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Aluminio, el metal ligero

La tendencia en la actualidad es la de reducción de espesores, donde a pesar de


que el proceso requiere una mayor cantidad de energía, se usa menor cantidad de
material.
El envase de aluminio
El empleo del aluminio en la industria del metal es relativamente reciente; fue en
1886 cuando Charles Martin Hall de U.S.A. y Paul L. T. Héroult de Francia,
descubrieron el nuevo metal. Se obtiene a partir del segundo mineral más
abundante en la geosfera después del silicio, la bauxita. Destaca por su
inalterabilidad, bajo punto de fusión, dureza, ligereza, maleabilidad y ductilidad.
El aluminio se emplea en diversos sectores, 10% en la industria eléctrica, 25% en
la construcción, 24% en el transporte, etc.
Gracias a su aceptación social, también se emplea como envase significando esta
aplicación el 16% de su uso.
Debido principalmente a ligereza, inalterabilidad, limpieza y facilidad de
recuperación y reciclado, se encuentra actualmente en alza en el sector de envases
y embalajes. El desarrollo e investigación del sector en los últimos 15 años ha
conseguido la fabricación de envases de aluminio cada vez más ligeros y con las
máximas prestaciones de protección del producto; son más finos, en los últimos
quince años, su grosor se ha reducido aproximadamente en un 33%, manteniendo
su resistencia y propiedades.

Bote de aluminio para bebidas


El aluminio se va imponiendo gradualmente como material para botes de bebidas
en Europa.
Anualmente se consumen aproximadamente 22.000 millones de envases metálicos,
de los que el 55% son ya de aluminio. El mayor consumidor es el Reino Unido,
seguido de Alemania.
La industria del aluminio produce tres tipos básicos de envase de aluminio:
1. Flexible, hoja de aluminio, para la industria alimenticia: yogures, chocolates,
helados, cafés, sopas, etc., tabaquera, farmacéutica, pastillas, cosmética en
dentífricos, champú, etc., y productos industriales como colas, tinta, etc.
2. Semirrígido, bandejas para la distribución de alimentos preparados.
3. Rígidos en botes y aerosoles, para la distribución de bebidas, y productos
cosméticos.
Existen actualmente en España cuatro grandes grupos de producción de aluminio;
Alcoa, Alcan, Pechiney y VAW. La primera fábrica de botes de aluminio comenzó a
operar en la provincia de Tarragona en el año 1993, y desde entonces, la producción
va en aumento.
Anualmente se producen 365.000 toneladas de aluminio primario, procedente del
mineral bauxita, y del orden de unas 230.000 toneladas de secundario, obtenido a
partir de aluminio recuperado. La producción de aluminio primario mediante la
electrólisis del óxido de aluminio precisa grandes inversión, mientras que para el
secundario, el proceso de reciclado se realiza mediante la fusión a baja temperatura
600ºC, lo cual implica bajas inversiones.
Por otro lado, desde 1994 opera ARPAL, Asociación para el Reciclado de Productos
de Aluminio con el objetivo de promover el reciclado de los botes de bebidas de
aluminio y de otros envases del mismo material mediante la promoción de iniciativas
de recogida y reciclado de envases y residuos de envases de aluminio, asesorando
sobre la gestión de los diferentes proyectos y aportando, de forma gratuita,
contenedores especiales para envases y material informativo.
En Europa Occidental, el consumo medio anual de aluminio por habitante es de
aproximadamente 22 Kg. Alcanzando la cifra total de 6,5 millones de toneladas
consumidas, de las cuales, 5 han sido fabricadas en Europa. De estas, una tercera
parte procede de materia prima reciclada. En España, el consumo medio anual por
habitante es de 13,5 Kg.
El proceso de reciclado del aluminio es relativamente sencillo. A partir de él se
obtienen nuevos productos sin necesidad de incorporar nuevo mineral. Presenta
grandes ventajas comparativas respecto al procesado de la bauxita como materia
prima. El 100% del material recuperado es reciclable, permite indefinidos ciclos de
reciclado y un ahorro energético del 95%, reduce considerablemente la extracción
del mineral, obteniendo un producto final de la misma calidad que el de partida,
manteniendo inalterables sus características de protección contra la luz, el aire o el
agua.
El aluminio se emplea en las más dispares utilidades, desde componentes de
automóvil hasta envases, herramientas, etc., cada uno con una vida útil distinta, lo
cual dificulta la obtención de tasa de reciclaje reales. Hoy en día, el bote de aluminio
es el material con mayor valor en el mercado de materias secundarias. A lo largo
del 2000, su precio medio fue de 120 pts. /kg. El bote de bebida representa el 71,2%
del total del volumen de envases de aluminio reciclado, y el envase de aerosol el
14%, cuyo precio es superior al de los botes. Todo ello supuso un volumen de
negocio en de más de 1.000 millones de pesetas.
Existen varios canales para su recuperación; los chatarreros tradicionales, que
actualmente son los que mayor tasa de recuperación poseen, las plantas de
reciclaje de RSU, que recuperan el aluminio relativamente limpio pero con bajos
índices de recuperación y las plantas de selección de envases ligeros que obtienen
un producto final de alta calidad y con relativa facilidad. Existen prácticas en
empresas, colegios, etc. como la del aeropuerto de Barcelona, donde
mensualmente se recuperan unos 1.500 kilos. Este es un material que tiende
claramente a un mayor desarrollo.

