Establecido aunque sea en forma teórica, cuales son los criterios utilizados a
efectos de caracterizar los sistemas de control de la administración pública, pasamos a
desarrollar algunos de ellos que fueron seleccionados a priori, no solo por ser los mas
conocidos, sino por ser de alguna manera quienes representan modelos originales,
susceptibles de estudio y que en algún momento fueron fuente donde ir a buscar
soluciones a nuestros problemas. Por último, nos tomamos un tiempo, para efectuar el
estudio del sistema nacional argentino y el de la Provincia de Buenos Aires, en cuanto a
sus pilares centrales de constitución y alcance, lo que permitirán seguramente al alumno
advertir virtudes y defectos en contraposición a los sistemas del derecho comparado.
El sistema francés:
El sistema de control de la administración por sí misma, no es una originalidad y
mucho menos uno de los legados de la Revolución Francesa, esto desde ya era sabido
pues el poder real difícilmente era susceptible de control externo, salvo que por su
propia voluntad así lo resuelva. Ahora sí, lo novedoso es el contexto constitucional y
legal en el cual se dá, recordar que con el Emperador Napoleón se va dar inicio a la
inmensa obra codificadora dando lugar a los codigos civil, de comercio, de los pena, de
legislación procesal civil y criminal, de materias como obras públicas y minas, etc. y
esto lo lleva a su máxima expresión a todo el sistema después de una practica
bicentenaria.
Desde una perspectiva histórica se puede decir que cargados de una gran dosis
de realismo políticos, los revolucionarios franceses veían con gran preocupación a los
integrantes del Poder Judicial, en su mayoría de extracción monárquica, pués
obstaculizaban de alguna manera las decisiones y cambios que se encaraban, por lo que
decidieron solucionar el problema de raíz ( Miguel Malagon Pinzón, La revolución
francesa y el derecho administrativo francés.La invención de la teoría del acto
político o de gobierno y su ausencia de control judicial). Así en el art. 13 de la ley
16-26 agosto de 1790 se dispuso que “las funciones son y continuarán siendo
separadas de las funciones administrativas. Los jueces no podrán bajo pena de
prevaricato, inmiscuirse de alguna manera en las operaciones de los cuerpos
administrativos, ni citar ante ellos a los funcionarios de las administración por razón
de sus funciones”. Poco tiempo después la normativa se consolidó en la cláusula 3º
de la Constitución Francesa de 1791, estableciendo “los tribunales no pueden
inmiscuirse en el ejercicio del poder legislativo, o suspender la ejecución de las leyes,
ni en las funciones administrativas, o citar ante ellos a los funcionarios de la
administración por razón de sus funciones”. Repetida en 1795 en el decreto del
fructidor del año VIII, cuando establece “prohibiciones reiterativas son hechas a los
tribunales de conocer de los actos de la administración, cualquiera sea su naturaleza”
Sobre esta base política se organiza y funda un nuevo régimen jurídico cuya
piedra fundamental se vá a constituir el Consejo de Estado francés, surgido en el
período revolucionario a la luz del conocido Consejo del Rey, propio del período
monárquico. Así pues, es de recordar que ya era conocido el Consejo Real de Valois,
creado por Felipe IV, el Hermoso, para asesorar al Monarca en el siglo XII, lo que se
constituye a su vez en un antecedente del Conseil D´Etat, creado por Enrique III en
1578 y remozado por Luis XIV, que lo convirtió en el consejo Privado del rey en
materia de finanzas y dirección del reino. (Juan Antonio Carrillo Donaire,
Consieraciones en torno al bicentenario del Consejo de estado francés, – Revista de
Administración pública de españa nº 153,)
Así, ya durante el periodo napoleónico (1799-1814) por medio de la
Constitución de 1799 (Frimario del año VIII) se crearon el Consejo de Estado y el
Consejo de Prefectura, con funciones de asesoramiento ya sea al Jefe de Estado, como a
los Prefectos (autoridades de naturaleza local y regional). Poco tiempo después por
medio de los decretos de 11 de junio y 22 de junio de 1806 se creo dentro del Consejo
de Estado “la Comisión de lo Contencioso”. Entendemos que el valor agregado del
nuevo sistema está en el puntapié inicial a un nuevo régimen jurídico que vá a pretender
ser diferente al derecho romano, al germánico, al medieval, al common law, al derecho
natural y de gentes, tal como lo sostuviera Garcia de Enterría (García de Enterría,
Eduardo, Problemas del Derecho Público al comienzo de siglo, Madrid, Civitas, 2001)
Este período es considerado usualmente como de Justicia Retenida (justice
retenue), pues cualquier eventual reclamos contra actos administrativos que era
realizado, debía ser articulado frente al funcionario administrativo que lo había dictado
y resuelto por la autoridad ejecutiva superior, aunque previa consulta al Consejo de
Estado, dictamen que según la época era de carácter obligatorio y en otra facultativo.
