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SÁNCHEZ Y MORALES / ACCIÓN PSICOLÓGICA 1 (2002) 11-24 11

ACCIÓN PSICOLOGICA E INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL

PSYCHOLOGICAL ACTION AND PSYCHOSOCIAL INTERVENTION

ALIPIO SÁNCHEZ VIDAL* Y J. FRANCISCO MORALES**

* Universidad de Barcelona. ** UNED

Recibido 10-10-01 Aceptado 11-12-01

Resumen Abstract
Se formula una propuesta de relación entre To examine the relationship between psy-
la acción psicológica a desarrollar por la Psico- chological action and knowledge three main
logía Social y el conocimiento generado por la issues are considered, i.e., the mutual implica-
disciplina. Se subrayan tres puntos principales, tion of action and knowledge, the need to take
a saber, la existencia de un camino de ida y vuel- into account the context where the action
ta entre conocimiento y acción, la importancia occurs, and the advisability of planning psycho-
que juega el análisis del contexto y la convenien- logical action as social or psychosocial interven-
cia de que la acción psicológica esté planificada tion. The strategic role of need and program
como intervención social y psicosocial. Se evaluation is stressed.
subraya también el papel estratégico de la eva-
luación de programas y necesidades.

Palabras clave: Psicología Social aplicada, Key words: Applied Social Psychology,
intervención social, intervención psicosocial, social intervention, psychosocial intervention,
evaluación de programas y necesidades. program and need evaluation.
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La creación de conocimiento en psicología Salud y hábitos de conducta


