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Nueve Dones Espirituales

(1 Corintios 12:4-11)
Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo.

Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo.

Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo.

Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.

Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el
mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo
Espíritu.

A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos
géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.

Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular
como él quiere.

Esta cita Bíblica nos habla de nueve Dones Espirituales que Dios da y ha repartido en su
iglesia a manera de regalos (Dones) según su multiforme gracia para con nosotros y para
beneficio de los demás.

Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia
recibisteis, dad de gracia. (Mateo 10:8)

Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores
de la multiforme gracia de Dios. (1 Pedro 4:10)

Como podemos ver los Dones que Dios nos ha dado es la manera en que seremos usados
por Dios para Beneficio de los demás, entendiendo que son manifestaciones muy
específicas Del Poder de Dios.

Debemos estar claros en que estos Dones son y se adquieren de manera Sobrenatural y
deben ser diferenciados de las capacidades que obtenemos por medio de nuestro
esfuerzo humano (Por Ejemplo: cuando estudiamos para aprender otra lengua, no significa
que tenemos EL Don de lenguas), ni debemos confundirlos con las virtudes que
desarrollamos en lo humano en nuestro carácter medida que crecemos y vamos (Por
Ejemplo: La sabiduría humana que se manifiesta en nuestras vidas para fines
humanos).Podemos decir además que la mayoría de las características que tienen estos
dones se manifiestan en nosotros a un nivel más básico y limitado sin tener Tal Don
Espiritual. Este es el motivo por el cual nos interesa estudiar y saber Bíblicamente que
función cumple cada uno de los nueve Dones Espirituales que son mencionados en ésta
porción de la Biblia.
Don de Sabiduría: Nos da la capacidad de aplicar o usar el Conocimiento de la Palabra de
una manera oportuna, precisa y eficaz. La característica de éste Don es conocida en la
Biblia, como La Ciencia del Concejo.

Yo, la sabiduría, habito con la cordura, Y hallo la ciencia de los consejos. (Proverbios 8:12)

Por medio de Este Don, Dios le da al Portador una inteligencia Sobrenatural que le permite
Saber lo que debe hacer y cómo solucionar cualquier problema que se presente. La
característica de Este Don se ve con más frecuencia en un Pastor como una necesidad que
amerita su oficio la cual es Guiar al pueblo del Señor con el consejo de la Palabra, aunque
no solamente EL Pastor recibe este Don.

Don de Ciencia: Más que conocimiento, es EL Entendimiento de Misterios y la capacidad


de profundizar en cualquier tema de La Palabra de Dios. Quién tenga este Don no es aquel
que lo sabe todo, sino que es él que tiene la capacidad Sobrenatural de entender de una
manera simple los Misterios de Dios, los cuales les son Revelados de una manera especial
al que tiene dicho Don.

Ciertamente espíritu hay en el hombre, Y el soplo del Omnipotente le hace que entienda.

No son los sabios los de mucha edad, Ni los ancianos entienden el derecho. (Job 32:8)

El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la
ciencia a los entendidos.
El revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y con él mora la luz.
(Daniel 2:21)
Hay quienes confunden EL Don de Ciencia con tener conocimiento y si éste fuere el caso,
podríamos adquirirlo fácilmente con el mucho estudio y dejaría de ser un Don
sobrenatural que solo Dios puede dar. Por lo contrario éste Don Sobrenatural permite al
Portador ir mas allá del conocimiento y cuando decimos más allá nos referimos al principio
y el origen de éste, su Matriz y de esta manera poder saber “el por qué” o “la razón” de
cómo se origina el conocimiento.

En quienes puede ser visto este Don a menudo es en los Maestros que tienen la
responsabilidad de dar a conocer a la iglesia EL Principio del Mandamiento de Dios para
perfeccionarla, develando de ésta manera EL Misterio del propósito de Dios oculto desde
los siglos y edades para nuestra enseñanza y admonición.

Don de Fe: Es el Don del convencimiento. Quien posee éste Don tiene como como
propósito producir Fe (confianza) en el oyente para creer en las promesas de Dios
contenidas en Su Palabra. Quien normalmente tiene éste Don es el evangelista, quien tiene
como propósito principal que la gente le crea.

¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien
no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren
enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los
que anuncian buenas nuevas! (el Evangelio predicado por el Evangelista) (Romanos 10:14-
15)

Don de Sanidad: Este Don Divino tiene como propósito curar al que está enfermo,
quitando de su cuerpo el espíritu de enfermedad que le debilita y le hace sufrir,
fortaleciendo la parte afectada restaurando la salud del individuo.