Con el tiempo, lo cierto es que el Jefe de Estado pasó a confirmar en forma pura y
simple la propuesta del Consejo de Estado respecto de la resolución de los conflictos
que le tocaba resolver.
En realidad, y como ya fue expuesto la idea de que la administración sea
juzgada por si misma, no era novedosa, pues tal era el principio clásico hasta el
momento, lo novedoso de la idea surge en concepto de una organización sometida a la
Ley. Bajo este régimen se dio rienda suelta a la recreación en la órbita del derecho
público de instituciones propias del derecho civil, tales como acto, contrato,
responsabilidad, dominio, limitaciones a la propiedad, etc. Mas tarde ya en tiempos de
la caída de Napoleón III y el inicio de la Tercera república Francesa (1871-946) se dictó
la ley del 24 de mayo de 1872, por medio de la cual se dispuso en su art. 9 que: “El
Consejo de Estado estatuye soberanamente sobre las demandas de anulación por exceso
de poder formuladas contra los actos de las diversas autoridades administrativas”, así
como también se recreó el Tribunal de Conflictos (integrado por el Ministro de Justicia,
3 magistrados de la Corte de Casación y 3 miembros del Consejo de Estado) para
solucionar los conflictos de competencia entre la jurisdicción ordinaria y la
administrativa. Ello mas lo resuelto en 1889 por medio del arret Cadot (se define el
mismo Consejo como juez de primera y única instancia en materia contencioso
administrativa), el régimen cambia nuevamente corrigiéndose la idea original, al
admitirse el carácter autónomo del Consejo de Estado respecto del jefe de Gobierno,
abriéndose así una etapa de fortalecimiento de las potestades jurisdiccionales de los
órganos de control, tal como lo conocemos hoy en día., denominándose a este segmento
histórico como de Justicia Delegada (justice déléguée).