mantiene una relación de ida y vuelta con las
acciones emprendidas por los psicólogos para Cacioppo (1997) pone de relieve el impacto
mejorar las condiciones de vida de los miem- ejercido por los recientes cambios sociales
bros de la sociedad (Sánchez Vidal, 1993). La sobre la salud de la población en los países del
historia de la psicología muestra que la deman- llamado primer mundo. Enfermedades que,
da social es una de las impulsoras más eficaces hasta hace poco, eran causa de elevadas tasas
de nuevos desarrollos teóricos. Ejemplos signi- de mortalidad, han sufrido un retroceso por el
ficativos son los tests de inteligencia, los estu- efecto conjunto de la higiene, las vacunas y la
dios sobre grupos o las investigaciones sobre aparición de nuevos medicamentos. Sin embar-
persuasión y cambio de actitudes. Pero hay que go, y de forma paralela, han ido surgiendo nue-
destacar también que ese camino se puede reco- vas amenazas a la salud de la población. El aná-
rrer en la dirección inversa. Valgan como ejem- lisis realizado por este autor sobre la evolución
plo los estudios sobre atribución y su aplicación de las enfermedades en los Estados Unidos de
en las terapias con depresivos. Norteamérica muestra una mejora en la espe-
ranza de vida, aunque este dato optimista se
En conjunto, las prácticas psicológicas que
atempera con un aumento del número de perso-
se agrupan bajo la denominación general de
nas aquejadas por problemas crónicos de salud
«acción psicológica» constituyen un conglome-
y secuelas de incapacidad progresiva. Es decir,
rado complejo. Para describirlo no serán sufi-
mejora la esperanza de vida, sí, pero también la
cientes un par de sencillos trazos. En la «acción
precariedad en las condiciones de vida.
psicológica» confluyen innumerables deman-
das sociales que interpelan al psicólogo y Entre los muchos índices que se pueden uti-
muchos conocimientos psicológicos suscepti- lizar para calibrar el impacto social y personal
bles de ser utilizados. El término «acción» de la enfermedad destacan los costes económi-
apunta a un trabajo que incide sobre la reali- cos. Es significativo en este sentido el siguiente
dad para cambiarla, mientras que el calificativo dato: en los Estados Unidos los servicios médi-
«psicológica» subraya la orientación específica cos detraían el 5% del PNB en 1960 y el 12%
de ese trabajo. El psicólogo no es el único que treinta años más tarde. Pero todavía más signi-
intenta mejorar las condiciones de vida de los ficativo es el hecho de que esa subida se debe,
miembros de la sociedad. Hay otras muchas fundamentalmente, a aspectos de la conducta
profesiones que persiguen el mismo objetivo. individual. En efecto, se estima que los factores
Lo que distingue al psicólogo es que su trabajo sociales y de conducta explican el 50% de la tasa
está informado, orientado y guiado por el cono- de mortalidad y gran parte de los problemas de
cimiento psicológico. salud tienen orígenes afectivos y se deben a la
ansiedad, cólera o depresión y a sentimientos
La intervención psicosocial es una de las fór-
poco realistas de euforia e invulnerabilidad
mulas más recientes y eficaces diseñadas para
inducidos por drogas.
que la acción psicológica pueda enraizarse
socialmente. Uno de sus rasgos definitorios es el Datos del servicio público de salud del mis-
intento de integrar al psicólogo en el contexto mo país señalan que, modificando cinco con-
en el que va a desarrollar su trabajo. El supues- ductas, resultaría posible reducir al menos siete
to de partida es que dicho trabajo será más efi- de las diez causas principales de muerte. Las
caz si hay un compromiso del psicólogo, lo que cinco conductas en cuestión son: uso de la
exige, a su vez, que este no sea ajeno al contexto. medicación para controlar la presión arterial,
Para llamar la atención sobre la importancia de evitación de la sobreexposición al sol, dieta,
la integración del psicólogo en el contexto, se abandono del consumo del tabaco, práctica del
hará, en primer lugar, una breve alusión a dos ejercicio físico y evitación del abuso de alcohol
líneas de investigación aplicada en el ámbito de y drogas. Tal vez ayudará a situar estos datos en
la salud, antes de pasar a una exposición más la perspectiva adecuada la relación entre edad y
detallada del proceso y componentes de la inter- enfermedad. Para las personas entre quince y
vención social y psicosocial. veinte años, la principal causa de muerte son las
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heridas no intencionales, de las que más de tres nales serían los siguientes: mantener un buen
cuartas partes se producen en accidentes de trá- ritmo de actividad física y buenas relaciones
fico. Sin embargo, más de la mitad de todos los con la familia y los amigos, tener equilibrio
accidentes de tráfico mortales en este grupo de emocional y participar en el entorno como una
edad tienen que ver con el consumo del alcohol. persona productiva.
A principios de los años 80, en este grupo de
edad, las muertes por accidentes mortales des- El problema que plantea la falta de cumpli-
cendieron seguramente a causa de que en miento terapéutico es una buena muestra de lo
muchos estados del país se había elevado la que sucede cuando los aspectos funcionales se
edad mínima para el consumo de alcohol. Sin minimizan, ignoran o menosprecian. Se entien-
embargo, al volverse a rebajar dicha edad, las de por falta de cumplimiento terapéutico o no
muertes por accidentes de tráfico en este grupo cumplimiento la negativa del paciente a seguir
de edad han vuelto a subir. el tratamiento sugerido por el médico. Esto pue-
de suceder por tres razones fundamentales: la
La conclusión general es que los hábitos de falta de acuerdo con el tratamiento impuesto
consumo de los ciudadanos son inadecuados y (este sería, en realidad, la negativa en sentido
generan una gran cantidad de problemas graves estricto), el hecho de no comprender en qué
de salud. La psicología es, posiblemente, la consiste el tratamiento y el haberlo olvidado.
ciencia que más aportaciones puede realizar Resumiendo, el no cumplimiento puede sobre-
para modificar esos hábitos. Se considerará a venir por falta explícita de acuerdo, por incom-
continuación una investigación que muestra prensión y por olvido.
cómo se puede pasar de la sugerencia de
Cacioppo a una línea concreta de investigación.
Los estudios realizados por DiMatteo (1995)
sobre esta cuestión confirman lo ya encontrado
por autores que la precedieron: las tasas de no
cumplimiento oscilan entre un 75 y un 80%. Un
Un ejemplo concreto: volumen tan elevado de casos en los que los
Los determinantes pacientes se distancian de las recomendaciones
del cumplimiento terapéutico de sus médicos no deja de llamar la atención.
En efecto, es llamativo que una persona, ante
Un estudio detallado de los problemas de un problema de salud, recurra al médico para
salud que más frecuentemente se manifiestan distanciarse, acto seguido, de sus recomenda-
en el cuidado hospitalario y ambulatorio lleva a ciones. DiMatteo ha demostrado, a través de sus
DiMatteo (1995, p. 212) a concluir que la tecni- propias investigaciones y de las realizadas por
ficación de la medicina ha realizado avances otros autores, que existen dos determinantes
sustanciales en los últimos cincuenta años sin fundamentales del no cumplimiento.
que, desafortunadamente, la atención al pacien-
te haya progresado en la misma medida. Está, en primer lugar, el convencimiento del
paciente de que el tratamiento es inadecuado y
En la aproximación de esta autora se subra- que no vale la pena, debido a que sus costes no
ya de manera especial la distinción entre aspec- son asumibles para él. Esto sucede cuando cree
tos técnicos y aspectos funcionales del cuidado que el tratamiento exige excesivo tiempo, ener-
de la salud. Hacer descender los valores de la gía, atención o produce un malestar físico o
presión sanguínea o acelerar el proceso de cura- emocional que supera incluso al de la enferme-
ción de una infección son aspectos técnicos. Su dad. En segundo lugar, se encuentra no cumpli-
trascendencia está fuera de toda duda. Pero los miento cuando el paciente cree que el trata-
aspectos funcionales no son menos importan- miento es excesivamente difícil de seguir y que
tes. Aunque el personal sanitario tienda a pasar- carece de apoyo para poder cumplirlo.
los por alto y a desentenderse de ellos, su eleva-
do interés para los pacientes exige que se tengan Una implicación de lo anterior es que el
en cuenta. Ejemplo de estos resultados funcio- paciente interviene de una forma activa en el
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proceso de cuidado médico. Si no fuera así, no prendían los beneficios a obtener del tratamien-
podría interferir en él a través del no cumpli- to prescrito porque sus médicos no lo habían
miento. DiMatteo concluye que ello debe llevar explicado suficientemente. A ello se une el que
a una actuación proactiva por parte de los pro- los médicos no intentaban comprobar si los
fesionales de la salud. Es decir, conviene que los pacientes podían seguir el tratamiento que se
profesionales se adelanten al posible no cumpli- les imponía.
miento. La primera forma de hacerlo es investi-
gando, antes de recomendar un curso de acción Todo lo anterior sugiere que la causa funda-
al paciente, cuál es su contexto concreto, sus mental de por qué no ha avanzado la atención al
características psicosociales y sus necesidades. paciente en la misma medida que la tecnificación
La segunda es aceptando el derecho de todos los de la medicina es la separación entre progreso
pacientes a participar en las decisiones que se técnico y preocupación por el paciente como per-
toman acerca de su vida. Este segundo punto sona, con el consiguiente desprecio por su parti-
puede ser difícil de aceptar para muchos profe- cipación en el proceso de cuidado de salud. En
sionales de la salud, que no están acostumbra- otras palabras, los progresos técnicos no han
dos a compartir sus responsabilidades en las incorporado el conocimiento de la psicología.
decisiones que toman con respecto al cuidado
de la salud de los pacientes.

