis crítico.

En efecto, todas las teorías nacen y mueren refutadas, tanto por las ciencias
naturales como por las ciencias sociales: el marxismo no constituye una excepción.
No obstante, no se trata de una crisis no gnoseológica porque el marxismo tiene
los instrumentos fundamentales para analizar el capitalismo y la realidad que él

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funda. 26 La interpretación científica de la historia a través de diferentes
formaciones socioeconómicas en conflictos, es aquella que está bajo el nombre
de materialismo histórico, que permitió y permite a los hombres comprender y
conocer las leyes reales que dominan la sociedad.

12. Por otra parte, la teoría del modo de producción capitalista, la teoría de las
formas del valor, la ley de la plusvalía y la ley general de la acumulación
capitalista, permiten un análisis con profundidad de las relaciones de producción
de este sistema en su interrelación con las fuerzas productivas.

La teoría del ciclo económico y la teoría de las crisis aportan un acercamiento


muy preciso a una de las regularidades más importantes, como leyes fundadas
del sistema capitalista. Los clásicos no solo descubrieron en este modo las leyes
generales del proceso de producción, sino que también estudiaron, en la medida
en que fue necesario, algunas leyes aparentes o más inmediatamente perceptibles
(es decir visibles) del modo de producción capitalista, como la ley de la
competencia concurrencial que según Marx no explica las leyes ni tampoco las
producciones, simplemente las pone en evidencia. Así, como todas las leyes
sociales se realizan a través de las acciones de los hombres, aunque la competencia
UHDOL]DODVOH\HVHFRQyPLFDVGHODVRFLHGDGFDSLWDOLVWD³ORTXHHVWiLPSOtFLWRHQ
la naturaleza del capital queda implícito como necesidad externa [trámite] la
FRPSHWHQFLD´ .0DU[*UXQGULVVHWUDG,W/LQHDPLHQWRVYRO,,S 

Sin la competencia no puede realizarse la ley económica fundamental de la


plusvalía, de su repartición como ganancia, renta, interés, etc. Fundamentalmente
la competencia es en la concepción marxista una ley imperativa externa, es la
obra a través de la circulación. La competencia es un potente motor de regulación
de las relaciones entre los capitalistas, es al mismo tiempo, un potente instrumento
de fetichismo: mientras más nos alejamos del proceso de valorización del capital
más vemos manifestarse la relación externa entre los capitalistas y más queda
escondido el secreto de su mecanismo interno.

El fetichismo de la mercancía por una parte es el resultado del carácter privado


del trabajo para la relación de producción entre hombres que producen mercancías
y que aparece como relación entre dos clases dotadas de valores. Pero en el
MPC, cuando se realiza la producción de mercancías y todo entra en el proceso
productivo y sale como mercancía, el fetichismo se desarrolla ulteriormente. En
la superficie de la sociedad aparecen solo cambios de equivalentes MD, o también
FT-D, donde por FT se entiende fuerza de trabajo. A espaldas de estos cambios
se desarrolla el proceso que aparece fetichísticamente como resultado de tres
IDFWRUHV FDSLWDOWLHUUD\WUDEDMR GRQGHFDGDXQRFRPRXQ³iUEROSHUHQQH´GD
las tres fuentes de ingreso (ganancia, renta y salarios).27 La vieja economía política

39
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no se ocupó de este problema. Por eso la correspondencia entre factores de
producción e ingresos tenía carácter natural y necesario; ella no incluye las
características propias del capitalismo, en el cual el proceso de producción guiado
por los hombres domina sobre los hombres como automovimiento del capital.
En esta unión a la repulsión (la competencia) de los capitales, se desarrolla la
atracción de los unos por los otros, que determina la acumulación de los medios
de producción bajo un solo capital, existiendo una estrecha relación entre
competencia y centralización.

13. En la teoría de Marx del MPC el movimiento de lo abstracto a lo concreto


permite mostrar el fundamento de la producción burguesa, basada en el capital y
la plusvalía y también el proceso de esta producción tal como se manifiesta a
través de leyes visibles. Sin estas leyes no puede realizarse la propiedad capitalista.
La transfiguración de las categorías fundadas (valor y plusvalía) en categorías
de superficie (ganancia y precios) constituye una alta contribución de Marx al
pensamiento clásico, al fetichismo mercantil del dinero y del capital, mediante
los cuales las relaciones reales derivadas de una división del trabajo, basada en
la propiedad privada y en explotación de trabajo vivo, aparecen transfiguradas
en el sistema de relaciones económicas y sociales concretas. El fetichismo presenta
un fenómeno real, pero es necesario trascenderlo para comprender el movimiento
real del modo de producción.

En el método aportado por Marx, criticando y superando a los clásicos, el análisis


económico va acompañado de la visión completa del proceso social, a través del
prisma de las relaciones y de las consecuencias políticas, porque el desarrollo de
cualquier sistema se realiza sobre la base de la división de los hombres en clases
y grupos sociales que, conforme con la propia posición en el modo de producción,
genera un sistema de interés que los impulsa a empeñarse en algunas posiciones
políticas con respecto al sistema de que se trata.

Es precisamente sobre la base de este punto de vista que los clásicos primero, y
Marx más directamente después, analizan el desarrollo de las fuerzas productivas
y las relaciones de producción en el capitalismo, cuyas contradicciones indican
el límite histórico y la posibilidad de la transición a una nueva forma de asociación
y reproducción de los hombres en la naturaleza. He aquí el carácter históricamente
transitorio del capitalismo, recabado sobre la base de sus leyes internas. Una
renovación del marxismo hoy, debe seguir ante todo estos principios:

a) Unidad orgánica entre teoría y práctica.

b) Fusión entre objetividad científica y acuerdo ideológico con las masas


trabajadoras.

40
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c) Adecuada unidad entre lo empírico y lo teórico.

d) Dialéctica de lo universal, lo particular y lo individual.

e) Dialéctica de lo absoluto y lo relativo, atención sistémica a la realidad.

f) Humanismo: el hombre como protagonista real de los cambios sociales.

g) Receptividad crítica hacia cada positividad elaborada dentro y fuera del


marxismo.

(VGHHVWHPRGRTXHVHGHEHHQWHQGHUHOSUREOHPDGH0DU[\(QJHOV³HOFRPXQLVPR
para nosotros no es un estado de cosas que deba ser instaurado, ni un ideal con
el que la realidad deberá conformarse. Llamamos comunismo al movimiento
UHDOTXHUHYRFDHOHVWDGRDFWXDOGHODVFRVDV´28

Notas
1
En un análisis más profundo pretendemos sostener que el proceso M-D-M* es
típico, incluso del modo de producción capitalista (MPC), en la medida en que
el proceso productivo se termina con la realización de un output (valores de
uso) y de mercancías. La particularidad del MPC es que el proceso productivo
HV³SURWHJLGR\GRPLQDGR´SRURWURSURFHVR TXHFDUDFWHUL]DHO03&HQFXDQWR
a esto): la valorización. La distinción neta entre proceso productivo y proceso
de valorización corresponde a la producción capitalista, en la cual se generaliza
la forma de mercancía y se convierte en mercancía la fuerza de trabajo misma:
³HOSURFHVRGHSURGXFFLyQHQFXDQWRDXQLGDGGHSURFHVRSURGXFWLYRHVXQLGDG
de proceso de creación de valor, es proceso de producción de mercancías, en
cuanto a unidad de proceso productivo y de proceso de valorización, es proceso
GHSURGXFFLyQFDSLWDOLVWDIRUPDFDSLWDOLVWDGHODSURGXFFLyQGHPHUFDQFtDV´
(K. Marx , El capital, Tomo I, p. 231, Ed. Riuniti, Roma 1989, rist. 1964. Si
se cree cfr. también K. Marx, El capital, Tomo I, cap. I, nota 32). El proceso
de valorización opera solamente a nivel mental, conceptual, porque es inexistente
en el nivel práctico, material. Para un profundo análisis de estos temas veremos
otros escritos, también de Vercelli (1973).
2
Marx utiliza este esquema interpretativo para explicar la metamorfosis de la
mercancía en el capítulo III del primer tomo de El capital, y como esquema de
interpretación del proceso de circulación del capital, en el segundo tomo. Keynes
leyó poco y mal a Marx. Cuando presenta su teoría sobre las inversiones, él
reproduce implícitamente el esquema de acumulación de Marx (ver por ejemplo
la definición de inversión en la teoría general de Keynes).

41
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3
También se puede variar de intensidad, estar dislocado espacial o
geográficamente. Es inconcebible el ascenso total de la competencia y la
consecuente formación de un único capital mundial (tesis sostenidas en el
pasado).
4
Por otro lado, hoy cuando se habla de mercado (de cualquier factor o mercancía)
debemos necesariamente referirnos al mercado mundial.
5
Queda agregar que a mayor razón, razonando a nivel global, difícilmente nos
encontramos frente a los verdaderos monopolios en sentido teórico; es más
correcto hablar de oligopolios.
6
La competencia es fundamental en el modo de producción capitalista, por lo
que veremos algunos cimientos del propio funcionamiento de su mecanismo.
Es demostrable a nivel lógico antes que a nivel empírico.
7
Marx utiliza las tres formas de la competencia para desarrollar las leyes
fundamentales del capitalismo: la ley de la sobrepoblación relativa, la ley de la
concentración y centralización del capital y la ley de la caída tendencial de la
tasa de ganancia (cfr. capítulo XXIII, Tomo I, de El capital y capítulo XII-XV
del Tomo III).
8
6REUHODQHFHVLGDGGHWDOHV³WHRUtDVGHDFRPRGDPLHQWR´FIU0D]]RQH
y Fineschi, 2001).
9
La exterioridad es la exterioridad ambiental, la crítica a la ineficiencia ambiental
del mercado como mecanismo de asignación de los recursos, son la base de los
asuntos de la economía ecológica. Para estudiar los fundamentos teóricos se
consultó a Georgescu- Roegen (1973). Para una visión crítica del pensamiento
económico, a partir de los postulados de la economía ecológica cfr. Nardo
(1987). La revista Capitalismo, naturaleza y socialismo, promueve un análisis
marxista de la ecología y de los problemas ambientales. Sobre este argumento
ha escrito el director de la revista 2µFRQQRU (1997). Sobre el tema intervino
Bellamy Foster (2000; 2002).
10
Por último cfr. también Shaikh (2003).
11
Guerrero (1992)
12
Crozier, Huntington, Watanuki (1975).
13
Así lo definen el propio Marx y Engels en el prólogo del Manifiesto del Partido
Comunista.

42
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14
Las hipótesis de superación del MPC con un MP más progresista e igualitario
se funda en la historicidad del propio MPC. Haciendo una formación
económico-social históricamente determinada, sería inconcebible e ilógico y
antihistórico, hipotizar la eternidad. Es contra el avance ahistórico de las clases,
TXHGDEDQSRUGHVFRQWDGDODLQVXSHUDELOLGDGGHOFDSLWDOLVPR\GHVXV³VXHUWHV
PDJQtILFDV\SURJUHVLYDV´TXHJROSHDQHQHOSODQRWHyULFRFLHQWtILFR\SROtWLFR
a Marx y Engels. Y es la misma historia (Althusser dijo que Marx abrió a los
KRPEUHVHO³FRQWLQHQWHKLVWRULD´ FRQVXLQFHVDQWHPRYLPLHQWRDRFXSDUHO
corazón del método por excelencia de la teoría y la práctica marxista: el
materialismo histórico).
17
En la crisis del marxismo se ven dos problemáticas diferentes: La grassa,
Soldani,Turchetto (1979) y Mazzone (2003).
18
Solo después de ver la propia tesis, algunos años después en uno de sus últimos
trabajos.
19
Alejandro Mazone, en muchos de sus trabajos, afirma, hace varios años, que
el problema del hombre en el mundo es en realidad un exterminio, es refutar
que se destine a la seguridad alimentaria de centenares de millones de seres
humanos nuestros recursos destinados en cambio a armamentos, a políticas de
sustento de intereses estrictamente privados, etcétera.
20
Y en verdad quizás más que en la sociedad socialista podrá ser posible solamente
en el comunismo, siendo en cambio necesaria una economía política marxista
en la fase de transición.
21
Este tipo de análisis no es absolutamente nuevo, pero necesita ser muy diligente
en evitar los extremos y la mecanización (no se debe olvidar, por ejemplo, que
la teoría keynesiana perdió su vigencia cuando fue adaptada al modelo ISLM).
22
Sobre estos temas cfr. Martufi, Vasapollo (2000a); Vasapollo, Petras, Casadio
(2004); Vasapollo (2003).
23
Sobre estos conceptos, seguidamente de este texto, se hará referencia a
precedentes investigaciones del autor, en particular Martufi, Vasapollo (1979;
2000c, 2003).
24
³En el interior del proceso de elaboración tecnosocial, del proceso de
programación se delinean las alternativas que en cambio están completamente
desaparecidas de la escena de la representación política y de la ideología. Según
la interfase de uso que el programador realiza, la tecnología puede funcionar
como elemento de control o como elemento de liberación del trabajo. El

43
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problema político viene enteramente absorbido dentro de la propia actividad
del trabajador mental, y en particular del programador. El problema de la
alternativa, del uso social alternativo no puede ser destacado, separado de la
IRUPDGHODSURSLDDFWLYLGDG´ %HUDUGL 
25
³/D VRFLHGDG FDSLWDOLVWD SDUD SRGHU IXQFLRQDU FRPR VRFLHGDG IXHUWHPHQWH
democrática, debe prescindir de la concreta existencia de los seres humanos,
no debe tener en cuenta cómo viven realmente los hombres y las mujeres.
Sobre la base de esta consideración definimos sociedad abstracta como la
organización capitalista de la sociedad, regulada por las instituciones de la
democracia formal. Abstracta, no en el sentido de que es una sociedad irreal,
sino en el sentido de que hace abstracción de la realidad social. Sociedad
abstracta, en el sentido de que es un sistema de indiferencia a la condición
existencial de los hombres y de las mujeres en carne y hueso. El sistema de
indiferencia social es el éxito de la combinación de la realidad del capitalismo
como la forma de la democracia. Tal éxito se debe no a la forma democrática,
sino a la realidad capitalista.Una connotación fundamental de la sociedad
sometida al capital en forma de democracia es la separación de hecho de la
esfera política de la social. En la esfera política se afirman principios de
participación, libertad, igualdad, fraternidad, injusticia. La sociedad capitalista
formalmente democrática es una sociedad ambigua. Por una parte proclama
principios y por otra crea presupuestos estructurales que no se realizan. Es
XQDVRFLHGDGGLVIUD]DGD´ 9LROD 
26
La jerarquía no desaparece, sino desde su interior viene externalizada y
³SHJDGD´HQXQDUHGLQWHUQDGHHPSUHVDV6REUH HVWHWHPDWDPELpQVH KDUi
referencia a Martufi, Vasapollo (2000c; 2003).
27
Dos buenos ejemplos de lectura de la realidad económico-social contemporánea
con instrumentos marxistas, una referida al capitalismo en general y la otra
más específicamente a su forma particular (el liberalismo), son Sad-Filho
(2002), Saad Filho, Johnston (2005).
28
Vercelli (1973:74 ss.) Cataloga cuatro formas fundamentales del fetichismo:1)
una relación social se manifiesta como una relación entre dos cosas; 2) las
leyes sociales se presentan como leyes naturales; 3) una relación social se
presenta como una relación entre una cosa y ella misma; 4) las fuerzas
productivas sociales del trabajo se presentan como fuerzas productivas del
capital. Mientras las formas 1, 2, 3 se fundamentan en la esfera de la circulación
y derivan del cambio de los productos de varios procesos productivos privados
que producen mercancías diferentes (división social del trabajo), la 4 se funda
HQ ODHVIHUD SURGXFWLYD\ VXUJHGH ODGLYLVLyQ WpFQLFD ³PDQXIDFWXUDV´  GHO
trabajo, que se origina de un preciso plano del capital (voluntad ajena a los

44
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trabajadores y en ella contrapuesta). Sobre este argumento cfr. todo el cap. III
de Vercelli (1973).
29
Marx, Engels (1974: Tomo III:510); Marx, Engels (1972: v,34)

Leyenda
Se relacionan a continuación los símbolos y las abreviaturas mayormente
utilizadas en las páginas siguientes, para facilitar la lectura y de esta forma
hacer más ágil la consulta.
A: amortización.
B: consumos privados.
': movimiento de un valor.
E: expresiones monetarias de la hora productiva.
g: jornada productiva.
tvus: total de valores de uso y servicios históricos y socialmente necesarios en la
reproducción de las fuerzas de trabajo.
G: gasto público.
gf: grado de explotación.
I: inversiones.
K: capital fijo.
L: factor trabajo productivo.
v: capital variable.
ln: trabajo necesario en la reproducción de la fuerza de trabajo, que coincide con
el trabajo pagado.
lv: trabajo vivo.
PSL: plusvalía que coincide con el trabajo no pagado.
¶: productividad.
ss: salario social real.
vn: valor necesario en la reproducción de la fuerza de trabajo.
W: plusvalía.
X: exportaciones.
FL: fuerza de trabajo.

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Segundo capítulo

LA TEORÍA ECONÓMICA DEL SOCIALISMO


UTÓPICO EN MARX1

1. Antes de Marx
1. El principio que está en la base de las obras de economía política que Marx
leyó en París en 1844 -es sobre todo de investigaciones sobre la naturaleza y las
causas de la riqueza de las naciones (1776) de Adam Smith- es que la felicidad
de los individuos depende del bienestar de la sociedad; el bienestar de la sociedad
crece con el aumento de la riqueza de la nación; la riqueza tiene por fundamento
el trabajo, de hecho, valoriza los productos naturales y eso está de hecho en el
origen de la sociedad. La economía política2 clásica, si de un lado ponía el trabajo
en la base del progreso humano, del otro lado identificaba el sistema capitalista,
fundado en la propiedad privada de los medios de producción y en el trabajo
asalariado, como el único sistema económico racional y natural. Es necesario
dejar actuar las leyes naturales de la economía. Tal principio, que Smith heredaba
de los fisiocráticos, es la palabra de orden del liberalismo económico.

Igualmente, dejando hacer la técnica, el progreso que ella aporta necesariamente


VHFRQYLHUWHHQSURJUHVRJHQHUDO3RUSRQHUXQVRORHMHPSOROD³HFRQRPtDSROtWLFD´
defiende la discusión técnica3 del trabajo porque de este modo se aumenta la
fuerza productiva y se transforma naturalmente en más riqueza para toda la
sociedad.

David Ricardo trae de Smith los fundamentos de su doctrina económica. En los


Principios de Economía Política (1817) él llevaba adelante la investigación
smithiana, criticándola en sus puntos débiles. Ricardo comenzaba la obra
DILUPDQGRGHPDQHUDLQGLVFXWLEOHTXH³HOYDORUGHXQDPHUFDQFtD«GHSHQGHGH
ODFDQWLGDGUHODWLYDGHWUDEDMRTXHHVQHFHVDULRSDUDVXSURGXFFLyQ´

47
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5HFLHQWHPHQWH6\ORV/DELQL  KDLQYLWDGRD³UHHVWXGLDUDORVFOiVLFRV´
en un libro muy fácil de economía política, Invitación apreciable a la heterodoxia,
en un panorama donde la aburrida teoría marginalista en todas sus variantes, no
desde lo último, sino que parte del neoinstitucionalismo (Ankarlo 2002). En este
texto Sylos Labini, aunque no dedicó capítulos específicos a Marx, con frecuencia
GLiORJDFRQpOORLQFOX\HHQODFDWHJRUtDGH³ORVFOiVLFRV´MXQWRDRWURVJLJDQWHV
del pensamiento: Ricardo y Smith. Por supuesto, a las inclusiones de Marx entre
ORVFOiVLFRVDYLVDHODXWRUTXHVHSRQHGHSDUWHGH³VXSUR\HFWRUHYROXFLRQDULR´
(Sylos Labini 2005:30).4

Una lectura radicalmente diversa, donde Marx es interpretado como crítico


incansable de la economía política clásica, la ofrecen Grossman (1971) y Milios,
Dimoulis, Ecocomakis (2002:VIII):

/DFUtWLFDGHODHFRQRPtDSROtWLFDGH0DU[QRFRQVWLWX\HXQD³FRUUHFFLyQ´GHORV
³HUURUHV´ R GH ODV LQFRPSUHQVLRQHV GH OD HFRQRPtD SROtWLFD FOiVLFD VLQR OD
formación de un nuevo campo teorético que modela un nuevo objeto teórico de
DQiOLVLV\XQQXHYR³SDUDGLJPD´GHDUJXPHQWDFLyQ$GLIHUHQFLDGHODWHRUtDGHO
valor de Ricardo, la marxista es una teoría de la forma del valor del producto-
mercancía unida, desde su inicio, a su forma de dinero y después del precio, es
decir, a la teoría monetaria. El valor de una mercancía no puede ser determinado,
sino solo a través de su forma de aparición; no puede ser determinado en un solo
momento, sino en relación con todas las otras mercancías en el proceso de cambio.
Esta relación del valor de cambio se materializa con el dinero. En el sistema
PDU[LVWD QR SXHGH H[LVWLU QLQJXQD RWUD ³LQFRUSRUDFLyQ PDWHULDO´ GH WUDEDMR
(abstracto) y otra forma cuantitativamente definida de aparición (o de medida)
del valor. En la medida en que el dinero comprende la única forma de aparición
del valor, las cantidades no pertenecen al mismo nivel de abstracción. En otras
palabras, son inconmensurables y consecuentemente no pueden ser materia de
comparación cuantitativa y cálculos matemáticos. En el sistema de Marx el valor
no pertenece al mundo de las cantidades empíricamente individuales (y medibles):
solo el dinero puede hacer eso.

3. En sus principios Ricardo precisa que no es el genérico costo de


producción el que influye, es además el trabajo, la ganancia y los intereses,
no el trabajo que una mercancía puede adquirir, si no el trabajo empleado
en su efectiva producción, el trabajo fijado en la propia mercancía determina
su valor. Y así critica a Smith reprochándole haber considerado válida la
teoría del valor-trabajo solo en los tiempos primitivos, que precedería la
apropiación del suelo y la acumulación de capitales; de este modo no se le atribuye
a la teoría un significado rigurosamente científico.

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Ricardo se opuso, declarando que la intervención del capital no modifica
absolutamente la vigencia de la ecuación valor- trabajo, incluso en la sociedad
precapitalista, así como en la sociedad burguesa, los medios de producción que
en el capitalismo asumen la forma de capital, intervienen en la producción e
influencian el valor, pero lo influencian en función de la cantidad de trabajo
fijado en el propio capital, la cual se une a la cantidad de trabajo directamente
empleado en la producción. Es decir, solo el trabajo es el que regula el valor. El
valor entonces, corresponde al costo de producción, además el costo de producción
se determina sobre todo en el trabajo.

2. El aporte de la escuela socialista


1. La fuerza de incidir del socialismo premarxista residía en la misma crítica áspera
y dura, en las contradicciones del capitalismo, del comercio, del mundo de la
industrialización. Es por tanto la sociedad industrial el escenario socioeconómico
del primer socialismo y son inherentes al tipo de desarrollo de los terribles daños
de orden físico, cultural y moral provocados por la revolución industrial (trabajo
infantil de masa, expectativas de vida de la clase obrera disminuidas a menos de
los 25 años, pauperismo, degradación, prostitución, etcétera).

(OVRFLDOLVPR³SUHPDU[LVWD´VHLPSXOVDEDHQHVWRVPLVPRVDxRV'HVGHHOH[DPHQ
del mundo del trabajo y de las condiciones de fabricación surgió la noticia de
que la fábrica capitalista constituiría una ruptura en la historia del trabajo humano,
reuniendo un vastísimo número de trabajadores en un único lugar físico de
ocupación, pero contemporáneamente privándolos del resultado final del trabajo,
la mercancía. Los premarxistas vieron el problema, que seriá después el centro
de la discusión de Marx y Engels, el de la reconstrucción de la posibilidad por
parte de los obreros de intervenir en el proceso productivo, eliminando la
apropiación capitalista de su resultado. Esto se resolvía presentando a todos los
hombres la posibilidad de vivir en una organización social nueva, en la que
habría una equitativa división de los productos, derivada de una producción
racional, organizada comunísticamente, o sea influenciada por la colectividad,
acabando con la propiedad privada.

Puesta la cuestión en estos términos, se comienza a entrever una cierta


diferenciación sobre cuestiones de la propiedad privada entre los primeros
socialistas. Como consecuencia, cambiaban las propuestas, teniendo en cuenta
que se tratase de destruir, reformar o condicionar estas últimas. Algunos
pensadores consideraban que la sociedad capitalista se podía reformar, otros
consideraban que una transformación podía darse solamente a través de una
revolución, aunque fuese violenta. Muchos en cambio, tenían posiciones
intermedias: eran las asociaciones, los colectivistas, los organizadores del trabajo,

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los cooperativistas; no se olvidan los que predicaban insurrección permanente,
los liberales. Frente a esta múltiple selección se caracterizan los puntos que
acercan a todos estos pensadores, legando las varias propuestas que parecerían
divergentes.

2. El primer punto de encuentro es la refutación completa del mundo burgués


completo y la propuesta de una sociedad democrática. En todos los socialistas
³XWRSLVWDV´VHUHHQFXHQWUDXQFRQFHSWRVXVWDQFLDO\QRIRUPDOGHGHPRFUDFLD
no refiriéndose jamás o casi nunca a formas políticas democrático-liberales. Su
democracia es una democracia con participación directa del pueblo en la vida
política, camino a la comunidad de residencia, la asociación, la empresa industrial
y agrícola etc.; una participación en la práctica que supera incluso las más
avanzadas formas liberales-constitucionales. Con mucha frecuencia corresponde
a una democracia de clase que se da en la dictadura de la clase obrera, que niega
no solo la sociedad conservadora, sino que no tiene ningún punto de contacto
con las instancias democráticas de los diferentes partidos.

3. Pasando del premarxismo inglés al francés, las diferencias doctrinales y


planteamientos salen a la luz. En el primero notamos una acentuada tendencia al
análisis económico, más bien a la verdad y al propio estudio y profundización de
una ciencia, la economía política; en el movimiento socialista francés encontramos
en cambio, no a los desarrolladores o a los críticos de las teorías de Smith o de
Ricardo, sino teóricos que se ponen en primera plana en las sucesivas represiones
revolucionarias en Francia y en las revueltas populares. En Francia el socialismo
ganó la práctica revolucionaria, verdadera y propia, ha perdido no tanto de la
teoría en lo que respecta (en efecto fueron teóricos puros en el protosocialismo
francés), como del desarrollo teórico en el dominio socialista de la ciencia
económica.

3. La utilización socialista de David Ricardo


1. El elemento filosófico que separó el núcleo central de la ideología socialista y
que dio paso a las condiciones para un espacio político propio del movimiento
obrero fue derivado de la teoría económica de Ricardo. La teoría Ricardiana del
valor-trabajo está en la base de la ideología socialista, particularmente de la
inglesa. El trabajo humano aparece como el elemento central de todo el desarrollo
productivo, y del producto obtenido retornaba solo una parte ±en salario± al
trabajador que lo había producido. La ganancia del capital aparecía y viceversa,
como una ganancia obtenida directamente del trabajo obrero.5 El resultado político
de esta ideología estaba bien claro; el objetivo del movimiento obrero sería eliminar
estas condiciones de subordinación económica y la adquisición por parte de los

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trabajadores de un rol social igual al económico, donde son los suministradores del
trabajo, el elemento de valorización de las mercancías. Las posiciones teóricas de
Ricardo y la consecuente concepción de la ganancia, unidas a las temáticas antes
mencionadas, incluso con matices y acentos diferentes, están presentes en todas
las grandes figuras del socialismo premarxista, pero en particular en los teóricos
del movimiento obrero inglés, desde Owen a William Thompson, de Gray a
Hodgskin y John Francis Bray.

Con respecto al cuadro ideológico precedente, dos elementos aparecen como de


gran importancia: en primer lugar los temas socialistas recabados por la economía
política situan los objetivos socialistas en el corazón del proceso capitalista
industrial, más bien en la restauración de relaciones sociales que la
industrialización tiene efectivamente resueltas.

En segundo lugar la ideología socialista se desarrolla en el mismo terreno de la


nueva ciencia de la industrialización, la economía política, la ciencia de la cual
había sido recabada con frecuencia la ideología sobre lo inevitable de las
condiciones obreras. Es en este contexto que la teoría de Ricardo sobre el trabajo
como medida del valor de cambio se transmitirá en la reflexión de marras sobre
la formación de la plusvalía. La caracterización de que la ganancia industrial
nace del trabajo asalariado fue la base del movimiento de las cooperativas de
producción, que fue característico del primer socialismo inglés. Si la producción
se da con libre asociación de los trabajadores, la ganancia es eliminada y la
cuota salarial resulta mayormente elevada, próxima a la cuota de valor que el
trabajo ha realizado.

2. Se puede entonces afirmar que en el período de la economía política Ricardiana,


surge contemporáneamente la oposición de los pensadores socialistas
premarxistas. Pero si para Ricardo el interés principal era comprender las
relaciones de la producción capitalista y de hacerlas valer como fuerza absoluta
de la producción, los otros se apoderaron de las contradicciones y de los
³PLVWHULRV´LQQDWRVGHOPRGRGHSURGXFFLyQFDSLWDOLVWDSDUDFRPEDWLUORVGHVGH
el punto de vista del proletariado industrial. Estos autores ya comienzan a designar
directamente el surplus RODJDQDQFLDFRQHOWpUPLQRGH³SOXVYDOtD´SURGXFWR
del trabajo que el obrero hace gratuitamente, además del tiempo de trabajo que
reintegra al valor de su fuerza de trabajo y produce el equivalente de su salario.

Así, como fue importante encontrar la ecuación valor-trabajo, era importante


±\ HVWR VHUiHO SXQWR GH DSR\R GHO DQiOLVLVHFRQyPLFR PDU[LVWD± UHSUHVHQWDU

51
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como plusvalía el plustrabajo que se realiza en un plusproducto. Ellos logran
por primera vez percibir que si el valor tiene su origen en el trabajo, entonces la
ganancia es substracción del producto del trabajador directamente determinado
por la apropiación de tiempo de trabajo, por el cual el obrero no recibe retribución
alguna.

Cualquier forma de interés pagado a los capitalistas, ya sea bajo forma de renta,
de interés monetario o de ganancias industriales, es pagado por trabajo ajeno.
Por tanto, el interés del capital, en general, se determina todo en plustrabajo, el
cual se representa en un plusproducto; solo que este último es del capital
propiamente. Sin embargo, estos elementos se presentan diversamente compuestos
en las diferentes figuras del movimiento socialista.

4. Thomas Hodgskin
1. Thomás Hodgskin atribuye solamente al trabajo la capacidad de producir el
valor, y desarrolla el tema Ricardiano en sentido clasista, caracterizando el
conflicto entre el trabajo y el capital. Él denuncia la forma de apropiarse de los
capitalistas, los cuales le reducen a los obreros el salario a su nivel más bajo
posible y se embolsillan indebidamente todo el exceso del valor producto del
trabajo.

2. En particular, sobre la acumulación del capital y su relación con la ganancia,


escribe:

El capital fijo pertenece a una clase de personas que ni lo fabrican ni lo usan [...]. El
capitalista, como siempre, poseedor de los instrumentos, no es un trabajador. Él no
contribuye de ningún modo a la producción. El adquiere la propiedad del producto
de un obrero y la sede a otro por un período de tiempo determinado, por la mayor
parte de los tipos de capital fijo o para siempre, como es el caso del salario,
que puede ser usado y consumido en su provecho. No permitirá nunca que el
producto de un obrero, que él posea, sea usado y consumido por otro obrero,
sino a su favor. Él emplea o presta su propiedad para obtener una parte del
producto o renta natural de los obreros, y cada acumulación en sus manos,
significa extensión de su poder sobre el producto del trabajo e impedimento
al aumento de la riqueza nacional. Es lo que sucede actXDOPHQWH >«@ (O
capitalista como poseedor de todo el producto, no permitiendo a los obreros
fabricar o utilizar los instrumentos de trabajo, al menos que no obtenga una
ganancia superior a la que le cuesta el mantenimiento de los mismos obreros,
evidentemente pone límites al trabajo productivo mucho más restringidos de los
que manda la naturaleza. En la medida en que el capital se acumula en las manos
de terceros, aumenta la masa de ganancia pretendida por los capitalistas, y así

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nace un impedimento artificial en la producción y el incremento de la población
>«@ (Q HO HVWDGR DFWXDO GH OD VRFLHGDG GRQGH ORV REUHURV QXQFD VRQ ORV
poseedores del capital, cada acumulación de capital incrementa la suma de la
ganancia que viene exigida y elimina cada trabajo capaz de procurar una cómoda
H[LVWHQFLD>«@6LVHDGPLWHTXHHOWUDEDMRSURGXFHWRGRLQFOXVRHOFDSLWDOHV
absurdo atribuirle una fuerza productiva a los instrumentos que el trabajo
FRQVWUX\H\HPSOHD>«@/RVVDODULRVFRPRORVLQVWUXPHQWRVQRSURPXHYHQOD
SURGXFFLyQ(OWUDEDMRQRHOFDSLWDOSDJDWRGRVORVVDODULRV>«@/DLQYHUVLyQ
y el empleo del papel moneda han manifestado que el capital no es una cosa para
ahorrar. El capitalista para lograr su riqueza o disponer del trabajo ajeno, debía
tener una verdadera montaña de metales preciosos o de mercancías, y se podría
pensar que la acumulación fuese verdaderamente el resultado de un respaldo y
que de ella dependería el progreso de la sociedad.

Pero desde que se inventó el papel moneda, los títulos, y el poseedor de simples
pedazos de papel, de vitamina trae una renta anual en pedazos de papel, con lo
que contiene todo lo que necesita para su uso y consumo, si este poseedor se
encuentra al final del año más rico que al inicio, es porque no ha perdido todos
sus pedazos de papel, o si al año siguiente tiene derecho a cobrar una mayor
cantidad, que le da facultad para disponer de una mayor cantidad de producto
del trabajo, entonces no hay dudas de que no hay que ahorrar el capital y que
cada capitalista no se enriquece por ahorros reales, materiales, sino como una
RSHUDFLyQTXHORSRQHHQJUDGR>«@GHDGTXLULUXQDSDUWHPiVJUDQGHGHOSURGXFWR
GHOWUDEDMR>«@(OHPSUHVDULRLQGXVWULDOSRVHHPRQHGDPHWiOLFDRSDSHOFRQOR
que paga los salarios. Sus obreros cambian sus salarios con productos de otros
obreros, los cuales a su vez, no guardan su salario en moneda o en el papel que
sea. Este retorna a la industria, que le da a ellos en cambio productos. Con este
él paga de nuevo los salarios y así la moneda metálica o de papel recomienza su
circulación.6

Marx en su historia de la economía política (teoría de plusvalía), analizando la


obra de Hodgskin por la pérdida del análisis de ganancia sostiene:

Yo he explicado la pérdida del análisis de ganancia, a pesar del estacionamiento


y hasta con el aumento del análisis de la plusvalía, con el hecho de que el capital
variable disminuye con respecto al capital constante, es decir, el trabajo presente
vivo disminuye con respecto al trabajo pasado, empleado y reproducido.

Hodgskin y el autor de The Source and Remedy of the Nacional Difficulty la


explican con la imposibilidad, por parte del trabajador, de hacer frente a las
H[LJHQFLDVGHOLQWHUpVFRQMXQWRHVGHFLUGHODDFXPXODFLyQGHOFDSLWDO>«@(QVHQWLGR
general es lo mismo. Si yo digo que el análisis de la ganancia disminuye con la
acumulación porque el capital constante aumentó frente al capital variable, eso

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significa que al prescindir de la forma determinada de las partes del capital, el
capital empleado crece con respecto al trabajo empleado. La ganancia disminuye,
no porque el obrero sea menos explotado, sino con respecto al capital empleado en
su totalidad, porque es empleado menos trabajo [Marx 1993a: 321- 322).

5. John Gray
1. También John Gray asume de Ricardo y de Owen el tema de la crítica al
capital y el principio del valor-trabajo. Él se hace portavoz de una polémica
contra la aristocracia territorial, desde el punto de vista de los fisiócratas y éstos
piensan que en la industria no hay creación de plusvalía. En cambio, los
agricultores pueden consumir todas sus entradas y aportar al Estado, porque su
trabajo crea un exceso llamado renta.7

Marx, analizando la obra de Gray dice:

Este es el único escrito importante que retoma directamente la doctrina fisiocrática,


distinguir netamente entre producción de plusvalía y transferencia de plusvalía
>«@\HVWDHVSUHFLVDPHQWHODJUDQGH]DGHODILVLRFUDFLD(OODVHSUHJXQWD¢FyPR
se produce y reproduce la plusvalía? (que en él [Gray] equivale al ingreso). La
cuestión de cómo se reproduce a escala ampliada, de cómo crece, pasa a un
segundo plano, se debe primero descubrir la categoría del secreto de la producción
(Marx 1993a: 411- 402).

Partiendo de promesas mercantilistas Gray llega a explicar, como los fisiócratas,


que la ganancia de la industria no es más que profit upon alienation.

<FRQWLQ~D0DU[³HVWHLQJOpVWUDHODOyJLFDFRQFOXVLyQGHTXHHVWDJDQDQFLDVH
logra solo si los productos de la industria son vendidos en el exterior. De la
promesa mercantilista él saca la lógica conclusión mercantil (Marx 1993ª: 413).
Esta ganancia se logra solo si la industria vende sus mercancías al exterior.
Escribe de hecho Gray:

Ninguna industria, cualquiera que sea su ganancia personal, añade algo al ingreso
de la nación si su mercancía se vende y consume en el país. De hecho, el comprador
>«@SLHUGHWDQWR>«@FyPRJDQDODLQGXVWULD>«@HQWUHFRPSUDGRU\YHQGHGRU
hay un cambio del cual no deriva ningún incremento de ingreso. Para remediar
la falta de acceso, el empresario añade una ganancia del 50 % a lo que pierde en
VDODULR HV SHQGLHQWH GH FDGD FKHOtQ SDJDGR HQ VDODULR« \ VL HO SURGXFWR HV
vendido en el exterior, esto será la ganancia nacional por tantos y tantos
trabajadores.8

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2. Retornando directamente el problema de la ganancia, prosigue:

Una industria puede enriquecerse solamente cuando es un vendedor (cuando


produce su producto como mercancía). Si deja de ser un vendedor, inmediatamente
cesa su ganancia porque no es una ganancia natural, sino artificial. La agricultura
HQ FDPELR SXHGH H[LVWLU SURVSHUDU \ FUHFHU LQFOXVR VLQ YHQGHU QDGD« ORV
YHQGHGRUHVQRVHHQULTXHFHQGHODXPHQWRGHOYDORUQRPLQDOGHOSURGXFWR>«@
dado que lo que ganan como vendedores, lo pierden exactamente en la misma
medida en calidad de compradores. 9

6. Robert Owen
1. Considerable fue también el análisis teórico hecho por Owen sobre los temas
del trabajo y de la riqueza. Él establecía, según Ricardo, que el valor de las
mercancías producidas era medible exclusivamente por el trabajo y que sólo el
progreso científico podía aumentar el valor del trabajo. De este modo, los obreros
no debían haber estado nunca sujetos a los sistemas de esclavitud que los habían
oprimido en el pasado, sino refiriéndose a los tiempos de trabajo efectivamente
empleados para producir las riquezas nacionales, problemas típicos de
acumulación capitalista y de riqueza, si habrían llegado a la construcción de la
nueva organización social.

2. Escribe Owen:
La unidad natural de medida del trabajo, es en línea de principios, el trabajo humano
o las fuerzas humanas manuales y mentales conjuntas que son puestas en acción. Al
mismo tiempo se quiere calcular la media del trabajo y de la fuerza humana; y desde
el momento que lo constituye, la esencia de cada riqueza, se puede incluso calcular
del valor de cada producto, y procediendo de modo análogo, para todos los productos,
se pueden determinar las relaciones de cambio entre ellos; el total de estos valores
sería invariable para un período dado; el trabajo humano asumiría así su valor natural
o intrínseco, que aumentaría con el progreso de la ciencia; esto es en efecto el objetivo
realmente útil de la ciencia. La demanda de trabajo humano no estaría más ligada al
capricho, ni al sustento de la vida humana, sería como es ahora, un artículo de
comercio, de valor siempre cambiante, y las clases trabajadoras no serían más esclavas
de un sistema artificial de salario, más crueles en hechos de esclavitud jamás practicada
por una sociedad, bárbara o civil (Owen 1971: 184- 193).
Owen trató de llevar su proyecto a la fábrica y ciudad cooperativa del New
Lanark, en Escocia, organizada bajo los principios de la propiedad cooperativa
de los trabajadores. New Lanark era una pequeña ciudad socialista con asilos,
escuelas, asistencia sanitaria, vida cultural, todo hecho sobre la base comunitaria.

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7. Claude Henry Saint- Simon
6DLQW6LPRQIXHXQRGHORVPiVJHQLDOHV\IHFXQGRVVRFLDOLVWDV³XWySLFRV´
dedicando toda su vida a proyectos de reorganización económica, política y social.
A pesar de que su mensaje fue radical, no pudo clasificarse como un socialista,
si con esta definición se caracterizan a los ideales de ruptura definitiva con el
VLVWHPDFDSLWDOLVWD(OVX\RSXHGH VHUFRQVLGHUDGRXQVRFLDOLVPR ³LQGXVWULDO´
que se apoyaba en el progreso económico.

Criticando el retroceso económico y social de las civilizaciones precapitalistas y


atacando duramente la anarquía capitalista, incapaz de resolver las problemáticas
sociales, después guiadas por especuladores, el problema emergente del análisis
de Saint-Simon era el de adecuar las estructuras sociales y políticas al proceso
GHUiSLGDLQGXVWULDOL]DFLyQ\H[SDQVLyQSURGXFWLYDPHGLDQWH³ODUHRUJDQL]DFLyQ´
del capitalismo, para dar vida a una nueva dimensión de la sociedad, a un nuevo
estado de los científicos, organizados jerárquicamente, pero no autoritariamente.
Los científicos, administrando de manera más funcional las cosas del Estado,
habrían tenido que sustituir cada uno de los gobiernos políticos. En la célebre
parábola de Saint Simon (1819) se argumentaba la inutilidad de nobles, senadores,
PLQLVWURVHWFIUHQWHDORVYHUGDGHURV³SURGXFWRUHV´REUHURVPDHVWURVGHDUWH
industrialistas, bancarios, etcétera10.

2. En todo el pensamiento de Saint- Simon está el mundo del trabajo en primer


plano. Los trabajadores como productores de riqueza sociales, deberían haber
asumido, unidos a los científicos, la dirección del Estado. De una parte están los
productores, aquellos que quieren construir la sociedad valiéndose del propio
trabajo, de los conocimientos científicos adquiridos; de la otra parte están los
ociosos, los ineptos, los nobles, los presos, aristócratas, que aprovechandose de
sus privilegios no solo no son útiles al capitalismo industrial sino que amenazan
la sobrevivencia. La industrialización de Saint- Simon es progresista y su objetivo
es organizar el sistema capitalista, manteniendo el individuo subordinado a la
sociedad, o sea al capitalismo renovado y reformado.

Saint- Simon no distingue entre los intereses de los patrones y los de los obreros.
Para él se trata siempre de productores en diferentes niveles: y si privilegia a los
asalariados es solo porque desea que mejore la situación de la clase más numerosa
y más pobre. Nos encontramos ante una sociedad en la que reina la colaboración
entre las clases y en la que desaparecen los antagonismos. También, si el
pensamiento de Saint-Simon pareciera interclasista, de hecho puso a la luz la
existencia de una lucha de clases entre productores y los sectores más atrasados
de la sociedad, las capas improductivas. No obstante, sostiene que creadores de
trabajo y obreros formarán parte de una sola clase, con intenciones comunes,

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pero siendo psicológicamente diferenciados; al término de la vida cambió
completamente de opinión al respecto.

En el nuevo cristianismo, además de presentar un cristianismo renovado, una


religión social que tenía en cuenta la fe individual, venía sobre todo afirmado el
principio de los conflictos de clases en la historia y en particular en la sociedad
dominada por la propiedad privada sobre los medios de producción. Uno de los
conceptos dominantes del análisis era lo relativo a la liberación del hombre obrero
de la opresión material y por el uso de la religión para alcanzar este objetivo.

Recababa que, como en las reflexiones precedentes, había tratado de reorganizar


el capitalismo para darle una mayor funcionalidad. Ahora se proponía organizar
a la masa de trabajadores mediante reformas de la religión que se convertiría en
cultura popular universal y así en principio para la realización territorial de la
justicia y la manumisión de la clase más numerosa y más pobre.

3. Sobre el pensamiento de Saint-Simon hicieron reflexiones numerosos seguidores


que, aunque con diferenciaciones internas, constituían la escuela saintsimoniana.
El saintsimonismo representó un gran movimiento intelectual que afrontó los
argumentos típicos de las doctrinas socialistas: desde los temas de la igualdad,
hasta los de la libertad, la democracia y la propiedad, siempre partiendo de la
consideración crítica del liberalismo y proponiendo la abolición de la propiedad
privada.

8. Sismonde de Sismondi
1. Con Sismondi, tenemos un análisis económico que ve en el valor constituido,
desde el tiempo de trabajo, la fuente de todas las contradicciones de la industria
y del comercio modernos.

(OYDORUPHUFDQWLOGHXQDFRVD±6LVPRQGL±HVWiVLHPSUHILMDGRHQ~OWLPRDQiOLVLV
sobre la base de la cantidad de trabajo necesario para crear la cosa valorada:
pero este valor no corresponde al costo (de tiempo) actual, sino al que se llegaría
con medios más perfectos: y esta cantidad, difícil de valorar, viene siempre
HVWDEOHFLGDILHOPHQWHGHOFRQRFLPLHQWR>«@7DQWRODGHPDQGDGHOYHQGHGRUFRPR
la oferta del comprador, son calculadas sobre esta base. El primero podrá afirmar
que aquella cosa le ha costado diez jornadas de trabajo, pero si el segundo
considera que puede ser hecha en ocho jornadas y la competencia ofrece a los
dos la demostración, es a ocho jornadas que se establecerá el costo de mercado
y se reducirá el valor. Ambos contrayentes piensan que lo suyo es útil, que es
deseado, que sin el deseo no habrá ninguna venta, pero la determinación del
precio no conserva ninguna relación con la utilidad.

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2. Marx escribe:

Sismondi en los Nouveaux principes, acepta la aplicación exacta de la distinción


de Smith (en el mismo sentido en que es aceptada por Ricardo): la distinción real
HQWUHFODVHVSURGXFWLYDVHLPSURGXFWLYDVHVHVWD³XQDFODVHFDPELDVLHPSUHHO
propio trabajo contra el capital de una nación, la otra lo cambia siempre contra
XQD SDUWH GHO LQJUHVR QDFLRQDO´ >«@ 6LVPRQGL VLJXLHQGR D 6PLWK HVFULEH D
propósito de la plusvalía: si bien el obrero obtuvo un producto con su jornada de
trabajo, mucho más que su despensa, es extraño que después de la repartición
del producto con el propietario y con el capitalista, le quede lo estrictamente
necesario (Marx1993: 163).
Sismondi advierte que su época está caracterizada por el desarrollo cíclico del
capitalismo con sus crisis. Dice además que a los trabajadores se les da lo estricto
y necesario para vivir; entre salario del obrero y el valor de lo que produce existe
XQDGLIHUHQFLDTXH6LVPRQGLOODPD³HOPHMRUYDORU´<GDGRTXHGHHVWDSOXVYDOtD
pueden beneficiarse solo los empresarios, es la causa de una enorme desigualdad
de las riquezas, desigualdad que entre otros es destinada a agravarse
continuamente:

De un lado, la plusvalía es más grande mientras más grandes son los progresos de
las artes y de la ciencia en su aplicación a los procesos productivos, y de otro lado,
la competencia entre los empresarios tiene como efecto reducir la cantidad. En
realidad, quien inventa un nuevo procedimiento tiene cuidado en divulgarlo y de
usarlo, sino que lo utiliza exclusivamente a grandes escalas para bajar los propios
costos y arruinar de este modo a los propios competidores (Denis 1973: 41-42).11

9. Pierre-Joseph Proudhon
1. La figura de este pensador domina la historia del socialismo francés y europeo,
en toda la parte central del siglo XIX. Economista y filósofo, o ni lo uno, ni lo
otro, según el juicio de Marx;12 con él nos encontramos delante de una propuesta
de socialismo, o más propiamente, de socialismo liberador, que tiene como
presupuesto no la a clase obrera, como entidad modernamente concebida, sino
los de la clase obrera, o mejor, la pequeña burguesía, puesta en los márgenes de
la sociedad y el alto desarrollo industrial.

(QHIHFWR3URXGKRQQRIXHXQVRFLDOLVWD³<RVR\SXURGHODVLQIDPLDVVRFLDOLVWDV´
dice en su Filosofía de la miseria. Como no fue un utopista en el sentido exacto
de la palabra. Fue un reformador, que ponía en el centro de su pensamiento los
problemas del crédito, del préstamo sin interés, capaz de hacer sobrevivir a una
pequeña burguesía productiva, ya condenada por el desarrollo del capitalismo,
fue sobre todo, un crítico de la sociedad industrial.

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La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1021-6
En cuanto a él, opina Marx:

El buen Proudhon confunde el dinero como medio de circulación con el dinero


FRPRFDSLWDO>«@SRUTXHFRPRFDSLWDOHVSUpVWDPREDMRIRUPDGHGLQHURpOFUHH
que el capital dinero equivale decir dinero constante, que posee esta cualidad
específica. Todo debe ser vendido, nada prestado. En otras palabras: ¿cómo
TXHUtD OD PHUFDQFtD VL QR TXHUtD TXH VH FRQYLUWLHUD HQ ³GLQHUR´" DVt ¢TXLpQ
quiere la mercancía y el dinero, si no no deben transformarse en capital? Eliminar
cada forma fantástica, no es otra cosa que la producción pequeño burguesa,
FDPSHVLQD\REUHUDQRVHGHEHSDVDUDODJUDQLQGXVWULD>«@SRU~OWLPRWRGDYtD
está la plusvalía en especie de moral: cada trabajo debe proporcionar un excedente.
Y con este precepto moral se tiene, naturalmente una definición bellísima de
plusvalía (Marx 1993a: 562-563).

Proudhon en una de sus obras más apreciadas, ¿Qué cosa es la propiedad?,


estudiando el derecho de propiedad en el mundo moderno y en sus reflexiones
socioeconómicas, se pronunció por la irracionalidad de la propiedad privada,
OOHJDQGRDODIDPRVDFRQFOXVLyQGHTXH³ODSURSLHGDGSULYDGDHVXQURER´

En ¿Qué cosa es la propiedad?, el acto de apropiación es todavía visto como


una violencia y un fraude; el trabajador, después de haber recibido su salario,
tiene un derecho natural de propiedad sobre lo que ha producido. Siendo así, las
líneas de desarrollo del proudhonismo estaban claras: pero la aplicación de su
definición de la propiedad en el análisis y la perspectiva de acción en la sociedad
lo llevaban hacia algunas aproximaciones que son tergiversaciones de la línea
trazada.

6LODSURSLHGDGYLVWDHQVXRULJHQ³HVXQSULQFLSLRHQVtYLFLRVR\DQWLVRFLDOHV
destinada a ser por su propia generalización y el concurso de otras instituciones,
HOVRVWpQ\HODOPDGHWRGRHOVLVWHPDVRFLDO´ 3URXGKRQ 

(OKDEODGH³FRQFLOLDFLyQ´HQWUHODVFODVHVQHJDEDODQHFHVLGDGGHODFRDOLFLyQ
y de la organización obrera y no estudiaba absolutamente oponer a aquel
capitalismo otro sistema, sino que quería intervenir sobre el primero con medios
UHIRUPDGRVORV³EDQFRVGHOSXHEOR´\HQILQHO³FUpGLWRJUDWXLWR´

Afirmaba que desde el momento en que existen muchas necesidades que satisfacer,
presuponen muchos bienes para producir y muchos hombres empeñados en la
producción; siendo así, es necesario presuponer un ciclo productivo basado en
la división del trabajo, pero para suponer esta división es necesario pensar también
en el cambio importante, en el valor de cambio.

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Escribe Proudhon:

Los economistas han evidenciado muy bien el doble carácter del valor; pero no
han logrado tener en cuenta con gran claridad su naturaleza contradictoria; y
DTXtFRPLHQ]DQXHVWUDFUtWLFD«1REDVWDTXHKD\DPRVVHxDODGRHVWHVRUSUHQGHQWH
contraste, propensos a juzgarlo como algo sorprendentemente simple: es necesario
también mostrar que esta supuesta simplicidad esconde un pensamiento profundo
que es nuestro deber penetrar. En términos técnicos, el valor de uso y el valor de
cambio son juicios inversos uno del otro (Proudhon, 1945).

3URXGKRQ DVLPLOD HO YDORU GH FDPELR D OD ³HVFDVH]´ \ HO YDORU GH XVR D OD
³DEXQGDQFLD´SRUORTXHHVWDPRVHQSUHVHQFLDGHHVFDVH]GHRIHUWDGHSURGXFWRV
en relación a la demanda, en lo que corresponde entonces el precio alto.

En realidad Proudhon no considera la demanda como categoría económica válida


por sí misma, sino que identifica el valor de uso con la oferta y el valor de
cambio con la demanda, es lo que él llama la opinión; que será una eterna lucha
entre lo que es útil y la opinión entre productor y comprador.

3. En este punto se podría decir verdaderamente que toda la teoría del valor de
Proudhon se basa en la sustitución del valor de uso y el valor de cambio por la
RIHUWD\ODGHPDQGDSRUQRFLRQHVFRPSOHWDPHQWHDEVWUDFWDVFRPROD³HVFDVH]\
ODDEXQGDQFLD´OR~WLO\ODRSLQLyQ3URXGKRQYDWRGDYtDLQWURGXFLpQGRVHPDVDO
concepto de valor constituido, o valor vendible. Él parte del presupuesto de que,
si se admite la utilidad, es el trabajo la fuente del valor, dado que es el tiempo la
medida del trabajo, entonces el valor relativo de los productos está dado por el
tiempo de trabajo necesitado para producirlos; por lo que el precio no es otra
cosa entonces, que la expresión monetaria del valor relativo de un producto, y el
valor constituido de un producto es el valor que se constituye considerando el
tiempo de trabajo prefijado.
Como consecuencia, las conclusiones de Proudhon, partiendo del valor
constituido, se basan en el tiempo de trabajo que lleva al hecho de que una cierta
cantidad de trabajo y una jornada de trabajo equivalen a otra jornada de trabajo:
a partes cuantitativas, en términos de tiempo de trabajo, el producto de uno
puede ser cambiado por otro del otro, no existiendo algunas diferencias cualitativas
HQHOWUDEDMReOVRVWLHQHTXH³HOWUDEDMRGHFDGDKRPEUHSXHGHFRPSUDUHOYDORU
TXHpOHQFLHUUD´

Siguiendo esta línea se podría afirmar que todos los asalariados son pagados en
igual medida por igual tiempo de trabajo. En efecto Proudhon supone que una
cierta cantidad de trabajo contenida en un determinado producto equivale a la
retribución del trabajador, es decir, al valor del trabajo, sin considerar
absolutamente la formación de la plusvalía.

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4. En la práctica Proudhon pone en relación- de más: instituye una equivalencia
entre una cierta cantidad de trabajo y los productos que ella ha creado, no dándose
cuenta que de ese modo se llegaría a una sociedad compuesta por trabajadores,
que reciben como salario su propio producto y que todas las jornadas de trabajo
son equivalentes, de esta forma superamos así el problema de la ganancia
industrial y de su origen. Y si con la categoría de la ganancia entramos en una
WRWDORVFXULGDGPiVRVFXUDTXHGDODH[SOLFDFLyQGHO³H[FHGHQWHGHOWUDEDMR´

Escribe Proudhon:
Un axioma generalmente admitido por los economistas, es que cada trabajo debe
dejar un excedente. Esta proposición es para mí de una verdad universal y
absoluta: es la consecuencia de la ley de la proporcionalidad, que se puede
considerar como el sumario de toda la ciencia económica. Pero, pido disculpas a
los economistas, el principio de que cada trabajo debe dejar un excedente, en su
teoría, no tiene ningún sentido y no es susceptible de demostración alguna... Este
principio del excedente del trabajo vale para los individuos solo en cuanto emana
de la sociedad que confiere así su beneficio de las leyes .(Proudhon, 1945).

En otras palabras, él quiera afirmar que la producción del individuo social supera
la del individuo aislado, que el excedente del trabajo se explica con la sociedad
\TXHORVHFRQRPLVWDVQRKDQDIHUUDGROD³SHUVRQDOLGDGGHHVWHVHUFROHFWLYR´

Proudhon explica que el trabajo debe dejar a cada productor un excedente, y


esto se da en cada nueva inversión, que permite producir con la misma cantidad
de trabajo una mayor cantidad de mercancía y reduce el valor vendible del
producto. Así afirma:
He demostrado con la teoría y con los hechos que cada trabajo debe dejar un
excedente... pero este principio, cierto como una proporción aritmética, está aún
muy lejos de realizarse. Y así, mientras cada jornada de trabajo individual va
obteniendo, como consecuencia del progreso de la industria colectiva, un producto
siempre mayor, el trabajador debería ser por su propio salario, siempre más
rico, en cambio existen algunas categorías que hacen progresar a unos y decaer
a otros (Proudhon, 1945).

5. En pocas palabras Proudhon queriendo apoyar su anarquismo en el análisis


económico, cae continuamente en verbalismos y malas abstracciones. Es
necesario, sin embargo, reconocerle el mérito de haber sido el primero en proponer
una concepción antiestatal de la gestión económica. La revolución de febrero vio
nacer en París un florecimiento espantoso de asociaciones obreras de producción.
Y es esta naciente autogestión de 1848, para Proudhon, más que la revolución
SROtWLFDHO³KHFKRUHYROXFLRQDULR´

61
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El dato más importante es el hecho de que haya sido el pueblo el que ha dado el
primer impulso, no un teórico o un doctrinario o el propio Estado. Pero el suyo,
VL VH TXLHUH GHFLU DVt ³FROHFWLYLVPR´ UHFKD]D FDWHJyULFDPHQWH OR HVWDWDO (Q
cuanto a la comunidad, la preconizada por los comunistas, para él, es opresión
esclavitud; por lo que Proudhon busca una combinación de comunidades y de
SURSLHGDGHV\ODHQFXHQWUDHQODV³DVRFLDFLRQHV´/RVLQVWUXPHQWRVGHSURGXFFLyQ
y de cambio, afirma, no deben ser administrados ni por las compañías capitalistas
ni por el Estado, si no su gestión va confiada a asociaciones obreras. Y del
DQiOLVLVGHHVWDVDVRFLDFLRQHVSDVDDWHRUL]DUHO³FRP~QDXWyQRPR´FRPRJUXSR
natural que los hombres forman entre ellos, su base local. Él debe colocarse
FRPR XQ ³VHU VXSHULRU´ TXH WLHQH HO GHUHFKR GH JREHUQDUVH SRU Vt VROR GH
administrarse, de ponerse los impuestos, de disponer de sus propiedades: como
la autogestión es incompatible con la existencia de un Estado autoritario, así lo
común no puede coexistir con un poder centralizado de arriba hacia abajo.