Este Don suele confundirse con el Don de milagros cuando Dios crea órganos nuevos los
cuales no poseían, pero según la definición de sanidad, ésta no tiene que ver con creación
sino con restaurar la salud de la parte que había sido afectada.

Pero Jesús dijo: Alguien me ha tocado; porque yo he conocido que ha salido poder de mí.
Entonces, cuando la mujer vio que no había quedado oculta, vino temblando, y postrándose
a sus pies, le declaró delante de todo el pueblo por qué causa le había tocado, y cómo al
instante había sido sanada. (Lucas 8:46-47)

¿Tienen todos dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas? ¿interpretan todos? (1Corintios
12:30)

Don de Milagros: EL Don de milagros es una muestra muy clara del poder Divino, que
tiene como característica alterar las leyes naturaleza, dándose a conocer como un hecho
inexplicable. Este Don tiene el Poder de crear y modificar lo creado, como crear nuevos
órganos en el cuerpo humano, dar vida a lo que ha muerto, cambiar la materia misma de
las cosas, etc. Para este Don No existe límite de tiempo, materia y espacio.

Entonces Josué habló a Jehová el día en que Jehová entregó al amorreo delante de los hijos
de Israel, y dijo en presencia de los israelitas:
Sol, detente en Gabaón;
Y tú, luna, en el valle de Ajalón. Y el sol se detuvo y la luna se paró,
Hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos.
¿No está escrito esto en el libro de Jaser? Y el sol se paró en medio del cielo, y no se apresuró
a ponerse casi un día entero (Josué 10:12-13)
testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y
repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad. (Hebreos 2:4)

Don de Profecía: El Don de Profecía es el medio por el cual Dios revela al que lo posee
(hombre o mujer) eventos del Pasado, presente y futuro que están fuera del alcance
humano por inspiración Divina según el designio de su voluntad.

Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy
avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su virginidad,
y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y
de día con ayunos y oraciones.
Esta, presentándose en la misma hora, daba gracias a Dios, y hablaba del niño a todos los
que esperaban la redención en Jerusalén. (Lucas 2:36-38)
Pero la palabra de Jehová por el profeta Jehú hijo de Hanani había sido contra Baasa y
también contra su casa, con motivo de todo lo malo que hizo ante los ojos de Jehová,
provocándole a ira con las obras de sus manos, para que fuese hecha como la casa de
Jeroboam; y porque la había destruido. (1Reyes 16:7)
Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y
vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. (Joel
2:28)

Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación.
(1Corintios 14:3)

Cabe destacar que esta pequeña síntesis que se hacen de los nueve Dones espirituales, solo
nos enfocamos en la función de cada Don y no de Ministerios, ya que hay quienes Dios a
más de éste Don de Profecía les ha dado el Ministerio de Profeta y solo lo pueden tener solo
y exclusivamente algunos Hombres y de ninguna manera una mujer puede tener un
Ministerio de ésta categoría. Por motivo de aclarar y establecer una diferencia, podemos
decir, que en el caso de los Ministerios de Profetas podemos ver a los grandes profetas del
Antiguo Testamento Moisés, Elías, Jeremías y del Nuevo Testamento como el primero de
muchos en ésta nueva dispensación Juan el Bautista, entre muchos otros según nos dice la
Biblia (Efesios 4:11-12).

El Don de profecía tiene como función conforme a las citas anteriores, comunicar la
Voluntad de Dios para edificar, exhortar y consolar, donde nos hace ver que éste Don no
solamente trata con eventos futuros sino también con el pasado y el presente. Porque para
edificar necesitamos conocer lo que nos conviene hacer en el presente para poder crecer y
para exhortar se requiere tener el conocimiento anticipado (Pasado) de las falencias que
tiene una persona o un grupo y que es necesario que sea corregido y para consolar se
debe conocer la esperanza (futuro) en la cual descansar.

Suele confundirse éste Don con el Don de Profecía, pero son diferentes y la manera de
identificarlos es: que Dios a través del Don de profecía nos muestra los acontecimientos
del pasado, presente y futuro de las cosas, como si fuera una película y el Don de
discernimiento de espíritus nos permite conocer la naturaleza y los efectos de los espíritus.