En 1953 por decreto-ley del 30 de septiembre se reemplazaron los viejos
Consejos de Prefectura (conseils de préfecture) por Tribunales Administrativos, en
primera instancia (hoy alcanzan a 31 en territorio francés, y 11 de ultra mar, hasta
2010), y por medio de la ley del 31 de diciembre de 1987 se crearon las Cortes
Administrativas de Apelación ( hoy alcanzan 8 en total), a los cuales se les confirió
atribuciones suficientes para constituirse en organismos de control jurisdiccional en
segunda instancia, y de casación al Consejo de Estado, siguiendo el modelo de
organización alemán. Todos estos órganos son colegiados, y el Presidente puede delegar
en alguno de sus integrantes la resolución de la causa en atención a la materia, gravedad
o monto de la causa.-
El Consejo de Estado es un organismo con una basta cantidad de funcionarios a
los cuales se los divide en al menos tres categorías: 1) los Auditeurs (auditores) nivel de
incio reservado para estudiantes de últimos años de carrera de abogacía o recién
recibidos; 2) “les maitres de requetes”, encargados de hacer la instrucción de la causa,
hasta llevarlo a resolución final, de entre estos funcionarios se elige al “Commissaire de
Gouvernement” (Comisario de Gobierno), quien prepara las conclusiones del caso, y
entre cuyo integrante se encuentran grandes jurista como Edouard Laferriere, Jean
Romieu, León Blum, Georges Pompidou entre otros; 3) en la última categoría se
encuentran “Les Consillers D Etat”(Consejeros de Estado), quienes en definitivas
adoptan las decisiones o sentencias (arrets), en base a lo expuesto por el Comisario de
Gobierno (Carrillo Donaire, Juan “Consideraciones en torno al bicentenario del
Consejo de estado Frances -1799.1999 “,RAP – Cepc, nº 153, 2000, François Julien-
Laferrière Breuilhç, Breve historia de la jurisdicción administrativa francesa, en
www.cem.itesm.mx )
Por último, entonces cabe caracterizar al régimen de control francés como un
sistema dual, pues existe una jurisdicción judicial, con jueces comunes, y una
jurisdicción administrativa, cuya organismo superior de última instancia es el Consejo
de Estado francés, poniendo de manifiesto la labor pretoriana del mismo a efectos de
determinar concretamente las reglas del control de la administración pública, por ej
entre otras:
a) Arret Blanco(1873): determina las bases del sistema de responsabilidad
extracontractual del estado en ejercicio de la función administrativa por fuera del
ordenamiento civil.
b) Arret Pariset (1875): comienza a perfilar los requisitos del recurso por exceso
de poder y de los medios de anulación de los actos administrativos que realicen
“desviación de poder”
c) Arrets Campaigne du Gas (1902), Terrier (1903 ) y Therond (1910): establece
las pautas básicas sobre los contratos administrativos.-
d) Arret Saint Juste: condiciones de ejecución forzosa de los actos
administrativos
e) Arret Compaigne des Chemins de Fer (1906) sobre la potestad reglamentaria
de la administración pública.
La base procesal sobre la cual actuó desde sus inicios la jurisdicción
administrativa fue el Recurso por Exceso de Poder, el cual residía l menos en un
principio, en denuncias contra funcionarios por actuar mas allá de su competencia,
exigiendo a efectos de la seriedad del planteo mismo, una “qualité pour agil” (calidad
para actuar) esto, en términos reales consistió en la posibilidad de fiscalizar todos los
ciudadanos a la administración, transformando el acto en el objeto de proceso,
importando la legalidad objetiva, mas allá que el interés de las partes. En realidad quien
lo caracterizó fue Laferriere quien sostuvo la idea “de un proceso hecho al acto”, en el
cual el papel del administrado era similar al del Ministerio Público. Este proceso era
sumamente agil y consistía en contraponer el acto administrativo impugnado al
ordenamiento, resolviendo su legalidad o no, sin mayores efectos que ello, lo que
condujo en la actualidad a la consolidación de un recurso de plena jurisdicción, donde
no solo se pretende la nulidad de un acto sino también el reconocimiento de un derecho,
y la posibilidad de dictar medidas tendientes a la ejecución de la sentencia, en similar
sentido al régimen alemán.
El sistema francés está en constante cambios, los cuales se advierten claramente
con la aprobación del Code des Tribunaux Administratif, de 1973, que luego fue
modificado y pasado a denominarse “Code des Tribunaux Administratif et des Courts
administratives d´appel” y hasta el reciente Code de Justice Administrative, del año
2000 que innovó sustancialmente sobre los poderes de los órganos de control respecto a
la administración actuante, fundamentalmente en lo referente a las medidas cautelares.