El aluminio se obtiene mediante reducción electrolítica de la alúmina para lo cual se


necesitan grandes cantidades de energía eléctrica. Por eso, las instalaciones se
montan frecuentemente en las proximidades de centrales hidroeléctricas o de
centrales térmicas que pueden proporcionar electricidad económica.
En el caso de los empaques y envases, el aluminio se puede encontrar en latas
para bebidas, productos en aerosol, contenedores de perfumes y fragancias, bolsa
aluminizada y formando parte del tetra pack
La tendencia en la actualidad es la de reducción de espesores, donde a pesar de
que el proceso requiere una mayor cantidad de energía, ésta usa menor cantidad
de material. La ingeniería desarrollada en las plantas que usan el aluminio como
parte de su materia prima han buscado y logrado la eficiencia al máximo de este
material, por medio de la reducción de desperdicio y/o el reciclaje del mismo.
Si se habla estrictamente de las latas de aluminio para bebidas, éstas cuentan con
recolección “gratuita y a nivel nacional” ya que por su valor en el mercado no es
necesario crear una gran campaña de concientización social.

INDUSTRIAS Y CUIDADO DEL AMBIENTE


Las industrias que principalmente están utilizando aluminio van desde
embotelladoras (lata de refresco, jugo, cervezas, mixer´s); belleza y salud (envase
de aerosol para hair spray, espuma, desodorante personal, medicamentos, entre
otros); y sector alimenticio (bolsa aluminizada para polvos como chocolate, leche,
cereales, etcétera).
En la actualidad existen productos que han volteado hacia el aluminio como una
alternativa de empaque, de entre los cuales destacan, el té y ciertos jugos. Con
respecto de los que han dejado el aluminio para buscar alguna otra alternativa
están:
- Jugos en presentaciones mayores a 500 mililitros, de aluminio a tetra pack, pues
en México el envase con mayor capacidad que se ofrece es el de 16 onzas.
- Envases para aerosol en la división de desodorantes personales.
Por otra parte, es un hecho que para el aluminio como material –hablando de
cualquier industria— el medio ambiente es un factor importante, donde la
prevención es un elemento clave.
Dicho aspecto es una parte fundamental de los planes de negocio, comercialización
y producción de toda empresa. Las consideraciones ambientales son prioridad en
todos los progresos tecnológicos que se desarrollen, asegurando que nuevos
productos cuenten con ventajas ambientales.
Algunas de las áreas de acción ambiental en las que pueden participar las
compañías incluyen:
- La conservación y reducción en consumo de recursos naturales, tales como agua,
materias primas y energía
- La reducción de las emisiones de compuestos orgánicos volátiles (VOCs).
- El reciclando de aluminio, acero, cobre, resinas, solventes y otras materias primas
usadas en el proceso de fabricación, así como el material del empaquetado y del
embalaje
- El manejo de basura, tanto en la producción como después de su consumo
- El uso de tecnologías ambientalmente amistosas
- Cumplir con todas las regulaciones locales, estatales, federales e internacionales
en materia ambiental.

DESVENTAJAS
La gama de envases metálicos va desde contenedores de galletas y latas de
bebidas de aluminio a acero. El metal es útil ya que es duradero, no cuesta mucho
y no es tóxico, haciéndolo muy adecuado para guardar comida. Sin embargo, este
tipo de empaque también tiene unas pocas desventajas. Los problemas con el
empaque de metal varían de acuerdo al tipo específico de metal utilizado.

No pueden verse los contenidos


El empaque de metal puede mantener el contenido seguro y fresco, pero posee una
desventaja de no ser transparente, y así los consumidores no pueden ver dentro del
empaque para revisar los contenidos o para inspeccionar una posible compra. Esto
limita el uso del empaque de metal dentro del sector minorista, ya que otros
materiales de empaque, como el plástico, son mejores en algunas situaciones. Por
ejemplo: el plástico utilizado para empaques de blíster para guardar clavos permite
que los consumidores revisen el tamaño y el tipo de clavos que hay dentro del
empaque, lo cual no podría ser posible con un empaque de metal.
Problemas de almacenamiento
La lata es utilizada a menudo para ciertos tipos de contenedores, incluyendo
aquellos para galletas. Ya que el empaque de metal no se dobla o aplasta fácilmente
con la mano, los contenedores son difíciles de guardar efectivamente durante y
después de su uso. Por otro lado, un contenedor de papel o de plástico puede ser
más sencillos de doblar o aplanar y guardar en una alacena u otra instalación de
almacenamiento.

