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INTRODUCCIÓN

Han pasado más de dos cientos años desde que surgieron los primeros movimientos independentistas
en Hispanoamérica. En Perú, el proceso de la emancipación era muy particular. La fecha de la
independencia del país se estableció el 28 de julio de 1821, cuando el general San Martín proclamó
la independencia en la Plaza de Armas de la ciudad de Lima en un intento de entregar el poder a
manos dela élite criolla limeña. Esta fecha tiene más bien un valor simbólico, puesto que este
acontecimiento se desarrolló en plena guerra por la independencia y aún no se habían concluido
enfrentamientos entre los realistas y los patriotas. La verdadera conquista dela independencia del Perú
ocurrió tres años después en la célebre batalla de Ayacucho. La problemática en torno a la
independencia, tanto peruana como hispanoamericana es muy compleja. Al investigar sobre la
independencia del Perú nos encontramos con una gran cantidad de textos sobre el tema y sobre todo
con dos teorías diferentes sobre la naturaleza de la independencia peruana.

TESIS PRINCIPALES

El año de 1971 fue declarado el “Año del Sesquicentenario de la Independencia Nacional” por
Decreto Ley que a la vez creó la Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del
Perú, la cual tenía por encargo preparar dirigir el programa para la conmemoración del aniversario
(Rumbar Temple 1975:148), que incluía la elaboración de una Colección Documental sobre la
Independencia del Perú (CDIP). Entre los años 1971 y 1976 se publicaron veinticuatro tomos con un
Contreras (2008) asigna que este lugar simbólico de la fecha central de la independencia del Perú
podían haberlo ocupado, bajo otros proyectos historiográficos, fechas de otros sucesos, como por
ejemplo la rebelión de Túpac Amaru II (1780), la rebelión en el Cuzco (1814) o la misma batalla de
Ayacucho (1824). Sobre esos acontecimientos lea más adelante en el trabajo.
Decreto ley del 16 de Septiembre de 1969 total de ochenta y seis volúmenes de la colección, los
cuales en su conjunto transmitieron una visión clara sobre la naturaleza de la independencia peruana,
la cual percibían como “resultado de la convergencia de las diversas corrientes políticas y sociales
que había entre los peruanos de inicios del XIX” (Contreras 2008: 18). Nos encontramos entonces
con la primera teoría sobre la independencia peruana, a la que se le tiende llamar la “versión oficial”
o la “versión tradicional” de la historia. El fundamento de esta tesis tradicional es una visión, podría
afirmarse que idealizada del surgimiento de un estado nacional, en la que la independencia es un
resultado de una toma de conciencia colectiva por el Perú y su sociedad, como si fuera un agente
homogéneo e uniforme. Bajo este concepto, la independencia del Perú tenía como precursores los
movimientos indígenas y campesinos - destaquemos por ejemplo la famosa rebelión de Túpac
Amaru II - y el protagonismo en el proceso de emancipación lo tenían los propios peruanos dirigidos
por los criollos que jugaban el papel de los “ideólogos”, ayudados al final por los caudillos militares
de los países vecinos que contribuyeron a materializar la acción empezada por el pueblo peruano.
Esta tesis ha sido defendida por ejemplo por el historiador Virgilio Roel, que procura destacar la
participación indígena en la independencia y recientemente por ScarlettO´Phelan Godoy, historiadora
peruana reconocida a nivel internacional, que ha enfocado su investigación en las grandes rebeliones
indígenas y movimientos sociales del siglo XVIII los cuales considera parte del proceso de la
emancipación.