10. Hacia el Socialismo Científico: Rodbertus Weitling


A través de la zona renana el movimiento socialista premarxista fue penetrando
en Alemania. Desde Fichte a Marlo, a Rodbertus, el radicalismo crítico se
transformaba del terreno filosófico al terreno de la economía. Desde Gall a
Weitling, el utopismo derivado de Owen, Fourier, Saint-Simon se orientaba hacia
las formas del colectivismo, notadas en las literaturas francesa e inglesa. La
³OLJDGHORVMXVWRV´GLYXOJDGD\SHQHWUDGDHQ6XL]DH,QJODWHUUDPDQWLHQHVX
centro ideal en los países renanos en los que se forma la primera educación
SROtWLFDGH0DU[TXHGHVGHOD³OLJDGHORVFRPXQLVWDV´KDGHULYDGRXQRGHORV
principales elementos de la doctrina del manifiesto: El internacionalismo.

Después de haber visto esto, mantenemos la idea de que los orígenes de los
socialismos científicos son investigados en Alemania, patria de Johann Kart
Rodbertus(1805-1875), que desde el punto de vista del análisis económico
constituye el momento de ruptura entre socialismo ante litteram y socialismo
científico; y la patria de Wilhelm Weitling(1808-1871), gracias a sus
SHQVDPLHQWRVVHDOFDQ]DHOUHIRU]DPLHQWRGHOD³OLJDGHORVMXVWRV´RUJDQL]DFLyQ
obrera de los wethighiani, que ubicaba en primer plano el problema de la necesidad
de un partido autónomo de clase. El socialismo moderno, con todas sus variadas
posiciones internas, encontró su base en la economía política burguesa y en
particular reclamó casi exclusivamente la teoría del valor de Ricardo.

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La defensa de las dos posiciones que Ricardo puso en 1817 como premisas a sus
principios fueron:

a) El valor de cada mercancía está determinado solo y únicamente por la cantidad


de trabajo necesitado para su reproducción.

b) El producto del trabajo social en su totalidad es repartido entre las clases de


los propietarios territoriales (ingreso), de los capitalistas (ganancia) y de los
trabajadores (salario). Estas premisas, como ya habíamos visto, habían llevado
a Inglaterra a conclusiones socialistas.

Pero solo en 1842, en Alemania un pensador resolvió tratar desde las dos
posiciones de Ricardo las conclusiones completamente socialistas. Este fue
Rodbertus, quien de hecho es considerado el fundador del socialismo prusiano.
También Rodbertus sostenía la idea de que la renta de los propietarios territoriales
y la ganancia de los capitalistas constituía un retiro sobre lo que los trabajadores
producen. Lo que en la economía marxista vendrá determinado como análisis de
ganancia o análisis de la renta sobre tierras, aparece en Rodbertus, que lo llama
³JUDQGH]DGHODJDQDQFLDGHOFDSLWDO\GHOLQWHUpVRJUDQGH]DGHODUHQWD´13

La grandeza de la ganancia del capital y del interés resulta por su relación con el
FDSLWDO«HQWRGDVODVQDFLRQHVFLYLOL]DGDVODVXPDGHFDSLWDO HVDFHSWDGD
como unidad de medida para calcular esta grandeza. Mientras mayor es la relación
entre el aumento de la ganancia y del interés perteneciente al capital y 100, en
otras palabras mientras mayor es el porcentaje que produce un capital mayores
serán las ganancias y el interés. 14

En este punto Marx lo contradice decisivamente:

Esto no está bien, el análisis de la renta sobre las tierras es calculado en el


capital, es decir, como excedente del precio de una mercancía, sobre el precio de
sus costos de producción y sobre la parte del precio que constituye la ganancia
(Marx 1993a: 65).

Pero veamos el razonamiento completo de Rodbertus:

Por un valor producido dado o por el producto de una dada cantidad de trabajo,
o lo que es aún lo mismo, por un producto nacional dado, la grandeza de la renta
es en proporción inversa a la grandeza del salario, y en proporción directa a la
productividad del trabajo. Mientras más bajo es el salario, más alta es la renta,
mientras más alta es la productividad del trabajo, más bajo es el salario y más
DOWDODVUHQWD>«@/DJUDQGH]DGHODUHQWDGHSHQGHGHODJUDQGH]DGHODSDUWH

63
La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1021-6
que le queda a la renta, descontando el salario del producto total, sin tener en
cuenta la parte del valor producido que sirve para reconstruir el capital, que
SXHGHVHUGHVFXLGDGR«

El salario es igual al importe del mantenimiento necesario, es decir a un


determinado quantum real de producto recibido en un determinado país y en un
GHWHUPLQDGRSHUtRGRGHWLHPSR«VLHOVDODULRFRPRPDQWHQLPLHQWRQHFHVDULR
es un determinado quantum real de producto, esto representará un valor mayor
si el valor producto es alto, un valor menor si es bajo, y suponiendo iguales el
valor producido que debe ser dividido, absorberá una parte mayor si el valor
producto es alto, una parte menor si es bajo y dejará a la renta una cantidad
mayor o menor del trabajo producido al final. Pero si vale la regla de que el valor
producido es igual a la cantidad de trabajo que el mismo costó, la grandeza del
valor producto está determinada únicamente por la productividad del trabajo, o
por la relación entre la cantidad del producto y la cantidad del trabajo empleado
SDUD SURGXFLUOR >«@ 'H KHFKR VL OD PLVPD FDQWLGDG GH WUDEDMR SURSRUFLRQD
menos producto, en otras palabras si la productividad disminuye, el propio
quantum de producto contiene más valor.

Pero la cantidad de trabajo determina el valor del producto, y el valor relativo de


un determinado quantum de producto determina la grandeza del valor producto
>«@3RUWDQWRODUHQWDVHUiWDQWRPiVDOWDFRPRPiVDOWDVHUiODSURGXFWLYLGDG
GHOWUDEDMR>«@

Si, por un valor producto dado, es dada la grandeza de la renta de la propiedad


y de la ganancia del capital están en proporción inversa entre ellas... mientras
más alta o más baja es la renta de la tierra, más baja o más alta será la ganancia
GHOFDSLWDO\YLFHYHUVD>«@ODJUDQGH]DGHODJDQDQFLDGHOFDSLWDOHVVLPSOHPHQWH
determinada por la grandeza del valor producto en general, del valor del producto
bruto y del valor del producto manufacturado en particular, o de la relación de
productividad entre el trabajo en general, el trabajo de producción bruta y el
WUDEDMRGHPDQXIDFWXUDHQSDUWLFXODU>«@.

Le mostramos algunas conclusiones aplicadas en Europa:

>«@HQODVQDFLRQHVHXURSHDVOD SURGXFWLYLGDG GHOWUDEDMRGHOWUDEDMRGH


SURGXFFLyQ EUXWD \ GH PDQXIDFWXUD HV JHQHUDOPHQWH DXPHQWDGD >«@
sucesivamente a lo que la cuota de la ganancia nacional destinada a salario es
GLVPLQXLGDPLHQWUDVHVDXPHQWDGDODTXHTXHGDSDUDODUHQWD>«@/DUHQWDHV
JHQHUDOPHQWHDXPHQWDGD>«@

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>«@ODSURGXFWLYLGDGGHODLQGXVWULDHVDXPHQWDGDHQPD\RUSURSRUFLyQTXH
ODGHODDJULFXOWXUD«QRREVWDQWHHVGLVPLQXLGDODJDQDQFLDGHOFDSLWDO 15

Leyendo atentamente los análisis de Rodbertus, llegamos a un punto de ruptura


en el pensamiento económico socialista; él afronta por primera vez el problema
de la plusvalía no en términos emotivos, como había sido tratado por muchos
protosocialistas, sino en términos de crítica económica basada en datos científicos.
Y es siempre Rodbertus el que además de agregar a la propiedad colectiva los
medios de producción, ha explicado, quizás por vez primera, la crisis de
sobreproducción sobre la base del escaso poder de adquisición de los obreros,
FRQWULEX\HQGRDVtDGHIHQGHUGHPDQHUDQRWDEOHODWHRUtDGHO³EDMRFRQVXPR´A
HVWRVHOHDJUHJDQODVYDULDVSURSXHVWDVXWySLFDVGH5RGEHUWXVFRPRHO³ERQRGH
WUDEDMR´HPLWLGRSRUHOHVWDGRFRPRDQWLFLSDFLyQDORVFDSLWDOLVWDVLQGXVWULDOHV
que con eso le pagaban a los obreros. Los obreros adquieren ahora los productos
con los bonos de trabajo que han recibido en pago, permitiendo así el retorno del
papel moneda a su punto de partida. La economía alemana dice que el socialismo
será el fruto de una lentísima evolución sin necesidad de lucha de clases, o de
UHYROXFLRQHV ORVREUHURV VRQ³LQYLWDGRV´ D HVSHUDUTXH WUDQVFXUUDHVWD ODUJD
transición, sin hacer revoluciones, que podrían anticipar lo que está históricamente
destinado. En estos tiempos, es necesario aceptar la renta de las tierras y la
ganancia, porque los propietarios de las tierras y los capitalistas desarrollan en
efecto algunas funciones sociales útiles, aunque económicamente improductivas.
No es tampoco necesario hacer notar en este sentido, que Rodbertus llega a
conclusiones diametralmente opuestas a las de Marx.

3. Otro momento importante y de paso por el nacimiento del socialismo científico,


entorno al cual anduvo coagulándose el primer movimiento obrero alemán e
internacionalista, con objetivos generales de clase y de resistencia, con una visión
comunista, fue la liga de los justos, organización secreta pero con suplemento
legal, como la asociación de mutuo socorro y de seguridad social, ya sea en
Francia, Inglaterra y en la propia Alemania.

Dentro de los estudios que pueden ser considerados, hasta la aparición de Marx
\(QJHOVOtGHUHVGHOD³OLJDGHORVMXVWRV´HVWDED:LOKHOP:HLWOLQJ 1871):
teórico de una nueva forma de presentarse a la clase, o sea, como estructura de
partido internacionalista, fue el mismo obrero y tuvo numerosos secuaces, los
werthinianos, los que fueron más agitadores y organizadores de la sociedad obrera
de teóricos. Entre ellos emerge August Becker (1814-1871) tenaz difusor del
comunismo, a pesar de las violentas persecuciones de la policía.

4. En sus obras Wilhelm Weitling, partiendo de un reclamo al cristianismo


primitivo, nos deducía un sistema igualitario, en el que además de satisfacer las

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capacidades de los individuos, aseguraba la libertad de todos los hombres, en un
cuadro de armonía para toda la colectividad. Él imaginaba una comunidad social,
caracterizada por la obligación de todos a lograr una contribución de obra hacia
la colectividad, obteniendo a cambio la satisfacción de las necesidades
primarias.La contribución no se basaba en el dinero, sino en la puesta a disposición
GH³KRUDVFRPHUFLDOHV´HVGHFLUORVERQRVGHWUDEDMRFDPLQRHQHOTXHVHSRQGUtD
en práctica la igualdad entre tiempo de trabajo y valor de una mercancía. Sus
propuestas partían de una dura crítica del sistema burgués y como consecuencia
de la propiedad privada, que debía ser abolida para llegar a un nuevo sistema, el
³REUHUR´(OLQVWUXPHQWRSDUDORJUDUODQXHYDVRFLHGDGGHEtDVHUODUHYROXFLyQ
concebida como algo mixto, por lo espontáneo y repentino, apoyados en la
preparación teórica y militar de un grupo organizado jerárquicamente.

La revolución tenía que haber hecho presión, no solo en la minoría organizada,


sino también en los obreros, en toda la masa explotada y en el subproletario.
Después la revolución debería pasar por un período de transición en el que la
propiedad privada sería abolida gradualmente, después que se haya llegado a la
completa comunión de bienes, es decir, al comunismo.

El comunismo de Weitling fue quizás infantil, pero ya contenía algunos principios


del socialismo científico: la lucha de clases como elemento propulsor de la vida
política y económica de la sociedad, la necesidad para todos los explotados de
organizarse políticamente con plena independencia y librarse de toda influencia
burguesa, para contraponerse como fuerza autónoma al capital. Aunque en su
misión aparecen elementos utópicos, sus ideas correspondían de manera precisa
a la concepción y las actitudes del movimiento obrero a quien se dirigía, por el
cual se inspiraba directamente, porque una característica de su teoría fue no ser
elaborada en una mesa, sino en las propias discusiones de las asambleas y de las
huelgas obreras que se formaban en ese entonces. La propia descripción de la
cercanía a la felicidad y la perfección no obstaculizaban la acción política presente,
porque la acción sindical estaba siempre en primer plano.

En la historia del movimiento obrero, y del pensamiento socialista, Weitling se


propone como momento de tránsito entre el protosocialismo y el socialismo
marxista, organizado políticamente en el partido de clase obrera. Este partido de
nuevo tipo, después de largos debates y con la intervención de Marx y Engels, se
funda en 1847 y fue constituido por la liga de los comunistas, que reunía
trabajadores, obreros e intelectuales de todos los países, aunque prevalecía que
sus miembros fueran alemanes. En efecto la liga de los comunistas es una
aspiración de la liga de los justos, realizada cuando más al entrar en esta última
organización, conduciendo una dura batalla política, que llevó a que prevalecieran

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La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1021-6
las tesis del socialismo científico. En efecto, la liga de los comunistas no tuvo
nada que ver con el protosocialismo, aunque sí representó la conclusión natural.
Con la liga de los comunistas nos encontramos frente a una concepción muy
contemporánea: las tesis desarrolladas fueron aquellas que todavía hoy son
comunes a las diversas tendencias del socialismo, la estructura de algunos partidos
VRFLDOLVWDV GHKR\ PiV ³PRYLPHQWLVWDV´HQ SDUWLFXODU \ HMHPSORHQ DTXHOODV
naciones de América Latina o de otros países de la semiperiferia.

Con la liga de los comunistas se cierra el discurso sobre aquel socialismo, dicho
frecuentemente utópico, que sin embargo, encontró un preciso y efectivo
reencuentro histórico por muchas décadas, lo que representa una etapa
fundamental del pensamiento político del mundo contemporáneo.

11. Las manifestaciones de la economía política según Marx


1. Con Marx, la crítica socialista a la sociedad capitalista gana un espesor teórico
científicamente fundado y de nivel seguramente superior al realizado por sus
antecesores. La primera y fundamental mitificación de la economía política es,
según Marx tomar por objeto la producción, sin indagar la formación de las
relaciones de los hombres en la producción, relaciones que solas vienen a construir
una determinada forma de producción y de reproducción de la propia comunidad
humana. En los clásicos se deriva una segunda manifestación, la de asumir un
cierto tipo de economía, una particular forma social de la reproducción humana,
para la economía y la sociedad tout court. La economía, así, ve al capitalismo
como una realización histórica, que si tuvo un inicio tendrá seguramente un final.

Es, por tanto, la historicidad de la formación económico-social que es borrada


en la economía política clásica. Esta desembocará en la economía marginalista,
que con respecto a los clásicos, perderá incluso la aproximación dinámica, en la
tentación de calcular simultáneamente, estáticamente, el equilibrio económico,
GHORVVDODULRVGHODGLVWULEXFLyQHWFpWHUDGDGRSRUODSOXUDOLGDGGH³IDFWRUHV
SURGXFWLYRV´

En las teorías marginalistas, distribución, cantidad de productos y precios


relativos, pueden ser determinados sólo simultáneamente los unos a los otros,
sobre la base de los datos constituidos por los gustos de los consumidores, la
GRWDFLyQGHORV³IDFWRUHVGHSURGXFFLyQ´\ODVFRQGLFLRQHVWpFQLFDVGHSURGXFFLyQ
La determinación de estos datos viene visto como una cosa que va en gran medida,
más allá de la esfera de la economía (Garegnani,1981: 16).

Y es la misma ausencia de la perspectiva histórica la que admite el proceso de


³QDWXUDOL]DFLyQ´GHODVLQVWLWXFLRQHVFDSLWDOLVWDVVHUHSLWHFRPR³GDWRV´FRPR

67
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el cuadro dentro del cual se resuelven los problemas de optimización de la
distribución de la riqueza.

Es evidente cómo desde esta visión la cuestión de la transformación social no


sea tampoco hipotizable, por lo que en ella se comporta como un dato externo a
la investigación económica.16

El estudio de la realidad del capitalismo en su país de mayor desarrollo, Inglaterra,


al cual Marx llega a través de los trabajos de Engels, en la situación de los
trabajadores ingleses y del otro lado, el estudio de los escritores socialistas,
los premarxistas o socialistas utópicos como Proudhon, Fourier, Owen, convencen
a Marx de la inconciliabilidad de los presupuestos teóricos de la economía política
y de la realidad de la sociedad burguesa.

En los Manuscritos económicos y filosóficos (1844) Marx se refiere a los


resultados del difícil análisis al que la propia economía somete a la sociedad
industrial moderna. Los teóricos de la economía política afirman que el valor de
una mercancía está dado por el trabajo social necesario para producirla, pero del
mismo modo demuestran que con el salario, a los obreros le corresponde solamente
una pequeñísima parte del producto del trabajo. Al mismo tiempo, el salario es el
precio de venta de las prestaciones, venta que el trabajador necesita, aceptando
así, bajo la máscara de un contrato libre, una esclavitud similar, no en el contenido
sino en la forma, a la de la sociedad esclavista.

Los economistas defienden el progreso técnico, pero sí es verdad que este hace
crecer cada vez más las ganancias de los capitalistas, es también verdad que
significa para los obreros, bajos salarios, pésimas condiciones de trabajo,
desocupacion y continuas miserias. Por otro lado, está la división del trabajo,
reduciendo la actividad obrera a operaciones mecánicas repetidas, quitándole al
trabajo cualquier atractivo, produciendo, además de daños a la salud del obrero,
un embrutecimiento moral si retroceso.

2. Si todo esto es verdad, entonces la sociedad capitalista no es absolutamente


un mundo de relaciones armónicas, sino el lugar de una guerra general. Obreros
y capitalistas, están en conflicto por la determinación del salario; propietarios de
tierras e industriales están en lucha, porque los primeros quieren hacer pagar el
precio más alto posible por los productos de la tierra que sirven de sostén a la
clase obrera, mientras los industriales quieren que el salario sea lo más bajo
posible; los pequeños propietarios y los grandes industriales están en conflicto
porque las leyes de la competencia provocan la concentración del capital y la
ruina de los primeros, los bancarios y el capital financiero están en conflicto con
el capital productivo, los industriales, por la importancia de los interéses de

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impuestos en los préstamos. Los desocupados y los paupers están en contradicción
con los ocupados estables, por la guerra hacia la conquista o al mantenimiento
de una forma de sobrevivencia. Siempre y necesariamente cada día los vendedores
de trabajo, en mayor número, están en permanente conflicto entre ellos.

En síntesis se puede decir que en los Manuscritos del 44 Marx llegó a indicar la
historicidad de las relaciones de producción y a percibir el carácter
³FRQWUDGLFWRULR´GHODVRFLHGDGFDSLWDOLVWD(QDTXHOPRPHQWRD~QIDOWDEDXQD
teoría económica que diera razones de estas contradicciones y explicara el
funcionamiento de la sociedad capitalista.

3. La economía política clásica, desde Petty a Ricardo, ha investigado el enlace


interno de las relaciones burguesas de producción, haciendo importantes análisis
de la estructura y de las dinámicas socioeconómicas, incluso cuando ha hipotizado
el modo de producción capitalista como forma natural y por tanto eterna de la
sociedad.

El primer planteamiento socialista se desarrolla en el mismo terreno de la ciencia


de la industrialización, en el terreno de la economía política, de la cual derivaba
la argumentación ideológica en la inevitabilidad de la condición obrera. Es en
este contexto que la teoría Ricardiana del trabajo, como medida del valor de
cambio, influirá en los estudios de Marx y en la formación de la doctrina de la
plusvalía. La propia caracterización de la ganancia industrial, que nace en el
trabajo asalariado, está en la base del movimiento de las cooperativas de
producción, que fue característico del primer socialismo inglés. Si la producción
es realizada por los trabajadores en libre asociación, entonces la ganancia es
eliminada y la cuota salarial será siempre más alta hasta estar próxima a la
cuota total de valor que el trabajo realizado.

Los diferentes pensadores del movimiento socialista inglés, presentando de manera


diferente sus análisis, están preocupados por el hecho de que los salarios de los
trabajadores puedan resultar, dada la teoría de la ganancia derivada ecuación
valor-trabajo, siempre inferior al valor de los bienes productivos.

Se determina, realmente, una diferencia de la que el capitalismo se apropia


indebidamente, como consecuencia de la explotación y miseria, que son eliminadas
solo restituyendo el excedente extraído arbitrariamente del trabajo. Los
protosocialistas ingleses, en particular, parten realmente de los asuntos
Ricardianos. Estos pensadores ya comienzan a designar directamente la plusvalía,
RODJDQDQFLDFRQHOWpUPLQRGH³SOXVYDOtD´FRPRWUDEDMRTXHHOREUHURFXPSOH
gratuitamente además del tiempo necesario para reintegrar el valor de su fuerza
de trabajo y produce el equivalente de su salario.17

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Así, pero sobre la base de una teoría en la que el trabajo tiene una estructura
conceptual que se articula en diversos grados de abstracción, se desarrolla una
teoría coherente del valor y de la plusvalía. Los premarxistas, los socialistas
utópicos, logran por vez primera intuir que si el valor tiene su origen del trabajo,
entonces la ganancia es sustracción del producto del trabajador y es
conceptualmente resuelta en apropiación de tiempo de trabajo, por el cual el
obrero no recibe retribución alguna. Es decir, cualquier forma de interés,
monetario, o de ganancia industrial, es una extracción derivada del trabajo ajeno.

Sin embargo, estos elementos se presentan diversamente compuestos en las varias


figuras del movimiento socialista.

Esta tendencia a la constitución de una economía vulgar, que Marx encuentra ya


en los economistas que admira, traduce los límites de clase de la economía política.
Partiendo del momento en el cual la preocupación de la coherencia formal del
sistema de las categorías, toma el paso en la voluntad de penetrar la realidad,
seduciéndose si fuera necesario en soluciones contradictorias, en formulaciones
equívocas, es inevitable que el fetichismo de la mercancía venga superpuesto en
una especie de misticismo de las formas categoriales. Las abstracciones de la
economía política, llenas de un contenido no explicado, parecen formar una ciencia
rigurosa, autónoma, segura de su método, pero explicando en los hechos una
realidad mutilada, parcialmente cancelada. Esto hace que los economistas estén
predispuestos a sucumbir en la presión de la clase dominante, a oponerse a una
postura negativa hacia los críticos de la economía política, surgida como especie
socialista, como para librarse de las categorías más consistentes (valor-trabajo,
etcétera.), por limitarse a los que hacen de la economía política una disciplina
que concierne a un orden natural (Vicent 1970. 224).

Notas
1
Sobre algunos de los temas tratados en este capítulo cfr. el prólogo de Vasapollo
(2002) y Vasapollo (1996); en particular en las escuelas y los pensadores del
socialismo premarxistas se ve la tesis de graduación de Vasapollo: La categoría
de la ganancia del socialismo utópico al socialismo científico, Roma 1980.
2
El objeto de estudio de la economía política, las causas de la riqueza nacional y
las leyes de la distribución ( con el nombre alemán Nationalokonomie), cambia
seguidamente a la ³ruptura epistemológica´ de la marca marginalista (los primeros
años de la década del 70 del siglo XIX ven la publicación de las obras de Jevons
Menger y Walras). Para una reconstrucción crítica de este pasaje cfr., de Marchi,
La Grassa, Turchrtto (1994: 15-41). Un clásico de la historia del pensamiento
económico que reconstruye, incluso este período, concentrándose sobre todo en la
problemática de la teoría del valor y de la distribución, fue Maurice Dobb (1999).

70
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3
Existe diferencia entre división técnica y división social del trabajo. Si el último
siempre existe y presupone la pluralidad de actividades productivas en el seno
de una sociedad posible, comenzando desde familia, es por tanto un producto
natural de la evolución humana, la división técnica es mucho más reciente e
insistente en medio del proceso productivo. En la fase manufacturera es impuesta
por el capitalista para aumentar las tasas de productividad del trabajo,
especializando a los trabajadores en simples encargos: es por tanto llevado
artificialmente del desarrollo de la organización del proceso productivo (que
adquiere nuevas formas de modo especial, en la revolución industrial y de la
evolución de la manufactura en la industria). En el siglo XX (fase taylorista) la
totalidad del trabajo humano es fragmentado en una pluralidad de encargos,
faltos de sentido para el ejecutor. Sobre este argumento las clásicas páginas de
Braverman (1998). En otro sentido el trabajo asalariado en la llamada fase
postfordist:a y la necesidad de un reencuentro de sentido integral para la
actividad productiva cfr. Antures (2002, 2006).
4
La operación de despojar a Marx de su valor o de su lado político es una vieja
idea y hoy es rispolvereta, incluso por autores, que una vez fueron rigurosamente
marxistas y militantes revolucionarios. En algunos ambientes académicos se
tiende a caer frente a presiones ideológicas, al tratar de marginalizar
excesivamente el lado político, el verdadero objetivo de la crítica de la economía
SROtWLFDPDU[LVWD³ODFRPSUHQVLyQGHODVOH\HVGHOPRYLPLHQWRGHODVRFLHGDG
EXUJXHVD´ HQ IDYRU GHO SURYHFKR ³UHGXFFLRQLVWD´ HQFHUUDGR HQ HO VLPSOH
contorno de la academia. Tal es el peligro en el que parece incurrir uno de los
mejores estudiosos marxistas actualmente vivos, Fred Moseley (1995:92)
cuando escribe: pienso que la probabilidad de una revolución de la clase
trabajadora contra el capitalismo, sea una cuestión completamente separada
de la teoría económica de Marx, que no tenga ninguna relación con la vigencia
de la teoría marxista. El problema de la revolución implica una elaboración
política en la que los trabajadores se opongan al desarrollo capitalista y no se
ve en cambio la teoría de Marx relativa a las tendencias objetivas del desarrollo.
Si es verdad que no sostenemos la identidad del político y del económista y
convenimos con Moseley, que ellos tienen su tiempo y características de su
comportamiento completamente diferentes, deberá servir para algo, en relación
con la política, el conocimiento de las leyes objetivas del movimiento de la
producción capitalista.
5
³3URSLDPHQWHHQFRQVHFXHQFLDFRQHOVXFHVRGHOOHYDUDODOX]HOHVWULFWROHJDGR
que une salarios y ganancias, el trabajo de Ricardo había revelado el potencial
antagónico que caracterizaba la discusión del producto entre las dos clases. Él
había así, debilitado seriamente la posibilidad de una visión armónica de la
sociedad capitalista y la influencia que su trabajo tendría en los escritores
sucesivos, los cuales inmediatamente después de su muerte se encargarían de
UHYHODUOR´ *DUHJQDQL 

71
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6
Hodsking (1827) del mismo autor cfr. Hodsking!1970), del que una parte puede
ser leída incluso en Papi (1976), que reporta también escritos de Owens y
Ferguson.
7
Gray (1797) cit, en Marx (1974-335).
8
Ibíd., vol., 1: 335-336.
9
Ibíd., vol., 1: 337.
10
Cfr. La bibliografía saintsimoniana de A. Mazzone, I,tt,Mazzone (1962).
11
Cit. en Marx (1974:49).
12
Se relee la celebérrima premisa de Marx en su Miseria de la filosofía
  ³HO VHxRU 3URXGKRQ WLHQH OD GHVGLFKD GH VHU SRFR FRQRFLGR HQ
Europa de manera particular. En Francia tiene el derecho de ser un mal
economista porque pasa por un buen filósofo alemán. En Alemania tiene el
derecho de ser un mal filósofo, porque pasa por uno de los mejores
economistas franceses. Nosotros, en nuestra doble condición de alemanes
\GHHFRQRPLVWDVKHPRVTXHULGRSURWHVWDUFRQWUDHVWHGREOHHUURU´
13
El acto de fundación y los estatus de la sociedad del banco popular fueron
suscritos el 31 de enero de 1844. Con esto se proponía organizar el crédito,
procurando todo el más bajo precio en el uso de las tierras, de las casas, de las
máquinas, de los capitales, de los servicios de todo tipo y facilitando a todos el
comercio, los productos y la colocación del trabajo, en las condiciones más
ventajosas.
14
Rodbertus (1851), cit. en Marx (1974, vol. II:7.75)
15
Rodbertus (1851), cit. en Marx (1974, vol. II:7.75)
16
No por esto la economía marginalista puede ser definida científica y neutral en
términos Weberianos, porque la selección inicial de la economía marginalista,
consciente o no, es un juicio de valor. La aceptación del sistema capitalista
como el mejor a producir y distribuir la riqueza nacional. Para algunas
reflexiones, en particular el prólogo de Vasapollo (2002) y Vasapollo (1996).
17
Enrique Dussell, en el curso de sus años de profundo estudio de la obra de
Marx, escribió sobre las intensas páginas, en cuanto al trabajo vivo y su
plusvalía como única fuente de valor, operando una distinción importante entre
fuente (aquellas en alemán) y fundamento (Grund) del valor. Para una
profundización en estas cuestiones, cfr. Dussell (1999; 2004a; 2004b; 2005).

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Tercer Capítulo

CATEGORÍAS FUNDAMENTALES DEL ANÁLISIS


MARXISTA
(EL CORAZÓN DEL PROCESO PRODUCTIVO)1

1. El modelo de producción capitalista


y la teoría marxista del valor
El trabajo ha sido siempre una actividad económica productiva fundamental. Ya
sea actividad de caza, pesca o pastoreo, desarrollada en comunidad o en un
régimen de apropiación privado del fruto de la actividad productiva, se valoriza
diferente, según período histórico y la pertenencia de rango, clase, raza, etnia,
asumiendo como consecuencia acepciones positivas o negativas; es la única
actividad funcional y necesaria en cuanto a la sobrevivencia de la especie humana.
Esto fue inmediatamente perceptible en los milenios de reproducción de la
comunidad antigua, donde con frecuencia el trabajo social era igual al trabajo
necesario a la reproducción de la comunidad, donde la plusvalía en general era
inexistente o solamente excepcional. Las economías donde el excedente es nulo
son llamadas estacionarias. Donde en cambio existe un excedente, el sistema
económico es llamado progresivo.2

Un modo de producción es pleno como una totalidad de relaciones que estructuran


las modalidades de interrelación entre los individuos que componen una cierta
comunidad.3 Es el modo en que las relaciones producen los bienes y servicios
necesarios para la reproducción de una comunidad humana, históricamente
determinada y especialmente delimitada (el modo en que la naturaleza es apropiada
y transformada por el hombre). Viviendo el hombre en comunidad y no
aisladamente (aparte de las fantasías provincianas, que alguna vez se ha pretendido
que fuesen bases epistemológicas válidas de la moderna teoría económica),4 las

73
La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1021-6
relaciones que se desarrollan en este contexto, son relaciones humanas, de
interéses, objetivas, son relaciones sociales.

Cada modo de producción ha desarrollado sus propias relaciones sociales, que


definen con el tiempo las diversas pertenencias de rango, de raza, de clase,
³FUHDQGR´GLIHUHQFLDFLRQHVSVHXGRUUDFLDOHV

El modo de producción capitalista (MPC) se diferencia principalmente de los


modos de produccion anteriores, porque libera al hombre de sus legados de tipo
personal, de sangre, familiares, típicos esclavistas de la épocas anteriores. El
modo de producción capitalista, destruyendo, aunque no completamente, los viejos
modos de producción (MP) y en parte sus herencias jurídicas, genera una
³UHYROXFLyQ´HQHOiPELWRVRFLDO\GHOGHUHFKRFRQVHFXHQFLDGHORFXDOWRGRVORV
hombres son formalmente libres e iguales ante las leyes. El trabajador no es más
un esclavo que debe necesariamente trabajar y servir al propio patrón, no es el
campesino defraudado en esfera jurídico territorial del propio señor; es ahora un
hombre libre que puede, por su iniciativa, vender la propia fuerza de trabajo en
el mercado y venderla al que mejor le ofrezca. Por tanto, no existe obligación al
trabajo, sino solamente conveniencia, oportunidad, interés.

Históricamente, el proceso de liberación de los hombres desde los viejos vínculos


feudales, está separado de otro proceso paralelo que es definido por Marx como
acumulación originaria (del modo de producción capitalista). Esto es caracterizado
SRUOD³FDUUHUD´DODSULYDWL]DFLyQGHORVPHGLRVGHSURGXFFLyQFRQFHQWUDGRVHQ
las manos de (relativamente) pocas personas; se piensa en la privatización de las
WLHUUDV ³enclosures´recinzione), en la progresiva distribución de la práctica
personal que sustrae a los maestros de talleres y a sus aprendices, los instrumentos
necesarios para la producción, etcétera.

En la privatización de los medios de producción, la mayoría de la población


activa (en términos laborales) será despojada de toda posibilidad concreta (y
no formal) de trabajar libremente por cuenta propia, no puede acceder a los
medios de producción apropiados privadamente, y no colectivamente, como
era, por ejemplo en muchas sociedades privadas primitivas.5 El trabajador
(potencial), expropiado de los medios de producción necesarios en la
productividad libre, independiente, autónoma, o sea en el modo en que producen
de manera capitalistata solamente su fuerza de trabajo (que es la única mercancía
que una vez vendida les garantiza la supervivencia). En el mercado de ³la
fuerza´ de trabajo, el trabajador vende la única mercancía que posee (el valor
de uso de esta, que es el trabajo vivo), una mercancía fundamental para el
capital, la única capaz de producir un valor excedente con respecto al necesario
para su propia reproducción.

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2. El trabajador aparece libre de vender su propia mercancía y el capitalista
comprador es libre de adquirir la mercancía que necesita. Pero, no son libres de
prescindirse respectivamente, el uno del otro; su relación de producción es al
mismo tiempo funcional y conflictual. 6

El trabajador, aún cuando posee solamente la propia fuerza de trabajo como


mercancía de sobrevivencia, no puede dejar de venderla al capital y el capital no
puede dejar de adquirir la fuerza de trabajo, desde el momento en que es la
fuente de su valorización. El trabajador, en este proceso de nexos dialécticos,
donde los dos polos se necesitan, es libre e igual solo formalmente y no
sustancialmente. Porque en los conflictos de un dador de trabajo, él no tiene una
fuerza contractual como para poder escoger si vender o no, cuándo y a qué
precio, etc. Es siempre el tomador el que tiene la fuerza adquirida amenazante,
sobre la fuerza débil (como hemos visto en A. Smith).

El dador de trabajo, en la medida en que hay abundancia de oferta de fuerza de


trabajo, tiene libertad, ya sea formal o sustancial, de comprar, no ya la fuerza de
trabajo en general, en cuanto es obligado a comprarla, sino una fuerza de trabajo
particular; tiene poder para escoger, cosa que es negada al (aspirante) el
trabajador. En el poder, libertad de elección, que se origina de la propiedad de
los medios de producción, es un fundamento del poder del tomador de trabajo,
ya sea en el mercado de fuerza de trabajo como en el proceso productivo (triple
comando del capital sobre el trabajo, ver arriba).

3. La libertad formal del trabajador de hoy no hace desaparecer un elemento que


sustancialmente es común a todos los modos de producción donde la propiedad
de los medios de producción está separada del trabajador. Este elemento es la
relación de dependencia instaurada entre patrón y trabajador; entre quien detenta
el poder del comando y quien lo sufre. Es evidente que la forma de subordinación
y de sumisión del factor trabajo al factor de señoría (que en el modo de producción
capitalista asume la forma del capital) es la relación dominación texto, es la
suma de la forma de relación de explotación.

Podemos afirmar bien que la producion capitalista es el reino de la formalidad,


que oculta la esencia de las relaciones sociales que se vienen a instaurar (C. V. a
propósito las categorías de fetichismo de la mercancía y fetichismo del capital).
La producción capitalista tiende a hacerse desaparecer en el mundo de lo no
dicho. La neutralidad, igualdad de los institutos sociales y la igualdad garantizada
por el derecho, son construcciones de origen histórico-social que derivan en
último análisis de las relaciones de fuerza entre las clases (hegemonía).

4. El punto de partida del análisis económico, o mejor, de la exposición


marxista es la mercancía, es decir la composición de un organismo complejo

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hasta llegar a su célula y en esta a la contradicción interna del valor de uso y
valor de cambio. Pero el análisis de las formas económicas no puede ser de
microscopios ni de reactivos químicos. Los unos y los otros deben ser sustituidos
por la fuerza de abstracción (Marx, prólogo al tomo uno de El capital).

El método de la abstracción al que Marx recurre sirve para caracterizar el


fenómeno estudiado, los elementos fundamentales como determinantes,
abstrayéndolos de aquellos secundarios, derivados, que solo sucesivamente serán
tenidos en consideración.

No se trata de mettere in essere de las generalizaciones llenas de contenido real


o empírico, sino al contrario, de distinguir en la exposición científica más niveles
de abstracción. Los aspectos históricamente determinados, que representan la
esencia, la verdadera clave de la lectura de un modo de producción, se combinan
en la realidad con muchos otros que determinan y especifican el modus operandi.
Estos aspectos pueden ser analizados, desarrollados a un nivel de abstracción
más bajo, según el método de pasar de lo abstracto a lo concreto, o sea de
reconstruir estos en sus momentos constitutivos.

En la teoría de Marx que, el capitalismo no existe (y el propio término capitalismo


se usa raramente, se habla para abreviar, de capital y de producción capitalista),
el objeto de la teoría es el MPC en sus categorías fundamentales, abstractas, de
las superficies histórico-sociales y después, de las configuraciones teóricas
efectivas del modo de producción y los diversos capitalismos, nacionales,
internacionales, etcétera.

$SURSyVLWRHVFULEH5RQFDJOLD\6\ORV/DELEL  ³/DHFRQRPtDFRPR


todas las ciencias que estudian la sociedad, está históricamente condicionada, ya
que la sociedad misma cambia de manera irreversible en el tiempo histórico .
Las ciencias sociales son vistas como exámenes que parten, se superponen y que
VHPXHYHQWRGRVHQODKLVWRULD´

En los procesos de abstracción que los economistas construyen, partiendo de


la realidad concreta, se limitan necesariamente al propio análisis (y la
construcción de la propia teoría) solamente en determinados ámbitos; ³aislando
algunos textos que escogieron como objeto de su trabajo de análisis; por tanto
proceden a la construcción de teorías, introduciendo hipótesis significativas
para aislar a los que tienen los principales elementos del problema que intentan
afrontar. Las diferencias entre varias aproximaciones dependen de las elecciones
completas en este proceso y particularmente en su primera fase´ (Roncaglia y
Sylos Lavinia: 2002. 3).7

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En verdad todas las épocas han tenido peculiares características en cuanto al
PRGRGHSURGXFLU³SHURODVGHWHUPLQDFLRQHVTXHYDOHQSDUDODSURGXFFLyQHQ
general deben estar para que la unidad no se olvide después de la diferencia
esencial. En este olvido está, por ejemplo, que todas las penurias de los
economistas modernos demuestran la eternidad y la armonía de relaciones sociales
H[LVWHQWHV´ 0DU[D 

/DWDUHDTXHVHSURSRQH0DU[HV³UHYHODU´ODOH\HFRQyPLFDGHOPRYLPLHQWRGH
la sociedad moderna, partiendo de la característica específica, históricamente
determinada de esta sociedad, como sugiere, muy lúcidamente, Alejando Mazzone
(1987b: 253):

El modo de producción capitalista es un proceso de determinación de forma,


porque es infinitamente expansivo en sus propias bases, y trata sus propias
condiciones históricas como naturwuchsig, como presupuestos impuestos. Esto
QRORH[FOX\HSHURVtLPSRUWDODFRQWUDGLFFLyQ'HKHFKR³HQHOLQWHULRU´GHO
movimiento de las formas, para hablar correctamente, como su contenido formado,
se desarrolla otro proceso, el de la universalización del trabajo o cooperación. El
³OtPLWH´GHODSURGXFFLyQFDSLWDOLVWDHV³HOFDSLWDOPLVPR´SRUTXHHOFRQWHQLGR
formado es infinitamente positivo, y entra en contradicción con la forma de
movimiento, que es (fue) suya. La teología del modo de producción en sus
SRUWDGRUHV ³DJHQWHV´GHO³YDORUTXHVHYDORUL]D´³YHUGDGHURVSURGXFWRUHVGH
PHUFDQFtDV´DYHFHVFDSLWDOLVWD\GHULYDGRV HVDWUDYHVDGDSRUODWHFQRORJtDGHO
trabajo social, que es teleológico por el trabajo y la fuerza productiva social se
incrementa incondicionalmente.

5. La primera diferenciación del modo de producción capitalista, con respecto a


los anteriores, es la de constituirse como producción generalizada de mercancías.
La mercancía siempre se presenta como objeto a encarar con características
bien precisas para ser utilizadas de cualquier modo. Estas características, sus
cualidades naturales como la forma, el color, la medida, el material, etc., distinguen
una de la otra. Está claro que el individuo, que se facilita la mercancía por medio
del cambio, la consume. La consume porque las cualidades naturales que ella
aporta le son útiles para poder usarlas. La utilidad de un objeto determina su
valor de uso. Por tanto, el valor de uso de una mercancía está en función directa
a la utilidad que ella tiene para quien la consume, para quien la usa.8

Se puede decir que, en relación con el valor de uso, las mercancías son diferentes
entre ellas porque tienen cualidades diferentes, a cada mercancía le corresponden
cualidades particulares. Las mercancías son cambiadas por sus valores de uso
porque presentan cualidades diferentes. El valor de uso está estrechamente
ligado a la cualidad intrínseca de la mercancía, o mejor, de la cosa. La posesión

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del valor de uso no es del todo característico de la mercancía sola (capitalista),
de acuerdo con el sentido de una cosa producida para el cambio. Y, los objetivos
del cono de consumo en cada época y en cualquier sociedad, poseen un valor de
uso o de utilidad.

Marx considera de manera innovativa el valor de uso en el campo de investigación


de economía política, por ser esta última la ciencia social de las relaciones entre
seres humanos y el valor de uso, que no incorpora en sí directamente una relación
social. En cada caso el valor de uso tiene un rol particular en economía, porque
es siempre necesario para el consumo. Pero la conexión entre los diversos tipos
de valores de uso es solo mediante el cambio de los productos.

En las formas económicas no burguesas, los productos tenían como característica


fundamental la de ser objetos de utilidad, valores de uso, y solo excepcionalmente
llegaban a ser mercancías; el producto, en cambio, en las formaciones económicas
capitalistas, es primero ante todo mercancía, valor de cambio. La utilidad de la
mercancía es solo una condición porque puede realizar el valor de cambio, con
la finalidad de que la mercancía pueda estar en el mercado, haciéndole encontrar
un comprador y un vendedor.

6. Si es verdad que las mercancías se distinguen por los valores de uso diferentes,
es también verdad que solo en el cambio se establece una confrontación entre las
FRVDVHQWUHPHUFDQFtDVGLIHUHQWHVFRQIURQWDFLyQTXHHOFDPELRSUHVXSRQH³DOJR´
GHFRP~QHQODVGLYHUVDVPHUFDQFtDV\HVWH³DOJR´HVWi\DSUHVHQWHDQWHVGHO
cambio, en la esfera de la producción.

Se deben responder entonces algunas preguntas: ¿qué cosa el valor de cambio


de?, ¿ sobre la base de qué elemento, de qué principio las mercancías son iguales
entre ellas?,¿qué cualidad, además de su valor de uso, debe poseer una mercancía
para tener la misma cualidad que tienen todas las mercancías?.

0DU[DILUPDGHFLGLGDPHQWHTXHHOYDORUGHFDPELRHVXQD³UHODFLyQFXDQWLWDWLYD´
correspondiente a la proporción en la que la mercancía (valor de uso) de un tipo
se cambia por otra. Por ejemplo dos metros de tejido son igual a un sombrero.
Desde el punto de vista de valor de cambio es indiferente que un vendedor tenga
un sombrero o dos metros de tejido, en el sentido que las dos cosas al final del
cambio son equivalentes, aunque son cualidades diferentes. Una mercancía tiene
un valor de cambio no directamente relacionado con su valor de uso.

Para dar respuesta a las otras preguntas, Marx se pregunta otra vez: ¿qué es lo
que se cambia?- mercancías. ¿Qué son las mercancías?- productos para el cambio,
que son valores de uso para quienes los consumen. Ellos no son simplemente

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SURGXFWRVVLQRSURGXFLGRVSDUDRWURV³ORTXHVRORVHORJUDUHDOPHQWHDWUDYpV
GHODPHGLDFLyQGHOFDPELR´/RTXHGLFHORTXHGLVWLQJXHLQPHGLDWDPHQWHDORV
productos de los objetos de la naturaleza es el hecho de que los hombres han
HPSOHDGRWUDEDMRSDUDWUDQVIRUPDUORV3HURHVWRQRHVVXILFLHQWH³SURGXFWR\
PHUFDQFtDVRQGRVFDWHJRUtDVGLIHUHQWHV´

Por tanto, para decir que las mercancías en una determinada relación tienen el
mismo valor de cambio, es necesario establecer cuál es la característica que
tienen en común. Por ejemplo ¿qué cosa pueden tener en común dos metros de
tejido y un sombrero? No es su valor de uso que ciertamente es diferente, sino es
el hecho que para producirlos fue necesario perder la misma cantidad de trabajo
DEVWUDFWRKXPDQR´

Así como los valores de uso de los simples productos no son iguales, tampoco lo
son los trabajos que son necesarios en su producción. Son equivalentes solamente
porque son producto del trabajo abstractamente humano.

7. El valor es el resultado de trabajo abstracto universal. Su grandeza es medida


VREUHODEDVHGHODFDQWLGDGGHWUDEDMRTXHORKDSURGXFLGR³/DJUDQGH]DGH
valor es, por tanto determinada por la duración de la erogación de trabajo
DEVWUDFWDPHQWHKXPDQRGHOWLHPSRGHWUDEDMRHPSOHDGRHQVXSURGXFFLyQ´

Si esto es verdad, como se ha evidenciado al paso de marras, se podría concluir


diciendo que mientras más largo es el tiempo requerido para la producción de
una mercancía, más grande es el valor de esta mercancía. De hecho puede, podría
suceder que un obrero lento produzca mercancías que tienen mayor valor que las
producidas por un trabajador más ágil: pero no se puede asumir como escala de
la grandeza del valor la prestación de trabajo de un productor individual ni de su
tiempo de trabajo individual.

3RUHVWRVHGHEHSDUWLUGH³XQJUDGRVRFLDOPHGLRGHKDELOLGDGHQFRQGLFLRQHV
VRFLDOHVGHSURGXFFLyQPHGLD´(QWRQFHVSDUDODVUHODFLRQHVTXHVRQHIHFWXDGDV
en estas condiciones, se emplea el concepto de tiempo de trabajo socialmente
necesario, el tiempo necesario como medida para producir un determinado objeto
o servicio.

3RUWDQWRHOYDORULQFRUSRUD³WUDEDMRVRFLDO´HQHOVHQWLGRDQWHULRUPHQWHH[SOLFDGR
\³WUDEDMRDEVWUDFWR³

Pero ¿qué cosa es el trabajo abstracto? Desde el momento que se dijo que en el
cambio no se consideraba el valor de uso de la mercancía, desaparece la diferencia
entre las características particulares de los trabajos que las han producido. Los
trabajos, por tanto, no se distinguen más uno del otro, porque son reducidos a un
tipo de trabajo general, que es el mismo para cada actividad humana.

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El trabajo abstracto tiene características particulares en cada tipo de prestación
de fuerza de trabajo. Por ejemplo, un obrero pasando de una fábrica de tejido a
una de sombreros pierde energía muscular y mental, produciendo mercancías
que tienen valores de uso diferentes.

El trabajo es abstracto, en el sentido que son ignoradas todas las características


individuales específicas, especiales, que diferencian un género de trabajo del
otro.

El trabajo abstracto no es trabajo en general, mientras este último existe en


todos los modos de reproducción, el trabajo abstracto es la forma específica que
el trabajo general asume en este modo de producción. Entre los dos existe una
relación, pero sin coincidencia. Marx tiene un nombre bien preciso para la
identificación de esta relación: fetichismo mercantil.

8. En este punto, en la teoría marxista, se introduce el cambio de horizonte con


el paso del valor del trabajo al valor de la fuerza de trabajo, superando los
problemas existentes en la determinación del valor trabajo que la economía política
clásica no había podido resolver.

Uno de los fundamentos que diferencia la teoría del valor de Marx de la de


Ricardo es la distinción entre trabajo y fuerza de trabajo. El trabajo abstracto
humano es la medida del valor, no es una mercancía y como tal no tiene sentido
hablar de valor del trabajo.

Pero la economía política clásica era incapaz de comprender completamente


este cambio de terreno, este alejamiento de la problemática, dado que por esto
debió saber superar el horizonte del modo de producción capitalista. Sería falso
creer que los mayores pensadores de la economía política se sometieran
directamente a los intereses de la burguesía que resaltaba continúamente sus
investigaciones científicas. Marx en su teoría del valor afirma que la grandeza
de Ricardo, respecto a sus adversarios sentimentales (por ejemplo Sismondi), es
aquella de haber visto en el modo de producción capitalista el modo más favorable
para el desarrollo de las fuerzas productivas y por un desarrollo superior de la
individualidad y haber defendido, desde este punto de vista, el progreso de las
relaciones de producción capitalista. Ya sea en el cómo en Smith se encuentra
frecuentemente esta honestidad científica, que no teme a las contradicciones que
refleja la realidad, ni a las consecuencias de los nuevos conocimientos.

Pero todo su mundo intelectual se insertaba contemporáneamente en un contexto


burgués y no lo inmunizaba contra las tentaciones de vulgarizar las categorías
económicas, imponiéndole limitaciones. Según Marx el mismo había defendido esto,
este grandísimo empirismo que quiere ignorar las contradicciones reales y se sublima

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matizando las representaciones más conformes con la organización mental del
investigador, dejando a un lado, considerándolos secundarios, algunos aspectos
fastidiosos, aberrantes de la realidad. (Vicent 1070: 223-224).

9. Es la mercancía fuerza de trabajo la que es vendida y no el trabajo.


Consecuentemente lo que si se constituye es un mercado de la fuerza de trabajo
y no del trabajo. Tiene sentido, por tanto, solo hablar de la fuerza de trabajo. 9
Veamos por qué: la fuerza de trabajo se puede definir como la capacidad que
cada individuo tiene de hacer un trabajo en general. En una sociedad capitalista
los obreros tienen la característica especial de cambiar en el mercado con los
poseedores de los medios de producción (y por tanto de la mercancía) una
mercancía en particular: su fuerza de trabajo, o sea su capacidad productiva,
³HQHUJtDP~VFXORVVXGRULQWHOHFWR´SRUGHFLUORFRPRGLMR0DU[

Desde el momento en que el obrero vende (cambia) su fuerza de trabajo, ésta es


una mercancía y como tal tiene valor.

¿Cuál es ese valor? Se puede decir que él es igual a la cantidad de trabajo necesario
para la producción y reproducción del propio trabajador. Es decir, los bienes
necesarios para su subsistencia y la procreación históricamente necesaria. El
valor de la fuerza de trabajo no tiene ninguna relación con la cantidad de trabajo
que el obrero puede ejecutar, es decir, con el valor de las mercancías producidas.
Un obrero para vivir necesita un total de mercancías iguales a cuatro horas de
trabajo: el patrón, por tanto lo remunera con el equivalente en salario de cuatro
horas productivas, pero puede hacerlo trabajar cuanto quiere10 (por ejemplo
9 horas), apropiándose del producto de estas cinco horas de trabajo adiconales.
Se entiende que el capitalista en este cambio se apropia, no remunerando el valor
correspondiente a cinco horas productivas.

En otros términos, se podría decir, que en la mercancía cristaliza el trabajo de


una jornada entera, pero el obrero recibe en forma de salarios solamente el
equivalente a una parte de su jornada productiva. Esta parte corresponde al
valor de su fuerza de trabajo, definido por los medios necesarios para su
mantenimiento y para la reproducción de la especie de los trabajadores. El salario
corresponde, entonces, solamente a una parte de las horas productivas de la
jornada laboral.. Las horas restantes equivalen a la plusvalía, el valor producido
por el trabajo gratuito, robado a los trabajadores, y de la que se apropia el
capitalista como propietario de los medios de producción.
10. La relación de producción capitalista (o sea la relación capital-trabajo), bien
puede ser definida como el corazón del modo de producción capitalista, porque
determina (no en manera mecanicista y lineal) la peculiar combinación
(verbindung)11 de los trabajadores y de los medios de producción, que caracterizan
un específico modo de producción.12

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El proceso de producción inmediato (PPI) está constituido a su vez por dos
procesos: a) produccion, b) valorización.13 El PPI finaliza en la transformación
de valor de uso existente en valor de uso nuevo y diferente de los anteriores y la
conservación de los viejos valores de uso, para que puedan continuar desarrollando
VXIXQFLyQ6LQHPEDUJRHVRQR³SURYHH´VRODPHQWHYDORUHVGHXVRVLQRWDPELpQ
valores de cambio.

Además:

³HOSURFHVRGHSURGXFFLyQFDSLWDOLVWDFRQVLGHUDGRHQVXQH[RFRPSOHMRRVHD
considerado como proceso de producción, no produce solo mercancía, no produce
solo plusvalía, sino produce y reproduce la relación capitalista: de una parte el
FDSLWDOLVWD\GHODRWUDHOREUHURDVDODULDGR´ 0DU[S 
En medio de este proceso se encuentra, inmediatamente, la contradicción de las
clases sociales, de los asalariados y los capitalistas. También, en apariencia un
trabajador se percibe a si mismo (sobre todo en el proceso productivo) en una
relación, posición, de tipo técnico, funcionalista, entre hombre y máquina14, una
relación fundada en la racionalidad técnica y organizativa ( de donde el
DGPLQLVWUDGRUHVVRORXQ³HMHFXWRU´ (QUHDOLGDGHQWUHFDSLWDOYDULDEOH\FDSLWDO
constante se instauró una relación social (entre quien eroga el trabajo vivo y
quien ostenta el trabajo muerto, que funcionaliza en sí mismo el trabajo vivo).
Esta contradicción no se desarrolla entre un trabajador y un capitalista, sino
entre clases productivas (trabajador colectivo) y capitalista (o mejor clase de los
capitalistas). En la simple seguridad de producción, tenemos una fracción del
trabajador colectivo, portador de la fuerza de trabajo y portador de trabajo vivo,
organizada sobre la base de los principios de la cooperación, por una parte y por
la otra, el capitalista individual, personificación del capital.
En el proceso productivo15 (PRL) donde se eroga concretamente el trabajo vivo,
donde eleva el trabajo concreto16 (trabajo cualitativamente intenso) y este proceso
está determinado por el modo en que el capitalista individual organiza la propia
empresa, por cómo combina los factores productivos17 (entre los cuales está la fuerza
de trabajo) y de cómo está organizada prácticamente la actividad empresarial. Es el
³lugar´ en el que el capitalista, el administrador, ejercita el propio comando y
(re)producen las jerarquías internas en la empresa, que se reflejan así en medio de la
sociedad (ver inicio, el triple comando del capital en el trabajo).

Un análisis del curso productivo es fundamental para comprender las innovaciones


que son incesantemente introducidas a nivel, ya sea de organizaciones técnicas
como gestionales de la empresa, y del factor trabajo (pero no sólo), sino también
y sobre todo (es una consecuencia) para examinar las relaciones sociales de
poder y de subordinación que se establecen.18

82
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(O35/HVHOFRUD]yQ³WpFQLFRRUJDQL]DWLYR´GHOSURFHVRGHSURGXFFLyQLQPHGLDWR
Aquí es donde se experimentan las técnicas extractivas de plusvalía. Sin embargo,
esto no es independiente; puede ser organizado en los más diversos modos (va
desde la preexistencia, existente aún, de los sistemas de la decada del 80 hasta
los más modernos, cambiándose eficazmente entre ellos) pero debe ser funcional
a otro proceso, porque determina las características generales. El de valorización
(el proceso productivo de plusvalía: PRV).

Si una empresa capitalista tiene su razón de existir solo porque tiene ganancia, y
si la única fuente de plusvalía es el trabajo vivo, es lógicamente consecuente que
el proceso productivo pueda ser organizado siguiendo criterios beneficiosos, sin
respetar las exigencias dictadas por el proceso de valorización, que pretende que
la plusvalía sea siempre mayor que cero (W>0: podemos sostener que el PRL
está subordinado al PRV).

11. Mientras el PRL está determinado a producir valor de uso, el PRV produce
valores de cambio. En el PRL se evidencia la plusvalía. EL PRV, donde es relevante
la plusvalía, está determinado a producir más valores de cuantos se han
introducido en el proceso (y más que el que se necesite para reproducir la fuerza
de trabajo). Lo que se evidencia en el PRV no es el trabajo concreto,
cuantitativamente definido, sino el abstracto (que es medida de valor y por tanto
plusvalía). El trabajo abstracto prescinde de la calidad específica del trabajo
concreto específico (el jornalero desarrolla determinadas funciones y operaciones
que no son las del obrero metalúrgico o constructor), el trabajo es considerado
solo desde el punto de vista cuantitativo (como gasto de energía muscular e
intelectual): es calculado en horas/tiempo de trabajo erogado.

El trabajo abstracto es idóneo para ser medida del valor, 19 por su característica
intrínseca de homogeneidad, 20 que se presta a ser medida cuantitativamente, a
diferencia del trabajo concreto que siempre es desigual.

En el capitalismo el valor de las mercancías está dado por el nuevo trabajo


abstracto empleado para su producción, más el trabajo abstracto contenido en
los medios de producción, es decir, está dado por la suma de trabajo nuevo más
el pasado. Esto es, el valor contenido en las mercancías. Solo el trabajo abstracto
es el valor de una mercancía (Carchedi, 2002:122).

A título de mayor, pero fugaz precisión; la cantidad de trabajo contenido en


una mercancía no es igual al precio de producción. Mientras el PRL está
determinado a producir un valor de uso (donde eleva su propia calidad; se
compra un ³objeto´ por el valor de uso, que posee por sus ³cualidades
intrínsecas´, el PRV, está determinado a la producción de valores de cambio.
Es el valor de cambio la otra cualidad de la mercancía que permite adquirir la

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plusvalía en el mercado. Los dos procesos son inescindiblemente unidos, porque
es la misma mercancía producida para tener valor de uso y valor de cambio.

12. El trabajo abstracto, con el avance del capitalismo, no es solo un concepto


que utilizamos para analizar la duplicidad del proceso de producción inmediato
y los valores (de uso y de cambio) de la mercancía, sino es también una cualidad
que concretamente caracteriza, siempre, más al trabajo como actividad específica
erogada.