En un estudio realizado en varios hospitales Intervención psicosocial y comunitaria


se evaluaba a residentes de medicina interna,
medicina de familia y cirugía de cuatro mane- Una consideración detenida de las aporta-
ras diferentes. Cada residente se evaluaba a sí ciones de Cacioppo (1997) y de DiMatteo (1995)
mismo, era evaluado por todos los demás resi- servirá para traer a un primer plano la existen-
dentes, por sus supervisores y, finalmente, por cia de varias respuestas posibles a la omnipre-
sus pacientes. El foco de interés de la evalua- sente pregunta de «qué puede hacer el psicólogo
ción era doble: las habilidades técnicas y las social en la práctica». Se aludirá aquí a dos pro-
habilidades interpersonales (en sus interaccio- puestas, esencialmente coincidentes, la de
nes con los pacientes) de cada residente. Las Rothman y Thomas (1994) y la de Weyant
preguntas sobre habilidades técnicas incluían la (1986), que, a nuestro juicio, constituyen una
inteligencia, el sentido común, el conocimiento buena forma de organizar esas respuestas.
y la capacidad médico-científica, el juicio profe- Weyant, agrupa el contenido de las aportacio-
sional y el acierto en el diagnóstico (o habilidad nes aplicadas de los psicólogos sociales en tres
quirúrgica). Las preguntas sobre habilidades categorías crecientemente descentradas del
interpersonales se referían a la cortesía en el conocimiento y progresivamente ligadas a la
trato con los pacientes, la dedicación, sensibili- técnica de actuación: investigación aplicada,
dad y perceptividad, la calidad de la relación utilización de conocimiento en tareas prácticas
con el paciente, la amabilidad, humanidad y e intervención psicosocial. Rothman y Thomas
empatía. El resultado fundamental fue que tan- (1994) proponen un modelo de investigación
to los supervisores, médicos con gran experien- interventiva (intervention research) constituido
cia clínica, como los pacientes, encontraban por tres áreas: desarrollo de conocimiento utili-
que los residentes con mejores habilidades téc- zable derivado de la investigación social y con-
nicas eran también los que mejor trataban a los ductual, utilización de conocimiento en aplica-
pacientes, los que más hablaban con ellos y se ciones prácticas y diseño y realización de inter-
preocupaban más por ellos. venciones a partir de tecnología útil para alguno
de los aspectos del proceso interventivo: progra-
La investigación de DiMatteo sugiere que, mas, métodos, políticas, redes de servicios.
cuando no funciona la comunicación médico-
paciente, la probabilidad del no cumplimiento Las tres áreas del modelo se pueden ordenar
es elevada. Así, en la investigación a la que se en un proceso que comienza con la creación de
está haciendo referencia, se demostraba que conocimiento, sigue con su utilización práctica
con excesiva frecuencia los pacientes no com- directa (aplicación) y concluye con la incorpo-
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ración («traducción» a técnica práctica) a la mas básicas. Estaría, en primer lugar, la «Tecno-
intervención social. Ese esquema guiará esta logía social», la variante más técnica y autóno-
exposición: se abordan primero los conceptos y ma respecto del conocimiento: prima la habili-
líneas de aplicación psicosocial, después se dad práctica (el saber hacer) sobre el saber teó-
pasará a considerar la intervención y la evalua- rico, útil sólo en la medida que genere técnicas
ción social vista desde una perspectiva amplia y prácticas. El «aplicador» es aquí un técnico que
comunitaria que incluye la consideración de la integra y utiliza materiales teóricos creados por
noción emergente de intervención psicosocial. otros.

En segundo lugar, la «Ilustración y orienta-


ción», formas intermedias, indirectas de utilizar
Conceptos conocimiento. En vez de ser usado directamen-
te por quien lo genera, las teorías o los métodos
Para George Miller (1969) el potencial trans- están aquí al servicio de otro (técnico, político),
formador de la Psicología no consiste tanto en que es el verdadero actor social (orientación) o
su aplicación práctica por los expertos (tecnolo- bien «iluminan» la vida de la gente ayudándole
gía), como en sembrar concepciones sobre lo en sus tareas y dificultades diarias (ilustración).
que es humanamente posible y deseable. Ejem-
plos de su propuesta serían el psicoanálisis, la En tercer lugar, el «Activismo socio-políti-
teoría «Y» de McGregor o la Psicología Comuni- co», cuando prima el aspecto valorativo sobre el
taria. El psicólogo debe, para ello, «regalar» los cognitivo; el compromiso social sobre la asepsia
conocimientos psicológicos a la gente. El cono- experta. Al poner el conocimiento al servicio de
cimiento psiocosocial tendría, así, una función un grupo, unos intereses o un ideal ético, el
iluminadora o ilustradora. Hornstein (1975) practicante pasa de experto neutral a activista
describe tres formas de intervención psicoso- social o político.
cial: investigación básica y orientada hacia los
problemas; orientación, en que se difunde cono- En cuarto lugar, el «Uso científico-técnico»
cimiento para que otros puedan actuar; y tecno- del conocimiento en la acción social «planifica-
logía social que crea instrumentos técnicos de da» en forma de evaluación (de problemas y
cambio como terapia, consulta, mediación o programas) y diseño de acciones. Son las for-
ingeniería social. Street y Weinstein (1975) des- mas de más frecuentes de utilización de conoci-
criben tres variantes de práctica social: ingenie- miento de orientación marcadamente metodo-
ría social, activismo e ilustración. En nuestro lógica a medio camino entre la ilustración (más
país, Morales (1982) ha resumido la literatura teórica) y la tecnología social (más técnica) y sin
aplicada en tres puntos de vista (que juzga insu- la dimensión política del activismo social.
ficientes): extensión de la teoría, extensión de la
metodología (del rigor metodológico) y tecnolo-
gía social. Sánchez Vidal (1993b) ha propuesto
cuatro funciones para la difusión de programas Líneas de utilización de técnicas
de acción social: testimonial, mostrando las rea- y conocimiento psicosocial
lizaciones prácticas de un área de actuación;
diseminadora de información práctica; modéli- Se describen aquí cuatro destacadas líneas
ca, para los practicantes de un campo; y reflexi- de uso del conocimiento y las técnicas interven-
va para extraer conclusiones teóricas y prácti- tivas: difusión de investigación básica a la
cas aplicables a otros casos y situaciones. comunidad, diseminación de programas, comu-
nicación de innovaciones y deducción de princi-
pios de acción social a partir de la evidencia
existente.
Variantes básicas
Diseminación de investigación básica a la
Cabe resumir las formas citadas de utiliza- comunidad. La Psicología Comunitaria ha plan-
ción de conocimiento psicosocial en cuatro for- teado iniciativas de utilización del conocimien-
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to y la información (sobre todo en Latinoameri- sentación de datos empíricos, la influencia