Una teoría crítica hacia la anterior es representada inicialmente por la obra de Heraclio Bonilla y de
Karen Standing:
La independencia en el Perú: las palabras y los hechos
. Este estudio de la historia fue tomado desde una perspectiva distinta, con el objetivo de demostrar
que la independencia de Perú fue más bien concedida que obtenía según esta versión “no oficial” o
“no tradicional”, la independencia no fue un proceso nacional, un resultado de la toma de
conciencia colectiva por la mayoría de los peruanos, sino que fue un proceso surgido por objetivos
meramente políticos en el que no participaron las masas populares de Perú. Según afirman estos
autores, la sociedad del Perú colonial carecía de una identidad unificadora típica para los estados
nacionales. En el Perú no existía una nación, dicen, y por lo tanto la independencia no podía ser un
resultado de una decisión conjunta. Al mismo tiempo estos historiadores denuncian la tesis “oficial”
por manipular la historia con el objetivo de crear una conciencia de nacionalidad peruana: “Su
función: legitimar el presente a través de la manipulación del pasado; intentar fundar
inapropiadamente las bases históricas de la nacionalidad peruana e impedir la crítica histórica de los
problemas del presente.” (Bonilla, Spalding1972: 16)Estas dos teorías opuestas encendieron un
debate apasionado a cerca de la independencia del Perú, que permanece hasta los días de hoy. Para
poder llegar a una conclusión propia, es necesario presentar los acontecimientos históricos.
Empecemos entonces por elaborar un retrato de la sociedad y de la economía peruana antes de la
independencia.

CONTEXTO HISTÓRICO,SOCIAL Y ECONÓMICO DE LA SOCIEDAD PERUANA


ANTES DEINICIAR LA EMANCIPACIÓN

Como dicen Bonilla y Standing, la sociedad colonial no fue compuesta por “peruanos”. En efecto,
la mayor característica de la sociedad del virreinato fue su heterogeneidad y su incoherencia
. Ésta fue dominada por una élite de criollos que gracias a la ordenación colonial gozaban de
privilegios y de prestigio. Los criollos, junto con los peninsulares constituían un 13 por ciento del
total de la población del virreinato (Lynch 1976: 158), concentrados mayormente en la costa y en
las ciudades grandes como Cuzco, Arequipa o Trujillo. Hace falta resaltar que ni siquiera la
sociedad criolla fue compacta, igual que los demás grupos dentro de la sociedad peruana colonial.
Los criollos limeños formaban la verdadera élite, solamente se veían excluidos del gobierno
virreinal y de los puestos más altos de la administración, sin embargo tenían acceso a altos ingresos
y a un gran prestigio social gracias a los puestos dela burocracia colonial. Por lo tanto, este grupo de
élite criolla limeña tenía un vínculo bastante fuerte con la corona española y el gobierno virreinal.
En otra parte existía un grupo de criollos provincianos que no gozaba de tantos privilegios como los
limeños, y que según Bonilla y Standing, mantenía un resentimiento contra éstos perla dominación
de Lima. Los criollos provincianos, sobre todo los de Cuzco y de Arequipa formaban un 40 por
ciento de criollos del virreinato, siendo así una élite aparte, pero “cuya posición en el poder político
no correspondía a su privilegiada posición social y económica” (Bonilla, Standing 1972: 38). Hay
que mencionar que los miembros de este grupo estuvieron, en muchos casos, ligados con los
mestizos y con la élite indígena por lazos de parentesco. Y fue precisamente este grupo de criollos
que finalmente jugó el papel fundamental en el proceso de la independencia .Sin embargo, no
solamente se diferenciaban los criollos limeños de los de provincias, sino también la población rural
costeña de la de sierra. Las haciendas en la costa funcionaban principalmente gracias a la fuerza de
trabajo de los esclavos negros, mientras en la sierra eran los indígenas los que trabajaban en las
haciendas y en las minas cumpliendo la mita, un sistema de trabajo impuesto por el gobierno.
Finalmente, existían grupos rurales medios, los que estaban compuestos por caciques indios
menores, pequeños comerciantes o por la baja nobleza india. Respecto a la situación económica del
Perú, ésta estaba pasando en la época dela independencia por una etapa marcada por grandes
vicisitudes. Antes de 1778el virreinato peruano gozaba de la posición comercial más importante
para el gobierno colonial y por lo tanto era la región que más se beneficiaba del monopolio
comercial de España. Sin embargo, su expansión se basaba en una economía frágil y homogénea,
cuyo fundamento era la exportación de metales. Las materias primas dominaron la economía
virreinal, ya que su mercado servía como destinatario para la importación de manufacturas desde
Europa. En este contexto no se le asignaba un gran valora la agricultura, incluso cuando la minería
entró en recesión
. Los productos agropecuarios eran destinados solamente al mercado interno, sobre todo para el
consumo de Lima y de las ciudades mineras. Esta situación se modificó a base de ciertas cambios
que se produjeron a nivel mundial como a nivel colonial a finales del siglo XVIII. Ya a finales del
siglo anterior Hispanoamérica se había emancipado de la dependencia inicial de la corona española.