Con el desarrollo del maquinismo (y con la incorporación de las funciones de


trabajo vivo y del saber en las máquinas, trabajo muerto), el trabajo vivo es
siempre más expropiado (de las propias características, especificidades,
particularidades y cualidades ). Una consecuencia de esta tendencia es que el
trabajo vivo resulta siempre más homogenizado. Por ejemplo, el trabajo obrero
es frecuentemente reducido a funciones de control todas símilares, pero no iguales
HQWUHHOODVVHSLHQVDHQORVQXHYRVWUDEDMDGRUHVFRQVLGHUDGRV³FRJQLWLYRV´SRU
prevalecer la actividad de carácter inmaterial, en la liguilla donde las capacidades
de problem solving colaboraciones dadas, etc., son más o menos tendencialmente
KRPRJpQHDVSRUQRKDEODUGHODWDUHDSURGXFWLYDWtSLFDGHORV³QXHYRVVHUYLFLRV´

El trabajo abstracto no es más que un concepto intangible, él es el resultado de


las necesidades del capital de usar una fuerza de trabajo (tendencialmente) siempre
más descalificada 21, menos especializada, flexible, adaptable22.

(V HO SURFHVR GH ³EDQDOL]DFLyQ´ GH QXHYD HVWDQGDUL]DFLyQ GHVFDOLILFDGD \


precarizada del trabajo, del que se habla desde hace años en esta era postfordista.
Estamos en presencia de una condición de metafisicación del trabajo vivo.

2. Plusvalía-plusvalor
En los principios del funcionamiento de la economía burguesa, el factor trabajo
SURGXFWLYR GH ELHQHV GH VHUYLFLR  HV UHPXQHUDGR FRQ HO ³MXVWR SUHFLR´ /D
prestación productiva es fruto de un cambio (igual) entre trabajadores y dadores
de trabajo: uno presta la propia actividad productiva y el otro la remunera.
Ambos son sujetos jurídicamente libres e iguales. Encontrándose en el mercado
de trabajo, tienen el interés de firmar un contrato, 23 que en condiciones de
competencia perfecta y de equilibrio de poder recíproco y de los conocimientos,
satisface a los dos: a uno porque ha vendido su prestación productiva, al que
mayor le ofrece, al PRI, al precio más alto del momento, en esas condiciones; y
al otro, porque ha comprado como más conveniente le ha sido, dado la misma
circunstancia.24

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Pero está claro que si queremos analizar concretamente la sociedad y su
movimiento, debemos abandonar el mundo de las remesas marginalistas y regresar
al análisis de clase.

Para Marx el salario (social, el de clase) no es otra cosa que el precio pagado por
la clase capitalista a la clase obrera por su reproducción como fuerza de trabajo.
El salario es un precio (expresión monetaria del valor) históricamente y
socialmente determinado. Es necesario entonces una breve alusión de crítica a la
convicción generalizada que en Marx fue una teoría del empobrecimiento absoluto
del proletariado, o sea, la reducción constante del salario, incluso por debajo de
los niveles de sobrevivencia de la clase obrera. Es bueno precisar prioritariamente
que Marx, cuando hablaba de leyes del capitalismo, se refería a tendencias y
nunca a las leyes mecánicas (como las químicas, las biológicas o las físicas). 25

El salario comprende, además de la forma directa, lo indirecto y diferido, una


multiplicidad de componentes, como las vacaciones, las liquidaciones, las
pensiones, los servicios sociales del estado, los precios políticos, y las tarifas
oficiales y controladas.

2. El capitalista compra fuerza de trabajo por su valor, o sea, paga al trabajador


un salario apenas suficiente para adquirir los medios para la subsistencia del
propio trabajador26. Si, como se supone, el susodicho valor es el producto de un
trabajo de cuatro horas, lo que significa que cuando el obrero ha trabajado las
primeras cuatro horas ya logró el valor de las materias primas y de las máquinas
en surplus de valor suficiente para cubrir los medios necesarios para su
sobrevivencia. Si el proceso productivo acaba en este momento, el capitalista
vendería a1 precio igual a los datos obtenidos. Pero el obrero se vende al capitalista
para una jornada completa. Si, como se ha dicho anteriormente, la jornada
productiva en el seno de horas, en las otras cinco horas el obrero continúa ganando
valor que excede, lo que está determinado para comprar los medios para la
subsistencia. Es, en términos marxistas, plusvalía, de la que el capitalista se
apropia personalmente. En otras palabras, en la producción capitalista, el producto
del trabajo necesario es en beneficio del trabajador en forma de salario; la parte
del trabajo no retribuido, de la plusvalía, se lo embolsilla el capitalista.

También en las sociedades de tipo esclavista o feudal, de una parte del trabajo
se apropiaba una clase particular, que en modos diferentes tenía el control de
los medios de producción. Lo que es característico del modo capitalista de
producción no es el hecho que sea explotación de una parte de la población
en conflicto con la otra, sino la forma que asume esta explotación, es decir la
producción de ³plusvalía, por la que el capitalista no paga ningún equivalente.
Es en su forma de intercambio entre capital y trabajo que la producción

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capitalista o el sistema del trabajo asalariado es fundado, y debe conducir a
UHSURGXFLUFRQWLQXDPHQWHDOREUHURFRPRREUHUR\DOFDSLWDOLVWDFRPRFDSLWDOLVWD´
(Mandel 1997b: 81).

3. La reproducción de la plusvalía nace del alargamiento del trabajo, más allá de


los límites del trabajo necesario, para reintegrar al capitalista el salario o precio
de la fuerza de trabajo. En El capital, Marx subrayaba cómo el capitalista no
obtiene este excedente solamente a través del alargamiento de la jornada
productiva: al lado de esta forma de plusvalía, que llama absoluta, él analiza de
hecho la plusvalía que llama relativa, que depende de la introducción de máquinas,
de la introducción de innovaciones tecnológicas, del incremento de los ritmos de
la reducción de los llamados tiempos muertos, y del aumento de la productividad.
Las tecnologías, acrecentando la productividad del trabajo y abreviando el tiempo
productivo necesario para remunerar el salario, aumentan correspondientemente
-llega a disminuir la duración de la jornada productiva- la parte de la plusvalía
embolsillada por el capitalista, y por tanto aumenta la plusvalía con respecto al
trabajo necesario.

Del escrito anterior, resulta que el valor de cada mercancía producida en la


sociedad capitalista puede ser dividido en tres partes. La primera parte representa
el valor de las materias primas y de las máquinas usadas y no sufre en el ciclo
productivo ninguna variación cuantitativa de valor, siendo capital constante,
que se representa simbólicamente con c.

La segunda parte, la que incorpora el valor de la fuerza de trabajo, sufre en


cambio una alteración de valor, en cuanto, además de reproducir equivalente al
propio valor, produce también un excedente, es decir, la plusvalía; es determinado
por tanto como capital variable, representado con la letra v . La tercera parte es
la propia plusvalía designada con la letra p.

Se puede por tanto escribir el valor de una mercancía con la fórmula siguiente:

c + v + p= valor total

4. El capitalista, cuando anticipa salario, compra por una cierta cantidad de


WLHPSR OD IXHU]D GH WUDEDMR GH VXV ³GHSHQGLHQWHV´ TXH LQVHUWD HQ OD SURSLD
empresa. La fuerza de trabajo es el trabajo vivo en potencia, es la capacidad
productiva que un sujeto posee y vende al capitalista para poder sobrevivir (siendo
esa su única fuente de acceso a los valores de uso como medio de valores de
cambio). Ella tiene valor solo en el momento en que es usada por el capital y se
transforma en trabajo vivo. No es valor, no es capital, en cambio, permanece
extraña a la sussunzione y queda improductiva.27 El trabajador, quedando

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independiente del capitalista,28 es expropiado de la propiedad de su fuerza de
trabajo, por ese período de tiempo no es más propietario, sino portador de fuerza
de trabajo, que acto seguido esa fuerza de trabajo es adquirida por el capitalista
quien asume su disponibilidad.

En el plano de los objetivos, un capitalista no funda una empresa para permitirles


a otros trabajadores sobrevivir gracias a la propia actividad empresarial, sin que
él pueda sacar alguna cosa de provecho,29 ni la funda en verdad, para satisfacer
las necesidades del mercado. Sobre todo, esta última actividad es solo un
instrumento para lograr su verdadero objetivo: obtener ganancia.

5. El problema es caracterizar la fuente de la ganancia. Varias teorías mantienen


puntos de vista que explican de manera diferente esta característica. Existe quien
afirma que todo los factores productivos (capital, trabajo, medios de producción)
producen ganancia o quien en cambio (Marx), partiendo de los clásicos de la
economía política, y distinguiendo el trabajo de la fuerza de trabajo, mantiene
que la ganancia tiene su fuente únicamente en el trabajo vivo (LV) humano.

El LV es aquél considerado concretamente por el trabajador (actividad productiva


transformadora/conservadora de valores de uso), insertado en un proceso
productivo. Según la teoría de Marx, una vez adquirida la fuerza de trabajo, el
capitalista puede ponerla según sus exigencias de manera absoluta como su
propiedad.31 El capitalista no se conforma con una cuota de LV= LN (con LV=
trabajo necesario), pero al completar la jornada productiva g impone a los
trabajadores que considera una cuota de LV>LN: este surplus de horas
productivas constituye la plusvalía (PSL).

La PSL es precisamente la parte de LV no pagado, (es pagado solo el LN) que


determina la plusvalía 32 (W), representando la forma valorial de la PSL, así
como el valor necesario (vn) es la forma valorial del LN. Solo si la PSL>0, una
empresa capitalista tiene razón de existir.

El capitalista, apropiándose trabajo no pagado, explota a los trabajadores. Esto


es el núcleo de la teoría marxista de explotación, que no tiene nada de
³KXPDQtVWLFD´SRpWLFDRPRUDOLVWDHVXQDWHRUtDFLHQWtILFDHQODPHGLGDHQTXH
es capaz de demostrar fríamente el origen del W (que genera ganancias).

6. El límite de la jornada laboral, aparte del físico (si se supera este límite, la
fuerza de trabajo se destruye, no se reproduce), está determinado no naturalmente,
pero sí histórica y socialmente por la lucha de clases,33 que se cristaliza en la
definición del horario máximo de la jornada; este límite está señalado por la
capacidad de la clase productiva de superar el límite máximo del lado de las
obras productivas y por tanto de elevar la cuota de LN en medio de g.

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La PSL absoluta reacciona contra este límite contractual, tratando de apartarlo
hacia el otro, una vez alcanzado el límite, después trata de aumentar el grado de
densidad, reduciendo todos los tiempos muertos de la jornada productiva y de
hecho aumentando el trabajo del trabajador (aumenta el tiempo en el que es
erogado el LV). Esta tendencia es típica de las últimas décadas; se ve en el
ejemplo del tono triste que reduciendo a cero los foros y las pérdidas de tiempo,
economisa tiempo de trabajo perdido en otro momento; esto alarga la jornada
efectiva de trabajo, siendo ya determinada la duración máxima.

Pero esta operación incurre frecuentemente en límites de varios tipos, por tanto
el capitalismo debe recurrir a la estación de plusvalía relativa. Esto opera en la
productividad gracias a la introducción de nuevas máquinas y organización del
proceso productivo, más racional, eficaz, eficiente y cooperativo, liberando de
consecuencias a la fuerza de trabajo excedente. El aumento de la productividad
comporta una mayor cantidad de output, producido por una unidad productiva
(tal vez una menor cantidad de trabajadores por emplear) una vez generalizado
el aumento de productividad, incluso para la producción de bienes insertados en
la canasta básica de sobrevivencia, reproducción de la fuerza de trabajo.

Así escribe Mandel en su tratado sobre plusvalia absoluta y relativa:

El aumento de la plusvalía absoluta puede derivar de una intensificación del


trabajo, el que equivale en el fondo a un alargamiento de la jornada productiva
>«@(VWDLQWHQVLILFDFLyQSXHGHGHULYDUGHYDULRVSURFHGLPLHQWRVDFHOHUDFLyQ
del ritmo de trabajo, aceleración de la velocidad de las máquinas, aumentando el
número da máquinas, de vigilancia (Mandel, 1979b: 229).

El aumento de plusvalía relativa deriva escencialmente del aumento de la


productividad del trabajo, gracias al empleo de nuevas máquinas, de métodos de
trabajo más racionales, de una división del trabajo más avanzada, de una mejor
comprensión del trabajo, etc. (Mandel, 1979b: 229).

7. Si se quiere establecer en qué medida el capital se valoriza, se debe partir de


la constatación de que la plusvalía deriva solamente del trabajo vivo. Por eso al
calcular el grado de valor, de valorización del capital, se puede poner como igual
a cero la parte de capital constante; para determinar el grado de valorización, se
hace referencia solo al producto, un valor realizado ex novo (v+p). La plusvalía
debe ser puesta en relación con el capital variable anticipado. Se obtiene así la
fórmula del análisis de la plusvalía:

Análisis de la plusvalía p1=p/v

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Durante una parte de la jornada productiva, el obrero realiza, un valor que es el
de los medios de su sentencia para revolución de su fuerza de trabajo, es definido
SRU0DU[FRPR³WLHPSRGHWUDEDMRQHFHVDULR´\HOWUDEDMRTXHVHHPSOHDHQHOOD
³WUDEDMRQHFHVDULR´(OWUDEDMRTXHHOREUHURHPSOHDGXUDQWHODVHJXQGDSDUWHGH
la jornada productiva, produce solamente plusvalía para el capitalista. Este trabajo
Marx lo llama plusvalía y la parte de la jornada productiva en la que es gastado
³WLHPSRGHWUDEDMRVREUDQWH´RDGLFLRQDO

La plusvalía está determinada por la dirección, por la duración de la parte


excedente de la jornada productiva. De lo que se deriva, que la plusvalía se
comporta en los conflictos del capital variable como el plustrabajo y en los
conflictos con el trabajo necesario.

(ODQiOLVLVGHODSOXVYDOtDHVODH[SUHVLyQH[DFWDGHO³JUDGRH[SORWDFLyQ´DOTXH
el obrero es sometido por parte de los capitalistas. Se deriva de lo leído
anteriormente, que la ganancia no es otra cosa que la propia plusvalía; más bien,
la ganancia propiamente es la forma fenoménica de la plusvalía, o sea, el resultado
del capital completamente anticipado. La ganancia del capitalista deriva del hecho
de que él tiene para vender cualquier cosa que no ha pagado. La ganancia consiste
en el excedente del valor de la mercancía sobre el precio de costo, quiere decir, el
excedente de la suma completa de trabajo incorporado en la mercancía, con
respecto a la cantidad de trabajo pagado que la mercancía contiene.

8. Marx prueba sobre una rigurosa base científica, partiendo de las consecuencias
de su análisis de la teoría del valor, que a diferencia de todas las otras mercancías
el valor de la fuerza de trabajo está compuesto por dos elementos. El valor de los
medios indispensables en la subsistencia de un obrero formó solamente el límite
inferior del valor de la fuerza de trabajo, su físico mínimo de sobrevivencia. El
valor de fuerza de trabajo está influenciado además, por factores culturales,
histórico-sociales, y el nivel de vida tradicional de un pueblo dado, las modas,
etcétera. Pero nota Marx también, el volumen de las primeras necesidades vitales
y que el modo de satisfacción depende en gran medida del nivel cultural de la
sociedad que solo es resultado de la historia. El límite de sobrevivencia inferior
del valor total del trabajo tiende a bajarse (a partir de las innovaciones tecnológicas
y de la productividad del trabajo, así como a la disminución de la cuota de valor
incorporado en los medios de subsistencia del obrero), mientras su límite social,
y viceversa aumente, al crecer el nivel tecnológico, sociocultural y completamente
social de la clase obrera, y a medida que el trabajo es más complejo, la
especialización crece con su calidad. Con la revolución científico-técnica el
crecimiento del aporte intelectual de los conocimientos y de las capacidades
materiales de los trabajadores, surge una necesidad social de la cual la clase
obrera toma conciencia gradualmente, mientras los capitalistas se esfuercen en
protocolizar de cualquier modo su satisfacción.

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Después de haber desarrollado la teoría de la plusvalía, Marx descubre, por
primera vez en la historia de la ciencia económica, el mecanismo de explotación
de manera rigurosamente científica, partiendo del análisis del capital como trabajo
apropiado, no pagado a la clase obrera.

9. Pero además Marx anduvo mostrando que la apropiación por parte de los
capitalistas, del trabajo no pagado de los obreros, era conforme a las leyes internas
del capitalismo.

Es fundamental, en este sentido, lo que plantea con lucidez Alejandro Mazzone:

/DH[SUHVLyQ³PLVLyQKLVWyULFD´GHOFDSLWDOQRHVHQWHQGLGDHQVHQWLGRUHGXFWLYR
VLQRFRPRVLPSOHGHVDUUROORFXDQWLWDWLYR³LOLPLWDGR´GHODVIXHU]DVSURGXFWLYDV
La expansión de la producción posible tiende ya a superar las elevadas exigencias,
bien si la demanda solvente de efectos útiles, y como valores de uso, no tienen
forma de mercancía. Pero esto se deriva del trabajo social o fuerza productiva
social del trabajo que, como medio infinitamente recurrente en la valorización,
entra en contradicción con este objetivo, ante todo con la figura de la relación o
medida en la que aparece (el quantum de la ganancia). La contradicción es la del
contenido formado, la fuerza productiva en estado capitalista, con su forma, el
modo de producción y se desarrolla entre la relación tecnológica de producir,
donde la incondicionalidad (en sentido categórico) del incremento de la fuerza
SURGXFWLYDGHOWUDEDMRVRFLDO ³FRP~Q\XQLYHUVDO´ VHRSRQHDOREMHWLYR³OLPLWDGR´
\ODYDORUL]DFLyQ>«@

Pero la expresión marxista ³misión histórica´ del capital tiene sentido válido,
incompatible con el utopismo (y con el ilusionismo cristiano, positivo o
negativo). La negativa contenida en el concepto ³encuentro incondicionado de
la fuerza productiva del trabajo social´ rechaza la contradicción específica del
modo de producción y la posibilidad real de una nueva forma de movimiento
de la actividad humana dentro y junto a las potenciales actividades naturales
que constituye ³el producir´. La tecnología libre del trabajo, que su
universalización capitalista ha hecho posible, es posibilidad real, puesto como
se dan en la dinámica epocal del modo de producción. Es pura falta de lógica
y el no ver en cuanto a la simple eventualidad o posibilidad abstracta, esta
posibilidad real que tiene el mismo valor que otras, incluso la del trastorno de
la biosfera. Pero la materialidad del proceso es el tiempo real y la actividad
que finaliza es el propio material. Así lo es la calidad nueva del continum
naturaleza-hombre, que deriva de la universalización del trabajo. La posibilidad
real del autogobierno racional de este continum, que llamamos también libertad
o comunismo, fue puesto en el movimiento del modo de producción en su
temporalidad específica como proceso material. Si -al final del siglo XX- puede

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valer para el comunismo el verso famoso de Schiller, ³'HU 0RKU+DW 6HLQH
6FKXOGLJNHLW*HWDQ'HU0RKU.DQQ*HKHQ´GHSHQGHGHFRQGLFLRQHV\YDULDEOHV
en sentido amplio, sociopolíticas, que no acompañan a este nivel de análisis.
(Mazzone 1987: 259-269).

Se deduce que la liberación de la clase obrera de la explotación capitalista es


posible solamente después de superar el modo de producción capitalista. Esta
deducción tenía y tiene todavía una gran importancia, porque pone decididamente
en discusión cada forma de ilusión acerca de la superación de la contradicción
capital-trabajo en el modo de producción capitalista, por medio de reformas
cualesquiera que sean. Y es todavía más verdad que las leyes de desarrollo general.

Engels dice en su Anti-Dühring, que con la superación del capitalismo y la


abolición de la propiedad privada y los medios de producción, puestos en manos
de los trabajadores, librará su libertad de la esclavitud en las relaciones económico-
sociales, porque habrán tomado así conciencia de las leyes objetivas, aplicándolas
concientemente en interés de toda la sociedad34.

10. Es en la medida en que son válidas las mencionadas tesis que podemos
sostener, como dice Marx: que la ganancia no se origina en el cambio, proviene
GHOKHFKRGHTXHODVPHUFDQFtDVVHYHQGHQSRUVXSURSLRYDORU ³ODSDUDGRMDGH
ODJDQDQFLD´ 

Por otra parte en el Tomo II de El capital Marx se evidencia, de manera explícita,


que en el costo del producto están todos los elementos constitutivos de su valor,
pagados por el capitalista, o por los cuales está inmerso en la producción, y
estos costos de producción deben ser reintegrados para permitirle al capital
conservarlos, recuperar su valor original. Por tanto, el valor de la mercancía
está dado por la duración del trabajo que la producción de la mercancía necesita,
y solo una parte del total del trabajo es pagado, de la otra parte los costos de las
mercancías son en cambio solo la parte de trabajo que el capitalista ha remunerado.

Es en el Capítulo 9 del tercer tomo de El Capital, en el que tradicionalmente se


encuentra la explicación de Marx de la formación de análisis general de la ganancia
(análisis de la ganancia media ) y de las transformaciones de valores de las
mercancías en precios de producción, partiendo esto de que los precios de producción
no son otra cosa que los precios realizados, siendo la media de los diferentes
análisis de ganancia en los diversos ámbitos productivos. Adicionando esta media
a los precios de costo mantenidos por los mismos ámbitos productivos, se tiene la
definición clásica del precio de producción. Los precios de producción, se basan
en el hecho de que existe un análisis tendencial general de la ganancia, el cual a su
vez se basa en el hecho de que los análisis de ganancia de cada ámbito productivo
en particular, son ya transformados en iguales análisis de ganancia media.

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Hace más de 30 años que Roman Rosdolsky escribía muy claramente:

La plusvalía acabará ocultando la forma modificada de la ganancia, como la


tasa de la ganancia tomará forma de la tasa de la plusvalía. Pero este último
desarrollo escribe Marx en los lineamientos fundamentales³HQWUDVRODPHQWH
HQHODQiOLVLVGHQXPHURVRVFDSLWDOHV\QRWLHQHWRGDYtDVXOXJDUDTXt´FRQVLGHUDGD
la existencia de una tasa media de ganancia y la correspondiente transformación
de los valores en precios de producción, a causa de la competencia, este análisis
queda excluido para el sector del capital en general. Este desarrollo es todo
consecuencia del proyecto de obra económica trazada por más en los lineamientos
fundamentales. Como se ve, el esbozo de 1857 es el programa de su obra
definitiva. Según el propio Marx, los tomos I y II de El capital contienen como
los lineamientos fundamentales ³HO DQiOLVLV DEVWUDFWR GHO IHQyPHQR GH OD
IRUPDFLyQGHFDSLWDO´RGHOSURFHVRGHUHSURGXFFLyQ\GHFLUFXODFLyQEDMRVX
³IRUPDIXQGDPHQWDO´HQFRQFOXVLyQGHO³FDSLWDOHQJHQHUDO´

El método cambia solamente en el Tomo II. En este último, Marx lo refuerza para
analizar las reformas económicas que tienden progresivamente a pasar a la esfera
del capital y que aparecen en la superficie de la sociedad a través de la acción de
los diversos capitales, los ojos sobre los otros, de la competencia, así como se
presenta en la conciencia normal de los obreros empleados en la producción. Es
solamente inerte. Que las investigaciones se salen de la esfera del capital en general,
y Marx reitera en varias ocasiones en el tercer tomo, que la cosa que más le
interesa es comprender la organización interna del modo de producción capitalista
en su media ideal y que la verdadera teoría de la competencia se encuentra fuera
GHO SUR\HFWR GH VX REUD \ UHSUHVHQWD XQ HYHQWXDO VHFFLyQ >«@ Estos son los
problemas que Marx ha dejado para una eventual seccion y que ha tratado en El
capital solo de manera fragmentaria o relacionados con otros temas. Parece que
los problemas más importantes son los del mercado mundial, de la crisis económica
y del movimiento real de los precios corrientes. (Marx ha declarado explícitamente
querer producir una investigación particular sobre la competencia. Se puede
lamentar el hecho de que los marxistas hayamos prestado poca atención a todas
estas observaciones metodológicas (Rosdolsky 1970).

11. Además, en el tercer tomo donde replica ampliamente, están las condiciones
sociales de producción a desaparecer por cosas, y las condiciones materiales de
producción están comprendidas como resultado de hechos puestos de forma
arbitrariamente por simples hombres.

La teoría económica de Marx, como el resto de la doctrina en su conjunto, se


caracteriza por la clara naturaleza social, por una intrínseca tendencia a la
acción, a la práctica, por lo íntimo del legado entre teoría y práctica. Conocer el

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mundo ha significado siempre para los marxistas, transformarlo. Las leyes
económicas objetivas de la sociedad capitalista se manifiestan en el transcurso
de la lucha de clases por superar el capitalismo.

Marx reveló la tendencia objetiva de la producción capitalista a través de la


máxima aportación de la clase obrera. Esta tendencia se verificó y se verifica en
el curso de toda la historia del capitalismo.

La tendencia del capitalismo avanzado es la de combinar la extracción de PSL


absoluta y relativa. Como la W absoluta encuentra límites en su extracción,
también el aumento de PSL relativa con la introducción de nuevas máquinas
conlleva a problemas. Un aumento de productividad puede conllevar a un
incremento de los salarios reales en términos absolutos (dado que cada unidad
productiva produce más valor).35

La práctica de aumento de productividad puede derivar por tanto de los aspectos


contradictorios en los salarios. Un aumento de productividad del trabajo conlleva
a la reducción del valor de la fuerza acabada (y del LN), como consecuencia de
la reducción del salario (al menos al relativo); el efecto contradictorio es el
VLJXLHQWHVLHODXPHQWRGHSURGXFWLYLGDG³svilisce el valor y los precios de muchos
SURGXFWRVGHOXMRGHVDUUROODODSURGXFFLyQHQVHULH>«@LQFRUSRUDHQHOPtQLPR
YLWDOXQDVHULHGHQXHYDVPHUFDQFtDV>«@WLHQGHSRUHOFRQWUDULRDDXPHQWDUHO
YDORUGHODIXHU]DGHWUDEDMR´ 0DQGHOE 

Lo que significa [capital variable] del trabajo colonial es reducido a subsidiar el


[capital variable] del trabajo en los países imperialistas y este último recibe una
parte de [plusvalía] colonial que contiene la relación de [capital variable] colonial.
Por esta razón la alta productividad no aumenta los salarios de Estados Unidos
y de otros para el país (Jaffe1973:96).

Con tal propósito, Jaffe habla recordando a Engels, de desproletarización de la


clase productiva occidental, de su progresivo aburguesamiento: es a partir de
esta competición que se desarrolla el concepto de plusvalía negativa.

Por el contrario [el capital variable] en los estados imperialistas aumenta, no


obstante a un relativo declive del número de trabajadores productivos [...].
Inversamente [capital variable] en las colonias es relativamente disminuido, a
pesar de un incremento absoluto del número de trabajadores productivos coloniales
(minerales, yacimientos petrolíferos, plantaciones, transporte). (Jaffe, 1973: 98).

Este fenómeno es comprensible solo si se interpreta como una cantidad de valor


y no más específicamente como una masa física (número de trabajadores).36

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3. Las clases sociales
1. Si existe una denuncia pesada que más ha dejado a la posteridad, es la de una
definición orgánicamente completa de las clases sociales. Querer también referirse
sólo a esta problemática es imposible. Tratamos entonces de delinear a grandes
rasgos que cosa es una clase social y sobre qué base de parámetros puede ser
definida (es obvio que lo que esbozamos se deriva orgánicamente de lo antes
expuesto).

Frente a la tesis weberiana de tanto siniestro hechizo (¿hubo un análisis real de


clase no mezclado con idealismos desconocidos solo en Italia?), que sostiene el
metro rentístico como parámetro identificativo de las clases sociales -y que no es
el único-; nosotros mantenemos la necesidad de volver a la esfera de la producción,
y de las relaciones de producción.

Las clases sociales están definidas sobre la base de las relaciones que moran la
esfera de la producción. El criterio de última instancia es el jurídico, de la
producción de sus medios de producción y más de la propiedad del producto
terminado (Bordiga 1980).

El criterio en su esencia, divide a la sociedad humana en dos macro grupos. Uno,


el propietario de los medios de producción y los productos; el otro, el que está
privado de esta propiedad (la propiedad de por sí, como un todo únicamente es
privación, negación, exclusión). Se da el caso de que en el MPC las clase que
tienen los medios de producción y los productos, tienen la necesidad de poner a
éstos últimos en el mercado y venderlos realizando la ganancia, que seguidamente,
es invertida, anque por lo menos una parte no. El modelo de comportamiento del
capitalismo es dinámico. El motor de la supervivencia de esta clase en la
corporación. La ganancia obtenida en el mercado es reinvertida (capital) en la
esfera productiva para otro ciclo productivo. La clase capitalista no se funda
sobre los privilegios de sangre, religiones, culturas, lo más importante es la
propiedad y la disponibilidad de capital.

En oposición a esta clase social se encuentra la clase trabajadora toda, que se


define por su ajenidad al capital, por la exclusión al libre acceso a los medios de
producción y a los productos; está en contacto con estos elementos solo en cuanto
a trabajo vivo, en el primer caso, y como consumidor en el segundo caso.37 Ella
no posee otra cosa que la propia, no es propietaria de otra cosa que de la capacidad
de trabajar (fuerza de trabajo).

Su sobrevivencia como clase se deriva de la venta de las propia fuerza de trabajo


(así como la clase capitalista, para valorizar el propio capital, tiene la necesidad
GHDGTXLULUIXHU]DGHWUDEDMR\GH³SRQHUODHQDFFLyQ´HVHHVHO~QLFR³IDFWRU

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SURGXFWLYR´ HVSHFLDO SRUTXH SURGXFH PiV YDORU TXH HO TXH YDOH  OD FODVH
SURGXFWLYDVHGLYLGHLQWHUQDPHQWHHQWUH³VHFWRUSURGXFWLYR´\ VHFWRUSURGXFWRU
de la plusvalía).38

2. Definidas las clases sociales fundamentales (se burla de las que ya están
definidas arriba muy abstractas y puras, que en la realidad difícilmente se
encuentran como están descritas), se necesita ahora referirse a los criterios de
³FHQVXUD´GHSHUWHQHQFLDGHXQVLPSOHLQGLYLGXRDXQDFODVH39 o a la otra; el
criterio utlizado es el de función surgida del sujeto en el PRL.

Un sujeto es capitalista si desarrolla la función del capital y es propietario de los


medios de producción y/o de los productos terminados (y del capital); es en
cambio un trabajador si desarrolla la función de trabajador colectivo.

Con el desarrollo del capitalismo y del sistema organizativo empresarial las


tareas fundamentales del capitalista (coordinación y unidad de proceso, de trabajo,
decisión, dirección, control, etc.) no son más desarrolladas por un solo sujeto -el
capitalista precisamente, sin empresario y director material de la propia empresa-
pero son eseguiti por una plural pluralidad de sujetos que no pertenecen a la
clase capitalista, porque no son propietarios de los medios de producción y de
los productos, pero no tienen solo la posesión y el poder de disposición. Sin
embargo, ellos desarrollan algunas funciones del capital (por ejemplo dirección,
toma de decisiones o en última instancia como controlador). Ese es el fenómeno
que da origen a las clases medias, caracterizadas frecuentemente por la mezcla
de muchas funciones pertenecientes al ámbito del capital y del trabajo.

El grado de mayor presencia de una o de la otra, define sin más cuál es su mayor
acercamiento a la clase capitalista o a la trabajadora. Las clases medias, después
de la reestructuración y la introducción de las maquinarias, que incorporan las
actividades de control y gestión (UCR capital) anteriormente asumidas por ellas,
pueden estar sujetas a la descalificación de la propia fuerza de trabajo; son víctimas
de la llamada proletarización de la clase media, que no es una cuestión estrictamente
rentable. La disminución de la renta es solo un síntoma, un efecto de la función
provocada por los miembros de esta clase, que pierde en el ejercicio de funciones
del capital y son degradados hasta el rango del trabajador colectivo.40

4. Marx y el valor: a modo de resumen


1. Si para muchos teóricos economistas (marginalistas en primer plano) la
ganancia es el fruto de más fuentes, independientemente de todos los factores
productivos (trabajo, tecnología y capital), para la teoría marxista la única
fuente de creación del nuevo valor,41 y de plusvalía, es el trabajo vivo. Éste

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está en la actividad humana individual, manual e intelectual, unida al proceso
de valorización del capital, transformando valores de uso dados en nuevos valores
de uso, y transfiriendo valores en valores de cambio, generados por el proceso de
valorización, acrecentando el valor del objeto de la propia transformación.

La plusvalía consiste en una cierta cantidad de valor creado por el trabajo vivo
(el trabajo es sustancia del valor), pero su correspondencia en términos salariales
simplemente no existe. La plusvalía es la parte del trabajo regularmente erogado
durante la jornada productiva, pero no pagado por el capitalista: esa es la fuente
de la plusvalía. Es solo en la medida en que el capital logra extraer cuotas de
36/ GH ORVSURSLRV GHSHQGLHQWHVDVDODULDGRV TXH ORJUD³SURFXUDU´ HOFDSLWDO
necesario para poner en marcha un nuevo ciclo productivo ( expansivo).

2. La teoría marxista de la producción del valor se basa en la teoría de la explotación,


TXH ³FLHQWtILFDPHQWH´ SRUTXH HV GHPRVWUDEOH REMHWLYD \ HPStULFDPHQWH  HVWi
GHULYDGDGHOPRGHORGH³GLYLVLyQ´GHODIXHU]DSURGXFWLYD YHUDUULED 

Esta teoría de la explotación no tiene un fuerte valor turístico, solo desde el


punto de vista de la ciencia económica y de las ciencias sociales en general, sino
también desde el punto de vista político.

La filiación de los límites a la jornadas productivas y a las propias prácticas de


clases desarrolladas en el proceso productivo, con el fin de elevar las tasas de
plusvalía (absoluta y relativa), son intrínsecamente políticas, porque en última
instancia rigen el modo de producción capitalista completo. Si el trabajo vivo
(tv) y en específico PSL, es la única fuente (viva), creadora de plusvalía(W) y
por tanto de capital y riqueza en la sociedad capitalista, si llegara a faltar esta
fuente, el modo de promoción capitalista completo estaría en crisis. Es aquí que
se reconoce la inminente politicidad de las luchas por las jornadas productivas y
las cuestiones de PSL.

Pero la teoría del valor se desarrolla a lo largo de todo el ciclo reproductivo del
capital, no solo en la esfera del proceso productivo (PRL); actúa en la esfera de
la circulación (realización del valor de cambio contenido en la mercancía),
produciendo efectos, incluso, desestabilizadores para el mercado capitalista.

Si el valor de una mercancía está dado por el tiempo de trabajo humano


¿cómo se calcula ese tiempo? Existen por lo menos dos tesis principales.
8QDUHWURFHGHDODVPiVDQWLJXDVFLYLOL]DFLRQHVFKLQDV\VLJXHXQ³KLORURMR´
en Europa nos podemos remontar a Locke, por la intensidad de su exposición.
Él apoyaba no solo la propiedad privada a la justa correspondencia con el
propio trabajo ³VXGRU´ VLQRWDPELpQTXHHOWUDEDMR, de una mercancía, fuese
determinado por las reproductivas empleadas para producirla. Una

96
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interpretación similar se va desarrollando hasta llegar a Ricardo y es adoptada
incluso por muchos marxistas (incluido Engels), que no entendieron el
fundamental paso de ascenso hecho por Marx.

3. Si la teoría clásica del valor hablaba de cantidad de trabajo contenido en la


mercancía (Marx, la de él es la segunda tesis), se destacaba por su interpretación
mecánica. La primera distinción importante sostenida por Marx es la que existe
entre los precios de mercado y valor. Los primeros son empíricamente tangibles
e inmediatamente estimables, y sujetos a las leyes de la demanda y la oferta (está
clarísimo en los escritos Grundrisse), el segundo, el valor, es un concepto que no
tiene un material respectivo, visible, incluso que era exclusivamente un cálculo
que puede ser ejecutado, considerando un período más o menos largo y es el
resultado de la media de los precios del mercado, que son realizados
concretamente. El valor es una medida, cálculo (conducto necesario ex post,
sucesivo a la venta de las mercancías).

El valor no representa otra cosa que el trabajo socialmente necesario (dada la


tecnología, fuerza de trabajo) para producir una cantidad de mercancía que la
demanda ha pedido.

El valor está lejos de interpretaciones y aproximaciones subjetivas que pretenden


calcularlo ex ante, antes de la venta de la mercancía, como un cálculo banal de
la cantidad física de trabajo necesario, para producir una unidad de un producto
(que todavía no se ha convertido en mercancía). Con un simple procedimiento
no solo se salta el momento de la determinación de los precios (sujeta a las leyes
del mercado) sino se pretende reducir el valor, que es una grandeza social, objetiva
y un número separado del contexto social que determina el valor de una mercancía.

4. La teoría marxista del valor (Marx nunca utlizó la expresión valor-trabajo)


está en cambio basada sobre una aproximación objetiva, que no prevé cálculos
subjetivos, hasta del capitalista simple. Los precios de la plusvalía de las
mercancías terminan por coincidir con los precios realizados en el mercado.
Ellos se alejan siempre del valor que es una media y un punto en torno al
cual oscilan los precios (desde los más altos a los más bajos). No hay
coincidencia entre valor de las mercancías y su precio de mercado. El valor
es otra cosa del precio de la mercancía y no tiene nada que ver con la cantidad
física de horas de trabajo invertido por un (grupo de trabajadores) para
producir un producto. Pone en evidencia, en cambio, solo la cantidad de
tiempo de trabajo socialmente necesario para la realización de las mercancías
(de las que ex post, es calculado el valor, medio).

97
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Si queremos, la economía política burguesa puede ser considerada como visión
de espejuelos deformados, que permitiendo ver, le impiden penetrar hasta la
base del fenómeno. Le es prácticamente imposible, sin superar las espontáneas
representaciones de los agentes de la producción y del cambio, poner a la luz las
relaciones entre apariencia y esencia, ya sea que considere estos fenómenos como
manifestaciones de misteriosas esencias, fuera del campo del análisis económico,
o se fie de las apariencias. Para Marx al contrario, las relaciones entre apariencia
y esencia, que no son las descritas por Hegel en su lógica, sino relaciones
analizables entre los movimientos visibles de los fenómenos y las fuerzas
originadas por estos fenómenos, que explican el movimiento. Se tiene entonces
la posibilidad de descubrir la ley del movimiento del modo de producción
capitalista. Simplemente quitando el velo que cubre el mundo de la mercancía,
se pueden comprender las variaciones de los fenómenos como el desarrollo de
las contradicciones de este propio modo de producción. Indudablemente, la esencia
está oculta, pero su naturaleza no tiene nada de misteriosa, a partir del momento
en que se quita el obstáculo de la mística fetichista de la mercancía.

Marx pudo demostrar así en el capital, que la renta y la ganancia tienen su


origen en la plusvalía y que el sistema de los precios se explica como expresión
fenomenal de la ley del valor en una economía capitalista.... los precios, en sus
varias oscilaciones, en sus desviaciones con respecto al valor, manifiestan la
relación necesaria con el tiempo de trabajo socialmente necesario. Incluso, si el
valor no es un orden de grandeza concretamente mensurable, con el metro micro-
económico o macro-económico., no es una hipótesis del sistema (nota: estas
pocas observaciones no pretenden concluir el tema. Ellas parten de la idea que el
famoso problema de la transformación es un falso problema. Los precios, precio
de producción, precios de mercado, no son formas modificadas de los valores,
sobre todo, no de los valores individuales, sino formas autónomas del fenómeno,
que a través de la competencia expresan la ley del valor y sus contradicciones)
(Vincent 1970).

Les tocó precisamente a Engels y a Marx encontrar una crítica de la teoría


económica y política que acabara con los viejos esquemas; una teoría capaz de
adaptarse y dialectizarse en cada momento con la realidad de clase. Para hacer
esto se debía y se debe, deshacer del planteamiento de la ciencia económica
clásica y poner la economía política en su justo puesto; como elemento
fundamental de una estructura dialéctica, articulada en varios niveles, que diera
razón, incluso, a la dimensión jurídica, política, etcétera.

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5. Para el uso del análisis marxista en los desafíos actuales
1. La situación actual de la clase trabajadora está caracterizada particularmente
por una diferencia tendencial a una creciente diferencia entre el valor verdadero
de la fuerza de trabajo y el salario real obtenido. Este hecho se explica como
aumento de las necesidades socialmente indispensables para la sobrevivencia
de los trabajadores, debido incluso a la intensificación de los ritmos de trabajo
y de la productividad social, como un crecimiento del nivel material, social y
cultural de la sociedad. Como resultado, el salario real está fuertemente en
disminución en cuanto al valor social creciente de la fuerza de trabajo; el salario
social complejo continúó perdiendo en la confrontación con la cuota destinada
a la ganancia y en productos apropiados por los capitalistas en forma de
remuneración del capital.

La amenaza siempre inminente al aumento de la desocupación, en particular la


actual convivencia de la desocupación coyuntural con la estructural, el
paradigma de la acumulación flexible de la llamada era postfordista, son debido
a la automatización de la producción y a la intensificación del trabajo. Todo
esto ejerce una influencia sustancial sobre el empeoramiento general de la
compleja situación mundial de la clase trabajadora. Lo incierto de la existencia
de la que habló Engels, continúa acentuándose. Los hechos objetivos son una
confirmación convincente de la vigencia de la teoría de Marx sobre el
empobrecimiento relativo. El propio desarrollo del capitalismo contemporáneo
repite enteramente otra tesis fundamental de Marx, la de la intensificación del
proceso de proletarización en el seno de la sociedad capitalista, del incremento
aún en formas diversas y articuladas de trabajo subordinado y de trabajo
asalariado.

La actual cuestión económico-social del trabajo no está solamente relacionada


con la desocupación cada vez más con carácter estructural, sino que encierra
una serie de problemas de carácter cuantitativo cualitativo y por tanto las nuevas
figuras del trabajo, en particular del precario, del trabajo negado y del no trabajo,
todos en el propio modo de producción capitalista.

El problema del trabajo existe incluso para quien no tenga ninguno, ya que se
trabaja siempre más y en condiciones cada vez más precarias, no protegidos,
con salario social absoluto y también relativo al trabajador individual siempre
menor y con otros niveles de movilidad e intermitencia.

2. La crisis actual del capitalismo, crisis incluso de sobreproducción y de


demanda a causa de la tendencia a la contradicción compleja del salario social

99
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de la clase trabajadora entera, es debido, entre otras cosas, al tránsito de
acumulación material a formas de acumulación en el capital inmaterial. Los
nuevos procesos de acumulación están ligados a fuertes procesos de
terciarización, acompañados por significativos movimientos en la renta
financiera. Todo esto evidencia que el ciclo postfordista de la fábrica social
generalizada, realiza, además de desocupación estructural, las tantas formas de
trabajo típico y flexible, o sea precario, que acompañan a grandes crecimientos
de riqueza social, debido a significativos incrementos de productividad. Pero se
trata de una riqueza social que no retorna de ningún modo al factor trabajo.

Así se llega a identificar una economía marginal que se desarrolla en el tiempo,


proponiendo nuevas figuras sociales, nuevos sujetos que si hasta hace pocos
años estaban arraigados, y funcionaban en el desarrollo, hoy en cambio son
excluidos, precarizados, expulsados, marginados, hasta construir las áreas de
pobreza en aumento, que el actual modelo tiende a reproducir en formas, en
nuevas partes. En Italia por ejemplo, en los últimos años ha habido un enorme
aumento de las aperturas de partida IVA, correspondiente a la aparición de nuevos
trabajadores autónomos, nuevos pequeños empresarios, más que nunca encerrados
en las reglas y los círculos de la explotación típica de los regímenes de
subordinación. Se trata de nuevas figuras del mercado del trabajo, que no son
otra cosa que el resultado de la selección del capital de expulsar mano de obra,
de crear un ignorante de carácter preferiblemente terciario, mal retribuido, sin la
preciada contribución; es éste el producto de un recurso generalizado en forma
más o menos oculta, de destajo, para contraponer a cada forma de inflexibilidad
del trabajo y retribuirla.

Se mantiene así el mercado del trabajo siempre más flexible y compatible al


sistema de descentralización de las empresas y de la ganancia, adoptando el
cuerpo social completo, a través de las funciones de Profit State, o sea del estado
de la empresa y de la ganancia, en la organización de la fábrica social generalizada.

Hoy, la aplastante mayoría de la población de los países capitalistas está formada


por trabajadores asalariados, y el trabajo asalariado constituye la base del
capitalismo, a mayor escala que en los tiempos de Marx, en medio de los procesos
y de la dinámica de funcionamiento del modo de producción capitalista de siempre.

3. Los cambios más recientes en la estructura de la propia clase trabajadora


indican la extrema importancia de la categoría del obrero ³colectivo´,
introducida y analizada en el capital. Esta categoría comprende los operadores
del trabajo material y mental, que participan directamente en la fabricación de
un producto y son, con respecto al capital, los trabajadores asalariados,
subordinados. Es así que a pesar del paso de la era fordista a la era postfordista,

100
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del obrero conjunto al obrero social, de la centralización de la fábrica a la
fábrica social generalizada, de los ³tute azul´ a los ³colectivos blancos´, del
trabajo material a trabajadores de la conciencia y de inteligencia, incluso en
los países de capitalismo avanzado, permanece y prospera el trabajo
asalariado con formas cada vez más sofisticadas y siempre más incisivas de
explotación. En el capitalismo contemporáneo, el carácter colectivo del proceso
productivo se acentúa aún más con el crecimiento de la socialización de la
producción; además de ir hacia el obrero colectivo, asumiendo el aspecto de los
grandes complejos productivos, aunque con externalización y deslocalización,
modalidad que reúnen todos los trabajadores en un mismo ámbito de subalternidad,
dominación y explotación.

Las tendencias actuales, con el aumento del número de trabajadores asalariados


empleados, fuera de la producción material propiamente dicha, el aumento del
número de los empleados, de los flexibles, los precarios, los temporales, de los
atípicos en general, el incremento de la tasa del trabajo intelectual o del aparente
trabajador autónomo, en la composición del trabajador colectivo, está bien lejos
GHWHVWLPRQLDUOD³GHVSUROHWDUL]DFLyQ´GHODFODVHREUHUDRGHODFODVHWUDEDMDGRUD
en general.42

De siempre los trabajadores pertenecientes a estas nuevas categorías, así como


el proletariado industrial, están obligados a vender su fuerza de trabajo al
capitalista. Hoy más que ayer, los obreros y los trabajadores en general están
amenazados por la desocupación como consecuencia de la automatización. Sus
salarios están por debajo de su necesidad de sobrevivencia. Se acentúan así las
diferencias con la parte de los trabajadores privilegiados que no es más que la
aristocracia obrera. Estas diferencias, por ejemplo, el nivel de salario, el grado
de satisfacción de las necesidades, la diversidad en medio de una continua
precarización de la vida social, pueden ser aún factores de acercamiento. La
propia inserción de las leyes fundamentales de la producción material en la esfera
de la ciencia y de la cultura son un factor que aunque a primera vista parezca
poco probable, puede facilitar la superación del capitalismo.

/D ³WpFQLFD´ \ HO ³XVR FDSLWDOLVWD GH OD WpFQLFD´ VRQ GRV FRVDV GLIHUHQWHV<
además, también la técnica del dominio tiránico puede ser estudiada y entendida.
La tiranía del capital global no puede reproducir burguesías orgánicas ni en las
metrópolis, donde se reducen, ni mucho menos en los países de la periferia, o en
los que acabaron con él protosocialismo real. Las formas de dominio de la
manipulación a la violencia bélica pueden perpetuar el dominio, bloquear la
vida, forzarla a la decadencia, incluso prolongarla. En otras palabras nibil novi
sub sole. Sería extraño y realmente nuevo que el dominio de por si fuese plena y
progresiva hegemonía, formas al menos relativamente progresivas de desarrollo
del corpus collectivum en sus configuraciones e instituciones, desarrollo de los

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individuos y la sociedad sobre la base de lo que ha sido posibilidad real y por
tanto actuación y ampliación de potencialidades sociales y humanas.

Para nosotros la tarea principal es reproducir, a la altura de estos tiempos


el análisis del espectro de reproducción social completa, y de las formas
de KHJHPRQtD 'HEHPRV LQYHVWLJDU FyPR HVWi IRUPDGD OD FDGHQD ±HV PXFKR
WUDEDMRHOTXHKD\TXHKDFHU±DQWHVGHSRGHUTXL]iVFDUDFWHUL]DURWUDYH]VL
existe un anillo sobre el cual fraguar realmente, unidos a las justificadas denuncias
y súplicas de hoy.

La tiranía moderna puede dominar, manipular, bombardear, exterminar, Pero no


puede resolver prácticamente el problema presentado por Rousseau y diferentemente
resuelto por Hegels y por Marx: el autogobierno racional de la comunidad humana.
Por eso, me parece que, todo lo que es razón, dignidad humana, cultura y obviamente
democracia están de la misma parte. Incluso demostrar esto será un largo trabajo.
Pero no será inútil, no será en vano (Mazzone 2000).

4. Es así que se llega a una fase en la que se estarán representando velozmente,


en la escena económico-social, nuevas subjetividades, las pobrezas y por tanto
nuevas figuras para agregar a un proyecto de composición y reorganización del
conflicto capital-trabajo, a partir de una ofensiva por parte de todos los
trabajadores.

Se trata de forzar el horizonte a partir de la superación de los conflictos sociales


entre clases obreras propiamente dichas, los intelectuales, las nuevas figuras del
trabajo, del trabajo negado, del no trabajo, mancomunando estos grupos sociales
en su lucha por la emancipación social, encontrándose en los hechos en el conflicto
capital-trabajo, superando en la lucha los esquemas de hoy, detectados por algunos
estudiosos, incluso de origen marxista.

Pero ¿cuál es el fin del trabajo? cada día está más vigente el análisis científico de
Marx acerca del trabajo asalariado y de la proletarización y el empobrecimiento
absoluto y relativo de sectores cada vez mayores de la sociedad de capitalismo
avanzado; por no hablar de los niveles de esclavitud, feudalismo y de miseria
absoluta en el Tercer y Cuarto Mundo.

Los ex marxistas, que hoy se definen como críticos del marxismo, para caer en los
brazos del neoliberalismo, que hablan a propósito del fin del trabajo, dan falsos
testimonios. En la mejor de las hipótesis se trata de una correcta lectura de la
realidad, que recurre a viejos esquemas sociales, económicos y técnicos. Los liberales
o neoliberales, los que quisieran el capitalismo como fin de la historia.

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Notas
1
También para algunos contenidos de este capítulo cfr. Vasapollo (1996; 2002).
2
Para una introducción breve pero eficaz de estos criterios cfr. Romagnoli(2001: 63 ss).
3
³6L FRQVLGHUDPRV OD VRFLHGDG EXUJXHVD HQ VXV JUDQGHV OtQHDV FRPR ~OWLPR
UHVXOWDGRGHOSURFHVRVRFLDOGHSURGXFFLyQ´DSDUHFHVLHPSUHODPLVPDVRFLHGDG
el mismo hombre en sus relaciones sociales. Todo lo que tiene una forma definida
como el producto, etc., se presenta solo como un momento, momento transitorio
de este movimiento. El proceso de producción inmediato se presenta aquí solo
como un momento. Las condiciones y las objetivizaciones del proceso son
ellas mismas en igual medida, momentos de él, y sus sujetos son simplemente
los individuos, pero los individuos en relaciones recíprocas que ellos reproducen,
e incluso producen ex novo. Su peculiaridad está en ser un incesante proceso
de movimiento, en el cual ellos se renuevan, ya sea a sí mismo o al mundo de
ODULTXH]DTXHFUHDQ´0DU[ ,, 
4
3DUD XQD SURIXQGD FUtWLFD D HVWRV IXQGDPHQWRV GH OD ³FLHQFLD´ HFRQyPLFD
burguesa de planteamientos marginalistas, con referencia sobre todo a la
³HVFXHODDXVWULDFD´FIU%XFKDQLQ  
5
Es un proceso lento que llevará a la susunzione formal del trabajo al capital, a
la real (hoy es un estudio extremadamente superior y generalizado en todo el
mundo).
6
Cfr. Cazzaniga(1981).
7
En su texto, Roncaglia y Sylos Labini (2002:4) plantean que la pricipal
diferencia entre planteamientos clásicos y marginalistas está en que mientras
los clásicos concebían la economía política como ciencia que estudia la sociedad,
su movimiento, y una sociedad social, la segunda elabora una teoría centrada
completamente en el problema de la selección racional: optimizar la utilización
de los escasos recursos. Esto es un problema de naturaleza lógica, susceptible
GHVHU³VRPHWLGR´³OLPLWDGR´DODOyJLFDFXDQWLWDWLYDGHODVPDWHPiWLFDV(VWD
aproximación es incluso, eminentemente ahistórica; separándola del contexto
social, en el que la selección racional debe ser tomada, relevando la logicidad,
la racionalidad de la misma/ si recuerdan los axiomas de competencia,
transitividad y monotonicidad de la selección racional), siendo esta última
finalizada en la maximización de las ganancias (empresa, del bienestar
individual consumidor), del propio salario/estipendio (trabajador), la naturaleza
de esta selección será siempre la misma, en prescindir del contexto

103
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socioinstitucional en el que es tomada y produce sus efectos (estas instituciones
serían redundantes o directamente un obstáculo para un planteamiento similar).
(VSRUHVWRTXHODVLQVWLWXFLRQHVSROtWLFDVMXUtGLFDVVRFLDOHVVRQ³IHFKDV´\
no indagadas, florecen de las preocupaciones intelectuales de los marginalistas.
Las escuelas marginalistas dan vida a una ciencia axiomática, mientras que la
clásica da vida a una ciencia social.
8
Cfr. Grossman (1971:104) y Carchedi (19911:cap.2).
9
Cuando un teórico, incluso de la izquierda protesta contra la mercantilización
del trabajo, no se da cuenta que el trabajo (vivo), es el creador de la fuerza de
trabajo y no es producto como mercancía, por tanto no es mercantilizable, es
HO~QLFR³IDFWRUGHSURGXFFLyQ´TXHHQWUDHQHOSURFHVRSURGXFWLYRHQFXDQWR
no es mercancía.(cfr. Pala: 1981). Es propio de este error que sea animado el
IHWLFKLVPRGHOFDPELRVLPpWULFRHQWUH³GDGRUGHWUDEDMR´\WUDEDMDGRU(VHVWH
cambio entre supuestos iguales el que funda la discrepancia entre trabajo vivo
y trabajo pagado, entre trabajo necesario y plusvalía. Continuara cometiendo
errores iguales hoy, es algo desarmante.
10
Está claro que estamos separando los conceptos de toda una serie de vínculos
(contractuales, organizativos, etc.), que en la realidad material son fruto ya
sea del desrrollo de la tecnología, y de la ciencias organizativas en general o
de las variadas prácticas de clase y varían según las coyunturas económico-
sociales y las luchas de clase. Se piensa sobre el contrato de trabajo que
³JDUDQWLFH´ORVOtPLWHVHQODXWLOL]DFLyQH[SORWDFLyQGHOWUDEDMRYLYRSRUSDUWH
del dador de trabajo. El contrato de trabajo es de los vínculos (eminentemente
político como expresión formalizada de la relación de fuerza entre las porciones
de clases interesadas) que al nivel de abstracción que se está razonando, no
hemos tomado en consideración.
11
Hemos preferido traducir el término alemán verbindung SRU³FRPELQDFLyQ´
PiVTXHSRU³XQLyQ´FRPRKDFHQIUHFXHQWHPHQWHORVWUDGXFWRUHVGH0DU[
reteniendo que el término exprese mejor el proceso de organización y
complementarización de los factores productivos que determina el propio
proceso productivo.
12
³(OPRGRGHSURGXFFLyQ>«@QRGHSHQGHWDQWR\VHJXUDPHQWHQRGLUHFWDPHQWH
GH ODV IXHU]DV SURGXFWLYDV VLQR GH ODV UHODFLRQHV GH SURGXFFLyQ VRFLDOHV´
(Jaffe 1990:69).
13
Esta distinción es bueno subrayarla, no significa que existan dos procesos
separados (productivo y de valorización), sino ellos son solamente dos aspectos
diferentes del único proceso de trabajo, la relación de producción capitalista.
Cfr Vercelli(1973: 44ss).