ca: Fals Borda, 1992; Irizarray y Serrano Gar- social por medio de contactos personales.
cía, 1979) ligadas al uso «saber popular» y a la Teniendo como sustrato filosófico la «cuasi-
«devolución», debidamente elaborada, a la gen- experimentación» (Campbell, 1969) y la experi-
te de la información recogida. Además de obte- mentación social, estas estrategias de difusión
ner información sobre los sujetos «afectados», comienzan con una evaluación cuidadosa del
ambas estrategias buscan promover el desarro- sistema social destinatario de la difusión cen-
llo personal y el cambio social haciendo a la trada en los siguientes aspectos clave para deci-
comunidad partícipe de su propia transforma- dir la estrategia difusora a adoptar: sistemas de
ción. Los supuestos subyacentes son que el poder y liderazgo; actitudes hacia el cambio; y
común de la gente tiene un conocimiento valio- resistencias previsibles en función del cambio
so, y distinto, del saber profesional y que la de rol exigido, tradiciones, intereses profesio-
comunidad es propietaria (al menos co-propie- nales, entre otros. La evidencia acumulada en
taria) de la información que genera y que recoge áreas comunitarias, institucionales y organiza-
el psicólogo. En Estados Unidos, Chavis y otros cionales lleva a los autores a concluir que las
(1983) difundieron los hallazgos de un proyecto estrategias más efectivas son: el contacto perso-
investigador sobre sentimiento de comunidad y nal y la demostración in situ del programa a los
participación realizado en un barrio. Para ello líderes o aquellas personas favorables al cambio
distribuyeron resúmenes de los resultados entre en general o a los cambios concretos propues-
los «porteros sociales» (gatekeepers: líderes, tos; la aportación de evidencia empírica sobre la
políticos locales y similares) e involucraron acti- eficacia del programa combinada con la inte-
vamente a una asociación vecinal tanto en racción personal.
determinar los contenidos que deberían ser
incluidos en los informes y el formato de las Comunicación de innovaciones. Rogers y
sesiones de devolución como en la propia pre- Shoemaker (1971) han sistematizado los datos
sentación de los hallazgos y, al final del proceso, emergentes de una amplia base documental de
en la dirección de las discusiones sobre los literatura social sobre la divulgación de ideas y
temas planteados y las medidas a adoptar en el técnicas nuevas (nuevas para el receptor no
barrio. para el divulgador). Para ello el agente de cam-
bio entra en contacto con el receptor y busca
Las conclusiones de la experiencia son que información selectiva para inducirle a adoptar
ciudadanos y científicos son inter-dependientes dicho cambio. Por ejemplo, una campaña para
de forma que una interacción honesta entre convencer a las mujeres de un pueblo peruano
ellos y la propia experiencia de difusión de de que hiervan el agua para uso doméstico.
información debe reportar beneficios mutuos,
sin tampoco ignorar los problemas y costes Los elementos básicos del proceso de comu-
que comporta ese proceso; muchos psicólogos nicación y adopción social de innovaciones ana-
poseen información y conocimientos metodoló- lizado por Rogers son la idea, artilugio, técnica
gicos potencialmente útiles para la comunidad; o mercancía nueva a introducir; el sistema «dia-
la dicotomía investigación básica-investigación na» o blanco, que puede ser un grupo, una orga-
aplicada no tiene sentido en este tipo de accio- nización, una comunidad o algún otro colecti-
nes; la forma en que se comunica la informa- vo; la capacidad relativa de absorción de nove-
ción, es importante y debe ser preparada y lleva- dades del sistema diana; los medios (televisión,
da a cabo con gran cuidado. radio, prensa) transmisores de la comunicación
impersonal masiva; la comunicación cara a
Difusión de programas. La evidencia del cara, personalizada; los actores que pueden
escaso impacto práctico que las formas tradi- contribuir a difundir y adoptar innovaciones,
cionales de difusión de intervenciones (presen- «localistas», orientados hacia la comunidad
tación en congresos y la publicación en revistas local o «cosmopolitas», más abiertos a la
especializadas) llevó a Fairweather y sus colegas influencia exterior. El proceso pasa por varias
(1974, 1977 y 1986) a desarrollar alternativas etapas como: conciencia de la innovación; inte-
más efectivas que incluyen, además de la pre- rés por ella y búsqueda de información; evalua-
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ción; decisión de probar la innovación; y deci- un mayor uso de reglas y sanciones; la conve-
sión sobre su adopción o rechazo. Rogers exa- niencia de preparar al personal para una redefi-
mina con ejemplos la evidencia disponible nición de roles y para las consecuencias del
sobre los diversos aspectos del proceso como aumento de la comunicación escrita; el fortale-
atributos percibidos de la innovación, categorías cimiento de los canales de relación informales
socio-demográficas de quienes adoptan noveda- existentes y la creación de otros nuevos para
des, opiniones de los líderes y flujo de ideas, contrarrestar las previsibles consecuencias
características del agente de cambio o conse- negativas del proceso.
cuencias de las innovaciones.