Este hecho iba acompañado por un crecimiento económico y también por cambios
Agricultura, a la minería y al mismo comercio (Bonilla, Standing 1972: 23). El mercado peruano se
vio de repente atacado por una oferta masiva de mercancías que no podíasoportar.En 1776 se creó
el virreinato del Río de la Plata y el gobierno colonial amputó de esa manera las minas de plata más
importantes, las de Potosí, del virreinato del Perú. Los borbones ejercieron también cambios en la
administración colonial. En caso de Perú fue por parte una respuesta a la rebelión de Túpac Amaru,
a la que nos dedicaremos más adelante. Estas nuevas medidas administrativas y políticas limitaron
por un lado los ingresos de una parte de criollos y por otra parte les ofrecieron a algunos criollos de
alto nivel social la participación en la dirección del nuevo sistema, lo que acentuó todavía más el
resentimiento de los criollos provincianos hacia los criollos de lima. En el año 1805 Gran Bretaña
consolida su supremacía marítima al destruirla armada franco-española en Trafalgar e inicia una
invasión de territorios hispanoamericanos ya conquistados poniéndole así sumamente difícil a
España su retorno a América y dándoles entonces una oportunidad a los criollos en la política. El
país, debilitado por estas guerras, fue el objetivo de la invasión napoleónica en 1808.José Bonaparte
fue proclamado rey de España en vez del Fernando VII. En respuesta la ocupación se crean juntas
provinciales y una junta central que gobernaba en nombre del rey depuesto. En 1812 promulgaron
las Cortes de Cádiz la Constitución liberal. Esta profunda crisis política tuvo sus repercusiones en
las colonias, las cuales subieron abandonadas ante el Vacuna Político de la metrópoli. En las
colonias .Un nuevo sistema de intendencias que reemplaza a los corregidores. Las tareas de los
intendentes eran, por ejemplo, la supervisión del registro de indios, la recaudación del tributo, etc.
La junta central fue constituida en Aranjuez el 25 de septiembre de 1808 y posteriormente
trasladada a Sevilla.
Se empezaron a movilizar los criollos creando Juntas, según el ejemplo de España, jurando la
lealtad a Fernando VII, pero a la vez exponiendo las exigencias de los criollos, lo que les llevó a un
conflicto con la administración colonial instalada anteriormente. La situación en Perú fue distinta.
En el virreinato no se llegaron a formar Juntas, es más, la represión de los movimientos (el de La
Paz y de Quito) fue ejercida desde el propio Perú. Durante la lucha contra los franceses España crea
una alianza con Gran Bretaña, que gana de esa manera un acceso fácil a los mercados de las
colonias. Al retornar al trono, prohibió Fernando VII la Constitución liberal y restableció el
absolutismo en espera de recuperar las colonias, lo que ya no fue posible dadla profunda debilidad
del estado español.
LAS REBELIONES

Una vez explicado el contexto histórico, económico y social, pasemos ahora alteña de las rebeliones
anteriores a la proclamación de la Independencia del Perú. Nos fijaremos sobre todo en el origen
social de las rebeliones y sus posibles impactos ella lucha por la independencia. Durante el siglo
XVIII se registraron como mínimo 140 levantamientos, la mayoría de ellos de origen indio (Lynch
1976: 164). La más conocida surgió en respuesta a las reformas borbónicas en 1780, conocida por el
nombre de su líder, cacique indígena Túpac Amaru II. Esta rebelión se extendió rápidamente por el
sur del Perú y más tarde también en las provincias del Alto Perú. Este movimiento careció
las juntas se iban creando en Bogotá, Caracas, Cartagena, Santiago de Chile y en Buenos aires entre
el abril y julio de 1810. Entre los estudios sobre este personaje destacan los de argentino Boles la
Lewin, por ejemplo “La rebelión de Túpac Amaru y los orígenes de la emancipación americana “o
“Túpac Amaru, el Rebelde”, y los de uruguayo Julio César Chávez – “Túpac Amaru”.