104
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14
Mientras en la primera fase de desarrollo capitalista, donde prevalecía la
artesanía y después la manufactura, los instrumentos estaban en función del
KRPEUH\GHVXVFXDOLGDGHV³DUWHVDQDOHV´FRQHOGHVDUUROORGHODVPiTXLQDV\
de la división no más subjetiva, sino objetiva del trabajo, el sistema de máquinas
es un gran autómata, donde los trabajadores individuales son aprendices
funcioanles.
15
³(O SURFHVRSURGXFWLYRHVXQDDFWLYLGDG GHWHUPLQDGDSRUODSURGXFFLyQGH
valores de uso, transformación con fines humanos de los elementos naturales,
condiciones del cambio orgánico entre hombre y naturaleza. Es por tanto, en
sus relaciones más simples, condiciones imposibles de eliminar y modificar
GHODH[LVWHQFLDGHFXDOTXLHUVRFLHGDGKXPDQD´ 9HUFHOOL 
16
El trabajo debe ser leído en doble composición de trabajo concreto y trabajo
abstracto.
17
El modo en que es estructurada la relación inmediata entre trabajo vivo y
máquinas, además y la estrategia y la táctica de gestión y de dominio de esta
relación y de todas aquellas que nacen en la empresa.
18
El panorama italiano de estudios sociológicos del proceso productivo es cuanto
menos frustrado. Si los primeros análisis (Sepienssa en Panzieri), que han
³KHFKRHVFXHODV´HQYDULDV SDUWHVGHOPXQGRVHUHPRQWDQD R DxRV
atrás y las últimas más notables son de los finales de la década del 80, es
LQFRQWHVWDEOHTXHQRVHDPiV³HVSORVR´ el esudio del proceso productivo en
Italia, fuera de los términos ambientales se piensa en la experiencia obrera
articulada, a diferencia, por ejemplo, de los Estados unidos o de Gran Bretaña,
donde todavía se producen profundos análisis.
19
Fue un error constante de tanta publicad marxista, resaltando a Engels (cfr.
Weeks 1981: sobre todo cap. I), expresando que el valor de una mercancía sea
equivalente a la cantidad de trabajo incorporado (horas de trabajo) en la
mer cancía (embodied labour), valor definible subjetivamente y
apriorísticamente, antes de la realización de la mercancía en el mercado. Weeks
(1981:56) en cambio recuerda que el valor aparece solamente como precio
(con esto concuerdan muchos teóricos marxistas contemporáneos que han
estudiado el problema del valor: desde Carchedi y Moseley, Laibman, Shaikh,
solo por citar algunos, tampoco todos los que pertenecieron a la misma
³HVFXHOD´ (OYDORUGHODPHUFDQFtDHVXQD³PHGLD´HODERUDEOHH[SRVWTXH
define el trabajo socialmente necesario para producirla.
20
Es propia la ausencia de homogeneidad de los miembros de la ecuación que
creó problemas de medición en los primeros clásicos (por ejemplo Smith):

105
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cantidad de horas trabajadas/ cantidad se outpout agrícola. Sobre este punto
cfr. Garegnani (1981: 16ss).
21
Más que la descalificación, 10 (2004) prefiere hablar de calificación alineada
y no controlada ira del trabajador. Es importante tener presente que hablando
de descalificación nos referimos a una tendencia. No es solo eso. Se tiene en
cuenta incluso, el hecho de que son dos interpretaciones diferentes y no
necesariamente convenientes de descalificación: una en sentido smithiano, como
parcialización siempre más avanzada de las atribuciones productivas y por
tanto pérdida de personalidad; la otra y marxista, muestra la superficialidad
del trabajo vivo expulsado del proceso productivo por ser sustituido por
máquinas.
22
Cleaver ( 2000:12)
23
6HJ~QODWHRUtDPDU[LVWDFRPR³HOFRQWUDWR´GHWUDEDMR>«@HVXQFRQWUDWRGH
resignación, de sumisión al capital; es la expresión jurídica que se instaura
con el contrato de trabajo entre capitalista y trabajadores, es una relación
social de producción, una relación de clases. Es un contrato que incluye la
clase capitalista y trabajadora y se funda sobre el proceso de explotación (lo
legítima, regulándolo) en cuanto es coerción a la plusvalía.
24
El presupuesto es que las decisiones económicas sean tomadas por sujetos
racionales, sobre bases utilitaristas; las empresas tratan de maximizar la
ganancia; los consumidores tratan de satisfacerse lo más posible con sus
adquisiciones y como trabajadores, tratan de maximizar los propios salarios
QHWRVGHORV³FRVWRVSRUVRVWHQHU´ 6ORJDQ 
25
Por ejemplo, el revolucionario Trevini teorizó una tendencia al empobrecimiento
claramente relativo y no absoluto ( cosa que han hecho algunos marxistas
esclerotizados de la Unión Soviética. Mandel, en su tratado (1997b) pone
algunos ejemplos pp. 250ss).
26
La subsistencia no es la biológica (aunque no faltan períodos y lugares donde
el salario se attesta a estos niveles, por debajo, sino la histórica y socialmente
determinada; es decir relativa al desarrollo complejo en el interior de la riqueza
de la sociedad.
27
³(OWUDEDMDGRUDVDODULDGRH[LVWHHQODPHGLGDHQTXHSXHGHYHQGHUVXIXHU]D
de trabajo y para él otra forma de existir hasta el momento ha sido casi
LQLPDJLQDEOH´ 6RWWLOH 

106
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28
Esta es una de las grandes diferencias del MPC de los anteriores modelos de
produción, donde los trabajadores estaban unidos a los vínculos servili o
reputati³QDWXUDOHV´DORVSURSLRVSDWURQHVTXHGLVSRQtDQGHVXVYLGDVQR
solo durante el tiempo de trabajo, sino durante toda la vida. El trabajador no
rea nada de formalmente (como en el MPC) igual al patrón.
29
(QWpUPLQRV³RUWRGR[RV´HOHPSUHVDULRQRWHQGUiQLQJ~QLQWHUpVHQLQYHUWLU
VLQRWLHQHSUHYLVWDSRUORPHQRVXQD³JDQDQFLDQRUPDO´ODWDVDGHJDQDQFLD
normal (%)=b tasa de interés sin riesgo (%)+ el premio por el riesgo(Slogan
2002: 56 ss).
30
Función clásica de la producción fundamental marginalista y=f(L,K), donde L
está por el trabajo y K por el capital comprendido en las materias primas,
presupone que todos los elementos de la función sean cualitativamente iguales,
fungibles, negando las típicas peculiaridades de la fuerza de trabajo: así hacen
desaparecer la diferencia fundamental, caracterizada por Marx, entre fuerza
de trabajo y trabajo: la primera es la única mercancía que, adquirida e inmersa
en el proceso productivo, puede producir más de lo que cuesta. Sobre todo
3DOD    HVFULEH ³7RGRV HOORV %D\OHV 5LFDUGR -HYRQV 0DUVKDOO
Keynes, Sraffa) consideran con fines económicos, o sea capitalistas,
productivos, (o mejor saneados, para decirlo como Keynes) diversos elementos
además del trabajo, en primer lugar el capital como objeto, ídolo, basicamente
HQPDVFDUDGRSRUHOWLHPSR>«@6REUHHVWRGHVFDQVDODHUUyQHDWHVLVGHOD
plusvalía de los factores de producción, confundidos con la plusvalía real de
las determinantes de l precio y de las formas de apropiación del producto.
Estos factores están puestos todos cualitativamente en el plano del proceso
social de producción, o sea, formalmente intercambiales ( así como Wieksell),
HQHOiPELWRGHXQDIXQFLyQGHSURGXFFLyQRGHWHFQRORJtD´
31
El análisis que estamos conduciendo está en un nivel de abstracción muy
elevado; está claro que concretamente en las manifestaciones del poder
empresarial y de su autoridad en el trabajo, ellos son limitados por toda una
VHULHGH³SXQWRVGHUHIHUHQFLD´ItVLFDVMXUtGLFDVRUJDQL]DWLYDV\SUiFWLFDV\
por la propia lucha de clase en general y por la resistencia a nivel empresarial
de los trabajadores opuestos al capitalismo.
32
³/DSOXVYDOtDQRHVRWUDFRVDTXHODGLIHUHQFLDHQWUHHOYDORUFUHDGRSRUHO
WUDEDGRU\ORVJDVWRVSDUDVXPDQWHQLPLHQWR´ 0DQGHOE 
33
Por tanto políticamente; aquí la política revela, en la medida en que es
interpretada en la acepción más global del término (política de clase, de
organizaciones empresariales, de gestión de conflictos industriales, etc.). Solo

107
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para acercar los ejemplos a nuestro tratamiento). Como ejemplo actual y
concreto se piensa en la directiva europea en materia de horarios productivos,
DSUREDGRHOSDVDGRGHPD\RODTXHSHUPLWHXQDWRWDO³OLEHUDFLyQ´GHla
gestión de los horarios de trabajo (a favor del capital), donde el monto de
horas es annualizato , permitiendo una flexibilidad extrema de los turnos de
trabajo. Un trabajador no debe trabajar por una cantidad de horas más= al día
o a la semana. Dónde, cómo y cuándo lo establece la empresa, o los sindicatos.
Con este sistema se puede llegar a trabajar 74 horas semanales. En este caso
la lucha de clases le ha sacado ventajas al capital europeo.
34
Es cierto que hoy esta problemática es más compleja, evitando reducir el
socialismo a la mera abolición de la propiedad privada sobre lo medios de
producción ( de las mercancías), dejando persistir modelos organizativos típicos
o idénticos a los de la burguesía (ontológica y teleológicamente diferentes a
los que deberían desarrollarse en una sociedad socialista y comunista). Sobre
este tema cfr. Carchedi (81981; 2006a).
35
Pero esto es posible solo cuando: a) el ejército industrial de reserva está
limitado; b) las organizaciones sindicales reducen o eliminan la competencia
entre los trabajadores y los organizan para pedir a través de la lucha, aumentos
salariales (Mandel 1997b: 240-41).
36
El aumento de productividad, en medio de la inserción de nuevas máquinas,
que por ser profittevoli desde el punto de vista del capital, deben ser saving y
profit-increasihg) muestra un modificación en la composición organica de
capital(K/v) donde el componente del capital fijo(K) aumenta con respecto al
componente del capital variable(v). la relación no es entre la masa material de
los instrumentos productivos y el número de los trabajadores, sino entre valor
de los medios de producción y el precio de la fuerza de trabajo.
Mandel(1997b:280). También Jaffe (1973:17e 77 ss) sostiene esta tesis: la
composición oganica del capital, que es un concepto de valor, es confundido
frecuentemente con la composición físico- técnica, por ejemplo, el número de
maquinas por obrero en una industria dada o el capital constante (valor) por
obrero (un concepto no de valor).
37
Las relaciones con los medios y productos son mediados, en el primer caso
por relaciones de producción y en el segundo caso, por relaciones mercantiles
mediadas a su vez por el dinero. Es solo pasando por el mercado que el
trabajador se convierte en consumidor y por tanto puede apropiarse de las

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mercancias) que él ( como trabajador colectivo) ha producido, pagándolas a
un precio mayor, incluida la ganancia del capitalista. En este caso la extorsión
se verifica dos veces: la primera, con la sustracción de la plusvalía; la segunda
con la extorsión de dinero en cantidad superior al costo de producción de la
mercancía.
38
Para la producción de plusvalia se parte de la clase trabajadora (los trabajadores
productivos) cfr. después.
39
Las clases sociales son siempre indiferentes a los sujetos individuales que
pertenecen a ellas. Por ejemplo, la mobilidad social y el suceso de un sujeto
que sube a través del otro la jerarquía clasista del capitalismo no impide el fin
o la inexistencia de las clases sociales, sino que la mobilidad subjetiva es
posible solo en medio de clases sociales que existen objetivamente como
totalidad para prescindir de la simple presencia de un sujeto o de otro.
40
Sobre este argumento, aquí solamente accennato; cfr, Carchedi(1977)
41
Sobre el neovalor(neuwert) se ee a Perri (1997; 211-217).
42
Por años, a causa de deformaciones y holgazanería teórica supportate de
traducciones interesantes; está confundida la clase obrera con la clase de
refrencia de los análisis marxistas. En verdad el sujeto intermodal es la clase
trabajadora en su totalidad, en su generalidad y homogeneidad (se utilizan
mucho los trabajos de Costanzo Preve y Gianfranco La Grassa). Fineschi(2001:
156) en este sentido escribe que: Forma asalariada ( ...) no significa de hecho
solo la fabrica, sino realizar el proceso productivo como momento del capital.
De hecho, Arbeiter, literarmente significa, el que trabaja, el que realiza el
proceso productivo. Si la división entre capital y trabajo es verbaltnis, es
decir un proceso en sentido fuerte, es exhaustivo de la totalidad, por tanto, se
deberá entender clase de trabajadores y no clase obrera (aunque lo obreros
sean trabajadores), sino son los obreros de la fábrica como tal, el sujeto
histórico, esta figura debe ser reconstruida a la luz de la determinación objetiva
de la reproducción social completa en forma capitalista. La tesis del autor
deriva, ya sea de una atenta lectura filosófica de la tesis marxistas como del
estudio profundo de El capital, que muestra una identificación de las clases
sociales, partiendo de su noción lógico-funcional.

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Segunda parte

CATEGORÍAS Y DINÁMICAS DEL SISTEMA


CAPITALISTA

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Primer capítulo

FUNDAMENTOS DE CONTABILIDAD NACIONAL1

1. Las categorías marxistas y su traducción estadística


1. Como hemos visto anteriormente, las categorías fundamentales del análisis
económico-marxista se expresan en términos de valor, de tiempo de trabajo: K
(capital constante) representa el tiempo de trabajo social indirecto, incluso en
los imput físicos del proceso productivo; v (el capital variable) representa el
valor (de reproducción) del tiempo de trabajo social directo empleado en la
producción de las mercancías, y W (plusvalía), el tiempo trabajo social directo
no pagado, empleado en el propio proceso de producción de las mercancías.
Con tales categorías se construyen las relaciones fundamentales del análisis
económico-marxista; la tasa de explotación o tasa de plusvalía W/v que expresa
la relación entre tiempo trabajo directo no pagado y pagado; la composición
orgánica del capital K/v que se representa también como K/K+v, la cual expresa
la distribución del capital entre tiempo trabajo social indirecto o directo, y la
tasa de ganancia W/K+v, o relación entre plusvalía realizada y capital anticipado.

Estas categorías de valor sirven esencialmente para establecer la dinámica del


capitalismo. En realidad, las leyes principales y el funcionamiento del sistema
capitalista -la competencia, la concentración y centralización del capital, la
determinación del salario en función de la existencia de una sobrepoblación
(productiva-relativa permanente) o la tendencia a la caída de la tasa de ganancia-
se explican a través de estas categorías y relaciones.

2. Un problema muy importante es la traducción de las categorías de valor en


precios. En efecto, los valores-tiempo, como tal, no tienen una expresión contable

113
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en la sociedad capitalista, donde todas las relaciones económicas aparecen
medidas en precios. Las categorías en valor-trabajo (o valor-tiempo) tienen una
correspondencia en términos de precios que no resulta siempre evidente.

Esta traducción de las categorías y las relaciones en términos de valor en sus


equivalentes monetarios o en precios ha dado lugar a una abundante literatura
HFRQyPLFDHQWRUQRDOOODPDGR³SUREOHPD´GHODWUDQVIRUPDFLyQ 2

El tema se complica aún más, porque la economía convencional incluye un


conjunto de nociones similares a las de Marx, pero con un contenido
sustancialmente diferente.

(OPiVLPSRUWDQWHHVHOFRQFHSWRGH³FDSLWDO´TXHHQ0DU[HVODUHODFLyQVRFLDO
(la relación que se expresa en el proceso de producción de mercancías/apropiación
privada de plusvalía) mientras en la economía convencional es un concepto
polisémico, útil para designar:

a) el capital monetario;

b) los bienes capital;

c) la inversión productiva;

d) la inversión financiera;

e) el flujo de rendimiento en varios períodos de producción, determinado por la


tasa de descuento temporal, etcétera.

Entre otras cosas, en la economía convencional no se considera la distinción


fundamental de la economía marxista entre actividad productiva de nuevo valor
y actividad consumidora del valor creado, es decir, entre actividad productiva y
consumidora de plusvalía.

3. La diferente perspectiva entre la economía marxista y la convencional impide,


por tanto, utilizar directamente las estadísticas económicas para investigar la
evolución del proceso de acumulación capitalista. Para esto se requiere un proceso
SUHYHQWLYRGH³UHHODERUDFLyQ´GHORVLQGLFDGRUHVHVWDGtVWLFRVGHORVDJUHJDGRV
y de las funciones macroeconómicas, con el propósito de adaptarlas a las nociones
y a los propios agregados de la economía marxista.3

La imposibilidad práctica de realizar una traducción completa de los datos


estadísticos, a partir de las nociones marxistas, obliga igualmente a trabajar
muchas cuestiones con datos aproximados, es decir valores que no miden
exactamente lo que queremos medir, pero esta evolución coincide en gran medida

114

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con la categoría de referencia. Por este motivo, la lectura de los indicadores
estadísticos y agregados convencionales, desde el punto de vista marxista, supone
XQDUHOHFWXUDTXHKDJDGHFLUDORVGDWRV³RWUDVFRVDV´GLIHUHQWHVGHORTXHORJUDQ
los análisis convencionales.

2. Límites de los conceptos económicos


neoclásicos convencionales
1. La teoría económica convencional, es decir, la que interpreta la realidad en
función de la perspectiva del capital, tuvo su bautismo a finales del siglo XIX, en
una espiral de vulgarización creciente, y su principal objetivo trató de interpretar
la dinámica económica de la sociedad, para ser la justificación del orden existente.
Los intentos de León Walras (1900) (equilibrio general), de Alfred Marshall
(1920) (equilibrio parcial) o Vilfredo Pareto (1945) (equilibrio óptimo y eficiente),
\ RWURV SRU GHVDUUROODU XQD ³HFRQRPtD SRVLWLYD´ R VHD QHXWUDO IUHQWH D ORV
fenómenos sociales y basada en el principio de la información perfecta, se produce
paradójicamente en el mismo período histórico científico (1870 -1930) en el que
se establece el llamado principio de indeterminación de Heisenberg (1927) en las
ciencias físicas; este principio establece que en las observaciones de la naturaleza,
el propio acto de observar, modifica el comportamiento de los parámetros físicos
y por tanto no corresponde teóricamente a un conocimiento exacto de la realidad.
Tenemos solo una información relativa (probable) sujeta siempre a un margen
de error.

Como consecuencia, desde finales del siglo XI X , la economía venía


transformándose en una ideología que trataba de ocultar detrás un aparato de
creciente complejidad matemática, un simplísmo teórico cada vez más inútil
para los fines cognoscitivos de la realidad.

Se necesitó esperar a la Gran Crisis de los años 20 y 30, para que entre los
economistas de la academia se alzara un cierto espíritu de venganza del
pensamiento analítico clásico.4

Después de la Segunda Guerra Mundial se impone un pensamiento ecléctico que


sin renunciar al componente ideológico de la teoría económica, busca también
una cierta capacidad normativa, con el propósito de dirigir la intervención pública
en el ciclo económico y en el cambio estructural a largo plazo. Esta nueva
orientación dominante, surgida con el nombre de síntesis neoclásica, supone el
control sobre la evolución de la ciencia económica, en particular en los Estados
Unidos, donde se utiliza el establisbment académico para imponer esta nueva
concepción doctrinal de la economía.

115
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De este modo, el desarrollo de los sistemas estadísticos y contables, es una
intención de crear una economía funcional a la necesidad de conducir el
capitalismo en la era del consumo de masas y de la producción fordista-taylorista.

2. Con la publicación de la Teoría general de la ocupación, interés y el


dinero, de 1936, J. M. Keynes pone en el centro de su análisis, obviamente,
influenciado fuertemente por la crisis del 29, el hecho de que en el sistema
económico capitalista no se realizaba automáticamente la plena ocupación,
sino que la podría alcanzar solo a través del sostenimiento de la demanda
por parte del Estado, por tanto con intervenciones en términos de gasto
público. Es decir, reforzaba la corriente de estudios sobre el ingreso nacional
y sobre la ocupación, como las de la moneda, la balanza de los pagos, la
inflación, entrando en una polémica abierta con los neoclásicos. Sobre la
estela de Keynes se profundizan los estudios sobre las fluctuaciones cíclicas
y sobre el desarrollo, es decir, sobre la dinámica económica, completamente
abandonada por el planteamiento neoclásico, retomando temáticas ya
analizadas por los clásicos y tratando de actualizar los contenidos en el
transcurso de estas líneas de razonamiento que llegan sucesivamente a
desarrollar teorías sobre el comercio internacional, sobre actualidad del
inversionismo estatal en economía y sobre los problemas del subdesarrollo.
Precisamente las ideas de J. M. Keynes contribuyen, en gran medida, a la
aplicación práctica de la teoría económica. Las primeras generaciones de
economistas neoclásicos muestran bien marcada esta tendencia teórico-
empírica en la elaboración de sus análisis. A partir del análisis pionerístico
de discípulos de Keynes, como Roy Harrod o de Jan Tinbergen (1939) y
Ragnar Frisch, y a partir de los trabajos pionerísticos de la Econometric
Society, toda una generación de economistas norteamericanos, como Evsey
David Domar, Lawrence Klein, Simon Kuznets, etc., se dedican a la creación
de los modelos estadísticos, económicos y contables que permiten desarrollar
la Contabilidad Nacional.

Pero el aporte más importante lo hace Wassily Leontief, que elabora las primeras
tablas input-output, el instrumento más sofisticado de la contabilidad
macroeconómica capitalista. Esta tabla, deriva directamente de los instrumentos
de planificación soviética. Si las tablas input-output son el instrumento estadístico
³FOiVLFR´ PDU[LVWDULFDUGLDQR  GH DQiOLVLV GH OD HFRQRPtD OD &RQWDELOLGDG
Nacional es la traducción estadística de la visión neoclásica o convencional.

Pero procedamos con orden, partiendo de la caracterización de los fundamentos


de la Contabilidad Nacional.

116

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3. La centralidad del debate sobre el trabajo
productivo e improductivo
1. A diferencia del pasado, hoy no se puede hacer referencia a un sistema,
después de todo estable, que determinaba las condiciones para la reproducción
del trabajo, sino que debemos hablar de una realidad en la que al crecimiento de
la productividad corresponde un fenómeno de desocupación de masas. Esta
desocupación se muestra como una evidente contradicción vinculada a los
procesos de acumulación. Con lo que seguramente ha entrado en crisis el sistema
de las relaciones que tienen hasta ahora, involucrado los agentes sociales, el
propio Estado social en el que las acciones resultan inadecuados e ineficientes
frente a las transformaciones que le interesan los aspectos del desarrollo del
capitalismo maduro postfordista.

La separación entre crecimiento de las riquezas financieras y contracción de la


riqueza real entre economía real y economía financiera, fue y es favorita en
nuestro país, no solo por la especulación internacional, por la falta de control,
sino sobre todo por las selecciones de política económica que no producen, ni
distribuyen trabajo, ingresos o riquezas, sino que destruyen recursos.

Si bien en la inmediatez, la urgencia de la reforma, aunque sea de naturaleza


financiera, contiene el proyecto neoliberal más que el intento de saneamiento de
la balanza. No obstante los repetidos ataques, al Welfare State sobreviven como
residuo gastado pero también simbólico de la social-democracia keynesiana.
Para que esta anomalía no permanezca, la revolución liberalista postfordista de
la acumulación flexible quedará incompleta. La política social debe en cada
caso estar al margen con los tiempos de los nuevos procesos de acumulación del
nuevo ciclo capitalista.

Las selecciones de política económica entran otra vez en un proyecto general,


basado en una recomposición completa de los conflictos y de las tensiones sociales,
a través de una reestructuración de las relaciones económicas e industriales,
basadas en las lógicas del capitalismo salvaje. Todo esto se realiza a través de la
modalidad del consenso, que se difunde en trámites políticos de un nuevo
consociativismo que atraviesa e implica el sistema de los partidos, los sindicatos
federales, las asociaciones empresariales, las instituciones bancarias financieras
y la conexión de las comunicaciones de masas. Si el consociativismo nace y se
desarrolla ya a partir de la década del 70, es en la década del 80 y 90 cuando la
tendencia clasista de la congestión y la concertación de las organizaciones
históricas de los trabajadores encuentra su máxima expresión y el punto de no
retorno.

117
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También el desarrollo del Estado social que dependió en gran media del modelo
de acumulación fordista, del trabajo asalariado, del crecimiento y de la plena
ocupación, tuvo como presupuesto la normalización en el trabajo asalariado de
un número creciente de personas, o sea su transformación en ciudadanos-
trabajadores, conduciendo así a la generalización de la relación de trabajo fordista.
Hoy esta generalización encuentra límites en la acumulación postfordista que
cuestiona el modelo tradicional del Estado social.

Según este modelo, la participación social de los ciudadanos estaba relacionada


esencialmente al status del trabajador asalariado y esta relación disminuía, para
los individuos, la posibilidad de organizar el conflicto capital-trabajo con fines
inmediatos de mejorar los niveles de justicia social y bienestar. La crisis del
mercado del trabajo, o sea del principio predominante de la distribución de
actividad y de ingreso, crea en cambio, una situación en la que la desocupación
y las dificultades crecientes en el vivir social de clases crecientes de población,
no pueden ser más reguladas simplemente a través de toques de las grandezas en
el ámbito de las estructuras institucionales ligadas a la modalidad del Welfare y
de los presupuestos económicos de políticas expansivas. Es decir, es el modelo
keynesiano, el que se pone en duda: la crisis actual del mercado del trabajo no
encuentra explicaciones creíbles en la simple relación entre demanda de consumo
y demanda de fuerza de trabajo y no es regulable a través de una política
económica y fiscal de expansión.

El salario del trabajo, hoy está cada vez más desenganchado de la productividad
que va solo a la ganancia. Lo que depende de la separación postfordista entre el
crecimiento de la producción y el crecimiento de la ocupación, y de la selección
de financiamiento de la economía, que comporta una distribución del ingreso,
todavía más expuesta a fuertes determinaciones del proceso de acumulación.

La cada vez más inicua estructura redistributiva del ingreso implica disminuir el
papel del Estado social, porque el Estado se hace agente que interviene
directamente en el sistema económico como sustento de la acumulación y que
regula y controla no solo la retribución del ingreso, sino en el orden social completo
en sustento exclusivo de la ganancia.

La creciente internacionalización de los flujos financieros y el desarrollo del


proceso de desindustrialización de los países occidentales, ha llevado a una
disminución de influencia de las políticas económicas ejecutadas por los Estados
individuales, sus mecanismos de acumulación siempre más globales. En un modelo
de acumulación flexible, el Estado abandona el sistema de protección social
después que esto representa solo una rigidez y debe ser abolido para asumir la
función de Profit State.

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2. El sistema empresa se afirma y se desarrolla, creando una simbiosis
socioeconómica, sicológica y cultural con los consumidores reales y potenciales,
con el cuerpo social entero, sin seguir de modo pasivo la evolución de la genérica
demanda de mercado, pero imponiendo a la sociedad todas las reglas de la
ganancia, la cultura del mercado, desolidarizando el cuerpo social y rompiendo
la unidad de clases.

La comunicación tergiversadora es una parte fundamental de los modelos


estratégicos del capitalismo postfordista que se van articulando con éxito, ya sea
en los procesos y en los productos, como en las dinámicas socioculturales, además
de económicas, de la sociedad entera.

En esta evolución postfordista pierde terreno la comunicación publicitaria clásica,


en cuanto nacen formas alternativas de modelos comunicacionales tergiversadores,
que utilizan nuevos instrumentos, expresiones del carácter y del modo de
presentarse del sistema capitalista completo.

Instrumentos como las campañas de opinión, la participación en iniciativas de


aparente contenido social, llegan a ser mensajes directos e indirectos por parte
de los medios masivos y de las diferentes formas que asume el Profit State, de
subordinación y colocación en medio de la única compatibilidad retenida posible,
que es la de las reglas del mercado, considerado única gran divinidad social.5

Esta comunicación nómada estratégica tergiversadora está integrada y es


competencia de la empresa y de las instituciones del Profit State, en cuanto se
manifiesta en la cultura directiva de la fábrica social generalizada; ella es difundida
con oportunos instrumentos y técnicas, para así activar de forma duradera
procesos productivos de recursos y materiales compatibles con la acumulación
flexible postfordista.

Se realizan así nuevas fronteras para el incremento valorial de empresa, para la


acumulación flexible. Se trata de una oportunidad para crear recursos innovados y
cualificantes de la estructura compleja de acumulación del capital intangible. Una
estructura deseada por el Profit State, a través de la transmisión de la cultura de la
ganancia en cada contexto del vivir social, a través del dominio tecnosocial.

En los bienes intangibles de gran relevancia, como las competencias profesionales


y tecnológicas, la cultura y la formación, se alcanza el recurso intangible,
comunicación nómada tergiversadora; pero todo está restringido, según la
univocidad de la idea del mercado, de la cultura empresarial, capaz de interactuar
y comprometer al exterior, desarrollando procesos elaborativos de recíproco
conocimiento para doblegar la sociedad al pensamiento único neoliberalista.

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La comunicación a su vez asume el valor de función de dominio tecnosocial en
el momento en que se producen y difunden nuevos recursos intangibles como
³OD LPDJLQDFLyQ \ OD FXOWXUD HPSUHVDULDO HQ OD VRFLHGDG´ /D FRPXQLFDFLyQ
estratégica tergiversadora, como función institucional estratégica, consciente el
logro de una competitividad social en el sistema completo, a través de la
adquisición y la transmisión de nuevo conocimiento y cultura del Profit State.
Este es el verdadero totalitarismo del Profit State, del imperio del capital, que
destruye el vivir social, el hombre y su humanidad, su ser como centro de
organización social.

La introducción de la producción a bajo contenido de trabajo ejecutivo no suprime


el interés de los grupos del gran capital, además de la pequeña empresa para los
lugares de producción deslocalizada a bajos salarios; allí simplemente impulsa
la búsqueda, más cerca, de bases importantes en dirección hacia los polos
productivos tradicionales. Estos últimos continúan ofreciendo a la acumulación
capitalista una combinación difícilmente igualable en cuanto a concentraciones
de consumidores solventes, frecuentemente a altos ingresos. Zonas, es decir, de
libre cambio, con sistemas productivos marcados por especializaciones
susceptibles de ser explotadas por procesos intensos de externalización por parte
del ciclo productivo a bajo valor adjunto.

Se trata de zonas caracterizadas por una movilidad total de las mercancías y de


los capitalistas, y por fuerte flexibilidad en las formas de trabajo y de los salarios.
Son las áreas económicamente importantes de la propia UE (Unión Europea),
donde el movimiento hacia la integración ha caracterizado y reforzado muchas
variables, a excepción de la relativa a los salarios, a las condiciones de trabajo y
la seguridad social. De hecho existen diferencias muy evidentes entre salario de
los propios países y regiones de la UE, y el fundamento de estas diferencias se
encuentra no tanto en la productividad, como en la desregulación de la relación
salarial funcional a la nueva acumulación postfordista.

3. Es por esto, que en la sociedad de la acumulación flexible, basada en los


recursos del capital y material, de la comunicación, del conocimiento, es
fundamental reflexionar, desde el punto de vista material, que el propio trabajo
puede ser productivo o improductivo, si puede ser o no recompensado en el
sistema capitalista de producción, según sea o no organizado en la forma de
empresa capitalista.

Según la definición de trabajo productivo que Marx representa, el trabajo del


empleado público, de la policía, de los soldados y sacerdotes no tiene nada que
YHUFRQHOWUDEDMRSURGXFWLYR1RSRUTXHHVWHWUDEDMRVHD³LQ~WLO´,6 o porque
QRVHPDWHULDOLFHHQ³FRVDV´\HQHURJDFLyQGHVHUYLFLRVVLQRVolo porque es

120

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organizado sobre principios de derecho público y no en la forma de empresas
capitalistas privadas.

Un empleado de los correos no es trabajador productivo, pero si el correo fuese


organizado en la forma de una empresa capitalista privada, que recaudase dinero
por la entrega de cartas y paquetes, los trabajadores asalariados de esta empresa
serían trabajadores productivos.

Está claro que la actual liberación y privatización de los ex servicios públicos en


los países de capitalismo maduro, más allá de la aparente forma disciplinada en
muchos casos, todavía por el derecho público, en términos reales concretan formas
de trabajo en las que el propósito es la extracción de plusvalía, y por tanto están
seguramente identificadas como las nuevas fronteras de un trabajo productivo.

Como vemos, cuando Marx define el trabajo productivo, lo extrae totalmente


por su contenido, por el carácter y por el resultado concreto y útil del trabajo. Él
considera el trabajo solo desde punto de vista de su forma social. El trabajo
organizado en una empresa capitalista es trabajo productivo. El concepto de
³SURGXFWLYLGDG´FRPRORVRWURVFRQFHSWRVGHODFUtWLFDGHHFRQRPtDSROtWLFDGH
Marx, tiene carácter histórico social. Por esta razón sería sumamente incorrecto
DWULEXLUOHXQFDUiFWHU³PDWHULDO´DODWHRUtDGHOWUDEDMRSURGXFWLYRGH0DU[

Desde esta perspectiva no puede considerarse como trabajo productivo solamente


el trabajo útil a la satisfacción de necesidades materiales, excluyendo por ejemplo,
las culturales, ético- morales y espirituales. La naturaleza de las necesidades no
tiene ninguna importancia. Al mismo tiempo, Marx no dio un significado decisivo
a la diferencia entre el trabajo físico e intelectual. Él habló de esto en notas del
capítulo XIV de El capital. Se supone que los trabajadores intelectuales o
FRJQLWLYRVVHDQ³LQGLVSHQVDEOHV´SDUDHOSURFHVRGHSURGXFFLyQ\SRUWDQWRTXH
³JDQHQ´ UHWULEXFLRQHV GHULYDGDV GH ORV SURGXFWRV FUHDGRV SRU WUDEDMDGRUHV
materiales.7

Según Marx, sin embargo, ellos crean un nuevo valor. De este trabajo reciben
una retribución y dejan una parte de la misma en manos del capitalista como
forma de valor no pagado, de plusvalía. El trabajo intelectual necesario para el
proceso de producción material no se diferencia en ningún aspecto del trabajo
ItVLFR(V ³SURGXFWLYR´VLHVRUJDQL]DGRVREUHSULQFLSLRVFDSLWDOLVWDV(QHVWH
caso, es absolutamente la misma cosa que el trabajo intelectual sea organizado
junto al trabajo físico, en una empresa, oficina técnica, laboratorio clínico u
oficina de contabilidad, o que sea separado en una empresa independiente, un
laboratorio químico experimental independiente que tenga la tarea de mejorar la
producción, etcétera.

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La siguiente diferencia entre tipos de trabajo tiene un gran significado para el
problema del trabajo productivo; se trata de la diferencia entre el trabajo que
³VH FRQFUHWDHQYDORUHVGH XVRPDWHULDOHV\HOWUDEDMRRORVVHUYLFLRV´ 0DU[
1978ª, Tomo I: 143) que no asumen forma objetiva. Es necesario recordar que
VHWUDWDGHXQDGHILQLFLyQ³VHFXQGDULD´YiOLGDVRORVLVHDFHSWDQODVSUHPLVDV
mencionadas, o sea si se supone preliminarmente el trabajo organizado en forma
capitalista. En realidad, Marx señaló lo mismo con frecuencia, que el trabajo
productivo en el sentido definido y el trabajo que produce riqueza material no
coinciden; ellos no concuerdan en dos aspectos. El trabajo productivo incluye el
trabajo que es representado en cosas materiales, o es organizado sobre principios
capitalistas. Por otra parte, el trabajo que produce riqueza material, pero no es
organizado en la forma de la producción capitalista no es trabajo productivo,
desde el punto de vista de la producción capitalista (Marx 1993a). Si no adoptamos
OD³GHILQLFLyQVHFXQGDULD´\VLOD³FDUDFWHUtVWLFDGHFLVLYD´GHOWUDEDMRSURGXFWLYR
que Marx define como trabajo que crea plusvalía, veremos que cada indicio de
trabajo concebido en clave materialista queda eliminado por la definición de
Marx.

4. A primera vista, la concepción del trabajo productivo desarrollada en algunos


escritos de Marx no considera en esta categoría a los trabajadores y los empleados
usados en el comercio y en el sector bancario (Marx 1978a, Tomo II: cap. VI y
Tomo III: cap. XVI-XIX).

Marx no considera productivo este trabajo. Según muchos científicos sociales,


incluida la gran mayoría de los marxistas, Marx criticó considerar productivo
este trabajo porque no produce cambios en las cosas materiales. Según ellos,
HVWRHVXQUHVLGXRGHODVWHRUtDV³PDWHULDOLVWDV´GHOWUDEDMRSURGXFWLYR

5HILULpQGRVHDODRSRVLFLyQGHOD³HVFXHODFOiVLFD´DHVWHFRQFHSWR8 algunos se
preguntan con estupor: ¿Cómo pudo Marx cometer tal error después de haber
descubierto la psicología fetichista del productor de mercancías con tanto ingenio?
$OJ~QRWURGHVSXpVKDFULWLFDGRODVWHRUtDVTXHVHSDUDQHODVSHFWR³LQWHOHFWXDO´
\³PDWHULDO´GHOWUDEDMRDJUHJDQGRTXHHVWDVFRQFHSFLRQHVGHODHFRQRPtDSROtWLFD
clásica no fueron sometidas por Marx a la crítica que llevaba, visto que en
general el propio Marx apoyó estas concepciones.

¿Corresponde en verdad el hecho de que los tomos II y III de El capital están


LQXQGDGRVSRUHVWDFRQFHSFLyQ³PDWHULDOLVWD´GHOWUDEDMRSURGXFWLYRTXH0DU[
sometió a una crítica detallada y destructiva?

En realidad no existe contradicción evidente en las ideas de Marx. Este no renuncia


al concepto de trabajo productivo como trabajo organizado sobre principios
capitalistas, independientemente de su carácter concreto y útil a los resultados,
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típicos del mundo de la producción capitalista. Pero si no es así, ¿Por qué Marx
no considera el trabajo de los vendedores y los empleados organizados en una
empresa comercial capitalista como trabajo productivo? Para responder a esta
pregunta debemos recordar que cuando Marx escribía de trabajo productivo en
muchos análisis anteriores a El capital, comenzaba con la cuestión del capital
productivo. Según esta teoría, el capital pasa por tres fases en su proceso de
reproducción: capital-dinero, capital- productivo y capital-mercancía.

/DSULPHUD\WHUFHUDIDVHUHSUHVHQWDQHO³SURFHVRGHFLUFXODFLyQGHOFDSLWDO´(Q
este esquema el capital productivo no se opone al improductivo, sino al capital
HQHO³SURFHVRGHFLUFXODFLyQ´(OFDSLWDOSURGXFWLYRRUJDQL]DGLUHFWDPHQWHHO
proceso de la creación de bienes de consumo en el sentido más amplio. Este
proceso incluye todo el trabajo necesario para la adaptación de los bienes a los
fines del consumo: por ejemplo, el almacenaje, el transporte, el empaquetamiento,
HWFpWHUD(QHOSURFHVRGHFLUFXODFLyQHOFDSLWDORUJDQL]DOD³FLUFXODFLyQSXUD´
la adquisición y la venta, por ejemplo, la transferencia del derecho de propiedad
abstracta por la transferencia real de productos.

Este capital supera la fricción del sistema mercantil capitalista, fricción que por
así decir obedece al hecho de que el sistema se encuentra dividido en unidades
económicas individuales; precede y sigue el proceso de creación de bienes de
FRQVXPRDXQTXHHVWpOLJDGRDpOGLUHFWDPHQWH/D³SURGXFFLyQGHFDSLWDO´\OD
³FLUFXODFLyQGHFDSLWDO´VRQLQGHSHQGLHQWHVHQHOVLVWHPDGH0DU[\VRQWUDWDGRV
por separados, a pesar de que contemporáneamente el estudio no pierda de vista
la unidad de todo el proceso de reproducción del capital.

Esta es la base de la distinción entre el trabajo usado en la producción y el


empleado en la circulación. Pero esta división no tiene nada que ver con una
GLYLVLyQGHWUDEDMRHQ³WUDEDMRTXHRSHUDFDPELRVHQORVELHQHVPDWHULDOHV´\
trabajo que no posee esta propiedad. Marx distingue entre trabajo utilizado por
HO³FDSLWDOSURGXFWLYR´RPiVSUHFLVRSRUHOFDSLWDOHQODIDVHGHODSURGXFFLyQ
y el trabajo utilizado por el capital-mercancía o capital-dinero o por el capital en
la fase de circulación.

6ROR HO SULPHU WLSR GH WUDEDMR HV ³SURGXFWLYR´ QR SRUTXH SURGX]FD ELHQHV
PDWHULDOHVVLQRSRUTXHHVXWLOL]DGRSRUHOFDSLWDO³SURGXFWLYR´\HVWDHVODIRUPD
del capital en la fase de la producción: produce más plusvalía.

La participación del trabajo en la producción de bienes para el consumidor, no


necesariamente bienes materiales, representa para Marx, una propiedad adicional
del carácter productivo del trabajo, pero no el criterio para establecerlo. Este
criterio continúa siendo la forma capitalista de organización del trabajo; el carácter

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La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1021-6
productivo del trabajo es una expresión del carácter productivo del capital. El
movimiento de las fases del capitalismo determina las características del trabajo
que es utilizado. Aquí Marx permanece fiel a su idea de que en la sociedad
capitalista la fuerza motriz de desarrollo sea el capital: sus movimientos
determinan el movimiento del trabajo que es subordinado al capital.

Así, según Marx, es trabajo productivo cada tipo de trabajo organizado en las
formas del proceso capitalista de producción o, más preciso, el trabajo utilizado
SRU HO FDSLWDO ³SURGXFWLYR´ HV GHFLU HO FDSLWDO HQ OD IDVH GH SURGXFFLyQ (O
trabajo del vendedor no es productivo porque es contratado por el capital en la
fase de circulación (no aporta transformaciones al valor de uso, ni se preserva la
integridad por el deterioro).

El trabajo del actor cómico al servicio del empresario de teatro es productivo, a


pesar de no provocar cambios en los bienes materiales y, desde el punto de vista
de las exigencias de la economía social, ya sea menos útil que el trabajo del
vendedor10. El trabajo del actor es productivo porque es usado por el capital en
la fase de producción.

El resultado de la producción, en este caso, no consiste en bienes materiales sino


en juegos, en chistes pero esto no modifica el problema. Los chistes del actor
tienen valor de uso y valor de cambio. El valor de cambio es mayor que el valor
de la reproducción de la fuerza de trabajo del actor, lo que supera su salario y los
gastos en capital constante. Por tanto, el empresario tiene plusvalía.

Por otra parte, el trabajo del que vende las entradas en un teatro para asistir al
espectáculo del actor es improductivo, porque es contratado por el capital en la
fase de circulación,11HVGHFLUD\XGDVRORDWUDQVIHULUHO³GHUHFKRDREVHUYDUHO
HVSHFWiFXOR´HOGHUHFKRGHXQDSHUVRQDDGLVIUXWDUGHORVFKLVWHVGHODFWRU GHUHFKR
adquirido con un cambio de tipo mercantil: dinero contra mercancía-diversión).

Está claro que interpreta las categorías económicas de una manera mejor que los
otros, incluso en el campo socialismo realizado, comporta un sistema de
Contabilidad Nacional diferente completamente con la representación de arreglos
socioeconómico-productivos del todo diferentes.

4. La Contabilidad Nacional
1. Cada ciencia, ya sea social, natural o humana, para poder avanzar y elaborar
tesis, necesita de una base de conocimientos de que partir, de datos, de
informaciones sobre las cuales operar, por las cuales moverse para los propios

124

La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1021-6


análisis. La ciencia económica burguesa, en sus diversos intentos de
³FRPSUHQGHU´ \ ³GRPLQDU´ R ³SURYRFDU´ XQD SOXUDOLGDG GH IHQyPHQRV
³VRFLDOHV´,12 se resolvería en un mero ejercicio mental improductivo si no tuviese
XQ³FDPSRGHDSOLFDFLyQ´ ODVRFLHGDG GHODVSURSLDVWHRUtDV\VLQRSXGLHVH
nutrirse de datos, y por tanto de instrumentos que le proporcionen hechos para
FRQRFHUHO³FDPSRRSHUDWLYR´HQHOTXHDFFLRQDU13

El dato fundamental de partida para desarrollar análisis económicos y promover


políticas económicas es la riqueza nacional, conocible gracias al instrumento de
la Contabilidad Nacional14; la que sirve propiamente para el cálculo de la riqueza
producida en una nación y por una nación15.

2. Partiendo de la expresión contable implícita en las tablas input-output, donde


el consumo intermedio equivale al consumo del capital constante en un período
y el trabajo adjunto al tiempo de trabajo directo pagado (remuneración salarial/
capital variable) y no pagado (excedente y explotación/plusvalía), se obtienen
los principales conceptos contables. Pero antes de referirnos a ellos, describamos
EUHYHPHQWHODQDWXUDOH]D\ODIXQFLyQGHORV³RSHUDGRUHVHFRQyPLFRV´

(QODEDVHGHOD&RQWDELOLGDG1DFLRQDO³HVWiODLGHDGHTXHHOVLVWHPDSURGXFWLYR
FRPSOHWRGHSHQGHHQVXIXQFLRQDPLHQWRGHFXDWUR>«@JUDQGHVFDWHJRUtDVGH
operadores económicos: familias, empresas, administraciones públicas, y el
H[WHULRU´ &R]]L\=DPDQJL 

5. Los operadores económicos


1. Los operadores económicos son los agentes-sujetos que permiten leer los
movimientos productivos y consumidores de riquezas en un determinado territorio.
Son definidos sobre la base de la función que desempeñen en el ciclo producción-
consumo y la utilización que hacen de los bienes y servicios adquiridos (si son
finales o intermedios ). Son de los agregados de sujetos económicos homogéneos
que consienten la caracterización de amplios movimientos económicos internos
en un país.

Mientras las familias caracterizan el operador económico que desarrolla


exclusivamente la actividad de empleado, vale decir el consumo de los bienes
y servicios adquiridos, el operador de empresas desarrolla exclusivamente
actividades de producción de bienes y servicios (sean finales o intermedios).16
0LHQWUDVSRUWDQWRODHPSUHVDHVHOVXMHWRHFRQyPLFRTXH³RIUHFH´HQHOPHUFDGR
ELHQHV\VHUYLFLRVODIDPLOLD³GHPDQGD´ELHQHV\VHUYLFLRV(VWDHVODGLVWLQFLyQ

125
La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1021-6
fundamental utilizada por SEC (Sistema Europeo de Cuentas Económicas
Integradas), que es muy utilizado incluso en Italia por ISTAT, a pesar de alejarse
esta última, en algunos puntos del modelo SEC.

Al tomar en consideración las actividades de producción y consumo, debemos


tener un espacio mercantil determinado como referencia para nuestros cálculos,
de otro modo tendremos un modelo indeterminado de Contabilidad Nacional.
³/DVDFFLRQHVHFRQyPLFDVSXHGHQVHUGHILQLGDVFRQUHVSHFWRDOWHUULWRULR\RFRQ
UHVSHFWRDORVRSHUDGRUHVTXHODVGHVDUUROODQ´ ÈOYDUR (VWRVLJQLILFD
que, sobre la base de los resultados que queremos obtener, podemos elaborar
FiOFXORVDSDUWLUGHORVRSHUDGRUHV³UHVLGHQWHV´HQXQWHUULWRULRGDGR TXHVHD
XQD QDFLyQ XQDUHJLyQXQDSURYLQFLDXQDFLXGDGHWF  X³RSHUDQWHV´HQHO
territorio. Esta distinción es importante si consideramos una economía no cerrada,
donde los operadores pueden desarrollar bien las mismas actividades en el exterior
o desde el exterior.

(Q FXDQWR D OD SREODFLyQ SXHGH VHU GLYLGLGD HQ XQD ³SRUFLyQ´ ³residente´
(habitualmente) y en otra presente. Mientras con la primera definición excluimos
los no residentes habitualmente, con la segunda no tenemos en consideración los
residentes no presentes, temporalmente fuera del país, es evidente que sobre la
base del criterio seleccionado obtendremos resultados diferentes.

2. Si para la familia la caracterización y la descripción son más simples, para el


operador de empresa estas actividades se complican un poco más. Según el modelo
tradicional, las empresas son clasificadas entre sectores económicos: agrícola,
industrial, terciaria. Las unidades estadísticas de relevancia son: la firma o la
empresa, la unidad local, las instituciones.17

La empresa con fines de cálculo estadístico [es] la unidad jurídica económica


que produce bienes servicios destinados a la venta y que sobre la base de las
leyes vigentes o de las propias normas instituidas, tiene facultad de distribuir las
ganancias realizadas a los sujetos propietarios, sean ellos privados o públicos.
El responsable está representado por una o más personas físicas, en forma
individual o asociada, o por una o varias personas jurídicas. Entre las empresas
se comprenden: las empresas individuales, las sociedades de personas, las
sociedades de capitales, las sociedades cooperativas, las empresas especiales de
comunas, provincias o regiones. Son consideradas empresas también los
trabajadores autónomos y los profesionales independientes (definición ISTAT).18
(OHPHQWRGHWHUPLQDQWHSDUDHVWDFDUDFWHUL]DFLyQHVHO³ILQGHOOXFUR´

/D ³XQLGDG ORFDO´ HV HQ FDPELR XQ HVWDEOHFLPLHQWR R XQ FXHUSR GH
establecimientos, situado en un lugar específico, donde se realizan materialmente
la producción o la distribución de bienes o la prestación de servicios; las unidades

126

La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1021-6


locales son XOWHULRUPHQWH VXEGLYLGLGDV HQ XQLGDGHV ORFDOHV ³RSHUDWLYDV´ \
³DGPLQLVWUDWLYDV´ TXHVHGLIHUHQFLDQItVLFDPHQWHRDOPHQRVIXQFLRQDOPHQWHGH
las operativas).

La institución es una unidad con contabilidad completa y dotada de autonomía


decisional, sus funciones principales son la producción de bienes y la erogación
de servicios no destinados a la venta. Ella se financia principalmente a través de:

a) Cobros obligatorios que inciden en las familias o las empresas (este el caso de
la administración pública, desde ahora en más PA).

b) Pagos voluntarios de familias y/o sujetos con el propósito de la gestión de


intereses comunes (es el caso de instituciones sociales privadas).

3.La administración pública, o administraciones públicas, el tercer operador


que hemos citado puede ser subdividido en tres subsectores:

1. Las administraciones centrales, en las que la actividad principal es ejercitada


en la mayor parte del territorio nacional. Ellas están comprendidas por el
Estado, los Entes nacionales de búsqueda, de asistencia y los Entes económicos
nacionales.

2. Las administraciones locales, su actividad incide solo en una porción limitada


del territorio nacional (ej.: región, provincia, comuna, ASL, entes económicos
locales, etcétera).

3.Entes de prevención (es., INPS, INAIL).

Los servicios erogados por la PA, ya sean de consumo final como intermedio o
productivo, en el sistema de contabilidad italiano (en préstamo, en este caso, por
el modelo SEC), convencionalmente son considerados finales, es decir
consumidos por las familias.

4. El operador exterior, dicho resto del mundo (RdM), que hoy más que nunca
adquiere un rol decisivo en las economías nacionales, está determinado
considerando todas las personas físicas y jurídicas con residencia fuera del país
GDGRTXHGHVDUUROOHQDFWLYLGDGHVHFRQyPLFDVFRQGLFKRSDtV/D³UHVLGHQFLD´
de las personas jurídicas coincide con el concepto de centro de interés, mientras
para la persona física releva la demora habitual.

5. Es oportuno entender mejor algunas configuraciones particulares


relacionadas con los operadores y agentes económicos para analizar mejor el
contexto en el que se opera. Por ejemplo, es importante hacer una distinción
entre dos tipologías de empresas públicas: de un lado está las de capital social

127
La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1021-6
poseído totalmente o como cuota mayorista al Estado; de la otra parte está en
cambio la empresa que se caracteriza por la presencia de factores extra
económicos, y que por tanto es diferente de la privada, ya sea por la propiedad
o por la esencia.

En este último caso nos referimos a las empresas nacidas para absorber
problemas sociales (como, por ejemplo para mantener el nivel ocupacional), o
para consentir el mantenimiento de un justo equilibrio en economías entre pública
y privada.

Es oportuno realizar una clasificación de las diferentes tipologías de empresas


TXHSXHGHQVHUGHILQLGDV³S~EOLFDV´$VtVHWLHQHQODVHPSUHVDVGHO(VWDGRODV
empresas de propiedad del Estado y las empresas financiadas por el Estado.

Las empresas del Estado son las que están sometidas a un control directo del
mismo y que tienen la misma contabilidad en todo y en gran parte insertadas en
la balanza estatal; las empresas de propiedad del Estado, en cambio, son iguales
en todo a las empresas privadas pero son caracterizadas por una elevada
participación del operador público, que logra garantizarse su control. Las
empresas financiadas por el Estado, a pesar de tener un carácter público, actúan
según un determinado grado de autonomía de gestión.

El objetivo de las empresas públicas no se busca en la maximización de la


ganancia, sino en una diversa serie de metas que deben ser alcanzadas en nombre
del interés de la colectividad. Está claro, que a pesar de ser fundamental para
este tipo de empresa alcanzar estos resultados positivos de gestión, del otro lado
es necesario también considerar todos los factores relacionados con la economía
nacional. En este sentido, se puede decir que una empresa pública tiene entre sus
objetivos principales alcanzar la eficiencia locativa, redistributiva y social, que
permitan alcanzar la máxima satisfacción de los consumidores, de asegurar la
mayor transparencia posible y de corregir las quiebras del mercado.

Existen los sectores específicos de la economía que por siempre han estado sujetos
a controles por parte del Estado, en cuanto proporcionan los servicios estratégicos
y esenciales a los ciudadanos y a las otras empresas. Nos referimos a las empresas
operandi en el campo de la energía, el agua, de las telecomunicaciones, del
transporte, etcétera; sin considerar después los consumos colectivos, públicos por
excelencia, como el de la asistencia sanitaria, defensa, prevención, formación
HVFRODUHVGHFLUOD³SURGXFFLyQGHWelfare´(QHVWRVVHFWRUHVODLQWHUYHQFLyQGHO
Estado es garantía para todos de un acceso proporcional a la calidad de los bienes
y de los servicios producidos, que podrían en caso contrario ser distribuidos de
manera no uniforme, ya sea en términos económicos, como en sentido social general.

128

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En cuanto a lo que hemos dicho basta recordar, por ejemplo, cuán importante ha
sido en Italia y sobre todo en el sur, la intervención del Estado en la delicada
fase de la reconstrucción post-bélica. La presencia de las empresas públicas en
la economía se ha caracterizado incluso en los otros países europeos, en
particular aquellos gravemente dañados por los efectos del segundo conflicto
mundial, en cuanto la intervención estatal ha estado en condiciones, por ejemplo
de cubrir la oferta insuficiente de capital de las empresas privadas.

El viejo modo de ser de la empresa pública y el complejo rol de la economía


pública entran en crisis en los países de capitalismo maduro, y por tanto también
en Italia, en el momento en que naufraga el mismo modelo keynesiano de soporte
al desarrollo. El suceso de las políticas keynesianas está en su capacidad de
hacerse intérpretes de las nuevas formas de acumulación fordista, neutralizando
contemporáneamente la carga revolucionaria y subversiva contenida en las ideas
de la revolución bolchevique del 17. La aplicación del modelo keynesiano es
ciertamente una conquista, debido a las luchas del movimiento obrero (sobre
este tema vea también a Antoniello, Vasapollo, 2006) una conquista a favorecer
formas de progreso civil y de mejoramiento de las condiciones de vida de las
clases más pobres; pero al mismo tiempo es un proyecto de mediación y es
instrumental, porque funge como amortizador del conflicto social, a un desarrollo
con una cierta redistribución que no le importan los márgenes de ganancia de las
grandes y las medianas empresas capitalistas.

La crisis del modelo fordista comporta la crisis de las políticas keynesianas,


desde el momento que estas últimas representan la más avanzada síntesis política
del compromiso social.

Desde el inicio de la década del 80 se ha verificado en todos los países del


modelo capitalista, incluso donde más marcada era la selección para la economía
mixta, un proceso de redimensionamiento de la presencia pública en economía.
Esto fue, al menos en las intenciones declaradas, sobre todo para tratar de adecuar
la gestión productiva pública a las nuevas condiciones de la competencia
internacional. Las principales motivaciones estaban, en esencia, más ligadas a
razones político-formales que a reales exigencias de eficiencia económico-
productiva. Por tanto, la motivación de ser mayormente competitivas las empresas
públicas está después, necesariamente relacionada con los rollos y los controles
burocráticos que frecuentemente no llegan a consentirle a las empresas públicas
un funcionamiento más elegante e innovador.

El diverso rol asumido por el Estado en las reglas de la gestión de las empresas
S~EOLFDVKDYLVWRHOUHIRU]DPLHQWRGHORVSURFHVRVGH³SULYDWL]DFLyQ´TXHKDQWHQLGR
en cuenta también las producciones dirigidas a la satisfacción de las necesidades

129
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colectivas prioritarias. Se logra así una consecuente reducción del poder del
³(VWDGRHPSUHVDULR´\DOPLVPRWLHPSRDIRU]DUHOSURFHVRGHSULYDWL]DFLyQGHO
Welfare State, imponiendo un restringimiento de las características de
universalismo de las prestaciones públicas fundamentales. Se incentivó así, un
mayor recurso a la sanidad privada, a la instrucción y formación a connotados
empresarios, a formar pensionísticas integrativas privadas, etcétera.

6. El PNB y el PIB19
1. El macroagregado más utilizado hasta hace poco tiempo para el cálculo de la
riqueza nacional es el PNB (Producto Nacional Bruto); sus orígenes se encuentran
en las obras de Simón Kusnets (1901-1985). La importancia de este concepto
HVWiHQODSRVLELOLGDGTXHQRVGDODPHGLGDGHO³YDORUWRWDOGHODSURGXFFLyQGH
XQSDtV´FRQVLQWLpQGRQRVSRUWDQWRSDUDGHFLUORFRPR6DPXHOVRQ1RUGKDXV
 GH³PHGLUODSUHVWDFLyQGHXQVLVWHPDHFRQyPLFRHQWHUR´ 20

(O31%HVOD³PHGLGDPRQHWDULD´21 del valor producido y leído en la dinámica


de flujo: flujo de bienes y servicios finales, más inversiones (privadas), más los
gastos de la administración pública (PA).

&RQWDOSURSyVLWRHVFULEHQ&R]]L\=DPDJQL  TXH³(QODGHILQLFLyQGH


31%>«@VHKL]RUHIHUHQFLDDOIOXMRDQXDOGHODSURGXFFLyQJOREDOGHELHQHV\
servicios. Por esto se efectuó una adición de producciones heterogéneas (pan,
automóviles, etc.) que pueden ser entre ellos sumadas solamente en términos de
valor. Cada cantidad producida, expresada en la misma unidad de medida, es
YDORUDGD DO SURSLR SUHFLR XQLWDULR´ 6DPXHOVRQ \ 1RUGKDXV   DVt
MXVWLILFDQHVWDVHOHFFLyQ³SRUTXH>«@ORVSUHFLRVGHPHUFDGRUHIOHMDQHOYDORU
económico relativo de los diferentes bienes y servicios, es decir, los precios
relativos de los diversos bienes reflejan el valor que los consumidores atribuyen
DODVSURSLDVXQLGDGHVILQDOHV RPDUJLQDOHV GHOFRQVXPRGHHVWRVELHQHV´&RPR
se puede notar, el cálculo del PNB está estrechamente unido y dependiente de la
teoría marginalista del valor. Que después esta correlación, en realidad, no se
corresponda con la verdad, es otra cosa.

En breve, el producto nacional bruto es la cifra que se obtiene aplicando el metro


monetario a varios tipos de elaboradores, naranjas, cortes de pelo, naves de guerra
y máquinas que cada sociedad produce empleando la tierra, el trabajo, los recursos
capitales y el know-how de que dispone. Es igual a la suma de valores monetarios
de todos los bienes de consumo y de inversiones, junto con las adquisiciones por
parte del sector público (Samuelson y Nordhaus 1987: 99).

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2. Desde ahora se puede ya comenzar a entrever una particularidad típica de la
Contabilidad Nacional de planteamiento marginalista. Cualquier bien o servicio
H[FHSWRORVLQWHUPHGLRV\ORV³PDORV´FRPRORVQHJRFLRVLOtFLWRVFULPLQDOHV
producen valor y riqueza. El desvío, el cambio de perspectiva respecto a los
clásicos, es evidente. Estos últimos (e incluso el más sólido crítico de la economía
política clásica, Marx) conducían las categorías constitutivas de la riqueza
nacional a una distinción central (lo será para la misma teoría del valor o de la
H[SORWDFLyQPDU[LVWD DTXHOODHQWUH³WUDEDMRSURGXFWLYR\WUDEDMRLPSURGXFWLYR´
(de valor) (sobre estos temas cfr., después, por ahora se puede leer a Shaikn,
Tonak 1994).