Deducción de principios de acción social. Definición y componentes


También Rothman (1974) ha destilado en forma
de principios de acción social la «sabiduría de la intervención social
práctica» contenida en un amplio cuerpo docu-
mental. La evidencia contenida en los casi 600 La intervención social (IS) ha recibido poca
documentos manejados fue agrupada en 14 atención conceptual y teórica. La serie «Inter-
áreas temáticas prácticas como comunicación, venciones Sociales y Comunitarias» periódica-
toma de decisiones comunitaria, participación, mente incluida desde 1973 por el Annual
planificación, influencia social, resistencia al Review of Psychology, Barriga y otros (1987),
cambio o roles desempeñados. Los resultados Goodstein y Sandler (1978); Hurrelman y otros
son presentados en un formato de cuatro items (1987), Sánchez Vidal (1990, 1993a y 1996) o
particularmente recomendable para sintetizar Sánchez Vidal y Musitu (1996) son fuentes de
prácticamente las aportaciones de bases docu- información al respecto. Teniendo en cuenta esa
mentales teóricas: literatura proponemos una definición general
de la IS, señalando sus componentes, cuestio-
En primer lugar, generalizaciones deduci- nes previas y supuestos valorativos coherentes
bles del acuerdo de los datos empíricos aporta- con un estilo interventivo comunitario y un pro-
dos por el conjunto de documentos sobre un ceso general de intervención. Se apuntan asi-
tema, como la tendencia de los profesionales mismo algunas concepciones emergentes y
sociales a asumir (o evitar) los papeles de gran límites de la intervención psicosocial (IPS). Se
contenido político. puede hacer, no obstante, una distinción –reite-
rada en la literatura bajo variadas nomenclatu-
En segundo lugar, base documental, es decir, ras– entre un abordaje externo, organizado y
los documentos que contienen información eminentemente técnico, la IS y otro, interno,
sobre el tema en cuestión. menos técnico y más centrado en el proceso y
protagonizado por la comunidad que podemos
En tercer lugar, fuerza con que la literatura llamar «acción social» (Castro, 1993). Aquí
apoya la generalización en una escala variable seguimos básicamente el abordaje «externo»
(de uno a cuatro puntos) y que avalaría su apti- incorporando, sin embargo, ciertos rasgos del
tud para orientar la práctica. abordaje interno de acción social coherentes
con el estilo interventivo comunitario.
En cuarto lugar, principios de actuación
derivados utilizables también como hipótesis La IS se puede definir como una acción
prácticas o teóricas a validar en futuros estu- intencionada para cambiar una situación que
dios. Por ejemplo, la generalización sobre el según ciertos criterios (necesidad, riesgo de
contexto institucional de la acción social, seña- conflicto o daño, depredación ambiental, entre
la que el aumento de tamaño organizacional otros) se considera intolerable o suficientemen-
conlleva un aumento de la regulación formal e te alejada de unas pautas ideales de funciona-
impersonal frente al control informal y perso- miento y relación social (libertad, justicia
nalizado y recibe un apoyo empírico y docu- social, sostenibildad y similares) como para
mental moderado. De ella se derivan como necesitar corrección en una dirección marcada
principios prácticos: la necesidad de anticipar por unos objetivos.
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Existen una serie de rasgos destacables de la personas usando criterios poblacionales, socia-
IS. Por ejemplo, y para empezar, es una acción les (dirigidos a los más débiles) o comunitarios
externa al sistema social que ha perdido su (realizados en el contexto social inmediato, con
capacidad de regirse por sí mismo. El contenido participación de la gente y promoviendo recur-
de la acción (por ejemplo, dinamización, forma- sos de personas y colectivos).
ción, prevención, aumento de la cohesión
social, redistribución de poder y recursos) viene En segundo lugar, desarrollo de recursos
marcado por los objetivos a alcanzar. humanos de dos tipos. Uno, recursos de ayuda
para enfrentarse a los propios problemas (así,
Por otra parte, la acción puede ser «respon- entrenamiento de destrezas sociales), para ayu-
siva» (respuesta a una demanda de ayuda) o dar a resolver los problemas de otros (por ejem-
impositiva, en situaciones (pongamos por caso, plo, formación de voluntarios o paraprofesiona-
maltrato, pobreza, opresión) que se estima pre- les). Dos, recursos y capacidades dirigidas al
ciso cambiar aunque no haya petición de ayuda; desarrollo humano: escuelas para ser mejores
genera responsabilidades éticas tanto por padres, mejora de las relaciones sociales,
acción (por lo que se hace y sus consecuencias) fomento de redes de apoyo y participación en
como por omisión: lo que, debiendo hacerse, no asociaciones locales, organización comunitaria,
se hace. programas de salud y de desarrollo de un
barrio.
Al tiempo que es intencionada o deliberada,
En tercer lugar, prevención de los problemas
no casual o fruto del azar, la IS es también auto-
psicosociales en sus variantes prevención pri-
rizada, ya que el interventor puede interferir en
maria, secundaria (atención global y reorgani-
la vida de personas y grupos sociales porque tie-
zación de servicios) y terciaria (rehabilitación y
ne una autoridad política (mandato democráti-
resocialización).
co del político para representar los intereses de
la comunidad y ayudar a resolver sus proble-
En cuarto lugar, reconstrucción social, crean-
mas) o técnica: la que el profesional deriva del
do instituciones «artificiales» (como hogares
conocimiento, experiencia válida y habilidades
para personas maltratadas, familias de acogi-
metodológicas y técnicas para diseñar, organi-
da, comunidades terapéuticas, grupos de ayu-