De cualquier apoyo de los criollos, por su política social que les asustaba. La rebelión fue aplastada
en una represión cruel por parte de los europeos y los criollos. Como afirma Lynch, a parte que a
estos movimientos les faltaba organización y recursos militares, tampoco contaban con la
solidaridad de la gente. “Así la gente de color de lactosa ayudó a aplastar el movimiento y luego en
1809 formó parte de las fuerzas realistas” (Lynch 1976: 165). Había como mínimo veinte caciques
que no se unieron Túpac Amaru, posiblemente por rivalidad o por la recompensa que les fue
ofrecida. Uno de ellos fue cacique Mateo Pumacahua, que no sólo que se mantuvo fiel a la corona,
sino que participó en el combate contra Túpac Amaru y en la dura represión posterior a éste, por lo
que fue recompensado con títulos y cargos importantes. La conciencia de la debilidad de la
metrópoli impulsó a los criollos a iniciar una rebelión en Huánuco en 1812, a la que se adhirieron
los indios, pero que se disolvió rápidamente ante las tropas enviadas desde Lima. (Bonilla, Standing
1972: 49) Después del fracaso esta la rebelión surge en 1814 la rebelión de Cuzco, liderada por los
hermanos criollos Angulo. La naturaleza de esta rebelión fue separatista no solamente de España,
sino también de Lima. Los rebeldes proponían creación de un nuevo estado peruano constitucional
Con el centro en Cuzco y alianza con el régimen revolucionario de Buenos Aires (Hamlet 1995:
66). Para poder lograr estas metas, les era imprescindible conseguir el apoyo de las masas
indígenas, por lo cual acudieron Pumacahua, que había roto su alianza con el virrey y se había
retirado de Cuzco. El cacique incorporó miles de indios leales en la rebelión y le proporcionó de
esa,Populares”. Sin embargo hay que tener en cuenta los numerosos movimientos indígenas del
siglo XVIII y también la participación popular en la rebelión del Cuzco del 1814.Como opina el
historiador Fernando Silva Santisteban, “el deseo y los esfuerzos por liberarse de la dominación
hispánica estuvieron presentes desde el momento mismo dela conquista y se manifiesta a lo largo de
todo el coloniaje en innumerables formas de reacción”. (Paredes 2006: 10) El problema de las
rebeliones indígenas era que carecían de una visión a largo plazo y de una organización sólida para
poder combatirla virreinato más poderoso política y militarmente de toda Hispanoamérica. Puede
que la tesis de Bonilla y Standing de que los movimientos indígenas del siglo Aviñón tenían
relación con la independencia tal como se llevó a cabo sea cierta, pero no se puede omitir un dato
tan importante como la existencia de un deseo de emancipación por parte de los indígenas y
mestizos, aunque probablemente no coincidía con el deseo criollo. Por lo tanto podemos afirmar
una vez más, que la tesis “oficial”, la cual toma la independencia como un producto de la
conciencia y movilización nacional, es errónea. Sin embargo, tampoco me atrevo a apoyar la tesis
de la “independencia concedida”, ya que ésta surgió tanto del deseo de parte de los criollos de
mantener su bienestar, como de la necesidad de los libertadores de consolidar la independencia de
toda la región hispanoamericana. Al afirmar que los conceptos de independencia de los indígenas y
de los criollos en el Perú no coincidían, surge una pregunta interesante:
¿De qué clase de independencia estamos hablando?
La visión “no oficial” considera que la independencia acentuó la desorganización interna del Perú.