Para simplificar al máximo la diferencia intercorriente entre los dos


planteamientos hay que tener en cuenta que: en las actuales metodologías de la
Contabilidad Nacional, también la actividad profesional, de despacho de un
DERJDGRSURGXFHYDORUULTXH]D\SRUWDQWRVHFDOFXODHQODFDWHJRUtDGH³VHUYLFLRV
ILQDOHV´GHORVTXHKDEODPRVDQWHULRUPHQWH3DUDXQHVWDGtVWLFRRXQHFRQRPLVWD
de planteamiento clásico, o heterodoxo, resulta ser un absurdo imperdonable
(desde el momento que equivoca enormemente las estadísticas nacionales); un
abogado no produce valor, sino absorbe, bajo forma de dinero, el valor producido
por otros en otras esferas.

La diferencia fundamental entre estas dos perspectivas está en el modo de ver


el funcionamiento de la economía en la práctica. Los marginalistas tratan de
establecer, a través de las mediciones, si la economía se está expandiendo o
concentrando, o si es una amenaza de recepción o cualquiera que sea el grado
de desarrollo. Quien se inspira en los clásicos, como los marxistas, quiere
comprender las leyes económicas que atienden a las modalidades actuativas y
redistributivas de la riqueza social, no simplemente medir el funcionamiento
estructural de la economía.

3. Siendo el PNB una expresión monetaria del valor total, va en contra de la


variación de los precios debido a la inflación. Es evidente que si se condujeran
cálculos sin tener en cuenta estas variaciones, tendríamos estadísticas
completamente inexactas con respecto al movimiento real de los flujos de riqueza
nacional. Es para resolver este problema que se ha recurrido al instrumento del
deflactor (que, en breve, es una media ponderada de los precios que nos permiten
calcular la diferencia entre el PNB nominal y el real) .22

Refiriéndonos a los bienes y servicios (en los precios de los bienes y


servicios), utilizados para el cálculo del PNB, los calificamos como finales;
la necesidad de calcular exclusivamente los bienes y servicios finales (los
adquiridos por los consumidores) es evidente; lo que conlleva a eliminar

131
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por el cálculo todos los bienes y servicios intermedios que comportarían una
duplicación de los cómputos.23 Es con este objetivo que se utiliza el concepto de
³YDORUDJUHJDGR´24, destinado a reequilibrar el cálculo; para obtenerlo debemos
sustraer al valor de las ventas de una empresa, el valor de los materiales y servicios
adquiridos por las otras empresas; en términos más técnicos, el valor agregado
se obtiene sustrayendo del valor de la producción vendible el valor de los bienes
y servicios intermedios.

Definidos los elementos rudimentarios para el cálculo del PNB podemos concluir
con la clásica fórmula relativa de una economía cerrada:

PNB= C+I+G

Donde C son los consumidores privados, I las inversiones y G el gasto público,


o sea los consumos públicos. En una economía abierta se considera también (X-
M), donde X son exportaciones y M las importaciones.

Hay que agregar que I representa las inversiones en bruto, comprendidas por las
amortizaciones, por las que el valor representado por el PNB se altera, o mejor,
QROOHJDDGHVFULELUELHQODUHDOLGDGGHODULTXH]D³FRUULHQWH´GHOSDtV(VSDUD
evitar este inconveniente que se utiliza otra medida, aunque más difícil para
determinar, dada la escasez o imprecisión de los datos: el PNN (Producto Nacional
Neto), que está dado por los consumos privados, más adquisición del sector
S~EOLFRPiVLQYHUVLRQHV³QHWDV´

Recapitulando con Samuelson y Nordhaus (1987:108), el PNB y el PNN pueden


ser definidos como suma de tres componentes principales:

1. Gasto personal para el consumo de bienes y servicios.

2. Gasto para inversiones, ya sean internas o exportaciones netas.

3. Gasto público para bienes y servicios.

Antes de continuar, es oportuno recordar una ulterior distinción: mientras el


PNB expresa el valor total de la actividad económica realizada en el interior o en
HOH[WHULRUGHXQSDtVGDGRSRUORV³UHVLGHQWHV´HO3,% 3URGXFWR,QWHUQR%UXWR
mide el valor total de la actividad económica realizada solo en el interior de un
país determinado; ya sea por los residentes o por los no residentes.

Hoy el PIB es más conocido y utilizado que el PNB entre los economistas burgueses.
Esto es medido en dos modos completamente equivalentes: con el método de flujo
de productos y con el de los costos o los ingresos. El resultado siempre es:

132

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PIB= C+I+G + X-M

Que se corresponda con la unión de los ingresos del trabajo o los ingresos del
capital (amortizaciones, ingresos, intereses, dividendos, etcétera).

La equivalencia se obtiene considerando genéricamente los componentes de las


ganancias (junto a los salarios e ingresos); esto es un residuo que se adecua
automáticamente a las variaciones de los costos, ingresos y valores.

Mientras el concepto de PIB coincide con el de sumatoria del valor agregado de


las empresas operantes en el ámbito del país considerado, el concepto de PNB
está dado por el producto interno más una cuota ideal de producción realizada
en el exterior con factores productivos pertenecientes a residentes del país en
cuestión, y sustrayendo la cuota ideal de producción realizada en el país con
factores de producción pertenecientes a residentes del operador resto del mundo.

El PIB y el PNB son las medidas más utilizadas para la realización de


confrontaciones internacionales y para cuantificar la tasa de acumulación si, en
este caso, se utiliza mal.

4. Como hemos escrito, el término bruto del PIB o del PNB indica que se está
agregando al indicador el valor de las amortizaciones de capital, o sea es el valor
PRQHWDULRGHOD³UHFRQVWUXFFLyQ´RVXVWLWXFLyQGHELHQHVGHFDSLWDOFRQVXPLGRV
en el período anterior. Por tanto, para medir el incremento neto de la producción
se necesitará deducir la amortización del capital:

PIB - A= PIN; o mejor PNB - A = PNN

Donde PIN (Producto Interno Neto) y PNN (Producto Nacional Neto).

El producto se mide a precios de mercado o a costo de los factores. La diferencia


consiste en la inclusión, en el primer caso, de los impuestos indirectos netos, es
decir el neto de transferencias obtenidas por el Estado sobre el valor de la
producción.

La naturaleza de estos impuestos puede ser interpretada de dos formas: como


una recaudación sobre el valor monetario de la producción, en este caso, se
deducirán por el tiempo de trabajo no pagado o plusvalía, considerando que
para su pago se procede a un incremento del precio de venta de los productos
sobre el precio de producción. La Contabilidad Nacional adopta esta segunda
modalidad con el objetivo de que cuando se agregan al producto, esto se denomina
³DSUHFLRGHPHUFDGR´\VLQRVHFRQVLGHUDQVHHVWiSURFHGLHQGRDXQDPHGLGD
³DFRVWRGHORVIDFWRUHV´

133
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El Producto Nacional Neto a costo de los factores es el que en términos de
UHPXQHUDFLyQDORVIDFWRUHVSURGXFWLYRVVHGHQRPLQD³,QJUHVR1DFLRQDO´ <1
en el sentido estrecho.

El PNNCF o YN es la macrograndeza más significativa, que permite medir el


ingreso per cápita (por persona) de un modo más preciso que el PIB per cápita
habitualmente utilizado, porque deduce las variaciones de los precios inducidos
por las recaudaciones impuestas en la producción que pueden variar
sustancialmente entre países y entre períodos, distorsionando así las
confrontaciones internacionales.

Si del Ingreso Nacional es deducido el importe de los dividendos no distribuidos,


impuestos por las empresas, y honores sociales (o sea la parte de la plusvalía
que se mantiene en el YN) se obtiene el ingreso personal (IP), que representa una
medida aproximada de la capacidad de gastos de la economía interna, tanto de
los trabajadores como de los capitalistas.

Si del IP se deducen los impuestos directos, en particular el impuesto en el


ingreso, obtenemos el ingreso disponible (ID) que mide el potencial de consumo
de las economías familiares en bienes de consumo o bienes de lujo en un período
determinado.

5. El siguiente cuadro sintetiza los diferentes conceptos utilizados para medir


³ODSURGXFFLyQ´\VXHTXLYDOHQWHDSUR[LPDGRHQWpUPLQRVGHFDWHJRUtDGHYDORU
trabajo: capital constante (K), capital variable (v) y plusvalía (W). La c
corresponde al capital (constante) circulante, parte integrante, junto al capital
fijo, de K.

_____________________________________________________________

Valor bruto de la producción c+v+W

Consumo intermedio c

Valor agregado = Producto Interno Bruto

A precios de mercado (PIB) v+W+K

Impuestos indirectos- transferencia

Producto Interno Bruto a costo de factores

Amortizaciones K

Producto Interno Neto a costo de factores [v+W] a

134

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+ + entrada de los factores nacionales en el exterior-

pagos a los factores extranjeros en el país

Producto Nacional Neto a costo de factores =

Ingreso nacional [v+W] b

(útiles no distribuidos + impuestos en la sociedad +

cuotas sociales)

+ Transferencia (prestaciones de prevención

social + intereses de la deuda pública)

Ingreso personal v+ lllW

Impuestos directos

Ingreso disponible ll (v + lW)


____________________________________________________________

Kk = proporción destinada a amortizar K

Kk = 1- impuesto directo por unidad de ingreso

Kk 0 1- ll - inversiones netas por unidades de plusvalía.

6. El cálculo del valor de la producción puede realizarse, en función de la


disponibilidad de estadísticas, desde tres perspectivas:

a) Desde el punto de vista de la producción, de la oferta o de la formación,


uniendo los valores agregados de las distintas gamas de producción. Sería el
método seguido mediante la utilización de las tablas input-output, u otro sistema
de estimados de valor sectorial agregado.

b) Desde el punto de vista de la distribución a los factores, de la suma total de


los valores agregados, equivalentes en cambio al importe bruto de las entradas
o ingresos de los trabajadores (estipendios y salarios), de los capitalistas (útiles
o ganancias) y de los arrendatarios (ingresos e intereses). Mediante el
estimado del total de las entradas obtenemos otro modelo de cálculo del valor
de la producción en un período dado, o sea de la distribución a los factores.

135
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c) Desde el punto de vista de la utilización, mediante el cálculo de los consumos
o demandas de los distintos sectores institucionales, se computa el total de los
consumos, que debe coincidir con el total de entradas por definición, es decir,
con el valor de la producción.

Tradicionalmente la Contabilidad Nacional desagrega tales consumos en las


diferentes formas de utilización, o sea consumo privado (c), consumo de capital
fijo o inversión (I) consumo o gasto público (G) y el saldo neto del comercio
período exterior (si el saldo [X-M] es positivo, supone un consumo en el exterior
de ahorro, si es negativo, un exceso de consumo o endeudamiento nacional).

La comparación de estas tres vías de cálculo es el fundamento sobre el que se


EDVDODWHRUtDGHO³HTXLOLEULR´HQWUHRIHUWD SURGXFFLyQ \GHPDQGD FRQVXPR
que se postula como la situación óptima de funcionamiento de la economía
capitalista.

En efectos, si:

Consumo+inversiones+gasto público+ (exportaciones-importaciones)= PIB; e

ingresos salariales+ingresos capitalistas+ ingresos= PIB, y

valor agrícola agregado +valor industrial agregado+ valor de servicio agregado=


PIB, entonces:

Valor agregado= producción= oferta; y

C+I+G+(X-M) = consumo= demanda; entonces:

Oferta= demanda

Se nota, por inciso, que no se toma en consideración la existencia del Estado en


esta identificación, salvo en el último estimado de PIB para la demanda; en el
estimado para la entrada y para la oferta se considera, por tanto, en términos de
distribución primaria o producción bruta a costo de factores.

7. Sin embargo, esta serie de identidades no dejan de ser, en definitiva un conjunto


de repeticiones sin contenido teórico real. Si aplicamos los criterios de la
producción material (tiempo y trabajo) de la teoría marxista, resulta evidente
que la identidad final se sostiene solo si se elimina una de las dos variables reales
del sistema analítico: el tiempo desaparece en la teoría convencional de la oferta
y la demanda, por cuanto en realidad la producción del período en consideración
precede temporalmente el consumo de mer cancías finales, y
contemporáneamente, lo que es posible porque la producción deriva de un proceso

136

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precedente de consumo (de bienes de producción y de fuerza de trabajo). La
identidad es solo aparente, porque el contenido material del proceso de consumo-
producción-consumo cambia en cada uno los procesos. Y en realidad el valor
monetario de cada fase de producción difiere del anterior de consumo y del
valor monetario de la siguiente fase de producción.

Esta dificultad analítica, y esta incomprensión teórica del ciclo de la producción


(D-M-D1), más los problemas de medición y cálculo estadístico, explican el
hecho que cuando se trata de comparar el valor del PIB estimado, según los
distintos procedimientos, este último difiere sistemáticamente en una u otra
medida.

8. Los datos fundamentales de la Contabilidad Nacional, nos permiten identificar


la evolución de la economía. Por ejemplo se podrá identificar, incluso solo con el
valor agregado bruto (PIB), la tendencia prolongada al estancamiento de la
economía capitalista con un incremento (tasa de acumulación) siempre más
reducido.

La contabilidad macroeconómica permite identificar la fuente del valor agregado


del proceso de producción solamente en el trabajo, por cuanto obviamente el
gasto de materias primas no forma parte del valor agregado y este incluye el
valor de sustitución del capital, en forma de amortización, al margen del valor
neto de la producción.

9. Es el valor agregado neto (agregado el PIN o el PNN, si consideramos los


factores externos utilizados en el propio país [PIN] o los factores nacionales que
se utilizan fuera [PNN]) el indicador que mide con mayor aproximación la
autovalorización del capital.26 Si se considera este agregado en relación con el
tiempo de trabajo productivo, obtenemos una categoría analítica de gran utilidad:
la expresión monetaria de la hora productiva (E) 27 que, puesta en relación con la
expresión monetaria del salario por hora (CL), nos permite identificar la evolución
estadística de la explotación del trabajo, después que E > CL (cuanto menos a
niveles macroeconómicos y no necesariamente al nivel microeconómico de cada
empresa en particular).

Como vemos, la primera categoría estadística de la economía marxista requiere


disponer de dos datos simultáneamente: la ocupación asalariada productiva y el
valor agregado neto de l la economía.

10. Recordando que el PIN= PIB-A, o sea que el Producto Interno Neto a los
precios de mercado está dado por el Producto Interno Bruto menos las
amortizaciones, y que el PIN representa el valor de los bienes y servicios, que
pasando por el mercado, son destinados al consumo final, a las inversiones netas,

137
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y a las exportaciones (PINPM = C+ [I-A] + X-M) 28, resulta que este valor es
comprensivo de la transformación del contexto ambiental.

Se ha tomado en consideración el hecho que el PIB, y el YIB, congloban el


desvalor agregado, es decir el deterioro del ambiente en el que operan las empresas:
si estos términos de costo, vinculados a la transformación del contexto ambiental,
no deben ser considerados elementos de remuneración de factores productivos,
entonces la cuantía de los recursos producidos que deben ser distribuidos en los
factores productivos será dada por YIB-DISVA, donde DISVA representa el
conjunto de los costos incluidos en la transformación, o mejor, el deterioro
ambiental provocado por las empresas.

Ya el DISVA ha llegado a ser una variable económica importante actual, en


particular en los estudios de la vigencia del impacto ambiental, después que el
deterioro del ambiente ha llegado a niveles tan elevados, de condicionar no solo
el desarrollo económico, sino el futuro de la humanidad entera.

Si estos costos se quieren separar del valor de los bienes destinados a los empleos
finales se tendrá PINN= PIN-DISVA y el producto interno, el neto de las
amortizaciones y del consumo de los elementos ambientales, está dado por el
PIN en el que es sustraído el desvalor agregado. El concepto de desvalor agregado
es más importante en los estudios de valoración del impacto ambiental. 29

Es propiamente en la medida en que se trata de elaborar nuevos modelos de


medición de riqueza nacional, teniendo presente incluso el impacto que las
actividades económicas producen sobre el ambiente, que Samuelson y Nordhaus
(1987) pretenden sustituir el PNB con otro agregado de medida: el BEN (Bienestar
(FRQyPLFR1DFLRQDO TXHUHVROYHUtDFDOFXODUWRGDXQDVHULHGH³WpUPLQRV´KR\
no tenidos en consideración (por ejemplo, las economías someras, el tiempo
OLEUHRHQFXDQWRDORV³WpUPLQRVFRQPHQRVVHQWLGR´ORVGDxRVFDXVDGRVHQHO
ambiente).

11. Habiendo definido los instrumentos principales recientes para calcular los
valores totales de una economía nacional entera, nos adentramos ahora en los
recodos de la producción de valor de una empresa o de un conjunto de empresas.

En un proceso productivo la materia prima ma, superada por la frontera de la


empresa A, es transformada por los factores productivos trabajo (L) y capital
(K), en producción vendible (pv).

Si se considera la totalidad de las unidades, que constituyen el sistema económico


de un país, operando en los mismos intervalos de tiempo, se hablará entonces de
Producto Interno Bruto (PIBpm= PIBcf+ IIN), donde IIN representa los impuestos

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indirectos netos). En este caso la producción vendible, donde la producción o
demanda final, está dada por el flujo de los bienes y servicios que haya superado
la frontera de la totalidad de las empresas y haya sido encaminado a través de las
unidades de consumo o de producción de otros países, (exportaciones), o que
habrían podido pasar la frontera de la empresa (destinados a la formación del
capital). Si es verdad que el valor agregado a los costos de los factores está dado
por la suma del producto de los bienes y servicios destinados a la venta y al de
los servicios no destinados a la venta (este último, o sea, es el producto de la PA)
consigue que, sumando al valor agregado, el costo de los factores, los impuestos
indirectos al neto de las contribuciones corrientes en la producción, se tendrá el
Producto Interno Bruto en los precios de mercado.

Ya que los servicios de la PA no tienen un precio de mercado, y no es posible


calcular la diferencia entre producción y costos intermedios, para las
administraciones públicas se valoran directamente los elementos que constituyen
el valor agregado, y se sigue el mismo modo también para las instituciones sociales
privadas y en general para los otros servicios, que junto a la PA forman la rama
de los servicios no destinados a la venta. Se ponen por tanto, para esta rama, el
facturado igual al costo, este último está dado por los gastos, por la retribución
del personal, por los intereses e ingresos, por aquellos para adquirir materiales y
servicios corrientes, en fin, por las cuotas de amortización, si sumamos, es decir,
la remuneración de los factores productivos y las amortizaciones, ya que los
servicios permanecen sin alguna atribución inmediata.

7. Ingreso, consumos y ahorros


1.El ingreso, en línea general, puede ser definido como incremento, cálculo en
términos monetarios, de la riqueza de un sujeto30 en un determinado período. Es
XQD YDULDEOHGHIOXMRFRQWUDSXHVWDDOFRQFHSWRHVWiWLFRGH³SDWULPRQLR´TXH
caracteriza el stock del quehacer en un momento dado.

Por tanto, mientras el primero es medido en relación con un intervalo temporal


determinado (un año) y caracteriza el flujo de moneda (riqueza) ganada o de otro
modo percibida (por salario/estipendios a eventuales ingresos, mobiliarios o
inmobiliarios, beneficios adicionales, pensiones, etc.); el segundo caracteriza el
fondo de monedas (riquezas) que un sujeto posee en un momento dado: esta es la
estadística del concepto de patrimonio respecto al ingreso; cf. Samuelson y
Nordhaus (1987: 548ss).

La transferencia de ingresos puede ser entre el operador familiar, por una parte,
y la PA y el resto del mundo por la otra, o bien entre PA y familias y el resto del
mundo de la otra.

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Por ingreso nacional (IN) entendemos el agregado obtenido por la suma de
todos los ingresos personales producidos en un período de tiempo determinado.
3DUDVHUPiVSUHFLVRVWRGDYtDSRGHPRVGHILQLUORFRPRHO³IOXMRQHWRGHELHQHV\
VHUYLFLRV´ *UD]LDQL FRQFUHWL]iQGRVHHQXQSHUtRGRTXHYDGHW o a t1,
GRQGHSRU³QHWR´VHHQWLHQGHVXVWUDtGRGHWRGRVORVELHQHV\VHUYLFLRVLQWHJUDOPHQWH
R SDUFLDOPHQWH ³GLVWULEXLGRV´ XWLOL]DGRV  SDUD SURGXFLU QXHYRV ELHQHV \
servicios.31

3RU³HPSOHR´GHOLQJUHVRQDFLRQDOVHHQWLHQGHJHQHUDOPHQWHHOFRQMXQWR\DVHD
de las transferencias de ingresos de carácter obligatorio o voluntario que
intervienen entre los operadores económicos finales y se habla en tal sentido de
redistribuir, como los consumos, o sea las erogaciones de ingresos disponibles
realizados por los operadores para la adquisición de bienes y servicios finales.

Con ingreso disponible (ID) se caracteriza la cantidad de ingresos de que un


sujeto dispone realmente, una vez deducido, por el ingreso personal (IP), la cuota
de impuestos personales (IP). Se tendrá así que:

ID= IP-IP

2. El ID se divide por tanto en gastos para los consumos (incluidos los pagos
efectuados por los intereses) y en ahorro personal neto.

El ingreso disponible, por ejemplo del operador familias, es obtenido sumando


al ingreso atribuido el excedente de las transferencias recibidas de la PA sobre
aquellos hechos en la propia PA, y en otra del excelente de las transferencias
recibidas del resto del mundo, sobre los erogados al resto del mundo.
Consecuentemente, el ingreso disponible de la PA se obtiene sumando al ingreso
atribuido el excedente de las transferencias recibidas de las familias, sobre las
hechas en las propias familias y además el excedente de las transferencias recibidas
del resto del mundo, sobre las hechas en este último operador. Si se consolidan
las dos sumas anteriores, desaparecen las transferencias entre PA y familias y
quedan solo aquellas entre familias y el resto del mundo y entre PA y el resto del
mundo; en cada caso, para obtener el ingreso disponible del país hay que agregar
el ahorro societario, es decir, el autofinanciamiento (ingresos no distribuidos).

El ingreso disponible de operador familias es en parte erogado por la adquisición


de bienes y servicios corrientes y en parte ahorrado;32 y lo mismo ocurre para la
PA, que en parte eroga el ingreso disponible para la adquisición de bienes y
servicios corrientes (consumos públicos) y en parte está determinado por la
formación del ahorro.

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Refriéndose en particular a Álvaro (1999) y también a la simbología ivi utilizada,
se considera YNBDpm = CFN+ANB, donde se tiene que el primer miembro
representa el ingreso nacional bruto disponible en los precios de mercado, CFN
los consumos finales nacionales y ANB el ahorro nacional bruto. Se define
propensión media al consumo como la relación CFN/YNBD, donde cualquier
parte de cada posible unidad monetaria de YNBD está destinada al consumo,
mientras ANB/YNBD es la propensión media al ahorro; por lo que se tendrá
CFN / YNBD + ANB / YNBD=1. Como se evidencia de lo que se ha dicho,
podemos decir que la propensión media al consumo y al ahorro son dos conceptos
especulativos, dado que Y= C+ A, cada unidad adicional de ingreso es subdividida
entre C adicional y A adicional. Por tanto, conociendo una se puede deducir la
otra y viceversa.

Además, en la propensión media al consumo y al ahorro, estamos en condiciones


de conocer incluso las propensiones marginales al consumo (PMC) y al ahorro
(PMA), obtenidas del modo siguiente:

Un cálculo así caracteriza la variación desde un tiempo to a otro t1 de C y A al


variar Y.

3.El ahorro se llama positivo cuando, ejecutados todos los gastos por los
FRQVXPRVODIDPLOLDORJUD³FRQVHUYDU´XQDFDQWLGDGPRQHWDULDTXHYDDDXPHQWDU
el monto ahorro. El ahorro es negativo si el ingreso de una familia no es suficiente
para sufragar todos los gastos por los consumos y por tanto se recurre a préstamos:
en este caso es evidente que la cuota ahorro no solo no es positiva, sino es
(algébricamente) negativa. Una familia que no ahorre, ni positiva, ni
negativamente se dice que ha logrado el punto de equilibrio.

/RVJDVWRVVRVWHQLGRVSDUDOD³GLVWULEXFLyQ´ FRQVXPR GHELHQHV\VHUYLFLRVGHO


gasto doméstico son consumos privados (excepto la adquisición de fabricantes
residuales, que son considerados bienes de inversión).

Por eso los consumos privados coinciden con el total de los gastos efectivos y
figurativos obtenidos por las familias que poseen la residencia en el país,
considerado, en un determinado intervalo de tiempo, para adquirir bienes y
servicios corrientes que entran en la esfera doméstica; se admite por tanto, que el
consumo coincida con el gasto, lo que es un bien, por el solo hecho de ser adquirido
HQHOSHUtRGRGHEHVHUFRQVLGHUDGRFRPR³GLVWULEXLGR´WRWDOPHQWHFRQVXPLGR
en el mismo período.

Si las convicciones de bases son estas, no obstante al precio en el mercado de


un determinado bien o servicio, ya sea incluido el impuesto fiscal o parafiscal,
introducido por la PA en varias fases del circuito del ingreso, los impuestos

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debido a la PA para los servicios generales y las tasas para los servicios
particulares, no deben ser incluidos en el cómputo los consumos.

Los impuestos pagados (ya sean de las familias o de las empresas) son
considerados una simple transferencia unilateral a la PA, porque se plantea
convencionalmente, que no representan el equivalente de un servicio. Por tanto
los servicios colectivos no pueden ser tratados como servicios consumidos por
las familias y las empresas, sino son tratados como servicios que la PA produce
y consume. La PA es considerada un operador asimilado en las empresas, que
producen y prestan servicios, y contemporáneamente asimilado en las familias,
porque, convencionalmente se hipotiza que autoconsuma los servicios que ha
producido. Los consumos finales comprenden, ya sea a los consumos de las
familias (consumos privados), como los consumos colectivos de la PA y de las
instituciones sociales privadas.

Los consumos colectivos pueden ser clasificados según varios criterios; pues
constituyen los servicios no destinables a la venta, y donde la erogación no depende
de una demanda efectiva en el mercado. No existiendo contablemente un precio
de mercado, los consumos colectivos son valorados sobre la base de los costos
utilizados para producirlos; es decir por el gasto efectivo o figurativo sostenido
por la PA para la adquisición de los bienes y servicios corrientes y para la
remuneración de los factores productivos empleados (sumando, los gastos para
la remuneración del personal, los de las adquisiciones de los bienes y servicios
corrientes, los gastos para los alquileres de los fabricados para uso de oficina y
las amortizaciones en los capitales fijos empleados por la propia PA).

4.Se ha precisado que el ingreso es destinado por los operadores finales en parte
al consumo y en parte al ahorro, entendido como el equivalente del valor de los
bienes producidos pero no consumidos y agregados al capital preexistente.
Caracterizado y definido al agregado de los consumos finales nacionales, queda
determinado el agregado del ahorro nacional bruto disponible, es decir el valor
que expresa y permite el proceso de acumulación de un determinado país.
Generalmente el ahorro es erogado por los operadores económicos finales, para
la adquisición de bienes de producción, pero está puesto a disposición de las
empresas que lo emplearían para la formación bruta de los capitales fijos, en
inversiones fijas brutas y variaciones de las reservas, es decir del capital de
ejercicio. Nos mantenemos en el computo de las inversiones fijas brutas
(comprendidas de las amortizaciones) los bienes materiales (patentes, etc.), y los
bienes no reproducibles (terrenos, yacimientos, obras de arte), asimismo los bienes
duraderos adquiridos por las familias excepto los fabricados para el uso
habitacional y también los bienes duraderos adquiridos por la PA y empleados
para la defensa militar del país, porque se ponen obsoletos técnica y
económicamente.
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8. La inversión como categoría central
del sistema capitalista
1.Para poder dirigir, encaminar una crítica estrecha a las actuales teorías y
prácticas económicas, es necesario introducir algunos conceptos fundamentales
utilizados por la ciencia económica dominante y entrarlo incluso a formar parte
de nuestro lenguaje y visión cotidianos.

Uno de los fenómenos más difíciles de entender y aceptar de nuestro sistema


económico, es que casi siempre existen al mismo tiempo, fábricas productivas y
personas en la búsqueda de trabajo, mientras contemporáneamente, continúan
creciendo las insatisfacciones humanas.

Las personas tienen necesidad de productos que los trabajadores desocupados


podrían producir si se pusieran a trabajar en las fábricas improductivas. Sin embargo
no ocurre así, ¿por qué? porque en el sistema capitalista el objetivo de la actividad
económica no es producir cosas útiles, bienes y servicios para satisfacer las
principales necesidades; estas actividades, en efecto, son solo instrumentales. El
objetivo de la actividad económica es obtener un útil, mejor ganancia.

La inversión es el motor del proceso de acumulación de la economía capitalista,


que determina la dimensión del proceso económico. La relación entre ganancia e
inversión identifica las variables fundamentales en la dinámica económica de
corto y largo plazo. La inversión se realiza solo si se prevé obtener ganancias.

Los útiles esperados determinan la inversión y la inversión determina el volumen


de producción obtenido, la ocupación y la desocupación.

³/DDFXPXODFLyQ\QRODQHFHVLGDGHVWiHQHORULJHQGHODSURGXFFLyQFDSLWDOLVWD´
Es por esto que se puede encontrar un gran despilfarro en la economía de mercado;
el uso que se hace de los recursos disponibles depende exclusivamente de la
ganancia que se obtiene.

Las ganancias actuales y las ganancias esperadas son los dos indicadores
fundamentales de la economía capitalista, los que definen el nivel de la inversión
y por tanto de la producción de mercancías. La tasa de ganancia las dirige tanto
la conducta de cada empresa en particular, como la de la mayoría de las empresas
y de los sectores que constituyen y determinan las dinámicas macroeconómicas.
Esta idea se expresa en cinco tesis fundamentales:

a) el funcionamiento de la economía en su conjunto está estrechamente vinculado


al volumen de inversión;

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b) la cantidad de inversión que realizan los capitales depende de la tasa esperada
de útiles o ingresos que creen que obtendrán de la propia inversión;

c) la economía de un país forma parte de la economía capitalista mundial. Los


niveles de inversión y ocupación de producción de la economía de un país, no
solo dependen de la inversión y de los ingresos nacionales, sino también de
las inversiones y de las ganancias existentes en otros lugares del mundo;

d) el volumen de producción y el número de personas utilizadas dependen a


corto plazo de la demanda total de bienes y servicios. La inversión constituye
una parte de la demanda total, por tanto sus dinámicas dan lugar a oscilaciones
de la demanda total y por tanto a fluctuaciones de la producción y de la
ocupación;

e) la demanda de trabajo es siempre inferior a la oferta de trabajo. Lo que hace


que la desocupación sea un hecho permanente del sistema capitalista.

El volumen de producción, y por tanto de población ocupada, depende de la


demanda total de bienes y servicios en un período determinado.

Una de las características de la economía política es que tiene fronteras, pero no


conoce fronteras. La acumulación se realiza a escala nacional, pero también a
escala mundial, de modo que la tasa de ganancia esperada dependa de las
condiciones nacionales de acumulación, y también de la posible ganancia que se
podrá obtener fuera del espacio nacional.

2. Con lo escrito anteriormente se puede definir un modelo del funcionamiento


de las economías más relevantes. Se necesita tener, en cada caso, en cuenta el
hecho de que un modelo es una visión simplificada de la realidad: existen tantos
modelos posibles así como las variables a considerar como fundamentales. Por
este motivo cada modelo refleja la idea de quien lo elabora, mostrando algunas
variables y escondiendo otras; se escoge siempre el más relevante en función de
las opiniones de quien establece el modelo. Cada modelo presenta un carácter
³QRQHXWUDO´

Del modelo anteriormente descrito se deriva que el nivel de producción final


depende, en última instancia, del nivel de inversión inicial. La inversión está
unida a una demanda de bienes y servicios, a una demanda de materias primas y
determina el volumen de producción, es decir, la oferta que tiende siempre a
adaptarse a la demanda.

Como siempre existen recursos productivos; el grado en el que un euro invertido


se convierte en un euro de producción, depende también del grado de utilidad de

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los recursos productivos y esto será factor determinante de la tasa de crecimiento
de la economía. Mientras más bajo es el nivel de utilización, más se necesitará
invertir para obtener el mismo nivel de crecimiento de la economía. Este nivel de
inversión determina también la situación de la fuerza de trabajo. La desocupación,
habíamos dicho, es la diferencia entre la oferta de trabajo y la demanda de
trabajo.33

/RV HFRQRPLVWDV ³RUWRGR[RV´ OH DWULEX\HQHO IHQyPHQR GH OD GHVRFXSDFLyQ D


una pluralidad de factores: rigidez del mercado del trabajo (a causa de
RUJDQL]DFLRQHV VLQGLFDOHV GHPDVLDGR IXHUWHV \ ³HJRtVWDV´ VH SLHQVD HQ ODV
acusaciones contra los sindicatos de una de las más feroces escuelas económicas:
OD³HVFXHODDXVWUtDFD´ VDODULRVGHPDVLDGRHOHYDGRV\ULJLGH]HQODEDVH TXH
son entre otras una consecuencia del excesivo poder sindical); sistemas
asistenciales y de prevención excesivamente costosos; causas del ascenso de
equilibrio, en este particular, mercado, serían por tanto factores exógenos. El
mercado se dejó asimismo libre de operar con las mismas leyes, a largo plazo
llegaría a desaparecer la desocupación. El motivo es simple: así como un precio
de equilibrio de una mercancía x, se alcanza cuando la demanda iguala la oferta,
DVtVLORVWUDEDMDGRUHVDFHSWDUDQODVUHJODVGHO³IXHJRPHUFDQWLO´FRQVLQWLHQGR
rebajas de salarios, cortes providenciales, etc.; tales que el precio de su fuerza
de trabajo se disminuya en los niveles de la demanda, el equilibrio sería obtenido
y la desocupación eliminada. En tal estado, la única forma de desocupación que
HYHQWXDOPHQWHVREUHYLYLUtDVHUtDOD³QDWXUDO´³IULFFLRQDO´QHFHVDULD\WUDQVLWRULD
porque es causada por los movimientos interocupacionales de los trabajadores y
la búsqueda de nuevos trabajos. Justamente Cersosimo (1996:27), a propósito
de la teoría neoclásica, a mayor razón a propósito de la desocupación, plantea
TXHVHDGH³VHQWLGRGHOLEHUDGDPHQWHFODVLVWD´
9. La inversión productiva e improductiva
1. El uso de los recursos es un factor muy importante para distinguir entre la
inversión que genera nuevas capacidades de producción y la inversión que se
dedica solo a producir medios de producción que ya existían antes. La inversión
neta es la que amplía los medios de producción disponibles, y la verdadera
acumulación es la diferencia entre la inversión bruta y la desvalorización, o
amortización del capital.

A veces parece que la inversión sea poco eficiente, esta constatación nos introduce
al problema del grado de utilización de los recursos. Si este es bajo, el volumen
de esfuerzo de inversión que se requiere para ampliar la capacidad productiva es
mayor. La eficiencia de la inversión está determinada por el volumen de la
inversión, por la utilización de los recursos que se invierten y por el nivel de
producción obtenido.

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2. La inversión está también en lo financiero, que consiste simplemente en
acumular más dinero (las inversiones financieras: D-D1 sin pasar por M),
subrayando, la inversión real es la llamada formación bruta de capital fijo (FBCF).
(QHOOHQJXDMHGLDULR³LQYHUVLyQ´WLHQHXQVLJQLILFDGRGLIHUHQWHPiVDPSOLRPiV
ambiguo. Invertir en la bolsa, en la adquisición de acciones de oro o de
habitaciones, son actividades que no aumentan por si mismas la capacidad
productiva de la economía, se limitan solo a redistribuir las riquezas, o mejor, en
este caso, a destinar siempre cuotas más altas de PIB a los ingresos y no a las
ganancias y a los salarios. Y en este caso, los instrumentos para medir la actividad
económica son muy ineficientes, porque las estadísticas públicas no evidencian
suficientemente el peso diferenciado entre este tipo de inversión financiera y la
inversión productiva.
Invertir para construir una casa genera un producto físico. Si se invierten 500 000
euros y la casa se vende en 700 000 euros; los 200 000 de diferencia entran a
formar parte del Producto Interno Bruto (PIB, esta definición la veremos más
adelante), por incremento de actividades inmobiliarias, ya que se trata de la
misma casa. Si la casa se quema o se derrumba por un terremoto y se recibe un
seguro de 700 000 euros, esto también forma parte del PIB (aunque no se haga
más la casa; sin embargo el indicador del PIB nos dice que la actividad económica
está aumentando) .34
O sea, en teoría, aunque estamos hablando de la misma casa, hay más dinero.
Esto es un claro ejemplo de contradicción entre la estadística económica y la
riqueza social. La riqueza social es solo una parte de lo que la estadística
económica mide.
Desde el punto de vista del bienestar social, la inversión es más estratégica que
la demanda de consumo, porque la demanda total (que es el consumo total) está
formada por el consumo privado, por el consumo público y por la inversión. Un
euro consumido por un ciudadano se agota al momento del consumo, dando por
válida una decisión anterior de inversión y producción de una determinada
mercancía; pero un euro gastado en la inversión genera un efecto multiplicador,
porque se traduce en demanda de fuerza de trabajo que se traduce a su vez en
demanda privada, en forma de salario y genera al final un producto para consumir.
3. La inversión da valor a una mercancía ya producida en el pasado (la adquisición
de una máquina, por ejemplo) y promueve la creación de nuevas mercancías,
proyectando en el futuro la decisión actual de invertir. Dado que los consumos
privados varían muy lentamente, la variación de la demanda total depende, en
gran medida, de la variación en la inversión. El control de la inversión se
transforma así en la variable clave del circuito acumulación. O sea, formalmente:

146

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Demanda total = demanda de consumo+demanda de inversión+demanda del
Estado (gasto público).
Por este motivo, los recursos disponibles para la inversión de hoy, son
condicionados por el cálculo público y privado de ayer.
Ahora bien, este excedente de recursos disponibles para la inversión puede venir
incluso del exterior. Precisamente, el objetivo fundamental de los ajustes
estructurales (que explicaremos más adelante) es reducir el consumo para
aumentar el excedente.
Como puede verse, temporalmente no es cierto que la inversión sea producto del
ahorro nacional, como normalmente sostiene la teoría general aceptada. Esto es
más evidente incluso en el mundo llamado globalizado, en el que vivimos. Si el
ahorro está dado por el ingreso (o también por el producto) menos el consumo
(excedente), no es cierto que para invertir mañana debemos ahorrar hoy. Puede
aumentar la inversión, sin reducir el consumo, gracias a la ayuda exterior.
4. Lógicamente, los agentes clave para imprimir mayor o menor dinamismo a la
economía son los que controlan la inversión. Los inversionistas son los capitalistas.
Por este motivo, es importante saber por qué los inversionistas deciden si invierten
o no.
Los factores que determinan las decisiones de inversión son factores clave en la
economía. Lo que se invierte es el excedente. Al principio se considera el excedente
como un conjunto de mercancías (toneladas de acero, de maíz, de azúcar,
HWFpWHUD SHURHVPHMRUFRQWHPSODUHOH[FHGHQWHFRPR³FDQWLGDGGHGLQHUR´(O
excedente es la cantidad que les queda a los capitalistas después de haber
pagado los trabajadores y las maquinarias.
¿Por qué las personas invierten? ¿Quién toma la decisión de invertir? Podemos
distinguir la sociedad en función de quiénes son los que toman las decisiones de
invertir y en función de las razones que determinan estas decisiones. Por esto en
las sociedades capitalistas la mayor parte de las decisiones de inversión las realizan
empresarios que tratan de obtener ganancias. Los capitalistas controlan el proceso
de realización de las inversiones porque controlan la mayor parte del excedente.
Ellos pueden emplear los útiles en seis modos diferentes:
a) invirtiendo los útiles en el país;

b) elevando el propio consumo;


c) enviando los recursos al exterior para construir allí los establecimientos,
filiales, fábricas (inversión en el exterior);

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d) tratando de elevar los propios útiles invertidos en actividades
improductivas, como publicidad y gastos públicos;

e) prestando los propios útiles a cambio de intereses;

f) reduciendo los pagos de intereses, utilizando los útiles para cubrir las
deudas que han contraído.

5. Los capitalista invierten para obtener un útil futuro. Dado que la razón por la
cual invierten es obtener útiles; el volumen de la inversión dependerá de cuan
elevada piensen las empresas que será la tasa de rendimiento. El orden de las
seis posibilidades de utilización de los útiles refleja, incluso, el orden que va de
mayor a menor inversión producida.

La tasa de rendimiento no se puede conocer con antelación. Por este motivo,


los inversionistas potenciales establecen las expectativas a partir de dos elementos
centrales: la tasa esperada de rendimiento de los bienes capitales (de producción)
que se utilizan hoy y la utilización futura que se espera de los medios de
produción.35

Las posibilidades futuras de venta de la producción y los costos de producción


determinan la tasa de rendimiento. Por tal motivo, los precios de las mercancías
y el salario, son los dos elementos de más arduo control y los más complejos en
la economía de mercado.

Esto supone que las condiciones de oferta y de demanda golpean la inversión y


se influencian mutuamente, así que si las condiciones de costos son favorables
(por ejemplo, reducción de costos salariales) las de la demanda serán negativas
(disminuyen las ventas porque los trabajadores asalariados tienen menos poder
adquisitivo) y viceversa (aumenta la utilización de la capacidad establecida,
mejorando las condiciones de demanda, pero aumentan los salarios, disminuyendo
la desocupación, empeorando las condiciones de costo).

Con el propósito de que el nivel de inversión sea elevado, la economía debe


llegar a un equilibrio entre las condiciones de costo y de demanda. Cuando las
condiciones de demanda o de costo son muy desfavorables, el nivel de inversión
es muy bajo; el excedente se consume invirtiendo en otros países o elevando el
consumo de productos de lujo. Una característica de los países desarrollados es
tener un FBCF superior al 25 % del PIB, mientras en los países de las
semiperiferias menos desarrollados la FBCF es inferior al 15 % del PIB.

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10. La dinámica de las inversiones fijas
1. En macroeconomía, las inversiones están representadas por el conjunto de
bienes producidos por un sistema económico en un determinado período de
tiempo, los cuales se configuran como bienes de fecundidad repetida y a largo
ciclo de utilización no sirven directamente e inmediatamente para satisfacer las
necesidades, sino sirven a su vez para producir otros bienes y servicios; en
macroeconomía la inversión está dada por la adquisición o por la misma
producción de bienes capitales inmovilizados en el medio-largo período o
temporalmente, las maquinarias, muebles, automedios, instalaciones,
equipamientos, o reservas.

Las inversiones se pueden subdividir en inversiones reales, que tienen el objetivo


de incrementar la estructura del patrimonio y el valor de los bienes productivos
y las potencialidades de ingreso; y las inversiones financieras que son constituidas
por acciones, obligaciones, títulos de Estado, participación, productos financieros
varios, etc. Una segunda distinción se refiere a inversiones fijas: entran entre
las reales y reflejan la adquisición por parte de la empresa de maquinarias,
instalaciones y equipamientos, que generalmente tienen un siglo de utilización
largo; inversiones en capital: son constituidas por las variaciones del stock de
capital, de las existencias de la empresa y tienen generalmente una vida más
breve que las fijas, de hecho, un simple ejercicio contable, constituye
inmovilizaciones temporales y por tanto inversiones de breve período (sobre
este argumento, vea Álvaro, Vasapollo 1999).

2. En primer lugar se subraya que las inversiones, y más aún los procesos
decisionales para inversión, constituyen un objetivo prioritario y estratégico para
el sistema empresa y por tanto en su conjunto para el sistema país. Desde el
momento en que cualquier inversión presupone empleo de recursos financieros
con el objetivo de poder producir un útil futuro, se establece que la propia
inseguridad en la realización y en el monto de tales útiles, hacen que la decisión
de inversión incluya asumir riesgos, debido a las divergencias entre rendimiento
efectivo realizado y rendimiento esperado. Una sana y eficiente gestión de
empresa, en la lógica de la economía de mercado, implica una continua producción
de propuestas y decisiones de inversión al frente de las cuales son cuantificados
y valorados los flujos relativos de caja; hecho que seguirán necesariamente
otros momentos decisivos relativos a la selección de las propuestas de inversión,
adoptando oportunos criterios de aceptación, que podrán hasta necesitar de un
examen crítico de la decisión de inversión, incluso después de la fase aceptación.
El conjunto de estas decisiones lleva a la planificación estratégica de los procesos
de expansión y de acumulación del capital.

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Los procesos decisionales de inversión pueden ver la expansión de procesos
productivos y/o productos existentes o la determinación de nuevos procesos y
productos.

La sustitución y la expansión de inmovilidades materiales, el desarrollo de recursos


intangibles, como la investigación, el conocimiento y otros, son parte del proceso
de acumulación del capital. En cada caso el problema fundamental de cada
actividad económica de tipo capitalista es la adecuación de la capacidad
productiva a la dinámica evolutiva de la demanda futura o mejor, a las dinámicas
futuras del mercado, en una óptica de acumulación continua a través de
previsiones y acciones económicas definidas, a través de momentos decisivos
que están en grado, necesariamente, de vincular los programas de producción a
los programas de inversión o de acumulación. Las decisiones de inversión están
así en el alcance estratégico, y por tanto planificadas a través de técnicas de
³FDSLWDO budgeting´ o sea, técnicas en condiciones de definir reglas o
procedimientos sobre la base de lo que se pueda predisponer, los medios de
producción capaces de superar las dinámicas evolutivas del mercado, realizando
al mismo tiempo el grado máximo de economicidad y por tanto de convivencia
financiera, sobre la base de la cual decidir la aceptación y la realización de los
proyectos de inversión (Insigna 1992), compatibles con los planes de desarrollo
de las empresas y la necesidad de acumulación de capital.

3. Las decisiones de inversión consideran múltiples aspectos de la vida


empresarial y de los mecanismos de desarrollo del capital: desde la sustitución o
ampliación de los bienes de organización, a las inversiones de tipo financiera o a
aquellos considerados los bienes inmateriales, hasta todas las llamadas inversiones
en forma directa, basadas en contenidos disminuidos de los costos, como por
ejemplo: las compresiones salariales, el aumento de los ritmos de trabajo, la
intensificación de la explotación del obrero, los incrementos de productividad no
redistribuidos al trabajo y el ahorro sobre los costos por las adversidades. En
cada caso, las decisiones de inversión entran en el proceso de planificación
estratégica empresarial, correlativa a la caracterización y a la valoración de la
nueva capacidad productiva que el sistema empresa debe adquirir en función de
la dinámica de acumulación. Los modelos decisionales de inversión están
relacionados con la preventiva evolución de la estructura del mercado y con la
tipología de la demanda futura, además de, obviamente, la potencialidad de la
competencia y el hipotizado desarrollo tecnológico, asimismo el progreso técnico
que es posible aplicar en el propio proceso productivo.

Diversa puede ser la tecnología o la tipología de establecimiento o de recurso


inmaterial para emplear en el ciclo productivo; precisamente, entre las que el
SURJUHVR WpFQLFR WLHQH GLVSRQLEOHV HO ³JHUHQWH´ HVWi OODPDGR D HOHJLU OD PiV
FRQYHQLHQWH(QVXWRWDOLGDGXQSUREOHPDGH³FDSLWDObubgeting´FRQVLGHUDGH
150

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forma compleja procesos de análisis globales de los costos, de la demanda, del
precio, todo relacionado con la adquisición de nuevas capacidades productivas.

Un óptimo modelo decisional de inversión no puede prescindir de la consideración


de la variable tiempo y de todos los elementos que en un cierto sentido pueden
ser conducidos a la variable- riesgo- inseguridad (considero inseguridad a los
rendimientos de los factores productivos, inseguridad en el nivel de competición
vigente en el mercado, inseguridad en los precios, en los gustos y las elecciones
del consumidor, etc.). Los criterios que deben inspirar y guiar la selección entre
los diferentes modelos decisionales alternativos considerados por las inversiones
empresariales deben estar en condiciones, también, de valorar la variable tiempo,
teniendo en cuenta el grado de inseguridad de los flujos de cajas originados por
cada una de las alternativas posibles. La explotación temporal, unida a la
determinación de los costos, va agregada la inseguridad de los estimados
provisionales en su monto efectivo.

El proceso decisional puede llevar a la realización o no de las inversiones y a la


modificación de las fases y de los procesos de la acumulación de capital, sobre
la base de criterios de economicidad, de complementariedad y de sucedaneidad,
que se realizan entre los proyectos alternativos de inversión. En cada caso, en
la economía capitalista realizar una inversión requiere de empleo de recursos
financieros, los cuales a través del proceso productivo, deberán estar en grado
de crecer realizando utilidad económica.

En su complejidad, un proceso de inversión no es más que un conjunto de


operaciones considerando la transferencia de recursos en el tiempo. Esta vía se
compone de más fases, de las cuales las iniciales son caracterizadas por salidas
monetarias netas, mientras en las fases finales van a prevalecer las entradas
monetarias netas. En cada caso, los modelos decisionales de inversión se
distinguen según las condiciones y el grado de certeza de realización de los
respectivos flujos de caja, además de la predeterminación de los objetivos por
los cuales el propio proyecto de inversión está puesto en práctica.
4.Sobre la base de esta última especificación, considerando los objetivos, en
GRFWULQDVVHKDEODGH³LQYHUVLRQHVGHH[SDQVLyQ´FXDQGRVHEXVFDQLQFUHPHQWRV
FXDQWLWDWLYRVRFXDOLWDWLYRVGHODFDSDFLGDGSURGXFWLYD³LQYHUVLRQHVGHVXVWLWXFLyQ´
a productividad variada, cuando este aumento no es buscado y el dinero es
empleado para remediar lo obsoleto técnico- económico de los bienes
LQVWUXPHQWDOHV³LQYHUVLRQHVGHUDFLRQDOL]DFLyQ´FXDQGRVHWLHQGHDKDFHUGLVPLQXLU
los costos unitarios de producción, aumentando la productividad y los standard
FXDOLWDWLYRV\FXDQWLWDWLYRVHQILQHVWiQODVOODPDGDV³LQYHUVLRQHVHVWUDWpJLFDV
HQ UHFXUVRV LQPDWHULDOHV´ TXH WLHQHQ FRPR REMHWLYR SULPDULR DXPHQWDU OD
productividad y ocupar nuevos segmentos de mercado, al aumentar
complejamente el capital intangible empresarial.
151
La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1021-6
11. Distribución y redistribución del ingreso
1. El ingreso es atribuido a los factores productivos para la función que ellos
llevan a cabo. La distribución funcional considera en sólido los flujos de ingreso
de capital y de trabajo, también si en la práctica se necesita considerar los
ingresos mixtos de trabajo y de capital.
Dado que la producción es obtenida con el empleo de trabajo y capital, su
equivalente monetario es repartido por las empresas entre los poseedores de
estos factores productivos, representando el ingreso interno bruto a los precios
de mercado. Se instituye por tanto la siguiente igualdad PIB pm = YIBPM36, el
primer miembro representa la fase de formación de producción del ingreso o de
los recursos y el segundo la fase de la distribución.
2. La elevación de la distribución del ingreso presenta dificultades por varios
motivos, ya sea por la presencia de ingresos mixtos, o porque la PA se presenta
como empresa o comunidad de consumo, porque el operador resto del mundo
se presenta como originario y como destinatario de flujo de ingreso. Se precisa
que la PA considerada como unidad de consumo reciba ingresos, intereses y
dividendos en los capitales que ella posee.

3. Recordando que PIBPN = PIBCF + IIN (con PIBCF que es producto interno
bruto al costo de los factores, e IIN que representa los impuestos indirectos
netos), lo que significa que el PIB representa para la empresa el costo por el
empleo de los factores productivos, trabajo y capital (o sea, salarios, estipendios,
intereses, dividendos, ganancias, ingresos y amortizaciones); para los poseedores
de estos factores productivos, ellos representan en primera instancia elementos
de ingresos.

Si se consideran analíticamente los componentes del ingreso, vemos que una


parte del ingreso producido no da lugar a flujos, porque la unidad productiva de
ingresos es la misma a la que pertenecen los factores productivos (por ejemplo,
los ingresos mixtos de las empresas particulares), por tanto, este ingreso es
producido y atribuido pero no distribuido. También en las sociedades no todo el
ingreso es distribuido, porque una parte es reservada para autofinanciamiento
propio e impropio (o sea por dividendos no distribuidos y por reservas con
diferentes fines y amortizaciones).
Teniendo en cuenta lo que hemos escrito, el ingreso nacional bruto disponible a
los precios de mercado, puede ser destinado a los consumos finales nacionales
y al ahorro nacional bruto. Considerando que entre residentes y no residentes
del país se pueden tener transferencias en cuanto al capital, entonces el ahorro

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nacional bruto disponible será dado por la suma algébrica del ahorro nacional
bruto y de las transferencias netas en cuanto al capital en el exterior.
Para el paso del ingreso productivo al distribuido, se precisa que solo una parte
del ingreso nacional bruto al costo de los factores, desemboca en la publicidad
administrativa (PA) en calidad de imposición fiscal directa e indirecta. Por tanto
la PA tiene un ingreso desaprovechado, dado por los impuestos directos, por las
contribuciones sociales y por los impuestos indirectos netos (o sea los impuestos
indirectos vertidos en la PA menos las contribuciones corrientes a la producción).
5. El ingreso bruto disponible de las familias es destinado a los consumos finales
nacionales de las mismas y al ahorro bruto. El ahorro nacional disponible está
dado por la suma al ahorro bruto completo de dichas familias y de la PA, más el
ingreso los de las empresas, producido y no distribuido.
Notas
1
Frecuentes en este capítulo serán las reflexiones de importantes obras sobre
el tema; en particular tendremos como punto de partida los contenidos de
Álvaro (1999), Meo (1975), Giannone (1992), Guarini, Tassinari (1996),
Samuelson, Nordhans (1987) bty Graziani (1977).
2
&IU D 9DVDSROOR   ³/D FUtWLFD FOiVLFD D OD WHRUtD GHO YDORU WUDEDMR´
aparecen en el texto de 1896 de Eugen von Böhm-Bawerk (1975).
3
Son muchos los autores que han utilizado los datos de la Contabilidad Nacional
para adaptarlos a una lectura con categorías marxistas. Un trabajo necesario
de ver es el de Eugen S. Varga (1948), como análisis en la comparación de las
categorías marxistas con los agregados keynesianos de Shigeto Tsuru, sobre
los esquemas de la reproducción; incluso como apéndice en Paul M. Sweezy
(1942). La economista que ha hecho mayores progresos en esta reformulación
de las estadísticas en categorías marxistas es Anwar Shaikh (1990); cfr. también
Shaikh, Tonak (1994).
4
Joseph Alois Schumpeter, es quien mejor expresa la dimensión política e histórica
de este razonamiento. Otros autores, como Michael Kalecki o Piero Srafa,
han dotado de perspectiva histórica esta clase de pensamiento neoclásico. Fue
John Maynard Keynes, quien en sus obras de la década del 30, expresó el
concepto de ruptura con el pensamiento vulgar.
5
En el rol del Estado-Empresa y las formas de control social a través de la
comunicación tergiversadora, cfr. Martufi; Vasapollo (1999; 2000b).
6
Repetimos: no es la actividad social, el contenido del trabajo para determinar la
productividad o no, sino la forma social en el que es erogado (es el aspecto
formal a ser determinante y no lo material, o sea lo que se produce).

153
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7
Está claro que al definir un trabajo material o mental realizamos una distribución
a nivel conceptual que en la realidad no existe: el trabajo en el ejercicio concreto
de la actividad productiva es siempre, ya sea material o mental. Al definir material
o mental un trabajo caracterizamos el aspecto que más prevalece (desde el
punto de vista social) del trabajo. Para profundizar estos temas cfr. Carchedi
(1983;1987;1991).
8
Para la escuela clásica la concepción de Marx es tautológica: el trabajo
productivo, o el trabajo que crea valor, debe ser ciertamente representado en
FRVDV ³PDWHULDOHV´
9
Porque, como hemos dicho anteriormente, son estos tipos de actividad
(transformaciones, conservaciones) las que mantienen productivo el trabajo,
que por tanto será más erogado en la fase del proceso productivo.
10
Él produce una mercancía inmaterial: la mercancía-diversión.
11
El capitalista en esta fase no adquiere fuerza de trabajo con el propósito de
introducirla en el proceso productivo; o sea ella no es utilizada para la
transformación o conservación de valores de uso.
12
4XHHOOD³QDWXUDOL]D´PXFKDVYHFHVDSOLFDQGRDORVHVWXGLRVGHORVIHQyPHQRV
sociales, los mismos presupuestos epistemológicos, los mismos métodos y las
propias técnicas utilizadas por las ciencias naturales.
13
/HDPRVTXHGLFHÈOYDUR  DOUHVSHFWR³>/D@(FRQRPtD3ROtWLFDWLHQH
QHFHVLGDG GH ³FRQIURQWDUVH´ FRQWLQXDPHQWH FRQ ORV GDWRV REVHUYDFLRQDOHV
con la realidad económica medida y estadisticada. O sea, con la Estadística
Económica, porque sin la Estadística Económica, la Economía Política se
convierte en estudio, análisis, elaboración de modelos teóricos, actos que
describen el funcionamiento de sistemas económicos hipotéticos; su vigencia
se determina en la verificación formal de su coherencia interna, en cuanto
están construidas sobre las proposiciones deducidas del comportamiento del
irreal e imaginario/homo economicus´
14
Para un análisis más profundo de los temas tratados en este párrafo cfr. Álvaro
(1999).
15
Esta distinción está en la base de la diferencia intercoherente entre PIB (Producto
Interno Bruto) y PNB (Producto Nacional Bruto), sobre el tema cfr. después.
16
Esta distinción neta, en verdad no refleja fielmente la realidad social. Bien
puede ser así en algunos operadores, desarrollando actividades no
pertenecientes a los comprendidos en los modelos estadísticos, por ejemplo:
familias que produzcan bienes y servicios, sin embargo, ellas no son calculadas
porque no transitan a través del mercado.