Por último se advierte, que el Consejo de Estado francés ha tenido dos misiones
fundamentales, una de tipo consultiva y otra de control, como lo fue expuesto
precedentemente, y si bien la actividad consultiva cedió en importancia y trascendencia
a la segunda, no nos cabe la menor duda que constituyó una fuente importante que
colaboró con la eficacia del sistema y su perduración en el tiempo
El sistema italiano
El sistema de control italiano, al igual que el sistema francés, se basa en un
régimen dual, organizado por un lado con órganos jurisdiccionales, tales como Guidice
Conciliatore , Tribunales, Corte d´Apello y Corte di Casazione, así como por órganos
de naturaleza administrativa como Tribunales Administrativos Regionales (TAR),
Consejo de Estado y Consejo de Justicia para la región de Sicilia. Todos los organismos
son colegiados, y a diferencia de algunos otros sistemas Consejo de Estado no tiene
ninguna atribución con carácter originaria, entendiendo siempre previa resolución del
órgano de primera instancia (TAR) el que se divide en Salas de un Presidente y dos
magistrados, sin posibilidad de existir delegación de funciones en cualquiera de ellos.
Por su parte el Consejo de estado se conforma por tres secciones jurisdiccionales,
conformada cada una por un Presidente y 12 consejeros, y por una Sección Plenaria,
integrada por 12 consejeros, cuya misión fundamental es dirimir los conflictos de
jurisprudencia de las otras tres Secciones.
El régimen italiano como antes se dijo está inspirado directamente en el
régimen francés, si bien después de terminado el periodo napoleónico la Monarquía
italiana pretendió modificar a mayor parte de las instituciones importadas, en materia
administrativa la cuestión no fue así, en virtud de ello por edicto del 18 de Agosto de
1831 de Carlo Alberto titular del Reino de Cerdeña, Chipre y Jerusalén, Ducado de
Saboya y Montferrat, Principado de Piamonte, se creó el Consejo de Estado que tenía
como función principal controlar los actos del estado cuando actuaba como persona en
ejercicio de funciones publicas y por vicios que afectaban a un derecho reconocido por
una norma legal.
Por medio de la ley del 20 de marzo de 1865 nº 2248 suprime el sistema de
justicia retenida y se organiza un sistema monista de control exclusivamente judicial
“estableciendo el conocimiento de “todas las causas «todas las causas por delitos y
todas las materias en las que se haga cuestión de un derecho civil o político, aunque
pueda resultar interesada la Administración pública, e incluso cuando se trate de actos
dictados por el poder ejecutivo o la autoridad administrativa» (art. 2). Para los restantes
«intereses no elevados a derechos» o, según palabras de la misma Ley, para «todos los
asuntos no comprendidos en el artículo precedente » (art. 3), solamente quedó el recurso
jerárquico tradicional ante las autoridades administrativas. Al mismo tiempo, al juez
ordinario llamado a decidir acerca de la violación de un derecho subjetivo por parte de
la Administración, se le vedaba pronunciarse sobre la legalidad del acto administrativo y
sólo podía «conocer de los efectos del acto (...) en relación con el objeto del juicio» (arl.
4, ap. 1.°). El acto administrativo que el juez ordinario había tenido que considerar en su
decisión, aunque declarado ilegal, no podía ser revocado ni modificado más que «a
través del correspondiente recurso a las autoridades administrativas, las cuales deberán
conformarse a la decisión del juez ordinario» (art. 4, ap.2)” (Fernandez Salmeron,
Manuel, Nuevas tendencias de la justicia administrativa en Italia: hacia algunas
quiebras entre la distinción entre intereses legítimos y derecho subjetvo , Revista de
Administración Pública nº 154 )
Ahora el 31 de marzo de 1889 por medio de la ley 5992, conocida como ley
Crispi en honor a su inspirador, se instituyó la cuarta sección del Consejo de Estado, de
carácter resolutivo a diferencia de las tres ya existentes que eran de exclusivo corte
consultivo. El problema surgió para determinar cuando era competente el juez
administrativo y cuando el juez ordinario, por lo que la doctrina comenzó a sistematizar
como criterio de distinción la existencia de un derecho subjetivo o de un interés
legítimo, sobre la base de la alambicada casuística legal. Asi ante González Pérez decía
que el criterio era determinado por la “causa petendi” de la pretensión, cuando se
requería el reconocimiento de un derecho subjetivo y consecuentemente la nulidad del
acto administrativo que lo afectó, la competencia era de la jurisdicción ordinaria, ahora
cuando lo que se pretende es la afirmación de un interés publico garantizado por la ley
y es necesario la anulación del acto administrativo que lo afectare, será competente la
jurisdicción administrativa.