Acidez
El aluminio es otra opción común para empaques de metal. Si bien el aluminio es
impermeable a la corrosión cuando se utiliza para guardar productos de comida,
tiene un problema con los alimentos ácidos como el ruibarbo y los tomates. Estas
comidas son especialmente ácidas y pueden ser afectadas por el aluminio si el
metal es utilizado para guardarlos. El resultado de utilizar empaque de aluminio para
estos alimentos es que la comida terminará con sabor a aluminio.

Usos y propiedades del aluminio


El reciclado de un material es actualmente una de las vías más seguras para
respetar el medio ambiente y evitar un abuso desconsiderado de los recursos
naturales. Desde hace décadas la concienciación ciudadana en torno al reciclado
de productos que utilizamos en nuestra vida cotidiana ha ido en aumento. Todo un
logro. De todos los materiales que se reciclan existe uno en el que esta actividad es
cada vez más rentable y sus múltiples propiedades lo convierten en un material
moderno de gran futuro: el aluminio.
El aluminio es como un almacén de energía (15 kWh/Kg), por ello tiene un gran
valor que no puede desperdiciarse y su reciclado se traduce en recuperación de
energía. Además, es un material muy valioso como residuo, lo que supone un gran
incentivo económico. Las propiedades que hacen del aluminio un metal tan
provechoso son: su ligereza (sobre un tercio del peso del cobre y el acero),
resistencia a la corrosión (característica muy útil para aquellos productos que
requieren de protección y conservación), resistencia, es un buen conductor de
electricidad y calor, no es magnético ni tóxico, buen reflector de luz (idóneo para la
instalación de tubos fluorescentes o bombillas), impermeable e inodoro, y muy
dúctil. Además, el gran atractivo es que se trata de un metal 100% reciclable, es
decir, se puede reciclar indefinidamente sin que por ello pierda sus cualidades.
En Europa, el aluminio alcanza tasas de reciclado muy altas que oscilan entre el
50% en envases, el 85% en construcción y el 95% en transporte. Todo ello se
traduce en una producción anual en torno a los 4 millones de toneladas de aluminio
reciclado en Europa.
Los usos que se da al aluminio actualmente son múltiples y podemos dividirlos por
sectores:
Electricidad y comunicación
El aluminio ha ido reemplazando progresivamente al cobre desde la década de los
50 en las líneas de transmisión de alto voltaje y actualmente es una de las formas
más económicas de transportar electricidad, además de que puede hacerlo más
eficientemente que el cobre (actualmente se usan conductores de aluminio para
transmitir electricidad a 700.000 voltios o más). Por otra parte, el aluminio también
está presente en las antenas para televisores y satélites.