154

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17
Para una profundización de las problemáticas relacionadas con la definición y
caracterización de los operadores económicos, y por una intensa descripción
de las varias desagregaciones operables en el centro de las categorías
operadoras, cfr. Álvaro (1999: 31-71).
18
Mientras las empresas particulares y las sociedades privadas de personalidades
jurídicas (por ejemplo: empresas agrícolas, de servicios e industriales con menos
GH\GHLQJUHVRV HVWiQFRPSUHQGLGRVHQODFDWHJRUtD³IDPLOLDV´
Por esta razón es difícil distinguir en estos casos, los gastos para la adquisición
final, o sea de consumo, de los necesarios en la actividad empresarial. La
ISTAT con respecto a este modelo utilizado por SEC, distingue en dos cuentas
separadas las actividades de consumo de las de producción de las familias, de
forma tal que se obtengan datos más precisos en las diferentes actividades
realizadas por los propios sujetos.
19
También en la elaboración de esto y de los dos párrafos sucesivos 7-9, con
referencia a algunos manuales introductorios a la Economía Política y a la
Contabilidad Nacional más utilizados en nuestras universidades, se hará
preferentemente referencia a la importante escuela de la estadística económica
GHOD)DFXOWDGGH(VWDGtVWLFDGHOD8QLYHUVLGDG³/D6DSLHQ]D´GH5RPD\DOR
expuesto detalladamente en las obras de base de los más importantes
representantes: De Meo (1975), Giannone (1992) y Álvaro (1999).
20
³1DWXUDOPHQWHODJHQWHQRYLYHVRORGHSDQQLODVRFLHGDGYLYHVRORGHOSURGXFWR
nacional bruto. Durante nuestro camino hacia el estado utópico de opulencia
en el que desaparecerá cada preocupación por el bienestar material, tendremos
necesidad de una medida resumen de la prestación económica DJUHJDGD´
(Samuelson, Nordhaus 1987: 98).
21
(OFiOFXORHVWiEDVDGRHQORV³SUHFLRVGHOPHUFDGR´
22
El PNB real = PNB nominal / deflactor PNB.
23
³6RQLQFOXLGDVWRGDVODVDGTXLVLFLRQHVPDWHULDOHV\VHUYLFLRVGHRWUDVHPSUHVDV
>«@ SRUTXH HVWDV DGTXLVLFLRQHV VHUiQ GHELGDPHQWH FDOFXODGDV HQ HO 31%
sobre la base de ODVSHUFHSFLRQHVGHODVRWUDVHPSUHVDV´ 6DPXHOVRQ1RUGKDXV
1987: 104).
24
&RQ HVWH SURSyVLWR VH VXEUD\D OD GLVWLQFLyQ HQWUH ³YDORU GH OD SURGXFFLyQ
YHQGLEOH´ TXHHVHOYDORUFRPSOHWRGHOELHQSURGXFLGR \³YDORUDJUHJDGR´
LQFUHPHQWR GHO YDORU TXH XQD HPSUHVD UHDOL]D HQ ILQ VX ³ FXRWD GH
SDUWLFLSDFLyQ´HQODIRUPDFLyQGHODULTXH]DLQJUHVRQDFLRQDO &IU*UD]LDQL
(1977:68).
25
Se utiliza en esta sede la terminología de Samuelson y Nordhaus, dada su
difusión en el ámbito didáctico o académico.
155
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26
Permanece un tema no definido aún, que ramas o actividades no se deben
considerar en este indicador, por ser simplemente consumidores de ingresos,
no generadores de valor. Cfr. Gouverner (2002: cap. III).
27
Este indicador es el inverso de la productividad aparente del trabajo.
28
'RQGH&VRQORVFRQVXPRVILQDOHV;³ORVELHQHV\VHUYLFLRVGHVWLQDGRVDOD
H[SRUWDFLyQ´ , ³ORV ELHQHV GH LQYHUVLyQ R IRUPDFLyQ GHO FDSLWDO´ \ 0 ³OD
DFXPXODFLyQGHODVLPSRUWDFLRQHVGHORVELHQHV\VHUYLFLRV´
29
También sobre este tema de singular importancia hicieron consideraciones
Giannone (1992), Álvaro (1999).
30
Ya sea una persona física o jurídica, un conjunto de estos sujetos (operadores)
o bien un país entero.
31
$VtHQODVSDODEUDVGH*UD]LDQL  ³VHHQWLHQGHSRULQJUHVRQDFLRQDOHO
flujo neto de bienes y servicios que fluyen periódicamente a favor de una
GHWHUPLQDGDFROHFWLYLGDGHQHOFXUVRGHXQSHUtRGRGHWLHPSRGDGR´(QWRQFHV
el IN puede ser leído con otra visión: flujo de productos o flujo de pagos
(desde el punto de vista de quien cede ingreso). Sobre estos temas cfr.
Samuelson, Nordhaus (1997:957ss) y Graziani (1977:71-73).
32
El ahorro es claramente, la parte del ingreso no consumida; por tanto tenemos
que S=Y-C, donde ya sabemos que S es igual a ahorro, Y al ingreso y C al
consumo.
33
En economía, la oferta de trabajo son las personas que quieren trabajar (no
las ofertas de empleo, que son la demanda de trabajo). En general, estando en
la teoría económica dominante, cuando la demanda y la oferta se igualan, hay
un equilibrio de mercado (con precios relativos y cantidades de equilibrio). En
el mercado del trabajo la economía neoclásica encuentra una de las
excepciones más problemáticas: el equilibrio entre demanda y oferta de fuerza
de trabajo no se alcanza prácticamente nunca.
34
El ejemplo de la casa incendiada fue tratado por Wim Dierckxsens (1998;
2002; 2004a).
35
El análisis de la influencia del uso de la capacidad en los niveles de inversión
es tratado por el clásico en la materia, Joseph Steindl (1976).
36
&RQHVWDUHODFLyQVHHVWDEOHFHODLJXDOGDG³GHVGHHOSXQWRGHYLVWDFXDQWLWDWLYR´
WHQLHQGR HQ FXHQWD TXH ORV GRV DJUHJDGRV KDFHQ UHIHUHQFLD D ³GRV IDVHV
GLVWLQWDVGHOFLUFXLWRGHOLQJUHVR´HOSULPHURDODIDVHGHODSURGXFFLyQ\HO
segundo a la de distribución.

156

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Segundo Capítulo

CONTABILIDAD NACIONAL EN LA ECONOMÍA


DOMINANTE

1. Algunos problemas de la Contabilidad Nacional


1. A partir de la Segunda Guerra Mundial se desarrollan, de manera articulada,
los sistemas de Contabilidad Nacional, con el objetivo de conocer la evolución
de los principales agregados macroeconómicos y los efectos de las políticas
económicas y sociales internas.

El sistema socialista elaboró el modelo de balance de la economía nacional,


desarrollado en la URSS en la década del veinte y sucesivamente transferido al
resto del campo socialista y al sistema del COMECON.

Para los países caracterizados por el libre mercado, los intentos por representar
cuantitativamente la economía surgen ya con William Petty (Sandoval González
2004), y se desarrollan después con los fisiócratas. Sin embargo, es al final del
siglo XIX que nace la Contabilidad Nacional contemporánea.

Las principales reflexiones conducen a Richard Stone, sus trabajos dieron origen
al sistema normalizado de contabilidad y sirvieron de base para la elaboración
GHOVLVWHPDGHORV(VWDGRV8QLGRV3DUD6WRQH³XQVLVWHPDGHFRQWDELOLGDGVRFLDO
es un medio práctico para descubrir lo que sucede en una economía, en la
medida de lo que puede ser expresado en términos de transacciones en un
FRQMXQWRGHFXHQWDVYLQFXODGDVFRQHOSULQFLSLRGHODSUiFWLFDGREOH´ 6DQGRYDO
González 2004: 12). Según este estudioso, el sistema se compone de cuatro
clases de operadores: empresas, familias, administraciones públicas y el resto
del mundo. Cada uno de ellos produce, consume y ahorra.

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Entre los primeros trabajos sobre la base de la construcción del Sistema de las
Cuentas Nacionales (SCN) es necesario recordar también los trabajos del Grupo
de Oslo, que organizó la disciplina en torno a un centenario de conceptos
macroeconómicos con una serie de ecuaciones referidas a un cuadro coherente.

Mención especial se merecen los trabajos de W: Leontiev que, conocedor del


sistema de balances de la vieja URSS, proyectó el método input-output,
ampliamente usado en muchos países; una cosa similar, el balance intersectorial,
fue realizado por planificadores rusos. La diferencia sustancial entre un sistema
\HORWURHVTXHHQHOFDPSRVRFLDOLVWDVHFRQVLGHUDEDHOLQGLFDWLYRHO³SURGXFWR
VRFLDOJOREDO´TXHVHFHQWUDHQODSURGXFFLyQGHELHQHV\VHUYLFLRVGLUHFWDPHQWH
vinculados a la producción, circulación-distribución y comercialización de bienes
materiales, según una particular interpretación de los esquemas marxistas.

El primer SCN fue adoptado por la ONU en 1953 y ha sido objeto de sucesivas
adecuaciones. En 1989 comienza el acercamiento entre el sistema que se aplicaba
en el campo socialista y el aplicado por la ONU: entre estos dos sistemas existen
JUDQGHVGLIHUHQFLDV$SDUWLU³GHODFDtGDGHOPXUR´HVWDGLFRWRPtDGHVDSDUHFH
transitando los países de Europa del Este hacia la economía de mercado.

2. Los principios de la Contabilidad Nacional implican una valoración de la


actividad económica en un espacio (un país) y en un período de tiempo
determinado (un año). Ya que los conceptos que sustentan la contabilidad
macroeconómica se basan en las teorías que identifican valores y precios, la
necesidad de alcanzar un cierto realismo en las mediciones permite identificar
cómo detrás de las nociones desarrolladas existe una teoría implícita del valor-
trabajo.

En la Contabilidad Nacional, el valor agregado se interpreta realmente como la


agregación de valor en el proceso de producción clasificado, ya sea en términos
sectoriales o en términos globales.
Sin embargo, el primer problema se deriva de las actividades comprendidas en
OD ³SURGXFFLyQ´ (Q XQ SHUtRGR SUHYDOHFLy OD LGHD GH DOJXQRV DXWRUHV TXH
consideraban que la mayor parte de las actividades de servicios, no se habían
debido agregar a la producción material2. Pesenti (1984: 918-9) sostiene que la
aproximación objetivista, clásica y marxista se distingue de la subjetivista post-
ricardiana y de las modernas escuelas económicas, porque la primera plantea
TXHHOLQJUHVRQDFLRQDOHVWiFRPSXHVWRSRUHO³IOXMRGHQXHYDVPHUFDQFtDVR
VHDGHELHQHVPDWHULDOHVSURGXFLGRVHQXQDxR´

3DUDHVWDHVFXHODGHSHQVDPLHQWRHVUHOHYDQWHHO³DVSHFWRPDWHULDOGHOSURGXFWR
QDFLRQDO´  3HVHQWLFRQWLQ~DVRVWHQLHQGRTXHSDUDODSURSLD&RQWDELOLGDG
Nacional de los países socialistas, fundada sobre criterios, fuese fundamental la

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GLVWLQFLyQHQWUH³ODHVIHUDGHODSURGXFFLyQPDWHULDO\ODGHORVVHUYLFLRV´ (919).
Estas distinciones y la consecuente elaboración de un cierto modelo de
&RQWDELOLGDG1DFLRQDO³DOWHUQDWLYR´pero, como veremos, insuficiente- a aquél
ortodoxo, se derivan de una precisa distinción entre trabajo productivo y trabajo
improductivo, fundada sobre el aspecto material del primero y sobre el inmaterial
del segundo (servicios; de esta distinción salieron en los años las diferentes
WHRUtDVVREUHOD³SURGXFWLYLGDG´GHODVRODFODVHREUHUDGHIiEULFD 

Tal distinción ha manifestado errores enormes en el curso de la evolución del


pensamiento marxista, donde ha prevalecido el aspecto material del producto,
con el objetivo de la calificación de productividad o improductividad de la
actividad productiva, que ha creado, en vez de valorizar el aspecto formal, el de
ODV³UHODFLRQHVVRFLDOHVGHSURGXFFLyQ´ en medio de las cuales se desarrolla el
proceso productivo.

Es solo después de haber caracterizado las relaciones productivas ( lo repetimos


desde el punto de vista formal), que se puede pasar a una segunda fase, o sea a
la de la diferenciación entre las distintas actividades productivas en medio del
proceso de trabajo, o sea en trabajo productivo e improductivo (además de entre
trabajo y no trabajo), según sea finalizado o no, a una transformación o
conservación del valor de uso dado en un nuevo valor de uso (sobre esta cuestión
cfr. por ejemplo los textos de Carchedi (1983, 1987, 2001).

Pero este proceso de transformación/conservación puede ser, tanto de naturaleza


material o mental, por lo cual la materialidad del producto no revela los fines de
la calificación del trabajo empleado para producirlo. Sobre todo, en definitiva,
revelan: a) las relaciones sociales de producción (aspecto formal); b) el aspecto
ontológico del trabajo empleado (si es o no finalizado en la transformación/
conservación del viejo valor de uso, material o mental que esté, en un nuevo
valor de uso).

Por esta razón es que la contabilidad de tipo soviético, donde era predominante
el aspecto material del bien producido, con fines de los cálculos de la riqueza
nacional, era insuficiente, y lo sería aún más hoy; el marxismo soviético sería
FRPSOHWDPHQWHGHVSOD]DGRHQODOHFWXUDGHOD³VRFLHGDGGHODLQIRUPDFLyQ´GHO
³FRQRFLPLHQWR´HWFHQODFXDOXQDLQILQLGDGGH³WUDEDMRVPHQWDOHV´VRQDOWDPHQWH
SURGXFWLYRV GHSOXVYDOtD 6HOHHSRUHMHPSORORHVFULWRSRU3HVHQWL³ODPH]FOD
entre mercancía de servicios y servicios hechos según la concepción y la
contabilidad occidental, según donde la producción es producción de utilidad y
no de bienes materiales, confunde las cosas y es más difícil entender la correlación
GHIRQGRHQWUHSURGXFWRLQJUHVR\JDVWR´$ODOX]GHORTXHKHPRVH[SUHVDGR
está claro que una tesis así no satisface y desorienta. Podemos entonces estar de

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acuerdo en cuanto a la equivocación del modelo de Contabilidad Nacional
neoclásico, que mantiene todos los trabajos (y los no trabajos) productivos de
valor, pero para el resto es necesario rechazar una definición como esta.

Sobre el problema apenas tratado, puesto en los varios modelos de Contabilidad


Nacional, cfr. en general Graziani (1997: 66ss) donde se menciona la viva
discusión del siglo XIX, en la que participaron también economistas italianos de
ODWDOODGH)UDQFHVFR)DUUDUD WDPELpQpOFRPRRWURVKDEOyGHOD³PDWHULDOLGDG´
de los bienes por cálculos con fines de la Contabilidad Nacional.

Actualmente predomina la idea de que las actividades de distribución y transporte,


que absorben una gran cantidad de trabajo asalariado, implican modificaciones
en la mercancía, y por tanto deben agregarse a los cálculos del valor de la
producción material.

Más controvertido es el caso de las actividades financieras y las de los alquileres


(inmobiliarios, leasing, etc.). Estas actividades no producen valor nuevo, sino
simplemente absorben ingresos provenientes del sector productivo.

Un problema similar ocurre con los servicios públicos. No siendo trabajo destinado
a la producción de valor- capital, algunos autores mantienen que no se trata de
trabajo productivo, y por tanto deberían separarse del cálculo del valor (social)
agregado. En este caso, a diferencia de las actividades que se basan en la obtención
de un ingreso por un derecho de propiedad (sobre el activo fijo material o
financiero), puede considerarse que los dependientes públicos realizan una
actividad funcional al proceso de reproducción capitalista, y están , por tanto,
indirectamente sometidos al capital. Pero no por esto son insertados en la categoría
de trabajo productivo en sentido marxista.3

Trabajo productivo, en términos marxistas (que como se ha visto en el capítulo


anterior), radicalmente contrapuestos al modelo prevaleciente de Contabilidad
Nacional, es solamente lo que es utilizado por el capital para su autovalorización;
un trabajo de idéntico contenido puede ser productivo e improductivo. Lo que
depende de una consideración en cuanto a la naturaleza del trabajo, de la
consideración que el trabajo en concreto genere directamente plusvalía, o sea
valorice directamente el capital, o no.

Es decir, es independiente del carácter más o menos útil de este trabajo, y se


H[SUHVDVLHPSUHGHPiV FRPRWUDEDMRFROHFWLYRFRPR³ FDSDFLGDGGHWUDEDMR
VRFLDOPHQWH FRPELQDGD´ PHQRV YLQFXODGD D ODV IRUPDV \ DO FRQWHQLGR GH ORV
trabajos individuales. Es productor, de plusvalía, el trabajo que sea como objeto
de las transformaciones materiales o mentales de un valor de uso que es cambiado
o conservado al final del proceso productivo.4 En el ámbito marxista prevaleció

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XQDLGHDFRPSOHWDPHQWH³FOiVLFD´GHELGRDXQDLQFRPSUHQVLyQGHIRQGRGHORV
textos (en verdad algunos no muy claros de Marx), pero todo se comprende
mejor si se tiene presente la naturaleza de muchos textos marxistas, que existen
en forma de cuadernos no definitivos ni publicados.

6HJ~QHVWiFRQFHSFLyQ³FOiVLFD´HUDFRQVLGHUDGRSURGXFWLYRVRODPHQWHHOWUDEDMR
material que produjera un producto tangible, material. Partiendo de estos asuntos,
se nos ha privado por decenas de años de los instrumentos de lectura de las
trasformaciones internas del MPC (se piensa en el variado y heterogéneo sector
GHORV³VHUYLFLRV´>FIU&DUFKHGL@WRGRVLJXDOPHQWHLPSURGXFWLYRV\DTXH
VRQ³LQWDQJLEOHV´ 

Para un análisis crítico de esta literatura se debe leer a Guerrero (1990) donde
entre otras cosas el autor indica el modelo, justo desde el punto de vista marxista,
para caracterizar la producción o no de la plusvalía. Esta es una determinación
formal, no material. No tiene nada que ver con la materialidad o no del trabajo o
del producto. El aspecto material, simplemente no revela estos fines. Es decir, lo
que cuenta es la inserción del trabajo (asalariado) en medio de una organización
capitalista y que sea empleado en la esfera de la producción. Como escribe
*XHUUHUR   ³ QLQJXQR GH HVWRV HOHPHQWRV KDFH UHIHUHQFLD DO FRQWHQLGR
PDWHULDOGHOWUDEDMRFRQFUHWRQLGHOYDORUGHXVRREWHQLGR´\SUHFLVDGHVSXpVTXH
³HQ0DU[HODQiOLVLV³PDWHULDO´R³WpFQLFR´KDFHUHIHUHQFLDDORVFRQWHQLGRV
LQYDULDEOHV GHO SURFHVR GH SURGXFFLyQ PLHQWUDV HO DQiOLVLV ³IRUPDO´ R
HVSHFtILFDPHQWH³HFRQyPLFR´VHRFXSDGHODVYDULDFLRQHVGHODVIRUPDVRVHD
GHODGLQiPLFDGHODVUHODFLRQHVGHSURGXFFLyQKLVWyULFDPHQWHGHWHUPLQDQWHV´

3. El concepto de trabajo productivo tiene una difícil traducción estadística, en


cuanto a la Contabilidad Nacional se considera cada tipo de trabajo mercantil.
Estas difer encias conceptuales y metodológicas obligan a realizar
acomodamientos en los datos estadísticos, con el propósito de adaptarlos a las
categorías útiles para el análisis de clase.

Estamos hoy en condiciones de elaborar estadísticas muy detalladas en la


composición de la población activa, vista desde la óptica de la actividad productiva
desarrollada y de las modalidades con las que es ejercitada. Se piensa en los
datos que indican no solo las tendencias generales de MPC, sino también algunas
YDULDFLRQHVVXUJLGDVHQORV~OWLPRVDxRVHQORVGLIHUHQWHV³VLVWHPDV´FDSLWDOLVWDV
tenidos en consideración.5 Sin embargo, estos datos no nos dicen nada de la
productividad6 o no de los trabajadores tomados en consideración.

Los asalariados son la mayoría de la población7 (en la zona euro, 115,6 millones
de asalariados en 1994 llegaron a ser 131, 3 millones en 2005, el que comporta

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un tránsito del 82,3 % al 83,7 %; el número de capitalistas disminuyó en
consecuencia al proceso de centralización del capital, mientras el número de
trabajadores autónomos aumentó, con respecto a la precarización creciente del
mercado de trabajo y de las demás formas de externalización de los contratos en
las empresas.8

Más de la mitad de los ocupados en los EE.UU. están en la industria


manufacturera y en el comercio. El único cambio perceptible en los años recientes
es el incremento de las externalizaciones de actividades, por parte de las
empresas industriales, que han incrementado el volumen de los ocupados en los
servicios, a las empresas que desarrollan el mismo trabajo precedente en la
empresa madre, que era imputado a la industria. EL peso de los empleados
públicos disminuyó en Estados Unidos en los últimos años.

4. Donde se presentarán las mayores dificultades de estimado cuantitativo de


los datos disponibles es en relación con los criterios de distribución del valor
agregado que se expresa en los datos de la Contabilidad Nacional, no es un
caso que, en la interpretación macroeconómica, la disputa mayor se registre en
ODGHILQLFLyQGHO³FDSLWDO´TXHXWLOL]DODHFRQRPtDFRQYHQFLRQDO(VVDELGRTXHHO
FRQFHSWRGH³FDSLWDO´HPSOHDGRHQODWHRUtDHFRQyPLFDGRPLQDQWHFRUUHVSRQGH
a un término polisémico, que incluye tanto el capital- dinero o capital-financiero
(del cual se obtiene un ingreso en forma de interés), como los medios de
producción, de los cuales se obtiene la ganancia capitalista. Lo que la teoría no
explica es el origen de estos ingresos y ganancias. John Bates Clark fue
HFRQRPLVWDGHOD³QXHYDJHQHUDFLyQ´SRVFOiVLFDTXHVHSUHRFXSySRUSURSRQHU
diversas fuentes para las diferentes formas de entrada, con el objetivo de eliminar
el análisis de la explotación.

Según ellos en la producción intervienen permanentemente cuatro factores: el


capital, que le da al capitalista el interés, los bienes de capital, medios de
producción y la tierra, que dan un ingreso empresarial. La actividad de los
empresarios que genera sus ganancias, y el trabajo de los obreros que se remunera
FRQHOVDODULR³ODOLEUHFRPSHWHQFLDWUDWDGHGDUDOWUDEDMRORTXHFUHDFRQHO
trabajo, a los capitalistas, lo que se crea con el capital, y a los empresarios, lo
TXHVHFUHDFRQODIXQFLyQGHFRRUGLQDFLyQ´ &ODUN &XDUHQWDDxRVDQWHV
Marx denunciaba ya el modo en que las formas transfiguradas de las relaciones
capitalistas identificaban el proceso de trabajo con el proceso de creación del
valor de la mercancía, y hoy, en forma de teoría de los factores de producción, se
presentan como una nueva apología, que bajo la máscara de la teoría económica
burguesa crean la apariencia de que los ingresos de la sociedad dependen del rol
que desarrollan la tierra (condiciones naturales), los medios de producción
elaborados (capital) y el trabajo en su distribución del mercado. 9

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Desde la formación del primer pensamiento neoclásico (marginalista), hacia
fines del siglo XIX, hasta nuestros días, la ganancia ha sido considerada por una
GREOHGHWHUPLQDFLyQSRUXQDSDUWHFRPRUHFRPSHQVDSDUDOD³DEVWHQFLyQ´GHO
consumo y de la otra, en forma que genera un incremento en el valor capital
mediante un proceso de autocrecimiento autónomo. En cada modo de explicación
resulta excesivamente subjetiva hasta para sus defensores, por tanto se alega la
existencia de un rendimiento marginal decreciente de los factores, que reproduce
la teoría de Ricardo aplicada en los medios de producción producidos, haciendo
DEVWUDFFLyQ GHO KHFKR GH TXH HO WHUUHQR QR ³ VH SURGXFH´ PLHQWUDV TXH ORV
medios de producción si. Esta segunda dimensión fue contradecida
definitivamente por Sraffa y por los economistas neorricardianos casi 50 años
atrás.10 Sin embargo, en última instancia el argumento moral de las recompensas
por la abstinencia continúa siendo la base de la explicación que reciben los
inexpertos, decididos a adentrarse en los secretos de la ciencia económica
dominante.

La idea de la remuneración del capital- medio de producción, o del capital financiero,


o de la tierra, proviene exclusivamente de un derecho de propiedad sobre este medio
de producción, ya sea tierra o dinero, no la parte de la realidad que quiere analizar la
teoría convencional; se termina así por considerar científico el argumento de la
abstinencia, pero no se quiere admitir el justo peso jurídico- político de la propiedad.

2.Análisis crítico del Sistema de Cuentas Nacionales


1. El Sistema de Contabilidad de la Economía Nacional, considera que la
producción se limita a las actividades que generan bienes materiales y servicios
pertenecientes a la llamada esfera productiva. El resto de la actividad -educación,
salud, cultura, deporte, defensa, administración, etc.- no crea producción; son
clasificadas en la esfera no productiva y son tratadas como servicios no
productivos.

En el SCN se calcula como producción cada actividad socioeconómica que tenga


un contenido mercantil, independientemente de que su origen sea productivo o no.

En cuanto al ámbito espacial, el sistema de balance material (de planteamiento


soviético) se limita al espacio económico de un país, mientras que el SCN incluye
flujos desde y hacia el exterior, vinculando la economía interna al operador resto
del mundo mediante las relaciones que se establecen entre las cuentas que lo
componen. Así se considera que el SCN ofrece informaciones periódicas sobre
las variables que permiten describir el estado completo de la economía en un
país, en calidad y valor. Las cuentas nacionales desarrollan el marco conceptual
para describir las relaciones entre las variables macroeconómicas fundamentales:
la producción, el ingreso y el gasto.11
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Se ha dicho también que en amplio sentido la Contabilidad Nacional es un registro
sistemático de los hechos económicos que realizan los operadores de un país;
en su acepción más estricta y práctica, es el conjunto de las diversas estadísticas
de la formación de utilización del producto bruto, del gasto y otros conceptos
macroeconómicos, presentados en cuadros o cuentas, según las normas de la
contabilidad generalmente aceptadas. Otros autores específicamente consideran
que el SCN es una técnica estadística directa para dar una representación
cuantitativa, completa y coherente de la economía nacional.

Tanto en un modo como en el otro, la intención es presentar el sistema como un


modelo perfecto, tanto en el plano teórico, como en relación con el tipo de
información que ofrece. El objetivo es, también en este caso, construir una ciencia
económica absoluta e indiscutible para su nivel de formación; el intento de
construir modelos que no necesariamente se preocupen de adherirse a la realidad
o al conjunto de las relaciones sociales.

Se trata, en cambio de reconocer los límites de este análisis y después de haberlos


aceptados, tratar de superarlos con el máximo de objetividad.

Se debe comenzar reconociendo que este análisis impone límites al campo de los
fenómenos que abarca; se pueden, de hecho, tratar solo los fenómenos que son
cuantificables en términos de mercado, excluyendo los que no lo son, o que son
de difícil o imposible cuantificación, ojalá se reconozca su importancia; utilizando
como unidad de medida única la moneda, se tiene la ventaja de poder agregar,
modelar, presentar cuadros numéricos y análisis comparativos.

Por otra parte, se dejan fuera todos los fenómenos no cuantificables o de difícil
cuantificación en términos de valor monetario.

Según Shaikh y Tonak (1994: 32-34), el SNC es de inspiración neoclásica,


representando una idealización de la realidad que asume el presupuesto de
previsión perfecta. En el concepto neoclásico una actividad es considerada
productiva porque sea socialmente necesaria, o sea, porque tenga demanda por
parte de las personas que estén dispuestas a pagar directamente por este
producto. En cuanto la reserva de lo que todas las actividades potencialmente
comercializables son consideradas productivas. Por tanto, lo que no transita por
el mercado no entra en esta definición.

Muchos elementos del sistema podrían ser discutidos, pero a los efectos de este
trabajo nos limitaremos solo a algunas críticas de indiscutible valor.

2. El SNC presenta todas las relaciones de la sociedad en un único nivel


metodológico, que es el estadístico-formal, ignorando los procesos reales que le

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están detrás en su totalidad. Así, por ejemplo, detrás de la distribución de los
capitales, en las distintas ramas, está el proceso general de la distribución en el
ámbito de la división internacional del trabajo. En el pensamiento clásico, en
cambio, sobre todo en Marx, se analiza la realización entre los productores de
mercancías, que tiene como base la ley del valor-trabajo.

La concepción de trabajo productivo que se asume en las cuentas nacionales


introduce una permanente distinción del sistema. En el capítulo 14 del Tomo I de
El capital, Marx escribe:

³/D SURGXFFLyQ FDSLWDOLVWD QR HV \D SURGXFFLyQ GH PHUFDQFtD VLQR HV
sustancialmente, producción de plusvalía. El obrero no produce por sí mismo, si
no por el capital. Por este motivo, ahora no basta con que produzca en términos
generales, sino debe producir concretamente plusvalía. En el capitalismo, es
productivo solo el obrero que produce plusvalía para el capitalista, o que trabaja
para mantener el capital.

Si se nos está permitido poner un ejemplo fuera de las áreas de la producción


material, diremos que un maestro de escuela es un obrero productivo, si además
de modelar las cabezas de los niños, modela su propio trabajo para enriquecer al
patrón. El hecho que invierta su capital en una fábrica de enseñanza, en lugar de
invertirlo en una fábrica de salchichas, no altera en lo más mínimo los términos
del problema.

Por tanto, el concepto del trabajo productivo no penetra simplemente en una


relación entre la actividad y el efecto útil de esto, entre el obrero y el producto de
su trabajo, sino lleva implícita una relación social específica e históricamente
dada de producción, que convierte al obrero en un instrumento directo de la
YDORUL]DFLyQGHOFDSLWDO´ 0DU[ 

(QRWUDVSDODEUDVHOWUDEDMRSURGXFWLYR³HVHOTXHVHFDPELDGLUHFWDPHQWHSRU
FDSLWDO´YDOHGHFLUHOWUDEDMRTXHHOFDSLWDOLVWDFRPSUDFRPRFDSLWDOYDULDEOH
con el propósito de usarlo para crear valores de cambio y plusvalía. El trabajo
improductivo, nos precisa Marx, es el que no se cambia por capital, sino
directamente por ingresos, por salario o ganancias y, naturalmente, por los
diferentes elementos que forman el ingreso del capitalista, como pueden ser el
interés y los ingresos del suelo.

De las definiciones de Marx se derivan necesariamente dos conclusiones:

a) cada trabajo que el capitalista compra como capital variable al final de


extraer de él plusvalía, es trabajo productivo, independientemente que

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este trabajo se materialice o no en objetivos 12 y que sea o no sea
objetivamente necesario o útil para el proceso social de producción, por
ejemplo el trabajo de un payaso usado por un empresario de circo;

b) todo el trabajo que el capitalista no compra como capital variable no es


productivo desde el punto de vista de la economía capitalista, ya que el
trabajo puede ser objetivamente útil y puede materializarse en artículos
de consumo que satisfagan necesidades humanas de subsistencia.

A primera vista, estas dos conclusiones son paradójicas y contradicen el concepto


común de trabajo productivo. En la mayoría de los textos de economía política y
dentro del SCN, el trabajo productivo es afrontado desde el punto de vista de su
necesidad objetiva para la producción social en general y para la producción de
bienes materiales. En estos análisis, el factor decisivo es el contenido del trabajo,
o sea el resultado, que es habitualmente un objetivo material en el cual es invertido
el trabajo y así es creado.

El problema que afronta Marx no tiene nada en común con este otro concepto,
excepto el nombre. Para Marx, trabajo productivo significa trabajo incorporado
al sistema social de producción.13

Al pensador Treveti le interesaba la cuestión del tipo de producción social, de


cómo se explica en términos sociales la actividad productiva de las personas que
no son empleadas en esta producción (por ejemplo el trabajo orientado hacia las
satisfacción de necesidades personales o al servicio de una casa).

¿Cuál es el criterio según el cual se agrega la actividad productiva de los hombres


HQODSURGXFFLyQVRFLDO"¢4XpFRVDHVORTXHKDFHGHHVWDDFWLYLGDG³WUDEDMR
SURGXFWLYR´"0DU[GLRODVLJXLHQWHUHVSXHVWDDHVWHSUREOHPDFDGDVLVWHPDGH
producción se caracteriza por el conjunto de relaciones de producción
determinadas por la forma social de organización del trabajo. En la sociedad
capitalista, el trabajo es organizado en la forma de trabajo asalariado, la economía
se estructura en la forma de empresas capitalistas donde los asalariados trabajan
bajo el mando de un capitalista.

Los trabajadores productivos crean mercancías, realizan servicios y dan plusvalía


al capitalismo. Solo el trabajo organizado en las empresas capitalistas que tienen
la forma de trabajo asalariado, adquirido por capital, con el propósito de extraer
plusvalía, se fusionan en valores con el sistema de producción capitalista. Este
WUDEDMRHV³WUDEDMRSURGXFWLYR´. Cada tipo de trabajo que es comprendido en el
sistema de producción inmediata puede ser considerado como productivo, vale
decir cada tipo de trabajo organizado en determinada forma social característica
del sistema de producción dado. El trabajo es considerado productivo o
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improductivo no sobre la base de su contenido, o sea en los términos del carácter
GHODDFWLYLGDGSURGXFWLYDFRQFUHWDVLQRGHVGHHOSXQWRGHYLVWDGHOD³IRUPD
social´de su organización, de su compatibilidad con las relaciones de producción
que caracterizan el orden económico dado de la sociedad capitalista.

Marx señaló con frecuencia esta característica que distingue su teoría de las
comunes en el trabajo productivo, la cual asigna un rol decisivo al contenido de
la actividad productiva.

Notas
1
Consejo de mutua asistencia económica, instituido en 1949 por los países
socialistas de la Europa Oriental (URSS, Albania, Bulgaria, Checoslovaquia,
Polonia, Rumania, Hungría), con excepción de Yugoslavia, en contraposición
al plano Marshall y para coordinar las economías de los países comunistas.
Seguidamente entran a formar parte, Cuba, Mozambique, Vietnam, mientras
Albania salió en 1962. Se desintegró en 1990.

2
Sobre este debate cfr. Guerrero (1990).
3
³ORVIXQFLRQDULRVSXHGHQFRQYHUWLUVHHQDVDODULDGRV GHOFDSLWDOSHURQRSRU
HVWRVHWUDQVIRUPDQHQWUDEDMDGRUHVSURGXFWLYRV>«@HOWUDEDMRSURGXFWLYRVH
cambia directamente por dinero en cuanto a capital, o sea por dinero de por sí
mismo, capital destinado a funcionar como capital y que como capital se
FRQWUDSRQHDODFDSDFLGDGGHWUDEDMR´ 0DU[D 
4
³HOYDORU\ODSOXVYDOtDSURGXFLGRV>HQHOSURFHVRSURGXFWLYRGHSOXVYDOtD@VRQ
el resultado del accionar de una sola categoría de agentes, las cuales, a
través de su trabajo concreto, cambian las características materiales y
mentales de los objetos y de los instrumentos de trabajo en un diferente valor
GHXVRHOGHOSURGXFWR´ &DUFKHGL VREUHHVWHSXQWRFIUWDPELpQ
Carchedi (1977; 1987).
5
Alessandro Mazzone es uno de los estudiosos más atentos a distinguir entre
MPC, que es un concepto construido a un nivel muy abstracto de razonamiento,
y que es normado por las leyes de comportamiento general, por sus tendencias,
etcétera, y los capitalismos individuales que concretamente en la visión
económico-social-humano-geográfica se realizan y se diferencian.
6
Aquí entendemos la productividad de plusvalía; no está por tanto incluida en la
acepción corriente.

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7
O sea, se ve bien en países de capitalismo avanzado, donde debería en cambio
difundirse, estando algunos científicos apresurados y superficiales, al final de
la clase productiva y del trabajo. Si se piensa en los países como China, la
India, etc., las tasas de población asalariadas son más elevadas.
8
Detr ás de las cuales se esconden frecuentemente formas de
autoempresarialidad solo jurídica y no sustancial; en Italia la gran incidencia de
ORV WUDEDMDGRUHV OODPDGRV ³ D SDUWLGD ,9$´ KDFHQ KDEODU SRU DxRV GH
³WUDEDMDGRUHV GH ~OWLPD JHQHUDFLyQ´ SDUD LGHQWLILFDU XQD IDOVD
autoempresariedad que caracteriza a los asalariados atípicos expulsados,
OLFHQFLDGRV \ REOLJDGRV D ³LQYHQWDUVH´ XQ WUDEDMR DSDUHQWHPHQWH SURSLR
absolutamente precario.
9
³SRU HVWHPRWLYR OD HFRQRPtD YXOJDUQR WLHQH ODPiV UHPRWD LGHD GHTXH OD
fórmula tripartita tierra-ingreso, capital-interés, trabajo-salario o precio del
trabajo, incluye tres combinaciones evidentemente imposibles. En primer lugar,
tenemos el valor de uso tierra, que no tiene de por sí ningún valor, y el valor
ingreso del suelo, con el que se establece una proporción entre una relación
social, considerada como una cosa y la naturaleza, o sea se establece una
relación entre dos grandezas inconmensurables. Después viene la relación
capital-interés. Si el capital se concibe como una determinada suma de valor
expresado sustancialmente en dinero, es absurdo que un valor represente mayor
valor del que vale.

La fórmula capital-interés hace desaparecer precisamente, cada anillo


intermedio y reduce el capital a la fórmula más general, y por tanto, inexplicable
por sí misma y absurda. Es por este motivo que la economía vulgar prefiere la
fórmula capital-interés, con su cualidad escondida de valor desigual a sí mismo,
a la fórmula de capital- ganancia, que está más vinculada a la relación real y
efectiva del capital. Después de demostrado por la sabiduría que 4 no es igual
a 5 y que por tanto, 100 talleres no pueden ser 110, se considera el capital
como valor de la sustancia material del capital, y su valor de uso como condición
de producción del trabajo, de la máquina, de las materias primas, etc. Con esto
se establece la primera inconcebible proporción según la cual 5=5, una
proporción perfectamente inconmensurable entre un valor de uso, una cosa
material, de una parte, y de la otra, una determinada relación social de
producción, la plusvalía, como parece para la propiedad de la tierra. Sin apenas
llegar a esta relación entre grandezas inconmensurables, el economista vulgar
ve todo muy claro y no siente necesidad de continuar reflexionando, porque ha
OOHJDGRHQHIHFWRDOR³UDFLRQDO´GHODLGHDEXUJXHVD

Al final, la relación entre el trabajo y el salario o precio del trabajo, es, como se
demostró en el Tomo I, una expresión que contradice ante todo el concepto del

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valor, y del precio que no es por sí, en términos generales, más que una
GHWHUPLQDGDH[SUHVLyQGHOYDORUKDEODUGHO³SUHFLRGHOWUDEDMR´HVDOJRLUUDFLRQDO
como lo sería hablar de logaritmos amarillos.

Pero arribando hasta aquí, el economista vulgar se siente verdaderamente


satisfecho, dado que ha llegado a la profunda concepción del burgués, que
paga dinero por trabajo, además la contradicción de la fórmula frente al concepto
GHOYDORUORH[FXVDGHFRPSUHQGHUHVWHPLVPRYDORU´ 0DU[7RPR,,,
cap. XXIII).
10
Sraffa (1982): Harcourt (1975).
11
Dornbush, Fisher (1985).
12
Se piensa en un software TXH UHSUHVHQWH FDGD GtD OD ³PHUFDQFtDWLSR´
inmaterial, debiendo ser incorporado en un soporte material.
13
Como hemos escrito anteriormente, el aspecto relevante y cuantificante es el
formal que caracteriza las relaciones sociales en medio de las cuales se
desarrolla la actividad productiva.

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Tercer capítulo

PARA UNA CRÍTICA DE LA CONTABILIDAD


NACIONAL

1. Marxismo y sistema de las cuentas nacionales


1.Para una interpretación exacta de la idea de Marx, es necesario comprender
con claridad que la fase de circulación del capital no equivale a una circulación
del mismo, no corresponde a una distribución real de productos, o sea a un
proceso de transferencias de las manos de los productores a la de los consumidores,
acompañado necesariamente de los servicios de transporte, almacenamiento,
empaquetamiento, etc. La función de la circulación del capital consiste solo en
transferir el derecho de propiedad de un producto de una persona a otra: es por
tanto una transformación del valor de una forma mercancía en una forma dinero
RLQYHUVDPHQWHXQDUHDOL]DFLyQGHOYDORUSURGXFLGR(VWRVVRQORV³JDVWRVGH
circulación derivados del simple cambio de forma de valor, de la circulación
LGHDOFRQVLGHUDGD´ 0DU[ 

³$TXtQRVUHIHULPRVVRORDOFDUiFWHUJHQHUDOGHORVJDVWRVGHFLUFXODFLyQTXH
VXUJHQGHODPHWDPRUIRVLVSXUDPHQWHIRUPDO´  0DU[GHPRVWUyFODUDPHQWH
ODVLJXLHQWHDILUPDFLyQ³ODOH\JHQHUDOHVTXHWRGRVORVJDVWRVGHFLUFXODFLyQTXH
corresponden simplemente a un cambio en la forma de la mercancía no agregan
DHVWDQLQJ~QYDORU´  

0DU[GLVWLQJXLyHQWUHHVWD³PHWDPRUIRVLVIRUPDO´TXHHVODHVHQFLDGHODIDVH
GHFLUFXODFLyQ\OD³IXQFLyQUHDO´GHOFDSLWDOPHUFDQFtD 0DU[ (QWUH
HVWDVIXQFLRQHVUHDOHV0DU[LQFOXtDWUDQVSRUWHVDOPDFHQDPLHQWR³GLVWULEXFLyQ
GHODVPHUFDQFtDVEDMRXQDIRUPDGLVWULEXLEOH´ 0DU[ ³H[SHGLFLyQ

171
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WUDQVSRUWH GLVWULEXFLyQ YHQWD DO GHWDOOH´   'HEH entenderse que la
realización formal del valor es la transferencia del derecho de propiedad sobre
los productos y se limita a servir de vehículos en su realización, o sea
contemporáneamente al verdadero camino de las mercancías en el paso de
unas manos a otras, al metabolismo social. Pero teóricamente la realización
formal, la función genérica del capital en la circulación es in toto diferente de
las funciones reales mencionadas, que están en esencia, alejadas de este capital
\ WLHQHQ XQ FDUiFWHU ³KHWHURJpQHR´

En las empresas comerciales comunes, habitualmente estas funciones formales


y reales se mezclan y se entrelazan. El trabajo del vendedor de un negocio sirve
a la función real de la conservación, al embalaje, al transporte y a las funciones
formales de la adquisición y la venta.

Pero es posible separar estas funciones, tanto sobre la base de las personas
FRPRVREUHODEDVHGHORVOXJDUHV³ODVPHUFDQFtDVSUHSDUDGDVSDUDVHUFRPSUDGDV
o vendidas pueden almacenarse también en dock\HQRWURVOXJDUHVS~EOLFRV´
(282), por ejemplo, en depósitos comerciales y de transporte.

0DU[ FRQVLGHUy WRGDV ODV IXQFLRQHV UHDOHV FRPR ³SURFHVRV GH SURGXFFLyQ
H[LVWHQWHVGHQWURGHOSURFHVRGHFLUFXODFLyQ´  6RQ³SURFHVRVGHSURGXFFLyQ
continuos simplemente en la circulación y cuyo carácter productivo se esconde
EDMRODIRUPDGHHVWD´ 7RPR,, 

$Vt HO WUDEDMR TXH VH DSOLFD D HVWRV ³SURFHVRV GH SURGXFFLyQ´ HV WUDEDMR
productivo que crea valor y plusvalía. Si el trabajo del vendedor consiste en
llevar a término funciones reales (conservación, transporte, empaquetamiento,
etcétera.), es trabajo productivo, no porque se represente en bienes materiales
ODFRQVHUYDFLyQQRSURGXFHHVWRVFDPELRV VLQRTXHHVHPSOHDGRHQ³HOSURFHVR
GHODSURGXFFLyQ´\SRUWDQWRHVXWLOL]DGRSRUHOFDSLWDOSURGXFWLYR(OWUDEDMRGHO
propio empleado comercial es improductivo solo si sirve exclusivamente a las
³PHWDPRUIRVLVIRUPDOHV´GHOYDORUDVXUHDOL]DFLyQDODWUDQVIHUHQFLDLGHDOGHO
GHUHFKRGHSURSLHGDGVREUHHOSURGXFWRGHXQDSHUVRQDDRWUD/D³PHWDPRUIRVLV
IRUPDO´TXHVHSURGXFHHQODRILFLQDYHQGLGD\TXHHVVHSDUDGD GHWRGDVODV
funciones reales, exige también ciertos gastos de circulación y gastos de trabajo,
la contabilidad, la contaduría de los libros comerciales, la correspondencia,
etcétera. Este trabajo no es productivo, no porque no cree bienes materiales, sino
porque sirve a la metamorfosis formal, a la fase de circulación del capital en
forma pura. No obstante, lo rigurosamente expuesto por el análisis de Marx, existen
evidentes límites a partir de una visión actual del problema; sin embargo, las bases
esenciales de análisis continúan teniendo vigencia considerando el concepto de
producción y reproducción real de las relaciones capitalistas de producción.

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3. De todo lo que se ha dicho, resulta evidente la enorme diferencia íntercorriente
entre una contabilidad nacional de tipo marxista2 y la de tipo neoclásico; que no
obstante a todo, es el único instrumento que actualmente nos permite conocer la
evolución de algunos sistemas económicos.

A pesar de tener actualmente una considerable utilidad, los grandes límites de


este sistema (SNC), han sido señalados desde el inicio por defensores y críticos.
Encuentran grandes límites en descubrir, por ejemplo, la integridad del proceso
de desarrollo; aspectos como el mejoramiento de la calidad de la vida de la
población y el efecto sobre los recursos naturales quedan explícitamente fuera
del sistema.

Como parte de la macroeconomía contemporánea, el SNC asume un grupo de


reglas surgidas a priori, que evidencian en cambio falta de certeza e infinidad de
hipótesis teóricas que colocan no necesariamente sus principales puntos
referenciales en la realidad, ya que se sostiene que el objetivo central de todo el
proyecto de Contabilidad Nacional sea el de buscar la estabilidad del
funcionamiento del sistema macroeconómico y su funcionamiento equilibrado.

Sobre la base de esto, se encuentran en la literatura dos modos principales de


recoger resultados de la macroeconomía contemporánea: el análisis clásico y el
keynesiano.

Los dos se diferencian fundamentalmente por sus presupuestos y sus conclusiones


y una multiplicidad de modelos y teorías que no en todos los casos cuentan con un
nivel igual de reconocimiento y difusión, pero que sirven de base a las políticas de
acomodamiento estructural que se aplican en todo el mundo en los últimos años.

2. Hacia una macroeconomía alternativa


1. Aunque frecuentemente ignorado por la ciencia económica oficial al servicio
de las clases dominantes, es precisamente El capital de Karl Marx el que
delinea un modelo de reproducción del capital social, que podría constituir la
base para el desarrollo de una macroeconomía alternativa centrada en la ley del
valor y de la cual podrían analizarse un grupo de procesos económicos y sociales.

En el Tomo II de El capital se describe el proceso de reproducción simple y


ampliada del capital social, demostrando que la reproducción del capital constante
consumido en la producción del sector 1 está unida a la reproducción de las clases
sociales en el sector 2. Según Marx (1966, Tomo II: 351) la esencia del problema
FRQVLVWHHQ ³FyPRVHUHWRPDHQ ODEDVHGHO SURGXFWRDQXDOHOYDORUGHOFDSLWDO
absorbido por la producción y cómo se desarrolla el movimiento de este proceso

173
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con el consumo de la plusvalía por parte de los capitalistas y del salario por
SDUWHGHORVREUHURV´

En otras palabras, en la reproducción macroeconómica se entrecruzan dos


procesos: el de reproducción del capital social y el de las clases sociales al mismo
tiempo. Para Marx, también en la macroeconomía se manifiesta el sistema de
relaciones de clases. La categoría central derivada de la 3ª sesión del Tomo II de
El capital es la categoría capital global nacional. El capital global representa el
conjunto, los capitales particulares de un país; es igual al capital fijo como base
material para la reproducción más el producto social que representa el valor anual
de todos los bienes y servicios obtenidos por la sociedad, expresión del valor de
todo el trabajo social y de todas las utilidades (Marx 1996; Tomo II:382).

Como se puede observar, de esta manera se suma tanto el valor de las partes
del producto social que corresponde al capital, como las partes que corresponden
al fondo del consumo.

Esquemáticamente el capital global puede representarse como en el esquema


que verán a continuación.

Tanto para la reproducción simple como para la reproducción ampliada, Marx


asume las mismas hipótesis:

a) se trata de una economía completamente capitalista y existen solo dos


clases sociales: la de los trabajadores y la de los capitalistas;

b) el precio de las mercancías coincide con el valor;3

c) se prescinde del comercio exterior;

d) se supone que O=D (O-oferta, D-demanda).

La división de la sociedad en dos sectores, el sector 1 productor de medios de


producción y el sector 2 productor de artículos de uso y consumo, sirve de base
para prever hipótesis en cuanto a las relaciones intersectoriales sobre la base del
cambio de valor.

3DUD0DU[³WRGRHOYDORUVRFLDOGHOSURGXFWRVHGHVFRPSRQHHQLQJUHVRVVDODULR
más plusvalía, o según su expresión, salario más ganancias (intereses), más el
LQJUHVRGHOVXHOR´ 0DU[Tomo II: 386). Este concepto constituye un golpe
de ingenio por el cual deberían estar contentos los macroeconomistas modernos.

2. El estudio de la reproducción del capital social debe basarse en el análisis del


FLFOR00µSRUTXHHVWDIyUPXODH[SUHVDODUHDOL]DFLyQGHODPHUFDQFtD

174

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A su vez, en la reproducción del capital social en su conjunto debemos distinguir
la producción social en dos fundamentos: sector que produce medios de
producción (MP), sector que produce medios de consumo (MC).

Entre los dos sectores también debe tenerse en cuenta el valor de cambio y el
valor de uso, así como la proporcionalidad entre ellos.

También a este nivel de análisis el problema fundamental es la realización del


capital social. En el análisis de Marx, el único factor que cambia la reproducción
simple en ampliada es que una parte de la plusvalía no se consuma, se invierta.

El sector 1 acumula y garantiza así una reproducción ampliada. Esto genera la


necesidad y la posibilidad de que también el sector 2 acumule y desarrolle una
reproducción ampliada. Por tanto, así se garantiza que los dos sectores de la
producción crezcan y que el capital social en su conjunto realice el proceso de
reproducción ampliada.

Podemos ahora sacar algunas consideraciones:

a) el desarrollo del sector 1 arrastra el desarrollo del sector 2;


b) la reproducción ampliada del sector 2 presupone la reproducción ampliada
del sector 1;
c) del desarrollo del sector 1 depende el desarrollo del sector 2, de aquí se
deduce el rol preponderante de la producción de medios de producción
con respecto a la producción de medios de consumo a nivel social.

La condición de una economía subdesarrollada se apoya más en la producción


de bienes de consumo personal que en la industria. O sea pueden considerarse
tres tipos de situaciones:

1. Crisis de sobreproducción.

175
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2. Exportación de los excedentes en el mercado mundial.
3. Influencia externa de recursos para incrementar el consumo de las clases
sociales (remesas, créditos, transferencias).

3. Una interesante aplicación del método marxista del análisis de las cuentas
nacionales es la presentada por Shaikh y Tonak (1994). Estos autores someten a
una fuerte crítica el concepto neoclásico de actividad productiva que considera
todo por lo que existe una demanda social, lo que la gente está dispuesta a pagar
y por tanto tiene un precio de mercado; ponen en discusión entre sí la concepción
neoclásica presente en el SCN, donde no se distingue entre las formas de consumo
y las formas de reproducción. Por ejemplo, especifican que el trabajo de un
guardia de seguridad es un trabajo necesario que garantiza consumo, pero no es
un trabajo productivo (Shaikh y Tonak (1994: 17-19). Estos autores presentan
un análisis alternativo que se mueve entre el sistema de balance material que
aplicaba el campo socialista y el SCN, considerando los dos como extremos.
Shaikh y Tonak no consideran el comercio, la actividad militar, la policía y otras
actividades alternativas como actividades productivas, sino como formas de
consumo social. El centro de su propuesta es la separación de las actividades no
productivas que pueden ser necesarias, pero no pertenecen a la esfera productiva.

Los autores mencionados no establecen una proporcionalidad entre el incremento


de la ocupación y el crecimiento de la producción, sino la relacionan con el
incremento del consumo; consideran además que bajo las cuentas de producción
está el trabajo humano que asume el concepto de trabajo productivo de Marx, al
cual nos referíamos anteriormente. El objetivo de estos autores es presentar un
análisis comparativo entre el sistema categorial macroeconómico derivado del
marxismo y del modelo input-output, demostrando la posibilidad real de
interpretar una perspectiva marxista del SCN y sin que necesariamente sean
excluidos el uno del otro.

Por ejemplo:

Categoría Modelo input-output


marxista

Capital constante demanda intermedia


Capital variable costo del trabajo
Plusvalía ganancia
Valor total producto total (bruto)
K+V+W materias primas (consumos intermedios),
salarios, ganancias

176

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En cuanto al uso se podrá proceder del mismo modo:

Categoría Modelo input-output


marxista

Costo de producción consumo intermedio


Producto necesario consumo entre los trabajadores
Plusvalía consumo del capital e inversión total
Valor total producto bruto

Partiendo de estos presupuestos, Shaikh y Tonak estiman empíricamente las


principales variables macroeconómicas, como plusvalía, ganancia, crecimiento,
productividad del trabajo, etcétera, para el caso de los EE.UU., ya sea desde el
punto de vista marxista o tradicional, y comparando los resultados para cada
caso se obtienen diferencias entre un método y el otro, que a veces pueden ser
significativas.

Otros economistas como Mandel, Tonak, Aglietta y Vargas han realizado desde
1920 hasta hoy el estudio de diferentes variables y procesos, utilizando el método
marxista que demuestra el gigantesco potencial eurístico de esta teoría para el
análisis macroeconómico.

Estos estudios han sido ignorados o minimizados porque presentan un modelo


de la realidad a través del lente de las variables reales y de las relaciones de
clase. Al mismo tiempo, es necesario subrayar que no ha sido sistematizado
suficientemente el análisis macroeconómico marxista, lo que no implica la
imposibilidad de su realización y de la necesidad de esta aproximación alternativa.

Notas
1
*XHUUHUR  $VtHVFULEH³0DU[GLVWLQJXHPX\FODUDPHQWHODFLUFXODFLyQ
³UHDO´R³PDWHULDO´GHODFLUFXODFLyQ³SXUDRHFRQyPLFD´VRVWHQLHQGRTXHOD
SULPHUDQRHVDXWpQWLFDFLUFXODFLyQ³ODLQGXVWULD\ODODFRQVHUYDFLyQ \OD
GLVWULEXFLyQ GH PHUFDQFtDV >«@ GHEHQ FRQVLGHUDUVH FRPR SURFHVRV GH
SURGXFFLyQ TXH H[LVWHQ GHQWUR GHO SURFHVR GH FLUFXODFLyQ´ 0DU[  /D
FLUFXODFLyQ ³SXUD´ FRQVLVWH PHUDPHQWH HQ OD WUDQVPLVLyQ GH GHUHFKRV GH
propiedad (o de alquiler, de uso, etc.), en la mercancía, transmisión que aparece
FRPRXQDQHFHVLGDGHQODSURGXFFLyQPHUFDQWLO´
2
Que no sirve realmente para satisfacer la aproximación ideológica de cualquier
militante marxista no capaz de una aproximación científica, pero consciente
de conocer los verdaderos procesos de movimiento del modo de producción
capitalista, los modos de acumulación, los sectores productivos e improductivos,

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en fin, los orígenes sociales de las crisis. Profundos estudios sobre este tema
han sido conducidos por Moseley (1991) y Wolf (1986).
3
(QHVWHFDVRUD]RQDPRVXWLOL]DQGRXQD³FOiXVXODGHDEVWUDFFLyQ´SDUDODFXDO
se supone que precios y valor coincidan, cosa que en la realidad no es así,
porque el valor es solamente una media de los varios precios del mercado y,
mientras estos últimos son sujetos a la ley de la demanda y de la oferta, el
valor es la media de salida por las oscilaciones causadas por la ley y caracteriza
el trabajo social necesario en la producción de las mercancías.

178

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Cuarto capítulo

LOS MODELOS DE CRECIMIENTO ECONÓMICO


CUANTITATIVO1

1. Indicadores macroeconómicos para los modelos


de crecimiento cuantitativo
1.1. Generalidad en los modelos del movimiento del capital
1. El modo de producción capitalista, como expresa significativamente Alessandro
0D]]RQH HV WDPELpQ ³PRWRU´ de producción capitalista. Su dinamismo, a
diferencia de todas las teorías que tratan de expulsarla quirúrgicamente en su
uso y consumo, es intrínseco, inminente al propio modo. Por definición no existe
capitalismo sin dinamismo. Si el capital sobrevive solo en la medida en que
crece, el modo social en el que vivimos necesita comprenderlo en su dinamismo,
en su proceso, en su movimiento continuo (y es precisamente este movimiento
continuo el que nos obliga a tener siempre presente la totalidad del propio modo).2

Cada forma de capitalismo nace en determinadas condiciones históricos-sociales,


se desarrolla modificando el propio espacio social, humano e incluso geográfico,
produce los cambios intensos para modificar la cara de la tierra, induciendo
hasta los profundos cambios antropológicos. Todo se desarrolla a una velocidad
elevada, quedando ridículos los tiempos de transformaciones típicas de anteriores
modos de producción. No por una broma de cualquier teórico, el capitalismo
HVWiHVWiWLFRHOUHLQRGHODHFRQRPtDHVWi³GHWHQLGR´VLQRSRUTXHHOFDSLWDOSRU
primera vez en la historia de la humanidad, pone en movimiento las fuerzas
transformadoras tan poderosas e intensas, gracias a su continua acumulación, a
su continuo movimiento.
179
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Como hemos hecho notar en otras partes de este trabajo, el movimiento al
FDSLWDOQRHV³LQVHQVLEOH´eOSURGXFHXQDFDQWLGDGLQGHILQLGDGHFRQWUDGLFFLRQHV
en su interior (contradicciones internas, endógenas y no exógenas) para mantener
el proceso de acumulación, cada vez más frenéticamente convulso, tormentoso
y crítico.
3RUWDQWRHOPLVPRFUHFLPLHQWRGH ORV³VLVWHPDVHFRQyPLFRQDFLRQDOHV´VXIUH
estas consecuencias, incluso de forma diferente de país a país (la diferencia
GHSHQGHWDPELpQGHOJUDGRGHLQWHJUDFLyQGHORVSDUWLFXODUHV³VLVWHPDVSDtVHV´
y del contexto de globalización del capital).

2. En el intento de elaborar instrumentos conceptuales aptos para comprender


los fenómenos de crecimiento de los países individuales, la economía dominante
se ha desgastado a lo largo de los últimos siglos, construyendo una variedad
múltiple de modelos de crecimiento cuantitativo y de métodos de cálculo y
movimiento de las riquezas finales de un país, siguiendo caminos diferentes e
incluso opuestos, a un mejoramiento de los conocimiento sobre el funcionamiento
del sistema capitalista.