zar, realizar y evaluar competentemente accio-
da mutua) que compensen la pérdida de cohe-
nes sociales.
sión y función social de grupos primarios
(familias, iguales, comunidades) en sociedades
En cierta medida, la IS presupone que el sis-
marcadamente anómicas, utilitaristas y des-
tema social ha perdido su capacidad de autore-
personalizadas.
gularse, de resolver efectivamente los proble-
mas y alcanzar objetivos y aspiraciones básicas
En quinto lugar, cambio social en sentido
(educar a los niños, asociarse con otros, mante-
«fuerte»: el cambio que busca cambiar la
ner la seguridad y similares), por lo que necesi-
estructura y funcionamiento de una comunidad
ta ayuda externa.
o sociedad con frecuencia redistribuyendo el
poder y los recursos sociales disponibles. Usa
estrategias como: organización social, creación
Funciones de instituciones paralelas, investigación-acción
participativa, democracia directa, educación
Se han propuesto varias tipologías de IS, con popular o autogestión comunitaria.
frecuencia asociadas a la función básica de cada
tipo de intervención. Sánchez Vidal (1996) con- Al calificar de «social» una intervención cabe
templa cinco funciones, complementarias y no la posibilidad de aludir, en realidad, a dos for-
estrictamente excluyentes, de la acción social. mas de actuar diferentes desde el punto de vista
conceptual, técnico y ético: a) una acción global,
En primer lugar, prestación de servicios supraindividual que suele perseguir el incremen-
(como salud, educación, servicios sociales) a las to de la calidad de vida de grandes mayorías
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sociales; b) una acción, más política y menos go y problemas asociados (dialéctica intencio-
técnica, centrada con frecuencia en minorías nes-resultados, intenciones no reconocidas y
vulnerables o excluidas y dirigida a disminuir autobeneficencia del interventor y riesgo de
desigualdades y aumentar la justicia social anular al otro); cuestionamiento de la racionali-
dad científico-técnica por otro tipo de lógicas
(como la política) o por los efectos imprevistos
de las acciones; y límites científicos (en cuanto
Componentes a la base de conocimiento social del psicólogo) y
éticos (autoridad moral de la acción social no
La IS consta de tres partes relacionadas profesional) de la autoridad técnica.
entre sí, que deben ser tenidas en cuenta a la
hora de diseñar, realizar y evaluar las acciones Todas estas cuestiones exigen, lógicamente,
sociales. un debate amplio. Sin embargo, de forma provi-
sional pueden ser abordadas desde una serie de
La primera es la técnica. Aquí se ubican la supuestos ético-políticos, en gran parte coinci-
metodología y procedimientos técnicos (por dentes con la forma de trabajar –o estilo inter-
ejemplo, el diseño de programas, la ejecución ventivo– comunitario. Para empezar, se utiliza
de acciones, la evaluación de necesidades y un concepto amplio de IS que incluye, por una
resultados) usados para conseguir los objetivos parte, el desarrollo de recursos y la participación
marcados. La técnica es instrumental: un medio de la gente y, por otra, una doble perspectiva de
para producir efectos buscados. resolver problemas a corto plazo y de estimular
capacidades de la gente para enfrentarse a ellos
La segunda es la estrategia, es decir, la a medio y largo plazo. Además, la intervención
manera de llevar a la realidad concreta las solu- está justificada a) por añadir algún elemento
ciones técnicas racionalmente diseñadas: (conocimientos, dinamización, técnicas y simi-
obtención de medios, motivación social, abor- lares) de que el sistema carece y que precisa para
daje de problemas o metas positivas y similares. recuperar su capacidad para auto-regularse, b)
Conecta la racionalidad técnica (y los ideales por complementar capacidades o procesos psi-
reflejados en los objetivos de los programas) cosociales existentes pero inoperantes o insufi-
con la realidad social específica asegurando la cientes para hacer realidad las aspiraciones de la
viabilidad de las intervenciones. comunidad, y c) por ser compatible con los de-
seos y valores básicos de la comunidad y con su
La tercera está compuesta por los aspectos participación en los cambios.
valorativos, esas dimensiones éticas y políticas
involucradas en la propuesta de objetivos, dise- Hay que mencionar asimismo el hecho de
ño, realización y evaluación de la IS. Incluye que el interventor tiene en cuenta, como contra-
cuestiones como: valores que guían la acción, peso de sus intenciones subjetivas, los resulta-
destinatario, papel asumido por cada parte, cri- dos «objetivos» de las intervenciones y examina
terios de valoración de resultados y similares. las «agendas ocultas» para excluir el auto-bene-
ficio ilegítimo. Tampoco cabe olvidar que se
ponen los medios (formación adecuada, recopi-
lación de información, programas piloto, eva-
Presupuestos luación de programas y otros por el estilo) nece-
sarios para evitar o minimizar los efectos secun-
La IS plantea una serie de cuestiones previas darios indeseados de las acciones, especialmen-
(Sánchez Vidal, 1999) como: eventual contra- te en relación con colectivos vulnerables. Final-
dicción entre medios (acción externa) y fines de mente, hay que aludir a la solidaridad social y a
incremento de la autonomía personal; legitimi- la responsabilidad pública como bases de la
dad de interferir en la vida de la gente y en sus solución de problemas sociales; corresponsabi-
relaciones sociales y riesgos (piénsese, a modo lidad psicólogo-comunidad que evite tanto la
de ejemplo, en la dependencia) del intervencio- irresponsabilidad social del primero como la
nismo profesional; intencionalidad del psicólo- pasividad o victimización de la segunda.
20 SÁNCHEZ Y MORALES / ACCIÓN PSICOLÓGICA 1 (2002) 11-24