Transporte
Durante la última década la utilización de aluminio en la industria automovilística ha
aumentado de forma constante y la industria del aluminio está dedicando
importantes recursos para aumentar su participación en este sector. Este interés
responde a criterios ecológicos, además de económicos.
Actualmente, se fabrican en aluminio piezas fundidas (pistones, ruedas, cajas de
transmisión, conjuntos de suspensión), radiadores, y estructuras y carrocerías Ya
existen algunos coches no sólo deportivos sino berlinas de alta gama (Audi A8) y
utilitarios (Audi A4) fabricados totalmente en aluminio. La utilización de este material
en la fabricación de vehículos conlleva grandes ventajas medioambientales: la
ligereza del material supone una reducción del peso del vehículo de hasta un 30%,
lo que se traduce en un ahorro de combustible, ya que el vehículo requiere menor
fuerza y potencia para moverse, y por lo tanto genera un menor porcentaje de
polución. En términos de reciclabilidad, en América del Norte y Europa más del 98%
del aluminio contenido en los automóviles es recuperado y reciclado. Asimismo el
sector ferroviario también utiliza el aluminio en sus locomotoras. Como ejemplo: un
tren de aluminio aporta un ahorro de energía del 87% a lo largo de los 40 años de
vida media, en comparación con otros trenes fabricados con elementos más
pesados.
En el sector aeroespacial es indispensable gracias a su ligereza. Desde que se
fabricara el primer aeroplano, el aluminio ha formado parte importante en su
construcción y ha reemplazado a materiales que se utilizaban en sus inicios como
la madera y el acero. De hecho, el primer avión de aluminio se fabricó en la década
de 1920 y desde entonces sigue vinculado a este sector gracias a la combinación
de su resistencia, ligereza y maleabilidad.
Edificación y Construcción
En España y otros países mediterráneos, en el sector de la construcción, el uso del
aluminio es mayoritario en comparación con otros metales. La demanda ha crecido
de manera considerable a lo largo de los últimos 50 años y actualmente es utilizado
en estructuras de ventanas y puertas y en otras estructuras como cubiertas para
grandes superficies y estadios como el de Francia en París y el nuevo parlamento
europeo en Bruselas. Por otra parte, cada vez más, diseñadores, arquitectos y
artistas utilizan el aluminio con fines ornamentales y decorativos como por ejemplo
Dumia, una cúpula realizada enteramente de aluminio y que mide más de cinco
metros de altura y 12 de diámetro, situada en la plaza Real de Torino, o la Torre de
Comunicaciones de Shanghái.
Envases
En este sector, las aplicaciones son múltiples y abarcan desde la fabricación de
latas, el papel de envolver, la capa intermedia de envases de cartón (tetra brick)
hasta láminas para cerrar yogures, medicamentos, etc.
En cuanto a la utilización de latas de aluminio cabe destacar sus ventajas en
comparación con otros envases: protegen el contenido durante largos periodos ante
la entrada de oxígeno y contra la luz, son muy ligeras, permiten enfriar las bebidas
rápidamente, son difíciles de romper, presentan una gran comodidad de manejo y
ocupan muy poco espacio. Y lo más importante: son 100% reciclables.
Actualmente se consumen cerca de 20.000 toneladas en España y en Europa más
de 400.000 t de latas de aluminio y su tasa de reciclaje está por encima del 70% en
algunos países. Suecia, con 92% y Suiza con el 88% van a la cabeza en Europa.
Las latas de aluminio necesitan el 40% menos del metal que las latas que se
fabricaban hace 25 años y menos energía y materia prima. En España, durante el
2006, dos de cada tres latas de bebidas (tanto de aluminio como de hojalata) se
reciclaron, lo que sitúa a este envase en primer lugar y España se sitúa por encima
de la media europea con un 67%. Los sistemas de recogida selectiva y de
devolución son utilizados cada vez más por la sociedad, consciente de la
importancia que tiene un pequeño gesto, como el de tirar la lata a su contenedor
correspondiente, ya que supone un beneficio para el medio ambiente.
Otros usos
En la industria química el aluminio y sus aleaciones se utilizan para fabricar tubos,
recipientes y aparatos. Por su elevada conductividad térmica, el aluminio se emplea
en utensilios de cocina. Además, no hay que olvidar la presencia en nuestra vida
cotidiana del papel de aluminio de 0,018 cm. de espesor, que protege los alimentos
y otros productos perecederos El aluminio se utiliza también en reactores nucleares
a baja temperatura porque absorbe relativamente pocos neutrones. La resistencia
a la corrosión al agua del mar del aluminio también lo hace útil para fabricar cascos
de barco y otros mecanismos acuáticos.

En definitiva, el aluminio es el elemento más abundante de la corteza terrestre


después del oxígeno y el silicio y además puede ser reciclado infinitamente sin por
ello perder un ápice de sus cualidades. Las aplicaciones son infinitas y su demanda
crece día a día. Un material idóneo para el mundo actual y que respeta el medio en
el que vivimos.

El reciclado del aluminio:


Cualquier producto de aluminio puede ser reciclado infinitas veces sin perder sus
propiedades. Gracias al reciclado del aluminio el material puede ser reutilizado
tantas veces como sea necesario y con óptimas cualidades. El ciclo del reciclado
empieza justo después de su producción ya que los recortes y restos de este
proceso industrial se recuperan y reciclan directamente.
En el caso de los productos adquiridos por los consumidores el ciclo del reciclado
se inicia al final de su vida útil cuando, a través de diversos canales, llega a la planta
de reciclado Aquí, el primer paso es separar el aluminio de otros metales y
elementos que puedan contaminarlo mediante diversos métodos (manualmente,
separadores magnéticos, Separadores por Corrientes de Foucault, etc.). Una vez
eliminadas todas las impurezas el aluminio, éste es prensado, embalado y enviado
a fundición. Posteriormente se traslada a plantas específicas para su refabricación.
Finalmente, el fundidor o refinador lo convierte en lingotes, tochos, productos de
desoxidación, etc. que serán utilizados para crear nuevos productos destinados al
consumo humano.
La duración del ciclo de vida varía de acuerdo a cada producto. Por ejemplo, en el
caso de las latas de aluminio utilizadas para envasar bebidas, la duración es de 45
días aproximadamente, en cambio, la del aluminio utilizado en cables para el sector
eléctrico es de 40 años. Sea cual sea el fin del reciclado es indudable los beneficios
ambientales y económicos que supone su recuperación y reutilización.

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