(Bonilla, Standing 1972:63) En efecto, la nueva trayectoria del Perú resultó no ser tan nueva en lo
que se refiere sobre todo al aspecto social, pero también a lo político y económico. La burguesía
criolla, tan frágil e indecisa antes de la emancipación, no fue capaz de pronunciar un proyecto
político vigente. De hecho, según las palabras de Basadre, “no existía ningún grupo social y menos
un proyecto de gobernabilidad hegemónico que podría haberse impuesto, tomando la conducción de
un Estado recientemente constituido.” (Basadre1929: 30) Tras el fracaso de las negociaciones de
San Martín para establecer un reino en el Perú ,Se creó la república con organismos políticos
análogos a los organismos coloniales – en vez del Virrey hubo el Presidente, las Municipalidades en
vez de los Cabildos, los Prefectos en vez de las Intendencias etc. El poder sobre la república cayó en
manos de los militares. Sin embargo, el nuevo estado peruano seguía existiendo dentro de las
supervivencias coloniales. Citando a Jorge Basadre, “continuó la división de castas; si bien algunos
españoles se retiraron a España (…); el régimen de la familia continuó sin alteración; los indios
siguieron siendo
El barro vil con que se hace el edificio social
; Los negros continuaron como gente anexa a las viejas casonas y a las grandes haciendas costeñas.”
(Basadre 1931, 1978: 21)A parte de la independencia política, que llevaba consigo las
supervivencias coloniales en la organización social y administrativa, hay que reflexionar también
sóbrela independencia económica. Ya hemos mencionado que el Perú era el bastión más importante
del comercio colonial antes de que entrasen en vigor las reformas borbónicas que debilitaron el país.
En la lucha de la independencia fue Perú apoyado por los comerciantes de Gran Bretaña, que
intentaba consolidar su hegemonía comérciala nivel mundial. Al terminarse el proceso de
la emancipación, Perú pasó sin ningún rasgo de oposición ni transición de la dominación española a
ser dominado
La idea básica de San Martín era realizar la independencia del Perú por medio de los españoles
coronando a un príncipe español en el Perú independizado. El hecho de poner en la frente del país
una persona con conocimientos de política y dirección del país debía desenseñarles a los peruanos
como gobernar su nuevo estado.
Se trataba de un apoyo no oficial por parte de los comerciantes, ya que Gran Bretaña se había
declarado neutral en la lucha entre las colonias y España.
Económicamente por Gran Bretaña que necesitaba los recursos y el mercado del Perú para
intensificar su industria textil y debilitó así todavía más la frágil economía del país. Resumamos
entonces lo expuesto. El proceso de la independencia se dio en un momento en el que no existía una
conciencia de la nación peruana, aunque sí existían nacionalismos separados como el “criollo” o el
“indígena”. Los movimientos indígenas no consiguieron derribar la extraordinaria fuerza militar del
estado colonial y no participaron en la independencia apoyando ideológicamente ningún bando,
sino quieran reclutados por los dos. Por otra parte los criollos muchas veces abandonaban las
alianzas con los indígenas buscando beneficio para sus causas, lo cual pasaba también en las propias
luchas entre los patriotas y los realistas. La independencia fue traída al Perú por los célebres
libertadores, aunque no nos podemos olvidar del deseo de emanciparse de varios segmentos de la
sociedad. Una vez conseguida la independencia, Perú pasó de la hegemonía económica de España a
la hegemonía de Gran Bretaña. El nuevo estado fue demasiado débil, tanto en lo económico, como
en lo político y en lo social. Sobre todo en esta última esfera no se notó ningún cambio en respecto
a la ordenación colonial. La burguesía seguía siendo débil y egoísta, los sectores marginados
continuaban siendo marginados también durante la república. Según la opinión del historiador
Alberto Flores Galindo, la independencia fue “una revolución incompleta o frustrada: cayó el poder
dela metrópoli, pero sin que ningún grupo local consiguiera hacer de esa derrota el comienzo de una
reforma o de una nueva orientación”. (Contreras 2008: 22) En mí esta hegemonía de la Gran
Bretaña fue reemplazada más adelante en el siglo veinte por los Estados Unidos, lo que también
afectó la economía peruana. El año 2009 fue firmado el acuerdo del libre comercio entre el Perú y
los EE.UU., lo cual puede tener repercusiones sobre todo en el desarrollo de las pequeñas y
medianas empresas que tienen el papel fundamental en el desarrollo del país, sobre todo de sus
zonas provinciales y rurales.
Opinión, el proceso de la verdadera emancipación del Perú empezó a darse en el siglos, cuando se
empezaron a alejar las viejas supervivencias del pasado y los prejuicios hacia las distintas partes de
la sociedad peruana y me atrevo a decir que este proceso perdura hasta los días de hoy.

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