Proceso dos (eficacia), utilidad social o impacto global


para la comunidad (incluyendo también los
efectos negativos o indeseables) y satisfacción
Proceso y métodos interventivos son instru-
subjetiva de los usuarios. Toda evaluación debe
mentales: dependen del nivel social, tema y con-
tener un seguimiento posterior para observar si
texto en que se actúa y, también, de la estrategia
los efectos inicialmente detectados se mantie-
usada. Sintetizamos pasos típicos del proceso
nen, o no, con el tiempo.
interventivo subrayando temas y tareas impor-
tantes en cada paso.

El primer paso es la Identificación y defini- Intervención psicosocial: concepto


ción del problema a resolver o tema positivo a y límites
desarrollar. Además de delinear el marco teóri-
co usado y su conexión con la intervención, se Hasta aquí hemos contemplado la IS como
justifica la intervención, su necesidad y perti- un todo globalizado, subrayando los aspectos
nencia en la situación específica y se describe el psicosociales y comunitarios. La pregunta en
contexto social y político-institucional en que se este punto es si se puede hablar con propiedad
desenvuelve. de una auténtica «intervención psicosocial»,
expresión cada vez más usada entre nosotros
El segundo es la Evaluación o prospección (Barriga y otros, 1987; Luque, 1988; López
inicial centrada en el tema objeto de la acción y Cabanas y Chacón, 1997; Musitu y otros, 1993;
razón, u origen, concreto por la que se inicia el San Juán, 1996). Se revisarán algunos concep-
programa: encargo recibido, demanda pobla- tos y opiniones antes de avanzar los posibles
cional expresada, iniciativa de los profesionales, significados y alcance –potencial y límites– de la
entre otros. Según ese origen, la intervención IPS.
tendrá unas ventajas y unos inconvenientes: el
encargo desde arriba suele garantizar los Rueda (1986) llama «praxis psicosocial» a la
medios pero no la motivación de la gente; al actuación que, partiendo de las formas de adap-
contrario, la demanda suele garantizar la moti- tación colectivas (pautas de significación, inte-
vación pero no los medios. En general habrá racción y comportamiento) poco apropiadas de
que aclarar y, en su caso, negociar o redefinir el las personas, propone alternativas psicosociales
encargo o demanda según las habilidades y menos problemáticas y acordes con sus deseos
medios de que el equipo interventor disponga. compartidos. Se cuenta para ello con la capaci-
dad de autogestión de la comunidad y se ahon-
El tercero es el Diseño, programación y pla- da en la contradicción dialéctica entre ambos
nificación de la intervención con inclusión (rea- sistemas adaptativos: el actual, no satisfactorio,
lista, precisa y jerarquizada, si es posible) de los y el alternativo, que está todavía por construir.
objetivos planteados, contenidos del programa Sánchez Vidal (1990), haciendo gala de un
(acciones a realizar para alcanzar los objetivos) escepticismo razonado, apunta dos concepcio-
y medios (financieros, de personal y materiales) nes posibles de la IPS: 1) como relación entre
precisos. variables sociales y psicológicas en que la inter-
vención sobre las primeras produce cambios
El cuarto es la Ejecución de la intervención deseados en las segundas; 2) como acción cen-
y estrategia prevista: acceso a la población o trada en las variables «intersectivas», propia-
contexto «diana»; obtención de recursos; forma mente psico-sociales, relacionales y pequeño-
de implicar a personas y colectivos; manteni- grupales.
miento del programa y su personal; sistemas de
seguimiento y detección de desviaciones (eva- ¿Cuáles podrían ser, pues, los contenidos
luación de proceso). básicos de una IPS, en gran parte por concre-
tar? En línea con lo ya apuntado, cabe señalar el
El quinto es la Evaluación de resultados del conjunto de esfuerzos interventivos de los psi-
programa: cumplimiento de objetivos plantea- cólogos en la acción social. Aquí entran los
SÁNCHEZ Y MORALES / ACCIÓN PSICOLÓGICA 1 (2002) 11-24 21

aspectos de subjetividad social incluidos en les. Al no tener acceso al nivel causal de las
alguno de los tres aspectos básicos de las cues- estructuras o sistemas sociales globales, se aca-
tiones sociales, tanto las de carácter problemáti- ban manipulando las consecuencias personales
co como positivo, a saber, causas, consecuen- o relacionales de los problemas, no sus causas o
cias y soluciones. Por ejemplo: «construcción» raíces, con lo que la IPS (y la IS) tiene un carác-
de los problemas sociales y de sus soluciones; ter más paliativo que resolutivo. No hay que
dinamización grupal; efectos subjetivos colecti- olvidar que, aunque tuviera acceso a esos nive-
vos los temas sociales (percepción de «inseguri- les causales, la titularidad del cambio no corres-
dad ciudadana», sentimientos de pertenencia o ponde al interventor psicosocial o social sino al
de impotencia colectivo); mantenimiento y difu- conjunto de la sociedad.
sión de programas interventivos.
Una segunda dificultad es el distinto nivel de
A lo anterior hay que añadir las cuestiones y análisis. La IS precisa un análisis global de las
procesos en que grupal o colectivamente las cuestiones, mientras que el análisis psicosocial
personas llegan a ser sujetos y agentes sociales es, como el de cualquier disciplina, limitado y
(no objetos de la acción de otros): participación unilateral. Un tipo distinto de limitaciones son
y «activación» social, autogestión comunitaria, las que se originan en la base científica social y
organización colectiva, movimientos sociales, psicosocial. Otra dificultad diferente tiene que
entre otros. En esta visión de la IS, prima el ver con la documentación de resultados, deriva-
carácter de interacción o influencia entre acto- da de la complejidad de los asuntos sociales y de
res sociales, adopta el enfoque psicosocial y pri- su modificación como de los límites del conoci-
vilegia aspectos relacionales y grupales (como miento y metodología existentes.
generación y frustración de expectativas, rela-
ciones de influencia y poder). Está limitada por problemas motivacionales
y de acceso a la población. Como es fácilmente
comprobable, las personas y grupos sociales
Potencial y límites de la que más necesitan la IS (los más débiles y
Intervención psicosocial marginados) suelen estar menos motivados o
son, por su situación de marginalidad,
El mayor potencial de la acción supraindivi- desinformación o desorganización social, difí-
dual frente a la acción clínica individual deriva cilmente accesibles a la intervención. Los efec-
de su mayor aplicabilidad en las situaciones tos de la IPS, además, son a largo plazo, por
problemáticas actuales, cada vez más globales e contraposición a la relativa inmediatez de las
interconectadas, y de su eficacia, también actuaciones individuales. Ello dificulta la «visi-
mayor en función de una adecuación más ajus- bilidad» de los efectos de los programas (y su
tada al tipo de problemas afrontados, que son documentación) y se enfrenta a las exigencias
cada vez más psicosociales. Hay que señalar, al políticas de resultados inmediatos.
mismo tiempo, que la mayor profundidad –y
previsiblemente mayor duración– de los efectos Plantea asimismo cuestiones éticas más
del cambio psicosocial o social frente al indivi- complejas que la acción individual y que pue-
dual es otro factor a tener en cuenta. Por últi- den reducir las opciones realizables desde el
mo, conviene referirse a la mayor cobertura punto de vista técnico y se enfrenta a serias
poblacional y, en consecuencia, la mayor efi- limitaciones técnicas, ya que el psicólogo tiene
ciencia comparativa del cambio conseguido. menos familiaridad con los métodos de IS que,
pongamos por caso, con la terapia. La proce-
Ahora bien, la superior ambición y potencial dencia de esos métodos es con frecuencia multi-
de IPS e IS encierra mayores dificultades y limi- disciplinar, no exclusivamente psicológica. Ade-
taciones (Sánchez Vidal, 1993a). Está, en pri- más de ser mucho más costosa que la acción clí-
mer lugar, el distinto nivel, y carácter, de causas nica, la IS, conlleva el peligro constante de ser
y efectos: la IPS ofrece soluciones en los niveles mediatizada e instrumentalizada por los admi-
relacional o grupal a fenómenos sociales globa- nistradores o políticos que la pagan para favore-
22 SÁNCHEZ Y MORALES / ACCIÓN PSICOLÓGICA 1 (2002) 11-24