Por ejemplo, si bien como regla general al juez administrativo se le impide
controlar actos administrativos que afecten derechos subjetivos, en 1923 por medio de
una ley (número 2840) se le otorgó a la justicia administrativa el control de lo referente
a la Función Pública y por decreto legislativo de 1998 (número 80) se le transfirió los
conflictos relativos a servicios públicos, urbanismo y edificación, aunque lo más
importante fue la posibilidad de poder pronunciarse sobre el resarcimiento de los daños
causados por la administración pública, modificando de alguna manera aquella regla
inicial (Salerno Antonella y Moreno Fuentes, Rodrigo “la responsabilidad de la
administración por los daños que afectan los intereses legítimos en el sistema italiano
¿un cambio revolucionario? Rev. de administración pública, nº 152).
Por último entiendo interesante poner de manifiesto que han existido propuestas
para cambiar el régimen de control de la administración pública, como por ejemplo el
de la Comisión Bicameral para las reformas constitucionales presidida por Máximo
D`Alema que en 1997 aprobó un proyecto que daba por finalizado la distinción entre
derecho subjetivo e interés legítimo, perdían sus atribuciones jurisdiccionales el
Consejo de Estado y el Tribunal de Cuentas, se restablecía la tendencia de unidad
jurisdiccional sobre la base de la competencia de la justicia ordinaria y se establecía que
salvo por ley especial la administración pública estaba sometida al derecho privado.
El sistema Alemán
Debo reconocer que la riqueza del derecho alemán en materia de derecho
público, hacen por demás difícil efectuar un breve comentario sobre el control judicial
de las administración pública, comprometiéndome por anticipado a acotar el tema en la
medida de las posibilidades. Demás esta decir, que desde un aspecto histórico genera
extrañeza que pese a la novel diferenciación del derecho administrativo respecto del
derecho romano, no pudo aquel desarrollar su faz procesal en la misma medida que lo
realizó en su faz material (Nieto, Alejandro “El procedimiento administrativo en la
doctrina y la legislación alemana”)
La República Federal Alemana está constituida sobre la base de la Ley
Fundamental de Bonn de 1949 (Grundgesetz für die Bundesrepublik Deutschland), la
cual se constituye en su piedra basal, dando lugar a un estado de derecho con una
organización de tipo federal, cualidad esta de neto histórico (se remonta al Sacro
Imperio Romano con excepción del período de 12 años del Tercer Reich) y que la
caracteriza respecto de otros estados europeos, y cuya constitución actual es de 16
estados integrantes denominados Lander
La organización de la justicia federal consta de 5 ramas: 1) la rama ordinaria,
cuya materia es abarcativa del fuero civil, comercial y penal 2) la rama contencioso
administrativo; 3) la rama en lo económico-administrativo (tributario); 4) la rama del
Trabajo y 5) la rama de lo Social (previsional). Al igual que en toda Europa, los
organismos judiciales en todas sus instancias son colegiados, los tribunales
Administrativos (Verwaltungsgerichte - VG), actúa en Secciones (Kammen, tambien
puede entenderse como Cámaras), integrada cada una por tres jueces y dos jurados, que
solo intervienen en las causas con trámite oral previo, ahora la sección puede delegar la
Resolución de la causa en un de sus integrantes, haciéndose solidariamente responsable
con ello a lo que el magistrado decida, y siempre y cuando la complejidad del conflicto
así lo determine. Por su parte los Superiores Tribunales Administrativo de cada Lander
se dividen en Salas (Senate), compuestas en principio por tres jueces profesionales y
con la facultad de que cada uno establezca la posibilidad de introducir dos Jurados
(legos). En lo que respecta al tribunal Administrativo Superior o Tribunal Supremo
(Bundesverwaltungsgericht)se integra también por salas las que normalmente están
integradas por tres miembros profesionales y en algunas oportunidades por
cinco(Bocanegra Sierra, Raúl “Consideración sobre la planta de la jurisdicción