8QPRGHORHQODVSDODEUDVGH*UD]LDQL  HV³FDGDWHRUtDTXHHVWDEOH]FD


UHODFLRQHV FXDQWLWDWLYDVHQWUHJUDQGH]DV´3 Esto es un conjunto de ecuaciones
que definen, dando solución a las relaciones cuantitativas. Un modelo es, por
tanto, una construcción mental, teórica, con el objetivo de describir y comprender
la realidad económica. Una característica fundamental es la de la extrema
abstracción de toda una serie de variables y matices 4 que enriquecen
enormemente la realidad con respecto a la representación simplificada en el
modelo, con la consecuencia de que, frecuentemente, la realidad es otra cosa
delante de lo que se ha estudiado.
Es por este motivo que con frecuencia son objeto de análisis por parte de críticos
o de una particular construcción teórica.5

Con las siguientes palabras Graziani (1977:17) resume naturaleza y objetivo de


un modelo económico:
La construcción de un modelo económico representa el intento de describir la
realidad económica mediante un sistema de ecuaciones. Este intento corresponde
a la idea de que el sistema económico sea constituido por un conjunto de grandezas
relacionadas entre ellas por vínculos de interdependencia recíproca, y que estos
vínculos puedan ser aceptados y descritos sintéticamente como lazos funcionales
entre variables.
El conjunto de ecuaciones- que tiene siempre al menos una solución- que dan
vida a la estructura de un modelo pueden ser divididas en cuatro familias: a)
técnicas; b) de comportamiento; c) definitorias; d) de equilibrio.
180

La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1021-6


Sin embargo, mientras las primeras dos categorías son verdaderas ecuaciones,
el inciso c) más que ecuaciones son identidades, y el d) más que ecuaciones son
condiciones de equilibrio (Graziani 1977: 21-22).
Para concluir brevemente esta introducción sobre la modelística, veamos algunos
tipos de modelos:

a) integrado: la solución de todas las incógnitas del sistema de ecuaciones


debe ser simultánea;

b) no integrado: es, en cambio, que las incógnitas son reagrupadas en grupos


diferentes, algunas de las cuales son resueltas por un diverso conjunto de
ecuaciones;

c) causal: en presencia de más subgrupos (cfr. arriba) de ecuaciones uno es


autónomo y los otros son dependientes por su solución;

d) completo o incompleto: el primero subsiste cuando todas las incógnitas


encuentran solución en su interior y viceversa para el segundo;
e) estático: tiene una sola solución, la misma para cada porción temporal
considerada;

f) dinámico: termina en una serie de soluciones sucesivas ordenadamente;

g) analítico: determinado para reproducir los mecanismos del funcionamiento


de realidad económica;

h) estratégico-político-económico: además de desarrollar la función del


analítico, ejerce influencia en la solución.

A continuación se introducirán algunos indicadores macroeconómicos que son


utilizados cotidianamente en los modelos para estudios de aspectos particulares
de la vida del sistema económico nacional e internacional.

1.2. La relación consumo-ingreso


1.La relación intercorriente entre el agregado consumo y el agregado ingreso
fue objeto de estudio de Engel (1897), quien fue el primero en estudiar las
relaciones cuantitativas de bienes y servicios respecto a grupos familiares con
GLIHUHQWHVLQJUHVRVIRUPXODQGRODVIDPRVDV³FXUYDVGH(QJHO´

Las curvas son construidas de forma tal que caractericen cómo varían los
consumos de las familias de diferentes ingresos (o consumos de la misma familia
al variar el propio ingreso), caracterizando los bienes y servicios que mayormente
están sujetos a esta variación.

181
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(QODEDVHGHOD³UHODFLyQHQWUHFRQVXPRHLQJUHVR´KD\XQD³OH\SVLFROyJLFD
IXQGDPHQWDO´FDUDFWHUL]DGDSRU.H\QHVSDUDODFXDOFUHFLHQGRHOLQJUHVRFUHFH
el consumo, pero en menor proporción, respecto al crecimiento del ingreso.

Por tanto aumentando el ingreso, la propensión marginal al consumo (PMC)


tiende a disminuir. Además se deriva que los incrementos del ingreso deben ser
superiores a los incrementos del consumo.

2. Si tenemos la propensión marginal al consumo y la propensión media y las


UHODFLRQDPRVHQWUHHOODVREWHQHPRVRWURLQGLFDGRUOD³HODVWLFLGDGGHOFRQVXPR
UHVSHFWRDOLQJUHVR´TXHVLHVPD\RUTXHHQWpUPLQRVDEVROXWRVLQGLFDTXHHO
consumo de bienes y servicios aumenta proporcionalmente al aumentar el ingreso,
y si es menor que la unidad señalada, entonces el consumo aumenta en menor
proporción con respecto al ingreso y por tanto, los bienes y servicios serán a
³GHPDQGDLQHOiVWLFD´. Para un análisis más profundo de la relación entre ingleso
y consumo cfr. Álvaro (1999:531ss), que trata las diferentes teorías.

Por ejemplo la tesis de Duesenberry sobre la naturaleza fundamental proporcional


a largo plazo, no a corto plazo, en esta relación es donde Duesenberry caracteriza
un proceso de lenta adaptación de los consumos, respecto a la variación del
LQJUHVR6HUHSRUWDWDPELpQODWHVLVGH)ULHGPDQ  TXHHODERUDOD³WHRUtD
GHOLQJUHVRSHUPDQHQWH´SRUODFXDOHOLQJUHVR\HOFRQVXPRHVWiQFRPSXHVWRV
de dos sumandos: uno de carácter permanente y el otro transitorio.

El consumo permanente, indicando las selecciones usuales del consumidor, tiene


naturaleza, sobre todo, estable. El consumo transitorio depende en cambio de las
diferentes circunstancias desarrolladas en el tiempo. El ingreso permanente en la
parte del ingreso per cápita estable (y el que se mantiene per cápita en el futuro).
El ingreso transitorio surge por eventos accidentales, no predecibles, ni cálculos
previstos. Para Friedman la sola relación de proporcionalidad caracterizadora
es aquella entre el ingreso y consumos permanentes.6

1.3. El multiplicador
1. El multiplicador es un coeficiente que caracteriza la identidad del incremento
de la producción, determinado por cada incremento unitario de las inversiones.
Cuando Keynes7 elabora este instrumento parte del presupuesto de que un aumento
de las inversiones (I) comporta un aumento del PNB de una cantidad multiplicada,
mayor que la cantidad de la propia inversión. Es este apunte el efecto
multiplicador, siendo:

+ Producción y ocupación
± Producción y ocupación.

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Efectuando un gasto primario sobre la base del efecto multiplicador, se deriva
una cadena infinita de gastos de consumos secundarios. Cadena infinita, pero
convergente, siendo determinante su suma final. La consideración fundamental
de la teoría keynesiana es que el nivel de equilibrio del ingreso nacional está
determinado por la igualdad entre ahorro e inversión y la divergencia prevista
entre estos dos agregados realiza variaciones no intencionales de las reservas;
por tanto en términos realizados la inversión será dada por la suma de la inversión
hipotizada y de la variación de las reservas.

Queda claro, como evidencia Gandolfo (1975) en este sentido, que los principios
fundamentales de la teoría de la determinación del ingreso nacional son previstas
y solo así contablemente el ahorro y las inversiones se igualan; otra cosa es la
fase de realización de control en el que necesariamente se realizan los descuentos
entre los agregados de referencia del ahorro y de las inversiones. Solo en este
sentido es comprensible la llamada teoría del multiplicador que indica, en una
situación de equilibrio de subocupación, cómo un aumento de inversión autónoma
realiza un incremento del ingreso de equilibrio como múltiplo del aumento de la
inversión; simplificando el efecto se produce simplemente, porque los incrementos
de gastos autónomos conllevan a aumentos del ingreso, que a su vez atraviesan
la propensión del consumo, determinan aumentos de los consumos y por tanto
ulteriores aumentos de ingreso. El coeficiente multiplicativo está dado por el
recíproco de la propensión marginal al ahorro.

2. La entidad del multiplicador, dependiendo de la propensión marginal al


consumo, puede ser expresada también con la propensión marginal al ahorro.
Leamos qué expresan dos manuales muy utilizados en los cursos introductorios
de Economía Política de los primeros años universitarios:

Mayor es el gasto adicional de consumo, como mayor es el multiplicador y


YLFHYHUVDPD\RUHVODSURSHQVLyQPDUJLQDODODKRUUR\SRUWDQWROD³GLVSHUVLyQ´
debida a un nuevo ahorro en cada ciclo de gasto, menor será en definitiva el
multiplicador (Samuelson, Nordhaus 1987:150).

El incremento de las inversiones provoca directamente un igual incremento de


demanda global, la cual determina un igual incremento del ingreso. Este último
provoca un mecanismo de retroacción (feedback). Esto provoca un incremento
de los consumos y por tanto de demanda y de ingreso, el cual a su vez, retroacciona
nuevamente sobre los consumos. El proceso converge en un valor final porque
los sucesivos incrementos de demanda son inferiores y tienden a 0 (cero) (Cozzi,
Zamagni 1995:335).

La importancia del multiplicador por la economía de derivación neoclásica es


enorme. Esto consciente el optimismo de fondo que mueve las soluciones de

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política económica. Con su simplicidad y aplicación, y sobre todo con su
adherencia a fenómenos que aparentemente, y solo en una visión superficial,
podrían producirse, el multiplicador exalta la atención del estudiante de
macroeconomía cuando llega a estudiar las teorías postkeynesianas.

1.4. Relación capital-producto


1.Una empresa para producir tiene necesidad de combinar los dos factores
productivos k (capital, entendiendo por esto los planteamientos realizados) y T
(trabajo).

En efecto, la relación capital-producto indica cuántas unidades de capital se


necesitan invertir para realizar anualmente un cierto número de unidades de
producto nacional, caracterizando así el grado de utilización de los recursos
productivos disponibles, cuyo mejoramiento se debería obtener sin obligar a la
colectividad a un excesivo ahorro. La relación capital-producto será más baja
cuando los recursos productivos estén a régimen de plena utilización, en lo que
puede haber un rol fundamental, según los keynesianos y los postkeynesianos, el
rol intervencionista del Estado en estimular las inversiones y el progreso
tecnológico, asegurando la plena utilización de capital y trabajo.

Utilizando las relaciones funcionales unidas a la relación capital-producto, se


pueden particularizar los siguientes indicadores.

2. Productividad del trabajo es el ingreso producido por cada agregado en un


determinado intervalo temporal. La productividad puede ser calculada ya sea
por el factor trabajo o por el capital, a pesar de las grandes dificultades, incluso
entre los factores contemporáneamente. Se puede calcular la productividad media
del trabajo de modo que el ingreso producido sea dividido por el número de los
agregados y por el número de las horas productivas (dos modos diferentes de
calcular el factor trabajo).
Podemos además calcular la productividad marginal del trabajo, que indica el
incremento reducible por unidad adicional de trabajo.

Del mismo modo, se puede calcular la productividad del capital (producto o


ingreso realizado por una unidad de K, manteniendo en T el factor K.

3. La productividad de T y K puede ser clasificada de otros modos: genérica,


específica, global.

La productividad puede ser calculada ya sea en unidades físicas o de valor. Para


el propio sistema económico se recurre a la relación entre PIB (o de PINt) y el
número total de los ocupados o de las hora laboradas. Esta productividad es
llamada: producto por unidad de trabajo (PUT).

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a) Productividad genérica

Por productividad genérica de T o K se entiende la relación entre la producción


total realizada en un intervalo dado temporalmente y la cantidad de T o K empleada
en el proceso productivo.

b) Productividad específica

Indica en cambio la relación entre una parte del producto realizado en un intervalo
dado temporalmente por T o K y la cantidad total de T o K empleada en la
producción.

c) Productividad global

Combina la productividad ya sea del factor T como del K, utilizados en un


proceso productivo para obtener la producción x.

Presupuesto para este cálculo es que, obviamente, los dos términos sean sumables
(homogéneos) y es por tanto necesario en cambio, reducir los dos factores T y K
a unidades de valor.

1.5. Relación deuda pública-PIB


Casi cotidianamente escuchamos hablar en TV, o leemos en artículos periodísticos
que se refieren a la relación entre deuda pública y PIB. Sobre todo de los que
entraron en la UE y están suscritos a los acuerdos de Maastiricht y Ámsterdam,
HVWDUHODFLyQVHKDFRQYHUWLGRHQXQRGHORVtQGLFHVIXQGDPHQWDOHVGHOD³VDOXG´
de la economía nacional, de tener bajo control los fines respecto a los parámetros
fundamentales fijados por las políticas comunitarias en materia económica. 8

Tratándose de datos de stock se puede calcular la deuda pública de un año t1


sumando a la deuda pública del tiempo t0, anterior, las necesidades del sector
público del mismo año t1.

La deuda pública está dada en la práctica por el total de los préstamos acumulados
del Estado, es decir el total de las obligaciones impuestas por el Estado, por
tanto el conjunto de las pasividades del Estado; el desbalance o déficit es un
flujo, y no un dato de stock de nueva deuda en la que incurre el Estado en un
año cuando pierde más que las entradas que obtiene.

Los criterios de Maastiricht establecen que para entrar en la Unión Monetaria


Europea (UME), un país debe tener inflación baja y una sana política fiscal. En
otras palabras, las tasas de interés nominales deben ser bajas (lo que significa
que los mercados confirman expectativas de baja inflación) y al menos para los
últimos dos años excedentes de desvalorización.

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Los déficit de balance no deben ser más del 3 % del PIB, y la relación deuda/
PIB no debería superar el 60 %. Muchos economistas han puesto en duda la
vigencia de los criterios de Maastiricht y sobre todo su exactitud.

1.6. El principio de aceleración


1.En cuanto al principio de aceleración,9 se parte de la hipótesis de que el stock
de capital que sea autorizado plenamente,10 para el aumento de producción, debe
corresponder con el aumento del stock de capital, como la relación fija entre
capital invertido y la producción que queda sin alterarse.

Sobre la base del principio de aceleración existe la convicción de que en un


breve período exista y se mantenga la relación fija entre stock de inversión y
producción, a la cual nos hemos referido.

/DYDULDFLyQGHOLQJUHVRGHWHUPLQDHO³FRHILFLHQWHGHDFHOHUDFLyQ´(VLPSRUWDQWH
QRWDUTXHPLHQWUDVSDUDODWHRUtDGHOD³GHSHQGHQFLDGHODLQYHUVLyQGHOQLYHOGH
LQJUHVR´ ³VH WLHQH XQ IOXMR GH LQYHUVLyQ QHWR DXQTXH HO IOXMR GHO LQJUHVR
SHUPDQH]FDFRQVWDQWH´HVWDQGRHQHOSULQFLSLRGHDFHOHUDFLyQ³ODLQYHUVLyQ QHWD
HVQXODVLHOLQJUHVRQRYDUtD´ *UDQGROIR 

2. En cierto sentido, el principio del acelerador es el inverso del multiplicador; el


acelerador representa el efecto de la variación del ingreso sobre las inversiones,
y el multiplicador analiza la influencia de la inversión sobre el ingreso.

La inversión depende de las variaciones del ingreso, existiendo, al menos, en un


breve período una relación fija entre stock de capital y producción; por tanto si
la producción aumenta también el stock de capital, o sea la inversión, plenamente
utilizada, aumentará de manera tal que deje inalterada la relación de la que se
habla anteriormente, según el principio del acelerador. Este principio fue expuesto
por vez primera en 1917 por G.M.Clark caracterizando, en efecto, que las
variaciones de la demanda de los bienes de consumo se pueden ampliar sobre las
demandas de los instrumentos de producción, porque para producir un bien de
consumo adicional se deberá recurrir a la adquisición de nuevas máquinas,
pensando obviamente que los instrumentos de producción fuesen plenamente
utilizados.

Como ha evidenciado Gandolfo (1975), se deriva que mientras el principio del


acelerador analiza los efectos de una variación de la demanda de mercancías
adicionales sobre la cuantía de gastos de maquinarias, el multiplicador, como se
ha visto, considera el fenómeno inverso, o sea los efectos de una variación de
las inversiones en el total del gasto en bienes de consumo en, por así decir,
cadena de relaciones causa- efecto. De manera simplificada aumenta la

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ocupación de los trabajadores o de su salario; deriva el aumento del ingreso y
como consecuencia la demanda de bienes de consumo, y determina una mayor
actividad de producción, ya sea de las empresas que producen bienes de consumo
como de las que producen maquinarias.

Todo es una relación del incremento de inversión neta que provoca el aumento
siempre mayor de ingreso nacional, según el coeficiente caracterizado por Khan:
el multiplicador que es igual al inverso de la propensión marginal al ahorro.

Ingreso Multiplicador Inversión


K= 1/1-C
Acelerador
1.7 Indicadores de distribución
1. Los indicadores de distribución reciben menos atención en la economía
convencional, ojalá Keynes considerase, en una visión próxima a la clásica, que
la norma de distribución determina a largo plazo la vía de crecimiento. La
distribución fundamental entre salario y ganancia podría calcularse con relativa
facilidad.

Existen muchas otras formas para calcular esta distribución. Por ejemplo en la
relación PIB por ocupado y salario real, o bien consideran los costos del trabajo
unitarios que se construyen dividiendo la remuneración salarial por el valor
agregado. Una caída de los mismos indica una distribución negativa del valor
agregado para los trabajadores, y como consecuencia una relación de fuerza
peor para estos. Todo lo cual se registra con claridad en la mitad de la década
del 70 en los principales países de capitalismo maduro.

2- En la época de la globalización capitalista, la distribución del ingreso entre


ganancia capitalista e ingresos se ha transformado en un factor clave de la
evolución económica. Existen diversos modos para evidenciar dicha evolución,
analizando directamente el valor del excedente bruto empresarial en los sectores
productivos y en los sectores de ingreso; pero puede realizarse también
indirectamente.

Una regla clave es la relación entre la tasa de crecimiento del valor agregado y la
tasa de interés a largo plazo. Si esta última crece más que el producto, se está en
presencia de un proceso de transferencia creciente de valor del sector productivo
a los ingresos financieros.

Como puede observarse de los datos oficiales, existe un claro cambio de tendencia
desde 1980, inicio de las políticas neoliberales en EE.UU. y en Gran Bretaña.
Desde esta fecha, la tendencia al ritmo creciente de ingresos de capital en forma

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de ingresos financieros a desfavorecer los posibles usos productivos (salarios y
ganancias) ha sido una constante en el funcionamiento del capitalismo global.

2. Modelos económicos

2.1. La implementación de los modelos


1. Los indicadores económicos de los cuales se ha hablado anteriormente nos
SHUPLWHQORJUDU³DSUHFLDEOHV´QLYHOHVGHFRQRFLPLHQWRGHODVSHFWRFXDQWLWDWLYR
de los fenómenos económicos analizados. Sin embargo, presentan grandes
limitaciones, lejos de la crítica que se formulará seguidamente; de hecho no
están en condiciones de decirnos nada sobre las causas y las modalidades de
producción y desarrollo de los fenómenos económicos estudiados.

Leamos qué escribe Álvaro (1999:611) al respecto:

El sistema de las cuentas económicas es un conjunto de identidades contables.


Los agregados económicos que los apoyan, en cuanto a agregados determinados
en términos ex post, indican cómo los fenómenos se manifiestan; no presentan
ningún planteamiento en torno a la naturaleza de las causas sobre la base de su
manifestación.

Es precisamente para hacer frente a estas lagunas que los economistas construyen
los modelos sobre la base de poder hacer una lectura más completa y compleja
de los fenómenos económicos, con la ayuda de la estadística. El modelo económico
HV OD FRQVWUXFFLyQFRQFHSWXDO R HPStULFD TXH WUDWD GHH[SOLFDU ODV ³OH\HV GHO
PRYLPLHQWR´GHOFDSLWDORFLFORHFRQyPLFR(OFLFORHFRQyPLFRHVWiLGHQWLILFDGR
por cuatro fases diferentes:

1) Expansión o coyuntura favorable con incrementos continuos de producción,


ocupación de los factores productivos, precios e ingreso.

2) Crisis, o sea, interrupción del movimiento de crecimiento con quiebra de


precios de algunos bienes (se trata del punto de inversión superior).

3) Coyuntura desfavorable como fase de recepción o más en general, de


contracción de la producción; de la ocupación de los factores productivos,
de los precios y del ingreso complejo.

4) Punto de inversión inferior como preparación a una nueva expansión, o


sea, una reanudación del crecimiento del volumen de la producción.

/DKLVWRULDGHOD³PRGHOtVWLFDHFRQyPLFD´SXHGHVLPSOLILFDQGRVHUGLYLGLGD
en dos macroperíodos. El primero surge con la Economía Política Clásica y

188

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prevalece en los estudios económicos hasta finales de la década del 50 del siglo
XXHVORTXHVLJXLHQGRXQUD]RQDPLHQWRGHWLSR³GHGXFWLYR´, FRQVWLWX\HQ³ORV
PRGHORV WHyULFRV GH HFRQRPtD SXUD´ ÈOYDUR   DWULEX\pQGROH XQD
vigencia temporal de amplia portada, realizados para caracterizar y explicar las
³OH\HVIXQGDPHQWDOHV´GHOVLVWHPDHFRQyPLFR

La segunda fase es la que se desarrolla a partir de la segunda mitad del año


1900; ella se caracteriza por modelos fundados sobre un planteamiento
metodológico de tipo ³LQGXFWLYR´ TXH WUDEDMD VREUH OD EDVH GH GDWRV
observacionales y partiendo propiamente de ellos, caracteriza las relaciones
funcionales entre los diferentes agregados económicos, dando vida a la rama de
la economía conocida con el nombre de econometría.

Si el modelo keynesiano del multiplicador es seguramente prodrómico con respecto


a todos los desarrollados sucesivamente en materia de modelística, entre los
primeros en ser formulados y entre los mayormente seguidos, figuran otros
modelos como el de Harrod y Domar, que fundan, entre otras cosas, la moderna
teoría del crecimiento cuantitativo y que pertenecen a la primera categoría de los
PRGHORVGHORVFXDOHVVHKDEODDQWHULRUPHQWHRVHDOD³HFRQRPtDSXUD´

2.2. Los modelos de Harrod y Domar


1. El problema que presentan Harrod y Domar es el de encontrar/determinar la
vía del ingreso que permita al sistema económico, partiendo de una situación de
equilibrio, continuar creciendo en equilibrio, o sea, igualando el nivel de la
demanda agregada y el de la producción que se obtiene utilizando, de manera
normal, los bienes capitales a disposición.
Seguidamente se hará una primera presentación de sus modelos, para retomarlos
sucesivamente como síntesis y confrontación con el modelo keynesiano y el
análisis de Marx.

2. Sobre la reserva del modelo de Harrod, el tipo de medida que se podría aplicar
para mejorar el crecimiento de una economía, no debe partir de una política
mixta, o sea de la combinación de medidas monetarias y fiscales. Según este
modelo, para generar un sendero de crecimiento sostenido a largo plazo es
necesario reducir el ahorro; en otras palabras, se trata de evitar la existencia de
un nivel de ahorro que esté por encima de las necesidades que la economía presenta
para obtener la plena ocupación e introducir las innovaciones tecnológicas. Por
tal motivo resulta fundamental la reducción del ahorro, y la política económica
debe estar dirigida hacia este propósito (Galindo, Malgenisi 1994:21).

Con respecto a la política fiscal, Harrod sugiere distribuir mejor el nivel de ahorro
en la economía. El sector público debe ahorrar, si los agentes privados no lo

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hacen, y lograr en plazos las inversiones que se necesiten con un bajo volumen
de esta variable necesaria, sin incurrir en una inflación de demanda derivada
por una política fiscal expansiva.

Con el objetivo de que el Estado pueda ahorrar más, debe extraer fondos de los
operadores privados, para los que la demanda será mayor, y en definitiva, los
empresarios obtendrán menos entradas. En esta situación, según Galindo y
Malgesini puede ocurrir que los empresarios no estén más dispuestos a invertir
y el esfuerzo haya sido inútil.

La solución que ofrece Harrod a esta perspectiva es la introducción de la llamada


³SODQLILFDFLyQLQGLFDWLYD´TXHFRQVLVWHHQHVWDEOHFHUSRUHMHPSORXQDWDVDGH
crecimiento que podría realizarse en 5 años, y solicitando a los empresarios
alcanzarla, tratan de obtener un empeño eficaz. Si se ponen de acuerdo se
prosigue y el Estado garantiza que la demanda se mantenga y podrá aumentar.
Se deduce que la política fiscal y la monetaria, unidas, pueden asegurar un
crecimiento de la demanda unida al potencial de oferta de la economía; lo que
puede llevar a una inflación de la demanda. Es en este sentido que la planificación
indicativa desempeña un papel fundamental.

Domar formuló su modelo de crecimiento independientemente de Harrod, llegando


a conclusiones muy similares. El modelo de Domar, publicado y formulado
sucesivamente al de Harrod, por diferentes vías llega a las mismas conclusiones
que este último.

2.3. La generalización de la macrodinámica: el modelo de Harrod-Domar


1. Los modelos macroeconómicos elaborados independientemente por el inglés
Harrod y el estadounidense Domar, parece que están basados sobre un similar
modelo elaborado en 1928 por el economista soviético Feldman. Estos modelos
son frecuentemente llamados por el nombre modelo Harrod-Domar, aunque las
grandes diferencias entre los dos modelos originales no permitirían esta unión.
Como se ha señalado y comparado desde la anterior exposición, los modelos de
Harrod y Domar, incluso invirtiendo las posiciones de las variables, llegan al
mismo resultado:

Una variación de la demanda, en particular de las inversiones, genera un aumento


de producción cuyo monto es definido por el multiplicador. Este aumento pone,
a su vez, en movimiento al acelerador, determinando así una ulterior expansión
de las inversiones y esto provoca un sucesivo aumento de producción,
correspondiente al multiplicador y el ciclo recomienza (Álvaro 1999: 621).

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La ecuación de Harrod-Domar

En sus términos más simples, indica que para realizar y mantener en el tiempo
la plena ocupación de la fuerza de trabajo disponible en el sistema y la plena
utilización de la capacidad productiva, se precisa poder asegurar el financiamiento
de las inversiones, la propensión al ahorro igual al producto entre la tasa natural
de crecimiento y el coeficiente de capital producido. Y esta condición se debe
verificar independientemente del modelo de comportamiento de los operadores
económicos y del cuadro institucional en el que se opera (Álvaro 1999:623).

2. El modelo de Harrod-Domar amplía las ideas de Keynes en cuanto a la


macroeconomía dinámica, o sea el análisis de las fuerzas determinantes de las
tasas de incremento de las principales categorías de la demanda (bienes de
capitales, exportaciones, etcétera).

En este sentido, según Galindo y Malgenisi (1994), el modelo expone la


importancia de las expectativas, como factor que podría influir sobre estas
variables. Este modelo agrega un punto de vista dinámico a las teorías de Keynes,
estableciendo al mismo tiempo una base para desarrollos mejorativos sucesivos,
a través de la introducción de nuevas hipótesis o variables. Se llega así a
determinar el hecho de que la tasa de crecimiento del ingreso nacional deba ser
igual a la relación que existe entre la propensión media al ahorro y la relación
marginal capital-producto.12

3. Frente a elementos similares. entre ellos. existen algunos aspectos que los
diferencian, principalmente el hecho de que a Harrod le interesa la propensión
media a ahorrar, en cambio Domar considera la propensión marginal como
relevante; Domar no determina implícitamente la función de inversión, mientras
Harrod desarrolla la teoría a través del acelerador.

Con respecto al período a largo plazo, los dos autores exponen dos dificultades
distintas a las que le deben hacer frente las economías. Para Harrod es la escasez
de la mano de obra la que puede perjudicar el crecimiento. En cambio, para
Domar, es la escasez de inversión la que puede llegar a ser perjudicial. En fin, es
también diferente la visión respecto a la situación económica.

Mientras para Harrod, la desocupación es una de las situaciones habituales y el


objetivo principal a eliminar, para Domar es la capacidad productiva no utilizada
eficientemente la que perjudica la evolución de un país.

La tasa de garantía de crecimiento del modelo de Harrod está basada en la teoría


de la demanda efectiva de Keynes; ella puede entenderse solo desde el contexto
de la demanda efectiva insuficiente y de la desocupación voluntaria.

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Pero la experiencia de los países en vía de desarrollo sugiere que la desocupación
no es del tipo keynesiano y, sí existe desocupación de tipo estructural, es evidente
que la formulación del modelo de Harrod no ofrecería un marco conceptual
adecuado para comprender las verdaderas razones de la desocupación. El
problema de la desocupación que preocupaba a Keynes se caracterizaba por la
existencia de un exceso de capacidad instalada. El problema de la desocupación
de los países en vía de desarrollo surge porque la capacidad productiva y la
demanda efectiva no están a un nivel apropiado.

2.4. El modelo de Solow


1. El modelo de crecimiento económico de Solow, también denominado modelo
de crecimiento económico neoclásico, es el más conocido.
Se basa en una función de producción neoclásica en la cual el producto depende
de la combinación de trabajo y capital, y utiliza los típicos presupuestos
neoclásicos, productividad marginal decreciente, competencia perfecta, etc. Su
principal conclusión es que las economías alcanzarán un estado estacionario en
el que el crecimiento del producto per cápita es nulo. El nivel de producción del
estado estacionario depende de la función de producción, o sea de la tecnología
y de la dotación de factores. Sin embargo, en el estado estacionario el capital
aumenta la tasa de crecimiento de la población, y así es la producción.

Por esto la producción per cápita se mantiene invariable si la tecnología no


envejece a través del tiempo. Esto sucede porque la hipótesis de competencia
perfecta en todos los mercados elimina las ganancias potenciales para las mejores
tecnologías, por lo que no existen incentivos ni recursos para invertir en tecnología.
La regla de oro del crecimiento económico nos dice que la tasa de mejor ahorro
es la que maximiza el consumo. Con una tasa de ahorro menor es posible aumentar
el consumo. Sin embargo, una tasa de ahorro mayor implica un stock de capital
tan elevado que gran parte de las entradas deben ser utilizadas para financiar la
devaluación del mismo y no es posible utilizarlo para consumo.

Solow consideró como eje central de la acumulación el capital físico, la creación


de grandes empresas, la producción en serie y a gran escala. Solo después emerge
como variable principal el capital humano, educación, calificación, por su capacidad
de generar nuevo conocimiento creando retornos crecientes (crecimiento endógeno).
2. En el modelo de Solow la acumulación de conocimientos para el crecimiento
económico tiene dos funciones diferentes. En primer lugar, el progreso tecnológico
SXHGHD\XGDUDH[SOLFDUHO³UHVLGXDOGH6RORZ´VHJXQGRHOSURJUHVRWHFQROyJLFR
permite que la formación de capital crezca cada día más.

192

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Según Weitzman (1996), la nueva teoría del crecimiento determina el residual
de Solow y la relevancia de la endogenización del conocimiento.

En este modelo, el nivel del producto a largo plazo por habitante, en estado
estacionario, depende de la tasa de ahorro de la economía que es la que determina
el stock de capital y de la función de producción que depende del estado de la
tecnología. En el estado estacionario, la tasa de crecimiento de la producción adjunta
depende de la tasa de crecimiento de la población y de la tasa de progreso tecnológico,
mientas la tasa de crecimiento de la producción per cápita es independiente de la
tasa de ahorro (inversión) y depende solo de un cambio tecnológico exógeno.

El simple modelo elaborado por Solow, que sirvió y que continúa sirviendo como
marco analítico para el desarrollo de otras investigaciones teóricas que analizan
algunas cuestiones abstractas relativas al funcionamiento del sistema económico
de mercado, tiene como punto de referencia el modelo de Harrod, modificó la
problemática de conjunto; el modelo de Solow se caracteriza por ser un modelo
de oferta, en el cual los problemas de mercado están ausentes, el ahorro es igual
a la inversión; además, por hipótesis, la ley de Say está verificada.

3. Según Galindo y Malgesini (1994), el modelo de Solow parte de tres aspectos:

1. La población y la fuerza de trabajo crecen a una tasa proporcional


constante que se considera independiente de otros aspectos y variables
económicas.

2. El ahorro y la inversión son una proporción fija del producto neto en


cualquier momento del tiempo.

3. Con respecto a la tecnología, se supone que ella sea considerada por dos
coeficientes, en concreto, la fuerza de trabajo por unidad de producto y el
capital por producto.

Para Galindo y Malgesini en el modelo de Solow el factor relevante en el


crecimiento económico es la relación que existe entre el capital y el producto.

Se formulan por tanto las siguientes hipótesis: Se supone que en la economía se


realice solo un tipo de bien, en el que el nivel de producción se expresa con la
variable Y; además se supone que al final todo el ahorro será invertido, que
implica a su vez, el no deber incluir una función de inversión.

El modelo de Solow establece que el capital está positivamente relacionado con


el ahorro y negativamente con el incremento de la población; por otra parte
integra las partes de la formalización del equilibrio general de Walras o, dicho de
otra manera, admite la posibilidad de sustituir el capital y el trabajo, o sea una

193
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determinada cantidad de producción puede ser obtenida a partir de diferentes
combinaciones de capital y trabajo.

Por otra parte el modelo admite la igualdad entre el ahorro y la inversión, de


modo que el exceso o la insuficiencia de demanda, que desempañaban un papel
fundamental en el modelo de Harrod, aquí están ausente.

Una de las conclusiones del modelo elaborado por Solow es que en un régimen
transitorio, o breve, se observa una correlación entre la tasa de inversión y la
tasa de crecimiento, mientras la tasa de crecimiento a largo plazo no depende de
la tasa de inversión.

En los modelos que contemplan el progreso tecnológico, el crecimiento es más


rápido mientras más grande es el nivel de conocimiento humano acumulado. En
la visualización del modelo de crecimiento de Solow es posible el reconocimiento
de tres factores determinantes de la acumulación: capital, progreso técnico y
capital humano.

4.En el ámbito de la teoría del crecimiento, el problema del grado de desarrollo


de una economía se consideró al inicio, un tema vinculado a los niveles de producto
y capital per cápita con los que cuenta una economía: un país menos desarrollado
se caracteriza por un producto o patrimonio de capital per cápita menor que el
de uno desarrollado.

5. Siguiendo el modelo de Solow, el estudio se detiene a investigar la posibilidad


de que los países menos desarrollados alcancen a largo plazo a los más
avanzados; esto es el terreno de los análisis de convergencias del crecimiento.

En ese sentido veamos las sucesivas y sintéticas consideraciones:

a) El residual de Solow se refiere a la parte del crecimiento del producto nacional


que no puede ser atribuido a la acumulación de factores.

b) En la posición neoclásica respecto al crecimiento, el modelo de Solow,


desarrollado a finales de 1950, está entre los más reconocidos. En un artículo
publicado en 1976, en Quaterly Jornal of Economics, Robert Solow describe
un modo diferente de analizar el crecimiento.

Se pone en discusión la conclusión central del modelo de Harrod, en el


sentido de que el crecimiento es inestable en la economía de mercado, por
la tendencia crónica del exceso de ahorro sobre las necesidades del capital.

c) El estado financiero se refiere a la situación en la que las variables crecen a


una tasa constante, posiblemente cero.

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d) El modelo posee un punto estacionario único y establece que será alcanzado
sean cuales sean las condiciones iniciales, dado que, si el progreso técnico
se difunde por el mundo entero, es posible prever que habrá convergencia
de las tasas de crecimiento y niveles de ahorro per cápita. ¿Cómo decir
que aquellas economías donde el capital por habitante es inicialmente bajo
(regiones pobres) crecerán las tasas superiores de las economías donde
dicha capital es mayor (regiones ricas)? Esta situación se indica como
hipótesis de convergencia.

e) Recordamos que en la literatura sobre el crecimiento económico, este modelo


se trata como modelo neoclásico, pero también es clasificado en el interior
de la síntesis clásico- keynesiana.

f) Las hipótesis de convergencia económica entre países ricos y pobres, o


entre sectores avanzados y atrasados tecnológicamente y en los procesos
de acumulación, en la teoría del crecimiento tienen como base la estructura
del modelo neoclásico de Solow-Swan.

3. Dinámica económica y modelos: los límites teóricos


de la economía dominante
/D³UHYROXFLyQ´GH.H\QHV
1. Uno de los progresos de Marx con respecto a su tiempo fue el desarrollo de un
modelo que explica el comportamiento general de la economía a partir de
conceptos elaborados a un nivel agregado. El comportamiento microeconómico,
en este caso, deriva del comportamiento macroeconómico en su conjunto: en
Marx los fundamentos de la microeconomía son macroeconómicos.

Este modo de analizar la realidad es diametralmente opuesto al que la escuela


marginalista o utilitarista ha desarrollado en los últimos 30 años del siglo XIX.
En este último el comportamiento de las variables macroeconómicas (los precios,
el bienestar y las utilidades) está determinado o partiendo de la suma de conceptos
creados para definir el comportamiento microeconómico de los agentes. Para la
escuela marginalista la macroeconomía tiene fundamentos microeconómicos. 13

/D³UHYROXFLyQ´GH.H\QHVGHODSULPHUDPLWDGGHOVLJOR XX fue constituida en un


retorno a la visión que tuvo Marx, con un modelo de interpretación económica basado
HQFRQFHSWRVGHILQLGRVDQLYHOJHQHUDORPDFURHFRQyPLFR OD³GHPDQGDHIHFWLYD´ 
Keynes, que no conocía muy bien la obra de Marx y que era un profundo
DQWLFRPXQLVWD QXQFD UHFRQRFLy OD SDWHUQLGDG GH 0DU[ VREUH HO ³PpWRGR
DJUHJDGR´14 El núcleo central de la revisión del pensamiento neoclásico que
hace Keynes consiste en refutar la ley de Say (Sweezy 1946) y del principio
fundamental del equilibrio.15

195
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La teoría keynesiana no es más que un intento de encontrar soluciones de salida
de la crisis capitalista, poniendo inmediatamente en discusión que la situación
normal y equilibrio del sistema económico sea la de la plena ocupación y que las
fuerzas espontáneas del sistema llevan automáticamente las situaciones críticas
transitorias hacia la plena ocupación. El planteamiento keynesiano afirma,
decididamente, que el sistema puede no moverse de forma espontánea por
situaciones de equilibrio estable de subocupación y con este propósito resulta
indispensable la intervención del Estado, sin la adquisición por parte de este de
la propiedad de los medios de producción. Por tanto la intervención pública tiene
el objetivo de contribuir a regular una economía de crecimiento de pleno empleo,
utilizando los instrumentos del gasto público, los instrumentos fiscales y
monetarios para combatir las fases de crisis.

2. Sin embargo, las limitaciones del pensamiento económico de su época le


impidieron a la crítica de Keynes ir más allá,16 facilitando la reelaboración de
muchas de sus contribuciones por parte de sus discípulos, sobre todo
QRUWHDPHULFDQRV HQ OD TXH VH GHQRPLQD ³OD VtQWHVLV QHRFOiVLFD´ XQ .H\QHV
³HTXLOLEULVWD´TXHpOPLVPRQRORJUyUHIXWDUFRQILUPH]D17

No obstante, estará Keynes con su nueva visión para permitir desarrollar modelos
de análisis macroeconómicos que traten de mostrar la dinámica de la acumulación
capitalista. Estos modelos son los aportes más importantes de su teoría, y su
crítica permite identificar mejor los progresos teóricos de la economía de Marx.18

3.2. Keynes según Harrod


1. La contribución más popular de la economía keynesiana es el modelo de
crecimiento dicho por Harrod-Domar, propuesto inicialmente por Harrod
(1939:14-33), y desarrollado más tarde por Domar (1948). Este modelo está
sobre la base de las teorías del crecimiento después de la guerra. 19
Harrod usa el análisis de breve período de Keynes, introduciéndolo en un modelo
de crecimiento a largo plazo. En la teoría de la demanda efectiva la inversión es
el principal motor de la demanda. Pero a largo plazo, dice Harrod, la inversión
es endógena y no solo crea demanda, si no modifica también la capacidad
productiva (Shaikh 2006).

Para producir un modelo de esta doble dimensión en la inversión, a largo plazo


Harrod subraya que:

a) El ahorro efectivo en la economía es una propensión constante del ahorro


total (producción).

196

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b) La fuerza de trabajo crece a una tasa constante, sin que esto signifique la
existencia de rendimientos decrecientes, más bien, al contrario, estos son
constantes; con esta hipótesis Harrod se aleja de los modelos neoclásicos.

c) Se supone que exista una única combinación de capital y trabajo en la función


de producción, no existiendo otro progreso técnico que pueda alterar esta
relación, y mucho menos la devaluación del capital.

d) La inversión deseada por los empresarios es una propensión constante de la


diferencia entre la producción de un año y la del año anterior.

Por tanto, el nivel de producción es una función lineal de la producción del año
anterior. Si se conoce el nivel de producción de un período inicial, una vez conocida
la propensión al ahorro y la inversión, se pueden estimar los niveles de producción
para todos los pedidos a seguir.

En el modelo de Harrod un incremento del capital asociado a un aumento de la


producción se expresa como aumento efectivo del stock de capital en un determinado
período, subdividido entre el incremento efectivo de la producción. El stock de
capital que se genera debe ser el que los empresarios consideren adecuado en
función de las necesidades derivadas del nuevo nivel de producción e ingreso.

Según el modelo de Harrod, cuando se produce aumento del ingreso, el nivel de


ahorro es escasamente suficiente para cubrir la inversión deseada por los
empresarios, visto que el ahorro cubre la inversión realizada.

2. Para encontrar un equilibrio entre deseo y realidad, Harrod comienza aceptando


la igualdad entre ahorro e inversión, de la cual se deriva la que denominó ecuación
fundamental. Esta ecuación establece que la tasa de crecimiento del ahorro
nacional debe ser igual a la relación que existe entre la propensión media del
ahorro y la relación capital-producto, cuando se desee que la economía mantenga
el equilibrio entre las inversiones y el ahorro en el tiempo. Este tipo de crecimiento
HVGHQRPLQDGR³WDVDGHFUHFLPLHQWRHIHFWLYR´

8QLGRDHVWR+DUURGGHULYDODOODPDGD³WDVDGHFUHFLPLHQWRJDUDQWL]DGD´RVHD
la tasa de crecimiento que debe tenerse para hacer que el empresario mantenga
una tasa de inversión estable.

Para hacer coincidir las tasas de crecimiento, arribando a un cierto equilibrio, es


necesario que el incremento del stock de capital realizado por los empresarios
sea igual al pedido, para que el stock del capital obtenido sea adaptado a las
necesidades del nivel de ingreso.

197
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En definitiva, el stock de capital que se posee se adecua al deseado cuando la
producción aumenta siguiendo una tasa garantizada; vale decir que la tasa de
crecimiento del ingreso nacional debe ser igual a la relación que existe entre la
propensión media al ahorro y la relación marginal capital-producto.

Por tanto, para Harrod se tiene un sendero de equilibrio que garantiza que las
decisiones de inversión de los empresarios coincidan con la creación de un ingreso
tal que con la existencia de la propensión al ahorro se llegue a un nivel de ahorro
suficiente para cubrir la inversión de los períodos sucesivos.

Cualquier tergiversación en este sentido provocaría crecientes tergiversaciones


y desequilibrios en la trayectoria del crecimiento económico.

Para Harrod existe, en otras palabras, un nivel de producto que crece a una tasa
natural. Para que exista un crecimiento sostenido y equilibrado de pleno empleo
esta tasa debe ser igual al crecimiento efectivo, que a su vez debe ser igual al
crecimiento equilibrado.

El modelo de Harrod asigna al sector público una función reveladora: el sector


público debe ahorrar si no es hecho por los agentes privados, debe llevar a términos
las inversiones necesarias y manteniendo la plena ocupación, asegurar un
crecimiento de la demanda agregada que esté acorde con el potencial de la
economía, desde el punto de vista de la oferta.

3.3. Marx y Keynes según Domar


1. Domar formuló su modelo de crecimiento independientemente de Harrod. Él
SDUWHGHODFRPELQDFLyQGHORTXHGHQRPLQDXQ³PRGHORNH\QHVLDQRVLPSOLILFDGR´
\XQ³PRGHORPDU[LVWDVLPSOLILFDGR´

El primero evidencia que el consumo y el ahorro equivalen al ahorro nacional o


producto nacional (por tanto, las tasas no existen en el modelo; el ahorro es
función del ingreso, las inversiones son función del ingreso y de las expectativas,
la inversión es igual al ahorro y el ingreso igual a la capacidad productiva de
plena ocupación).

A este cuadro agrega el modelo simplificado de Marx que coincide con el anterior,
salvo que:
a) no es función de inversión;
b) cuando el stock GHFDSLWDOVHPDQWLHQHEDMRXQDFLHUWD³FDQWLGDGFUtWLFD´ODV
inversiones coinciden con la variación en el tiempo de este stock.

Lo que significa que Domar introduce, gracias a esta versión modificada de los
esquemas de Marx, la posibilidad de una acumulación de capital. Esta referencia

198

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DXQD³FDQWLGDGFUtWLFD´GHOstock de capital, demuestra una versión del aumento
de la composición orgánica del capital que, según Marx, reduce la tasa de
ganancia tendencial; en la versión keynesiana de las expectativas, por tanto, las
modifica hacia abajo.20

2.El modelo de síntesis de Domar coincide con la versión simplificada de Marx,


componiendo otra función: la capacidad productiva de una economía de plena
ocupación depende del stock de capital, y varía de modo continuo (Domar lo expresa
con una ecuación diferencial) en la forma de una proporción constante de este stock.
Esta proporción es la relación entre la capacidad productiva y el capital requerido
por las condiciones técnicas del momento; la capacidad productiva de plena ocupación
depende por tanto del nivel del stock de capital y de su grado de utilización.

Así Domar establece que la economía está en equilibrio solamente si la tasa de


crecimiento coincide con la multiplicación de la propensión al ahorro sobre el
ingreso, con la constante producción/capital (esta a su vez, es la tasa máxima de
crecimiento que la economía puede alcanzar). Se trata de una expresión muy
similar a la que Harrod había denominado su ecuación fundamental o tasa de
crecimiento efectivo.

Domar muestra que la acumulación depende del mantenimiento de la distribución


del valor agregado entre capital y trabajo:

>«@ORVLQJUHVRVGHOFDSLWDO JDQDQFLDVHLQWHUHVHV VHPDQWLHQHQFRPRIUDFFLyQ


constante del ingreso nacional, entonces [si las condiciones técnicas no cambian]
se puede demostrar que el rendimiento medio del capital no es modificado a
pesar de la continua acumulación. Por tanto concierne a nuestro sistema esta
situación que puede prolongarse indefinidamente (Domar 1949:310).

Pero si la tasa de crecimiento es inferior a la de equilibrio, parte del capital


permanece paralizado, mientras se baja la tasa de rendimiento sobre las
inversiones; lo que hace bajar las inversiones, dejando una parte todavía mayor
que el capital no usado, para el cual la ganancia baja aún más; se pone en
movimiento un proceso en cadena que conduce a una depresión y a la crisis. El
modelo muestra cuál debe ser la tasa de crecimiento de inversiones que hace
llegar al máximo nivel de crecimiento potencial en un sendero de equilibrio al
ingreso efectivo. De ahí Domar deriva la necesidad de inversiones públicas, con
el fin de garantizar la tasa de crecimiento requerida para sostener la ganancia del
capital y el equilibrio de la acumulación.

3. Entre ambos modelos (o su síntesis) permiten deducir la existencia de una


serie de dificultades internas en el proceso de crecimiento en el tiempo, que
pueden llegar a impedir un crecimiento equilibrado con plena ocupación.

199
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Harrod explica que no existe ningún mecanismo seguro para evitar que una
economía logre igualar la tasa natural y la garantizada, siendo esta última inestable.
Por su parte Domar señala que el problema tiene su origen en la existencia de
una inversión de nivel demasiado bajo para la economía.

Tales modelos muestran que la tasa de acumulación es función de las decisiones


empresariales dirigidas a realizar ganancias, sin ninguna garantía de que el nivel
de inversión se deba ajustar al pedido por una economía de libre mercado. Una
situación de depresión a largo plazo que genere un volumen de desocupación
más elevado junto a una subutilización de los recursos, es el resultado de una
posible evolución del proceso económico capitalista, y no el resultado de una
perturbación externa al funcionamiento del sistema.

El problema de la desocupación que procuraba Keynes era caracterizado por la


existencia de un exceso de capacidad instalada.

Los autores aquí tratados son complementarios ya que analizan el problema por
sus dos lados; la tasa de crecimiento garantizada del modelo de Harrod está
basada en la doctrina de la demanda efectiva de Keynes; puede solo entenderse
en el contexto de demanda efectiva insuficiente y desocupación involuntaria.
Harrod se concentra en el problema potencial de la subutilización de la mano de
obra, que puede perjudicar el crecimiento; la inactividad es una de las situaciones
habituales y el objetivo principal a eliminar para garantizar el nivel de la demanda
agregada. En cambio, para Domar, es la escasez de las inversiones la que puede
ser perjudicial; viendo el problema sobre todo del lado de la producción u oferta
agregada, en la capacidad productiva no utilizada eficazmente que perjudica el
crecimiento económico.

3.4. La respuesta neoclásica hacia la síntesis


1. La conclusión central del modelo Harrod-Domar, o sea el hecho que el
crecimiento es inestable en las economías capitalistas a causa de una crónica
tendencia al exceso de ahorro sobre la necesidad del capital, molesta al
economista ortodoxo, que trata siempre de encontrar el modo de justificar la
tendencia innata al equilibrio óptimo en el proceso económico capitalista de
libre mercado.

La competencia para asegurarse a África y Asia, ha cambiado la política de


todos las naciones europeas, ha hecho surgir alianzas contrarias a todas las
líneas naturales de simpatía y de asociación históricas, ha obligado a cada
nación del continente a consumir una parte siempre mayor de sus recursos

200

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materiales y humanos para el equipamiento naval y militar, ha conducido la
nueva gran potencia, los Estados Unidos, desde una posición de aislamiento a
competir en plena competencia internacional; y por el número, la portada y la
urgencia de las cuestiones que ha conducido a la trampa de la política, se ha
convertido en un agente constante de amenaza y de perturbación de la paz y del
progreso de la humanidad. La nueva política ha ejercido una influencia enorme
VREUHHODUWHGHJRELHUQRGHODVQDFLRQHVDODVTXHVHKDQGHGLFDGR«PLHQWUDV
Alemania y Rusia han sido, quizás, las más claras en su elección profesada de
considerar la ganancia material del propio país como el único criterio al cual
adaptar su conducta, otras naciones no han tardado en aceptar el mismo modelo.
Y aunque si la conducta de las naciones en sus relaciones recíprocas ha sido en
todos los tiempos determinada por consideraciones egoístas y miopes, la consciente
y deliberada adopción de este criterio en una época en la que el intercambio entre
las naciones y su interdependencia para todas las cuestiones esenciales de la
vida humana crecen enormemente, representa un paso hacia atrás, que avizora
graves peligros para la causa de la civilización.21

La ortodoxia liberal no encontrará una alternativa hasta 1956. En este año Robert
Solow publicó su modelo de crecimiento, que le dio el reconocimiento del mundo
académico, del establisbment político y como era inevitable, le facilitó la obtención
del Premio Nóbel en 1987(Solow 1956:65-94).

Al principio parece que el modelo de Solow va a explicar cómo el ahorro, el


crecimiento demográfico y el avance tecnológico influyen en el aumento de
producto en el tiempo. Pero que el verdadero objetivo fuese contradecir las
conclusiones fundamentales del modelo Harrod-Domar es evidente desde la
primera página del artículo ³&XDQGRORVUHVXOWDGRVGHXQDWHRUtDSDUHFHTXH
fluyan directamente desde una crucial hipótesis especial, entonces si esta
hipótesis es dudosa, los resultados son también dudosos. Quisiera argumentar
TXH HVWR HV DVt HQ HO PRGHOR GH +DUURG'RPDU GH FUHFLPLHQWR HFRQyPLFR´
(Solow 1956).

Si se mira sin confundirse desde el eco mediático y académico, la respuesta de


Solow se basa en un argumento sobre todo pobre, desde el punto de vista teórico:
el hecho de que el crecimiento equilibrado sea un filo de cortar en cuyos lados
haya desequilibrio y estancamiento. Lo que se basa únicamente en la hipótesis
harrodiana de que la producción tenga lugar en proporciones fijas. Si se asume,
en cambio, que capital y trabajo sean perfectamente sustituibles por cualquier
combinación de proporción recíproca, Solow considera que el argumento del
filo de cortar se transforma en un caso particular y no se puede aplicar al
funcionamiento del capitalismo en general.

201
La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1021-6
La conclusión de base en este análisis es que cuando la producción tiene lugar
bajo las usuales condiciones neoclásicas de proporciones variables y rendimientos
constantes de escala, no es posible establecer una oposición simple entre tasas
de crecimiento naturales y deseadas. Puede ser que no exista -y el caso de la
función Cobb- Douglas no existe- un filo de cortar. El sistema puede ajustarse a
cualquier tasa de crecimiento de la fuerza de trabajo, y llegar a un estado de
expansión estable proporcionada (Solow: 1956). 22

2. El punto de partida de la acumulación, para Solow, no es la inversión sino la


demanda y la oferta de bienes. Para determinar el volumen de la oferta, Solow
utiliza la función de producción;23 el producto es el resultado de una determinada
combinación de dos factores, capital y trabajo; cuyos rendimientos de escala son
constantes; el incremento de la producción es siempre proporcional al aumento
del uso de los factores, y cada factor es retribuido conformemente a su
³SURGXFWLYLGDGPDUJLQDO´24

La función de producción es la clave de sistema neoclásico, ya que es en la que


VLUYHSDUD³GHPRVWUDU´ORTXH&ODUNSURFODPyDSULQFLSLRVGHOVLJORXX, el objetivo
fundamental de la teoría marginalista:

La teoría debe orientarse hacia el capital, no al trabajo, el producto extra que un


aumento de capital asegura [y que por tanto] bajo la influencia de la competencia
completamente libre, el pago de todo el trabajo debe igualar el producto de todo
el trabajo, y que el interés sobre todo el capital debe conformarse al producto de
WRGRHOFDSLWDO>\SRUWDQWRGHPRVWUDUTXH@ODOH\QDWXUDO>«@H[FOX\HWRGDOD
explotación (Clark 1899).

3. Con las hipótesis del modelo, si la economía se mantiene en el estado


estacionario, vale decir en un equilibrio a largo plazo que el capital por trabajador
alcanza un valor de equilibrio y permanece invariable. Como consecuencia,
también el producto por trabajador alcanza un estado estacionario. En el estado
estacionario tanto K como Y alcanzan un nivel permanente.

Este estado estacionario se logra bajo el capitalismo por vía de la definición


misma de las hipótesis del modelo, que establece que el ahorro per cápita debe
ser igual argumento del capital, sin cambio técnico, vale decir que el ahorro se
invierte, se invierte solo lo ahorrado, y todas las inversiones extienden la capacidad
de producir, pero no la intensifican.

Si por cualquier razón se produce un cambio tecnológico o una variación del


volumen de la población (es igual a la fuerza de trabajo) y la economía se aleja
del estado financiero, ya sea por exceso o por déficit de capital por trabajador,
existen fuerzas que la conducen hacia el equilibrio, a largo plazo, del estado

202

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financiero. Solow encuentra una forma para el equilibrio de crecimiento: los
salarios. Una caída de los salarios en el momento justo (para compensar un
aumento de la población o un cambio del coeficiente capital/producto derivado
GHQXHYDVWHFQRORJtDV UHVXHOYHHOSUREOHPD³(VWHUHVXOWDGRFRQWUDGLFHODSRVLFLyQ
de Harrod que necesitará de una tasa de interés en perpetua disminución para
PDQWHQHUHOHTXLOLEULR´ 6RORZ 

/DV³FRQVHFXHQFLDVFDWDVWUyILFDV´SRUHOGHVHTXLOLEULRGHOPRGHOR+DUURG'RPDU
GHULYDGDGHODKLSyWHVLVGHODV³SURSRUFLRQHVILMDV´GHVDSDUHFHQSRUFXDQWRHQ
el modelo de proporción variable de Solow la reducción del precio de la fuerza
de trabajo se traduce en una disminución de la oferta de trabajo (o sea los
trabajadores se desaparecen en el aire o se transforman en vagabundos), y el
crecimiento retoma su sendero equilibrado.

Se dice que el modelo de Solow constituye un progreso con respecto al de Harrod-


Domar, ya que tiene en cuenta la influencia de un tercer factor de producción, el
TXHGHQRPLQDPRVKR\³WHFQRORJtD´R³FDSLWDOLQPDWHULDO´

Solow argumenta que el cambio tecnológico incrementa la calidad del trabajo y el


rendimiento de los trabajadores mediante la especialización, la instrucción y otros
factores. El progreso técnico permite un crecimiento sostenido de la producción
por trabajador, porque cambia la función de producción, que a su vez modifica la
función del ahorro. La tasa de cambio tecnológico determina la tasa de crecimiento
del estado estacionario del ahorro per cápita, o sea el crecimiento del producto por
persona. Una vez que la economía se encuentre en el estado estacionario la tasa de
crecimiento de la producción por trabajador depende solo de la tasa del progreso
tecnológico. Así el modelo de Solow demostraría que el progreso tecnológico es la
única explicación del aumento constante del nivel de vida.

Sin embargo, Solow considera un tipo de cambio tecnológico neutral, o sea que
no influencia las proporciones entre los factores y mueve solamente la curva de
ODIXQFLyQGHSURGXFFLyQKDFLDODGHUHFKD&RPRpOPLVPRUHFRQRFH³FDPELRV
perfectamente arbitrarios en la función de producción (vale decir cualquier cambio
WHFQROyJLFR QRSURSRUFLRQDO >«@GLItFLOPHQWH SRGHPRVOOHJDUD FRQFOXVLRQHV
VLVWHPiWLFDV´ 6RORZ 25

3.5. Los modelos neoclásicos de crecimiento económico internacional


1. El modelo estándar de crecimiento neoclásico presupone la hipótesis de
convergencia si las economías tienen un estado estacionario común, por lo que
los que se sitúan a nivel inferior crecerán más rápidamente.

La convergencia económica se refiere a la tendencia que tienen los niveles de


producción per cápita a ser iguales a través del tiempo. La convergencia

203
La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1021-6
económica simple se verificará cuando los países o regiones con mayor
producción per cápita tengan un nivel de crecimiento económico menor que el
de los países con menor producción per cápita. Dado factores idénticos como
instituciones, funciones de producción (tecnología), y tasas de ahorro, todos los
países convergen en el mismo estado estacionario, no todos los países tienen las
mismas características, estudios empíricos indican que la convergencia se verifica
solo entre países o regiones que posean similares características. Los países
europeos con menor nivel de PIB per cápita en 1960 crecieron durante los
cuarenta años sucesivos más rápidamente que los países europeos con mayor
nivel de PIB per cápita; la misma cosa se verifica entre los de América Latina.
Sin embargo, entre los países de África no parece verificarse convergencia
económica. Para el caso de México, datos recientes demuestran una diversidad
de resultados; los estudios de Esquivel (1999) que examinan el período 1940-
1995 representan una convergencia entre los diferentes estados del 1,64 %
anual; sin embargo, los estudios realizados para el período 1985-2003 no dan
resultados similares.