Y el mensajero que había ido a llamar a Micaías, le habló diciendo: He aquí que las palabras
de los profetas a una voz anuncian al rey cosas buenas; sea ahora tu palabra conforme a la
palabra de alguno de ellos, y anuncia también buen éxito.
Y Micaías respondió: Vive Jehová, que lo que Jehová me hablare, eso diré.
Vino, pues, al rey, y el rey le dijo: Micaías, ¿iremos a pelear contra Ramot de Galaad, o la
dejaremos? El le respondió: Sube, y serás prosperado, y Jehová la entregará en mano del rey.
Y el rey le dijo: ¿Hasta cuántas veces he de exigirte que no me digas sino la verdad en el
nombre de Jehová?
Entonces él dijo: Yo vi a todo Israel esparcido por los montes, como ovejas que no tienen
pastor; y Jehová dijo: Estos no tienen señor; vuélvase cada uno a su casa en paz.
Y el rey de Israel dijo a Josafat: ¿No te lo había yo dicho? Ninguna cosa buena profetizará él
acerca de mí, sino solamente el mal.
Entonces él dijo: Oye, pues, palabra de Jehová: Yo vi a Jehová sentado en su trono, y todo el
ejército de los cielos estaba junto a él, a su derecha y a su izquierda.
Y Jehová dijo: ¿Quién inducirá a Acab, para que suba y caiga en Ramot de Galaad? Y uno
decía de una manera, y otro decía de otra.
Y salió un espíritu y se puso delante de Jehová, y dijo: Yo le induciré. Y Jehová le dijo: ¿De
qué manera?
El dijo: Yo saldré, y seré espíritu de mentira en boca de todos sus profetas. Y él dijo: Le
inducirás, y aun lo conseguirás; vé, pues, y hazlo así.
Y ahora, he aquí Jehová ha puesto espíritu de mentira en la boca de todos tus profetas, y
Jehová ha decretado el mal acerca de ti.
Entonces se acercó Sedequías hijo de Quenaana y golpeó a Micaías en la mejilla, diciendo:
¿Por dónde se fue de mí el Espíritu de Jehová para hablarte a ti?
Y Micaías respondió: He aquí tú lo verás en aquel día, cuando te irás metiendo de aposento
en aposento para esconderte. (1Reyes 22:13-25)

Una operación aunque poco diferente de éste Don consiste en proporcionar a un Ministro
el Mensaje inspirado por Dios para satisfacer las necesidades de la iglesia, lo cual sería una
profecía inconsciente por parte del predicador, ya que aunque no conoce la condición de
cada individuo puede hablar de dicha condición sin saber que lo hace y así poder dar la
Palabra propicia para el bienestar de cada individuo. ¿Porque quien conoce la necesidad
de cada uno sino Dios? Y Dios manifiesta y suple las necesidades por profecía y por medio
de sus Ministros predicadores dando a su pueblo la Palabra Profética más segura. Cabe
destacar que un Predicador no es quien tiene la habilidad de hablar mucho para entretener
a la gente, sino quien puede hablar con profecía según la necesidades que halla en el
Pueblo del Señor, por esa razón podemos hablar con toda seguridad que los predicadores
son también profetas de esta nueva dispensación.

Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos
como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de
la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de
la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad
humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu
Santo. (2Pedro 1:19-21)
Es necesario enfatizar que: Lo que el Don que hace a un hombre predicador de la Palabra,
es el Don de Profecía; no es el conocimiento de la letra, sino el Espíritu Santo, que por
medio del Don de Profecía ministra la Palabra Profética (La Biblia y el Mensaje) al Pueblo.

Don Discernimiento de espíritus: Nos permite llevar a cabo un juicio justo de lo que
percibimos a través de nuestros sentidos (vista, gusto, tacto, olfato, oído) por la faculta de
éste Don y poder identificar la naturaleza de un espíritu, si es bueno o malo. Quien posea
éste Don, Dios le permite contactar con el espíritu de otras personas y conocer cuál es su
condición. Es decir, que con este Don podemos saber que espíritu(s) influencian o poseen
a una persona, si tiene el Espíritu de Dios o no y que enfermedades o espíritus malos
perturban en su vida. Cabe destacar como ya ha sido mencionado, que este Don puede
percibir a través de los sentidos el mundo espiritual y una de sus múltiples operaciones le
podría permitir conocer las intenciones de los corazones y lo que piensan otras personas.

Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está
en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.
Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios,
para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras
enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo
espiritual a lo espiritual.
Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son
locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.
(1Corintios 2:11)
Por lo que no dice ésta escritura, es el espíritu del hombre quien controla su mente y
quien pueda tener acceso al espíritu que está en el hombre puede conocer lo que está en
su mente y allí es donde se manifiesta el Don de discernimiento de espíritus.
Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu
Santo, les ofreció dinero, diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a
quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo.
Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se
obtiene con dinero.
No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios.
Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te sea perdonado el
pensamiento de tu corazón; porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que
estás.
Respondiendo entonces Simón, dijo: Rogad vosotros por mí al Señor, para que nada de esto
que habéis dicho venga sobre mí.
(Hechos 8:18-24)
Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, y sustrajo del
precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los
apóstoles.
Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu
Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?
Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste
esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.
Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo
oyeron.
Y levantándose los jóvenes, lo envolvieron, y sacándolo, lo sepultaron.
Pasado un lapso como de tres horas, sucedió que entró su mujer, no sabiendo lo que había
acontecido.
Entonces Pedro le dijo: Dime, ¿vendisteis en tanto la heredad? Y ella dijo: Sí, en tanto.
Y Pedro le dijo: ¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los
pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán a ti.
Al instante ella cayó a los pies de él, y expiró; y cuando entraron los jóvenes, la hallaron
muerta; y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido.
Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas cosas.
(Hechos 5:1-11)
El Don de Lenguas: Es el poder de Dios que hace que el portador de este Don pueda
hablar y en algunos casos cantar en diversos géneros de lenguas que son desconocidas
para quien posea este Don y debemos aclarar que no debe confundirse éste Don con las
capacidades que poseen algunas personas de hablar otras lenguas por medio de su
mucho estudio.

Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía
hablar en su propia lengua.
Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan?
¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos
nacido?
Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el
Ponto y en Asia, en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones de Africa más allá de Cirene,
y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos, cretenses y árabes, les oímos hablar
en nuestras lenguas las maravillas de Dios.
Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto?
Mas otros, burlándose, decían: Están llenos de mosto.
(Hechos 2:6-13)

La Biblia nos declara que la manifestación del Don de Lenguas es una Señal para los
incrédulos porque la interpretación y la Revelación de los Secretos de Dios pertenecen a
sus Hijos.

En la ley está escrito: En otras lenguas y con otros labios hablaré a este pueblo; y ni aun así
me oirán, dice el Señor.
Así que, las lenguas son por señal, no a los creyentes, sino a los incrédulos; pero la profecía,
no a los incrédulos, sino a los creyentes.
Si, pues, toda la iglesia se reúne en un solo lugar, y todos hablan en lenguas, y entran
indoctos o incrédulos, ¿no dirán que estáis locos?
Pero si todos profetizan, y entra algún incrédulo o indocto, por todos es convencido, por
todos es juzgado; lo oculto de su corazón se hace manifiesto; y así, postrándose sobre el
rostro, adorará a Dios, declarando que verdaderamente Dios está entre vosotros.
(1 Corintios 14:21-25)

Y sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Qué significa esta parábola?


Y él dijo: A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los otros por
parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan. (Lucas 8:9)

Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y
para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley.
(Deuteronomio 29:29)

Don de interpretación de lenguas: Es el Don gemelo que debe acompañar al Don de


lenguas y que tiene como propósito traducir los diversos géneros de lenguas a un idioma
conocido, para dar a conocer el mensaje de Dios para el Pueblo.

Por lo cual, el que habla en lengua extraña, pida en oración poder interpretarla.
Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin
fruto.
¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el
espíritu, pero cantaré también con el entendimiento.
Porque si bendices sólo con el espíritu, el que ocupa lugar de simple oyente, ¿cómo dirá el
Amén a tu acción de gracias? pues no sabe lo que has dicho.
Porque tú, a la verdad, bien das gracias; pero el otro no es edificado.
Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros; pero en la iglesia prefiero
hablar cinco palabras con mi entendimiento, para enseñar también a otros, que diez mil
palabras en lengua desconocida. (1 Corintios 14:13-19)
Si habla alguno en lengua extraña, sea esto por dos, o a lo más tres, y por turno; y uno
interprete.
Y si no hay intérprete, calle en la iglesia, y hable para sí mismo y para Dios.
(1 Corintios 14:27-28)

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