contencioso administrativa-modelo español y modelos comparados),
Originariamente el régimen de control de la administración pública germana
adoptó un sistema similar al francés, así en 1808 apareció el “Consejo Secreto” (luego
llamado Consejo de Estado, 1817) en Baviera, en 1819 el Consejo de Estado de
Wurttemberg y en 1832 en Sajonia, etc., constituyó una tendencia cuya continuidad
prosiguió hasta 1945, incluso con el acompañamiento doctrinario de autores como Von
Gneist (1872), quien reclamaba una máxima instancia administrativa conformada por
juristas y peritos de administración. Como característica de los regimenes propios de
cada estado (lander) se diferenciaba uno de otros, según los criterios mas o menos
rigurosos de separación entre esta jurisdicción judicial y la administrativa (algunos por
sistema de casos enumerados otros por regla general), siendo únicamente controlada la
administración local, mas no la imperial que poseía algunos organismos o tribunales
especiales para ramas determinadas, los que fueron abiertamente desoídos durante el
período nacionalsocialista (Bachof, Otto “La Jurisdicción administrativa en la
República Federal Alemana” , RAP – CEPC - nº 25, 1958 )
Tras la II Guerra Mundial y con la creación de la República Federal Alemana
(RFA) por medio de la constitución, se estableció por un lado, que era una competencia
legislativa concurrente entre los landers y el Estado Federal lo relativo a proceso
judicial ( arts. 72.1 y 74.1), así en consecuencia en 1960 se promulgó la ley de
procedimientos administrativo (Verwaltungsgerichtsordnung, VwGO) la cual organiza los
Tribunales administrativos y el proceso judicial; la organización jurisdiccional se basa
en principio, con dos instancias locales (lander) los tribunales inferiores (denominados a
veces Tribunal Administrativo o Tribunal Administrativo Superior) y un tribunal
superior denominado Corte Judicial Administrativa, por otro lado, a nivel federal
(Bund) en un Tribunal Administrativo Federal, que en algunos casos actúa en grado de
revisión de la justicia local y otras de instancia originaria (Nieto, Alejandro, Nueva
ordenación de la jurisdicción contencioso administrativa en la República Federal
Alemana, RAP – CEPC - nº 31, 1960). En materia de competencia, cabe aclarar que
este fuero administrativo alcanza a las actuaciones sometidas al derecho público sea este
realizado por autoridades federales o de los Lander, recordando que expresamente se
legisla sobre las acciones de nulidad y la de inactividad, y que por otro lado está
sometido a los tribunales ordinarios los casos de indemnización, por expropiación así
como por faltas cometidas por los funcionarios en ejercicio de sus funciones, poniendo
en sobresalto para la determinación de la competencia la existencia de una relación
jurídico administrativa, y dejando de lado el criterio de la forma concreta de actuación
la administración (Sistema general de la impugnación de la actuación administrativa en
el derecho alemán, Santiago Gonzalez-Varas Ibañez, en Modelos Europeos de justicia
contencioso administrativa, Dir. Rosada Pacheco, Santiago, ed. Dyckinson, 2007)
El tema del agotamiento de una instancia administrativa (Vorverfahren) fue un
tema central en la doctrina y jurisprudencia, en cuanto a su obligatoriedad o efectividad,
dejando de lado el criterio tradicional del doble juego alternativo de reconsideración y/o
alzada, por el de un único recurso (widerspruch) por lo que en el art. 68 se estableció:
“Con anterioridad a la interposición de la demanda de anulación han de ser examinadas
en un procedimiento administrativo previo la juridicidad y la oportunidad del acto. Este
examen no será necesario cuando así se haya dispuesto por la ley para determinados
casos o cuando: 1. El acto administrativo haya dictado por una autoridad federal o de los
estados, a no ser que una ley prescriba este examen; o 2. Cuando haya sido perjudicado
por primera vez un tercero en la resolución del recurso administrativo”, quedando claro
que solo queda como condición en los casos donde se debate la anulación del acto
administrativo”.