2. La hipótesis de convergencia neoclásica no solo es excesivamente abstracta


por las hipótesis que asume respecto a la existencia de una función de producción
lineal del tipo Cobb-Douglas, sino también por su incapacidad de expresar las
dinámicas de desarrollo reales de regiones enteras del mundo, desde el punto de
vista de las entradas, desarrollo tecnológico y nivel de vida en general, donde se
YHULILFDXQLQFUHPHQWRGHOD³WLMHUD´UHVSHWRDODVUHJLRQHVPiVDYDQ]DGDV

3.6. Contabilidad del crecimiento económico


1. la contabilidad del crecimiento económico se basa en el modelo neoclásico de
crecimiento económico y es utilizada en análisis empíricos para explicar cuáles
son los factores que contribuyen al crecimiento económico. La contabilidad del
crecimiento económico es un punto de vista descriptivo.

La ecuación fundamental para explicar las fuentes de crecimiento es la siguiente:

Donde:

P: nivel de precios (constante)


Vv: variación en el producto (PIB)
W: salario real (constante)
P: tasa de retorno real de capital
T.: tasa de devaluación real del capital
V: variación en la acumulación de la mano de obra
Mm: variación en el capital
R: residuo, crecimiento no explicado por los incrementos en los factores tradicionales.

204

La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1021-6


Operando algébricamente se llega a la siguiente ecuación:

Tasa de crecimiento económico= tasa de participación del trabajo en PIB x tasa


de crecimiento de la cantidad de trabajo + tasa de participación del capital en el
PIB x tasa de crecimiento del capital + residuo.

2. Las investigaciones empíricas dieron como resultado que en la mayoría de


ODVHFRQRPtDVJUDQSDUWHGHOFUHFLPLHQWRIXH³H[SOLFDGR´FRQHODUJXPHQWRGHO
UHVLGXRFRQ IUHFXHQFLDHOUHVLGXR ³H[SOLFDED´PiV GHO GHOFUHFLPLHQWR
económico.

La explicación que se da como respuesta a este resultado es que para calcular


la contribución del trabajo y del capital al crecimiento económico debe agregarse
el mejoramiento en la calidad del trabajo (capital humano) y el mejoramiento en
la calidad del capital (progreso técnico). Bajo los presupuestos neoclásicos de
competencia perfecta, el mercado adquiría estos mejoramientos en las
remuneraciones a los factores, o sea las diferencias en las productividades de
los diversos tipos de trabajo se reflejarían en salarios diferentes y las diferencias
en las productividades de los distintos tipos de capital se reflejarían en diferentes
remuneraciones al capital.

La ecuación en la contabilidad del crecimiento económico que incluye los


mejoramientos en la calidad de los factores es entonces:

Tasa de crecimiento económico = tasa de participación del trabajo en el PIB x


tasa de crecimiento de la cantidad del trabajo + tasa de crecimiento de la calidad
del trabajo + tasa de participación del capital en el PIB x tasa de crecimiento del
capital + tasa de crecimiento de la calidad del capital + residuo (R1).

En la última fórmula, el residuo (R1) no comprende la contribución del cambio


en la calidad del trabajo ni la contribución del cambio en la calidad del capital al
crecimiento económico.

Las causas de la variación del residuo han sido analizadas por los economistas
GH GLIHUHQWHV IRUPDV $OJXQRV KDEODQ GH ³FDPELR WHFQROyJLFR´ RWURV GH
³LQFUHPHQWRGHODSURGXFWLYLGDGWRWDOGHORVIDFWRUHV´\H[LVWHTXLHQSUHILHUH
KDEODUGH³UHGXFFLyQ´GHFRVWRVUHDOHV

El cambio tecnológico estimula a aquellos economistas que analizan las causas


del crecimiento económico a comenzar por las inversiones, búsqueda y desarrollo
de las innovaciones técnicas.

205
La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1021-6
El mejoramiento de la productividad total de los factores lleva a pensar, según
varios planteamientos teóricos, la externalidad de diferentes tipos: economías
de escala, distribuciones y complementariedad. La reducción de costos reales
lleva a pensar en todos los mejoramientos, desde el punto de vista gerencial de
un director de producción o un empresario.

3. Los economistas han ido concentrándose sobre algunas formas particulares


de reducción de costos reales. Paul Romer (1986) se concentró en las recaídas
TXH SURGXFH HO ³FRQRFLPLHQWR´ 5REHUW /XFDV  26 se concentró en la
externalidad que producen los incrementos del capital humano. Estos autores
desarrollaron modelos de crecimiento económico que trataban de mantener
endógeno el factor R o R1 (por eso se llaman modelos de crecimiento endógeno),
pero no representan la multiplicidad de la reducción de costos reales.

Desde esta perspectiva, los obstáculos al crecimiento económico pueden venir


solo de las políticas económicas públicas estatales.

4. Por otro lado, son determinados conceptos que si bien no son condiciones
necesarias para pasar de un estado de bajo crecimiento económico a uno elevado,
pueden tornar inútiles para alcanzar un nivel de crecimiento económico elevado
para un período de tiempo prolongado. Dicho de otro modo, estos modelos
constituyen el arquitrabe ideológico de los acuerdos recomendados por el Fondo
Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM) como fórmulas
mágicas para aplicar por todos los países del mundo.

Los programas de ajuste estructural encuentran sus raíces en el Artículo 1 de la


&DUWD3URJUDPiWLFDGHO)0,GRQGHSXHGHOHHUVHTXH³VHIDYRUHFHUiHOFUHFLPLHQWR
HTXLOLEUDGRGHOFRPHUFLRLQWHUQDFLRQDO´

Por tanto, países que presentan regularmente déficit comerciales tienen necesidad
de ser sostenidos financieramente para no ser excluidos del comercio internacional
de bienes y servicios. Para responder a los problemas de balance de los pagos, el
FMI ha puesto a disposición de los países miembros, de bajo ingreso,
financiamientos con condiciones particulares, que de hecho son reveladas como
verdaderas y propias condiciones de subalternidad política y de la ganancia
económica bajo el dominio de los poderes de las multinacionales y del capital
financiero internacional.

Este tipo de financiamientos comenzó a ser ofrecido en 1986, en el cuadro del


Servicio de Acuerdo Estructural (SAS) que, sucesivamente, en 1987 se convierte
en Servicio Reforzado de Acuerdo Estructural (SRAS) y se transformó en el
elemento central de la estrategia de la institución para ayudar, así se declara, a
los países pobres.
206

La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1021-6


En general, la aplicación del SRAS en los países se da en contextos de
inestabilidad macroeconómica, en los cuales los problemas más relevantes son
los déficit fiscales y en cuentas corrientes, el declive pronunciado de las entradas
reales y el aumento de la deuda externa.

Para el FMI estos países fueron llevados a esta condición de insostenibilidad


por años de pésimos gobiernos de la economía y conflictos externos.

Por tanto los SRAS junto al total condicionamiento económico que estos llevan
FRQVLJRFRQVWLWX\HQSDUDHO)0,HOLQVWUXPHQWRSHUIHFWRSDUD³D\XGDU´DHVWRV
países a superar los problemas externos y retomar el camino del crecimiento, a
WUDYpV GH OD DSOLFDFLyQ GH SROtWLFDV HFRQyPLFDV ³FRUULHQWHV´ \ GH UHIRUPDV
estructurales que permitan la asignación eficiente de recursos a través del mercado.

5. Las recomendaciones en materia de política económica que condicionan la


posibilidad de ayuda a través del SRAS provienen del paradigma teórico
neoclásico, según el cual el mercado funciona cuando las condiciones adecuadas
se maximiza el beneficio para el productor y la utilidad para el consumidor, con
las cuales se maximiza de hecho, el bienestar de la sociedad. Así las reformas
van dirigidas a transformar las actividades estructurales económicas de los países
de bajo ingreso en economías de mercado de éxito.

En este esquema los mercados de la zona libre deben eliminar las regulaciones
que disminuyen su funcionamiento y deben apuntar a fuertes procesos de
privatización. Igualmente son privatizadas las funciones del Estado, a excepción
de los bienes públicos (orden público y defensa nacional).

Según lo dicho es posible dividir, para el análisis, el SRAS en dos fases


complementarias: la primera fase incluye la estabilización económica a corto
plazo que tiene como objetivo facilitar el rápido retorno del país en cuestión a
los mercados mundiales, a través de medidas económicas dirigidas principalmente
a reducir el déficit fiscal y mantener bajo control la inflación; la segunda fase
consiste en las reformas estructurales propiamente dichas de la economía,
consideradas necesarias por el FMI, que permite al país una inserción exitosa en
los mercados mundiales a largo plazo y por tanto poner fin a la necesidad de
financiamiento facilitado.

3.7. Equilibrio sin tecnología


1. Las teorías se deben confrontar a continuación con la realidad. El
funcionamiento de la economía capitalista no responde casi nunca al
funcionamiento de los modelos elaborados. Esta falta de realismo no parece
molestar a la economía dominante, que continua difundiéndose en los libros

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de textos que se usan, todo el aparato del keynesianismo cocinado en salsa
marginalista por la síntesis neoclásica como escribe Wleks (1989:231):

El argumento, generalmente difundido, de que la economía capitalista tiende


automáticamente al pleno empleo, ha sido privado de varios argumentos de
base que todos podemos encontrar en la literatura económica más avanzada:

1. El mecanismo walrasiano del equilibrio de los mercados no es una guía


adecuada para el funcionamiento de las economías reales (no existe una
teoría buena, como ha dicho Hahn, de los movimientos de menos ocupación
plena a situación de plena ocupación).

2. Si se tuviera una teoría que satisficiera el acuerdo en desequilibrio, lo que


no implicaría necesariamente el moverse hacia la plena ocupación,
significaría consecuentemente una reducción del salario real (las parábolas
que se basan en modelos de una mercancía no sobreviven al test de un
modelo multimercancia).

3. Si fuese una tendencia automática al pleno empleo y esta estuviese asociada


a una reducción del salario real, el resultado no sería único (en el mundo
real del dinero no es neutral).

Naturalmente ningún libro de texto toma en serio el argumento de que las


economías capitalistas tienden automáticamente al pleno empleo. Pero
prácticamente sin alguna excepción los textos standard, ya sea para las primeras
graduaciones o para las especializaciones, repiten que en abstracto, las cosas
funcionan así: que la teoría pura es correcta en su lógica y que en cada caso se
trata de una aproximación óptima en los aspectos de los cuales se pueden estimar
los resultados del mundo real.

Esta posición de compromiso perpetúa un dogma y su potente mensaje ideológico;


lo que constituye una prepotencia ideológica no probada empíricamente y un caso
especial desde el punto de vista lógico. Se trata de granos para el molino de los
ideólogos de la derecha y una barrera al desarrollo de una teoría que vaya a
los problemas fundamentales de una economía capitalista.

En par ticular son elementos muy r elevantes, cuyo tratamiento es


completamente insatisfactorio en los dos tipos de modelo. De una parte la
formalización de los modelos es efectuada a través de ecuaciones algebraicas
basadas en el principio de identidad. Del otro lado el dinamismo tecnológico,
uno de los caracteres que define más claramente el modo de producción
capitalista, recibe un tratamiento que fluctúa entre el inadecuado y el
inexistente, según el modelo de que se trate.

208

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2. Entre los modelos keynesianos y neoclásicos (así como en la síntesis de los
dos, las curvas IS-LM) son algunos puntos comunes: todos definen la existencia
de caminos o trayectorias de equilibrio, más estrechos en el caso de modelos
keynesianos, más largos en los modelos neoclásicos. Todos muestran que la
acumulación capitalista puede desplegarse con un funcionamiento regular, siempre
que la tasa de acumulación se produzca entre el camino estrecho o en las grandes
³DXWRSLVWDV´GHOHTXLOLEULR

Nada más lejano del modelo marxista de acumulación, incluso cuando, como se
ha visto en algunas versiones keynesianas originales, se recurre a la inspiración
del autor del capital para encontrar una solución que se presume satisfacer.

Para Marx la acumulación capitalista no se realiza en condiciones de equilibrio.


Para Marx el capitalismo es una formación económico-social, donde el equilibrio
es solo una excepción y su verdadera condición natural es la del no-equilibrio. 27

La regularidad o irregularidad del proceso no dependen de la realización de


determinadas identidades macroeconómicas, sino de cosas más triviales o menos
formales como la lucha de clases; y como consecuencia de esta, de la forma que se
realiza la distribución del excedente productivo, o valor agregado. Marx evidencia
cómo el capitalismo, en su despliegue dinámico, implica una tendencia a la reducción
de la tasa de ganancia, como consecuencia directa de la existencia de la competencia.

Marx demuestra cómo no es un factor natural lo que provoca esta caída, como la
evolución demográfica; o la fertilidad decreciente de los suelos, o la llegada de
un nuevo capital del exterior, sino una tendencia inherente al proceso de aumento
del poder productivo del capital. Esto es una de sus principales contribuciones
teóricas, vinculada al descubrimiento de la reproducción del capital constante,
que no había sido analizada por sus contemporáneos de la escuela clásica. 28

El paradigma marxista es, por el momento, el único que da a la tecnología el


tratamiento interdisciplinario que se requiere si se quiere comprender el rol en el
SURFHVRGHDFXPXODFLyQ/DVFDWHJRUtDVGH³IXHU]DVSURGXFWLYDV´FRPSUHQGHQ
la intuición de Marx de que el crecimiento capitalista incorpora siempre cualquier
forma de progreso técnico, propio por la necesidad de sacar adelante la tasa de
ganancia y la participación en el mercado frente a la competencia.

De esta intuición Marx deriva su teoría de la acumulación, que no es una teoría


del equilibrio sino una teoría de la crisis. El capitalismo no se desarrolla en un
camino de equilibrio ni largo ni estrecho; al contrario de esto no es una teoría del
crecimiento no equilibrado, como la desarrollada por los discípulos de Keynes
de varias decenas de años (Joan Robinsón, Nicholas Kaldor et al.).

209
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En la concepción de Marx, la acumulación se expresa tanto en términos de
equilibrio de pleno empleo (neoclásico) o de subempleo (keynesiano) como en
términos de desequilibrio (postkeynesiano), y conduce siempre al estancamiento
y a la crisis, que se da en términos de exceso (crisis de sobreproducción) o de
exceso de capital (crisis de sobreacumulación), como crisis cíclicas o grandes
depresiones.

Poniendo la crisis y no el equilibrio en el centro del análisis, la economía marxista


permite comprender mejor lo que sucede en la realidad.

3.8. /D³QRLGHQWLGDG´HQWUHFUHFLPLHQWRHFRQyPLFRFXDQWLWDWLYR
y desarrollo real cualitativo
1. Durante la historia la idea del desarrollo ha sido concebida en su dimensión
esencialmente económica; la teoría del desarrollo permanece ligada a su
concepción neoclásica del crecimiento económico, o sea a su identificación con
el crecimiento de la riqueza.29 Se usaron conceptos similares, incluso sinónimos
del desarrollo como riqueza, evolución económica, industrialización, modernización,
etc., pero el más utilizado es la dimensión cuantitativa del crecimiento económico,
entendida como aumento de la producción total de bienes y servicios durante un
período de tiempo que se evidencia a través del incremento del PIB de un país
a medio o a largo plazo, y se transforma contablemente en términos redistributivos
con el incremento del ingreso per cápita, etcétera.

Un concepto más amplio, que recoja los aspectos no considerados por el producto
bruto, es el concepto de desarrollo económico completo que incluye, además,
otros aspectos como el nivel de producción, datos estructurales como la instrucción
de la población, los indicadores de mortalidad, la esperanza de vida, etc. En el
concepto de desarrollo complejo se agregan también nociones más abstractas
como la libertad política y la providencia social.

¿Por qué no se utiliza el concepto de desarrollo económico y social completo u


otras medidas del bienestar, en cambio sí el concepto de PIB, para medir el
crecimiento económico? Esencialmente por la dificultad de medir el desarrollo
económico, que es un concepto muy amplio y sin un consenso general en su
definición exacta.

Por otra parte, es también muy difícil trasportar la observación de desarrollo


económico en una medida numérica: las comparaciones interregionales e
intertemporales son muy difíciles. El PIB es una medida numérica de fácil
interpretación, además se define y cuantifica bien en los modelos económicos
donde, en general, el producto de una economía es el resultado de la combinación
de input.

210

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Entre otras cosas permite a la economía de mercado tener contablemente
escondidos sus límites y contradicciones, o sea, la dramática realidad que la
exaltación del crecimiento cuantitativo en el modo de producción capitalista
lleva consigo, necesariamente, explotación, desigualdad, pobreza, desocupación,
contaminación, enfermedades, guerras, falta de verdadero desarrollo en términos
sociales y políticos.

Y todo esto porque un crecimiento económico no implica, necesariamente, un


mejoramiento del bienestar social, de la igualdad de oportunidades entre todos
los miembros de la sociedad, etcétera.

2. Los aportes por la parte científica e institucional que tienden a discutir la


identidad entre el crecimiento económico y desarrollo real fueron múltiples; se
subraya en general el carácter históricamente condicionado del desarrollo y la
necesidad de la participación del Estado y de otras instituciones.

No obstante, no son pocos aquellos que consideran que el crecimiento económico


automático de las condiciones de mercado genera una especie de círculo vicioso
de desarrollo, por lo que las únicas políticas posibles son las congruentes con un
mercado abierto y no regulado.

En síntesis, este pensamiento postula lo siguiente:

a) Una baja tasa de interés provoca un atractivo para acceder a créditos que
incrementen la producción y la reanudación de sectores aproximados. Un
bajo interés permite tener más recursos disponibles para el consumo, el
ahorro a la inversión.

b) La inversión real se incrementa con tasas más favorables para el principio


de actividades generadoras de recursos.

c) Cuando se incrementa la inversión real, esto lleva a la producción de los


recursos económicos usados para atraer capitales nuevos.

d) Más puestos de trabajo generados, en los cuales se necesita mano de obra


agregada para utilizar en la nueva producción.

e) Tener más ocupación aumentará las entradas de las unidades familiares.

f) Con entradas adecuadas el consumo se estimula, y del mismo modo sí


existen excedentes estos serán destinados al ahorro.

g) Este ahora se canaliza al sector financiero y a su vez retorna al círculo


vicioso como crédito generador de más inversión, empleo y consumo.

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3. Una visión fuertemente crítica establece que la pobreza no es causa sino
consecuencia del subdesarrollo y que los problemas condicionados están sobre
todo en las relaciones de dependencia existentes entre el Norte y el Sur, que
implican la necesidad de reformular el cuadro de las relaciones internacionales
y la cooperación para el desarrollo. Para esta corriente de pensamiento el
subdesarrollo y el desarrollo son las dos caras de la misma moneda, una
característica del sistema de relaciones internacionales del capitalismo.30

Desde este punto de vista se acentúa el hecho de que las causas del subdesarrollo
son estructurales, en oposición a la corriente desarrollada en las causas endógenas.
Como argumenta Paul Barán (1956), no se puede hablar de una sola historia del
capitalismo, ni de la estructura general que este tuvo, sino de una colección de
historias dentro de una estructura general similar, cada una de las cuales atraviesan
distintos datos en sus principales etapas.

Por tanto el objeto de estudio debe cambiar, no debe ser el desarrollo como
crecimiento económico cuantitativo, sino el subdesarrollo como consecuencia
del primero y la búsqueda de causas y soluciones a este problema tan difundido
mundialmente.

Uno de los núcleos fundamentales del debate de la década del 60 del siglo
pasado lo constituyó las relaciones entre comercio y crecimiento. La teoría
convencional del comercio internacional, tanto clásica como neoclásica, apostaba
y continúa apostando sobre una relación positiva entre ambas variables.

La atención de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe)


apuntó su mayor beneficio para los países ricos, por medio de una transferencia
sistemática de recursos, a través del deterioro de los términos de cambio, mediante
el cual se refieren los índices de precios de las exportaciones e importaciones y
su variación respecto a un año que se considera como base.

Sucesivamente a las conclusiones de la CEPAL muchos han sido los estudios


sobre la relación de cambio y no pocos bienes contradictorios entre sí por el
horizonte de las investigaciones; los presupuestos de cada una, los objetivos
expuestos, los períodos abarcados, los productos comprendidos o excluidos, las
regiones interesadas, etc. Pero una realidad es indiscutible: la relación entre
comercio, crecimiento cuantitativo y desarrollo no es lineal y demuestra por qué
debe ser necesariamente positiva para todos, como postula el pensamiento
económico convencional dominante.

Todos parecen, sin embargo, convenir en los siguientes elementos como causas
del deterioro:

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a) Inelasticidad de la demanda de los productos primarios, motor del desarrollo
de muchos países.

b) Diferentes estructuras del mercado del trabajo entre los países


desarrollados y subdesarrollados obstaculizan que las ganancias de
producción en los últimos sean absorbidas a través del incremento de los
salarios.

c) Las prácticas proteccionistas y discriminatorias contra los países


subdesarrollados.

d) El efecto de la relación de cambio tiene influencia sobre la capacidad de


adquisición de las exportaciones.

3.9. Crítica al desarrollo: PIB, desarrollo humano y otros


1. La medida del crecimiento económico es únicamente utilizada para valorar
los resultados económicos de un país en un período de tiempo y es calculada,
generalmente, en términos reales para tener en cuenta los efectos de las
variaciones en los niveles de precios. Implícitamente, se supone que un elevado
crecimiento económico sea ventajoso para el bienestar de la población, o sea
que un elevado crecimiento económico sería un resultado deseado por las
autoridades políticas y por la población de un país. Tanta credibilidad ha sido
dada a esta opinión, porque se concibe una especie de círculo vicioso del
crecimiento, según el esquema presentado anteriormente. El creer que realmente
las cosas funcionen según estos esquemas automáticos, ha llevado a considerar
que cada política racional deba ser congruente con estos postulados; que son
factores externos que conducen a los países hacia las crisis y la inestabilidad.

La utilización de la medida de crecimiento económico como incremento del


desarrollo completo equilibrado, impulsa todos los problemas que surgen al
considerar el PIB como medida del bienestar. Sin embargo, esta medida está
limitada, por una parte por los problemas de medición, porque por ejemplo no
incluye algunas actividades como el trabajo en casa o el trabajo escondido, la
dimensión social como cualidad de la instrucción, salud, impacto ambiental, para
no considerar después impacto completo del llamado desvalor adjunto y entre
estos, seguramente, los efectos de la economía de guerra.

Las grandezas de estas actividades que no están incluidas en la medida del PIB
varían período por período y entre los países, por tanto las comparaciones
intertemporales e interregionales del crecimiento económico se ven ligeramente
distorsionadas cuando estas actividades alcanzan grandezas considerables.

213
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Por otra parte, la medida del PIB como medida de bienestar sufre una serie de
diferencias conceptuales.

Brevemente se puede decir que:

a) No tienen en cuenta los efectos negativos sobre el bienestar de muchas


actividades que aumentan el PIB, como por ejemplo factores externos
negativos (contaminación ambiental, producciones bélicas, etcétera).

b) No tienen en cuenta la totalidad de los efectos positivos de actividades


que mejoran el bienestar (ejemplo, mejor distribución de las riquezas y el
ingreso).

c) No registra aspectos intertemporales, como por ejemplo, el consumo


acelerado de recursos naturales, la devaluación del capital o el
endeudamiento de una economía, que puede implicar que la generación
actual global goce de un elevado crecimiento económico a precio de un
menor producto para las generaciones futuras.

Por estas razones, un mayor crecimiento económico cuantitativo no representa


necesariamente un aumento de bienestar para la mayoría de la población.

2. El PIB que es presentado como el indicador sintético más importante del


sistema de las cuentas nacionales, es expresión máxima de ocultamiento de las
diferencias entre la economía formal y la economía real.

El concepto de valor agregado que sirve de base presupone que el simple hecho
de que el dinero pase de mano en mano significa generación de riqueza, a pesar
de la vacuidad del contenido de este movimiento. El PIB es esencialmente la
medida del output neto, como sumatorias de las actividades económicas privadas;
se asume que cada producto o servicio ofrecido como mercancía o moneda
constituyan, por definición, un aumento de la riqueza nacional.

El PIB no tiene diferencias entre costos y beneficios reales, ni entre actividades


productivas, improductivas y distribuciones, menos todavía entre economía
sostenible e insostenible. Es una especie de sumatorias que contabilizan cómo
hacer dinero, sin preocuparse de cómo se ha obtenido, por lo que no incluye los
costos sociales y naturales. Un indicador ignorante de todo lo que sucede fuera
del campo monetario (Dierckxsens 2004b).

El PIB mide todas las actividades que contengan una transacción monetaria,
descuidando las demás; por ejemplo, si una persona tiene un accidente
automovilístico y queda en condiciones graves, en el hospital se realiza, a causa
de los gastos de manutención y hospitalización, un crecimiento del PIB; la

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economía de guerra y las guerras de agresión de pueblos, sosteniendo la demanda
hacia los gastos militares y después la reconstrucción de los países destruidos
por las guerras, seguramente acrecientan el PIB. Y todavía, por ejemplo, la
extracción de los minerales o la tala de los árboles producen riquezas, pero no
son contabilizados los daños causados al medio ambiente.

Si el PIB crece más rápido que la población es indicio de un mejoramiento de la


calidad de vida, mientras por el contrario, el nivel de vida es peor si el PIB crece
menos rápido que la población; el PIB per cápita no tiene en cuenta el costo de
la vida en cada país, por tanto no puede ser considerado como un numerador
válido del nivel de calidad de vida, desde el momento que no tiene en cuenta el
verdadero desarrollo humano, medido ya sea por el poder de adquisición real
como por los beneficios sociales que recibe la población.
Como se ha dicho, el PIB ignora la riqueza natural existente; con lo que es
incapaz de considerar el despilfarro y el deterioro del ecosistema. El uso de los
recursos naturales está considerado solo en términos de creación de entradas
monetarias de riquezas, ignorando el proceso simultáneo de pérdida de riquezas
naturales y sociales con los relativos recursos; desarrollo y ambiente no deben
ser en cambio considerados objetivamente antagónicos.

Con el método actual, debiéndose contabilizar los gastos hospitalarios, el deterioro


de la salud de la población, en lugar de una pérdida es una ganancia, queda bien
claro cómo la actividad especulativa y las de la bolsa pueden conducir a la
creación de las riquezas si generan también crisis de la bolsa y ataques
especulativos con capacidad de desarticular socialmente y económicamente
países y regiones enteras.31

3.Al fin los economistas neoclásicos reconocen que existen tres grandes
categorías de problemas del mercado: la tendencia de la competencia a
autoeliminarse, el carácter corrosivo del interés material sobre el contexto moral
de la sociedad y la existencia de los bienes públicos y los factores externos.

(OWpUPLQR³IDFWRUH[WHUQR´HVPX\FRQWUDGLFWRULRSUHVXSRQHTXHORVPHUFDGRV
sean perfectos y que los problemas y las contradicciones sean supuestamente
externas al propio mercado, así como lo son en el pensamiento neoclásico.

Uno de los factores externos más evidente es el daño ambiental que el SCN es
totalmente incapaz de analizar.

En su análisis Kart Marx (1996:473) llega a un resultado de gran utilidad:


La producción capitalista sabe desarrollar solo la técnica y la combinación del
proceso social de producción, recavando contemporáneamente las dos fuentes
originales de cada riqueza, la tierra y el trabajador.

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Para el autor de El capital, la lógica de la plusvalía impone la tendencia a un
suicidio de la humanidad; a pesar de las debidas actualizaciones está claro que
Marx tiene ya conciencia de este problema.

Este tipo de factor externo está definido por Meade (1952) como una propiedad
de la función de producción, aunque lo valorase en términos de mercado,
asociándolo al hecho de que el output de una empresa no depende solamente de
los factores de producción que utiliza, sino también del output de los factores
usados para las otras cosas. No hay dudas de que en los últimos años el problema
que ha recibido mayor atención es el relativo al impacto de la producción sobre
el ecosistema.

El SCN ignora los efectos de la actividad económica sobre el ecosistema y la


función que esto tiene, tanto en la asimilación de emisiones y negativas como en
la suministración de recursos. En su interior se calculan solo algunos recursos
naturales cuyo precio está establecido por el mercado, pero no se calculan los
procesos naturales que tienen lugar en los ecosistemas y que representan
incrementos o disminuciones del patrimonio genético, la flora, la fauna y las
funciones ecosistémicas.

Esto es consecuencia de considerar la economía como un sistema cerrado y


autosuficiente. El SCN, en síntesis, muestra algunas limitaciones en cuanto a la
relación entre producción de riquezas y ambiente (Claude 1997); en particular,
el agotamiento de los recursos naturales no es considerado como depreciación.

Al contrario, aparece registrado en la producción e incrementa el PIB, no


permitiéndonos la orientación hacia un desarrollo ecosocial sostenible. La
mayoría de los expertos está de acuerdo en mantener que el agotamiento del
capital natural debe ser registrado del mismo modo que otros bienes
productivos.

La degradación del ecosistema no está considerada por el SCN, sobre todo, por
la gran dificultad de estimar monetariamente fenómenos ambientales locales y
globales.

Los gastos de producción del ambiente y la contaminación están comprendidos


en las cuentas del ingreso, junto al consumo intermedio y final, y no son
desagregables. Los bienes y servicios no comercializados se excluyen de la
contabilización o se consideran de manera inadecuada. Tampoco los esfuerzos
realizados en un grupo de países que han adoptado cuentas satelitales resuelven
a fondo el problema, porque el concepto económico resulta distorsionado en el
SCN, incluso si los primeros pasos en la llamada Contabilidad Ambiental en
términos físicos y monetarios han sido dados.
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4. El desarrollo, en cambio, debía estar en condiciones de combinar tres
necesidades: la disminución de la pobreza, el crecimiento socioeconómico y la
protección del ambiente y de los ecosistemas naturales.

El desarrollo del siglo XX ha aventajado exclusivamente a los países ricos, estando


vinculados a la acumulación capitalista. El concepto de desarrollo, en cambio,
no debe estar unido al concepto de crecimiento cuantitativo para poder dirigir un
desarrollo, incluso en los países pobres es necesaria una renuncia al desarrollo
sin límites de los países ricos y la medida debe tener connotaciones socio-
ambientales cuantitativas.

Halstead y Cobb (1996) proponen un indicador alternativo al PIB, que analiza


el progreso económico: el Indicador del Progreso Genuino (IPG). Este indicador
mide el consumo y el deterioro de los recursos naturales, de los recursos renovables
y los no renovables; de hecho, el IPG sustrae del PIB los costos de contaminación
del agua, del aire, el consumo de energía no renovable y el deterioro de la capa
de ozono.

En este indicador no se consideran los gastos improductivos, sino los que son
útiles, o sea que aumentan directamente e indirectamente el bienestar humano,
como las prestaciones sociales, la prevención social; el principio de prevención
está por encima de reparaciones; así se solicitan nuevas formas para medir la
productividad de modo que se garantice en cada caso un ingreso suficiente a los
ciudadanos.

5. La concepción del desarrollo como microcrecimiento del PIB entra en crisis


en la década del 70, con la caída del sistema monetario internacional, la primera
crisis del petróleo y otros factores que golpean sensiblemente la dinámica del
comercio internacional.

Resulta evidente la incapacidad del modelo existente de asimilar el crecimiento


demográfico, mientras las crecientes demandas de financiamiento exterior
terminaron por generar en la década del 80, la explosión de la crisis de la deuda
externa y el resto del desarrollo.

La respuesta teórico-ideológica de las clases dominantes fue el consenso con


las políticas económicas de Washington y con los programas de ajustes
estructurales, como condición reclamada por el FMI y el Banco Mundial, por
parte de un país que aspire al apoyo financiero.

Según muchos economistas, ya la emergencia neoliberal y la caída del campo


socialista, han cambiado la correlación de fuerzas a nivel internacional; si en la
década del 70 se consideraba la propuesta de Nuevo Orden Económico

217
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Internacional (NOEI),32 en la que se postulaba que el Norte se debía adaptar
mayormente al Sur del mundo, en la década del 80 es el Sur el que fue obligado
a adaptarse al Norte.

La consideración de que los indicadores monetarios como el PIB no están en


condiciones de relevar el empeoramiento y el empobrecimiento de los recursos,
KDLQGXFLGRDORVLQWHQWRVFRUUHFWLYRVTXHKDQOOHYDGRDODFUHDFLyQGHO³3URGXFWR
,QWHUQR%UXWRYHUGH´XQLQGLFDGRUTXHWLHQHHQFXHQWDODGHJUDGDFLyQGHODPELHQWH
y de las consecuencias en el desarrollo económico; este indicador es muy difícil
de calcular, porque es casi imposible definir los efectos de los cambios climáticos
o de las transformaciones culturales, científicas, de las recaídas de las crisis
económicas.

Seguidamente emerge un nuevo concepto de desarrollo, en el cual se asume el


carácter más complejo, multidimensional, incluyente, plasmable del proceso,
cuyo objetivo no solo es el crecimiento económico sino la erradicación de la
pobreza, la redistribución de los ingresos y la protección del ecosistema.

Es con el PNUD (Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas), que a fines


de la década del 80 emerge, finalmente, la atención al desarrollo humano que
supone un cambio radical de los proyectos expuestos. 33 Con la publicación, a
partir de 1990, de las relaciones sobre el desarrollo humano del PNUD se abre
una nueva etapa, no solo en la concepción del desarrollo, sino en su medición.34

La relación de1994 se refiere a un nuevo paradigma de desarrollo capaz de


colocar al ser humano en el centro y que considera el crecimiento como un medio
y no como un fin, protege la oportunidad de vida de las futuras generaciones y
respeta a los sistemas naturales de los cuales todos los seres vivientes dependen.
Con tal propósito se toma en consideración la posibilidad de proceder a una
reestructuración de los esquemas de distribución del ingreso, producción y
consumo a escala mundial, como una condición prioritaria y necesaria. En la
relación de 1997 se analiza el problema de la reducción de la pobreza, mientras
la relación del 2000 analiza los derechos humanos como parte fundamental de
desarrollo y se considera el desarrollo humano como medio para realizarlos.

Para la medición, el PNUD define un índice de desarrollo humano compuesto


sobre la base de tres componentes: longevidad, educación e ingreso per cápita.

A pesar de ser este un índice general, está claro que cuando la persona dispone
de estos tres elementos puede encontrarse en condiciones de acceder a otras
oportunidades cualitativas. A pesar de su imperfección es una alternativa al
PIB per cápita y es utilizado cada día más para apreciar el atraso de algunos
países del mundo.
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Aunque la concepción del desarrollo humano represente un paso indudable de
avance, es cierto que no tiene significado para una verdadera recuperación del
concepto de desarrollo, después que ha predominado la tendencia, muchas veces
ideologizada, de identificar por ejemplo, con modelos únicos de desarrollo los
que coinciden con el supuesto éxito de algunos países en determinadas etapas de
su evolución: en el siglo XX primero con el modelo japonés, en la década del 60
\GHOFRPRHOPRGHORGHORV³WLJUHVDVLiWLFRV´

Es con los Programas de Ajuste Estructural que el Fondo Monetario Internacional


y el Banco Mundial logran imponer nuevamente la idea de un modelo único con
el centro en el equilibrio macroeconómico.

Las relaciones de desarrollo humano del PNUD han evolucionado en el tiempo,


sin embargo sin minimizar el mérito de estos documentos, se necesita admitir
que se han convertido en una especie de valoraciones de la agencia de rating
internacional, clasificando a los países desde el más alto o bajo desarrollo humano,
midiendo las etapas, las fases de su camino, etcétera. 35

Estos indicadores, sin embargo, no resuelven el problema pero lo aplazan, porque


los costos humanos y monetarios de hoy deberán necesariamente recaer en las
generaciones futuras; además, lo desplazan en el espacio, pero la idea de que
existan en el planeta lugares donde volcar todos nuestros desechos al ambiente
es una ilusión.

3.10. Modelos neoliberales, nueva macroeconomía


clásica y teoría keynesiana de última
generación: acumulación sin crecimiento
1. Con la aplicación de políticas neoliberales, a partir de la década del 80, la
economía política convencional retornó también a la defensa de los mismos
modelos que Keynes había criticado en la década del 30 del siglo XX.

(VWDQXHYDPDFURHFRQRPtDVHPDQLILHVWDLQLFLDOPHQWHFRQORVOODPDGRV³PRGHORV
GHRIHUWD´36

Esta versión de la macroeconomía convencional parte de la constatación de la


falta de operatividad de las políticas anticíclicas de demanda, y proponen operar
con medidas estructurales orientadas principalmente a la reducción del costo de
la mano de obra; y a la desregulación de la economía, o al relanzamiento de la
demanda que trasmite el keynesianismo militar, con el argumento de que un
concepto de mayor competitividad y salarios reducidos permitirá un incremento
de la ocupación de la fuerza de trabajo y mayores tasas de crecimiento económico.

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Estos argumentos, que no encuentran nunca una coincidencia en los resultados
económicos, y que se basan en un principio tan antiguo como la ley de Say
(cada oferta crea su demanda) criticado tanto por Marx como por Keynes,
sirven como plataforma ideológica de los programas de privatización,
desregulación y debilitamiento de las organizaciones de los trabajadores realizadas
por Margareth Tatcher y Ronald Regan en los inicios de la década del ochenta.

La economía de la oferta ha sido el ataque político más abierto a las políticas


keynesianas basadas en el pacto social y en el gasto público. La defiscalización
de ingresos más elevados se ha justificado con argumentos como la curva de
Laffer, argumento construido en el mandato del gobierno republicano
norteamericano, que justifica la disminución de impuestos a los ricos, con el
argumento de que esta tiene una tendencia marginal al consumo inferior a la de
los pobres y que por definición, todo lo que no se consuma se ahorra, porque el
ahorro, por definición, es igual a la inversión, dejar el dinero en las manos de los
ricos favorece una mayor tasa de inversión/acumulación.37

Que el resultado principal de esta política haya sido un largo período de


estancamiento económico, acompañado de una redistribución brutal de entradas
de los sectores medios y pobres hacia los ricos, y una orgía de inversiones
especulativas financieras e inmobiliarias, con además un aumento de gastos
superfluos por parte de estos, no conmovió los fundamentos de la economía
políticamente aceptable y acentuó aún más el retorno al siglo XIX. En particular,
los nuevos modelos macroeconómicos consideran las reservas del capital
intangible como la comunicación y la información, la nueva fuerza productiva
en el cuadro metodológico neoliberalista. Por lo que postulan que mano a mano
los flujos de información circulan entre operadores económicos, ellos continúan
reforzando la calidad de las decisiones, dado que el procedimiento que hacen los
agentes de la información económica y las respuestas se caracterizan por la
racionalidad, de modo que este postulado sea la garantía de equilibrio en la
asignación del tiempo de trabajo social en las diferentes producciones, y por
tanto, el equilibrio entre oferta y demanda garantizará el crecimiento cuantitativo
más elevado de la economía.

Poco importa que la racionalidad sea tan antigua como Adam Smith, porque no
es otra cosa que la versión sofisticada, con formalismo matemático de un
comportamiento postulado 200 años atrás desde el homo oeconomicus, o sea la
toma de decisión en relación con la asignación del tiempo económico individual,
basada exclusivamente en la atención intertemporal del máximo rendimiento
económico, medido en unidades monetarias. Esta reducción ha sido aplicada
por autores como Gary Becker para tratar de explicar el conjunto de los
comportamientos humanos.38
220

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Poco importa que se trate de un psicologismo de mercadillo y más viejo que el
propio capitalismo; la única supuesta virtud es que postula que el contexto más
adecuado para el comportamiento racional de los individuos es el de una economía
basada en los principios del mercado capitalista. Este valor de justificación
ideológica compensa sin duda las limitaciones heurísticas de la teoría.

2. Tales postulados sobre el comportamiento fundamental de los seres humanos


han dado lugar a una hilera de economistas que se proclaman fundadores de una
nueva macroeconomía clásica. 39 Con el argumento de que los postulados
microeconómicos de los modelos keynesianos, no están suficientemente fundados.
la nueva macroeconomía pretende basar el análisis de la acumulación en los
comportamientos individuales de los agentes económicos, que se supone tomen
decisiones con el objetivo de buscar en el presente la mayor ganancia monetaria,
o su incremento potencial en el futuro y relacionar este beneficio potencial con el
costo de oportunidad del dulce hacer nada; este criterio único de comportamiento
se define como expectativas racionales. Con el propósito de que esta expectativa
pueda manifestarse, necesitan algunas condiciones ambientales que eviten
confusiones y clamores en las señales que reciben los operadores.

Estas condiciones son el punto de partida (racional) de cada actividad económica,


y se corresponden con el modelo abstracto del equilibrio walrasiano. Se parte
por tanto de la hipótesis de que todos los mercados estén siempre en equilibrio,
flexibles en precios y cantidad y solamente en estas condiciones puede funcionar
correctamente la acumulación.

La principal diferencia con los modelos de un siglo atrás, es que ahora la


información no es perfecta, pero a los operadores les cuesta obtenerla, de modo
que el costo de su obtención está incluso en el tratamiento óptimo de las decisiones
y en la anticipación del comportamiento unido a los mercados.

Esta novedad está asociada al peso creciente de los mercados financieros y


especuladores de los últimos años. En realidad, los modelos de equilibrio basados
en las expectativas racionales han sido usados para tratar de predecir el
comportamiento de los mercados financieros globales, con el objetivo de favorecer
la asignación de varios premios Nóbel a los economistas que elaboraron este tipo
de modelos teórico-prácticos en la compra venta de títulos financieros, con la
explosión del nivel especulativo de la nueva economía y el fracaso de importantes
agentes privados (y esta sí, silenciosa y no teorizada socialización de los costos).

Esta nueva macroeconomía clásica logra, sin embargo, el mismo objetivo


ideológico de la economía de la oferta con modelos aún más sofisticados, desde
un punto de vista matemático, pero con la misma regularidad teórica: cualquier
intervención pública para tratar de recomponer los desequilibrios, supuestamente

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siempre temporales, en cualquier mercado, por ejemplo mediante estímulos
generales o selectivos de la demanda, será siempre anticipado por los agentes
racionales, que adoptarán el propio comportamiento a las decisiones del sector
público, eliminando el impacto correctivo que esto perseguía.

Esta argumentación trata de las relaciones entre autoridades monetarias y mercados


financieros, no considera que en este caso el volumen de los operadores privados
es mayor que el de los gobiernos (calculados por los líquidos activos que poseen,
o sea respectivamente, portafolio, valores y reservas internacionales) y que operan
en un contexto de movimientos instantáneos y de desirregulación total. No es este
el caso del resto de las actividades económicas; pero no importa el contexto de
justificación ideológica del neoliberalismo que se quiere perseguir.

3. El crecimiento económico cuantitativo, así como es definido por la nueva


macroeconomía clásica, es originado siempre por un factor externo, un shock,
nunca explicado teóricamente, pero a partir del cual se postula un proceso de
amplificación en ondas, consecuencia de las falsas decisiones a las que se ven
obligados los operadores como resultado de las falsas percepciones inducidas
por el factor externo perturbador.

Cuando los economistas de esta corriente han querido explicar el origen de estos
factores perturbadores, han sido limitados a recurrir al argumento del carácter
monetarista de las perturbaciones; recientemente se ha querido dotar de mayor
realismo al modelo, postulando fluctuaciones vinculadas a la productividad.

De este modo han construido modelos de crecimiento asociados a ciclos de


mercado, donde los movimientos en la acumulación se vinculan con las decisiones
sucesivas de producción y consumo, pero en los cuales el uso de la fuerza de
trabajo, su oferta, se presenta como un factor externo, no explicado por el llamado
modelo real.40

La respuesta keynesiana a este tipo de modelos ha sido particularmente ambigua,


de una parte apoyándose en los trabajos de Don Patinkin o de A. Leijonhufund,
se ha desarrollado una corriente keynesiana que analiza el movimiento de la
acumulación en términos de desequilibrios fundamentales de los mercados,41 en
abierto contraste con los modelos de equilibrio general en boga, pero que sin
embargo no dicen nada de relevante en relación con la dinámica de crecimiento
económico que no pueda encontrarse en el fundador de la escuela.

Los acomodamientos a estos modelos se realizan más sobre las cantidades


que sobre los precios, porque critican la hipótesis de acuerdo instantáneo con
los modelos neoliberales.

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Edmond Malinvan, llegó a explicar la existencia de dos causas de la desocupación:
la desocupación clásica, asociada a la existencia de salarios reales demasiado
elevados, y la desocupación keynesiana, vinculada con una insuficiencia de
demanda efectiva.42

Sin embargo, las teorías keynesianas de última generación no logran vincular la


existencia de la desocupación como trato permanente del capitalismo en su
tendencia a la formación de una sobrepoblación relativa, única garantía de que
los trabajadores aceptaran a largo plazo, sin un conflicto excesivo, las condiciones
capitalistas de explotación.

4. Otros autores, asumiendo la crítica a la falta de consistencia microeconómica


del keynesianismo, han pretendido reforzar estos fundamentos, dando lugar a la
nueva economía keynesiana,43 que acepta la hipótesis de que la gente se comporta
correctamente cuando responde a las expectativas racionales, pero argumentando
que en la formación de estas expectativas y en las decisiones siguientes pueden
producirse inflexibilidades, sobre todo en los precios que derivan, precisamente,
de decisiones racionales de los operadores.

La diferencia fundamental entre la nueva macroeconomía clásica y la nueva


economía keynesiana, está por tanto en la consideración de que no existe la
desocupación involuntaria, y la única cosa que deberá hacer la autoridad pública
es favorecer, para los primeros la flexibilidad de los precios, en particular en el
mercado de trabajo; con los segundos, que existe desocupación involuntaria y
esta puede ser combatida temporalmente con intervenciones públicas, sobre todo
dirigidas a modificar la inflexibilidad de cantidad, por ejemplo, facilitando los
incrementos de productividad más que los de los precios.

En general, en los últimos años se llega a una convergencia entre corrientes


de pensamiento ortodoxo, intentando explicar el funcionamiento de la
acumulación de capital como la mera agregación de comportamientos
individuales.

A los efectos prácticos un enfoque de políticas económicas, que de una


parte tienen una gran peso en los trabajadores, por la responsabilidad de la
situación de desocupación que sufren, y de otra, promueven intervenciones
públicas orientadas a la flexibilidad de los precios y de las cantidades sobre
los mercados (en primer término la flexibilización al ribazo del precio de la
fuerza de trabajo) y a la promoción de la inversión privada y oferta de bienes
y servicios, mediante políticas, para aumentar la propiedad del trabajo o
para poner en el mercado y a ganancia una mayor cantidad de valores de uso
(privatización de servicios públicos).

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Notas
1
Además de los otros importantes temas, en este capítulo, reflexiones
fundamentales son los escritos de la escuela de estadística económica de la
Facultad de Estadística (Universidad de Roma La Sapiensa) en particular De
Meo (1975), Giannone (1992), Álvaro (1999) y Guaini, Tassinari (1996).
2
Sobre el concepto de totalidad y de su centralización para una teoría materialista
y dialéctica de la sociedad contemporánea son fundamentales las páginas de
Lukas (1991).
3
Para un análisis profundo de las problemáticas sobre la elaboración de un
modelo y sus diferentes tipologías cfr. Granziari (1977:17-34).
4
/HD QXHYDPHQWH OR HVFULWR SRU *UD]LDQL   8Q PRGHOR >«@ HVWi
constituido por un conjunto de ecuaciones. Pero un conjunto de ecuaciones no
puede representar el esqueleto de un fenómeno; en el esquematismo del modelo
los matices, las excepciones, los casos particulares se pierden
irremediablemente. Un modelo puede dar solo una representación aproximada
\SDUFLDOGHODVH[SHULHQFLDV´
5
En el intento por superar la debilidad típica de los modelos cerrados que
frecuentemente son abiertos dejan incógnitas sustituibles solo con datos
exógenos y por tanto variables sobre la base de factores no incluidos en el
modelo.
6
8QD DQWHULRUWHRUtD HVOD HODERUDGDSRU 0RGLJOLDQR$QGR H%UXPEHUJ ³OD
KLSyWHVLVGHOFLFORGHYLGD´6REUHHVWRFIUÈOYDUR  
7
La proposición central de la teoría económica keynesiana es que el nivel de
equilibrio del ingreso nacional se determina en correspondencia con el punto
en el que se igualan ahorro e inversión. En otros términos, dada la inversión
>«@HOLQJUHVRGHHTXLOLEULRHVHOTXHJHQHUDXQYROXPHQGHDKRUURH[DFWDPHQWH
LJXDODODLQYHUVLyQGDGD´ *DQGROIR 
8
La Unión Europea, con el tratado de Maastricht, ha indicado como umbral
máximo en relación con el Producto Interno Bruto el porcentaje del 60 %.
Italia actualmente supera en gran medida estos límites (entre 2001 y 2006 la
media fue de 108 %).
9
El principio de la aceleración (acelerador) es una teoría de las determinantes de
la inversión; esta establece que el capital necesario a la sociedad sea constituido
por reservas provisiones o enseres, depende principalmente del nivel de

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SURGXFFLyQ³ORVDGMXQWRVDOFDSLWDOODVLQYHUVLRQHVQHWDVVHYHUiQVRODPHQWH
FXDQGRODSURGXFFLyQHVWpFUHFLHQGR´ 6DPXHOVRQ1RUGKDXV 
10
La aceleración caracteriza la cantidad adicional de capital técnicamente
requerido para hacer posible un incremento unitario de la producción, cuando
un elevado grado de utilización de las instituciones induce a efectuar nuevas
LQYHUVLRQHVSDUDDIURQWDU ORVLQFUHPHQWRV HVSHUDGRVHQ OD³GHPDQGDILQDO´
(Cavalieri 1994:322).
11
0LHQWUDVSDUD+DUURGODYDULDEOHLQGHSHQGLHQWHHV´<´\ODGHSHQGLHQWHHV,
para Domar es el inverso.
12
La relación capital-producto se entiende como el coeficiente de stock del
capital necesitado por las empresas que tenían en cuenta el crecimiento del
ingreso.
13
Simplificando, se puede decir que el sujeto microeconómico, tomado en
consideración por la escuela neoclásica es el propio sujeto, pero agregado,
que opera a nivel macroeconómico. Una operación de adición así elimina una
infinidad de problemas vinculados a los comportamientos de los grandes
agregados/operadores económicos. La operación haría temblar a cualquier
científico social; en el fondo, a los fines de la teoría marginalista le interesa
solamente el actuar racional imputado, por axioma, al oper ador
macroeconómico, así como el macroeconómico. Para una crítica a estas
operaciones cfr. Lunghini (2002).
14
En su Teoría general de ocupación, del interés y del dinero, Keynes
afirma: el gran enigma de la demanda efectiva, con lo que había luchado
0DOWKXV HVWi GHVDSDUHFLHQGR GH OD OLWHUDWXUD HFRQyPLFD >«@ KD SRGLGR
sobrevivir sólo escondido y disfrazado en las regiones del bajo mundo de
0DU[*HVHOO\'RXJODV´ .H\QHV 
15
³>«@HOSULQFLSLRGH6D\VHJ~QHOFXDOHOSUHFLRGHODGHPDQGDJOREDOGHOD
producción en su conjunto es igual al precio de la oferta global para cualquier
volumen de producción, equivale a decir que no existe obstáculo a la plena
ocupación. Sin embargo, en esto no está la verdadera ley respecto a las
funciones globales de la demanda o de la oferta, un capítulo de importancia
capital en la teoría económica que aún no ha sido escrito y sin el cual todos
ORVHVWXGLRVGHOYROXPHQGHRFXSDFLyQJOREDOVRQI~WLOHVIUtYRORV´ .H\QHV
1963:26). Keynes cita favorablemente a Malthus cuando afirma en sus
Principles of Political Economy³GHWRGDVODVRSHUDFLRQHVH[SUHVDGDVSRU
los hombres capaces e inteligentes que encontré, la de Say, que afirma que
un produit consommé ou Detroit est un débouché fermé (1, 1, cap.15) me

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parece ser la más directamente opuesta a la teoría verificada y además
XQLIRUPHPHQWHFRQWUDGLFKDSRUODH[SHULHQFLD´ .H\QHV 
16
³.H\QHVFRPRORVRWURVHFRQRPLVWDVTXHpOPLVPRFULWLFyQRFRQVLGHUyHO
sistema en su totalidad; no tomó de un lado las interconexiones de los
fenómenos económicos y del otro los fenómenos tecnológicos, políticos y
FXOWXUDOHV´ 6ZHH]\ 
17
Por ejemplo se considera la buena acogida que ofrece a la interpretación de
su teoría general por parte del joven Hicks en su artículo de 1937 en la revista
Econometría³0U.H\QHVDQGWKH&ODVVLF$VXJJHVWHG,QWHUSUHWDWLRQ´TXH
servirá de base para el proyecto del modelo IS-LM, la interpretación más
convencional del pensamiento keynesiano.
18
No profundizaremos aquí en la crítica al modelo neoclásico en su versión
ortodoxa, keynesiana o de síntesis. El lector interesado puede consultar a
Weeks (1989). También Dalle Magne (1972), Linder, Sensat (1977) critican
algunos argumentos del Manual de introducción a la Economía (neoclásica,
naturalmente) más vendido. Katouzian (1982) analiza la dimensión ideológica
(vale decir de falsa conciencia) que está bajo la postura neoclásica. Un texto
más breve es el de Herb Thompsom (1979:291-305).
19
La presentación del modelo de Harrod se puede estudiar en Cardona Acevedo,
Zuluaga, Díaz, Caro Gamboa y Gómez Alvis (2004).
20
La diferencia principal en la versión de Harrod y la de Domar consiste en la
posibilidad de la acumulación del capital y en el concepto de tiempo, descrito en
HOSULPHUFDVR\FRQWLQXDGRHQHOFDVRGH'RPDU³ODVYDULDEOHVGH+DUURGVRQ
descritas en el tiempo, o sea cada variable se mide en varios períodos
determinados que están distanciados igualmente. Las variables de Domar son
continuas a través del tiempo; el elemento de continuidad necesita la medición
de las variables como tasas de crecimiento en este preciso momento, más que
FRPRVXPDGHXQSHUtRGR´ +XDQJ 
21
Cfr Hobsbawm (1987:62-63).
22
Solow concentra su ataque en la versión temporal discreta de Harrod, olvidando
que en el modelo de Domar se establece la posibilidad de variación marginal de
factores, a través de la ecuación diferencial que define la relación entre el
stock de capital y el potencial máximo de producción.
23
La función de producción muestra la productividad marginal decreciente del
capital: cada incremento del capital de una unidad causa en la producción un
226

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aumento menor que el derivado de la unidad de capital precedente. Esto significa
que cuando se dispone solo de un pequeño capital una unidad adicional de
capital es muy útil y crea una gran cantidad de producción; cuando el capital es
muy grande, en cambio una unidad adicional es menos útil y aumenta poco la
³SURGXFFLyQ´ /HGHVPDFDS
24
Solow (1956: 67-68, 77-79,90) insiste sobre este planteamiento.
25
Es decir, los cambios tecnológicos no son complementarios en el modelo.
26
Una discusión más extensa sobre el argumento la encontrará en Lucas (2005:1-
16).
27
Aquí hay que precisar que frecuentemente hay confusión entre desequilibrio
y no equilibrio. Los dos conceptos son completamente diferentes. Mientras el
SULPHURLPSOLFDXQHVWDGRGHUXSWXUDGHXQDFRQGLFLyQ³QDWXUDO´TXHHVODGH
equilibrio (del desequilibrio se tiende al equilibrio y por esto un concepto
utilizado incluso por los neoclásicos); el no equilibrio es en cambio el estado
QRUPDOGHXQDHFRQRPtD\HOHTXLOLEULR>«@XQDH[FHSFLyQFDVXDO´ &DUFKHGL
2006b:101). Y es precisamente aquí que yace una importantísima divergencia
de fondo entre marginales (y también muchos marxistas) y una lectura más
concreta del punto de vista marxista.
28
,WRK  6HWUDWDGHOSULQFLSLRTXHHVWiGHWUiVGHOD³PDVDFUtWLFD´GH
capital que recoge Domar en su modelo, a partir de la cual la tasa de ganancia
pasa de mano en mano y se desarrolla la acumulación pero que como él
mismo dice, necesita más análisis para ser entendida correctamente en su
funcionamiento efectivo.
29
Para una válida introducción a la economía del desarrollo como crítica de las
teorías desarrolladas ortodoxas, cfr. Volpi (1999). Para una crítica radical de
la idea burguesa de desarrollo económico que, para la ideología dominante
coincide con el progreso tout court, cfr. Jaffe (1990), donde sostiene que la
idea de progreso se desarrolla a finales del siglo XIX en un sentido específico:
progreso significa proceder siempre más veloz, producir cada vez más en un
año, en un día, hasta en un segundo, conquistar siempre más espacio, y lo
peligroso y erróneo de los significados es la idea que la especie humana
SXHGDFRQWURODUKDVWD³GRPLQDU´ODSURSLDIXHQWHRULJLQDULDODSUHKLVWRULDHO
ambiente, la naturaleza misma (25). Para una fuerte crítica al desarrollo
cuantitativo capitalista cfr. Vasapollo (2006).
30
Para Hosea Jaffe ante el subdesarrollo es consustancial, inminente al MPC,
y especialmente en su forma particular producida por el colonialismo. Para

227
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una lectura original de la literatura de Marx y Engels, a la luz de la teoría y de
la práctica colonialista, cfr. un clásico de Jaffe (1977), donde el autor elabora
sus tesis fundamentales referidas a la plusvalía negativa y al emburguesiamiento
de la clase productivo occidental, integrada en las estructuras y en los
mecanismos de explotación de las democracias occidentales, acaudaladas,
imperialistas y colonialistas (los daños de la clase productiva a los países
coloniales).
31
Como escribe Lunghini (2001), de otra parte, podemos hipotizar al máximo
que la bolsa sea un juego de suma cero, pero cada vez más nulo. Es absurdo
pensar en la posibilidad que la bolsa pueda crear riqueza: ella puede solamente
redistribuirla. Sobre el tema desde la cientificidad cubana cfr. Vasapollo (2006).
32
6H YH OD ³Declaration and action programme on the establishment of a
1,(2´ HQ (%% .DOODE    (O 1,(2 IXH SURSXHVWR HQ  SRU ORV
países del sur en el mundo, sobre la estela de la ejercitación producida por la
crisis del petróleo en 1973.
33
Tal noción se inspira, entre otras cosas, en los trabajos del Premio Nobel
Amarthya Sen que sostiene la necesidad de poner el ser humano como centro
del desarrollo. No se confunde el concepto desarrollo humano con las siguientes
cuestiones: desarrollo económico, atención a las necesidades primarias, al
bienestar humano, teoría sobre la formación de capital humano.
34
No obstante a las tantas críticas de la metodología del PND, ella se está
perfeccionando y hoy resulta ser la más completa entre todas.
35
El argumento puede ser profundizado en Vasapollo (2006).
36
Hailstones (1983); Raboy (1982).
37
Una crítica a la curva de Laffer, con una exposición de cómo se argumenta
tal planteamiento en Bowles, Gordon, Weissskopf (2000); Sharpe (1990).
38
Becker (1976; 1981; 1993).
39
Sargewnt, Lucas (1981); Lucas (1985); Fisher (1992).
40
Kydland, Prescott (1982: 13455-1370), (1988:343-360); Cooely (1995).
41
Benassy (192); Dreuropeaeze (1991).
42
Malinunvaund (1983). Mankiw, Romer (1991).

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