cer sus propios intereses no los de la comunidad recogida de información. La evaluación se reali-
o el destinatario social de aquella. za principalmente en dos momentos del proce-
so interventivo: a) evaluación inicial o de nece-
Por último, pero no menos importante, exis- sidades (EN), que precede a la intervención y
te el peligro de la homogeneización transindivi- sirve para diseñarla; b) evaluación de progra-
dual de las acciones. Si bien la acción social mas (EP), tras la intervención, que valora los
permite atacar elementos causales comunes en resultados de esta, los cambios producidos en la
grandes grupos, no puede, en cambio, abordar situación inicial en relación con el asunto de
los aspectos diferenciales de cada individuo interés o con los objetivos planteados.
(aunque sí las singularidades de cada colectivo
o comunidad). En la evaluación de necesidades se debe
calibrar, además de los problemas o necesida-
Como forma de solucionar las limitaciones y des presentes, sus raíces y conexiones con facto-
dificultades anteriores, se han sugerido una for- res psicológicos y sociales que mantienen los
mación y actuación multidisciplinar más inten- problemas e impiden su solución, estableciendo
sa, una mayor sensibilización de los gestores así una hipótesis causal que permita actuar
políticos a la naturaleza y relevancia de los sobre esos determinantes. La información reco-
aspectos psicosociales en los asuntos y progra- gida en la EN permite: marcar los objetivos de
mas sociales, el reconocimiento por parte del la intervención y evaluar sus resultados compa-
psicólogo tanto del potencial como de los lími- rando la situación inicial con la posterior a la
tes de esos aspectos; realización de investiga- intervención. Además de los problemas o nece-
ción aplicada y análisis intelectual de las condi- sidades la EN ha de incluir los recursos o capa-
ciones de «aplicabilidad» del conocimiento y la cidades personales y sociales útiles para interve-
metodología psicosocial, evaluación de progra- nir (nivel cultural y económico, asociaciones
mas, incluyendo análisis causal de los resulta- sectoriales y redes de servicios, solidaridad,
dos, orientación comunitaria y preventiva de las entre otros) y la actitud y motivación de los
acciones, sensibilización social y política sobre colectivos sociales afectados, un factor estraté-
la naturaleza de la acción social, formación éti- gico clave para la realización de cualquier tipo
ca práctica para analizar las cuestiones de valor de acción.
y actuar correctamente, e intervenciones multi-
A la evaluación de programas corresponde
método y tipologías sociales que permitan sin-
valorar los cambios producidos por la interven-
gularizar características y problemas diferen-
ción en la situación y el asunto de interés, com-
ciados de los grupos sociales.
parando el estado final con la evaluación inicial
o estableciendo el grado en que se han cumpli-
do los objetivos marcados. Debe incluir la eva-
Evaluación de necesidades y programas luación de proceso que permita observar si el
programa progresa, o no, en la dirección desea-
Para finalizar, se hará una breve alusión a la da, a fin de poder introducir correcciones y
evaluación, advirtiendo, antes que nada, que se ajustes, así como el seguimiento posterior (con
trata de un término con múltiples significados, una o dos mediciones adicionales tras la termi-
especialmente en función del uso que se preten- nación del programa) para ver si los efectos
da dar a los datos obtenidos, que puede ir desde generados se mantienen o no. Para evaluar
el diseño de la intervención a la toma de deci- apropiadamente los cambios producidos, la EP
siones, pasando por la mejora de programas, el debe incluir tres tipos contenidos o indicadores
examen de consecuencias o el análisis de las complementarios. En primer lugar, la eficacia,
relaciones entre variables, entre otros. es decir, en qué medida ha cambiado la variable
de interés o se han alcanzado los objetivos pro-
Aquí se concibe la evaluación como un ins- puestos. Este es un criterio básicamente técni-
trumento para intervenir y como un proceso co, definido por el experto. En segundo lugar, la
interactivo que trasciende el concepto tradicio- satisfacción o bienestar de aquellos que son
nal, hoy obsoleto, de evaluación como mera atendidos en la intervención. Aquí se trata de
SÁNCHEZ Y MORALES / ACCIÓN PSICOLÓGICA 1 (2002) 11-24 23

una percepción subjetiva, en concreto, la de los gan y M. R. Merrens (eds.), The Social Psycholo-
usuarios del programa, que está muy ligada al gists: Research Adventures, Nueva York, McGraw
tipo de relación establecida con ellos. En tercer Hill
lugar, la utilidad que el programa tiene para la Fals Borda, O. (1992). «La ciencia y el pueblo: Nue-
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comunidad o población en su conjunto (y no
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sólo para los grupos diana o blanco). La utilidad Madrid: Editorial Popular-Organización de Esta-
está próxima al impacto (que incluye el conjun- dos Iberoamericanos.
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