En 1976 se dictó una nueva Ley de procedimientos Administrativos
(Verwaltungsverfahrensgesetz, VwVfG) que estableció la uniformidad en la materia de
derecho público tanto ello para organismos centrales, sus descentralizaciones, las
autoridades de los lander, de las comunas, de los consorcios comunales y de las demás
personas públicas (concesionarios), y no se aplica salvo que alguna ley federal
establezca lo contrario o supletoriamente cuando existe una ley procesal regional de
carácter especial (arts. 84.1 y 2 y 85.1 y 2 de la Constitución). “La ley federal de
procedimiento administrativo, es aplicable por consiguiente cuando: a) intervenga una
autoridad del estado Federal o de un Land; b)se trate de una actividad administrativa de
naturaleza jurídica; c) las normas jurídicas del estado federal no contengan una
disposición diversa o en sentido contrario; d) no exista alguna excepción a las
disposiciones del art. 2 VwVfG o se trate de una actividad externamente relevante
orientada a un acto administrativo o a la celebración de un contrato administrativo (art.
9 VwVfG); y e) tratándose de una autoridad regional, la actividad administrativa de
derecho público de esa autoridad no estuviese regulada por una ley local de
procedimiento administrativo” (Mayer, Franz , La ley de procedimiento administrativo
en la República Federal de Alemania, traducc. de Rodríguez, Fausto E., RAP – CEPC -
nº 83, 1977) .
Por último, cabe caracterizar que el régimen alemán de control judicial de la
administración pública, tiene como punto de partida la simple lesión jurídica en los
derechos de un individuo y que el juez dispone de amplias facultades para investigar
(incluso de oficio- art. 86 VwGO) , a contraposición del sistema norteamericano que
solo puede trabajar sobre los hechos aportados por las partes;
El sistema Argentino:
4) Por último, como corolario de lo anterior solo citamos dos sentencias donde
abiertamente la Corte admitió la demandabilidad de organismos estatales que no son la
Nación, aunque no lo diga expresamente como en “Gomez”. Asi por ejemplo, a la
provincia de Buenos Aires en la causa CLXIII en El Dr. En Medicina contra Consejo de
Higiene de Bs As sobre prohibición de ejercer la profesión, donde el actor era medico
recibido en la universidad de Pisa cuyo título fue revalidado ante el tribunal de
Medicina de Corrientes y donde el demandado le prohibió ejercer la profesión médica
sin cumplir con las pruebas requeridas (Fallos tomo tercero pags. 315/320). También es
interesante advertir que cuando se demanda a la Aduana, esta no hace uso del privilegio
que tiene la nación, como por ejemplo en la causa CXX entre el Fisco Nacional y
Devoto hermanos, sobre manifestacion de mercaderias.en las que se aclara “Las
resoluciones administrativas que la ley de 14 de Noviembre de 1803 atribuye á los
administradores de Aduana, no tienen la significación ni la fuerza de una sentencia
judicial, y solo importan la declaración de las pretensiones de la Aduana. Cuando ellas
se encuentran en oposición con las de un particular, surge el caso contencioso
administrativo en el que la primera sentencia que se pronuncia es la del Juez Nacional
de Seccion; y por consiguiente, la resolución de los administradores no puede tomar el
carácter de sentencia ejecutoriada”.